TEMA III: LOS TRASCENDENTALES

Aspectos trascendentales del ente

Los trascendentales corresponden a los nombres del ente, dentro de los cuales encontramos esas propiedades que
se siguen del ente de modo necesario. Dicho en otros términos, los trascendentales son conceptos que manifiestan
directamente aquellas propiedades que podemos atribuir a todo ente por el hecho de ser ente.
La doctrina de los trascendentales, desarrollada sobre todo por Santo Tomás en 6 trascendentales: ente (ens), cosa
(res), uno (unum), algo (aliquid), verdadero (verum) y bueno (bonum).

Res- cosa:
Es aquello, res en tanto que «aquello» que la cosa es nombra la talidad de la cosa
Aliquid - es algo:
Hemos visto que «algo» (aliquid) equivale a “otro qué” (aliud quid), y expresa la característica del ente de ser
una cosa distinta respecto a las demás.
En cierto sentido, «algo» significa también que el ente es el opuesto perfecto del no-ente en absoluto (de la nada):
«esto ya es algo, antes no teníamos nada». Por último, «algo» puede significar también la esencia individual
conocida de un modo indeterminado (por ejemplo, cuando decimos que aquello es algo: «en ese lugar hay algo
que atrae»); y desde este punto de vista se aproxima al trascendental «cosa» (res).

Unidad del ente

Cualquier cosa es uno, goza de unida y si la pierde deja de ser uno, que significa no que exista una sola cosa, sino
que cada existente es en sí mismo indiviso. La noción de uno se presenta como una explicitación del ente: pone
de manifiesto la ausencia de división interna de cualquier realidad.
Distintas clases de unidad: 1. La unidad más perfecta, 2. Los entes que más se aproximan a la simplicidad de Dios
son los puramente espirituales (los ángeles), 3. Un grado inferior de unidad se observa en los entes materiales, 4.
La unión entre la sustancia y el accidente es menor que la que existe entre los principios de la sustancia, 5. Otro
tipo de «unum» es la unidad de orden, que se basa en el accidente relación.

La verdad, El bien, La belleza

LA VERDAD EL BIEN LA BELLEZA

- La verdad se identifica con el ente
y le añade una relación de
conveniencia a un intelecto que
puede comprenderla.
- El ente es verdadero en cuanto es
inteligible.
- Los entes son verdaderos en
distinto sentido, según se
relacionan con el entendimiento de
Dios o con la inteligencia humana.
- Las cosas son verdaderas en
cuanto están adecuadas a un
entendimiento.
- La verdad del entender humano
(verdad lógica), consiste en la
adecuación del intelecto a las cosas.
- Para cada ente, su bien consiste en
ser según su naturaleza; por eso,
males son aquellas privaciones que
se oponen a su perfección natural.
- El bien seguirá el curo del ser de
cada ente: será un bien potencial si
su ser es potencial; un bien
participado si su ser es participado;
o el Bien Sumo si se trata del Ser
absoluto (Dios).
- La bondad no es el deseo
despertado en nosotros, sino la
perfección que lo provoca.
- Algo es bueno en cuanto es;
Algo es bueno cuando ha
alcanzado su fin; Algo es bueno en
cuanto difunde su perfección.
- Cabe considerar la belleza como
un tipo particular de bondad, pues
responde a un cierto apetito, que se
aquieta al contemplar lo bello.
- La belleza no es el placer o et
agrado, sino aquellas propiedades
que hacen que su contemplación
resulte grata.
- Llamamos a una cosa bella en
sentido pleno cuando posee toda la
perfección requerida por su
naturaleza.
- La belleza divina, se refleja en las
criaturas de modos dispares. La
participación en el ser hace que
también la belleza de los entes
finitos sea limitada.