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Republica Bolivariana De Venezuela

Ministerio Del Poder Popular Para La Educación Superior


Universidad Nacional Experimental De Los Llanos Occidentales Ezequiel
Zamora
Núcleo Elorza

Jurisdicción contencioso administrativa y generalidades del proceso


contencioso

Abogado
Daniel Villanueva
Bachilleres:
Gonzalez Luis
Oleaga Maria
Salas Ivis
Sojo Iris
Torrealba Génesis

Elorza, mayo, 2020


Jurisdicción contencioso administrativa y generalidades del proceso
contencioso

La Jurisdicción de lo Contencioso-Administrativo es aquella destinada al


conocimiento y aplicación del Derecho en el orden administrativo o del Derecho
administrativo, es decir, el referente al conjunto normativo destinado a la
regulación de la actividad de la Administración pública en su versión contenciosa o
del control de la legalidad y del sometimiento de esta a los fines que la justifiquen.
Así como para atender los recursos de los administrados contra resoluciones de la
administración que consideran injustas.

En la Jurisdicción Contenciosa Administrativa, el Estado es representado


por la autoridad administrativa, y en sus relaciones con los particulares realiza dos
clases de actos:

 Actos de Gestión: Aquellos en que el Estado efectúa como persona jurídica,


como sujeto de Derecho particulares, ya sea celebrando convenios o
contratando. (Autoridad Administrativa está sujeta al poder judicial, al igual que
los particulares).
 Actos de Autoridad: Ejecutados por el Estado por la vía del imperio, esto es,
mandando, prohibiendo, permitiendo o sancionando. (La Autoridad sólo está
sujeta a la ley, salvo que con aquellos actos pueda lesionar Derechos Políticos
o Civiles de los particulares por lo que el acto sería ilegal o abusivo y estaría
sujeto a reclamación).

Estructura del Contencioso administrativo en Venezuela

En Venezuela, la jurisdicción contencioso administrativa se divide en dos


categorías de órganos jurisdiccionales; los de competencia general, que son
competentes para conocer de los juicios más disimiles; y los de competencia
especial, que conocen de un tipo de asunto determinado. Los órganos de la
jurisdicción contencioso administrativo, se encuentran organizadas en Venezuela
de la siguiente manera:

1) Tribunales Contenciosos administrativos Generales

a) Tribunal Supremo de Justicia en Sala Político Administrativa

b) Sala Electoral

c) Juzgados Nacionales de la Jurisdicción Contencioso Administrativo

d) Juzgados Superiores Estadales de la Jurisdicción Contencioso


Administrativo

e) Juzgados de Municipio de la Jurisdicción Contencioso Administrativo

2) Tribunales Contenciosos Administrativos Especiales

a) Permanentes

b) Tribunales Superiores en lo Contencioso Tributario

c) Tribunales Superiores Agrarios

d) Tribunales Agrarios de Primera Instancias

e) Ocasionales

f) Juzgados de municipios

g) Juzgados de Primera Instancia

h) Tribunales Penales

La organización de la jurisdicción contencioso- administrativa desde mayo


de 2004 ha quedado sin regulación específica. A pesar de ello, los tribunales
existen por lo que nos referiremos a la organización que deriva de la Constitución
y a la que regulaban las mencionadas disposiciones transitorias de la derogada
Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia.
Ámbito Funcional: artículo 259 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela. Contenido y Alcance.

Artículo 259 La jurisdicción contencioso administrativa corresponde al Tribunal


Supremo de Justicia y a los demás tribunales que determine la ley. Los órganos
de la jurisdicción contencioso administrativa son competentes para anular los
actos administrativos generales o individuales contrarios a derecho, incluso por
desviación de poder; condenar al pago de sumas de dinero y a la reparación de
daños y perjuicios originados en responsabilidad de la Administración; conocer de
reclamos por la prestación de servicios públicos y disponer lo necesario para el
restablecimiento de las situaciones jurídicas subjetivas lesionadas por la actividad
administrativa.

Ha sido precisamente en base a esta norma constitucional (concebida por


primera vez en la constitución de 1961 y ratificada en la de 1999), que en
Venezuela se construyó la teoría del contencioso administrativo venezolano,
destacándose además su importante efecto en lo que se ha llamado el proceso de
constitucionalización del derecho administrativo. Con arreglo a esta teoría,
elaborada por la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia y desarrollada por
la doctrina nacional, se elaboró la ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia de
1976, la cual fue sustituida por la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia
de 2004, reformada en el 2010, y la Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso
Administrativa de 2010, que regula en la actualidad, el procedimiento contencioso
administrativo y los órganos de esta jurisdicción especial.

En efecto, de acuerdo a la Constitución y a la Ley Orgánica de la


Jurisdicción Contencioso Administrativa, la jurisdicción contencioso administrativa
en Venezuela está integrada al Poder Judicial, por lo que los tribunales que tienen
competencia en esta jurisdicción, lo que tienen en realidad es una competencia
especial. En Venezuela, por tanto, el derecho administrativo no se construye en
base a los criterios de distinción entre jurisdicción judicial y jurisdicción
administrativa, tan extendido en el derecho administrativo francés. Por ello, sin
lugar a dudas, puede decirse que la evolución y la concepción de la jurisdicción
contencioso administrativa en Venezuela es distinta de la que surge en Francia.
Cabe señalar, que en Venezuela hay una tradición bastante larga de una
competencia especializada de determinados tribunales para conocer de litigios en
los cuales interviene la Administración, pero integrados en el Poder Judicial.

Fuentes Normativas. Características fundamentales.

Las normas legislativas que crearon la jurisdicción contencioso-


administrativa provenían del Decreto del 22 de diciembre de 1789, que establecía
lo siguiente: “Las administraciones de departamentos de distrito no podrán ser
perturbadas, en el ejercicio de sus funciones administrativas, por ningún acto del
poder judicial”. A su vez, esta norma fue consagrada en el artículo 3º de la
Constitución del año 1791, según el cual: “Los tribunales no pueden intervenir en
las funciones administrativas o citar ante ellos a los agentes de la Administración,
por razón de sus funciones”. Posteriormente, estos dispositivos fueron ratificados
por la Ley del 16 de Fructidor del año III (2 de septiembre de 1795), donde se
dispuso, que: “Se prohibe intervenir a los tribunales de conocer los actos de la
administración de cualquier especie que ellos sean”.

Entonces, los litigios en los cuales la Administración estaba interesada


escapaban del conocimiento de los tribunales. Alguna opinión minoritaria
considera que la prohibición de inmiscusión que se impuso al Poder Judicial se
debió principalmente a la aceptación del principio según el cual “juzgar a la
Administración es también administrar”, principio que hace a la jurisdicción
administrativa partícipe de la acción administrativa.

Por otra parte, sostiene el autor Fiorini, que estas normas prohibitivas y tan
excluyentes tenían su fuente en un falso concepto sobre separación de los
poderes estatales que los consideraban autónomos y separados para cada
función, dejando sin ninguna respuesta satisfactoria al fundamental principio de la
unidad del orden jurídico. Incluso, señala el referido autor, que además de este
grave error de conceptos, la desviación que significaba el contencioso
administrativo, tenía también su fuente ideológica en la desconfianza que los
hombres de la Revolución sentían contra los Parlamentos del antiguo régimen. Por
tanto, la “jurisdicción contencioso-administrativa”, conjuntamente con los
elementos sustanciales que la integraban reconocen su causa creadora en
accidentes históricos e ideológicos completamente circunstanciales.

En este sentido, esta jurisdicción contencioso-administrativa, surgida bajo


supuestos tan erróneos y circunstanciales, se introduce en el Estado de Derecho.
Y, por ende, la oposición entre los conceptos contradictorios que dieron origen a la
referida jurisdicción, conjuntamente con la ideología que representaba la teoría
jurídica del nuevo Estado, producen una terminología que no concuerda con los
principios que corresponden al Estado moderno, multiplicándose así la confusión
reinante en la materia.

Por tanto, en torno a esta expresión -contencioso administrativo- existe


mucha confusión doctrinal y de ahí que se sostenga que es indefinible lo cual se
explica por su carácter complejo.

Sin embargo, el profesor Moles Caubet ha sostenido que no debemos


esforzarnos para definir el contencioso administrativo, porque su propia
denominación nos indica de qué se trata. En efecto, el contencioso administrativo
es, como su nombre lo indica, una contención, una controversia con la
Administración y, esa contención o controversia se produce porque se considera
que un acto administrativo es ilegal o ilegítimo, o porque una actividad
administrativa lesiona el derecho subjetivo de un particular. Ahora bien, el derecho
administrativo francés ha dado materialmente origen al régimen administrativo de
la mayoría de los países latinos del mundo occidental, sin embargo, su sistema
jurisdiccional administrativo ha tenido menor influencia en cuanto a su forma, ya
que es el producto de una larga evolución y tradición, difícilmente transportable en
bloque a otro sistema jurídico.
Esquema General de la Jurisdicción Contencioso administrativa en
Venezuela

Siguiendo el esquema de la Ley analizaremos las competencias que en


materia de demandas de nulidad contra actos administrativos se reconocen a los
tribunales que ejercen la jurisdicción contencioso administrativa, prevista en el
artículo 11 de la Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso Administrativa, estos
son:

1) la Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia,

2) los Juzgados Nacionales de la Jurisdicción Contencioso Administrativo

3) los Juzgados Superiores Estadales de la Jurisdicción Contencioso


Administrativa,

4) los Juzgados de Municipio de la Jurisdicción Contencioso Administrativa y,

5) Tribunales contencioso administrativos especiales.

Competencia de los órganos de la Jurisdicción administrativa.

Los órganos que conforman la Jurisdicción Contencioso-Administrativa son


competentes para anular los actos administrativos generales o individuales
contrarios a derecho, incluso por desviación de poder, condenar el pago de sumas
de dinero y a la reparación de daños y perjuicios originados en responsabilidad de
la administración; reconocer de reclamos por prestación de servicios públicos y
disponer lo necesario para el restablecimiento de las situaciones jurídicas
subjetivas lesionadas por la actividad administrativa.

Poderes del Juez Contencioso Administrativo.


El juez contencioso administrativo es un juez inquisitivo, el va a intervenir de
manera determinante en el procedimiento contencioso Adm. Este es un juez que
actúa con poderes especiales que se derivan del propio procedimiento
contencioso administrativo. Es un juez que interviene en el proceso como una
parte mas, no es un juez como nosotros lo tenemos etiquetado, es una parte mas,
una parte que puedo intervenir en el proceso, que puede buscar sus propias
pruebas, que puede buscar sus propios elementos de convicción, distintos a los
que han presentado las partes, el juez puede tomar la decisión de lo aportado por
las partes o por las pruebas que el mismo haya buscado.

Este juez se puede apartar de lo que digan las partes, ese juez puede
declarar una prescripción, una caducidad de oficio sin que lo hayan solicitado las
partes, así como también una perención, por lo tanto, es un personaje
completamente diferente.

Los poderes del juez contencioso administrativo pueden dividirse en cuatro


con base en las fases fundamentales del procedimiento contencioso
administrativo.

1. Poderes en la fase de iniciación


2. Poderes en la fase de sustanciación
3. Poderes en la fase de decisión
4. Poderes en la fase de ejecución

Efectos de la Jurisprudencia de la Sala Político Administrativa del Tribunal


Supremo de Justicia Sobre la competencia de los Tribunales que ejercen la
jurisdicción contencioso administrativa.

Las competencias originarias otorgadas a la Sala Político-Administrativa del


TSJ se encuentran previstas en los ordinales 4º y 5º del artículo 266. Dicho
artículo faculta a la Sala Político-Administrativa para:
1. Dirimir las controversias administrativas que se susciten entre la República,
algún Estado, Municipio u otro ente público, cuando la otra parte sea alguna de
esas mismas entidades, a menos que se trate de controversias entre
Municipios de un mismo Estado, caso en el cual la ley podrá atribuir su
conocimiento a otro Tribunal (v. ord 4º, art. 266). Se establece la competencia
de la Sala Político-Administrativa para resolver las controversias
"administrativas" que se presenten entre entes político- territoriales u otros
entes políticos.

Como puede observarse, la nueva disposición constitucional restringe al


ámbito "administrativo" la facultad de la Sala para dirimir esas controversias, con
lo cual se distingue de la competencia atribuida a la Sala Constitucional para
dirimir las controversias "constitucionales" que se planteen entre estos entes. En
este sentido, el término "controversias administrativas" comprende todos aquellos
conflictos que se producen con ocasión de la interpretación de normas de rango
infraconstitucional generalmente relacionadas con la ejecución de funciones
administrativas y de dirección.

Debe tratarse de conflictos ajenos a la ejecución, interpretación o alcance


de competencias constitucionales o controversias de índole territorial, pues, en
estos casos, la competencia corresponderá a la Sala Constitucional por tratarse de
conflictos de naturaleza constitucional.

2. Declarar la nulidad total o parcial de los reglamentos y demás actos


administrativos generales o individuales del Ejecutivo Nacional, cuando sea
procedente (v. ord. 5°, art. 266 CN).

De otra parte, se mantiene la competencia de la Sala para conocer de las


demandas de nulidad por inconstitucionalidad o ilegalidad de los actos
administrativos de efectos particulares dictados por el Ejecutivo Nacional.

Si bien la disposición constitucional no confiere expresamente a la Sala


Político-Administrativa el control de la constitucionalidad de los reglamentos y
demás actos generales, ésta interpretó, como se verá de seguidas, que dicha
competencia le corresponde de conformidad con lo establecido en el artículo 259
de la CN en concordancia con el ordinal 5° del artículo 266 ejusdem.

En efecto, en reciente decisión de fecha 17 de febrero de 2000 (Caso:


Aerolink Internacional, S.A.), analizando lo establecido en los ordinales 4 y 5 del
artículo 266 de la CN, en concordancia con lo establecido en el artículo 259
ejusdem, la Sala Político-Administrativa determinó su competencia para:

1. Garantizar la supremacía y efectividad de las normas y principios


constitucionales, así como velar por su uniforme interpretación y aplicación
conoforme lo establece el artículo 335 de la Constitución.
2. Declarar la nulidad total o parcial, cuando sea procedente, de los Reglamentos
y demás actos administrativos, por razones de inconstitucionalidad e ilegalidad,
conforme al ordinal 5° del artículo 266 de la Constitución y 259 ejusdem.
3. Condenar al pago de sumas de dinero por daños y perjuicios originados por
responsabilidad contractual o extracontractual de la administración o de sus
funcionarios, así como ordenar el restablecimiento de las situaciones jurídicas
subjetivas lesionadas por la actividad administrativa, conforme al artículo 259
de la CN.
4. Dirimir las controversias administrativas que se susciten entre la República,
algún Estado, Municipio u otro ente público, conforme al ordinal 4° del artículo
266 de la CN.
5. Conocer de las cuestiones de cualquier naturaleza relacionadas con los
contratos administrativos, conforme al ordinal 14° del artículo 42 de la LOCSJ.
6. Conocer de las acciones que se propongan contra la República o algún
Instituto Autónomo o Empresa en la cual el Estado tenga participación decisiva,
de conformidad con el ordinal 15° del artículo 42 de la LOCSJ.
7. Conocer de la abstención o negativa de los funcionarios nacionales a cumplir
determinados actos a que estén obligados por las leyes, cuando sea
procedente, conforme al ordinal 23° del artículo 42 de la LOCSJ.
8. Conocer del recurso de interpretación y resolver las consultas que se le
formulen acerca del alcance e inteligencia de los textos legales, conforme al
ordinal 24° del artículo 42 de la LOCSJ.
9. Declarar la fuerza ejecutoria de las sentencias de autoridades extranjeras, de
acuerdo con lo dispuesto en los tratados internacionales y en la Ley, conforme
al ordinal 25° de la LOCSJ.
10. Conocer de las causas por hechos ocurridos en alta mar, en el espacio aéreo
internacional o en puertos y territorios extranjeros, que puedan ser promovidas
en la República, conforme al ordinal 26° del artículo 42 de la LOCSJ.

La Necesaria reforma del contencioso administrativo en Venezuela

La reforma del contencioso administrativo es siempre un tema de


permanente utilidad. Su relación directa con la protección judicial efectiva de los
administrados, constitucionalmente consagrada, demanda su adaptación a este
principio y por ende, debe ser el instrumento fundamental para la defensa del
administrado contra la Administración. En este trabajo se presenta un análisis
sucinto y comparativo entre la reforma que sobre este interviene con la
promulgación de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia en el 2004 y la
producida con la novísima Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso
Administrativa, para evidenciar que avances presentan estos textos, en relación
con la protección del administrado, especialmente, respecto del contencioso de
nulidad de los actos administrativos de efectos particulares.

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