Está en la página 1de 6

HISTORIA DE LA FILOSOFÍA - LÍNEA DEL TIEMPO

EL MITO

A. LA CREACIÓN SEGÚN EL MITO JUEDOCRISTIANO

1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra. 2 Y la tierra estaba desordenada y vacía, y
las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de
las aguas. 3 Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. 4 Y vio Dios que la luz era buena; y separó
Dios la luz de las tinieblas. 5 Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue
la tarde y la mañana un día. 6 Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y
separe las aguas de las aguas. 7 E hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban
debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así. 8 Y llamó
Dios a la expansión Cielos. Y fue la tarde y la mañana el día segundo. 9 Dijo también Dios:
Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue
así. 10 Y llamó Dios a lo seco Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares. Y vio Dios
que era bueno. 11 Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla;
árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue
así. 12 Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y
árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno. 13 Y
fue la tarde y la mañana el día tercero. 14 Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión
de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para
días y años, 15 y sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la
tierra. Y fue así. 16 E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que
señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo también las
estrellas. 17 Y las puso Dios en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra, 18
y para señorear en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que
era bueno. 19 Y fue la tarde y la mañana el día cuarto. 20 Dijo Dios: Produzcan las aguas
seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos. 21 Y
creó Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve, que las aguas
produjeron según su género, y toda ave alada según su especie. Y vio Dios que era bueno.
22 Y Dios los bendijo, diciendo: Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares,
y multiplíquense las aves en la tierra. 23 Y fue la tarde y la mañana el día quinto. 24 Luego
dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y
animales de la tierra según su especie. Y fue así. 25 E hizo Dios animales de la tierra según
su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su
especie. Y vio Dios que era bueno. 2 Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el
ejército de ellos. 2 Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo
de toda la obra que hizo. 3 Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él
reposó de toda la obra que había hecho en la creación26 Entonces dijo Dios: Hagamos al
hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en
las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre
la tierra.27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra
los creó. 28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y
sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias
que se mueven sobre la tierra. 29 Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da
semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os
serán para comer. 30 Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo
que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue
así. 31 Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue
la tarde y la mañana el día sexto.

B. EL MITO PELASGO DE LA CREACIÓN (Investigar)

C. EL MITO OLÍMPICO DE LA CREACIÓN (investigar)

Actividad

1- Caracterizar el pensamiento mítico utilizando los conceptos: sobrenatural, dioses,


ritual.

2- Describir el mito pelasgo, el mito olímpico y el mito judeocristiano de la creación.

3- ¿Cuál de los tres mitos te parece más verosímil? ¿Por qué?

TRABAJO PRÁCTICO N 1
FILOSOFÍA PRESOCRÁTICA (del siglo VII al V Antes de Cristo)

El inicio de la filosofía occidental se encuentra unido al problema y a la posible explicación


racional de la physis (naturaleza). Fueron los presocráticos los primeros pensadores que, en
el mundo occidental, intentaron dilucidar una explicación racional de la realidad en su
conjunto y de la realidad de las cosas, superando a los autores antiguos que habían basado
sus explicaciones en el concepto de mito.
Los filósofos presocráticos tienen como tema central de reflexión el problema de la
naturaleza y su origen.

TALES DE MILETO

Tales es considerado el primer filósofo por cuanto, frente a las explicaciones de la realidad
de carácter mítico y religioso, nos ofrece por primera vez una explicación basada en la
razón, es decir, en la que no se apela a entidades sobrenaturales para explicar lo real ni se
admite lo contradictorio, rechazándose, además, la heterogeneidad entre la causa y el
efecto: si la realidad es física, su causa ha de ser también física (el agua, por ejemplo).

En cuanto a su cosmología, afirmaba que la tierra estaba sobre el agua, flotando como un
disco. Se le atribuye la afirmación "todo es agua", que se ha interpretado en el sentido de
que Tales afirmaba que el agua era el elemento originario de la realidad, el principio de
todas las cosas, o bien en el sentido de que todas las cosas estaban constituidas o formadas
por agua. ¿De dónde procede esta idea? Algunos afirman que Tales la tomó de la mitología
oriental; la mayoría, sin embargo, tienden a atribuirle un origen experimental, bien derivado
de la experiencia de lo húmedo y de la importancia de la humedad en el desarrollo de la
vida, o bien de la observación de la evaporación del agua, que hace que este elemento se
transforme en otro. En todo caso fue el primero que planteó la cuestión de la naturaleza
última del mundo, concibiendo las cosas como formas cambiantes de un primer y único
elemento: el agua.

ANAXIMANDRO DE MILETO

Anaximandro fu discípulo y compañero de Tales, siendo unos catorce años más joven que
él. Se ocupó, al igual que Tales, de cuestiones prácticas relacionadas con la ciencia y se le
atribuye la elaboración de un mapa del mar Negro, probablemente para uso de los
navegantes milesios que viajaban por él. Al igual que otros filósofos griegos participó
activamente en la vida política de su ciudad, y se le atribuye la dirección de una expedición
colonizadora a Apolonia. Respecto a su actividad filosófica se le atribuye la composición
de una obra en prosa, "Sobre la naturaleza", en la que expone sus teorías.

Al igual que Tales buscó el elemento primordial y básico a partir del que se ha generado la
realidad; pero a diferencia de él consideró que dicho elemento o "arjé" (origen, principio)
no podía estar constituido por ninguno de los elementos conocidos, como el agua, ni
tampoco por ninguna clase particular de materia. Si ese primer elemento era la causa
material de todo lo existente había de ser la causa, por lo tanto, de toda materia particular,
por lo que dicho principio no podía identificarse con ninguna materia particular. Siendo su
principio, su comienzo, su fuente, había de ser algo necesariamente distinto; pero dado que
nosotros sólo conocemos las formas particulares de materia que emanan de ese primer
principio hemos de concluir que el "arjé" tiene que ser una materia desconocida para
nosotros y, en cuanto tal, una materia indeterminada, indefinida, ilimitada, a la que
Anaximandro da el nombre de "ápeiron". Eso es lo que parece transmitirnos alguno de los
fragmentos conservados de Anaximandro.

Vemos, en definitiva, que Anaximandro afirma como primera causa de la realidad una
causa material: lo indefinido, lo indeterminado, lo infinito, a partir de la que evoluciona
todo lo real. En la medida en que se niega a identificar esta primera causa con un elemento
material particular su pensamiento supondrá un avance con respecto a Tales, en cuanto
significa un considerable esfuerzo de abstracción y coherencia racional.
PITÁGORAS DE SAMOS

La filosofía de Pitágoras se desarrolla en una doble vertiente: una místico-religiosa y otra


matemático-científica.

a) Por lo que respecta a la primera, el eje central está representado por la teoría de la
trasmigración de las almas y la consecuente afirmación del parentesco entre todos los seres
vivos. Según ella, las almas son entidades inmortales que se ven obligadas a permanecer en
cuerpos reencarnándose sucesivamente pasando de unos a otros durante un periodo de
tiempo indeterminado, hasta superar el proceso de reencarnaciones gracias a la purificación
(catarsis), que culmina en el regreso del alma a su lugar de origen. Para ello, era necesario
observar numerosas reglas de purificación, por ejemplo, la abstinencia de la carne, así como
diversas normas rituales y morales. Esta teoría será adaptada posteriormente por Platón,
constituyendo un elemento importante de su filosofía.

b) Respecto a la vertiente matemático-científica, Pitágoras afirmaba que los números eran


el principio (arjé) de todas las cosas.

No sabemos si se concebían los números como entidades físicas o si, por el contrario, se
afirmaba que el principio de la realidad era algo de carácter formal, es decir, no material
(una relación, una estructura...). Aristóteles pensaba que la doctrina pitagórica del número
se basaba en descubrimientos empíricos; por ejemplo, el hecho de que los intervalos
musicales puedan expresarse numéricamente. (De hecho los pitagóricos concedieron una
gran importancia al estudio de la música, vista su relación con las matemáticas. Esta
relación la pudieron ir ampliando al resto de objetos que constituyen la realidad,
descubriendo en el número la razón de todo lo real, lo que llevaría a convertirlo en el "arjé"
de los milesios.) Parece, además, que los pitagóricos concibieron los números
espacialmente, identificando el punto geométrico con la unidad aritmética. Las unidades
tendrían, pues, extensión espacial y podrían ser consideradas, como dice Aristóteles, como
el elemento material de las cosas.

PARMÉNIDES DE ELEA

El siguiente poema de Parménides expone su doctrina a partir del reconocimiento de dos


caminos para acceder al conocimiento: la vía de la verdad y la vía de la opinión. Sólo el
primero de ellos es un camino transitable, siendo el segundo objeto de continuas
contradicciones y apariencia de conocimiento.

"Ea, pues, que yo voy a contarte (y presta tu atención al relato que me oigas)
los únicos caminos de búsqueda que cabe concebir:
el uno, el de que es y no es posible que no sea,
es ruta de Persuasión, pues acompaña a la Verdad;
el otro, el de que no es y el de que es preciso que no sea,
este te aseguro que es sendero totalmente inescrutable."

Para alcanzar el conocimiento sólo nos queda pues, la vía de la verdad. Esta vía está basada
en la afirmación del ser: el ser es, y en la consecuente negación del no ser: el no ser no es.
El ser es, lo uno es. La afirmación del ser se opone al cambio, al devenir, y a la
multiplicidad. Frente al devenir, al cambio de la realidad que habían afirmado los filósofos
jonios y los pitagóricos, Parménides alzara su voz que habla en nombre de la razón: la
afirmación de que algo cambia supone el reconocimiento de que ahora "es" algo que "no
era" antes, lo que resultaría contradictorio y, por lo tanto, inaceptable. La afirmación del
cambio supone la aceptación de este paso del "ser" "al "no ser" o viceversa, pero este paso
es imposible, dice Parménides, puesto que el "no ser" no es.

HERÁCLITO DE ÉFESO: La lucha de opuestos y el cambio constante

Debido a su vida solitaria y a la oscuridad de su filosofía, fue llamado “El oscuro”. Se cree
que sus obras quedaron recogidas en una sola titulada “De la naturaleza”, que trataba del
universo, la política y la teología. Afirma que el fundamento de todo está en el cambio
incesante; el ente deviene y todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y
destrucción al que nada escapa. El universo de Heráclito está, ciertamente, formado por
contrarios en perpetua oposición.

Es Heráclito el que cambia totalmente de orientación del pensamiento al observar que todo
en la realidad está en perpetuo cambio y que es imposible definir algo porque de inmediato
esa cosa se modifica y ya deja de ser lo que era para ser otra.

Nunca tenemos la misma experiencia ni vemos dos veces lo mismo porque las cosas
cambian en un constante devenir.
Heráclito afirma que el fundamento de todo está en el cambio incesante. El ente deviene y
todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al que nada escapa.
El universo de Heráclito está, ciertamente, formado por contrarios en perpetua oposición.

Si bien Heráclito no desprecia el uso de los sentidos (como Platón) y los cree
indispensables para comprender la realidad, sostiene que con ellos no basta y que es
igualmente necesario el uso de la inteligencia. Al uso de los sentidos y de la inteligencia,
hay que agregarle una actitud crítica e indagadora. La mera acumulación de saberes no
forma al verdadero sabio, porque para Heráclito lo sabio es «uno y una sola cosa», esto es,
la teoría de los opuestos. Quizás el fragmento más conocido de su obra dice: “En los
mismos ríos entramos y no entramos, [pues] somos y no somos [los mismos].”

La guerra o discordia es una metáfora que emplea Heráclito para expresar el cambio en el
mundo. Esta guerra es la que se produce entre opuestos (calor - frío - día - noche - salud -
enfermedad - guerra - paz) por lo que cabe inferir que el cambio en el mundo, según
Heráclito, se debería a esta lucha entre opuestos. Heráclito define la guerra o discordia
como díke, el camino señalado o regla normal de comportamiento.

EMPÉDOCLES DE AKRAGAS

Su personalidad está envuelta en la leyenda ya que, además de filósofo, fue conocido por
sus habilidades como médico y sus actividades relacionadas con la magia o con el
chamanismo. Se dice que fue discípulo de Pitágoras o, cuando menos, pitagórico y maestro
del sofista Gorgias de Leontini, atribuyéndosele también la creación de la retórica.

Por lo que respecta a la naturaleza Empédocles aceptó el postulado parmenídeo de la


permanencia del ser; pero tratará de dar una explicación del cambio, negándose a aceptar el
carácter ilusorio la realidad sensible. Para solucionar las aporías en las que habían caído los
anteriores filósofos Empédocles postula la existencia de cuatro elementos (fuego, tierra,
aire, agua) cada uno de ellos con las características de permanencia e inmutabilidad del ser,
y la existencia de dos fuerzas cósmicas (Amor, Odio) que actuarán como causa de la
combinación o disociación de los elementos.

Consignas:

1 ¿Cuál es la diferencia fundamental entre el pensamiento mítico y la filosofía presocrática?

2 Origen de todas las cosas según: a) Tales, b) Anaximandro, c) Pitágoras y d) Empédocles.

3 Desarrolla brevemente las dos vertientes de la filosofía de Pitágoras.

4 Diferencia los conceptos de verdad, opinión y cambio según Parménides.

5 Describe la visión de Heráclito sobre el devenir y la lucha de opuestos.

6 Escribe un texto con tu punto de vista relacionando la filosofía de Heráclito con la de


Parménides y con la postura de Karl Marx que asegura que “la historia de la humanidad es
la historia de la lucha de clases” y que “el conflicto es el motor de la historia”. Tené en
cuenta los conceptos de cambio, verdad y conflicto.

También podría gustarte