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ARTICULO 23. ELEMENTOS ESENCIALES. Subrogado por el art.

1, Ley
50 de 1990. El nuevo texto es el siguiente:

1. Para que haya contrato de trabajo se requiere que concurran


estos tres elementos esenciales:

a. La actividad personal del trabajador, es decir, realizada por sí mismo;

b. La continuada subordinación o dependencia del trabajador respecto del


empleador, que faculta a éste para exigirle el cumplimiento de órdenes, en
cualquier momento, en cuanto al modo, tiempo o cantidad de trabajo, e
imponerle reglamentos, la cual debe mantenerse por todo el tiempo de
duración del contrato. Todo ello sin que afecte el honor, la dignidad y los
derechos mínimos del trabajador en concordancia con los tratados o
convenios internacionales que sobre derechos humanos relativos a la
materia obliguen al país; y

c. Un salario como retribución del servicio.

2. Una vez reunidos los tres elementos de que trata este artículo, se
entiende que existe contrato de trabajo y no deja de serlo por razón
del nombre que se le dé ni de otras condiciones o modalidades que se
le agreguen.

CONTRATO DE TRABAJO REALIDAD vs CONTRATO DE PRESTACION DE


SERVICIOS

El artículo 23 del C.S.T., es claro en afirmar que cuando en una relación entre
empleado y empleador se da una relación de subordinación, existe una prestación
personal del servicio, y hay una remuneración, estamos frente a un contrato de
trabajo, sin importar el nombre que se le haya dado al contrato el momento de su firma.

En ese sentido si al ejecutar o desarrollar un contrato de servicio, concurren los tres


elementos de que trata el artículo 23 del Código Sustantivo del Trabajo,
indudablemente estamos ante un contrato de trabajo realidad no importando la
denominación o nombre diferente que se le quiera dar es un CONTRATO DE
TRABAJO.

Igualmente el artículo 24 del Código Sustantivo del Trabajo, establece una presunción
muy importante que nos ayudará a dilucidar situaciones en las que no se tiene
seguridad en cuanto si efectivamente lo que existe es un contrato de servicios o un
contrato de trabajo.

Dice este artículo: “se presume que toda relación de trabajo personal está regida
por un contrato de trabajo”.

Esta presunción general, asume que todo trabajo ejecutado de forma personal está
regido por un contrato de trabajo, de modo que de entrada, cuando una persona
desarrolla un trabajo para otra, la Ley está presumiendo la existencia de un contrato de
trabajo.
Esta presunción se vuelve una realidad, en el momento que se configuren los
elementos contemplados por el artículo 23 del Código Sustantivo del Trabajo.

Cuando se firma un contrato de prestación de servicios, hay que asegurarse de que en


su ejecución no exista una subordinación del contratista frente al contratante, ni que
exista una exigencia expresa en el sentido de que el contrato de servicios deba ser
ejecutado exclusivamente por el contratista, puesto que se estaría configurando el
primer elemento del contrato de trabajo.

Si al ejecutar un contrato de prestación de servicios, se presenta una subordinación, por


ejemplo, el contrato de servicios perderá su naturaleza y se convertirá en un contrato
realidad. Básicamente, la subordinación es la que entra a definir si lo que existe es un
contrato de prestación de servicios o un contrato de trabajo.

El contrato de trabajo realidad, es aquel contrato que aunque no se definió, ni formalizó,


la ley considera que existe por la naturaleza misma de las actividades desarrolladas por
el trabajador.

Independientemente de la figura que se utilice, si en el fondo del asunto, en la realidad,


se dan las condiciones propias de un contrato de trabajo, primará la realidad de la
relación contractual frente a cualquier formalidad acordada entre las partes; de allí la
denominación de contrato realidad. No importa como se ha llamado el contrato, pero si
la realidad indica que es un contrato de trabajo, así será considerado por la ley.

No importan las formalidades que el empresario o contratante le quiera dar al contrato,


lo que importa es lo que realmente suceda en una relación contractual entre las partes,
de modo que de poco sirve recurrir a maniobras, figuras y artificios para ocultar o
disfrazar una relación laboral, pues la realidad será la que se impondrá, y en lo que
tiene que ver con una relación de trabajo que por su misma naturaleza debe ser laboral,
indiscutiblemente será laboral por expreso mandato legal.

CASO:

1. El señor Juanito alimaña, trabaja para la empresa Alambritos S.A., como agente
comercial visitando clientes todos los días de la semana. Juanito Alimaña,
suscribió con la empresa Alambritos S.A., un contrato de prestación de servicios
con honorarios por valor del 20% sobre cada venta que efectué. Juanito alimaña,
debe acudir todos los días a reunión o comité de ventas en la empresa con los
demás vendedores y con su superior inmediato el señor Sacarías Piedras del
Rio, a las 7:00 de la mañana para recibir instrucciones y cuadrar las visitas a los
clientes y desde las 8:30 de la mañana sale a visitar los clientes hasta el día
siguiente. La empresa Alambritos S.A., decide terminar su contrato de
prestación de servicios porque Juanito Alimaña, no vendió el mes pasado su
cuota o número mínimo de venta. El señor Juanito Alimaña, acude a su oficina
de abogado para preguntar si es legal esa terminación del contrato de prestación
de servicios y para saber si tiene algún derecho o simplemente fue bien
terminado su contrato de prestación de servicios.

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