Está en la página 1de 42

NEGRO

LUTO

Cristián Mínguez
Negro Luto Tragedia en un acto
Cristián Mínguez cristian.minguez@yahoo.es
Tlf. 676892540

Personajes

Niña Romero (Gitana del Sacromonte)

Remedios (Mujer soltera, de mediana edad, culta, de derechas,)

Angustias (Viuda, republicana, vieja y sola )

Visten de negro, a modo de tragedia griega, sus vestidos están


adornados con largos flecos. Llevan zapatos de baile español. Niña
Romero, con flores en el pelo y abalorios de gitana. Angustias, pelo
blanco, recogido con moño bajo y grandes pendientes de plata calada.
Remedios, con medallas y otros adornos de oro.
Habrán de llevar amplios velos de luto, a veces como mujeres
andaluzas, y otras como mantos griegos.

La acción, en Granada, Mirador de San Nicolás, en el Albaycin,


18 y 19 agosto 1936.

Decorado

Sobre cámara negra. Al fondo, campanario y muros blancos derruídos ,de


la Iglesia de San Nicolás ,

Tres sillas de enea clara.


Cortinas de gasa negra, para cuando la acción lo requiera.

Rodeando el escenario, el muro bajo y encalado , abierto en la parte central ,


del balcón mirador que rodea la plaza.

El público se sitúa donde estaría la parte frontal del muro y vista de La


Alhambra.

Sonidos de guerra intermitentes durante toda la obra, intercalados con


cante jondo, preferible con cantaor y guitarrista en directo.

2
Acto I

Prólogo Cristián Minguez “Negro Luto”

Niña Romero, Remedios ,Angustias

(Luz Nocturna . Se escucha una ráfaga de metralla y sonidos de guerra)


(Los personajes están de espaldas al público, llevan el velo, a modo de manto de luto
de gasa negra ) ( Se enciende un foco y las ilumina)

Niña Romero.- (Se vuelve, seria, mirando al público) Negro Luto llevo, por la
muerte de mi pequeña hija...

Remedios.- (Volviéndose, con dignidad. Al público ) De negro luto, por la


muerte de mi santa madre…

Angustias.- (Se da la vuelta, cansada. Al público) Negro luto llevo yo en la


soledad del alma, por la muerte de mi marido, y la de todos mis seres
queridos .

Niña Romero.-.¿Negro Luto?…. (Se rebela y grita) ¡No! De Negro Luto,


¡No!.....

Remedios.- (A la Niña Romero) ¡Silencio! Que estoy de luto.

Angustias.- (Gime) De negro luto

Niña Romero.- (Gritando) ¡No! De luto ¡No!

Angustias.- (Llora) Demasiados años de luto

Remedios.- ¡Negro Luto!...

Angustias.- ¡Negro Luto!...

Niña Romero.- (Aceptando, estremecida) ¡Negro Luto!...

Todas.- (A coro ) ¡Negro Luto!... (Gritan)


(Se oye otra ráfaga de fúsiles. Las luces se apagan. Los personajes desaparecen)

3
Escena I Cristián Minguez “Negro Luto”

Niña Romero

(Música de guitarra. Luz clara, al atardecer)

(Se acerca a una de las sillas, deja su velo , en el respaldo)

Niña Romero.- ( Oliendo el romero que lleva en la mano ) ¡Ay!, Qué bonita va a
ser esta puesta de Sol, calurosa pero bonita ;a pesar de los fusiles y las
metrallas.(Suspira) ¡Qué mes de agosto está viviendo Granada!. Malditos
sean los que han “desencadenao” la guerra. (Huele y hace gestos a modo de
ritual) Romero, Romero, que se vaya lo malo y venga lo bueno… (Suspira)
Menos mal (admirando el entorno) que desde este mirador de San Nicolás,
todo parece igual. Sí, no lo podrán cambiar. El Albaycín, seguirá así de
bello(mira al público, donde está la Alambra) y mi Alambra, diosa en el tiempo,
eterna…
(Mira hacia atrás) Bueno y el Sacromonte no digamos…., con mi casa cueva
más blanca que la nieve de Sierra Nevada. (Se escuchan disparos lejanos. Ella se
enfada) Cómo alguien se atreva a mancharla de sangre se la tendrá que ver
con la Niña Romero, que detrás de este nombre tan oloroso, se esconde la
gitana más fiera de “to” Granada …(Se enfada más) Mala “puñalá” le den a
los que nos han “llevao” a pelearnos como fieras. (Hace unos gestos a modo de
ritual) Hambre y miseria, eso es lo que nos espera; lo que les espera a
muchos “payos” porque lo gitanos ya estamos “acostumbraos” (se estremece)
pero también habrá sangre, muerte y luto, mucho luto …

( Los disparos continúan.)

4
Escena II Cristián Minguez “Negro Luto”

Niña Romero, Remedios

Remedios.- (Llegando, mirando la Iglesia) Qué penita de Iglesia de San


Nicolás, quemada y sin cura. Ni campanas sonando. ¿Qué más nos traerá
esta guerra? (A la gitana) ¡Vaya! La Niña Romero!

Niña Romero.- Remedios, qué gusto verte de nuevo.

Remedios.- A ver si de una vez por todas pudiera oír misa.

Niña Romero.-Aquí desde luego, no; solo quedan las paredes..

Remedios.- A saber donde estará el cura. Al menos me podría confesar.

Niña Romero.- A lo mejor está en casa del sacristán.

Remedios.- ¿Para qué habría de querer al sacristán? (mirando al campanario)


No podría ni tocar las campanas, se fundieron con el incendio.

Niña Romero.- Hay muchas almas en pena que las tocarían.

Remedios.- (Se santigua) ¡Ave María Purísima!

Niña Romero.- Los muertos también fueron personas de carne y hueso.

Remedios.- ¡Calla! No empieces con tus brujerías.

Niña Romero.- Son verdades…

Remedios.- Supersticiones. Los muertos están en el cielo, o en el infierno,


no para tocarnos las campanas a quienes les lloramos.

Niña Romero.- Los que se van, siguen con nosotros.

Remedios.- (Se quita el velo; lo deja en el respaldo de una silla) Trae, dame una
ramita de romero.

Niña Romero.- (Dándosela) Por si acaso ¿No?

5
Remedios.- (Le da una moneda) Toma y calla.

Niña Romero.- Monedas, no, que no dan buena suerte.

Remedios.- (De mala gana, le da un billete) Aquí tienes.

Niña Romero.- (Guardándoselo en el escote) Así está mejor.

Remedios.- (Esperando que le devuelva la moneda) ¿Y la moneda?

Niña Romero.- No se debe nunca despreciar una ofrenda.

Remedios.- Si dices que no dan buena suerte…

Niña Romero.- Cuando van en calderilla. Junto a los billetes no es lo


mismo (se la guarda).

Remedios.- ¡Ya!...

Niña Romero.- (Le da otra ramita) Ésta de regalo…Para que no te quejes,


señorita. Y si quieres, te digo la buenaventura.

Remedios.- No quiero que me veas más pretendientes.

Niña Romero.- Una ve, lo que ve.

Remedios.- Di mejor, lo que en cada momento te conviene ver.

Niña Romero.- (Riendo) Qué necesidad tienen algunas de novio.

Remedios.- (Ríe también) Qué casamentera eres…

Niña Romero.- ¡Ea! Nunca pierdas la ilusión

Remedios.- Eso decía yo…. Pero detrás de la ilusión…

Niña Romero.- Si la hay ¿Qué más da lo que venga después?

Remedios.- Sí que da, cuando lo que hay después es (seria) muerte.

Niña Romero.- No la nombres, que no andará lejos…

6
Remedios.- No te preocupes, ya me he enfrentado con ella.

Niña Romero.- Todos , tarde o temprano, lo hacemos .

Remedios.- Unos antes que otros.

Niña Romero.- (Compadeciéndola) Lo dices por…

Remedios.- Por mi madre.

Niña Romero.- El amor que te dio nunca morirá.

Remedios.- Se lo llevó a la sepultura.

Niña Romero.- Alguien te lo traerá de nuevo.

Remedios.- Jamás sería el suyo.

Niña Romero.- Cómo me acuerdo de veros pasear por este mirador.

Remedios.- Qué poco viste...

Niña Romero.- Pues no te lo guardes, cuenta…

Remedios.- Qué gitana más curiosa.

Niña Romero.- También yo tengo madre.

Remedios.- No cómo yo.

Niña Romero.- ¿Es qué siendo “paya” vas a querer más a tu madre, que
una gitana? Para nosotros los padres son sagrados.

Remedios.- Cómo yo he querido a mi madre, ninguna otra lo hará.

Niña Romero.- (Comprensiva) Cuánto debiste sufrir cuando murió.

Remedios.- Cuánto aún sufro.

Niña Romero.-El tiempo todo lo cura.

Remedios.- Por mí, el tiempo no pasa…

7
Niña Romero.- Las arrugas te demostrarán lo contrario.

Remedios.- La arrugas no llegan al alma, mi dolor se mantiene joven,


fuerte, inalterable.

Niña Romero.- Tu madre era una mujer mayor, es ley de vida.

Remedios.- Ley de vida si te da tiempo a rehacerla, cuando otro amor te ha


hecho alejarte de aquel que recibías en el hogar donde has nacido.

Niña Romero.- ¡Sí!... Y formas uno para ti, para tus hijos.

Remedios.- A mí no me dio tiempo

Niña Romero.- No quisiste, que no es lo mismo.

Remedios.- ¿Y tú qué sabes?

Niña Romero.- Venga Remedios, que estoy enterada de los desprecios


que hacías a tus pretendientes.

Remedios.- A todos no.

Niña Romero.- A quien tú querías, ya le había echado el guante, otra más


lista , y menos “enmadrá”

Remedios.- ¡Calla! No seas cotilla.

Niña Romero.- ¿Es qué ya no te acuerdas cuando venías buscándome para


que te dijera el porvenir que te esperaba con él?

Remedios.- No sé ni como hacía esa tontería, son supersticiones.

Niña Romero.- Y cuando tu madre me pedía que os cortara el mal de ojo,


¿También era superstición?

Remedios.- Mi madre tenía mucha fe en ti, por eso, te respeto.

Niña Romero.- La gente no es tonta, sabe que yo no la engaño.

Remedios.- (Curiosa) ¿Me echaban mucho mal de ojo?...

Niña Romero.- Pero mucho, y había sus motivos.

8
Remedios.- ¿Qué motivos puede llevar a la gente a desear el mal a una
persona como yo, que no se mete con nadie?

Niña Romero.- Pero que quiere a quien no debería querer.

Remedios.- ¿Cómo?

Niña Romero.- Cuando varias se fijan en el mismo hombre, mal asunto.

Remedios.- Yo nunca me he fijado en el hombre de ninguna otra.

Niña Romero.- No, claro, tú eres especial.

Remedios.- Soy una mujer con unos principios sociales , religiosos.

Niña Romero.- (Ríe) Qué graciosa eres, bueno yo te comprendo, estoy


“enterá” de comos sois las beatas.

Remedios.- No empecemos…

Niña Romero.- Hija mía, no creo que ser beata sea nada malo, hay muchas,
casi todas solteronas ( ríe) como tú.

Remedios.- (Algo furiosa) Descarada.

Niña Romero.- No te enfades, si estamos entre amigas, perdón, quiero


decir que nos conocemos; tú no eres de esa clase de personas que tiene
amistades con los gitanos.

Remedios.- ¿Qué dices? siempre os he respetado.

Niña Romero.- Respetar no significa, amar, compartir.

Remedios.- No sé que quieres decir.

Niña Romero.- Tu madre, era una santa, ella sí que me comprendía, me


ayudaba.

Remedios.- ¡Calla! No quiero oírlo.

Niña Romero.- ¿Celosa?

9
Remedios.- ¡Sí!...

Niña Romero.- Por lo menos eres sincera.

Remedios.- (Sincerándose) Siempre te tuve celos, mi madre te trataba casi


tan bien como a mí.

Niña Romero.- Qué lástima que se nos vayan las personas buenas.

Remedios.- Y se queden los diablos, esos son como el dolor, no se


extinguen nunca.

Niña Romero.- Cuántos diablos hay ahora sueltos por Granada.

Remedios.- Y cuántas barbaridades están haciendo.

Niña Romero.- Por cierto, hablando de diablos,(sarcástica) ¿Qué fue de tu


enamorado, después de dejarte plantada.

Remedios.- No me dejó plantada, fui yo quien no quise (duda) casarme con


él.

Niña Romero.- ¿Casarte con él o fugarte con él?.

Remedios.- ¿Y tú qué sabes?

Niña Romero.- Lo sé y muy bien, tu madre me lo contó.

Remedios.- Mi madre únicamente sabía lo que yo le decía.

Niña Romero.- Las madres saben lo que le cuentan las hijas y mucho más,
qué inocente eres.

Remedios.- ¿Qué te dijo?

Niña Romero.- Todo.

Remedios.- Mentira.

Niña Romero.- Si tú lo dices…

Remedios.- Nadie supo nunca la verdad.

10
Niña Romero.- Ni siquiera tú…

Remedios.- Mi verdad era , el amor.

Remedios.- Un amor que convertiste en muerte.

Remedios.- Ojala me hubiera muerto yo, habría sufrido menos.

Niña Romero.- Mujer, no digas esas cosas.

Remedios.- (Trágica) Quizá con esta guerra…

(Sonido de bombas)

Niña Romero.- (Se santigua, ) Virgen de las Angustias, protégenos.

(Siguen sonando disparos lejanos)

11
Escena III Cristián Minguez “Negro Luto”

Niña Romero, Remedios, Angustias

Angustias.- (Aparece a lo lejos, estática. El velo la cubre casi por completo.)


¿ Quién pronuncia mi nombre?

Niña Romero.- ¿Acaso te crees la Virgen?

Angustias.- He sufrido tanto como ella.

Niña Romero.- No te quejes, siempre se puede sufrir más.

Angustias.- ¿Más?...

Remedios.- Sí, más, esta guerra te lo demostrará.

Angustias.- No quiero guerras, no quiero más muertes…

Remedios.- Las habrá.

Angustias.- Más sufrimiento.

Niña Romero.- No te preocupes, tú ya no tienes a quien llorar.

Angustias.- ¿Cómo lo sabes?

Niña Romero.- No hay más que verte.

Angustias.- ¿Qué ves?

Niña Romero.- Soledad.

Angustias.- ¿Nada más que eso ves? Qué poco... (Se quita el velo y lo coloca
en la otra silla)

Remedios.- No eres la única que está sola.

Niña Romero.- (Se acerca a ella) Enséñame tu mano…

Angustias.- (Las esconde) Está demasiado vieja.

12
Niña Romero.- Para los gitanos, la vejez es una honra (le toma la mano. Al
verla se santigua) Angustias de mi alma y de mi corazón, si hay mucho más
de lo que yo creía.

Angustias.- Pues lo que no se ve, lo que está dentro de mi alma, aún es


peor.

Niña Romero.-Solo veo un pozo negro.

Angustias.- Toda la vida de luto.

Remedios.- (Triste) Me partes el corazón.

Angustias.- El mío ya no siente nada.

Niña Romero.- ¿Nada?

Angustias.- Tanto luto, lo ha dejado insensible.

Niña Romero.- (Intentando animarla) ¡Venga! …Anímate, toma un poco de


romero.

Angustias.- Una rama como ésta gustaba tener bajo la almohada.

Remedios.- Buena costumbre.

Angustias.- Pero ya no la tengo…. No la quiero tener…

Niña Romero.- (Le retira el romero) Peor para ti.

Angustias.- La última de las ramas la eché al ataúd de mi marido. Juré no


volver a sentir su olor entre las sabanas mientras que le guardara luto.

Remedios.- ¿Hace mucho tiempo de eso?

Angustias.- Diecisiete años hará a finales de este agosto.

Niña Romero.- (Vuelve a ofrecerle) Pues huele sin miedo, que ya es hora.

13
Angustias.- (Huele) Parece que lo estoy sintiendo junto a mí, en esas noches
en las que su cuerpo se pegaba al mío, cuando mis carnes estaban prietas,
cuando mi corazón estaba vivo y mi sangre hervía esperando el momento
que me montara como sólo él lo hacía.

Niña Romero.- Vaya con el romero. Que recuerdos te ha traído. Si ya lo


digo yo, no hay nada como una ramita para espantar las penas.

Angustias.- Las penas no se espantan tan fácilmente….

Niña Romero.- Al menos se olvidan,

Remedios.- (Para si) Hay pesares que no terminan. (Pausa)

Angustias.- (Mirando a la Iglesia, suspira) En esta Iglesia me casé.

Remedios.- Buen sitio, San Nicolás es un santo que da suerte.

Angustias.- ¿Suerte?...

Remedios.- ¿Acaso no viviste buenos momentos con tu marido?

Angustias.- La verdad es que sí.

Niña Romero.- Entonces no seas “desaboría” y acuérdate también de lo


bueno.

Angustias.- Qué alegría respiras gitana.

Niña Romero.- Niña Romero , que me llaman, por algo será.

Remedios.-(A la gitana) Tendrás lo tuyo, espera y verás.

Niña Romero.- (Apartándose) ¡Calla! No seas pájaro de mal agüero!

Remedios.- Es simplemente , la vida.

Niña romero.- Lo sé, también sufrí una gran pérdida.

Angustias.- ¿Una, nada más?

Niña Romero.- (Se entristece) No hagáis que recuerde.

14
Remedios.- Lo ves, no todo son ramitas de romero.

Niña Romero.- ¡Sí! También hay coronas de espinas.

Angustias.- (Al frente) ¡Y… luto!

Niña Romero.- (Al frente) El luto por mi niña….

Angustias.- (Mirándola) ¿Perdiste a tu hija?

Niña Romero.- A la primera que tuve, para que me doliese aún más…

Remedios.- Dicen, que no hay nada más doloroso que la muerte de un hijo.

Niña Romero.- Te rasga las entrañas.

Angustias.- Te parte el alma en dos.

Niña Romero.- (Mirando a Angustias fijamente) Tú, eres fuerte.

Angustias.- Yo, estoy sola…. el tiempo me ha dejado sola…

Remedios.- El tiempo lo arrastra todo.

Angustias.- También perdí a mis tres hijos…, a mis padres, mis hermanos,
a todos los que quise, pero ninguna de esas muertes puede compararse con
el dolor que sentí al perder a mi marido.

Niña Romero.- ¿Cómo puedes decir eso, mujer?

Angustias.- Lo digo…

Remedios.- ¿Cómo vas a querer a otros más que a tus propios hijos?

Angustias.- Es lo que siento.

Niña Romero.- Qué negra llevas el alma.

Angustias.- Pero, ¿Tengo alma?

Niña Romero.- ¡Ay, por Dios! Qué “mala follá” tienes.

Remedios.- (A la gitana)Niña, cuida tus palabras…

15
Niña Romero.- Descuida mujer, que soy gitana “honrá” (Le da a Angustias
otra ramita de romero) Toma huele , o mejor ( se la pone en el escote) guárdatela
juntito a tu corazón, a ver si se te ablanda.

Angustias.- (Guardándoselo) ¡Cómo me gustaría tener tu ánimo!

Niña Romero.- (Riendo) Nunca es tarde…

(Hay una pausa. Angustias se queda estática mirando la Alhambra. Niña Romero,
camina oliendo el romero, Angustias, se acerca a la puerta de la Iglesia, Remedios la
sigue).

Remedios.- La de gentes que se habrán dicho “el sí quiero” dentro de esta


iglesia…

Angustias.- (Nostálgica) Yo, una de ellas.

Niña Romero.- No te imagino echándote las bendiciones, eres muy


revolucionaria.

Angustias.- Las costumbres…

Remedios.- Tarde o temprano, todas las mujeres buscamos lo mismo, la


bendición del cura.

Angustias.- Ahora no lo haría.

Remedios.- Si estabas tan enamorada de tu esposo, era lo natural.

Angustias.- Por eso no hacían falta bendiciones, estaba escrito que éramos
el uno para el otro.

Niña Romero.- Seguro que no te hubiera importado vivir con él sin estar
casada.

Angustias.- Desde luego que no. Le hubiera sido igualmente fiel, le


hubiera amado tanto o más.

Remedios.- Demasiado arriesgado.

Angustias.- ¡No! Cuando se ama de veras, hay que lanzarse al vacío…

16
Remedios.- No hubiera sido nunca tu esposo, sino “tu compañero”

Angustias.- ¡Sí! Mi compañero, mi amigo, mi amante. Y yo suya desde el


principio hasta el fin, como aún lo soy y lo seré hasta que me muera, y
entierren mi cuerpo desnudo junto a sus huesos que así he pedido que lo
hagan, para fundirme con él en su cruda eternidad.

Niña Romero.- Qué amor tan fuerte.

Remedios.- Yo no sé amar de esa manera.

Angustias.- Yo no se amar de otra manera.

Remedios.- ¡No! Demasiado arriesgado...

Angustias.- En el amor hay que ser valiente.

Niña Romero.- Esa valentía, yo la tengo como madre.

Angustias.- Eso no es valentía, es una obligación que nos ha impuesto el


destino a las mujeres.

Remedios.- (Para sí) Para mi madre no lo era.

Niña Romero.- Bendita obligación. (nostálgica) Hijos de mi vida, hija de mi


corazón , cuánto os quiere esta gitana.

Angustias.- Cuando ya no les haga falta tu amor, envejecerás.

Niña Romero.- Entonces me mantendré joven. Mis hijos siempre


necesitarán el amor de su madre.

Angustias.- No te hagas ilusiones, pronto lo sustituyen por el de su


cónyuge, el de sus hijos.

Niña Romero.- Los míos no harán jamás eso, ellos me adoran.

Remedios.- Es bueno que vivas con esa ilusión.

Angustias.- Tiempo al tiempo…

Niña Romero.- Qué mujer más rancia. A ti te haría falta venirte a vivir una
temporada al Sacromonte, verías como te cambiaba el ánimo.

17
Remedios.- (A la gitana) La gente mayor no cambia tan fácilmente.

Angustias.- No quiero cambiar mi ánimo. Es consecuencia de mi vida, de


tanta felicidad que pasé junto a mi marido. Es la soledad de la añoranza. Es
una pena que viene del amor. Es ley de vida.

Niña Romero.- Yo no quiero vivir así; prefiero morirme antes.

Angustias.- El tiempo te dictará como tendrás que vivir.


(Las tres se sitúan como mirando al público)

Remedios.- El tiempo…

Niña Romero.- Hay que aprovecharlo.

Angustias.- Cómo llega a pesar .

Remedios.- Y nos trae sufrimiento, dolor..

Angustias.- Guerra…

(Se oye otra ráfaga de metralla) Ellas se estremecen.

Niña Romero.- (Reacciona) ¡Ea!, Ya está bien, chiquillas; qué manera de


amargaros la vida. Esas metrallas se convertirán en repiques de campana.
Que aquí no va a pasar “na” que estamos en Granada. ¿Quién se va a
atrever a destruirla? Puede a alguien salirle de las entrañas, tirar una bomba
a la Alhambra, al Generalife, al Albayzín?

(Se escucha música de guitarra)

Remedios.- Tienes razón, no puede haber gente tan mala.

Angustias.- No debería, pero la hay, podéis estar seguras.

Niña Romero.- (Comienza a bailar) Nadie podrá llevarse el embrujo de mi


“Graná”….
(Canta y baila una canción flamenca ; después invita a las otras a que sigan con
palmas; terminan todas dando fuertes taconeos, a modo de expresión de sentimientos)

18
Angustias.- (Sentándose) Ya no estoy para estos trotes.

Remedios.- (Se sienta) Nunca he tenido demasiada gracia para el baile, mi


madre decía que eso era cosa de gitanas.

(Hacen un corro con las sillas )

Niña Romero.- (Se sienta, también) Vaya con tu madre; ¿Eso te decía?. La
tenías que haber visto en las cuevas del Sacromonte cuando de novia venía
con tu padre a disfrutar de nuestro flamenco, y ella bailaba, y no te creas
que lo hacía mal, yo era una niña, pero lo recuerdo como si fuera ahora
mismo. (Bromeando)Pero desde luego, hija mía, tú no has heredado su
gracia, se ve que puede en ti más la parte paterna. Tu padre era un auténtico
desastre.

Remedios.- Un auténtico señorito.

Niña Romero.- Cómo que no hay señoritos que llevan el salero en su


cuerpo.

Angustias.- Señoritos, qué estupidez.

Remedios.- No faltes, que mi padre era muy buena persona.

Angustias- Buenas personas hay en todos sitios, entre el pueblo, en el


campo, en el Sacromonte…

Niña Romero.- (A Remedios) Déjala, que Angustias siempre ha sido muy del
pueblo.

Angustias.- Soy una republicana, convencida; fiel a mis convicciones.Qué


pena que nuestra libertad esté ahora amenazada. ¡Maldita guerra!

Remedios.- Las republicanas nos habéis hecho daño a más de una de las
que somos decentes.

19
Angustias.- (Levantándose) ¿Cómo puedes decir eso?... Si no fuera por
nosotras , las mujeres andaluzas no hubiéramos salidos de nuestro encierro,
de nuestra represión, de bordar ajuares, de ir a misa una y otra vez hasta
que la pasión por desear a un hombre se ahogara en agua bendita.
Nosotras os hemos dado la oportunidad de ser, no mujeres, sino personas,
iguales a nuestros hombres, para amar como ellos, para conquistarles , para
juntos formar un único ser; ni tú más que yo, ni yo más que tú… No sólo
como pareja, sino como seres humanos. Señoritos, Venga ya, tú eres tú y
yo soy yo, tengo el mismo derecho a disfrutar , a ser feliz, a que se me
respete. ¿Quién le dio a los señoritos privilegio especial? La derecha
retrógrada , la monarquía egoísta que nunca quiso acercarse al pueblo, o tal
vez es cosa de Dios, ¿No nos hizo iguales?. Un dios que nos diferencia, no
es amigo mío.(A las dos) Tú o tú , o quien sea, venga de donde venga, como
mucho será igual que yo, nunca más que yo. Tengas lo que tengas, seas de
donde seas. Siempre lo tuve claro, he vivido libre, y fiel a mis ideales, por
eso creo en la república , que ahora se pierde, qué pena .Cuánto os vais a
arrepentir, sobre todo las mujeres. No sabéis, lo que vais a tener que bordar
todavía, la de misas que vais a tener que aguantar, la de recalentones que
reprimiréis en la soledad de vuestra almohada, mientras vuestro amante se
consuela, descaradamente con otra, que tratará como a una ramera, pues
solo él tendrá derecho a consumar su deseo.
Pero a mí eso ya no me importa, no lo veré; qué suerte ser vieja en esta
maldita guerra, provocada por quienes no se resignan a dar el poder al
pueblo, por los que quieren seguir, mandando, dominando, reprimiendo…
Ahora , que el tiempo terminará por poner las cosas en su sitio. El tiempo y
las mujeres, las nuevas republicanas, las auténticas libertarias, las del
corazón que no tiene sexo, las mejores amantes, las que no esperan que las
mantenga el esposo, las que desean formar un equipo con su mejor amigo,
con su amante, con el padre de sus hijos.
Yo eso lo he vivido y tened en cuenta que es bueno. Cómo he amado a mi
marido. Cómo me ha querido él a mí, en libertad, sin preguntas, sin pedir
ni exigir nada, simplemente amando, sintiendo, compartiendo ,
fundiéndonos cada noche en un solo abrazo , en la unión más perfecta que
hay en la naturaleza, la cúpula de los amantes. Cómo le echo de menos, la
vejez no ha podido con mi deseo, el tiempo ha llenado de arrugas mi piel
pero no ha envejecido la pasión que siempre sentí por él. (Suspira).
(Se levantan las otras, colocan las sillas en posición original)

20
Remedios.- (Escandalizada)¡Qué exagerada! Cómo si un matrimonio se
basara únicamente en la pasión.

Niña Romero.- Un poquito de pasión siempre viene bien.

Remedios.- Con amor basta.

Angustias.- (A Remedios) ¿Y tú qué sabes? Seguro que aún eres virgen.

Niña Romero.- No lo puede negar, lo lleva escrito en la cara.

Remedios.- Descaradas, eso no es asunto vuestro.

Angustias.-Si lo vas proclamando a los cuatro vientos.

Remedios.- ¡Mentira! Tú lo que pasa es que no sabes lo que es ser una


mujer decente.

Niña Romero.- Qué “exagerá” eres tú también. Si ha dicho que siempre


le fue fiel a su marido. ¿Te parece poca decencia? Conozco yo a más de
una de esas que dicen que son “como Dios manda” ,que si os contara…

Remedios.- (Con desprecio )¡Qué inmoralidad!

Angustias.- (A Remedios con crueldad) La mujeres que no han sido


atravesadas por un hombre, no son mujeres.

(Angustias y Niña Romero ríen a carcajadas)

Remedios.- (Con ademán de irse) Bueno, me voy…No estoy acostumbrada a


este tipo de conversaciones.

Niña Romero.- Tampoco es para tanto.¿Dónde vas a estar mejor que aquí?

Remedios.- En mi casa.

Angustias.- Rezando un rosario.

Niña Romero.- (A Angustias) Mujer, déjala, ésta jamás será como tú.

Angustias.- (Rectificando su actitud) Tienes razón. Cada uno y una es como es.
¿Quién soy yo para juzgar a nadie? (A Remedios) No me hagas caso, estoy ya
muy vieja, da igual lo que diga.

21
Remedios.- Todavía puedes hacer daño.

Angustias.- No pretendo hacerlo, sino ayudarte.

Remedios.- Yo he elegido vivir así.

Niña Romero.- Pues, no se hable más. Cada una a vivir como le venga en
gana.
(Se oye unos disparos)
Angustias.- Para eso estamos en una republica, o lo que va quedando de
ella.

Remedios.- Aún no sabemos como acabará esta guerra.

Niña Romero.- Mientras que acabe. Ya ves a mí me da igual quien gane,


los gitanos estamos siempre de la misma mala forma con unos que con
otros.

Angustias.- ¿Cómo vais a estar igual con los fascistas que con los
republicanos?

Niña Romero.- Yo no entiendo de política.

Remedios.- No empecemos otra vez, demasiado tenemos con


los tiros que no paran de sonar.

Angustias.- Sí, al fin y al cabo no vamos a solucionar nada.

Remedios.- Las mujeres tenemos muchos otros temas de conversación.

Niña Romero.- Podemos confiarnos secretos.

Remedios.- Confiar en una gitana, qué valor.

Angustias.- ¿Por qué no?

Niña Romero.- Eso ¿Por qué no?

Remedios.- (A la Niña Romero) Lo he dicho sin ánimo de ofenderte.

Niña Romero.-En mí puede confiar, tu madre bien que lo hacía.

22
Angustias.- (A la Niña Romero) Sí, se nota que eres una gitana noble.

Niña Romero.- Ese es mi tesoro, la nobleza. Nadie en este mundo podrá


decir que le he traicionado.

Angustias.- Buen tesoro tienes. A ver si no lo pierdes nunca.

Remedios.- Todos tenemos nuestro lado noble, gracias a Dios.

Niña Romero.- Sí, pero a los gitanos no se nos reconoce.

Angustias.- La nobleza no tiene raza, ni religión. Y dejad ya esas tonterías.


Ahora, en este momento somos tres, (enérgica) tres personas. Todo lo
demás no cuenta.

Remedios.- Cómo me gustaría pensar igual que tú, pero eso son utopías. La
realidad es bien distinta y tú lo sabes, Angustias, lo sabes de sobra.

Niña Romero.- Yo, sí que lo sé…

Angustias.- Qué necias ¿Os tienen que imponer los demás vuestra manera
de pensar?. No solo no sois libres sino que tampoco queréis serlo. Esa
postura yo la llamo ,simplemente , cobardía.

Remedios.- Qué mujer tan extremista.

Niña Romero.- (Ríe) Ella sabrá lo que ha vivido para pensar así.

Remedios.- (Con curiosidad, a Angustias) ¡ Anda! Cuéntanos algo, ya sabes,


de eso que solo les pasa a las mujeres que piensan como tú.

Angustias.- ¿Qué tontería estás diciendo ahora?

Remedios.- Mujer, me refiero a que con tu mentalidad , habrás tenido


oportunidad de estar, no sé cómo decirlo…

Niña Romero.- Con hombres.

Angustias.- Qué equivocadas estáis ¿No os he dicho que yo he sido mujer


de un solo hombre?.

Remedios.- ¿De veras?

23
Angustias.- Oye, que las republicanas no somos unas rameras, que las hay
muy normalitas.

Niña Romero.- Pues qué desilusión (ríe) todas somos “decentes”.

Remedios.- (Ríe) Algunas . A la fuerza …

(Ríen y se mueven por el escenario. Después Angustias se sienta en una de las sillas)

(Niña Romero se va hacia un lado del escenario y contempla la Alhambra, Remedios


hace lo mismo desde el otro extremo)

(Hay una pausa, se escucha música de guitarra, intercalada con disparos lejanos.
La luz se va atenuando)

Angustias.- La luz se vuelve de oro . Qué poco falta para la puesta de Sol.

Niña Romero.- Mi Alhambra se empezará a cubrir de rojo.

Remedios.- Roja, como la granada.

Angustias.- El color de la pasión.

Remedios.- (Triste) Y, el de la sangre…

Angustias.- Se va a derramar, tanta…

Niña Romero.- No lo digas siquiera.

Remedios.- Es la verdad.

Niña Romero.- Déjala, que venga sola, no es menester que la llames.

Angustias.-. De nada servirá. La sangre cubrirá este invierno la nieve de


Sierra Nevada, correrá desde el Darro hasta el Genil como un manantial de
odio y no descansará hasta perderse en la mar.

Remedios.- (Taconea con rabia ) ¡Sangre!

Angustias.- (Hace lo mismo) ¡Sangre! ¡Sangre!

Niña Romero.- (También taconea) ¿Sangre?

Todas .- (Gritan) ¡Sangre!

24
(Se oye un sonido aterrador de guerra y una ráfaga de metralla)

Niña Romero.- (Reacciona) Todo se acaba, tarde o temprano….

Remedios.- Pero es qué esta guerra, acaba de empezar.

Angustias.- No se puede evitar.

Niña Romero.- No seas gafe, que sí se podrá .

Remedios.- ¡No!

Angustias.- (A la Niña Romero) Si te contara todo lo que me ha pasado sin


poderlo evitar.

Niña Romero.- Qué “desaborías”. Pero chiquillas ¿Qué os pasa? De


pronto parecéis primas hermanas en el desánimo, en la desgracia.
Remedios ¿Es qué ya se te ha “contagiao” la “pesambre” de ésta?.

Remedios.- Cierra la boca, gitana entrometida y deja que seamos como


nos venga en gana.

Angustias.- Ojalá te dure ese buen ánimo Niña Romero.

Niña Romero.- A vosotras lo que pasa es que os han “echao” mal de ojo.

Remedios.- Supersticiones, no creo en ellas.

Angustias.- Yo sí. (A Niña Romero) ¿Sabes cortarlo?.

Niña Romero.- Una gitana como yo, sabe eso y mucho más.

Remedios.- Mi madre también creía en ti. Aún la recuerdo con un paño


húmedo en la frente, queriendo aliviar sus jaquecas (Imitándola)“Anda
Remedios, dile a la Niña Romero que me corte el mal de ojo”…

25
Niña Romero.- Sabes que se lo cortaba de corazón, nunca le pedí nada.

Remedios.- No te hacía falta, ya se encargaba ella de darte.

Angustias.- A mi me lo tuvo que echar la muerte , cuando se llevó a mi


marido, y solo ella me lo cortará.

Niña Romero.- Qué mujer tan sombría.

Angustias.- Si no es así ¿Qué esperas entonces para cortármelo,


desgraciada?

Niña Romero.- Eso está hecho.

Remedios.- Bueno , yo me voy, no estoy para brujerías.

Angustias.- Ya estamos con tus “yo me voy”, pero hija mía si esta noche
no va haber quien pegue ojo, están preparando barricadas para impedir que
vengan los falangistas a llevarse a muchos de nuestros paisanos. ¿Dónde
vas a estar mejor que con nosotras?

Remedios.- De igual modo voy a mi carmen a refrescarme un poco.

Angustias.- Vuelve ,si quieres ,que yo he de quedarme aquí toda la noche.


Prefiero ver la Alhambra bajo las estrellas que el techo encalado de mi
solitaria habitación.

Remedios.- Presiento que va a ser una noche muy larga (se cubre con el velo)

(mutis)

26
Escena IV Cristián Minguez “Negro Luto”

Niña Romero, Angustias

Angustias.- ( A la Niña Romero)Y a ti ¿No te estarán reclamando tu marido y


tus hijos?

Niña Romero.- A llevarlos a la Alpujarra ha ido, con mi suegra estarán


más seguros.

Angustias.- Es bueno sentirse acompañada en noches como éstas.

Niña Romero.- Sí, aquí estaremos bien; tenemos el agua del aljibe y los
granados a rebosar. Qué pena que no haya luna llena.

Angustias.- ¿Cómo lo sabes?

Niña Romero.- Está muy cerca del Sol, convertida en un fino hilo de plata
que se perderá en el ocaso después de servir como diadema a las torres de
Alhambra. La sigo desde que era niña. Sé de sus pasos , de su influjo, de su
magia…(Bromeando) ¿Es qué no sabes que mis poderes descienden
enteramente desde el mundo faraónico?. Lo sé todo sobre los brillos
cósmicos. Yo he sido formada con ciencia infusa (ríe).

(Se escucha música de guitarra)

(Nostálgica )Cómo no voy a saber que no está llena, si hace poco más de
quince noches brillaba con todo su esplendor en la noche de los deseos.
Hay una noche en cada año , que la luna llena se cubre con tonos azulados,
entonces, se pueden pedir tres deseos, ella te concederá uno…
Hay que tener fe, y esperar pacientemente a que el destino lo otorgue; te
aseguro que antes del siguiente verano, se habrá hecho realidad. Esa es la
promesa de tiempos ancestrales de la “luna llena azul de los deseos”.

27
Cuántos le he pedido, desde el día que me casé. No olvidaré su brillo sobre
la mancha carmesí que había en un paño más blanco que la nácar cuando
la “juntera” gritó a los cuatro vientos “¡Viva la honra!! “¡Viva la alegría!”

Yo miraba al cielo y rebosaba de esa alegría, pensando que la Luna era en


ese momento mi confidente, mi protectora.
Menos mal que nos quedan los luceros, ante ellos los gitanos somos iguales
a los demás mortales. La luna brilla para todos.
Hay noches, que aún sabiendo que no iluminará el cielo, se la echa de
menos..
(Presagiando) Pero esta noche, debería estar llena, no quiero que sea una
noche oscura, no me da buen fario (se estremece). ¡ Ay Angustias! Algo muy
malo va a pasar, lo presiento, lo estoy respirando . Cuánto odio hay en el
aire de Granada.

(Se escucha ruido de metralla , junto a ráfagas de viento )

(Las dos mujeres siente miedo y se refugian el lo que queda de pórtico de la Iglesia)

(El ruido se acentúa, con bombardeos, incendios y metrallas. Cambio en las luces)

(Al poco, cesa. Ellas, salen se sientan en las sillas, frente al público. No se miran
mientras hablan)

Angustias.- No le tengo ningún miedo al ruido de las metrallas. Si alguna


me alcanzara, qué más me da. He hecho todo lo que tenía que hacer en esta
vida.

Niña Romero.- Qué cosas tienes.

Angustias.- Lo único que tengo son años de más

Niña Romero.- Satisfecha deberías de estar por haberlos vivido.

Angustias.- (Toma el velo, se cubre la cabeza) La mayoría , de luto.

Niña Romero.- (Hace los mismo) ¡Luto!...

Angustias.- ¡Negro luto!...

(Se quedan pensativas , mirando al frente)

28
(Caen cortinas a modo de velos de luto, que se mantienen en distintas posiciones hasta
el final de la obra)

( Hay efectos de luz y sonido: campanas, tiros que indican el paso de las horas)

(La luz se va haciendo poco a poco más nocturna. Un foco las alumbra , mientras
están sentadas)

(Después , sienten que alguien viene corriendo y se inquietan. Dejan el velo y se


adelantan a ver que sucede)

( Ambiente luz nocturna, pero clara para los personajes)

Escena V Cristián Minguez “Negro Luto”

Niña Romero, Angustias, Remedios

Remedios.- (Entra corriendo, muy impresionada, se apoya en el muro de la iglesia)


¿Qué nos va a pasar, Dios mío?. La guerra está enloqueciendo a Granada.

Angustias.- No ha hecho más que empezar, espera y verás.

Niña Romero.- (Se acerca a Remedios, le ayuda a quitarle el velo) Chiquilla, pero
si se te has puesto pálida.

Angustias.- Cálmate, mujer.

Remedios.- (Intenta controlarse) Sí, mejor será. ¿De qué sirve, gritar o
desesperarse cuando te ves incapaz de parar tanta atrocidad?

Niña Romero.- (Siente un escalofrío) Parece mentira que estemos en el mes


de agosto, siento escalofríos por todo mi cuerpo.

Angustias.- Sufrir un poco más, ya es igual. No hace mella en mí como


antes, el dolor, el miedo, ni siquiera el odio.

Remedios.- ¿Qué te mantiene viva entonces?

Angustias.- La esperanza de encontrarme, cuando muera, con mi difunto


marido.

29
Niña Romero.- (Santiguándose) ¡Ave María Purísima! Qué cosas dice esta
mujer.

Remedios.- Los de la última “saca” no tienen esa esperanza. En un camión


los he visto llevárselos por las escuadras negras.

Angustias.- Los verdugos de la muerte.

Niña Romero.- .Cuánto luto.

Remedios.- Cuánta injusticia, cuánta envídia .

Angustias.- ¿Y qué esperas de una guerra civil?

Remedios.- Matar por matar. ¡ Qué horror!

Angustias.- A bocajarro matan la libertad.

Remedios.- Si sólo fuera la libertad; pero también están matando el arte, la


poesía. En un camión se llevaban al poeta más grande de Granada. Me ha
informado un familiar que tengo en el gobierno civil, que no verá la luz del
sol.

Niña Romero.- ¿Iba con más presos?

Remedios.- Con un maestro y dos banderilleros.

Angustias.- Su delito, ser republicanos… ¡Canallas!

Remedios.- (Nostálgica) ¿A dónde irá su poesía?...

(Suena una campana y se comienza a escuchar música de guitarra)

Niña Romero.- (Recordando, entusiasmada)


Allá,
donde la sierra
es nevada,
donde la puesta
de sol
combina plácidamente
tonos ocres
sobre azul.

30
Remedios.- (Emocionada)
Allí,
te entregaría
una rosa
roja y bella,
cómo tan sólo
eres tú.

Angustias.- (Continúa, nostálgica)


Blanca nieve,
añil con sol,
y encarnado
de los pétalos,
alegría, luz,
¡Amor!...

Remedios.- (Grita) Poeta…Poeta… ¿Qué van a hacer contigo?...


(Rafaga fuerte de metralla)
Angustias.- (Reacciona, furiosa) ¿A dónde los llevarán, te lo han dicho?

Remedios.- Una vez que salgan del gobierno civil, nadie lo sabe.

Niña Romero.- Eso significa, muerte.

Angustias.- No podemos quedarnos sin intentar hacer algo por ayudarles.

Remedios.- ¿Cómo?

Angustias.- Pensemos algo, tiene que haber modo de acercarse a ellos.

Niña Romero.- (Recordando) Conozco a una gitana que le mataron un hijo.


Lo sacaron de la misma forma.

Angustias.- ¿Estuvo en aquellos calabozos?

Niña Romero.- Allí le llevaba , cuando la dejaban, algo que echarse a la


boca.

Angustias.- Ella nos podría decir, como entrar, con quien hay que hablar.

Niña Romero.- Subiendo la cuesta del Sacromonte vive.

Remedios.- ¿A dónde pretendéis llegar ?

31
Angustias.- A darle aunque sea un abrazo.

Niña Romero.- (Triste) Para hacerles compañía.

Remedios.- Una pérdida de tiempo, jamás nos dejarían entrar.

Angustias.- Si no entramos, podemos enterarnos cuando los van a sacar.

Remedios.- ¿De qué serviría?

Angustias.- Si pudiera , para volver los fusiles contra los que pretenden
segar vidas esas cuatro voces de libertad.

Niña Romero.- (Diabólica) Una faca, eso es lo que les teníamos que llevar.

Angustias.- (Con odio) Pero que esté bien afilada.

Remedios.- No tendré fuerzas.

Angustias.- Las sacaremos de la fuerza que da la injusticia.

Niña Romero.- Qué noche más negra.

Remedios.- (Guardándose en el pecho la poesía) La luna no vendrá a tu fragua


esta noche, poeta.
(Dan vueltas por el escenario y hablan mientras andan)

Angustias.- ( Para sí) Qué va a ser de su madre, yo la conozco. (A las otras)


Qué no muera

Remedios- (Toma fuerzas)¡Cuántos versos tuyos han hecho mella en mi alma.


No quiero que lo asesinen .

Niña Romero.-(Para sí) De chiquillo lo veía corretear por delante de la


puerta de la catedral, pobre hijo mío.
(A las otras) Qué no lo maten

( Continúan las tres lamentándose para sí)

Angustias.- Cómo estará sufriendo tu corazón, niño.

Remedios.- Cuánta soledad habrá en tu alma.

32
Niña Romero.- ¿Qué mala estrella te acompaña? Si tú eres bueno.

( Mirando al frente, comienzan a dar con el tacón en el suelo, cada vez que hablan,
intensificando el golpe , con más rabia en cada zapateo)

Angustias.- ¡Luto!

Niña Romero.- No quiero más luto

Remedios.- Que no nos cubra el luto.


( Se van colocando de nuevo el velo al tiempo que hablan)

Angustias.- ¡Luto!

Remedios.- ¡Luto!

Niña Romero.- ¡Luto!

Todas.- (En voz alta) ¡Negro luto!


(La música y ellas se paran en seco)

Hay una pausa, ellas se mueven por el escenario. (Angustias y Remedios se quitan el
velo)

Niña Romero.- (Gesto de jurar) Por estas, que algo haremos. Ya veréis lo
que consigue descubrir esta gitana.

Remedios.- ¿A dónde vas?

Niña Romero.- A enterarme como podemos engañar a los carceleros.

Angustias.- “Gasta cuidao”.

Niña Romero.- Os espero en la Carrera del Darro.

Remedios.- ¿Tardarás mucho?

Niña Romero.- El tiempo que hable con mi parienta. (Saliendo) Lo dicho,


ahora nos vemos. (Mutis)

33
Escena VI Cristián Minguez “Negro Luto”

Angustias, Remedios

(Se escucha un tiroteo)

Remedios.- (Nerviosa) ¿Cuándo se callarán esos fusiles?

Angustias.- Tu los verás callar, yo es posible que me lleve su sonido a la


tumba.

Remedios.- Calla mujer, no digas esas cosas.

Angustias.- No, hija mía, si yo no le tengo miedo a la muerte.

Remedios.- La muerte llega cuando Dios lo decide.

Angustias.- No siempre.

Remedios.- Hay que tener fe.

Angustias.- ¿Crees que es Dios quien va a asesinar a esos inocentes?.

Remedios.- Quién puede saber eso.

Angustias.- Los demonios.

Remedios.- No crees en la voluntad de Dios y sí en los demonios.

Angustias.- A Dios no lo siento por ninguna parte, los demonios son de


carne y hueso, Granada ahora está llena de ellos.

Remedios.- Me da pavor oírte decir eso.

Angustias.- Tú al menos tienes tus rezos. A mí solo me queda el rencor y


el desprecio hacia ellos.

Remedios.- Esta guerra nos está encendiendo la sangre.

34
Angustias.- A ti se te calmará.

Remedios.- No te comprendo.

Angustias.- Pues que tú eres de derechas y en esta revuelta lleváis ventaja.

Remedios.- ¿Y tú qué sabes lo qué yo soy?

Angustias.- (Riendo) Se te nota, ya lo creo que se te nota.

Remedios.- Cada una tienes sus ideas.

Angustias.- Así debe ser, respetándose mutuamente.

Remedios.- Todos están cometiendo atrocidades, los de un bando y los de


otro.

Angustias.- En eso tienes razón, hay demonios de derechas y de izquierdas.

Remedios.- Por suerte también hay ángeles.

Angustias.- ¡No! … Han huido (Se sienta)

Remedios.- (Va al centro del escenario, un foco la ilumina, saca el papel de la


poesía, lo caricia y se lo vuelve a colocar en el pecho) (Suena música de guitarra)
Como me gustaría hacer retroceder el tiempo. Cambiar el curso de los
acontecimientos, volver a los días felices, a saborear esos momentos que no
valoramos lo suficiente por ser injustamente llamados insignificantes: Estar
en tu casa, tranquila, junto a los seres que amas, tomar el fresco en las
noches calurosas de verano y aspirar el aroma de las rosas y jazmines.
Sentarte plácidamente a leer un libro de poesía, soñar, imaginar, sentir lo
que unos bellos versos te trasmiten. Cuántas noches en la soledad de mi
alcoba, he llenado las horas con los libros de nuestro poeta. Cómo he
admirado, cómo admiro su forma de escribir, y cuánto me hubiera gustado
que hubiéramos sido amigos, todo por mi timidez pues tuve oportunidades
de intentarlo, pero no lo hice. Esa estúpida costumbre que nos inculcan a
las que debemos comportarnos como damas que nos lleva a mostrar una
pasividad extrema ante los hombres que nos atraen.

35
Ya ves, y ahora estoy dispuesta a jugarme la vida, porque problemas vamos
a tener si nos presentamos en el gobierno civil, pero no me importa, si al
menos puedo decirle lo gratificante que su poesía ha sido en mi vida. Que
si sale de ésta, y Dios lo quiera, seré , una amiga incondicional dispuesta a
ayudarle en lo que sea necesario y le compensaré por el tiempo que deseé
con toda mi alma acercarme a él, y me retuve inútilmente, aunque siempre
me consolé, de sobra, con su literatura.

No puede sucederle nada. ¿Qué se podría esperar de un pueblo que mata a


sus poetas? No quiero ni pensarlo… ¡No! …No puede sucederle nada….
(Hay un silencio, Angustias se levanta, se pone su velo y le da el suyo a Remedios)
.
Angustias.- Anda, vamos, la Niña Romero ya debe estar abajo.

Remedios.- Sí, será mejor que nos vayamos.

(Salen)

(Efectos de luces, con toques de campana, intercalados con sonido de la noche y


disparos, marcan el paso de las horas hasta casi el amanecer)

Mientras el escenario está vació se oye una nana flamenca.

36
Escena VII Cristián Minguez “Negro Luto”

(El fondo del decorado se oscurece. Un foco ilumina a la Niña Romero, cuando entra)

Niña Romero.- (Cómo si hablara con los guardias) ¿Por qué no me dejas
entrar, “mal aje ”? Si yo solo quiero consolar su pena, que las gitanas
sabemos como hacerlo, que este payo nos conoce, si ha escrito la mar sobre
nosotros.
No es posible que tengáis tan mala sangre para no dejar que le de un
abrazo de despedida. (Trágica) Lo vais a matar, lo llevas escrito en la cara,
y no es una cara triste, es una cara encendida de odio.
(Simulando como la echan)
Que sí, que me voy, que si no puedo verlo ya nada he de hacer aquí, que
no quiero ennegrecer mi alma con la sombra de la vuestra.
(Apartándose hacia otro lado del escenario, se enfurece)
La peor de las maldiciones gitanas os merecéis vosotros:

(Con rencor, y movimientos de rituales de maldición gitana)

“Olajai calli panipen gresité lerele lucue drupo….”

“Mal rayo te parta; así te estrelles. Mal fin tenga tu cuerpo, permita el

Señor que os veáis en las manos del verdugo y arrastraos como las

culebras, que te mueras de hambre, que los perros te coman, que malos

cuervos te saquen los ojos, que te entre sarna perruna por mucho tiempo,

que si eres “casao”, tu mujer te ponga los cuernos, una mil veces hasta

hacerte un pedazo de cabrón; que mis ojitos te vean “colgao” de la horca

y que sea el espíritu de estos inocentes que vais a matar, quien tire de

vuestros pies, y que los diablos te lleven a ti y a “toa” tu mala raza en

cuerpo y alma al infierno….” (echa las cruces y escupe; después lo pisa con

fuerza , taconeando) (llora)

Pobre chiquillo ¿Qué van a hacer contigo?. Qué pena de criatura...


(Sale, mientras se oye un sonido fuerte de metralla)

37
Escena VIII Cristián Minguez “Negro Luto”

Angustias

(El foco la ilumina)

Angustias.- (Como discutiendo con los carceleros) ¿A dónde hemos ido a parar
que no se puede ni siquiera visitar a un preso? ¿Qué mal tan grande ha
hecho ese hombre para incomunicarlo como a un criminal? ¿ Qué es lo que
teméis de una vieja como yo? Lo que pasa es que aquí no hay justicia, esto
huele a traición, es un presagio de muerte.
(Alejándose) No, no me da miedo veros esas caras llenas de odio, esos fusiles
queriendo, por vuestra cobarde voluntad, hacer diana en mí. Yo ya he
vivido lo que tenía que vivir, pero no, vosotros queréis muertos jóvenes,
fuertes, inteligentes, para que no se interpongan en vuestro camino de
ignominia .
A esta mujer lo único que le queda es su espíritu libre , como también lo
son los de quienes vais a fusilar.
(Para sí, recomiéndose) ¡Cobardes! ¡Cobardes!... Si yo fuera hombre… Si yo
fuera joven…

(sale) Sonido fuerte de metralleta

38
Escena IX Cristián Minguez “Negro Luto”

Remedios

(Entra con la misma actitud que lo han hecho las otras)

Remedios.- (Lleva un libro de poesía y una rosa ) Si mi intención es nada más


que la de agradecerle sus poesías; si tan solo quiero darle esta rosa de
gratitud. Déjenme que me dedique este libro con sus versos. Este poemario
que guardo como oro en paño y que me sirve de compañía en mis horas de
nostalgia.
¿Tanto odio hay en esta guerra que no se respeta algo tan hermoso como
son los poetas?
Qué tristeza habrá en Granada . Qué pena nos va a quedar a muchas de sus
gentes.
Dale al menos tú la rosa (la flor cae al suelo, simulando que se la tiran; ella la
vuelve a tomar)
Un insulto a la poesía, un desprecio a una flor tan hermosa. ¡Qué guerra
más cruel, que pena… (mientras sale) Qué pena...

( Sonido fuerte de rifles, a modo de fusilamiento )

39
Escena X Cristián Minguez “Negro Luto”

Niña Romero, Angustias , Remedios

(Está amaneciendo) (Ellas entran , su actitud es de plañideras griegas)

(El fondo del escenario ha vuelto a su forma original)

Niña Romero.- Hijo de mi vida. Hijo de mi corazón ¿Qué es lo qué ha


hecho contigo?

Angustias.- ¿Cómo han podido segarte así la vida?

Remedios.- ¿Qué mal hiciste para que haya recaído en ti venganza tan fiera?
(Llora, gimen, gritan, simulan que se rasgan las vestiduras, caminan por el escenario,
fuera de si)

Angustias.- Qué joven has abandonado este mundo. Con gusto te hubiera
dado esta vieja los años que le quedan de vida.

Remedios.- Cuántos páginas blancas has dejado en los libros que aún
tenías que escribir.

Niña Romero.- Cuánto luto estás dejando en nuestras almas.

Angustias.- ¡ Luto! … Más luto.

Remedios.- ¡Luto!... Siempre , luto.

Niño Romero.- ¡Luto!

Todas.- (Gritan) ¡Negro luto!

(Corren como queriendo huir, pero terminan sentándose abatidas en las sillas , que
colocan más al centro del escenario)

La luz va aclarando, se sigue escuchando, intermitentes , sonidos de disparos .Suena a


la vez música de guitarra)

40
(Hay una pequeña pausa. Ellas siguen sentadas mirando al frente)

Niña Romero.- La luz está venciendo a las tinieblas.

Remedios.- Demasiado tarde.

Angustias.- Todo pasa, nada es eterno.

Remedios.- ¿Cuándo dejará de ser eterno nuestro desasosiego?


¿Cómo ha podido hacerle esto Granada? La tierra que le vio nacer…

Niña Romero.- Su Granada , nuestra Granada…

Angustias.- (Reacciona de forma brusca; se levanta) Dejad en paz a Granada


¿Es qué nosotras no somos de aquí y estamos lamentando su muerte?, Sí,
dejad en paz a mi amada Granada, que en todas partes hay gente buena,
(con odio) y también hay grandes hijos de puta.

(Hay sonidos de guerra que culminan con música de guitarra)

(Cambio, rápido de luces)

41
Epílogo Cristián Minguez “Negro Luto”

Niña Romero, Angustias, Remedios

(Al encenderse las luces; aparecen como Moiras griegas, o Parcas romanas. La
atmósfera del lugar se vuelve algo irreal. Traen una rueca, cordón y tijeras. Se
sientan en la sillas de frente al público. Hay un Silencio…)

Niño Romero.- (Se levanta) Hoy hará un día precioso, lo presiento por el
azul que está tomando el cielo del amanecer.

Angustias.- (Levantándose) Las Parcas no lo veremos, somos hijas de la


noche.

Remedios.- (Se levanta ) Esperaremos , pacientes , la llegada del siguiente


crepúsculo.

Angustias.- (Trágica) Y lo cubriremos con mantos de luto.

Niña Romero .- El sol jamás se viste de luto.

Remedios.- Las Moiras lo vestiremos por él .

(Se sitúan las tres de espaldas al público)

(Música dramática)

( Al volverse cambian a una actitud más alegórica, fría e impersonal)

Angustias.-( Toma la rueca ) Necesitaremos hilo para tejer más trajes de luto.

Remedios.- (Extendiendo el hilo, a modo de cordón) Tomemos la medida exacta.

Niña Romero .- (Sacando unas tijeras grandes ) (Sentenciando)¡No! Se acabó,


toda desgracia llega a su fin, y no ha de haber más: (Gimiendo, con rabia )
¡Negro luto!... (Corta el cordón)

Ráfaga fuerte de guitarra… (Se apagan las luces y baja el telón

FIN

42

También podría gustarte