Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
De todos los asientos contables, el de apertura es el más importante. Sin él no sería posible la
iniciación de períodos, del Libro Mayor y el consecuente registro de actividades y operaciones
económicas. Aunque actualmente los software de contabilidad los generan prácticamente de
manera automática, es importante que aprendas cómo se hacen y en qué consisten.
En cierta forma, es el que le da inicio al Libro Mayor pues, una vez realizado el asiento, se
deben tranferir los movimientos al libro. De esta manera, se refleja dicha información inicial en
sus cuentas.
Deben hacerlo todas las organizaciones, ya sea al momento de empezar operaciones o cada
año, después de cerrar el período. Ten presente que para diferenciar el uno del otro, suele
llamarse “de apertura” al asiento elaborado para iniciar el primer período de actividad de
la empresa, y “de reapertura” cuando se hace referencia al reinicio del ejercicio de un negocio
que ya está en marcha, aunque -en estricto rigor- se trata del mismo asiento.
Sin embargo, la situación se hace compleja cuando se trata de aperturas para empresas que
acaban de cerrar el período anterior o que nunca han llevado contabilidad. Para ello, el proceso
es el siguiente:
El asiento de apertura se hace en base al cierre del período inmediatamente anterior. Recuerda
que dicho cierre se genera saldando todas las cuentas patrimoniales abiertas. Para ello, se
tuvieron que haber cargado las cuentas con saldo deudor y abonado las que poseían saldo
acreedor. Asegúrate de que dicha operación se encuentre a la perfección y todas las
cuentas estén cuadradas.
Ten presente que, con los mismos elementos patrimoniales que se termina un ejercicio, se inicia
el siguiente.
Por lo tanto, en el asiento de apertura se abren todas las cuentas patrimoniales, registrando en
el “Debe” las cuentas que -al cierre del período- tenían saldo deudor, y en el “Haber” las que
presentaban saldo acreedor. Se trata de hacer la operación inversa a la realizada en el asiento
de cierre.
En ese sentido, imagina que al cierre del ejercicio de la Compañía X su balance arrojó las
siguientes partidas:
Activos Pasivos
Caja: 800
1.000 Maquinaria
500 Inventario
500 Clientes
Reservas 800
Deudas 1.000
Luego de realizar esta operación con cada una de las cuentas que conforman la contabilidad de
la empresa, debes pasar los datos al Libro Mayor. Al hacerlo, no olvides que las cuentas de
Activos nacen por el Debe, mientras que las de Pasivos nacen por el Haber.
Entonces, si “Maquinaria” está conformada -por ejemplo- por 10 máquinas de coser Singer
Serenade 8280 y 10 Toyota SPB15, deberás crear una apertura por cada referencia. De
hecho, el balance de sumas y saldos debe venir detallado de esa manera.
Los software de contabilidad modernos sí que saben cómo se hace un asiento de apertura, pues
vienen diseñados para generarlos automáticamente. El procedimiento específico depende de la
interfaz de cada plataforma, pero siempre se trata de dar unos cuantos clics y esperar unos
segundos a que el programa haga su trabajo.
Para tener los mejores resultados, debes haber gestionado la contabilidad en el mismo sistema,
cuidando de no haber omitido ningún registro a lo largo del año.