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LA COMUNICACIÓN EN PÚBLICO

Hablar bien y con eficacia

Principios de oratoria de autores


clásicos como Platón, Cicerón,
Quintiliano y Aristóteles.
Platón. Necesidad de las habilidades retóricas y virtudes del orador.

Cicerón. La retórica es un saber benéfico para la sociedad, detalla sus


características, requisitos del discurso y perfil del orador.

Quintiliano. La oratoria es determinante como disciplina. Propone cuidar la


estilística en la comunicación verbal y no verbal. Sigue vigente.

Aristóteles. En su Retórica, presenta a la


persuación como el objetivo principal de la
comunicación. Postula la importancia del
discurso y los elementos que en él intervienen:
emisor, mensaje, receptor.
La principal aspiración del orador es dominar la
dialéctica y la persuasión para la receptividad del
otro. Honradez y prestigio del orador.
PROPÓSITOS DE LA ORATORIA O RETÓRICA

Enseñar-informar. Objetivos básicos del discurso y


la comunicación en público.

Deleitar. Una exposición o discurso debe captar


y mantener la atención: prepararse, dominar el
tema, ejercitarse, leer y escribir para enriquecer
el lenguaje.

Persuadir. Mediante el discurso o la exposición oral


se induzca o persuada al auditorio a creer o hacer
algo.
¿Para qué sirve hablar bien?

En el ámbito laboral o profesional para persuadir, enseñar, informar o deleitar a los


oyentes.

Fortalecer habilidades de liderazgo y manejo de grupos.


Desarrolla habilidades para participar en negociaciones de forma exitosa.

Para preparar correctamente


exposiciones, presentaciones,
conferencias, discursos para
ocasiones memorables. Para hablar bien es
necesario practicar,
Favorece la participación pero también leer
en distintos ámbitos:
político, laboral, familiar,
mucho!
profesional, etc.
Características para hablar bien y con eficacia de los
elementos de la comunicación.

Emisor. Preparación, entrenamiento verbal y


no verbal, interés y credibilidad.

Mensaje. Claro, breve, sencillo.

Medio. Eliminar ruidos, aplicar medios


técnicos, adecuación al medio, manejar
aparatos de comunicación correctamente.

Receptor. Adaptar el mensaje al receptor,


análisis del receptor y empatía.
Características del buen orador.

La claridad es la virtud por excelencia en la comunicación oral y escrita.

Esto implica pureza, concisión y sencillez


en el lenguaje, orden en las ideas y tener
habilidad para expresarlas, de forma que el
público entienda bien el mensaje.

Las características que requiere desarrollar


un buen orador son las 3 C:

- Claridad de propósito
- Claridad de expresión
- Claridad de ideas
Claridad de propósito. Consiste en definir de manera concreta el objetivo del
mensaje.

Trata sobre el respetar el objetivo de nuestro mensaje sin salirnos de los límites
del tema. Si se logra, la exposición será concreta y precisa.

En otro término, significa tratar


directamente el objetivo y
expresarlo de forma directa.

Esto no implica ser descortés o usar


lenguaje altisonante: hay que
dirigirnos al público con el mensaje
central.
Para definir el propósito del mensaje es necesario aplicar estas preguntas:

¿Qué? Propósito del mensaje

¿Cuál? Nombre del tema

¿Qué temas se relacionan con el tema principal?

¿Quién? ¿A quién va dirigido el mensaje?

¿Cómo? Forma de impartir el mensaje.

¿Cuándo? Momento en que se impartirá el mensaje.

¿En dónde? Lugar en el que se impartirá el mensaje.


Claridad de ideas. Deriva de la claridad, si el discurso lo es, habrá exactitud,
precisión y sencillez en las ideas a presentar.

Esto requiere eliminar divagaciones, rodeos y preámbulos: debemos tener la


capacidad de llegar al punto que se desea tratar.

Todas las ideas deben relacionarse con el


tema central de la exposición y comunicar
esto de forma coherente y sencilla.

No debemos abusar de palabras técnicas,


rebuscadas y ambiguas, debemos
considerar también que los elementos
gráficos y tablas deben ser mínimos.
Para lograr mayor claridad en tus ideas, se sugiere
aplicar los lineamientos y etapas para la elaboración
de un discurso:

- Introducción. Menciona el tema y subtema a


tratar.

- Desarrollo. Se explican cada uno de los temas para


sustentar el argumento.

- Conclusión. Se obtienen sugerencias en base a los


temas presentados en el discurso.
Claridad de expresión. Se refiere a la utilización de un lenguaje sencillo, acorde a
la audiencia a quien nos dirigimos.

Sus características son: sencillez, brevedad, fluidez y contundencia.

Consiste en expresar el mensaje de


forma sencilla con la menor cantidad
de palabras. Esto requiere también un
lenguaje atractivo, dinámico,
interesante, vivencial: entre menos
palabras y más sencillas
comunicaremos mejor el mensaje.
Habilidades personales del orador.

Debemos tomar en cuenta lo


siguiente:

- Manejo del nerviosismo

- Extraversión

- Actitud receptiva

- Saber escuchar
Manejo del nerviosismo.

Todas las personas que hablan en público generalmente sienten un grado de


nerviosismo o miedo. Esto se debe a la preocupación de cometer errores, de no ser
aceptados o que no se reconozca nuestra calidad profesional.

Este miedo se convierte en lo que conocer


como pánico escénico, una sensación de
estar completamente desprotegido y
vulnerable. Todo esto se acompaña por
pensamientos como:

No recordaré el tema; el público me


produce miedo; desconozco el tema;
pareceré tonto; mi voz es poco agradable;
se aburrirán con mi presencia; habrá
preguntas que no sabré responder.
Algunas recomendaciones para superar el miedo y nerviosismo:

¿Qué sucede si? Me equivoco en Enfrentar el miedo.


la presentación

En 5 días Me siento Hay que preguntarnos: ¿de dónde


decepcionado y proviene? ¿qué estoy pensando? ¿es
asustado racional y real el miedo?
En 5 semanas Nada ocurre.
Analizo por qué
sucedió y planeo
una estrategia

En 5 meses Nada ocurre.


Mejoro mis
habilidades

En 5 años Nada ocurre


Respirar. Inhalar y exhalar correctamente transporta más oxígeno a pulmones,
sangre y cerebro, esto relaja, tranquiliza y baja la adrenalina.

Visualización. En un lugar silencioso y aislado, cierra los ojos, respira, imagina


que ya estás presentando tu tema y dominas el tema.

Sonreir. Esto abre puertas y genera empatía, contribuye a activar un estado


positivo.

Practicar. Entre más practiques, menor nerviosismo tendrás.

Amar lo que haces. El amor y la pasión promoverán mayor comunicación con el


público.

Dominar el tema; PNL (repite frases positivas); meditación y relajación; ejercicio


físico.
La extraversión.

Conocida también como extroversión se refiere a la facilidad para relacionarse y


comunicarse con las personas.

Las personas extrovertidas tienden a hablar


mucho, tener altos niveles de energía y ser
más seguros de sí mismo.

Las personas extrovertidas son percibidas


como más felices.

Para la comunicación es conveniente una


actitud extrovertida que refleje entusiasmo y
motivación.
Actitud receptiva.

En esto es indispensable que exista un balance de la energía entre el público y el


orador. El orador necesita percibir las actitudes del público y adaptarse a las
circunstancias. Es responsabilidad del orador conocer el perfil del público para hacer
más interactiva la ponencia o bien contar alguna anécdota graciosa o aplicar unas
dinámica de grupo.
Saber escuchar.

Aprender a escuchar permite comunicarnos adecuadamente. Para ello se necesita:


Atención; enfoque; interés; respeto; prudencia; compromiso, por lo que una de las
habilidades más importantes del orador es saber escuchar, ya que esto le permitirá
responder preguntas, interactuar y retroalimentar.

Las habilidades necesarias para


escuchar son la concentración, la
percepción, la comprensión y la
atención. Para escuchar
eficazmente se requiere
preparación y entrenamiento que
implica enfoque, respeto,
cortesía, interés en los demás,
escuchar con atención.
Autoconcepto, imagen y proyección.

El autoconcepto se refiere a la imagen que tenemos de nosotros mismos, lo que


pensamos de nosotros mismos. Para ello, es esencial tener autoestima (sentimiento
de aceptación, aprecio, admiración y amor propio).

Si ante un fracaso la persona se decepciona, se autocompadece, autocastiga y se


compara con los demás, debilita su autoestima.

La autoestima se trabaja a partir de hábitos


y actitudes positivas como: tiempo para
uno mismo, cuidar la salud, relaciones
armoniosas, compromiso y
responsabilidad, optimismo, amor a uno
mismo y a los demás, perseverancia,
disciplina, asertividad.
Imagen.
Conjunto de cualidades y características que proyecta una persona ante los demás.
Se constituye por: capacidad intelectual, autoestima, autoconcepto, comunicación
verbal, personalidad, comunicación no verbal, credibilidad, presencia física,
presencia profesional.

Ropa Acorde con la edad del


orador, objetivo del discurso y
la audiencia

Comodidad Funcional

Accesorios No recargados ni llamativos

Higiene personal Impecable

Maquillaje No exagerado, de acuerdo al


tipo de evento
Proyección.

Se relaciona con la presencia del cuerpo y la voz en el espacio escénico, esto es,
ofrecer al público un adecuado manejo del espacio físico y sonoro: proyección
corporal, de la voz y del mensaje.

El orador requiere demostrar pasión por el


mensaje que transmite, así como calidez en su
emisión. Es aconsejable que se desplace con
seguridad en el escenario y que no permanezca
estático en el pódium o en un extremo del salón,
debe caminar, dirigirse al público y proyectar
entusiasmo y amor por lo que hace, propiciando
un clima agradable y un ambiente empático.
REFERENCIAS

Munch, L., Hernández, A. (2020). Comunicación oral y escrita. México: Cengage.

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