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Instituto Bíblico Metropolitano “Asambleas de Dios”

Extensión Taguay
Catedra: Epistola I

APOSTOL PABLO

Profesor: Alumno:
Micael Morillo José Rivero
APOSTOL PABLO
Hay mucho que podemos aprender de la vida del apóstol Pablo. Más allá de
lo normal, a Pablo se le dio la oportunidad de hacer cosas extraordinarias para el
reino de Dios. La historia de Pablo es una historia de redención en Jesucristo y un
testimonio de que nadie queda fuera de la gracia salvadora del Señor. Sin embargo,
para tener el panorama completo del hombre, debemos examinar su lado oscuro y lo
que él representó antes de convertirse en el "apóstol de la gracia". Los primeros años
de la vida de Pablo, están marcados por el fervor religioso, la violencia brutal y la
implacable persecución de la iglesia primitiva. Afortunadamente, los últimos años
de la vida de Pablo muestran una marcada diferencia por haber vivido su vida para
Cristo y para el progreso de Su reino.
Pablo realmente nació como Saulo. Nació en Tarso de Cilicia alrededor de los
años 1-5 d.C. (Hechos 9:11; 21:39), en una provincia en la esquina sureste de la
moderna Tersous, Turquía. Él era del linaje de Benjamín y de ascendencia hebrea
(Filipenses 3:5-6). Sus padres eran fariseos, nacionalistas judíos fervientes que se
adhirieron estrictamente a la ley de Moisés, que intentaba proteger a sus hijos de la
"contaminación" de los gentiles. Cualquier cosa de origen griego habría sido
despreciada en la casa de Saulo, sin embargo, él podría hablar griego y su latín era
aceptable. Su familia habría hablado en arameo, un derivado del hebreo, que era el
idioma oficial de Judea. La familia de Saulo eran ciudadanos romanos, pero veían a
Jerusalén como una ciudad verdaderamente sagrada y santa (Hechos 22). A los 13
años Saulo fue enviado a Palestina para aprender de un rabino llamado Gamaliel,
con quien Saulo dominó la historia judía, los Salmos y las obras de los profetas. Su
educación continuó durante cinco o seis años mientras aprendía cosas como analizar
minuciosamente las escrituras (Hechos 22:3). Fue durante este tiempo que él
desarrolló un estilo de enseñanza de preguntas y respuestas, conocido en tiempos
antiguos como la "diatriba". Este método de articulación ayudó a los rabinos a
debatir los puntos más delicados de la ley judía, ya fuera para defenderla o juzgar a
quienes violaban la ley.

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Saulo iba a convertirse en un abogado, y todos los indicios apuntaban a que
se convertiría en un miembro del sanedrín, el tribunal supremo judío compuesto por
71 hombres que gobernaban la vida y la religión judía. Saulo era celoso de su fe, y
esta fe no permitía el compromiso. Este es el celo que llevó a Saulo por el camino
del extremismo religioso.
En Hechos 5:27-42, Pedro hizo su defensa del evangelio y de Jesús delante
del sanedrín, que Saulo debió haber escuchado. Gamaliel también estuvo presente y
entregó un mensaje para calmar el concilio y detenerlos para que no apedrearan a
Pedro. Saulo también pudo haber estado presente en el juicio de Esteban. Saulo
estuvo presente cuando lo apedrearon y murió; sostuvo las prendas de aquellos que
lo apedrearon (Hechos 7:58). Después de la muerte de Esteban, "comenzó una gran
ola de persecución que se extendió por toda la iglesia de Jerusalén" (Hechos 8:1).
Saulo estaba decidido a erradicar a los cristianos, implacable en su persecución ya
que creía que estaba actuando en nombre de Dios. Sin duda, no hay nadie más
aterrador o más terrible que un terrorista religioso, especialmente cuando cree que
está haciendo la voluntad del Señor matando a personas inocentes. Esto es
exactamente lo que Saulo de Tarso era: un terrorista religioso. Hechos 8:3 dice, "Iba
de casa en casa y sacaba a rastras tanto a hombres como a mujeres y los metía en la
cárcel". El pasaje crucial en la historia de Pablo es Hechos 9:1-22, que relata el
encuentro de Pablo con Cristo en el camino de Jerusalén a Damasco, un viaje de
aproximadamente 240 kilómetros. Saulo estaba furioso por lo que había visto y
estaba lleno de rabia asesina contra los cristianos. Antes de salir en su viaje, había
pedido cartas al sumo sacerdote para las sinagogas de Damasco, pidiendo permiso
para traer a cualquier cristiano (seguidores de "el camino", como eran conocidos) de
vuelta a Jerusalén para encarcelarlos. En el camino, Saulo fue envuelto en una luz
brillante del cielo, que le hizo caer en el suelo boca abajo. Oyó las palabras: "¡Saulo,
Saulo! ¿Por qué me persigues?" Él respondió: "¿Quién eres, Señor?". Jesús contestó
de forma clara y directa, "Yo soy Jesús, a quien tú persigues" (Versículos 4-5).

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A partir de ese momento, la vida de Saulo quedo al revés. La luz del Señor lo
cegó, y mientras viajaba, tuvo que depender de sus compañeros. Siguiendo las
instrucciones de Jesús, Saulo prosiguió a Damasco para contactar a un hombre
llamado Ananías, quien al principio estaba dudoso de encontrarse con Saulo, porque
sabía que la reputación de él era la de un hombre malo. Sin embargo, el Señor le dijo
a Ananías que Saulo era un "instrumento escogido" para llevar Su nombre ante los
gentiles, los reyes y los hijos de Israel (Hechos 9:15) y padecería por hacerlo
(Hechos 9:16). Ananías siguió las instrucciones del Señor y encontró a Saulo, a
quien le impuso las manos y le habló de la visión de Jesucristo. A través de la
oración, Saulo recibió el Espíritu Santo (Hechos 9:17) recuperó la vista y fue
bautizado (Hechos 9:18). Saulo pasó inmediatamente a las sinagogas y proclamó a
Jesús como el Hijo de Dios (Hechos 9:20). Las personas se quedaron asombradas y
estaban escépticas, puesto que la reputación de Saulo era bien conocida. Los judíos
pensaron que había venido para llevar presos a los cristianos (Hechos 9:21), pero la
verdad es que se había unido a ellos. La audacia de Saulo aumentó debido a que los
judíos que vivían en Damasco fueron confundidos por los argumentos de Saulo,
quien estaba demostrando que Jesús era el Cristo (Hechos 9:22).
Saulo pasó inmediatamente a las sinagogas y proclamó a Jesús como el Hijo
de Dios (Hechos 9:20). Las personas se quedaron asombradas y estaban escépticas,
puesto que la reputación de Saulo era bien conocida. Los judíos pensaron que había
venido para llevar presos a los cristianos (Hechos 9:21), pero la verdad es que se
había unido a ellos. La audacia de Saulo aumentó debido a que los judíos que vivían
en Damasco fueron confundidos por los argumentos de Saulo, quien estaba
demostrando que Jesús era el Cristo (Hechos 9:22). Saulo hizo su primero de tres
viajes misioneros a finales de los años 40 d.C. A medida que pasaba más tiempo en
las áreas gentiles, Saulo comenzó a usar su nombre romano el cual es Pablo (Hechos
13:9). Pablo escribió muchos de los libros del nuevo testamento. La mayoría de los
teólogos están de acuerdo en que él escribió Romanos, 1 y 2 Corintios, Gálatas,

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Filipenses, 1 y 2 Tesalonicenses, Filemón, Efesios, Colosenses, 1 y 2 Timoteo y
Tito.
Estas trece "cartas" (epístolas) constituyen la "autoría paulina" y son la fuente
principal de su teología. Como se mencionó anteriormente, el libro de Hechos nos
da una visión histórica de la vida y los tiempos de Pablo. El apóstol Pablo pasó su
vida proclamando a Cristo Jesús resucitado por todo el mundo romano, a menudo
corriendo mucho peligro (2 Corintios 11:24-27). Se presume que Pablo murió como
mártir en Roma a finales de los años 60 d.C.
Hay mucho que podemos aprender de la vida del apóstol Pablo. Más allá de
lo normal, a Pablo se le dio la oportunidad de hacer cosas extraordinarias para el
reino de Dios. La historia de Pablo es una historia de redención en Jesucristo y un
testimonio de que nadie queda fuera de la gracia salvadora del Señor. Sin embargo,
para tener el panorama completo del hombre, debemos examinar su lado oscuro y lo
que él representó antes de convertirse en el "apóstol de la gracia". Los primeros años
de la vida de Pablo, están marcados por el fervor religioso, la violencia brutal y la
implacable persecución de la iglesia primitiva. Afortunadamente, los últimos años
de la vida de Pablo muestran una marcada diferencia por haber vivido su vida para
Cristo y para el progreso de Su reino.
Finalmente, aprendemos que cualquiera puede rendirse completamente a
Dios. Pablo estaba completamente comprometido con Dios. En Filipenses 1:12-14,
Pablo escribió desde la cárcel: "Quiero que sepáis, hermanos, que las cosas que me
han sucedido, han redundado más bien para el progreso del evangelio, de tal manera
que mis prisiones se han hecho patentes en Cristo en todo el pretorio, y a todos los
demás. Y la mayoría de los hermanos, cobrando ánimo en el Señor con mis
prisiones, se atreven mucho más a hablar la palabra sin temor". A pesar de sus
circunstancias, Pablo alabó a Dios y continuamente compartió las buenas nuevas
(ver también Hechos 16:22-25 y Filipenses 4:11-13). A través de sus dificultades y
sufrimiento, Pablo conoció el resultado de una vida bien vivida para Cristo. Había
entregado su vida plenamente, confiando en Dios para todo. Pablo escribió: "Porque

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para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia" (Filipenses 1,21). ¿Podemos hacer
la misma afirmación?

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