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Cómo se hace un asiento de apertura

Publicado por Nubox | 18 de enero del 2018

De todos los asientos contables, el de apertura es el más importante. Sin él no sería posible la
iniciación de períodos, del Libro Mayor y el consecuente registro de actividades y operaciones
económicas. Aunque actualmente los software de contabilidad los generan prácticamente de
manera automática, es importante que aprendas cómo se hacen y en qué consisten.

¿Qué es un asiento de apertura?


Es el punto de partida del ciclo contable, es decir, del conjunto de operaciones realizadas por
una empresa durante un ejercicio contable, cuya duración cronológica es de un año (del 1 de
enero al 31 de diciembre). Básicamente, consiste en reflejar los saldos iniciales de todas las
cuentas que conforman el balance de situación inicial, aunque -dada su naturaleza- no puede
contener cuentas de gastos e ingresos (resultados).  

En cierta forma, es el que le da inicio al Libro Mayor  pues, una vez realizado el asiento, se
deben tranferir los movimientos al libro. De esta manera, se refleja dicha información inicial en
sus cuentas.
 

¿Quiénes deben hacer el asiento de


apertura?
Al tratarse del asiento que permite iniciar el ciclo contable,  es indispensable elaborarlo al
inicio de actividades o al momento de reanudar el ejercicio económico , inmediatamente
después de realizar el respectivo cierre del período anterior.  

Lee también: ¿Cómo preparar un informe financiero en


contabilidad?
 

Deben hacerlo todas las organizaciones, ya sea al momento de empezar operaciones o cada
año, después de cerrar el período. Ten presente que para diferenciar el uno del otro,  suele
llamarse “de apertura” al asiento elaborado para iniciar el primer período de actividad de
la empresa, y “de reapertura” cuando se hace referencia al reinicio del ejercicio de un negocio
que ya está en marcha, aunque -en estricto rigor- se trata del mismo asiento.

¿Cómo se hace un asiento de apertura?


Cuando una empresa es nueva, es decir, cuando está recién constituida y no existe un balance
inicial, realizar el asiento de apertura es bastante sencillo. Todo es cuestión de involucrar las
cuentas de caja o bancos (por los aportes de los socios), y los conceptos extras que relacionan
los activos fijos de la organización.

Sin embargo, la situación se hace compleja cuando se trata de aperturas para empresas que
acaban de cerrar el período anterior o que nunca han llevado contabilidad. Para ello, el proceso
es el siguiente:

1. Prepara la contabilidad en base a la cual vas a hacer el asiento de apertura  

El asiento de apertura se hace en base al cierre del período inmediatamente anterior. Recuerda
que dicho cierre se genera saldando todas las cuentas patrimoniales abiertas. Para ello, se
tuvieron que haber cargado las cuentas con saldo deudor y abonado las que poseían saldo
acreedor. Asegúrate de que dicha operación se encuentre a la perfección y todas las
cuentas estén cuadradas. 

En el caso de que la empresa ya exista, pero la contabilidad la hubiese estado llevando un


profesional externo, lo que debes hacer es tomar el Balance de Sumas y Saldos (los saldos de
todas las cuentas) al 31 de diciembre, y empezar a relacionar todas las cuentas patrimoniales
para, posteriormente, realizar el respectivo asiento de apertura.

¿Y en caso de que no exista información contable de la empresa? Entonces tendrás que


elaborar un Balance de Inventario, que consiste en hacer un listado detallado de todos los
bienes, derechos y obligaciones que tiene la empresa. Luego, valoras la información y la
relacionas en sus respectivas cuentas. 

2. Inicia el asiento de apertura del nuevo período

Ten presente que, con los mismos elementos patrimoniales que se termina un ejercicio, se inicia
el siguiente.

Por lo tanto, en el asiento de apertura se abren todas las cuentas patrimoniales, registrando en
el “Debe” las cuentas que -al cierre del período- tenían saldo deudor, y en el “Haber” las que
presentaban saldo acreedor. Se trata de hacer la operación inversa a la realizada en el asiento
de cierre. 

En ese sentido, imagina que al cierre del ejercicio de la Compañía X su balance arrojó las
siguientes partidas:

Activos Pasivos

Maquinaria: Capital: 1.000


1000

Existencias: 500 Reservas: 800

Clientes: 500 Deudas: 1.000

Caja: 800  
 

Siendo así, el asiento de apertura se formaría de la siguiente manera:  

1.000 Maquinaria

500 Inventario

500 Clientes

800 Efectivo Capital 1.000

Reservas 800
Deudas 1.000

3. Pasa la información al libro mayor

Luego de realizar esta operación con cada una de las cuentas que conforman la contabilidad de
la empresa, debes pasar los datos al Libro Mayor. Al hacerlo, no olvides que  las cuentas de
Activos  nacen por el Debe, mientras que las de Pasivos nacen por el Haber.
 

Aunque se trata de un procedimiento que parece sencillo, puede complicarse en la medida en


que haya más cuentas para reabrir. Para efectos del ejemplo, se registraron las cuentas a nivel
general, pero en la vida real es posible que te toque generar un saldo de apertura por cada uno
de los componentes de una cuenta.

Entonces, si “Maquinaria” está conformada -por ejemplo- por 10 máquinas de coser Singer
Serenade 8280 y 10 Toyota SPB15, deberás crear una apertura por cada referencia. De
hecho, el balance de sumas y saldos debe venir detallado de esa manera.

Los software de contabilidad modernos sí que saben cómo se hace un asiento de apertura, pues
vienen diseñados para generarlos automáticamente. El procedimiento específico depende de la
interfaz de cada plataforma, pero siempre se trata de dar unos cuantos clics y esperar unos
segundos a que el programa haga su trabajo.

Para tener los mejores resultados, debes haber gestionado la contabilidad en el mismo sistema,
cuidando de no haber omitido ningún registro a lo largo del año.

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