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el Siglo XVI
(La represión de la campaña anticristiana de 1569 y la descripción
de sus pueblos de 1586).
Edmundo Guillén G.
SUMARIO
Se publica en la primera parte el extracto de la “Visita” del padre
Cristóbal de Albornoz, que relata la represión del movimiento anticristiano en los
pueblos de Hatun Rukana y Laramati en 1569. Esta represión implacable fue un
episodio más de la guerra de reconquista religiosa andina contra la imposición
del cristianismo por los españoles , que debió iniciarse poco tiempo después de
la invasión del Perú, paralelamente y asociada con la guerra de reconquista
política de los incas de Vilcabamba.
En la segunda parte se reproduce el documento sobre la “Descripción de
las parcialidades de Hatun Rukana y Laramati” como una contribución a la
historia regional de ayacucho.
1
Diego Rodríguez de Figueroa. 1910; 110. C. De Molina, dice: “Se sospecho” que este
movimiento anticristiano, había salido o “inventado por los hechiceros (por decir sacerdotes)”
que en Vilcabamba tenían los incas (1959; 98), donde según el agustino Calancha, había estado
la “Universidad de la Idolatría”
desenoxadas e cada día enviavan sus mensajes a su señor el inga”
(JSA. 1967. LVI-I; 35, 36).
“En algunas partes les da una enfermedad del bayle que llaman
Taqui onco o Cara onco, para cuya cura llaman a los hechiceros o
van a ellos y hacen mil supersticiones, y hechicerías, donde
habían hoy idolatría, y confesarse con los hechiceros y otras
ceremonias diferentes” (RH.1906.I-II; 198).
“Lo camaquenes de lo españoles que son los santos que están en las iglesias eran unos palos
pintados y dorados mudos que no hablan ni daban respuestas de lo que preguntaban quando
les hacían sacrificios ” (1983; 11).
directas, sino denostadas por la documentación española (P. Duviols. 1977, cap.
II).
La participación directa o indirecta del gobierno de Vilcabamba en esta
lucha, es indudable. El ultimátum del virrey marqués de Cañete en 1557 a este
reducto peruano para que salga el Inka; la búsqueda de las momias reales, el
ocultamiento de unas y el envío de otras a la ciudad de Lima, demuestran el
interés político y religioso del gobierno colonial a la reacción también política y
religiosa de los incas, guarecidos en el baluarte patriota de Vilcabamba (E.
Guillén Guillén. 19081. RHC. No. 13-14; 61-99; BL: 1983, No. 28; 29-41).
La década de 1560, por la agresividad Inka, fue así un año duro y crítico
para el gobierno colonial. Como se sabe por documentos coetáneos, Titu Kusi
Yupanki, que simultáneamente ejercía el cargo de Inka y pontífice del Sol en
Vilcabamba militar por una parte y por otra de reconquista militar por una parte y
por otra alentó la reconquista religiosa de la iglesia andino-Inka,-iniciada
anteriormente-como lo reseñan documentalmente P. Duviols (1977, cap. II) y N.
Wachtel (1976. IIa. Parte, cap. I.)
A la muerte o asesinato de Sayri Thupa a mediados de 1561, Titu Kusi
Yupanki arreció sus incursiones guerrilleras a los valles de Apurímac y
Urubamba contra los españoles y sus templos, 4 -no obstante las negociaciones
diplomáticas que sostenían con el Virrey conde de Nieva encargado por una
solución pacífica con los incas (E. Guillén Guillén. RHC. 1971 No 10; 48- 93).
En 1964, el gobernador Lope García de Castro, en respuestas a estas
incursiones e informando de los preparativos bélicos a gran escala que el Inka
organizaba en todo el Perú. Trató por todos los medios, dramáticamente y con
habilidad neutralizar los planes patriotas del Inka. En 1565, mientras organizaba
la guerra contra Vilcabamba, envió a Diego Rodríguez de Figueroa a la propia
tierra del Inka a negociar una paz honrosa. Titu Kusi Yupanki, entre la posible
invasión a su territorio o la paz, prefirió la segunda, por las especiales
4
D. Rodríguez de Figueroa, dice los preparativos bélicos del gobernador castro contra
Vilcabamba, fue por los guerrilleros del Inka en sus incursiones a la “tierra de paz” habían:
“Quemado algunas iglesias, rompido las imágenes y quebrado cruces ” y por que Titu Kusi
Yupanki, mandaba a su gente “adorara al sol” siendo cristiano (1910; 108; 109, J. De Matienzo.
1967, cap. XVIII).
circunstancias del momento. De esta manera, por la exitosa negociación
diplomática del gobernador Castro, que culminó con la entrevista de Chukichaka
del Inka con el oidor Juan de Matienzo (junio, 1565), el Inka deshizo la “Liga y
conjuración que tenía hechas con todos los caiques del reino” (J. de Matienzo.
1977; 302).
Aunque Castro culpó después al gobierno de Vilcabamba de instigar las
alteraciones en la lejana gobernación de Yaguar Sonqo y en varias provincias del
Collasuyo,5 al final consiguió disipar la grave crisis provocada por los incas,
accediendo sin regateos a la exigencias políticas y económicas de Titu Kusi
Yupanki en la Capitulación suscrita en el valle de Acobamba el 24 de agosto de
1566, que aparentemente aseguraba la “paz perpetua” entre y españoles (E.
Guillén Guillén. 1971 RHC. No. 10; 48-93).
Estos hechos y la violenta “desestructuración” de la sociedad Inka,-según
las investigación de N. Wachtel- causaron “profundos transtornos” en el mundo
andino, que puso en peligro la estabilidad del gobierno colonial en la referida
década de 1560 (1977. IIIa. Parte, cap. Referida década de 1560 (1977. IIIa.
Parte, cap. I)) y favorecieron los preparativos de Titu Kusi Yupanki para
organizar un gran alzamiento contra los es0pañoles en lo político como en lo
religioso. Según el gobernador Lope García de castro, el Inka-había enviado
emisario para provocar este alzamiento desde “Chile a Quito”6 y de C. de
Albornoz que “derramó” misioneros (kunaq) por todas las “provincias del pirú”
(JSA. 1967. LVI-I; 36) par que predicaran la guerra contra los españoles y su
religión. Se trataba así de un movimiento coherente político y religioso, que se
5
Cartas del gobernador Lope García de Castro al rey. Lima. 6.III, 1965, del 23.IX. 1565
y 10. VI. 1566 (JLPB. 1906. II; 58; 63, N. Wachtel. 1976; 277).
6
El gobernador Castro en su carta al rey de fecha 6.III.1565, le informa de los planes del
Inka para organizar un alzamiento general con la participación de gente de Chile, Tucumán,
Juries y Diaguitas y que tendrían conexión con los conspiradores del valle de jauja (JLPB. 1906.
II; 58).
Según esta carta la versión de C. de albornoz, el movimiento anticristianismo se inició
más o menos 10 años antes de 1570 e insinúan, que la intensificación de la lucha contra los
españoles, debió comenzar inmediatamente después de la salida de Sayri Thupa de Vilcabamba
en 1557 o después de su muerte en 1561. En ambos casos, la fecho de 1565 no guardaría ninguna
relación con la cuestionada cronología de P. Sarmiento de Gamboa, que señala el año 565 d. C.
para el gobierno de Manko Qhapaq (R. Pietschmann. 1964; 83-94).
proponía del Tawantinsuyo, perdido por sus luchas internas que habían provocado
el enojo de sus deidades tutelares y por la fuerza de los invasores extranjeros
apoyados por divinidades poderosas. Es decir, los objetivos de esta lucha eran
concretos. No habían en él promesas de una “edad futura” ni de un “mundo
mejor”, menos aún “vaguedad” en la realización de sus expectativas, que
caracterizan al milenarismo según E. J. Hobsbawm (1968; 83) y M.I. Pereira de
Quiroz (1969; 20).
De las versiones que se conocen, se colige que el tema central de los
llamados dogmatizadores andino-incas fue: alentar la guerra de reconquista
religiosa con el persuasivo argumento-según Albornoz- que las “guacas” ya
“estaban desenoxadas” con los incas (JSA. 1967, LVI-I; 369 y no “resucitadas”
conforme otros testimonios, y que habían llegado el tiempo del desquite o de la
revancha (punchao kutichikuq o ayninkuq) para luchar contra el “Dios” de los
españoles, que había terminado su turno (mita) y que estaba por ser vencido, que
pronto terminaría derrotado (atisqa) y que entonces, las “guacas” andino-incas
reconquistaría el poder y prestigio que antes habían tenido. En esta lucha cósmica
las deidades del olimpo andino representaban el bien contra el demonio encarnado
en los españoles “supayparuna”, mientras, que los enemigos creían luchar los
demonios incas (I. Silverblatt. Allpanchis. 1982. No. 19; 42-43). confirma esta
cosmovisión la cita de N. Wachtel, del siguiente texto del Chilam Balam de
Chumayel:
“solamente por el tiempo loco, por los sacerdotes, que fue
entre nosotros la tristeza, que entró en nosotros el
Cristianismo. Por que los muy cristianos llegaron aquí
con el verdadero Dios; pero ese fue el principio de la
miseria nuestra, el principio del tributo, el principio de la
limosna, la causa de la miseria de donde salió la discordia
oculta, el principio de las peleas con armas de fue, el
principio de la esclavitud por las deudas ,. El principio de
la continuidad reyerta, el principio del padecimiento”
(1973; 76)
7
P. Divuols, con su reconocida diligencia, de clara que no pudo hallar en el Cusco lo originales
de esta “Visita” en el archivo Arzobispal del Cusco. Nosotros también lo buscamos, pero con
igual mala fortuna. Pero confiamos que algún otro estudioso lo hallará en alguna oportunidad y
es posible que su contenido repleante el trabajo sobre este documento.
Ahora bien ¿Qué confiabilidad científica merece este género de
testimonios locales, incompletos, anecdóticos, prejuicios y contradictorios 8 para
un estudio e interpretación de este episódico suceso religioso, sin conocer la
versión e ideología de sus protagonistas? La respuesta es difícil y prematura, con
el riesgo de caer en la especulación de frases sueltas o términos sin la seguridad
de su correcta etimología y significación hecha por los intérpretes ortodoxos. M.
Rostoworowski de Diez Canseco, advirtiendo este peligro señala el: “abismo entre
el pensamiento andino y la fe impuesta por los españoles” y de cómo para
explicar “los principios fundamentales del cristianismo”, adaptaron m palabras,
transformaron ideas y términos acabando por: “Deformar la cosmovisión andina”
(1983; 12).
Luis Millones que publicó estos documentos con cautela plausible, fue 4el
primero en reconocer, las incógnitas que se desprendían de su lectura y las dudas
sobre la correcta significación del vocablo “Taki ongpoy” y “Ayras” (¿) (1973;
90). Sin embargo , pese a estas limitaciones el tema ha cautivado el interés de
antropólogos y etnohistoriadores y, al ensayo de L. Millones han seguido las
“Observaciones” de T. Zuidema (RHC. 1965. No. 1, 136) y después, los eruditos
trabajos de P. Duviols insinuando el meseánismo de este movimiento
“antievangélico” (1977; 8- 133) y de n. Wachtel, que lo define como un
“Movimiento milenarista y meseánico”, porque trascendió a un simple complot
político: “Nace de las creencias profundas vivas entonces entre las masas
indígenas” y con propia “autonomía” que el gobierno de Vilcabamba trató de
aprovechar para sus objetivos bélicos de reconquista (1976; 277; 284; 285).
Posteriormente en varios artículos sugestivos Juan M. Ossio, 9 Marco Curatola10 y
8
Una de estas contradicciones se refiere a la mortalidad o inmortalidad de las guacas
andino-incas. Mientras, que C. de Albornoz, autorizadamente dice que las guacas se habían
“desexonado” con los incas (JSA. 1967. LVI-I; 36), los testigos L. De Olivera. J. Martín y C. de
Molina, atribuyen a los kunaq o predicadores anticristianos la frase que las “guacas habían
resucitado” para luchar contra el Dios de los españoles, contrariando la inmortalidad de las
deidades, más todavía cuando se refieren en otros pasajes que las guacas solamente habían sido
vencidas (atsiqa) por Pizarro en Cajamarca.
9
J.M. Ossio. 1973; XI-XLV; 153-213, RUC. No. 2 1977; 43-58; Allpanchis. 1977, vol. X:
105-113.
10
M. Curatola. Allpanchis 1977: 65-92. lamentamos no conocer su trabajo que estimamos valioso
sobre la: “introduziones allo studio di un culto de cristi: il Taqui Ongo”, su tesisi doctoral aún
inédita. RSP. No. 12. 1977; 55-63.
últimamente Steve Stern11 entre otros. Aunque han sumado nuevos argumentos a
la tesis milenarista del mundo andino- inclusive llevando la información de las
fuentes hasta los límites extremos de su interpretación – han dejado en pie dudas
sobre la concepción milenarista de los testimonios de F. Guaman Poma (1615),
de Fray B. Salinas (1630) y del lienzo de ayacucho (1730?9, más todavía del
fantasmagórico manuscrito anónimo usado por Fernando de Montesinos (16449,
los cuales trataron de adecuar y conciliar dogmáticamente la incierta periocidad
de las cuatro generaciones o edades y la supuesta secuencia de reyes imaginarias,
con la cronología judeocristiana, partiendo de la creación del mundo y del diluvio
universal.
Por ejemplo, Guaman Poma excluyendo de los cuatro edades el tiempo
correspondiente de los “sacharuna. Uchuc ullco” que vieron en nuestro
continente, inicia su cómputo cronológico, después del diluvio universal con la
llegada de los primeros hombres blancos descendientes de Noe (Wari wiraqocha
runa) a la América, diciendo que estos mataron a los habitantes aborígenes y
conquistaron la tierra (1936; 50) hasta la edad de los “Auca runa” (1800 a.C.-300
d.C) haciendo un total desde la primera edad: 5.300 años). Suma después dos
edades para los incas, la quinta : “Inca runa” y la sexta: “Pachacuti runa” (guerra
civil entre Atao Wallpa y Wascar Inka) y cuatro edades restantes, para la
presencia de los españoles en el Perú. La séptima: “Cristiano runa” (invasión
hispana), la octava: “Cristiano pachapi auca tucuscan rrey ninchicmanta..” (la
guerra civil entre españoles ), la novena: “Allintaclla cristiano emperador justicia
alliscan capac apo Sr. Rey..” (Afianzamiento del poder real, al reinado de Felipe
III: 1598..) y décima: “Cristiano cayninchic” (Cristianización del Perú) (1636;
911). De este modo el cronista cristianizado creyó conciliar el relato
etnohistórico de edades pretéritas con las de su tiempo adoptando
dogmáticamente la cronología bíblica, incluyendo en este cómputo a más de 40
presuntos soberanos yaro Willka, con un solo Pachakuti en su lista (Apo
Pachakuti Kuntur Chawa) hasta el advenimiento de los incas en cuya
computación termina por perder la cuenta (J.C. Tello. 1939; 31).
11
S. Stern. Allpanchis. No. 19, 1982; 49-77.
Las cuatro edades, es también presentada por cuatro parejas míticas. Seún
B. Salinas, el capitán Wari Wiraqocha runa, casado con: “Huarmi” y Wari runa,
con: “Pucullo”, el lienzo de Ayacucho (anterior al de copacabana) completando
esta enumeración, que el capitán Wari Wiraqocha rura, casó con “mama
Huarmi”, Wari runa con. “Mama Pucullo”, Purun runa con: “Mama Panchiri
Sisac” y Auca runa con: “Mama Sisac”.
Curiosamente el relato de Guaman Poma y los citados, - en relación al
origen de los incas- están asociados directamente con el mito de Mama Wako, la
mujer hechicera madre de Manko Qhapaq, que por su estratagema y
posteriormente matrimonio con su hijo, dio comienzo al gobierno de los incas.
Mito este, que contrarían diametralmente la versión oficial Inka de la cuatro
parejas “producidas” en Tampu Toqo, declaradas a los cronistas: Pedro Cieza de
León (1550), Juan Batanzos (1555) y Pedro Sarmiento de Gamboa (1572).
En cuanto al manuscrito anónimo adobado por Montesinos, con su
artificiosa relación de reyes y ocho pachacutis antes de los incas, que
promediaban “cinco soles” y “4,00” años desde la creación del mundo y el
diluvio universal (188; 91), carece de inexorable asidero histórico, como la
ingeniosa inventiva del “Pachakuti IX” del ilustre J. Imbilloni (1946), que de
remate añade a Pachakuti Inka Yupanki (el noveno soberano de la lista y con
distinta ubicación en otras crónicas) al que expresamente Montesinos lo excluyó
de su lista, para deducir un presunto milenarismo andino. Igualmente el solitario
e incidental dato de Murúa (1612) sobre los “cuatro soles” desde la creación del
mundo al gobierno de Thupa Inka y el “quinto sol” que debía terminar en 1554
(1962, I, 69) magnifican nuestras dudas, más todavía cuando no hay certidumbre
de las distintas maneras que debieron tener las culturas antiguas y en sus
diversas etapas históricas, para computar los tiempos sin contar las reformas
que hicieran sus gobernantes, como el caso Inka de Pachakuti a medidos del siglo
XV.
El argumento, que el “milenarismo andino”, está asociado al vocablo
Pachakuti, es también cuestionable, por la evidencia confusión entre el vocablo
Pachakuti con el compuesto Pacha y Kuti o el participio Kutiq. Confusión
comprensible como lo hubo entre los términos Tokrikuq y Tukuy rikuq,-ahora
aclarado.
El vocablo Pachakuti, etimológicamente tiene las acepciones de “Gran
destrucción, pestilencia, ruina, pérdida o daño común (Voc. 1608; 2709” o de
“Tiempo de guerra” (Voc. 1812; 142), que cristianizado pasó- por extensión- a
significar también: “fin del mundo” (Pacha cuti pacha ticra. Voc. 1586; 167; Voc.
1608; 270), “Fin del mundo por fuego” (Nina Pachacuti. Voc. 1608; 270), “Juicio
final” (Voc. 1612; 142) y “Fin del mundo por diluvio” (Lloqlla o una Pachacuti.
Voc. 1608; 270, 489).
Sin descartar estas acepciones, el cronista collagua Juan Santa Cruz
Pachakuti es nombre propio y que Inka yupanki lo adoptó en homenaje al kuraka-
de este nombre- que había muerto a su hermano y rival Inka urcon (1968; 2979.
Guaman Poma, además de darle la acepción de “guerra”, concordando con B.
Salinas, refiere que: Inka Yupanki tomó el nombre de “Pachacuti”, por la
hambruna y pestilencia que hubo durante su gobierno.
Para los demás cronistas, el vocablo Pachakuti, -al parecer- es interpretado
como compuestos por las palabras “pacha” y “cuti”, según se desprende de sus
propios testimonios . entiendo de manera general, que este nombre se dio a Inka
yupanki, por las grandes reformas que hizo su gobierno para organizar el
Tawantinsuyo el nuevo Imperio andino, incluso reestructura el calendario de su
tiempo.
Betanzos, dice que: “pachucac” (pachakuti9, significa: “vuelta del tiempo2
(1968; 529, los Quipocamayocs (1543?) : “Movimiento del tiempo” (1920; 199;
sarmiento de Gamboa: “Vuelta de la tierra” (1965; 235); Cabello Valboa (1586):
“Vuelta al mundo”por haber el Inka yupanki, cambiando en la tierra la manera
de vivir de los pueblos; Acosta (15909 por haber reformado el calendario:
“reformador del tiempo” (Lib. VI, cap. III; 184). Garcilaso de la Vega, aclarando
la razón de este nombre, dice que : “pachacutec” es nombre propio de Inka
Yupanki y que el : “segundo pachacutec”, se llamó por haber sido el:
“Reformador del primer reformados” y que al virrey Toledo, le llamaron también
“Pachacutec” por que: “Troco, mudó y revocó muchas leyes y estatutos de los
que este inca estableció” (1963. lib. VI, cap. XXXV; 240; cap. XXVI; 242) y
Cobo (1653)- que compendia informaciones anteriores. Que: “Pachacutic”, se
llamó de este modo porque: “No se le pasó cosa por alto en que no pusiese todo
buen orden y concierto” y añade que significa. “Vuelta del tiempo o del mundo”
(1964. Lib. XII, cap. XII, 78).
Estas referencias entre otras, disipan el artificioso milenio de los
pachacutis del tardío Montesinos , que según afirma tomó sus datos de un
manuscrito anónimo e incierto. Asimismo, insinúan la necesidad de verificar con
otras fuentes confiables de la existencia de una concepción cíclica del Mundo
andino hecha sin distingos prudentes y diacrónismos; para no caer en la riesgosa
generalización geográfica y para escapar ciertamente de la concepción tipológica
europocéntrica del término “milenarismo”.
Ahora bien, en cuanto a las etimologías de las palabras: “Pacha” y “Cuti” o
“Cutini”, los vocabularios autorizados de 1560, 1586 y 1608- para evitar el
estrujamiento de estos términos y del vocablo Pachakuti- consigan las siguientes
acepciones :
Pacha, significa para nuestro caso: “Tiempo, suelo y lugar”, al que
después le dieron por extensión el significado de: “Mundo orbe” (Cayhinantin
mayu pacha. 1608; 679), de cuta esfericidad los incas al parecer no tenían
noticias. Al astrólogo de los movimientos de la tierra, le llamaron: “Pachac
onanchac. 1560; 333” y al movimiento de la tierra, le llamaron de la tierra o del
mundo: “Ticci mayo pacha. 1586; 119” etc.
“Cuti o mitta”, en los vocabularios citados significa: “vez” y “cutini:
volver allá el que vino” (01608; 579 “Cuti cara, tuscu cara: maíz nacido al revés
boca abajo el grano” (1608; 57) y cristianizado: “cutirini, cutiricuni, convertirse a
Dios” (1608, 58).
Como se constata de estas someras referencias etimológicas con sus
adecuaciones al castellano, aún cuando ambas palabras estuvieran unidas,
formando un solo vocablo, resulta difícil inferir su posible acepción de milenio en
la Cosmovisión Inka, menos todavía extenderlo al mundo andino.
Aunque los trabajos eruditos de los investigadores citados, son
contribuciones importantes para aproximarnos tentativamente a la ideología y
cosmovisión del complejo poliétnico y cultural de los andinos-Inka. Sin embargo
hay que reconocer las grandes dificultades que ofrece el conocimiento
antropológico y etnohistórico, del movimiento ideológico religioso-episódico- de
la década de 1560, sin considerar los que le procedieron y los que siguieron
después en el siglo XVII.
Pensamos, que quizás se lograría mayores avances en este tema, si los
estudios partieran desde la perspectiva andina. De la búsqueda directa de
sus“valores y creencias” propias y singulares, como lo es están haciendo J.V.
Murra y M. Rostworowski de Diez Canseco principalmente, en otro género de
investigaciones andinas, sin la preocupación de hallar analogías o respuestas a
esta realidad, en arquetipos modelos del mundo occidental de distinta génesis y
cosmovisión, para no dialogar y creer entenderse por señas como el erudito
griego con el romano.
12
El “ayra” se bailaba en el pueblo de Aucará y sus comarcas, en el mes de abril, para celebrar
la cosecha del maíz. Ayrihua, es el nombre del mes de abril según el vocabulario de 1608 y
Guaman Poma (1936; 1046) y otros cronistas.
Según el padre. PJ. de Arriaga las “siete cabrillas” llamadas “Onccoy Mitta”, la
adoraban para que no se: “les sequen el maiz. Su fiesta se celebra cerca o el mismo día de la
gran ceremonia del Hábeas. La otra fiesta Ayrihuamita, la hacían en la cosecha del maiz y
entonces bailaban el: “baile de Ayrihua”” (1968; 213, 223).
13
Los testigos no alcanzaron a sorprender la fonética del nombre de este Kunaq, chono podía ser
nombre propio, pero si fuera “Chocna” o “Chocne” como lo descifra L. Millones, podía ser
apodo y no su nombre correcto, una especie de alis, para desprestigiarlo según el vocabulario de
1608 “Chhocni” significa “lagaña o lagañoso” (116) o tal vez Choqni, nombre común en la
localidad.
apresado en localidad de Laramati, fue conducido preso a la ciudad del Cusco. Por
referencias incidentales, se tiene noticias de otros predicadores, pero sin sus
nombres. Por ejemplo, el testigo Pedro de Contreras, dice que vio a dos mujeres
arrepentidas nombrarse: “Santa María y Santa María Magdalena ” (Millones.
1971; 2/46); Diego de Romaní a ciertas mujeres llamadas: “Santa María y Santa
María Magdalena ” (Millones. 1971; 2/62), Juan de Mañueco que el kuraka de su
encomienda apresó a “dos hombres” y los envió a huamanga (Millones. 1971;
2/68) y C. de Molina, más explícitamente que en las parcialidades de “Soras,
Apcara y Lucanas”, se hallaron “gran suma de dogmatizadores y maestros del
taquiongo” y que los más principales fueron :”Dos hombre y una mujer” sin
referirse maliciosamente a sus nombres, para que no quedaran como los héroes
religiosos de estas localidades (Millones. 1971; 1/22).
A pesar de la cautela de los testigos en omitir el nombre de los más
destacados kunaq de este movimiento anticristiano, sin embargo, de la relación
de los kuraka y señores principales castigados en cada parcialidad y pueblos, se
puede identificar a los héroes locales, que soportaron con dignidad y leales a su
ideología, el escanio, el destierro y otras penas, para defender sus creencias
religiosas de la represión ideológica e iconoclasta de los severos y ortodoxos
visitadores españoles.
Pero esta esporádica persecución religiosa de 1569, no puso término a las
ancestrales creencias de estas parcialidades. Se sabe por Guaman Poma, que años
después recorrió los pueblos de esta jurisdicción , que a despecho del celo de los
curas doctrineros, sus habitantes aunque cristianizados seguían severamente a sus
guacas y penates familiares, en sincretismo que dura hasta nuestros días.
En los años posteriores, con el final trágico del primer intento de
reconquista del Perú Inka, destruido el reducto de Vilcabamba y decapitado el
último de nuestros soberanos, Thupa Amaro en 1572. el Perú perdió su soberanía
y fue desecha su dirigencia por el virrey Toledo, hasta que después de varios
intentos de reconquista, consiguió su libertad en 1824 echando a los españoles de
la tierra. Pero en lo religioso, la lucha continuó silenciosa y dramáticamente hasta
las primeras décadas del siglo XVII en las que al parecer terminó la resistencia
organizada de la iglesia andina contra la legión de extirpadores de las idolatrías y
cambiando de estrategia, adoptó conciliadoramente por un sincretismo cósmico
andino-cristiano que perdura con mayor o menor influencia en pleno siglo XX.14
La historia de esta guerra ideológica religiosa, está descrita con erudición
y con acertados análisis, principalmente por P. Duviols en su autorizado libro: “La
destrucción de las religiones andina (durante la conquista y la colonia)” (19779.
Transcribimos a continuación , una reseña ilustrativa del nombre de las
personas que fueron castigadas por visitador Cristóbal de Albornoz en los
pueblos de las parcialidades de Laramati , Hatun Rukana , Hanan Rukana y Hurin
Rukana , que figuran en el extracto de 1584, tomado directamente de los
originales de la visita a estas parcialidades en el citado año de 1569.
Según este documento, las penas más severas y afrentosas se impusieron
a los kunaq o predicadores de las guacas, acusándolos con el estigma de
“hechiceros o hechiceras” , después a los kuraka y a las personas que habían
apostado del cristianismo. En un próximo artículo, juntamente con la
“Descripción...del repartimiento de Rukana Antamarka, aportaremos más datos
sobre la represión ideológica religiosa en los pueblos de esta parcialidad y en la de
Hatun Soras y Hurin Soras.
Proviene del verbo “huatuni” (watuni) “adivinar algo, o conjeturar, o sacar por
discurso, o conjeturas próuidamente” (1608; 189).
En nuestro recorrido por los pueblos de las “cabezas”, inventariamos cierto número de estas
adivinanzas , sobre personas, animales, plantas y cosas en general y otros “pukacha ”
aparentemente “coloradas” dirigidas con fina picardía a la imaginación, con soluciones simples
e inesperadas. Por ejemplo: (traducción aproximada):
-Yaykun lloqsi posoqochinakustin (entra y sale haciendo espuma9; la ponchera.
-Huquin paqchampa hucnin ankallampa (uno arriba y otra abajo9: el tejado.
-Chullalla uchko llapa haripá munanan (un agujero deseado por todos los hombres ), el poncho.
-Llaguachic satichic, llaguachic satichic (se ensaliva y se mete, se ensaliva y se mete9, el hilo
para ensartar la aguja.
-Muyuspalla chichukun (de tanto moverse engruesa la barriga): el huso (la puchka)
Oeqonpim champam champam wayqon halay halay ( a los bordes elevados con vegetación y el
medio o, en la quebrada pelado): el sanqui una cactáceas propia de la región cuyo habitar es la
comarca de Laramate.
-Punchao morcilla tuta lapsu (de día relleno y por la noche flácido); las medias.
-Piña piña payacha kaspi sikicha (anciana muy rabiosa con un pálido debajo): erl ají seco.
17
En general todos los pueblos y aldeas tiene apodos conocidos que de alguna forma
expresan la idiosincrasia de sus pobladores sus virtudes, defectos y costumbres etc. Por ejemplo:
Laramate: sanqui lawa
Llauta: alfalfa merienda
Guaccuas: atarcuello, cerdas , ojal, mati-ratón.
Totora: tinya (pandereta)
Uchuymarca: wischu kachipa
Pirca: Niño Jesús.
Puquio: taqlla lawa, uchko loqo, teqo siqui
virtudes y la iniquidad de los males, en parábolas y relatos aleccionadores donde
desfilan en los recuerdos, por una parte las presuntas aventuras de sus santos
milagrosos y por otra la truculenta andanzas de los “runamios” (brujos
antropófagos), “qalqachas” y “condenados” etc. Más todavía superando a la
selectiva democracia griega, en improvisados parlamentos sin excepción:
hombres, mujeres de todas las edades se reúnen con sus dirigentes patriarcales
para discutir sus problemas y formular entre todos las soluciones más
convenientes para el pueblo o la colectividad como se hacían entre los ayllus
antiguos, en respuestas y reto al centralismo estatal, que a espaldas de esta
realidad palpitante, se debate ofuscado entre las presiones económicas e
ideológicas transnacionales.
Estos pueblos abandonados a su suerte por la incuria republicana.
constituyen sin embargo, las reservas espirituales y humanas del país. De estos
pueblos como de otros perdidos en la soledad de los páramos y en los agrestes
valles interandinos, nacerán- como afirma Luis E. Valcarcel- las nuevas
“corrientes de renovación que trasformen al Perú” (1972; 104) en una Patria
nueva, para que retome su destino histórico como alternativa ideológica nacional,
fundada en los principios del bienestar común y la justicia social que antes
forjaron la grandeza del Perú de los incas e hicieron de él un estado sin el
fantasma del hambre y la dependencia extranjera , en respuesta a su realidad
espacial, poliétnica y a la idiosincrasia de sus gentes en sus archipiélagos
ecológicos.
Ahora bien, la “descripción...” que comentamos, es un documento más de
los muchos que existen en los archivos regionales, nacionales y extranjeros. entre
éstos se hallarán y publicarán alguna vez: las Actas de la reducción de los ayllus
comarcanos en los pueblos ,-que tomaron sus nombres de los santos del día de su
reducción oficial-las “Visitas” y “Revistas” periódicas de carácter fiscal y
Ocaña: tumba chivato.
Otoca: chía bolsa (bolsa de liendres, hgos lawa, caldo de higos)
PalcoÑ: trebol soqui
Sonconchi: sara lawa (caldo de maíz)
Uruysa: weqte (legañoso)
Tambo Quemado: teqo siqui
Molle Pata: mollekachu
administrativo, los juicios de residencia a sus corregidores y en general, los
pleitos sobre el uso de las aguas, pastos y tierras etc., que con la copiosa tradición
oral, el reporte de sus conocimientos técnicos y artesanales, forman las fuentes
importantes para rehacer la historia de los pu7eblos de las cabezadas lucanoicas
n y constituyen ahora, un serio desafío a los profesionales de estoas pueblos, para
que investiguen y estudien estos fondos documentales y cuando menos
recuperen y salven las leyendas y mitos locales que aún sobreviven en peligro
inminente de perderse para la etnohistoria del Perú y del mundo .
b .La huella histórica del Hatun Rukana y Laramati.
Estas parcialidades tienen una larga historia que se pierde en el
“tutayapacha” o “purum pacha” del mundo andino. El curso de su remota
existencia ha quedado impresa en cada uno de sus monumentos arqueológicos,
en sus documentos in en sus valiosas tradiciones orales que todavía palpitan en la
memoria de cada uno de sus habitantes.
Los testimonios arqueológicos dispersos a lo largo y ancho de nuestras
“cabezas”, entre las punas y nevados, quebradas y valles, siguen siendo una
lección perenne y objetiva de o que fueron capaces de hacer los hombres de la
antigüedad con solamente su mentalidad creativa, su sentimiento de solidaridad
humana y su voluntad de poder, para organizarse y sobrevivir desde su lejano
estadio de recolectores y cazadores, al descubrimiento de la agricultura y de ésta-
y también con el uso de su fuerza de trabajo dentro del concepto de justicia social-
a la formación de los grandes núcleos urbanos y organización de los estados
hegemónicos, de los que debieron formar parte en el curso de los siglos, las
parcialidades de Hatun Rukanan y Laramati, con otros más de este espacio
geográfico andino. Estos testimonios arqueológicos están a la vista. del número de
estas ruinas (ñaupa llaqta) conocimos : la de waqra Marka (entre Laramate y
Llauta) situada en la cima de un cerro elevado del mismo nombre, desde cuya
cumbre se otea con nitidez el definido perfil del litoral costeño; la Plaza de
Pampa, detrás de una elevación que domina al pueblo de Laramate; la de Santa
María en la quebrada de Apataque y la de Puca Orqo (alturas de Sacha Pampa)
en la jurisdicción del pueblo de Ocaña. estos vestigios, son nada más que una
mínima parte de los muchos que existen en los valles de esta región. Nuestros
informantes nos hablaron de las ruinas de Ñaupa Llaqta (Ocaña), Llaqwta Llaqta
(Chupancancha9, Ticola, Paria qaqa ( lomas de Locchas), Warankayoq
(qespenqa), Naupa llaqta (Pocpoca), Chullpas de Hulahuato (llauta), Chullpas de
Rumi Michina (caruacucho) y otras en la localidades de Wayunkalla, Qechqalla,.
Suytu Orqo, Illa Wasi, Hatun Tikalka, Chiwita, balconpata y Talale etc. siendo
una de las más importantes la de Mauca Llaqta, en las inmediaciones del cerro
Condorillo (Kuntur Illa) antigua pacarina (origen) y adoratorio de los laramatinos.
En las nacientes del río Pirca, examinas los restos del pueblo colonial de
“Santa Magdalena de Tampu o Uchuy Marka”, su iglesia destruída, su plazuela y
calles y cerca en los falderíos, una impresionante colmena de tumbas (pukullo) a
manera de iglús de cúpulas ahusadas . Entre Pueblo Quemado y la carretera a
Puquio, vimos un gran acueducto subterráneo (pincha) que parecía dirigirse a los
bajíos de la quebrada de Chukimaran y próximo al pueblo de Santa Lucía , la
pukara (fortaleza) de Waman Marka una de las más hermosas y mejor
conservadas de la región. Cerca del pueblo de Lucanas, un Pulapuquio o
Purapuquio , reconocimos los restos, de lo que antiguamente había sido el Tampu
Inka de Hatun Rukana, con sus habitaciones de fina cantería y algunas con
portadas ciclópeas .18 según distintos documentos , Hatun Rukana, era el lugar de
aprovisionamiento y descanso en el camino real (Inka Nan) que viniendo por
Soras, Qepa, Apkara y por los depósitos (qolqa) de Yana Qaqa (páramo de
Wanakopampa), seguía a los llanos de Nasca, antiguamente llamado el valle de
“Caxmalca”.
En las vecinas comarcas de Puquio, hay también vestigios arqueológicos
importantes que examinados: acueductos de ingeniosa hidráulica y andenerías de
suspenso en los falderíos, tumbas con pequeños mehires, restos humanos en la
oquedad de las peñolerías y en el interior de cavernas profundas, que según la
tradición popular corresponderían a los hombres que por salvarse de la “nina
para” (lluvia de fuego ) se escondieron allí donde murieron sofocados por la
“nina wayra” (viento de fuego, después de la gran “lloqlla pachakuti”) que inundó
18
T. Mexía Xespe. Rukanamarka, ciudad megalítica de la vieja nación Rukana. rev.
Chaski. 1941 No. 3.
la región.19 Finalmente en las alturas del pueblo de San Pedro visitamos las
ruinas de Qeqaqa o Naupa llaqta, que por las características de sus construcciones
parecían corresponder al Tampu Inka de Sallqa Rukana.
Para suerte de la arqueología regional, estas ruinas se conservan
virtualmente intactas por temor a la maldición que se cierne sobre las que
intentan buscar sus “tesoros” según la versión generalizadas de los pobladores, el
“hueso de los muertos” (sa’qa’qa) o de los gentiles (gentilpa tullum o Wari
tullum9, se produce en el cuerpo del profanador de sus reliquias milenarias,
causándoles la muerte sino los curan con los ritos conocidos y especiales”20
En la antigüedad pre-incaica, es decir antes que fueran conquistados por
los incas, según el testimonio de los kurakas y los señores principales que
declararon en 1586:
“En cada pueblo había un señor, que ellos llamaban
curaca, al cual no le daban más tributo que comida y leña y
servicio y labrarles sus tierras; y que el principal de esta
provincia se llamaba Condor Curi (Kuntur Qori), que quiere decir
buitre de oro, y este era el principal...Otro principal se llamaba
Yanquilla (Yanke Illa), que no se sabe lo que dice en lengua
española. Otro principal dicen que hubo que se llamó Caxa Angasi
que quiere decir espina azul”
19
Hay tanta evidencia entre los pobladores sobre esta maldición ; al extremo que varias
personas mostraron al autor sus cicatrices que le dejaron los “huesos del gentil”. Nos dijeron,
que el “hueso les causa tal dolor que podría morir, sino sale a tiempo del cuerpo, mediante
invocaciones y ritos que algunas personas saben hacerlo ” hasta la fecha. Otro testimonio,
recogido por J. Szeminski y J. Ansión, confirmando esta tradición popular en la provincia de
Cangallo , dice: “un día una señora huamanguina hizo sacar restos de estos abuelos . Después
de un tiempo le habían aparecido le ayutullo (hueso de muerto) en la cara, o sea es como una
enfermedad que aparece y se desarrolla en cualquier parte del cuerpo de una persona. La señora
tuvo que hacerse operar en Lima todavía” (Allpanchis. 1982. No, 19; 187-233).
los Estados imperiales y en el curso de su historia milenaria habrían vivido –
dentro de su autarquía- dependiendo siempre de los Estados políticos de turno,
directa o indirectamente recibiendo sus influencias en el curso de su desarrollo
regional y local, en la periocidad de las edades andinas que relata Guaman Poma.
21
Guaman Poma, dice que les llamaban : “Incap chaquin” (1936; 33), Polo de
Ondegardo, que todos: “los anderos del ynga era... de la provincia de los Lucanas” por que
tenían el paso llano (1917; 87), confirman este género de tributo : Garcilaso de la Vega (Lib. VI.
cap. III) y B. Cobo (Lib. XII, cap. XXXIII).
22
P. Cieza de León. 1943, cap. XLVII; 227-230; Cabello Valboa. 1951, cap. XV: 304;
Sarmiento de Gamboa. ¡965, cap. XXXV; 240; Murúa. 1962, cap. XIX; 46; Juan Santa Cruz
Pachacuti. 1968; 299; Relación del valle de Chicha (1558). 1936; 236-246; A. de Herrera 1945,
Dec. V. Lib. III, Cap. XII
El español de Auquimarca (Auki Marka) estaba a 12 leguas de la ciudad de Huamanga
según la probanza de Diego de Silva (R. Porras RNS. . No 15; 1951; 51) y 18 leguas según la
relación de la Villa Rica de Oropesa . es una : “peña grandísima redonda , puesta en un cerro
bajo... una entrada por una estrecha abertura con una escalera hecha a mano...Encima de la
peña hay un llano grande que por algunas partes tiene un tiro de ballesta . Estaban edificadas
muchas casa de buena labor...En la plaza desta peña se levanta un peñasco de altura de una
pequeña lanza, en la cual hay una abertura de altor de un estado y se hace un hueco como
bóveda y de lo alto de ella destila y gotea a prisa agua muy buena” (M. Jiménez de la espada.
1965. I. , 308).
En este lugar se defendieron los Soras y los pueblos comarcanos hasta que capitularon.
En 1554, el capitán D. de Silva se guareció y se defendió del capitán Pizarrista Juan de Acosta.
En 1968, en compañía del arqueólogo Mario Benavides lo buscamos inútilmente en las
comarcas de Vilcasguaman . V. Navarro del Aguila, cita una localidad con este nombre a 7 Km.
al E. de Pomacocha de 1.7000 Km.2 de extensión, que por su topografía y distancia no parece
ser el esquivo Auki Marka.
Rukana, quedaron de todas maneras incorporados al nuevo imperio andino o
Tawantinsuyo, como dependencia del tokrikuq del Wamani (Alconprovincia) de
Willka Waman. desde entonces, las parcialidades de Hatun Rukana y Laramati
con otras de la región, fueron reorganizadas ya adaptadas la administración
“orden” del los incas. Según la política integracionista del Tawantinsuyo, parte de
sus habitantes debieron ser permutados por otros de distintas localidades (mitmaq)
como un a forma de dominación y de transferirse sus conocimientos y practicas
tecnológicas. Por ejemplo etnias de Collao se establecieron en Soras y los
Chillques de Paruro en los ayllus de Qochani, como enclaves incas de stas
localidades. Estas permutas étnicas, explican la sorpresa del corregidor Luis de
Monzón, que dice en 1586:
“En este repartimiento hay muchas diferencias de lenguas,
porque casi cada cacique (kuraka) tiene su lengua aunque
todos hablan y se entiende en la del Inga ; y a la lengua
diferentes de la del Inga en la que se hablan y entienden,
la llaman Hauhasimi (hawasimi que requiere decir lengua
f8uera de la general, que es la del Inga , que todos en
común usan de esta lengua ... y en la que tratan de hablar
con los españoles ”
24
J. A del Busto, en sus eruditas biografías, dice que fueron tres los españoles que
fueron enviados a la ciudad del Cusco: los marineros Pedro Martín Bueno y Pedro Martín de
Moguer, y el sastre Pedro de Zárate (Rev. Historia y cultura (RHA). 1969. No. 3; 57-59.
Humanidades. 1969 NO. 3; 19-27)
es otra. Por varias fuentes documentales sabemos que iniciada la gran guerra de
reconquista peruana en mayo de 1536 para echar a los españoles. Las
parcialidades Rukanas y sus ayllus sin vacilar, se unieron a las fuerzas patriotas de
Manco Inka Yupanki, el joven y valeroso nuevo monarca del Tawantinsuyo.
esta guerra de reconquista, prueba la falsedad de la versión que sostenía
que en el crepúsculo sangriento de Cajamarca,- el 16 de noviembre de 1532- un
puñado de españoles derrumbaron al imperio Inka. lo que ocurrió en este fatídico
día, fue nada más que el final de la rebelión del incauto Atao Wallpa,
impropiamente llamado el último Inka. Se sabe ahora, que el Tawantinsuyo cayó
victima de sus divisiones internas y de la tecnología bélica europea 40 años
después: En 1572. Con la ocupación militar de la ciudad de Vilcabamba y la
decapitación posterior de Thupa Amaro, el último de nuestros incas, el 23 de
setiembre de citado año de 1572 en la plaza del Cusco.
Muerto Atao Wallpa, - el 26 de julio de 1533- por sentencia de Francisco
Pizarro, al que Guaman Poma lo llama con justeza “ Iskay Sonqo” ( dos
corazones, traidor) por haber ordenado la muerte de su regio cautivo faltando a su
palabra. los hijos de Wayna Qhapaq, que estaban en Cajamarca, con Thupa
Wallpa, partieron al Cusco el 11 de agosto de este año. Sin más resistencia que la
del capitán ataowallpista Yucra Wallpa en Vilcas y Vilca Conga. En Jauja murió,
Thupa Wallpa y después en el valle de Xaquizaguana o Sacsaguana, el nuevo Inka
Manko Inka Yupanki se alió con Francisco Pizarro jefe de la hueste extranjera
para asegurara el poder y acabar con el reducto rebelde al mando del capitán
Kiskis.
Es importante aclarar, que por la alianza de Sacsaguana, Pizarro reconoció
el derecho y autoridad del Inka y se comprometió a servirlo contra Kiskis. fue así
como el 15 de noviembre , entró al Cusco Bajo la protección del Inka y como su
“magnífico aliado”-según R. Porras- y no como conquistador, como falsamente
afirmo Pizarro después en la probanza en el pleito con Almagro que también
alegaba haber conquistado la capital del Imperio . aunque esta alianza fue
cuestionada por Vila Oma (el pontífice del Sol) , al final aceptó el convenio
político , que de hecho terminó con la derrota de Kiskis en la batalla de
Maraycalla a fines de mayo de 1534.
En este año, quizás antes el Inka se dio cuenta que sus aliados no eran
los aventureros que había pensado, sino la avanzada de otra potencia militar que
se había infiltrado en el Imperio aprovechando de sus luchas internas y que
pretendían entonces disputarle el dominio de la tierra. De inmediato,-según la
copiosa información que existe – el Inka se preparó para echarlos del Perú .
Lamentablemente descubierto sus planes fue apresado a mediados de 1535 y
después de algunos intentos, logró evadirse al Cusco a mediados de abril de 1536
y después del famoso juramento patriota de calca, en los primeros días de mayo
de este año, puso cerco y atacó la ciudad del Cusco, defendida entonces por más
de 40,000 soldados de sus hermanos y Waypar e Inquill y los más o menos 2000
españoles que habían en la ciudad. (E. Guillén Guillén. 1980. cap. VI; 126-195).
Aunque es posible que los Rukanas, formaran parte de las tropas incas del
Chinchaysuyo que asediaron a la ciudad del Cusco en los primeros días del mes
de mayo de 1536, al mando de Qori Atao y otros capitanes (Titu Kusi yupanki.
1916; 65). Los Rukanas entran en los anales de la historia del Perú, entre mayo y
junio de este año de 1536, por la hazaña que hicieron al aniquilar a la expedición
enemiga del capitán Gonzalo de tapia, que enviada desde Lima para auxiliar a los
españoles del Cusco, fue destruída cuando intentó cruzar su territorio. 25 Así, los
Rukana, defendieron a la patria. por otros documentos se sabe, que la
beligerancia de las parcialidades Rukana continuó hasta 1538, que fue
26
sangrientamente reprimida por el capitán Alonso Álvarez de Hinojosa, enviado
25
R. Levillier. G del Perú . II; 103.
26
Revista de Archivos y Bibliotecas (RAB) 1898. Año I, vol I; 380; 89. Se dice que esta
expedición participó el capitán Juan de Lira y que la patriótica resistencia de los Rukanas, fue
heroica y les dio “muchos trabajos”. También intervino el capitán Diego Gallegos y confirma la
resistencia Rukana (AGI. Lima , 206).
En setiembre de 1537, pasó por la tierra de los Rukana el mariscal Diego de Almagro
con su prisionero el capitán Hernando Pizarro. Confiando en la lealtad de su viejo socio
Francisco Pizarro. La reunión de Mala Fracasó y el mariscal tuvo que regresar huyendo a
protegerse en la ciudad del Cusco. En los primeros meses de 1538, Hernando Pizarro con su
tropa cruzó también el territorio Rukana, dejando una estela de terror y sangre, llevándose a la
gente para cargar su impedimenta militar. es posible que entonces los Rukanas, se defendieran de
tal manera que provocó-después de las derrotas de Almagro en la batalla de las salinas-el envió
de la cita expedición punitiva.
desde el Cusco por Hernando Pizarro , conocido y denunciado como el hombre
más cruel de este apellido.
Aunque no hay información segura de las posteriores actuaciones de las
parcialidades de Laramati y Hatun Rukana, del nombre y número de los
corregidores y encomenderos que las gobernaron.27 Se sabe que en 1554,- sin otra
alternativa-tomaron el partido del rey contra Gonzalo Pizarro, que se alzó para
mantener la inicua explotación de los encomenderos y la impunidad de sus
crímenes (Calvete de la Estrella. 1889. II; 57-80) y en 1533, contra el rebelde
Francisco Hernández Girón, al que según Guaman Poma la derrotaron en
“Wachwapi tienqaqocha” (1936, 431) después de la victoria que había obtenido
contra el realista el mariscal Alonso de Alvarado,-llamado el Atila de los Andes-
por las crueldades que hizo en la sierra central entre fines de 1536 y los primeros
meses de 1537.
Asegurado el poder político del rey. las parcialidades de Laramati y Hatun
Rukana como los demás , quedaron a merced de los enemigos. Se inició desde
entonces, su larga y aprobiosa expiación secular con los otros pueblos del Perú.
repartidos en corregimientos y encomiendas, reducidos violentamente sus ayllus
en pueblos, resultaron sus habitantes las victimas de las codicias y lascivia de los
funcionarios civiles y religiosos, destruídos sus adoratorios, sus ídolos y penates,
según el patético testimonio de Guaman Poma, vivieron bajo el despotismo de:
“seis animales” que comían su pobreza: el tigre (el español del tambo), la zorra (el
padre de la doctrina), el dragón (el corregidor), el león (el comendero), el gato (el
escribano) y el ratón (el kuraka colaboracionista).. de allí la muletilla dolorida de
este trashumante cronista: “La justicia es de palo...” los curacas y funcionarios
son ladrones y putanieros (1936; 607, 608 etc). “y ..no hay remedio”.
Terminado trágicamente el primer intento de reconquista del Perú Inka en
1572, como está dicho, el Perú perdió su soberanía y quedó bajo el dominio de
España el Imperio más extenso y poderoso de Europa.
27
Al parecer, el primer encomendero de la región Rukana, fue un tal Francisco Isásiga,
que figura entre los beneficiados de la repartición de solares en la ciudad de los reyes (Lima)
hecha por Pizarro. este encargo de Pizarro, es posible, porque en Cajamarca estuvieron varios
señores de esta región entre noviembre de 1532 y agosto de 1533. (B. Cobo. Lib. I, cap. VII, 304).
Empero, el Perú, no asumió una actitud conformista y plañidera como
aparece en las historias tradicionales. Sino altiva y serena. Repuesto del
infortunio, continuo la guerra permanente para reconquistar su soberanía y la
vigencia de su ideología cívica y religiosa. La historia de los siglos XVI, XVII y
XVIII, demuestran palmariamente, que pocos pueblos como el Perú, lucharon
con más ahínco y derramaron su sangre a torrentes por su libertad y la de
América, por el respeto a la dignidad humana y la justicia social. Fue el pionero
de la lucha anticolonialista mundial, de la abolición de la esclavitud y contra los
modelos extranjeros o trasnacionales contrarios a su realidad física y la
idiosincrasia poliétnica de sus gentes en el archipiélago ecológico del mundo
andino.
La nueva historia del Perú, esta jalonada por hitos de esta altivez nacional;
el segundo intento de reconquista con Juan santos Atao Wallpa (1742-1752?); el
tercero con los Thupa Amaro (1780-1783); el cuarto con Pumakawa y los
Angulo (1814-1815) que culminó con el quinto intento en 1824, que un puñado de
peruanos y sus fraternales aliados, echaron para siempre a los españoles del Perú y
restauraron su vieja soberanía.
28
En 1583, el “Repartimiento de Laramati y Hatun Rukana”, organizado
por la administración toledana, tenía entonces una población de 15.000 habitantes
y 2.811 tributarios. Sus antiguos ayllus habían sido reducidos en los siguientes
pueblos:
1. San Francisco de Hatun Rukana
2. Santa Catalina de Uruysa
3. San Pedro de Pallco
4. San Pedro de Soncochi
5. San Salvador de Laramati
6. San Miguel de Guaccuas
7. San Pedro de Ocaña (cacha)
8. Concepción de Huasirana
9. Santa Magdalena de Uchuymarca
10. Santiago de Querotampu.
11. San Cristóbal de Uraguasi
12. Santa Lucía de Azqui
13.San Cristóbal de Saysa
28
Cristóbal de Miranda. “Relación de los corregimientos y otros oficios que se proveen en los
reynos del Perú...Los Reyes. Febrero de 1583” (JLPB. I,; 168-280)
14.Santo Tomás de Huanca
15.San Cristóbal de Chupi
16.San Juan de Mallco
17.El nombre de Jesús de Puquio
18.Santa Cruz de Moryompampa (¿?)