Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Lectura
El Rorschach. Test de Tapia, A. (1999). El Rorschach.
Test de personalidad. Sistema
comprehensivo de Exner (pp. 8-22).
personalidad España: Universidad Complutense de
Madrid.
T écnicas P royectivas II
Capítulo 1
8
E l R orschach . T est de personalidad bloque uno
En relación con la divulgación del test, creó el Rorschach Institute de Nueva York, primer
Centro de estudio e investigación; la Rorschach Research Echange de Nueva York. Organizó y
difundió los materiales del método de la Escuela Europea y de la Escuela Ameri¬cana, mediante
cursos, conferencias, seminarios.
Hertz Margarita. Es doctora por la Universidad de Western Reserve. Tiene una formación psi-
cométrica. Intentó conciliar el Sistema de Klopfer con el Sistema de Beck; pero, terminó confeccio-
nando un Sistema diferente. Su Sistema incluye la Perspectiva del Binder, la Textura de Klopfer y
la Calidad Formal de Beck.
Piotrowski Zygmunt. Es doctor por la Universidad de Poznan. Fue alumno del primer Seminario
de Klopfer. Su formación, influida por la Psicología Experimental y centrada en la percepción, le
llevó a la consideración de que el Sistema de Klopfer enfatizaba la teoría y lo condujo a la elaboración
de un nuevo Sistema (1957). Aporta un nuevo Determinante, m, aceptado por Klopfer y rechazado
por Beck. Trabajó en trastornos orgánicos. Los resultados los publicó en artículos (1936).
Rapaport David. Es doctor por Royal Hungarian Petrus. Su formación tiene una orientación
psicoanalítica y desde ese enfoque realiza sus trabajos con el test (1946). Lo considera como pri-
mordial dentro de una batería. E1 sistema es completado por la obra de Shafer, "Interpretación
Psicoanalítica del Test de Rorschach (1954).
Exner John E. Se encuentra con el panorama de al menos cinco sistemas. Considera que el hecho
hace difícil la investigación. Encuentra, por ejemplo, que la clasificación de la Localización Global
tiene criterios diferentes. Una determinada área de la mancha es W en Piotrowski, W� en Klopfer,
D en Beck y Hertz y Dd en Rapaport y Shafer.
Ante esta situación, Exner y sus colaboradores emprendieron la tarea de patrocinar un nuevo
Sistema que asumiendo lo mejor de cada uno de los anteriores, tenga un lenguaje y una
metodología comunes, para afrontar mejor las exigencias de fiabilidad, validez, investigación
y diagnóstico.
Exner intenta conseguir el fin propuesto mediante un estudio comparativo de los cinco Sistemas;
efectuando entrevistas y conversaciones con los sistematizadores; diseñando tres estudios orientados
a constatar el sistema empleado por los psicólogos clínicos, diplomados e investiga¬dores y un
estudio de 835 protocolos obtenidos por más de 150 psicólogos. Como resultado constata la ausencia
de rigor metodológico.
El Sistema de Exner está centrado en el procedimiento, valoración, interpretación, problemas y
metodología de la investigación. Su labor está representada en su obra "Sistema Comprensivo" del
Rorschach (1969, 1974, 1978, 1981, 1990,1994, 1995) y en decenas de artículos.
Vernon fue el primero en afirmar que el test puede ser aplicado en forma colectiva.
Harrower Erickson y Steiner (1943) ensayaron una manera de aplicación colectiva. Proyectaron
las láminas en una pantalla y los sujetos escriben sus respuestas.
E l R orschach . T est de personalidad bloque uno
Capítulo 2
Deben tener cierta plasticidad, I.e., la distribución de las manchas debe cumplir ciertos re-
quisitos de composición y ritmo espacial, porque de lo contrario, la persona no atinaría a
interpretarlas y podría rechazarlas como simples manchas de tinta.
Rorschach después de señalar cómo fueron hechas, indica cuáles son las características: "Las láminas
son simétricas, con insignificantes diferencias entre ambas mitades”.
La asimetría se presta al rechazo. La simetría presta a las figuras el ritmo necesario; hace que
la prueba tenga condiciones idénticas para personas diestras como zurdas; facilita las respuestas a
sujetos inhibidos e interceptados; incita a la interpretación de figuras; pero, por otro lado, ejerce
cierta influencia estereotipante
Todos los autores están de acuerdo: en que son manchas de tinta amorfas de diversos tamaños,
separadas unas y separables otras, impresas en diversas tonalidades de colores; y en que suscitan
diferentes tipos de respuestas.
Loosli y Bohm, en sus Manuales, no hacen referencia al tema.
11
T écnicas P royectivas II
La mancha de la VI es sombreada, las matizaciones son más claras que en cualquier otra lámina.
La VII, en contraste con las láminas IV, V y VI, puede ser descrita como clara y etérea. Toda la
mancha tiene un color gris claro con un área muy pequeña más oscura en la parte central inferior.
La VIII es la primera de una serie de tres láminas enteramente coloreadas y los colores tienen
tonos pastel, en vez del rojo brillante de las láminas II y III. Es pequeña y compacta y tiene varias
áreas definidas y precisas: La parte gris azulada o verde grisácea superior; el centro azul; la parte
inferior rosada y anaranjada y las dos porciones laterales rosadas.
La IX es grande, vaga en su contorno, sin porciones pequeñas claramente distinguibles y con los
colores que se mezclan unos con otros.
Y, la X, a primera vista, se parece a la paleta de un artista. Tiene más colores que cualquier
otra y están distribuidos sobre áreas más separadas que en otras láminas.
probable, ante una situación más problemática en la que existen pocas reglas y principios para
dirigir el tráfico psicológico".
1. La represión de un pensamiento.
2. La conversión en lo contrario.
3. La atribución del resultado al medio ambiente.
Se trata de una proyección patológica. Hay un fin defensivo, un rechazo, una oposición entre el
mundo interior y el exterior. Freud habló también de proyección normal. La describió como un
"mecanismo primitivo" mediante el cuál se proyecta hacia afuera las percepciones interiores, inclui-
das las sensoriales. Las sensaciones desempeñan un papel capital en la representación del mundo
exterior. (El término "primitivo" parece ser sinónimo de fundamental, no evolucionado).
Autores como Healy, Bronner, Browers, Noyes (Cit. por Bell, 1964) siguen a Freud. Describen
a la proyección como la tendencia a adscribir al mundo exterior procesos psíquicos reprimidos a los
que se reconoce como de origen personal, como resultado de lo cuál, el contenido de estos procesos
es experimentado como una percepción exterior.
Murray (1953), indica que es bastante evidente el hecho de que toda persona proyecta casi
inmediatamente sus experiencias, sus propias peculiaridades o preocupaciones en el objeto evocador.
Rey (1962) afirma que el test proyectivo es un revelador privilegiado de una actividad constante
y normal. En nuestras acciones ante las cosas todo es proyección.
Robert (1967) entiende por proyección un mecanismo por el cuál la persona percibe como si
estuvieran en el mundo exterior, en los otros, estados afectivos que le son propios.
Anzieu (1962, pág.2) dice: "El método proyectivo consiste en presentar al sujeto un material que
está lo menos estructurado posible, pidiéndole que lo organice a su manera, lo cuál no puede hacer
sin proyectar sobre ellas la estructura de su propia personalidad".
Bohm (1977, pág. 401) señala los esfuerzos hechos para delimitar el concepto de proyección. En
sentido amplio, puede ser considerada: como Proyección estructural, (Mielei); como un proceso de
adaptación, (Piaget); como transformaciones asimilado¬ras egocéntricas, (Boesch); como proceso
psicoanalítico, (Miller). Termina diciendo: "Se puede considerar entonces la proyección en el test,
en aspecto de la Psicología de la Conducta, como una tal trasferencia, en el sentido de Miller.
El estímulo del test proyectivo no estructurado es polivalente y pone, por lo tanto, en marcha
en el sujeto varias tendencias de reacción contrapuestas". Luego, se pregunta "como es posible que
un test pueda reflejar la estructura de la personalidad o, al menos, partes esenciales de ella" y
responde “caracterizando al test como un Método de Proyección”. Justifica su afirmación diciendo:
"El probando exterioriza sobre el material del test sus propias actitudes internas, sus ambiciones y
esperanzas de modo semejante a lo que ocurre en el TAT de Murray".
E l R orschach . T est de personalidad bloque uno
Beck (1968), después de haber indicado todo lo relativo a la obtención del protocolo, comenta:
Hemos dejado de lado hasta el momento una de las funciones principales del test de Rorschach,
su actividad de proyección del yo. Los modelos de test que hemos descrito proyectan el espacio de
vida de la persona, su lucha en el interior de su bioesfera, su estado de evolución o cualquier otro
concepto que utilizamos.
Los valores personales que el individuo ha elaborado hasta ahora, contribuyen a la hechura de
un modelo de vida. El test capta actividades tanto del tipo positivo como del negativo. El ego toma
la iniciativa y la ofensiva en el mundo interno de las operaciones. Cuando se activa la proyección
representa una solución proveniente de direcciones intelectuales y emocionales.
Exner (1994) estima que la proyección se da:
Cuando el sujeto distorsiona el estímulo y/o altera la percepción, en lugar de verbalizar una
“pelota”, verbaliza un aeroplano, el objeto aeroplano no se ajusta a las exigencias formales
del estímulo;
Cuando “sobre valora el campo estimular”, es decir, cuando añade frases que nada tienen
que ver con el objeto percibido, es una “pelota concienzudamente fabricada”, añade algo
que no está, que se aparte del estímulo. Las respuestas de movimiento y algunas de las que
corresponden a los Códigos Especiales son ejemplos claros de proyección.
2. Clasificación del campo o de sus partes. Unas áreas son más parecidas que otras a lo que
el sujeto tiene almacenado en su memoria. Esto le permite desidentificar con más facilidad,
encontrar objetos similares entre los conocidos o imaginados, generar respuestas potenciales.
3. Selección de las respuestas. a). Por razones de economía. Los sujetos tienden a realizar las
pruebas rápida y eficazmente. En unas áreas es más fácil encontrar un objeto semejante e
inclusive más de uno. Cuando esto sucede, el sujeto puede verbalizar uno o dos o más. b).
Por razones de jerarquía. Las láminas tienen varias áreas. E1 sujeto selecciona algunas de
las muchas posibilidades, basándose en los elementos en los cuáles se parece más al objeto
percibido.
4. Eliminación por Censura. El sujeto sabe lo que es un test y frente a los tests puede tener
prejuicios que frenan la espontaneidad y lo inclinan, por lo menos, a verbalizar menos res-
puestas. Exner, (1978) encontró que los alumnos a los cuáles aplicaron el test sus profesores
(prepararon a los profesores para la aplicación del test) dieron más respuestas que los alumnos
a los cuáles les aplicaron profesores desconocidos
5. Estilos y rasgos en el proceso de selección. Los rasgos o estilos o hábitos originan preferencias
conductuales reiterativas en la solución de dificultades o problemas. Una persona reservada
funciona de distinta manera que una persona espontánea.
6. Estados psicológicos en el proceso de selección. Los estímulos externos, como la fiebre o el
calor medio ambiental excesivo, provocan cambios de conducta en el sujeto.
En igual forma, los estímulos internos, como los sentimientos de pérdida de control emocional o
ideacional (respuestas de m), los sentimientos de abandono (respuestas de Y>1), los sentimientos
de pérdida (respuestas de T>1), ocasionales unos, crónicos, otros, provocan cambios de conducta,
aumentando o disminuyendo las conductas anteriores o sustituyéndolas por otras.
En general, no modifican los rasgos básicos, (los estados psicológicos son transitorios), pero
pueden volverse crónicos (depresión crónica).La selección de las respuestas, indicada por Exner, es
considerada, tanto por los autores europeos como por americanos, como un factor importante.
Piotrowski (1957), al tratar el tema de fundamentar teóricamente el test, considera como princi-
pio básico, la selectividad de la percepción. No hay percepción sin selección. El proceso de selección
es una función de la personalidad, refleja la personalidad total.
Bohm, (1977, pág. 400) concuerda con el criterio de Piotrowski. Dice: "El diagnóstico de Rors-
chach depende de la elección de las impresiones condicionada por un mecanismo central; pues es
un concepto ingenuo y mecanicista, ya hace tiempo abandonado, suponer que todas las impresio-
nes exteriores, sin excepción, son uniformemente recogidas y elaboradas. El punto central ejerce
continuamente una censura sobre las impresiones que nos son ofrecidas; aceptamos como verdadero
solamente lo que nos conviene. De esto depende directamente la posibilidad de un diagnóstico por
la percepción, pues podemos, efectivamente, deducir de 1a elección y del modo de elaboración de
las impresiones (en 1a percepción existe ya un muy complicado proceso de elaboración) el estado
correspondiente de la instancia central y también de la personalidad”.
tercera, instruido para causar la peor impresión y la cuarta, con indicaciones para obtener deter-
minados detalles. Los resultados le permitieron concluir que las indicaciones de causar mejor, peor
o indiferente impresión no dieron diferencias significativas. La correlación osciló entre 0.80 y 0.90.
Carp y Shavzin (1950), siguiendo el método test-retest, a 20 sujetos les dieron la instrucción
para que diesen una buena y una mala impresión. Observaron diferencias entre los dos grupos.
Henry y Rotter (1956), utilizando el método test-retest, a un grupo experimental le dieron la
siguiente consigna: "Por muchos años el test ha sido utilizado en hospitales mentales para estudiar
las alteraciones emocionales y descubrir la gravedad de los pacientes. Ahora estamos haciendo
una revisión de él entre estudiantes". Encontraron que los protocolos de los sujetos del grupo
experimental fueron más convencionales (más P), más cautos (menos R, más F+ y FM).
Seamons y sus colaboradores (1981) aplicaron dos veces el Rorschach a 48 sujetos. En la primera,
les indicaron que den la impresión de ser sujetos normales y en la segunda, que den la impresión de
ser enfermos mentales. Encontraron diferencias significativas para unas cuantas variables, pero no
para razones, porcentajes y derivaciones.
Exner (1981) aplicó el Rorschach dos veces a un grupo de niños. En la segunda vez les indicó
que dieran respuestas diferentes. Comprobó que los protocolos fueron similares.
En el test de Rorschach, la simulación para el sujeto que no lo conoce, parece difícil. El sujeto, al
desconocer la estructura del test, da respuestas originadas por estímulos amorfos, in estructurados
que pueden parecerse a lo que percibe, o a lo que quiere que se parezcan. La respuesta sugerida el
sujeto no sabe si es acertada o errada. Intuye que con lo que diga, el especialista sacará algo, pero
no sabe qué, ni cómo lo hará. Si quiere defenderse no sabe cómo. Para querer ser mejor o peor no
tiene referencias. Si quiere aparentar lo que no es, no sabe cómo. Constata que se encuentra solo
ante su inédita situación.
Cuando el sujeto ha visto las láminas, ha sido sujeto de aplicación, ha recibido información o
conoce la estructura del test, la situación ha dejado de ser inédita; no obstante, según la opinión
de Loosli Usteri (1965, pág. 142): "El fraude es, sin género de dudas, muy difícil en el Rorschach;
ni siquiera una familiaridad bastante grande con las láminas garantiza el control eficaz del proceso
interpretativo".
Está afirmación la dedujo de una comprobación con estudiantes que lo conocían y uno de ellos
desde muchos años atrás. Prosigue: "En todos los casos los signos de perturbación se han producido
siempre como si se tratase de novicios, porque el Rorschach, y no es ésta la menor de sus cualidades,
penetra hasta los estados psíquicos sustraídos al control consciente".
Exner (1995) estima, en general, que la investigación relacionada con el fingimiento es dispersa
e incompleta. Los datos sugieren que es bastante difícil simular buena salud psicológica sin tenerla.
Los estudios más recientes, en relación con el fingimiento de enfermedades mentales, comprueban
que ciertas personas pueden dar respuestas dadas por pacientes internados.
los sujetos dieron más respuestas con el terapeuta conocido que con el desconocido. Las diferencias
fueron estadísticamente significativas.
Leura y Exner (1978) enseñaron la aplicación del Rorschach a profesores de 2ºª enseñanza para
que lo apliquen, según un diseño determinado, a estudiantes de 12 años. Encontraron que los alumnos
examinados por su profesor dieron más respuestas con su profesor que con el profesor desconocido.
La diferencia fue significativa. Los dos estudios parecen indicar que la cercanía emocional produce
más respuestas.
Capítulo 3
3.1. Validez
Se estima que el Rorschach puede ser considerado como una prueba perceptual cognitiva o como
un estímulo para la fantasía. Como prueba perceptual se trataría de la estructuración y organización
del campo estimular ambiguo que mostraría el estilo de resolver un problema. Como prueba de
fantasía traduciría la proyección de conflictos y necesidades. Las respuestas serían tomadas como
un símbolo de la dinámica interna del sujeto.
Se estima que el Rorschach se encuentra a caballo entre lo ideográfico y lo nomotético. En las
respuestas dadas por el sujeto: pueden ser interpretadas las palabras, las frases, el protocolo (poten-
cialidad ideográfica); puede hacerse una interpretación simbólica de las respuestas (interpretación
psicoanalítica); y, por último, pueden ser interpretados los datos numéricos tratados estadística-
mente (potencialidad nomotética)
En Rabin (Anderson y Anderson, 1978), Ames (1972), Portuondo (1976), Klopfer (1966, 1972),
Bell (1971), Beck (1967), y, sobretodo, en Exner (1994) encontramos numerosas referencias relacio-
nadas con la validez y fiabililidad del Test. Unas son proclives a restarle valor científico y otras son
entusiastas defensoras de su validez y fiabilidad.
Hunt (1950), opina que es una técnica inadecuada como método clínico.
Hensen (1958), lo considera inservible como instrumento de investigación, no demuestra nada
en sus aplicaciones.
Eysenck (1957) lo considera como una táctica que todavía no se ha demostrado que tenga valor
por sí misma.
Ainsworth (1954), lo estiman como una prueba que necesita más estudios.
Hertz (1941), señala que la bibliografía de los estudios realizados está desorganizada. Estas
apreciaciones, que consideran al Rorschach como un instrumento inadecuado, se deben, en parte, a
que no fue desarrollado como un test psicométrico con los criterios de validez y fiabilidad.
19
T écnicas P royectivas II
Afirma Bohn (1977): la falta de concordancia proviene de personas con poca experiencia del método
o de los principiantes, mientras que entre sus expertos conocedores no sucede así, casi siempre existen
concordancias satisfactorias.
Exner (1994) y sus colaboradores presentan estudios encaminados a comprobar la validez de cada
una de las variables y la validez de cada uno de los Índices. Cuando no han sido suficientemente
significativas las ha suprimido (Tiempo de Reacción, S- %, SQx, F+ %, CONFAB, SCZI); y cuando
han sido significativas las ha añadido (Hx, HEV, GHR, PHR), o las ha transformado (XA %,
WDA %, Índice PTI, EII).
En cuanto a la validez concurrente los resultados no son tan satisfactorios. Lo comprueban los
datos de los estudios de Palmer y Lustgarten (1962), (relación de EB con el TAT) o los Kunce y
Tonkin (1981). Esto significa que para el Rorschach, dicha validez no es la más adecua¬da.
En cuanto a la validez de Constructo (confirmación de hipótesis) los resultados son más positivos.
Parquer (1983) revisó 38 trabajos de investigación entre 1971 a 1980. Encontró que la fiabilidad está
en 0.81 o más y la validez, en 0.45 o más. En los trabajos de Atkinson (1986), Hunsley y Hanson
(1988) los resultados son similares a los de Parquer.
3.2. Fiabilidad.
"El problema de la fiabilidad dice Exner (1978, pág. 79) ha sido uno de los puntos más criticados
del Rorschach”.
Hertz (1933) en una muestra de 300 jóvenes de enseñanza media, comparando láminas pares e
impares en 100 registros escogidos al azar encontró una buena fiabilidad. Las correlaciones oscilaron
entre 0.97 y 0.67.
Vernon (1933), siguiendo el mismo método, en una muestra de 90 estudiantes universitarios
obtuvo una correlación que oscila entre .33 y .91.
E l R orschach . T est de personalidad bloque uno
Thornton y Guilford (1936) consideran al método de las dos mitades como el único método
satisfactorio de medición de la fiabilidad. Aplicando en condiciones estándar encontraron para la
clasificación M y SumPC una fiabilidad satisfactoria. Vernon (1933), Ford (1946), Orange (1945),
empleando el mismo método obtuvieron resultados similares.
Exner (1994) observa que son muy pocas las correlaciones que superan el coeficiente .80, límite
básico para considerar que un test tiene una verdadera consistencia interna.
Brosin y Fromm (1940) utilizando el método test-retest, emplearon una muestra de personas
en tratamiento psicoanalítico. Realizaron la aplicación antes, durante y después del tratamiento.
Comprobaron que se da una "relativa estabilidad", especialmente en F+ %, Equilibrio Vivencial y
Schock al Color.
Holzberg (1960) cuestiona la utilidad del método test-retest, porque las variables no son con-
sistentes a lo largo del tiempo, y porque los resultados pueden ser distintos debido al recuerdo de
las verbalizaciones anteriores. Exner estima que la objeción no es correcta, porque hay rasgos que
permanecen estables en el transcurso de la vida del sujeto. Después de 7 estudios sobre el tema
llegó a la conclusión (1978, pág. 26): "la mayoría de las variables del Rorschach que sustentan la
interpretación, son estables en el tiempo.
Los tres proyectos en los que participan sujetos no pacientes, muestran que todas, excepto dos,
de las 19 variables correlacionadas son muy sólidas en diferentes intervalos de tiempo e incluso
existe un acuerdo relativamente significativo en las dos variables que registran las correlaciones mas
bajas, FM+m y la suma de las variables de sombreado".
Exner y sus colaboradores en 1983 presentaron 30 estudios con diferentes grupos de adultos y
niños, tanto pacientes como no pacientes, en plazos de días, meses o años. En una muestra de
100 sujetos adultos no pacientes reexaminados después de un año, encontraron una correlación
oscila entre .81 y .91, para 15 de las 25 variables examinadas; una correlación que oscila
entre 70 y 80 para 5; y una de menos de .70 para 5 de las variables relacionadas con los
estado psicológicos. En una muestra de 50 sujetos adultos no pacientes reexaminados al cabo
de un año, encontraron resultados similares. En otra muestra de 35 adultos no pacientes
reexaminados aproximadamente a las tres semanas, los resultados encontrados volvieron a ser
similares. En los estudios con niños, encontraron correlaciones poco estables. En una muestra
de niños de 6 años reexaminados a los 8 años y en niños de 9 años reexaminados a los
12, encontraron correlaciones “relativamente bajas”. En una muestra de 25 niños de 8 años
reexaminados a los 7 días, encontraron 15 correlaciones que oscilan entre .81 .96, y tan sólo
dos que bajan de .70. En una muestra de 35 niños de 9 años, reexaminados a las tres semanas,
encontraron unos resultados más estables. Estos hallazgos parecen indicar que en espacios
más cortos de tiempo, las correlaciones son similares a las correlaciones de los adultos.
En los últimos estudios, correspondientes al 2001, relacionados con la fiabilidad interjueces, las
correlaciones intraclase para las áreas de localización van de .97 a 1.00; para la calidad formal, de
.97 a 1.00.
La correlación de todos los movimientos es de .94; de FC: .82, de CF: .84, y de C: .90; de FT:
79, y de TF: .80; de FV: 88, de VF: .80; de FY: 89, y de YF:.96; de COP: .71, de MOR: .83; de DV:
.95, de INC:.69, de DR: .77, de FAB: .92 y de ALOG: .64; de DV2: .85, de INC2: .80, de DR2: .89,
y de FAB2:.80. Como se puede observar son pocas las correlaciones que están por debajo de .80.
En el Rorschach, la fiabilidad de las puntuaciones, tratándose de jueces experimentados, alcanza
valores altos, 92 % en McArthur (1972), 76 % a 93 % en Holzberg (1977), 96 % en Dana y Back
(1983). La fiabilidad de las interpretaciones alcanza valores menos altos: 89-66 % en Hozberg (1977),
77 % en Dana y Back (1983).
Como resumen es muy ilustrativa la inferencia de Rabin (en Anderson y Anderson, 1978, pág.
184): "Tanto el enfoque molar, como el molecular y el experimental han contribuido a que el test
de Rorschach se fuese transformando paulatinamente en un método de análisis de la personalidad
bien fundamentado científica y experimentalmente".
3.3. Objetivos
El Psicodiagnóstico, según el Autor (1961), resulta ser útil para reflejar aspectos cognitivos,
inteligencia y aspectos afectivos, tanto de personas normales como de personas pacientes. Los autores
T écnicas P royectivas II