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Gayo

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Este aviso fue puesto el 18 de febrero de 2018.

Para otros usos de este término, véase Gayo (desambiguación).

Estatua de Gayo de la fachada del edificio del Tribunal Supremo de Madrid.

Gayo a (c. 120-c. 178) fue un jurista romano de mediados del siglo II.

Índice

 1Antecedentes históricos
 2Obras
 3Importancia
 4Véase también
 5Notas
 6Referencias
 7Bibliografía

Antecedentes históricos[editar]
Gayo es uno de los juristas más enigmáticos, debido a que se carece de
información sobre su vida. Por ejemplo, se desconoce su nombre completo, pues
Gayo era solamente su praenomen. Incluso, muchos romanistas dudan en que
verdaderamente haya sido un hombre y se ha llegado a plantear la casi
improbable tesis de que fuese mujer. Se ha supuesto que nació hacia el año 120
en alguna provincia oriental. Probablemente vivió en alguna localidad provincial
del Imperio. Dentro de sus contemporáneos no hay noticias sobre su vida y obra,
incluso durante el siglo XX se le trató de identificar con Cayo Casio Longino.
Fundamentalmente fue un profesor de derecho y todas las obras que redactó
tenían finalidad docente. La mayoría de ellas fueron escritas durante el gobierno
del emperador Antonio Pío y a principios del emperador Marco Aurelio. Con
certeza murió después del año 178, como lo demuestra un comentario suyo
al senatusconsultum orfitianum de ese año.

Obras[editar]
Sus principales obras fueron las conocidas como Instituciones en 4 libros ,1 una de
las primeras exposiciones sistemáticas romanas del derecho al modo griego, y los
comentarios ad edictum praetoris urbani o ad edictum urbicum o sobre el edicto
del pretor en diez a quince libros y ad edictum provinciale (sic) en 32 libros, sobre
el edicto del pretor, con el habitual apéndice sobre el edicto edilicio.
Las Institutiones se han conservado casi íntegramente, gracias a un códice
(palimpsesto) del siglo V de la Biblioteca de Verona, descubierto por Barthold
Georg Niebuhr en 1816, bajo el texto de una obra de san Jerónimo (mediante
reactivos especiales). El procedimiento formulario (agere per formulas), que ocupa
gran parte del libro IV, era prácticamente desconocido hasta este hallazgo, pues
en el Digesto no aparecen referencias directas, al ser éstas eliminadas, pues en la
época de la compilación se aplicaba otro sistema (el cognitio extraordinem).
En Oxirrinco (Egipto) se encontró un papiro que contenía una página del libro IV y,
posteriormente, en el mismo país se halló un pergamino del siglo IV o V que
reproduce diez importantes páginas de este texto, ya que contienen los pasajes
ilegibles del manuscrito de Verona.

Importancia[editar]
A partir del análisis de sus textos, se ha sostenido que Gayo no estaba muy al
tanto de la evolución doctrinal de la época, especialmente, al
declararse sabiniano en la época de los Antoninos, cuando la rivalidad de las
escuelas sabineana y proculeyana había prácticamente desaparecido, lo que
reafirmaría su carácter provincial. Es más, para algunos autores no era
propiamente un jurista, sino más bien un simple autor de manuales de derecho. A
esta opinión se suma el hecho que careció del ius respondendi, autorización que
se le daba a los juristas para dar opiniones en nombre del emperador, y la
inexistencia de antecedentes sobre que haya sido consultor.
De todas maneras su interés por el derecho romano antiguo era evidente y por
esta razón su trabajo es el más valioso para los historiadores de las instituciones
romanas tempranas. Sus Intitutiones alcanzaron gran difusión durante
el Dominado, y por ello es prácticamente la única obra de derecho romano que ha
llegado casi completa, aparte del Corpus Iuris Civilis, siendo utilizada hasta la
época de Justiniano I como un texto para los estudiantes de derecho, por l o que
fue objeto de varias ediciones e incluso reelaboraciones y resúmenes. De hecho,
las Institutiones de Justiniano se basaron principalmente en la obra de Gayo.
Además, fue incluido, junto a Ulpiano, Paulo, Modestino y Papiniano, en la ley de
citas de 426, que regulaba la recitatio de las obras de los juristas ante los
tribunales, es decir, qué juristas podían ser invocados y los criterios para la
decisión del juez ante opiniones diversas de éstos.

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