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Irradiacion
Irradiacion
Irradiacion
El log
otip
o Radura, usado para marcar aquellos alimentos que han sido tratados mediante
radiaciones
Los aceleradores de electrones utilizados tienen una energía máxima de 10 MeV y los
equipos de rayos X una energía máxima de 5 MeV.
Estos niveles de energías son demasiado bajos para inducir radioactividad en los
materiales, incluidos los alimentos.
Aplicaciones de la irradiación de alimentos [editar]
La irradiación de alimentos ofrece varios beneficios a la industria alimenticia y a los
consumidores. Desde un punto de vista práctico, se pueden proponer las siguientes
clasificaciones:
Se considera Irradiación a bajas dosis cuando se aplica una dosis de hasta 1 kGy.
Produce inhibición de brotes, desinfestación de frutas e inactivación de parásitos y
plagas.
Cítricos, mangos y papayas. Previene la infectación por la mosca de la fruta como la del
Mediterráneo, la oriental, la mexicana o la del Caribe, en zonas que se consideran libres
de estas plagas y permite el comercio internacional de estos productos sin riesgo de su
proliferación.
Varios países, incluyendo Bangladesh, Chile, China, Hungría, Japón, Corea y Tailandia,
irradian uno o más alimentos a nivel comercial, como grano, papas, especias, pescado
seco, cebollas, ajos, etc., para controlar sus pérdidas.
Historia [editar]
La irradiación de alimentos está ganando una mayor atención frente a los métodos
tradicionales de procesamiento y preservación de alimentos. A pesar de que algunas
personas e instituciones creen que es una tecnología nueva, la investigación sobre este
proceso se remonta a principios del siglo XX, donde las primeras patentes para el uso de
la radiación ionizante para matar bacterias en alimentos en Estados Unidos y Gran
Bretaña fueron otorgadas en 1905.
Regulación [editar]
La norma general del Codex Alimentarius está basada en las investigaciones de un
comité internacional de expertos en irradiación de alimentos de la FAO, la OMS y el
Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y concluye que la irradiación de
cualquier alimento hasta una dosis promedio total de 10 kGy no presenta riesgos
toxicológicos y no requiere hacer ninguna prueba adicional, ya que no introduce
problemas microbiológicos o nutricionales especiales.
Sin embargo, en septiembre de 1977, se formó otro grupo de científicos de estas mismas
organizaciones para la evaluación de la calidad de los alimentos irradiados con dosis
superiores a 10 kGy, concluyendo que no hay evidencias científicas para que se limite la
dosis suministrada a los alimentos a ese valor. Este valor de dosis de 10 kGy
recomendado por esa Comisión, es equivalente a la energía calorífica requerida para
incrementar la temperatura del agua en 2.4 °C, por esto a la irradiación de alimentos se
le llama pasteurización fría.
Motivación [editar]
El interés por la irradiación de alimentos se ha incrementado debido a las pérdidas de
alimentos a nivel mundial, provocadas por la infectación, la contaminación y la
degradación durante su transporte desde los centros de producción hasta los de
consumo. También, a la preocupación por las enfermedades que son producidas por los
alimentos contaminados por bacterias y al creciente comercio internacional de
productos alimenticios, que deben cumplir con normas de calidad y de cuarentena muy
estrictas.
La irradiación de alimentos ha demostrado ofrecer beneficios cuando se integra en un
sistema establecido de manejo y distribución de los alimentos de forma segura.
La FAO estima que las pérdidas de alimentos, después de haber sido cosechados, a nivel
mundial son del 25%, debido a los insectos, las bacterias y los roedores. Utilizar la
irradiación de alimentos como única técnica de conservación no resolverá todos esos
problemas pero puede jugar un papel relevante en reducirlas, así como reducir también
la dependencia con algunos fumigantes.
En los países en vías de desarrollo, las enfermedades que causan parásitos como la
Taenia solium y Trichinella spiralis constituyen un problema grave de salud y junto a
las enfermedades debida a la contaminación de los alimentos por bacterias, resultan en
cientos de millones de casos al año.
Comercio [editar]
El intercambio de productos alimenticios es el factor principal en el comercio regional e
internacional y continúa creciendo. La falta de capacidad de algunos países para
satisfacer las normas de salud pública es la principal barrera para este intercambio, por
ejemplo, no todos los países permiten la importación de frutas tratadas con productos
químicos. Por otra parte, algunos países con gran capacidad de importaciones como
Estados Unidos y Japón, han prohibido el uso de ciertos fumigantes o la importación de
productos tratados con ellos, ya que han sido considerados como peligrosos para la
salud de sus consumidores.
IRRADIACION
Introducción
La irradiación de los alimentos ha sido identificada como una tecnología segura
para reducir el riesgo de ETA (Enfermedades Transmitidas por Alimentos), en la
producción, procesamiento, manipulación y preparación de alimentos de alta
calidad. Es a su vez, una herramienta que sirve como complemento a otros
métodos para garantizar la seguridad y aumentar la vida en anaquel de los
alimentos. La presencia de bacterias patógenas como la Salmonella, Escherichia coli
O157:H7, Listeria monocytogenes ó Yersinia enterocolítica, son un problema de
creciente preocupación para las autoridades de salud pública, que puede reducirse
o eliminarse con el empleo de esta técnica, también denominada "Pasteurización en
frío".
La irradiación de alimentos, como una tecnología de seguridad alimentaria, ha
sido estudiada por más de 50 años y está aprobada en más de 40 países. Cuenta
también con la aprobación de importantes organismos internacionales, la
Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización para la Alimentación y la
Agricultura (FAO) y la Organización Internacional de Energía Atómica (IAEA). En
nuestro país, el Código Alimentario Argentino, en su artículo 174, legisla sobre los
aspectos generales; y en otros artículos autoriza la irradiación de papa, cebolla y
ajo para inhibir brote; de frutilla para prolongar la vida útil; de champiñon y
espárrago para retardar senescencia; y de especias, frutas y vegetales
deshidratados, para reducir la contaminación microbiana.
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Aplicaciones
De acuerdo con la cantidad de energía entregada, se pueden lograr distintos
efectos. En un rango creciente de dosis, es posible inhibir la brotación de bulbos,
tubérculos y raíces (papas sin brote durante 9 meses a temperatura ambiente);
esterilizar insectos como la "mosca del Mediterráneo" (Ceratitis capitata) para
evitar su propagación a áreas libres, cumpliendo así con los fines cuarentenarios,
en productos frutihortícolas y granos; esterilizar parásitos, como Trichinella spiralis
en carne de cerdo, interrumpiendo su ciclo vital en el hombre e impidiendo la
enfermedad (triquinosis); retardar la maduración de frutas tropicales como banana,
papaya y mango (en general tanto en este caso como en los siguientes, la vida útil
se duplica o triplica); demorar la senescencia de champiñones y espárragos;
prolongar el tiempo de comercialización de, por ejemplo, carnes frescas y "frutas
finas", por reducción de la contaminación microbiana total, banal, en un proceso
similar al de la pasteurización por calor, lo cual se denomina "radurizacion" (frutillas
de 21 días, filete de merluza de 30 días, ambos conservados en refrigeración);
controlar el desarrollo de microorganismos patógenos no esporulados (excepto
virus), tales como Salmonella en pollo y huevos, en un proceso que se conoce como
"radicidación"; y por último, esterilizar alimentos, es decir, aplicar un tratamiento
capaz de conservarlos sin desarrollo microbiano, a temperatura ambiente durante
años, lo cual se asemeja a la esterilización comercial, y se indica como
"radapertización".
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Propiedades Organolépticas
Utilizando la dosis adecuada de radiación, pueden mantenerse estas
propiedades en gran medida; sin embargo, al aplicar dosis elevadas de radiación,
se producen en el alimento, modificaciones del sabor, color y textura que pueden
hacer al alimento inaceptable para el consumo. En general las alteraciones
organolépticas producidas por irradiación se presentan a dosis menores que las
necesarias para producir alteraciones nutricionales. Estas alteraciones, pueden
minimizarse irradiando el alimento envasado al vacío o en atmósferas modificadas,
en estado congelado o en presencia de antioxidantes.
Una de las alteraciones organolépticas más características es la aparición de un
olor y/o sabor típico a radiación. Esto es debido principalmente al efecto de los
radicales libres sobre los lípidos y las proteínas. Este aroma es más pronunciado
inmediatamente después de la irradiación y decrece e incluso desaparece durante el
almacenamiento o después de cocinar el producto. El color del producto también
puede verse afectado (oscurecimiento en las carnes). En frutas y hortalizas se
produce un considerable ablandamiento. Esta modificación no se presenta de
inmediato, sino al cabo de varias horas e incluso días después de recibir la
irradiación.
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Aspectos Nutricionales
El proceso de irradiación aumenta pocos grados la temperatura del alimento,
por esto, las perdidas de nutrientes son muy pequeñas y en la mayoría de los
casos, son menores a las que se producen por otros métodos de conservación como
ser el enlatado, desecado, y pasteurización ó esterilización por calor.
Los nutrientes más sensibles a la irradiación, se corresponden con los también
más sensibles a los tratamientos térmicos, el ácido ascórbico, la vitamina B1 y la E.
Estas pérdidas, al igual que la de ácidos grasos esenciales, pueden minimizarse si
se trabaja en un ambiente libre de oxígeno o si se irradia en estado congelado.
Con respecto a los macronutrientes, no se producen alteraciones significativas.
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Conclusión
La irradiación no reemplaza a los procedimientos correctos de producción y
manipulación de los alimentos. Por esto, la manipulación de los alimentos tratados
con radiación, debe llevarse a cabo bajo las mismas normas de seguridad utilizadas
para cualquier otro tipo de alimento. Este procedimento, no es ideal para todos los
alimentos, como sucede con la leche u otros productos con un alto contenido de
agua. En este sentido, esta técnica tampoco puede mejorar la calidad de alimentos
que no son frescos, ni tampoco prevenir contaminaciones que ocurran luego de la
irradiación.
Por todo esto, entendemos que la irradiación de los alimentos no es un proceso
milagroso, pero es muy útil para mejorar la seguridad de algunos alimentos,
siempre y cuando se utilice adecuadamente. Esto es particularmente cierto en el
caso de poblaciones que presentan una mayor sensibilidad a los patógenos
transmitidos por los alimentos, como son los bebes, las mujeres embarazadas
(Listeria monocytogenes), los ancianos, los pacientes de todas las edades que
presentan un sistema inmune deprimido (HIV-quimioterapia-trasplantados-
desnutridos).
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Bibliografía General
1 - Position of ADA "Food irradiation", J. Am. Diet. Assoc. 2000;100:246-253.
3- Rosanna Mentzer Morrison, Jean C. Buzby, C.-T. Jordan Lin, "Irradiating Ground
Beef To Enhance Food Safety", Food Safety, 33-37, January - April 1997.
No es peligroso
“La pregunta de saque, cuando hablo del tema es si hace daño; pues hay un
temor por desconocimiento. Entonces, nosotros mostramos los estudios que se
han hecho hace ya 50 años que indican que hasta cierto nivel no origina
ningún problema. Se han puesto límites que ahora dan seguridad que nada
malo va a ocurrir a quienes consuman estos productos irradiados y que, por el
contrario, mayores serán los beneficios”, sostiene.
Radiactividad
(Redirigido desde Radioactividad)
Radiactividad natural
Véase también: Radiactividad natural, Rayos cósmicos y
Redradna
En 1896 Becquerel descubrió que ciertas sales de uranio emitían
radiaciones espontáneamente, al observar que velaban las placas
fotográficas envueltas en papel negro. Hizo ensayos con el mineral
en caliente, en frío, pulverizado, disuelto en ácidos y la intensidad de
la misteriosa radiación era siempre la misma. Por tanto, esta nueva
propiedad de la materia, que recibió el nombre de radiactividad, no
dependía de la forma física o química en la que se encontraban los
átomos del cuerpo radiactivo, sino que era una propiedad que
radicaba en el interior mismo del átomo.
El estudio del nuevo fenómeno y su desarrollo posterior se debe casi
exclusivamente al matrimonio Curie, quienes encontraron otras
sustancias radiactivas como el torio, polonio y radio. La intensidad
de la radiación emitida era proporcional a la cantidad de uranio
presente, por lo que dedujo Marie Curie que la radiactividad era una
propiedad atómica. El fenómeno de la radiactividad se origina
exclusivamente en el núcleo de los átomos radiactivos. Se cree que la
causa que lo origina es debida a la interacción neutrón-protón del
mismo.
Al estudiar la radiación emitida por el radio se comprobó que era
compleja, pues al aplicarle un campo magnético parte de ella se
desviaba de su trayectoria y otra parte no.
Pronto se vio que todas estas reacciones provenían del núcleo
atómico que describió Rutherford en 1911, quien también demostró
que las radiaciones emitidas por las sales de uranio eran capaces de
ionizar el aire y de producir la descarga de cuerpos cargados
eléctricamente.
Con el uso del neutrino, partícula descrita en 1930 por Pauli pero no
medida hasta 1956 por Clyde Cowan y sus colaboradores, consiguió
describirse la radiación beta.
En 1932 James Chadwick descubrió la existencia del neutrón que
Wolfgang Pauli había predicho en 1930, e inmediatamente después
Enrico Fermi descubrió que ciertas radiaciones emitidas en
fenómenos no muy comunes de desintegración eran en realidad
neutrones.
Radiactividad artificial
Causa de la radiactividad
En general son radiactivas las sustancias que no presentan un
balance correcto entre protones o neutrones, tal como muestra el
gráfico al inicio del artículo. Cuando el número de neutrones es
excesivo o demasiado pequeño respecto al número de protones se
hace más difícil que la fuerza nuclear fuerte debida al efecto del
intercambio de piones pueda mantenerlos unidos. Eventualmente el
desequilibrio se corrige mediante la liberación del exceso de
neutrones o protones, en forma de partículas a que son realmente
núcleos de Helio, partículas ÃY que pueden ser electrones o
positrones. Estas emisiones llevan a dos tipos de radiactividad
mencionados:
Radiación a, que aligera los núcleos atómicos en 4 unidades
másicas, y cambia el número atómico en dos unidades.
Radiación ÃY, que no cambia la masa del núcleo, ya que
implica la conversión de un protón en un neutrón o viceversa, y
cambia el número atómico en una sola unidad (positiva o
negativa, según la partícula emitida sea un electrón o un
positrón).
La radiación por su parte se debe a que el núcleo pasa de un estado
excitado de mayor energía a otro de menor energía, que puede seguir
siendo inestable y dar lugar a la emisión de más radiación de tipo a,
ÃY o ?. La radiación ? es por tanto un tipo de radiación
electromagnética muy penetrante ya que tiene una alta energía por
fotón emitido.
Símbolo
Contador Geiger
Cuando una partícula radiactiva se introduce en un contador Geiger,
produce un breve impulso de corriente eléctrica. La radiactividad de
una muestra se calcula por el número de estos impulsos.
Periodo de semi desintegración radiactiva
La desintegración radiactiva sigue una ley de decaimiento
exponencial:
N(t) = N0e - ?t
donde
N(t) es el número de radionúclidos existentes en un instante
de tiempo t.
N0 es el número de radionúclidos existentes en el instante
inicial t = 0.
?, llamada constante de desintegración radiactiva, es la
probabilidad de desintegración por unidad de tiempo. A partir de
la definición de actividad (ver Velocidad de desintegración) es
inmediato ver que la constante de desintegración es el cociente
entre el número de desintegraciones por segundo y el número de
átomos radiactivos ().
Se llama vida media de un radioisótopo al tiempo promedio de vida
de un átomo radiactivo antes de desintegrarse. Es igual a la inversa
de la constante de desintegración radiactiva ().
Al tiempo que transcurre hasta que la cantidad de núcleos
radiactivos de un isótopo radiactivo se reduzca a la mitad de la
cantidad inicial, se lo llama periodo de semidesintegración, período,
semiperiodo o semivida (no confundir con vida media) (). Al fin de
cada período la radiactividad se reduce a la mitad de la radiactividad
inicial. Cada radioisótopo tiene un semiperiodo característico, en
general diferente del de otros isótopos.
Ejemplos:
Velocidad de desintegración
La velocidad de desintegración o actividad radiactiva se mide en Bq,
en el SI. Un becquerel vale 1 desintegración por segundo. También
existen otras unidades como el rutherford, que equivale a 106
desintegraciones por segundo, o el curio, Ci, que equivale
idénticamente a 3,7·1010 desintegraciones por segundo (unidad
basada en la actividad de 1 g de 226Ra que es cercana a esa
cantidad).
La velocidad de desintegración es la tasa de variación del número de
núcleos radiactivos por unidad de tiempo:
donde:
es la actividad radiactiva en el instante
es la actividad radiactiva inicial (cuando
es la base de los logaritmos neperianos
es el tiempo transcurrido
es la constante de desintegración radiactiva, que es propia de
cada radioisótopo
La actividad también puede expresarse en términos del número de
núcleos a partir de su propia definición. En efecto:
Ley de la radiosensibilidad
La ley de la radiosensibilidad (también conocida como ley de
Bergonie y Tribandeau) dice que los tejidos y órganos más sensibles
a las radiaciones son los menos diferenciados y los que exhiben alta
actividad reproductiva. Como ejemplo, tenemos:
Tejidos altamente radiosensibles: epitelio intestinal,
órganos reproductivos (ovarios, testículos), médula ósea,
gláundula tiroides.
Tejidos medianamente radiosensibles: tejido conectivo.
Tejidos poco radiosensibles: neuronas, hueso.
Consecuencias para la salud de la exposición a las radiaciones
ionizantes
Los efectos de la radiactividad sobre la salud son complejos.
Dependen de la dosis absorbida por el organismo. Como no todas las
radiaciones tienen la misma nocividad, se multiplica cada radiación
absorbida por un coeficiente de ponderación, para tener en cuenta
las diferencias. Esto se llama dosis equivalente, que se mide en
sieverts, ya que el becquerel mide mal la peligrosidad de un
elemento puesto que considera como idénticas los tres tipos de
radiaciones (alfa, beta y gamma). Una radiación alfa o beta es
relativamente poco peligrosa fuera del cuerpo. En cambio, es
extremadamente peligrosa cuando se inhala. Por otro lado, las
radiaciones gamma son siempre dañinas puesto que se les neutraliza
con dificultad.
Véase también: Radiación ionizante