Está en la página 1de 8

Pág.

La Edad de Cristo
“Cuando Jesús empezó su ministerio tenía unos treinta años. Como se creía, era hijo de José, que
fue hijo de Elí”. Luc. 1:23.

“Los primeros treinta años de la vida de nuestro Salvador fueron pasados en retiro”. RH, 14 de
Noviembre de 1882.

“Cuán pocos son los que tienen un concepto de la angustia que desgarró el corazón del Hijo de
Dios durante sus treinta años de vida en la tierra”. AFC:68; DNC:134.

“Jesús fue nuestro ejemplo en todas las cosas, y fue un trabajador ferviente y constante. Comenzó
su vida de utilidad en la niñez. A los doce años ya estaba ocupado "en los negocios de su Padre". Entre
los doce y los treinta años antes de que comenzara su ministerio público, vivió una vida de activa
laboriosidad”. AFC:157; DNC:141.

“Durante treinta años Cristo estuvo sometido a sus padres, y mediante el trabajo de sus manos
ayudó a sustentar a su familia”. ATO:92.

“Jesús, en sus treinta años de reclusión en Nazareth, trabajó arduamente y descansó, comió y
durmió, semana tras semana y año tras año, al igual que sus humildes contemporáneos”. CN:337.

“Durante treinta años habitó como hombre entre los hombres, experimentó las cosas de la vida
humana como niño, joven y hombre; soportó las pruebas más severas a fin de poder presentar una
ilustración viva de las verdades que enseñaba. Durante tres años, como maestro enviado de Dios,
instruyó a los hijos de los hombres; luego dejando la obra a colaboradores escogidos ascendió al cielo.
Pero no ha cesado su interés en ella. Desde los atrios celestiales, observa con la más profunda solicitud
el progreso de la causa por la cual dio su vida”. CMPA:49.

“Otra vez fue José dirigido a un lugar de seguridad. Volvió a Nazareth, donde antes habitara, y
allí durante casi treinta años habitó Jesús, "para que se cumpliese lo que fue dicho por los profetas, que
había de ser llamado Nazareno”. DTG:47.

“Cristo fue el único ser que vivió sin pecar en esta tierra. Sin embargo, durante casi treinta años
moró entre los perversos habitantes de Nazareth”. DTG:52.

“Era difícil para el Sanedrín postergar la investigación de la obra de Juan. Algunos recordaban la
revelación dada a Zacarías en el templo, y su profecía de que su hijo sería el heraldo del Mesías. En los
tumultos y cambios de treinta años, estas cosas habían sido en gran parte olvidadas. Ahora la
conmoción ocasionada por el ministerio de Juan las traía a la memoria de la gente”. DTG:107.

“Durante treinta años, había sido para ella un hijo amante y obediente, y su amor no había
cambiado; pero debía atender ahora la obra de su Padre”. DTG:120.

“El admirable personaje a quien Juan había anunciado había estado entre ellos durante más de
treinta años y no le habían conocido en realidad como el enviado de Dios”. DTG:469.
Pág. 2
“El perfecto ejemplo de amor filial de Cristo resplandece con brillo siempre vivo a través de la
neblina de los siglos. Durante casi treinta años Jesús había ayudado con su trabajo diario a llevar las
cargas del hogar”. DTG:700.

“Cristo había estado en el mundo durante treinta y tres años; había soportado sus escarnios,
insultos y burlas; había sido rechazado y crucificado”. DTG:770.

“El Hombre modelo, que no consideró usurpación ser igual a Dios, tomó sobre sí nuestra
naturaleza y vivió cerca de treinta años en un oscuro pueblo de Galilea, oculto entre las colinas”.
Ev:101.

“El que vino del cielo para ser nuestro ejemplo y maestro pasó treinta años formando parte de una
familia en Nazareth. Poco dice la Biblia acerca de esos treinta años. Durante ellos no hubo milagros
notables que llamaran la atención del pueblo. No hubo muchedumbres que siguieran con ansia los
pasos del Señor o que prestaran oídos a sus palabras. Y no obstante, durante todos esos años el Señor
desempeñaba su misión divina. Vivía como uno de nosotros, compartiendo la vida del hogar a cuya
disciplina se sometía, cumpliendo los deberes domésticos y cargando con su parte de responsabilidad”.
MC:269.

“Pero el Redentor del mundo pasó por alto las cortes reales y estableció su hogar en una humilde
aldea de la montaña, durante treinta años, confiriéndole así distinción a la despreciada Nazareth”.
EJ:26.

“La obediencia fiel que rindió a sus padres hasta los treinta años de edad constituye un ejemplo
que los jóvenes deben imitar más que el de Jesús en Getsemaní o sobre el Calvario”. EJ:27.

“El vivió la vida de un hombre perfecto durante treinta años, cumpliendo con la más excelsa
norma de perfección”. EJ:90.

“Durante treinta años vivió la vida de un hombre perfecto, en armonía con la más elevada norma
de perfección. Carta 69, 1857”. HHD:156.

“El que descendió del cielo para ser nuestro ejemplo pasó casi treinta años de su vida dedicado al
trabajo manual común, pero durante ese tiempo estudió la Palabra y las obras de Dios, y ayudó y
enseñó a todos los que estaban dentro de la esfera de su influencia. Cuando empezó su ministerio
público, anduvo sanando a los enfermos, consolando a los tristes y predicando el Evangelio a los
pobres”. Ed:267-268.

“Durante los treinta años de vida de Cristo en la tierra, su corazón fue atormentado con angustia
indecible”. LMG:172.

“La importancia y las oportunidades de la vida del hogar resaltan en la vida de Jesús. El que vino
del cielo para ser nuestro ejemplo y maestro pasó treinta años formando parte de una familia de
Nazareth. MC:269”. LMG:288.

“Los primeros treinta años de la vida de Cristo transcurrieron en la oscura aldea de Nazareth”.
MJ:76.
Pág. 3
“El hecho de que Cristo viviera treinta años en Nazareth, lugar del cual muchos consideraban una
maravilla que saliese algo bueno, es un reproche para los jóvenes que piensan que su carácter religioso
debe conformarse a las circunstancias”. MJ:77.
“El hecho de que Cristo adoptara la naturaleza humana, y se mantuviera al nivel del hombre
durante treinta años, y entonces ofrendara su alma en propiciación por el pecado para que el hombre no
pereciese, constituye un tema digno del más profundo pensamiento y del más concentrado estudio”.
MJ:253.

“Durante los treinta años de vida de Cristo en la tierra, su corazón fue atormentado con angustia
indecible”. 1MS:378.

“El Hombre modelo, que no consideró una usurpación el ser igual con Dios, tomó nuestra
naturaleza y vivió cerca de treinta años en un oscuro pueblo de Galilea, oculto entre las montañas”.
2MS:186.

“Durante treinta años vivió la vida de un hombre perfecto, cumpliendo las más altas normas de
perfección”. 3MS:353.

“Durante treinta y tres años vivió la vida de un hombre entre los hombres, afrontando las
tentaciones nuestras, y venciendo por medio de la fuerza impartida desde arriba”. RJ:229.

"Como de treinta años".-

El texto griego de Lucas dice: "Jesús mismo estaba comenzando como de años treinta" (Luc.
3:23). Por lo general esta declaración se ha interpretado en el sentido de que la edad de Jesús al
comenzar su ministerio era de unos treinta años; así lo traduce la RVR (ver en Hechos 1:22 la forma
como Lucas emplea una construcción similar). Es verdad que si Jesús hubiera nacido, a más tardar, en
el año 4 a.C., habría cumplido su 30º año en el 27 d.C. Pero además de la incertidumbre en cuanto al
método bíblico exacto para computar las edades, la palabra griega hoséi, "como", "aproximadamente",
indica aquí un número redondo. Sin duda Jesús tendría "como treinta" años con un margen, por lo
menos, de un año o dos, ya sea de menos o de más. Si Lucas, que nos proporciona una narración más
detallada que los otros autores evangélicos, hubiera sabido exactamente la edad de Jesús, difícilmente
se habría conformado con las vagas palabras "como de treinta años". No es preciso saber la fecha
exacta del nacimiento de Jesús, ni su edad exacta cuando fue bautizado para determinar con
aproximación la fecha del comienzo de su ministerio. Se ha sugerido que Lucas quería indicar que
Jesús tenía al menos treinta años, es decir, la edad cuando podía considerarse que estaba listo para
comenzar una vida de liderazgo (ver com. Luc. 3:23)”. 5CBA:233.

La fecha dada por Lucas.-

El mismo capítulo que contiene la frase "como de treinta años" (Luc. 3:23), contiene la única
mención de un año de reinado específico de todo el NT. Juan el Bautista "fue por toda la región
contigua al Jordán, predicando" poco antes del bautismo de Jesús en "el año decimoquinto... de Tiberio
César" (Luc. 3:3,1). Lucas también ubica este suceso durante el gobierno de Poncio Pilato (26-36 d.C.),
de Herodes Antipas (4 a.C.- 39 d.C.), de Felipe (4 a.C. - 33/34 d.C.) y Lisanias (cuyas fechas se
desconocen, pero que ejerció el poder por ese tiempo), y de los sacerdocios de Anás (c. 6-14 d.C.) y de
Caifás (c. 18-36 d.C.). Esta combinación de fechas ubica el bautismo relatado por Lucas entre los años
26 y 34 d.C. (ver p. 218, diagrama 3). Pero sólo el 15º año de Tiberio César puede situarlo en un
determinado año”. 5CBA:234.
Pág. 4

Jesús crecía.-

Los años de la niñez, adolescencia y juventud de Cristo fueron años de un desarrollo armonioso
de sus facultades físicas, mentales y espirituales (Ed:11). La meta a la cual aspiraba era la de reflejar
perfectamente el carácter de su Padre celestial. En él estaba ahora la humanidad perfecta, restaurada a
la imagen de Dios. El breve ministerio de tres años y medio fue precedido por treinta años de constante
preparación. La declaración del verso 40 se refiere en primer lugar a la niñez de Jesús, mientras que la
del verso 52 se refiere particularmente a su adolescencia y juventud. Se hacen afirmaciones similares
acerca de la juventud de Samuel (1 Sam. 2:26) y de Juan el Bautista (Luc. 1:80).
Las leyendas acerca de la niñez y de la juventud de Jesús que aparecen en los evangelios
apócrifos, escritos en los primeros siglos de la era cristiana, son diametralmente opuestos a la sencilla
dignidad, la hermosura y la fuerza del relato bíblico. Algunas de estas leyendas aparecen en la obra
apócrifa, 1 Infancia 7:1-35; 13:1-13; 15:1-7; 16:1-16; 18:1-19. Parece que Jesús no hizo ningún
milagro antes de comenzar su ministerio público (cf. DTG:53, 55, 71)”. 5CBA:694-695.

En el año decimoquinto.-

[Predicación de Juan el Bautista, Luc. 3:1-18; Mat. 3:1-12; Mar. 1:1-8. Comentario principal:
Mateo y Lucas. Ver diagrama p. 218.] En la antigüedad se computaban las fechas de los
acontecimientos según los años del reinado de los reyes o citando los nombres de los funcionarios bajo
cuya jurisdicción ocurrían los sucesos. No había una cronología universal que se pueda comparar con la
que usamos hoy. Los seis detalles históricos que Lucas presenta aquí ocasionan, en algunos aspectos,
ciertos problemas cronológicos a los estudiosos de la Biblia; sin embargo, esos mismos detalles señalan
con certeza que Lucas era un historiador preciso y exacto (ver com. cap. 1:1-4), lo cual testifica que su
Evangelio es digno de confianza. La principal dificultad cronológica que hay en este pasaje es hacer
coincidir "el año decimoquinto del imperio de Tiberio César" con otros datos cronológicos que existen
de la vida de Cristo y con el sistema de fechas de la era cristiana. Con referencia a este problema, ver
pp. 234-238.
Aunque suele considerarse que Lucas era gentil, es posible que aquí empleara la forma de
cómputo cronológico común entre los Judíos. Si se calculan los años del reinado computando el año de
otoño a otoño, sin contar como año de ascensión al trono la parte del año entre la entronización y el año
nuevo (ver 2CBA:139-143) el primer año de Tiberio habría terminado en el otoño (septiembre-
noviembre) del año 14 d.C. Por lo tanto, su decimoquinto año habría comenzado en el otoño del año 27
d.C. y habría terminado en el otoño del año 28 d.C. El bautismo de Jesús ocurrió en el otoño del año 27
(DTG:200), a comienzos del año quince de Tiberio. Esta fecha y su relación con la profecía de las 70
semanas se discute en com. Dan. 9:25,27. Ver también DTG:84-88.
Otro procedimiento utilizado por algunos para determinar la fecha del comienzo del ministerio de
Cristo, se basa en Juan 2:13,20, donde se sitúa la primera pascua del ministerio público de Jesús en el
año 46 del templo (Juan 2:20). Este problema se trata en las pp. 233-234. Con referencia a la expresión
"como de treinta años", ver com. Luc. 3:23. 5CBA:697-698.

Como de treinta años.-

Lucas no da la edad precisa de Jesús cuando fue bautizado, sino que hace notar que era "como de
treinta años". La declaración de Lucas podría significar o uno o dos años más o menos que treinta.
Pág. 5
Entre los Judíos se consideraba que a los 30 años de edad un hombre llegaba a la plena madurez, y por
lo tanto podía asumir las responsabilidades de la vida pública. Ver diagramas 1,3, pp. 217-218.
Si Jesús nació en el otoño (septiembre-noviembre) del año 5 a.C., lo cual parece razonable (ver
com. cap. 2:6,8), su trigésimo año según el cómputo judío (ver com. cap. 2:42) habría comenzado en el
otoño del año 25 y concluido en el otoño del año 26 (ver com. verso 1). Esto armoniza plenamente con
la declaración más o menos general de Lucas en el sentido de que Jesús "era como de treinta años" y
con todos los datos cronológicos que se tienen de la vida de Jesús. Por lo tanto, parece que Lucas no
hace aquí una declaración cronológica precisa, sino sencillamente indica que Jesús había llegado a la
edad madura cuando fue bautizado y dio comienzo a su ministerio público”. 5CBA:703-704.

“Durante todos los treinta años de su vida privada fue humilde, manso y modesto. Tenía una
relación viviente con Dios, pues el Espíritu de Dios estaba sobre él y demostraba a todos los que lo
conocían que vivía para agradar, honrar y glorificar a su Padre en las cosas comunes de la vida (RH,
24-10-1899.

“El mundo pudo soportar a su Redentor sólo durante treinta años. Vivió durante treinta años en
un mundo todo marchito y estropeado por el pecado, haciendo la obra que ningún otro jamás había
hecho ni podría hacer jamás”. ST, 15-02-1899.

Cronología del Nuevo Testamento.-

Los datos cronológicos del período romano de Palestina son numerosos; es decir, para la historia
romana desde la conquista de Siria por Pompeyo, en el 63 a.C., hasta los primeros emperadores
romanos, cuyos reinados se pueden fechar casi hasta el día. Sin embargo, por extraño que parezca, los
datos para una cronología del NT son muy escasos, y los hechos no se pueden datar con seguridad
como en el período final del AT. La razón principal para ello es que los escritores del NT,
aparentemente con poco interés por la cronología como tal, casi no mencionan fechas. Se ocuparon en
proclamar las buenas nuevas de la salvación. Para ellos era más importante lo que Jesús dijo e hizo que
precisar el momento o lugar donde se produjeron los hechos. Además, esperaban el regreso de Jesús
muy pronto; acontecimiento que, según enseñaban, acabaría con la historia del mundo. Puede parecer
extraño que haya diferencias de opinión acerca de las fechas de los sucesos en la vida de quien marcó
la división del tiempo en 2 eras, pero no tenemos respuestas concluyentes a ciertos problemas de
tiempo relacionados con su nacimiento, su bautismo, su muerte y su resurrección.

A. Nacimiento de Cristo.-

El año del nacimiento de Cristo no fue el año I d.C., sino unos 4 ó 5 años antes. Dionisio el
Exiguo, un abad romano del s VI d.C., enumeró equivocadamente los años de su Era Cristiana al fijar
el nacimiento de Cristo por lo menos 4 ó 5 años más tarde; por eso, la fecha sería el 4 ó 5 a.C. Algunos
pondrían la muerte de Herodes en el otoño del 4 a.C. o más tarde, pero se acepta generalmente que el
eclipse mencionado por Josefo, en relación con ese evento, debió ser el que ocurrió en la primavera del
4 a.C., y por ese tiempo Cristo debió tener varias semanas o meses de edad (Mat. 2:1; Herodes vivió
por lo menos un corto tiempo después [v 15] y murió el 4/3 a.C.). En consecuencia, su nacimiento sin
duda habría ocurrido entre el otoño del 5 a.C. y el invierno del 4 a.C. (Luc. 2:8; "dormían al raso", BJ;
"pasaban la noche al aire libre", NBE; lo que revelaría que Jesús no pudo haber nacido en invierno,
pero, con los datos que poseemos, no podemos saber la fecha exacta; de paso, todas las indicaciones a
estaciones del año se refieren al hemisferio norte).
Tampoco podemos datar con precisión el censo de Cirenio, porque no tenemos otro registro al
respecto y los datos que se podrían referir a él pueden ser interpretados de varias maneras. La estrella
Pág. 6
de Belén (Mat. 2:2) no puede ser identificada con algún acontecimiento astronómico, como algunos
intentaron hacerlo, por cuanto no fue un cuerpo celeste, como es evidente por la descripción de su
movimiento (v 9). Bib.: FJ-AJ xvii.6.4,5.

B. Bautismo de Cristo.-
Juan el Bautista comenzó a predicar en "el año decimoquinto del imperio de Tiberio César" (Luc.
3:1-3,21), poco tiempo -quizá unos 6 meses (cf 1:24,26-31)- antes del bautismo de Jesús, evento desde
el cual se cuenta el ministerio público de Jesús. El comienzo de dicho ministerio está fechado por
Lucas durante la administración de diferentes gobernantes cuyos períodos de servicio se deben ubicar
entre el 26 y el 34 d.C., pero el único año específico que menciona Lucas es el 15º año del imperio de
Tiberio. Para los lectores originales de Lucas esta fecha debió haber sido clara, pero para nosotros no lo
es, por las diferentes maneras de interpretar la fórmula para años de reinado que usa Lucas. Si bien
conocemos el método romano oficial de poner fechas por los consulados, datarlos por años de gobierno
no era una costumbre romana sino de las provincias orientales, y dependía de los diversos métodos
locales de computar el año. No sabemos exactamente qué clase de cálculos empleó Lucas, ya que no
existen fuentes para mostrar cómo usaban los judíos los años de reinado de un emperador romano. Por
tanto, hay diferencias de opinión en cuanto al año preciso señalado como el 15º de Tiberio. Sin
embargo, si Lucas empleó el sistema acostumbrado en Oriente, contó como año 1 el año calendario en
que el gobernante comenzó su reinado. Luego, el año en que Tiberio sucedió a Augusto (que murió en
agosto del 14 d.C.) debió haber sido, de acuerdo con el calendario civil judío, el 13/14 d.C. (de otoño a
otoño), por lo que el 15º, de Tiberio habría sido el 27/28 d.C., comenzando en otoño. La fecha para el
bautismo que mejor se ajusta a la narración bíblica de la vida de Cristo, especialmente en lo que se
refiere a la extensión del ministerio de Cristo hasta la crucifixión, es el otoño del 27 d.C. (véanse las
secciones C y D, más abajo), Cristo tenía entonces aproximadamente "como... treinta años" (3:23), y
poco después se dice que el templo había sido edificado "en cuarenta y seis años" (Juan 2:20).

C. Crucifixión de Cristo.-

Hay interpretaciones alternativas para esta fecha. Ubicar el año exacto tratando de descubrir en
cuál -durante la época general en que Jesús fue crucificado- pudo caer la Pascua en viernes, no es un
problema sencillo como muchos suponen. Los astrónomos son enfáticos en declarar que las fechas de
las lunas nuevas y de las lunas llenas que ellos dan para los años posibles de la crucifixión no son una
prueba de la fecha correspondiente en el calendario Judío antiguo. Esto se debe a que el 1º del mes
judío no era el día astronómico de la luna nueva ("conjunción"), sino que dependía de la aparición del
pequeño borde iluminado de la Luna, lo que podía ocurrir de 1 a 3 días más tarde. No se pueden
determinar todas las variables astronómicas ni las condiciones atmosféricas para un mes específico
dado. Por ello, la reconstrucción moderna de una antigua fecha judía, sin más información detallada
que el día del mes lunar, no puede llevarnos al día exacto. Es cierto que hay 2 años posibles, por
diferentes métodos de interpretación, para una crucifixión en viernes (años 30 y 31 d.C.), pero ninguno
de ellos se puede demostrar astronómicamente; es decir, otra vez tenemos que elegir la alternativa que
se adecua mejor a las especificaciones históricas o bíblicas.
Al considerar todas las informaciones bíblicas -las históricas y las del calendario: el nacimiento
de Jesús antes de la muerte de Herodes el Grande, su bautismo unos 30 años más tarde, los 46 años de
la construcción del templo, el año 15º de Tiberio, la crucifixión después de un ministerio de 3 1/2 años,
la relación de la crucifixión con la Pascua y la fecha del mes, que no se pueden analizar aquí-, este
Diccionario adopta para las 3 fechas clave de la vida de Cristo los años: 5/4 a.C. para su nacimiento, 27
d.C. para su bautismo, y 31 d.C. para su muerte y resurrección (5CBA:225-259; véase la sección D).

D. Acontecimientos del ministerio de Cristo.-


Pág. 7

Como los evangelios no se escribieron básicamente para registrar las fechas de los
acontecimientos de sus relatos, no siempre siguen un orden cronológico. Por esto, y porque algunos
eventos están registrados por un solo evangelista, y relativamente pocos por los 4, no es posible ser
dogmático acerca de la secuencia exacta. La extensión del ministerio de Cristo ha sido tema de
diferencias de opinión; muchos escritores modernos sostienen una duración de más o menos 1 año,
otros, de 2 o más, y unos pocos hasta de 7 años; pero la cronología adoptada por este Diccionario
acepta un período de 3 1/2 años, según las menciones de 3 fiestas de Pascua en el Evangelio de Juan
(Juan 2:13: 6:4; 12:1) y otra no designada por nombre (5:1) que razonablemente parece haber sido una
Pascua. Véase Jesucristo III.

E. Cronología de Hechos y las Epístolas.-

Como no hay declaraciones específicas de fechas en Hechos o las epístolas, cualquier cronología
de esta porción bíblica se debe considerar sólo aproximada. La que adopta este Diccionario puede ser
tomada como una escala útil para la secuencias y fechas aproximadas de los acontecimientos, en
armonía con la narración bíblica y el trasfondo histórico. Los sucesos clave, que pueden ser fechados
con una exactitud de un año en más o en menos, son: 1. Gobierno de Aretas IV de Damasco
(probablemente 37-40 d.C.), en ocasión de la huida de Pablo. 2. Muerte de Herodes Agripa I, poco
después de haber puesto a Pedro en la cárcel (44 d.C.). 3. Expulsión de los judíos de Roma decretada
por Claudio, la que obligó a Aquila y a Priscila a huir a Corinto (c 49 d.C.). 4. Proconsulado de Galión
en Grecia (51/52 o 52/53 d.C.), sincronizado con el 2º viaje misionero de Pablo. 5. Ascenso de Festo (c
60 d.C.).
Bib.: Artículos introductorios acerca de la cronología y los calendarios en el CBA y la
bibliografía anotada de ellos: véase 1:183-207; 2:103-168; 3:87-114; 4:19-26; 5:225-259; 6:100-111.
Acerca de los principios generales y métodos: Cambridge Ancient History [Historia antigua de
Cambridge], 3ª ed., t 275 1, parte 1, cp 6; Siegfried H. Horn y Lynn H. Wood, The Chronology of Ezra
7 [La cronología de Esdras 7], 2ª ed. (Washington, Review and Herald, 1970), cps 1-4. Acerca del
período de los reinos hebreos: Siegfried H. Horn, "The Chronology of Hezekiah's Reign" [La
cronología del reinado de Ezequías], AUSS 2 (1964): 40-52; E. A. Parker, "A Note on the Chronology
of 2 Kings 17:1" [Una nota sobre la cronología de 2 R. 17:1], AUSS 6 (1968):129-133; Siegfried H.
Horn, "The Babylonian Chronicle and the Ancient Calendar of the Kingdom of Judah" [La crónica
babilónica y el antiguo calendario del reino de Judá], AUSS 5 (1967):12-27. Edwin R. Thiele, The
Mysterious Numbers of the Hebrew Kings [Los misteriosos números de los reyes hebreos] (ed. rev.,
Grand Rapids, Wm. B. Eerdmans, 1965); Edwin R. Thiele, The Chronology of the Hebrew Kings [La
cronología de los reyes hebreos] (Grand Rapids, Zondervan, 1977). Para el exilio y la
restauración:Horn y Wood, ibíd., cps 4 y 5. Para la cronología y el calendario babilónico-persa:
Richard A. Parker y Waldo H. Dubberstein, Babylonian Chronology, 626 B.C.-A.D. 45 [Cronología
babilónica: 626 a.C.-45 d.C] (Chicago, University of Chicago Press, 1946); la misma obra, publicada
de nuevo, abarca hasta el 75 d.C. (Providence, RI, Brown University Press, 1956). DBA:273-275.
Pág. 8

https://sites.google.com/site/eme1888 ; eme1888@gmail.com

También podría gustarte