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TRATAR CUALQUIER GÉNERO PICTÓRICO EN RELACIÓN CON pintor realizó a lo largo de su dilatada vida y recordar que, .

el trabajo realizado por Goya dentro de él, supone constatar como siempre, comenzó con obras nada sobresalientes en su
la transformación que dicho género sufre en contacto con la contexto artístico y acabó transformando totalmente las imá-
mente y la mano del pintor. Y esto puede decirse no sola- genes y su significado.
mente de los temas que Goya trata de continuo a lo largo de Para ello vamos a revisar las pinturas de tema histórico
su vida, como puede ser, por ejemplo, el retrato, sino tam- ejecutadas a lo largo de su vida, vamos a observar los distin-
bién de aquellos otros que aborda mucho más raramente, tos enfoques que fue dando al tema, considerándolo en rela~
como la naturaleza muerta, e incluso esporádicamente, como ción con el tratamiento que le dieron sus contemporáneos y
sucede con la mitología y la alegoría. vamos a ver cómo finalmente tran'sformó el género, al tratar
Goya era poco respetuoso con la tradición, entendida ésta la historia que le atañía particularmente, que era historia
como transmisión de fórmulas, sometimiento a convenciona- viva para él, personal y colectivamente hablando. En esa et'!--=
Iismos, aceptación de autoridades y apego a un lenguaje adqui- pa final Goya es innovador, original y precursor de actitudes
rido por repetición y transmisor de valores pasados. A esto se muy posteriores en el tiempo, lo que explica la incompren-
debe la incomodidad de Goya con los géneros pictóricos más sión de sus coetáneas y la admiración de sus sucesores.
consagrados y reglamentados como son la alegoría y la pintu- Las primeras obras realizadas por Goya en relación con el
ra hist.órica, y a esto se debe también que, al abordados desde tema histórico son pinturas de historia en el sentido. aca-
un punto de vista nuevo y personal, los transforme, dando démico del término. Tal pintura en la época de GDya era pin-
tugar a una renovación del lenguaje alegórico y a una nu~va
1 tura del pasado, de héroes y de hechos gloriosos y ejempla-
concepción de la pintura histórica, que pasará de ser un géne- res, de lo que históricamente quería recordar y transmitir un
ro académico dedicado a héroes y hazañas del pasado a ser un país, una dinastía, una clase, una ideología. Había, pues, de .
testimonio VIVOde hechos de los seres humanos del presente. ser hecha con nobleza, dignidad-y grandeza, mostrando el
Hoy vamos a fijamos particularmente en el,género histó- ~jemplo que los personajes del paSado. daban a las gentes del
rico, que abarca muchas manifestaciones, que goza de unaTar- presente. Era el género que exigían las academias para los
guísima tradición y que tuvo, precisamente en los años de concursos, el que proporcionaba lDSgrandes encargDs, el que
vida de Goya, una transformación que dio como resultado lo consagraba a los artistas, eLDbjetD fundamental de la crítica
que conocemos hoy como "pintura de historia", iniciada y de las grandes exposiciDnes.· Era pintura académica por
como tal en el Neoclasicismo, desarrollada sobre todo en el excelencia, esto es, enseñada, reglamentada y encargada CDn ,
Romanticismo y considerada oficialmente, durante muchos exquisitez de detalle para que la imaginación de IDS artistas
años, la de primera categoría dentro de los géneros artísticos2• no alterase la "verdad" y el "ejemplo.'; histórico., es decir, de
Un texto español de 1838L- es decir, posterior en muy características totalmente opuestas a la personalidad y a las
pocos años a la muerte de .Goya, indica que esta pintura es aspiraciones de Goya en su madurez.
la que "exige grandes conocimientos artísticos y literarios; No obstante, en su juventud, nuestro pintor se sDmetió
mucha filosofía y meditación y todas las dotes, en fin reuni- en varias ocasiones a estos requerimi_entDs académicos, oca-
das que constituyen un gran pintor"3. siones relacionadas con la COnVDCa!Dria J:le concursDs, cuya
Goya, como veremos, hizo obras que pueden considerar- resolución favorable era de gran importancia para el futuro
se pintura de historia, pero hizo sobre todo pintura de del artista.
hechos que han pasado a la memoria escrita de la humani- Las primeras noticias que tenemos de pinturas de este
dad por su importancia en la vida colectiva. Así pues, al tra- tipo realizadas por Goya se refieren a su participación en lD~
tar del tema histórico en la obra de Goya, hay que matizar premios de la Real Academia de San Fernando. de Madrid,
muy bien los diferentes tipos de representaciones que este en 1766.

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Como es sabido, la academia convocaba concurso públi- puesto de tal manera, que levantándose la visera del yelmo y
co dando el tema concreto y detallado sobre el que los aspi- estando acompañado de un genio que le coge de la mano,
rantes debían hacer una obra "de repente", esto es, realizada contemple de lejos los campos de la sometida Italia, los ojos
en la misma academia, eL día fijado y en un plazo breve de y todo el rostro deberán manifestar la alegría interna y la
tiempo y "de pensado", es decir, pudiendo prepararla duran- confianza en las próximas victorias", según el texto inspirado
te un período de tiempo largo y realizarla en el estudio pro- en un soneto de Frugoni, antiguo secretario de la academia
pio para presentarla terminada el día fijado. convocante.
La relación de los temas propuestos por la academia en Gqya envía su cuadro a Parma y éste no obtiene el pre-
estos años muestra muy bien la preponderancia del argu- mio, pero sí una mención honorífica que Goya utilizaría des-
mento histórico y así sucedió en el caso de Goya, en el que pués en su país. Sabemos que, después del concurso, Goya
las dos pruebas a las que se sometió en 1766, la "de repen- manda el lienzo a España, donde se pierde su pista hasta épo-
te" y la "de pensado", tuvieron por objeto temas de hiStoria. ca muy reciente.
Para la prueba "de repente" se propuso "La disputa de En 1984 fue dado a conocer el boceto 6 y en 1994 se mos-
Juan de Urbina y Diego de Paredes en Italia, sobre a cuál de tró públicamente en el Museo del Prado el original tantos
ellos se deberían de dar las armas del marqués de Pescara". años buscado y finalmente encontrado y una serie de dibu-:-
Para la prueba "de ~ensado" el tema propuesto fue extraído jos relativos a estudios para la obra definitiva, que forman
de la Historia general de Espa11a del padre Mariana, el manual parte de El cuaderno italiano de Goya y que muestran el inte-
más utilizado desde su aparición en 1601. L9s concursantes rés y la atención que el pintor dedicó a esta obra 7.
habían de representar "La visita de Marta, emperatriz de La obra final muestra una representación muy fiel a lo
Constantinopla, al rey Alfonso el Sabio en Burgos para solÍCi- pedido por la academia parmense: Aníbal, acompañado del
tar la tercera parte de la suma que debía entregar al sultán, genio, se levanta la visera para contemplar la campiña italiana;
como rescate por su marido el emperadorValduino y al rey junto a él hay una alegoría del río Po, el río más representati-
castellano dándole la totalidad"f. vo de la península italiana, mientras al fondo aparece su ejér-
Goya no obtuvo ningún voto por sus obras y éstas no se cito y en el d~lo la Fortuna, que acude al encuentro de Aníbal.
han conservado, que sepamos, hasta la fecha. Sí se conocen, En la Galería Nacional de Parma se conserva el cuadro de
sin embargo, las obras "de pensado" de Ramón Bayeu y Luis Borroni, ganador del concurso, lo que nos permite compro-
Femándei, que obtuvieron el primero y el segundo premio bar que tanto él como Goya hicieron obras que pueden
respectivamente en ese concurso, y por las que podemos encuadrarse dentro de las corrientes italianas del barroco tar-
hacemos idea del tipo de obras que realizaban entonces los dío, estando el aragonés más próximo al hacer de Corrado
aspirantes a pensión académica5 y suponer que la de Goya Giaquinto. La pintura de Goya manifiesta interés en seguir
sería de ese mismo tipo, ya que en esos primeros años el pin- las directrices académicas, tanto en lo que se refiere a la ico-
tor se separa poco, en general, del hacer de sus coetáneos. nografía solicitada como a la nobleza de la obra en general y
La segunda ve,zque Goya aborda la pintura de historia es del héroe en particular, al que Goya concede el primer plano.
también en relación con un concurso académico; esta vez el Tenemos, pues, en esa etapa de juventud, unos ejemplos
convocado por la Academia de "Parma, en 1770, mientras que podemos considerar "pintura de historia", en cuanto
nuestro pintor se encontraba en Italia. pintura de hechos del pasado con personajes y hazañas ejem-
H tema propuesto a los participantes es "Aníbal vencedor plares y con fuentes literarias conocidas para respaldar su
comemg.lando Italia al traspasar los Alpes". Al igual que en representación, aunque, como vemos, en el Aníbal aparecen
España, la academia italiana predsa con todo detalle lo que mezclados elementos alegóricos de la tradición barroca muy
se ha de representar en la pintura: "Aparecerá Aníbal dis- difíciles de sustituir, como hemos estudiado en otro lugar8•
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En esos casos Goya sólo busca responder a lo solicitado de Goya, como parecen, tendrían .gr.an importancia para el
por la academia y el resultado son obras comunes a la pro- tema que aquí nos ocupa, ya que mostrarían un temprano
ducción de sus contemporáneos, sin preocuparse por los interés del pintor por representar acontecimientos contem~
planteamientos teóricos y prácticos del Neoclasicismo que poráneos y especialmente por representar la participación
llevarán más adelante a lo que será llamado propiamente popular en dichos acontecimientos.
"pintura de historia". Como es sabido, el ,motín de Esquilache tuvo lug~r en
No sabemos si años después, hacia 1776,volvería Goya a inte- Madrid, en el año 1766, precisamente cuando Goya estaba con-
resarse por la historia del pasado, ya que existen dos dibujos en cursando para el premio de la Real Academia de San Fernando,
el Instituto Valencia de Don Juan (G.W. n.OS 196-197) que Pita por lo que pudo ser testigo directo de los hechos 14. Si bien es
Andrade incluye en su estudio citado anteriormente y que Sán- verdad que se desconocen todo tipo de datos y circunstancias
chez Cantón había relacionado con un posible cuadro sobre el sobre la obra en cuestión, por lo que disertar ampliamente
tema de "La rendición de Sevilla a Fernando 111el Santo", y que sobre ella puede resultar un tanto infructuoso hoy por hoy, esta
corresponderían, caso de haberse realizado la pintura, a un nue- obrita nos sirve a nosotros perfectamente de introducción para
vo cuadro de historia, del tipo de los estudiados anteriormente9• lo que será el gran capítulo de la pintura histórica de Goya: la
Pita Andrade también incluye como cuadro de historia.--el representación de hechos históricos contemporáneos 15.
lienzo de San Francisco de Botja despidiéndose de su familia 10 Estas representaciones comienzan en realidad en una etapa
que, sin embargo, forma parte de un pequeño ciclo sobre la de madurez artística y humana del pintor, una vez que ha sufri-
vida de San Francisco de Borja, encargado al pintor aragonés do la grave enfermedad que dejó dañado su oído y resentido
por sus descendientes, los duques de Osuna, para la catedral de su espíritu, y que le preparó para vivir acontecimientos colecti-
Valencia y que nosotros incluiríamos más bien en el capítulo de vos dolorosos, con más profundidad y con mayor comprensión
pintura religiosa, aun a pesar de reconocer el interés de Goya hacia el sufrimiento humano. Por otra parte, el paso de los
por detalles "historicistas" en trajes y arquitecturas. Lo mismo años y el distanciamiento impuesto por su sordera le permiten
puede decirse del cuadro Predicación de San Bemardino de también observar .las ideas y las acciones de los hombres con
Siena ante Alfonso V de Aragón. Éstas son la~únicas obras más detenimiento y frialdad, con mayor escepticismo y menor
de Goya de historia del pasado de las que tenemos noticias. esperanza en los grandes principios y los nuevos ideales.
Sin embargo, por lo que sí mostró Goya interés .1Ull}' El interés por la representación de imágenes de la histo-
prontamente fue por representar hechos contemporáneos-de- ria contemporánea comienza en relación con los hechos de la
importancia histórica -tal y como lo juzgamos nosotros des- llamada Guerra de la Independencia española, un aconteci-
de nuestra perspectiva-, y así lo demostrarían dos cuadritos miento traumático en la vida de España y de Goya; una gue-
(general aunque no unánirnente atribuidos a Goya, entre rra entre españoles y franceses, pero también entre dos for-
otras cosas, por la dificultad de examinarlos directamente mas de pensar y sentir dentro de la misma España, y e-ntre
desde su exposición en 1925), tal vez bocetos para una gran un pueblo y un ejército extranjero que interviene brutal e
obra, interpretados primeramente como representaciones de interesadamente en su historia.
"Carlos 111promulgando el edicto de expulsión de los jesui- Esto provoca la segunda gran crisis en la vida de Goya.
tas" y "Cumplimiento de la orden de expulsión" y rectifica-
11 Para él esta ruptura de la convivencia social es también una
dos después como El modn de Esquilache, el segundo 12, y ruptura personal interior, es el choque entre una elerción per-
como Carlos 11Iescuchando a sus constjeros durante el modn sonal identificada con la libertad y el progreso, representados
de Esquilache, el primero 13. por los ideales franceses, frente a la ignorancia, el retraso y el
Se trata en realidad de una escena callejera y otra oficia\, oscurantismo españoles y una experiencia desufrimieñto, de
seguramente relacionadas entre sí. Si realmente fuesen obras horror y de barbarie compartidos con quienes estaban ajenos
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a estos ideales e iniciados por aquellos dos asa/randa una dí/ígencía, tema que ya
q-ue los representaban. había o'atado Gaya anteriormente en una
Naturalmente lo que hace Gaya no de las pinturas hechas para la Alameda de
es "pintura de historia", sino pintura de Osuna en 1786-1887. El tema es el mismo,
hechos humanos contemporáneos, tras- pero aquí, el paisaje más desnudo y el colo-
cendentales pa ra él, hechos violen tos, rido más escueto hacen que la escena gane
dolorosos, salvajes y heroicos a veces, en realismo y pierda en pintoresquismo.
pero sobre todo reales y vivos, que afec- Los temas de violencia, que igual-
tan a su vida misma, a la de su familia y mente podríamos llamar temas "sociales",
sus amigos, a la de su tierra, y que son, BANDIDOS ASAllANOO UNA DILIGENCIA, 17')_::;-94.Cole(ción p_1rtind,lr
puesto que son habituales en la historia
por tanto y a la vez, su historia. española de aquellos años, vuelven a re-
Esos hechos son "históricos" también para nosotros, vis- petirse en obras siempre de pequeño formato y hechas para
ta la importancia que revistieron en la historia colectiva el propio pintor, y su cronología oscila, según los estudiosos,
española -y europea-o Son hechos de nuestro pasado y somos entre 1794 Y 1812, mezclándose, pues, ya con las imágenes
pues, nosotros, los que desde nuestra perspectiva, damos a pertenecientes a episodios de la guerra. Se trata de escenas de
estas imágenes la categoría de "pintura histórica". bandidaje (asaltos, robos, asesinatos, violaciones), que años
Para Gaya, inmerso en su dinámica, fueron sobre todo después se repetirían de forma no muy distinta en el contex-
hechos dramáticos y actuales, aunque también fuera cons- to bélico.
ciente de su importancia y de su repercusión futura, según Algunas de estas escenas corresponden a hechos y personajes
atestigua la tan frecuentemente citada carta del 2 de octubre populares en aquellos a1'10s,como fray Pedro de Zaldivia y el ban-
de 1808, dirigida a José Munárriz, secretario de la Real Aca- dido Maragato, protagonistas de una historia difundida por
demia de San Fernando, para excusar su ausencia de la mis- medio del grabado y de la literaulra. Gaya la representó en seis
ma por tener que ir a Zaragoza: "a ver y examinar las ruinas cuadritos que aparecen inventariados, en 1812, en su colección
de aquella ciudad [tras el primer sitio), con el fin de pin- particularl8, aunque en este caso no hay especial énfasis en la vio-
tar las glorias de aquellos naturales, a lo que no me puedo lencia y resulta más bien una ilustración a una narración popular.
excusar por interesarme tanto en la gloria de mi Pao'ia" 16. Sin embargo, otras series, hechas seguramente con ante-
El cambio que nos interesa en la rioridad al comienzo de la guerra, se
temática de su pintura se manifiesta des- han interpretado por su iconografía y
pués de su enfermedad. En realidad, es su realismo como imágenes de guerra
durante su convalecencia cuando Gaya durante largo tiempo.
dedica tiempo por primera vez a pintar Tal sucede, por ejemplo, con la
obras que "no dependen de encargos" y serie llamada "Caprichos del marqués
que son hechas, por tanto, en plena liber- de la Romana", compuesta por ocho
tad en cuanto a tema, imaginación y gus- cuadros, que Sánchez Cantón propuso
to. De esto, como es sabido, deja constan- -y fue largamente aceptado- como
cia en la carta -también repetidamente parte de los doce "Horrores de la gue-
citada- que escribe a Bernardo de Iriarte, rra", en poder de Gaya en 1812 19 y que
el 4 de enero de 1794, notificándole la en estudio reciente se han identificado
remesa de unos "quadros de gabinete" 17.
MUJER(S ATACADAS POR SOLDADOS. 1808 12. Fr,íncfon. Sl:idelsches KUllsrinstlTl1\
más bien como parte de los once
Eno'e ellos aparece una escena de Bandí- "Caprichos de Gaya" que poseía, ya en
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1811, el marqués de la Romana, adelantando su fecha de lIas de fusilamiento, los cadáveres apilados o transportados,
realización a 17982°. el horror y la huida de la mujer con el hijo y, naturalmente,
La serie actual consta de ocho cuadros, al parecer sin rela- la figura ceno-al de amarillo, clave de la expresión e interpre-
ción argumental eno-e ellos. A nosoO-os nos interesan ahora tación de la obra22•
cuatro, que ofrecen algunas de las imágenes más realistas, cru- La importancia de esta serie, situada ahora fuera del con-
das y violentas de las ofrecidas por Gaya en toda su vida. Se texto de la Guerra de la Independencia, es quizás mayor, ya
trata de Bandidos fusilando a sus prisioneros, Bandido desnu- que demuestra el interés de Gaya por los temas de violencia,
dando a una n1Lljer,Bandido asesinando a una n1Lljery el ti tu- agresión e indefensión, antes de experimentados como algo
lado Fusilamiento en un generalizado por efectos de
campo militar (cats. 27, 28 la contienda. Diríase que
Y 31)21. En las tres prime- Gaya se preparaba psicoló-
ras obras el "escenario" gicamente para captar en
está hecho Únicamente profundidad los efectos y
con los elementos necesa- el alcance de tales hechos

rios para dar veracidad a cuando dejaron de ser sin-


la escena: volÚmenes y cla- gulares y extraordinarios.
roscuro para situar las 00-0 tanto puede de-
cuevas y abrigos escarpa- cirse de los dos cuadros

dos, lugar de refugio y de Caníbales del Museo de


actuación habitual de los Besan~on y MLljer degolla-
bandidos, y luz difusa y da por salvajes (colección
estudiada para dramatizar particular), realizados por
la escena, destacando los los m ismos años que la
elementos que conforman serie anterior y que as-
CANíBALES. MARTIRIO 1808-\4. Museo de Bes,lI1(on
la violencia en sí, la tur- 11.

cienden un grado más en


gencia de los cuerpos des- la escala del horror, al mos-
nudos femeninos, el miedo, la verguenza y el grito de las vícti- trar el descuartizamiento de seres humanos por sus congéne-
mas y el gesto torpe, prepotente y soez de los verdugos. La res. Como es sabido, estos cuadros con escenas de canibalismo
maeso-ía en la expresión y la belleza formal de estas pinturas se relacionaron primeramente con el arzobispo de Quebec y
hacen olvidar a menudo la impo.rrancia de su novedad. más tarde con mártires jesuitas del siglo XVII muertos a manos
La cuarta obra, llamada genéricamente Fusilamiento en de los indios iroqueses. La condición "salvaje" de los ejecutores
un campo militar por los dos elementos más claros de su "explicaría" en este caso la brutalidad de los hechos. Gaya
iconografía, seguramente se refiere a alguna historia real o subraya en sus obras los rasgos bestiales de los personajes
literaria (como el crimen de Castillo o la captura del bandi- en formas corporales y expresión de los rostros. No obstante,
do Maragato), todavía por conocer y cuya clave probable- aquí, como en la serie anterior, tenemos un antecedente de 10
mente está en la presencia de la mujer y el nifio en el cam- que Gaya o-ataría muy poco después como hechos reales de
po asaltado. Esta pintura, a menudo puesta en relación con sus "civilizados" coetáneos y también en ellos utilizaría el pin-
el posterior El tres de mayo de 7808. Los fusilamientos, pre- tor una expresión animalesca y brutal.
senta, en efecto, algunas de las semillas más fructíferas en las Vemos pues, en esos años, un interés de Gaya por la vio-
series dedicadas a la Guerra de la Independencia: las patru- lencia del ser humano, por sus instintos animales, por ese
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NO QUIEREN. 1810-15, pl;1I1ch<l 9 tANTO Y MAS. 1810, pLH1ch,) 22 NI POR ESAS. 1810 15. plalKl1a 11

lado oscuro presente en cada hombre que puede despertarse Las obras goyescas de esa etapa corresponden a los
sin explicación y que ya anteriormente le había llamado la hechos de la llamada Guerra de la Independencia espafíola, es
atención en la locura y se la llamaría, en nuestra opinión, en decir, de la invasión francesa de España, de la reacción popu-
ciertos aspectos de la brujería. Estas obras, qué duda cabe, lar, del ejército y de la guerrilla, a las consecuencias de la gue-
van preparando su ánimo para la representación de escenas rra en el campo y en la ciudad, en los pensamientos y en las
igualmente crueles y mu- acciones, en los individuos
cho más dolorosas por ser y en la sociedad. Y en esas
reales y próximas. obras es donde se produ-
Ahora vamos a volver
ciría el gran vuelco en la
al objeto principal de este representación y en la in-
trabajo: la obra de Gaya terpretación de los hechos
en relación con la gran históricos.
Historia, es decir, con Como es sabido, fran-
aquellos acontecimientos cisco de Gaya dedicó a es-
que tienen una repercu- te tema algunas de sus
sión importante en el obras maestras y otras de
presente y en el futuro de menor categoría.
una colectividad. Es aquí El inicio fue con dibu-
donde el pintor, como jos realizados como apuntes
todos los genios, ha con- o ideas desde los primeros
seguido sintetizar y expre- momentos de la invasión.
sar, a partir de experien- NO t-1AYQUIEN LOS SOCORRA 1812-15. plancha 60
Con ellos Gaya se propuso
cias personales y gracias a realizar planchas para con-
una sensibilidad muy fina y a una inteligencia muy despier- feccionar una nueva serie de grabados hechos, como Los capri-
ta, sentimientos y transformaciones de toda una sociedad, chos, por propia voluntad y con destino a su venta. El tema en
que afectarán más adelante a una gran colectividad que por este caso sería la guerra de los españoles cono-a Napoleón. Las
el momento sólo vive inconsciente y vertiginosamente aque- primeras planchas fechadas son de 1810. De los dibujos cono-
llo que se está gestando en su seno. La consciencia y racio- cidos algunos quedaron sin pasar al grabado y, de éstos, unos
nalización de tales acontecimientos tendrá lugar muchos pocos se corresponden con pinturas que se piensa que hizo
años después, cuando el tiempo haya permitido la reflexión Gaya. Las planchas se terminaron en 1820 y forman la serie
y las experiencias se hayan hecho generales; entonces se podrá conocida como Los desastres de la guerra.
comprender y admirar el genio del precursor. Las pinturas debieron componer serie, o series, mencio-
Todo esto es lo que nosotros estamos en condiciones de nadas como los "l--1orrores de la guerra" en 1812 y en 1824.
hacer ahora. Nosotros, al contemplar y estudiar la represen- Estas Últimas obras son sin duda las primeras terminadas y
tación de los hechos históricos en la pintura de Gaya, pode- las peor conocidas hoy. Por documentos publicados sabemos
mos comprender la transformación que experimentó no ya la que existía una primera (?) serie de doce cuadros, relaciona-
pintura de historia, sino la pintura y la historia. dos bajo este nombre en el inventario de los bienes del pin-
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POPULACHO. 1814-10, plancha 18 QUÉ HAI QUE HACER MAS!. 1812~15, pLlI1ch,1 H GRANDE HA7ANAI CON MUERTOS!, 1812-15, planchó! 39

tor, hecho en su presencia en 1812 y que pasaron en esa fecha mencionan en poder del marqués ya en 1811 y en que, si
a poder de su hijo JavierlJ. En 1828, a la m uerte de Gaya, hubieran sido inventariados en aquella fecha, ostentarían la
existía en su quinta de Madrid (cedida anteriormente a su "X" (inicial de Xavier) y el número correspondiente que se
nieto Marianito) una segunda (?) serie de diez cuadritos, indica en la relación (doce en este caso), cosa que no apare-
relacionados bajo este mismo título en el inventario realiza- ce en ninguno de ellos. Por otro lado, el estudio iconográfico
do por Antonio Brugada. ha demostrado que algu-
En 1887 Vifíaza publica una nos de ellos no represen-
nota del padre Tomás Ló- tan escenas de guerra si-
pez en la que dice haber no hechos coetáneos más
visto años antes en casa o menos extraordinarios

del h ij o de G aya" u na de la sociedad civil.

colección de tablas" que Otra serie que ha sido


representaban los "Horro- identificada con los "Ho-

res de la guerra", las cuales rrores" es la formada ac-

tenía el mismo Gaya en tualmente por seis tablas


mucho aprecio"24. Así pues, dispersas en varias co-
existieron una o dos series lecciones (G.W. n.OS 930-
de pinturas dedicadas a la 935: Escena de rapto y
Guerra de la Independen- asesinato, Mujeres ataca-
cia, las cuales se conocie- das por soldados (?), Frai-
ron bajo el nombre de le ahorcado, Escena de
"Horrores de la guerra" y AMARGA PRESENCIA, 1810-11, plJnchJ 13
prisión, Procesión, y Frai-
que se corresponden con les arrojando libros y pa-
las características de las obras vistas anteriormente (de peles al fuego), consideradas de hacia 1810 y que, en efecto,
pequeño formato, hechas para el propio pintor y que éste ofrecen en su mayoría imágenes similares a las escenas de la
tenía en gran aprecio). guerra. Cinco de estos cuadros llevan la marca "X9" con lo
Dado que se menciona un conjunto de doce en 1812 que, cual deben identificarse en realidad con los cuadros de
previsiblemente, como todo lo inventariado en ese momen- "varios asuntos" del inventario de 1812, diferentes pues de los
to, pasa a poder de Javier, y un conjunto de diez, que el pin- "Horrores de la guerra" citados en el mismo inventario.
tor poseía a su muerte en la quinta del Manzanares, es de Finalmente existe otra serie de diez pinturas (ocho lien-
suponer que existieron dos series bajo este mismo nombre. zos y dos tablas) denominadas "Desastres de la guerra" (G.W.
Los estudiosos de la obra de Gaya han incluido en el catá- n.OS936-944), debido a que seis de ellas (Mujeres atacando a
logo del pintor varias series con este título. soldados, Expolio de cadáveres, Buscando entre los muertos,
La primera, como hemos visto, los "Caprichos del mar- Pilas de cadáveres, Heridos en un hospital, Escapan de las lla-
qués de la Romana", que fueron identificados como parte de mas) ,corresponden bastante fielmente a imágenes de las
los "Horrores" realizados por Gaya antes de 1812, identifica- planchas de la serie homónima (n.o 5 "Y son fieras", n.O 16 "Se
ción rechazada en la actualidad, basada sobre todo en que se aprovechan", n.O 18 "Enterrar y callar", n.O22, 'Tanto y más",
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Los desastres fueron muy estimados por Gaya, que ocul- obstante, lo que en aquellas pinturas es tenido por secundario
tó las planchas para preservadas, y sabemos por el testimo- y utilizado para resaltar la figura del político-militar o la bra-
nio de su propio hijo -segÚn refiere el padre Tomás López, vura de la contienda, en Gaya se convierte en objetivo priori-
citado anteriormente- que la serie hermana de los "Horrores tario y protagonista Único de la obra.
de la guerra" era tenida en mucho aprecio por su padre, lo La novedad del enfoque goyesco al tema y a los personajes,
que parece confirmar también el hecho de que el pintor lo que nosoo-os reconocemos como "modernidad", es lo que
tuviera siempre una serie de este tema en su poder. hiza incomprensibles y aun escandalosas estas imágenes en su
Como es sabido, Los desastres de /a guerra comienzan tiempo (recuérdese al respecto los comentarios de Madraza al
con la imagen del visionario que "presiente" lo que va a pasar "populacho" escrito por Gaya en uno de los grabados) y lo que
y continÚa con las imágenes de lo que realmente ocurrió; pri- las han hecho proféticas e inmortales en el nuestro.
mero las acciones directas: luchas, heridas, asesinatos, eje- Es nuevo que la obra se dedique Ha los desastres", sean
cuciones, venganzas, violaciones, saqueos, incendios, bom- cuales sean las causas de la guerra, los participantes y los
ba rdeos; luego, las consecuencias in med iatas: huérfanos, intereses, y que se subraye la importancia del nÚmero de víc-
heridos, mutilados, h u idas, a ba ndono de pueblos y hogares; timas -cadáveres amontonados y anónimos- y la soledad de
y las diferidas: desa basteci m íento, ha mbre, enfermedades y los supervivientes.
más muertes. Finalmente, las consecuencias una vez termi- Pero quizás lo más extraño en su tiempo y lo más comÚn
nada la guerra: la represión en mÚltiples facetas. Hasta la cru- a la versÍón moderna de la guerra sea la atención sobre las
deza de las imágenes pri meras y la claridad de sus textos se consecuencias en la población civil, no ya la agresión directa,
convierten en fantasía y alusión soterrada y necesitada de sino la huida precipitada con criaturas, animales y enseres, el
interpretación en las posteriores. Y para terminar, una serie hambre en las ciudades con seres famélicos y esqueléticos,
de alegorías de enigmático significado, reflejo, segÚn se mi- desmayos y muertes callejeras, la ayuda insuficiente, el amon-
re, de la esperanza o desesperanza del pintor en el futuro. tonamiento y recogida de los cadáveres, los nillos abando-
La novedad de las imágenes ha sido resaltada numerosas nados, la solidaridad y la indiferencia, con escenas que son
veces, poniéndolas inevita- síntesis formidables de la
blemente en relación con impotencia, la desolación
otras pinturas que, exo-aor- y el peso de la muerte
dinariamente para su tiem- (n.os 60 y 62 de la serie).
po, prestan una atención, Las planchas que co-
aunque secundaria, a las rresponden a esto (n.os 44-
vícti mas (recordemos, co- 64) son ciertamente las que
mo dos de los ejemplos más nos recuerdan las expe-
más citados y conocidos, riencias actuales, las que más
las víctimas heridas de La se asemejan a las imágenes
conquista de Bahía, de periodísticas o televisivas y,
Juan Bautista Maíno y los por tanto, las que mueso-an
cadáveres de Napa/eón en cómo Gaya caló en la ex-
Ey/au, de Antoine Gros) y periencia que la guerra de-
sobre todo con los graba- ja en la mayoría de la hu-
FABRICACI()N DE Pl'lLVORA, 1810-14. MJdrid, pJtrimonio
dos de Jacques Callot, Las
N,lCioll,11
manidad. Las imágenes del
miserias de /a guerra. No hambre en el Madrid de

43
1811-1814-, se repi tieron en la m ¡sma ciudad en el siguiente siglo Estas pinturas, hechas en el período de 1810-1814, se conside-
y se repiten hoy en otras ciudades por las mismas causas. ran, como es sabido, imágenes de la partida guerrillera del ara-
Hay otros aspectos nuevos muy afines a la sensibilidad gonés Mallén, que seguramente Gaya consideró también parte
moderna, como son la crudeza en mostrar algu nos aspectos "de la gloria de su pan'ia".
brutales de la agresión (violación y mutilación) y la forma de También es anterior a la terminación de Los desastres la
representar las ejecuciones, especialmente los fusilamientos, elaboración de dos de las obras maesn'as de Gaya, igualmen-
siempre mecánicos y en algunos casos suprimiendo incluso la te relativas a la guerra contra Napoleón.
mano que aprieta el gatillo, con un enfoque "fotográfico" que El 24 de febrero de 1814 Gaya escribe a la regencia del
vendría realmente poco reino manifestando sus "ar-
después. y la importancia dientes deseos de perpe-
que adquiere la mujer. tuar por medio del pincel
Ésta aparece no solamente las más notables y heroi-
como objeto de agresiones cas acciones o escenas de
comunes o específicas (vio~ nuestra gloriosa insurrec-
lación), sino como sujeto ción contra el tirano de
activo en el ataque, la de- Europa", y solicitando ayu-
fensa y la venganza. Diríase da del tesoro público para
que el hecho de que se tra- realizar tales obras. La pro-
te sobre todo de una guerra puesta de Gaya es aceptada
de guerrillas hace que Gaya y, con fecha 9 de marzo de
capte, con sorpresa segu- 1814-, se ordena el pago
ramente, el carácter iguali- mensual de tal ayuda, y la
tario de la participación de obra comienza. De ahí sal-
ambos sexos fuera del cam- José Ap'lricio. EL HOMBRE DE MADRID, 1818. Madrid, Museo del rr,ldo drían los conocidísimos lien-
po de batalla. Precisamente zos de El dos y El tres de
en las escenas más violentas es en las que mejor se obser- mayo de 7808 en Madrid (Museo del Prado).
va la huella de obras anteriores comentadas más arriba Dejando aparte por el momento los verdaderos propósi-
(por Bandidos fusilando a sus prisioneros, en la
ejemplo, tos de Gaya al hacer el ofrecimiento de sus pinturas, lo cier-
plancha 26, "No se puede mirar"; Bandido desnudando a to es que las palabras empleadas -si es que fueron exacta-
una mujer, en las escenas del fondo de la plancha 11, "Ni mente las citadas en la respuesta- nos hacen pensar más bien
por esas"; Caníbales, en las planchas 33, "Qué hai que en "pintura de historia" al uso, es decir, de representación de
hacer mas?", 37, "Esto es peor", y 39, "Grande hazÚía! héroes, tiranos y hechos gloriosos, de exaltación de los espa-
Con muertos!" Y, por supuesto, Fusilamiento en un cam- ñoles conn-a la agresión francesa. Ahora bien, ¿qué es lo que
po militar, en numerosas. en realidad vemos -y en cierta medida vieron también enton-
Como hemos visto anteriormente, la serie de Los desastres ces- en los lienzos goyescos?
fue de larga gestación y, mientras la realizaba, Gaya pintó otras Los episodios representados son el inicio del levanta-
obras sobre la propia actividad bélica, como los dos cuadritos miento del pueblo de Madrid conn'a el ejército francés y los
Fabricación de pólvora y Fabricación de balas (G.W. n.OS 980- subsiguientes fusilamientos inmediatos de madrileíios. Epi-
981), que muestran la actividad de la guerrilla en la preparación sodios históricos suficientemente conocidos y ampliamente
de municiones para el aprovisionamiento a los combatientes. divulgados por medio de grabados contemporáneos, muchos
44
de los cuales representan dinarios, sino comunes a
las mismas escenas que toda la humanidad: desa-

Gaya eligió para sus cua- fío, rebeldía, horror, miedo,


dros. Algunos de ellos es- sÚplica, incomprensión, su-
tán realizados con ante- misión. Más que gloria,
rioridad a las pinturas, y héroes, ejemplos y sacrifi-
todos tratan de exaltar la cio, hay actiwdes humanas
acción de los madrileí'íos ante situaciones extremas.

que, prácticamente sin ar- Lo representado atañe, por


mas, se levantan contra El DOS DE MAYO DE 1808. LA CARGA DE LOS MAMELUCOS. 1814, Madrid. Museo dt'1 Pr,ldo tanto, a valores comunes
un ejército perfectamente que o'ascienden el momen-
pertrechado y que reaccio- to y el sujeto, y esto es lo
na "matando ferozmente que hace de los lienzos de
a víctimas inocentes", co- Gaya una obra de arte uni-
mo indica alguno de los versal, una obra que hace
textos de estos graba- sentir y comprender a cual-
dos28. Frente a esto, Gaya quier persona, en cualquier
representa algo menos lugar y en cualquier tiem-
heroico, menos local y po, sin necesidad de cono-
más ambiguo. cer los datos concretos de

En el primer cuadro El
una circunstancia histórica.

dos de mé!.Y0de 7808. La En palabras de Lafuen-


carga de los mamelucos, te Ferrari, Gaya no nos da
Gaya no enfrenta a un noticia de algo que ha su-
ejército perfecto frente a cedido y terminado en el
unos patriotas desarma- tiempo y es ajeno al que lo
dos, sino a dos grupos de pinta o al que lo ve, sino
hombres luchando y refle- que o'ata de dar la impre-
El TRES DE MAYO DE \808. LOS FUSILAMIENTOS EN LA MONTANA DE PRíNCIPE río. 1814. M,Hirid. Museo del Prado
jando por igual sus instin- sión que ese hecho tiene
tos de violencia. En primer para el sujeto que lo pinta:
plano, uno de los madrileños armado de puñal nos recuerda la "No existe el realismo asepoco, sino un subjetivismo que
misma figura y el mismo ademán empleado Úíos antes por el corresponde al arte moderno, pero este subjetivismo en Gaya
bandido que asalta la diligencia y mata a los que quiere robar. está enlazado con sentimientos y valores comunes al género
El tres de mé!.Y0de 7808. Los fusilamientos
En el segundo, humano: la violencia, la barbarie, la injusticia, el atropello, son
en la montaiia de Príncipe Pío, los hombres han cambiado; unos por tanto sentimientos y valores comprensibles por todos"29.
-los soldados- no tienen ros 0'0, son una formación perfecta Ésta es la nueva forma de representar los hechos his-
para una tarea incuestionable: matar con el riD110 perfecto y cal- tóricos que inaugura Gaya, es la nueva "pintura de histo-
culado de una maquinaria; los oO'os, los pao'iotas, son hombres ria" -aun antes de que cuaje el término con el Romanti-
que se enfí'entan a la muerte y que experimentan ante ella una cismo-, la que sí interesa a Gaya. Pero, ¿interesó a sus
variedad muy amplia de sentimientos, sentimientos no exo'aor- con tem poráneos?
45
Lafuente indica que las obras de Pero en el mismo siglo XIX y en 00-0
Gaya no se mencionan en ningún do- lugar surge también una nueva manera
cumento contemporáneo, los cuadros de representar los hechos históricos más
estuvieron largo tiempo en los depósitos próxima a Gaya y en cierto modo rela-
del Museo del Prado y aparecen por pri- cionada con él.
mera vez en el catálogo del museo de Aparece en Francia, de mano de un
1872. Frente a esto observemos la acogi- pintor joven, Eugene Oelacroix, que ad-
E. Dcl,lffoíx_ LA MATANZA DE <.luíos. 1824_ rMís, MIIset:' Gil LOllvre
da que tuvo el cuadro de José Aparicio, mira y estudia al artista espaílol aunque
El hambre de Madrid, de 18183°, relativo no lo conozca personalmente, y que ex-
a las consecuencias de la guerra, el mismo tema que Gaya pone públicamente cuando Gaya está en París.
trató en varias planchas de Los desastres, como hemos visto. Como es sabido, nuestro pintor se ve obligado a marchar
Aparicio presenta una composición neoclásica y retórica, a Francia en 1824. Pasa la frontera por Bayona el 24 de junio
con unos personajes sal idos del estud io y que actúan como de 1824 y llega a Burdeos poco después: "viejo, sordo, enfer-
seres macilentos y desmayados, con actitudes teatrales, que mo, solo y sin saber una palabra de francés", aunque también
rechazan aparatosamente el pan ofrecido por tres piadosos "lleno de ilusiones como un mozo y con ganas de vivir",
soldados franceses, que parecen no tener nada que ver con la según escribe Moratín a los amigos españoles. A los 78 años,
causa de su deterioro, y cuya penosa situación se debe más después de un viaje de 700 km en coche de caballos, nuestro
bien a no querer "Nada sin Fernando", que es el lema que anciano se detiene brevemente en Burdeos, saluda a los ami-
aparece en letras de oro sobre la pilastra derecha. gos y sale para París, ciudad en la que se encuentra ya cinco
El cuadro de Aparicio fue expuesto en la Real Academia días después de haber pasado la frontera espafiola.
de San Fernando y recibió los mayores elogios por parte de Gaya marcha a París con la ilusión de un joven y, sin
la crítica. A los dos afíos se mandó reproducir en grabado, lo duda alguna, con la voluntad y el convencimiento de apren-
que aseguró su difusión por todo el país y fue también lito- der aún, según refleja lo escrito por él mismo en uno de sus
grafiado. A la muerte de Fernando VII, el lienzo se tasó en dibujos de ese período, conservado en el Museo del Prado,
60.000 reales (sólo 20.000 reales menos que La familia de "aún aprendo", colocado bajo la imagen de un anciano con
Carlos IV, de Gaya). Naturalmente, no es ajeno a todo esto el dificultad de movimientos.
carácter publicitario a favor de Fernando VII que tiene el cua- Gaya estaría en la capital francesa desde finales de junio
dro, y que queda mucho más patente en la leyenda -del pro- hasta el 31 de agosto, y sabemos lo que hizo en la ciudad por
pio pintor- que acompaña al grabado de la obra y donde el los informes de la policía francesa que lo vigilaba como exi-
autor explica lo representado, y cómo el pueblo de Madrid liado espafiol: "sólo visita monumentos y lugares públicos"".
rechaza el alimento ofrecido por los franceses por no querer Precisamente en los días finales de su estancia en París
otra dominación que la de su legítimo ... Fernando V1131• se inaugura el Salón, cuya apertura estaba prevista para
Ése es el tipo de pintura de historia que recibiría tal nom- abril, pero que fue retrasado hasta el 25 de agosto. En él se
bre y que o-iunfaría en España en el siglo XIX, o-as la muerte de expone una obra del joven Oelacroix (26 afios), La matan-
Gaya, ya nosoo-os nos sirve para comprender mejor el salto cua- za de QL/íos, también un episodio de la historia contem-
litativo que representan las pinturas históricas de Gaya, lo que poránea, de la lucha de liberación que Grecia mantiene
explica la incomprensión de sus contemporáneos 32. Habrá que contra Turquía desde 1820, tema que centra el interés de
pensar, con Gassier, que: "puede decirse que [los cuadros de los jóvenes románticos europeos, algunos de los cuales
Gaya] fueron hechos para advertir no a los contemporáneos sino irían a luchar y a morir -caso de Byron en ese mismo año
al futuro, a la humanidad de las consecuencias de la guerra". 1824- en el lado griego.
46
'1

n.O25 'También éstos" y n.O41 "Escapan entre las llamas") y hechos representados en la serie, y nueva y fundamental la
otras dos a dibujos de la misma serie (Mujeres sorprendidas manera de hacerla.
por soldados, G.W. n.O 1.143, Traslado de heridos al hospital, Dentro de las obras de Gaya dedicadas a temas de la gue-
G.W. n.O 1.145) no utilizados para trasladarlos al grabado 25. rra, Los desastres son sin duda alguna la más importante, no
Dada esta circunstancia y la de que la serie ha sido conocida sólo por ser la más numerosa en imágenes y la que en cierto
por los estudiosos mayoritariamente por malas fotografías, modo generó todas las demás, sino por ser la que recoge
estas pinturas se consideran de dudosa atribución o incluso aspectos más variados de la guerra, la más intensa, la más
copias a partir de los grabados. sincera, y, por ello, la más comprometida -tanto que no se
Así pues, aunque nos conste que Gaya hizo series de pin- pudo imprimir en vida del pintor, debiendo esperar hasta
turas con escenas de los horrores de la guerra, en realidad, 1863-. Hecha en la intimidad aunque pensando en su publi-
ninguna de las atribuidas al pintor bajo este nombre parece cación, gestada durante años de vivencias dolorosas, expe-
corresponder realmente con las originalmente llamadas así, riencias valiosas y reflexiones profundas, la selección, presen-
a pesar incluso de que algunas de ellas sí presentan imáge- tación y comentario de sus imágenes suponen la ruptura más
nes de esas características. En cualquier caso, y para el obje- radical con la pintura histórica anterior y la intuición más
to que a nosotros nos interesa ahora, sus imágenes deben profunda de lo que han sido, son y serán las "fatales cons.e-
considerarse asociadas a las del conjunto de Los desastres. cuencias" de las guerras: el sufrimiento, la barbarie, la indig-
La serie conocida como Los desastres de la guerra es sin nidad, la destrucción y la inutilidad de todos ellos, verdade-
duda una de las obras a la que Gaya prestó más atención y ros protagonistas de las guerras, nunca reconocidos como
dedicación. En realidad, el título que Gaya dio al ejemplar tales y en todo caso mostrados en el arte como inevitables
regalado a su amigo Juan Agustín Ceán Bermúdez es "Fatales compañeros del sacrificio y la gloria de los héroes.
consequencias de la sangrienta guerra de España con Buona- Gaya omite cualquier referencia a ideales, intereses y espe-
parte. Y otros caprichos enfaticos" 26. Como hemos dicho an- jismos presentados como causa y explicación de las guerras, y
teriormente, existe una serie de dibujos preparatorios, de los muestra no el origen, siempre irracional, sino los hechos y las
cuales 65 corresponden a grabados conocidos y ocho o no se reacciones que desencadena en los seres humanos, los agresores
pasaron a las planchas o se desconocen. y los agredidos, el intercambio de papeles por la dinámica de la
Es la obra de proceso más largo de las dedicadas a la gue- violencia, la fuerza de la masa y la reacción del miedo y del páni-
rra, pues seguramente la primera se inició en 1810 (es la pri- co. No hay héroes, ni líderes, ni personajes singulares (sólo una
mera fecha que llevan algunas planchas, aunque lógicamente vez una mujer y de espaldas), es el pueblo sufriente ya la vez el
los dibujos sean anteriores) y se terminó la última en 1820. populacho agresor; cualquiera puede ser víctima y verdugo.
En torno a ella se realizaron también otras obras como las Esto es lo nuevo y lo que adelanta la visión moderna de
series de los Horrores de la guerra, mencionados más arriba, la guerra, lo que se comprendería fácilmente más tarde, des-
y los dos grandes cuadros de El dos y El tres de mayo en pués de años de experiencias similares, cada vez mayores en
Madrid, que veremos más adelante. número y más intensas en sufrimiento. Su sentido premoni-
Los estudios dedicados a Los desastres son numerosísi- torio, enunciado ya en "los tristes presentimientos" del pri-
mas, tanto del conjunto como de muchas de sus imágenes mer grabado, puede observarse en el aumento de interés
por separado. Se han señalado circunstancias históricas, fuen- hacia la obra en torno a los años de las dos guerras mundia-
tes icono gráficas y literarias, antecedentes y consecuentes 27. les de este siglo y entre los artistas más sensibles y concien-
Nosotros ahora sólo queremos señalar la importancia de esta ciados con la situación. Su facilidad de difusión, a partir de
obra en relación con la representación de los hechos histó- 1863 en que se imprimieron, les dio mayor repercusión en el
ricos, ya que verídicos y de importancia histórica son los arte posterior.
42
La pintura de Delacroix, realizada durante ese mismo Este lienzo se considera, y con razón, la primera compo-
Úío y bajo la influencia de Gaya y de los maestros españo- sición política de la pintura moderna (Argan); es la imagen
les 34, presenta en primer plano no la lucha y la victoria, sino del cambio de protagonistas de la historia, en ella se sustitu-
las víctimas, hombres, mujeres y nifíos y un soldado turco ye el campo de batalla por la barricada en la ciudad, el ejér-
en actitud arrogante. Es una postura nueva ante la guerra, cito por la acción conjunta del pueblo; no hay héroe singu-
una actitud ciertamente romántica de subrayar el sufri- lar pero sí heroísmo colectivo, y en el centro aparece el nuevo
miento de las víctimas por simpatía, y presentadas con dig- ideal, la Libertad, personificada como una antigua alegoría
nidad y nobleza para despertar una postura favorable, aunque con nuevos atributos: bandera nacional y bayoneta;
mientras el agresor adopta una postura altiva. De lo an- a ella corresponde la victoria y ella justifica el sacrificio de los
tiguo, sin embargo, -dejando muertos que aparecen en primer
aparte cuestiones formales- plano. El mismo Delacroix tiene
mantiene básicamente la acti- conciencia de la novedad de su

tud de buenos y malos. pintura y escribe a su hermano


¿Estaría el Salón entre los que ha empezado "un tema
"lugares pÚblicos" visitados por moderno, una barricada".

Gaya? ¿Qué pensaría Gaya ante Ciertamente el género histó-


esta pintura?, él, que ya había rico ha cambiado 37, pero sigue
realizado hacía años los "Horro- manteniendo héroes, ideales y
res de la guerra", Los desastres victorias que justifican el sufri-
y El dos y tres de mayo en miento y la muerte. Delacroix
Madrid. Nada sabemos35• inaugura la visión revol ucionaria
Gaya, de su estancia en de la historia del siglo XIX, mos-
trando el cambio de ideales.
París -que debió ser un perío-
E. Del,¡noix. LA LIBERTAD GUIANDO AL PUEBLO, 1850. rdfis, MlIsée dll LOllvre
do muy feliz, sin problemas, Gaya inicia una visión donde no
si n preocu paciones políticas o hay ninguna de aquellas tres
familiares, dedicado simplemente a conocer cosas nuevas, a cosas, y será el siglo xx el que comprenda el realismo de esa
aprender- lo que nos transmite en forma de dibujos (algu- falta de ideales. Tenemos, pues, en esas fechas, coincidentes
nos de ellos con la inscripción "lo vi en Paris") es que le lla- en el tiempo y en el espacio, a los dos maestros que cambia-
ma la atención 10 nuevo y lo diferente de la vida cotidiana, rían la representación de los hechos históricos. Gaya en 1814,
de las calles y de las gentes de París (las sillas de transpor- con El tres de mayo. Los fusilamientos en la montaF1a de Prín-
te, los coches tirados por perros, la guillotina, las vendedo- cipe Pío, Delacroix en 1830, con La Libertad guiando al pue-
ras ambulantes). blo. Éste adelantando la nueva interpretación histórica del
Ciertamente, su "aÚn aprendo", escrito en el dibujo del siglo XIX, aquél la del siglo xx.
anciano, se refiere al aprendizaje con los que siempre habían Si Delacroix es el maestro de la generación inmediata,
sido los verdaderos maestros de Gaya: la vida y las gentes. Gaya lo será de generaciones más remotas, muy especial-
El "aÚn enseño" nunca escrito ni dibujado por Gaya se mente de aquellas que vivirán la experiencia de las dos gran-
estaba realizando allí mismo en París, sin que él lo supiese, des guerras mundiales. Algunos, como Dix, estudiarán al
en el propio autor de La matanza de Quíos, y se haría paten- maestro espaflol para sus propios aguafuertes de la guerra
te seis años después en otra obra que revolucionaría aÚn más (Del' f(rieg, 1924 -por cierto, que también, como los goyes-
la pintura de historia, La Libertad guiando al pueblo 36. cos, hubieron de permanecer ocultos hasta 1962-); otros,
47
l.
como Grosz, manifestarán su opinión al respecto: "las obras porque "son de otro linage", ¿nos recuerdan algún país su-
de Gaya no son anotaciones a una lucha concreta sino un friente de la Europa actual?
documento eternamente vivo de la estupidez y la brutalidad Como vemos, la representación de hechos históricos por
humanas" 38. parte de Gaya se basa principalmente en su experiencia de la
La vigencia, aún en nuestros días, de la versión goyesca guerra y en la constatación de que ésta, cuando termina, no
podría verificarse en las imágenes y los comentarios de algu- trae una sociedad mejor, sino traumatizada, resentida, triste
nos de Los desastres; el "no se puede mirar", la "amarga pre- y sin esperanzas. Ésta es la pintura de historia que interesa a
sencia';, el "~o llegan a tiempo" y "no hay quien los socorra" Gaya y ésta es la nueva visión del antiguo género histórico.

NOTAS 5. Las obras se encuentran en la Real Academia de San e Iconografía. 11.n.O 4-. 1989, págs. 4-2+-427. Tanto Pita
Fernando de Madrid y pueden verse reproducidas en el Andrade como Sánchez de León indican el auge del tema
catálogo de la exposición Goya joven. op. cit., lám. XXXll. en el reinado de Fernando VI buscando un paralelismo
1. Sobre este tema puede verse Rosa López Torrijos, entre los dos reyes homónimos, que además dieron nom-
"Goya, el lenguaje alegórico y el mundo clásico. Las pri- 6. José Manuel Arnáiz y José Rogelio Buendía, bre a la academia madrileña.
meras obras", A.E.A, 1995, págs. 165-77, y "Goya, ellen- "Aportaciones al Goya joven", AE.A., 1984, págs. 169-
guaje alegórico y el mundo clásico. La etapa de madu- 176. Se pudo ver en la exposición Goya joven (/746- 10. Pita Andrade, op, cit., págs. 20-21
rez", AE.A.(en prensa). 1776) Y su entorno, Zaragoza, 1986,
11, José Milicua, "Anotaciones al Goya joven".
2. Sobre la evolución de la pintura de historia en 7. Jesús Urrea publicó el oportuno estudio ("El Aníbal paragone, 1954-, n.O 53, págs. 5-28.
España puede verse José Luis Díez, "Evolución de la pin- de Goya reencontrado", en El cuaderno italiano 1770-
turaespañola de historia en el siglo XIX", en'el catálogo 1786, Los orígenes del arte de Goya, Madrid, 1994-, págs. 12, Según nuevo estudio de Gassier (G.w. n,o 17).
de la exposición La pintura de historia del siglo XIX en 4-1-52). Los dibujos fueron anticipados en el estudio de
España, Madrid, 1992, págs, 69-101. Juliet Wilson-Bareau para la exposición realizada igual- 13, Pita Andrade, op. cit., págs. 15-18. donde los estu-
mente en el Museo del Prado, Goya, El capricho y la dia y justifica.
3. Palabras de la crítica a la exposición de la Academia invención, Madrid, 1993, págs. 100-103 y después publi-
de San Fernando de ese año, publicada en el Semanario cados en la obra citada anteriormente. 14-. Pita Andrade. en su estudio tantas veces citado, da
Pintoresco Español. citadas por Enrique Arias Anglés, noticia sobre circunstancias y posibles personajes del
"Los orígenes del 'fenómeno' de la pintura de historia 8. Sobre las alegorías de este cuadro y sus fuentes puede cuad ro goyesco.
del siglo XIX en España", Academia, 1986, n.o 62, pág, verse Rosa López Torrijos, op. cit., 1995, págs. 170-171,
206. El autor señala en este artículo la distinción entre 15, Contemporánea a Goya sería también, muchos
pintura de tema histórico y pintura de historia, aunque 9. Como se recordará. este tema fue tratado en el años después, la reunión de la Compañía de Filipinas en
sin entrar en la definición de ambas y situando el origen Barroco, preferente y lógicamente por pintores andaluces, 1815 presidida por Fernando Vll. tema del cuadro La

de esta última en el siglo XVIII y su desarrollo en el entre otros F. Pacheco, F. de Zurbarán, A. del Castillo, etc., junta de la Real Compañía de Filipinas, pintado por
Romanticismo. Goya. del que podríamos decir que representa un hecho
y en ocasiones confundido con otro episodio del mismo
reinado, "San Fernando recibe el tributo de Mohamed de histórico, en cuanto histórica -por lo insólita- es la pre-
4-. Goya joven (/746-1776) Y su entorno, catálogo de la Baeza", tema también propuesto por la academia madri- sencia del rey en su sede, causa de la realización del cua-
exposición, Madrid, 1986, pág. 14-. Pita Andrade da más leña para el concurso de 1760 (la fuente literaria es igual- dro, pero cuya importancia se limita a la pequeña his-
datos sobre este concurso en su Discurso de recepción a mente la Historia del padre Mariana) y del que se con- toria de la compañía,
la Real Academia de la Historia: Goyay sus primeras visio- servan algunos ejemplos estudiados por M.' Ángeles
nes de la Historia, Madrid, 1989, pág. 14-. Como el título Sánchez de León Fernández: "Testimonio histórico y estu- 16. Francisco de Goya. Diplomatarío, Zaragoza, 1981,
indica, este estudio recoge las obras históricas de Goya en dio iconográfico para un tema de pintura en la Real doc. 227, pág, 362.
sus primeros años, por lo que será citado aquí con fre- A~ademia de Bellas Artes de San Fernando: San Fernando
cuencia, al.mismo tiempo que remitimos a él para mayor recibe el tributo de Mohamed de Baeza", en "Coloquios 17. "de capricho e invención" en palabras de Goya
detalle y bibliografía sobre el tema. de Iconografía", 1988, publicados en Cuadernos de Arte (Díplomatario. op. cit., doc. 188', pág. 314-).

48
18. F. J. Sánchez Cantón, "Como vivía Gaya", A.E.A., Gaya. Grabador. Instantáneas. "Desastres de la guerra'; de 1808 en la pintura: el tres de mayo", Villa de Madrid,
1946, pág. 106. Pudieron verse en la exposición del Madrid, págs. 17-48, donde se hace un magnífico estu- 1986, n.O 88, págs. 39-47 y n.OS 89-90, págs. 23-31; Y Je-
Prado, citada en nota 7, con estúdio de Juliet Wilson dio de la serie con nuevas aportaciones sobre el contex- sús Gutiérrez Burón, "La fortuna de la Guerra de la

que incluye la historia y los grabados populares to histórico de lo representado. También puede verse la Independencia en la pintura del siglo XIX", Cuadernos de
sobre el tema. última obra de Valeriano BozaL Gaya y el gusto moder- Arte e Iconografía, 1989, n, n.O 4, págs. 346-357.
no, Madrid, 1994, con nuevas referencias bibliográficas.
19. Sánchez Cantón, op. cit., pág. 86. 33. Pierre Gassier, Juliet Wilson y Fran<;ois LachenaL
28. Muchos de ellos han sido estudiados anterior- Gaya. Ufe and Work, edición 1994, pág. 340.
20. J. Wilson, op. cit., págs. 272-286. Como se recor- mente en amplia bibliografía, de la que queremos recor-
d¡¡rá, los cuadros relacionados en el inventario de 1812 y dar aquí solamente los trabajos de Valeriano Bozal (el 34. La confrontación de las notas del diario de

adjudicados al hijo de Gaya llevan el indicativo "X" y el último, el citado en nota 27), el de Moffin citado en Delacroix relativas al proceso de elaboración del cuadro
número correspondiente, que no aparece en ninguno de nota 22 y el de Janis A. Tomlinson, Gaya en el crepúscu- y a su estudio de los maestros españoles ha permitido a
los que aquí tratamos, lo que confirma que no pertene- lo del Siglo de las Luces, Madrid, 1993, págs. 172-194. Florisoone hablar de "la génesis española" de esta pin-
cieron a tal inventario. tura. El día 7 de abril Delacroix, que está trabajando en
29. Lo dicho respecto a la bibliografía sobre Los desas- el cuadro, piensa hacer "des charges dans le genre de
21. Los otros cuatro cuadros representan: una escena tres de la guerra vale para los lienzos de los que aho- Gaya". (Véase Michel Florisoone, "La genese espagnole
en el interior de un hospitaL el descanso de bandidos o ra tratamos. Nosotros aquí nos referimos especialmen- des Massacres de Scio de Delacroix", La Revue du
esquiladores en una cueva, y probablemente dos episo- te al trabajo "clásico" de Lafuente Ferrari, Gaya. El dos Louvre, 1963, n.os 4-5, págs. 195-208).
dios del "Crimen de Castillo", conocido personaje de mayo y los fusilamientos. Estudio crítico, Barcelo-
madrileño, cuyo asesinato en 1797 fue tema central del na,1946. 35. Como hemos dicho anteriormente, la inaugura-
interés ciudadano durante mucho tiempo, según ha ción fue el día 25 de agosto y las noticias de la crítica
pTopuesto recientemente Juliet Wilson (op. cit.). La 30. Como se recordará, José Aparicio fue nombrado en esos primeros días insisten siempre en la gran can-
relaciÓn del "Crimen de Castillo" con obras de Gaya fue pintor de cámara por Fernando vn en 1815. La pintu- tidad de gente que esperaba para verto. En el Salón de
hecha por Glendinning en 1978 ("Gaya on Women in ra está en el Museo del Prado y es considerada una de 1824 se exponen también, por primera vez en Francia,
.the Caprichos. The case of Castillo's Wife", Apollo, 1978, las primeras tentativas de hacer pintura de historia en los paisajes de Constable, el pintor inglés que revolu-
n.O 1, págs. 130-134, donde se dan amplias referencias España. ciona la pintura francesa, que presenta una pintura
sobre suceso y personajes). centrada en el color, en la mancha como técnica y en la
31. La estampa va dedicada al rey y el texto indica cómo forma como producto de la sensación más que del
22. Respecto a estos dos cuadros, su relación y antece- "En los años de 1811y 12 el Pueblo de Madrid reducido al conocimiento, una pintura nueva que atrae a todos los
dentes, es interesante ver el estudio de Moffitt extremo de la miseria y de la hambre por sus mismos ene- jóvenes artistas de París. Si Gaya visitó el Salón, ¿qué
"Francisco de Gaya y Paul Revere: una masacre en migos rechazó sobre ellos la degradacion, prefiriendo la pensaría él de estas obras, cuya modernidad había
Madrid y una masacre en Bastan", en W. M., Gaya. muerte á la esclavitud á exemplo de los inmortales superado nuestro pintor en las paredes de su quinta de
Nuevas visiones. Homenaje a Enrique Lafuente Ferrari, Numantinos-jNo se veian por las Calles y Plazas de Madrid, en imágenes incomprendidas de sus contem-
Madrid, 1987, págs. 257-290. Madrid sino esqueletos todavia calientes y moribundos poráneos e incomprensibles todavía durante muchos
espantosos que arrebatándose a porfia los miserables res- años? Tampoco lo sabemos.
23. Sánchez Cantón, op. cit., pág. 106. tos de algunos vegetales inmundos luchaban inutilmente
contra los estragos de la hambre caracte-jrizados ya en la 36. Recuérdese que en 1832, durante su viaje a
24. Apud Sánchez Cantón, op. cit., pág. 89. hinchazón de las extremidades de sus miembros, en el Marruecos, rodeado del color, la sensualidad y la vitali-
estiramiento de sus semblantes [...] El Autor [...] inmorta- dad del mundo mediterráneo, Delacroix escribe: ."Tout
25. En realidad el último de los citados está próximo liza este triunfo de la constancia y lealtad Española [...] el Gaya palpitait autour de moi". (Citado por Lafuente
al grabado 21 "Será lo mismo". caracter de un Pueblo generoso que quiso mas bien mor·· Ferrari en La situación y la estela del arte de Goya, publi-
que vivir bajo otra dominacion que la de su legítin:. cado con Antecedentes, coincidencias e influencias del

26. Al parecer, fue la Real Academia de San Fernando Cautivo dueño". Para 10 relativo a esta obra véase José Luis arte de Goya. Catálogo ilustrado ..., Madrid, reedición
la que, al publicar la serie, le dio el título de Los desas- Díez en el catálogo de la exposición La pintura de historia de 1987, pág. 243.
tres de la guerra con el que hoyes conocida. del siglo XIX en España, op. cit., págs. 136-145.
37. El tema, en relación con la representación de la his-
32. Los temas relativos a la Guerra de la In- toria contemporánea, fue tratado en 1938 por Edgard
27. Una buena recopilación bibliográfica al respecto es
la publicada en 1992 por la Real Academia de San dependencia son frecuentes en la pintura española de Wind, "The Revolution of History Painting", J. w.o.,
Fernando y la Calcografía NacionaL Gaya grabador y todo el siglo XIX, y su examen pone de manifiesto el dife- 1938-39, págs. 116-127.
litógrafo. Repertorio bibliográfico. De ese mismo año rente tratamiento dado por' Gaya. Sobre este tema
es el estudio de Jesusa Vega, "Fatales consecuencias de puede verse María Cóndor Orduña, "El dos de mayo 38. Apud N. Glendinning, Goya y sus criticos, Madrid,
la guerra. Francisco de Gaya, pintor", en Francisco de madrileño de 1808, en la pintura" y "El mayo madrileño 1982, pág. 243.

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