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Recuperación
del patrimonio
social, cultural
y natural a pie
de río
■■ El cien por cien del contenido de las cestas procede de las huertas
de Nalda y de otros municipios situados a menos de diez kilómetros
de distancia, como Albelda de Iregua, y otros situados en la zona de
Moncalvillo, todos en La rioja.
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el río Iregua esculpe uno de los pai- económica, favorezca la integración
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ción ciudadana no solo consiguió que cerezos, perales y melocotoneros. A
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Con la producción de las huertas que gestionan en El Colletero se llenan cien bolsas semanales que se destinan a otras tantas familias asociadas a la cooperativa.
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La iniciativa cuajó de tal manera que en 2007 se crea otra orga-
nización en la que se consigue implicar a un pueblo cercano: la Aso-
ciación Ciruela de Nalda y Quel. La variedad claudia reina verde solo
se da en los valles del Iregua y el Cidacos (donde se levanta Quel) y
se caracteriza por su dulzura y su predisposición a ser secada. Todo
este movimiento permite que en la actualidad se comercialice con la
marca Ciruela de Nalda y Quel tanto en fresco como deshidratada,
procedente de dieciseis municipios de ambos valles. Casi en paralelo,
desde El Colletero surgen nuevas iniciativas, que se concretan en dos
cooperativas de trabajo: Nalda Cop XXI, dedicada a la infancia y la
educación, y Mar del Iregua, centrada en la atención a los mayores y la
ayuda a domicilio.
Con los pasos dados hasta ese momento quedaba ya poco para que el
proyecto Huertas del Iregua entrara en acción. “En 2007 comenzamos
a diseñarlo y en 2009 ya estaban cultivadas las primeras huertas”, re-
cuerda Yolanda Rico, encargada de la logística y coordinación. Se puede
decir que septiembre de 2009 es la fecha oficial de puesta en marcha, ya
que es en ese momento cuando comienza, por un lado, la búsqueda de
huertas a recuperar y, por otro, los espacios naturales a restaurar.
Sin embargo, quedaba un apartado esencial: la formación. Gracias a
la colaboración económica de la Fundación Biodiversidad y a la obten-
Una de las tradiciones que han revitalizado desde El Colletero es el secado ción de fondos europeos, se emprendieron cursos de formación para
artesanal de pasas de ciruelas.
desarrollar con garantías todas las etapas del proceso, desde el cultivo a
tero–, pero tuvimos que retirarlo a los pocos días porque teníamos la comercialización. Se dio preferencia a los desempleados de Nalda y a
más peticiones que capacidad de gestionar las tierras”. La respuesta personas con problemas de integración social.“Trabajamos mucho con
era lógica porque se veían reverdecer tierras abandonadas y regre- las mujeres, como una forma de aumentar su autoestima dentro de las
saba una identidad de la cultura campesina del pueblo que se perdía labores del campo. Siempre pensamos en ofrecer servicios adaptados a
poco a poco. las personas y ya entonces la que podía pagar lo hacía, y a la que no, le
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dábamos becas, coordinándonos con dan también al control de las plagas.
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En primer término, uno de los terrenos que se cultivan dentro del proyecto Huertas del Iregua y, al fondo, los cortados de Peña Bajenza.
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especie catalogada en peligro de extinción que tiene en Nalda una de terística de Nalda, Albelda o Alberite”. Añade además que han roto
sus áreas de interés especial para su recuperación. Ambos planes han con la dependencia del intermediario. “Al ir directamente al con-
contribuido a frenar el declive del mamífero y la rapaz. sumidor –asegura Ruiz– evitan la injusticia de tener que vender a
treinta céntimos un kilo de pera conferencia que te encuentras en el
mercado a 1,50 euros”.
De la incredulidad, al principio,
al reconocimiento social posterior
Las huertas están abiertas para contemplar
Finalizado el plan para recuperar las huertas y su entorno, concluida la la biodiversidad cultivada
etapa de formación y realizada la prospección de socios interesados en
entrar a formar parte del club de consumo, los cultivos de decenas de Los habitantes de Nalda conocen de primera mano las huertas de El
variedades de frutas, verduras y hortalizas estaban ya en disposición de Colletero, pero los socios y socias que forman el club de consumo tam-
salir hacia los clientes. Eso ocurrió en mayo de 2010, fecha en la que bién tienen oportunidad de acercarse e incluso participar en algunas
entregaron las primeras cestas. Diez personas en formación, otras diez tareas. Sea en la recogida de las cestas, sea en los paseos por las huertas
como voluntarias (desde mujeres que envasan a agricultores que les del Iregua, les sorprende la biodiversidad de cultivos: habas, guisantes,
ceden un tractor) dos contratadas a jornada completa (Yolanda Rico y coliflor de distintas variedades, coles (berza amarilla, asa de cántaro,
Mercedes Peso) y otras empleadas según las necesidades tiran adelante lombarda, coles de Bruselas), espinaca, escarola, acelga, apio, achicoria,
de una iniciativa que suma ya cien socios y el reconocimiento del resto lechuga, patata, alubia, cebolla (verde y roja), ajo, borraja, calabacín, pe-
del pueblo, que al principio contempló incrédulo la aventura en la que pino, calabaza (también con diferentes variedades), alcachofa, beren-
se embarcaban sus mujeres, hijas o simplemente vecinas. jena, pimientos (verde, de asar), rábanos, remolacha de mesa, tomate
El reconocimiento llega desde el alcalde de Nalda, Daniel Osés, orejón (destinado al secado al sol), caparrón (“variedades de caparrón
que no oculta la importancia de esos logros: “no solo han consegui- riojano hay diez y nosotras intentamos sacarlas todas”, apuntan), gar-
do recuperar el cultivo tradicional de frutas que eran popularmen- banzos, cardo… Y esto sin contar la fruta. Solo entre las ciruelas, aparte
te reconocidas, sino que dinamizan la economía del pueblo, crean de la claudia reina verde, han comenzado a experimentar con el cultivo
puestos de trabajo y devuelven a Nalda el protagonismo que siempre de ciruela de la rosa, de Tolosa, amarilla y sanjuaneña.
tuvo como suministradora de productos de calidad de su huerta”. La A la hora de plantearse el futuro, en El Colletero prefieren hablar, más
gran mayoría de los agricultores también ha acabado por admitir la que de ampliar su iniciativa (“con cien socios tenemos bastante”, asegu-
viabilidad de la propuesta de El Colletero. Ricardo Ruiz, presidente ran), de replicarla; que se extienda la idea y la acción al resto de municipios
de la cooperativa agrícola de Nalda, reconoce que algunos de sus del valle del Iregua. Falta hace. Gonzalo Villalba, socio de Vidar y técnico
colegas “pensaban que estaban locas, pero se ha visto que valen, de la Asociación Ciruela de Nalda y Quel, confirma la ineficacia de aquel
han adquirido experiencia, sacan adelante las huertas con éxito y plan especial de 1988 para proteger este paraje: “el número de edificacio-
hasta nos pueden mostrar un camino a seguir frente a la agricultura nes no ha parado de aumentar, de tal forma que hoy en día podemos en-
intensiva de grandes latifundios, para regresar a la familiar carac- contrar alrededor de 1.300 a ambos lados del río y en apenas diez kilóme-
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tros, las cuales no respetan en absoluto la legislación actual, encontrando
en ocasiones aberraciones como urbanizaciones residenciales y auténticas
mansiones, todas ellas construidas sin permiso”. Se confía en que la in-
clusión de la zona en la red Natura 2000 repare estos desatinos.
Afortunadamente, hay personas que se empecinan en que reine el
optimismo. Una de las huertas que trabajan desde El Colletero se sitúa
justo frente a las Puertas de La Rioja, es decir, frente a Peña Bajenza.
El río Iregua suena cerca. No se le ve porque lo arropa una abigarrada
formación de sauces, alisos y chopos. En las alturas los buitres leona-
dos, emblemas de estas peñas junto al búho real, el águila real y el hal-
cón peregrino, planean en grupo. Alrededor, aparte de alguna parcela
con chalet, piscina y alambrada, sobresale de nuevo la biodiversidad
agrícola que inspira al proyecto Huertas del Iregua: ciruelos, higueras,
granados, avellanos, castaños de Indias, nísperos, olivos, tomateras,
alubias, girasoles… Entre esta “mezcla pacífica” de cultivos sobresale
uno por su color y aroma. Unos surcos con fresas invitan a servirse y
La jugosa fresa de Nalda es otra de las variedades locales que se han recupe-
comprobar que todo está en orden, que la calidad agrícola y culinaria
rado dentro de Huertas del Iregua. no tiene por qué estar reñida con la ambiental.
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Mercedes Peso, agricultora y responsable de Producción de
Huertas del Iregua
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