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La mujer sin cabeza

y otras historias mayas


La mujer sin cabeza y
otras historias mayas

José Natividad Ic Xec


Corrección de estilo: Jesús Lizama Quijano
Tipografía y formación: Rodolfo Canto Carrillo
Diseño de portada: Alejandro Cervera y Rodolfo Canto A cada niño que crece
Edición al cuidado de Jesús Lizama Quijano en los rincones escondidos
de la Tierra del Mayab
Primera edición: 2012 y balbucea sus primeras
palabras en maya, porque es el
© Centro de Investigaciones y Estudios Superiores futuro de una gran cultura
en Antropología Social (CIESAS) que resiste, que siempre
Juárez 87, Tlalpan, C.P. 14000, México, D.F. ha resistido.
A los abuelos
ISBN: y narradores que
les comparten y heredan
Impreso y hecho en México lo más valioso de lo suyo, que es
la memoria y el legado de
sus ancestros.
A mi madre
que siempre se negó
Este libro fue publicado con financiamiento del proyecto de Fondos Mixtos CONACYT- a hablarme en español.
Gobierno del Estado de Yucatán, clave YUC-2008-C06-108295, coordinado por Jesús A mi padre
J. Lizama Quijano. que me habló y guió
entre los dos idiomas.
Índice

Prólogo 9
La mujer sin cabeza 15
La misteriosa vieja del Mayab 19
La mujer marcada con la muerte 23
Porfiria camina sobre las aguas 27
Cómo quitarse una verruga 29
Una hermosa mujer serpiente 31
Vientos malignos del Mayab 35
El fraile sin cabeza de La Ermita 39
Celo y furia de Yuum K’áax 43
La veracidad de los sueños 47
El alimento de las víboras 51
Misterio de las víboras 53
La mayor curandera del Sur 57
Un sabor a siglos 63
Sencillez de un curandero del Oriente 65
Matar a una víbora 69
Compasión maya 71
Mi padre iba a ser un wáay 73
El toro negro de Tabi 77
El jmeen que tuvo miedo 81
Saqueo en la Iglesia de Tabi 87
La Virgen del cenote 91
El agresor de los aluxes 95
Aluxes en Uxmal 99
Prólogo
El alux que robó la voz de una niña 101
Los señores de la noche 103
La enseñanza del xooch’ 107
E l pequeño volumen que tienes en tus manos,
estimado lector, es un conjunto de historias breves
que fueron apareciendo publicadas en el Diario de
Yucatán, donde me desempeñé como redactor durante
dieciséis años.
La mayoría de los textos, excepto un puñado
de ellos, fueron publicados en el mismo periódico
bajo el concepto de “Leyendas y tradiciones mayas”.
Otros, que he considerado idóneos para formar parte
de la selección, los he rescatado de Elchilambalam.com,
un sitio de internet que da rostro y voz a un proyecto
editorial que encabezo hoy día.

I
Comencé a escribir estas historias sobre temas
mayas más como desahogo que con el fin expreso
de publicarlas; la circunstancia feliz de estar en un
medio impreso facilitó lo demás y así fueron saliendo
a la luz una a una.

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La mujer sin cabeza y otras historias mayas José Natividad Ic Xec

Tuve la fortuna de crecer en un pueblo grande II


del sur de Yucatán, de padres mayahablantes, y tuve Así pues, las historias contenidas en este volumen son
la doble fortuna de que mi abuela materna decidiera personales. Es decir, tienen que ver en alto grado con
vivir con nosotros. Ella era una gran narradora y tuvo mi vida. En varias escribo en primera persona, porque
gran influencia sobre nosotros sus nietos. Recuerdo el en cierta manera estoy involucrado en ellas. Otras me
ritual de todas las noches cuando mamá se iba a la han sido confiadas por amigos, de aquí y de allá, y
lonchería de mi abuelo donde trabajaba hasta horas también las siento personales porque me las contaron
de la madrugada: trepados a los brazos de nuestras en un ámbito de privacidad, de gravedad, aunque con
hamacas rodeábamos a la abuela Tiburcia, quien el propósito tácito de que se dieran a conocer.
comenzaba a hablar y nos transportaba a extrañas Cada “leyenda” es un jirón del que lo cuenta.
tierras de brujos, a atmósferas maléficas, a montes Cada historia cobra sentido en la vivencia de un
regados de sangre. Siempre nos habló en maya. pueblo. El tiempo y el espacio de una leyenda maya
Mi abuela Tiburcia Noh tuvo una niñez no son los mismos de la historia. Las contradicciones
muy difícil, pues le tocó vivir una época turbulenta no restan sentido a lo que cree un pueblo.
en los últimos años de la Guerra de Castas. A los Si bien mi infancia fue alimentada con toda clase
12 años de edad fue casada con un señor que por de historias mayas, nunca se me ocurrió dedicarme
mayor podía ser su padre, ya que sus papás ya no a escribir sobre esos temas como muchos otros por
estaban en posibilidades de hacerse cargo de ella. De fortuna hacen hoy. Es más, durante años “mi espíritu
Tixcacaltuyub, hoy comisaría de Yaxcabá­, fue llevada maya” estuvo dormido hasta que en algún momento
a Tixhualatún, donde se establecieron, enviudó y comenzó a despertar sin que me diera cuenta y un
luego se casó con don Carmen Ic, un músico oriundo buen día dio el salto sorpresivo de la hamaca del olvido.
de Teabo que tocaba la trompeta y que sería el papá Después de la Secundaria, que cursé en mi
de mi padre. Peto natal, vine a Mérida para ingresar al Seminario
De la boca de la abuela Tiburcia oímos las Conciliar de Yucatán. En él transcurrieron mis años
historias más insólitas sobre apariciones, brujos, de Preparatoria, en él estudié dos años de filosofía y
maleficios, malos aires. De su boca escuchamos un año de teología. Durante todo este tiempo, si bien
por primera vez mis hermanos y yo los nombres de no adquirí santidad debido a mi naturaleza díscola,
las poblaciones de Yucatán que hoy visito todavía obtuve en cambio una cultura que me fue útil para
con arrobamiento, esperando que en algún lugar descubrirme, valorarle y expresarme.
aparezca un indicio de aquellos tiempos antiguos. Durante muchos años, encandilado por tanto
saber a mi disposición (hay una biblioteca enorme),
me nutrí de filosofía y de literatura occidentales, lo que

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me impedía mirar la riqueza cultural que había yo a visitar a sus verdaderos depositarios, a convivir con
heredado, comenzando con mi lengua. ellos, que no a interrogarlos. El recopilador llega y
Abandonado el Seminario, elegí ingresar a la dice “cuéntame”; el caminante maya llega a pasear
Facultad de Educación de la Universidad Autónoma (xíimbal) y abre su corazón a sus anfitriones, se muestra
de Yucatán y cuatro años después, el mismo mes tal cual, como un hijo del Mayab. La conexión está
en que egresaba, entré al Diario de Yucatán en donde lograda cuando se dicen la primeras palabras en su
permanecí varios años. propia lengua.
A mis historias personales le siguieron las que
III me refirieron algunos compañeros y amigos quienes
Una historia conmovedora de una niña que charlaba me las contaron para que yo a mi vez las relatara. Así
con su amiguita en el parque de la escuela de mi hija despertó mi interés por ir escuchando y registrando
me impelió a comenzar a escribir en tono personal. los relatos que finalmente componen este volumen.
Un relato breve de una menor que emigra de la No obstante, el espíritu y el tono de lo contado se
ciudad a la playa en busca de su madre fue la primera han mantenido tal como llegaron a mí. Lo más que
publicación de este tipo en el Diario. Poco después he hecho ha sido prestarles mis palabras, lo cual ha
emergieron las historias de la abuela y las fui contando sido un honor.
una a una. El acto mismo de rememorar fue atizando
la memoria, las emociones y las experiencias de la IV
infancia. Los hombres somos en gran parte lo que Es muy significativo para mí que estos textos sobre
fuimos en la niñez. Con el acto de contar las historias leyendas se publiquen este año en que se considera
recuperé una parte de mí que estaba perdida y la se termina una “era” maya (el Baktun 13) y comienza
integré con júbilo al hombre que era yo entonces. otro período de 13 baktunes. Que la lectura de
Este proceso de recuperación de la memoria (y estas historias nos recuerde que los mayas todavía
de la infancia) pervive en mí y se excita sobremanera existimos y todavía tenemos voz, aunque a veces no
cada vez que me encuentro hablando con un abuelo gritemos para hacernos oír. Que la publicación sirva
en una población maya insertada en el corazón para despertar en el lector el gusto por conocer mejor
olvidado de Yucatán. Hablar con un abuelo maya esta tierra mágica, y que el gusto por ella le lleve a
es tener contacto con un pozo de sabiduría; un comprender y a valorar mejor a un pueblo que es
abuelo es una máquina del tiempo que conduce a las heredero de una riqueza espiritual ancestral.
profundidades del pasado. Un abuelo en la casa es una riqueza invaluable.
Hay todavía en Yucatán arroyos límpidos de Las familias deberían conversar más con los
cultura maya, y a ellos sólo se accede cuando vamos ancianos, pues ellos guardan grandes tesoros en la

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memoria y gustosos los compartirían si les dieran la


oportunidad. Cuando en las poblaciones de interior
del estado veo alejarse a un abuelo encorvado bajo el
peso de una carga de leña, pienso inevitablemente en
la desaparición de ese tesoro que se extingue con ellos
cuando mueren, y en la memoria de las generaciones
jóvenes en la que ya no hay más magia ni embeleso.
Las historias siguientes fueron publicadas sin
ningún orden específico más que el que dicta la
espontánea memoria y la emoción. En este volumen La mujer sin cabeza
las he colocado en bloques de temas más o menos
similares pero que han de leerse como textos
independientes, pues el único hilo conductor es que
se trata de temas mayas.
La idea de publicar un volumen estaba en
mi mente desde hace algún tiempo pero, debido a
E ntonces la cabeza de la hechicera (wáay) desprendida
del tronco salía de la casa familiar dando tumbos, e
iba por las calles en medio de la noche. Se paseaba por
los costos, la idea quedó sólo en una intención. En el pueblo entre los aullidos lastimeros de los perros y los
una conversación inesperada en la que hablé de mis pasos rápidos de los transeúntes sorprendidos fuera de
textos a Jesús Lizama, investigador del CIESAS, se me casa a esa hora maligna.
ofreció la oportunidad de publicarlos, una oferta que La noche corría hacia el día pero la abuela, insomne,
acepté con algún titubeo pues no podía créermela. desgranaba su relato en medio de una audiencia infantil
Helos aquí finalmente junto con mis más sinceros boquiabierta. Recuerdo lúcidamente su pelo blanco, su
sentimientos de gratitud a él y a la institución que le rostro grave mientras hablaba y sus piernas flacas con
ha dado el visto bueno. que se mecía levemente en la hamaca, con los pies en la
Mi sincero agradecimiento también a Diana tierra.
Itzel Montes Gómez, una jovencita que conocí en El esposo no sabía que su mujer era una bruja,
la cuenta de twitter de @elchilambalam. Ella es la explicaba la abuela. Todas las noches ella se levantaba
autora de varias de las ilustraciones que aparecen en silencio, pronunciaba ciertas palabras misteriosas
en el texto, y las ha hecho gratuitamente, como una mientras movía las manos en el aire encima del rostro
forma de expresar su amor a las “altas culturas de la de su marido para que se durmiera más profundamente.
antigüedad, en especial la maya”. Adormecido el esposo, ella se iba a un rincón de
la casa en donde se acomodaba y ocurría lo imposible:

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La mujer sin cabeza y otras historias mayas José Natividad Ic Xec

su cabeza se desprendía del cuerpo y caía al suelo cuando ella salga pondrás un puñado de sal en su
dando tumbos. Se dirigía a la puerta, que ignoro cuello, donde se desprende la cabeza. Nada podemos
cómo abría, y salía a la calle a su paseo nocturno. hacer antes”.
Quién sabe si hacía maldades a otras personas Cuando la cabeza salió a su paseo nocturno, el
pero, como quiera que fuera, el sólo hecho de esposo desconsolado se levantó y untó sal en donde
que una cabeza humana se paseara por sí sola en el cráneo se había desprendido y se sentó a esperar.
la noche cuando el pueblo duerme ya de por sí es Muy de madrugada regresó su esposa y cuando fue
terrorífico. ¿Conoce usted el aullido lastimero de a colocarse en su sitio para “revivir” se encontró que
los perros? Ladridos primero. Ladrillos y aullidos no podía encajar en su cuerpo.
después. Luego sólo aullidos, como si alguien les Lo intentó una y otra vez y no logró volver a
estuviera dando de pedradas. El can más intrépido su sitio. Entonces comenzó a llorar al mismo tiempo
termina arañando desesperado la puerta, queriendo que preguntaba a su marido qué le había hecho, y
entrar. Cuando esto oían, los mayores solían decir le suplicó que la ayudara, pero no obtuvo ninguna
en voz baja: Je’e’ ku taal le wáayo’ (He ahí que viene el respuesta.
wáay). Si algún niño está despierto en ese momento, Le dijo que lo amaba, que nunca le había
los papás le imponen silencio inmediato. Y a veces hecho daño, que se apiadara de ella pero tampoco
uno oye claramente el paso atronador (ku taal u kilin) halló respuesta. Desconsolada salió de la casa y
de la cosa. anduvo errante y, acaso viéndose perdida, se arrojó
Ante sucesos de esta naturaleza, era de esperar en un pozo, de donde nunca más salió.
que la gente aterrorizada del pueblo se organizara El cuerpo fue sepultado y el esposó dejó el
y empezara a vigilar el origen de los eventos hasta pueblo para siempre.
ubicar la vivienda de donde salía la cabeza. Años después escuché en una población del
Un día un hombre elegido por las familias oriente del Estado una historia casi idéntica, aunque
habló con el esposo de la bruja. “En tu casa pasa en este caso se trataba de un hombre, no de una
algo extraño. No te diré de qué se trata porque no mujer. ¿El hombre sin cabeza?, preguntó burlón un
me creerás. Pero para que lo veas con tus propios amigo “estudiado”, y el simpático y parasimpático
ojos, esta noche acuéstate como siempre y finge que arrancó con un discurso sobre el sistema nervioso,
duermes. Para que no te gane el sueño ponte un poco demostrando lo imposible de que un hombre pudiera
de pimienta en los ojos”. sobrevivir sin cabeza.
Así lo hizo y el pobre marido comprobó que
nunca se conoce demasiado a una esposa. “Harás
lo siguiente”, le explicaron al otro día. “En la noche

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La misteriosa vieja del Mayab

H ace muchos años que la abuela materna Tiburcia


me contó la historia de una extraña mujer que
recorre los caminos del Mayab profiriendo augurios,
algunos muy siniestros.
Años después me encontré con la imagen de
esta misma anciana en las páginas de La tierra del faisán
y del venado, de Mediz Bolio. Y algún tiempo después
me reencontré con esta misma mujer prendida en mi
imaginación, como una vieja mitad bruja mitad sabia,
en el relato de un amigo de muchos años.
Francisco Uicab me confió: “Mi esposa nació
en Tiholop (una comunidad ubicada en el oriente del
estado). Ella me cuenta que cuando era un niña de
dos años de edad sufría una especie de ataques. Su
madre buscó cura con yerbateros, médicos y jmeenes
pero nadie la pudo ayudar”.
Un día, su madre se encontró en el camino con
una vieja quien la detuvo y le habló. “Si quieres, yo
puedo curar a tu hija”. Ella habrá titubeado y quizá ni
siquiera acertó a responder.

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La mujer sin cabeza y otras historias mayas José Natividad Ic Xec

La vieja continuó: “Si quieres que tu hija se “Cuando esto se repita, hay que prepararse
cure, sólo haz lo siguiente: en la noche, cuando vayas porque la anciana augura una sequía extrema, y
a dormir, coloca una mesa limpia en el centro de la la gente se matará entre sí por un sorbo de agua”,
casa. Deja sobre ella un vaso de agua, un filo nuevo y nos decía la abuela a los niños congregados, e
un pedazo de algodón. imaginábamos a la misteriosa bruja golpeando a la
“Y cuando anochezca, acuéstate con ella junto puerta de nuestra casa con olor a guano nuevo.
a ti, como siempre, compórtate normal, como si no Muchos años después encontré en la pequeña
ocurriera nada”. Así lo hizo la madre, esperanzada en obra de Mediz Bolio una historia casi idéntica. El
un milagro operado por una desconocida. escritor habla de una mujer de Nohpat que a cambio
A la medianoche, súbitamente abrió los ojos y de un poco de agua exige como pago un niño recién
notó que su hija no estaba junto a ella. La descubrió nacido.
sobre la mesa, dormida plácidamente, con la batita ¿Hablaba la abuela de la misma mujer de
desabrochada. Fue por ella y la observó. Estaba la que habla Mediz Bolio? ¿Es la misma mujer la
intacta, salvo una pequeña cicatriz de una incisión en que abordó en Tiholop a una madre atribulada?
el pecho y una mancha de sangre en el algodón. La abuela Tiburcia escuchó de niña esta historia
En los días siguientes la niña prosiguió su vida de sus mayores. Digo sus mayores, porque ella fue
normal. La cicatriz se fue difuminando con el tiempo; abandonada cuando aún no hablaba. Adoptada, fue
pero lo más importante es que nunca más sufrió una casada a los 12 años con un hombre mayor que no
crisis convulsiva. era mi abuelo Carmen. En algún momento de la
Me cuenta esto mi colega de trabajo a propósito Guerra de Castas vivió mucho tiempo en el monte
de la afirmación de que muchas cosas ocurren en el bebiendo el rocío de las hojas y comiendo hojas y
Mayab, muchas de ellas increíbles pero no por ello raíces.
inciertas. ¿No fue publicada en diciembre de 1974 la
¿Quién es esta misteriosa curadora que recorre primera edición de La tierra del faisán y del venado?
los caminos del Mayab? En mi lejana infancia, la Medito estos acontecimientos y me imagino a esta
abuela Tiburcia me refirió la historia de una mujer que extraña mujer que anuncia catástrofes y realiza
vendía agua en una jícara por un precio exorbitante. curaciones imposibles.
Una historia imposible si tenemos en cuenta que el Pienso también en un futuro en que el agua
agua es lo que menos faltaría en el Mayab algún día. escaseará (no por avaricia de la naturaleza) y la vieja
Sin embargo, recorría la mujer los caminos y las reaparecerá con su oferta de agua, no en una botella
veredas pregonando sin cesar el precioso líquido que de plástico, sino en una cáscara de cocoyol.
ofrecía en una cáscara de cocoyol.

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La mujer marcada con la muerte

G aspar sobrevivió a un mal de ojo que debió ser


fulminante. “Ya está como un cadáver”, musitaba mi
madre, quien cuidaba a su nieto y ensayaba con él todo
tipo de remedios junto con mi cuñada.
Todo ocurrió en unos días. El niño dejó súbitamente
de tomar pecho y llegaron las calenturas, los vómitos y las
diarreas, y dejó de aceptar líquidos. Medicamentos iban y
venían. Todos fracasaron. Cuerpo flácido, ojos cerrados y
hundidos del infante. Todo estaba perdido.
Un jmeen declaró su incompetencia: “A este niño le
han hecho mal de ojo, pero no un mal de ojo común. La
persona que lo hizo tiene un poder extraordinario. No
puedo curarlo yo, pero ella sí. Búsquenla y pídanle que le
sople y le escupa ruda”.
¿Buscar a una persona a quien no conocemos?
Todos empezaron a hacer memoria. ¿Por dónde anduvo
el niño unos días antes de que se enfermara?, ¿qué
personas calurosas vinieron de visita a la casa y no le
soplaron nueve veces?, ¿qué personas cruzaban la calle

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La mujer sin cabeza y otras historias mayas José Natividad Ic Xec

cuando él estaba visible? Fue un ejercicio arduo para Escupirle ruda a una persona es un proceso
los adultos de la familia. realmente asqueroso, pero la gente del pueblo no
El esfuerzo valió la pena, pues finalmente alguien lo ve así y menos cuando está en apuros de esta
identificó a una mujer. Una fémina que no era de la naturaleza. El procedimiento es el siguiente: los
población, pero que venía esporádicamente a Peto para papás del niño deben tener a mano un ramo de
trabajar en un prostíbulo al que se llegaba tomando toda ruda que dará a la persona que la administrará.
la calle 32 hasta el fondo, atravesando un descampado Ésta la mastica pausadamente hasta que la yerba
que hoy es un campo de fútbol, y adentrándose en un queda completamente fina. Finalmente toma aire
pedregoso camino. hinchando las mejillas y la escupe sobre la cabeza
Mi cuñada la abordó en la calle un mediodía del niño.
cuando llegaba y le preguntó si le haría el favor de Esta administración de ruda puede hacerse
“escupirle ruda” al niño que agonizaba. La mujer la una vez durante tres días o nueve veces, según el
miró sorprendida y de pronto estalló en carcajadas: “Si consejo de los mayores o del jmeen. Y los niños se
a ese pendejo ni siquiera lo miré bien”, exclamó como si curan. La ruda se seca en la cabeza del menor y se
se tratara de una broma. va cayendo sola en fragmentitos.
Y le contó a mi cuñada: “Señora, dé gracias a Dios El mal de ojo es terrible para los menores,
que apenas lo vi de reojo. Le diré que cuando yo miro a sobre todo para los lactantes. Para prevenirlo, los
los niños los mato. No me enorgullece, pero así ocurre y mayores evitan que los niños estén expuestos a la
no es a propósito: simplemente así me hicieron. Podría vista de la gente que viene bajo el sol intenso. Si se
decirse que estoy ‘curada’ y lo estoy desde niña”. Y refirió trata de una visita, el recién llegado sopla nueve veces
un episodio de su infancia: “Cuando era pequeña, mi en la cara del menor para que éste no se enferme. Si
mamá me tomó un día de la mano y me llevó a donde esto ocurriera entonces se
los gallineros. Tomó con el dedo el excremento fresco acude a la ruda.
de los pavos y pronunció unas palabras que no recuerdo En las poblaciones
mientras hacía una cruz en mi frente. Desde entonces rurales el mediodía es
soy así. Camino por la calle sin mirar a la gente porque el más temible para los
sé que mi mirada puede matar a los niños”. niños. Cuando suenan las
Ella accedió a darle ruda al menor, quien campanas de la iglesia, los
increíblemente buscó el pecho materno horas después, menores, dondequiera que
marcando el inicio de una recuperación vertiginosa que estén, corren a reunirse
dejaría sin habla al mejor de los médicos, porque el niño
en la cocina, donde juntos
ya estaba “medio muerto”.

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La mujer sin cabeza y otras historias mayas

con la mamá rezan


un Padrenuestro y
un Avemaría, y dan
las buenas tardes
a las personas
mayores.
El
mediodía es una
hora peligrosa
porque es el Porfiria camina sobre las aguas
momento en que salen los malos vientos
y la hora en que el campesino regresa del campo
impregnado de energías desconocidas durante su
estancia en los montes.
Juan de Dios Collí tuvo que viajar a Calkiní,
Campeche, para sepultar a su padre en su tierra
Nunca conocí en persona a la señora de esta natal, y ahí corroboró con sus parientes la veracidad
historia y, ahora que lo pienso, tampoco me gustaría de una historia que su progenitor le contaba con
conocerla. Sin embargo, su imagen de mujer frecuencia.
diabólica es fascinante y ocupará siempre un lugar “Mi papá siempre me había hablado de una
en mi memoria. ¿Qué será hoy de ella si es que vive? hermana suya, Porfiria, que murió al caer en un pozo.
La tía sufría ataques epilépticos y en esa ocasión le dio
una crisis cuando estaba en el brocal, de modo que
cayó en el pozo sin que él y sus amigos pudieran hacer
algo por ella.
“Cuando los niños reaccionaron y corrieron a
pedir ayuda a los adultos, ya era demasiado tarde para
Porfiria: se había ahogado. Sin embargo, había algo
en los hechos que no convencía.
“Mi papá a veces fantaseaba y no sabía cuándo
estaba hablando de la realidad o inventando, así que
no le daba demasiada importancia y credibilidad.
Incluso dudaba yo de la existencia de la tía”, decía
Juan de Dios.

26 27
La mujer sin cabeza y otras historias mayas

Pero ahora que ha tenido que volver a la tierra


natal del difunto, después de los funerales, un tío suyo
le matizó la historia, haciéndola más increíble si se
quiere, pero no por ello imposible.
“Porfiria sí existió y, efectivamente, murió de
un ataque epiléptico pero no en esa ocasión en que
cayó al pozo como cuenta tu papá”, le dijo el tío, y
refirió que cuando la niña empezó a convulsionar
y se precipitó al fondo, los niños que jugaban cerca
corrieron en busca de ayuda apenas reaccionaron del Cómo quitarse una verruga
impacto que les produjo lo que vieron.
“Cuando volvimos con ayuda -cuenta el tío-
Porfiria estaba caminando sobre las aguas.
“Nuestros mayores dijeron que ella resultó S entada a la mesa, doña Martha Cetina, incansable
trabajadora, cuenta cómo quitó de la frente de su
hija una horrible verruga.
ilesa porque los ‘Señores del pozo’ la recibieron en
sus brazos al final de la caída y la depositaron sobre “Está traumatizada -­ dice- aunque ya está
el agua, dándole la capacidad de caminar sobre ella mejorando. Después de que se le cayó la verruga ni
mientras esperaba a que la rescataran. Y así fue”. siquiera podía dormir”.
Acontecimientos maravillosos ocurren en las Martha había intentado todos los remedios
tierras del Mayab, muchos de ellos guardados en la conocidos para destruir esa protuberancia
memoria de los mayores y esperan la oportunidad de inoportuna en el rostro angelical de su hija, pero
manifestarse a alguien que los quiera escuchar y se ninguno funcionó. Alguien le comunicó una “receta
deje maravillar por ellos. macabra” y no dudó en hacerlo cuando una abuela
vecina suya falleció.
“Es muy fácil. Cuando el muerto empiece a
sudar, tomas con un dedo un poco de ese líquido y lo
untas encima de la verruga. Horas después, cuando
el cuerpo empiece a descomponerse también la
verruga se destruirá”.
Y así fue. La niña está curada gracias a la
difunta, y gracias al olvido ya está comenzando a
dormir bien de nuevo.

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Una hermosa mujer serpiente

L a Xtáabay existe y es una mujer hermosa que se


convierte en serpiente. Mi madre la vio sobre
una albarrada sentada un atardecer. Mi abuelo
paterno la fustigó una noche que volvía de la milpa.
El ocaso es la hora terrible de la Xtáabay, del
pájaro pu’ujuy y de las luciérnagas (xkóokay). Es la hora
en que el alma se recoge, el momento de la reflexión,
el momento cuando nadie desearía caminar por un
sendero casi devorado por las xteses y el chi’ichi’bej.
Pobre del niño que camine en solitario al
atardecer, cuando los grillos arrecian sus cantos,
porque la Xtáabay lo seguirá discretamente de entre los
matorrales y las albarradas, oculta por la noche que
se espesa, lo chistará insistentemente para atraerlo a
ella y se lo llevará a sus cuarteles.
Pero los chiquillos, advertidos por sus abuelos,
no se dejan seducir y aceleran el paso y se persignan
murmurando los nombres de Jesús, María y José.

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La mujer sin cabeza y otras historias mayas José Natividad Ic Xec

“Dios mío, claro que existe. Yo la he visto”, Una mujer de pelo largo lo
afirmó con gravedad mi madre Donata una tarde abordó cuando regresaba de la milpa
en que la interrogábamos sobre la existencia de esa y entablaron plática en el trayecto.
mágica mujer. “Cuando era yo una niña de cinco o Le pidió el favor de acompañarla a su
seis años, mis papás me mandaron a comprar gas a la casa porque le había ganado la noche
tienda. Era ese tiempo en que los papás ordenaban y haciendo un mandado. Mi abuelo notó
uno obedecía inmediatamente. Anochecía y yo tenía algo extraño en la fémina mientras
miedo. No había gente en la calle, sólo una mujer andaban y le pareció que a donde se
muy hermosa que se peinaba el cabello con elegancia, dirigían no había sino planteles de
sentada en la albarrada. Sonreía mientras me miraba. henequén, a la salida del pueblo que
‘Ven aquí’, me dijo con señas, y ya caminaba hacia se adentra al monte.
ella sin pensar nada cuando noté que en lugar de dos Vestía la mujer un hipil
pies humanos tenía dos patas de pollo. y llevaba el pelo suelto que
“Pegué un grito y arranqué a correr hacia la no es muy común entre
casa, de donde salió a mi encuentro tu abuelo. Me las mujeres mayas.
introdujeron rápidamente, y mi papá, mirando a mi De pronto empezó
mamá, le dijo en voz baja que alcancé oír: ‘Ha visto a peinarse y
a la Xtáabay’. entendió que
“Y no era imaginación mía. En esta calle, según era la Xtáabay
los abuelos, otros la han visto peinándose, porque ella porque ella
conservaba siempre hermoso su pelo largo, y personas siempre se está constantemente
menos afortunadas han sido secuestradas por ella y peinando y cambia de peine, que
llevadas al monte, en donde son abandonadas a su es la vaina del fruto de
suerte entre los espinos”. un árbol cuyo nombre
Si usted, por obra de la mala suerte, de pronto no recuerdo, pero que si
se ve conducido por una mujer hermosa por una me mostraran en seguida la
senda en donde no quiere transitar, ¿hay modo de reconocería.
escapar de ella? Acto seguido don Carmen se inclinó y
Mi abuelo don Carmen pudo librarse una descalzó, y sandalia en mano golpeó repetidamente
noche. Hombre rudo, de palabras fuertes y un poco a la mujer hasta que ésta se redujo increíblemente en
de Emiliano Zapata, don Carmen era práctico y una serpiente verde (juntúul ya’ax kaan) que se deslizó
drástico.

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La mujer sin cabeza y otras historias mayas

velozmente entre las piedras y la maleza. De esta


manera se combate a la Xtáabay. Ésta es la contra:
golpearla con un xanab k´éewel (sandalia con plantilla
de piel y soga de hilo de henequén para sujetarlo al
pie y al tobillo).
Muchos otros han visto a la Xtáabay y darían
testimonio de ello. Muchos, con unos tragos encima,
han sido llevados y abandonados en las sascaberas,
otros perdidos en los montes de donde regresan varios
días después, muchos con la ropa hecha jirones por su Vientos malignos del Mayab
paso hipnotizado entre los henequenales.
Sin embargo, también muchos han visto al
extraño ser caminar en una noche de luna y pasar
junto a ellos, casi rozándolos pero ignorándolos,
porque no tuvieron el propósito de abordarla ni
H ay en el Mayab un viento maligno que todos
temen. En maya el viento se pronuncia
simplemente iik’, pero dicho en español es necesario
malas intenciones. adjetivarlo: viento malo, viento maligno.
Muchos darían testimonio de que la Xtáabay Un mal viento hizo creer a Julián que disparaba
existe y que es una hermosa mujer pero, o bien lo a un venado, no a su hermano a quien mató; un mal
callan por prudencia o callan por no poder contarlo. viento dejó retorcido a un joven de Xoy, por Peto,
que cruzaba las rieles cuando iba por una gaseosa,
y otro soplo maligno fulminó a don Fabián en una
encrucijada en la entrada del pueblo.
Juan de Dios Collí cuenta exaltado el día que
junto con un amigo vio a una tortolita transformarse
súbitamente en un zopilote y éste en un toro negro que
lo persiguió por el solar.
“Sin embargo, el toro fue real, porque luego
fue atrapado y devuelto a su dueño”, precisa como
para exorcizar la otra mitad de la historia que parecía
increíble.
Aquella tarde que rememoraba, Juan y su amigo
avistaron la tortolita que se acicalaba en una rama

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La mujer sin cabeza y otras historias mayas José Natividad Ic Xec

tupida de hojas. Colocaron su proyectil y tensaron y crueles soplan con fuerza a la cara de los infelices
sus tirahules apuntando a la pequeña ave montaraz. que se cruzan por su paso. Por eso la mamá congrega
Cuando estaban a punto de disparar, la tortolita se a los niños junto a ella al medio día y rezan el Ángelus
convirtió en un zopilote y casi de inmediato en un toro. colocados en torno de la mesa.
En los pueblos se tiene la creencia de que tirar a Gente tocada por estos “malos aires” sufre
un zopilote hace que los hules del arma se manquen, la contorsión involuntaria de algún miembro y
haciendo que se rompan, si no en seguida, al poco otros quedan al borde de la muerte, en una agonía
tiempo. De ahí que haber visto un zopilote los hubiera interminable, hasta que un jmeen sabio los arranca de
disuadido a no disparar y, mientras titubeaban, el ese estado.
zopilote convertido en toro se acercaba a ellos para Gustavo, un muchacho de Xoy, cruzaba las rieles
embestirlos. del ferrocarril cuando fue tocado y su brazo derecho
“Corrimos a ponernos a salvo y lo logramos, se le torció por la espalda, y una mano invisible le jaló
pero el animal entró en la casa abierta donde estaba la cabeza hacia atrás, obligándolo a mirar el cielo
acostada mi hermana postrada por un cáncer. Dio permanentemente.
tres vueltas en torno de la hamaca, luego salió y A la medianoche salen de nuevo los “malos
desapareció en la espesura... Unos días después mi vientos” y recorren los caminos y las veredas, y se
hermana falleció”. reúnen a confabular en las encrucijadas. Alguna
Quién sabe qué haya impresionado más a Juan: vez, algún hombre que pasa en una de ellas en ese
la metamorfosis del ave o el toro negro que rondó momento cae fulminado.
la hamaca de su hermana moribunda, pero ambos El mejor antídoto a este fenómeno es permanecer
quedaron como hechos fundamentales en su historia en un lugar seguro en esas horas peligrosas. Claro,
personal. cuando se cree todavía en los elementos mágicos que
No es raro que en los pueblos un “mal viento” pueblan las tierras del Mayab.
produzca visiones a la gente. Uno podría ver un perro,
un venado o un hombre, que se esfuman a la vista. Los
“malos vientos” son de cuidado en los pueblos. Salen
de sus escondites al mediodía, cuando el sol quema
fuerte, y se pasean por las calles levantando el polvo
rojo y las hojas secas.
Los vientos más graciosos hacen pequeños
remolinos con las basuritas y juegan, y los más viejos

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La mujer sin cabeza y otras historias mayas

El fraile sin cabeza de La Ermita

T odas las noches el puñado de niños, hoy ancianos


de más de ochenta años, jugaban a las carreras
libremente y sin miedo por los alrededores de La
Ermita por donde vivían, hasta la noche en que se les
apareció un fraile sin cabeza.
“En el nivel más alto de las escaleras de la
entrada a la iglesia, arriba, estaba parado el monje
mirándonos y nosotros abajo, jugando en donde hoy
está el parque y el quiosco que no existían en ese
entonces”, recuerda don Ángel Aldaz Bacelis, que
por aquellos tiempos tendría unos diez años.
El monje estaba de pie, quieto, y la bola de
niños creyendo que alguien los estaba intentando
asustar, tomaron piedras y las arrojaron contra el
extraño personaje nocturno. “¿Conque nos quieres
asustar? Ahora verás”, le dijeron mientras levantaban
los brazos.
Pero apenas soltaron los proyectiles, los
pilluelos vieron venir hacia ellos una lluvia de
piedrecillas, las mismas que habían salido de sus

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La mujer sin cabeza y otras historias mayas José Natividad Ic Xec

puños. Aterrorizados, los jovencitos emprendieron la Casi de inmediato oyó detrás de él el alboroto de
huida rodeando la manzana y poniéndose a salvo. una mamá gallina seguida de sus pollitos que piaban.
Las piedras los persiguieron hasta medio camino. Haciéndose rápidamente a un lado, los vio pasar y
“Eso se merecen por andar en la calle en en un movimiento espontáneo atrapó a la última
altas horas de la noche”, les amonestó la primera avecita de la fila arrojándole encima el sombrero.
mamá con quien se toparon y a quien refirieron el Cuando lo levantó ¡oh sorpresa: abajo sólo había
acontecimiento, todavía muy asustados. una hoja de árbol!
“Los hombre mayores decían que a las once de En aquellos tiempos de la infancia de don
la noche comenzaban las apariciones en La Ermita”, Ángel, La Ermita ocupaba un lugar estratégico,
comenta don Ángel Aldaz. “En ese entonces no había pues era el paso de la gente que entraba y salía de
iluminación como la de ahora. Había luz eléctrica la ciudad. Además, era el lugar obligado en donde
pero muy pobre. En lo alto de los postes, un foquito descansaban los difuntos, donde recibían sus últimas
apenas daba una triste luz”. oraciones y eran llevados después a sepultar un poco
Años más tarde, un tío de don Ángel le más atrás.
contó su experiencia de haber visto a la puerta de Muchos años después, cuando las calles y
su casa a un hombre sin cabeza. El tío solía llegar los terrenos del rumbo fueron mejor delimitados,
a su hogar ya entrada la noche sin que se topara algunos vecinos se sorprendieron al encontrar restos
con algo extraordinario, pero en aquella ocasión humanos cuando cavaban los cimientos de una
vislumbró desde lejos a un hombre sentado, con la nueva casa.
cabeza aparentemente inclinada. “Oye, levántate y Por La Ermita también se les apareció
hazte a un lado, que tapas la puerta de mi casa”, le a los muchachos el “Tapacaminos”, como es
dijo amablemente, pero fue ignorado. Insistió y fue mejor conocido el Wa’awa’apach’, un monstruo
cuando el hombre se puso de pie dejando a la vista cuya especialidad es sorprender al transeúnte
el hueco del tronco donde debía de estar la cabeza. desprevenido al apresarlo entre sus dos piernas,
“Cuídense extremadamente”, les aconsejó el ahogándolo y robándole el alma. “Tapacaminos” se
tío campesino a don Ángel y a sus amigos. “Ustedes llama en los pueblos al pájaro de plumaje gris que
son unos muchachos demasiados jóvenes para se lamenta ante el caminante, dejándose caer a unos
comprender todavía, pero en el campo y en las calles pasos delante de él (el pu’ujuy); el “Tapacaminos” que
hay muchos peligros sobrenaturales”. vio don Ángel era un hombre de estatura normal
Un día, estando en el monte, el mismo tío oyó cuando está sentado y un gigante cuando se pone de
un ruido muy fuerte que provenía de la parte más pie, y espera a sus víctimas en las calles solitarias en
alta. Algo como el comienzo súbito de una tormenta. altas horas de la noche.

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La mujer sin cabeza y otras historias mayas

Agotados de tanto jugar, volvían esa noche


los jóvenes a sus casas bromeando cuando vieron
a un hombre sentado en el umbral de una puerta
poco más adelante. No prestaron atención, pero al
acercarse un poco más el extraño en seguida se puso
de pie y se colocó en medio del camino abriendo
las dos piernas, ocupando todo el ancho de la calle.
Los muchachos hicieron lo que cualquier persona
sensata haría: huir. Y ciertamente fue lo mejor.
“Para la gente que escucha esto que cuento Celo y furia de Yuum K’áax
pareciera sólo leyenda, pero para nosotros que lo
vivimos es real”, dice sonriendo don Ángel Aldaz,
hoy dedicado al apostolado de su parroquia, llevando
la Comunión a los enfermos. E s Yuum K’áax un celoso dios guardián de los montes.
A él, Señor y dueño de los montes, pide permiso
el campesino que planea tumbar un área para hacer
su milpa; a él se encomiendan los cazadores cuando
incursionan en la selva siguiendo las huellas del joven
venado; a él ofrendan los primeros frutos de la tierra
(producidos a partir del maíz: atoles y elotes), ¡y ay de
quienes ignoren su presencia protectora!
Algunas definiciones académicas se refieren
a este dios como el del maíz y en sus estelas los
antiguos mayas lo habrían representado como un ser
sentado sobre sus piernas, sosteniendo una planta.
Los campesinos actuales lo imaginan de manera
más sencilla: como una presencia omnipresente,
un espíritu que se desplaza con el viento que cruza
murmurando entre la mazorcas tiernas y mece las
ramas de los árboles, donde se columpian los ch’eles
que gritan sin cesar.
Antes de empezar a hacer su milpa, lo cual
significa talar los árboles grandes y arrancar la hierba

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La mujer sin cabeza y otras historias mayas José Natividad Ic Xec

baja para después quemarlos, el campesino ofrece al A veces el dios sólo hace que los extraños se
Señor de los Montes una modesta ofrenda: el saka’, extravíen. Un hombre que va por leña y no regresa
que es una especie de atole hecho con maíz blanco, durante varios días o semanas es muy posible que
que se sirve endulzado con miel. Se prepara con maíz haya sido despistado por el Señor de los Montes.
remojado, no hervido con cal como para que suelte No obstante, muchos que han sido hallados dan
la cascarilla, como se prepara el nixtamal para las testimonio de que nunca les faltó comida. Que los
tortillas. banquetes constaban de panes grandes y atoles,
En un punto elegido se construyen los altares y cítricos y agua fresca, los mismos que recibe la
necesarios con bajareques y bejucos cortados en el divinidad en la ofrenda de los campesinos.
mismo lugar. Vigilante de sus territorios verdes, Yuum
Hombres experimentados en estos rituales K’áax se venga de quienes dañan sus propiedades.
elevan oraciones a Yuum K’áax. Terminada la Mi padre me contó la historia de un hombre que
ceremonia se reparten las bebidas entre los presentes se perdió en los montes de Tixhualatún. Agotó
y por ningún motivo se puede desperdiciar ni una el infeliz su bastimento que constaba de tortillas
porción. hechas a mano y bebió su pozole con agua de
Fuerzas espirituales malignas (k’aak’as íik’o’ob, sartenejas que encontró en los caminos, mientras
“malos vientos”, dicen los mayas) aquejan a los buscaba la senda de regreso.
hombres que evitan hacer estas ofrendas, ya sea Durmió varios días en medio del ruido
por ignorancia o por rebeldía. nocturno del monte, hasta que finalmente encontró
Cazadores insensatos que llegan y se la salida. Se encaminó de regreso a su casa
adentran a un monte virgen donde descansa la rebosando de contento, pero, ¡ay!, hombre malvado
deidad corren grave peligro y más les vale que tenía que echar en balde el bien encontrado: en la
hubieran dejado ir al animal herido, y esto bien última sarteneja de su camino se detuvo a beber,
que lo saben los campesinos. En castigo, Yuum luego orinó y defecó en ella “para que nadie más
K’áax hace ver ilusiones a los cazadores, quienes tomara de ella”.
ven en su compañero al animal que están cazando, La furia del Señor de los Montes fue inmediata.
y le disparan. Poniéndose de pie, como en una pesadilla, el infeliz
No es extraño que en los pueblos uno escuche vio cómo el panorama verde ya había adquirido ante
de un hombre abatido por su propio compañero sus ojos un nuevo aspecto y se vio otra vez en un
quien asegura que no disparó a su colega sino a lugar desconocido. Empezó a buscar una salida pero
un venado. Es Yuum K’áax que se venga así de los no la encontró.
intrusos irrespetuosos.

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La mujer sin cabeza y otras historias mayas

En sus desesperadas caminatas varias veces


se encontró con la misma sarteneja que había
contaminado con su podredumbre y un mediodía
no pudo más y tuvo que beber de ella. Así cuida
Yuum K’aax sus territorios y es muy celoso de ellos.
El campesino prefiere decir “los dueños del monte”
(u yuumilo’ob k’áax), porque sabe que en su tarea de
vigilancia la deidad se multiplica.

La veracidad de los sueños

M uchos tenemos pesadillas que nos atormentan.


Todos tememos que un día la peor de ellas se
cumpla. Dos sueños me torturan de vez en cuando: me
veo de pronto arrastrado por una corriente de agua sucia
y lucho por mantenerme a flote y por buscar la orilla. Pero
los bordes del estanque no tienen asideros y la corriente
me lleva sin parar. Curiosamente, otras veces sueño lo
mismo pero me arrastran aguas limpísimas.
En otro sueño, me veo atrapado en medio de un
solar con muchos árboles frondosos y en cada uno hay
un toro amarrado. No me alcanzan las cornadas pero
tampoco puedo moverme. Y me angustio estando
atrapado, paralizado en medio de las bestias.
Éstas son algunas de las escenas más inquietantes de
mis malos sueños. Tarde o temprano, dicen los antiguos,
los contenidos de los sueños se nos revelan con plenitud,
con una porción amarga y otra dulce, y cuando nos
damos cuenta ya estamos en medio de ellos. Es cuando
exclamamos: “¡Esto ya me había pasado; esto ya lo sabía!”.

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La mujer sin cabeza y otras historias mayas José Natividad Ic Xec

Los que nos criamos en el pueblo, los que Ya tenía experiencia en esto, aunque no
hundimos los pies en la roja tierra ardiente del suficiente. Un sueño igual de insistente lo atosigó
mediodía y anduvimos descalzos en los charcos poco antes de que el primero de mis tres hermanos
después de la lluvia y oímos las charlas de los abuelos, mayores muriera quién sabe de qué mal. En su sueño
sabemos esto: los sueños significan algo, los sueños no veía desfilar la gente por la casa y sobre la mesa abrían
son sólo sueños. unos manteles blanquísimos dejando montones de
“¿Soñaste con serpientes? Ten cuidado. Son tomates rojos y brillantes, los más carnosos que había
chismes que surgirán sobre tu persona”; “¿te viste visto en su vida. Meses después, cuando mi hermano
volando en un avión? ¡Dios mío. Te vas a morir. murió, vio cómo la gente preparaba un altar lleno de
El avión significa el ataúd!”. “Jovencita: ¿que usted flores rojas en medio de las cuales colocaron el ataúd
se ha visto con traje de novia, casándose? Cuidate del niño. Entonces entendió.
mucho. El vestido es tu mortaja”… La interpretación Los sueños sueños son, dicen algunos, pero
popular de los sueños puede parecer jocosa pero en muchos sabemos que son algo más que eso. Son
el fondo la enseñanza es simple: tienen un significado premoniciones, advertencias, preparativos, una
y se cumplen. rendija en la que alguien nos quiere mostrar parte
Mucho tiempo antes de que la abuela del futuro.
Tiburcia muriera, papá había tenido un sueño. Se Cuando la varicela tomó por sorpresa a mi
vio extraviado en el monte cuando iba de cacería. esposa, Flor de Lourdes, ella me dijo una tarde: “Se
Avanzaba con dificultad a causa de las enredaderas ha cumplido tu sueño”. “¿Mi sueño?”, pregunté
y la hierba tupida, pero lo aterrorizaban más los extrañado mientras trataba de recordar. “Sí. Me lo
pajarracos posados en lo alto de los árboles que contaste hace algún tiempo: me viste la cara llena de
graznaban con un sonido como de llanto humano. granos”.
Estas aves raras defecaban sin cesar y su excremento No hay que despreciar los sueños. Las historias
caía manchando el árbol, formando en el tronco bíblicas y paganas les han dado el carácter de
espesos y asquerosos ríos de inmundicia. premonitorios. Pensemos en José el Soñador, o en el
De rodillas junto al ataúd de su madre, papá otro José de Nazareth, que huyen alertados en sueños
rememoró con claridad la pesadilla. Oyó claramente por un ángel. Borges, en las “Ruinas circulares”,
los graznidos en el llanto de la familia y en los cantos plantea el acto creador de los sueños. Y los que creen
de las rezadoras; en la cera derretida que resbalaba que los sueños no tienen bases científicas ¿acaso no
de los cirios ardientes vio lúcidamente los árboles construyó Descartes su método filosófico a partir de
manchados de líquido blanco. “Ya me lo habían tres sueños?
advertido desde hace mucho tiempo”, dijo después.

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El alimento de las víboras

M amá ya se había resignado a que tendría un hijo


mudo. Un día me lo confesó. “Cumpliste los seis
años, Negro, y no habías dicho palabra, salvo mamá y
papá. Creíamos que nunca hablarías. Sólo por estas dos
palabras mal dichas no nos resignamos a que quedarías
mudo toda la vida”.
Un jmeen al que me llevó le aconsejó: “Dale de
masticar el alimento de las serpientes”. Y esta comida
silvestre liberó mi lengua trabada de nacimiento.
“De esta manera debes hacerlo: debes traer el
fruto fresco muy de mañana. Lo partes en dos mitades
y se lo das para masticar. Nueve viernes consecutivos
lo harás de esta manera. En el noveno le pedirás que
después de masticarlo que se trague el fruto”.
Dos advertencias del jmeen: “El fruto debe ser
cosechado muy de mañana y apenas llegue a ti harás lo
que te digo. Si rompes la secuencia, comienzas de nuevo
desde el primer día y es probable que ya no funcione”.
No guarda mi memoria registro de este
tratamiento fantástico, pero mamá me dijo que no hubo

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La mujer sin cabeza y otras historias mayas

problema porque seguimos las indicaciones al pie de la


letra. Papá se cuidó muy bien de traer puntualmente el
fruto milagroso.
¿Cómo es este fruto mágico que desata la
lengua? Recuerdo la visión alegre de dos tipos de frutos
anaranjados, siempre disimulados bajo otros arbustos.
Uno de ellos, el más brillante, es suave casi tanto como
una bolsa y la textura de su superficie es porosa. Si se
toma y se abre deja ver una pizca de semillitas rojas como
las granadas, las cuales son comestibles. El otro es duro, El misterio de las víboras
poroso y tiene una forma ligeramente triangular. Yo no
conocía estos frutos, pero alguien que ignora mi historia
me dijo en una ocasión: “No lo toques. Es peligroso. Eso
comen las serpientes”.
Desde entonces mi lengua se destrabó, y si bien
considero hoy que logro darme a entender cuando hablo,
E lla buscaba algo entre los cachivaches del rincón
y hurgaba entre los arbustos del patio cuando
de pronto sintió en la mano derecha un golpe seco
sé que tengo todavía mucha dificultad para vocalizar. y ardiente. “Me han mordido”, exclamó asustada
Un orador nunca seré; un declamador tampoco. mientras entraba rápidamente a la casa, con una
Muchas cosas fantásticas ocurren en el Mayab, expresión de terror en la cara.
muchas de ellas se realizan en las personas pero quedan Tomó una vara y salió rápidamente al patio.
en la oscuridad, sin que nadie las ponga encima de la La vi medir el perímetro con sus pasos y trazar
mesa desde donde brillarían. Por un fruto se condena un círculo en la tierra, que entendí tenía atributos
el hombre; por un fruto a veces se salva ¿no es esto mágicos. “De este modo no escapará si es una
prodigioso? víbora”, decía en voz alta para sí.
¿Pero habrá un hecho más admirable que la Doña Candelaria Rosado bien que sabía de
curación milagrosa de una niña que padecía ataques víboras. Lo aprendió de su madre, una curandera de
y una mañana amaneció totalmente curada como Tzucacab, hoy extinta. Pero su hermana fue la que
lo había anunciado una extraña mujer a la madre de aprendió mejor el oficio, doña Elena Rosado, cuyo
la atribulada pequeña? ¿O un acontecimiento más fallecimiento fue muy lamentado en su momento
admirable que un hombre que deja su tierra huyendo por ser la única de la zona que sabía sanar una
de una víbora de cascabel, porque un jmeen le advirtió mordedura mortal.
que una mordedura más sería definitiva?

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La mujer sin cabeza y otras historias mayas José Natividad Ic Xec

¿Qué extraña relación hay entre los hombres rayar los árboles de chicozapotes, hacer los canales
y las víboras? Mamá me contó un día que las para que la savia valiosa se deslizara hasta los
serpientes, de cualquier tipo que fueran, quedan recipientes. Pero antes, el jornalero debía quitar
completamente debilitadas, abatidas, inmovilizadas, las ramas tupidas de árbol, para lo cual escalaba a
cuando se les acerca una mujer embarazada. mano hasta llegar a la rama más alta.
Como en la iconografía mariana, la víbora aparece “Cuando me asomé en la última copa y tendí el
sometida bajo los pies de la mujer grávida. brazo para asirme vi la víbora enroscada en el tronco
El hombre del pueblo ve en estas temibles pero no pude hacer nada para evitar el ataque.
creaturas un elemento mágico. Si quita la vida, Apenas la veía cuando sentí al mismo tiempo en la
también puede prolongarla. mano la mordedura de fuego”, me contó.
En una cantina de Peto donde él servía las Cayó del árbol y fue asistido de inmediato por
mesas, mi padre vio con asombro cómo unos sus amigos. Le hicieron tragar, una a una, una tira
montaraces recién llegados decapitaban a una completa de Mejoralito (famosa píldora, hermana
víbora de cascabel. Un hombre recogía en vasitos la menor del Mejoral) y le lavaron con agua la herida
sangre que manaba y lo servía a los comensales que que se amorataba rápidamente.
parecían miembros de una secta. No había en la selva remedio para esta
Todos bebieron de la sangre del reptil. “Dicen mordedura. Había que sacarlo pronto y llevarlo al
que alarga la vida”, me explicó papá. Muchos años pueblo más cercano que estaba a varias horas de
después supe que también se creía que vigorizaba distancia. Gotas de sangre perlaban su piel cuando
la vida sexual. Y en los últimos meses supe de unos lo subieron boca abajo a un caballo y emprendieron
hombres que tomaban cápsulas de cascabel para el galope selva afuera, rumbo a la cabecera, Peto,
tener mejores y prolongadas erecciones. donde un suero antiviperino oportuno lo salvó.
Don José Díaz Bolio postuló la virtud Las víboras forman
“matemática” de la cascabel; el hombre común del parte de lo más temible a lo
campo también sospechó una virtud musical y señal que se enfrenta el hombre
de ello es la creencia difundida de que una guitarra del campo, que desbroza
sorda adquiere resonancia incomparable si se le y desyerba su milpa con
deposita en la caja una cola de cascabel. el apoyo de una pequeña
Papá sobrevivió a dos mordeduras de víboras. horqueta en la mano con que mueve la maleza y busca
La más letal de una nauyaca o “cuatro narices”. En los tallos donde corta de un tajo. Para protegerse,
el chicle, como se llamaba entonces, los hombres algunos abuelos conocedores del peligro suelen trabajar
vivían en campamentos. Su trabajo consistía en masticando una especie de tabaco silvestre local (k’uuts)

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La mujer sin cabeza y otras historias mayas

y
se untan
en los pies y
tobillos la saliva que
produce la manducación, porque
el olor ahuyenta a los reptiles venenosos.
Algo de esta creencia sobrevive en el campesino
cuando dice que fumar tiene el mismo efecto sobre las
víboras.
Tener un gato, patos o gansos en casa no solo La mayor curandera del Sur
combate a los ratones: también pone a raya a las

C
serpientes. De pequeño vi la lucha entre una víbora y un uando María Eugenia abrió la puerta, quedó
gato. La sierpe estaba enroscada en el cuello del gato. helada por el espectáculo que tenía enfrente: una
El felino la había atrapado en la cabeza y la mordía mujer con una pierna amoratada y tan hinchada que
con firmeza, en una escena inolvidable que se produjo parecía a punto de reventar, gemía de dolor y pedía
en la albarrada de mi primera casa. Desde luego ganó ayuda.
el gato, pero no recuerdo qué pasó después con él y la “Nunca había visto un caso como aquél”,
serpiente porque los mayores me obligaron a dejar la recuerda la joven curandera de mordeduras de
escena. víboras, vecina de Tzucacab, conocida en el sur del
Pero no tiene comparación el caso de Dzulo, un Estado porque continúa una tradición familiar de tres
hombre modesto de campo que sobrevive en Mérida. generaciones, administrando un poderoso antídoto
Nacido en Tiholop, se ha topado varias veces con contra los venenos.
las cascabeles y ha sobrevivido a cuatro mordeduras La vecina mordida, que es originaria de la
mortales. población de Tahdziú, fue atacada por una víbora
Yerbateros experimentados lo curaron con “cuatro narices” en su propio baño. La “cuatro narices”
mucho esfuerzo y huyó de su tierra natal tras la cuarta o nauyaca es considerada la víbora más venenosa del
mordedura. Un jmeen le advirtió: “La víbora ya te país.
conoce, te ha olido, y te está buscando para concluir su Fue el bautismo de fuego de María Eugenia
tarea. Mejor vete de aquí si quieres vivir”. Chan Rosado. “Con un caso más como éste, adelgazas
Y comenzó su éxodo que aún no termina. completamente”, le bromearon sus hijos después de
haber superado la crisis que padeció junto con su cliente.

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La mujer sin cabeza y otras historias mayas José Natividad Ic Xec

Lo primero que hace cuando llega un paciente


es identificar qué tipo de víbora lo ha mordido y
eso hizo María Eugenia. No obstante, la reunión de
todos los síntomas en la herida de la ama de casa
de Tahdziú la desorientó y la hizo dudar sobre la
aplicación del antídoto. Sin embargo, tuvo la fortuna
de que la mujer se restableció completamente luego
de diez días de tratamiento, que representó su
primera victoria sobre las víboras.
Un problema relativamente nuevo para
los curadores de mordeduras es la hibridación
de las especies, señala María Eugenia, quien se
negó a compartir siquiera alguno de los nombres
de las plantas que usa para preparar sus pócimas
antiviperinas. “Hay evidencias de que la cascabel se
aparea con la ‘cuatro narices’ y una u otra se aparea
con la coralillo”, señala.
En estos casos, la curadora debe ensayar
nuevas dosis de la administración del antiveneno,
que es una pócima compuesta con una mezcla de
yerbas cuyos nombres mantiene en estricto secreto.
El antídoto sigue teniendo su efectividad y es
válido para todas las mordeduras, así como en las
clínicas el suero anticrotálico se aplica en todos los
casos. Con María Eugenia lo único que varía son las
dosis y los días de tratamiento.
El milagro de la medicina es más apreciable
si se tiene en cuenta que personas mordidas y
trasladadas a hospitales de Mérida fallecen a pesar
de los sueros anticrotálicos. Recuerda el caso de
una mujer de Kambul, comisaría de Peto, que
recolectaba limones en un rancho de Santa Rosa,

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La mujer sin cabeza y otras historias mayas José Natividad Ic Xec

propiedad de conocida familia meridana, que se inflama tanto pero es muy dolorosa. El ataque
mordida por una cascabel fue trasladada a Mérida, de una “cuatro narices” es el más peligroso porque
donde fue atendida durante tres días en el hospital a la inflamación y al dolor se suman hemorragias,
O’Horán. Fue sacada de ahí por sus familiares comenta. “El paciente suda sangre y le sangran las
cuando los médicos se disponían a amputarle el encías”.
brazo “para su estudio”. Para una recuperación pronta se aconseja al
“Tenía el brazo totalmente ennegrecido paciente que en los dos primeros días de tratamiento
cuando la trajeron a que yo la atendiera”, cuenta se alimente sólo de atoles sin endulzar y galletas de
María Eugenia. La señora se curó con diez días de soda. A partir del tercer día puede ingerir sopa de
tratamiento. pollo sin grasa. Nunca deben consumirse productos
Una mordida “estándar” de cualquiera de enlatados.
estos tres tipos de víboras más comunes en la región La cuota más baja que ha cobrado por
puede curarse completamente con un tratamiento sus servicios, desde que falleció su madre, es de
de seis días. 150 pesos y la más cara de 600. Sin embargo a
La señora de Kambul “se estaba muriendo veces atiende a la gente gratuitamente porque en
cuando la trajeron”, recuerda. En seguida se le dio general “es gente muy pobre” la que acude a ella.
el antídoto y el dolor desapareció en diez minutos. ¿Estadísticas? “No se me ha ocurrido apuntar el
“En general, el dolor desaparece casi en seguida, en número, pero son muchos y el caso más reciente
cinco minutos”, explica María Eugenia, cuyo oficio fue hace dos semanas”.
aprendió de su madre, muy conocida y apreciada por En su casa, recuerda, se ha registrado una
sus obras de altruismo y su compromiso ciudadano. muerte, cuando vivía su madre, pero eso se debió a
El primer indicio de que el paciente se que los familiares del enfermo lo llevaron demasiado
recuperará es la desinflamación de la herida. Ella tarde, cuando ya agonizaba. Precisamente había
ha curado a personas de varias comisarías del Sur, sido sacado de un hospital de Mérida. En su caso,
como Macmay, Sacsukil y Ekbalam. María Eugenia agradece que hasta la fecha no se
Otro caso de ataque de víbora que le ha le haya muerto un paciente, aunque sí ha pasado
impactado mucho fue contra un niño de dos años, algunos sustos.
de Ekbalam, que fue mordido en una mano por una Es imprescindible que una persona mordida
cascabel. Afortunadamente, el menor respondió al por una víbora sea atendida lo más pronto posible,
tratamiento. en un plazo máximo de dos o tres horas, señala la Ix
La mordida de cascabel se reconoce porque Kunal Kaan (la encantadora de serpientes).
la herida se inflama en seguida; la de la coralillo no

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La mujer sin cabeza y otras historias mayas

“Por estos rumbos es común que a la persona


atacada se le aplique un torniquete, pero mi madre
no lo aconsejaba, pues la mordedura es como una
inyección. El veneno ya está en el torrente sanguíneo
y un torniquete no ayuda. Tampoco es útil abrir
la herida y succionar el veneno, como se ve en las
películas”.

La gente tiene algunas otras maneras
pintorescas de remediar el mal en tanto que es
llevada a recibir atención. Una persona atacada Un sabor de siglos
por una víbora suele comerse un limón o una
naranja completa, con todo y cáscara, expresa un
poco impresionada. Es una creencia muy enraizada
en las comunidades rurales, pero igualmente es A principios de mayo del año de 2010 tuve una
experiencia excitante en una población del sur:
beber el antídoto contra las mordeduras de víboras.
ineficaz, afirma. Otro remedio inmediato es beber
cierta cantidad de manteca de cerdo, un vaso, por La joven curandera nos recibió en su casa
ejemplo. Tampoco sirve. un domingo en la mañana, después de la misa, y
amablemente nos contó sus inicios en el arte de la
administración del antiveneno más poderoso que
hay por estas tierras mayas. Primero su abuela,
luego su madre, ella y la sigue con interés su hijo de
12 años.
Ahí estaba el líquido milagroso ante
nuestros ojos, contenido en una botella de plástico
transparente. Su color verde me recordó la boca de
los cenotes más recónditos, el verde oscuro de las
copas de los árboles grandes. No lo pensé mucho.
Lo probé. Y mientras mi paladar leía e intentaba
identificar aquellos sabores, el destello de un temor
iluminó mi mente. ¿Y si me da un infarto este
brebaje? Cosa que desde luego no ocurrió.

62 63
La mujer sin cabeza y otras historias mayas

El sabor me trajo al paladar siglos de sabiduría


de nuestros ancestros, todo ese tiempo que quedó para
la eternidad, durante el cual nuestros antepasados
fueron descubriendo a ciegas, por ensayo y error, lo
que es hoy una invaluable aportación de la cultura
maya a la modernidad.
Sentí en la pócima un concentrado sabor a
madera seca, a yerba fresca, a leve picor indefinido...
Eran sabores nuevos, selváticos, edénicos, a tierra
nueva. Intenté adivinar; no atiné a ninguno. Ella Sencillez de un curandero del
se río por cada desacierto mío, en esa mañana Oriente
maravillosa y caliente en el sur del estado.
Hace muchos años, un suero curó a mi
padre que había sido mordido por una víbora E l antídoto que suministra María Eugenia es líquido,
una bebida agradable al paladar, como una de
tantas de moda hoy día en las ciudades, los cocteles
“cuatro narices”, cuando escalaba un árbol en el
chicle; cuando aquel domingo probé el antiveneno para bajar de peso. 
El paciente, una vez atendido y
natural, de alguna manera me conecté con ese diagnosticado, puede volver a su casa con su dotación
acontecimiento del pasado y curé una antigua llaga. de la bebida contenida en una botella. La pócima
puede durar semanas en el refrigerador y si se gasta se
puede ir por más.
Don Alfonso Ay Dzib no presume su sabiduría
en la curación de mordeduras de víboras. A sus 75
años vive de la milpa y no le teme a los reptiles. “Por
acá no hay de las ‘cuatro narices’ (la nauyaca), pero
las hay muy mortales como la chaknej (de cola roja) la
cascabel y la wolpoch’”, indica durante un encuentro en
su humilde vivienda, un atardecer de diciembre.
Cuenta el caso de un vecino de Kancabdzonot,
quien fue mordido por una víbora de cascabel. “Tres
días estuvo internado en el O’Horán. Cuando su
familia vio que estaba agonizando lo devolvieron a su
casa”.

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La mujer sin cabeza y otras historias mayas José Natividad Ic Xec

Alguien les aconsejó que lo llevaran a Yaxunah, preparar su pasta milagrosa. ¿Y por qué no preparar
donde seguro encontraría cura.
 Los familiares de una bebida? Porque la conjunción de las yerbas tiene
Beto, que así lo llamaban, primero acudieron con un un sabor muy desagradable, explica.
aprendiz de jmeen, quien fracasó en la Sin duda, las plantas que usa son muy distintas
curación.
 de las que emplea la curandera de Tzucacab, porque
En dos días, don Alfonso quien esto escribe probó en persona la poción de la
resucitó al vecino, quien ya mujer y da testimonio que es una bebida refrescante y
estaba más muerto que vivo.
 agradable al paladar.

Cuando uno es mordido se Las yerbas, que son más de diez, una vez
le aconseja no beber agua, machacadas y hechas una pasta, se humedecen con
aunque el efecto del veneno jugo de limón, lo que le da frescor, detalla el anciano.

produce una sed intensa, Aprendió don Alfonso Ay el arte de su madre,
explica en maya el anciano doña María Dzib, quien sabía mucho de yerbas. “Usted
recién vuelto de la milpa, oliendo es un gran curandero”, le elogiamos admirados por su
todavía a sudor y a yerbas.
 sencillez y su sabiduría. El abuelo se ríe, haciendo una
Un primer remedio que aconseja mueca, y dice en maya. “A veces los curo; a veces se
para detener el envenenamiento, y muy mueren”.
Sonríe.
efectivo, según él, es que la persona Yaxunah se encuentra a unos kilómetros de
atacada busque de inmediato una planta Pisté, y la población está en medio de la selva. 
Por
de nombre ch’íich’ puut (papaya silvestre) la zona varias personas figuran como curadores de
que crece en el monte, tomar una hojas, mordeduras, pero cuando se pregunta cuál es el mejor,
restregarlas fuertemente entre sí hasta la gente responde sin duda: don Alfonso.
 Nos mostró
hacer una pasta y aplicarla sobre la herida. algunas de las plantas medicinales que tiene cultivadas
“Esta pasta hace que la herida no se en su solar y se ofreció a enseñarnos su arte.
inflame y que el veneno exterior salga a
flote”, explica don Alfonso. 
Hecho el primer remedio, viene el
verdadero tratamiento. Don Alfonso
colecta en persona las
plantas
para

66 67
Matar a una víbora

T uve mi primer contacto con víboras hace


muchos años, cuando hacía trabajo social en el
municipio de Chichimilá, que dista a unos minutos
de Valladolid. Un día desperté y justo cuando iba
a meter los pies en los zapatos noté tres pequeñas
hebras de color rojizo moverse en el suelo. Las miré
mejor y ¡oh, sorpresa: eran pequeñas coralillos!
Un vecino, don Ernesto, me ayudó a matarlas.
Con un palo aplastó las cabecillas de los reptiles.
En esa tarea estábamos cuando llegó doña Candita,
la comadrona del pueblo, hoy extinta, y juntos
continuamos la prolija labor de ejecutar a las sierpes.
Muertas las viboritas, con un machete las
hicimos pedazos a instancias de doña Candita y
luego las incendiamos dejándolas completamente
chamuscadas.
“Así siempre hay que hacerlo. Así las demás
víboras que ronden cerca se irán para siempre y no
volverán nunca”, sentenció doña Candita.

69
La mujer sin cabeza y otras historias mayas

Este “tratamiento” habitual que los pobladores


rurales del oriente dan a los reptiles me volvió a la
mente hace poco. En una aventura familiar en la zona
arqueológica de Yaxunah, el temor a las serpientes
se acrecentó apenas llegando, pues a la entrada de
la pequeña zona nos topamos con los restos de una
cascabel de tamaño mediano chamuscada. Esto
proporcionó emoción a nuestro paseo, nos hizo pisar
con más cuidado entre la maleza, a no sentarnos en
las piedras, a mantenernos solamente en los claros Compasión maya
y correr a saltitos cuando algo se movía entre las
hierbas.
Fray Estanislao Carrillo, uno de los primeros
estudiosos de la cultura maya, conjetura que los
antiguos mayas se aseguraban de que la víbora
muriera de la siguiente manera: clavando la cabeza
E l sol oprime el pavimento, taladra los cráneos,
martillea las sienes...
“Óotsil” (pobre) dice ella en maya mientras
del reptil en la tierra. La experiencia indica que mira al volchito negro semidespintado estacionado
muchas veces las víboras que se supone estaban en la calle, soportando la furia inhumana del disco
“muertas” están bien vivas ya que al amanecer de luz que le hace crujir las láminas.
habían desaparecido. Clavarles la cabeza en la tierra Yo la miro, pero no digo nada. Mis ojos la
es una manera de asegurarse que están muertas. fotografían y la guardan en mi memoria de hijo. Esa
cara dolida que es la mía, esa expresión solidaria, de
comunión que me gustaría fuera la mía...
Conozco esta creencia de que todas las
cosas “sienten”, que están vivas. Un sentimiento
universal que nos conecta a todo lo que existe, que
nos integra, nos hace uno.
“Óotsil” (pobre) me dice nuevamente, y mueve
la cabeza negativamente, censurando en silencio
mi acto cruel de dejar al indefenso vehículo a la
intemperie.

70 71
La mujer sin cabeza y otras historias mayas

***

Llueve. Ella ve caer la lluvia generosa y ve


correr el agua en pequeños riachuelos que se forman
junto a la banqueta.
Abraza la lluvia al pequeño automotor con
golpes en los lados. Las gotas gordas lo palmean casi
con furia, empujadas por las rachas de viento.
“Ki’ u yu’ubik wale’ (lo ha de sentir rico), me Mi padre iba a ser un wáay
dice ella en maya mientras sonríe y una dulce paz se
adivina en su rostro.
Conozco esta creencia de que todas las cosas
“sienten”, que están vivas. Que ellas y nosotros L a detonación seca del rifle sobresaltó a más de
uno de los vecinos que estaban profundamente
dormidos en el pequeño pueblo de Tixhualatún, pero
hacemos uno. Que un pequeño animal no es menos
que el más noble hombre. Por eso un día los perros para mi padre fue mucho más que eso: fue un disparo
nos reclamarán, y las ollas y los comales nos cobrarán que cortó de tajo su carrera de wáay (un hechicero que
los maltratos. tiene la capacidad de transformarse en un animal).
Sobre la albarrada de un solar cercano, los
cazadores no lograron rastrear las huellas de sangre
que había dejado un perro negro de descomunal
tamaño, con dos dientes de oro, herido como estaba.
Unos días antes del incidente, un anciano
había hecho esta confidencia a mi padre: “Luis: yo ya
estoy viejo, sin familia y sin hijos. Lo peor es que no
tengo a quien heredar mi ‘arte’ de hacerme el wáay.
¿Cómo es que no aprendes tú? Yo te lo enseñaré con
la condición que no se lo digas a nadie.
“Joven como era entonces, me gustó la idea,
así que no lo pensé mucho y fijamos el día de la
primera lección”, me refirió mi padre un día junto a
la albarrada de la reja de la entrada a la casa en Peto.

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La mujer sin cabeza y otras historias mayas José Natividad Ic Xec

Pero los días del anciano wáay estaban contados, Se conocen historias de wáayes lascivos que
y la noche antes de la primera lección caía abatido aprovechando sus artes demoníacas se meten en las
bajo los disparos de sus perseguidores. Moribundo, hamacas de las jovencitas, las desnudan y las lamen
en su hamaca, pidió perdón: “Me descuidé y lo he y babean sin que ellas lleguen a saberlo. Después de
pagado, Luis. Me hubiera gustado enseñarte, de varios días, la salud de la joven víctima comienza
verdad.” a declinar y se manifiesta en la falta de apetito, la
Algunos días después mucha gente llevó a pérdida de color de la piel y debilidad muscular
sepultar a don Venancio, un modesto anciano con extrema. En estos casos sólo los conocedores de
dos dientes de oro que vivía en las afueras del pueblo, estas artes malignas son capaces de sospechar las
muerto de una herida accidental de hacha en el pie en causas del mal.
la milpa, según se dijo. Camino a su visita de novio, un tío mío,
La figura del anciano wáay amigo de mi padre me Medardo Ic, fue arrollado por un cerdo enorme.
ha fascinado siempre, una historia firmemente Una vez en el suelo el animal lo siguió embistiendo
fundamentada por muchas otras relatadas por y pisoteando. Unas personas que pasaban en ese
mi abuela, quien había sido testigo de fechorías momento ahuyentaron con piedras al marrano.
de wáayes mucho más temibles que habitaron Luego se supo que el ataque fue “encargo” de uno
en las antiguas poblaciones de Maní, Sotuta, de sus rivales en el amor de su novia.
Mama, Chumayel. U lu’umil wáayo’ob’ (la tierra Si la víctima es muy odiada, el wáay orina o
de los wáayes), decía ella. defeca encima de ella. De ahí la creencia de que
Los wáayes salen a sus correrías nocturnas dormir con los calzoncillos puestos al revés los
después de la media noche, aunque a veces antes. Si repele gracias a la cruz que forman las costuras de
alrededor de esta hora terrible usted oye retumbar la prenda. Otras veces los wáayes simplemente salen
nueve veces el suelo y luego oye llorar a los perros, a la plaza a tomar el sereno, cómodamente sentados
incluidos los más bravos, que se apretujan contra la en una banca. “Hoy no hay muchos wáayes; la
puerta queriendo entrar aterrorizados, quizás tenga llegada de la iluminación eléctrica los ha obligado a
usted un vecino que ejerce este antiguo oficio. replegarse en sus actividades”, opina un abuelo de
Los wáayes hacen travesuras, pero en algunos Sotuta, conocedor del tema.
casos hacen verdaderas maldades por venganza. Por En un visita reciente a Maní pregunté a una
lo general, gustan jugar la comida guardada en las señora que pasaba frente al famoso convento si
cocinas de sus víctimas, meterse en donde duerme la había en el pueblo algún wáay sobreviviente. Ella se
gente y sentarse encima de ellas a quienes infunde un quedó mirando, como que no se creía la pregunta,
sueño profundo.

74 75
La mujer sin cabeza y otras historias mayas

y finalmente me dijo que mejor preguntara a un


viejito que vivía en las afueras de la población, que
seguramente sabría de esas cosas más que ella. Pero
estaba escaso de tiempo y tuve que renunciar a
buscar al abuelo.
Sin embargo, es probable que ya no quede
un wáay en el Mayab, lo cual constituye también
la pérdida de un poderoso elemento de la cultura
maya, además de la lengua. Un hombre que se
convierte en un animal (gato, perro, chivo…) en El toro negro de Tabi
virtud de unas palabras mágicas y de unos cuantos
volantines (según la creencia popular, pero que sin
duda hay algo más) es increíble, una tontería para la
mentalidad cientificista; sin embargo los wáayes son
o fueron una realidad. A un costado de la plazuela de la población de Tabi
hay un cenote verdoso sin nombre. Lo flanquean
una iglesia y una piedra plana a flor de tierra de la
Hay cosas en las que creemos y no son ciertas;
otras en las no creemos y son ciertas, escribió cual puede verse claramente la marca de un casco de
Humberto Eco. caballo. “Se trata de la cabalgadura de un hombre puro
contra quien Satanás no pudo ejercer su poder”. La
historia es más o menos como sigue, y esencialmente
me la refirió José Armando Moo, un vecino de 71 años.

Había en el pueblo un matrimonio joven,
ella hermosa y él un honrado campesino. Un don
Juan sedujo a su cónyuge, venciendo finalmente su
resistencia. Los amantes se encontraban cuando el
esposo partía muy de mañana a su milpa, que distaba
varias leguas del hogar.


Un día el amante sugirió a la mujer:
“Deshagámonos de él. Mátalo mientras duerme y
vivamos felices juntos el resto de nuestras vidas”.
Ella
quedó atónita ante la inesperada propuesta pero
reaccionó rápidamente: “Traiciono a mi esposo
contigo. Soy una mujer mala, pero no una asesina.
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La mujer sin cabeza y otras historias mayas José Natividad Ic Xec

Olvídalo”. Pero la inquietud no la abandonó.
 tienes la estampa de torero… Vamos, muéstrame qué
Se realizaban por aquellos días los preparativos traes a un costado de tu caballo, le ordenó el extraño.

para la fiesta de la Virgen de la Natividad, cuyo día El campesino obedeció y justo cuando extendía
principal se celebra el 8 de diciembre.
Decidido a hacer con sus dos manos el costal áspero que le servía para
desaparecer al esposo, el amante de la mujer volvió a traer los elotes vio cómo éste se convertía en una
la carga con una nueva propuesta: “Deshagámonos de manta roja y el caballero en un enorme toro negro
tu esposo en estas fiestas. Que el toro se ocupe de él. que lo embestía. Lo esquivó una y otra vez hasta que
Pídele que entre al ruedo a mantear un toro como una el animal quedó exhausto.
muestra de amor a ti. Elegiremos al más bravo y el ­–¿Y dices que no eres un torero? ¡Eres el mejor!
animal lo matará por nosotros”. A la mujer le gustó la Y estás listo para participar en las corridas de tu
idea: “Siendo así, me parece bien”, asintió. pueblo si así lo quieres… Serás el más aplaudido, le
Esa misma noche, muy cariñosa le pidió a su aseguró el caballero ya posesionado de nuevo en su
esposo que toreara un animal durante las fiestas. cabalgadura. Y le preguntó con una sonrisa burlona:
–Claro, si es que me amas como antes… “¿Acaso tu mujer no está cosiendo un traje brillante
–¡Estás loca, mujer! ¿Torear yo? ¿Acaso quieres que para ti?”.
me maten? ¡Claro que no lo haré! Soy campesino, no Antes de que el campesino se recuperara de la
torero.
 sorpresa, el caballero añadió:
Ella insistió, melosa: “Yo misma te haré el traje 
–Te diré un secreto: tu mujer te engaña. Ella y
de torero y te aseguro que será el mejor”. su amante planean tu muerte y procurarán que sea

Pasaron los días y una mañana que el esposo se mediante un accidente en el ruedo, en las astas de
dirigía a la milpa un caballero extraño lo interceptó en un toro. Por eso voy a Tabi: voy por un alma, que
el cabo del pueblo y entabló plática con él.
 es la tuya. Pero ¿por qué una si pueden ser dos: las
–¿A dónde vas, buen hombre? de los adúlteros? ¿Qué prefieres: tu vida o tu mujer?
–A la milpa. Hagamos un trato.


–Busco el pueblo de Tabi. Dicen que hay ahí una En el primer día de corrida el campesino torero
fiesta. ¿Acaso vienes de ahí?, continuó el visitante.
 causó gran sensación y también en los días siguientes.
–Así es. Hay fiesta y pronto empezarán las corridas La gente se arremolinaba en el tablado sólo para
de toros. verlo actuar.
En el último día advirtió a los otros

–Me gusta. Iré ahí en busca de diversión. ¿Te toreros, que ya lo habían aceptado como a uno más
gustan los toros? de ellos: “Cuando traigan al último toro escóndanse

–Para nada señor. Sólo soy un campesino. y no salgan aunque la gente les grite cobardes. El
–Sin embargo, tienes algo… A mí me parece que animal es un asesino. Verán esta señal: cuando lo

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La mujer sin cabeza y otras historias mayas

aten al poste de ceibo, un zopilote de cabeza roja se


posará sobre el madero”.
Y así ocurrió. La gente gritó furiosa todo tipo
de insultos a los toreros que veían atemorizados cómo
resoplaba el cornúpeta que buscaba a sus víctimas:
las vio en una esquina de la parte baja del tablado,
tomadas de las manos discretamente.
 El animal se
paseó desafiante, a trote, en todo el ruedo y de pronto
tomó velocidad y se dirigió hacia ellos rompiendo los
bajareques del tablado como si fueran papel de pan. El jmeen que tuvo miedo
Y ocurrió todo como lo había predicho respecto a
los amantes: “Llevaré a cada uno de ellos en cada
cuerno”.
Gritaba la gente atemorizada al ver escaparse
el enorme toro negro. Este salió del tablado llevando
en cada cuerno a los amantes y corrió en dirección al
P udo haber sido el más grande jmeen del Oriente o
quizás de todo el Mayab, pero un miedo repentino
hizo que se resistiera a los espíritus que lo conducían
cenote.
 a la mansión de los dioses en donde habría sido
Un joven jinete logró reaccionar a tiempo y echó elevado al más alto rango. Esta experiencia, vivida en
el lazo justo cuando el toro se arrojaba por la boca del el apogeo de su madurez, fue decisiva para el que es
cenote. Un tirón al freno hizo que el caballo saltara considerado el mayor jmeen de Tabi.
el agujero clavando sobre la piedra uno de los cascos, Los eventos se sucedieron de la siguiente
dejando la huella sobre la piedra. El monstruoso animal manera, según relató don José Armando Moo Moo,
se hundió en las aguas junto con sus dos víctimas, quien desgranó incansable tres historias una tarde,
pero el jinete se salvó de ser arrastrado porque era un hasta que el apremio de la noche y el hambre de sus
hombre de corazón puro y la Virgen se compadeció oyentes le puso freno.
de él. Don Antonio Pacheco es considerado el mayor
Los paseantes pueden observar todavía hoy las jmeen del pueblo. Empleaba como ningún otro colega
huellas de los cascos del corcel que logró poner a salvo las yerbas para curar todo tipo de males, santiguaba
a su jinete. con eficacia a las víctimas del mal de ojo o los tocados
por el mal aire o a los postrados por las artes de algún
jmeen malvado.

80 81
La mujer sin cabeza y otras historias mayas José Natividad Ic Xec

Pero lo que le daba verdadera grandeza ante los Su tragedia ocurrió de la siguiente manera:
ojos de sus coterráneos era el uso del sáastun, es decir, cuentan que una mañana que iba a la milpa se le
el equivalente a la “bola de cristal” de las historias aparecieron los grandes señores (los Señores del
occidentales (“tenía uno”, afirmaba don Armando Monte) y lo sujetaron de los brazos para llevárselo.
abriendo mucho los ojos como si hablara de una cosa En realidad no sabía a dónde pero, conocedor de
del otro mundo). Por definición sáastun significaría estas realidades, fantásticas para otros, primero se
“piedra transparente” (la contracción de sáasil, luz, y dejó conducir dócilmente. Vio, o creyó ver, una
tun, piedra). mansión y se dejó guiar hacia ella cuando de pronto
En una ocasión, un joven de una población el miedo se apoderó de él y comenzó a forcejear con
cercana se perdió en el monte durante varios días. los espíritus que eran mayores que él en tamaño y
Familiares desesperados fueron a buscar la ayuda de en poder.
don Antonio. El extraviado fue vislumbrado por el No lo soltaban, y para no continuar se dejaba
mago; encontrada su ubicación mediante el sáastun, caer al suelo, como hacen los niños cuando se
más tarde fue rescatado por una brigada cuando niegan a ir a alguna parte. Más tarde, él mismo
desfallecía. contaría que la supuesta mansión no era más que la
Era indiscutible el poder madriguera de un tejón.
del jmeen de Tabi. Por eso la gente Finalmente logró liberarse pero quedó
quedó muy afligida cuando un día inconsciente, y en ese estado fue rescatado a tiempo
lo trajeron encima de una cama milagrosamente gracias al aviso de alguien que
de ramas improvisada, pasaba por el camino.
paralizado, casi muerto. Por eso la población quedó muy impresionada
Paradójicamente, cuando lo vieron traer en ese estado. Las revelaciones
un aprendiz de jmeen, posteriores de lo ocurrido ahondó el asombro de los
inferior en sabiduría, lo lugareños.
salvó de la muerte. Durante “Su casa está allá en esa esquina. Puedes
muchos años el hombre siguió hablar con él, si quieres”, nos animaba el contador
sirviendo a la comunidad desde una de historias, pero anochecía y el hambre hundía
silla de ruedas y la gente solicitaba su puño en el estómago de los niños que se habían
sus servicios y lo transportaba olvidado momentáneamente de ella.
sobre una camilla de maderas Hace poco tiempo, cuenta don Armando, este
cuando había que realizar alguna jmeen hizo una bendición en una milpa para la cual
ceremonia en la milpa.

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La mujer sin cabeza y otras historias mayas

requirió de la ayuda de dos de sus aprendices. Estos


hicieron todo lo que indicó el maestro pero a uno de
ellos, apodado Pancho Panteras, le dio mucha risa
una de las ofrendas que consistía en un recipiente
lleno de piedras. Se rió con ganas, no por malicia
sino por inmadurez.
Al otro día Pancho Panteras despertó con
fiebre y un fuerte dolor en la quijada: la mandíbula
inferior se le había desviado hacia la derecha,
quedando fija en esa posición, de modo que no
podía ni hablar ni comer.
Su maestro, don Antonio, lo curó después de
una fuerte reprimenda. “Espero que esta experiencia
te enseñe a tener más respeto a los espíritus del
monte”, le advirtió.
El pobre aprendiz hubo de tragar muchas
burlas de sus compañeros, pero a raíz de ese
incidente su sobrenombre se hizo muy popular.
Sin embargo, sobre la tragedia del gran jmeen
hay una versión menos conocida y más fantástica.
Según un vecino del mismo lugar, el castigo se
debió a su egoísmo. Los curanderos reciben el
sáastun del dios Cháak y cuando termina su ciclo es
su deber heredarlo a su mejor discípulo. La eficacia
de los sáastunes es indiscutible. “Cuando el jmeen
va a celebrar una ceremonia del Ch’a’a Cháak,
previamente entierra las piedras transparentes
en los cuatro puntos de área ceremonial”, explica
Mario Euán Chan, un vecino muy versado en las
costumbres locales. Apenas terminada la ceremonia,
el cielo se encapota y los relámpagos comienzan a
centellear, y Cháak (en forma de rayos) baja a buscar

84 85
La mujer sin cabeza y otras historias mayas

las piedras enterradas, que son propiedad suya,


trayendo consigo abundantes lluvias que riegan a
los campos”, explica.
Cuando al señor Pacheco iba a “deshacerse”
de las piedras preciosas fue sorprendido por
las deidades del monte y arrastrado a un lugar
desconocido. “El quería cerrar el ciclo y no debía ser
así”, comenta el señor Euán. Por eso fue castigado.
Este tipo de cosas ocurren todavía en algunos
rincones de Yucatán, esos espacios cada vez más Saqueo en la iglesia de Tabi
escasos en donde uno puede mirar el cielo estrellado
sin las interferencias de la electrificación, y respirar
el sereno puro del anochecer sin el humo de los
automotores. H acia 1940 llegó a Tabi un estadounidense que
se presentó ante la gente como un trabajador
jubilado que buscaba un rincón de paz para vivir,
pero finalmente les despojó de su mayor tesoro que
permanecía escondido en la iglesia: un caballo de
oro. Ignorantes de ello, los lugareños lo recibieron
gustosos y convivieron con él sin ninguna
suspicacia.
Como no había dónde quedarse, el
visitante rogó al sacristán, que­entonces era un
joven con familia, que le dejara quedarse en la
sacristía mientras compraba un terreno en donde
construir su propia casa. “Les pagaré para que me
hagan una como la de ustedes”, les prometió.
El sacristán permitió al estadounidense
quedarse en la cámara eclesiástica, adonde le
llevaba el desayuno, la comida, e incluso el agua
tibia en una cubeta para que se aseara.
Pasaron
las semanas y los meses, y la gente se habituó a
la presencia de aquel hombre blanco misterioso y
comenzó a verlo como uno más de ellos.

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La mujer sin cabeza y otras historias mayas José Natividad Ic Xec

Un día el sacristán le comunicó a su huésped Quién sabe de dónde surgió la versión de que
que pensaba mudarse a otra población, de modo que lo extraído era un caballo de oro, pero la población
ponía su casa en venta. Enseguida, el gringo se ofreció así lo guarda en la memoria.

a comprársela y le pagó con monedas contantes y La historia de este saqueo me la contó Bonifacio
sonantes, aunque finalmente nunca ocupó la humilde Moo, un vecino de Tabi de setenta y un años que
vivienda de guano y bajareques y tierra apisonada.
 claramente estaba lúcido. Y agrega un detalle sólido:
Todos los días los lugareños veían al gringo su padre le contó la historia y se la ha confirmado el
caminar en torno a la iglesia, como buscando algo que propio yerno del engañado sacristán.
Este aún vivía
hubiera perdido, mas nunca sospecharon que fuera a mediados de agosto de 2011.
El abuelo remata con
un cazador de tesoros.
Repentinamente, anunció un una enseñanza de su padre: “Todas las iglesias tienen
breve viaje a los Estados Unidos; regresó con cuatro un tesoro escondido. Muchas de ellas lo conservan
connacionales suyos, en un camión grande lleno de aún pero muchas otras han sido saqueadas”.
equipo extraño para los vecinos. La tarea del sacristán
se multiplicó aunque también sus beneficios.
Al día siguiente se vio al grupo de hombres
desmontar todo tipo de equipo que colocaron
alrededor del templo. “Tendieron cuerdas y tomaron
muchas fotos”, cuenta un memorioso vecino que
refiere los acontecimientos.
Pasaron varios días más
con aquellas mediciones, tarea que los de Tabi no
comprendían.
Sólo entonces comenzaron a mirar con
sospecha a sus huéspedes.
Sin embargo, lo peor
ocurrió un día en que amaneció y los gringos
se habían ido. Los vecinos que acompañaban al
desconcertado sacristán vieron estupefactos cómo,
junto al camerín de la Virgen de la Natividad, había
un enorme agujero de forma rectangular que había
sido cavado perfectamente. “Los gringos ni siquiera
tuvieron el detalle volver a tapar el agujero”, se queja
don Bonifacio Moo, quien refiere la historia del
saqueo de la iglesia.


88 89
La Virgen del cenote

E l día en que se apareció la Virgen en el cenote no lo


olvidarán los habitantes de Tabi. La mañana era tibia
y algunas muchachas habían ido a buscar agua, como
todos los días.
Se disponían a bajar sus cubetas cuando el agua
comenzó a sonar y a removerse. Casi en seguida vieron
a la Virgen subir flotando sobre la superficie, los ojos
entrecerrados, las manos juntas. De su larga cabellera
chorreaba el agua, pero ni ella ni su ropaje parecían estar
húmedos. Grande fue ese día para los habitantes de este
pequeño poblado ubicado entre Sotuta y Yaxcabá.
“Varias de las mujeres, asustadas, tiraron sus
cubetas y fueron corriendo por sus familias para traerlas
a confirmar con sus propios ojos la aparición, pero a su
regreso la Virgen ya no estaba. El agua del cenote bullía
aún y la tranquilidad volvió poco después”, cuenta don
Bonifacio Moo Dzul, anciano vecino de Tabi. Una de
sus nueras y una de sus abuelas fueron testigos oculares
del acontecimiento.

91
La mujer sin cabeza y otras historias mayas José Natividad Ic Xec

Fue un gran día para Tabi, que quiere decir “el La encontraron en el altar de la pequeña capilla de
que quedó entrampado”. Una comisión de vecinos siempre”, relató don Bonifacio Moo.
viajó a Sotuta para traer al sacerdote, quien celebró De nuevo los feligreses tomaron la imagen y la
una misa solemne en la capilla antigua de la Virgen. llevaron en solemne procesión a su nueva casa, pero
Quien haya visitado alguna vez Tabi conoce al otro día ocurrió lo mismo. La Virgen aparecía en su
que a un costado de la plazuela están ubicadas sus tres capilla. “La gente debió entender que no le gustaba el
posesiones más emblemáticas: un cenote, las ruinas de nuevo lugar; que debía de haberla dejado en su capillita,
una capillita y la iglesia más grande adornada con un pero siempre la cambiaban de lugar”.
bello retablo. En sus últimas “escapadas” vieron a la imagen
La historia también ha registrado a la población de la Virgen asentada en la orilla del cenote, por eso
como una de las bases preferidas de los mayas alzados cuando un día no se le vio más ni en la iglesia grande
durante la llamada Guerra de Castas. Aquí habrían ni en la capilla antigua la gente pensó que se había ido
establecido su campamento temporalmente Jacinto Pat al cenote. En vano grupos de lugareños anduvieron en
y Cecilio Chi. las poblaciones de los alrededores para localizarla, pero
Pero lo que el paseante de hoy encontrará en ni en las iglesias ni en las calles les dieron razón de su
Tabi es la historia del demonio convertido en toro que patrona.
se precipitó al cenote y la Virgen de la Natividad que Aquella mañana en que las jóvenes vieron
se apareció un día para consolar a sus hijos. En efecto, emerger a la Virgen de las aguas confirmó la convicción
uno de los acontecimientos que más ha impactado en la y consolidó la fe en ella. Pero la fe de un pueblo, las
memoria de los pobladores de Tabi es la desaparición creencias que lo unen y le dan sentido a su vida son
de la Virgen de la Natividad. Hoy se venera en su lugar diferentes de las razones de las que vive la historia
a la Inmaculada Concepción. académica.
Dicen que la Madre de Dios vivía en la capilla A fines del año pasado, durante una visita a la
que está en ruinas. Entonces era un bello oratorio en población del Cenote Calabazo (Chuj ts’ono’ot), que ése
donde concurrían los feligreses a venerarla. Cuando se es su nombre verdadero antes de que los españoles
construyó la iglesia grande, los clérigos quisieron pasar le cambiaran a Tabi, hablé con la hija del anciano
a Nuestra Señora a su nueva casa, pero la Virgen no sacristán, un hombre que consagró casi toda su vida al
estuvo de acuerdo y lo demostró “huyendo” cada noche. servicio de la iglesia.
“Cuentan que la primera noche que se pasó a “Está enfermo -comenzó a contarme de manera
la Virgen a su nueva casa hubo fiesta, rosarios y misa espontánea. Se le ha ido el habla”. El anciano, me
solemne, pero al amanecer del otro día grande fue enteré, agonizaba en silencio en un hospital público de
la sorpresa de la gente al no encontrarla en su sitio. la ciudad de Mérida.

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La mujer sin cabeza y otras historias mayas

Conocedor del terror que inspiran los hospitales


de las ciudades a los hombres sencillos de las poblaciones
mayas le pregunté si habían considerado traerlo a su
casa antes de que falleciera. Contestó que no lo había
pensado pero que lo hablaría con la familia.
Fue cuando me dijo: “Quiso decirnos algo
sobre la imagen de la Virgen (de la Natividad). Quiso
decirnos en dónde estaba”. Dio a entender que en
algún momento el anciano sacristán había cedido la
imagen a alguna persona influyente en cuyo poder El agresor de los aluxes
continúa. “Quiso decir quién lo tenía pero ya no pudo
hablar”, lamentó. Yo le dije que ese gesto es suficiente
para que esté tranquilo, que lo importante ahora es no
dejarlo solo en el hospital.
A principios de enero pregunté por el anciano y
A gobiado por una serie de eventos extraños que
ocurrían en su hogar, un compañero de trabajo
acudió a un experto en fenómenos paranormales
me dijeron que “hacía varios meses que había muerto”. sospechosamente producidos por aluxes, buscando
A cualquier hora y a cualquier día que llegue respuestas: o sea, a mí.
a esta pequeña población milpera siempre encontrará “Cómo sé que en mi casa hay un alux”, me
a chiquillos jugando en el parque o en el campo de preguntó de zopetón cuando una tarde me acerqué a
pelota, y si se detiene y baja del automóvil en seguida su estación de trabajo.
vendrán a preguntarle: “¿Ha visto a la Virgen? Venga. Me sorprendió la pregunta y me reí junto con
Desde este punto se ve. Mire. Ahí están sus cabellos”. los que estaban cerca de nosotros. Lo cierto es que un
alux no es un ser maligno. Acaso sea un ser travieso,
pero no más, y no quiere más de lo que nosotros
queremos: respeto a su persona (¿podemos llamarlo
así?) y respeto a lo que es suyo.
Hasta donde sé, no se meten en los hogares
a menos que los hombres los introduzcan sin saber,
porque estos pequeños entes “están vivos de noche y
petrificados durante el día”, según me ha explicado
doña Marta Cetina, vecina de Peto, a cuyo esposo
uno de estos duendecillos le jaloneó los dedos una

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La mujer sin cabeza y otras historias mayas José Natividad Ic Xec

noche mientras intentaba dormir en medio de la En la noche los viajeros no pudieron dormir,
selva. porque apenas se acostaban alguien les jaloneaba
En efecto, los hombres antiguos, sabedores los dedos. Se metieron todos en las cabinas, pero los
de estas realidades, llaman al alux por su nombre visitantes inoportunos siguieron molestando a los
completo: es decir alux k’at, con que aluden su estado intrusos.
de barro. Al agresor del muñequito le iría peor porque
Son los montes intocados los hogares sagrados apenas al atardecer le había atacado una fiebre tan
de estos pequeños seres, y es por esto que cuando un alta que alucinaba y veía escenas que describía y
hombre va a talar un terreno para hacerse una milpa, horrorizaba a los demás, pues “eran cosas que no
se cerciora de agradar a los espíritus que habitan en debían verse”, cuenta Marta.
esos lugares, haciendo las ofrendas pertinentes. Un viejo que pasaba los interrogó y enterado de
Los hechos ocurrieron a unos kilómetros de lo ocurrido los amonestó por quedarse a dormir en
Peto, por Santa Rosa, Libre Unión y Catmis, en donde un lugar “con dueños” y ordenó al enfebrecido que si
el esposo de doña Marta vivió un no quería morirse de calentura mejor volviera donde
episodio que le hizo creer en la el muñeco de barro y en señal de arrepentimiento le
existencia de los aluxes. pidiera perdón, le sobara con cariño la cabeza y se la
Empleados de una besara.
constructora, cuatro hombres Así se curó el agresor del alux, y sus compañeros
que llevaban material a un creyeron en los pequeños dueños de los montes, que
rancho ubicado en la baja en el Mayab equivalen a duendecillos.
selva tuvieron que dormir en el
camino a causa de una avería
en uno de los volquetes. Poco
antes, colocado en una especie
de altar improvisado a la orilla
del camino, habían visto un
muñequito de barro, tan curioso,
“tan bonito”, que uno de ellos se
acercó a tocarlo, y con algo de
curiosidad y mucho de malicia le
dio unos pescozones.

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Aluxes en Uxmal

P ara los que creían que los aluxes sólo es el nombre


de un hotel o parte de la imaginería yucateca
inculta, les tengo una noticia: los aluxes existen.
Después de participar en el espectáculo de Luz
y Sonido de Uxmal, la familia, grandes y chicos, nos
quedamos un rato en el lugar y tomamos fotografías
a los edificios iluminados por una luna magnífica
mientras los demás espectadores abandonaban el
sitio.
En una de las entradas de los edificios vedados
al público estaba sentado Javier, un técnico que
se ocupa de abrir y cerrar los contenedores de los
reflectores que se usan en el espectáculo. Lo saludé
y pregunté su nombre. “¿Que si me da miedo andar
a oscuras entre las piedras y la maleza? No señor, ya
estoy acostumbrado y conozco bien los caminos.
“¿Que si no temo se me atraviese una víbora
de cascabel? Se ríe. Claro que no señor. Aquí no hay
cascabeles.

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La mujer sin cabeza y otras historias mayas

“¿Que si existen los aluxes? Desde luego señor,


responde con naturalidad. Sí existen. Claro que no
los he visto porque no se dejan ver. Pero se siente su
presencia. Cuando cruzamos las veredas no dejan de
fastidiarnos, nos arrojan piedritas (y junta el índice y
el pulgar para indicar el tamaño de las piedras). No
lastiman ni hacen daños. Sólo son traviesos.
“Llevo aquí siete años y ya me he acostumbrado
a ellos”. Por ejemplo -dice, y se vira para apuntar
hacia el interior de la pieza en cuyo umbral está El alux que robó la voz a una niña
sentado- mientras estoy aquí no han dejado de
arrojarme piedritas. Ellos están ahí dentro”.
Recordó el caso de dos turistas que se extraviaron
en los montes de Uxmal y fueron encontrados por E n una población escondida del sur de Yucatán una
niña perdió la voz después de un encuentro fortuito
con un alux. Los hechos se desarrollaron de la siguiente
casualidad dos días después por campesinos de San
Simón, una comisaría distante 20 kilómetros de manera, según me ha contado mi hermana Flor, quien
Uxmal, perteneciente al municipio de Santa Elena. ha sido maestra bilingüe y se ha desempeñado por los
En su relato, los extranjeros dijeron que sobrevivieron rumbos en donde ocurrió lo que cuenta.
gracias a que unos niños les proporcionaron agua. Había en la familia tres niños: dos varones y una
“Esos niños son los aluxes, pues de dónde saldrían niña. Todas las mañanas los menores jugaban en el
menores reales en el monte”, afirma. patio despejado de yerbas, y diariamente la mamá les
Javier habla con convicción, con naturalidad. recomendaba que por ningún motivo se alejaran de la
Para él decir que los aluxes están ahí es como decir casa ni se metiaran al monte. El papá se iba a la milpa
que el cielo está ahí en lo alto, inalcanzable pero no apenas despuntaba el día y regresaba al anochecer para
por ello falso. Es un hombre joven, de unos 25 años, descansar.
moreno, curtido por el sol. Y yo le creo. Tengo la Un día que estaba aburrida de hacer siempre lo
necesidad de volver para charlar largamente con él, mismo en el mismo espacio, la niña se atrevió a incursionar
sin el apremio del tiempo y la amenaza de las luces en la espesura desoyendo a su madre. Las advertencias de
que se apagan. los hermanos fueron en vano porque la niña se alejó y Dios
sabe hasta dónde llegó y qué cosas vio, porque regresó
muy callada y aparentemente muy contenta trayendo en
sus manitas un muñeco de barro en forma de niño.

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La mujer sin cabeza y otras historias mayas

Sus hermanos quisieron examinar el nuevo juguete


pero la niña no quiso compartirlo. Se entretuvo con
el muñeco todo el día y al final de la tarde lo colocó en
un rincón de la casa sin que los papás le dieran mucha
importancia.
Al otro día, cuando la niña se puso de pie y fue a buscar
su juguete notó que ya no estaba en su sitio. Fue inútil que
lo buscara porque se había esfumado el muñeco de barro.
Comenzó a preguntar a sus hermanos con jaloneos y señas
pues increíblemente la niña se había quedado sin voz. Los señores de la noche
Los papás, ahora sí muy asustados, fueron a exponer
el asunto al jmeen del pueblo. Este les amonestó y les dijo que
el muñeco de barro que llevaba la niña era un alux. “Estos
seres duermen de día pero despiertan en la noche”, les
dijo el sabio maya. “La niña lo habrá descubierto en algún
montón de piedras y lo habrá traído creyendo que era un
E n el Mayab no existen brujos a la manera de los
cuentos de otras latitudes. No existen ni el hombre
ni la mujer de zapatos de hebillas enormes y plateadas,
juguete, sin embargo el alux despertó en la noche y regresó a sombrero puntiagudo, capaces de volar montados en una
su casa. Ustedes deben buscarlo y hacerle una ofrenda para escoba.
que devuelva a la niña su voz”, les recomendó el abuelo. No hay en el Mayab, hasta dónde sé, brujos que
Sin embargo, cosa rara, los papás no creyeron en las preparan sus pócimas en enormes calderos, que hacen
palabras del jmeen y confiaron en que la niña recobraría la mezclas con extraños ingredientes, incluidas partes del
voz con el tiempo. cuerpo humano (cabellos o dientes, por ejemplo) o restos
La niña nunca recobró la voz y aunque ha querido extraídos de los cementerios.
volver al monte la vigilancia de los hermanos se lo ha El brujo del Mayab es más modesto, menos
impedido. presuntuoso, aunque tan poderoso o más que los
Hay en los pueblos la recomendación de los mayores personajes que los niños conocen en sus primeros años
a no jugar el barro. “Es malo”, dicen y nada más, pero la acostados en sus hamacas o sus camas, gracias a la
prohibición puede estar relacionada con la existencia de los literatura europea y más recientemente a Harry Potter.
aluxes que podrían causar algunos males que, sin embargo, Más aún: en estas tierras que habitaron nuestros
pueden remediarse si los padres dan un poco de credibilidad ancestros no hay brujos estrictamente hablando. Hay,
a las creencias de los antiguos. en cambio, ciertos hombres que en algún momento
aprendieron el uso de las yerbas para curar males

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La mujer sin cabeza y otras historias mayas José Natividad Ic Xec

(yerbatero, les dicen en los pueblos) y otros que a En general los wáayes no son queridos ni
este conocimiento de las plantas medicinales aúnan tolerados. Por esta razón los que practican este oscuro
el conocimiento de ciertas oraciones o invocaciones arte viven apartados de la población generalmente.
mágicas que sólo ellos conocen (que muchos llaman En el cabo del pueblo, en una ranchería pocas veces
jmeen). visitada. A menudo viven sin pareja, en el más estricto
En otro nivel se coloca el wáay. Si hay que celibato. Buscan la soledad, se autoaislan.
categorizar, es necesario poner en la base de la En textos anteriores he contado la experiencia
pirámide al yerbatero, encima al jmeen y arriba de mi padre que estuvo a punto de iniciarse en el arte
de éste al wáay, que escapa de toda definición y es de ser wáay. En el mismo texto refiero el ataque de
evidentemente más poderoso que todos los demás. un wáay k’éek’en a mi tío que iba a visitar a su novia
¿Y qué es un wáay? Es un hombre que tiene la cuando apenas anochecía.
capacidad de transformarse en un animal. ¿Cómo lo Estos magos mayas pueden mantener la forma
hacen? ¿Qué beben o qué oraciones pronuncian para de animal incluso durante el día. Por ejemplo, papá
que se opere tan maravillosa metamorfosis? No lo me contó una vez el caso de dos hermanos wáayes
sabemos. Nadie ha entrevistado a un wáay, y creo que principiantes (convertidos en chivo) que fueron
nadie lo hará. atrapados por unos adolescentes traviesos y empleados
Si el wáay toma la forma de un perro tenemos al como bestias de carga, colocándoles los jóvenes sendas
wáay peek’. Si adopta la forma de gato tenemos al wáay cargas de leña en los lomos. Luego, una historia similar
miis, si la forma de un chivo tenemos al wáay chiivo, si de escuché de un abuelo en Kaua, por Valladolid.
un cochino tenemos a un wáay k’éek’en. O toma la forma Recuerdo, cuando pequeño, haberme quedado
de un pájaro y tenemos al wáay ch’íich’. solo en la pequeña casa mientras los mayores hacían
Pero es sabido que las formas que prefieren estos una batida para capturar un wáay que merodeaba el
extraños personajes son la del perro y la del gato. Quizá lugar, mientras los perros aullaban como si alguien les
por la facilidad de locomoción, pues parece evidente que estuviera dando de palos.
es más fácil cazar a un chivo o a un cerdo que a un gato. Hay wáayes buenos, otros malos. La gente
Muchas veces los dos primeros gustan colocarse simplemente no los quiere.
sobre las albarradas (en maya albarrada se dice koot) y Muchas cosas pueden decirse de los wáayes. Yo
de aquí nace una nuevo concepto: el wáay koot (el ‘brujo’ los admiro acaso porque papá quiso un día ser uno de
de la albarrada). Si el novio se asoma de repente sobre ellos. Yo los admiro porque pueden metamorfosearse
la albarrada para espiar a su amada no es extraño que aunque no haya luna llena como los limitados hombres
la futura suegra le diga: beyech uáaykoote’, es decir: “te lobos.
pareces a un brujo de la albarrada”.

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La enseñanza del xooch’

M i amigo el pájaro de mal agüero (xooch’) ha vuelto,


y chilló junto a mi ventana la noche de un viernes
mientras me preparaba una bebida. “Volviste”, pensé
mientras sonreía y le indicaba a mi esposa el vano desde
donde se oyó el grito, pero el programa de la televisión era
más interesante que el mosquitero de la cocina.
Es verdad: mi amigo es un ave de mal agüero. Al
principio me estremecía su grito estridente, que emitía uno
solo cada vez, pero poco a poco le fui perdiendo el miedo y
empezamos a ser amigos el día que le confesé mi respeto a
su noble labor y mi disposición a aceptar humildemente el
mensaje que me trajera de cualquier lugar, cualquiera que
fuere. Desde entonces sus apariciones, durante un tiempo
frecuentes, se fueron aplazando cada vez más.
Mi relación con estas aves es más o menos como sigue
y juro por Dios que no escribiré una sola palabra que no sea
verdad.
Unos días antes de que la abuela Tiburcia muriera, un
pájaro siniestro entró en la humilde casa de paja y se posó en

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La mujer sin cabeza y otras historias mayas José Natividad Ic Xec

lo más alto de la cruceta que sostenía el techo de guano. el pequeño volcho esquivando cada noche bólidos
Se posó unos momentos como para emitir un mensaje o conducidos por gente apresurada, no era una tontería
un saludo, luego alzó el vuelo, dio algunas vueltas y salió pensar espontáneamente “voy a morir”.
dejando mucha desolación en todos mis mayores. En lo sucesivo, el xooch’ se fue apareciendo de vez
Acuclillado junto a la puerta azul de mi humilde en cuando en distintos puntos cuando íbamos camino a
choza, sin entender bien que aquello era un preludio de la casa: a la altura de Tanlum mientras esperaba el verde
muerte, el insólito acontecimiento sólo vino a acentuar la del semáforo, por el cementerio de Chuburná, por la
convicción que muchos de los cuidadores de la enferma iglesia de Chuburná y finalmente cuando abría la reja
se negaban a aceptar hasta entonces: la partida inminente de la casa para meter el fiel vehículo.
de la persona mayor de la casa, nuestra contadora de Mis pensamientos se modificaron paulatinamente
cuentos, la más sabia. de los más oscuros a los más claros. “Quizá algún familiar”,
¿Y quién, en las poblaciones del Mayab, no se y uno piensa en los que tienen algún problema de salud.
estremece aún hoy día al oír el grito de un pájaro nocturno? “Quizás tenga su nido por Francisco de Montejo o por
En las noches pacíficas y límpidas puede verse una silueta Progreso”, razonaba alguna vez.
blanca cruzar el espacio estrellado y escuchar su aleteo Pero un día se me acabaron las justificaciones y
pesado. Los mayores cuentan que este áak’ab ch’íich’ (ave pensé: “Bueno. Está bien. Si he de morir, sea. Lo acepto
nocturna) deja caer su baba cuando pasa sobre una casa y mañana mismo comenzaré a rectificar en mi vida lo
y ¡ay del niño que esté boca arriba y tenga la mala suerte que haya que corregir, poner en orden lo que esté en
de tenerla abierta: su muerte será fulminante! desorden”.
Si la muerte de la abuela Tiburcia no hubiera sido Y, ¡cosa rara!, el pájaro desapareció, hasta este
real en ese día decisivo, creería lo que los contemporáneos viernes en la noche que me saludó (quiero pensar esto)
de mentalidad citadina afirman hoy: no es sino una desde la ventana de la cocina.
superstición que tiene por objetivo que el niño no se La mayor enseñanza del xooch’ es haber esfumado
ahogue mientras duerme. en mí el temor a la muerte tanto que ya casi la veo como
El reencuentro ocurrió una noche cuando a una hermana. A veces quiero creer que algún espíritu
transitaba por la avenida Itzáes, extrañamente despejada de mis antepasados me lo ha enviado para recordarme
de tanto vehículo, justo cuando giraba la Glorieta que siempre debo estar preparado para el momento
Miguel Hidalgo y pasaba frente de la galletera Dondé. postrero.
El graznido que provino de mi izquierda me dejó helado. “Vivo muriendo desde niño”, dice el salmista. Y
“Voy a morir”, pensé. qué es la filosofía sino una preparación para la muerte,
Los niños dormían: la niña en las piernas de su sugería Platón.
madre, su hermano, en el asiento de atrás, todos en

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Esta obra artística y literaria empleó ilustraciones provenientes de:
los libros editados por la
© Dirección General de Culturas Populares,
titulados: Geometrías de la Imaginación. Diseño e iconografía de:
Tlaxcala (México, 2004), en las páginas 30, 33, 64. La mujer sin cabeza y otras historias mayas se terminó de imprimir en el
Hidalgo (México, 2004), pp. 82. mes de noviembre de 2012
Puebla (México, 2009), pp. 85, 98. en los talleres de Grupo Impresor Unicornio S.A. de C.V.
Veracruz (México, 2009), pp. 30, 42, 89, 90. Calle 41 No. 506 x 60 y 62, Mérida,Yucatán, México.
Morelos (México, 2010), pp. 50, 55. El tiraje consta de 1000 ejemplares
Oaxaca (México, 2010), pp. 25, 26, 56, 66, 96, 106.

y de
© Diana Itzel Montes Gómez
Páginas 18, 22, 38, 46 y 59.

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