1. Siéntate con las piernas cruzadas. Levanta el brazo
derecho y extiéndelo bien con el dedo índice señalando hacia el techo. La mano izquierda descansa sobre tu corazón. Ojos cerrados. Canta “Sat Nam” con un ritmo constante de, aproximadamente, ocho veces cada 10 segundos. Canta el sonido “Sat” desde el ombligo, jala el ombligo hasta adentro, hacia la espina. En “Naam” relaja el ombligo. Continúa durante 11 minutos. Durante el último minuto silba la Sat Kriya, es difícil pero te relajará internamente. Para concluir, inhala profundamente, sostén, estira la espina, equilibra el cuerpo. Exhala con respiración de cañón. Inhala nuevamente, sostén y levanta ambas manos hacia arriba apuntando con los dedos índices al techo, estira la espina, eleva el diafragma, jala el punto del ombligo. Exhala con respiración de cañón. Inhala nuevamente, sostén y entrelaza los dedos por encima de la cabeza, levanta tu cuerpo y estira la espalda. Exhala con respiración de cañón. 2. Siéntate con las piernas cruzadas. Extiende el brazo derecho con el dedo índice apuntando hacia el frente. La mano izquierda descansando en tu rodilla. Rota la mano derecha en el sentido de las manecillas del reloj en círculos pequeños, tan rápido como puedas. Continúa durante tres minutos.
Tenemos el poder de crear en nosotros mismos la fuerza que necesitamos.
El cuerpo no fue creado para maltratarlo. Nosotros somos parte animal, parte humano y parte angelical. Nuestro enojo no es angelical. Esa es la razón por la cual sufrimos. Si quieres conducir un coche sin frenos, es seguro que te accidentarás. Existen personas que hablan a través de un altavoz toda su vida y a nadie le importa. Existen personas que sólo dicen dos palabras y el mundo les escucha a ellos.