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UNIVERSIDAD PERUANA

UNIÓN
FACULTAD DE CIENCIAS EMPRESARIALES
ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE
CONTABILIDAD Y GESTION TRIBUTARIA

PROESAD CUSCO
ESTUDIANTE: JOLY VILLENA QUISPE
CODIGO: 201711062
CARRERA: CONTABILIDAD Y GESTION
TRIBUTARIA
CURSO: Formación y Desarrollo
Integral IX
AÑO: 2020
OPINIÓN CRITICA SOBRE LA LECTURA DEL LIBRO NUESTRA IDENTIDAD EL CAPITULO 3 LOS
ORÍGENES DE LA TEOLOGÍA MILLERITA

Entre los años 1790 a 1830 se dio un gran reavivamiento espiritual sin precedentes en Europa y
América, cuyo tema principal era la segunda venida de Cristo. Muchos intérpretes de la Biblia,
después de estudiar las profecías, escribieron y predicaron de la cercanía del regreso de Cristo
a la tierra. Sin embargo, fue William Miller quien proveyó uno de los cálculos cronológicos más
exactos. Penosamente, el evento que Miller y todos los cristianos esperaban, no sucedió. Jesús
no regresó en la fecha fijada y el chasco se apoderó del movimiento millerita. En medio de burlas,
tristezas, y muchos desacuerdos teológicos y doctrinales, el movimiento millerita se dividió en
tres grupos mayoritarios, de los cuales, el último y más pequeño de los tres, se convirtió años
más tarde en la Iglesia Adventista del Séptimo Día (IASD). Sus principales personajes fueron
Joseph Bates, James y Ellen Harmon, Hiram Edson.
El Movimiento Millerita es un movimiento Inter denominacional que floreció en los Estados Unidos
entre los años de 1840-1844. Este movimiento estaba basado y fundamentado en la
interpretación profética del advenimiento de Jesús a la tierra, además se invirtió en la Publicidad
del Advenimiento a comienzos de 1843 había folletos en francés y en alemán. En mayo de 1844
Himes anunció que se habían distribuido más de cinco millones de ejemplares de periódicos y
folletos acerca del advenimiento. Las muchas actividades de publicación de Himes, que también
incluyeron la impresión de un himnario del advenimiento, The Millenial Harp, provocaron la
acusación de que él estaba cosechando ganancias financieras exorbitantes, lo cual era sin
fundamento. Himes reinvirtió cualquier ganancia de sus actividades en la causa de las
publicaciones. Así como también dio inicio a las conferencias sobre el advenimiento A medida
que se daba más publicidad a las ideas de Miller y un número creciente de ministros las aceptaba,
pareció deseable reunir a los dirigentes de este movimiento que estaba surgiendo para una
conferencia. En consecuencia, The Signs of the Times difundió un anuncio firmado por Miller y
otros, invitando a una conferencia general de creyentes en el advenimiento, de la misma forma
se dio inicio Las reuniones campestres Más o menos un mes después de la sexta conferencia
general, a fines de junio de 1842, se realizó la primera reunión campestre adventista en los
Estados Unidos, en East Kingston, New Hampshire. Los adventistas canadienses habían
organizado espontáneamente una unos pocos días antes, mientras Josiah Litch estaba en el
Quebec oriental, en una gira de predicaciones.

En sus reuniones campestres las milleritas seguían un esquema de tipo de frontera que
previamente habían desarrollado los metodistas. La fijación de fechas Por algún tiempo muchos
de los seguidores de Miller habían estado presionándolo para que definiera en forma más exacta
el momento en que él esperaba el advenimiento, en vez de decir sencillamente, “por el año 1843”.
El movimiento del séptimo mes Aun antes del fin de las fechas de la primavera, las semillas de
un nuevo movimiento fueron plantadas por Samuel Sheffield Snow. Sacado de la incredulidad
por el mensaje de Miller, Snow había comenzado a viajar como conferenciante del advenimiento
en 1842. Un estudio intensivo del tabernáculo mosaico y de los tipos en los festivales judíos lo
convencieron de que Cristo regresaría en ocasión del Día de la Expiación judío, en el séptimo
mes del año. Esto sería en el otoño en vez de la primavera de 1844. Snow comenzó a promover
esta posición en la ciudad de Nueva York durante el invierno de 1843-1844.

Al principio otros líderes del advenimiento le prestaron poca atención, aunque Miller había
sugerido una posibilidad similar en mayo de 1843.Traumático como fue el chasco, no por eso
disminuyó los recuerdos de algunos, de aquello que Elena Harmon llamó “el año más feliz de mi
vida”. ¿Cómo podría ser esto? La misma participante recordó: “Mi corazón estaba lleno de alegre
expectativa... Nos unimos como pueblo en ferviente oración para tener una verdadera
experiencia y la evidencia inconfundible de que habíamos sido aceptados por Dios”. No es de
extrañar que, en años posteriores, participantes del movimiento millerita se refirieron a algunas
reuniones especialmente cálidas y solemnes, como que eran semejantes a las que celebraron
en 1844

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