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CAPÍTULO 24
Prolapso de órganos
pélvicos
EPIDEMIOLOGÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 633 perineo (Haylen, 2010). Sus síntomas incluyen abultamiento vagi-
nal, presión pélvica y necesidad de contención o uso de los dedos.
FACTORES DE RIESGO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 633 La contención es la reducción del prolapso con la mano para mejo-
DESCRIPCIÓN Y CLASIFICACIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . 635 rar los síntomas y la introducción de los dedos en recto o vagina
ayuda a la evacuación de las heces fecales. Para que el prolapso de
FISIOPATOLOGÍA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 637 los órganos pélvicos se considere una enfermedad, los síntomas se
deben atribuir al descenso de los órganos pélvicos en grado tal que
Función del músculo elevador del ano . . . . . . . . . 637
la reducción quirúrgica o no quirúrgica alivia los síntomas, resta-
Función del tejido conjuntivo . . . . . . . . . . . . . . . . . 639 blece la función y mejora la calidad de la vida.
Función de la pared vaginal . . . . . . . . . . . . . . . . . . 639
EPIDEMIOLOGÍA
Teoría del defecto en el prolapso
de órganos pélvicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 639 El prolapso de los órganos pélvicos (POP) es un problema de salud
Niveles de soporte vaginal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 640 que afecta a millones de mujeres en el mundo. En Estados Unidos
constituye la tercera indicación más frecuente para realizar una his-
VALORACIÓN DE LA PACIENTE CON PROLAPSO terectomía. Además, se calcula que el riesgo en la vida que tiene
DE ÓRGANO PÉLVICOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 641 una mujer de someterse a una operación por prolapso e inconti-
nencia es de 11% (Olsen, 1997).
Síntomas relacionados con el prolapso
de órganos pélvicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 641 El cálculo de la prevalencia de esta enfermedad se dificulta
por la ausencia de una definición del prolapso de los órganos
Exploración física . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 644 pélvicos. Si se utiliza de forma exclusiva la Pelvic Organ Prolapse
Quantification (POP-Q) y se describe el soporte de éstos, entre 30
TRATAMIENTO NO QUIRÚRGICO . . . . . . . . . . . . . . . . . . 648
y 65% de las mujeres que acuden a una consulta ginecológica sis-
TRATAMIENTO QUIRÚRGICO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 651 temática padece prolapso en estadio 2 (Bland, 1999; Swift, 2000,
2005; Trowbridge, 2008). Por el contrario, en los estudios en los
Procedimientos oclusivos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 651 que se define el prolapso tan sólo con base en los síntomas de la
Procedimientos reconstructivos . . . . . . . . . . . . . . . 651 paciente, la prevalencia varía de 2.9 a 5.7% en Estados Unidos
(Bradley, 2005; Nygaard, 2008; Rortveit, 2007).
Cirugía simultánea para corrección Si bien la información es limitada, los estudios demuestran
de prolapso e incontinencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . 655 que la prevalencia del prolapso de órganos pélvicos aumenta con
BIBLIOGRAFÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 656 la edad (Olsen, 1997; Swift, 2005). En vista de la relación que
tiene este padecimiento con la edad y la demografía cambiante en
Estados Unidos, la prevalencia del prolapso de los órganos pélvicos
crecerá sin duda alguna.
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634 Medicina y cirugía reconstructiva de la pelvis femenina
Parto vaginal seis estudios controlados con asignación al azar que comparan la
Menopausia episiotomía programada y la selectiva no revelan beneficios, sino
Envejecimiento una relación con la laceración del esfínter anal, incontinencia anal
Hipoestrogenismo posparto y dolor posparto (Carroli, 2000).
Elevación crónica de la presión intraabdominal
Enfermedad pulmonar obstructiva crónica Cesárea programada
Estreñimiento
Existe controversia acerca del tema de la cesárea programada para
Obesidad
prevenir trastornos del piso pélvico, como POP e incontinencia
Traumatismo del piso pélvico
Factores genéticos urinaria. En teoría, si todas las pacientes se sometieran a cesárea,
Raza habría menos mujeres con trastornos del piso pélvico, incluidos
Trastornos del tejido conjuntivo la incontinencia urinaria y el POP. Si se tiene en cuenta que la
Espina bífida mayoría de las mujeres no desarrolla disfunción del piso pélvico, la
cesárea sometería a muchas mujeres a una intervención potencial-
mente peligrosa, que de otra manera no desarrollarían el problema.
En particular, dado el riesgo de 11% en toda la vida de someterse a
una operación por incontinencia o prolapso, por cada mujer en la
que se evitaría la intervención quirúrgica del piso pélvico a lo largo
lo largo de los años. Sin embargo, se desconoce la importancia
de su vida al someterse a cesárea programada, nueve mujeres no
relativa de cada factor.
obtendrían beneficio alguno, pero correrían los riesgos potenciales
de la cesárea. La mayor parte de los especialistas concuerda en que
■ Riesgos obstétricos para emitir recomendaciones definitivas se requieren más estudios
Multiparidad clínicos a fin de precisar los riesgos y beneficios potenciales de la
El parto vaginal constituye el factor de riesgo citado con más fre- cesárea programada como prevención primaria de la disfunción del
cuencia. A pesar de que existe evidencia según la cual el embarazo piso pélvico (American College of Obstetricians and Gynecologists,
2007; Patel, 2006). En este momento deben individualizarse las
mismo predispone al prolapso de los órganos pélvicos, en nume-
recomendaciones para la cesárea programada que tiene como obje-
rosos estudios se ha demostrado con claridad que el parto vaginal
tivo prevenir la disfunción del piso pélvico.
incrementa la tendencia de la mujer a padecer POP. Por ejemplo,
en el Pelvic Organ Support Study (POSST), la paridad se vinculó
con prolapso (Swift, 2005). De manera específica, el riesgo de POP ■ Edad
aumentó 1.2 veces con cada parto vaginal. En el Reproductive Risks Como se describió antes, la edad avanzada también se ha referido
for Incontinence Study en Kaiser (RRISK), Rortveit et al. (2007) en el desarrollo del POP. En el estudio POSST, en mujeres de 20
observaron que el riesgo de prolapso es mucho mayor en las muje- a 59 años, la incidencia del POP casi se duplica con cada decenio.
res que han tenido un parto vaginal (razón de probabilidad de 2.8), Tal y como se observa con otros factores de riesgo para POP, el
dos (razón de probabilidad de 4.1) o tres o más partos (razón de envejecimiento es un proceso complejo. El aumento de la inciden-
probabilidad de 5.3) respecto de las nulíparas. cia podría derivar del envejecimiento fisiológico y procesos degene-
rativos, así como del hipoestrogenismo. Las investigaciones clínicas
Otros riesgos obstétricos
y básicas demuestran con claridad la participación de las hormonas
Aunque el parto vaginal es determinante en el riesgo de POP en de la reproducción para mantener el tejido conjuntivo y la matriz
algún momento de la vida de una mujer, los factores obstétricos extracelular necesarios para el soporte de los órganos pélvicos. Se
específicos de riesgo aún son tema de controversia. Éstos incluyen han identificado receptores de estrógenos y progesterona en los
macrosomía, segunda etapa del trabajo de parto prolongado, epi- núcleos de las células del tejido conjuntivo y del músculo liso en el
siotomía, laceración del esfínter anal, analgesia epidural, uso de estroma del elevador del ano y los ligamentos uterosacros (Smith,
fórceps y estimulación del trabajo de parto con oxitocina. Cada 1990, 1993). Es difícil distinguir los efectos de la supresión estro-
uno es un factor de riesgo propuesto, aunque no hay demostración génica de los efectos del envejecimiento.
definitiva. Mientras se esperan más estudios, puede anticiparse
que, si bien es factible que cada uno tenga un efecto considerable,
es la suma de todos los fenómenos que ocurren durante el paso del ■ Conjuntivopatías
feto por el conducto del parto lo que predispone al prolapso de Las mujeres con una conjuntivopatía tienen más probabilidades de
órganos pélvicos. padecer POP. En los estudios histológicos se ha demostrado que
Hoy en día no se sugieren dos intervenciones obstétricas: parto en las mujeres con POP, la proporción entre la colágena I y las
programado con fórceps para acortar la segunda etapa del trabajo colágenas III y IV decrece (Moalli, 2004). Se cree que esta reduc-
de parto y episiotomía programada, en virtud de la falta de eviden- ción relativa de la colágena densa bien organizada contribuye al
cia de beneficio y el daño potencial, materno y fetal. Primero, el debilitamiento de la fuerza tensil de la pared vaginal y a una mayor
parto con fórceps tiene una relación directa con la lesión del piso tendencia al prolapso de la pared vaginal. En una pequeña serie de
pélvico por su relación conocida con la laceración del esfínter anal. casos, 33% de las mujeres con síndrome de Marfan y 75% de las
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CAPÍTULO 24
■ Etnia
En diversos estudios se han demostrado diferencias raciales en la
prevalencia del POP (Schaffer, 2005). El riesgo es menor entre las Útero
mujeres de raza negra y asiática, mientras que las hispanas y caucá- Vejiga
sicas tienen mayor riesgo (Hendrix, 2002; Kim, 2005; Whitcomb,
Uretra
2009). Se han demostrado diferencias en el contenido de la colá-
gena en las distintas etnias, pero quizá también participan ciertas Vagina
diferencias raciales de la pelvis ósea. Por ejemplo, las mujeres de
raza negra tienen con más frecuencia un arco púbico estrecho y
una pelvis androide o antropoide. Esta forma protege contra el A
POP más que la pelvis ginecoide típica de la mayoría de las mujeres Recto
caucásicas.
Prolapso de la pared vaginal anterior
■ Características visuales
El prolapso de los órganos pélvicos es el descenso de la pared vagi-
nal anterior, pared vaginal posterior, útero (cuello uterino), cúpula
vaginal después de una histerectomía, o perineo, sola o combinada.
Los términos cistocele, cistouretrocele, prolapso uterino, procidencia
uterina, rectocele y enterocele se utilizan con regularidad para descri-
bir las estructuras posteriores de la pared vaginal que en apariencia Prolapso
se han prolapsado (fig. 24-1). Sin embargo, estos términos son del intestino
delgado
poco precisos y suscitan confusión, puesto que se centran en lo
que se presupone prolapsado y no en lo que en verdad se observa.
Aunque esta nomenclatura se halla muy arraigada en la biblio- D
grafía, tiene mayor utilidad clínica describir el prolapso en térmi-
FIGURA 24-1. Corte sagital de la anatomía de la pelvis. A. Anatomía
nos de lo que en realidad se advierte: prolapsos de la pared vaginal normal de la pelvis. B. Prolapso de la pared vaginal anterior o cistocele.
anterior, apical vaginal, cervicouterino, pared vaginal posterior, C. Prolapso de la pared posterior distal o rectocele. D. Prolapso de la
perineal y rectal. Estas denominaciones no presuponen lo que se pared apical posterior o enterocele.
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Ba
pared pared cuello uterino o Aa
anterior anterior manguito vaginal Aa
C
CAPÍTULO 24
Aa Ba C C Bp
Ba Bp
Ap
hiato cuerpo longitud Ap
genital perineal vaginal total
+3 +6 –2 –3 –3 –6
Aa Ba C Aa Ba C
gh pb tvl 4.5 1.5 6 4.5 1 8
gh pb tvl gh pb tvl
Ap Bp Ap Bp
–3 –2 –– +2 +5 ––
pared pared fondo de saco A B
posterior posterior posterior
FIGURA 24-5. Matriz y representación de un defecto de soporte
anterior (A) y un defecto de soporte posterior (B) en pacientes con an-
Ap Bp D tecedente de histerectomía. (Tomada con autorización de Bump, 1996.)
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y comprime a la vagina, uretra y recto hacia el hueso pubis (fig. que durante la segunda fase del trabajo de parto, la distensión o
38-10, pág. 926). De esta manera, reduce el hiato genital y pre- compresión nerviosa provocan desnervación parcial del elevador
viene el prolapso de los órganos pélvicos. del ano. El músculo sin inervación pierde tono y el hiato genital se
Cuando el músculo elevador del ano tiene un tono normal y abre, lo que produce prolapso de las vísceras pélvicas (DeLancey,
la vagina profundidad suficiente, el tercio superior de esta última 1993; Harris, 1990; Peschers, 1997; Shafik, 2000).
yace casi horizontal en la mujer de pie. De esta manera se crea un Ha sido difícil obtener evidencia experimental de la relación
efecto de “válvula” en el cual la porción superior de la vagina se entre la lesión inducida por desnervación del elevador del ano y
comprime contra la placa elevadora durante los periodos en que se el prolapso de los órganos pélvicos. Las investigaciones en las que
eleva la presión intraabdominal. Se ha conjeturado que, si dismi- se evalúan de manera directa los músculos elevadores del ano no
nuye el tono del músculo elevador del ano, la vagina desciende a concuerdan en cuanto a la lesión neuromuscular en las mujeres
su posición horizontal hasta adquirir una posición semivertical (fig. con prolapso de los órganos pélvicos. Si bien en algunos estudios
38-11, pág. 926). Este fenómeno ensancha o abre el hiato genital se demuestran anomalías histomorfológicas del músculo elevador
y predispone al prolapso de las vísceras pélvicas. Sin un soporte del ano en las mujeres con prolapso e incontinencia de esfuerzo, en
adecuado del elevador del ano, se cree que las fascias viscerales del otros no se observan estos datos histológicos de desnervación del
contenido pélvico sufren tensión y se distienden y al final fallan. elevador del ano (Gilpin, 1989; Hanzal, 1993; Heit, 1996; Koelbl,
1989). Además, en las biopsias del elevador del ano obtenidas de
Cambios en el músculo elevador del ano
mujeres multíparas y nulíparas no se han reconocido datos de
En general, se asume que los músculos elevadores del ano sufren atrofia ni de otros cambios importantes en el músculo (Boreham,
una lesión o desnervación durante el parto, lo que contribuye a 2009). Esto sugiere que el embarazo y el parto repercuten en escasa
la patogenia del prolapso de los órganos pélvicos. Se presupone medida en la histomorfología del músculo elevador del ano.
Por otro lado, la desnervación experimental del elevador del
ano en el mono ardilla provoca atrofia muscular considerable, pero
CUADRO 24-3. Sistema de media distancia de Baden- no modifica el soporte de los órganos pélvicos. En conjunto, la evi-
Walker para la valoración del prolapso dencia experimental no demuestra que participe la lesión por des-
de órgano pélvico en la exploración físicaa nervación en la fisiopatología del prolapso de los órganos pélvicos.
Sin embargo, es importante señalar que el músculo esquelético
Grado
pierde volumen y función durante el envejecimiento. Los resulta-
Grado 0 Posición normal de cada sitio respectivo dos obtenidos en mujeres jóvenes y ancianas con prolapso de los
Grado 1 Descenso a la mitad de la distancia al himen órganos pélvicos indican que el elevador del ano experimenta cam-
Grado 2 Descenso hasta el himen
bios morfológicos y bioquímicos considerables durante el envejeci-
Grado 3 Descenso a la mitad de la distancia después del himen
Grado 4 Máximo descenso posible de cada sitio miento. Por lo tanto, quizá la pérdida del tono del elevador con la
edad contribuye a la falla del soporte de los órganos pélvicos en las
a
El descenso de la pared vaginal anterior, pared vaginal posterior o ancianas, tal vez en las que padecen defectos previos del soporte del
prolapso apical pueden graduarse con este sistema. Tomado con autori- tejido conjuntivo. Conforme los músculos estriados pierden tono,
zación de Baden, 1992.
los ligamentos del tejido conjuntivo que sostienen los órganos pél-
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Lámina
tado es el prolapso. propia
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SECCIÓN 3
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CAPÍTULO 24
Otros síntomas como lumbalgia, estreñimiento y molestias
■ Síntomas relacionados con el prolapso
abdominales quizá coexisten con el prolapso, pero no son resul-
de órganos pélvicos
tado de él.
El prolapso de órganos pélvicos afecta a muchos sistemas anató- La historia clínica y la exploración física detalladas ayudan a
micos y funcionales. En consecuencia, a menudo se relaciona con establecer la relación entre el POP y los síntomas.
síntomas genitourinarios, gastrointestinales y musculoesqueléticos Para determinar la gravedad de los síntomas existen varias
(cuadro 24-4). El prolapso rara vez causa morbilidad grave o mor- herramientas que son útiles. Los cuestionarios más comunes son
talidad, pero puede reducir en gran medida la calidad de vida. Por el Pelvic Floor Distress Inventory (PFDI) y el Pelvic Floor Impact
lo tanto, la valoración inicial debe incluir los síntomas vinculados Questionnarie (PFIQ) (Barber, 2005b). En el PFDI se evalúan los
con el prolapso y su efecto en las actividades de la vida diaria. síntomas urinarios, colorrectales y de prolapso, mientras que en el
Es importante revisar con detalle los síntomas para establecer PFIQ se reconocen las consecuencias del prolapso sobre la calidad
si son secundarios al prolapso o a otras causas. Los síntomas de de la vida (véanse cuadros 24-5 y 24-6).
Síntomas urinarios
Incontinencia urinaria Insuficiencia de esfínter uretral
Polaquiuria Hiperactividad del detrusor
Urgencia urinaria Hipofunción del detrusor
Chorro de orina débil o prolongado Obstrucción del cuello vesical (p. ej., posoperatoria)
Vacilación Consumo excesivo de líquido
Sensación de vaciado incompleto Cistitis intersticial
Reducción manual del prolapso para iniciar o completar la micción Infección urinaria
Cambio de posición para iniciar o completar la micción
Síntomas intestinales
Incontinencia de flatos o heces líquidas/sólidas Interrupción o neuropatía del esfínter anal
Sensación de vaciamiento incompleto Trastorno diarreico
Mucho esfuerzo para defecar Prolapso rectal
Urgencia para defecar Síndrome de colon irritable
Estimulación digital para lograr la defecación completa Inercia rectal
Soporte de la vagina o periné para iniciar o completar la defecación Disinergia del piso pélvico
Sensación de bloqueo u obstrucción durante la defecación Hemorroides
Neoplasia anorrectal
Síntomas sexuales
Dispareunia Atrofia vaginal
Disminución de la lubricación Síndrome del elevador del ano
Disminución de sensibilidad Vulvodinia
Disminución de excitación u orgasmo Otro trastorno sexual femenino
Dolor
Dolor en la vagina, vejiga o recto Cistitis intersticial
Dolor pélvico Síndrome del elevador del ano
Dolor en la parte baja de la espalda Vulvodinia
Trastorno de disco intervertebral lumbar
Dolor musculoesquelético
Otras causas de dolor pélvico crónico (cuadro 11-2,
pág. 309)
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CUADRO 24-5. Forma corta: Cuestionario de efecto del piso pélvico de siete elementos (PFIQ-7)
Por favor, seleccione la mejor respuesta a cada pregunta.
Nombre_______________________________________
SECCIÓN 3
1. Capacidad para realizar tareas domésticas (cocinar, limpieza de la casa, lavado de ropa)?
__ Nada __ Poco __En forma moderada __ Mucho
2. Actividades recreativas físicas, como caminar, nadar o la práctica de otro ejercicio?
__ Nada __ Poco __En forma moderada __ Mucho
3. Actividades de entretenimiento (cine, iglesia)?
__ Nada __ Poco __En forma moderada __ Mucho
4. Capacidad para viajar en automóvil o autobús a más de 30 minutos de casa?
__ Nada __ Poco __En forma moderada __ Mucho
5. Participación en actividades sociales fuera de casa?
__ Nada __ Poco __En forma moderada __ Mucho
6. Salud emocional (nerviosismo, depresión)?
__ Nada __ Poco __En forma moderada __ Mucho
7. Sensación de frustración?
__ Nada __ Poco __En forma moderada __ Mucho
CUADRO 24-6. Forma corta: Inventario de sufrimiento del piso pélvico de 22 elementos (PFDI-22)a
POPDI-6
¿Por lo general, usted____________________?, y en tal caso, ¿cuánto le molesta?:
1. percibe presión en la parte baja del abdomen
2. experimenta pesadez o dolor sordo en el abdomen o área genital
3. tiene un abultamiento o “algo” que sale y usted puede ver o sentir en la región vaginal
4. tiene que hacer presión sobre la vagina o alrededor del recto para iniciar o completar la defecación
5. experimenta una sensación de vaciamiento vesical incompleto
6. tiene que empujar un bulto en la región vaginal con los dedos para iniciar o completar la micción
CRADI-8
¿_________________?, y de ser así, ¿cuánto le molesta?
1. ¿Por lo general siente que debe pujar demasiado para defecar?
2. ¿Por lo general siente que no vació del todo el intestino al terminar la defecación?
3. ¿Por lo general presenta salida de heces fuera de su control cuando la materia fecal está bien formada?
4. ¿Por lo general presenta salida de heces fuera de su control si la materia fecal es blanda o líquida?
5. ¿Por lo general presenta salida de flatos fuera de su control?
6. ¿Suele tener dolor durante la defecación?
7. ¿Suele presentar una sensación intensa de urgencia y debe apresurarse al baño para defecar?
8. ¿Alguna vez una parte de su intestino sale por el recto y sobresale durante o después de la defecación?
UDI-8
¿Suele presentar _________________?, si es así, ¿cuánto le molesta?
1. micción frecuente
2. escape de orina relacionado con la sensación de urgencia
3. salida de orina relacionada con la actividad, tos o estornudos
4. escape de orina cuando está sentada y se pone de pie
5. escape de pequeñas cantidades de orina (es decir, gotas)
6. dificultad para vaciar la vejiga
7. dolor o molestia en la parte inferior del abdomen o el área genital
8. dolor en la parte media del abdomen conforme la vejiga se llena
a
Para cada pregunta, la paciente llena el espacio con cada frase bajo la pregunta. Se utilizan las mismas respuestas de opción múltiple (nada, poco, en
forma moderada, mucho) del PFIQ-7 para el PFDI-22.
Tomado con autorización de Flynn, 2006.
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Prolapso de órganos pélvicos 643
El tratamiento es sintomático y, en ausencia de síntomas, el el dedo la pared vaginal posterior, el cuerpo perineal o la porción
prolapso no suele requerir tratamiento. No obstante, para aquellas distal del recto para evacuarlo (Barber, 2003; Burrows, 2004;
con molestias, el tratamiento comprende técnicas quirúrgicas y no Ellerkmann, 2001). Las técnicas quirúrgicas para resolver este pro-
CAPÍTULO 24
quirúrgicas. blema tienen un éxito variable y la resolución de los síntomas es de
36% (Kenton, 1999).
Síntomas de abultamiento El POP se acompaña en ocasiones de incontinencia anal de fla-
Las molestias que acompañan con más frecuencia al prolapso son la tos y evacuaciones líquidas o sólidas. Algunas veces, el prolapso ori-
sensación o percepción de un abultamiento vaginal o perineal y la gina atrapamiento de heces fecales en el tercio distal del recto con
sensación de presión pélvica. Algunas mujeres comentan que sien- filtración ulterior de evacuaciones líquidas alrededor de las heces
ten una “pelota” en la vagina, se sientan sobre un peso o perciben fecales retenidas. En estos casos se realiza una valoración anorrectal
un bulto que se fricciona con la ropa. Estos síntomas se acentúan completa (cap. 25, pág. 662). La mayor parte de los casos de incon-
al aumentar el prolapso (Ellerkmann, 2001). De manera específica, tinencia anal no mejora con la reparación quirúrgica del prolapso.
las mujeres con un prolapso que sobrepasa el himen son las que Sin embargo, cuando la valoración revela un defecto del esfínter
tienen más probabilidades de manifestar un abultamiento vaginal anal como causa de la incontinencia, se puede realizar una esfin-
y padecen más síntomas (Barber, 2005a; Bradley, 2005; Swift, teroplastia anal al mismo tiempo que la reparación del prolapso.
2000; Tan, 2005; Weber, 2001a). Cuando la molestia principal es
el abultamiento, la restitución del prolapso por medio de cirugía Disfunción sexual femenina
o alguna otra técnica no quirúrgica constituye el tratamiento más La disfunción sexual femenina se manifiesta por dispareunia, libido
adecuado. reducida, problemas con la excitación e incapacidad para llegar al
orgasmo. La causa es a menudo multifactorial y comprende facto-
Síntomas urinarios res psicosociales, atrofia urogenital, envejecimiento y disfunción
Las pacientes con POP tienen a menudo síntomas urinarios con- sexual masculina (cap. 13, pág. 377). En las mujeres con POP
currentes, entre ellos incontinencia urinaria de esfuerzo (SUI), se observa con frecuencia disfunción sexual. Sin embargo, los
incontinencia urinaria de urgencia, polaquiuria, urgencia, reten- hallazgos de los estudios en los que se valora la función sexual
ción urinaria, infección urinaria recurrente o micción disfuncio- en las mujeres con prolapso son inconsistentes. En un estudio se
nal. Aunque estos síntomas pueden originarse o exacerbarse por utilizó un cuestionario sobre la función sexual para comparar la
el prolapso, no debe asumirse que la corrección quirúrgica o no frecuencia del coito, libido, dispareunia, función orgásmica y rese-
quirúrgica del prolapso será curativa. Por ejemplo, los síntomas de quedad vaginal en las mujeres con y sin prolapso (Weber, 1995).
irritación vesical (polaquiuria, urgencia e incontinencia urinaria No se reconocieron diferencias en ambos grupos. En otro estudio
de urgencia) no siempre mejoran con la reducción del prolapso y transversal de 301 mujeres que buscaron atención ginecológica, los
algunas veces incluso se agravan después del tratamiento quirúr- síntomas del piso pélvico se acompañaban de dispareunia, menor
gico. Además, es posible que no se relacionen con el prolapso y excitación y orgasmo infrecuente (Handa, 2008). Además, la dis-
requieran un tratamiento alternativo. función sexual era peor en las mujeres con prolapso sintomático
Se ha observado que la retención urinaria mejora con el trata- que en las que tenían un prolapso asintomático.
miento del prolapso si el síntoma se debe a la obstrucción uretral Por lo tanto, en las pacientes con un abultamiento obstruc-
(FitzGerald, 2000). tivo como causa de la disfunción sexual, el tratamiento destinado
Por estas razones, la prueba urodinámica es un método auxiliar a reducir el prolapso también mejora su función sexual. Por des-
útil en mujeres con síntomas urinarios que se someten a trata- gracia, se cree que ciertos procedimientos para el prolapso, como
miento de prolapso (cap. 23, pág. 621). Esta prueba busca iden- la reparación posterior con plegamiento del elevador, contribuyen
tificar la relación entre los síntomas urinarios y el POP, y ayuda a a la dispareunia posoperatoria. En consecuencia, debe tenerse cui-
guiar el tratamiento. Además, también puede considerarse la colo- dado de planear los procedimientos quirúrgicos apropiados para las
cación temporal de un pesario antes de la operación para confirmar mujeres con disfunción sexual concomitante.
si los síntomas urinarios mejoran, lo que predice si la reducción
quirúrgica del prolapso será beneficiosa. Dolor pélvico y de espalda
Muchas pacientes con prolapso de órganos pélvicos se quejan de
Síntomas gastrointestinales dolor en las regiones pélvica y lumbosacra, pero hay poca evidencia
Muchas veces, las mujeres con prolapso de órgano pélvico tienen que sugiera una relación directa. Un estudio transversal de 152
estreñimiento, si bien casi nunca secundario al POP. Por consi- pacientes consecutivas con POP no encontró un vínculo entre el
guiente, la reducción del prolapso, ya sea por reparación quirúrgica dolor pélvico o lumbosacro y el prolapso después de controlar la
o con un pesario, no suele curar el estreñimiento y, en realidad, edad e intervenciones quirúrgicas previas (Heit, 2002). Swift et al.
puede agravarlo. En un estudio de reparación posterior enfocado (2003) hallaron que el dolor lumbosacro y el pélvico eran frecuen-
en el defecto, el estreñimiento se resolvió después de la operación tes entre 477 mujeres que se presentaron para examen ginecoló-
sólo en 43% de las pacientes (Kenton, 1999). Por lo tanto, si el gico anual sistemático y no tenía nexo con el prolapso de órganos
principal síntoma de una paciente es el estreñimiento, tal vez no pélvicos.
esté indicado el tratamiento del prolapso. El estreñimiento debe Algunos especialistas sugieren que el dolor lumbosacro en una
considerarse un problema distinto al prolapso y se estudia por sepa- paciente con prolapso podría ser resultado de la alteración de la
rado (cap. 25, pág. 669). mecánica corporal. No obstante, si el dolor es un síntoma de con-
El síntoma más frecuente durante la defecación en el prolapso sideración, deben buscarse otros orígenes (cap. 11, pág. 309). En
de la pared vaginal posterior es la necesidad de descomprimir con ausencia de alguna causa identificable, muchas veces es beneficiosa
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644 Medicina y cirugía reconstructiva de la pelvis femenina
la colocación temporal de un pesario para establecer si la reducción Los trastornos sistémicos, como las enfermedades cardiovasculares,
del prolapso mejora los síntomas dolorosos. La referencia con un pulmonares, renales o endocrinas pueden influir en las opciones
fisioterapeuta también puede precisar alguna relación entre el pro- terapéuticas y deben identificarse pronto.
lapso, la alteración de la mecánica corporal y el dolor.
SECCIÓN 3
Exploración perineal
Mujeres asintomáticas La exploración pélvica inicial se realiza con la paciente en posición
Muchas mujeres con prolapso de grados regular a avanzado no de litotomía. Se examinan la vulva y el perineo en busca de signos
tienen síntomas molestos. Puesto que se desconoce la evolución de atrofia vulvar o vaginal, lesiones u otras anomalías. El examen
natural del prolapso, es difícil predecir si éste se agravará o si apare- neurológico de los reflejos sacros se efectúa con un aplicador con
cerán síntomas. En tal situación, deben equilibrarse los beneficios punta de algodón. Primero se induce el reflejo bulbocavernoso con
y los riesgos del tratamiento. Por lo tanto, en ausencia de otros un ligero golpe o frotamiento lateral al clítoris mientras se observa
factores, casi nunca se elige el tratamiento cruento para las muje- la contracción bilateral del músculo bulbocavernoso. Luego se
res asintomáticas. Puede ofrecerse rehabilitación muscular del piso valora la inervación anal mediante el frotamiento lateral al ano,
pélvico a la paciente que busca prevenir la progresión del prolapso, con observación de la contracción refleja del ano, lo que se conoce
pero no hay datos que apoyen la eficacia de esta práctica (Adams, como el reflejo del guiño anal. La presencia de estos reflejos sugiere
2004; Hagen, 2004). que las vías sacras son normales, aunque pueden estar ausentes en
mujeres sin alteraciones neurológicas debido a pruebas negativas
Comparación de los síntomas con el grado falsas.
y la localización del prolapso La exploración del prolapso de órgano pélvico comienza cuando
Aunque el POP se ha vinculado con distintos tipos de síntomas, se pide a la mujer que realice la maniobra de Valsalva antes de
la presencia y gravedad de éstos no se correlacionan con las etapas colocar el espejo vaginal (fig. 24-9). A las pacientes incapaces de
progresivas del prolapso. Además, muchas manifestaciones fre- efectuar la maniobra de Valsalva se les pide que tosan. Este acceso
cuentes no tienen diferencias entre los compartimientos. Varios “sin manos” muestra con más exactitud la anatomía real. Durante
estudios mostraron un valor predictivo bajo entre los síntomas, su el examen con espejo, las estructuras se elevan, se sostienen o des-
intensidad y el grado de prolapso en un compartimiento vaginal plazan de manera artificial. Un hecho importante es que esta valo-
específico (Ellerkmann, 2001; Jelovsek, 2005; Kahn, 2005; Weber, ración ayuda a responder tres preguntas: 1) ¿la protrusión rebasa el
1998). En consecuencia, cuando se planea el tratamiento quirúr- himen?, 2) ¿cuál es la parte de la presentación del prolapso (ante-
gico o no quirúrgico, deben establecerse expectativas realistas con rior, posterior o apical)?, 3) ¿el hiato genital se amplía de manera
respecto al alivio sintomático. Hay que informar a la paciente de considerable con la elevación de la presión intraabdominal?
que no puede predecirse la mejoría de algunos síntomas. Durante la exploración, el médico debe verificar que se observa
la extensión completa del prolapso. Debe pedirse a la mujer que
describa de manera específica la magnitud del prolapso durante las
■ Exploración física actividades de la vida real. Este grado puede explicarse en centíme-
La exploración física comienza con una valoración completa de los tros. Una alternativa consiste en colocar un espejo en el perineo
sistemas corporales para identificar alteraciones fuera de la pelvis. para obtener la confirmación visual de la paciente.
A B C
FIGURA 24-9. Fotografías del prolapso de la pared vaginal. A. Etapa 2. Esta etapa se define porque el borde más distal del prolapso se encuentra a
menos de 1 cm del anillo del himen. B. Etapa 3. Esta etapa se define porque la porción más distal del prolapso está a >1 cm por debajo del plano
del himen, pero no sobresale más de 2 cm menos de la longitud vaginal total en centímetros. C. Etapa 4. Esta etapa se define como la eversión
completa o casi completa de la pared vaginal.
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Prolapso de órganos pélvicos 645
CAPÍTULO 24
A B
FIGURA 24-10. Fotografía que muestra la medición clínica del hiato genital (Gh) y el cuerpo perineal (Pb). A. Para la valoración POP-Q se usa una
barra de esponja marcada a intervalos de 1, 2, 3, 4, 5, 7.5 y 10 cm. La medición se efectúa mientras la paciente realiza la maniobra máxima de
Valsalva. B. Medición del cuerpo perineal.
Exploración vaginal
Si se efectúa la valoración de POP-Q, se miden el hiato genital
(Gh) y el cuerpo perineal durante la maniobra de Valsalva (fig.
24-10). A continuación se mide la longitud vaginal total mediante
la colocación de una pinza de anillos graduada en el vértice vaginal
para conocer la distancia hasta el himen. Después se introduce un
espejo bivalvo hasta el vértice vaginal. Con esto se desplazan las
paredes vaginales anterior y posterior, y así pueden medirse los
puntos C y D. El espejo se retira con lentitud para valorar el des-
censo del vértice.
Luego se utiliza un espejo dividido (espejo bivalvo sin la hoja
superior) para desplazar la pared vaginal posterior y permitir la
visualización de la pared vaginal anterior, así como la medición de
los puntos Aa y Ba (fig. 24-11). Se hacen intentos para identificar
la naturaleza del defecto en la pared vaginal anterior. La presen- FIGURA 24-11. Fotografía que muestra un espejo dividido que des-
cia de surcos vaginales laterales con pliegues vaginales sugiere un plaza la pared vaginal posterior. Esto permite medir los puntos Aa y Ba.
Aa siempre se define como un punto aislado que está 3 cm proximal al
defecto paravaginal, es decir, pérdida de soporte lateral (fig. 24-12). meato uretral y se mide en relación con el himen. Durante la medición
El abultamiento central con pérdida de arrugas vaginales se conoce debe evitarse la tracción hacia abajo, ya que esto produce el descenso
como defecto medial o central (fig. 24-7). Si parece que la pérdida de la pared vaginal anterior.
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646 Medicina y cirugía reconstructiva de la pelvis femenina
SECCIÓN 3
A B
FIGURA 24-12. A. Fotografía que muestra el soporte lateral normal, que se reconoce por la posición normal de los surcos vaginales. B. Fotografía
que revela pérdida completa del soporte lateral, indicada por la ausencia de surcos laterales.
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Prolapso de órganos pélvicos 647
CAPÍTULO 24
FIGURA 24-16. Representación que muestra la valoración de la mus-
FIGURA 24-14. Fotografía en la que un espejo dividido desplaza la culatura del piso pélvico. El dedo índice se coloca 2 a 3 cm por dentro
pared vaginal anterior. Esto permite medir los puntos Ap y Bp. Ap del himen en la posición de las 4:00 y las 8:00 según las manecillas
siempre se define como un punto aislado 3 cm proximal al himen. del reloj. Se valoran el tono de reposo, así como el tono y fuerza de
contracción. (Cortesía de Marie Sena.)
Se cree que el prolapso apical es la causa de la mayor parte y posterior, se considera que el defecto principal se ubica en la
del descenso de las paredes anterior y posterior. Por lo tanto, la cúpula.
relación entre el vértice y estas estructuras se considera con mucho Se realiza el examen bimanual para identificar otras alteraciones
cuidado. La cúpula se coloca de nueva cuenta en su posición nor- pélvicas. Además, los autores recomiendan la valoración de la mus-
mal. Cuando esta maniobra logra restablecer el soporte anterior culatura del piso pélvico (fig. 11-6, pág. 314). Esta exploración es
indispensable si se considera la rehabilitación del piso pélvico como
tratamiento. Durante la valoración se coloca el dedo índice 1 a
3 cm por dentro del himen, en la posición de las 4:00 y luego de
las 8:00 según las manecillas del reloj (fig. 24-16). Se valora el
tono en reposo y la fuerza musculares con la escala de graduación
de Oxford de 0 a 5. El número 5 representa un tono fuerte y fuerza
adecuada (Laycock, 2002). También se valora la simetría muscu-
lar. Los músculos asimétricos se relacionan algunas veces con el
antecedente de parto con fórceps, episiotomía o laceración.
TRATAMIENTO
Para las mujeres asintomáticas o con síntomas leves es adecuado el
tratamiento expectante. No obstante, para aquellas con prolapso
significativo o con síntomas molestos puede elegirse un tratamiento
quirúrgico o no quirúrgico. La decisión con respecto al tratamien-
to depende del tipo y gravedad de los síntomas, la edad y enfer-
medades concomitantes, el deseo de actividad sexual o embarazo
a futuro y los riesgos de recurrencia. El tratamiento debe buscar el
alivio sintomático, pero los beneficios terapéuticos siempre deben
ser mayores que los riesgos.
A menudo puede elegirse una combinación de medidas quirúr-
gica y no quirúrgica. Los síntomas deben ordenarse de acuerdo con
su intensidad y molestia, y deben revisarse las opciones para cada
uno. Hay que incluir una valoración basada en la evidencia del
índice de éxito de cada alternativa. En el más sencillo de los casos,
a una paciente con prolapso del vértice vaginal más allá del himen,
FIGURA 24-15. Fotografía de enterocele. Durante la valoración pudo cuyo único síntoma es el abultamiento o sensación de presión pél-
observarse la peristalsis del intestino delgado detrás de la pared vagi-
nal. El enterocele se encuentra más a menudo en el vértice vaginal, vica, se le puede ofrecer un pesario o tratamiento quirúrgico. En un
aunque puede haber enteroceles de la pared vaginal anterior y pos- caso más complicado, es probable que una paciente con prolapso
terior. más allá del anillo del himen perciba un abultamiento, estreñi-
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648 Medicina y cirugía reconstructiva de la pelvis femenina
B
TRATAMIENTO NO QUIRÚRGICO
E
■ Uso del pesario en el prolapso
de órganos pélvicos
Los pesarios son el tratamiento no quirúrgico estándar para el
POP. A lo largo de la historia se han descrito varios dispositivos A
y materiales vaginales para el prolapso, entre ellos tela, madera, I
cera, metal, marfil, hueso, esponja y corcho. Los pesarios actuales
casi siempre están elaborados de silicona o plástico, son seguros y F
sencillos de manejar. A pesar de una historia prolongada de uso,
la bibliografía que describe las indicaciones, selección y manejo a
menudo es inconsistente o anecdótica.
H
G
Indicaciones de uso
El prolapso de órgano pélvico es la indicación más frecuente para
el pesario vaginal. Por lo general, los pesarios se reservan para mu- FIGURA 24-17. Fotografía que muestra los diferentes tipos de pesa-
jeres que no son elegibles para intervención quirúrgica o no rios. A. Pesario cúbico. B. Pesario de Gehrung. C. Pesario de Hodge
desean someterse a ella. Una encuesta realizada en miembros de con botón. D. Pesario de Regula. E. Pesario de Gellhorn. F. Pesario
la American Urogynecologic Society confirmó esta idea entre los de Shaatz. G. Pesario de disco para incontinencia. H. Pesario anular.
I. Pesario en rosca. (Reproducida con autorización de CooperSurgical,
ginecólogos con más de 20 años de práctica (Cundiff, 2000). Sin Inc., Trumbull, CT.)
embargo, la misma encuesta mostró que los ginecólogos más jóve-
nes, en especial aquellos que se describen a sí mismos como uro-
ginecólogos, usaron pesarios como tratamiento de primera línea
antes de recomendar la intervención quirúrgica. Las mujeres que superior de la vagina con el resorte, el cual se apoya en la sínfisis
se han sometido al menos a un intento de tratamiento quirúrgico púbica. Los pesarios anulares pueden construirse como un simple
sin alivio eligen con frecuencia un pesario en lugar de una nueva anillo circular o como un anillo con soporte que parece un dia-
operación. fragma anticonceptivo grande (fig. 24-18). Son eficaces en muje-
Los pesarios también ayudan a algunas mujeres con prolapso res con prolapso de primer y segundo grados, y el diafragma del
e incontinencia concomitante. En un estudio clínico transversal, anillo de soporte es muy útil en pacientes con prolapso coexistente
aleatorizado y multicéntrico se compararon dos tipos de pesarios de la pared vaginal anterior. Cuando se ajusta en forma correcta, el
para aliviar los síntomas del prolapso y las molestias urinarias. dispositivo debe descansar detrás de la sínfisis púbica por delante y
En este estudio se demostró que los pesarios mejoran en cierto detrás del cuello uterino en la parte posterior.
grado los síntomas urinarios obstructivos, irritantes y de esfuerzo Por el contrario, los pesarios que llenan espacio mantienen su
(Schaffer, 2006) (cap. 23, pág. 625). posición al producir succión entre el pesario y las paredes vaginales
Los pesarios pueden usarse como método diagnóstico. Como (cubo), al crear un diámetro mayor que el del hiato genital (dona)
se explicó antes, es probable que los síntomas no se relacionen o por ambos mecanismos (Gellhorn). El pesario de Gellhorn se
con el tipo o gravedad del prolapso. El empleo del pesario a corto usa a menudo para el prolapso moderado a grave, así como para la
plazo puede ser útil en este proceso. Incluso si la paciente declina procidencia completa. Tiene un disco cóncavo que se ajusta contra
el uso del pesario a largo plazo, tal vez podría aceptar una prueba el cuello uterino o cúpula vaginal y posee una rama que se coloca
corta para determinar si la molestia principal mejora o se resuelve. justo por arriba del introito. El disco cóncavo sostiene el vértice
También puede colocarse un pesario como prueba terapéutica para vaginal mediante succión y la rama es útil para retirar el disposi-
identificar a las mujeres que tienen riesgo de incontinencia urinaria tivo. De todos los pesarios, los dos más comunes y mejor estudia-
después de la operación para corregir el prolapso (Chaikin, 2000; dos son el pesario anular y el de Gellhorn.
Liang, 2004).
Valoración de la paciente
Tipos de pesarios y colocación del pesario
Existen dos categorías amplias de pesarios: los pesarios de soporte y La paciente debe participar en forma activa en la decisión tera-
los que llenan espacio (fig. 24-17). Los pesarios de soporte, como péutica para usar un pesario. El éxito depende de su capacidad
el pesario anular, utilizan un mecanismo de resorte que descansa para cuidar el pesario, ya sea sola o con la ayuda de la persona
en el fondo de saco posterior y contra la cara posterior de la sínfisis que la cuida, así como de su disposición y capacidad para acudir
del pubis. El soporte vaginal se obtiene con la elevación de la parte a las valoraciones subsiguientes. La atrofia vaginal debe tratarse
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Prolapso de órganos pélvicos 649
CAPÍTULO 24
ciones que describen la solución de los problemas más frecuentes
(cuadro 24-7). Después se la cita cada una a dos semanas. Cuando
una paciente se siente cómoda con su pesario, las citas se realizan
cada seis meses. En las que no pueden o no desean extraerlo y
colocarlo ellas mismas, el médico extrae el pesario e inspecciona la
vagina cada dos o tres meses. Si las consultas se retrasan más puede
haber problemas de secreción y mal olor.
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650 Medicina y cirugía reconstructiva de la pelvis femenina
SECCIÓN 3
A B
C D
FIGURA 24-19. Fotografías que muestran la técnica para la colocación y retiro del pesario de Gellhorn. Las figuras A, B y C muestran la colocación.
D. Para retirar el pesario de Gellhorn, se coloca un dedo índice detrás del disco y se rompe la succión antes de retirarlo.
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Prolapso de órganos pélvicos 651
CAPÍTULO 24
1. Después del ajuste exitoso inicial del pesario, se le pedirá que regrese a una visita de seguimiento
unas dos semanas después. Los objetivos de esta visita son revisar el pesario y examinar la vagina para
asegurar que está sana. Las visitas de seguimiento tendrán este esquema:
1er año: cada 3-6 meses
2o. año y después: cada 6 meses
Usted puede aprender a cuidar el pesario por sí misma. Para las pacientes que pueden retirar e insertar el
pesario por sí mismas, recomendamos el retiro por una noche cada semana, con limpieza del pesario con
agua tibia y jabón. Estas pacientes deben visitar al médico al menos una vez al año.
2. La siguiente es una lista de problemas que pueden surgir con el pesario y nuestras recomendaciones para
su manejo.
Problema Manejo
A. El pesario se sale Conservar el pesario y avisar al consultorio de su médico. Se
programará una cita. Tal vez sea necesario un cambio de
tamaño o tipo de pesario.
B. Presenta dolor pélvico Avise a su médico. Si el pesario se deslizó y usted puede
retirarlo, hágalo. De lo contrario, pida a su médico que lo
retire. Tal vez sea necesario cambiar el tamaño o tipo de
pesario.
C. Secreción y olor vaginal Puede aplicar una ducha con agua tibia, tal vez quiera usar
también el gel vaginal con oxiquinolona una a tres veces
por semana.
D. Hemorragia vaginal La hemorragia vaginal puede ser un signo de que el pesario
irrita el recubrimiento de la vagina. Llame a su médico y
programe una cita.
E. Escape de orina Algunas veces, el soporte que proporciona el pesario puede
causar fugas de orina. Avise a su médico y revise con él
este problema.
El gel con oxiquinolona ayuda a restaurar y mantener la acidez vaginal normal, lo que contribuye a reducir las bacterias
causantes del olor.
Con autorización de Farrell, 1997.
leves que están interesadas en prevenir la progresión y que rechazan pareja sobre sus relaciones sexuales futuras. Es posible ocultar una
otros tratamientos. incontinencia urinaria de esfuerzo latente con la colpocleisis por la
tracción de la uretra en sentido inferior. Sin embargo, la morbili-
dad de una técnica contra la incontinencia casi siempre supera el
TRATAMIENTO QUIRÚRGICO riesgo potencial de incontinencia y se debe tomar en consideración
antes de indicar operaciones a la mujer que ya tiene otros proble-
■ Procedimientos oclusivos mas médicos.
Los dos procedimientos quirúrgicos para el prolapso son el oclusivo
y el reconstructivo. Las opciones oclusivas incluyen la colpocleisis
de Lefort y la colpocleisis completa (Secciones 43-24, pág. 1246, y ■ Procedimientos reconstructivos
43-25, pág. 1250). Estos procedimientos implican la eliminación La finalidad de estas intervenciones es restablecer la anatomía pél-
amplia del epitelio vaginal, unión de las paredes vaginales anterior vica y se realizan con más frecuencia para el POP que los proce-
y posterior con material de sutura, cierre de la cúpula vaginal y cie- dimientos oclusivos. Se utilizan las técnicas vaginal, abdominal,
rre de la vagina. Los procedimientos oclusivos sólo son apropiados laparoscópica y robótica y la selección se individualiza. No obs-
para pacientes ancianas o con enfermedades concomitantes y que tante, en Estados Unidos, la mayoría prefiere utilizar la técnica
ya no desean la actividad sexual. vaginal para reparar el prolapso (Boyles, 2003; Brown, 2002;
Los procedimientos oclusivos son más fáciles, requieren menos Brubaker, 2005b; Olsen, 1997).
tiempo quirúrgico y ofrecen mayores índices de éxito que los La decisión de proceder con una técnica vaginal, abdominal o de
reconstructivos. Los índices de éxito para la colpocleisis varían mínima invasión depende de factores múltiples que comprenden
entre 91 y 100%, aunque la calidad de los estudios basados en las características singulares de cada paciente y la experiencia del
evidencia que respaldan estas cifras es mala (FitzGerald, 2006). cirujano. La técnica abdominal ofrece ciertas ventajas en determi-
Menos de 10% de las pacientes expresa arrepentimiento por la nados casos (Benson, 1996; Maher, 2004a,b). Éstos comprenden a
colpocleisis, muchas veces por pérdida de la capacidad para el coito las mujeres con fracaso previo de una técnica vaginal, las que tienen
(FitzGerald, 2006; Wheeler, 2005). Por consiguiente, el consenti- una vagina corta o cuando se considera que tienen un riesgo ele-
miento incluye una plática honesta y reflexiva con la paciente y su vado de recurrencia, como sucede en una mujer joven con prolapso
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652 Medicina y cirugía reconstructiva de la pelvis femenina
Compartimiento anterior
Se han descrito muchos procedimientos para reparar el prolapso
de la pared vaginal anterior. Hasta ahora, la colporrafia anterior
ha sido la operación más frecuente, pero los índices de éxito a
largo plazo son bajos. En un estudio con asignación al azar de tres
técnicas de colporrafia anterior (plegamiento medial tradicional,
reparación unilateral y plegamiento tradicional más reforzamiento
lateral con malla sintética), Weber et al. (2001b) encontraron un
bajo índice de éxito anatómico. Sólo se obtuvieron resultados ana-
tómicos satisfactorios en 30% de los casos en el grupo sometido
al método tradicional, 46% del grupo ultralateral y 42% en las
pacientes a las que se les ofreció el método tradicional con aplica-
ción de malla. Estas diferencias no tuvieron relevancia estadística.
Aunque aún se realiza con frecuencia, los bajos índices de éxito
anatómico con la colporrafia anterior tradicional condujeron a la
revaloración de los conceptos para la reparación y al desarrollo de
otros procedimientos.
A pesar de estas limitaciones, si se sospecha un defecto central o
medial, puede realizarse la colporrafia anterior (Sección 43-13, pág.
1214). También puede usarse malla o material biológico, ya sean
FIGURA 24-20. Fotografía que muestra tejido de granulación (llaves) solos o junto con la colporrafia anterior. La malla se usa para refor-
en las paredes vaginales anterior y posterior debido al traumatismo
del pesario. zar la pared vaginal y se fija con material de sutura a los lados. Sin
embargo, aún no están bien estudiados el uso de malla y los equi-
pos de malla para el prolapso de la pared vaginal anterior y deben
considerarse experimentales (American College of Obstetricians and
grave. Por el contrario, la técnica vaginal ofrece un tiempo quirúr- Gynecologists, 2007). Si bien los estudios más recientes demuestran
gico menor y el restablecimiento pronto de las actividades diarias. que el éxito anatómico es mejor cuando se utiliza la malla para
reparar la pared anterior, el riesgo es considerable. Éste comprende
Laparoscopia y cirugía robótica erosión de la malla, dolor y dispareunia, que se describen más ade-
Cada vez se practican más las técnicas laparoscópicas y robóticas lante en la página 654 (Sung, 2008).
para reparar el prolapso. Estos procedimientos comprenden a la En muchos casos, el prolapso de la pared vaginal anterior se
sacrocolpopexia, suspensión de la cúpula vaginal y el ligamento debe a defectos fibromusculares en el segmento apical anterior o
uterosacro, reparación paravaginal y reparación del rectocele. Sin al desprendimiento transversal entre dicho segmento y el vértice
embargo, los estudios sobre los resultados de la reconstrucción pél- vaginal. En estas situaciones, un procedimiento de suspensión api-
vica laparoscópica se limitan en esencia a series de casos (Higgs, cal, como la sacrocolpopexia abdominal o la suspensión de cúpula
2005). Es difícil comparar las técnicas laparoscópica y abierta sin vaginal con el ligamento uterosacro, suspende la pared vaginal
estudios clínicos aleatorizados. No obstante, los cirujanos con una anterior al vértice y reduce el prolapso de la pared anterior. Con
gran habilidad laparoscópica que pueden realizar la misma ciru- estos procedimientos, también se restablece la continuidad entre
gía por vía laparoscópica deben tener resultados equivalentes. En las capas fibromusculares vaginales anterior y posterior para preve-
la actualidad se prefiere recurrir a la sacrocolpopexia laparoscó- nir la formación de un enterocele.
pica robótica en los hospitales con el sistema quirúrgico da Vinci Si se sospecha un defecto lateral, una buena alternativa es la
(Sección 42-1, pág. 1107). Sin embargo, los estudios clínicos alea- reparación paravaginal por vía vaginal, abdominal o laparoscópica
torizados demuestran que la técnica robótica no es hoy día equi- (Sección 43-14, pág. 1217). La reparación paravaginal se realiza
valente ni superior. con la reinserción de la capa fibromuscular de la pared vaginal al
arco tendinoso de la fascia pélvica.
Plan quirúrgico
El tratamiento reconstructivo del prolapso incluye a menudo una Vértice vaginal
combinación de procedimientos en varios compartimientos vagi- Cada vez se advierte más que el soporte del vértice vaginal es la base
nales. Sin embargo, la decisión sobre cuáles compartimientos repa- de la reparación exitosa del prolapso. Algunos expertos creen que la
rar no siempre es sencilla. Antes se prefería una conducta enfocada reparación quirúrgica aislada de las paredes anterior y posterior está
en el defecto. Con esta técnica, se creía que debían valorarse y condenada al fracaso si el vértice no se sostiene en forma adecuada
repararse todos los defectos actuales, latentes o potenciales com- (Brubaker, 2005a).
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Prolapso de órganos pélvicos 653
El vértice vaginal puede resuspenderse con varios procedi- Histerectomía al momento de reparar el prolapso
mientos, incluida la sacrocolpopexia abdominal, fijación con liga- En Estados Unidos se practica a menudo histerectomía al mismo
mento sacroespinoso o suspensión de la cúpula vaginal con el li- tiempo que la corrección de prolapso. Por el contrario, en muchos
CAPÍTULO 24
gamento uterosacro. países europeos rara vez se realiza durante la reconstrucción del
piso pélvico. Aunque existen argumentos para ambas medidas,
Sacrocolpopexia abdominal. Esta operación suspende la cúpu- no se ha efectuado una comparación en estudios prospectivos con
la vaginal del sacro mediante malla sintética. Las principales venta- asignación al azar.
jas incluyen la durabilidad y la conservación de la anatomía vaginal Si existe prolapso apical o uterino, la histerectomía permite la
normal. Comparada con otros procedimientos para suspender la suspensión del vértice vaginal con los procedimientos descritos
cúpula, la sacrocolpopexia ofrece mayor movilidad del vértice vagi- antes para tal fin. Si no se practica la histerectomía en presencia de
nal y evita el acortamiento de la vagina. Además, la sacrocolpopexia prolapso apical, estos procedimientos deben modificarse o aplicar
produce una corrección duradera del prolapso apical, con índices técnicas de suspensión uterina (no descritas en este texto). Otra
de éxito a largo plazo cercanos a 90%. Esta técnica puede usarse situación es que, si no existe prolapso apical o cervicouterino, no es
en forma primaria o como intervención quirúrgica secundaria en necesario incorporar la histerectomía a la reparación del prolapso.
mujeres con recurrencia después del fracaso de otras reparaciones
del prolapso. La sacrocolpopexia se lleva a cabo por medio de una Compartimiento posterior
técnica abdominal, laparoscópica o robótica (Sección 43-17, pág. Reparación de enterocele. El prolapso de la pared vaginal pos-
1225). Cuando se realiza una histerectomía al mismo tiempo que terior puede ser resultado de enterocele o rectocele. El enterocele
una sacrocolpopexia es importante considerar una histerectomía se define como la hernia del intestino delgado a través de la capa
supracervical en lugar de abdominal total. Si el cuello uterino se fibromuscular vaginal, casi siempre en el vértice vaginal. La pér-
deja en su lugar, el riesgo de erosión posoperatoria de la malla en dida de la continuidad de las capas fibromusculares de la pared
la cúpula vaginal disminuye. La causa es la menor exposición de la vaginal anterior y posterior da origen a la hernia. Por consiguiente,
malla a las bacterias vaginales respecto de cuando se abre la vagina el objetivo de las reparaciones de enterocele es reinsertar las capas
en una histerectomía abdominal total. Además, el tejido conjun- fibromusculares. Si el prolapso de la pared posterior se debe a un
tivo firme del cuello uterino ofrece un sitio adicional para amarrar enterocele, la reparación de este defecto debe reducir el prolapso
la malla permanente. de la pared posterior.
Fijación del ligamento sacroespinoso. Este es uno de los Reparación de rectocele. El prolapso de la pared vaginal poste-
procedimientos más comunes para la suspensión apical. El vértice rior secundario a rectocele se repara con alguna de varias técnicas. La
vaginal se suspende del ligamento sacroespinoso de uno o ambos colporrafia posterior común pretende reconstruir la capa fibro-
lados a través de un acceso vaginal extraperitoneal. Después de esta muscular entre el recto y la vagina a través de un plegamiento fi-
forma de fijación, es infrecuente el prolapso apical recurrente, aun- bromuscular medial (Sección 43-15, pág. 1219). El índice de cura-
que en 6 a 28% de las pacientes se desarrolla prolapso de la pared ción anatómica es de 76 a 96% y la mayoría de los estudios refiere
vaginal anterior después de la operación (Benson, 1996; Morley, índice de mejoría superior a 75% en los síntomas por el abulta-
1988; Paraiso, 1996). Las complicaciones relacionadas con la fija- miento (Cundiff, 2004). Para estrechar el hiato genital y prevenir
ción del ligamento sacroespinoso (SSLF) incluyen dolor glúteo por la recurrencia, algunos cirujanos pliegan los músculos elevadores
compromiso del nervio con la ligadura de soporte en 3% de las del ano al mismo tiempo de la reparación posterior. Sin embargo,
pacientes y lesión vascular en 1% (Sze, 1997a,b). Aunque es infre- es probable que esta práctica propicie índices de dispareunia de
cuente, puede haber hemorragia considerable que pone en riesgo 12 a 27% (Kahn, 1997; Mellegren, 1995; Weber, 2000). Por lo
la vida por lesión de los vasos sanguíneos situados detrás del liga- tanto, es mejor evitarla en mujeres con actividad sexual.
mento sacroespinoso (fig. 38-6, pág. 923).
Reparación posterior de sitio específico. Richardson des-
cribió por primera vez este método terapéutico para el prolapso
Suspensión de la cúpula vaginal con el ligamento utero-
de la pared vaginal posterior en 1993. Esta reparación se basa en
sacro. Con este procedimiento, el vértice vaginal se une con los
la presuposición de que existen desgarros específicos en la capa
remanentes del ligamento uterosacro al nivel de las espinas ciáticas
fibromuscular que pueden identificarse y repararse en forma ais-
o más alto (Secciones 43-19 y 43-20, págs. 1234 y 1236). La sus-
lada (Sección 43-15, pág. 1219). Los defectos pueden ser mediales,
pensión de la cúpula vaginal con el ligamento uterosacro se realiza
laterales, distales o superiores (fig. 24-21). Esta conducta tiene un
por vía vaginal o abdominal y se cree que repone el vértice de la
concepto análogo a la reparación de hernias aponeuróticas, en la
vagina en una posición más anatómica que la SSLF, la cual desvía
que se identifica y repara el desgarro en la aponeurosis. Por consi-
la vagina hacia atrás (Barber, 2000; Maher, 2004b; Shull, 2000).
guiente, su ventaja teórica radica en la restauración de la anatomía
Muchos cirujanos han adoptado este procedimiento en Estados
normal y no en el plegamiento de tejido en la línea media.
Unidos como intento para reducir los índices de prolapso recu- La reparación de sitio específico ha obtenido gran aceptación,
rrente de la pared vaginal anterior luego de la SSLF (Shull, 2000). pero los índices de curación anatómica varían entre 56 y 100%,
Aunque la suspensión de la cúpula vaginal con el ligamento ute- similares a los de la colporrafia posterior tradicional (Muir, 2007).
rosacro ha ganado mucha aceptación, los estudios que apoyan Además, se desconocen los resultados anatómicos y funcionales a
su empleo se limitan a series retrospectivas de casos (Amundsen, largo plazo.
2003; Karram, 2001; Silva, 2006). En estos estudios y en otros, los
índices de recurrencia del prolapso vaginal anterior varían entre 1 Reforzamiento con malla. En un esfuerzo para reducir la
y 7%, con una ocurrencia de 4 a 18%. recurrencia del prolapso, se ha usado el aumento del injerto con
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654 Medicina y cirugía reconstructiva de la pelvis femenina
Perineo
SECCIÓN 3
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Prolapso de órganos pélvicos 655
CAPÍTULO 24
angiogénesis y fibras de colágena)
GyneMesh, Atrium, Marlex, Prolene
Etapa II: Microporo. Tamaño <10 μm al menos en una dimensión
Gore-Tex
Etapa III: Parche de macroporo con multifilamentos o un componente de microporo
Teflon, Mersilene, Surgipro, Mycro Mesh
Etapa IV: Submicrónico. Tamaño del poro <1 μm. A menudo se usa junto con malla tipo I para prevenir la adherencia intraperitoneal
Silastic, Cellgard, Preclude
mente graves de la malla quirúrgica para la reparación transvagi- tinta a la paciente, incluyen aponeurosis o dermis cadavéricas. Los
nal del POP. Estas complicaciones incluyen erosión de la malla, xenoinjertos son tejidos biológicos obtenidos de una especie animal
cicatrización, dolor y dispareunia. Además, algunas veces la malla diferente, como dermis porcina, submucosa de intestino delgado
sintética se injerta y es difícil de extraer. De esta manera, algunas porcino o pericardio bovino. Los materiales biológicos tienen dis-
complicaciones son irreversibles. Por lo tanto, la FDA recomienda tintas propiedades biomecánicas y, como se indicó antes, se rela-
a los médicos sopesar los riesgos frente al beneficio teórico de esta cionan con altos índices de recurrencia del prolapso. Por lo tanto,
práctica en sus pacientes. El American College of Obstetricians and son limitadas las recomendaciones sobre las situaciones clínicas
Gynecologists (2007) también externa estas inquietudes. apropiadas para el material biológico.
Las mallas sintéticas se clasifican en los tipos I a IV, según sea
Material de la malla. Los cirujanos que utilizan malla o injer- el tamaño del poro (cuadro 24-8 y fig. 24-22) (Amid, 1997).
tos deben conocer los distintos tipos y sus características. Los El tamaño del poro es la propiedad más importante de la malla
injertos biológicos pueden ser autólogos, aloinjertos o xenoinjer- sintética. Por lo general, las bacterias miden menos de 1 μm, mien-
tos. Los injertos autólogos se obtienen de otra parte del cuerpo, tras que los granulocitos y los macrófagos casi siempre miden más
como la aponeurosis del recto del abdomen o la fascia lata. La de 10 μm. Por lo tanto, una malla con poros menores de 10 μm
morbilidad es baja, pero incluye aumento del tiempo quirúrgico, permitiría la infiltración bacteriana, pero no con macrófagos y pre-
dolor, hematoma o debilitamiento del sitio donde se obtuvo el disponen a la infección. Con base en esto, una malla tipo I tiene el
tejido aponeurótico. Los aloinjertos provienen de una persona dis- menor índice de infección, en comparación con los tipos II y III.
El tamaño del poro también es la base para el crecimiento de tejido
sobre la malla, la angiogénesis, flexibilidad y fuerza. Los poros de 50
a 200 μm permiten un mejor crecimiento del tejido e infiltración
de colágena dentro de la malla, lo que de nueva cuenta favorece al
tipo I. Las mallas se componen de uno o múltiples filamentos. Las
mallas de filamentos múltiples tienen poros más pequeños entre
las fibras que alojan bacterias, por lo que se recomiendan las de
monofilamento. Por lo anterior, el consenso sugiere que si se utiliza
malla sintética, la de monofilamento tipo I es la mejor opción para
la intervención quirúrgica pélvica reconstructiva.
No hay duda de que la colocación de injerto o malla persiste
debido a los bajos índices de curación actuales con las repara-
ciones transvaginales tradicionales. Sin embargo, por ahora hay
poca evidencia que guíe al cirujano y ofrezca a la paciente infor-
mación precisa sobre seguridad y eficacia. Además, la adopción
prematura de materiales y procedimientos no probados impulsada
por la industria ya antes dio lugar a complicaciones inaceptables.
Por estas razones, hay una necesidad urgente de estudios prospecti-
vos con asignación al azar que comparen las reparaciones tradicio-
nales con la aplicación de injerto.
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656 Medicina y cirugía reconstructiva de la pelvis femenina
síntomas de SUI, la incontinencia de esfuerzo latente puede desen- American College of Obstetricians and Gynecologists: Cesarean delivery on
maternal request. Committee Opinion No. 394, December 2007
mascararse o desarrollarse SUI luego de la reparación de prolapso. American College of Obstetricians and Gynecologists: Pelvic organ prolapse.
Por lo tanto, se recomienda la prueba urodinámica preoperatoria Practice Bulletin No. 85, September, 2007
con el prolapso reducido en su sitio. Si se demuestra incontinencia Amid PK: Classification of biomaterials and their related complications in
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