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Éstos son cuentos que he ido escribiendo para mis niños desde hace
años; son fanáticos de las historias de terror. A los ocho años mi
nena empezó a escribir sus propios cuentos. Y también son
terroríficos
Naica ............................................................................................. 12
Bienvenido .................................................................................... 17
La historia del Arlequín................................................................. 18
Niebla ........................................................................................... 25
Huesos sangrientos ...................................................................... 28
Zombies ........................................................................................ 31
Xtabay ........................................................................................... 33
Una cabaña en el bosque ............................................................. 36
Tiempo.......................................................................................... 37
Pequeños valientes....................................................................... 40
El Castillo Negro............................................................................ 41
No es el viento .............................................................................. 46
Vampiro
El velo gris gira alrededor de mí, tan espeso que parece que podría
estirar la mano y agarrarlo. Era un día soleado cuando entramos al
bosque, o debería decir cuando tuvimos que huir al bosque, y a los
pocos minutos la niebla empezó a aparecer. Al principio, eran sólo
algunas cintas de niebla, escurriéndose entre los árboles mientras
corríamos por nuestras vidas. Poco a poco se fueron entrelazando
hasta formar una niebla casi sólida donde difícilmente veo en dónde
pisar. En una niebla así, ya no es posible correr: el suelo del bosque
está lleno de ramas, raíces y rocas que en cualquier momento
pueden romper una pierna. Pero detenerse tampoco es una opción.
Puedo oir a las creaturas atravesando la maleza persiguiéndonos,
pero no podemos vernos entre nosotros. De hecho, no hay modo de
distinguir si las formas que se mueven en la niebla son humanos o
no. Todo lo que podemos hacer es avanzar a trompicones
esperando que nos estemos alejando de las creaturas en lugar de ir
hacia ellas. Puedo escuchar voces asustadas cerca, pero la niebla las
deforma tanto que no entiendo lo que dicen o de dónde vienen.
Entonces oigo el primer grito. Suena muy cerca y puedo ver formas
moviéndose en la niebla apenas fuera de mi campo de visibilidad.
De repente el grito se detiene. No se desvanece, sino que se detiene
de golpe, entonces sé que las creaturas están entre nosotros.
Había una bruja llamada Mextli que vivía en una cabaña muy al
fondo del bosque. Era una mujer muy vieja, flaca como un esqueleto
y jorobada. Si pelo tenía vetas grises y blancas, tenía un ojo amarillo
y el otro café, y una larga nariz ganchuda - no era ninguna belleza.
Pero no importaba, todos los pueblos de alrededor la conocían
como la mejor bruja de la sierra, y siempre estaba dispuesta a
ayudar a quien lo pidiera.
La casa de Mextli estaba llena de hierbas, raíces y frascos de
pociones y medicinas. Las paredes estaban casi cubiertas de libros
de magia, de herbolaria y de muchas cosas más. Mextli era una de
las pocas personas que sabían leer allí, su abuela le enseñó como
parte de su entrenamiento de hechicera.
El único amigo que la vieja Mextli tenía era un viejo, gruñon y
enorme jabalí que vivía libre en los alrededores de su casa. Estaba
tan acostumbrado a comerse los desperdicios de su cocina que la
magia residual de tantos hechizos y pociones se le acumuló con el
tiempo. Tal vez por esto, o porque sería una cruza de jabalí con
alguno de esos cerdos de cría que escapan de las granjas del valle, el
caso es que éste creció más grande que todos los cerdos o jabalíes,
era robusto y musculoso y sus colmillos eran más largos que el brazo
de la vieja bruja. Un leñador juraba haberlo visto caminando en dos
patas como humano, sentarse en la mecedora de Mextli frente a su
cocina y platicando alegremente con ella mientras cocinaban una
poción. Nadie le creía al leñador, claro, porque los jabalíes no hacen
eso y además todos sabían que el hombre destilaba aguardiente cazador que vivía en la cañada, que más que a cazar, se dedicaba a
para vender, pero casi todo se lo bebía él. capturar cerdos que escapaban de las granjas y huían al monte,
aunque se decía que el muy pillo también los robaba de las granjas
La vieja Mextli llamaba Rufián al animal, y se quejaba en broma que cuando no lograba cazar nada en la sierra. Lo vio capturar a Rufián
siempre le robaba su basura. A Rufián no le importaba el nombre ni en una trampa, lo vio sacrificarlo y después arrastrarlo con su
los regaños, él la seguía por el bosque cuando recogía sus hierbas y caballo hasta su cabaña, donde lo destazó por completo. Lo vio
hasta la acompañaba a los pueblos cuando bajaba a los mercados a poner toda la carne en su carreta y llevársela rumbo al pueblo. La
vender sus remedios. La gente estaba tan acostumbrada a ver a última imagen que la poción le mostró fue la cabeza de Rufián junto
Rufián con la vieja Mextli que les pareció extraño un día que llegó al a una pila de huesos sangrientos.
pueblo sin él. La vieja Mextli se puso furiosa por la muerte de su único amigo, para
ella era francamente un asesinato. Todo el mundo en la sierra y en
"¿Dónde está Rufián?", preguntó el hombre del mercado mientras le los pueblos del valle sabía que Rufián era su amigo, y ese cazador
pagaba a Mextli su canasta de pociones. robapuercos, truhan y asesino pagaría por haber sacrificado a su
"No lo he visto desde ayer, y estoy muy preocupada. ¿Lo habrán amigo como a un cerdo.
visto por el pueblo?"
"No creo que nadie lo haya visto, o yo me habría enterado. Estaré La vieja Mextli se dedicaba a curaciones y bendiciones casi siempre,
pendiente por si alguien sabe de él". practicaba sólo magia blanca, pero también conocía los secretos
"Es muy amable de su parte. Si lo ve, haga el favor de decirle que se oscuros. Sacó un viejo y polvoriento libro de detrás de uno de sus
vaya derechito a casa". libreros, uno de los que su abuela le dio. Lo abrió junto al platón con
la imagen de los huesos de Rufián, encendió velas alrededor y
Mextli se fue murmurando todo el camino de regreso. No era empezó a pronunciar una cantaleta en un idioma que ya nadie
normal que Rufián desapareciera, especialmente en los días de ir al habla. Repitió y repitió el encantamiento hasta que un rayo plateado
mercado. La gente del mercado guardaba sobras para él y el glotón se formó en el platón y salió disparado hacia la cabaña del cazador.
jabalí no se perdía ni una visita. Llegó a su casa tan preocupada que Cuando el rayo tocó la cabeza de Rufián, la cabeza rodó hasta tocar
de inmediato preparó una pociñon especial y la vació en un platón la pila de huesos y dijo: "Huesos sangrientos, huesos muertos,
ancho y plano. levántense y rondemos una vez más".
"¿A dónde se fué ese viejo cerdo?", preguntó. El líquido se nubló y
después empezó a mostrar imágenes. Vió al bueno para nada
Inmediatamente los huesos se rearmaron para formar el esqueleto Nunca más se volvió a saber del bueno para nada que vivía en la
de un jabalí parado sobre sus patas traseras y la cabeza de Rufián en cañada. Al poco tiempo desapareció también el leñador, luego
su lugar. Rufián miró alrededor y luego entró al cobertizo del algunos pastores y excursionistas. Dicen en el pueblo que cuando
cazador. Encontró varias pieles que usó para cubrirse, y se puso las hay luna llena no hay que acercarse a los bosques de la cañada, pues
garras de un oso enorme que cazó algún antepasado del cazador. Rufián anda por el bosque en busca de humanos, y que les quita la
Después se agazapó en el cobertizo a esperar a que regresara el carne para cubrir sus huesos sangrientos.
dueño.
Ya era de noche cuando el cazador detuvo su carreta frente al
cobertizo. El caballo resopló asustado sintiendo la presencia de
Rufián, y en cuanto el cazador lo desenganchó de la carreta salió
despavorido y se adentró en los senderos del bosque. El cazador se
extrañó de que su caballo, normalmente muy tranquilo, hubiera
huido de esa manera, así que miró alrededor para ver qué podía
haberlo asustado así. Vio un gran par de ojos mirándolo desde la
penumbra del cobertizo. El cazador se enojó, creyendo que sería
algún chiquillo de la zona jugándole una broma.
"¿Qué demonios estás mirando?", dijo furioso.
"Estoy viendo tu tumba", dijo Rufián dando un paso al frente. El
cazador vio ahora las garras de oso que se había puesto Rufián, y le
gritó, "¿Por qué tomaste mis garras de oso?"
"Para cavar tu tumba", contestó Rufián, dando otro paso. Ahora el
cazador lo pudo ver completo, la enorme cabeza de jabalí, el
esqueleto cubierto con parches de pieles, y las enormes garras y
colmillos brillando a la luz de la luna, tan grande así de pie que el
cazador difícilmente llegaba al pecho del monstruo.
El cazador lanzó un alarido, que se interrumpió cuando Rufián le
saltó encima, lo destrozó y lo devoró.
Zombies
Zombies.
Verás, tengo una especie de poder, una habilidad. Cuando veo a las
personas, puedo ver una especie de aura alrededor de ellos. Un
borde brillante en su silueta coloreado dependiendo de cuánto
tiempo les queda de vida. La mayoría de la gente que conozco tiene
tonos de azul, lo que significa que vivirán una vida normal, les queda
mucho tiempo. Algunos tienen tonos de amarillo o naranja, que he
aprendido que significa algún accidente de auto o una tragedia
similar. Algo que se los lleve "antes de su hora" como dicen. Lo más
grave es cuando sus auras se vuelven rojas. De vez en cuando veo a
alguien que es prácticamente un semáforo caminando. Esos son los
que se suicidan o mueren asesinados, poco tiempo después. Me
pone muy mal cuando veo a esos condenados, pero también he
aprendido que no hay nada que yo pueda cambiar - cuando les toca
les toca.
Así que ese día que estaba sentado en el salón esperando a que
llegaran todos, me impresionó mucho cuando el primer compañero
que entró brillaba rojo como una hoguera. Conforme fueron
llegando los demás vi que todos tenían ese intenso brillo rojo.
Finalmente mientras miraba a mis compañeros alrededor alcancé a
ver mi reflejo en la ventana, también rodeado del brillo rojo, pero
estaba muy aturdido para moverme.
No le susurres al viento
Pues sopla lejos, y hondo
Hasta la tierra de las sombras
Donde duermen cosas malas
El oír tu voz las despertaría
Las haría salir arrastrándose
No le susurres al viento
Pues hay antiguos monstruos
Que escuchan todo el tiempo
Y si una palabra secreta
Alcanza sus atentos oídos
Puede sacarlos de su tumba
A plagar el mundo con miedo
No le susurres al viento
Pues según me han contado
Los demonios saben bien
Dónde descansas tu cabeza
Y cuando la noche devore al día
En la oscuridad vendrán legiones
A llevarse tu tierna alma
No le susurres al viento
Porque el mal espera allí
Con sus garras ansiosas
Y sus oídos atentos
Sólo escuchando y esperando
A que un niño descuidado
Susurre sin saber
No le susurres al viento
Pues vienen bestias viscosas
Con ojos que brillan
Figuras delgadas y largas
Como sombras en la tarde
Por eso no puedes
No debes
Susurrarle nunca
Al viento de la noche
Las Escaleras del Diablo
(Parte 1)
Hay un lugar en la Sierra Negra de Puebla que llaman "las escaleras
del Diablo". Es una cañada donde cruza el puente de una carretera y
también un puente del ferrocarril. En uno de los costados de la
cañada están labradas unas escaleras que bajan desde la terraza de
las vías del tren hacia más o menos la mitad de la cañada, y allí
terminan. No llegan a ningún lado. Pero no significa que no sirvan
para nada, las hicieron así a propósito.
Desde tiempos prehispánicos, ese lugar tiene fama de "embrujado".
No quedan historias de por qué en esos tiempos se creía eso, pero
no hace falta; durante el virreinato, los tiempos de la revolución y
aún hasta nuestros días se han contado tantas historias de ese lugar
que cualquiera que lo conozca se mantiene tan lejos de ese lugar
como sea posible.
Las terrazas y las escaleras no son naturales, fueron construidas a
finales de los 1800, cuando se construyó el ferrocarril que pasa por
ahí. Cuando los primeros topógrafos visitaron el lugar, para tomar
las medidas y trazar el paso de las vías, se dejó de saber de ellos. Se
mandó un nuevo equipo, acompañado con fuerzas del comendador
puesto que sospechaban de bandas de bandidos en la zona. Al
investigar y según contaron los lugareños, parece ser que los
topógrafos cayeron a la cañada cuando huían despavoridos de algo.
Al preguntarles de qué estarían huyendo los ingenieros, los
lugareños dijeron, "del diablo, tal vez" y fue todo lo que dijeron.
Meses después, cuando las obras de las vías llegaron al lugar y se
preparaban los cimientos para el puente que hoy cruza la cañada,
hubo otro sospechoso accidente, donde un ingeniero y sus
ayudantes también cayeron a la cañada. Las fuerzas del para el puente, labraron a punta de pico una larga escalera que
Comendador acudieron otra vez a proteger a los trabajadores y bajaba en diagonal hasta casi la mitad del barranco y allí se detenía.
asegurarse que el progreso pudiera seguir adelante. Cuando el La idea era, que los espíritus o lo que fuera que embrujara el lugar,
batallón llegaba al lugar, se encontraron en medio del camino lo que se entretuvieran subiendo y bajando esas escaleras tratando de ver
parecía un cuerpo cubierto con una mortaja, pero los caballos se a dónde llegaban. Y aunque al principio hubo apariciones y otro
negaron a acercarse. Aún cuando los soldados desmontaron y extraño accidente fatal, una vez construidas las escaleras la cuadrilla
trataron de pialar sus caballos para rodear el cuerpo, no hubo pudo terminar de construir el puente y las vías del ferrocarril
manera de hacerlos avanzar, y reaccionaron con tanto pánico que se siguieron avanzando, dejando atrás las escaleras del diablo.
volvieron difíciles de controlar. Al final, el batallón dio la vuelta y se Mientras se mantuvieran fuera de esa terraza y sus escalones, no
hospedó durante la noche en la villa que está entre las colinas volvieron a tener problemas.
cercanas, lo que hoy es San Juan Ahuacatlán. Al día siguiente
cabalgaron de nuevo al campamento de las cuadrillas del ferrocarril, (Parte 2)
y no hallaron el cuerpo, ni nada más que les impidiera el paso. Como ya dije, cualquiera que conozca la historia del lugar se
Cuando con algo de vergüenza el capitán de la tropa le narró al mantiene bien alejado de ese paraje, pero en la época en que yo
capataz lo que había sucedido en el camino, el capataz por su cuenta exploraba la Sierra Negra en busca de cuevas, yo no conocía la
le narró una retahíla de historias de espantos y de accidentes fatales historia. Si no conoces el lugar, déjame decirte que es un paisaje
que habían acosado a su cuadrilla desde que llegaran a la cañada. hermoso. Una profunda cañada con paredes verticales de roca casi
El sargento de la tropa, un hombre de Jijona bajito, fuerte como un completamente cubiertas con helechos y orquídeas, con algunos
toro y terco como una mula, como todos los de allá, llamó aparte al árboles de amate que se sujetan milagrosamente de las paredes con
Capitán y al capataz y les dijo que el lugar estaba obviamente sus raíces extendidas como telarañas sobre los muros para
embrujado y que lo único cuerdo sería que todos se fueran y dejaran sostenerse. Al fondo del cañón corre un arroyo de agua clara que
el lugar en paz con sus espectros. Pero puesto que su misión era forma cascadas y pozas, y en general el lugar es tan bucólico que
asegurarse que ya nada interrumpiera las obras del tren, y eso sí era uno simplemente tiene que detenerse y explorar. Y tonto de mí, eso
un soldado muy obediente, dijo que tenía una estrategia que los de fue lo que hice.
Jijona usaban para los lugares embrujados. La mejor vista del lugar era una terraza justo debajo de donde
pasaban las vías del tren, que además por ser plana y cubierta de un
Al día siguiente comenzaron las obras. Empezando desde una suave césped era un lugar perfecto para acampar, así que por
terraza que se había tallado en la piedra para extraer el material supuesto me instalé en ese lugar. Habiendo terminado de montar el
campamento, estaba de pie en la orilla contemplando el paisaje al "A que no llegas al final," insistió. "Te devuelvo tu alma si hallas el
atardecer, y por supuesto preguntándome quién habría hecho esos final."
escalones, y por qué nunca los terminaron. A la sombra de la cañada Me di la vuelta y corrí en un pánico ciego. La pared de esa terraza
y de su maleza, los escalones están cubiertos de un brillante musgo debe haber sido la escalada más rápida de mi vida. Corrí sin
verde y coloridos racimos de hongos. Se ven muy resbalosos, y como detenerme hasta llegar a San Juan Ahuacatlán y hasta el fondo de su
no llegan a ninguna parte no intenté bajar, sólo los contemplaba iglesia, donde prácticamente me metí bajo el altar como un ratón
como parte del paisaje. asustado. Me quedé allí hasta recuperar el aire y tranquilizarme un
De pronto una voz dijo detrás de mí, "a que no bajas". poco, al salir tomé el primer autobús que pasó, sin importarme a
Volteé ligeramente espantado por lo repentino del sonido, y dije dónde iba. Hasta donde sé, mi casa de campaña y todos mis tiliches
"¿disculpe usted?". Curiosamente no estaba seguro de si la voz me siguen allí en esa terraza. Y allí seguirán, porque seguramente si
había hablado en español o en náhuatl, y viendo al que había alguien baja a la terraza a recogerlos, va a aparecer Cabezadeoso
hablado seguía sin estar seguro. Era un hombre viejo, pero como para ofrecerles un trato. "Claro, muchacho. Sólo tienes que
con todos los indígenas de esa zona, era difícil decir si era viejo de encontrar para mí el final de esas malditas escaleras, y podrás
40 años o de 100. Tenía los ojos tan negros y brillantes que parecía llevarte lo que quieras. Menos tu alma."
no tener pupilas. Iba descalzo, todo vestido de alguna clase de cuero
negro y con la cabeza cubierta con una especie de tocado hecho con
la piel y la cara de un oso negro. Usaba uno de esos bastones de
caña que la gente de la sierra usa para caminar los senderos
escabrosos, pero el suyo estaba rematado en la punta con cuentas,
hilos y figuras de cuero de formas variadas.
"Apuesto a que no puedes bajar hasta el final", dijo sin mirarme,
viendo hacia la escalera.
Lo contemplé unos segundos y luego miré hacia las escaleras y casi
muero del susto. Allí estaba el señor Cabezadeoso, en el fondo de la
escalinata. Miré de nuevo detrás de mí, y por supuesto él ya no
estaba allí. Me quedé mirándolo unos segundos allá en la escalera,
sin saber qué pensar y sin poder reaccionar.
Hermanito
Siempre les ruego que le den sólo una última oportunidad. Por
supuesto, lo hacían al principio. Él ha regresado a casa varias veces,
cada vez por menos tiempo que la anterior. Cada vez, sin falla, todo
comienza de nuevo. Los gatos del vecindario con los ojos sacados
apareciendo en su cofre de juguetes, las navajas de rasurar de mi
papá puestas en la resbaladilla del parque de enfrente. Las
vitaminas de mi mamá cambiadas por tabletas de cloro. Mis papás
tienen ahora mucho cuidado con eso de las "últimas
oportunidades". Dicen que su enfermedad lo hace encantador, que
es muy fácil para él fingir normalidad, y engañar a los doctores que
lo cuidan para que crean que está rehabilitado. Que sólo voy a tener
que aguantar mi aburrimiento si eso implica que esté a salvo de él.
Detesto cuando mi hermanito tiene que irse. Tengo que fingir que
me porto bien hasta que él esté en casa...