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Técnicas Proyectivas II

Lectura
El Rorschach. Test de Tapia, A. (1999). El Rorschach.
Test de personalidad. Sistema
comprehensivo de Exner (pp. 8-22).
personalidad España: Universidad Complutense de
Madrid.
T écnicas P royectivas II

Capítulo 1

Breve Historia del Test

1.1. Datos históricos


En Rabin (Anderson y Anderson, 1978), Alvares Villar (1967), Beck (1967) Beizmann (1968),
Bohn (1977), Endara (1976), Munroe (en Abt, 1967), Bell (1971), Klopfer (1966), Loosli Usteri
(1965), Rorschach (1961), Salas (1944), Endara (1976), Exner (1994), encontramos numerosas refe-
rencias a estudios relacionados con las manchas de tinta, tanto antes como después de la publicación
del test llamado Rorschach, en atención a su Autor.

1.1.1. Antecedentes del test.


La interpretación de las manchas tiene un pasado de siglos. Se remonta a la época de CroMag-
non. En el Renacimiento, Leonardo de Vinci decía a sus alumnos que desarrollen la imaginación
contemplando e interpretando las figuras hechas por la humedad en las paredes.
En la época del Romanticismo los hombres gozaban contemplando tranquilamente las figuras
caprichosas de las nubes. En Alemania existía la costumbre de arrojar un trozo de plomo ardiendo al
agua fría. Al solidificarse originaba formas muy caprichosas. Las utilizaban para pronosticar sobre
el futuro de las personas.
Klebs interpretaba las manchas de tinta arrojadas en una hoja de papel doblada por la mitad.
Kerner presenta el primer trabajo científico. En 1857 constató que en una mancha de tinta se
pueden ver varios objetos; pero, no pudo comprender la relación entre percepción y diagnóstico de
la personalidad.
Binet en 1895 utilizó las manchas para estudiar a través de la imaginación los rasgos de la
personalidad. Dearborn en 1895 hizo un estudio con 12 series de 10 láminas cada uno. Las administró
a estudiantes y profesores de Harward. Constató que los sujetos frente a un mismo estímulo veían
cosas diferentes.
Kirkpatrick en 1900 trabajó con las manchas en grupos de niños. Concluyó que la edad era un
factor importante en la calidad de las respuestas. Whiple en 1910 publicó una serie de manchas
estandarizadas y un manual. Pyle en 1915 en su "Examen de Escolares" concluyó que las manchas
examinaban la velocidad del proceso de asociación.
Bartlett en 1916 usó las man¬chas de tinta para estudiar la percepción y la imaginación. Basado
en los resultados de 36 suje¬tos concluyó que las manchas eran capaces de señalar los intereses y
tal vez las ocupaciones del sujeto.
Parsons en 1917 hizo un estudio con las manchas de whipple en un grupo de 97 niños. Encontró
respuestas de contenido animal y humano, diferencias según el sexo y diferencias en el tipo y
calidad de las descripciones dependientes de la edad. Señaló que los resultados obtenidos contienen
posibilidades para diferenciar a los sujetos.

1.1.2. Hermann Rorschach


Rorschach nació en Zurich, Suiza. Fue un joven bien dotado, huérfano de madre a los 12 años y
de padre a los 18. A la hora de escoger profesión dudaba entre las Artes y las Ciencias Naturales.
Estudió Medicina, se decidió por la Psiquiatría y fue doctor a los 28 años. Se interesó: por los estudios

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CAPÍTULO 1. BREVE HISTORIA DEL TEST 9

del autismo y de la esquizofrenia de Bleuler, Bleuler estimaba que un acto de comporta¬miento


representa la actividad de la persona total; por la obra de Jung, Jung opinaba que la asociación de
palabras puede ser un método diagnóstico; y por el Psicoanálisis de Freud, Rors¬chach fue miembro
de la Sociedad Psicoanalítica de Suiza.
Rorschach se ocupó de las manchas de tinta en 1911. Trabajó con ellas de 3 a 4 años. Confeccionó,
después de miles de ensayos, 10 láminas: 5 negras, 3 de colores y 2 de grises y de rojos. Buscó tener
un resultado en el cuál se conjuguen las ideas de Bleuler con las de Jung. Las aplicó a 405 sujetos
no pacientes, enfermeros, estudiantes, niños y a 288 psicópatas. Rorschach publicó los resultados de
su trabajo en 1921, "Psicodiagnóstico, Metódica y resultado de un experimento para el diagnóstico
de la percepción". Murió en 1922 a los 37 años. Beck, ( En Anderson y Anderson, 1978), indica
que cuando el Rorschach fue publicado, el Psicoanálisis y la Psicología Clínica tenían 30 años de
existencia y la Psicología Experimental contaba con 75.

1.2. Desarrollo del test


1.2.1. En Europa
En Europa, Oberholzer, Morgenthaler, Zulliger, Loosli Usteri y Bohm son los representantes de
la Escuela Suiza y, en América, Beck, Klopfer, Piotrowski, Hertz, Rapaport son los representantes
de los Sistemas Americanos. En España trabajan con el test Salas, Tranque García.
Oberholzer Emil. Trabajó con Rorschach, publicó las últimas investigaciones, formó en la utili-
zación de la técnica a Levy y tuvo en un curso posdoctoral a Beck.
Zulliger Hans. Según Salomón (Zulliger, 1970, pág. 5): "En toda la literatura internacional sobre
Rorschach difícilmente habrá otro autor que haya contribuido más que Zulliger al perfeccionamiento
y la profundización de este magnífico instrumento de psicodiagnóstico". Se interesó por el Psicoa-
nálisis, fue miembro de la Sociedad Psicoanalítica Suiza; aquí conoció a Rorschach. Trabajó con el
test, lo introdujo en la actividad pedagógica. Sus publicaciones son: El test de Rorschach al Servicio
del Asesoramiento Educacional; Ladrones Juveniles en el Procedimiento Rorschach; Introducción
al Test de Behm Rorschach y el Test de Zulliger. Fue Doctor Honoris Causa por la Universidad de
Berna y por la Universidad de Heidelber de Alemania.
Loosli Usteri Margarita. Es Doctora por la Universidad de Ginebra; discípula de Claparede;
especialista en niños. Sus trabajos con el test están reflejados en su obra Manuel Practique du Test
Rorschach.
Bohm Ewald. Se formó en la Sociedad Suiza de Psicología. En la Universidad de Berlín, siguió las
enseñanzas de Kohler, Wertheimer y Lewin. Organizó cursos sobre la técnica del test para médicos
jóvenes. Su labor está presente en su obra: "Manual del Psicodiagnóstico de Rorschach", tiene
"raigambre alemana y tradición suiza", está orientada al diagnóstico clínico más que al experimental.

1.2.2. En Estados Unidos


David Levy, Behaviorista, introdujo el test en Estados Unidos. En Nueva York dirigió el Institute
of Child Guidance en dónde se utilizaba el Rorschach como procedimiento de rutina.
Beck Samuel. Se doctoró en la Universidad de Columbia. Fue el primer psicólogo norteamericano
que trabajando con el Rorschach escribió la primera tesis doctoral. Recibió una formación Beha-
viorista. Se interesó por el Psicoanálisis Freudiano. Desde estas perspectivas trabajó con el test. Su
labor está representada en su obra Rorschach’s Test (1937, 1944, 1945). Su sistema considera los
datos nomotéticos junto a los ideográficos. Considera al test como pluridimensional.
Klopfer Bruno. Es doctor por la Universidad de Munich. La Teoría Fenomenológica, Analítica
y la obra de Jung influyeron en su formación y desde esta orientación (Fenomenológica más que
Psicoanalítica) trabajó con el test. Su labor está representada en su obra The Rorschach Téchnique
(1942 1946). Los aportes son vastos, abarcan la investigación, sistematización administración, elabo-
ración, interpretación y divulgación del test. Anotamos algunos: Organización de la administración
en tres fases (Administración propiamente dicha, Encuesta y Examen de Límites); organización de
un Sistema de clasificación de una doble puntuación de respuestas (Puntuación Principal y Pun-
tuación Adicional); organización del Protocolo de Prueba; establecimiento de cuadros de signos
significativos para la interpretación y el diagnóstico de la personalidad.
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CAPÍTULO 1. BREVE HISTORIA DEL TEST 10

En relación con la divulgación del test, creó el Rorschach Institute de Nueva York, primer
Centro de estudio e investigación; la Rorschach Research Echange de Nueva York. Organizó y
difundió los materiales del método de la Escuela Europea y de la Escuela Ameri¬cana, mediante
cursos, conferencias, seminarios.
Hertz Margarita. Es doctora por la Universidad de Western Reserve. Tiene una formación psi-
cométrica. Intentó conciliar el Sistema de Klopfer con el Sistema de Beck; pero, terminó confeccio-
nando un Sistema diferente. Su Sistema incluye la Perspectiva del Binder, la Textura de Klopfer y
la Calidad Formal de Beck.
Piotrowski Zygmunt. Es doctor por la Universidad de Poznan. Fue alumno del primer Seminario
de Klopfer. Su formación, influida por la Psicología Experimental y centrada en la percepción, le
llevó a la consideración de que el Sistema de Klopfer enfatizaba la teoría y lo condujo a la elaboración
de un nuevo Sistema (1957). Aporta un nuevo Determinante, m, aceptado por Klopfer y rechazado
por Beck. Trabajó en trastornos orgánicos. Los resultados los publicó en artículos (1936).
Rapaport David. Es doctor por Royal Hungarian Petrus. Su formación tiene una orientación
psicoanalítica y desde ese enfoque realiza sus trabajos con el test (1946). Lo considera como pri-
mordial dentro de una batería. E1 sistema es completado por la obra de Shafer, "Interpretación
Psicoanalítica del Test de Rorschach (1954).
Exner John E. Se encuentra con el panorama de al menos cinco sistemas. Considera que el hecho
hace difícil la investigación. Encuentra, por ejemplo, que la clasificación de la Localización Global
tiene criterios diferentes. Una determinada área de la mancha es W en Piotrowski, W� en Klopfer,
D en Beck y Hertz y Dd en Rapaport y Shafer.
Ante esta situación, Exner y sus colaboradores emprendieron la tarea de patrocinar un nuevo
Sistema que asumiendo lo mejor de cada uno de los anteriores, tenga un lenguaje y una
metodología comunes, para afrontar mejor las exigencias de fiabilidad, validez, investigación
y diagnóstico.

Exner intenta conseguir el fin propuesto mediante un estudio comparativo de los cinco Sistemas;
efectuando entrevistas y conversaciones con los sistematizadores; diseñando tres estudios orientados
a constatar el sistema empleado por los psicólogos clínicos, diplomados e investiga¬dores y un
estudio de 835 protocolos obtenidos por más de 150 psicólogos. Como resultado constata la ausencia
de rigor metodológico.
El Sistema de Exner está centrado en el procedimiento, valoración, interpretación, problemas y
metodología de la investigación. Su labor está representada en su obra "Sistema Comprensivo" del
Rorschach (1969, 1974, 1978, 1981, 1990,1994, 1995) y en decenas de artículos.
Vernon fue el primero en afirmar que el test puede ser aplicado en forma colectiva.
Harrower Erickson y Steiner (1943) ensayaron una manera de aplicación colectiva. Proyectaron
las láminas en una pantalla y los sujetos escriben sus respuestas.
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Capítulo 2

Naturaleza del Test

2.1. Características de las Láminas


2.1.1. Según Rorschach
Rorschach (1961, pág. 23) describe cómo obtuvo las láminas: "Sobre una hoja de papel déjanse
caer algunas gotas de tinta que, al plegarla en dos, se extienden entre ambas mitades de la hoja”.
Cada lámina y la serie completa, fueron sometidas a múltiples ensayos. De entre los miles de
manchas, seleccionó las definitivas. Para que cumplan con los fines asignados estimó que deben
tener dos características:
Deben ser relativamente simples, porque lo complicado dificulta el trabajo de cómputo de los
factores.

Deben tener cierta plasticidad, I.e., la distribución de las manchas debe cumplir ciertos re-
quisitos de composición y ritmo espacial, porque de lo contrario, la persona no atinaría a
interpretarlas y podría rechazarlas como simples manchas de tinta.

Rorschach después de señalar cómo fueron hechas, indica cuáles son las características: "Las láminas
son simétricas, con insignificantes diferencias entre ambas mitades”.
La asimetría se presta al rechazo. La simetría presta a las figuras el ritmo necesario; hace que
la prueba tenga condiciones idénticas para personas diestras como zurdas; facilita las respuestas a
sujetos inhibidos e interceptados; incita a la interpretación de figuras; pero, por otro lado, ejerce
cierta influencia estereotipante
Todos los autores están de acuerdo: en que son manchas de tinta amorfas de diversos tamaños,
separadas unas y separables otras, impresas en diversas tonalidades de colores; y en que suscitan
diferentes tipos de respuestas.
Loosli y Bohm, en sus Manuales, no hacen referencia al tema.

2.1.2. Según Klopfer (1966)


La Lámina I es una mancha grande, gris y negra, con 4 espacios blancos muy visibles. Tiene
pequeñas manchas negras fuera de la extensión de la mancha. El área gris negra es fácilmente
divisible en tres partes: el área central y las dos áreas laterales.
La II es la primera mancha que tiene color (rojo). Difiere de la lámina I por ser menos compacta.
Tiene un espacio blanco muy visible. Está conformada por dos grandes áreas gris negras, conectadas
arriba y abajo con tres manchas rojas de tal manera que es difícil ignorarlas.
La III consta de dos áreas de color negro gris unidas por una porción gris más clara. Entre
estas dos áreas está una mancha roja de forma definida y por encima hay otras dos manchas rojas,
claramente separadas.
La mancha de la lámina IV es toda negra gris, sumamente sombreada, aparece como masiva,
compacta, vaga en su forma.
La V, en razón a su contorno definido y a su color casi enteramente negro, resulta fácil para la
mayoría de los sujetos.

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CAPÍTULO 2. NATURALEZA DEL TEST 12

La mancha de la VI es sombreada, las matizaciones son más claras que en cualquier otra lámina.
La VII, en contraste con las láminas IV, V y VI, puede ser descrita como clara y etérea. Toda la
mancha tiene un color gris claro con un área muy pequeña más oscura en la parte central inferior.
La VIII es la primera de una serie de tres láminas enteramente coloreadas y los colores tienen
tonos pastel, en vez del rojo brillante de las láminas II y III. Es pequeña y compacta y tiene varias
áreas definidas y precisas: La parte gris azulada o verde grisácea superior; el centro azul; la parte
inferior rosada y anaranjada y las dos porciones laterales rosadas.
La IX es grande, vaga en su contorno, sin porciones pequeñas claramente distinguibles y con los
colores que se mezclan unos con otros.
Y, la X, a primera vista, se parece a la paleta de un artista. Tiene más colores que cualquier
otra y están distribuidos sobre áreas más separadas que en otras láminas.

2.2. Definición del Rorschach


2.2.1. El Rorschach no es un test de imaginación
Rorschach (1961, pág. 24) dice: "La mayoría de los sujetos consideran la experiencia como un
test de su capacidad imaginativa. Sin embargo, la interpretación de estas formas accidentales no
depende directamente de la imaginación, y no ha de estimarse la capacidad imaginativa como uno
de sus requisitos básicos.
Quienes posean imaginación, lo acusarán en la prueba, y quienes carezcan de ella quizá lleguen
a disculparse por esta falta, pero los resultados son en ambos casos comparables entre sí, sin que
haya de tenerse en cuenta la riqueza o la pobreza de fantasía".
Los autores europeos y los sistematizadores norteamericanos están conformes con este criterio.

2.2.2. El Rorschach es un test de percepción


Rorschach (1961, pág. 25) estima que su test es un experimento diagnóstico de percepción y
de interpretación. Dice: "Las interpretaciones de estas figuras accidentales pertenecen al campo de
la percepción o de la apercepción más bien que al de imaginación". Para confirmar su aseveración
cita a Bleuler: "Las percepciones se producen debido a que las sensaciones o los grupos sensoriales
euforizan en nosotros las imágenes mnémicas de grupos sensoriales pretéritos, de suerte que surge un
complejo de recuerdos sensoriales, cuyos elementos, merced a su simultaneidad en las experiencias
pretéritas, han conservado entre sí una cohesión particularmente sólida y una clara demarcación
frente a otros grupos sensoriales.
Por lo tanto, en la percepción, reúnense los tres procesos de la sensación, la evocación y la
asociación". Concluye Rorschach: "Por lo tanto, si la percepción también puede considerarse como
una integración asociativa de los engramas preexistentes (imágenes mnémicas) con los complejos
sensoriales recientes, la interpretación de formas accidentales podría calificarse como una percepción
en la cuál el esfuerzo de la integración entre el complejo sensorial y el engrama es tan grande que el
propio sujeto los percibe intrapsíquicamente como tales, es decir, como un esfuerzo de integración".
La relación entre percepción e integración está indicada por Rorschach (1961, pág., 25). Dice:
"Las diferencias entre interpretación y percepción sólo son individuales y de grado, pero no generales
y básicas; por lo tanto, la interpretación sólo puede considerarse como un tipo de percepción". Por
lo tanto, cada interpretación es el resultado de acto psicológico complejo y complicado, creador, en
el que están implicados factores inconscientes, intelectuales y afectivos.
Los "Engramas preexistentes" tienen sus raíces en el núcleo de las experiencias pasadas y se
extienden hacia el futuro cercano para moldear la orientación de la persona, es decir, lo percibido
que en el pasado fue validado por las experiencias posteriores, tiende a fijarse como tendencia de
respuesta perceptual y a llevar a un sentimiento de seguridad o bienestar y lo percibido que no
ha sido validado, tiende a producir un estado de tensión que se experimenta como malestar, como
ansiedad.
Los "complejos sensoriales" recientes son producidos por las sensaciones o grupos de sensaciones
que provienen de la visión de unas láminas (manchas de tinta) que no tienen una forma tan clara y
prontamente visible. Esa forma no aparece sin más a toda mirada; sin embargo, las figuras resaltan,
es decir, sobresalen de un fondo que les sirve como de soporte o sostén.
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CAPÍTULO 2. NATURALEZA DEL TEST 13

Los autores asumen los fundamentos de Rorschach.


Bohm (1977, pág. 401) cita a Rorschach y comenta: "Realmente, en los últimos años la Psicología
de la Percepción nos ha dado tal base teórica só1ida para el Test de Rorschach después de haber
sido fecundada primero por la Psicología de la Forma y más tarde por la Psicología Profunda y la
Psicología Social". Considera que la relación de figura y fondo es fundamental para la comprensión
del test. Presenta un conciso resumen. La figura es percibida de muchas más maneras que el fondo.
Podemos designar estas propiedades como cualidades de la figura.
La superficie de la figura es percibida como sólidamente formada, como una cosa predominante
que tiene colores superficiales, que se la recuerda mejor. El fondo no tiene forma, tiene colores
difusos, es localizado generalmente por detrás de la figura y se lo recuerda menos que la figura.

2.2.3. Relación entre Percepción y Personalidad


Los Autores han indicado que el Rorschach es un test de Percepción. Si esto es así, ¿qué relación
hay entre percepción y personalidad?. Allport, Blake y Ransey, Strphy, Frank, Klein, Brunner, Abt,
Bellak, Kohler, Rogers están de acuerdo en que entre percepción y personalidad hay un isomorfis-
mo. Las investigaciones de la relación entre percepción y personalidad están orientadas: hacia lo
constitucional (Witkin), lo funcional (Goodman), lo dinámico (Grupo de Lund).
En efecto: Brunner y Goodman, (en Abt, 1967), demostraron que la percepción: depende de un
grupo de factores funcionales de la personalidad, son las necesidades y los mecanismos aprendidos
que controlan esas necesidades (incluso mecanismos de defensa), las valoraciones, actitudes, opinio-
nes, ideas sobre la realidad; depende del estado de ánimo y de la familiaridad con los estímulos.
Encontraron, además, que los factores subjetivos predominan sobre los factores externos, sobre to-
do, cuando el campo de los estímulos se presenta vago y ambiguo. Por lo tanto, cuanto mayor es la
necesidad de un objeto socialmente valorado, más marcada será la actuación de los determinantes
de la conducta.
Algunos determinantes, como ciertos estados emocionales o ciertas motivaciones, pueden provo-
car una distorsión perceptiva y, a veces, estos mecanismos de distorsión operan inconscientemente.
La Escuela de Lund demostró que la percepción como proceso genético actual, en su minigénesis,
corresponde también dinámicamente con la ontogénesis de la personalidad.
Klopfer (1966, pág. 22) dice: "La relación existente entre percepción y personalidad es un supues-
to básico subyacente a la técnica del Rorschach. El modo como un individuo organiza o estructura
las manchas de tinta al formar sus percepciones refleja aspectos fundamentales de su funcionamiento
psicológico. Sus percepciones son seleccionadas y organizadas en unión de sus necesidades proyec-
tadas, experiencias y patrones habituales de respuesta como también por las cualidades físicas de
las manchas en sí".
Los supuestos teóricos (1972) en los cuáles se fundamenta el Rorschach son muy sencillos y claros,
admisibles por todos, son conceptos estructurales. No están basados en elementos de contenido
(agresión-sumisión u optimismo-pesimismo) porque no se prestan con facilidad a las técnicas de
investigación objetiva, ni en elementos topológicos (Tipología Topológica de Lewin) porque trabajan
con funciones y rasgos (significación e interpretación), y porque los conceptos topológicos son tan
impersonales que la personalidad casi escapa.
Los supuestos básicos del Rorschach ocupan una postura intermedia. Indican que las acciones
y reacciones del sujeto humano son estimuladas o impulsadas tanto del interior como del exterior.
Este modo de estimulación y su resultado pueden ser distribuidos con arreglo a una curva normal.
Ello sugiere que las personas, o por lo menos la mayoría, responden de un manera más o menos
similar. Según el modo de responder, unas serán, más o menos, intratensivas o extratensivas que
otras.
Bohm, (1977, pág. 405) dice: "El test de Rorschach se basa, evidentemente, en la hipótesis
fundamental de que entre lo percibido y la personalidad debe existir un isomorfismo"
Tranque García (1942, pág. 63) dice: “Frente al cosmos abreviado del test, repite en parte, cada
sujeto, de manera esquemática y abreviada, el trabajo de extraer de un caos de sensaciones infe-
renciadas, de percepciones tumultuosas, un mundo estructural, diferenciado y personal: su mundo"
Exner (1981, pág. 74) dice: "Las señales del mismo estímulo se procesan de forma diferente según
las personas, según los recursos lógicos... Las respuestas son como un microcosmos, una muestra
única y valiosa del comportamiento al reflejar de qué modo el individuo responderá, de forma más
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CAPÍTULO 2. NATURALEZA DEL TEST 14

probable, ante una situación más problemática en la que existen pocas reglas y principios para
dirigir el tráfico psicológico".

2.2.4. El Rorschach es un test proyectivo


Rorschach (1961), en el apartado Interpretación de las figuras como formas de percepción, no
considera a su test como un test de proyección.
Frank fue el primero en dar el nombre de proyectiva a la prueba de las manchas de tinta del
Rorschach y a la prueba del TAT. Según Frank (1939), el mundo privado de la persona se revela en
todo lo que ejecuta y a lo largo de toda su vida, sean cuáles fuesen las circunstancias y los estímulos.
Freud, en 1895, fue el primero en emplear e1 término proyección en sentido psicológico. Freud
(1972), tratando de explicar el caso de una enferma paranoica, describe el mecanismo utilizado
como un desplazamiento. Todas las veces en las que se produce una transformación interior se la
puede atribuir: o a una causa interna, o a una causa externa. Si algo impide elegir lo interior se
opta por lo exterior.
El sujeto desecha una idea que el yo no tolera y a la que es preciso expulsar. De este modo el
concepto de la proyección en la paranoia se presenta como un mal uso de un mecanismo psicológico
corriente, normal. Posteriormente cataloga a la proyección como un síntoma de la paranoia. Consiste
en la represión de una percepción interna y, en lugar de ella, el contenido, tras recibir una cierta
transformación, llega a la conciencia en forma de percepción procedente del exterior.
En este proceso se advierten tres operaciones:

1. La represión de un pensamiento.

2. La conversión en lo contrario.
3. La atribución del resultado al medio ambiente.

Se trata de una proyección patológica. Hay un fin defensivo, un rechazo, una oposición entre el
mundo interior y el exterior. Freud habló también de proyección normal. La describió como un
"mecanismo primitivo" mediante el cuál se proyecta hacia afuera las percepciones interiores, inclui-
das las sensoriales. Las sensaciones desempeñan un papel capital en la representación del mundo
exterior. (El término "primitivo" parece ser sinónimo de fundamental, no evolucionado).
Autores como Healy, Bronner, Browers, Noyes (Cit. por Bell, 1964) siguen a Freud. Describen
a la proyección como la tendencia a adscribir al mundo exterior procesos psíquicos reprimidos a los
que se reconoce como de origen personal, como resultado de lo cuál, el contenido de estos procesos
es experimentado como una percepción exterior.
Murray (1953), indica que es bastante evidente el hecho de que toda persona proyecta casi
inmediatamente sus experiencias, sus propias peculiaridades o preocupaciones en el objeto evocador.
Rey (1962) afirma que el test proyectivo es un revelador privilegiado de una actividad constante
y normal. En nuestras acciones ante las cosas todo es proyección.
Robert (1967) entiende por proyección un mecanismo por el cuál la persona percibe como si
estuvieran en el mundo exterior, en los otros, estados afectivos que le son propios.
Anzieu (1962, pág.2) dice: "El método proyectivo consiste en presentar al sujeto un material que
está lo menos estructurado posible, pidiéndole que lo organice a su manera, lo cuál no puede hacer
sin proyectar sobre ellas la estructura de su propia personalidad".
Bohm (1977, pág. 401) señala los esfuerzos hechos para delimitar el concepto de proyección. En
sentido amplio, puede ser considerada: como Proyección estructural, (Mielei); como un proceso de
adaptación, (Piaget); como transformaciones asimilado¬ras egocéntricas, (Boesch); como proceso
psicoanalítico, (Miller). Termina diciendo: "Se puede considerar entonces la proyección en el test,
en aspecto de la Psicología de la Conducta, como una tal trasferencia, en el sentido de Miller.
El estímulo del test proyectivo no estructurado es polivalente y pone, por lo tanto, en marcha
en el sujeto varias tendencias de reacción contrapuestas". Luego, se pregunta "como es posible que
un test pueda reflejar la estructura de la personalidad o, al menos, partes esenciales de ella" y
responde “caracterizando al test como un Método de Proyección”. Justifica su afirmación diciendo:
"El probando exterioriza sobre el material del test sus propias actitudes internas, sus ambiciones y
esperanzas de modo semejante a lo que ocurre en el TAT de Murray".
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CAPÍTULO 2. NATURALEZA DEL TEST 15

Beck (1968), después de haber indicado todo lo relativo a la obtención del protocolo, comenta:
Hemos dejado de lado hasta el momento una de las funciones principales del test de Rorschach,
su actividad de proyección del yo. Los modelos de test que hemos descrito proyectan el espacio de
vida de la persona, su lucha en el interior de su bioesfera, su estado de evolución o cualquier otro
concepto que utilizamos.
Los valores personales que el individuo ha elaborado hasta ahora, contribuyen a la hechura de
un modelo de vida. El test capta actividades tanto del tipo positivo como del negativo. El ego toma
la iniciativa y la ofensiva en el mundo interno de las operaciones. Cuando se activa la proyección
representa una solución proveniente de direcciones intelectuales y emocionales.
Exner (1994) estima que la proyección se da:
Cuando el sujeto distorsiona el estímulo y/o altera la percepción, en lugar de verbalizar una
“pelota”, verbaliza un aeroplano, el objeto aeroplano no se ajusta a las exigencias formales
del estímulo;
Cuando “sobre valora el campo estimular”, es decir, cuando añade frases que nada tienen
que ver con el objeto percibido, es una “pelota concienzudamente fabricada”, añade algo
que no está, que se aparte del estímulo. Las respuestas de movimiento y algunas de las que
corresponden a los Códigos Especiales son ejemplos claros de proyección.

2.2.5. El Rorschach es una tarea de solución de problemas


Según Exner (1994) en el Proceso de la Respuesta, la Consigna "Qué podría ser esto" aparta al
sujeto de la identificación real del estímulo (manchas de tinta amorfas) y lo pone en la situación de
resolver un problema. El problema consiste en desidentificar los estímulos y buscar objetos que sean
parecidos. La tarea se complica cuando el sujeto encuentra que algunos estímulos no son fáciles y
que otros originan muchas alternativas.
En un estudio, Exner (1978) comprobó que grupos de pacientes y no pacientes son capaces de
dar un término medio de 51 a 100 respuestas con una calidad formal entre .7l y .81, en un minuto
de presentación del estimulo, excepto para los esquizofrénicos, cuya Calidad Formal fue de .53. Esto
significa que los sujetos, en la situación estándar, dan como un 25 % de las posibles respuestas.
Rapaport (1976, pág. 192) dice: "Reseñamos ahora brevemente nuestra concepción de los pro-
cesos psicológicos que dan lugar a las respuestas del Rorschach". Habla de procesos perceptuales y
asociativos. En dicha actividad señala varias fases:
1. Impresión perceptual primaria (forma y colores);
2. iniciación de procesos asociativos (interpretaciones);
3. iniciación de la reorganización perceptual (relación entre percepción y contenido asociativo).
Esta relación puede ser de variada intensidad: si las aptitudes perceptuales organiza¬doras
son débiles darán respuestas vagas (mapas); si son arbitrarias darán respuestas de contenido
incoherente; si los procesos asociativos son pobres darán pocas respuestas o serán de contenido
vago o serán Populares.
El material asociativo polivalente puede influir en el sujeto y hacer que dé una respuesta distorsio-
nada, en cuyo caso, la actitud crítica de control no funciona. La mayoría de las respuestas asumen la
forma de abstracciones, toman la forma esencial del área elegida relegando los rasgos incongruentes.
El área, articulada y diferenciada en partes, se integra en la respuesta.
La articulación interpretación hace que la abstracción esté de acuerdo con la percepción especí-
fica del área. La formación del concepto depende de la realización de abstracciones y de la elección
y selección de contenidos.

2.2.5.1. Proceso de la respuesta


Exner (1994) propone seis fases en el proceso de respuesta.
1. Admisión o representación interna del campo estimular. E1 ojo humano recorre el estímulo
en una milésima de segundo, pero el sujeto tarda de cinco a nueve segundos en verbalizar su
respuesta.
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CAPÍTULO 2. NATURALEZA DEL TEST 16

2. Clasificación del campo o de sus partes. Unas áreas son más parecidas que otras a lo que
el sujeto tiene almacenado en su memoria. Esto le permite desidentificar con más facilidad,
encontrar objetos similares entre los conocidos o imaginados, generar respuestas potenciales.
3. Selección de las respuestas. a). Por razones de economía. Los sujetos tienden a realizar las
pruebas rápida y eficazmente. En unas áreas es más fácil encontrar un objeto semejante e
inclusive más de uno. Cuando esto sucede, el sujeto puede verbalizar uno o dos o más. b).
Por razones de jerarquía. Las láminas tienen varias áreas. E1 sujeto selecciona algunas de
las muchas posibilidades, basándose en los elementos en los cuáles se parece más al objeto
percibido.
4. Eliminación por Censura. El sujeto sabe lo que es un test y frente a los tests puede tener
prejuicios que frenan la espontaneidad y lo inclinan, por lo menos, a verbalizar menos res-
puestas. Exner, (1978) encontró que los alumnos a los cuáles aplicaron el test sus profesores
(prepararon a los profesores para la aplicación del test) dieron más respuestas que los alumnos
a los cuáles les aplicaron profesores desconocidos
5. Estilos y rasgos en el proceso de selección. Los rasgos o estilos o hábitos originan preferencias
conductuales reiterativas en la solución de dificultades o problemas. Una persona reservada
funciona de distinta manera que una persona espontánea.
6. Estados psicológicos en el proceso de selección. Los estímulos externos, como la fiebre o el
calor medio ambiental excesivo, provocan cambios de conducta en el sujeto.
En igual forma, los estímulos internos, como los sentimientos de pérdida de control emocional o
ideacional (respuestas de m), los sentimientos de abandono (respuestas de Y>1), los sentimientos
de pérdida (respuestas de T>1), ocasionales unos, crónicos, otros, provocan cambios de conducta,
aumentando o disminuyendo las conductas anteriores o sustituyéndolas por otras.
En general, no modifican los rasgos básicos, (los estados psicológicos son transitorios), pero
pueden volverse crónicos (depresión crónica).La selección de las respuestas, indicada por Exner, es
considerada, tanto por los autores europeos como por americanos, como un factor importante.
Piotrowski (1957), al tratar el tema de fundamentar teóricamente el test, considera como princi-
pio básico, la selectividad de la percepción. No hay percepción sin selección. El proceso de selección
es una función de la personalidad, refleja la personalidad total.
Bohm, (1977, pág. 400) concuerda con el criterio de Piotrowski. Dice: "El diagnóstico de Rors-
chach depende de la elección de las impresiones condicionada por un mecanismo central; pues es
un concepto ingenuo y mecanicista, ya hace tiempo abandonado, suponer que todas las impresio-
nes exteriores, sin excepción, son uniformemente recogidas y elaboradas. El punto central ejerce
continuamente una censura sobre las impresiones que nos son ofrecidas; aceptamos como verdadero
solamente lo que nos conviene. De esto depende directamente la posibilidad de un diagnóstico por
la percepción, pues podemos, efectivamente, deducir de 1a elección y del modo de elaboración de
las impresiones (en 1a percepción existe ya un muy complicado proceso de elaboración) el estado
correspondiente de la instancia central y también de la personalidad”.

2.2.6. Influencia del fingimiento


Un persona que quiere ser distinta de lo que es, I.e., que quiere aparecer como adaptada o per-
turbada, ¿puede simular?, ¿su decisión influye en las respuestas del Rorschach?. En otras palabras,
¿puede fingir ser psicópata o puede mejorar la estructura de su personalidad en una determinada
dirección?
Se puede admitir que los prejuicios son reales y, como tales, pueden influir en el rendimiento del
sujeto. La influencia estará condicionada por la intensidad de la motivación, por el fin perseguido
y por el conocimiento del test. Un sujeto que finge, adoptará un comportamiento determinado y
buscará como defenderse. Al verbalizar sus respuestas elegirá lo que piensa que le compromete más
o menos, según el fin que busca, en cuyo caso, la interpretación se hace más compleja, pues el
intérprete no sabe cuánto corresponde a lo fingido y cuánto a lo no fingido.
En relación con el fingimiento de una buena adaptación, se han hecho los estudios correspon-
dientes: En efecto, Forsberg (1941) aplicó el Rorschach cuatro veces al mismo sujeto. La primera
vez, en condiciones habituales; la segunda, con instrucción de hacer la mejor impresión posible; la
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CAPÍTULO 2. NATURALEZA DEL TEST 17

tercera, instruido para causar la peor impresión y la cuarta, con indicaciones para obtener deter-
minados detalles. Los resultados le permitieron concluir que las indicaciones de causar mejor, peor
o indiferente impresión no dieron diferencias significativas. La correlación osciló entre 0.80 y 0.90.
Carp y Shavzin (1950), siguiendo el método test-retest, a 20 sujetos les dieron la instrucción
para que diesen una buena y una mala impresión. Observaron diferencias entre los dos grupos.
Henry y Rotter (1956), utilizando el método test-retest, a un grupo experimental le dieron la
siguiente consigna: "Por muchos años el test ha sido utilizado en hospitales mentales para estudiar
las alteraciones emocionales y descubrir la gravedad de los pacientes. Ahora estamos haciendo
una revisión de él entre estudiantes". Encontraron que los protocolos de los sujetos del grupo
experimental fueron más convencionales (más P), más cautos (menos R, más F+ y FM).
Seamons y sus colaboradores (1981) aplicaron dos veces el Rorschach a 48 sujetos. En la primera,
les indicaron que den la impresión de ser sujetos normales y en la segunda, que den la impresión de
ser enfermos mentales. Encontraron diferencias significativas para unas cuantas variables, pero no
para razones, porcentajes y derivaciones.
Exner (1981) aplicó el Rorschach dos veces a un grupo de niños. En la segunda vez les indicó
que dieran respuestas diferentes. Comprobó que los protocolos fueron similares.
En el test de Rorschach, la simulación para el sujeto que no lo conoce, parece difícil. El sujeto, al
desconocer la estructura del test, da respuestas originadas por estímulos amorfos, in estructurados
que pueden parecerse a lo que percibe, o a lo que quiere que se parezcan. La respuesta sugerida el
sujeto no sabe si es acertada o errada. Intuye que con lo que diga, el especialista sacará algo, pero
no sabe qué, ni cómo lo hará. Si quiere defenderse no sabe cómo. Para querer ser mejor o peor no
tiene referencias. Si quiere aparentar lo que no es, no sabe cómo. Constata que se encuentra solo
ante su inédita situación.
Cuando el sujeto ha visto las láminas, ha sido sujeto de aplicación, ha recibido información o
conoce la estructura del test, la situación ha dejado de ser inédita; no obstante, según la opinión
de Loosli Usteri (1965, pág. 142): "El fraude es, sin género de dudas, muy difícil en el Rorschach;
ni siquiera una familiaridad bastante grande con las láminas garantiza el control eficaz del proceso
interpretativo".
Está afirmación la dedujo de una comprobación con estudiantes que lo conocían y uno de ellos
desde muchos años atrás. Prosigue: "En todos los casos los signos de perturbación se han producido
siempre como si se tratase de novicios, porque el Rorschach, y no es ésta la menor de sus cualidades,
penetra hasta los estados psíquicos sustraídos al control consciente".
Exner (1995) estima, en general, que la investigación relacionada con el fingimiento es dispersa
e incompleta. Los datos sugieren que es bastante difícil simular buena salud psicológica sin tenerla.
Los estudios más recientes, en relación con el fingimiento de enfermedades mentales, comprueban
que ciertas personas pueden dar respuestas dadas por pacientes internados.

2.2.7. Influencia del examinador


En cuanto a la influencia del Examinador en el test, los estudios dan resultados diferentes.
Lord (1973) encontró que el tono cálido o distante del examinador no influye en los resultados
del test.
Cohen (1973) comprobó que el examinador es una variable que influye en el protocolo. Los
examinadores que encuentran más patología en los protocolos puntúan más alto en escalas de
hostilidad que los examinadores que encuentran menos patología.
Levy y Kahn (1970) encontraron que el juicio valorativo de la patología dependía del nivel
económico del sujeto. El sujeto de un nivel económico bajo recibía una interpretación de mayor
patología y peor diagnóstico que un sujeto de clase media.
Kimble (1945) administró el Rorschach en la situación estándar y luego en un bar (situación
social especial) en dónde había dos personas. Encontró diferencias estadísticamente significativas a
un nivel del 2 % en M:SumPC. En el bar: SumPC aumentó, M bajó y C pura promedió 2.07; en la
situación estándar, C pura promedió 0.71.
Goodman (1979) estudió la influencia del sexo. Cogió diez examinadores varones y diez mujeres.
Cada examinador aplicó el test a dos varones y a dos mujeres. Encontró que el sexo no produce
diferencias significativas en las variables.
Exner y sus colaboradores (1974) solicitaron a 10 terapeutas que seleccionaran dos pacientes. Los
terapeutas aplicaron el test a dos pacientes, a uno conocido, y a otro, desconocido. Comprobaron que
T écnicas P royectivas II

CAPÍTULO 2. NATURALEZA DEL TEST 18

los sujetos dieron más respuestas con el terapeuta conocido que con el desconocido. Las diferencias
fueron estadísticamente significativas.
Leura y Exner (1978) enseñaron la aplicación del Rorschach a profesores de 2ºª enseñanza para
que lo apliquen, según un diseño determinado, a estudiantes de 12 años. Encontraron que los alumnos
examinados por su profesor dieron más respuestas con su profesor que con el profesor desconocido.
La diferencia fue significativa. Los dos estudios parecen indicar que la cercanía emocional produce
más respuestas.

2.2.8. Influencia de la duración del tiempo


Stein (1949) presentó las manchas de forma taquistoscópica a dos grupos de sujetos. Al primer
grupo lo llamó ascendente y descendente al 2º. A todos les aplicó el test. Al ascendente le mostró
las láminas a intervalos de 0.01 segundos en la 1ª aplicación, a 0.10, en la 2ª, a 3 en la 3ª y,
en exposición de tiempo ilimitado, en la 4ª. Para el grupo descendente, la exposición de tiempo
fue invertida. Comprobó que la elaboración de las respuestas era muy rápida y que el número de
respuestas apenas se incrementaba con la duración mayor de tiempo (de 0.10 a 3 segundos).
Horiuchi (1961) utilizando solamente las láminas III y VI expuestas durante 0.10, 0.30, un
segundo y tiempo ilimitado, a sujetos normales, neuróticos y esquizofrénicos, llegó a las mismas
conclusiones que Stein. Comprobó, además, que aparecen antes las respuestas globales que las
respuestas de detalles; que M aparece antes en normales que en neuróticos o psicóticos y que FC y
CF se incrementan cuando se incrementa el tiempo de exposición en los neuróticos y psicóticos, no
en los normales.
Colligan y Exner (1985), siguiendo un procedimiento parecido al de Stein, en grupos de no
pacientes y de esquizofrénicos, encontraron que la producción es menor en los esquizofrénicos.
Comprobaron, además que un 10 % de los no pacientes, crean líneas imaginarias que abarcan las
diferentes partes de la mancha. Los resultados de los estudios permiten decir que un periodo de 2-3
segundos es suficiente para verbalizar tres o más respuestas.

2.2.9. Influencia del Color


Exner (1959) comprobó que cambiando la tonalidad gris de la lámina I con el azul, el verde, el
marrón, disminuía el número de respuestas de murciélago.
Exner y Wylie (1976) cambiaron el color azul del D1 de la lámina X por el marrón rojizo,
dando mayor exactitud al color real del objeto que suele ser percibido. Esperaban que los sujetos
diesen, con más facilidad, más respuestas de araña y cangrejo. Con los resultados comprobaron
que al cambiar el azul por el marrón, disminuyeron las respuestas de arañas o cangre¬jos. Los
examinadores, mediante un cuestionario ad hoc, comprobaron que el azul era el color favorito de
los sujetos.
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Capítulo 3

Validez. Fiabilidad. Objetivos

3.1. Validez
Se estima que el Rorschach puede ser considerado como una prueba perceptual cognitiva o como
un estímulo para la fantasía. Como prueba perceptual se trataría de la estructuración y organización
del campo estimular ambiguo que mostraría el estilo de resolver un problema. Como prueba de
fantasía traduciría la proyección de conflictos y necesidades. Las respuestas serían tomadas como
un símbolo de la dinámica interna del sujeto.
Se estima que el Rorschach se encuentra a caballo entre lo ideográfico y lo nomotético. En las
respuestas dadas por el sujeto: pueden ser interpretadas las palabras, las frases, el protocolo (poten-
cialidad ideográfica); puede hacerse una interpretación simbólica de las respuestas (interpretación
psicoanalítica); y, por último, pueden ser interpretados los datos numéricos tratados estadística-
mente (potencialidad nomotética)
En Rabin (Anderson y Anderson, 1978), Ames (1972), Portuondo (1976), Klopfer (1966, 1972),
Bell (1971), Beck (1967), y, sobretodo, en Exner (1994) encontramos numerosas referencias relacio-
nadas con la validez y fiabililidad del Test. Unas son proclives a restarle valor científico y otras son
entusiastas defensoras de su validez y fiabilidad.

Inferencias proclives a restarle valor científico:

Hunt (1950), opina que es una técnica inadecuada como método clínico.
Hensen (1958), lo considera inservible como instrumento de investigación, no demuestra nada
en sus aplicaciones.
Eysenck (1957) lo considera como una táctica que todavía no se ha demostrado que tenga valor
por sí misma.
Ainsworth (1954), lo estiman como una prueba que necesita más estudios.
Hertz (1941), señala que la bibliografía de los estudios realizados está desorganizada. Estas
apreciaciones, que consideran al Rorschach como un instrumento inadecuado, se deben, en parte, a
que no fue desarrollado como un test psicométrico con los criterios de validez y fiabilidad.

Inferencias proclives a dar valor científico:


Benjamin y Ebaugh (1938) compararon las interpretaciones a Ciegas con los diagnósticos clínicos
dados por los psiquiatras. Encontraron que en 39 de los 46 casos, los resultados fueron satisfactorios,
y que fueron semejantes en los siete restantes. Es decir, el 85 % coincidió totalmente en todos los
detalles y el 98 %, en los datos principales.
Brussel, Grassi y Melnicker (1942) diagnosticaron 16 protocolos en completo acuerdo con los
diagnósticos clínicos, con una concordancia del 93 %.
Brussel e Hitch, (1942) en 50 protocolos encontraron completa concordancia en el 66 % de los
casos; concordancia esencial, en el 20 % y parcial, en el 12 % entre lo diagnosticado mediante el
Rorschach y el diagnóstico clínico.
Hertz y Rubenstein (1939) compararon la interpretación a ciegas realizada por Beck, Klopfer y
Hertz con los diagnósticos clínicos. Encontraron un alto grado de confiabilidad y un elevado grado
de validez entre las interpretaciones y los datos clínicos.

19
T écnicas P royectivas II

CAPÍTULO 3. VALIDEZ. FIABILIDAD. OBJETIVOS 20

Young e Higgembotham (1942) en una muestra de 21 jóvenes de un clínico psiquiátrico compa-


raron las interpretaciones del Rorschach con las notas de conducta. Encontraron que el Rorschach
dio un cuadro de los aspectos estructurales de la personalidad en concordancia con los dados por
los registros.
Ruesch y Finesinger (1941) estudiaron la respuesta de color en el Rorschach y el empleo del color
al dibujar. La muestra fue de 55 pacientes. Los dibujos se valoraron en función del color empleado
y en función del tamaño. Se pidió a los sujetos que hicieran dos dibujos, uno en respuesta a una
sugerencia de tristeza y otro en respuesta a una sugerencia de alegría. Las puntuaciones presentaron
una velada correlación con el número de respuestas de color reflejadas por el Rorschach.
Kruhman (1942) con una muestra de 25 casos elaboró delimitaciones gráficas de las interpreta-
ciones del Rorschach y del material de la historia clínica. Fueron sometidos por los jueces a prueba
en grupos de 5 pares. Encontraron un alto grado de correlación. El coeficiente de contingencia medio
fue de 0.850.
Earl (En Bell 1971) trató de validar la validez de las interpretaciones simbólicas del conteni-
do. Mediante hipnosis provocó asociaciones libres. Encontró una alta validez si se tomaban las
precauciones adecuadas al dar el significado simbólico a las respuestas.
Vernon (1933), Hunter (1939), Sarbin (1939), Ruesch y Finesinger (1941), Levine, Grassi y Ger-
son (1943), Wallen (1943), Hitch (1943), Rabin y Sanderson (1947), Williams (1947), Siegel (1948),
Frost (1948), han demostrado la concordancia entre el diagnóstico de los aspectos estructurales de
la personalidad obtenidos del Rorschach y el diagnóstico de los psiquiatras. Las reacciones del sujeto
han sido cuantificadas y los intérpretes, en su mayoría, han llegado a unos mismos resultados. Esto
significa que, con una norma igual, han podido medir las diferencias individua¬les.
Como resumen de estos primeros estudios, vale lo que dice Binder (Cit.por Bohn 1977 pág.
20): "Los resultados prácticos del método de Rorschach, prueban repetidamente que la sub-
jetividad de quién lo califica, no influye de manera importante con tal que los protocolos
sean valorados por verdaderos expertos de la prueba, que hayan manejado un material su-
ficientemente grande que les sirva de comparación para poder ponderar fina y seguramente
los resultados. Con frecuencia se ha enviado el mismo protocolo a diferentes especialistas
capacita¬dos obteniéndose en general psicogramas muy semejantes".

Afirma Bohn (1977): la falta de concordancia proviene de personas con poca experiencia del método
o de los principiantes, mientras que entre sus expertos conocedores no sucede así, casi siempre existen
concordancias satisfactorias.
Exner (1994) y sus colaboradores presentan estudios encaminados a comprobar la validez de cada
una de las variables y la validez de cada uno de los Índices. Cuando no han sido suficientemente
significativas las ha suprimido (Tiempo de Reacción, S- %, SQx, F+ %, CONFAB, SCZI); y cuando
han sido significativas las ha añadido (Hx, HEV, GHR, PHR), o las ha transformado (XA %,
WDA %, Índice PTI, EII).
En cuanto a la validez concurrente los resultados no son tan satisfactorios. Lo comprueban los
datos de los estudios de Palmer y Lustgarten (1962), (relación de EB con el TAT) o los Kunce y
Tonkin (1981). Esto significa que para el Rorschach, dicha validez no es la más adecua¬da.
En cuanto a la validez de Constructo (confirmación de hipótesis) los resultados son más positivos.
Parquer (1983) revisó 38 trabajos de investigación entre 1971 a 1980. Encontró que la fiabilidad está
en 0.81 o más y la validez, en 0.45 o más. En los trabajos de Atkinson (1986), Hunsley y Hanson
(1988) los resultados son similares a los de Parquer.

3.2. Fiabilidad.
"El problema de la fiabilidad dice Exner (1978, pág. 79) ha sido uno de los puntos más criticados
del Rorschach”.
Hertz (1933) en una muestra de 300 jóvenes de enseñanza media, comparando láminas pares e
impares en 100 registros escogidos al azar encontró una buena fiabilidad. Las correlaciones oscilaron
entre 0.97 y 0.67.
Vernon (1933), siguiendo el mismo método, en una muestra de 90 estudiantes universitarios
obtuvo una correlación que oscila entre .33 y .91.
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CAPÍTULO 3. VALIDEZ. FIABILIDAD. OBJETIVOS 21

Thornton y Guilford (1936) consideran al método de las dos mitades como el único método
satisfactorio de medición de la fiabilidad. Aplicando en condiciones estándar encontraron para la
clasificación M y SumPC una fiabilidad satisfactoria. Vernon (1933), Ford (1946), Orange (1945),
empleando el mismo método obtuvieron resultados similares.
Exner (1994) observa que son muy pocas las correlaciones que superan el coeficiente .80, límite
básico para considerar que un test tiene una verdadera consistencia interna.
Brosin y Fromm (1940) utilizando el método test-retest, emplearon una muestra de personas
en tratamiento psicoanalítico. Realizaron la aplicación antes, durante y después del tratamiento.
Comprobaron que se da una "relativa estabilidad", especialmente en F+ %, Equilibrio Vivencial y
Schock al Color.
Holzberg (1960) cuestiona la utilidad del método test-retest, porque las variables no son con-
sistentes a lo largo del tiempo, y porque los resultados pueden ser distintos debido al recuerdo de
las verbalizaciones anteriores. Exner estima que la objeción no es correcta, porque hay rasgos que
permanecen estables en el transcurso de la vida del sujeto. Después de 7 estudios sobre el tema
llegó a la conclusión (1978, pág. 26): "la mayoría de las variables del Rorschach que sustentan la
interpretación, son estables en el tiempo.
Los tres proyectos en los que participan sujetos no pacientes, muestran que todas, excepto dos,
de las 19 variables correlacionadas son muy sólidas en diferentes intervalos de tiempo e incluso
existe un acuerdo relativamente significativo en las dos variables que registran las correlaciones mas
bajas, FM+m y la suma de las variables de sombreado".
Exner y sus colaboradores en 1983 presentaron 30 estudios con diferentes grupos de adultos y
niños, tanto pacientes como no pacientes, en plazos de días, meses o años. En una muestra de
100 sujetos adultos no pacientes reexaminados después de un año, encontraron una correlación
oscila entre .81 y .91, para 15 de las 25 variables examinadas; una correlación que oscila
entre 70 y 80 para 5; y una de menos de .70 para 5 de las variables relacionadas con los
estado psicológicos. En una muestra de 50 sujetos adultos no pacientes reexaminados al cabo
de un año, encontraron resultados similares. En otra muestra de 35 adultos no pacientes
reexaminados aproximadamente a las tres semanas, los resultados encontrados volvieron a ser
similares. En los estudios con niños, encontraron correlaciones poco estables. En una muestra
de niños de 6 años reexaminados a los 8 años y en niños de 9 años reexaminados a los
12, encontraron correlaciones “relativamente bajas”. En una muestra de 25 niños de 8 años
reexaminados a los 7 días, encontraron 15 correlaciones que oscilan entre .81 .96, y tan sólo
dos que bajan de .70. En una muestra de 35 niños de 9 años, reexaminados a las tres semanas,
encontraron unos resultados más estables. Estos hallazgos parecen indicar que en espacios
más cortos de tiempo, las correlaciones son similares a las correlaciones de los adultos.
En los últimos estudios, correspondientes al 2001, relacionados con la fiabilidad interjueces, las
correlaciones intraclase para las áreas de localización van de .97 a 1.00; para la calidad formal, de
.97 a 1.00.
La correlación de todos los movimientos es de .94; de FC: .82, de CF: .84, y de C: .90; de FT:
79, y de TF: .80; de FV: 88, de VF: .80; de FY: 89, y de YF:.96; de COP: .71, de MOR: .83; de DV:
.95, de INC:.69, de DR: .77, de FAB: .92 y de ALOG: .64; de DV2: .85, de INC2: .80, de DR2: .89,
y de FAB2:.80. Como se puede observar son pocas las correlaciones que están por debajo de .80.
En el Rorschach, la fiabilidad de las puntuaciones, tratándose de jueces experimentados, alcanza
valores altos, 92 % en McArthur (1972), 76 % a 93 % en Holzberg (1977), 96 % en Dana y Back
(1983). La fiabilidad de las interpretaciones alcanza valores menos altos: 89-66 % en Hozberg (1977),
77 % en Dana y Back (1983).
Como resumen es muy ilustrativa la inferencia de Rabin (en Anderson y Anderson, 1978, pág.
184): "Tanto el enfoque molar, como el molecular y el experimental han contribuido a que el test
de Rorschach se fuese transformando paulatinamente en un método de análisis de la personalidad
bien fundamentado científica y experimentalmente".

3.3. Objetivos
El Psicodiagnóstico, según el Autor (1961), resulta ser útil para reflejar aspectos cognitivos,
inteligencia y aspectos afectivos, tanto de personas normales como de personas pacientes. Los autores
T écnicas P royectivas II

CAPÍTULO 3. VALIDEZ. FIABILIDAD. OBJETIVOS 22

asumen el supuesto de Rorschach.


Beismann (1968) estima que los tests psicométricos presentan la exploración fragmentaria y
atomista de la personalidad y que con esto descuidamos el estudio de las interpelaciones y de las
mutuas influencias.
Beck (1968) considera la personalidad como un todo. La personalidad humana constituye una
unidad específica de funcionamiento. Se puede considerar toda acción de un humano como una
actividad que proviene de un todo, de un organismo viviente, de un ser motivado y decidido a
perdurar, a conservar su equilibrio o a ensancharse. No se puede explicar totalmente las acciones
humanas sino como actividades de una personalidad unitaria que busca conservar su ser y su
bienestar.
Piotrowski (1957) tomó el término Perceptanálisis para indicar la característica central del
Rorschach. E1 Rorschach, forma de razonamiento, es una Técnica de Evaluación de la personalidad
y un auxiliar diagnóstico. E1 Perceptanálisis revela y “mide” rasgos psicológicos, actos, sentimientos
y pensamientos, en las interacciones psicológicas entre el ambiente y el individuo. La interpretación
de las Láminas Rorschach depende de la tendencia a actuar, de la tendencia a la retirada, a quedarse
pasivo.
Bohm (1977, pág. 27) afirma que el Rorschach "abarca, en efecto, la personalidad total y puede,
por lo tanto, con justicia, considerarse como un test caracterológico o de personalidad".
Loosli Usteri (1965, pág. 161) dice: "E1 Rorschach revela con mayor rapidez que el examen
clínico los secretos que el sujeto guarda con todo celo, ya sea consciente, ya inconscientemente".
Binder llama al Rorschach "Espejo del alma profunda".
Rabin (En Anderson y Anderson, 1967) indica que el test elicita los fenómenos de diferenciación
e integración.
Rapaport (1959, pág. 24) dice: "Cuando menos estereotipado sea el material de la prueba y
mejor la comprensión del paciente acerca del significado de sus respuestas, tanto más podrá confiar
el examinador en la significación diagnóstica de los resultados". Los sujetos en situaciones de la
vida ordinaria procuran comportarse de una manera socialmente aceptable; mientras que, en la
situación Rorschach, al ser las láminas amorfas, no saben cuál es la forma correcta, la mejor o la
peor, y, por eso, tienen que responder según su modo de ser. Esta es la razón, por la cuál, el test no
revela un cuadro, sino como una radiografía, revela la estructura subyacente que hace comprensible
el comportamiento.
Klopfer, (1966, pág. 22) estima que el Método Rorschach "es esencialmente para revelar su
mundo privado, al decir lo que ve en las láminas sobre las cuáles puede proyectar sus propias
intenciones, significación y sentimientos". Estima que revela (1972) los Modos y Grados de Control
Interior, Exterior o Constrictivo; Afectividad, Reacciones Emocionales a los estímulos interiores,
a los exteriores; Tipo Experiencial, Intratensivo, Extratensivo, Ajuste y Madurez, Inseguridad,
Ansiedad; Aspectos Intelectuales, Tipo de Enfoque, Nivel Intelectual.
Exner (1995) presenta los Índices de Percepción Pensamiento, de Depresión, de Inhabilidad
Social, Hipervigilancia, Obsesión, Suicidio. Informa sobre los Estilos de Personalidad, la Capacidad
de Control y Tolerancia al Estrés, el Procesamiento de la Información, la Mediación Cognitiva, la
Ideación, la afectividad, la autopercepción y la percepción interpersonal tanto de sujetos pacientes
como no pacientes.

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