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Entre ocupaciones
Hermanos del bosque, practicando para enfrentarse a los soviéticos
Pero… ¿Quiénes fueron los «Hermanos del bosque»? La Historia nos sitúa el nacimiento de este
grupo en los comienzos del siglo XX. Por entonces fueron muchos los jóvenes que se negaron a
presentarse a filas para combatir por el Imperio Ruso. Y una buena parte de ellos decidieron
crear esta guerrilla.
El término, siempre presente en la zona, cayó sin embargo en el olvido hasta 1940. Durante ese
año volvió a recuperarse después de que Iosif Stalin expandiera sus tentáculos por las regiones
de Lituania, Letonia y Estonia aprovechando el pacto de no agresión firmado con la Alemania
nazi de Adolf Hitler. Un tratado mediante el que ambas naciones «prometieron» no tocarse ni
un pelo -militarmente hablando- y se comprometieron a dejar al contrario anexionarse los
terrenos que deseara de la vieja Europa.
De esta guisa Stalin se hizo en el verano de 1940 con los tres países, viejas joyas del imperio
perdidas tras la Primera Guerra Mundial. Poco después, como cabía esperar, comenzó una
represión en la región que favoreció el regreso de los «Hermanos del bosque». Los autores Ken
Cole, John Cameron y Chris Edwards recuerdan -por ejemplo- cómo el puño soviético trató de
aplastar Lituania en su obra «¿Por qué discrepan los economistas?»: «En agosto de 1940
Lituania fue incorporada a la URSS como república constitutiva. […] Varios líderes locales
fueron detenidos o deportados, mientras otros huyeron a Europa Occidental».
Otro tanto sucedió en Estonia y en Letonia. «La ocupación fue desastrosa para los pueblos
bálticos. El total de ejecutados o deportados fue impresionante: en Letonia, unas 34.250
personas; en Estonia, 75.000; y en Lituania, 75.000», explica el historiador Álvaro Lozano
Cutanda en su obra «Stalin, el tirano rojo».
El NKVD (el servicio secreto soviético) llegó a extremos tan absurdos como a asesinar a
ciudadanos de estas regiones por cantar canciones populares de sus tierras en público.
Sabedores de estas barbaridades, muchos ciudadanos dejaron sus casas y -como antaño hicieran
sus padres y abuelos- se marcharon a los bosques para dar cuanta más guerra posible a los
hombres del cruel Stalin.
El capitán Olavi Punga, del ejército estonio, recuerda en su artículo «Estonia’s Forest Brothers
in 1941: goals, capabilities, and outcomes» este hecho y señala que, con el paso de los meses,
«más personas reaccionaron convirtiéndose en fugitivos, escondiéndose en los bosques y
pantanos para escapar de cualquier deportación posterior». A su vez, es partidario de que -a día
de hoy- todavía se sigue cultivando la idea de que los países bálticos se unieron a la URSS de
manera voluntaria. Algo totalmente falso.
Filas nazis
A partir de entonces y hasta 1943 algunos «Hermanos del bosque» fueran circunscritos -en
primer momento- al ejército alemán y -a partir de su creación- a las secciones de las Waffen SS
adscritas a cada uno de estos países. Así lo explica el historiador Kevin O’Connor en el libro
«The History of the Baltic States»: «Muchos miembros de la resistencia lucharon en las Waffen
SS que fueron organizadas a partir de 1943».
El grupo pasó a un segundo plano a pesar de que, durante algunas semanas, colaboró en la
expulsión de los pequeños reductos de soldados de Stalin que quedaban en la zona.
Contra la URSS de nuevo
Sin embargo, el destino fue esquivo para los países bálticos. Y especialmente con Letonia. En
1944, tras la batalla de Stalingrado, la URSS volvió a conquistar la región mientras sus soldados
perseguían al ejército alemán, ya en los últimos momentos de vida.
Con el gobierno soviético llegó de nuevo el terror rojo. De 1944 a 1951 (y según cifras del
historiador Alfons Cucó) más de 600.00 personas de origen báltico fueron deportadas a Siberia.
Los datos avalan la crueldad del camarada supremo. En 1959 la población de letones en Letonia
había descendido de un 80% a un 62%. Y otro tanto había sucedido en Estonia (donde había
bajado de un 88% a un 75%).
La reacción local ante las deportaciones masivas fue activar de nuevo a los «Hermanos del
bosque». Carlos Flores Juberías así lo explica en su obra «España y la Europa oriental: tan lejos,
tan cerca». Lo mismo que el político litano Vytautas Landsbergis (este último, en el discurso que
pronunció en 1994 al recibir el «IX Premio Internacional Ramón Llul»): «El ejército soviético
irrumpió por la fuerza en Lituania. A los que intentaban escaparse se les fusilaba. [… Por ello]
Muchos hombres se escondieron en los bosques y se convirtieron en “Hermanos del bosque”. Se
incorporaron a las guerrillas que estaban decididas a resistir contra el invasor rojo».
La resistencia se dilató hasta un total de diez años tras la llegada soviética. Es decir, casi una
década tras el fin de la Segunda Guerra Mundial. «Muchos jóvenes universitarios iban al
bosque a morir, aunque nadie les obligaba a hacerlo. […] Pero las esperanzas de
que la lucha se ganaría se extinguieron a causa del terrible aislamiento y la
indiferencia del mundo», explicaba el político local en su discurso.
Aunque el número de combatientes variaba atendiendo a la zona, los «Hermanos del bosque» se
contaron por miles. Solo en Estonia los datos apuntan a que se enfrentaron a Stalin entre 14.000
y 15.000 de estos combatientes.
Con todo, para todos estos «Hermanos del bosque» la lucha no fue sencilla. De 1944 a 1953
fueron cercados por el NKVD soviético. Este servicio secreto, junto al ejército rojo, escudriñó los
bosques durante dicha época para encontrar y aniquilar a los enemigos de Rusia. Además,
infiltraron a sus agentes en algunos grupos guerrilleros y, cuando no lograban encontrar a sus
enemigos, recurrían a tácticas más viles si cabe. «Grupos especiales de provocadores formados
por el NKVD hacían pasar a sus hombres por guerrilleros, matando familias enteras de
campesinos para fomentar la hostilidad contra los verdaderos luchadores», señalaba
Landsbergis.
La visión de este político ha sido criticada habitualmente por Rusia, desde donde se ha
especificado en multitud de ocasiones que los «Hermanos del bosque» asesinaban a todo aquel
hombre, mujer o niño que hubiera colaborado con los soviéticos. Independientemente de ello, el
grupo permaneció activo hasta 1953, año en el que falleció Stalin. A partir de entonces fueron
disminuyendo sus actuaciones hasta disolverse.
https://web.archive.org/web/20191105012958/http://infoconnoticias.blogspot.com/search/la
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