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Hartland Hipnosis
Hartland Hipnosis
ODONTOLOGÍA
Por:
STANLEY TINKLER
Traducida por:
ALFONSO VASSEUR WALLS
Revisada por:
DR. JOSE JAVIER CALVILLO GOMEZ-Odontólogo
Cap. Pág.
PRIMERA PARTE
HISTORIA, NATURALEZA Y TECNICAS DE LA HIPNOSIS
SEGUNDA PARTE
LAS TEORIAS Y LOS FENOMENOS DE LA HIPNOSIS
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Prólogo por Milton H. Erickson
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mejorar su arte medicinal, y después de cada intento regresará al libro para
saber lo que más necesita comprender para cuidar de sus pacientes, en forma más
adecuada, y para desarrollar una mejor comprensión de los valores
personales en el desarrollo médico del bienestar humano.
El autor de este prólogo está preparado médicamente y es bastante experto
en hipnosis, habiendo leído el original de esta obra con un sentimiento de
interés intenso, de provecho personal y de una profunda satisfacción de que el
Dr. Hartland haya escrito tan bien este volumen tan necesario sobre el uso de la
hipnosis en la medicina.
7
Prólogo por Eric E. Wookey
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Sin embargo, no es mucho decir que, ningún dentista que ignore por completo
las técnicas hipnóticas, puede considerarse adecuadamente preparado para
su trabajo profesional.
ERICE. WOOKEY
M.C., L.D.S., F.C.S.
Consultor Honorario, Royal Free Hospital, Londres.
Expresidente, British Society for Medical and Dental Hipnosis
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Prefacio a la Segunda Edición
Desde que fue publicada la primera edición de este libro, hace cuatro años,
aumentó mucho el interés en el uso de la hipnosis en medicina y
odontología. El público en general parece estar mucho más consciente de
las posibilidades que ofrece esta forma de terapia, y a juzgar por el número
de inscripciones en todo el país, en los cursos de instrucción que se
imparten en las varias ramas de la British Society of Medical and Dental
Hypnosis, el interés profesional también aumenta más, ya que cada vez es
mayor el número de quienes ejercen la medicina y la odontología, así
como de los psiquiatras, que ahora empiezan a darse cuenta de las poten-
cialidades de la hipnoterapia en los diversos campos de sus actividades.
Como es natural, durante este periodo las técnicas se han ampliado y
mejorado, de manera que se ha hecho necesaria una revisión y la
inclusión de nuevo material para poner el texto al día. En consecuencia,
aun cuando en esta nueva edición se ha retenido el formato original, se han
hecho numerosos cambios y adiciones para adaptarlo a los puntos de vista
de distintos críticos, a quienes con gusto expreso mi aprecio por tan útiles
sugestiones. Sin embargo, debe tenerse presente que el libro fue escrito, en
especial, para cubrir las necesidades de quienes se dedican a la práctica
general de la medicina, por lo que no creo necesario, o incluso
conveniente, proporcionar una relación detallada de los aspectos dinámicos
del uso de la hipnosis en el campo de la psiquiatría, omisión que se ha
comentado en ciertas críticas. No obstante, para enfrentar en cierto grado
esta objeción, se ha ampliado considerablemente el capítulo sobre
hipnoanálisis y psicoterapia analítica. Asimismo, para corregir cualquier
impresión de que el estado hipnótico sólo pueda ser igualado con la
"hipersugestibilidad", se ha agregado un capítulo final para llevar el tema a
su verdadera perspectiva.
Se han incluido métodos adicionales de inducción, profundiza-ción e
investigación, y algunas de las técnicas descritas con anterioridad se han
revisado y puesto al día. Más aún, en vista de la frecuencia con que se ven
en la práctica general estas condiciones, las secciones sobre el uso de la
hipnosis en el tratamiento de la obesidad, el tabaquismo y los padecimientos
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dermatológicos se han ampliado y vuelto a redactar para conformarlos al
enfoque moderno. También se ha puesto atención al hecho de que muchas
condiciones que pueden tratarse con éxito por medio de la hipnoterapia no
se hayan incluido en el texto. Entre ellas, los desórdenes psicosexuales,
tales como la frigidez, la impotencia, etc., se han mencionado
específicamente. En mi experiencia, he encontrado que estas condiciones
suelen requerir un tratamiento analítico y, en consecuencia, es probable que
requieran demasiado tiempo para ser tratadas en la práctica general. Más
aún, las condiciones de espacio hicieron necesario que se efectuara una
selección de los padecimientos que por lo general se encuentran en la consulta
promedio. Los que no se mencionan, todavía se pueden seguir tratando con
éxito mediante una juiciosa aplicación de los diversos principios, descritos
completamente en el texto.
Debido a que la "técnica del fortalecimiento del ego" ha sido ampliamente
aceptada en muchos países, y como resultado de muchas solicitudes, se ha
aprovechado la oportunidad para describirla y analizarla con mucho más
detalle. Aun cuando se han hecho algunas críticas sobre la naturaleza
repetitiva de ciertas secciones del libro, se ha recibido un respaldo de la
opinión que basta tanto para que el principiante aprecie la utilidad de esto a
fin de facilitarle el proceso de aprendizaje, como para persuadirme de que lo
dejará sin alterarlo.
Deseo expresar mi agradecimiento por la forma en que ha sido recibido este
libro, y para aquellos que han mostrado tan profundo interés en la primera
edición. Espero que esta nueva edición resulte todavía más aceptable y útil
para promover un interés más profundo en la utilidad de la hipnosis en los
campos de la medicina y de la odontología.
JOHN HARTLAND
Deganwy, North Wales
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Reconocimientos
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material sobre el uso de la hipnosis en Tabacomaniacos en el American
Journal of Clinical Hypnosis-, y al Dr. Erika Fromm por el material de
"Dissociatíve and integrative processes in hypnoanalysis" en el American
Journal of Clinical Hypnosis. También debo mis agradecimientos al Dr.
William. E. Edmondston, jr, Editor del American Journal of Clinical
Hypnosis por su permiso para tomar material de estos dos artículos; y
también al Dr. Jay Haley y Gruñe & Stratton por citas de Strategies of
Psychotherapy y Advanced Techniques of Hypnosis and Therapy. Selected
Papers of Milton Erickson.
Por último, debo dar las gracias a mi hijo, John, por la valiosa ayuda y
consejo que me dio en la preparación de mi original.
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Introducción: la Hipnosis y la Práctica General
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satisfactorios. Muchos casos responderán con éxito cuando sólo haya sido
lograda una profundidad ligera o media. Como más o menos el 90% de la
población puede ser inducida a un estado hipnótico ligero, y del 50 al 60%
puede lograr la profundidad media con poca dificultad, resulta obvio que
esta forma de tratamiento tiene mucho más ámbito de lo que podría
pensarse. Incluso estas cifras pueden ser mejoradas y lograr aún más
profundidad si se prepara en forma gradual al paciente para que entre en
trance. Yo pienso que en el transcurso de dos o tres sesiones de media
hora de duración, la mayoría de los adultos pueden ser inducidos a entrar
de inmediato en el estado hipnótico profundo, si se les sugiere que así deben
hacerlo. Pueden administrarse tratamientos posteriores en 7 u 8 minutos. Yo
induzco un estado hipnótico lo más profundo posible, ya que mientras mayor
sea la profundidad de la hipnosis el paciente aceptará en forma más implícita
todo lo que se le diga y le será menos crítico. En consecuencia, si bien el
tratamiento puede emprenderse con éxito en los estados ligeros, existen pocas
dudas de que mientras más profundo sea el trance surtirá efectos con más
rapidez. El tratamiento de los desórdenes en los niños ocupa gran parte del
tiempo del médico, y es afortunado que la mayoría de los niños sean muy
buenos sujetos. Con excepción de los muy tímidos o nerviosos, la mayoría de
ellos pueden ser inducidos a trances profundos o incluso sonámbulos. En
comparación, el adulto medio responde menos, de manera que tanto la
inducción de la hipnosis como el tratamiento posterior requieren mucho más
tiempo y paciencia que en el caso de un niño. Al tratar con la tercera
objeción, respecto a que la hipnosis consume demasiado tiempo para ser
de utilidad en la práctica general, prefiero citar mi propia experiencia. Al
principio de la década de 1940, estaba usando la hipnosis con regularidad
en una práctica industrial general con una lista de personal de unos 3 500
pacientes. Era obviamente imposible enseñar a los pacientes a entrar en
el trance hipnótico en el curso de una consulta media, de manera que hubo de
arreglar sesiones especiales siempre que era posible, ya fuera dentro de
la jomada de trabajo o al final de una consulta rutinaria. Pero una vez que
el paciente estaba entrenado, podía recibir su tratamiento hipnótico
durante las horas ordinarias de consulta en un tiempo tan corto como el
que antes se tomaba para escuchar sus padecimientos y escribir las
prescripciones. Más aún, encontré que lejos de consumir mucho tiempo, la
hipnosis daba como resultado un verdadero ahorro de tiempo, en tanto que
también proporcionaba un firme mejoramiento en la condición del paciente.
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Rara vez se percibe el campo tan amplio que puede cubrirse con el empleo
de la hipnosis en la práctica general. Muchos de los pade cimientos
comunes que se ven con regularidad en la consulta del médico pueden ser
tratados con éxito con este método. Estos incluyen los malos hábitos en los
niños, tales como morder las uñas, chuparse el dedo, orinar la cama y los
tics; padecimientos tales como el asma, jaquecas, constipación, insomnios
y dismenorrea; y ciertos desórdenes .de la piel, tales como algunas
equimosis y las neurodermatosis, para citar sólo unos cuantos. La mayoría
de éstas responden particularmente bien a la sugestión hipnótica, ya que
los síntomas suelen ser penosos para el paciente, si bien carecen de gran
valor protectivo por sí mismos. La hipnosis también puede ser de gran valor
para disipar temores, eliminar la ansiedad y producir un relajamiento tanto
mental como físico. En ocasiones también puede emplearse para aliviar el
dolor en procedimientos quirúrgicos menores, pero rara vez se puede
utilizar para lograr una anestesia completa en las intervenciones
quirúrgicas mayores. Pero en la obstetricia, con la cual el médico general
está muy relacionado, suele tener éxito para aminorar los dolores, los
temores e incluso la duración del promedio del tiempo de internación. Su
ámbito también puede incluir muchos de los leves, aunque persistentes,
síntomas y padecimientos psicosomáticos, de manera que su aplicación en
la práctica general es mucho más extensa de lo que se podría imaginar.
A pesar de esto, no hay nada de mágico e incluso de notable respecto al
tratamiento hipnótico. Sólo es una arma adicional en la lucha contra las
enfermedades y debe ocupar su lugar apropiado al lado de otras medidas
terapéuticas bien establecidas y mejor conocidas. El artesano experto primero
clasifica su trabajo y luego elige la herramienta más apropiada de su arsenal;
así debe ser con la hipnosis. Menos del 70% de los casos que me fueron
remitidos para tratamiento hipnótico eran los realmente aceptados para esta
terapia en particular; el restante 30% requieren un procedimiento más
ortodoxo. (La selección sólo se hace con respecto a lo adecuado del pa-
decimiento para el tratamiento por hipnoterapia, no sobre la probable
susceptibilidad o alguna otra característica del paciente.) Nunca podrá darse
demasiado énfasis a que siempre que estén implicados padecimientos
psicológicos o neuróticos, el médico general debe tener mucho cuidado en
la selección de los casos que se propone tratar, a menos que posea sólidos
conocimientos de psicopatología.
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De vez en cuando todavía se expresan muchas dudas respecto a los
posibles peligros de la hipnosis. Estas dudas son completamente justificadas,
ya que la hipnosis en sí ciertamente que no es peligrosa. Pero la hipnosis
que está lo bastante mal aconsejada y que sale de su línea de
demarcación, sin duda que está solicitando dificultades. La mente humana
es un mecanismo extremadamente delicado, y su funcionamiento normal
puede desequilibrarse por un operador inexperto, aun cuando sea bien
intencionado. Sólo por esta razón, considero que, aparte de los médicos
generales y odontólogos, nadie debe intentar la práctica de la hipnosis a
menos que haya recibido una preparación adecuada en psicología tanto
normal como anormal. Incluso entonces, debe tenerse cuidado de no
emplearla para propósitos fuera del campo normal de actividades del
operador. Los médicos generales deben usarla normalmente en el curso de
su trabajo diario. Los cirujanos dentistas serían prudentes si restringieran
su uso en la producción de relajamiento, en la eliminación de los temores y
ansiedades, y en el alivio del dolor en la silla del dentista. Los malos hábitos
en los niños, tales como chuparse el dedo, morderse las uñas o en la
enuresis nocturna, suelen ceder con tanta facilidad a la sugestión
hipnótica directa que en ocasiones los dentistas pueden verse tentados a
emprender su tratamiento. Sin embargo, debe recordarse que estas
condiciones aparentemente inocuas son en ocasiones las expresiones
exteriores de conflictos mentales inconscientes, en cuyo caso,
la eliminación de las mismas puede ir seguida de sentimientos exagerados de
ansiedad e inseguridad. Tampoco es aconsejable tratar de hipnotizar a los
parientes de uno o a los amigos íntimos, ya que una vez que la hipnosis es
eliminada del campo puramente profesional, pueden resultar muchas
complicaciones emocionales inconvenientes, sin importar lo buenas que
puedan ser las intenciones.
También se ha presentado la duda de si el paciente que sea tratado con
regularidad por hipnosis es probable que llegue a depender demasiado de
ella. Mi propia opinión es que, si esto ocurriera, sería por completo por
culpa del hipnotista. Ningún médico consciente debe permitir que un
paciente llegue a depender demasiado de drogas que formen hábito y que
llegara a presentarse la drogadicción. Si bien el peligro es infinitamente
menor con la hipnosis, es cierto que debe aplicarse el mismo principio.
Además, la total intención de una psicoterapia efectiva es implantar en el
paciente una sensación de independencia y capacitarlo para pararse sobre sus
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propios pies todo lo rápido que sea posible. Esto puede facilitarse mucho
mediante el uso regular de una sugestión hipnótica adecuadamente
elaborada.
En el momento actual, parece que el público general está cada vez
más consciente de las posibilidades que ofrece el tratamiento hipnótico. Si
la demanda actual probablemente aumente en el futuro es difícil de
predecir, pero incluso en la actualidad existen muy pocas facilidades
disponibles. Por consecuencia, es alentador observar que un número cada
vez mayor de médicos y cirujanos dentistas principien a mostrar más interés
en la materia. En ciertas áreas, las solicitudes de conferencias y de cursos
de instrucción son cada vez más frecuentes, y es una buena señal que ahora
asistan a ellos estudiantes del último año de medicina general y de
odontología. Se espera que continúe esta tendencia actual.
Muchos médicos que de otra manera se sentirían inclinados a estudiar la
hipnosis médica no lo hacen porque no saben cómo principiar. Si bien se
dispone de muchos libros excelentes sobre el tema, algunos son demasiado
técnicos o complicados para el principiante, otros no explican cómo aplicar
la hipnosis terapéuticamente o están restringidos en lo general al enfoque
analítico y poco hacen para ayudar al que principia. La información que más
necesita el médico general para animarlo a iniciarse, es una descripción
completa de las técnicas precisas empleadas en la hipnosis, y de los
métodos que resulten más efectivos en cada una de las condiciones que el
médico encuentre. En consecuencia, al escribir este libro mi intención ha
sido tratar de tender un puente sobre esta brecha no sólo simplificando la
forma de abordar la inducción y profundización de la hipnosis, sino
también describiendo las técnicas exactas y las sugestiones que he
encontrado más efectivas al tratar con cada padecimiento individual.
No he intentado escribir un tratado completo sobre la hipnosis, ya que
el libro está restringido en forma deliberada a un campo limitado y está
basado en mi experiencia personal de cerca de 25 años, gran parte de ella
obtenida en la práctica general y el resto dirigiendo clínicas en psiquiatría,
conferencias y demostraciones dadas durante todo este periodo. Me he
reducido a los principios esenciales en los cuales he confiado durante
muchos años, y he omitido gran parte del material histórico y teórico, el
cual puede ser encontrado en otros textos. Mis principales consideraciones
han sido las necesidades básicas del médico genera l y el enfoque individual
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del tratamiento a su paciente. Debo indicar que muchos de los hechos que
he enunciado así como las conclusiones derivadas están basadas
totalmente en evidencias y reportes clínicos, no en estudios experimentales
controlados. Puesto que el libro está dirigido al médico general para su
propio uso en la práctica clínica, mi propia orientación y enunciados han
sido enteramente de naturaleza clínica.
Puede muy bien presentarse la objeción de que, en la explicación
preliminar de la naturaleza de la hipnosis y de la forma en que opera, he
sido culpable de una simplificación exagerada al limitarme sólo a las teorías
de sugestión y disociación. Si bien esto puede ser verdad, considero que
este paso está plenamente justificado al introducir por primera vez un tema
al que se juzga difícil y mal comprendido. Por experiencia sé que esto
ayuda a que la hipnosis sea más entendida incluso por auditorios no
profesionales y favorece mucho a disipar los falsos conceptos y los
prejuicios. Más aún, se le proporcionan al lector amplias oportunidades para
formular sus propias opiniones y colocar el tema en su propia perspectiva al
discutir las teorías alternas en el último capítulo.
Aun cuando en los últimos años he empleado la hipnosis principalmente
en trabajos de psiquiatría, he restringido la consideración de sus
aplicaciones terapéuticas más bien al tratamiento de los padecimientos
ordinarios que encontrará con más frecuencia el médico general en su
trabajo diario. He intentado tratarlos lo más completo posible, incluyendo
tan sólo la psicopatología y la psiquiatría que es probable que ayude al
médico a comprender y a seleccionar por sí mismo los casos que se crea
competente para su tratamiento. Sin embargo, he incluido una breve
descripción de las varias técnicas de hipnoanálisis, sin las cuales no estaría
completo ningún estudio de las posibilidades terapéuticas de la hipnosis.
Si bien es posible aprender e incluso practicar la hipnosis con éxito sin
haber recibido instrucción práctica sobre la materia, no existe la más ligera
duda de que así como la medicina se aprende mejor al lado de la cama del
paciente y la odontología al lado del sillón dental, la eficiencia en la
hipnosis se adquiere mejor observando la inducción y tratamiento real en los
pacientes. El método ideal sería asistir con regularidad a una clínica en
donde se empleara la hipnosis, pero, desafortunadamente, rara vez es esto
posible. El dominio inicial de las técnicas para la inducción del trance y
para la profundización de éste puede lograrse sin embargo, asistiendo a un
curso de instrucción adecuado. Tales cursos se organizan con regularidad
por la Brítish Society of Medical and Dental Hypnosis y sus ramificaciones
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en varios lugares de la Gran Bretaña, y resultan muy útiles en las etapas
iniciales. El número de tales cursos está aumentando cada vez más todos
los años. Las ramificaciones individuales imparten cursos básicos,
intermedios y avanzados en hipnoterapia. Si bien se espera que continúe la
demanda por estos cursos, es de lamentar que las oportunidades para las
inscripciones individuales todavía sean muy limitadas.
En conclusión, me gustaría hacer una gran recomendación personal.
Siempre he sostenido la opinión de que no es prudente para los médicos
generales y dentistas demostrar la inducción o fenómenos de la hipnosis
ante una audiencia lega. Cuando se les pide que hablen sobre el tema, es
muy tentador ilustrar éste por medio de una demostración, e incluso puede
afirmarse que esto ayudaría a disipar Rotarios y ante otros públicos, pero
siempre he declinado con firmeza los prejuicios. Durante años, he
sustentado conferencias ante Clubes pero me niego a hacer
demostraciones. No importa lo científicamente que se practiquen las
demostraciones de la hipnosis y de sus fenómenos, tienen un fuerte valor
de entretenimiento. Puesto que como profesión, siempre hemos deplorado y
condenado el uso de la hipnosis en la escena, es mi opinión que cualquier
médico general o cirujano dentista que haga demostraciones ante el
público, no sólo se coloca en una posición repugnante, sino que hace
mucho mal a la causa de la hipnosis.
20
PRIMERA PARTE
21
CAPITULO 1
La Evolución de la Hipnosis
22
ceremonial era muy importante, y pronto se verá claro su significancia.
Incluso en la Edad Media, se pensaba que las curaciones mila grosas
eran efectuadas por las estatuas sagradas, arroyos curativos, fragmentos
de la verdadera cruz o de los huesos de un santo. También se podían
hacer milagros por virtud del rango exaltado de un individuo. Tanto los
reyes de Inglaterra como los de Francia tenían la facultad de curar
mediante la "imposición de manos". A esta práctica se le conocía como
"toque del Mal del Rey". Por cierto, esta creencia en la curación milagrosa
ha persistido hasta el siglo xx. Incluso en la actualidad, las curaciones
reportadas por las fuentes milagrosas de Lourdes apenas si son menos
notables que las ocurridas en el Templo de Esculapio muchos siglos antes
de Cristo. El poder de la sugestión también fue conocido en los tiempos
bíblicos, y es probable que muchas de las curaciones hechas por los
profetas y santos estuvieran basadas en este poder. Pero aunque los
fenómenos del estado de trance, que ahora reconocemos como de carácter
hipnótico, todos han sido observados como hechos aislados, nunca se le
ocurrió a nadie que pudieran obedecer a una causa común o natu ral. En
consecuencia, se creyó que eran manifestaciones religiosas
supernaturales, resultados de encantamientos mágicos u obra de espíritus
malignos. No se buscó mayor explicación sino hasta el año de 1530,
cuando Paracelso formuló su teoría relativa al efecto de los cuerpos
celestes sobre la humanidad —en especial sobre sus enfermedades—. A
partir de esto, se desarrolló otra teoría sobre que no sólo las estrellas
influían sobre los hombres, sino que éstos ejercían una influencia mutua
a través de poderes magnéticos.
En 1765, Franz Mesmer aprobó sus exámenes en medicina con honores,
habiendo sustentado una tesis basada en la influencia de los planetas en la
salud humana. Creía que esto ocurría mediante un fluido magnético —
una especie de gas invisible en el que se encontraban sumergidos todos los
cuerpos— y principió a investigar el efecto de estas fuerzas magnéticas
tratando a sus pacientes con imanes conformados para ajustarse a las
diversas partes del cuerpo. Los resultados fueron tan dramáticos como
sorprendentes. Los pacientes que sufrían de retención urinaria, dolores de
muelas, de oídos, depresión, trances, ceguera temporal y ataques de
parálisis, y que hasta entonces se habían considerado incurables,
perdieron los síntomas por completo. Sin embargo, tales curaciones
asombrosas no podrían ser efectuadas sin una gran notoriedad. Por cierto,
despertaron tanta hostilidad entre sus colegas médicos que Mesmer pronto se
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vio obligado a abandonar Viena. Se mudó a París, en donde estableció una
de las clínicas más famosas de Europa, en donde trataba toda clase de
enfermedades. Una breve consideración de lo que sucedía en esta clínica,
nos ayudará a entender los sucesos posteriores y los principios esenciales
que fundamentaban las curaciones, Pierre Janet, en su libro Psychological
Healing, nos da la descripción que sigue sobre el procedimiento de
Mesmer:
Mesmer utilizaba un complicado aparato, y su práctica revestía un
ceremonial similar al empleado en los santuarios milagrosos. Se introducía a
los pacientes a un salón en el cual todas las ventanas estaban cubiertas con
espesos cortinajes, de manera que prevaleciera la oscuridad. En el ambiente
flotaba una melodía quejumbrosa procedente de un piano. En el centro del
salón se encontraba una gran tina de encino, la famosa "baquet" de
Mesmer. Esta se encontraba llena de una mezcla de agua, limaduras de
hierro y vidrio pulverizado. Tenía una tapa con agujeros por los cuales
salían unas varillas de hierro articuladas. Los pacientes, a los cuales se les
imponía un silencio absoluto, aplicaban las varillas a la p arte enferma y
se tomaban de las manos. Entonces aparecía Mesmer, el gran
magnetizador, vestido con una bata de seda de color lila pálido y llevando en
la mano una larga vara de hierro. Pasaba lentamente entre la multitud
fijando la vista en los pacientes, pasándoles la mano sobre sus cuerpos o
tocándoles con su varilla de hierro. Muchos pacientes no lograban notar
grandes resultados y afirmaban que no sentían absolutamente nada. Pero
algunos de ellos tosían, escupían y sentían como si tuvieran insectos
corriendo sobre la piel. Por último, algunos, en especial muchachas jóvenes,
caían y entraban en convulsiones, de manera que el salón merecía, en efecto,
el nombre de "infierno de convulsiones". Este estado convulsivo,
acompañado de hipo, explosiones de risa y, en ocasiones, delirio,
constituía lo que se llamaba crisis y se suponía que era sumamente
saludable. Después de dos o tres sesiones de esta clase, muchos declaraban
que habían sido curados de las enfermedades más variadas.
Ahora, por más que este procedimiento haya sido teatral, debe tenerse
presente que aunque Mesmer no entendía el verdadero carácter de los
fenómenos que inducía, por lo menos pensaba que eran debidos a una causa
común. Se figuraba que el cuerpo humano estaba influido por los planetas a
través de un fluido magnético invisible. También pensaba que la voluntad
humana era capaz de poner a trabajar a este fluido —retirarlo de una
zona para concentrarlo en otra—, produciendo así notables efectos en las
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criaturas vivientes. Llamó a este fluido, que tenía muchas propiedades que se
asemejaban a las de un imán, fluido del magnetismo animal. Consideraban
que las enfermedades eran provocadas por una distribución no armoniosa
de este fluido en el cuerpo del paciente. En consecuencia, al hacer sus
"pases" a pocos centímetros de la superficie del cuerpo, Mesmer pensaba
que el fluido magnético invisible fluía de las puntas de sus dedos y
penetraba al cuerpo del paciente, logrando la redistribución necesaria y
restaurando el equilibrio. Una vez que esto se lograba, el paciente
recuperaba la salud.
No existe ninguna duda de que Mesmer en realidad tenía éxito en la
curación de muchos que habían sido considerados como incurables y, como
es natural, su fama se extendió con rapidez. Los pacientes llegaban a su
clínica de todas partes de Europa, con gran disgusto de parte de la profesión
médica que una vez más se volvió extremadamente hostil. Esto dio como
resultado que, en 1784, Luis XVI designara a una Comisión para investigar el
mesmerismo, o el magnetismo animal, como entonces se llamaba. Entre sus
miembros se encontraba Lavoisier, el famoso químico, el Dr. Guillotine, el
inventor de la máquina de ejecución que lleva su nombre y Benjamín
Franklin, el científico americano.* Como era lógico, la Comisión no pudo
descubrir ninguna evidencia concreta del magnetismo animal ni de la
existencia del fluido supuestamente invisible. En consecuencia, se concluyó
que los fenómenos no comprendían nada que no pudiera ser explicado por la
imitación y la imaginación, y que a largo plazo, los efectos del tratamiento
no podían dejar de ser dañinos.
En la actualidad, parece desafortunado que la Comisión eligiera
investigar los aspectos erróneos del trabajo de Mesmer. Si hubiera intentado
descubrir si las curaciones de Mesmer eran en realidad genuinas y qué
parte había tenido la imaginación al efectuarlas, se hubiera arrojado
mucha luz sobre el tema y no se hubieran retardado los futuros desarrollos,
como de hecho lo fueron, durante más o menos los 60 años que siguieron.
El informe de la Comisión dañó gravemente la reputación de Mesmer y la
moda se volvió en su contra. Recibió el golpe final cuando la Facultad de
Medicina de la Universidad de París lanzó un decreto en el sentido de que
todo médico que se encontrara culpable de practicar el magnetismo animal
________
* Constituían la comisión los doctores Joire, Sallin Arcet, Guillotine y los delegados de la
Academia de Ciencias: Franklin, Leroi, Bailly, De Bory y Lavoisier (N. del T.)
25
sería excluido de la profesión y perdería su licencia para practicarla. Esto
obligó a Mesmer a abandonar Francia y, cuando después quiso regresar,
encontró que su lugar ya estaba ocupado. El magnetismo animal había
sufrido cambios y había entrado a una nueva fase.
El segundo periodo del magnetismo animal data desde más o menos
1787. Por aquel tiempo se hicieron dos descubrimientos de importancia. Uno
de los seguidores de Mesmer, el Marqués de Puységur, describió un estado
que llegó a ser conocido como sonambulismo artificial. La principal
característica de este estado era una clase de sueño en el cual las ideas y las
acciones de la persona magnetizada podían ser dirigidas por el
magnetizador. Después, a principios del siglo xix, Bertrand describió esto
como debido por completo al trabajo de la imaginación del sujeto. Esto fue
aprovechado por el abate paria, quien fue el primero en inducir el
sonambulismo en sus sujetos con sólo decirles "deseo que duermas". Sin
embargo, a pesar de esto, la oposición inquebrantable de la profesión médica
obligó al mesmerismo a permanecer en sueños durante más de 60 años. Du-
rante este periodo, sólo fue explotado por los actores en las ferias
ambulantes, quienes acostumbraban hacer demostraciones de los fenómenos
del trance.
En 1841, el magnetizador francés, Lafontaine, visitó Manchester y dio
una demostración de experimentos magnéticos. James Braid, un cirujano
local bien conocido, aconteció estar presente con un colega. Observaron
que una muchacha en apariencia entraba en trance, y Braid estaba tan
enfadado que subió al escenario para demostrar que era un completo
fraude. Para su gran asombro, encontró que el trance era perfectamente
genuino. En consecuencia, inició una serie de experimentos con sus
parientes y amigos, y encontró que pronto pudo producir un estado de
trance similar con bastante facilidad, induciéndolos a fijar la vista en un
objeto brillante, tal como el estuche de su bisturí. También encontró que
obtenía muy buenos resultados cuando hacía uso del trance para propósitos
médicos y quirúrgicos, y en 1842, ofreció leer un artículo para la British
Association (para el progreso de la ciencia) que celebraba una asamblea en
Manchester. No es necesario decir que su oferta fue rechazada y su escrito
calificado de ridículo, junto con sus reportes de curaciones de contracturas y
alteraciones de la sensibilidad, tales como la sordera.
Varios años después, la misma inflexible oposición de la profesión
médica hizo que el médico Elliotson fuera expulsado de su puesto en el
University College Hospital, Londres, debido a que eligió el hipnotismo para
26
su Alocución Haveriana. Más o menos en la misma época, James Esdaile,
que ejercía la cirugía en la India, envió un reporte al Medical Board, de
75 operaciones practicadas sin dolor bajo anestesia hipnótica, pero nunca
se le dio reconocimiento a su carta.
La importancia del trabajo de Braid se encuentra en el hecho de que
pronto se dio cuenta que ningunos fluidos misteriosos estaban involucrados
en la producción del trance. En vez de ello llegó a la conclusión de que los
resultados eran puramente de naturaleza subjetiva: los fenómenos se
debían sólo a la sugestión, actuando sobre un sujeto cuya sugestibilidad
había sido incrementada en forma artificial.
Si examinamos las implicaciones de este enunciado, veremos con toda
claridad la forma en que Mesmer obtenía en realidad sus resultados. El ritual
impresionante, el ceremonial, la propia personalidad de Mesmer, su notable
bata y, sobre todo, su gran reputación, sugerían fuertemente a sus pacientes
que iba a suceder algo extraordinario, y por supuesto que sucedía. Bernard
C. Gindes resume la situación en forma admirable al sugerir la fórmula que
sigue: Atención desviada + Creencia + Expectación = Estado Hipnótico
A esto podemos agregar Imaginación, que es el factor integrante que une la
creencia y la expectación para formar una fuerza irresistible. Ciertamente que
este mismo principio tiene que ser aceptado en la actualidad, sin importar
que la recuperación se efectuara mediante la hipnosis, la Ciencia Cristiana o
los milagros reportados desde Lourdes. Esto nos pone frente a frente con
una verdad de la mayor importancia: ninguna curación psicológica tiene
lugar en ausencia de la creencia. Fue James Braid quien finalmente desechó
los términos mesmerismo y magnetismo animal sustituyéndolos por un
nombre de su propia invención —hipnotismo— que ha persistido hasta el
momento presente.
Desarrollos posteriores se originaron del trabajo del Dr. Liébeault, en
Francia, quien bien puede ser considerado como el verdadero padre del
hipnotismo moderno. Era un modesto médico general en Nancy, que
llegó a interesarse en los fenómenos del hipnotismo y del magnetismo
animal. Igual que Braid, pronto refutó las teorías de éste, y en
consecuencia, llegó a ser el fundador de la terapéutica de la sugestión.
Ciertamente fue el primero en demostrar el valor curativo de la hipnosis en
gran escala. Logró esto desistiendo de honorarios en su totalidad si el
paciente aceptaba el tratamiento hipnótico en vez de procedimientos más
ortodoxos. En realidad, sus trabajos llegaron a ser tan bien conocidos que
llamaron la atención del profesor Bernheim, famoso neurólogo, cuando
27
trató con éxito un caso de ciática que había estado al cuidado de Bernheim.
Este estaba tan molesto por las afirmaciones que se hacían, que decidió
visitar la clínica de Liébeault para exhibirlo como charlatán. Pero quedó tan
sorprendido de lo que observó que se convirtió por completo y aceptó
plenamente los puntos de vista de Liébeault sobre la importancia de la
parte que desempeñaba la sugestión en la hipnosis. Pronto llegó a ser una
de las mayores autoridades en la materia, y era tal su reputación como
médico en toda Europa, que por primera vez la profesión médica fue
incapaz de ignorar sus opiniones y de mantener su actitud de hostilidad. En
1886, publicó su famoso libro, De La Suggestion; en él proporcionaba
muchos ejemplos de los efectos curativos de la hipnosis, que aceptaba
plenamente como de naturaleza física por completo. El trabajo de estos
dos hombres, a continuación del de Braid, formó las bases sobre las cuales
se construyó el desarrollo moderno de la hipnosis.
Ninguna relación de la historia de la hipnosis, por breve que ésta sea,
quedaría completa sin hacer mención de los trabajos del profesor Charcot,
el neurólogo, y de sus colegas en el Hospital de la Sal-pétriére, de París. A
pesar de sus facultades excepcionales como clínico, parece que Charcot
comprendió poco la verdadera naturaleza de la hipnosis. Hizo lo máximo
para idear pruebas científicas para ella, como resultado de las cuales sacó
en conclusión que la hipnosis era un fenómeno patológico similar a la
histeria y, en consecuencia, producto de una constitución nerviosa anormal.
Como Charcot utilizó un número limitado de sujetos más o menos
entrenados, sus observaciones carecían de validez y cayó en muchos errores.
Sin embargo, como resultado de estos descubrimientos se entabló una lucha
sorda entre las escuelas rivales de Charcot y Bernheim. Finalmente
prevalecieron los puntos de vista de la escuela de Nancy, los métodos y
conclusiones de Charcot y de sus seguidores Se exhibieron como no
científicas, y la hipnosis llegó a ser considerada como una manifestación
normal.
Sin embargo, durante este periodo se hicieron muchas afirmaciones
sobre la hipnosis que no eran científicas y carecían de fundamento. Nunca
se comprobó lo permanente de sus resultados, debido más que a todo, a la
falta de estudios de continuación de los pacientes supuestamente curados.
En aquella época nada se conocía sobre el valor defensivo de los síntomas
ni de la forma en que éstos solían ayudar al individuo para que ajustara
sus dificultades. En consecuencia, la hipnosis sólo se utilizaba como porra
28
para aplastar las quejas del paciente, y parece probable que los fracasos
eran más frecuentes que las curaciones.
Sin embargo, por 1880, el Dr. Breuer, médico general vienes, introdujo
una innovación importantísima en la terapia hipnótica, que extendió la
aplicación de la hipnosis mucho más allá del alejamiento por sugestión de
los síntomas. Accidentalmente descubrió que cuando uno de sus pacientes
era inducido a hablar con libertad, mostraba una profunda reacción
emocional seguida por la desaparición de muchos de sus síntomas.
Cuando se llamó la atención de Freud sobre este caso, se unió a Breuer
para investigarlo más a fondo y tuvo éxito en confirmar los resultados. La
importancia de este descubrimiento se encuentra en el cambio del énfasis
subsecuente en la hipnoterapia de la eliminación directa de los síntomas a
la eliminación de sus causas aparentes. En realidad, el hecho de que las ex-
periencias traumáticas reprimidas puedan actuar como focos de dificultades
emocionales ha atraído cada vez más la atención hacia las posibilidades
del afloramiento hipnótico de recuerdos sepultados. Más tarde, Freud se
desilusionó de la hipnosis ya que no pudo inducir un trance lo bastante
profundo en muchos de sus pacientes, y posteriormente lo rechazó por
completo a favor de su propio descubrimiento: el psicoanálisis. Este hecho,
aunado al desengaño originado por el fracaso de la hipnosis al no producir
una cura permanente de la histeria, casi logró éxito al asestarle un golpe
mortal. Sin embargo, la grave escasez de psiquiatras durante la Primera
Guerra Mundial, exigía una forma mucho más abreviada de psicoterapia.
La hipnoterapia revivió una vez más y se usó tanto en la eliminación
directa de los síntomas como para la restauración de las experiencias trau-
máticas reprimidas. En realidad, las neurosis de guerra proporcionan uno de
los ejemplos más dramáticos de lo efectiva que puede ser la hipnosis en la
desaparición de los síntomas mediante el desahogo de los eventos de una
experiencia traumática, y el éxito que se logró creó una oleada de
entusiasmo por los métodos hipnóticos, la cual ha persistido hasta la
actualidad.
No es fácil predecir el futuro de la hipnosis ya que, durante su larga
historia, se ha visto sujeta a muchas altas y bajas. Pero hay pocas dudas
de que durante los últimos años la hipnoterapia haya ganado terreno
lentamente. La Ley sobre Hipnotismo (Inglaterra), de 1952, que limitó
estrictamente las condiciones bajo las cuales podrían hacerse
demostraciones públicas de la hipnosis, ha reducido mucho el número de
29
ejecutantes teatrales. Más aún, en 1953, la British Medical Association
designó un subcomité de su Psychological Group Committee para investigar
el uso del hipnotismo en la medicina contemporánea. Se encontró que los
fenómenos hipnóticos habían arrojado una gran cantidad de luz sobre la
función desempeñada por la mente inconsciente al determinar el
comportamiento humano, y después de lanzar una admonitoria sobre las
afirmaciones exageradas e injustificadas, el Comité declaró que, en su
opinión, el hipnotismo no sólo era útil, sino que incluso podría ser el
método a elegir en ciertos padecimientos psicosomáticos y psiconeuróticos.
También creyó que en ocasiones podría desempeñar una función en la
cirugía, en la obstetricia y en la odontología, como analgésico y anestésico.
Sin embargo, no debe ser considerado como una especialidad independiente
que sustituyera a otros métodos de psicoterapia. Por último, el Comité
recomendó que se incluyera el hipnotismo en los cursos de psiquiatría en
las escuelas de medicina y, posiblemente, en los cursos para ginecólogos y
anestesistas. Pensaba que había necesidad de una mayor investigación
organizada en los aspectos neurofisiológicos y psicológicos de la hipnosis, e
indicaba ciertos campos que garantizaban la investigación clínica y de
laboratorio.
Este reporte ha hecho mucho para darle un sitio a la hipnoterapia en
la terapéutica moderna, aun cuando algunas de sus últimas
recomendaciones no se hayan llevado a cabo en su totalidad. Sin embargo
en los últimos años se han hecho valiosas investigaciones de nuevas
técnicas, en especial en América, y esto está ayudando a que gradualmente
la hipnosis de su antigua atmósfera de misticismo y supersimplificación.
La historia de la hipnosis ha demostrado en forma concluyente que no es
algo maravilloso sino que, despojada de sus reivindicaciones exageradas,
todavía puede ser un valioso instrumento terapéutico.
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CAPITULO 2
La Naturaleza de la Hipnosis
32
La razón de ello la descubriremos enseguida. En vista de estos hechos
parecería que estamos justificados al sacar como conclusión que las
curaciones de Mesmer no dependían de las varillas de hierro o de los fluidos
magnéticos, sino de la creencia implícita en la recuperación que se
instilaba en la mente del paciente debido a que su sugestionabilidad se
había incrementado mucho por lo misterioso del ritual y del ceremonial.
Ahora es necesario aventurar una sencilla definición del estado
hipnótico, la cual, con todo lo incompleta que pueda ser, cubrirá en forma
adecuada muchos de los hechos observados.
La hipnosis es esencialmente un estado especial de la mente que por lo
general es inducido en una persona por parte de otra. Es un estado mental
en el cual las sugestiones no sólo son aceptadas con más facilidad que en el
estado de vigilia, sino que actúan en forma más poderosa que la que sería
posible en condiciones normales. En otras palabras, el estado hipnótico
siempre va acompañado por un aumento en la sugestionabilidad del
sujeto.
Ahora se presenta el asunto de por qué las sugestiones se aceptan más
y actúan con más facilidad en el estado hipnótico que en el estado de
vigilia. En forma muy breve, la respuesta se encuentra en el sencillo hecho
siguiente: en el estado hipnótico, la facultad de crítica está parcial o
totalmente suprimido.
Para entender la forma en que esto ocurre, primero debemos aceptar el
concepto de mente inconsciente. Este postula que existe en todos una porción
de la mente que siempre está influyendo sobre nuestros pensamientos y
nuestra conducta y cuya existencia por lo general ignoramos. La mente
consciente es la parte de la mente que piensa, siente y actúa en el presente.
Es la parte de la mente que estoy empleando para escribir esta página, y es
la parte de la mente que usted usa para leerla. La mente inconsciente es
la mayor parte de la mente y que por lo general estamos por completo
ignorantes de su existencia. Es el asiento de todos nuestros recuerdos, de
nuestras experiencias, y de todo lo que hemos aprendido. A este respecto se
parece a un gran archivero al cual podemos consultar para refrescar nuestra
memoria siempre que tengamos necesidad de hacerlo. Bajo ciertas
circunstancias también puede desempeñar la mayoría de las funciones de la
mente consciente, con una excepción de importancia —el poder de crítica.
Sin embargo, por el momento regresaremos con nuestra comparación con el
archivero. En él existe una gran cantidad de información almacenada y para la
33
cual no se tiene un uso inmediato y que no se puede esperar tener en
mente.No obstante, se sabe dónde se encuentra siempre que se necesite.
En tales ocasiones, se va al archivero, se abre una de sus gavetas, se saca
la carpeta adecuada y se consulta, llevando así a lo consciente la
información necesaria. Pero el archivero en sí no puede utilizar la
información que tiene almacenada. Alguien tiene que ir a él, sacar la
información requerida y llevarla al consciente antes de poder utilizarla.
El mismo proceso tiene lugar siempre que se tenga que hacer uso de
algún conocimiento previo o experiencia obtenida. Por ejemplo, si yo le
hago una proposición que usted desee criticar, tiene que abrir la gaveta del
inconsciente y extraer los recuerdos necesarios y la información para
volverlos a llevar al consciente. Sólo entonces podrá criticar lo que he
dicho, a la luz de su experiencia y conocimientos anteriores. Quizá el
ejemplo que sigue ilustre la forma en que este mecanismo funciona.
Supóngase que le doy una pluma estilográfica para que la sostenga en
la mano y, mientras lo hace, le sugiero que se va calentando en forma
gradual cada vez más y que pronto le quemará los dedos.
No sucederá nada.
En una fracción de segundo varios pensamientos han brillado en su mente,
capacitándolo a ejercer la función de la crítica consciente. Se habrá dicho a
sí mismo "Tonterías. Ninguna pluma estilográfica se ha calentado antes.
¿Por qué había de hacerlo ésta? Además, no es posible que se caliente. Ño
hay nada que la caliente". Observe que ahora usted ha hecho uso de su
experiencia y de sus conocimientos pasados en su mente inconsciente para
criticar lo que le he dicho, y que como resultado usted lo rechaza de plano.
Supóngase ahora que le hago las mismas sugestiones a un sujeto
profundamente hipnotizado, quien está sosteniendo la pluma. En un
estado hipnótico profundo la mente consciente y su poder de crítica se han
suprimido por completo. Será inútil que recurra a la información
almacenada en la mente inconsciente. En consecuencia, las sugestiones
penetrarán a la mente inconsciente del individuo que, como no posee en sí
ningún poder de crítica, no podrá rechazarlas. Así pues, el individuo
aceptará de inmediato y sin reserva las sugestiones. Creerá implícitamente
que lo que le dice que va a suceder sucederá. Principiará entonces a sentir
una sensación de calor, sus dedos se aflojarán y la pluma caerá al suelo.
Las conclusiones importantes que se derivan de estos dos experimentos
pueden resumirse en la forma siguiente:
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1. El poder de crítica está restringido, en su mayor parte, a la mente
consciente.
2. Sólo en virtud de esto es que la mente consciente posee la facultad de
rechazar cualesquiera sugestiones que puedan hacerse.
3. Cuando las sugestiones rebasan la mente consciente, como sucede en
la hipnosis, penetran en forma directa a la mente inconsciente que, como
ejerce poco o ningún poder de crítica, es por completo incapaz de
rechazarlas, y el individuo actúa de acuerdo con ellas.
Por lo tanto, las sugestiones no sólo son aceptadas con más facilidad,
sino que se realizan en el grado más pleno posible durante el estado
hipnótico, puesto que se obtiene un acceso directo a la parte inconsciente
de la mente. Ahora estamos en condiciones de definir ciertos principios
adicionales aplicables al estado hipnótico.
1. La respuesta a la hipnosis dependerá del grado hasta el cual se suprima
el poder de crítica y el poder de rechazo que normal mente son ejercidos por
la mente consciente.
2. La profundidad de la hipnosis en cualquier caso dado estará
relacionado en proporción directa con el grado de supresión lograda. Una
supresión ligera dará como resultado sólo una hipnosis ligera; una
supresión total dará como resultado una hipnosis profunda o
sonambulismo.
3. Mientras más se suprima la mente consciente, más aumentará la
sugestibilidad del individuo.
La consideración de otra sencilla analogía puede ayudar a mostrar con
más claridad lo que tratamos de lograr al inducir el estado hipnótico.
Si observamos un iceberg sabemos que sólo podemos ver una octava
parte de su volumen total sobre la superficie de las olas; siete octavas partes
están ocultas a la vista. Lo que intentamos hacer cuando principiamos a
inducir la hipnosis es hacer que el iceberg se vuelque, de manera que las
siete octavas partes que están ocultas salgan a la superficie y
desaparezca la octava parte visible. En otras palabras, la mente inconsciente
sale a la superficie, es más accesible y tiene eventualmente un control
temporal. Más aún, el grado de desplazamiento que se logre
corresponderá en términos generales a los varios estados de hipnosis. Si
el iceberg sólo se inclina un poco, el resultado será una hipnosis ligera y
el poder de crítica estará un poco deteriorado, pero no mucho. Si se
inclina unas tres cuartas partes, el resultado será una hipnosis de media a
35
profunda; el poder de crítica estará más obstaculizado y habrá
aumentado mucho la sugestibilidad del sujeto. Incluso entonces, no
estará abolida por completo. Pero cuando el iceberg queda por completo
invertido, el resultado será una hipnosis muy profunda o sonambulismo.
En este caso, la mente consciente habrá desaparecido por completo de la su-
perficie y quedará inactiva en su totalidad. La mente inconsciente habrá
asumido un control temporal y el poder de crítica habrá sido eliminado en
su totalidad.
Al tratar de inducir la hipnosis, el principal problema es quitar de en
medio a la mente consciente para hacer uso del grado incre mentado de
sugestibilidad que seguirá en forma inevitable. Afortunadamente, ésta no es
una tarea tan formidable como podría parecer, ya que el secreto se
encuentra en un hecho sencillo, pero universal.
Incluso en la vida diaria, siempre que concentra uno la atención, se
induce una tendencia a dividir al consciente, lo que hace que la mente
inconsciente sea mucho más accesible.
De los muchos casos que podría citar, he seleccionado dos experiencias
hipotéticas, pero típicas.
1. Recientemente he estado atendiendo un caso serio de pulmonía en el
número 127 de High Street. Esto me ha causado mucha ansiedad y adquirí la
costumbre de visitarlo en su domicilio por lo menos una o dos veces al día
en la última quincena. El paciente convalece ahora y no tengo que visitarlo
hoy, pero intento hacerlo mañana. Mientras salgo del consultorio para
iniciar mis visitas, se me entrega un nuevo llamado para ir al número 136
de High Street. (Obsérvese que es la misma calle pero distinto número.)
Camino a esta casa y hago otras visitas. Al salir de la última de éstas y
entrar al auto para dirigirme a High Street me siento preocupado e intri-
gado por el estado del paciente que acabo de abandonar. Mi mente
consciente está preocupada con algunas dudas de importancia. ¿Debo
obtener otra opinión o sería mejor cambiar al paciente a un hospital?
Meditando aún sobre este problema, llego a High Street. Detuve el auto y,
para mi sorpresa encontré que estaba llamando a la puerta del número
127, la casa que yo tenía la costumbre de visitar todos los días, pero que
conscientemente no intentaba visitar en esa ocasión en particular.
Este es un ejemplo típico de la concentración de la atención. Mi
mente consciente estaba por completo preocupada con la seria condición del
último paciente que había visitado. En consecuencia, ocurrió la división del
36
consciente, como resultado de lo cual mi mente inconsciente asumió en
forma temporal el control de mis acciones y me condujo a la casa que
tenía costumbre de visitar todos los días, en vez de a la que intentaba
visitar.
2. Mañana, tendré que dar una conferencia sobre la hipnosis. Puesto que
hace mucho tiempo que no doy una conferencia, principié a consultar mis
notas para refrescar la memoria. Me concentré intensamente en esto y
me absorbí por completo en mi tarea. En tanto estoy entregado a la
lectura, mi esposa llega a la puerta y me hace una pregunta. Sin
levantar la vista le contesto y ella vuelve a salir. Ahora, entra de nuevo
para decirme que la cena está lista. Cierro el libro y me dedico a la
comida, en el transcurso de la cual ella menciona la pregunta que me
había hecho y la respuesta que le había dado. Para su asombro niego en
forma resuelta haber dicho alguna vez algo de ese tipo: no tengo el más
ligero recuerdo de que me hayan hecho la pregunta y de que hubiera
contestado a ella.
Observe la secuencia de los eventos. En tanto mi mente consciente estaba
por completo ocupada con mis notas no tenía deseos de ser molestado.
Aquí tenemos nuevamente la concentración de la atención. Esto fue
naturalmente seguido por la división del consciente, como resultado de lo
cual, mi mente inconsciente, que en forma temporal había asumido el
control, me hizo contestar en forma automática. Luego, cuando cerré mi
libro y mi mente consciente volvió a tener el control, desconocía por
completo lo que había ocurrido —de ahí mi pérdida de memoria.
Tanto las acciones como el comportamiento de una persona
profundamente hipnotizada han sido muy bien comparadas con las de una
persona distraída. Ahora, la distracción es un estado mental que se
presenta de pronto y luego pasa con igual rapidez y de súbito. En un ataque
de distracción así, un individuo con frecuencia principiará a trabajar, y
lo hará en forma tan eficaz y meticulosa como lo haría con la mente en
su estado normal. Sin embargo, cuando el ataque de distracción
termina en forma súbita, observará lo que está haciendo y dirá: "¡Santo
Cielo! ¿Cuándo comencé a hacer esto?" En sus etapas más profundas, el
estado hipnótico es muy similar a esto. Ciertamente podría considerarse como
un estado de distracción controlada que puede producirse siempre que uno
lo desee, que puede prolongarse tanto como se considere necesario y que
puede darse por terminado en el momento en que ya no sea de utilidad.
37
CAPITULO 3
MOTIVACIÓN
38
hipnotizada, más probable éxito tendrá la inducción. En consecuencia, el
paso de más importancia en todos los preliminares de la inducción de la
hipnosis es la preparación de la mente del sujeto para que la acepte —como si
se fuera a abonar un terreno—. Esto no es una tarea difícil, siempre que se
ejecute sistemáticamente. Trate de averiguar si el sujeto desea en realidad
ser hipnotizado —si cree en la hipnosis y si cree que valga la pena para hacer
desaparecer sus síntomas—. Discuta con él estos síntomas y las molestias
que le están causando. Indíquele lo distinta que podría ser su vida y todo
lo que podría disfrutar si se librara de ellos. A condición de que su caso
sea adecuado para ser tratado por hipnosis, puede decirle con bastante
certidumbre que es probable que el tratamiento hipnótico actúe con más
fuerza y lo mejore con más rapidez que cualquier otro método. Es de suma
importancia que el paciente esté dispuesto a ser hipnotizado y crea que eso
va a ser eficaz antes de principiar la inducción.
Existe otro paso preliminar de vital importancia que nunca debe ser omitido.
Se comprende muy bien que muchos pacientes sean tímidos, ansiosos y
aprensivos, y por cierto que nunca entrarán en estado hipnótico sino hasta
que sus temores hayan sido disipados. Estos temores y ansiedades, que
pueden ser obstáculos serios para la inducción del trance, por lo general
caen en dos categorías.
1. Temor al fracaso y mucha, ansiedad por el éxito. Uno conduce a lo otro
en forma inevitable, y juntos pueden originar muchas dificultades. Debe
recordar que muchos de los pacientes que llegan a usted para ser
hipnotizados ya han intentado casi todos los demás métodos de tratamiento
sin éxito. En consecuencia, están convencidos de que la hipnosis puede
ofrecerles la última oportunidad de recuperación.
Esto podría ser muy conveniente, pero por desgracia el paciente cree que
está arriesgando tanto, que la mera posibilidad de un fracaso lo aterra y,
por lo tanto, espera el éxito con mucha ansiedad. Esto produce tanta
tensión mental y ansiedad que le es imposible relajarse o incluso
concentrarse lo suficiente para que la inducción tenga éxito. Y a menos que
se adopten con presteza medidas para contrarrestar esto, ofreciéndole las
aseveraciones más positivas, todos los intentos de inducción terminarán
en un fracaso.
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Inconscientemente, el paciente considera a la hipnosis como una prueba de
su habilidad para actuar, y como el neurótico siempre está temeroso de un
fracaso, la dificultad será inevitable.
2. Temor al estado hipnótico en sí. Esta dificultad en particu-lar es la
que se encuentra con más frecuencia. Por cierto, existe un asombroso y
creciente número de pacientes que están tanto temerosos como recelosos
de lo que comprende la hipnosis, y a quienes no les agrada mucho la idea
de perder su control. Las dudas y temores tales como éstas siempre se
deben al concepto equivocado, de parte del paciente, respecto a lo que es
probable que suceda en el estado hipnótico.
En ocasiones el paciente tendrá un desconocimiento total de su dificultad,
ya que muchas personas se muestran tanto ansiosas como dispuestas a
someterse a la hipnosis y sin embargo, en forma por completo
inconsciente, en sus mentes existen estos temores. Bajo estas
circunstancias, la mente apelará a cualquier excusa o razón para no perder
el control. Esta resistencia inconsciente puede mostrarse en muchas formas
distintas. Durante la verdadera inducción, el paciente puede parecer que
está sumamente divertido e incluso reír. Por otra parte, puede quejarse de
malestar físico. Ambas reacciones son evidencia de la resistencia
inconsciente a la hipnosis y son meras racionalizaciones, por lo que es de
mucha importancia convencerlo de que nada sobrenatural está sucediendo y
que de ninguna manera se le ridiculizará.
En ocasiones, puede presentarse la situación inversa, la que hace
resaltar, con más fuerza aún, la significación de las actitudes inconscientes, ya
que un deseo inconsciente de ser hipnotizado en ocasiones puede ser más
fuerte que el deseo consciente de resistir. Bajo estas circunstancias,
muchas personas que luchan para no sucumbir en un trance, son por
completo incapaces de permanecer despiertos una vez que se ha iniciado el
proceso de inducción.
Para tener éxito con las inducciones, deben tratarse en forma adecuada
todas las dificultades de este tipo antes de principiar. Por cierto, la
preparación de la mente del sujeto es la más importante de todas las
etapas para inducir con éxito la hipnosis. La mayoría de los fracasos al inducir
el estado hipnótico, se deben a la falta de una preparación adecuada del
sujeto, y a la falta de una discusión apropiada antes de intentar la
inducción.
Este problema presenta más dificultades al cirujano dentista que al
médico general, ya que el dentista que desea usar la hipnosis para lograr
40
relajamiento o anestesia, por necesidad debe inducir con rapidez el estado
de trance. En consecuencia, no puede emplear mucho tiempo en la
preparación como en el caso de un médico general. Por fortuna, en muchos
casos esto no es tan esencial, va que un número considerable de pacientes
dentales, que por lo demás, disfrutan de buena salud, es probable que
resulten más susceptibles y menos difíciles que muchos de los casos con los
cuales tiene que tratar el médico general. Pero si bien es fuerte la motivación
de tales pacientes para la hipnosis, no debe olvidarse que el dentista tiene
otros problemas que resolver —el temor de visitar al dentista y el temor a
la aguja hipodérmica—. Sin embargo, la preparación adecuada del paciente
no es necesariamente un procedimiento prolongado pero, no obstante, el
tiempo que en ello se invierte nunca es desperdiciado y pagará muy buenos
dividendos. Es por esta razón que me propongo tratarlo con cierto detalle.
Se presentan con tanta frecuencia una o más de éstas en la mente del sujeto
que es de suma importancia que cada uno de estos puntos deba ser tratado
en forma adecuada en la plática preliminar, de manera que el paciente sepa
con exactitud lo que debe esperar. Una vez que se ha logrado esto con
éxito, la inducción de la hipnosis ofrecerá mucha menor dificultad. Quizá
la mejor forma de explicarlos sea describir el procedimiento que yo
mismo empleo al preparar a un paciente que no ha sido hipnotizado con
anterioridad.
1. Principio por preguntarle lo que sabe o lo que ha oído sobre la
hipnosis y lo que espera que suceda durante el estado hipnótico y después
de éste. Casi siempre encuentro que, si es que acaso sabe algo, sus ideas
se han derivado de artículos periodísticos, narraciones sensacionales en
41
revistas y actuaciones en teatros o en televisión. Con mucha frecuencia
encuentro que espera estar por ejemplo inconsciente durante el periodo del
trance, y que no recordará absolutamente nada una vez que despierte otra
vez. En consecuencia, le explico que la hipnosis médica no es así, y que,
en realidad, es difícil que ocurran algunas de las cosas que espera.
2. Le digo que no hay una verdadera semejanza entre el sueño hipnótico y
el sueño ordinario. Aun cuando en el transcurso de la inducción principiará
a sentir que sus ojos están cada vez más cansados, y que se le cerrarán en
igual forma que cuando duerme, todo el tiempo que permanezcan
cerrados, él permanecerá tan despierto y alerta como si los tuviera
abiertos. Por lo general le describo esto con las palabras que siguen:
Cuando usted se duerme por la noche con la cabeza en la almohada, sus ojos
parecen estar cada vez más cansados, hasta que al final se cierran. En el
momento en que se duerme, queda por completo inconsciente, sin darse cuenta de
los alrededores, sino hasta que despierta. Si entrara a su recámara y le hablara
quedamente, sin despertarlo, usted no se enteraría de que me encontraba ahí y
no escucharía una sola de mis palabras.
Cuando se duerme con un sueño hipnótico, sus ojos principiarán a sen tirse
cansados y se cerrarán, en la forma exacta en que lo hacen cuando se duerme por
las noches. Pero existirá una diferencia de importancia. No perderá la conciencia ni
un solo momento.
Permanecerá tan alerta y despierto como lo estaba antes de que sus ojos se
cerraran. Todavía sabrá que se encuentra en esta habitación conmigo. Podrá oír
todo lo que le digo. Si le hago una pregunta, podrá responderme sin despertar.
Si quedara inconsciente como en el sueño ordinario, no podría escucharme en
absoluto y, si no puede oír lo que le digo, ¿cómo es posible que pudiera ayudarlo?
Inclusive si entrara en el trance más profundo, siempre podría escuchar todo lo
que diga, y permanecería sabedor de todo lo que sucede.
Quiero que se recueste en la silla y cierre sus ojos unos momentos. No los abra
sino hasta que yo le diga. Limítese a escuchar lo que digo. Ahora está cómodamente
recostado en la silla, con los ojos cerrados, y si alguno entrara a la habitación
pensaría que estaba profundamente dormido.
Pero usted sabe que no está dormido. Está usted tan despierto como an tes que
cerrara los ojos. Puede escuchar todo lo que estoy diciendo.
Si sonara el teléfono, usted lo escucharía. Y si yo lo contestara, no podría menos de
interesarse un poco en lo que diga.
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No importa lo profundo que entre al estado hipnótico, siempre sentirá casi lo
mismo que sintió ahora. A excepción de una ligera diferencia. Si entrara en un
trance muy profundo, todavía permanecería completamente enterado de todo lo
que pasa, pero se sentiría tan lejano que parecería que nada le importa en
absoluto. Todavía podría escuchar el timbre del teléfono y lo que diría al
contestarlo, pero parecería tan lejano, que no le interesaría nada de lo que diga.
Es posible que se pregunte por qué considero tratar este asunto con tanto
detalle. La razón es al mismo tiempo sencilla y de mucha importancia.
Muchas personas parecen principiar con una impresión mental equivocada.
Cuando son hipnotizadas esperan experimentar una especie de "apagón"
durante el trance, y no recordar nada de lo que ha sucedido cuando
despiertan. Aun cuando esto no es un impedimento serio para la inducción
de una hipnosis ligera con cierre de ojos espontáneo, suele ser muy difícil,
si no imposible, profundizar más la hipnosis. El sujeto cerrará los ojos,
entrará en un estado de hipnosis ligera y no tratará de abrirlos sino hasta
que se lo indique. Pero dejará de responder a cualquier técnica de
profundización. Una vez que despierte, acostumbrará decir: "No creo que
haya sido hipnotizado. En realidad nada me sucedió. Sabía todo lo que
estaba pasando". Y siempre que el sujeto tenga alguna duda en la mente
respecto si ha sido o no hipnotizado, tendrá muchísima dificultad para
inducirlo a una etapa más profunda. Por cierto, si usted lo intenta y
fracasa, es muy probable que diga: "Nomás déme una prueba de que
algo ha sucedido. Si puedo convencerme de que he sido hipnotizado,
podré profundizarme más".
Por desdicha, está pidiendo un imposible en esas primeras etapas, ya
que sólo cuando se ha logrado una profundidad considerable se puede obtener
una prueba satisfactoria. De este modo, es probable que se origine una
situación embarazosa si el sujeto dice: "Deme una prueba de que he sido
hipnotizado y podré profundizarme más". A lo cual se tendrá que
replicar: "Primero profundícese y le daré muchas pruebas". Siendo el
resultado un total* círculo vicioso. Ciertamente, las probabilidades son de
que usted no adelantará mucho con este sujeto en particular.
Si antes de intentar la inducción, le ha dado al sujeto una completa
explicación de lo que debe esperar y de lo que es probable que sienta, no se
presentará esta particular dificultad. En ocasiones, a tal paciente le
resultará difícil creer que en realidad haya sido hipnotizado, a pesar de todas
sus explicaciones, pero es muy curioso que si éstas han sido hechas, sus
dudas ya no serán lo bastante fuertes para impedir una profundización
adicional.
43
3. Informo al paciente que no debe esperar necesariamente olvidar todo lo
que ha sucedido durante el trance una vez que esté otra vez totalmente
despierto. Debido a que es probable que el sujeto haya visto
demostraciones de experimentos hipnóticos en televisión, en los cuales se
utilizan sujetos especialmente entrenados, suele tener la idea de que
exactamente lo mismo le sucederá a él si permite ser hipnotizado. Es de
máxima importancia el hecho de que con certeza, esperará sufrir una
completa pérdida de memoria respecto a lo que haya ocurrido durante el
estado de trance, y cuando se dé cuenta de que recuerda todo lo
acontecido, estará cierto de que nunca fue en realidad hipnotizado. En
consecuencia, si usted deja ¿e corregir sus opiniones sobre estos puntos, en
especial respecto a pérdida de memoria que anticipa, encontrará
exactamente el mismo escepticismo que con anterioridad hemos discutido y
será inevitable un resultado similar.
Por lo general informo al paciente que pocas personas son capaces de
lograr tal profundidad, y que para propósitos médicos ordinarios ciertamente
no es necesaria y muy rara vez conveniente. Le explico que los sujetos que
ha visto han sido especialmente entrenados para alcanzar una gran
profundidad, para poder tomar parte en trabajos experimentales y de
investigación. También le indico que en la hipnosis médica de rutina rara
vez se presenta la "pérdida de memoria" y que es raro que se trate de
inducirla, ya que no es esencial para los propósitos de tratamientos
comunes. Sin embargo, si por azar olvidara en forma espontánea lo que
había ocurrido en el transcurso del trance, tampoco habría por qué
preocuparse. Eso sólo quería decir que era un sujeto muy bueno, y que
todavía podría recordar algo que en especial quisiera.
4. Explico al sujeto que si bien la fuerza de voluntad es de suma
importancia en la inducción de la hipnosis, la verdad es que es su propia
fuerza de voluntad la que desempeña un papel importante, no la del
hipnotizador. Existe una impresión muy difundida entre el público general
que si usted permite ser hipnotizado, no tendrá otro camino sino obedecer
todos los mandatos del hipnotizador. Que es su gran fuerza de voluntad lo
que hace que usted se someta por completo, con el resultado de que
cumplirá sus órdenes en forma casi automática. Esto, desde luego, se
eslabona con la dificultad que sigue en nuestra lista —el temor a ser
dominado— con el temor de perder su control, que ya hemos
mencionado.
44
Informo al sujeto que si en realidad creyéramos que eso era verdad,
pensaba que entonces muchos de nosotros no estaríamos dispuestos a ser
hipnotizados. Sé que yo no lo permitiría.
Si la hipnosis sólo se produjera merced a la más intensa fuerza de
voluntad del hipnotizador, la consecuencia lógica sería que sólo se podría
hipnotizar a las personas de voluntad muy débil. Ciertamente que éste no
es el caso, ya que es un hecho real que lo inverso es lo cierto. Siempre es
difícil, y en ocasiones imposible, hipnotizar a individuos de voluntad muy
débil. Esto se debe a que el individuo con voluntad débil no puede
concentrarse lo suficiente y no se puede retener su atención el tiempo
necesario para permitirle entrar al estado hipnótico. Por otra parte, entre
las personas más fáciles de hipnotizar en el mundo, se cuentan los hombres
de negocios de voluntad fuerte, dogmáticos y pagados de sí mismos,
que tienden a aterrorizar a sus secretarias y a intimidar a sus ejecutivos,
siempre y cuando sean sujetos dispuestos y con deseos de tener éxito.
Esto se debe a que pueden usar su fuerza de voluntad para obligarse a sí
mismos a concentrarse intensamente sobre cualquier cosa que se desee,
aumentando así su susceptibilidad.
5. Aseguro al sujeto que no necesita tener ningún temor de ser dominado
por el hipnotizador, y que nunca será obligado a hacer o a decir algo a lo
cual se oponga decididamente. Le explico que si uno fuera a tratar de
obligarlo a hacer tal cosa, ello originaría un conflicto mental (debo pero no
puedo) que lo despertaría en forma espontánea o mostraría tal inquietud
mental y tanta ansiedad que no quedaría otra alternativa sino despertarlo de
inmediato.
Soy completamente honrado con él, y le digo que si me permite inducir un
estado de trance realmente profundo, no habrá ninguna duda de que se
sentirá obligado a obedecer mis instrucciones en forma implícita, pero
sólo hasta donde él esté dispuesto a hacerlo y a someterse temporalmente a
mi autoridad. Y no podría obligarlo a hacer algo a lo cual tenga una
objeción arraigada. También le doy seguridades de que aparte de los pasos
necesarios acostumbrados para inducir la hipnosis y profundizarla, no se
hará nada más y no se le iba a sujetar a ningún interrogatorio sin su previo
consentimiento.
Podría parecer que he considerado este tema de preparación de la
mente del sujeto antes de la inducción, con una longitud innecesaria. Pero
puedo asegurar que esto está lejos de ser el caso. Lo he hecho en forma
deliberada debido a que creo firmemente que es la principal llave para el
45
éxito, y que resultan más fracasos de una preparación apresurada y
equivocada que de cualquier otra causa. El tiempo que se invierte en eliminar
los falsos conceptos, las dudas y los temores, nunca es desperdiciado. No
sólo asegurará inducciones más rápidas y con éxito, sino que los fracasos
serán menos frecuentes.
Cuando he terminado mis explicaciones al sujeto, siempre le pregunto si
tiene algunas otras preguntas que hacerme. En caso afirmativo, al
contestarlas por lo general disipo cualesquiera dudas y temores que hayan
quedado, asegurando así su total cooperación y confianza.
Le permito ver con toda claridad que la hipnosis es esencialmente un
asunto de trabajo en equipo entre el médico y el paciente. Que, sin
embargo, la parte que él desempeña es de tanta importancia como la mía,
y que sin su cooperación y buena disposición nada puede lograrse.
Sin embargo, muchas de estas explicaciones preliminares pueden
omitirse en el caso de un niño, a menos que sea muy tímido y nervioso; los
niños, son, en términos generales mucho más fáciles de hipnotizar que
los adultos. Los niños son mucho menos críticos y, por lo general, más
razonables para la persuasión y sugestión. Aquí se puede confiar casi por
completo en el "factor prestigio", combinado con un acercamiento
simpático y comprensivo. Ciertamente, en la mayoría de los casos, se
encuentra que bastan las explicaciones más sencillas, calculadas para
inspirar confianza.
En lo general, digo a los niños que me gustaría enseñarles la forma de
entrar en una clase especial de sueño. Que aun cuando sus ojos
principien a fatigarse, se cerrarán exactamente en la forma en que lo hacen
cuando duermen por la noche, que será por completo distinto porque podrán
escuchar todo lo que diga e incluso podrán hablar conmigo sin despertar.
Dado el caso de que me haya ganado la confianza del niño y haya tenido
éxito en despertar su interés, encuentro que, en términos generales, es todo lo
que se requiere.
46
CAPITULO 4
47
Distintas autoridades han descrito más de veinticinco etapas del trance
hipnótico, pero para propósitos clínicos prácticos, pueden muy bien reducirse
a tres:
1. Hipnosis ligera.
2. Hipnosis de profundidad media.
3. Hipnosis profunda o sonambulismo.
48
Pero incluso la confianza en uno mismo puede ser inútil, a menos que esté
basada en la pericia, habilidad y verdadero dominio de las técnicas, y
esto sólo se puede adquirir mediante una práctica constante, aun ante los
fracasos iniciales. Si acaso usted es del tipo que por lo normal está lleno de
confianza en sí mismo, puede lograr mucho éxito al principio. Pero una vez
que uno o dos tristes fracasos hayan aminorado este primer entusiasmo, la
pérdida de confianza que inevitablemente seguirá afectará mucho sus cifras
y fallará en mantener su éxito inicial.
Recuerde que la hipnosis médica y dental no es sino otro instrumento
terapéutico útil, y que debe intentar que su actitud hacia ella sea la misma
que cuando emplee una jeringa hipodérmica. Sólo cuando pueda hacer esto
llegarán a las proporciones que he mencionado las cifras del porcentaje de
sus éxitos.
Hasta ahora, al tratar el asunto de la susceptibilidad, me he li mitado en
forma deliberada a mencionar las cifras promedio publicadas en términos
generales. Pero debo indicar que con paciencia y con el entrenamiento
gradual del paciente, estos resultados pueden mejorarse mucho. En realidad,
según mi propia experiencia, existen pocos pacientes que no puedan
prepararse en esta forma para lograr bastante profundidad al entrar al
estado hipnótico al darle una señal oral o de cualquier otra índole. Se ha
encontrado que tal profundidad basta para la mayoría de los propósitos
clínicos. Sólo cuando se requieren analgesias extensivas o técnicas
hipnoanalíticas es probable que se requiera mayor profundidad.
49
mismo propósito, y éste proporcionará al mismo tiempo tanto las ventajas
estimulantes visuales como auditivas.
Estímulos auditivos. Hablar al sujeto en una forma monótona, rítmica y
persuasiva también tiende a producir el mismo estado mental en especial
si se hacen sugestiones repetidas de relajamiento. La incorporación de
ciertas palabras clave tales como cansancio, pesadez, somnolencia y sueño,
acelerarán mucho el proceso. Algunos hipnotizadores incluso refuerzan
esto con una música de fondo suave y monótona, con un compás muy
acentuado. Después de todo, está bien reconocido el efecto que sobre los
nativos tenían los golpes monótonos de los tambores tribales, e incluso en la
actualidad, podemos observar lo fácil que es "enviado" el adolescente al
ritmo de los bailes modernos,
Estímulos táctiles. Las caricias suaves sobre la piel, en especial la de
la frente, parece ejercer una fuerte influencia soporífera e hipnótica. La
mayoría de nosotros hemos experimentado este efecto sedante de
somnolencia que suele presentarse cuando nos están arreglando el pelo o
nos aplican masaje en la peluquería. Como parte del proceso de
inducción, esta técnica resulta muy útil en ocasiones en los niños, pero
rara vez es necesaria y quizá sea preferible evitarla en los adultos.
Todos los varios métodos para la inducción hipnótica dependen del uso
de una o más de estas formas de estímulos para producir una fatiga
sensorial. No deben causar sorpresa sus efectos si nos damos cuenta de la
frecuencia con que las personas se duermen mientras escuchan conferencias
o sermones monótonos, o incluso mirando la televisión. Ciertamente, el
estado hipnoideo puede producirse con fatal facilidad y puede mezclarse con
rapidez casi en forma imperceptible con el sueño natural. Muchos
conductores de vehículos experimentan una peligrosa sensación de
somnolencia al conducir sus vehículos por las carreteras de Francia, pues
las líneas de árboles que flanquean el camino a lo largo de millas, arrojan
sombras en forma de escalera sobre el pavimento, lo cual induce una
sensación de creciente somnolencia.
Ahora, antes que intente la inducción de la hipnosis, existen ciertas
decisiones de importancia que debe tomar, las cuales bien pueden decidir
el método preciso de inducción que elija emplear.
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TIPO DE ENFOQUE QUE ADOPTAR
51
Cada uno de estos métodos tiene sus ventajas, y al compararlos, debe tener en
cuenta los hechos que siguen:
1. Es mucho más fácil concentrarse sobre lo que está sucediendo que mantener
la mente pasiva, a menos que se emplee al mismo tiempo una forma eficaz de
un método de distracción.
2. Hay pocas dudas de que la pasividad, combinada con la dis
tracción, no sólo es favorable para una inducción más rápida, sino
que también tiende a facilitar la mayor profundización del trance,
ya que la respuesta tiende a ser más inconsciente. Yo mismo creo
que la pasividad mental sea quizá el mejor estado mental para la
inducción de la hipnosis, pero sobre este punto pueden diferir las
opiniones. Sin embargo, se debe recordar que son peligrosas las
generalizaciones y que al final el asunto debe decidirse de acuerdo con
el tipo de mente y personalidad del sujeto individual. En todo caso, se
debe estar preparado para ser versátil, utilizando la pasividad mental con
distracción una vez, y cambiando a la participación activa con atención en
otra, si esto parece aconsejable, en especial si no se logra la hipnosis al
primer intento. En otras palabras, siempre se debe estar preparado para
variar de método para ajustarse a los requerimientos del sujeto individual.
52
Sin embargo, en ocasiones puede ser aconsejable hablar con más
rapidez para mantener la mente del sujeto totalmente ocupada. Esto
prevendrá la crítica impidiéndole concentrarse demasiado en sus propias
sensaciones. En otras ocasiones, en especial cuando se hacen sugestiones
de pesadez, pereza o sueño, es mejor hablar incluso con más lentitud y
deliberación de lo acostumbrado, prolongando las palabras clave lo bastante
para aumentar la impresión que está tratando de transportar.
En algunos casos, se obtiene una respuesta más completa y efectiva si,
además de acelerar el discurso, aumenta el énfasis en las palabras
críticas. Pero tan pronto como se obtenga la respuesta, la voz debe
regresar otra vez a su entonación monótona y uniforme. Esta variación
parece llamar la atención del sujeto sobre lo que está sucediendo, y
ejerce un poderoso efecto para reforzar la idea. Sin embargo, debe tener
mucho cuidado en la selección de las palabras correctas que deban
enfatizarse. La importancia de esto está ilustrada en la inducción del
trance, cuando la hipnosis puede profundizarse o incluso terminarse en
forma accidental por la voz y el énfasis adoptado por el hipnotizador. Si se
le dice a un sujeto: "Trate de abrir los ojos. Los tiene muy apretados.
Posiblemente no puede abrirlos", el efecto producido por esta sugestión
puede depender por completo de la clase de énfasis que se use y en donde
se pone. Si en forma accidental pone el énfasis en la palabra trate —
"Trate de abrir los ojos"— es probable que la parte final de la
sugestión sea resistida con más facilidad, y el sujeto probablemente tenga
éxito en obligar a sus ojos a abrirse y despertar. Por otra parte, si coloca el
énfasis en —"posiblemente no puede abrirlos"— el sujeto quizá no pueda
abrir los ojos, a pesar de los esfuerzos que haga por hacerlo, y su
hipnosis se profundizará.
53
Durante las sesiones terapéuticas, el efecto de una sugestión puede
aumentarse mucho si el hipnotizador emplea la voz en forma tal que exprese
una emoción de acuerdo con la idea que está tratando de transportar. La
sugestión de disgusto, por ejemplo, se puede comunicar en forma más
efectiva si el hipnotizador adopta un tono de voz de acuerdo con ello,
aun cuando por el momento no esté en realidad experimentando esta
emoción.
En este caso, las sugestiones se comunican en una forma casi discreta con
un tono de voz persuasivo. No puede negarse que éste es un método mucho
más lento, pero es mucho más seguro, y presenta ciertas ventajas definidas. En
vez de perder su fuerza, las sugestiones dadas en esta forma en realidad ganan
fuerza por la repetición. Y como son persuasiones en vez de mandatos, tienden
a no originar ninguna resistencia consciente.
Como ya he subrayado el hecho de que a muchos sujetos les disgusta ser
dominados y temen despojarse de su control, no habrá ninguna duda en
absoluto de que, si está interesado en hipnotizar a tantos pacientes como sea
posible, reduciendo a un mínimo los fracasos, éste es, desde luego, el mejor
método que adoptar. Sin embargo, usted no puede determinar finalmente la
54
forma precisa en que va a comunicar sus sugestiones hasta que haya
considerado dos factores de importancia —la profundidad de la hipnosis y la
personalidad del sujeto.
Si bien la sugestionabilidad del sujeto siempre se aumenta con la hipnosis,
el grado hasta el cual esto ocurre variará con la profundidad del trance, y esto
debe tomarse en cuenta al convertir en palabras las sugestiones.
En hipnosis ligera
Las sugestiones deben ser expresadas en forma menos positiva y con menos
énfasis que en las etapas más profundas. Con seguridad, su enfoque debe ser
casi por completo de carácter persuasivo.
En hipnosis profunda
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control. Estos requerirán que se les infunda mucho ánimo y, en consecuencia,
su discurso casi debe ser una balada, lenta, deliberada, monótona, pero con un
marcado compás rítmico.
PRINCIPIOS Y LEYES GENERALES DE LA SUGESTIÓN
Antes de proceder a estudiar los varios métodos de inducción del trance, es necesario que nos
familiaricemos con ciertos principios y leyes que gobiernan el acto de la sugestión. Esto no sólo
tiene importancia para comprender las técnicas de la inducción y profundi-zación del trance,
sino que se encontrará que también son aplicables y significativas si tomamos en consideración
el asunto de la sugestión terapéutica.
1. Siempre deberá aunar el efecto que desee producir con el que realmente
está experimentando el sujeto en ese momento. Este principio debe aplicarse
del principio al fin de la inducción del trance y en los procedimientos para la
profundización de éste.
Cuando le toco el brazo. . . se le pone rígido y recto. Tan rígido como si fuera una
barra de hierro.
Y cuando sienta que el brazo se le está poniendo rígido. . . usted entrará en un sueño
muy, muy profundo.
El dolor suele ser causado y siempre se agrava con la tensión. Cuando usted se vaya
relajando y se sienta menos tenso . . . principiará a sentir más bienestar.
Y al aumentar su relajamiento. . . poco a poco irá disminuyendo el dolor. .. y pronto
desaparecerá por completo.
En este caso, sin duda que el sujeto se sentirá cada vez más relajado, en
tanto que su hipnosis se ha profundizado, y ciertamente que esto ha producido
una mayor sensación de bienestar. Relacionando la desaparición sugerida del
dolor a estos dos hechos establecidos, llega a convencerse con más facilidad
de que esto también ocurrirá pronto.
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a un paciente que sufre de dolor de cabeza que su dolor va a desaparecer. En
la mayoría de los casos, es más o menos fácil producir una sensación de calor
en la parte afectada por sugestión directa, en especial si esto va acompañado
de toques suaves en la parte afectada. Si la sugestión positiva de este calor en
aumento se une entonces a la sugestión negativa deseada de la desaparición
gradual del dolor, es mucho más probable que ocurra esto:
Cuando le toco la frente. . . siente una sensación de calor que se le extiende por toda la
frente. Y si sigo tocándole la cabeza. . . el calor va aumentando y va sintiendo cada vez
más bienestar en la cabeza. Todos los dolores y molestias van desapareciendo poco a
poco. . . en pocos momentos sentirá la cabeza tan caliente y confortada que el dolor de
cabeza habrá desaparecido por completo.
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acuesta en la cama convencido de que no va a poder dormir y así, mientras
más lo intente, más despierto estará. La misma dificultad suele obstaculizar la
inducción del trance. Mientras más activamente trate de cooperar el sujeto,
más difícil será que entre en trance. Pero mientras más pasivo permanezca, lo
logrará con más facilidad.
Por otra parte, se puede aplicar esta ley con grandes ventajas para expresar la
sugestión durante el periodo de inducción y profundización del trance.
Su brazo ha quedado tan tieso y rígido que le es imposible doblarlo. Mientras más
trate de doblarlo, más tieso y rígido quedará.
3. Ley del efecto dominante. Está basada en el hecho de que una emoción
fuerte siempre tiende a reemplazar a una débil. La unión de una emoción
fuerte con una sugestión siempre hará que dicha sugestión sea más efectiva.
Observe cómo la amenaza de un peligro reprimirá de inmediato cualesquier
sensaciones de placer o comodidad. La emoción inducida de un disgusto
puede nulificar al placer que un niño siente al morderse las uñas.
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rítmico, las repeticiones son esenciales. Deben volverse a expresar las
mismas ideas, repitiéndolas constantemente, una y otra vez. Al organizar mis
propias sugestiones, he encontrado que la mejor forma de lograr el ritmo y la
repetición es usar sucesivamente algunas palabras distintas o frases, cada una
con el mismo significado exacto. Se repiten ciertas palabras con énfasis
especial, para recalcar el ritmo.
Y lo mismo se seguirá sucediendo todos los días. . . y usted seguirá sintiendo lo mismo
siempre. . . tan fuerte, con tanta intensidad. . . con tanta certeza.. . . con tanta fuerza
cuando regrese otra vez a su casa. . . como cuando está conmigo en este cuarto.
Si repite esas sugestiones en voz alta, observará que las palabras "tan" y
"tanta", sirven para acentuar el ritmo, como el movimiento de un metrónomo.
También notará que la elección de las tres palabras, intensidad, certeza y
fuerza, es por completo deliberada. Las frases no sólo aseguran la repetición,
sino que también expresan la misma idea básica en tres formas distintas.
Temo que se presta demasiado poca atención a este asunto de la repetición.
Tengo la costumbre de repetir las sugestiones posthipnóticas por lo menos una
vez antes de despertar al sujeto. En algunos casos, incluso es conveniente
preguntarle -si entendió bien lo que se le dijo, y hacerle que repita las
sugestiones exactas que se le han dado.
5. No importa lo profundo que sea el trance, jamás se le debe dar al sujeto
una sugestión que pudiera encontrar desagradable u objetable. Debe tomarse
en cuenta el temperamento de cada sujeto. Lo que una persona puede aceptar
con facilidad, otra puede resentiría mucho y rechazarla. Incluso en los cursos
de instrucción, en los cuales se dan sugestiones posthipnóticas para demostrar
el fenómeno de la hipnosis, debe tenerse el máximo cuidado de evitar sugerir
cualquier acción que pudiera hacer que el sujeto se sintiera embarazado o que
pareciera ridículo ante los ojos de otras personas. Si bien es cierto que
inclusive en la hipnosis profunda algunos sujetos pueden todavía ser capaces
de resistir a sugestiones de este tipo, otros se sentirán obligados a cumplirlas a
pesar de su disgusto. En tales casos pensarán, con toda justificación, que se ha
abusado torpemente de la confianza depositada en el hipnotizador. Después de
todo, mientras más profundo sea el trance, serán aceptadas y ejecutadas las
sugestiones más fuertes. Mientras menos sepa la mente consciente de lo que se
ha dicho, habrá menos interferencia. Como es natural, los resultados más
efectivos ocurrirán cuando pueda sugerirse la amnesia posthipnótica de los
eventos del trance.
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6. En las sugestiones terapéuticas, las más importantes y cruciales siempre
deberán dejarse hasta el final. Principie el tratamiento con las sugestiones de
menor importancia, seguido por las que tengan un poco más de importancia y
concluyendo con las de mayor importancia. Es probable que las últimas sean
aceptadas con más facilidad.
7. En las sugestiones deberán expresarse en todo lo posible para que se
conformen con los hábitos y pensamientos conocidos del individuo. Si se
hace esto, debe llevarse a cabo como cosa natural, y habrá menos probabilidad
de que se despierte una crítica consciente.
Resumiendo, entonces, es de vital importancia que las sugestiones deban
expresarse en un tono de tranquila convicción, con la máxima confianza en sí
mismo y en su efectividad. Weitzenhoffer lo expresa de la manera siguiente:
"Dentro de ciertos límites, una sugestión será efectiva en el grado en que el
hipnotizador crea en su efectividad, y en la realidad de los fenómenos que
evoca."
PRUEBAS DE SUGESTIONABILIDAD
Se le pide al sujeto que se ponga de pie, erguido, con los pies juntos y que
mantenga el cuerpo completamente rígido. Se le dice que fije la vista en un
punto del techo, directo sobre su cabeza. El hipnotizador se sitúa detrás del
sujeto, con las manos apoyadas en los hombros de éste y le ordena que
permanezca rígido. Luego, con suavidad, hace oscilar al sujeto hacia atrás y
hacia adelante, para alterar su equilibrio en la forma en que pronto lo alterará
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su sugestión. Entonces se le pide al sujeto que cierre los ojos, en tanto trata
aún de mirar al mismo punto en el techo. Entonces se le dan las siguientes
instrucciones:
Trate de imaginarse que está tan tieso como una tabla. . . con las rodillas tiesas. . . y el
cuerpo perfectamente rígido. Aunque tenga los ojos cerrados, mantenga levantada la
cabeza. . . y mantenga los ojos todavía mirando hacia arriba. Comenzará a sentir que está
cayendo hacia atrás. . . que siente una fuerza que lo empuja hacia atrás, hacia mí. No se
resista. . . no caerá porque yo lo sostendré. . . pero usted comenzará a caer hacia atrás. Se
está cayendo. . . cayendo. . . cayendo. . .
Se le dice al sujeto que tome asiento en una silla y que mantenga los brazos
estirados frente a él a la altura de los hombros. Debe mantenerlos tan tiesos y
rígidos como sea posible, y que una las manos en forma muy apretada. Aquí
es útil que el hipnotizador le haga una demostración apretando las manos por
unos momentos con firmeza. A continuación se le dice:
Apriete más y más las manos. . . sentirá que los dedos se aferran cada vez con más
firmeza.
Cuando las apriete... quiero que se imagine una prensa metálica cuyas placas se
acercan más y más una a la otra. Ahora, fije en su mente esa prensa y concéntrese en
ella. . . y en tanto lo hace, se imaginará que sus manos son, como las dos placas de esa
prensa. . . que se están juntando. . . que se aprietan más y más.
Cuando cuente hasta cinco. . . se le juntarán las manos. . . quedando más y más
apretadas... y cuando llegue al cinco, estarán tan apretadas y unidas que las sentirá
como si fueran un bloque de metal. . . y le será difícil o imposible separarlas. Uno. . .
están muy apretadas. . . Dos. . . más y más apretadas. . . Tres mucho muy apretadas,
como si estuvieran pegadas. . . Cuatro . . . las palmas de las manos están fuertemente
unidas. . . Cinco. . . están tan fuertemente unidas que le será imposible separarlas
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hasta que yo cuente hasta tres. . . mientras más esfuerzos haga para separar las
palmas de las manos, más fuerte se apretarán, los dedos contra el dorso de las manos.
. . y más unidas le quedarán las manos.
Ahora siente la mano tan ligera que parece que no pesa nada en absoluto. Se vuelve
más ligera y más ligera. . . tan ligera, que de hecho está principiando a levantarse de la
mesa.
Se está levantando de la mesa. . . como si no pesara nada. Se siente cada vez más
ligera. . . arriba. . . arriba. . . arriba.
Se dibuja un círculo de unas 8 plg (25 cm) sobre una cartulina, con cuatro
radios en ángulos rectos respecto a uno y otro. Se ata un anillo al extremo de
una cuerda de unas 12 pulgadas (30 cm) de largo. Se sienta frente a la mesa el
sujeto que va a ser sometido a la prueba, con la cartulina inmediatamente
frente a él. Sostiene la cuerda con el brazo extendido, de manera que el anillo
quede oscilando al otro extremo de ésta a unas 3 o 4 plg (7.5 a 10 cm) sobre el
62
centro del círculo. Se le instruye que recorra con la vista todo el rededor de la
circunferencia una y otra vez. No debe poner atención alguna al anillo, que
principiará a dar vueltas alrededor del círculo, ganando cada vez más
velocidad. Luego se le dice al sujeto que recorra con la vista los radios, hacia
arriba y hacia abajo, y cuando así lo hace, el anillo cambiará de dirección y se
moverá a lo largo de la línea que está recorriendo con la vista.
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la actividad mental, de manera que éste es un punto digno de tomarse en
cuenta. Luego háblele en la forma siguiente:
Tan pronto como se le cierren los ojos por su propia voluntad, se encontrará en el más
ligero de los sueños hipnóticos. No tendrá el menor deseo de abrirlos, y no los abrirá
sino hasta que me oiga contar del uno al siete. En esta etapa, usted podrá abrirlos si así
lo desea, y lo que es más, no podría impedirlo. Aun cuando yo le dijera que no podría
abrirlos, usted los abriría para contradecirme.
El hecho real es que no los abrirá hasta que yo le diga que los abra, por la sencilla
razón de que no tendrá gana de hacerlo.
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4. Con cada sugestión que sea aceptada y ejecutada, la sugestionabilidad
del sujeto llega a estar aumentada progresivamente, en ocasiones hasta un
enorme grado. A la inversa, cada sugestión que sea rechazada disminuirá
marcadamente la sugestionabilidad del sujeto.
La mayoría de los métodos de inducción empleados en la actualidad
dependen de la sugestión verbal que por lo general, aunque no en forma
invariable, se combina con alguna forma de fijación de la vista. Esto último
ciertamente que no es esencial, pero tiene la gran ventaja de producir un
"cansancio psicológico de los ojos". Cuando se usa la fijación de la vista y se
sugiere al sujeto que los ojos se le están fatigando poco a poco, y que sus
párpados los siente cada vez más pesados, esto en realidad es cierto. Sus ojos
se están cansando, pero cree que el cansancio es producido por las sugestiones
que está usted haciendo y no se da cuenta que inicialmente esto se debe al
hecho de que está manteniendo la vista en una posición forzada. En
consecuencia, acepta estas sugestiones, con el resultado de que su
sugestionabilidad resulta aumentada. Por lo tanto, los ojos se le cansan cada
vez más, hasta que los cierra.
Se le indica al sujeto que fije la vista sobre algún objeto que se encuentre
sobre su cabeza y un poco atrás, aproximadamente a unas ocho pulgadas (20
cm) arriba de su línea de visión. Se le dice que continúe mirándolo y no deje
que la vista se le desvíe ni un solo momento. Por lo general le informo que
esto en sí no producirá la hipnosis, pero lo ayudará a fijar la atención. Como
ya he mencionado antes, la inducción resultará mucho más fácil si se procura
que tenga la cabeza extendida hacia atrás.
En forma alternativa, puede instruírsele que elija un punto en el techo, a su
gusto, todavía un poco hacia atrás y que mire hacia él, sin permitir que la vista
se le desvíe. Y en otro método de inducción, se le puede indicar que mire a los
ojos del hipnotizador.
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CAPITULO 5
De estos métodos, los dos que quizá resulten más fáciles y más
satisfactorios cuando primeramente se principia con la hipnosis, son la fijación
de la vista con relajamiento progresivo y la fijación de la vista con distracción,
por lo que se describirán éstas con bastante detalle.
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No importa el punto de fijación que se elija, debe mirar a él constantemente.
Si tiene la mirada errante, debe llamársele la atención de inmediato sobre este
hecho. Esta fijación de la atención tiende a disminuir todos los demás
intereses y estímulos externos. Mientras mira al punto u objeto elegido, se le
hacen sugestiones verbales con tranquilidad y monotonía.
Resumen del método. Se le dice al sujeto que se relaje por completo. . . que
respire tranquilamente, adentro, afuera. . . que mientras lo hace, sentirá que los
párpados le comienzan a pesar cada vez más. . . que cuando sienta eso deseará
parpadear. . . que puede parpadear todo lo que desee. . . que siente los ojos
cada vez más cansados. . . que su parpadeo es cada vez más lento y cada vez
mayor. . . que al parpadear siente que se le quieren cerrar los ojos. . . que en
ese momento se le cerrarán solos y que se dormirá. Se continúa con estas
sugestiones muy despacio, con ritmo y monotonía, hasta que se observe que
los ojos parpadean y se cierran, y el sujeto queda sumergido en un sueño
hipnótico ligero.
(Si los ojos del sujeto comienzan a llorar un poco, de inmediato debe llamar la
atención sobre este hecho, y cuando los parpadeos se hagan más lentos y
mayores, sus sugestiones deben ser más positivas y con mayor énfasis.)
(Al momento de hacer esta sugestión, los ojos del sujeto deben cerrarse de
inmediato y permanecerán cerrados. Ha entrado en un sueño hipnótico ligero.)
RELAJAMIENTO PROGRESIVO
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Suelte las piernas, aflójelas. . . sueltas y flojas.
Ahora los músculos de las pantorrillas.
Suéltelos... sueltos y flojos. .. deje que se aflojen.
Ahora los músculos de los muslos.
Suéltelos.. . aflójelos. . . sueltos y flojos.
Comienza a sentir las piernas pesadas como plomo.
Suelte las piernas. . . pesadas como plomo. . . suéltelas por completo.
Mientras lo hace. . . se siente soñoliento. . . muy soñoliento.
Se siente completamente en paz. . . con la mente tranquila y feliz.
Usted disfruta realmente de esta sensación tan agradable, descansada y
soñolienta.
Ahora, esa sensación de relajamiento se extiende hacia arriba, sobre todo su
cuerpo.
Afloje los músculos del estómago... suéltelos... sueltos y flojos.
Ahora los músculos del pecho .. . del cuerpo . . . de la espalda.
Ahora los músculos de los hombros. . . que queden sueltos y flojos. . . déjelos
que se aflojen.
Y puede sentir una pesadez en el cuerpo. . . como si lo sintiera tan pesado como si
fuera de plomo.. . como si quisiera hundirse. . . más hondo. . .
más profundo. . . en la suave y caliente arena.
Suelte el cuerpo. . . pesado como plomo.
Deje que se hunda cómodamente. . . en la arena. . . mientras se hun de. .. se
siente más y más soñoliento.
Siente los párpados cada vez más pesados. . . y los ojos cada vez más cansados.
Ahora quiere cerrarlos.
Tan pronto sienta que se le quieren cerrar los ojos. . . déjelos que se
cierren. . . se le cerrarán los ojos, ellos solos.
Aflójese. . . aflójese más y más.
Puede sentir el calor del sol en el cuerpo.
Se siente caliente y cómodo. . . completamente en paz.
Y esa agradable sensación de relajamiento ahora se le va extendiendo
por el cuello. . . por los hombros. . . por los brazos.
Afloje los músculos del cuello. . . suéltelos y aflójelos. . . aflójelos.
Ahora los músculos de los brazos.. . suéltelos, que queden sueltos y flojos.
Ahora nota una sensación de pesadez en los brazos.
Los siente pesados como si fueran de plomo.
Suelte los brazos. . . pesados como plomo. . . suéltelos completamente.
Mientras lo hace. . . siente los ojos cansados, muy cansados.
Tan cansados que se le quieren cerrar.
Déjelos que se cierren... por sí solos.
Ahora se cierran.. . se cierran. . .se cierran más y más.
¡Duerma!
A medida que el relajamiento se extiende poco a poco por el cuerpo del
sujeto, observará que los párpados comienzan a pestañear, primero
espasmódicamente y luego con más rapidez, y tan pronto como los haya
cerrado, habrá entrado en un estado de trance ligero. Si cierra los ojos,
como acontecerá en ocasiones, antes de que usted haya terminado las
sugestiones de relajamiento, llame su atención sobre el hecho de que se ha
quedado dormido, y continúe con la rutina de sugestiones hasta que el
relajamiento de todo el cuerpo sea completo.
69
FIJACIÓN DE LA VISTA CON RELAJAMIENTO
PROGRESIVO
Este es el método más útil para inducir la hipnosis, y uno de los dos
métodos que usted debe dominar plenamente antes de intentar cualquiera
de las técnicas más avanzadas. Este método depende de la concentración
de la atención, ya que el sujeto escucha atentamente, en el transcurso de
la inducción, lo que el hipnotizador le dice.
El sujeto se acuesta en un sofá o se sienta en una silla cómoda, y se le
indica que elija un punto del techo, un poco atrás, de manera que mire
hacia arriba y hacia atrás. Fija la vista sobre este punto, no debe
permitir que la mirada se le desvíe ni un solo momento. Si la desvía,
debe llamársele la atención de inmediato sobre este hecho.
Resumen del método. Se le indica al sujeto que se relaje por completo.
. . que puede notar una sensación de pesadez en los pies y en los
tobillos. . . en las piernas y en los muslos. . . que tanto sus tobillos con pies
y piernas los comienza a sentir completamente relajados. . . que esa
sensación de relajamiento se le está extendiendo por todo el pecho y el
cuerpo. . . que a medida que se extiende, comienza a sentir los párpados
muy, muy pesados. . . los ojos muy, muy cansados. . . que los músculos
del cuello. . . de los hombros. . . y de los brazos están cada vez más y más
relajados. . . que se está sintiendo más y más soñoliento, soñoliento. . .
que está sintiendo los brazos cada vez más pesados y pesados. . . que
siente que los párpados se le están poniendo tan pesados, pesados que
están deseando cerrarse.
Estas sugestiones se repiten en forma monótona, una y otra vez,
hasta que los ojos del sujeto pestañeen y se cierren, y entre en un sueño
hipnótico ligero. Entonces puede profundizarse la hipnosis por medio de
la inducción de levitación del brazo.
Profundización por levitación del brazo. Se le dice al sujeto que se
concentre sobre las sensaciones que sentirá en su brazo. . . que comienza a
sentir el brazo cada vez más ligero. . . como si no pesara en absoluto. . .
que siente como si quisiera elevarse en el aire. . . completamente por
cuenta propia. . . que lo siente cada vez más ligero . . . Que siente como si
tuviera un globo atado a la muñeca. . . haciéndolo flotar en el aire. . .
ligero como una pluma. . . y que mientras eso sucede. . . su sueño es cada
vez más profundo. En el momento que se observe el más ligero
movimiento hacia arriba en los dedos, debe llamarse de inmediato la
atención del sujeto sobre ese hecho, repitiendo con más énfasis las
sugestiones. Cuando el brazo se eleva más y más en el aire, se le debe
decir que su sueño es cada vez más profundo.
Una vez que se haya obtenido un resultado satisfactorio, se hacen
sugestiones para aumentar gradualmente la pesadez, hasta que los brazos
caigan de nuevo. Las sugestiones para aumentar la pesadez y el
movimiento hacia abajo siempre se deben relacionar con la profundización
adicional del sueño. Para entonces, es probable que el sujeto haya entrado
a un trance de profundidad media. Si el brazo dejara de elevarse y no
ocurriera ningún movimiento hacia arriba, levántelo con suavidad por la
manga del saco, dos o tres pulgadas sobre el brazo del sillón, continuando
70
sus sugestiones para aumentar la ligereza. No es raro que ese movimiento
voluntario pueda convertirse en una respuesta involuntaria en esta forma.
Sin embargo, si esto falla después de haber continuado con las sugestiones
por unos cinco minutos, el sujeto no profundizará más y habrá
permanecido en un estado de trance ligero. En este caso, sería prudente
que tratara de profundizar el trance por medio de la inducción de la "pe-
sadez del brazo" (para lo cual se encontrarán instrucciones en la Pág.
99). Esto puede tener éxito con mucha frecuencia.
Por último, se debe hacer el intento de probar la profundidad del trance
por el grado de analgesia que pueda obtenerse.
Rutina de inducción típica
Siéntese cómodamente en la silla.
Elija un punto en el techo un poco atrás de y mírelo hacia atrás
usted
y hacia arriba.
Mantenga la vista fija en ese punto del techo.
Suéltese.. . flojo y relajado.
Deje que todos los músculos del cuerpo se aflojen completamente.
Respire tranquilamente. . . adentro. . . afuera.
Ahora quiero que se concentre en los pies y en los tobillos.
Aflójelos. . . suéltelos. . . flojos y sueltos.
Principiará a sentir una sensación de pesadez en los pies.
Como si se estuvieran volviendo tan pesados como el plomo.
Como si quisieran hundirse en el piso.
Mantenga la vista fija en el punto del techo.
Y mientras lo mira. . . sentirá que los párpados son cada momento más
y más pesados.. . de manera que ahora quisieran cerrarse.
Tan pronto como sienta que quieren cerrarse. . . déjelos que se cierren.
Suéltese completamente.
Deje que los músculos de las piernas y los muslos queden completamente
sueltos y flojos.
Aflójelos. . . suéltelos. . . flojos y sueltos.
Mientras se van aflojando. . . sus ojos se cansan cada vez más y más.
Están llorando un poco.
Pronto, los sentirá tan pesados que querrá cerrarlos.
Tan pronto como sienta que se quieren cerrar. . . déjelos que se cierren...
que se cierren solos. . .
Suéltese completamente.
Abandónese por completo a esta sensación tan agradable. . . placentera. ..
soñolienta. . . e indolente.
Que todo su cuerpo quede suelto y flojo. . . pesada como plomo.
Primero los músculos del estómago. . . aflójelos. . . suéltelos. . . sueltos
y flojos.
Ahora los músculos del pecho. . . del cuerpo. . . y de la espalda.
Suéltelos, . . sueltos y flojos. . . relájelos por completo.
Y podrá sentir una sensación de pesadez en el cuerpo.
Como si todo el cuerpo estuviera tan pesado como el plomo.
Como si quisiera hundirse. . . más hondo y más hondo. . . en la silla.
Suelte todo el cuerpo. . . pesado como plomo.
Que se hunda cómodamente. . . cada vez más hondo. . . en la silla.
71
Mientras se hunde. . . siente que los párpados son más y más pesados.
Tan pesados. . . tan pesados. . . que se quieren cerrar.
Cuando sienta que se quieren cerrar. . . déjelos que se cierren.
Y ahora. . . esa sensación de relajamiento se extiende por los músculos
del cuello. . . de los hombros. . . y de los brazos.
Afloje los músculos del cuello. . . suéltelos. . . sueltos y flojos.
Ahora los músculos de los hombros. . . de los brazos. . . suéltelos. . .
sueltos y flojos. . . deje que se aflojen por completo.
Al aflojarse. . . sentirá una sensación de pesadez en los brazos.
Como si los brazos se estuvieran volviendo tan pesados como el plomo.
Suelte los brazos. . . pesados como plomo.
Relájelos completamente.
Y cuando lo haga... siente los párpados tan pesados, tan pesados...
sus ojos están cansados. . . muy cansados. . . quieren cerrarse.
Quieren cerrarse, ahora. . . se están cerrando. . . cerrándose más y más.
¡Duerma!
73
ningún resultado, se debe hacer el intento de profundizar el trance por otros
medios.
Si, a pesar de estas medidas, es obvio que aún se siente el dolor, entonces
no se habrá producido ninguna analgesia y el sujeto pudo sólo haber
entrado en un trance ligero.
Una vez que se han terminado las pruebas, nunca deberá olvidar eliminar la
analgesia antes de despertar al sujeto.
Su brazo y mano izquierdos están volviendo a ser completamente normales
otra vez.
Los siente más calientes. . . el entumecimiento está desapareciendo. . .
y las sensaciones están regresando al brazo y a la mano.
Ahora vuelve a sentir otra vez. . . podrá sentir otra vez el dolor en forma
completamente normal.
Ahora su brazo y mano izquierdos son por completo normales.
74
CAPITULO 6
75
se detengan. No cuentan en voz alta. Sólo cuentan mentalmente para sí
mismos. Les indico que no necesitan ser exactos al contar. Por ejemplo, si
cometen un error al contar, y habiendo llegado, digamos, al 277 y en
forma accidental siguen con el 275, no se les molesta para que corrijan la
equivocación, sino que se les deja que continúen con el 274. Lo
importante es que continúen contando con regularidad y monotonía, como
los golpes de un metrónomo. En forma deliberada he fijado 300 como
punto de partida de la cuenta regresiva, ya que esto exige algo más de
concentración que contando en la manera normal del 1 al 100. Sin
embargo, con frecuencia este último método lo encuentro útil en el caso
de jóvenes de poca edad.
Si desea ensayar el propósito logrado por esta cuenta, cierre los ojos y
principie a contar en forma regresiva a partir del 300 por 1 min o 2.
Luego hágase esta sencilla pregunta: "¿mientras contaba, en cuantas otras
cosas estaba pensando?" No en muchas, diría. Y aun cuando sucediera
que usted sea uno de esos individuos raros que pueden pensar en otras
cosas al mismo tiempo, también la solución sería fácil, ya que sólo le diría
que comenzando por el 300, restara 7 unidades en forma consecutiva hasta
que le dijera que se detuviera. Creo que estará de acuerdo que sería muy
excepcional que pudiera poner atención a muchas otras cosas en tanto
hacía eso. Hasta ahora, nunca he tenido que adoptar este curso de
acción, ya que he encontrado que la cuenta regresiva desde el 300
invariablemente tiene éxito. Siempre que se distrae en esta forma a la
mente consciente, la inconsciente siempre resulta más accesible. Las suges-
tiones son aceptadas con más facilidad y, en consecuencia, actúan con
más rapidez y efectividad.
Resumen del método. El sujeto se tiende cómodamente de espaldas en un
sillón de brazos adecuado, con la cabeza apoyada, se le dice que se relaje
en todo lo posible. Prefiero situarme a su lado izquierdo, un poco atrás y
casi fuera de su vista. Sostengo un lápiz o una pluma a unas 8 plg (20
cm) por arriba de su línea de visión, de tal modo que se vea obligado a
mirar a ella hacia arriba y hacia atrás. Esto basta para mantener sus ojos en
una posición un tanto forzada. En tanto mira a la punta del lápiz o de la
pluma, se le dan instrucciones para que principie a contar en forma
regresiva, mentalmente, desde el 300 y que lo siga haciendo hasta que se
le diga que se detenga. En tanto está ocupado en contar, se le dice suave-
mente que comienza a sentir los ojos mucho muy cansados. . . que los
párpados son cada vez más pesados. . . que en ese momento tiene
deseos de parpadear. . . que deje que parpadeen todo lo que quieran. . .
y, mientras tanto. . . sentirá los ojos cada vez más pesados. . . y como si
quisieran cerrarse. . . completamente por sí solos. Observo los ojos con
mucha atención, y en el momento que noto que están reaccionando a estas
sugestiones y principian a mostrar señales de que van a cerrarse, le digo
que duerma. Al recibir esta sugestión, que se expresa con voz firme y
enfáticamente, por lo general cierra los ojos de inmediato y permanecen
cerrados, entrando el sujeto a un estado de hipnosis ligera.
76
Profundización por pesadez del brazo
Por lo general inicio el proceso de profundización con una secuencia de
relajamiento progresivo. Sin embargo, esto no es una característica
esencial de esta técnica en particular y puede omitirse si así se desea. En
lo personal, la considero como una adición valiosa. Pero, en vez de
intentar la levitación del brazo, como en la primera etapa en la
profundización de la hipnosis, prefiero efectuarla induciendo una
sensación de pesadez del brazo. Coloco el brazo izquierdo del sujeto sobre
el brazo de la silla y lo toco con suavidad desde el hombro hasta la
muñeca.
Luego se le dice que el brazo se le está volviendo cada vez más pesado. .
. ..que puede sentir cómo se oprime con más fuerza en el brazo de la silla.
. . ..que esta sensación de pesadez aumenta con cada toque de mi mano. . .
que, en pocos minutos, sentirá su brazo tan pesado que, si lo tomo por la
muñeca. . . y luego lo suelto. . . caerá pesadamente sobre su regazo. . . como
algo muy pesado. . . y que mientras cae pesadamente sobre su regazo. . .
su sueño será cada vez más y más profundo.
Mientras le digo que su brazo se está apretando cada vez con más
fuerza contra el brazo de la silla, aumento imperceptiblemente la presión
de mi mano al tocar su brazo. Si esto se hace en forma al que el sujeto
no lo note, se agrega mucha fuerza a la sugestión.
Una vez que se ha tomado el brazo por la muñeca y se ha soltado de
manera que caiga pesadamente sobre el regazo, se elimina la pesadez
tocando nuevamente el brazo y sugiriendo que se está volviendo
completamente normal.
Rutina de inducción típica
Quiero que se recline cómodamente en la silla.
Mire hacia arriba y hacia atrás, a la punta del lápiz.
¿Puede verlo? i Bien!
No deje que sus ojos se separen de ella ni un solo momento.
Ahora empieza a contar desde 300 para atrás.
Mentalmente, para usted mismo. . . no en voz alta.
Siga contando. . . lenta y rítmicamente. . . siga contando hasta que le
diga que se detenga.
Trate de no escucharme. . . en todo lo que le sea posible. Todavía escuchará
todo lo que le digo. . . pero trate de no escuchar. Usted siga contando. Suéltese
por completo. . . suelto y flojo.
Respire con tranquilidad. . . hacia adentro. . . hacia afuera. Mientras respira con
tranquilidad... adentro... afuera... puede notar
que va sintiendo los ojos más y más cansados.
Puede sentir que le lloran un poco. . . puede notar que la punta del lápiz
se ve un poco borrosa.
Ya está comenzando a sentir los párpados muy pesados, mucho muy pesados y
cansados. Ahora quiere parpadear.
Tan pronto como empiecen a parpadear. . . déjelos parpadear todo lo que quieran.
¡Vea! Ahora están comenzando a parpadear.
Deje que todo suceda. . . no trate de hacer que suceda. . . no trate de impedir
que suceda.
Que sea todo lo que sea.
Ahora su parpadeo es más lento. . . más pesado.
Al parpadear. . . sentirá sus ojos cada vez más cansados.
Tan cansados que siente que se quieren cerrar.
77
Tan pronto como sienta que se quieren cerrar. . . déjelos que se cierren. . .
deje que se cierren. . . que se cierren solos.
Deberá observar atentamente los ojos del sujeto, durante todo el periodo de
inducción. La oportunidad es de la mayor importancia posible. Por
ejemplo, tan pronto como note que los parpadeos individuales le están casi
cerrando los ojos, debe llamar la atención del sujeto hacia esto de
inmediato, y continuar la inducción en un tono más autoritario:
En ocasiones, parece ser casi imposible inducir algo más que un leve
temblor de los párpados, que obstinadamente se rehúsan a cerrarse. Parece
que ningún movimiento hacia abajo puede iniciarse en ellos para facilitar
el que por fin se cierren.
En tales casos, continúo mis sugestiones por un par de minutos y
observo la aparición de una mirada fija, más bien que “distante” en los
ojos del sujeto. Tan pronto como descubro esto, separo los dedos índice y
medio de mi mano izquierda y los llevo a los ojos del sujeto, quien los
cierra instintivamente. Cuando lo hace, le digo con firmeza "¡Duérmase!",
y sus ojos invariablemente permanecerán cerrados.
Antes de profundizar la hipnosis por la inducción de la pesadez del
miembro, ahora prefiero producir un relajamiento completo de todo el
cuerpo, continuamente etapa por etapa relacionando cada serie de
sugestiones con la profundización gradual del sueño. No sólo se logra
este relajamiento en una forma más fácil y completa en el estado
hipnótico ligero que en el de vigilia, sino que no hay duda de que se
vuelve progresivamente más completo, el sujeto tiende a dormirse con un
sueño más profundo.
78
Profundización por relajamiento progresivo
Ahora una sensación de relajamiento completo se le está extendiendo
por todo el cuerpo.
Deje que los músculos de los pies y de los tobillos se aflojen por completo.
Suéltelos. . . suéltelos y aflójelos.
Ahora los músculos de la pantorrilla.
Que se suelten y que se aflojen. . . permita que se aflojen.
Ahora los músculos de los muslos.
Aflójelos. . . suéltelos. . . sueltos y flojos.
A medida que los músculos de las piernas y de las caderas se vayan aflo jando
por completo. . . notará una sensación de pesadez en las piernas.
Como si las piernas se le estuvieran poniendo tan pesadas como plomo.
Nada más afloje las piernas. . . están pesadas como plomo.
Suéltelas por completo.
Y en tanto lo hace. . . su sueño es cada vez más profundo.
Esa sensación de relajamiento ahora se va extendiendo hacia arriba. . .
por todo el cuerpo.
Suelte los músculos del estómago. . . suéltelos. . . sueltos y flojos.
Ahora, los músculos del pecho. . . del cuerpo. . . y de la espalda.
Suéltelos todos. . . suéltelos y aflójelos.. . deje que se aflojen.
Y en tanto lo hace. . . puede notar una sensación de pesadez en el cuer po. . .
como si el cuerpo se le estuviera poniendo tan pesado como el plomo.
Como si se quisiera hundir. . . cada vez más. . . en la silla.
Suelte el cuerpo. . . pesado como el plomo.
Húndase cómodamente. . . más y más. . . en la silla.
Y en tanto lo hace. . . gradualmente irá entrando en un sueño cada vez
más y más profundo.
Entréguese por completo. . . a esta sensación tan agradable. . .
tan descansada. . . tan soñolienta.
Y ahora, esta sensación de relajamiento se le va extendiendo por los
músculos del cuello. . . de los hombros... y de los brazos.
Deje que se le aflojen los músculos del cuello. . . especialmente los músculos
de atrás del cuello.
Aflójelos. . . suéltelos. . . sueltos y flojos.
Ahora, los músculos de los hombros.
Deje que se suelten y aflojen. . . deje que se relajen.
Ahora, los músculos de los brazos.
Deje que se suelten y aflojen. . . que se suelten y aflojen.
Y al hacerlo. . . notará una sensación de pesadez en los brazos.
Como si los brazos se le estuvieran poniendo tan pesados como el plomo.
Suelte los brazos.. . están pesados como el plomo.
Y en tanto lo hace. . . su sueño es cada vez más profundo. . .
más profundo. . . más profundo.
79
Y esta sensación de completo descanso se va extendiendo. . . y le penetra
por todo el cuerpo. . . Ahora sí ha entrado en un sueño mucho
muy profundo, muy profundo.
Está tan profundamente dormido. . . que todo lo que diga va a suceder. . .
sucederá. . . exactamente como lo diga.
Y todas las sensaciones que yo diga que usted tendrá. . . las tendrá. . .
exactamente como se las diga.
Ahora, duerma, duerma profundamente.
Tiene un sueño cada vez más profundo. . . un sueño cada vez más
profundo.
Y en unos momentos. . . sentirá el brazo tan pesado. . . pero tan pesado que,
cuando yo lo tome de la muñeca. . . y lo suelte. . . caerá lánguidamente sobre sus
piernas. . . como si fuera un pedazo de plomo. Y cuando caiga lánguidamente. . .
sobre sus piernas. . . su sueño será todavía más profundo, más profundo.
80
Ahora usted ha entrado en un sueño mucho más profundo.
Y cuando le toque el brazo en dirección contraria no notará que está
regresando a lo normal. . . y ahora lo siente exactamente igual que su
otro brazo.
Y cuando eso suceda. . . su sueño será mucho más profundo. . . mucho
más profundo.
81
VENTAJAS Y DESVENTAJAS DE LOS MÉTODOS DE INDUCCIÓN DEL
TRANCE POR MEDIO DEL RELAJAMIENTO PROGRESIVO Y DE LA
FIJACIÓN DE LA VISTA
Aun cuando se han descrito muchos métodos distintos para la inducción del
trance, es probable que encuentre que comienza por primera vez a emplear la
hipnosis, quizá estos dos métodos sean los más útiles de adoptar como
procedimientos estandarizados. En efecto, usted debe llegar a ser
competente en ambos, ya que siempre es un error estar limitado a un sólo
método. Ambos tienen sus ventajas y sus desventajas, la elección de cuál
decida usar como su método estándar debe depender, en última instancia, de
su experiencia y de su preferencia personal. No se puede nunca describir o
incluso recomendar un solo método como el mejor para inducir la hipnosis, ya
que los resultados variarán mucho con los distintos operadores. Lo de más
importancia es entender los principios que fundamentan los diversos
métodos de inducción del trance para así poder tomar una decisión en cada
caso particular, con la debida atención a las consideraciones que siguen:
83
inconveniente y, por lo menos, disminuye temporalmente la susceptibilidad
del sujeto a los procedimientos alternos de profundización. Incluso si se
tiene éxito, puesto que el brazo tiene que elevarse en oposición a la
fuerza de gravedad, es natural que el efecto tome más tiempo para
producirse. Sin embargo, debe admitirse que cuando tiene éxito la
levitación del brazo, falta todavía mucho para convencer al sujeto de que ha
sido hipnotizado, puesto que algo ha ocurrido en desacuerdo con sus
experiencias normales, y el aumento de profundidad que sigue por lo
general es mayor. A pesar de esta ventaja obvia, me parece que ya que
por lo general se puede alcanzar una profundidad equivalente sin dificul -
tad como resultado de técnicas subsecuentes, la inducción de la pesadez en
el brazo, que no sólo es más probable que logre éxito sino que también se
puede lograr en una forma más rápida y fácil, tiene mucho a su favor.
3. La completa incapacidad de predecir la ocurrencia y grado de la
analgesia inducida, en mi opinión, es inadecuada como prueba de la
profundidad en el curso de las inducciones de rutina. En ocasiones se
pueden lograr grados considerables de analgesia en la hipnosis de
profundidad media, en otras, no se puede producir ninguna analgesia en
absoluto hasta que se ha presentado la hipnosis profunda o incluso el
sonambulismo. He visto a un sonámbulo completo en quien no se pudo
obtener ningún grado apreciable de alguna analgesia, a pesar del hecho de
que se obtuvieron todos los fenómenos concebibles con facilidad. En
consecuencia, siempre existe el peligro de que si falla esta prueba en
particular, disminuirá la susceptibilidad de muchos sujetos a un grado tal que
se encontrará difícil, si no es que imposible, lograr la profundidad que de
otra forma se hubiera alcanzado.
84
Lo reservo para las raras ocasiones cuando las reacciones del sujeto a
otros métodos de inducción indican claramente que es probable que
su personalidad sólo responda al método dominante. Por otra parte, si
encuentro que un sujeto para el cual es imposible aceptar el hecho de que
realmente ha sido hipnotizado, lo que por fortuna rara vez sucede, recurro
en ocasiones a cierta forma de reto, indicando al sujeto que resista todo lo
que más pueda las sugestiones de dormirse, y que mientras más esfuerzos
haga para mantener los ojos abiertos más pronto se le cerrarán. Si bien
esto nunca falla en tener convicción, no aconsejaría que se intentara a
menos que se haya logrado mucha confianza y experiencia.
85
CAPITULO 7
86
gradualmente la ligereza de los dedos y de la mano. Se le informa que los
dedos están comenzando a elevarse de la pierna —que están subiendo
lentamente— que el brazo y la mano están flotando en el aire y subiendo
hacia arriba, hacia arriba, hacia arriba. A continuación, cuando el brazo y
la mano hayan llegado al nivel de la cara, se le dice que su mano está
cambiando de dirección y que ahora se siente atraída hacia su cara. En
cuanto la mano se le aproxime a la cara, se le indica que principia a
sentirse muy, muy soñoliento, que siente los párpados sumamente
cansados y cada vez mucho muy pesados, y que tan pronto como la mano
toque su cara caerá en un sueño profundo, profundo, muy profundo.
La hipnosis puede profundizarse más por medio de cualesquier otras
técnicas estándar.
Rutina de inducción típica
Siéntese cómodamente en el sillón.
Relájese.
Coloque las manos, con las palmas hacia abajo, sobre los muslos.
Fije la vista en sus manos . . . y obsérvelas con mucho cuidado . . .
con mucho cuidado.
Y en tanto usted se relaja así . . . notará que están sucediendo ciertas
cosas . . . que no había notado antes.
Yo se las iré indicando.
Ahora, quiero que se concentre en todas las sensaciones, en todo lo que sienta
en las manos . . . no importa de lo que se trate.
Quizá empiece a palpar la textura de la tela de sus pantalones . . .
al apoyar las manos en los muslos.
Puede notar el calor de su mano sobre su pierna . . . o puede sentir un
poco de temblor en su mano.
No importa cuáles sean las sensaciones . . . quiero que las observe con
mucho cuidado.
Siga, observando su mano.
Parece que está completamente inmóvil. . . y descansando en una
posición. Sin embargo, hay ciertos movimientos . . . aunque todavía no se noten.
Siga observando su mano.
No deje que su atención se separe de ella.
Sólo espere a ver cuál es el movimiento que se manifiesta por sí mismo.
88
(Los demás dedos principian a elevarse.)
Al elevarse los demás dedos . . . siente que toda la mano es cada vez más
ligera y más ligera.
Tan ligera . . . que pronto toda la mano se estará elevando en el aire.
Como si la sintiera tan ligera como una pluma . . . exactamente como una
pluma.
Como si un globo la estuviera levantando lentamente en el aire.
Se levanta . . . se levanta . . . más . . . más . . .más.
Sigue subiendo . . .más alto . . . más alto . . . más alto.
Su mano está siendo cada vez más ligera y más ligera.
De verdad, mucho muy ligera.
(La mano principia a elevarse.)
Cuando observe que su mano se levanta . . . sentirá que todo el brazo
empieza a sentirse cada vez más y más ligero.
Está queriendo elevarse en el aire.
Observe ahora que su brazo se está elevando . . . arriba . . . arriba . . .
arriba . .. un poco más arriba . . . y más arriba . . . y más arriba.
(Ahora el brazo se ha elevado unos quince centímetros sobre el muslo y el
sujeto lo observa atentamente.)
89
Su respiración está siendo cada vez más lenta . . . y más profunda.
Respire despacio y profundamente . . . hacia adentro . . . y hacia afuera .. .
hacia adentro . . . y hacia afuera.
(El brazo del sujeto está ahora extendido frente a él. Sus ojos
principian a parpadear, y su respiración es profunda y regular.)
90
cansado.
Ahora siente que se le quieren cerrar los ojos ... se cierran ... se cierran. Cuando
la mano toque su cara. . . se cerrarán inmediatamente.
Se dormirá con un sueño muy profundo, mucho muy profundo.
Mucho sueño . . . mucho sueño . . . más y más sueño . . .
muy, muy cansado.
Comienza a sentir los párpados como si fueran tan pesados como el plomo.
La mano se le está acercando cada vez más a su cara.
Está acercándose . . . está más cerca . . . muy cerca de su cara.
En el momento que se toque la cara .. . caerá en un sueño muy profundo,
mucho muy profundo.
(La mano del sujeto toca su cara y sus ojos se cierran.)
¡Duérmase! ¡Duérmase! ¡Duerma muy profundamente!
Mientras duerme . . . se sentirá mucho muy cansado . . . y suelto.
Abandónese .. . descanse completamente.
No piense en nada sino en dormir . . . ¡dormir/, ¡dormir!, ¡dormir!
91
Una vez iniciado, debe continuarse con él hasta que se levante finalmente
el brazo, aun cuando se requiera una hora o más para lograrlo. Más aún,
es muy probable que falle, a menos que el hipnotizador haya tenido una
gran experiencia técnica. Definitivamente es un método para el experto
y, con él, puede resultar ser uno de los métodos más valiosos de todos, ya
que cuando se logra éxito se presta en forma admirable a las técnicas
analíticas más avanzadas. Sin embargo, el estudiante serio de la hipnosis,
debe estar bien prevenido de evitarlo hasta que haya adquirido mucha
experiencia y confianza, ya que el fracaso haría que fuera inevitable que
hiciera al sujeto más difícil de hipnotizar por cualquier procedimiento
alterno.
92
deseo y necesidad crecientes, de parte del sujeto, para recibir alguna
comunicación que pueda entender con facilidad y a la cual pueda
responder.
Cuando se usan las técnicas confusionistas, el operador debe mantener una
actitud casual pero interesada y debe hablar con seriedad y atención, como si
esperara que el sujeto comprendiera con exactitud lo que se dice. Los
tiempos gramaticales deben cambiarse cuidadosa y constantemente,
manteniendo un flujo constante en el lenguaje. Se debe dar al sujeto un
poco de tiempo para responder, pero nunca el suficiente para reaccionar
por completo antes de que se presente la idea siguiente. En consecuencia,
resulta tan confundido y frustrado que siente cada vez más la necesidad de
una comunicación clara a la cual pueda contestar. Las técnicas de confu-
sión son prolongadas y de procedimientos muy complejos, pero una vez
que se dominan pueden conducir a una rápida y fácil inducción del trance bajo
las condiciones más desfavorables. Se requiere una gran cantidad de destreza
y experiencia y no son recomendables para el principiante (Erickson
presenta una fascinante relación de ellas en el American Journal of
Clinical Hypnosis). Si se emplean en conjunción con la levitación de la
mano, el operador hace una serie de enunciados contradictorios en forma
tal que el sujeto crea que se está diciendo algo sensato y preciso. Pero
todavía no se le da tiempo suficiente para que se dé cuenta de lo ilógicas
que son las sugestiones:
93
presiona el pulgar y el índice derechos contra el nervio vago y la arteria
carótida a cada lado del cuello; al mismo tiempo se hacen sugestiones de
que se cerrarán los ojos y que el sujeto se dormirá. La presión, que nunca
deberá mantenerse por más de 10 o 15 segundos, se afloja tan pronto como
se relaje el sujeto, y permanece en estado de hipnosis.
El Dr. Whitlow afirma haber hipnotizado con éxito a veintenas de
pacientes con este método, que también es popular entre los hipnotizadores
treatrales debido a sus rápidos y dramáticos efectos. Sin embargo, con
mucha razón, nunca ha recibido la aprobación profesional o el apoyo
nacional debido a que con facilidad implica serios riesgos y peligros. Se
puede presentar un serio daño al cerebro, por falta de sangre o incluso puede
ocurrir la muerte, si la presión sobre el vago y las carótidas se mantiene
demasiado tiempo.
94
CAPITULO 8
Aunque ninguno de nosotros normalmente nos damos cuenta, cada vez que
exhalamos el aire en nuestra vida diaria tendemos a relajarnos. Quizá le guste
intentar esto usted mismo. Haga una inspiración profunda . . . llene el pecho. . .
reténgala hasta que le diga 'suéltelo'.
Ahora, quiero que observe la tensión de sus músculos del pecho ... la tensión en
sus hombros y parte superior de los brazos. Y quiero que ponga especial atención
en cómo... en el momento en que yo diga 'suéltelo' . . . toda esa tensión desaparece
inmediatamente... y usted tiende a hundirse blandamente en la silla.
Ahora .. . 'suéltelo'.
97
Esto no sólo es un método eficaz de profundizar el trance, sino que en
el grado hasta el cual sean aumentados los esfuerzos respiratorios del
sujeto, proporcionará una orientación útil respecto al grado hasta el cual
está respondiendo a la sugestión.
Este procedimiento suele ser seguido muy efectivamente por una
modificación de las sugestiones dadas al sujeto en primer lugar, como
sigue:
Una vez más . . . quiero que haga otra respiración muy profunda . . . llene el pecho . . .
y manténgalo así hasta que yo diga . . . 'suéltelo'.
Entonces... suelte el aire lo más rápidamente posible... y cuando lo haga...
sentirá que se hunde lánguidamente en la silla . . . y se sentirá el
doble de descansado de lo que está ahora ... y aumentará al doble la
profundidad de su sueño.
Ahora, haga esa respiración muy profunda . . . llene el pecho . . . retenga el aire . . .
(pausa de 15 segundos) . . . reténgalo. . . (pausa de 15 segundos) . . .Reténgalo .
. . (pausa de 20 a 30 segundos) Suéltelo.
Es difícil que alguna vez esto falle para lograr una significativa pro-
fundización del trance, y en muchos casos observará que el sujeto se
hunde en la silla y su cabeza cae hacia un lado o hacia el frente, indicando
un aumento considerable en el relajamiento y en la consiguiente
profundización del trance. El sujeto que ha sido instruido en la
autohipnosis (Págs. 209-215), se le puede enseñar con facilidad a
profundizar su trance autoinducido, empleando la misma técnica, sólo que
en este caso se le instruye que haga la misma respiración profunda, pero que
la retenga todo lo que pueda y luego que suelte el aire lo más rápidamente
posible.
98
periencia, ha resultado ser uno de los métodos más valiosos y
satisfactorios para la profundización progresiva del trance. Sin embargo,
de estas siete pruebas, rara vez empleo las dos que implican un reto
directo, las cuales siempre tienden a reactivar la actividad consciente.
99
sensaciones de pesadez están dejando su brazo.
Está regresando a lo normal. . . y lo siente exactamente igual que su otro
brazo.
A medida que eso suceda . . . su sueño será cada vez más y más profundo.
101
estableciendo mi autoridad. Esto, desde luego, sólo se puede lograr
retando con éxito a su habilidad para que ejecute determinada acción
desafiando mi mandato.
Se le dice al sujeto que tiene los ojos tan herméticamente cerrados que
siente que tiene pegados los párpados. . . que le será imposible abrirlos. . . a
pesar de todos los esfuerzos que haga, hasta que se le ordene que los
abra. . . y que mientras más esfuerzos haga por abrirlos, más
herméticamente se le cerrarán. Observe que esta última frase vuelve en
contra del mismo sujeto los esfuerzos que haga para resistir a la
sugestión, y ayuda a derrotar cualesquier intentos que pueda hacer.
También es útil, cuando se da esta orden, presionar con firmeza con una
mano la frente del sujeto. Esto parece que aumenta mucho su fuerza.
Ahora tiene los ojos tan herméticamente cerrados . . . que siente como si los
párpados estuvieran pegados firmemente. Tan herméticamente cerrados . . .
tan completamente pegados . . . que le será imposible abrirlos, sino hasta que yo le
ordene que los abra.
Mientras más esfuerzos haga por abrirlos . . . ¡más fuertemente se le cerrarán!
En el caso de que el sujeto de señales de poder abrir los ojos, dígale con
presteza, ‘¡Ábralos ahora! Ya vio lo difícil que fue. La siguiente vez será
todavía más difícil.’ Trate siempre de hacerlo admitir que experimentó cierta
dificultad. La efectividad de este procedimiento puede aumentarse con
frecuencia si principia presionando con suavidad la parte superior de la
cabeza con la punta de un dedo. A continuación dígale:
102
Si usted mismo intenta hacer esto en estado de vigilia, encontrará lo
difícil que es abrir los ojos en tanto los mantenga mirando hacia arriba y
hacia atrás. Esto se debe a que los músculos de los ojos se mantienen en una
posición tal que les es prácticamente imposible levantar los párpados. Por
supuesto que el sujeto atribuye esta incapacidad únicamente al efecto de
la sugestión hipnótica.
Como método alterno y más 'permisivo' para lograr la catalepsia de
los párpados, puede instruir al sujeto que finja que tiene los párpados tan
herméticamente cerrados que, en tanto continúe fingiendo, le permitirá
quedar tan completamente relajado que encontrará que le es imposible
abrirlos.
Quiero que finja que tiene los ojos tan herméticamente cerrados que no
le es posible abrirlos.
Y en tanto continúe fingiendo .. . mantendrá relajados los músculos de
los ojos cada vez más y más . . . más completamente.
Deje que todos los músculos de alrededor de sus ojos se aflojen más... y más
. . . y más . . . hasta que estén tan completamente flojos que mientras
continúe fingiendo que no puede abrirlos . .. le será imposible hacerlo.
Si intenta abrirlos . . . encontrará que sencillamente no responden.
Sencillamente no se abrirán.
Si logra abrirlos . . . ello significará que ha dejado de fingir. . .y no
ha permitido descansar a los músculos de sus ojos completamente. Lo que quiero
que haga. . . es que los tenga tan descansados que sencillamente no se abran.
Después de todo ... un músculo flojo y descansado no funciona.. .de
manera que en tanto siga fingiendo . . . y en verdad mantenga flojos
los músculos de los ojos . . . sencillamente no se abrirán. Así pues, siga fin-
giendo... y aflójelos más y más.
Y en el momento en que esté seguro de que los tiene tan flojos que no podrán
abrirse. . . quiero que lo pruebe usted mismo.
Vea... puede arrugar la frente . . . puede levantar las cejas ...
pero no puede abrir los ojos.
103
tieso y cada vez más rígido, que lo está sintiendo exactamente como una
barra de acero, de manera que no es posible que lo flexione por el codo,
sino hasta que cuente tres.
A medida que le toco el brazo . . . sentirá que se está poniendo más recto
y rígido.
La rigidez va aumentando . . . cada vez que lo toco con la mano.
Puede sentir que todos sus músculos se estiran ... extendiéndole el brazo
. . . está más tieso y más tirante . . . con cada toque de mi mano . . .
hasta que comience a sentirse tan recto y rígido como una barra de acero . . .
desde el hombro hasta la muñeca.
Ahora, quiero que se concentre en una barra de acero.
Imagínese mentalmente una barra de acero.
En tanto lo hace... sentirá que su brazo se está poniendo tan recto y
rígido como esa barra de acero.
Como si la articulación del codo estuviera firmemente unida. Como si no existiera
esa articulación en absoluto.
De manera que me será imposible doblarle el brazo por el codo. .. sino
sólo cuando cuente hasta 'tres'.
Mientras más esfuerzo haga por doblarlo... se pondrá más recto y más rígido.
Pero en el momento que yo cuente hasta 'tres' . . . toda esa rigidez des-
aparecerá inmediatamente... y su brazo se podrá doblar con toda facilidad . . .
y al doblarse . . . caerá usted de inmediato en un sueño muy profundo,
muy profundo.
Recto y tieso. . . ¡como una barra de acero!
Ya para entonces, por lo general encontrará que el brazo está tan recto y
rígido que será completamente incapaz de flexionarlo, aun cuando aplique
una fuerza considerable. Una vez que haya hecho esta prueba, cuente hasta
tres, y observará que la rigidez desaparece súbitamente, en ocasiones con
una clara contracción. Se puede hacer mucho para asegurar el éxito de
esta respuesta procurando que se mantenga el brazo absolutamente recto
y rígido, en primer lugar, antes de principiar a tocarlo y de sugerir la
rigidez. También es de importancia ver que la palma de la mano esté
vuelta hacia el techo. Algunas autoridades, Weitzenhoffer, por ejemplo,
siempre usa un reto directo al sujeto después de inducir la rigidez del
brazo, fundado en que si el trance no es lo bastante profundo para hacer esta
sugestión efectiva, es preferible comenzar todo otra vez de preferencia
empleando un método distinto. No he encontrado la necesidad de hacer
104
esto. Quizá la redacción precisa de la sugestión —'Será imposible que yo
lo doble'— actúe como un reto disimulado, ya que la prueba subsecuente
convence al sujeto de que no puede ser doblado, y las técnicas posteriores
de profundización suelen tener éxito, al grado de producir sonambulismo
en ocasiones. Evitando en esta forma un reto directo que no sólo
disminuye el riesgo de un fracaso, sino que también previene la
reactivación innecesaria de la mente consciente del sujeto.
(En este punto, es útil presionar las manos entrelazadas del sujeto,
apretándolas con fuerza.)
Al tener las manos entrelazadas e irlas apretando con más fuerza cada
vez . . . sentirá que sus dedos se aprietan con más firmeza cada vez.
Y a medida que se aprieten …. quiero que se imagine unas tenazas metálicas
muy grandes. Imaginese las quijadas de las tenazas , . . que poco a
poco se cierran más y más.
Ahora, represente claramente en su mente esas tenazas . . . y concéntrese
en ellas.
Al hacer esto.. . Imagínese que sus manos representan las quijadas de estas
tenazas . . . y que poco a poco se van cerrando.. . acercándose cada vez más.
105
Cuando cuente hasta cinco...sus manos quedarán firmemente trabadas …..
cada vez más y más apretadas . . . y cuando llegue a contar cinco .. . tendrá las
manos tan completamente apretadas . . . que las sentirá como si
fueran un bloque de metal sólido ... y le será completamente imposible
separarlas. Uno. . .completamente apretadas . . . dos . . . más y más apretadas . . .
tres . . . mucho muy apretadas ... cuatro . . . tiene las palmas de las manos
completamente pegadas . . . cinco . . . están tan completamente
pegadas que le será imposible separarlas sino hasta que yo cuente hasta
"tres" . . . mientras más esfuerzos haga por separar las palmas de sus
manos . . . con más fuerza se apretarán los dedos contra el dorso de las manos . . .
y las manos le quedarán pegadas con más fuerza.
106
….en forma completamente automática . . . atrás y adelante . . . hasta que yo
diga que lo detenga.
Atrás y adelante . . . atrás y adelante . . . atrás y adelante.
Ahora, ¡deténgalo!
Vuelva a colocar el brazo . .. sobre sus rodillas ... y cuando lo haga .. .
irá cayendo en un sueño todavía más profundo, en un sueño todavía más
profundo ...
¡Duerma .. . muy profundamente, muy profundamente!
7. Inducción de sueños
En esta técnica particular, se le dice al sujeto que en ese momento va a
comenzar a soñar, y que soñará estar ejecutando cuales-quier acciones
que se le indique que sueñe. La acción en particular que se le sugiera debe
ser siempre tan sencilla y natural como sea posible. Por ejemplo, se le
puede decir a una mujer que podrá soñarse a sí misma arreglándose el
cabello o quitándose un arete. A un hombre puede decírsele que se está
arreglando la corbata, cepillándose el cabello, abotonando o
desabotonando un botón de su abrigo o camisa.
Una vez que se han dado estas instrucciones y se ha hecho la sugestión
al sujeto de que soñará, se le indica que muestre al hipnotizador
exactamente lo que está soñando. Si se obtiene una buena respuesta, las
107
manos del sujeto se moverán lentamente hacia arriba y en realidad
llevará a cabo la acción sugerida.
Está usted ahora tan profundamente dormido .. . que todo lo que le diga que va a
suceder . . . sucederá . . . exactamente como yo lo diga.
Y cada sensación que yo le diga que va a experimentar . . . la experimentará . ..
exactamente como yo se lo diga.
Más aún, todas y cada una de las instrucciones que le dé ... usted las
obedecerá fielmente.
Igual que sintió pesado el brazo . . . cuando yo dije que lo sentiría pesado.
Igual que sintió rígido el brazo . . . cuando yo le dije que lo sentiría rígido.
Igual que su brazo se movió solo . .. cuando yo le dije que se movería solo.
Así . . . cualquier otra cosa que yo diga que usted va a sentir ... la sentirá .. .
exactamente como yo lo diga.
Y todas las instrucciones que yo le dé ... usted las obedecerá fielmente. Usted
está ahora tan profundamente dormido . . . que en unos momentos . . .
cuando le diga que sueñe . . . ¡usted soñará!
Y soñará que está haciendo cualquier cosa que yo le diga que sueñe.
Podrá verse a sí mismo . . . muy claramente ... y se verá . . . muy
vividamente . . . en su propia mente ... haciendo cualquier cosa que yo le
diga que sueñe.
Así como se imaginó esa barra de acero . . . en su mente . . . cuando su brazo
se puso rígido.
En la misma forma en que se imaginó ese trozo de cuerda, atado alrede dor
de su muñeca . . . cuando su brazo se movió solo. Así .. . usted podrá
verse a sí mismo en el sueño . . . con igual claridad y realidad . ..
haciendo cualquier cosa que yo le diga que sueñe.
Ahora . . . va usted a soñar . . . que se está arreglando la corbata.
Usted va soñar . . . que se está arreglando la corbata.
¡Ahora, sueñe! ¡Sueñe! ¡Sueñe!
(Pausa)
Si esta prueba tiene éxito, se verá que las manos del sujeto se mueven
lentamente hacia arriba y en realidad obedecerá la acción sugerida. En
ocasiones, hay una demora, y si es así, sólo observe las manos con
atención. El más ligero movimiento de ellas denunciará el impulso para
obedecer la sugestión, en cuyo caso la repetición, una o dos veces, en un
108
tono más autoritario de la orden para que muestre lo que está soñando, por
lo general dará la respuesta deseada. Si aún no obedece, se le deberá
preguntar sobre qué está soñando y, de lo contrario, por qué cree que no
pueda soñar.
Puedo recordar a un sujeto femenino que había respondido ex-
traordinariamente bien a todas las rutinas previas de profundización y en el
que, sin embargo, parecía fallar por completo la inducción de sueños. Le
dije que soñara que se encontraba en el cuarto de baño de su hogar,
lavando sus manos. Cuando no respondió, le pregunté si estaba soñando, y
contestó que no. Entonces le pregunté por qué no estaba soñando y me
sorprendió un tanto su respuesta, al contestar que en su hogar no había
cuarto de baño. Una sugestión subsecuente de que soñaría que estaba
tejiendo produjo una respuesta inmediata, y se puso a tejer furiosamente. Es
natural que se deba ser muy cuidadoso de no imponer, sin darse cuenta,
condiciones imposibles.
En mi experiencia, el principal valor de esta técnica de profundización en
particular se encuentra en el hecho de que, siempre que tiene éxito, el sujeto
nunca dejará de aceptar la sugestión posthipnótica de que, en el futuro,
siempre entrará al estado hipnótico a una palabra de mando. Esto se conoce
como acondicionamiento posthipnótico.
Voy a probar ahora sus poderes de imaginación; así pues, mientras usted
se encuentra cómodamente descansando en la silla, quiero que se imagine
que puede ver un par de zapatos. Visualícelos . . . y trate de imaginárselos
con toda claridad y facilidad en su mente.
Dígame . . . ¿de qué color son esos zapatos?
¿De qué están hechos?
¿Qué clase de tacones tienen?
¿Se pueden asegurar al pie? . . . y si es así . . . ¿cómo?
109
Note que no le pregunta al sujeto si puede visualizar los zapatos. Le pregunta
'¿De qué color son?' De manera que si responde, no hay duda de que se los está
imaginando. De lo contrario, no podría responder a esta pregunta. Si tiene
poca o ninguna dificultad para describir esos zapatos, puede tener confianza
de que tiene suficiente capacidad de imaginación visual para que usted
pueda seguir con una u otra de las técnicas de visualización.
Quiero que se imagine que estamos juntos en el quinto piso de una gran
tienda de departamentos ... y que ahora entramos al ascensor . . . para
bajar al nivel de la calle.
Y que mientras bajamos ... y a medida que las puertas del ascensor se
abren y cierran cuando llegamos a cada piso . . . usted se sentirá cada vez más
completamente descansado ... y su sueño se hará cada vez más
y más profundo.
Ahora se están cerrando las puertas ... y nos comenzamos a hundir
lentamente hacia abajo.
El ascensor se detiene en el cuarto piso . . . salen varias personas . . .
entran dos personas más ... las puertas se vuelven a cerrar ... y usted
ya está cada vez más completamente descansado . . . cada vez más y más
profundamente dormido.
Y a medida que bajamos al tercer piso ... y nos detenemos, mientras las
puertas se abren y cierran otra vez . . . usted se relaja más y más ... y
su sueño es más y más profundo. Bajamos despacio al segundo piso . ..
salen una o dos personas y varias entran ... y mientras eso pasa ... usted
se siente más y más relajado . . . mucho más profundamente dormido.
Bajamos otra vez rumbo al primer piso ... las puertas se abren y cierran . . .
pero nadie entra o sale. Ya ahora está usted más completamente
relajado ... y su sueño es cada vez más y más profundo. Más y más
profundamente dormido . . . más y más profundamente dormido ....
Seguimos bajando más y más .. . hasta que por fin el ascensor se detiene
a nivel de la calle ... Se abren las puertas ... y todos salen.
Pero nosotros no salimos.
Decidimos bajar todavía más ... y bajamos hasta el sótano. Las puertas
del ascensor se vuelven a cerrar ... y vamos hacia abajo . . . abajo, abajo
... más y más abajo ... y cuando llegamos al sótano ... se siente el
110
doble de descansado y cómodamente relajado . . . con el doble de
profundidad en su sueño.
111
más pequeña . . . respire muy profundamente . . . muy, muy completamente
relajado . . . en verdad muy profundamente dormido.
Al hacer una pausa en la terraza . . . notará un pedestal de piedra que
sostiene un tazón con flores. Quizá desee detenerse y contemplarlas ...
o incluso aspirar su aroma.
Dígame . . . ¿de qué color son esas flores? (El sujeto dice el color.)
Al entrar al jardín . . . observará que un perro está echado al pie de la escalera. Está
moviendo la cola . . . mirándolo . . . esperando que usted lo acaricie. Acarícielo
. . . si tiene deseos de hacerlo.
Quiero que de verdad usted disfrute esta maravillosa sensación de relajamiento y
descanso en todo su cuerpo . . . se siente tan a gusto que ni siquiera se da cuenta de
ello en absoluto. En realidad, todo su cuerpo está durmiendo . . . cada vez más
profundamente . . . en tanto su mente se mantiene totalmente despierta y alerta.
Duerma profundamente . . . duerma completamente . . duerma continuamente.
Con un sueño profundo . . . profundo . . . profundo.
112
CAPITULO 9
¡Duerma!
¡Duerma . . . mucho, muy profundamente . .. mucho, muy profundamente!
¡Más y más profundamente dormido . . . más y más profundamente
dormido!
¡Duerma . . . mucho, muy profundamente!
117
Este es un método extremadamente poderoso para producir un estado de
trance profundo, ya que depende de lo que se llama disociación o división
temporal de la mente del sujeto. Puede ser muy peligroso en un sujeto con
personalidad esquizoide, en quien, incluso bajo condiciones normales, la
mente tiene una fuerte tendencia a dividirse. Tal persona podría
interpretar este procedimiento como la aprobación total al proceso de
disociación y, en consecuencia, usted podría encontrar difícil, si no es que
imposible, lograr la reintegración al despertarlo.
118
familiarizado con las distintas clases de dificultades que más
comúnmente se presentan:
119
Después, con cada una de las lecciones siguientes, el control sobre su
equilibrio mejoró hasta que pudo andar por cuenta propia, sin necesidad de
ninguna ayuda en absoluto. Le informo que puede enseñársele a entrar en el
estado hipnótico en etapas fáciles, exactamente en la misma forma, de manera
que en realidad no debía preocuparse por nada. También le explico que la
hipnosis profunda no es necesaria e incluso conveniente para la mayoría de
los propósitos de tratamiento. Tales medidas, relativamente sencillas, con
frecuencia lograrán que se relaje lo suficiente para responder a los futuros
intentos de inducción.
120
Otro excelente medio para vencer este temor a perder el control es demostrar
al paciente que él mismo puede despertar del trance en el momento en que lo
desee. Dígale que una vez que haya entrado en trance y que usted le esté
dando sugestiones, va a escoger el momento que desee para despertarse
deliberadamente contando hasta 'siete' . . . que en el momento que llegue a la
cuenta de 'siete' abrirá los ojos y estará completamente despierto otra vez. Una
vez que se le haya probado esto, asegúrele que siempre podrá despertarse a sí
mismo de inmediato, en cualquier momento en que se sienta inquieto, incluso
antes de que se termine el tratamiento. Este sencillo procedimiento
ordinariamente le proporcionará toda la confianza que necesita.
Bien, esto es muy importante y no debe pasarse por alto, ya que demuestra
que podría haber logrado más profundidad. No la logró sencillamente
porque en el último minuto tuvo miedo de perder el control—. En un
caso así, una aclaración total no sólo arrojará una gran cantidad de luz
sobre sus dificultades, sino que inclusive puede ser posible sugerir la
posible forma de vencerlas.
4. Resistencia a la autoridad
121
sentimientos suelen tener éxito para aumentar su susceptibilidad. Deberá
indicarle que la hipnosis es, en esencia, un trabajo de conjunto, y que sin su
plena cooperación, nada podrá lograrse; que usted busca ejercer una auto-
ridad no mayor que la que él esté dispuesto a concederle, con el fin de tratar
con éxito su condición.
5. Atención indecisa
A medida que el sujeto cuenta para sí mismo, abre y cierra los ojos
deliberadamente con cada cuenta alterna. En tanto hace esto, se le dice
suavemente que le está entrando mucho sueño, que siente los ojos cada vez
más cansados y que siente los párpados cada vez más pesados, que en ese
momento, querrán permanecer cerrados y que caerá en un sueño mucho
muy profundo.
122
encontrado que este tipo de resistencia en particular está asociado con otro
que ya hemos considerado, o sea el de resistencia a la autoridad ya que,
una vez más, con frecuencia unas cuantas preguntas revelarán el hecho
de que este sujeto ha resentido toda su vida el recibir órdenes de otros.
Esto es sumamente importante, ya que si existe la más leve insinuación
de dominio en el curso de la inducción, el fracaso será inevitable.
Al tratar con tales sujetos es necesario enfatizar y aun sobre-enfatízar, la
importancia de la parte que ellos mismos desempeñan en la real inducción
de la hipnosis. Al mismo tiempo, deberán hacerse todos los esfuerzos
posibles para aumentar su motivación y orgullo de logro. Deberá decirles
que sólo las personas muy inteligentes son las que se convierten en buenos
sujetos hipnóticos, ya que se requiere un grado considerable de
concentración y cooperación. Puesto que, bajo la mayoría de
circunstancias, el sujeto tiende inconscientemente a creer que él es el mejor
hombre, esto le pica el amor propio y le ofrece la oportunidad de probarlo.
Sólo por esta razón, es necesario que usted enmarque sus sugestiones en
tal forma que provoquen su habilidad para desempeñarse bien. También
deben lograr en imbuirle la idea de que el efecto que se produzca en reali-
dad será logrado por sus propios esfuerzos.
7. Incomodidad física
123
cómodo posible. Deberá ir al toilette antes de acomodarse en el sofá o en
la silla. Deberán evitarse las corrientes de aire y se le mantendrá caliente
y, si es necesario, se le proporcionará un cobertor. De ser posible, deben
evitarse los ruidos súbitos y estruendosos. Deberá tenerse cuidado que no
mantenga la cabeza y el cuello en una posición de esfuerzo indebido
cuando se le pida que mire hacia arriba y hacia atrás. En ocasiones,
cuando el sujeto despierte hará notar que no se sintió cómodo y que esto
impidió que se durmiera, o que se sintió muy tembloroso y friolento o
que sentía el cuello en tensión.
Sin embargo, debe tener presente que estas sencillas explicaciones no
siempre están basadas en hechos. Suelen ser meros razonamientos de la
verdadera razón de un fracaso, la cual deberá encontrarse en la ansiedad
inconsciente.
Sea como fuere, usted debe adoptar de inmediato las medidas necesarias
para corregir cualquier cosa que parezca preocupar al sujeto —real o
imaginaria—. A la siguiente inducción deberá sentarse en una silla,
proporcionándole una manta de viaje o una almohada para la cabeza, ya
que cualesquier medidas que se tomen para rectificar sus quejas le
proporcionarán una seguridad considerable. Es probable que crea que él
mismo está ayudando a la inducción, y que por lo tanto, retiene cierta
medida de control sobre la situación.
124
En ocasiones un sujeto puede decir: "Lo veo sentado ahí siempre y eso
distrae mi atención. Encuentro que la luz también me distraía". Aun cuando
eso sean tonterías y cosas sin importancia, no olvide sentarse detrás de él en
la próxima vez y procurar que quede de espaldas a la luz. Es notable el grado
hasta el cual estas sencillas precauciones pueden ayudar a la inducción y
profundización del trance hipnótico.
125
pregunté por qué no despertaba, me contestó que no podía, porque desde
la última vez que había sido hipnotizado, tenía que dormir cuando menos
una hora. Un interrogatorio adicional sacó a la luz el hecho de que en
realidad no había sido hipnotizado, sino que había sido sometido a una
abreacción inducida por droga (Tiopentona). Le expliqué que en esta
ocasión no se le había inyectado ninguna droga en el brazo, y que en
consecuencia no existía ninguna razón para que no despertara de
inmediato cuando se lo ordenara. Después despertó sin mayores
dificultades.
3. Puede deberse a una sugestión posthipnótica que le disguste. En este
caso, el sujeto evitará la necesidad de obedecerla por el sencillo expediente
de permanecer en trance. El interrogatorio pronto revelará la causa de la
dificultad, y la sugestión molesta podrá ser rápidamente retirada.
Si la aversión del sujeto no es lo bastante fuerte para impedirle
despertar, todavía puede expresar inconscientemente su resentimiento
sintiendo molestias tales como jaqueca o mareos, una vez que esté
despierto. Si esto sucede en el caso que se haya dado una sugestión
posthipnótica, vuelva a hipnotizar de inmediato al sujeto y retire la
sugestión, evitando cualquier necesidad de obediencia.
Si un sujeto se niega a despertar del trance cuando se le ordene hacerlo,
la regla de oro es preguntarle por qué no puede despertar. En la mayoría
de los casos esto le dará los datos necesarios sobre la forma de proceder.
En otros casos, incluso puede ser de ayuda preguntar al mismo sujeto lo
que se debe hacer para que despierte. En la mayoría de los casos, esto
bastará para resolver la dificultad.
Erickson soluciona esta situación con algunas de las técnicas
hipnoterapéuticas especializadas, haciendo uso del patrón de conducta del
paciente para resolver el problema. Con frecuencia manipula el factor
tiempo, proyectando al paciente muy hacia el futuro, regresándolo a un
tiempo aún futuro, pero menos distante, llevándole más aún hacia el
futuro y regresándolo más cerca al presente, animando finalmente al
paciente a que despierte en su edad actual. En un caso obsesivo, induce en
el paciente una necesidad compulsiva de dormir durante un periodo
determinado, en tanto al mismo tiempo implanta una duda obsesiva
respecto a si le será posible que ejecute eso. Como resultado de esto, el
trance por lo general termina a los pocos minutos.
126
CAPITULO 10
127
Como lo he indicado con anterioridad, no hay un solo método del que se
pueda decir que sea el mejor para la inducción y profundización de la
hipnosis. Todo aspirante a operador debe crear gradualmente el que mejor
se adapte a su propia personalidad, y éste bien puede incorporar
características de una pluralidad de técnicas distintas.
Inducción preliminar
128
Tan pronto como sienta que se le quieren cerrar . . . déjelos que se cie rren…
déjelos que se cierren . . . totalmente por su cuenta propia.
Están queriendo cerrarse, ahora .. . déjelos que se cierren ... se cierran
cada vez más herméticamente . . . están cada vez más apretados.
¡Duermase!
Duerma muy, muy profundamente.
Relájese completamente ... y entréguese por completo a esta sensación
tan agradable ... tan descansada ... tan somnolienta.
Deje de contar, ahora.
Sólo duerma . .. muy, muy profundamente de verdad.
129
cuello ... de sus hombros . . y de sus brazos.
Afloje los músculos de su cuello . . . particularmente los músculos de
la parte posterior de su cuello.
Déjelos descansar . .. suéltelos .. . sueltos y flojos.
Ahora, los músculos de sus hombros.
Que se suelten y que se aflojen . . . aflójelos.
Ahora, los músculos de los brazos.
Relájelos… suéltelos... sueltos y flojos.
Y en tanto lo hace… puede notar una sensación de pesadez en los brazos.
Como si sus brazos comenzaran a sentirse tan pesados como el plomo.
Suelte los brazos ... pesados como plomo.
Y mientras lo hace . . . su sueño es cada vez más profundo . . .
más profundo ... más profundo.
Y a medida que esta sensación de relajamiento completo se extiende ...
se hace más intensa . . . sobre todo su cuerpo . . . cae en un sueño mucho
muy profundo, en verdad mucho muy profundo.
En verdad, está tan profundamente dormido . . . que todo lo que yo le diga
que va a suceder . . . sucederá . ..
exactamente como yo diga.
Y todo lo que yo diga que usted va a sentir ... lo sentirá ...
exactamente como yo diga.
Ahora duerma . . . duerma muy profundamente.
Más y más profundamente dormido . . . más y más profundamente
dormido.
130
Y cuando caiga como un peso muerto . . . en sus rodillas . . . se dormirá
con un sueño muy profundo, muy profundo.
Ahora que su brazo descansa sobre el brazo de la silla ... voy a tocarlo
otra vez.
Esta vez ... en vez de que lo sienta más pesado ... comenzará a sentirlo
cada vez más y más ligero.
Tan ligero como una pluma . . . Como si no pesara nada en absoluto.
Más ligero y más ligero . . . Más ligero y más ligero.
De verdad tan ligero . .. que cuando lo torno por la muñeca . . . y lo
levanto sobre su cabeza . . . no caerá sobre sus rodillas cuando yo suelte
su muñeca.
Quiero que se quede exactamente en donde está . . . exactamente en donde
lo he dejado.
Cuando suelte su muñeca . . . su brazo ya no caerá . . . quedará exacta mente
en donde lo haya dejado .. . sin que usted tenga que hacer el más
mínimo esfuerzo para mantenerlo ahí.
131
en un sueño mucho, muy profundo, profundísimo.
Más pesado y más pesado . . . Abajo y abajo .. . Más y más
profundamente dormido.
¡De verdad mucho muy profundo, muy profundo, profundísimo!
132
Profundización por la inducción de movimientos automáticos
Una vez que el brazo se mueva libremente, diga al sujeto que su sueño es
cada vez más profundo, sincronizando esto de manera que usted repita
la frase 'más profundo' con cada movimiento alterno hacia adelante del
brazo.
Ahora, ¡alto!
Coloque nuevamente el brazo . . . sobre sus rodillas . . . y cuando
lo haga ... su sueño será todavía más profundo, más profundo.
¡Duerma! ¡Mucho muy profundamente!
133
Profundización por la técnica de contar y respirar
Para ahora, el sujeto está en un sueño lo bastante profundo para permitir que
se intente el condicionamiento posthipnótico con muchas oportunidades
de éxito.
Usted está ahora tan profundamente dormido ... que todo lo que yo le
diga que va a suceder . .. sucederá .. . exactamente como yo lo diga.
Todas las sensaciones ... que le diga que va a sentir . . . las sentirá
... exactamente como yo le diga.
Y todas las instrucciones que le dé ... las ejecutará fielmente.
Ahora ... dentro de unos momentos ... lo despertaré contando hasta
'siete'.
Usted despertará . . . sintiéndose maravillosamente mejorado por este lar go
sueño.
134
Y después de que haya despertado . . . platicaré con usted durante un
minuto o dos.
Luego le pediré que se apoye nuevamente en la silla ... y me vea
directamente a los ojos.
Mientras usted me está mirando . . . diré:
'¡Duérmase!'
Y en el momento que usted me escuche decir . . . 'Duérmase' . .. cerrará
los ojos inmediatamente . . . y usted caerá inmediatamente en un sueño,
igual de profundo como el que ahora tiene.
Esta instrucción deberá repetirse cuando menos una vez, con voz tranquila y
con firmeza.
¡Duérmase!
135
En ocasiones, si existe alguna tardanza y los ojos del sujeto no se
cierran de inmediato, repito la sugestión con más firmeza y autoridad, una o
dos veces si es necesario, con el resultado de que cierra los ojos sin más ni
más.
Después de despertarlo otra vez, le explico que la única razón de que sus
ojos no se hayan cerrado de inmediato, se encuentra en el hecho de que no
podía creer que fuera posible sucediera tal cosa. Le hago notar que, a
pesar de sus dudas, sucedió en realidad, y cuando le diga otra vez
duérmase, dentro de unos momentos —en esta ocasión encontrará que sus
ojos se cierran sin demora—. Por lo general, esto resulta ser el caso, pero
si sus reacciones todavía se inclinan a ser lentas, unos cuantos ensayos
rápidos más, generalmente producirán el resultado deseado. A continuación
procedo a consolidar este condicionamiento para ocasiones futuras.
136
Dentro de unos momentos ... cuando cuente hasta 'siete' ... abrirá los
ojos y despertará por completo ... sintiéndose maravillosamente mejor
por este largo sueño. Despertará ... sintiéndose en realidad bien y apto
... sintiéndose completamente descansado ... mental y físicamente ...
sintiéndose completamente tranquilo y calmado ... y sintiendo mucha
más confianza .. . tanto en usted mismo .. . como en el futuro.
¡Uno ... dos ... tres ... cuatro ... cinco ... seis ... siete!
En esta rutina existen uno o dos puntos que vale la pena señalar. Aun
cuando el sujeto cae dormido de inmediato al decirle que así lo haga, el
procedimiento no es tan dominante como podría parecer. Se le ha dado al
sujeto cierta elección en el asunto, ya que las condiciones bajo las cuales
responderá han sido especificadas con precisión. La frase 'cuando desee que
le dé tratamiento', le permite seleccionar las ocasiones en las que estará
dispuesto a obedecer la sugestión, y esta sensación de independencia es
fomentada por las frases cuando se siente cómodamente en la silla y me
mire fijamente, la cual también define las condiciones limitadas bajo las
cuales responderá. Esta libertad que se le permite parece proporcionar una
gran dosis de confianza, y contribuye mucho a una cooperación sincera.
En el caso de que falle el primer intento en el condicionamiento
posthipnótico, no intento nada más sino hasta la siguiente sesión. Entonces
repito todos los procedimientos de inducción y profundización como antes,
pero, además, con la inducción de sueños antes de intentarlo otra vez.
Sin embargo, en mi experiencia, siempre que se obtiene una respuesta
positiva con esta técnica, la rutina del condicionamiento posthipnótico puede
sugerirse con muchas probabilidades de éxito. Aun cuando ya se ha
descrito, me propongo repetirla aquí para mayor conveniencia.
Profundización por la inducción de sueños
Está usted ahora tan profundamente dormido . . . que todo lo que le diga
que va a suceder . . . sucederá . . . exactamente como yo lo diga.
Todas las sensaciones que yo diga que usted va a experimentar ... las
experimentará . . . exactamente como yo lo diga.
Más aún, todas y cada una de las instrucciones que le dé ... las obedecerá
al pie de la letra.
Así como su brazo se sintió pesado ... cuando yo dije que se sentiría
pesado .. .
137
Así como su brazo se sintió rígido . . . cuando yo dije que lo sentiría
rígido . . . Así como su brazo se movió sólo . . . cuando yo dije que se moviera
sólo . . . Así . . . todo lo demás que le diga que va a suceder ....
sucederá . . . exactamente como yo lo diga.
Y todas y cada una de las instrucciones que le dé . . . las obedecerá fielmente.
Y todas y cada una de las instrucciones que le dé . . . usted las obedecerá
al pie de la letra.
Está usted ahora tan profundamente dormido . . . que, en unos
momentos . . . cuando yo le diga que sueñe . . . ¡usted soñará! Y soñará
que está haciendo cualquier acción sencilla que le diga que va a soñar.
Así podrá verse usted mismo con toda claridad . . . imaginarse a usted
mismo bastante vívidamente . . . en su propia mente . . . ejecutando
cualquier acción que yo le diga que sueñe.
En la misma forma en que concibió esa barra de acero . . . en su
mente . . . cuando su brazo estaba rígido.
En la misma forma en que se imaginó ese trozo de cordel . . . atado
en su muñeca . . . cuando su brazo se movió solo.
Así . . . podrá verse usted mismo . . . en sueños . . . con igual viveza y
claridad . .. ejecutando cualquier acto que yo le haya dicho que sueñe.
Ahora, ¡usted va a soñar que está arreglando su corbata!
¡Va usted a soñar que se está arreglando la corbata!
¡Ahora, ¡sueñe! ¡Sueñe ¡ ¡Sueñe!
Ahora . . . muéstreme lo que está soñando.
¡Muéstremelo, ahora!
¡Muéstreme lo que está soñando!
En una respuesta positiva, las manos del sujeto se moverán con lentitud
hacia arriba y ejecutarán la acción que ha sido sugerida.
138
incluyendo el condicionamiento posthipnótico, puede completarse en una
sola sesión de aproximadamente 20 minutos de duración. Incluso los
sujetos más difíciles pueden prepararse para que se duerman de inmediato
que se haga la sugestión al respecto, si se preparan gradualmente en varias
sesiones consecutivas.
Informo a mis pacientes que aun cuando casi todos pueden ser
hipnotizados, varía mucho la susceptibilidad de los distintos individuos. Si
acontece que son buenos sujetos, es probable que lleguen al estado
hipnótico profundo durante la primera inducción; de lo contrario, se les
puede enseñar a lograr una profundidad que baste para los propósitos del
tratamiento en el curso de dos o tres consultas. Nunca intento inducir la
hipnosis durante la primera entrevista.
Primera sesión. Me dedico a conocer al paciente, tomo la historia de
su caso y trato de ganarme su confianza. Decido sí el caso es adecuado
para la hipnoterapia y si alguna otra forma de tratamiento es la más
adecuada. Si la considero apropiada, discuto con él el asunto de la
hipnosis, se la explico totalmente, corrijo sus ideas, desvanezco sus dudas y
temores y, en términos generales, le preparo la mente para que la acepte.
Segunda Sesión. Principio por informarme si tiene algunas preguntas que
hacerme, que se hayan originado por nuestra plática anterior. En caso
afirmativo, procedo a contestarlas con el fin de disipar la más ligera duda.
Luego le explico exactamente al paciente lo que tiene que hacer, lo que yo
tengo que hacer y exactamente qué es lo que puede esperar que suceda. A
continuación induzco una hipnosis ligera y la profundizo mediante el uso
del relajamiento progresivo y la pesadez del brazo y, en ocasiones, con la
catalepsia de un miembro.
Tercera Sesión. Discuto con él sus reacciones de la sesión anterior y
trato de corregir las ideas falsas que todavía tenga. Induzco y profundizo
como antes su hipnosis, siguiendo con la rigidez del brazo y terminando
con los movimientos automáticos.
Cuarta sesión. Una vez más, se ventilan por completo sus reacciones y
se discuten. Luego repito todo el procedimiento de inducción y
profundización en su totalidad, con la adición de la técnica de respirar y
contar, seguida por el condicionamiento posthipnótico. Esto por lo general
tiene éxito y el sujeto entra en seguida al estado hipnótico, siempre que se
le den instrucciones de que así lo haga. En el caso de que se presente
139
alguna dificultad, se repite todo el proceso en la siguiente sesión, siendo
precedido cualquier intento de condicionamiento adicional por la inducción
de sueños.
Con este sistema de preparación gradual, es difícil que alguna vez
encuentre a un paciente, incluso aquellos que sufren neurosis, a quien no
pueda enseñársele que entre al estado hipnótico inmediatamente después de
que se haya hecho la sugestión o señal adecuadas. Sin embargo, el plan
recién descrito dista mucho de ser rígido. Por ejemplo, observo
cuidadosamente la forma en que el sujeto reacciona a cada etapa del
proceso de inducción y profundización y, si sus respuestas indican un
grado considerable de susceptibilidad, suelo continuar con la etapa del
movimiento automático durante la primera y real sesión de hipnosis. En
realidad, siempre que el sujeto sea en verdad susceptible, puedo terminar
toda la rutina de condicionamiento en una sola sesión.
Aun cuando este plan lo uso del diario, no sugiero que éste resulte ideal
en las manos de todos, o que deba ser adoptado en su totalidad.
Cualquiera que desee tener éxito con la hipnosis debe formular su propia
técnica individual a través de cuidadosas pruebas y errores, pero espero
que mi experiencia con esta rutina pueda proporcionar alguna ayuda a
quienes tratan de desarrollar sus propios métodos.
140
SEGUNDA PARTE
142
ser en extremo difícil hipnotizar en absoluto a una persona histérica, sin
hablar de la inducción de un trance profundo. Más aún, se ha
encontrado que se obtiene una proporción mucho más elevada de
sujetos de trance profundo en voluntarios saludables que entre quienes
están psicológicamente perturbados.
Más recientemente, Eysenck ideó un método para conocer los rasgos
de la personalidad histérica y probó a un grupo de personas al azar, tanto
para histeria como para sugestionabilidad. No pudo obtener ninguna
correlación de alguna especie entre las dos, pero sí pudo establecer una
íntima relación entre el hipnotismo y la sugestionabilidad. En la actualidad
hay muy pocos que estén dispuestos a aceptar la teoría de Charcot.
2. La teoría física
143
Todavía otra prueba de que la hipnosis y el sueño están lejos de ser
idénticos se encuentra en el hecho de que cualquier condición puede
cambiar a la otra. Es posible murmurar muy quedo sugestiones, una y otra
vez, a una persona con un sueño natural, hasta que principie a responder a
la sugestión de que levantará el brazo sin despertar. Si cumple con esta
sugestión, ha pasado del estado de sueño al estado de hipnosis. A la
inversa, en ocasiones un sujeto puede pasar del estado hipnótico al sueño
normal. Se ha sabido que esto ocurre como medio de evitar la necesidad de
obedecer a una sugestión que el sujeto ha encontrado objetable. Sin
embargo, aparte por completo de todo esto, ello puede suceder en el curso
normal ¿el evento. Si un hipnotizador sufriera un colapso y muriera preci-
samente al terminar la inducción de un estado de trance profundo, no se
presentarían ningunas consecuencias serias. El sujeto eventualmente caería
en un sueño normal del cual despertaría en la forma acostumbrada
después de un periodo que podría variar entre quizá 15 minutos y 12
horas, dependiendo de lo cansado que acontezca estar en el momento.
Así pues; aun cuando las reacciones del sujeto durante el proceso de
inducción promedio se asemejen mucho a las primeras etapas del sueño
normal, el estado de hipnosis en sí no está relacionado con el sueño en
ninguna forma. De hecho, la hipnosis se emplea en el tratamiento del
insomnio, en cuyo caso el sujeto puede ser hipnotizado y dejado en estado
hipnótico hasta que eventualmente se fusione con el sueño normal. En
realidad, incluso puede ensenársele la autohipnosis para que haga esto por sí
mismo, siempre que se presente la necesidad.
144
que tanto el condicionamiento como el descondicionamiento requieren que
el proceso sea repetido en muchas ocasiones consecutivas. Explicada en estos
términos, se considera que la hipnosis es un estado psicológico producido
por un condicionamiento de toda la vida, en el curso del cual ciertas
palabras tienden a actuar como la campana de Pavlov para causar efectos
debidos a una larga asociación. Por ejemplo, cuando se menciona a un
sujeto la palabra sueño, éste la asocia de inmediato con sensaciones de
cansancio, pesadez y somnolencia. Así pues, llega a asociar la palabra sueño
con palabras tales como pesado, cansado, soñoliento y relajado, y la
repetición constante de estas palabras en el transcurso de la i nducción
produce un estado al cual el sujeto ha resultado condicionado a asociarlo
con dichas palabras.
No puede haber dudas de ninguna especie respecto a que el
condicionamiento sí desempeña un papel de importancia en la inducción de la
hipnosis, y se ha demostrado que los individuos que pueden establecer
reflejos condicionados con facilidad por lo general son buenos sujetos
hipnóticos. Pero esto está lejos de ser toda la historia. En primer lugar, la
teoría supone que los estados de hipnosis y el sueño normal son similares, y
ya hemos visto que ciertamente este no es el caso. En segundo, un argumento
todavía más convincente en contra de que la hipnosis sea sólo un proceso
condicionado, se encuentra en el hecho de que el descondicionamiento
siempre ha implicado un procedimiento lento y repetitivo, la duración del
tiempo que se requiere dependiendo principalmente del tiempo que tome lograr
el condicionamiento original. Sin embargo, en el estado hipnótico, el
descondicionamiento puede efectuarse de inmediato con una palabra de
mando. En tercer lugar, al considerar que la hipnosis es un reflejo
condicionado no se toma en cuenta el hecho de que las personas
frecuentemente han sido hipnotizadas con discos giratorios, con espejos o
con metrónomos, ninguno de los cuales ha estado asociado, mediante un
condicionamiento previo, con la idea del trance hipnótico.
5. La teoría de la disociación
Esta teoría fue formulada originalmente por Pierre Janet, quien trabajaba
en la Clínica de la Salpétriére y creía, al igual que Charcot, en la estrecha
relación entre la histeria y la hipnosis. Finalmente llegó a la conclusión de
145
que la hipnosis era una división de la mente en dos partes y que la hipnosis
representaba el mismo proceso disociativo, inducido en forma artificial.
Este concepto de la división de la conciencia ha probado ser muy valioso,
y ha entrado al campo de la medicina con el término técnico de disociación.
Durante muchos años, esta teoría de la disociación se consideró ser la clave de
la hipnosis, sosteniéndose que la profundidad de ésta estaba relacionada
directamente con el grado de disociación logrado. En muchas formas, es una
teoría atractiva y, como en el caso del reflejo condicionado, es probable que
exista mucho de verdad en ella. Pero, si bien explica algunos de los fenóme-
nos de la hipnosis, deja de explicar muchos otros. No hay duda que la
tendencia a disociar puede aumentarse mucho por la sugestión, pero esto no
prueba necesariamente que la hipnosis y la disociación sean una misma cosa.
Ya he indicado la parte que quizá represente la disociación en la inducción
de la hipnosis (Pág. 35) cuando comparé la mente con un iceberg, y el
desarrollo del estado hipnótico con la inclinación gradual del iceberg. Por
sencilla que esta explicación parezca ser, no parece que sea por completo
irrazonable, ya que existen pocas dudas de que la mente inconsciente no sólo
se convierte en más accesible, sino que es mucho más fácilmente
influenciable en el estado hipnótico que en el estado de vigilia.
Una de las principales dificultades para aceptar la teoría de disociación
de la hipnosis se encuentra en su dependencia de la presentación de la
amnesia. La evocación de los recuerdos depende de la asociación de ideas, la
falla de recordar eventos es causada por una interrupción en la cadena de las
ideas que los reincorporarían al consciente. Siempre que esto sucede, ha
ocurrido la disociación y el resultado es un estado de amnesia (pérdida de la
memoria). En consecuencia, la amnesia resulta ser un elemento necesario en
la teoría.
Puesto que la mente inconsciente es capaz de hacerse cargo de la
mayoría de las funciones de la mente consciente, Janet sacó como conclusión
de que tales fenómenos eran 'fugas' e incluso 'personalidades múltiples'
debidas a la división del consciente, lo cual daba como resultado que la
mente inconsciente se convirtiera en la parte dominante por el momento. Así
pues, suele afirmarse que la hipnosis es el resultado de una disgregación
similar del consciente, durante la cual la parte inconsciente de la mente se
convierte en la parte dominante. Sin embargo, debe recordarse que en un
estado de fuga el sujeto no tiene ningunos recuerdos de su vida ordinaria, y
146
cuando se reintegra a la normalidad tiene una amnesia total de los eventos
durante la fuga. Es obvio que la teoría de disociación depende en gran parte
del desarrollo de la amnesia a continuación del trance, y queda muy debilitada
por el hecho de que pueden presentarse trances profundos sin ningún grado
de amnesia apreciable. Y aun cuando está presente, esta amnesia rara vez es
espontánea, ocurriendo con más frecuencia por la sugestión directa. Más aún,
la amnesia posthipnótica puede eliminarse con toda facilidad y puede recupe-
rarse la memoria por medio de la sugestión.
6. La teoría de la sugestión
147
7. La teoría de desempeñar un papel
8. La teoría psicoanalítica
148
en forma exacta que un niño ante su padre, de manera que estas relaciones
por cierto que no están confinadas a la hipnosis.
Igual que con la teoría del reflejo condicionado, las teorías
psicoanalíticas dejan de explicar los casos de hipnotización por espejos,
discos giratorios o metrónomos, o el hecho de que los estados hipnóticos en
ocasiones pueden ser producidos por objetos inanimados. Puesto que bajo
tales condiciones no existen las relaciones interpersonales, es difícil como
pueda sobrevenir alguna gratificación libidinosa.
149
Parecería, en consecuencia, que ninguna sola de las teorías de la
hipnosis es lo bastante completa para explicar todos los fenómenos del
trance. White sostiene que no puede ser formulada ninguna teoría científica
hasta que ésta pueda explicar adecuadamente los hechos siguientes:
Ninguna de las teorías que hasta ahora se han adelantado puede cumplir
estos requisitos. Parecería que nuestro actual conocimiento del
comportamiento humano no está aún lo bastante desarrollado para
producir una teoría completa y satisfactoria de la hipnosis. Al tratar de
definirla con precisión sólo estamos describiendo un resultado final que
frecuentemente es una combinación de varios de los factores ya
mencionados. Creo que en la mayoría de los estados de trance, tanto la
sugestión, como la disociación y el condicionamiento desempeñan un
papel importante en mayor o menor grado. Por lo menos puede decirse que
la comprensión de estos mecanismos hace mucho para hacer inteligible el
comportamiento del trance, a pesar de las lagunas que aún quedan por ser
llenadas antes de que nuestro conocimiento sea completo.
150
una línea precisa de demarcación entre ellas. Como lo indica Moll,
suelen ocurrir alteraciones en las funciones corporales sólo como
resultado de cambios en el estado psíquico. Por ejemplo, cuando un
individuo queda paralizado por el miedo, su completa incapacidad para
moverse se debe al shock mental que ha recibido, y ciertamente no es el
resultado de una lesión o daño a sus músculos. En forma similar, durante el
estado hipnótico, los músculos y los órganos sensoriales suelen mostrar
anormalidades funcionales, sencillamente porque ha sido alterado el estado
mental del sujeto. Las alteraciones que por lo general se encuentran en el
curso de la hipnosis afectan a los músculos tanto voluntarios como
involuntarios, a los órganos sensoriales, a la memoria, a la actividad mental
y a las emociones.
151
verdadera parálisis histérica que se presenta en forma espontánea en
ausencia de la hipnosis.
En ocasiones el sujeto es incapaz de mover una extremidad paralizada
porque ya no puede establecer un contacto voluntario con sus músculos.
En otros casos, todos los intentos de un movimiento voluntario son
contrarrestados por la contracción de músculos antagónicos. Se le puede
privar por completo al sujeto de la facultad de hablar, o decirle que sólo
podrá decir su propio nombre y que para todo lo demás será completamente
mudo. Le podrá ser imposible escribir, en tanto todavía retiene su facultad
de barajar las cartas o tocar el piano. Las acciones prohibidas sólo llegarán
a ser posibles otra vez cuando se le dé el permiso necesario.
Estos efectos variarán mucho de sujeto a sujeto. En algunas personas
será más fácil influir un particular grupo de músculos que en otras. Por
ejemplo, puede ser posible impedir a. un sujeto que abra los ojos, y ser
completamente imposible afectar su habla. Otra puede convertirse en muda,
fracasando por completo todos los intentos que se hagan para prohibirle
escribir.
3. Catalepsias rígidas. Se dice que se presenta la catalepsia cuando
un miembro permanece en cualquier posición en que haya sido colocado
por el hipnotizador. Tales posturas suelen mantenerse durante largo tiempo,
excediendo en mucho el permitido por el esfuerzo voluntario, sin que eso
sea seguido por el dolor y la fatiga que normalmente se esperaría
después de tal esfuerzo muscular excesivo.
El requisito esencial para la producción de la catalepsia es que el
sujeto acepte la idea de la actitud particular implicada. En ocasiones se puede
levantar el brazo de una persona hipnotizada, sostenerlo en el aire y luego
soltarlo, y el brazo permanecerá exactamente en donde fue dejado, aun
cuando no se haya dicho una sola palabra. A pesar de esto, el sujeto cree
firmemente que su brazo debe permanecer así. En otro sujeto, es probable
que el brazo caiga, pero si usted se lo levanta otra vez y le dice que ahora
permanecerá en el aire, no cabe duda que esto sucederá. En verdad, no hay
necesidad de que usted le hable en absoluto, ya que uno o dos tirones hacia
arriba, tomándolo de la muñeca, bastarán para hacerle entender lo que se
intenta que suceda. Erickson cree que se presenta la catalepsia porque el
sujeto queda tan intensamente absorto que no responde a los estímulos
ordinarios.
152
La rigidez cataléptica puede ser inducida en cualquier miembro o
incluso en todo el cuerpo por medio de la sugestión directa; por ejemplo, se
puede inducir la rigidez en un brazo de manera que le sea imposible
doblarlo a una segunda persona. Molí indicaba que podía aumentarse la
rigidez tocando suavemente el brazo, ya que ese contacto parece concentrar
sobre él la atención del sujeto. La rigidez cataléptica también puede
terminarse de inmediato por medio de la contrasugestión adecuada.
Uno de los trucos favoritos de los hipnotizadores teatrales es la
producción de la catalepsia en todo el cuerpo. El sujeto hipnotizado queda
entonces soportado por una silla debajo de su cabeza y otra debajo de los
talones. No sólo no cederá su cuerpo, sino que será capaz de soportar el
peso de un hombre de 90 kilos. Para aumentar el efecto, por lo general se
elige a una muchacha de constitución delgada como sujeto. Con todo y lo
dramático que esto pueda ser, no es prudente usar este fenómeno en
particular para propósitos de demostración. Es probable que implique
tensiones injustificadas en los músculos, articulaciones y ligamentos, todos
los cuales pueden lesionarse con mucha facilidad, tanto en el estado
hipnótico como en el estado de vigilia, ya que la catalepsia sugerida no va
acompañada de cambios físicos en los tejidos. En consecuencia, pueden
fracturarse los huesos y articulaciones con tanta facilidad como en el
estado de vigilia.
4. Actividad muscular incrementada. Esto se debe principalmente a
la incapacidad para sentir fatiga. Así, en la hipnosis encontramos que el
sujeto puede mantener posturas incómodas y ejecutar tareas con mucha
menos incomodidad y fatiga que cuando está completamente despierto.
En la vida normal, trabajamos muy por debajo de nuestra verdadera
capacidad y tenemos reservas de fuerza considerables para hacer uso de ellas
en momentos de tensión. En el estado hipnótico estas reservas pueden
utilizarse, aun cuando se encuentren fuera del esfuerzo voluntario. En
circunstancias normales pocos de nosotros podríamos trepar por una cuerda
para llegar a un escotillón en el techo; sin embargo, si estuvieran
bloqueadas todas las salidas por un incendio y esto representara nuestro
único medio de escape, la mayoría de nosotros podría lograrlo. El hecho de
que se pueda recurrir a tales reservas bajo el hipnotismo se ha usado con
mucho provecho en el campo de los deportes. Muchos atletas han podido
realizar su máximo esfuerzo en vez de aplicar un desempeño promedio. Sin
153
embargo, debe recordarse que no debe hacerse que nadie exceda su propia
capacidad individual, aun cuando ésta sea mucho mayor de lo que
parecería por sus logros normales.
5. Movimientos automáticos. No sólo puede inhibirse la acción muscular,
mediante la sugestión, sino que también puede excitarse y convertirse en
automática. Si se le dice a un sujeto que su brazo izquierdo se va a elevar
poco a poco en el aire, él hará que esto suceda, aun cuando no haga
ningún esfuerzo voluntario de ninguna especie. Rara vez se le ocurrirá
resistir.
No es difícil distinguir los movimientos voluntarios de los involuntarios,
ya que aquéllos por lo general son uniformes y se ejecutan con firme
facilidad. Por otra parte, aun cuando un sujeto sea pasivo, los movimientos
involuntarios están caracterizados por cierta cantidad de lentitud y
sacudimientos. Esto se exagera mucho, y los movimientos involuntarios
que son ejecutados sin la voluntad del sujeto, suelen ir acompañados de
fuertes contracciones musculares y temblores. Esto muestra la presencia
de dos fuerzas antagónicas —la sugestión del hipnotizador y la voluntad del
sujeto—. Esta última está combatiendo contra la sugestión de que su brazo
se elevará, y esto se muestra en el temblor.
Una prueba útil de los movimientos automáticos es hacer girar las
manos del sujeto en forma circular, frente al cuerpo. Cuando se le sueltan
las manos, persistirá la tendencia a continuar el movimiento, en especial si
él cree que debe continuar girándolas. Si entonces se le dice que no podrá
parar, sin importar los esfuerzos que haga, encontrará que aun cuando se
tropiecen las manos una contra la otra, será completamente incapaz de
detenerlas. Cuando se produce este fenómeno, por lo general quiere decir
que se ha alcanzado una hipnosis de profundidad media, si no es que más
profunda.
Antes de considerar los fenómenos que afectan a los músculos
involuntarios, hay dos reacciones musculares específicas que se presentan
durante la inducción de la hipnosis y que son dignas de atención.
1. Hipnosis pasiva. En ocasiones un sujeto llega a ser tan pasivo que
no bastan las sugestiones más fuertes para vencer el relajamiento muscular
que se ha presentado. En tales casos, caerán los brazos que han sido
levantados, a pesar de todas las sugestiones en contra. Incluso puede ser
difícil persuadir al sujeto para que responda a preguntas.
154
En la mayoría de las inducciones de la hipnosis, ésta será pasiva en las
primeras etapas. Con mucha frecuencia, una vez que los ojos se hayan
cerrado, la cabeza caerá hacia adelante, hacia atrás o incluso hacia un
lado, debido a que los músculos de apoyo han quedado muy relajados. En
verdad, existen muchas etapas transicionales entre las hipnosis pasiva y
activa, y una puede pasar con facilidad a la otra.
2. Alteraciones oculomotoras. Aun cuando en la mayoría de los casos la
hipnosis está caracterizada por el cerramiento de los ojos, esto no es de
ninguna manera esencial; sino que en la mayoría de los casos los ojos se
cierran y, excepto en el sonambulismo, no pueden abrirse nuevamente sin
terminar la hipnosis. Aun cuando el sujeto permanezca en un trance
profundo con los ojos abiertos, por lo general siente los párpados pesados
y el deseo de cerrarlos.
El cerramiento inicial de los ojos en ocasiones es suave, en otras
espasmódico y no siempre es completo, pero esto no interfiere con la
hipnosis. Una vez que los ojos están cerrados, con frecuencia tiemblan los
párpados, pero esto no es de importancia y en algunos casos es un signo de
aumento y no de disminución de la profundidad. Los globos de los ojos en
ocasiones giran hacia arriba cuando éstos se están cerrando y pueden
permanecer en esta posición; en otros casos pueden regresar a su posición
normal tan pronto como los ojos se cierran. En caso contrario, sólo será
visible lo blanco de las escleróticas si se levantan los párpados con
suavidad.
155
Por ejemplo, el temor provoca un aumento en la secreción de adrenalina y
un ritmo cardiaco mucho más rápido.
La sugestión, en especial en el estado hipnótico, puede causar el
mismo efecto, el cual puede ser muy aumentado si se evoca en forma
simultánea, la emoción adecuada. El control de la mente y del cuerpo
por medio de la sugestión se comprende así con más facilidad. La mente
inconsciente tiene la facultad de inhibir o de excitar al sistema nervioso
autónomo, y puesto que en el estado hipnótico la mente inconsciente es
más accesible a la sugestión, gran parte de la influencia ejercida bajo la
hipnosis llega a ser explicable. Desafortunadamente, sin embargo, todavía
no sabemos como sucede esto.
1. El corazón. Se ha informado por muchas fuentes que el
ritmo cardiaco puede acelerarse o retardarse por medio de la sugestión
durante la hipnosis. Pero el asunto de si esto se puede lograr o no
sólo por medio de la sugestión directa todavía es tema de controversia
y la evidencia de que se dispone está en conflicto. Parece probable
que tales alteraciones por lo general son causadas mediante el
estímulo de las emociones, pero debe tenerse presente que pueden
ser condicionadas a indicaciones verbales, una vez que han sido el
resultado de un estímulo emocional en primer lugar.
2. Los vasos sanguíneos. Lloyd Tuckey encontró que las arterias
menores y las capilares se contraían casi invariablemente en la
hipnosis profunda, de manera que incluso las heridas profundas
tendían a producir poca o ninguna hemorragia. Esto está confirma
do por muchos cirujanos dentales, quienes informan una disminu ción
definida en el sangrado posterior a una exodoncia bajo hipnosis
profunda. Investigaciones posteriores han confirmado el hecho de
que la sugestión puede ejercer mucha influencia sobre los vasos
sanguíneos. Forel confirmó el hecho de que el rubor local podía ser
inducido por sugestión, y esto no es de sorprender si se considera lo
fácil que puede ser influido el sistema vasomotor por los procesos
mentales. La turbación provocará el rubor, el miedo causará palidez.
En el tratamiento de ciertas dermatosis con frecuencia he tenido
éxito para producir una clara hiperemia de la piel por sugestión
verbal directa acompañada de ligerísimos toques de la pa rte para
delinear el área. También se ha informado de experimentos en los
cuales se ha logrado el aumento, a disminución de dos o tres grados
centígrados de temperatura mediante la sugestión.
156
La presión arterial también puede ser influida. Las sugestiones de
relajamiento y calma harán disminuir la presión sanguínea y el ritmo
del pulso, en tanto que las sugestiones de excitación y agitación
ciertamente harán que aumenten. En verdad, el hecho d e que las
alteraciones emocionales desempeñen una parte tan importante en la
hipertensión esencial es lo que hace que la hipnosis sea de valor en el
tratamiento de esta condición.
3. El sistema respiratorio. Vogt encontró que cuando los ojos
se cierran como respuesta a una sugestión durante la inducción de la
hipnosis, disminuye el ritmo respiratorio en tanto el sujeto experimenta
una sensación de apacible calma. A medida que la hipnosis
transcurre, la respiración se vuelve más lenta y más superficial, aun
cuando se profundiza tanto al principio como a la terminación del estado
hipnótico.
La sugestión también puede producir variaciones considerables tanto en
el ritmo como en la excursión respiratoria. Se han obtenido aumentos hasta
del 50 por ciento en la ventilación pulmonar en un sujeto hipnotizado en
descanso, a quien se le haya sugerido que estaba ejecutando un trabajo
pesado. Pero aunque estos hechos tienen alguna importancia que contribuye
al éxito de la hipnosis en el tratamiento del asma bronquial y del
broncoespasmo, no son tan importantes como su habilidad para controlar los
factores emocionales que fundamentan los ataques.
4. El sistema alimentario. Ha sido demostrado que cuando se
le dice a un sujeto profundamente hipnotizado que coma una ración
imaginaria de res y proteína, esta sugestión produce un aumento en
la secreción de jugo gástrico. Asimismo, cuando se sustituyeron
grasas imaginarias en vez de proteínas, siguió la contracción de la
vesícula biliar, acompañada de un incremento en la secreción de
lipasa y bilis. Apenas si sorprenden estos hechos, ya que la mera su
gestión de una comida apetitosa puede hacer que se "haga agua la
boca". También se ha informado que se puede producir el aumento
y disminución de la acidez gástrica por sugestiones de gusto o de
disgusto. Bergman afirmó que logró éxito en un caso de hipercloridia,
al reducir mucho la secreción de jugo gástrico mediante sugestiones
terapéuticas.
Con frecuencia puede ser influida intensamente la peristalsis con
mucha eficiencia por medio de la sugestión, y debido a esto, suelen
157
regularizarse las funciones intestinales bajo la hipnosis. Si se le dice a un
sujeto muy profundamente hipnotizado que sus intestinos actuarán en
determinado momento, es muy probable que la sugestión tenga éxito. En
realidad, cuando la hipnosis va acompañada de amnesia raras veces
fallará. Incluso es posible detener la acción de drogas laxantes por
sugestión, aun cuando esto es menos frecuente. Por ejemplo, se ha tenido
éxito cuando se le ha dicho a un paciente que una gran dosis de aceite de
ricino no hará efecto durante 48 horas. También se le ha dado agua a un
sujeto hipnotizado y se le ha hecho aparecer como un fuerte purgante o
emético. En cada caso, por lo general se presentó la reacción apropiada.
5. Las secreciones. Se reporta que las secreciones, tanto de sa
liva como de perspiración han sido inducidas por sugestión. Bajo
la hipnosis puede hacerse que los ojos lloren si se sugiere al pacien
te que está oliendo una cebolla. En la misma forma, puede inducirse
la secreción de lágrimas mediante la sugestión de una emoción
fuerte.
La lactancia puede ser también facilitada por la sugestión hipnótica,
aumentándose la secreción de la leche en un grado considerable. Sin embargo,
parece dudoso que la secreción de orina pueda ser afectada por la sugestión,
ya que en muchos de los casos reportados es el acto de la micción y no el de la
secreción el que ha sido modificado.
6. Cambios en el metabolismo. Cuando se sugiere a una persona
profundamente hipnotizada que no ha ingerido ningún alimento durante varios
días, resulta un descenso en el azúcar de la sangre. Si luego se sugiere que está
disfrutando de una opípara comida con pastelillos, tortas de crema y azúcar, se
presentará un ascenso en el azúcar de la sangre, aun cuando en realidad no
haya comido nada. El nivel de azúcar en la sangre siempre aumenta con la
adrenalina, de manera que siempre que se despierten emociones fuertes tales
como terror o ira, se libera más adrenalina a la corriente sanguínea y el azúcar
en la sangre sube para poner al cuerpo en acción y proporcionarle combustible
suficiente para el aumento que se anticipa de las demandas musculares. Puesto
que los estados emocionales, tales como los anteriores, pueden producirse con
facilidad por medio de la sugestión hipnótica con la consiguiente liberación de
adrenalina, se comprende su efecto sobre el aumento de azúcar en la sangre.
7. Cambios anatómicos y bioquímicos. Sería una tontería negar la
posibilidad de efectuar cambios físicos por medio de la hipnosis, pero debe
evitarse la credulidad, ya que el sujeto hipnótico, sabiendo que se esperan
158
ciertas cosas de él, puede tratar de cumplir con las órdenes del hipnotizador y
después desarrollar amnesia por sus acciones. Sin embargo, no hay ninguna
duda de que pueden producirse cambios orgánicos por medio de procesos
mentales.
La menstruación con frecuencia puede inducirse o detenerse por sugestión
hipnótica. Esto apenas sorprende si uno se da cuenta de la frecuencia con la
cual las influencias físicas en la vida cotidiana pueden cambiar el patrón. Por
ejemplo, no es nada raro que los periodos se vuelven irregulares en las
mujeres cuando están ansiosas y aprensivas, como cuando están en espera de
una operación quirúrgica.
El sangrado de la nariz y de la piel resultante de una sugestión, aun cuando
se hayan tomado todas las precauciones más elaboradas para impedir que el
sujeto se cause una herida, ha sido reportado por muchos de los hipnotizadores
más antiguos. Tal fenómeno tiene una gran semejanza con los estigmas
reconocidos por la Iglesia Católica Romana, cuando se dice que el sangrado
de la piel ocurre en sitios que corresponden a las heridas de Cristo. Reportes
como éstos siempre han sido aceptados con precaución en vista de la
omnipresente posibilidad de una decepción inconsciente.
Muchos observadores han reportado quemaduras o marcas que se le
parezcan. En un experimento típico, se presionó un lápiz sobre la piel por la
mañana, diciéndole al sujeto que estaba al rojo candente y que le estaba
quemando la piel. A continuación fue despertado y, después de un intervalo de
varias horas, apareció una ampolla en su piel, de la forma exacta del lápiz.
También se han producido verdugones por sugestión hipnótica, pero no debe
olvidarse que ciertos individuos las desarrollan bajo condiciones de excitación
mental sin ninguna hipnosis. También se ha reportado en los últimos años que
se han presentado en forma espontánea en el curso de abreacciones
emocionales profundas inducidas por drogas. Es obvio que los reportes de
estas clases de experimentos hipnóticos deben recibirse con cierta reserva.
Moll afirma que si bien no se puede negar que pueden producirse cambios
anatómicos por sugestión, la evidencia de que se hayan producido tales
cambios debe ser irrecusable, antes de que pueda ser aceptada. Tales
resultados, siempre y cuando ocurran, sólo pueden ser interpretados como una
respuesta autónoma a un estímulo emocional.
Modificación de respuestas alérgicas de la piel. Durante muchos años se
ha sabido que los síntomas tanto del asma como de la fiebre de heno pueden
aliviarse mediante sugestión directa por hipnosis. En 1958, A. A. Masón y S.
159
Black describieron la forma en que las respuestas alérgicas de la piel fueron
abolidas durante el tratamiento de un caso de asma y de fiebre de heno por
medio de la hipnosis. Además del alivio de los síntomas del paciente, las
reacciones de la piel al polen inyectado también desaparecieron. Se practicó la
reacción de Prausnitz-Kustner y cuando se inyectó suero del paciente en el
brazo de un voluntario no sensible, su piel presentó reacciones alérgicas a los
alérgenos a los cuales el paciente no era ahora sensible en apariencia,
demostrando que aun cuando los síntomas alérgicos del paciente habían sido
suprimidos por sugestión hipnótica, su sangre permanecía inalterada.
En 1963, Black, Humphrey y Niven informaron de cuatro casos en los
cuales fue inhibida la reacción de Mantoux por sugestión directa bajo
hipnosis. Aun cuando histológicamente no hubo cambio observable en el
grado de infiltración celular, hubo evidencias de que el exudado del fluido
había sido inhibido. Así pues, concluyeron que la reacción positiva de
Mantoux podía ser inhibida por sugestión directa bajo hipnosis para dar un
resultado de Mantoux negativo, y que el elemento vascular de la reacción
probablemente esté implicado en el mecanismo de inhibición.
160
CAPÍTULO 12
161
2. Oído. Este puede hacerse mucho más agudo en el estado hipnótico.
Un sujeto profundamente hipnotizado puede escuchar el tic-tac de un reloj en
una habitación anexa que sea por completo inaudible para él en estado de
vigilia, y que ningún otro pueda escuchar. De hecho éste puede detenerse y
volver a andar nuevamente y el sujeto podrá decir con exactitud cuando esto
ocurra. Un caso así ha sido descrito por A. A. Masón, quien considera que es
probable que se deba al hecho de que, en el sujeto hipnotizado, están dismi-
nuidos todos los estímulos sensoriales externos, de manera que puede
concentrarse por entero en cualquier tarea que se le encomiende. En otras
palabras, escucha mejor porque no tiene nada que lo distraiga.
También puede ser inducida la sordera parcial o incluso total por sugestión
hipnótica. En el caso de la sordera total, se puede disparar una arma de fuego
inesperadamente detrás del sujeto y éste no sólo no mostrará señal de haberla
escuchado, sino que tampoco exhibirá ninguna elevación en la presión arterial.
Sin embargo, debe recordarse que en un caso así tampoco podrá escuchar la
voz del hipnotizador y perderá por completo el contacto con él, a menos que
se hayan tomado las precauciones adecuadas. En consecuencia, antes de
practicar alguno de estos experimentos, siempre se debe hacer al sujeto la
sugestión de que su oído será otra vez normal a una señal dada, tal como un
ligero golpe sobre el hombro en cuyo caso despertará con esta función
completamente restaurada.
Tanto la ceguera como la sordera, inducidas por sugestión, son puramente
fenómenos mentales. Una sencilla orden bastará para restaurar tanto las
funciones de la vista como del oído. El órgano del sentido correspondiente
todavía ejecuta sus funciones usuales, pero las impresiones y los estímulos no
llegan a la consciencia.
3. Olfato. Los antiguos hipnotizadores afirmaban que podía aumentarse
mucho el sentido del olfato por sugestión hipnótica. Se sabe que en muchos
animales es normal un agudo sentido del olfato, ya que un perro puede
fácilmente reconocer a su amo por el olor. Se sostenía que, bajo ciertas
circunstancias, los seres humanos pueden lograr agudeza de olfato como
resultado de una fuerte sugestión.
Se han descrito experimentos en los cuales se han devuelto guantes y
pañuelos a sus respectivos propietarios con la sola guía del olor. Braid
condujo con éxito tales experimentos, pero encontró que cuando se taponaba
la nariz del sujeto fallaban todos los intentos. A la inversa, también puede
disminuirse el sentido del olfato o incluso ser abolido por sugestión en un
No cabe duda que uno de los fenómenos más convincentes que puedan ser
producidos para demostrar la validez de la hipnosis a un observador escéptico
es la facultad de abolir toda sensación de dolor. Hablando estrictamente, el
término correcto para la pérdida de la sensación de dolor es analgesia, ya que
la palabra anestesia implica la pérdida total de percepción sensorial,
incluyendo el tacto. Aun cuando en el uso común los dos términos suelen
emplearse como sinónimos. Me referiré a la pérdida de la sensación de dolor
como analgesia, confinando a la anestesia a su definición correcta.
Desafortunadamente, la analgesia completa sólo puede obtenerse en un
poco menos del 20 por ciento de los sujetos, y el alcanzarla por lo general se
toma como señal de que ha ocurrido un trance profundo o incluso
sonambulístico. Hay, sin embargo, cierto número de sujetos que mostrarán
analgesia parcial de distintos grados cuando sólo hayan alcanzado una
profundidad media. Pero en la hipnosis ligera, la apreciación del dolor por lo
general permanece inalterable por la sugestión.
.
163
Analgesia de trance profundo
164
muchos procedimientos quirúrgicos menores completamente indoloros pueden
ser practicados quizá en un 30 al 40 por ciento de los pacientes de trance
medio. Puede eliminarse o abolirse por completo el dolor en procedimientos
tales como vendaje de quemaduras, punciones lumbares o abdominales y
ciertas manipulaciones dolorosas de partes lesionadas. La analgesia hipnótica
también puede ser de valor en ciertos trabajos dentales de conservación, tales
como endodoncias dolorosas, en especial cuando el paciente teme la inyección
de un anestésico local, ya que aun cuando sea mínima la analgesia que se
obtenga, bastará para que tolere la temida inyección. En ocasiones, el dolor
producido por una enfermedad crónica incurable, como el cáncer, puede ser
controlado y disminuido en las primeras etapas, posponiendo así la necesidad
de drogas analgésicas más potentes. Pero el valor más grande de la hipnosis,
se encuentra, desde luego, en su habilidad para producir relajamiento tanto
físico como mental y para liberar al paciente del miedo y de la ansiedad que
antecede a una operación. Ciertamente, la reducción del síndrome miedo-
tensión-expectación, hace que sea utilísima para el médico general, para el
cirujano dentista, para la partera y para la enfermera. En vez de que el paciente
esté asustado, ansioso y desmoralizado, puede hacerse que esté calmado,
cooperativo y mucho menos aprensivo de lo que se le espera. El uso de la
hipnosis en obstetricia y en anestesia se estudia con amplitud en el Cap. 21.
Sensibilidad al dolor
165
médico. Es el paciente que está tan aterrorizado con la idea del sillón del
dentista que pospondrá su visita todo lo que posiblemente pueda y sólo lo hará
cada dos años en vez de hacerlo cada seis meses. Incluso entonces, es muy
posible que apriete la boca cuando se le aproxime con el taladro. La hipnosis
puede ser muy valiosa para tratar a este tipo de paciente, ya que con su ayuda
se le puede enseñar a relajarse físicamente y esto, en sí, reduce y alivia mucho
la tensión mental. Empleada en esta forma, la hipnosis puede producir pacien-
tes relajados, físicamente cómodos y cooperativos que se sientan más a sus
anchas; incluso si no se obtiene ninguna analgesia, será mucho más fácil
trabajar en el paciente con métodos ortodoxos. Si se requiere algún
anestésico, el paciente estará calmado y lo aceptará sin dificultad, así que
se requerirá mucho menos del agente anestésico. Por otra parte el paciente
emocionalmente perturbado no sólo requerirá más, sino que el anestésico
no tendrá un efecto uniforme.
166
olvidado. Las investigaciones de laboratorio de la analgesia hipnótica han
demostrado que no se siente el dolor, y los encefalogramas muestran que el
umbral del dolor se eleva durante la hipnosis. Los experimentos de
Estabrooks con la escobilla farádica ya se han mencionado (Pág. 148).
Esta es, desde luego, la teoría más sencilla y más creíble de todas las que
se han adelantado para explicar la forma en que se produce la analgesia
hipnótica.
Cuando se le hace escuchar música a un paciente mediante auriculares
colocados en sus oídos en tanto está siendo sometido a una intervención
quirúrgica, se ha encontrado que bastará una mezcla de gas y oxígeno a
partes iguales para permitir que la intervención se practique con
comodidad. Ciertamente no hay bastante gas en la mezcla para producir
algún grado marcado de anestesia, sin embargo, pueden practicarse
operaciones quirúrgicas pequeñas, pero dolorosas, cómodamente en estas
condiciones. Más aún, se ha observado que cuando la música se detenía
momentáneamente en medio de la operación, el paciente mostraba signos
de inquietud y de que era evidente que le molestaba lo que estaba
sucediendo, de manera que la música tenía en definitiva un efecto que
contribuía.
Se pueden citar muchos ejemplos de la vida diaria en donde, en la
efervescencia del momento, pasará inadvertida una herida seria hasta que
cese la excitación. Soldados han sido heridos en batalla, pero no se han
dado cuenta de la gravedad de sus heridas sino hasta que terminó la crisis.
Otro uso del principio de "distracción" se ve en los hospitales, en donde
una enfermera dará una nalgada a un paciente en tanto otra le hunde
simultáneamente la aguja hipodérmica. Y en la antigüedad, el dentista de
feria por lo general practicaba la extracción de dientes sin una anestesia
al golpear de un gran tambor. Se creía que esto ahogaba los gritos del
paciente, pero ahora parece probable que servía para distraer su atención y
disminuir así su sensibilidad al dolor.
167
función, y siguen su propia idea respecto al lugar en donde debe ocurrir la
pérdida de sensibilidad. La mayoría de las personas interpretan la palabra
"brazo" como abarcando la totalidad del miembro superior, de manera que si
se les dice que perderán la sensación en el brazo, desarrollarán una
analgesia que se extiende desde el hombro hasta la muñeca. Sin embargo, en
condiciones similares, un estudiante de medicina, una enfermera, o incluso
alguien educado en primeros auxilios, sólo perdería la sensación del
hombro al codo, ya que ellos consideran la parte inferior de la extremidad
como el "antebrazo". En consecuencia, siempre que se vaya a inducir anal-
gesia hipnótica, deberá indicarse al sujeto con claridad la zona exacta
que se va a hacer insensible. Siempre que sea posible deberá ser tocada, o
incluso frotada con alcohol o éter para hacer que se sienta fría, de manera
que el sujeto no tenga ninguna duda respecto a dónde se va a producir la
analgesia. Si esto se omite, por lo general se producirá una anestesia de
"guante y media", que corresponde exactamente al tipo que se observa en el
paciente histérico. Cuando se requiera una anestesia dental; el operador
debe recorrer con el dedo la encía para indicar con claridad el área exacta en
donde se va a producir la analgesia.
Nunca deberá olvidarse que, a menos que sea necesaria una prolongación
de la analgesia hipnóticamente inducida, para aliviar dolores
postoperatorios, en cuyo caso puede imponerse un tiempo límite, siempre
debe suprimirse la analgesia antes que el paciente sea despertado.
Duerme ahora con un sueño tan profundo. . . que todas las sensaciones
van a desaparecer de su mano izquierda.
No podrá sentir nada en su mano izquierda. . . sólo piense que tiene la
mano izquierda completamente insensible. . . como si se le hubiera dormido.
Poco a poco... se está volviendo más insensible. . . todas las sensaciones
están desapareciendo de ella.
Y mientras sigo hablando con usted ... su mano izquierda está comenzando
a sentirse más fría y más fría. . . como si estuviera rodeada de hielo.
Imagínese que su mano está rodeada de hielo. . . y mientras lo hace. . .
la siente cada vez más y más fría. . . más y más adormecida e insensible.
168
Tan pronto como sienta que su mano está fría y dormida . . . por favor
levante la otra mano.
169
comparación entre la parte hipersensible y la que está siendo anestesiada. Esto
facilita el proceso posterior haciendo énfasis en la diferencia entre ellos.
Imagínese que está caminando por un corredor... al final del cual usted
puede ver una cubeta con agua caliente.
Usted sabe que está caliente. . . porque puede ver el vapor que sale del
agua.
Tan pronto como pueda imaginarse esa cubeta. . . tan pronto como la
pueda ver con claridad en su mente. . . levante por favor la mano
izquierda.
170
Sin embargo, en ocasiones esta técnica no dará resultado y no se produce
ninguna hipersensibilidad. En este caso, siempre se debe interrogar al sujeto
sobre sus dificultades, a veces con resultados sorprendentes. Un colega mío
descubrió que su paciente no tuvo absolutamente ninguna dificultad para
imaginarse la cubeta, con agua caliente, pero éste le dijo: "¿Ciertamente no
pensará usted que soy lo bastante estúpido para meter la mano en esa agua tan
caliente sin enfriarla antes?"
Si se tiene éxito, se puede hacer el intento de inducir analgesia. Como raras
veces ésta es completa en la primera sesión, es necesario hacer que el sujeto
admita cierto grado de insensibilidad relativa.
Notará que si bien su mano derecha es sensible... su mano izquierda es
cada vez más insensible.
Ahora, quiero que se imagine que está consultando a su médico porque
tiene un divieso en el dedo índice de su mano izquierda.
Le va a inyectar un analgésico local alrededor de la muñeca. . . para
bloquearle la muñeca y aliviarle el dolor. . . así.
171
Y ahora, la mano se le entumece más y más ... se le vuelve cada
vez más insensible ... y todas las sensaciones de dolor están desapareciendo
por completo.
Esa sensación opaca se le va extendiendo sobre toda la mano. . . sobre
el dorso de la mano. . . por los dedos y el pulgar. . . sobre la palma de
la mano.
La sensación se va haciendo cada vez más opaca. . . comienza a sentir
la mano como si estuviera hecha de madera.
Puedo introducir una aguja en ella... y no sentirá ningún verdadero
dolor.
Está tan adormecida e insensible. . . que no siente ningún verdadero
dolor en absoluto.
(En caso de que el sujeto diga que siente dolor, debe dársele confianza. )
Aun cuando sienta un ligero dolor. . . es menor que en la otra mano, ¿no es así?
172
Primero, se pincha el brazo bien dentro del círculo, y el sujeto no lo nota.
Luego se pincha nuevamente, bien afuera del círculo, y el sujeto se estremece.
Finalmente, se pincha con firmeza otra vez, dentro del círculo pero cerca al
perímetro, y el sujeto se vuelve a estremecer. Este experimento demuestra que
debido a que no puede ver el círculo, el sujeto no está muy seguro de dónde se
encuentra éste y, por lo tanto, no puede fijar una zona definida y exacta de la
analgesia.
Experimento 2. Se le dice al mismo sujeto que abra los ojos sin despertar
de su trance, que podrá ver con claridad pero que no despertará. Luego se le
dice que mire al círculo y que, una vez más, no podrá sentir ningún dolor
dentro del círculo.
Luego se le pincha el brazo con firmeza otra vez, dentro del círculo, pero
en esta ocasión no importa en dónde se dé el pinchazo,, incluso hasta en la
periferia del círculo. El no dará ninguna respuesta en absoluto. Cuando se le
pincha el brazo fuera del círculo, el sujeto se estremecerá, pero cuando se le
pinche dentro del círculo, sin importar qué tan cerca del perímetro, no
mostrará ninguna reacción en absoluto. Esto demuestra el hecho de que, con
los ojos abiertos el sujeto puede ahora definir el área precisa que se volvió
analgésica. Por lo tanto, esto enfatiza el hecho de que si el sujeto va a producir
la analgesia deseada, no debe tener ninguna duda respecto al lugar exacto en
donde ésta se va a producir. Los métodos para asegurar esto han sido
mencionados en la Pág. 168.
173
Experimento 4. Antes de que finalmente se despierte se le dan al sujeto las
instrucciones siguientes: "Usted podrá producir el mismo adormecimiento por
usted mismo. . . después que se despierte. Sólo durante los cinco minutos que
siguen. . . usted podrá hacer la parte de su cuerpo que desee completamente
insensible al dolor.
"Cuando desee producir adormecimiento. . . podrá hacerlo contando uno. . .
dos. . . tres.
"Cuando desee hacer desaparecer el adormecimiento y restaurar la parte a
la normalidad. . . podrá hacerlo, contando hacia atrás. . . tres. . . dos. . . uno".
La habilidad por parte de un buen sujeto para producir analgesias
autoinducidas, siempre deberá restringirse severamente, ya sea a un periodo de
tiempo limitado, o a alguna ocasión o situación específica. De aquí el lapso de
cinco minutos anterior. Nunca se debe permitir que salga con la facultad de
aliviar el dolor en sí mismo por un periodo indefinido. De lo contrario podría
enmascarar alguna condición grave, tal como una apendicitis aguda, con grave
peligro de una perforación subsecuente.
Por otra parte, se le puede decir con toda seguridad a un sujeto así que
siempre podrá producir analgesia en sí mismo siempre que tome asiento en la
silla de su dentista, pero en ningunas otras circunstancias. En este caso un
procedimiento sumamente útil es producirse anestesia completa en su dedo
índice. Luego con este dedo frotará el área deseada de su encía, y en tanto lo
hace así, el dedo regresará a lo normal y la encía se volverá totalmente
insensible. En otras palabras, la analgesia resultará transferida de su dedo a su
encía. Se ha afirmado que cuando ocurre tal transferencia, es probable que
resulte una analgesia más profunda.
El uso de la analgesia autoinducida en los partos se estudia en la Pág. 343.
Parestesias
174
CAPITULO 13
El sonambulismo
Por lo general, se considera que éste es una de las más profundas etapas de
la hipnosis, y una de las pruebas de más confianza de esta condición, es hacer
que el sujeto abra los ojos sin despertar de su trance. Podrá ver con toda
claridad, hablar y caminar en tanto continúa profundamente hipnotizado, y
continuará cumpliendo con todas las sugestiones que le haga el hipnotizador.
En ocasiones, pero no con frecuencia, el sujeto puede aparecer somnoliento en
el estado de sonambulismo; esto puede remediarse con facilidad si se le im-
parten sugestiones de viveza, con las que quedará tan despierto como en su
estado normal. En verdad, en ocasiones puede ser muy difícil distinguir
cuando un buen sonámbulo está en realidad en el estado hipnótico o no, como
lo ha indicado Estabrooks. Es posible que el único criterio por el cual pueda
juzgarse esto sea el grado hasta el cual el sujeto responda a las sugestiones.
Otras pruebas de sonambulismo se encuentran en la habilidad del sujeto para
producir alucinaciones, para cumplir con extrañas y complicadas instrucciones
posthipnóticas para establecer una mayor analgesia al dolor y para desarrollar
una amnesia completa por los eventos del estado de trance. Ya se han tratado
175
algunos de estos fenómenos, pero otros, tales como las ilusiones y las
alucinaciones, deben considerarse ahora con cierto detalle.
Desafortunadamente, bajo condiciones ordinarias, sólo el 15 o 20 por
ciento de la población es capaz de lograr trances de sonambulismo, y en los
trabajos médicos, el promedio quizá sea de una persona en cada diez.
Hablando en términos generales, puede decirse que los niños son inducidos
con más facilidad al sonambulismo que los adultos, y las personas que son
sonámbulos naturales o escritores automáticos con frecuencia resultan ser
sonámbulos en potencia. Sin embargo, con una cuidadosa preparación, estas
cifras pueden mejorarse considerablemente. Erickson ha tenido éxito en
inducir el sonambulismo en» sujetos difíciles sólo después de horas de
sugestiones continuas de sueño, pero muy pocos hipnotizadores poseen su
paciencia o la habilidad necesarias para inducir estos estados profundos en los
individuos promedio.
Ilusiones y alucinaciones
176
con tinta y sugirió a un sujeto sonámbulo que ese cerillo se volvería invisible.
Luego tomó otros veintinueve cerillos y colocó los treinta cerillos sobre la
mesa, en forma tal que el sujeto pudiera ver la marca de tinta.
Cuando se le preguntó cuántos cerillos había sobre la mesa, el sujeto
replicó 'veintinueve'. Mientras estaba vuelto de espaldas, el cerillo marcado
fue colocado de manera que no se viera la marca de tinta.
El sujeto contó una vez más los cerillos y dijo que ahora había treinta de
ellos sobre la mesa. Esto demuestra claramente que el cerillo marcado sólo
podría permanecer invisible mientras el sujeto pudiera distinguirlo de los
otros. Parece cierto que, en las alucinaciones negativas, el sujeto siempre
retiene una leve conciencia de la verdadera situación.
Por lo general, se considera que las alucinaciones negativas son quizá el
más profundo de todos los fenómenos hipnóticos y, como tales, los más
difíciles de lograr.
1. Alucinaciones positivas. Las alucinaciones de la vista por lo general se
inducen con más facilidad cuando los ojos del sujeto permanecen cerrados.
Así podrá ver con los ojos cerrados objetos o personas exactamente como las
ve en sueños. Incluso le parecerá que tiene los ojos abiertos, ya que en
nuestros sueños todos estamos inconscientes de que nuestros ojos están
cerrados. Sin embargo, debe hacerse notar que las alucinaciones de la vista y
del oído sólo es probable que ocurran cuando se han alcanzado estados de
trance muy profundos. Hablando en términos generales, se encuentra que los
sentidos del gusto y del tacto son más fácilmente influidos que los otros.
Todos los órganos de los sentidos pueden engañarse en esta forma. Un golpe
súbito sobre una mesa puede ser interpretado como el disparo de un arma de
fuego. Se puede inducir a un sujeto a que escuche música en ausencia de
cualquier estímulo externo. El agua puede representarse como puro whisky, y
su consumo irá seguido de las usuales manifestaciones de intemperancia.
Dígale que una patata cruda es una manzana y el sujeto la comerá con todas
las manifestaciones de gusto, y el amoniaco fuerte podrá ser olido con placer
si se ha presentado como Agua de Colonia. Si se le da una pelota de hule por
una cebolla, cuando el sujeto la huela se le llenarán los ojos de lágrimas.
La expresión de la cara del sujeto cuando obedece a tales sugestiones
corresponde con la que se esperaría si se hubiera empleado el verdadero
artículo, y lo completo del engaño se ve reflejado con claridad en sus
reacciones. Ningún epicúreo mostrará más deleite que el hipnotizado que se
sienta ante una comida de sus platillos favoritos.
177
Los hipnotizadores de teatro dependen de la producción de alucinaciones
como éstas para el valor de entretenimiento de sus presentaciones, pero nunca
se hará demasiado, hincapié en que las alucinaciones de esta clase, que puedan
violar la dignidad del sujeto, nunca se deberán permitir por la profesión
médica. Incluso al demostrar alucinaciones para propósitos científicos, deberá
obtenerse la aprobación del sujeto antes de hacer algún experimento, y
siempre deberá ser tratado con la misma consideración y respeto que recibiría
en el estado de vigilia. Aun cuando en ocasiones son posibles alucinaciones
leves en la hipnosis de profundidad media, se puede estar seguro de que
mientras más caprichosas y complejas sean, más profundo será el trance que
se haya logrado.
Una vez que se han alcanzado las etapas más profundas de sonambulismo,
el sujeto podrá abrir los ojos sin despertar del trance. Con el fin de probar esto,
por lo general, lo instruyo en la forma que sigue:
178
quien se confronte. La importancia de enmarcar implícitamente las
sugestiones con el máximo cuidado queda demostrado en los dos ejemplos
que siguen, los cuales producen resultados ampliamente distintos.
1. Si se le dice al sujeto: "De ahora en adelante sólo podrá verme a mí. No
podrá ver al Sr. Blank, aunque todavía esté aquí", podrá hablar con el Sr.
Blank, responder a sus preguntas e incluso palparlo. Pero no podrá verlo.
2. Si por otra parte, se le dice al sujeto: 'Una vez que despierte, el Sr.
Blank habrá desaparecido por completo. Usted no podrá ver al Sr. Blank,
escuchar al Sr. Blank o sentir al Sr. Blank, mirará directamente a la silla en la
cual está sentado el Sr. Blank y preguntará a dónde ha ido. Si el Sr. Blank le
habla, no podrá escucharlo, y si se le pide que examine la silla aún ocupada
por el Sr. Blank, sentirá que algo está ahí, pero no podrá interpretarlo
correctamente y es probable que sugiera que el Sr. Blank dejó su abrigo sobre
la silla.
Si se mantiene una pluma fuente ante los ojos del sujeto, éste la reconocerá,
pero si se le entrega la pluma al Sr. Blank, puede suceder una de dos cosas, de
acuerdo con la interpretación que haga. Si considera que cuando el Sr. Blank
la está sosteniendo, se ha convertido en su propiedad y, por consecuencia, en
parte de él, entonces la pluma se desvanecerá por completo. Pero si interpreta
que la pluma pertenece a algún otro, le parecerá que la pluma flota sin ningún
apoyo en el aire. En este experimento en particular quedan afectados
simultáneamente los sentidos de la vista, el oído y el tacto.
Por interesantes que parezcan ser, las alucinaciones no son sólo de interés
académico, ya que en ocasiones tienen aplicaciones terapéuticas. El mirar
fijamente a una esfera de cristal o a un espejo bajo hipnosis ambas son formas
de alucinaciones visuales. Si se dan instrucciones de que se observe fijamente
a una bola de cristal o a un espejo, el sujeto mirará y describirá escenas
originadas en sus propios conflictos inconscientes y en sus alteraciones
emocionales. Esta técnica suele emplearse en el hipnoanálisis.
179
siempre fácil producir alucinaciones de personas o cosas en estas condiciones.
Wolberg ha descrito dos técnicas excelentes para alcanzar estos resultados.
1. El hipnotizador dice al sujeto que va a tomar una botella pequeña y que
se imagine que está haciendo eso. Sentirá curiosidad por saber qué es lo que
está en la botella y observará una flor en la etiqueta. Se dará cuenta que la
botella contiene perfume y se imaginará una flor. En tanto lo hace, olerá el
perfume. El hipnotizador coloca entonces la botella bajo la nariz del sujeto,
en tanto al mismo tiempo quita el corcho a una botella verdadera para producir
el sonido necesario. Luego se le dice al sujeto que tan pronto como huela el
perfume levante la mano. Este experimento se hace con los ojos cerrados del
sujeto, y cuando tiene éxito produce una alucinación positiva en el olfato.
2. A continuación el hipnotizador enseña al sujeto la forma en que puede
abrir los ojos sin despertar, dándole las instrucciones siguientes:
Quiero que se imagine que estoy sosteniendo una botella de agua delante
de sus ojos.
Notará que es incolora. . . pero a medida que la observe. . . poco a poco
se volverá cada vez más rosada. . . y que está cambiando a un color
rojizo.
Tan pronto como observe que cambia de color. . . por favor levante la
mano.
(Tan pronto como se levanta la mano del sujeto, se continúan las sugestiones.)
Aun cuando todavía está profundamente dormido, usted podrá abrir los
ojos sin despertar.
Sus ojos se abrirán lentamente. . . pero usted no despertará de este sueño
tan profundo.
Las cosas pueden parecer borrosas al principio. . . pero poco a poco se
irán haciendo completamente claras... y usted seguirá muy profundamente,
muy profundamente dormido. . . aun cuando sus ojos estén completamente
abiertos. Usted seguirá dormido con los ojos abiertos. . . hasta que le diga
que los cierre otra vez.
Podrá ponerse de pie... o caminar... igual que una persona camina
cuando está dormida. Verá todo lo que yo le señale.
Cuando abra los ojos. . . notará que estoy sosteniendo una botella ante
sus ojos con un líquido claro.
A medida que la observa. . . verá que el color del líquido poco a poco
se va volviendo cada vez más rosado . . hasta que se convierte en
completamente rojo... como sucedió cuando sus ojos estaban cerrados.
180
Tan pronto como observe que cambia el color. . . por favor levante
la mano.
Ahora abra poco a poco los ojos. . . muy despacio. . . abra los ojos.
No importa si las cosas parecen borrosas al principio. . . cuando mire
hacia la botella. . . poco a poco se irán aclarando. . . y verá cómo cambia
el color. . . primero a rosado. . . luego a rojo.
Abra los ojos lentamente. . . cada vez más abiertos.
A medida que el sujeto haga eso, se sostiene frente a sus ojos una botella
con agua, la cual observa hasta que note que cambia el color y levanta la
mano. Una vez que ha sucedido esto, se le puede decir que mire hacia la mesa,
en donde notará un candelero con una vela encendida. Se le dice que vaya a la
mesa y que apague la vela. Esta sugestión se repite varias veces.
Cuando el sujeto es capaz de alucinarse bien con los ojos cerrados, pero
tiene dificultad en hacerlo con los ojos abiertos, Weitzenhoffer sugiere que se
imagine un objeto sencillo, tal como una tarjeta roja. Cuando dan a entender
que pueden ver ésta con claridad, se les dice que cuando abran los ojos
permanecerán profundamente hipnotizados, pero que todavía podrán ver la
tarjeta roja cuando abran los ojos.
181
2. Se le dice al sujeto profundamente hipnotizado que en ese momento
abrirá los ojos y podrá ver con toda claridad, sin despertar de su trance. Un
minuto después que haya abierto los ojos, escuchará un ruido parecido al
maullido de un gato, y observará a su alrededor para averiguar su procedencia.
Entonces verá a un gato caminando alrededor de la silla, y se inclinará, lo
alzará y lo acariciará. Entonces se le dice que abra los ojos sin despertar, y
dentro del tiempo límite prescrito, obedecerá esas instrucciones en una forma
sumamente convincente.
Este experimento demuestra las alucinaciones del oído, de la vista y del tacto.
Sin embargo, antes de emprenderlo, siempre es conveniente cerciorarse que al
sujeto no le disgusten los gatos ni sea alérgico a ellos. Si es amante de los
perros, puede sustituirse la sugestión por la de un perrillo ladrando.
3. Una vez más, se le dice al sujeto hipnotizado que en ese momento podrá
abrir los ojos sin despertar. También se le dice que, cuando tenga los ojos
abiertos, un cenicero, que se encontraba en la mesa, habrá desaparecido por
completo y que no podrá verlo. Una vez que haya abierto los ojos, se le indica
que pase el cenicero, el cual se encuentra sobre la mesa a la vista de todos. El
sujeto revisará cuidadosamente la mesa sin descubrir ningún cenicero en ella.
A continuación se coloca un paquete de cigarrillos sobre el cenicero y, para
completo asombro del sujeto, éste aparecerá que está flotando en el aire sin
nada que lo sostenga, justo arriba de la mesa.
Este experimento demuestra una alucinación negativa de la vista. Con un
buen sonámbulo, tanto esta demostración como la anterior se pueden ejecutar
todavía con más efectividad en el estado de vigilia, como resultado de una
sugestión posthipnótica.
4. Se requiere un paquete de naipes nuevos, en los cuales no pueden
descubrirse en su reverso ninguna característica externa que distinga unos de
otros. Se elige un naipe, tomando nota del anverso de él, y sólo se muestra el
reverso al sujeto profundamente hipnotizado, cuyos ojos están abiertos. Se le
dice que verá una cruz negra que aparecerá al reverso del naipe elegido, y que
debe levantar la mano tan pronto como la vea. Se le dice que la estudie con
cuidado, para que la pueda reconocer con facilidad. Después se mezcla ese
naipe entre otros veinte del resto del paquete y se le presentan al sujeto por el
reverso. Se le pide entonces que saque el naipe que tiene la cruz. Es útil
agregar que como es el único que la tiene, no tendrá ninguna dificultad para
distinguirlo entre los demás. Por lo general, podrá hacer esto con todo éxito.
182
Incluso si se emplea todo el paquete, rara vez falla este experimento. La
limitación a unas cuantas cartas sólo evita su prolongación indebida.
Se supone que el experimento demuestra cierta hiperestesia de la visión, ya
que si se revisa cuidadosamente el reverso de los naipes (incluso de los
nuevos) con una lente, se pueden descubrir leves diferencias y defectos en el
diseño, que son casi invisibles a simple vista. El sujeto hipnotizado puede
observarlas con toda facilidad cuando estudia la carta elegida, y cuando las
identifica nuevamente, estos puntos de diferencia quedan tan íntimamente
asociados con la imagen sugerida que invariablemente los recuerda. He
ejecutado muchas veces con éxito este experimento sugiriendo que la carta
será identificada por un olor familiar, tal como el amoniaco o la pintura, en
vez de una imagen visual. El hecho de que en este caso se emplee el mismo
método de identificación está demostrado por el hecho de que cuando se le
vendan los ojos al sujeto, la tarea se hace imposible.
Memoria
Esta determina todas las demás actividades psíquicas, ya que todas las más
elevadas funciones mentales dependen de la memoria, la que esencialmente
consiste de cuatro importantes factores:
183
1. Lo que se dijo en el momento en que fue asimilada por ella.
2. Lo que se dijo en el momento en que fue retenido en ella.
3. La memoria puede recordar y reproducir exactamente lo que se dijo.
4. Puede situarlo en la exacta posición en el tiempo recordando su
relación con otros eventos, como el de estar en la escuela.
Existen también otros tres factores de los cuales dependen finalmente las
facultades de retención y recuerdo: primero, mientras más poderosa o
dramáticamente nos impresione un evento o idea en ese momento, es más
probable que sea recordada; segundo, mientras con más frecuencia se repita
una experiencia, será recordada con más facilidad; tercero, mientras más
distante esté en el tiempo dicha experiencia, más difícil será recordarla.
En un principio siempre se pensó que el sujeto siempre olvidaba, al
despertar, todo lo que había sucedido durante el trance, pero ciertamente esto
no es lo correcto. En las etapas más ligeras del trance, por lo general no se
afecta la memoria. Durante el trance, el sujeto recordará todo de lo que estaba
consciente en la vida diaria, y cuando éste haya terminado, recordará con
precisión todo lo que le haya ocurrido durante su hipnosis. Sin embargo, en
los estados hipnóticos más profundos, es algo por completo distinto. Con
frecuencia existe una amnesia total al despertar, y el sujeto queda sorprendido
de saber lo que en realidad ha estado haciendo durante el trance. Pero no debe
suponerse que éste sea necesariamente el caso, ya que ciertos individuos que
logran con facilidad trances profundos pueden todavía recordar
espontáneamente todo lo que ha ocurrido durante el trance. Y en otros casos,
la mera asociación de ideas bastará para restaurar los recuerdos perdidos. Moll
cita el ejemplo que sigue:
'Sugiero que el hipnotizado está en un concierto. Escucha varios
fragmentos musicales entre los cuales está la obertura de Martha. Se dirige al
bar, bebe una cerveza y habla con personas imaginarias. Al despertar no puede
recordar nada de esto. Le pregunto si conoce la opera Martha. Esta sola
palabra bastará para que recuerde casi todos los eventos de la hipnosis'.
Bernheim llegó hasta afirmar que podría recuperarse la memoria en todos
los casos por medio de una fuerte y persistente sugestión en el estado de
vigilia posterior. Por cierto, fue uno de sus experimentos para ilustrar esto lo
que hizo que Freud desarrollara la técnica del psicoanálisis (Cap. 22). La
amnesia se discute con más amplitud en la Pág. 192.
184
Es un hecho bien conocido que los sucesos que han sido olvidados por
completo, y que por consecuencia son inaccesibles en el estado de vigilia,
pueden ser recordados durante la hipnosis. A este notable fenómeno se le
llama hipermnesia, y es lo opuesto a la amnesia. Ninguna de las experiencias
de la vida se pierde por completo. Todas son percibidas en el consciente y
registradas en la mente. Sin embargo, la mayoría de ellas son triviales. Puesto
que sería imposible retener todo, son desechadas y se convierten en temas para
no recordarlos. Por otra parte, los eventos más significativos, cargados de
emoción, agradables o desagradables, por lo general, pueden recordarse a
voluntad, o mediante asociación de ideas. Incluso así, si estos recuerdos están
asociados con experiencias tan humillantes y penosas, que su restauración a la
conciencia originará mucha ansiedad, será imposible revivirlos. No obstante,
la hipnosis todavía es capaz de eliminar las inhibiciones y represiones que las
apartan de la conciencia. Este objetivo suele alcanzarse en un estado de trance
profundo empleando la técnica conocida como regresión de edad, que en sí, es
un fenómeno fascinante.
Regresión de edad
185
sucedido a él en esa época de su vida, pero siempre olvidará por completo
todo lo que siguió. Incluso puede desconocer al mismo hipnotizador, a quien
es natural que no haya conocido todavía y quien, en consecuencia, tendrá que
identificarse con alguien con quien el sujeto haya estado familiarizado en esa
edad en particular.
2. En el segundo tipo, el sujeto no logra nunca regresar a una etapa
anterior de desarrollo, pero se comporta en la forma exacta en que él imagina
que un niño de esa edad se comportaría. A pesar de esto, el sujeto hipnotizado
siempre podrá simular los patrones antiguos de conducta con mucha más
precisión que un sujeto en estado de vigilia, y aún podrá recordar, en el nivel a
que ha regresado, cosas fuera del recuerdo consciente en su vida adulta. Todo
esto puede suceder sin ninguna amnesia posterior para el trance.
En la verdadera regresión del primer tipo (que en ocasiones se designa como
revivificación}, la escritura inmadura cambiada se encontrará que con
frecuencia corresponde estrechamente a la de los antiguos libros de ese
periodo en particular. Más aún, la forma en que se ejecuta, llevará en
ocasiones mayor convicción.
Puedo recordar el caso de un individuo, de 42 años de edad, a quien regresé
con mucha facilidad a la edad de 5 años. Cuando le pedí que escribiera su
nombre, inmediatamente principió a hacerlo en la forma laboriosa de un niño.
En las edades de 10 y 15 años, colocó el lápiz sobre el papel tan pronto se le
dijo que escribiera, pero a la edad de 20, hizo una pausa y hundió
cuidadosamente el lápiz en un cenicero antes de principiar a escribir. De los
25 años en adelante, una vez más principió a escribir de inmediato sin prelimi-
nares de ninguna especie. Teniendo curiosidad acerca de esto, lo interrogué y
descubrí que, hasta la edad de 18, siempre había estado acostumbrado a
escribir con lápiz o pluma fuente. Entre las edades de 18 y 23, había estado
empleado como oficinista y había sido obligado a escribir con pluma y tinta,
estando prohibido el uso de plumas fuente. Pero después que cambió de
trabajo a la edad de 23, volvió una vez más a sus antiguas costumbres.
En ocasiones, los recuerdos revividos del sujeto regresado se pueden
comprobar. Se ha informado que cuando un sujeto adulto regresó a su séptimo
aniversario, se le preguntó qué día de la semana era, y replicó "viernes", sin el
menor titubeo; una investigación posterior comprobó que esto era verdad. Esto
es una hazaña de la memoria que creo que pocos de nosotros podríamos lograr
en estado de vigilia.
186
En 1933, Platonov informó que había regresado a cierto número de sujetos
a las edades de 4, 6 y 10 años. Luego los sujetó a test de inteligencia y
encontró que cada uno de los sujetos, a la edad sugerida, no podía pasar los
test que se encontraban más allá de la edad correspondiente, de acuerdo con la
escala de Binet-Simon. También observó que su conducta correspondía
exactamente a la que se podría esperar en cada edad en particular. Por otra
parte, Young regresó a catorce sujetos a su tercer aniversario encontrando, sin
embargo, que los tests de inteligencia revelaban una edad mental promedio de
seis años. También afirmó que siete sujetos no hipnotizados podían simular la
conducta de un niño de tres años con más exactitud que los sujetos
hipnotizados. Considera que se estaba desempeñando un papel y que la
regresión hipnótica era un artificio.
Sea como fuere, es un hecho indiscutible que una regresión hipnótica suele
tener éxito en descubrir conflictos mentales y emocionales inconscientes que
fundamentan padecimientos neuróticos y que, por lo tanto, desempeña una
parte importante como técnica en la psicoterapia analítica. Sin embargo,
incluso en este campo en ocasiones no resulta práctica. Tuve una paciente, una
sonámbula excelente con amnesia completa, de quien tenía razones para creer
que había sufrido una experiencia emocional en extremo penosa, de naturaleza
sexual a la edad de 7 años. Podía regresar con facilidad a la edad de 8 años y a
la edad de 6 años, pero nada podía inducirla a regresar a la edad de 7. Podría
agregar que estos dolorosos recuerdos fueron posteriormente recuperados bajo
una abreacción con amilobarbitona sódica intravenosa.
187
No importa la técnica que se emplee, es necesario que el hipnotizador
encaje en el patrón regresivo. Es obvio que si se regresa al sujeto a un periodo
de su vida anterior a cuando haya conocido al hipnotizador por lo que toca al
sujeto, éste ni siquiera existía. Es cierto que suele presentarse esta situación,
pero raras veces, ya que en la mayoría de los casos el sujeto continúa
aceptando al hipnotizador como a tal, o lo coloca en forma espontánea en la
situación regresiva. Sin embargo, habría el verdadero peligro de perder con-
tacto si deja de hacerlo. En consecuencia, es prudente que el hipnotizador
incluya en sus instrucciones al sujeto la sugestión de que él quedará
identificado con alguien a quien el sujeto conoció bien en esa época de su vida
en particular.
Una vez que ha terminado la fase específica de la regresión, se deberá decir
al sujeto que duerma otra vez profundamente antes que se intente una
regresión mayor o antes que sea regresado a su edad normal. Weitzenhoffer
aconseja que debe condicionarse previamente al sujeto a dos señales no
verbales, una para producir una hipnosis instantánea, y la otra para hacer que
el sujeto regrese al presente. En el caso de que se pierda el contacto verbal,
estas señales capacitarán al hipnotizador para retener el control de la situación.
Al intentar por primera vez la regresión, por lo general empleo una técnica
relativamente sencilla y sin complicaciones:
188
originalmente fue descrito por Erickson. Consiste en una mezcla de
desorientación y reorientación. Lenta, pero completamente, el sujeto es
desorientado tanto en el tiempo como en el lugar. Primero se produce un
estado general de confusión sugiriendo al sujeto que encuentra cada vez más
difícil recordar qué día de la semana es, qué fecha es, qué mes es y qué año es.
Se le sugiere que poco a poco estará cada vez más confuso, y que cuando esto
ocurra, se está reorientando lentamente a la edad en particular que se requiere.
Aunque es necesario que la regresión de edad deba ser plenamente descrita
y demostrada al enseñar la hipnosis, nunca deberá emplearse para
experimentación ociosa. Siempre existe el riesgo de regresar inadvertidamente
al sujeto a una edad en la cual haya sufrido alguna experiencia emocional
traumática en cuyo caso las reacciones podrían ser graves y difíciles de
manejar. Por esta sola razón, creo que la técnica de la regresión de edad esté
por lo general mejor restringida a quienes posean experiencia psiquiátrica o de
psicología clínica, e incluso para propósitos de tratamiento es mejor que sea
evitada por los practicantes de medicina general u odontología.
Actividad mental
189
menos que se le dieran instrucciones en contrario. Este rapport podía
transferirse con facilidad a otra persona, en cuyo caso el hipnotizador perdería
contacto con el sujeto. También se creía que el sujeto sólo podría ser
despertado por el individuo con quien estaba en rapport.
Aun cuando en ocasiones sí se presenta este rapport tan completo, con más
frecuencia está presente en un grado menor. Sin embargo, es un error
considerar al rapport como siendo sólo un producto de la sugestión. Es mucho
más que eso. Erickson hace notar que nunca se puede estar seguro de lo que en
realidad incluye, y cree que expresa la actitud del sujeto respecto a lo que lo
rodea y es muy definidamente un fenómeno de la hipnosis. Esencialmente, el
rapport parece ser una especie de simpatía mental que se desarrolla
gradualmente mediante la repetición hasta llegar a un estado de credulidad y
confianza exageradas de parte del sujeto, lo cual suele conducir a una forma
de vínculo emocional entre el sujeto y el hipnotizador.
Ya hemos visto que estas condiciones principian a existir antes que se
intente la inducción del trance. Por cierto, la inducción sólo tendrá
probabilidades de tener éxito cuando el hipnotizador haya convencido
primeramente al sujeto de que debe confiar implícitamente en él y que todo lo
que diga se debe creer y tener confianza en ello. Sólo en esta forma, las
ansiedades relacionadas con el trance, pueden reducirse a un mero mínimo.
Pero no se debe pensar que el rapport consiste nada más que en este
acercamiento inicial, fortalecido por diversas técnicas de profundización, que
dan como resultado un aumento en la confianza y credulidad del sujeto. El
trabajo de Freud y la escuela psicoanalítica han demostrado que existe algo
mucho más fundamental. Consideran que el rapport entre el sujeto y el
hipnotizador se parece a una relación de padre a hijo. Este es un fenómeno que
ocurre con regularidad en el psicoanálisis, y es un estado en el cual el sujeto
regresa inconscientemente y adopta la actitud de un hijo hacia su padre, con
toda su confianza exagerada, su credulidad, su afecto y la aceptación de su
autoridad. En este respecto, puede decirse que se asemeja a la transferencia de
situación que existe en la mayoría de las relaciones entre médicos y pacientes,
siendo la diferencia sólo de grado. En la hipnosis, esta regresión es mucho
más completa y da como resultado una disminución de la habilidad del sujeto
para evaluar críticamente la situación que se ha creado.
El hecho de que el rapport pueda ser transferido o compartido con otra
persona, si así lo desea el hipnotizador, suele tener importancia en el campo de
190
la terapéutica. Esto se aplica en particular a la obstetricia, ya que si el
hipnotizador no pudiera atender a la hospitalizada, la paciente podría ponerse
en rapport con el ginecólogo o la partera, y luego seguir sus instrucciones
como si éstas fueran dadas por el hipnotizador.
191
el Grande, de inmediato caminó con una muleta con su bien conocido paso,
pero no sabía nada de ferrocarriles.
Si durante la hipnosis se sugieren varias personalidades distintas, cada
cambio sucesivo irá acompañado de la pérdida de memoria de la que le
precedió. Un sujeto hipnotizado no pudo recordar, como Napoleón, lo que
había hecho como Federico el Grande. Estos cambios de personalidad en los
sujetos hipnóticos suelen ser comparados con las representaciones de los
actores, pero pocos actores parecieron identificarse en forma tan completa con
una personalidad como lo hacen los hipnotizadores. Esto se debe a que el
sujeto hipnotizado no está distraído en ninguna forma por las percepciones
sensoriales, en tanto que el actor no puede evitar ser afectado por ellas en
algún grado.
Las emociones
Amnesia posthipnótica
192
incluso profundos y, cuando se presenta, la amnesia resultante sólo es parcial.
Por cierto, se puede decir que la amnesia posthipnótica completa sólo es
probable que se encuentre en los estados hipnóticos más profundos.
Aun cuando puede no ser observada ninguna amnesia en las primeras
sesiones, todavía puede presentarse en alguna ocasión posterior. En ocasiones
es espontánea y ocurre en ausencia de cualesquier sugestiones del
hipnotizador. Otras veces, puede ser inducida por sugestión directa a este
efecto. Cuando aparece, siempre quiere decir que ha ocurrido cierto grado de
disociación. Los eventos del estado de trance son olvidados, y la amnesia
parece asemejarse a la de los sueños en el sueño normal. Incluso no es
probable que un buen sujeto desarrolle amnesia si se le dan instrucciones de
que recuerde lo que ha ocurrido durante su trance.
La amnesia sólo se presentará si el sujeto no tiene objeción a ella,
consciente o inconsciente. He encontrado con frecuencia que si bien el sujeto
está muy bien dispuesto y ansioso de que le induzca amnesia, no podrá
desarrollarla, no importa la técnica que se emplee. Investigaciones posteriores
por lo general revelan el hecho de que su memoria es vitalmente importante
para él en su trabajo y, a pesar de las afirmaciones en contra, tiene el temor
inconsciente de que si permite que se manipule con su memoria en cualquier
forma, existe el riesgo de que ésta podría también ser afectada en su vida
diaria. Durante muchos años, las observaciones como ésta me han llevado a la
conclusión de que, excepto en las formas más profundas de sonambulismo,
mientras más importante sea la memoria para el sujeto en su ocupación, es
más difícil que exista la probabilidad de la inducción de la amnesia con éxito.
He tenido varios sujetos de este tipo quienes pueden no sólo abrir los ojos y
permanecer profundamente hipnotizados sino que también pueden tener aluci-
naciones negativas y que, sin embargo, eran completamente incapaces de
desarrollar amnesia, incluso después de lentos y laboriosos esfuerzos para
intentarla.
Otro obstáculo inconsciente que es difícil de vencer se presenta cuando la
personalidad del sujeto es tal que cree que debe mantener, a toda costa, cierto
grado de control. Aun cuando pueda entrar en un estado de trance profundo,
recordará todo lo que haya ocurrido, o por lo menos lo suficiente para
satisfacer sus necesidades. En ocasiones esto puede contrarrestarse diciéndole
que recordará uno o dos de los incidentes más triviales, pero olvidará todo lo
demás. En conjunto, creo que se puede decir que si el sujeto desea recordar
193
algo, es casi cierto que lo recordará. La amnesia es más completa
inmediatamente después que ha terminado el estado de trance, pero en
ocasiones principia a desaparecer horas, días o semanas después. En este caso,
es probable que entren a la mente del sujeto nuevas asociaciones que tiendan a
restaurar su memoria. Cuando se puede inducir la amnesia completa en un
sujeto sonámbulo, con frecuencia podrá hacerse que olvide ciertos aspectos de
su vida normal. Incluso se le puede decir que no recordará el haber sido
hipnotizado y que, en consecuencia, negará que haya sucedido cualquier cosa.
La amnesia completa es una valiosa adquisición cuando puede lograrse.
Convence al sujeto firmemente de que en realidad ha sido hipnotizado y
asegura la inducción de un trance profundo en ocasiones futuras. La amnesia
parece que siempre fortalece el efecto de la sugestión posthipnótica y es
sumamente útil desde el punto de vista terapéutico, ya que puesto que el
paciente no recordará nada de lo que se ha dicho, no podrá criticar las
sugestiones que se le han hecho durante el trance. En consecuencia, éstas
surtirán efecto con más rapidez y más fuerza. Aun cuando los eventos del
trance se hayan olvidado cuando ocurre amnesia completa, por lo general
pueden recordarse en estados de trance posteriores, a menos que se hayan
dado instrucciones en contrario.
194
Después que usted despierte... no podrá recordar nada de lo que se ha
dicho... o se ha hecho... durante este profundo sueño.
Mientras menos recuerde lo que le digo durante este sueño. . . este tratamiento
actuará con más rapidez y con más fuerza. . . de manera que
usted no deseará recordar nada. . . después que despierte.
He encontrado que las amnesias producidas por este método rara vez son
195
completas al principio, pero en ocasiones pueden volverse totales mediante la
constante repetición durante un número de sesiones.
Ya hemos señalado el hecho de que tanto la hipnosis en sí, como la pérdida
de la memoria, parecen amenazar la tranquilidad mental de ciertos sujetos. En
casos así, Wolberg sugiere al sujeto que recordará algún evento trivial del
trance, pero que desarrollará amnesia por el resto de éste. Esto disipa los
temores del sujeto de perder el control por completo. En caso de que esto falle
y el sujeto recuerde todo, Wolberg procede en la forma que sigue en el
transcurso de la próxima sesión de trance:
3. Se le dice al sujeto que se imagine que se encuentra en su hogar,
dormido. Que entonces tendrá un corto sueño, después del cual abrirá los ojos
y despertará con un sobresalto. Sentirá que acaba de despertar de un sueño
profundo. Recordará vívidamente el sueño, pero apenas lo acabe de describir,
sólo tendrá un vago recuerdo de los demás eventos del trance, e incluso puede
olvidar algunos de ellos cuando se le pregunte.
4. Si se logra una amnesia parcial como resultado de estas sugestiones, se
continúan en el trance siguiente, y se le dice al sujeto:
Olvidar es un proceso perfectamente normal. . . es fácil olvidar si desvía
su atención a otras cosas.
En la última ocasión, usted olvidó ciertas cosas que sucedieron mientras
estaba dormido.
Ahora es probable que olvide muchas más. . . posiblemente todo lo que
suceda durante el trance.
196
Quiero que se imagine que puede ver un pizarrón ... y que estoy colocado
frente a él con un gis en la mano.
Sólo imagínese ese pizarrón. . . y tan pronto como pueda verlo con toda
claridad... levante la mano por favor.
197
PARAMNESIAS
198
CAPITULO 14
La sugestión posthipnótica
199
características más notables de la sugestión posthipnótica es el hecho de qué
se cumple precisamente en las mismas condiciones. Molí también llama la
atención sobre el hecho de que no es la orden posthipnótica en sí —no lo que
en realidad se ha dicho al sujeto en el momento— sino la idea de obedecer la
orden lo que se hace consciente en el momento indicado. Por ejemplo, si se
sugiere al sujeto hipnotizado que pedirá una manzana media hora después que
despierte, es seguro que así lo hará. Pero no es el hecho de que se le haya
dicho que pida una manzana lo que le ocurrirá a él en el momento apropiado.
Lo que se presentará en su mente consciente, será la idea de que le gustaría
una manzana y que es bueno que pida una. Incluso en la vida normal, los
eventos ordinarios en ocasiones pueden producir ideas similares mediante la
sugestión. El paciente saludable con frecuencia es convencido de que está
padeciendo una enfermedad del corazón, como resultado de haber escuchado
una conversación ocasional acerca de una enfermedad cardiaca grave.
Es notable el grado hasta el cual se obedecen las instrucciones
posthipnóticas en el momento adecuado. Estas se pueden ordenar en dos
formas: (1) por medio de una señal externa concreta tal como una dada por el
hipnotizador, o cuando el reloj dé una hora. (2) Fijando un periodo abstracto
—después de tantos minutos, horas o días—. En este último caso, la exactitud
es menos precisa que en el primero, aun cuando generalmente ocurrirá una
aproximación muy cercana.
El primero de estos métodos no implica ningún nuevo fenómeno mental en
absoluto, ya que en la vida práctica, cuando el reloj da la hora recordamos que
deseamos hacer algo en ese momento en particular y procedemos de
inmediato a hacerlo. Con mucha frecuencia ha deseado escribir una carta al
día siguiente y ha atado un nudo en su pañuelo para recordarlo. El nudo y la
carta quedan tan íntimamente relacionados en su consciente que, aun cuando
haya olvidado por completo lo que intentaba hacer, al observar el nudo al día
siguiente la idea de escribir la carta cambia de la mente inconsciente otra vez
al consciente.
Los ejemplos que siguen ilustran las diversas clases de señales
predeterminadas usadas en la sugestión posthipnótica:
200
Esta es una señal visual predeterminada, sugerida por el hipnotizador.
3. 'Diez minutos después que despierte. . . se inclinará y se quitará el
zapato de la derecha'.
En este caso se ha fijado un periodo de tiempo —diez minutos—. Sin
embargo, la especificación del tiempo en esta forma, quizá no siempre tenga
éxito, ya que en algunos sujetos la estimación del tiempo puede ser más
deficiente que en otros, o incluso pueden llegar a interesarse tanto en lo que
está sucediendo que tienden a perder la noción del tiempo. Pero incluso
cuando ha transcurrido el intervalo especificado y el sujeto no dé señales de
obedecer la instrucción, esto no necesariamente quiere decir que la sugestión
haya fallado. En verdad, es más que probable que si en la conversación
general se hace alguna indicación casual acerca de los zapatos del sujeto,
quizá se sienta inquieto, mire a sus pies y por lo general terminará por quitarse
el zapato.
Aun cuando una de las características más distintivas del acto
posthipnótico es su naturaleza compulsiva, ciertamente esto no significa que
en ocasiones no pueda ser resistida. Pero incluso cuando no existe amnesia y
el sujeto recuerde la orden que se le haya dado, todavía tendrá que hacer un
esfuerzo tremendo para resistir, y por lo general concluirá por obedecer la
sugestión, después de un intervalo de tiempo más o menos grande.
Suponiendo que durante la hipnosis se haya dicho al sujeto que, cinco
minutos después de que despierte, tomará un libro del librero y lo colocará
sobre el escritorio. Recordará esto cuando despierte y puede decidir que no va
a hacerlo. En consecuencia, cuando hayan expirado los cinco minutos, no
sucederá nada. Pero a medida que transcurra el tiempo el sujeto estará
gradualmente más intranquilo e incómodo. Se ha suscitado un conflicto
mental. Por una parte, cree que debe tomar ese libro según se le ordenó y por
la otra, cree que no necesita hacerlo porque no desea hacerlo. Ahora, cualquier
conflicto de esta naturaleza invariablemente causa ansiedad y, después de
prolongar con éxito esta resistencia por algún tiempo considerable, las
probabilidades son de que el sujeto cumpla al fin con la sugestión, aunque sólo
sea para obtener tranquilidad mental.
Este importante hecho deberá ser siempre tomado en cuenta cuando se
hagan demostraciones o se intente la sugestión posthipnótica, ya que nunca se
debe permitir que un sujeto abandone el consultorio sin que haya cumplido
con cualquier sugestión que se le haya hecho. En forma alternativa, si no la
cumple debe volverse a hipnotizar para cancelar la sugestión del caso, antes
que se le permita que se retire.
201
Las sugestiones posthipnóticas de una índole razonable, que estén de
acuerdo con la personalidad del sujeto, por lo general serán cumplidas con
toda facilidad. Pero las sugestiones desconsideradas, ridículas e impropias,
que repugnen al sujeto, con frecuencia dejarán de ser obedecidas, a pesar del
hecho de que se trata de un sonámbulo. Existen varias formas en las que puede
evitar cumplir con tales sugestiones. Puede despertar en forma espontánea.
Puede cambiar del sueño hipnótico al sueño ordinario, puede ponerse histérico
y sufrir un ataque, o puede presentar tan graves señales de ansiedad creciente
y agitación nerviosa, que el hipnotizador no tendrá otra alternativa que la de
despertarlo, después de cancelar la orden ofensiva. Sin embargo, bajo tales
circunstancias, el hipnotizador está presente y puede aplicar medidas
inmediatas para contrarrestar la sugestión o reemplazarla con una que sea más
aceptable. No siempre es la verdadera sugestión que se hace, sino la forma en
que el sujeto la interprete, lo que determina la manera en que responda y si la
encuentra aceptable o no.
La cuestión de la interpretación es de la máxima importancia posible. Las
sugestiones que deban cumplirse posthipnóticamente siempre deben ser
formuladas con mucho cuidado y precisión, no sólo para asegurarse de que su
significado será plenamente comprendido por el sujeto, sino también para
evitar el más leve riesgo de ambigüedad y la posibilidad de una falsa
interpretación. No siempre es fácil prever que ocurra esto último, ya que con
frecuencia nuestras intenciones suelen parecer tan claras para nosotros que
estamos demasiado dispuestos a suponer que son igual de claras para el sujeto.
Esto no siempre es el caso, como lo demostrará el ejemplo que sigue:
Durante la última guerra, tuve un paciente que era miembro del
Destacamento de la Cruz Roja Británica. Era un individuo ya cerca de los 40
años, educado en forma estricta, muy religioso y que nunca, en su vida había
usado un lenguaje obsceno. Padecía una aguda falta de confianza en sí mismo
y temía a una de las pruebas para ser ascendido a un puesto en el cual tenía
que mandar a un pelotón en el servicio de camillas. Era un sonámbulo
magnífico con amnesia completa, y le hice sugestiones posthipnóticas respecto
a que en el momento en que estuviera al frente de su pelotón, desaparecería
todo vestigio de nerviosismo y que podría dar las órdenes y conducir a sus
hombres exactamente como un sargento mayor del ejército. Durante las
pruebas reales, para gran embarazo mío, procedió a dirigirse a su pelotón en
los siguientes términos: ‘Pelotón, ¡atención! Como si en realidad lo fueran.
202
¡Despierten! ¡Piojosos barrigones tales por cuales!'
Es obvio que su propia interpretación literal de mi instrucción varió mucho
de mi propia intención inocente de que debería conducir a su pelotón 'con la
confianza de un sargento mayor del ejército'. La formulación descuidada fue
totalmente responsable de este desafortunado -y embarazoso incidente, que
tuvo lugar ante un gran número de espectadores. Esta necesidad de formular
las instrucciones de uno con claridad y sin ambigüedades es igualmente
importante en todas las etapas de la hipnosis, pues nunca debe olvidarse que el
sujeto hipnotizado tiende a tomar todo en forma literal, en ocasiones con
resultados sorprendentes e inesperados.
A veces, sólo se obedecerá a una sugestión posthipnótica si se le ha dado al
sujeto una razón lógica para el acto sugerido.
Si le digo a un sujeto que tome un vaso de agua y lo arroje sobre mi
escritorio, bien puede abstenerse de hacerlo, pero si primero le sugiero que mi
escritorio se está incendiando, obedecerá sin el menor titubeo. En forma
similar, si le digo que robe su pluma fuente al Dr. Blank cuando éste esté
distraído, ciertamente que no lo hará. Pero si le digo que en realidad es mi
pluma fuente la que el Dr. Blank se ha echado al bolsillo, y que la única forma
de recuperar mi propiedad es que él la robe y me la regrese, es probable que
cumpla.
En determinados casos, sugestiones al parecer inofensivas pueden despertar
la ansiedad suficiente para impedir su ejecución, debido a una asociación con
los conflictos inconscientes del propio sujeto. Por esta razón siempre debe
observar cuidadosamente las reacciones del sujeto, de manera que
cualesquiera de tales sugestiones pueda volverse a formular de manera distinta
o cancelarse, si parece que despierta inquietud o ansiedad. Esto puede ser de
importancia, pues si tales sugestiones son posthipnóticas y el sujeto no se da
cuenta de todas sus implicaciones por el momento, es muy fácil que se
produzcan graves alteraciones psicológicas.
La fraseología de las sugestiones posthipnóticas también puede determinar
si serán o no obedecidas. Si la redacción o la forma de decir tales sugestiones
denuncia la más ligera falta de confianza de parte del hipnotizador respecto a
que sean obedecidas, el sujeto descubrirá ésta de inmediato y estará mejor
dispuesto a resistir. Sin embargo, si la sugestión le transfiere la creencia y la
convicción de que se espera que obedezca, es mucho más probable que así lo
haga.
203
El efecto y la duración de las sugestiones posthipnóticas pueden ser muy
prolongados. Se ha informado de muchos casos auténticos en los cuales se han
obedecido meses o incluso años después de haberse hecho. El transcurso del
tiempo no parece disminuir la intensidad de compulsión.
Enseñé a una señora, que estaba esperando a su primer hijo, que se
durmiera siempre que le sugiriera yo que lo hiciera. Era una sonámbula
completa y tuvo un parto indoloro, después del cual no la volví a ver en 7
años. Regresó para internarse por segunda vez, y en el curso de una
conversación ordinaria, le dije en forma completamente inesperada 'Duérmase,
Sra. Blank', con lo cual inmediatamente se hundió en la silla con un profundo
sueño por completo sonámbulo.
Desde que escribí lo anterior, encontré otro ejemplo similar del mismo
fenómeno.
Una joven casada de 26 años de edad buscó tratamiento hipnótico para su
Psoriasis. En el curso de su entrevista me preguntó si la recordaba. Cuando me
disculpé, me recordó que la había tratado de insomnio con anterioridad cuando
sólo tenía 11 años de edad. Una vez más me limité a decirle que se durmiera y
entró en sonambulismo completo, después de un intervalo de 15 años.
Estabrooks describe un caso en el cual una sugestión posthipnótica se
realizó después de 20 años, y cree que si se refuerza ocasionalmente, puede
hacerse durar en forma indefinida.
No existe ninguna duda de que los efectos de una sugestión post-hipnótica
pueden reforzarse mucho sí ésta se repite con frecuencia. En verdad, si se
repiten con bastante frecuencia, tales sugestiones tienden a ser permanentes,
ya que es probable que resulte implantado un reflejo condicionado. Esto puede
explicar en parte el porqué los pacientes que han mejorado con la hipnoterapia
por lo general no tienden a recaer.
Otro método para aumentar la fuerza de una sugestión posthipnótica es
asociarla con alguna experiencia normal, de manera que en la mente del sujeto
exista una explicación razonable. Se le puede decir a un sujeto hipnotizado:
Mejor aún, una indicación mucho más clara puede darse diciendo:
Cinco minutos después que despierte... beberá un vaso de agua.
204
Tan pronto como despierte. . . comenzará a sentir sed.
Sentirá la boca reseca y pastosa... y en unos minutos... beberá un
vaso de agua.
Racionalización
205
notable serie de acciones, contestó: 'Cuando desperté y vi el tiesto allá, pensé
que como era un día frío, tenía que calentar un poco al tiesto o de lo contrario
la planta podría agotarse. Así pues, envolví al tiesto en una tela, y como el
sofá estaba cerca del fuego, pensé que era preferible colocar el tiesto ahí.
Luego le hice caravanas porque quedé muy complacido conmigo mismo por
haber tenido tan brillante idea'.
Aun cuando la mayoría de los sujetos amnésicos sí racionalizan esto no es
siempre el caso. En ocasiones el sujeto dirá: 'Sólo se me ocurrió la idea de
hacerlo, o bien, algo me hizo creer que debería hacerlo'. Hablando en términos
generales, no importa lo tonta o absurda que pueda ser la acción sugerida,
tiene que ser ejecutada y, por lo tanto, el sujeto cree necesario
proporcionarse una razón lógica para hacerlo. Tales explicaciones son
necesarias porque, al estar completamente despierto, el sujeto está
totalmente consciente de lo que acaba de hacer.
Para el hipnotizador teatral, las sugestiones posthipnóticas son la base
de su función, y mientras más divertidas pueda hacer que esas
sugestiones sean, más satisfecho quedará su público. Un ejecutante bien
conocido acostumbraba regresar a varios sujetos a sus lugares entre el
público con la sugestión posthipnótica de que siempre que castañeara los
dedos, subirían a su asiento y gritarían 'cacahuates'. Tales exhibiciones
pueden ser inconvenientes o degradantes, y siempre existe el peligro de que
cuando se usa cierto número de sujetos en esta forma, el hipnotizador
puede perder la pista de alguna de las sugestiones que ha hecho y el sujeto
regresará a su hogar sin que la orden haya sido eliminada.
Se informa de un caso en que una secretaria, había recibido la orden de
un hipnotizador teatral en el sentido de que, siempre que escuchara la
melodía "Estoy cansada", de inmediato caería en un profundo sueño
hipnótico. Durante su acto, disimuladamente indicaba a la orquesta de
tiempo en tiempo y en cada ocasión que se tocaba esta melodía, el sujeto
se dormía de inmediato. Desafortunadamente, el ejecutante omitió cancelar
esta instrucción, con el resultado de que dos días después cuando ella escuchó
que el muchacho de la oficina silbaba esa tonada, se quedó dormida en su
trabajo.
Se han originado muchas discusiones respecto a si la ejecución
posthipnótica de un acto sugerido ocurre en el estado normal de vigilia, o
si en el momento de su ejecución el sujeto vuelve a entrar en un trance
206
espontáneo y autolimitante. Con mucha frecuencia, un buen sujeto parecerá
un tanto confundido y presentará en los ojos una expresión un tanto
nublada y lejana en tanto ejecuta la acción sugerida, como si se estuviera
conduciendo en forma completamente automática. También se ha
observado que, mientras más incongruente o ridícula sea la sugestión
posthipnótica, hay más probabilidades de que el sujeto desarrolle una
amnesia completa, posiblemente para evitar turbación o ansiedad.
Erickson y su esposa hicieron una investigación sistemática de la conducta
posthipnótica y llegaron a la conclusión de que cuando el sujeto
hipnotizado recibe instrucciones de ejecutar un acto post-hipnóticamente, éste
invariablemente desarrolla un trance hipnótico en forma espontánea. Este
trance es de duración breve, ocurre en relación directa a la ejecución del acto
posthipnótico y en apariencia constituye una parte esencial para la
respuesta y ejecución de la orden posthipnótica. Indicaron, además, que
el desarrollo de este estado de trance, como parte de la ejecución
posthipnótica, no requiere para su aparición ni de la sugestión ni de la
orden. Se desarrolla en el momento de iniciarse el acto posthipnótico, y
por lo general persiste sólo unos momentos, por lo que puede pasarse por
alto con facilidad. Si no existe amnesia del trance original y de la sugestión
posthipnótica que se ha dado, o si está debilitada la amnesia de manera
que el sujeto la recuerde antes de llevarla a cabo, este trance espontáneo
puede no presentarse. En este caso, se cumple la sugestión en forma
voluntaria o mediante una sensación de compulsión.
Condicionamiento posthipnótico
207
dedicarse tanto tiempo y energía sólo en la inducción que quedaría muy poco
para propósitos terapéuticos. Como ya se ha descrito con anterioridad, es
fácil lograr el condicionamiento del sujeto mediante sugestión
posthipnótica para que entre al estado de trance mediante una señal, verbal
o de otra índole. Esto siempre se puede hacer para los sujetos de trance
profundo y para muchos de los que sólo alcanzan una hipnosis de
profundidad media.
El sujeto sonámbulo es tan sugestionable, incluso en estado de vigilia,
que es conveniente protegerlo contra hipnosis inesperadas. Esto se puede
hacer con facilidad diciéndole, en el estado hipnótico profundo, que en
circunstancias normales nadie, a excepción de usted mismo, podrá
hipnotizarlo en lo futuro. Sin embargo, si se presentara la necesidad de esto
alguna vez, entonces podrá responder a cualquier otro médico o cirujano
dentista que posea conocimientos especiales o experiencia en la hipnosis.
Varias autoridades dudan de que esto proporcione una protección completa.
Molí considera que el principal peligro no está en la susceptibilidad a la hip-
nosis como tal, sino en la susceptibilidad a la hipnosis accidental o en la
hipnosis contra la voluntad del sujeto. Como ejemplo de la eficacia de
tales sugestiones protectoras, puedo citar un caso mío en el cual, sin mi
conocimiento o intención totales, lo puse a prueba. Había estado tratando a
una escolar, de 14 años de edad, que había sido una sonámbula tan
excelente, que juzgué necesario protegerla en esta forma. Unos 12 meses
después, encontré a su padre en una reunión social y me dijo que mientras
estaban de paseo fueron a ver una exhibición teatral de hipnosis. En el
transcurso de ésta, el ejecutante imprudentemente pretendió que podía
garantizar que hipnotizaría a cualquiera dentro del teatro. Esto molestó
tanto al padre que, conociendo la protección que yo le había dado, retó de
inmediato al hipnotizador para que hipnotizara a su hija. A pesar de sus es-
fuerzos, el ejecutante fue por completo incapaz de inducir incluso el
estado hipnótico más ligero, y se excusó ante el auditorio sobre la base de
que éste era uno de los muy raros casos en los que una persona era por
completo inhipnotizable. El padre anunció entonces que esto era muy
curioso ya que la niña estaba acostumbrada a entrar en estado de hipnosis
profunda siempre que su doctor le decía sencillamente que se durmiera.
208
AUTOHIPNOSIS
209
cualquier otra forma de sugestión posthipnótica. Como podría esperarse, el
sujeto al que se enseña que en esta forma podrá entrar al estado de trance
con mucha más rapidez, con frecuencia a una señal autoadministrada, y
es probable que logre una profundidad mayor. Esto puede ser muy útil
terapéuticamente, cuando es necesario para el paciente inducir con rapidez
el estado de trance, con el fin de impedir un ataque inminente de asma o
de migraña. Sin embargo, a menos que sea necesario para tales propósitos
prefiero no emplear este método, ya que creo que el paciente a quien se
ha enseñado la autohipnosis sin la intervención activa del hipnotizador,
siempre creerá que tiene mucho más control sobre la situación. Más aún, el
aumento de confianza que desarrolla en su propia capacidad sin ayuda
para la producción de la hipnosis cuando la necesita, agrega mucha fuerza
a sus autosugestiones propias, y tiende así a compensar la desventaja de
un trance un tanto más ligero.
No importa cuál método en particular proponga emplear, antes de
enseñar a un sujeto la autohipnosis siempre discuto el asunto con él en el
estado de vigilia:
210
Es como si cada vez que viniera a verme, trajera con usted un pedazo de madera y un
clavo de 15 cm.
Mientras está conmigo, produzco un pesado martillo y propino al clavo un golpe
fuerte que lo introduce un apreciable trecho en la madera. Usted entonces lo lleva a su
hogar y todos los días hace lo mismo. Pero usted no tiene un martillo pesado. Sólo
tiene uno que es ligero. Sin embargo, si lo usa con regularidad y da al clavo un número
mayor de golpes más ligeros, todavía podrá introducirlo, aun cuando necesariamente le
tome más tiempo.
211
para despertarse... contará lentamente hasta siete... y en el
momento en que usted llegue a la cuenta de siete. . . abrirá los ojos. . . y
estará completamente despierto otra vez. . . sintiéndose mucho mejor que
cuando se durmió.
212
Autohipnosis sin sugestión posthipnótica
Ahora, quiero que escuche con cuidado las instrucciones que le voy a
dar. . . y una vez que haya terminado. . . le pediré que se recline en la
silla y que usted mismo se duerma. . . haciendo exactamente lo que le
he dicho. Cuando le diga que se duerma por usted mismo. . . se reclinará
en la silla. . . y fijará la vista en un punto del techo.
No deje que su vista se aparte de ese punto. .. y mientras lo mira
. . . se repetirá para usted mismo. . . una y otra vez. . . que la vista se
le está cansando mucho.. . que siente los párpados cada vez más pesados
y más pesados... que siente que quieren parpadear... y que cuando
parpadeen. .. sentirá que quieren cerrarse. .. que están queriendo
cerrarse. . . que usted quiere que se cierren. . . y que usted dejará que se
cierren tan pronto como quieran cerrarse.
Encontrará que si continúa diciéndose a sí mismo estas frases una
y otra vez. . . pronto se le cerrarán los ojos por cuenta propia. . . y no
tendrá ningún deseo de abrirlos. . . hasta que usted mismo diga que se
abran. Una vez que sus ojos se hayan cerrado.. . y usted haya entrado
en un sueño hipnótico ligero. . . quiero que se diga a usted mismo.. . que
todos los músculos de sus piernas y de sus muslos se están relajando por
completo. . . que todos los músculos de su pecho, cuerpo y estómago se
están poniendo flojos y relajados. . . y que todos los músculos de su
cuello, de sus hombros y de sus brazos se están relajando total y completamente.
Continúe repitiendo estas sugestiones. . . una y otra vez. . . hasta que en
realidad se sienta relajado. . . después, dígase que va a abrir los ojos
y que estará despierto otra vez, en el momento en que usted cuente hasta
siete. . . sintiéndose mucho mejor que antes que se durmiera.
Por lo general, repito estas instrucciones una vez, para estar seguro de que
el sujeto sabe exactamente lo que tiene que hacer. Después le digo que se
duerma, que no pronunciaré ninguna otra palabra sino hasta que lo haya
hecho y haya despertado otra vez. Este procedimiento rara vez falla. En
realidad, suele tener éxito en personas que nunca antes han sido
hipnotizadas, siempre que la plática y las explicaciones preliminares hayan
llevado convicción. Como podría esperarse, la experiencia subjetiva previa
de la heterohipnosis lo facilita mucho, aun cuando no se emplee la
sugestión posthipnótica.
213
Se le dice al sujeto que practique esto todos los días hasta que me visite
otra vez. En la siguiente ocasión le digo que después que se ha
autohipnotizado y se produzca el relajamiento; antes de que se despierte a
sí mismo, debe levantar el brazo y sostenerlo tieso y rígido a la altura del
hombro y con la palma de la mano hacia arriba. A continuación debe
repetirse, una y otra vez que su brazo se le está poniendo tieso y rígido
desde el hombro hasta la muñeca, igual que una barra de acero, y que lo
sentirá tan duro y rígido que no podrá doblarlo hasta que cuente hasta tres.
Que en realidad, mientras más intente doblarlo, se le pondrá más rígido y
tieso. Que tan pronto como sienta esta rigidez, debe intentar doblarlo y,
cuando se dé cuenta de que no puede hacerlo, deberá relajarlo otra vez,
contando hasta tres. Luego deberá proceder a despertarse.
Esto suele tener éxito al primer intento. En caso contrario, es importante
hacerlo admitir que sí sintió cierta rigidez, y decirle que a medida que
practique resultará más eficiente, y que al final tendrá éxito. Por otra parte,
si logra tener éxito en producir la rigidez del brazo, continúo enseñándole
la forma de inducir el movimiento automático, haciendo que descanse su
codo en el brazo de la silla e imaginándose la cuerda atada alrededor de
su muñeca, como ya se describió en las técnicas ortodoxas de
profundización.
Por último, trato de probarle que otras sugestiones que se haga, también
darán resultado. Le digo que voy a salir de la habitación, y que mientras
me encuentro ausente se autohipnotice. Una vez que sus ojos se hayan
cerrado y, antes de continuar con las técnicas de relajamiento y
profundización. debe decirse a sí mismo que, en el caso de que alguien
toque la manija de la puerta para entrar a la habitación en donde se
encuentra, antes que él cuente hasta siete, se despertará por completo
otra vez. Luego lo abandono por dos o tres mintuos después de los
cuales, en el momento que escucha que hago girar la manija de la puerta,
despierta de inmediato. Le indico que así como esa sugestión dio resultado,
todas las demás sugestiones que se haga, para su propio bien, también
darán resultado, pero que las sugestiones para el tratamiento es probable
que se lleven más tiempo y requieran frecuentes repeticiones antes que
surtan todo su efecto. También le digo que es muy útil que se haga esa
sugestión en particular cada vez que se induzca la hipnosis, ya que así
tendrá la seguridad de que nunca será tomado desprevenido por alguien
214
que entre a la habitación inesperadamente. Una vez que ha dominado esta
técnica y en tanto se encuentra aún en un trance autoinducido, tengo la
costumbre de imponer las mismas salvaguardas que ya se han descrito en
relación con el método de inducción posthipnótico.
No importa el método de inducción que se haya adoptado, una vez que
el sujeto ha dominado la técnica del trance autoinducido, podrá aplicar las
sugestiones a sí mismo exactamente en la misma forma que lo hace el
hipnotizador. Por lo general recordará las sugestiones terapéuticas y hará uso
de ellas, volviéndolas a expresar para adaptarlas a sí mismo. Por lo general, no
irá más allá, pero ya que algunas veces es posible ampliar el campo de los
fenómenos autohipnóticos en los sujetos de trance profundo, para incluir
analgesias autoinducidas, es necesario que el hipnotizador tome medidas
protectoras, imponiendo limitaciones estrictas sobre tales facultades.
Sería sumamente peligroso si al sujeto se le dejara la facultad de eliminar
el dolor u otros síntomas a voluntad, en ausencia de intervención médica.
En el caso de padecimientos tales como dismenorrea o jaquecas, la facultad
para eliminar el dolor autohipnótica-mente puede ser restringida por el
hipnotizador sólo a estos dolores en particular, siempre y cuando se
presenten. En forma similar, se le puede decir a un sujeto que sólo podrá
producir analgesia dental para sí mismo cuando en realidad esté sentado
en el sillón del dentista.
215
ajustarlas al cambio de las condiciones. Usada en esta forma, la grabadora
de cinta se ha convertido en una herramienta terapéutica muy valiosa.
Hace que el paciente pueda recibir su tratamiento con más frecuencia,
diario si es necesario, y padecimientos tales como asma y jaquecas puede
dar buenos resultados al inhibir el desarrollo de un ataque inminente. Y en
obstetricia puede representar una parte valiosa en la preparación colectiva
de las futuras madres en el relajamiento hipnótico. Como podría esperarse,
la profundidad del estado hipnótico lograda por una grabación por lo
general es mayor que la obtenida en la autohipnosis ya que libera al
sujeto de la necesidad de ejercer un control consciente sobre el evento. Sin
embargo, la profundidad sí parece ser un poco menor que la producida con la
presencia del hipnotizador.
La preparación de una grabación terapéutica en cinta es un asunto
bastante sencillo. Mi práctica usual es grabar una sesión de tratamiento
ordinaria a medida que progresa. Esto elimina cualquier dificultad en la
sincronización de ciertas sugestiones las que, en consecuencia, se
conforman con las necesidades del paciente individual. Antes de comenzar,
pongo en marcha la grabadora y le indico al paciente que se acomode en la
silla y que se relaje. A continuación digo: '¡Duérmase, Sr. Blank!' y
continúo con las acostumbradas rutinas de relajamiento y tratamiento.
Concluido esto, le doy las siguientes instrucciones antes de despertarlo:
216
En consecuencia, usted mismo contará hasta 'siete'. . . y abrirá
los ojos inmediatamente. . . y estará despierto otra vez. Igualmente,
en el caso de que se presentara alguna otra emergencia durante su
tratamiento.. . tendrá pleno conocimiento de ello. . . y despertará
inmediatamente. . . completamente preparado para tomar
la acción que sea necesaria. Dentro de unos momentos. . .
voy a contar hasta 'siete'. . . y usted abrirá los ojos y estará despierto otra vez.
Despertará sintiéndose maravillosamente mejorado por este largo sueño. . .
sintiéndose en verdad apto y bien. . . completamente descansado, tanto
mental como físicamente. . . sintiéndose muy calmado y compuesto. . .
y con mucha más confianza, tanto en usted como en el futuro.
¡Uno... dos... tres... cuatro... cinco... seis... siete!
Una vez que el sujeto está despierto, hago retroceder la cinta y la vuelvo a
reproducir otra vez, observando que se duerma. La dejo correr durante
dos o tres minutos y luego inesperadamente, detengo el aparato. El sujeto
siempre despierta espontáneamente con poca demora. Esta es una
comprobación útil para asegurar que todo marche conforme al plan, y
también le proporciona al sujeto una completa confianza en la grabación.
217
TERCERA PARTE
219
mala salud. Tales personas reciben tantas consideraciones, bondades y
atenciones de más, que cuando están sanos apenas sorprende que se muestren
renuentes a renunciar a estas ventajas. En consecuencia, hacen muy poco
esfuerzo para recuperarse. Esto es de suma importancia, ya que sin la
cooperación del paciente, existen pocas enfermedades de las cuales se pueda
recuperar en forma rápida o total.
Todos los casos, médicos, quirúrgicos o psiquiátricos necesitan ser
abordados desde tres ángulos -el físico, el psicológico y el ambiental-.
Ciertamente, la importancia de considerar a toda enfermedad con relación a
los antecedentes de las diversas tensiones a las cuales ha estado sujeto el
paciente, nunca podrá recibir demasiado énfasis. Esto es en particular esencial
cuando se piensa en el tratamiento hipnótico, ya que la falta de éxito con
frecuencia se deriva de un conocimiento parco de la personalidad del paciente
y de la historia de su vida. Tanto la elección del mejor método de inducción
como el método de tratamiento bien pueden depender de estos factores.
Sin embargo, no debe pensarse que la toma de un caso sobre estas líneas
sea necesariamente una tarea ardua y prolongada. Siempre que las preguntas
correctas se formulen en forma sistemática, es sorprendente la cantidad de
información que con facilidad puede obtenerse. El siguiente esquema puede
ser de ayuda en este respecto, ya que incluye los puntos de importancia hacia
los cuales debe dirigirse la atención:
1. Historia de la enfermedad actual. Época y forma de iniciación.
Descripción de los síntomas. Detalles de tratamientos médicos anteriores, o de
otra índole.
2. Historia familiar. Descripción del padre, la madre, hermanas y
hermanos. Relaciones familiares, pasadas y presentes. Actitudes y
sentimientos hacia uno y otro.
3. Historia de la niñez. Enfermedades infantiles, en especial enuresis
nocturna y sonambulismo. Historia educativa. Reacciones ante las varias
escuelas y hacia otros niños.
4. Historia ocupacional. Ambiciones cuando niño. Historia de las varias
ocupaciones después de abandonar la escuela. Razones para los cambios.
Empleo actual y reacciones hacia los compañeros de trabajo y hacia el
ambiente.
5. Historia psicosexual. Conocimiento infantil de los asuntos sexuales y
forma en que se adquirieron. Malos hábitos (masturbación, etc.). Asuntos
emocionales pasados y presentes. Matrimonios (si los hubo). Relaciones o
dificultades maritales. Condición financiera.
220
6. Historia médica. Enfermedades anteriores, operaciones, accidentes y su
tratamiento. En el caso de una mujer, historia menstrual, embarazos,
internaciones o abortos.
7. Estado mental actual. Depresión. Ansiedad. Fobias. Insomnio. Falta de
concentración o interés. Memoria. Pensamientos suicidas (cuando existe
depresión). Temor a la locura.
8. Alteraciones mentales o nerviosas. Locura. Neurosis o epilepsias en los
padres, parientes cercanos o miembros de la familia.
221
precaución. Podría ser muy imprudente hacer preguntas íntimas y
embarazosas durante la primera entrevista. Estas suelen posponerse hasta que
se haya establecido un contacto más estrecho con el paciente, ya que se hayan
explorado los aspectos más generales e inofensivos de la situación. Aun
cuando mucho de tan detallada toma del caso parece pertenecer más a la
medicina psicológica que a la general, la importancia de los factores
psicológicos, emocionales y ambientales en padecimientos generales tales
como asma, jaqueca, insomnio y ciertos padecimientos dermatológicos, no
puede pasarse por alto.
222
drogas poderosas, e incluso cuando éstas se empleen, será efectiva una dosis
mucho menor. Puesto que bajo estas circunstancias, la motivación para la
hipnosis es muy fuerte, el intento bien vale la pena.
Por lo general sólo las dos primeras caen dentro de la provincia del médico
general, y no hay ninguna duda de que la eliminación de los síntomas será la
que encuentre de más utilidad en su práctica. En realidad, esta es la técnica
hipnótica más antigua, pero siempre se ha criticado como la que tiene menos
éxito. Por lo general, se hace la objeción de que es peligrosa la eliminación
indiscriminada de los síntomas; que rara vez se obtiene la suficiente
profundidad en la hipnosis; y que los resultados rara vez son de duración
suficiente.
Tales críticas ya no están justificadas. No obstante, debe admitirse que
puesto que la eliminación de los síntomas se refiere a los efectos más que a las
causas, necesariamente posee ciertas limitaciones. Los mejores resultados
siempre se obtendrán cuando los síntomas tienen un valor defensivo mínimo.
Esa es la razón por la cual suele usarse con éxito en el tratamiento de muchas
de las condiciones que se ven en los casos promedio, las funciones defensivas
de los cuales son casi despreciables. En casos como estos es probable que
haya muy poco peligro al eliminar el síntoma molesto por medio de la suges-
tión hipnótica directa. El psiquiatra orientado analíticamente no se cansa de
recalcar el hecho de que la eliminación de los síntomas es peligroso, puesto
que con frecuencia irá seguida por la liberación de la ansiedad o incluso por la
formación de síntomas sustitutos. No hay ninguna duda de que en algunas de
las neurosis más graves, como la histeria y otras que se originan de conflictos
fundamentales profundamente arraigados , bien pueden encontrarse tales
dificultades y, en tales circunstancias, está perfectamente justificado el
argumento de que la eliminación directa de los síntomas bajo la hipnosis es
223
tan inconveniente como peligrosa, a menos que el terapeuta posea la
preparación psiquiátrica necesaria para poder tratar la situación. En ocasiones,
el psiquiatra orientado hacia el análisis puede usar él mismo la sugestión
hipnótica directa para evitar estas dificultades y proporcionar el tan necesitado
alivio en casos en los cuales -el síntoma posee un fuerte valor defensivo,
dejando deliberadamente al paciente con algún síntoma residual que sea
menos invalidante que el original. Por ejemplo, se puede eliminar la parálisis
de un brazo induciéndola en el dedo meñique. Luego se sugiere al paciente
que la parálisis del dedo meñique tiene el mismo significado para él que la
parálisis del brazo, y que así permanecerá hasta que acabe de entender que ya
no existe razón para su anterior parálisis y que ya no la necesita. En esta forma
puede ser capacitado para reasumir su trabajo mientras todavía continúa en
tratamiento. No obstante, en los últimos años se han exagerado tanto los
peligros de "la eliminación directa de los síntomas', que uno se pregunta si los
que favorecen esta escuela de pensamiento serán igual de escandalosos al
exigir que ningún médico deba prescribir aspirina para un dolor de cabeza sin
antes ver un angiograma del paciente. Tales generalizaciones, tomadas de la
práctica, están en especial confinadas a tratar con problemas hondamente
arraigados, no sólo son sospechosas sino también peligrosas por las
limitaciones que tratan de imponer. Después de treinta años de experiencia en
el campo de la hipnoterapia, tanto en la práctica general como en la
psiquiátrica, creo que el médico general que usa la hipnosis es muy raro que
intente tratar casos que en realidad caen en el campó del psiquiatra, y aun
cuando lo hiciera así mediante sugestión directa bajo hipnosis, resultaría poco
o ningún daño. En realidad, a menos que posea un talento muy superior al
promedio en el arte de la hipnosis, y suceda que esté tratando con un individuo
que sea extraordinariamente susceptible, dudo que sus esfuerzos pudieran
lograr el más ligero éxito, ya que la mayoría de los pacientes de este tipo no
estarían dispuestos a renunciar a sus síntomas hasta que se sintieran lo
bastante fuertes para prescindir de ellos. En otras palabras, mientras más
necesidad tenga el paciente del síntoma como mecanismo de defensa, más
intratable resultará cualquier método de psicoterapia. Por lo que a la segunda
objeción se refiere, el médico debe tener poca dificultad para lograr una
profundidad que baste para los propósitos de tratamiento ordinario en la
mayoría de sus casos.
La tercera objeción, respecto a que los resultados de la eliminación de los
síntomas rara vez es permanente, no es válida en su mayor parte, siempre que
224
se tomen medidas durante el tratamiento para reforzar la habilidad del
paciente para habérselas con sus dificultades y para animarlo a que se sostenga
por sí mismo. Esta tarea no es tan formidable ni toma tanto tiempo como
parecería, pero considero que es de vital importancia. Hace muchos años, en
un artículo que trataba de los llamados peligros de la eliminación directa de
los síntomas (la subsecuente producción de ansiedad aguda, la aparición de
síntomas subsecuentes, y la inevitabilidad del relapso), atrajo mi atención el
siguiente principio:
En todos los casos, tendrá más éxito la eliminación directa de los síntomas y
se evitarán totalmente tales peligros si, en todas y cada una de las
sesiones, éstas van presididas por sencillas sugestiones psicoterapéuticas
orientadas a eliminar la tensión, la ansiedad y la aprensión y a restaurar poco
a poco la confianza del paciente en sí mismo y su habilidad para luchar
contra sus problemas.
Este fue el principio sobre el que se basó la técnica para fortaleci-
miento del ego que sigue, procedimiento que he estado empleando con
éxito por muchos años, durante los cuales nunca he visto que se presente
alguna ansiedad indebida o la ocurrencia de síntomas sustitutos. Más aún,
una vez que se ha terminado con éxito el tratamiento, sólo raras veces me
he enfrentado a alguna recaída, la cual siempre se pudo atribuir a nuevas
alteraciones emocionales que no se anticipaban y que eran igualmente
fáciles de tratar. La importancia de esto descansa en el hecho de que
cuando la eliminación de los síntomas va precedida por psicoterapia
simple, no sólo se facilita mucho sino que resulta más efectiva y
produce resultados más duraderos.
Por cierto, la habilidad del paciente para ajustarse a sus dificultades
se llega a fortalecer a tal grado que es mucho menos probable que se
presenten recaídas.
225
1. Las que se presentan como consecuencia de la enfermedad en sí, tal
como la ansiedad, temor, tensión o agitación.
2. Las que se presentan por defectos de su propia personalidad, como
nerviosismo, falta de confianza, dependencia o desajuste.
226
La fraseología que he ideado para mi propio uso, incluso en trabajo
psiquiátrico, ha sido cuidadosamente formulada de acuerdo con estos
principios. En conexión con esto, considero que ciertos puntos son dignos de
atención. Se notará que la repetición suele lograrse expresando la misma idea
fundamental en dos o tres formas distintas. Esto tiende a evitar una monotonía
excesiva. Algunas palabras y frases se recalcan debido a su importancia y a
su significado para el paciente. Se recalcan otras palabras, incluyendo pausas
adecuadas, con el solo propósito de enfatizar el ritmo del discurso total lo cual,
en mi opinión, contribuye mucho al éxito. La manipulación de estos factores
debe ser autoevidente cuando describo toda la rutina.
Primero, debo hacer una breve referencia a la profundidad del trance. Una
de las ventajas de esta técnica es el hecho de que los trances profundos
ciertamente no son esenciales. Sin embargo, al igual que en muchos métodos
hipnoterapéuticos mientras más profundo sea el trance con más rapidez se
presentará la mejoría y más corta será la duración del tratamiento. El paciente
que ha sido condicionado para entrar al estado hipnótico a una señal dada,
verbal o de otra índole, por lo general puede considerarse que ha logrado una
profundidad que basta para que el tratamiento sea efectivo. Sin embargo,
incluso esto no es absolutamente necesario puesto que con frecuencia suele
obtenerse una respuesta satisfactoria con sólo trances ligeros. No obstante,
bajo estas circunstancias, es natural que se espere que el tratamiento se
continúe por un periodo más prolongado y que los resultados se
manifiesten con más lentitud. Los métodos de inducción y de
profundización del trance son de poca importancia y con toda seguridad
pueden dejarse a la preferencia personal, aun cuando considero que sí
tiene importancia que el paciente quede totalmente relajado, tanto en lo
físico como en lo mental, como sea posible, y bien vale la pena invertir
un poco de tiempo extra para lograr este objetivo.
En la relación y análisis que sigue, describo en su totalidad la rutina
que estoy empleando con éxito para tratar casos tales como estados de
ansiedad o de tensión, fobias, etc. En su mayoría también es aplicable
como preludio para el tratamiento de asmas, migrañas y varios estados
psicosomáticos. Se presta en forma admirable para abreviar, adaptar y
agregar sugestiones especializadas de acuerdo con las necesidades
individuales, tanto del paciente como del terapeuta.
227
Rutina típica para fortalecimiento del ego
Esto tiende a preparar la mente del paciente para que reciba las
sugestiones que siguen. Obsérvese que se recalca y se repite la palabra
"tan", lo que no sólo aumenta la fuerza de las ideas que se presentan,
sino que también enfatiza con vigor la cualidad rítmica del discurso.
228
misma idea esencial. Quienes estén familiarizados con mis anteriores
descripciones de esta técnica se darán cuenta de que estos grupos de
sugestiones son completamente nuevos. Juzgando por los resultados clínicos,
estoy convencido de que su inclusión ha aumentado la fuerza de la efectividad
de la rutina básica.
Ahora usted se encuentra tan muy profundamente dormido... que todo lo que le diga que
va a sucederle a usted... para su propio bien... le sucederá... exactamente como yo lo
diga.
Y todo sentimiento... que le diga que experimentará... lo experimentará... exactamente
como yo lo diga.
Y todo eso continuará sucediéndole... todos los días... y usted seguirá experimentando
esos mismos sentimientos... todos los días... igual de fuerte... igual de seguro... con
igual poder... cuando haya regresado a su casa... o a su trabajo... Igual que cuando
está conmigo, en este lugar.
229
trabajo con la hipnosis. Aunque parcialmente esto se puede deber a las
limitaciones de nuestro tiempo, estoy seguro de que este no es invariablemente
el caso. Después de todo, cuando administramos una droga a un paciente
tenemos que permitir que pase el tiempo suficiente para que haga efecto,
y si adoptáramos la misma actitud mental cuando trabajamos con un
paciente en un trance hipnótico, estoy convencido de que nuestros
resultados se incrementarían mucho.
Como resultado de este breve análisis de la forma de construir y decir
estas rutinas. de sugestión, ahora debe poder detectar estos expedientes
cuando quiera que se usen. Encontrará que en todo lo que resta de este
capítulo, he observado estrictamente los mismos principios cardinales de
"repetir", "recalcar" y usar palabras y frases sinónimas, entremezcladas
con "pausas" para obtener un discurso uniforme y rítmico.
Durante este profundo sueño... usted se va a sentir físicamente más fuerte y más apto en
todas formas.
Se sentirá más alerta... más despierto... con más energía.
Se cansará con mucho menos facilidad... se sentirá mucho menos fustigado... mucho
menos fácilmente desalentado... mucho menos fácilmente deprimido.
Cada día... se interesará tan profundamente en cualquier cosa que haga... en
cualquiera que sea lo que le rodee... que su mente se distraerá completamente de usted
mismo.
Ya no pensará tanto en usted mismo... Usted ya no se preocupará tanto por usted
mismo y por sus dificultades... y usted estará mucho menos consciente de usted
mismo... mucho menos preocupado por usted mismo... mucho menos preocupado por
usted mismo... y por sus propios sentimientos.
Cada día... sus nervios se volverán más vigorosos y firmes... su mente estará más
despejada y más calmada... más tranquila... más placentera... más serena. Usted se
volverá menos fácilmente preocupado... mucho menos fácilmente agitado... mucho
menos fácilmente temeroso y aprensivo... mucho menos fácilmente alterado.
230
Podrá pensar con más claridad... podrá concentrarse más fácilmente. Podrá dedicar
toda su atención por entero a todo lo que haga... olvidando todo lo demás.
En consecuencia... su memoria mejorará con mucha rapidez... y podrá ver las cosas
en su verdadera perspectiva... sin hacer más grandes sus dificultades... sin permitir
nunca que se conviertan en desproporcionadas.
Cada día... usted estará más calmado emocionalmente... mucho más asentado...
será mucho menos fácilmente alterable.
Cada día... usted se convertirá... y así permanecerá... más y más completamente
descansado... y cada día menos tenso... tanto mental como físicamente... aun cuando
ya no se encuentre conmigo. Y a medida que se vuelva.... y a medida que
permanezca... más relajado... y menos tenso cada
día...así ... tendrá mucha más confianza en usted... más confianza en su habilidad
para hacer... no sólo lo que tenga... que hacer todos los días... sino también más
confianza en su habilidad para hacer lo que debería poder hacer... sin temor al
fracaso... sin temor a las consecuencias... sin ansiedad innecesaria... sin in-
quietud.
Debido a esto. .. cada día... se sentirá más y más independiente... más capaz de "ver
por usted mismo"... de valerse más por usted mismo...de sostener su propia
personalidad... sin importar que las cosas sean difíciles o irritantes.
Cada día... sentirá una sensación más grande de bienestar personal... una sensación
más grande de seguridad personal... y de confianza... que la que haya sentido desde hace
mucho, mucho tiempo.
Y debido a que todas estas cosas comenzarán a suceder... exactamente como yo digo
que van a suceder... más y más rápidamente... poderosamente ... y completamente ...
con cada tratamiento que le dé ... usted se sentirá mucho más feliz ... mucho más
contento ... mucho más optimista en todos sentidos.
Y en consecuencia usted será más capaz de confiar... de depender... de usted
mismo... de sus propios esfuerzos... de su propio crite rio... de sus propias
opiniones. Sentirá mucho menos necesidad... de tener que confiar... o de depender
de... otras personas.
231
sugestiones disminuye la probabilidad de un relapso, sino que hará que el
paciente coopere eventualmente en una investigación analítica que antes
afrontaría estando más equipado.
No importa la actividad terapéutica particular a la que se esté
dedicado, siempre he encontrado que los pacientes responderán mucho
más rápida y efectivamente al tratamiento con sólo tratarlos como a
individuos inteligentes y les explique con precisión por anticipado lo que se
propone hacer, por qué lo hace y qué pueden esperar que razonablemente suceda.
En, consecuencia, siempre he encontrado útil explicar al sujeto, en
estado de vigilia, por qué y cómo puede esperar que este método rinda
resultados.
Cuando por primera vez fue usted a la escuela, estoy seguro que puede recordar en
ocasiones algún trozo de una poesía que tenía que aprenderse de memoria, para que
pudiera recitarla al otro día sin ayuda del libro. ¿Y cómo cumplía con esta tarea?
Creo que usted leía la poesía una y otra vez en su hogar, quizá en voz alta, y cada vez que
lo hacía, un poco más de ella se le quedaba grabado en la mente, hasta que al fin podía
recitarla toda completa de memoria, sin consultar el libro.
Bien, este tratamiento actúa exactamente en la misma forma, porque también es un
"proceso de aprendizaje", sólo que en vez de que usted tenga que hacerlo todo, cada vez
que le repito estas sugestiones, más y más de ellas quedará imbuido en su mente
inconsciente, de manera que gradualmente observará usted mismo la mejoría en su
vida diaria, aun cuando ya no esté conmigo.
Esto sucederá con más rapidez y facilidad que cuando usted está completamente
despierto porque, siempre que entre a un estado de trance, su memoria mejorará
mucho, y también aumentan mucho sus poderes de concentración.
232
forma, su eficacia puede ser notable. En mi propia práctica psiquiátrica,
cerca del 70% de mis pacientes se recuperan sólo como resultado de esta
técnica, por lo general del límite de veinte sesiones de psicoterapia a corto
plazo, sugerido por Wolberg.
Ciertamente que no se intenta que toda esta fraseología se adopte en la forma
exacta en que se ha descrito. Es el principio el que considero digno de
atención, y la secuencia que he delineado sólo debe servir como guía para el
terapeuta individual, para que enmarque sus propias sugestiones conforme a su
propia personalidad, método de ataque y estilo del discurso. Es imposible
describir aquí las varias inflexiones de la voz, pero las mismas reglas
cardinales de construcción, énfasis, pausas, etc., deberán usarse con el fin de
mantener una calidad rítmica de principio a fin.
La historia que sigue de un caso, con un resultado un tanto inesperado, parece
ilustrar la efectividad de esta técnica.
El paciente era un joven vendedor de 28 años, feliz en su matrimonio.
Había estado padeciendo de "claustrofobia" por cerca de 7 años y era
completamente incapaz de permanecer en espacios cerrados sin que le
acometieran agudos ataques de pánico y ansiedad. Cosa rara, nunca había
buscado tratamiento para esto antes que lo viera. Hacía poco, se había
mudado al último nivel de un edificio de ocho pisos.
Como encontraba imposible hacer uso del ascensor (o elevador) se veía
obligado a subir por las escaleras varías veces al día, y esto le estaba
haciendo la vida intolerable. Era obvio que la motivación era fuerte. El era un
individuo muy nervioso, ansioso, falto-de confianza, pero por lo demás, bien
integrado, sin ningunos defectos notables de personalidad. Ningunos factores
de importancia salieron a la luz en la investigación rutinaria de su niñez,
de su historia familiar o de las circunstancias ambientales prevalecientes.
Concluí que sólo un método analítico podría quizá solucionar este problema.
Sin embargo, desafortunadamente, si bien se le enseñó con facilidad a entrar en
estado hipnótico a una señal dada, los métodos más sencillos de investigación
analítica para producir alguna pista fallaron y resultó imposible profundizar
su hipnosis lo suficiente para usar técnicas hipnoanalíticas más complicadas.
Asistía al tratamiento una vez a la semana, y como el mencionar su
incapacidad parecía molestarlo mucho, cesé de hacer mención a la
"claustrofobia” o a las dificultades que estaba experimentando con el ascensor,
continué, en consecuencia sólo con la técnica para "fortalecimiento del ego" y
233
no hice ningún intento de eliminación directa del síntoma. Esperé que
eventualmente mejoraría lo suficiente para permitir esto, o que resultara
posible obtener la mayor, profundidad necesaria para mayor análisis.
Ciertamente, después de algunas semanas pareció más calmado y menos tenso,
y parecía que iba teniendo mayor confianza en sí mismo. Sin embargo, me
sentí tanto sorprendido como satisfecho cuando llegó para su sesión número
11, viéndose muy satisfecho de sí mismo. Al parecer, varios días antes,
llevaba a su hogar algo de madera con la que intentaba hacer libreros, y al pasar
por el ascensor, y enfrentado con tener que subir ocho tramos de escaleras, de
súbito sintió que podría vencer sus temores lo suficiente para intentar usarlo.
Así lo hizo, bajo el impulso del momento, y después ya no experimentó
mayores dificultades. En vista de mis muchas experiencias al tratar con esta
clase de síntomas, sólo lo que le pude decir fue que ese resultado tan rápido y
satisfactorio era por completo inesperado.
234
La hipnosis en el alivio del dolor
235
insensibilidad al dolor causado por un estímulo artificial externo. Ciertos
experimentos cuidadosamente controlados emprendidos en los laboratorios de
investigación de la Harvard University condujeron a la conclusión de que el
dolor de la variedad patológica es mucho más susceptible a la sugestión que el
dolor artificialmente inducido.
La importancia de esto difícilmente puede sobreestimarse. Significa que
aun cuando usted no pueda producir algún grado significante de anestesia al
piquete de alfiler, todavía tendrá éxito al aliviar el dolor causado orgánica y
psicológicamente. De estos dos es probable que el último resulte más fácil de
tratar.
Hace varios años, Goldie descubrió que muchos de los pacientes que
llegaban al Departamento de Traumatología con dolores intensos debidos a
lesiones, no sólo eran capaces de ser inducidos a una hipnosis profunda en el
sitio, sino que también se podían reducir fracturas y colocar vendajes en forma
completamente indolora, sin ninguna otra forma de anestesia o sedantes. En
especial esto es probable que ocurra si sucede que el paciente está aterrorizado
de que le apliquen una anestesia general. Una vez más, podemos llegar a la
importantísima cuestión de la motivación. En verdad puede decirse que cuanto
más grande sea la necesidad del paciente por el tratamiento hipnótico,
responderá con más facilidad y profundidad.
La técnica para la eliminación del dolor. Cuantas veces intente eliminar
los síntomas atacándolos directamente, siempre es prudente dar algunas
razones lógicas para la desaparición del síntoma en apoyo de las sugestiones
que emplee. Resulta completamente inútil decir a un paciente, "Su dolor ha
desaparecido. Ha desaparecido por completo". Como tiene un vivo
conocimiento de su molestia, sabe que no ha sido así y no ve ninguna razón de
que eso suceda sólo porque usted lo dice. En consecuencia, rechazará la
sugestión por completo. Por otra parte, si usted adopta el método que sigue, no
sólo es más probable que sus sugestiones sean aceptadas, sino que el
tratamiento resultará mucho más efectivo:
236
Usted notará aquí que la redacción de las sugestiones explica al paciente el
porqué puede esperar sentir consuelo. No hay ninguna duda de que a medida
que la hipnosis se vaya profundizando en realidad se sentirá cada* vez más
relajado. Esto habrá producido en verdad una mayor sensación de comodidad.
En consecuencia, relacionando la desaparición sugerida del dolor con estos
dos hechos establecidos, el paciente está mucho más dispuesto a creer que
también eso ocurrirá ahora. Más aún, se ha dejado bastante tiempo para que la
sugestión deseada haga efecto.
Otra técnica útil en el alivio del dolor es la producción de una sensación
sugerida de calor en la parte afectada. Incluso es fácil de lograr esto en las
etapas más ligeras de la hipnosis. Los antiguos médicos hipnotizadores
acostumbraban darle mucha importancia, muchos de los cuales afirmaban que
su aparición era una prueba precisa de lo genuino del estado hipnótico. Esto
puede facilitarse mucho tocando con suavidad el área adecuada, y al
producirse este fenómeno debe recordarse que están involucrados dos
importantes principios de la sugestión: Hacer una sugestión positiva en vez de
una negativa, y aunar un efecto deseado con otro que está teniendo lugar. El
ejemplo que sigue muestra su aplicación en el alivio de una jaqueca:
Cuando le toco la frente... notará una sensación de calor... que se le extiende por toda la
cabeza, por la cara y por el cuello. Esta sensación de calor va aumentando... con cada
toque de mis manos. Tan pronto como pueda sentir este calor... por favor levante la
mano.
237
Bien. Baje la mano otra vez.
Y dentro de unos momentos.. . cuando cuente hasta siete ... usted despertará otra vez...
sintiéndose perfectamente bueno y sano... con la cabeza muy bien despejada y
aliviada... sin la menor huella de
dolor ... punzadas... o molestias.
238
Aun cuando pueden omitirse los dos últimos pasos por no ser muy
esenciales, ejercen un valioso efecto profundizador y dan tiempo para que la
hipnosis quede firmemente establecida. Como pueden concluirse en unos 5 o 6
minutos adicionales, está bien invertido el tiempo extra, ya que parece
convertir al paciente en más receptivo a las sugestiones terapéuticas que
siguen.
239
CAPITULO 16
240
La actitud de los padres, en especial de la madre, bien puede determinar la
diferencia entre el éxito y el fracaso. El trabajo adicional impuesto por el
lavado diario de las ropas de cama ensuciadas, junto con la preocupación
causada por una creciente sensación de desesperación y derrota, con mucha
frecuencia sólo conduce a una completa falta de simpatía y comprensión. El
pobre niño no sólo es reñido, sino incluso castigado en ocasiones y también
debe sufrir la humillación del ridículo ante sus hermanos, hermanas y otros
niños, de manera que apenas sorprende que con frecuencia permanezca
mojado, triste y miserable.
Antes de tratar al niño, debe entrevistarse a los padres, por lo general a la
madre. Explíquele cómo fue probable que se originara esa condición y ponga
énfasis especial en que el niño debe ser compadecido en vez de ser culpado,
ya que no puede ayudarse a sí mismo. Simpatice con sus propias dificultades e
interés, pero indíquele que demostrando su ansiedad al niño, está creando las
precisas condiciones que tienden a prolongar ese hábito. Dígale que si va a te-
ner éxito el tratamiento, debe tratar de ignorar que moja las sábanas y verlas
con indiferencia, nunca haciendo mención de ellas en presencia del niño.
Nunca deberá dar algo de beber al niño antes que vaya a la cama por la noche
y siempre deberá ver que orine inmediatamente antes de irse a la cama. Si,
como suele suceder, se acuesta al niño temprano al anochecer, entonces antes
que ella se acueste deberá levantarlo y obligarlo a que orine una vez más.
Estos puntos pueden parecer muy obvios y triviales, pero son de mucha
importancia y nunca deberán olvidarse.
Luego hable con el niño y trate de ganarse su confianza y cooperación.
Dígale que puede curarse si lo desea, que mientras está mejorando es probable
que vuelva a tener cierto número de tales accidentes, pero que poco a poco
comenzará a amanecer seco cada vez con más frecuencia. Diga al niño y a sus
padres que deben dejar de preocuparse por las sábanas mojadas. Después de
todo, una cama que está medio mojada también puede describirse con
exactitud como medio seca. Deberán principiar a pensar sólo en términos de
camas secas, y los padres deberán tratar de fomentar una sensación de orgullo
y de logro siempre que el niño amanezca seco. Siempre insisto en llevar un
registro semanal de lo que sucede cada noche. Para este propósito adopto una
sencilla subdivisión en seco, parcialmente seco y ningún cambio. Este registro
proporciona una valiosa indicación respecto al progreso del tratamiento. Lo
lleva la madre si el niño es demasiado joven, pero de lo contrario, le pido al
niño que haga esto él mismo en su propia escritura, ya que así se le
proporciona un gran incentivo para progresar.
241
En la mayoría de los casos de enuresis, el niño mojará la cama
invariablemente cuando tiene miedo de hacer eso. En consecuencia, es
necesario tratar este temor durante el tratamiento, y fomentar la esperanza de
camas secas. Las recaídas esporádicas pueden llevar directamente a
alteraciones emocionales, de manera que cuando esto ocurra, siempre es
prudente interrogar al niño respecto a lo que le haya acontecido el día anterior,
ya sea en la escuela o en el hogar. Entonces se podrán incluir sugestiones
adecuadas en el tratamiento. Aun cuando muchos enuréticos tienen el sueño
demasiado profundo, por lo general no es necesario corregir el padecimiento
por medio de drogas, ya que es relativamente fácil ajustarlo por sugestión
hipnótica.
242
Tanto el masaje como las sugestiones de que aumenta el calor, se continúan
hasta que levante una mano:
243
Siempre que orines, durante el día, tan pronto como hayas empezado,
quiero que te acostumbres a detenerte antes que hayas acabado ...
luego comienzas otra vez ... luego te vuelves a detener ...
y luego terminas por completo. Si haces esto, ello te ayudará a que la controles por
completo, incluso durante la noche.
Y como todo esto sucederá ... exactamente como yo digo que sucederá ...
te sentirás mucho más feliz ... mucho más contento ... mucho menos
preocupado ... mucho menos inquieto. Y, en unos momentos, cuanto
cuente hasta siete ... abrirás los ojos y estarás despierto otra vez ...
sintiéndote mucho mejor después de haber dormido tanto.
244
. igual que lo hiciste hace unos minutos ... sintiendo que tienes deseos
de orinar ... con mucho tiempo para que te levantes de la cama y orines
en el lugar adecuado ... de manera que todas las mañanas, tu cama estará seca.
245
La parte que la tensión emocional puede desempeñar en la enuresis se ve
con frecuencia en la vida diaria. Aunque de ordinario contentivo, el candidato
que espera ser examinado, no es raro que necesite hacer varias visitas al toilet.
La amenaza de un peligro inminente también puede producir el mismo
resultado. La necesidad de dependencia es por lo general una prolongación en
la vida adulta de los mismos motivos inconscientes que operaron en la niñez.
He encontrado que suele existir un deseo consciente de curación más
grande en los adultos que en muchos niños. En varios casos, se ha considerado
como un obstáculo para el matrimonio o para seguir una carrera largamente
deseada. En consecuencia, es posible utilizar esta motivación y fortalecerla,
facilitando así tanto la inducción de la hipnosis como el proceso de
profundización. Siempre es aconsejable un estado de trance tan profundo
como sea posible, cuyo intento prefiero prolongarlo a tres sesiones
consecutivas. En la mayoría de los casos, puede obtenerse suficiente
profundidad para la terapia adecuada, aun cuando si puede lograrse el sonam-
bulismo la tarea sería sumamente simplificada. Las instrucciones y el
tratamiento siguen la misma pauta que la descrita para la enuresis infantil,
con las modificaciones en la redacción que se consideren necesarias para
adaptarlas al adulto. No sólo hago uso de las sugestiones completas para
fortalecimiento del ego, sino que las aumento explicando al paciente la forma
en que su padecimiento se originó como continuación de un sentimiento
infantil de desamparo y del temor de aceptar las responsabilidades de un
adulto. Más aún, le imparto las sugestiones más fuertes posibles, en cada trata-
miento, respecto a que encontrará más fácil dejar de comportarse como un
niño y que podrá enfrentarse como hombre a sus dificultades. Cuando se logra
el sonambulismo, es igual de fácil lograr que el sujeto se despierte de la
hipnosis, con sensaciones de incomodidad y deseos de orinar, como en el caso
de un niño, en especial si se tiene el cuidado de asociar esta acción con una
sensación de satisfacción y logro en la mente del sujeto.
Se encontrará, en ocasiones, tanto en el caso de adultos como de niños, que
la profundidad del sueño es demasiado grande para que el paciente responda a
la necesidad de orinar, y que incluso la sugestión hipnótica de que el sueño
será más ligero deja de producir algún efecto. En tales casos, será necesario el
uso de una droga, y la indicada es el sulfato de anfetamina. Es bastante curioso
que, aun cuando la dosis sea grande, pocos pacientes parecen quejarse de
insomnio, aun cuando la droga se tome inmediatamente antes de acostarse.
Una vez que se ha establecido la dosis correcta, los pacientes parecen disfrutar
246
de un sueño tan reparador como el que antes habían tenido. La dosis efectiva
puede variar de un paciente a otro, y sólo puede fijarse por experiencia.
Incluso los niños pueden requerir una o dos tabletas de dextroanfetamina para
empezar, y esta dosis suele tener que excederse mucho en el caso de los
adultos. En el caso de que se presentara alguna dificultad para dormirse, ésta
con frecuencia se trata con éxito mediante una sugestión posthipnótica. Debe
mantenerse la dosificación hasta que cese la enuresis,, y después reducirse
poco a poco. Sin embargo, puede tener que ajustarse de tiempo en tiempo
durante el periodo de tratamiento, si el paciente se queja de insomnio. Como
alternativa, se han reportado buenos resultados, en el caso de los niños, con la
administración de una sencilla dosis pediátrica de jarabe de Tryptizol
(amitriptilina), antes de acostarse.
También es posible enseñar al paciente el uso de la autohipnosis cada
noche, antes que se retire. Con sugestiones adecuadas, esto en ocasiones puede
capacitarlo para que controle mucho mejor el nivel de su sueño, evitando así la
inconveniencia de usar las anfetaminas.
Ocasionalmente, se pueden dar sugestiones hipnóticas (tanto a niños como
a adultos) para que el paciente despierte en un momento dado durante la noche
y se levante de la cama para orinar, o incluso para que pueda dormir toda la
noche. El mejor criterio para esta última sugestión descansa en el hecho de
que si el paciente retiene la orina durante cuatro horas en el día, es probable
que la retenga durante ocho horas en la noche, cuando el riñón secreta sólo la
mitad de la cantidad de orina. En consecuencia, cuando no hay frecuencia en
el día, se puede sugerir que el paciente podrá retener la orina por la noche.
Por último, debe tenerse presente que el sueño muy profundo en ocasiones
es una reacción neurótica, en la cual el individuo se siente tan infeliz que, en
lugar de sólo dormir, entra en un estado similar al comatoso para escapar de
sus dificultades.
LA HIPNOSIS EN EL ASMA
Desde luego, la verdad de más importancia que tiene que ser aceptada
respecto al tratamiento hipnótico del asma es: mientras más se precipiten los
ataques por alteraciones psicológicas o emocionales, mejor será el
pronóstico.
No obstante, aun cuando el asma esté determinada por factores orgánicos,
tales como bronquitis, enfisema, alergias o alteraciones cardiacas,. todavía se
247
puede proporcionar mucho alivio, disminuyendo la frecuencia y gravedad de
los ataques mediante la reducción del temor y la ansiedad causados por cada
inminente amenaza de asfixia. Más aún, los niños que padecen asma
responden tan bien a la hipnosis que, si se restringiera su uso sólo al
tratamiento de esta enfermedad, creo que todavía se justificaría su uso en la
práctica general.
Con mucha frecuencia se considera que el asma es una enfermedad por su
propio derecho pero, por supuesto, sólo se trata de un síntoma (disnea
paroxística) de varios padecimientos distintos y se debe a una pluralidad de
causas, algunas orgánicas y otras psicológicas. Incluso en los casos originados
por enfermedades orgánicas, los ataques pueden verse afectados por
alteraciones emocionales, de manera que, como es obvio, el médico familiar
está, desde luego, en posición más favorable para reconocer la enfermedad
con precisión teniendo en cuenta los antecedentes psicológicos. Para hacer
esto, es necesario encontrar las respuestas a las tres preguntas que siguen:
La personalidad del paciente, la actitud de los padres, sus reacciones ante los
hermanos y hermanas, ante la escuela, o a la sobreexcitación o tensión, todo
debe ser materia de averiguación. También deberá buscarse información
respecto a la presencia de alergias y sus hábitos alimenticios. Esto también se
aplica en el caso de los adultos como al de los niños. Por cierto, las respuestas
a estas tres preguntas son de máxima importancia en todos los casos de pade-
cimientos psicosomáticos, sin importar cuál pueda ser la sintomatología.
248
La actitud de los padres es de gran importancia. Por lo general se mostrarán
indebidamente ansiosos, nerviosos y preocupados, y su exagerada solicitud
por el bienestar del niño agrava su sentimiento de inseguridad y produce el
temor y la tensión que provocan y prolongan sus ataques de asma. Las
condiciones discordantes en el hogar también tienen el mismo efecto. Si los
padres no son felices o. riñen en presencia del niño, es probable que le
provoquen graves conflictos emocionales, puede ver aumentada su necesidad
de dependencia y se minará aún más su confianza. Tales factores se reflejarán
inevitablemente en el aumento en los ataques y severidad del asma. La
importancia de las actitudes paternas y de las condiciones en el hogar se
muestra ampliamente por el hecho de que, no importa lo malo que haya estado
el niño, los ataques se detendrán con mucha rapidez una vez que haya sido
internado en un hospital, sólo para que se vuelvan a presentar poco después
que haya sido dado de alta.
La investigación de posibles alergias por lo general da como resultado la
eliminación de ciertos alimentos o condiciones, sin el grado de mejoramiento
anticipado en el asma. En relación con esto, debe recordarse que si bien la
presencia de alergias reales pueda haberse probado, una vez que el paciente es
informado de ellas, el miedo sólo puede precipitar un ataque. El ejemplo
clásico de esto es el paciente que se encontró que era alérgico a las rosas, y
que tuvo un ataque al aproximarse a un florero con rosas artificiales, creyendo
por el momento que eran reales. Más aún, demasiadas precauciones, tales
como evitar huevos, leche, polvo, ciertos olores, plumas y animales
domésticos, suele conducir a aumentar el sufrimiento en la existencia del niño
sin lograr un marcado efecto sobre su asma.
Una vez implantada, el asma puede ofrecer al niño un medio inconsciente
de escape de situaciones a las que teme o que le disgustan. No son raros los
ataques en la víspera de los exámenes escolares o cuando la tarea ha sido
demasiado difícil y no la ha podido terminar. En ocasiones se convierte en una
excusa para no tomar parte en los ejercicios físicos o en los deportes
organizados por la escuela. En otras, se puede presentar un ataque sólo como
resultado de una alteración emocional, tal como la sobreexcitación que sigue a
una fiesta o a una visita al circo.
El asma en los niños puede ser tratada con facilidad y eficacia por medio
de la hipnosis en la práctica general. Sólo en el caso de niños muy jóvenes o
extremadamente nerviosos es probable que se presente alguna dificultad para
lograr una profundidad adecuada. En niños menores de 5 ó 6 años en
249
ocasiones resulta imposible que mantengan la atención el tiempo suficiente
para que tenga éxito la inducción. Antes de iniciar el tratamiento, es de suma
importancia entrevistar a los padres. El efecto que su actitud de mucha pre-
ocupación y ansiedad tiene sobre el niño deberá explicárseles, hasta que
entiendan bien y lo acepten. Se les debe decir que no importa lo preocupados
que se sientan, nunca deben demostrarlo en presencia del niño, ya que si lo
hacen, no sólo agravarán su sensación de temor e inseguridad, sino que
nulificarán por completo todo intento de restablecer su confianza.
Por lo general inicio el tratamiento en la forma que sigue, una vez que he
logrado la profundidad adecuada:
250
un ataque grave... porque, con mi ayuda, aprenderás a detenerlo.
Si alguna vez notas algunos zumbidos, o que no puedes respirar...
dejarás todo lo que estés haciendo... te reclinarás de espaldas en
una silla y te aflojarás... te soltarás y aflojarás todo lo posible.
Cierra los ojos... y trata de imaginarte que te encuentras otra
vez aquí, escuchándome.
Al mismo tiempo... aprieta con la mano, suavemente, la parte de abajo
de tu pecho.
Y, cuando lo hagas... sentirás que todo el pecho se te comienza a
aflojar otra vez... que las partes por donde pasa el aire se
comienzan a aflojar... y a los pocos momentos, sentirás que puedes
respirar con más y más facilidad.
En unos cuantos momentos... el ahogo desaparecerá por
completo... respirarás con toda libertad otra vez y con toda facilidad
... sin que vuelvas a tener un ataque fuerte.
251
El asma en los adultos
252
(Pág. 225) y, a continuación de la última sección, procedo con las sugestiones
psicoterapéuticas generales orientadas al alivio del asma en sí:
Debido a esto ... cada día ... usted se sentirá más y más independiente ...
más capaz de valerse por sí mismo ... de sostener sus propios puntos
de vista ... de reafirmarse ... sin importar lo difícil o penoso
que puedan ser las cosas. Se sentirá más capaz de confiar en usted mismo
... de depender de usted mismo... en sus propios esfuerzos...
en su propio criterio... en sus propias opiniones.
Sentirá mucho menos necesidad de confiar... o de depender
de otras personas.
Y a medida que usted se ponga ... y a medida que permanezca... más y más
relajado, cada día ... aun cuando ya no se encuentre conmigo ...
así ... los músculos de su pecho se pondrán ... y permanecerán
relajados ... los conductos del aire se pondrán ... y permanecerán relajados ... y su
respiración será ... y seguirá siendo ... más y
más fácil ... cada día ... no sólo al despertarse ... y durante todo el día ... ... sino
también durante toda la noche.
Si,... en cualquier momento... por cualquier razón... principia a
sentir un poco de ahogo... no se asuste... no tiene por qué alarmarse... permanecerá
perfectamente calmado y dueño de sí mismo... ya no
sentirá temor de tener un ataque grave.
En el momento en que sienta que su ahogo aumenta... deje cualquier
cosa que esté haciendo... reclínese en una silla... relájese... todo
lo que sea posible... cierre los ojos... y trate de imaginarse que se
encuentra otra vez en esta habitación... escuchándome.
Al hacer esto... sólo presione con una mano... ligeramente la
parte inferior de su pecho.
Y... a los pocos minutos, encontrará que los músculos de su pecho se
están aflojando otra vez... que sus conductos de aire principian a
relajarse... y que su respiración se hace gradualmente más y más fácil.
Muy pronto... estará respirando otra vez con libertad y facilidad...
sin padecer un ataque grave.
253
La habilidad del paciente para inducir la autohipnosis puede aumentar
mucho sus probabilidades de inhibir los ataques inminentes. En consecuencia,
siempre que se haya alcanzado una etapa profunda, invariablemente trato de
entrenarlo en esta técnica, Puesto que el factor tiempo es de importancia, y es
necesario que entre al estado hipnótico sin demora, el mejor método es, desde
luego, el que lo condicione a entrar de inmediato en trance a una señal dada.
Esto se puede hacer con facilidad como resultado de una sugestión
posthipnótica. Con el paciente en un estado hipnótico profundo, por lo general
procedo como sigue:
Está usted ahora en un sueño tan profundo ... que todo lo que le diga
que va a suceder ... sucederá ... exactamente como le digo.
Y todas las sensaciones ... que le diga que experimentará ...
las experimentará ... exactamente como yo le digo.
Y estas mismas cosas le continuarán sucediendo ... y usted seguirá
teniendo las mismas sensaciones ... igual de fuerte ... igual de cierto
... con igual poder ... cuando esté usted en su casa ... que cuando
está conmigo, en esta habitación.
Ahora ... en unos momentos ... voy a despertarlo contando hasta siete. Después que lo
haya despertado ... hablaré con usted ... y le pediré
que usted mismo se duerma otra vez con este sueño profundo.
Entonces se reclinará en la silla ... fijará la vista en un punto del
techo ... y contará despacio hasta cinco.
En el momento en que llegue a la cuenta de cinco ... sus ojos
se cerrarán inmediatamente ... y en seguida caerá en un sueño ...
igual de profundo que éste.
Después de un minuto ... se dirá a usted mismo ... "mis ojos se
abrirán ... y estaré otra vez completamente despierto ... en el
momento en que cuente hasta siete".
Luego... cuente hasta siete ... y despiértese usted mismo.
Y ... debido a que todo esto sucederá ... exactamente como yo digo que
sucederá ... usted abrirá los ojos, y estará completamente despierto otra vez ... en el
momento en que yo cuente hasta siete ... sintiéndose mucho
más feliz ... mucho más contento .... mucho más alegre ...
mucho más optimista.
254
En la misma forma en que usted mismo se durmió, hace unos momentos, contando
hasta cinco ... así ... usted siempre podrá hacerlo, de inmediato ... siempre que necesite
controlar su ahogo.
Una vez que haya cerrado los ojos ... apretará con la mano ligeramente
... la parte inferior de su pecho ... y se dirá usted mismo ...
"cuando aprieto mi pecho con la mano ... los músculos de mi pecho
comenzarán a aflojarse ... las vías respiratorias comienzan a aflojarse
... mi respiración es cada vez más y más fácil ... y, dentro de unos
minutos, respiraré con toda libertad y facilidad otra vez ...
sin que se presente ningún ataque grave".
Continuará diciéndose eso, una y otra vez... hasta que sienta que se
le aflojan los músculos del pecho... y pueda respirar con más facilidad.
Luego ... tan pronto como esté listo ... se dirá usted mismo ...
"se abrirán mis ojos ... estaré despierto otra vez ... en el momento en
que yo cuente hasta siete ... sintiéndome mucho mejor ... mucho más
relajado ... sin ninguna sensación de opresión en el pecho ... respirando
con mucha más facilidad ... mucho más normal".
Una vez que he entrenado al paciente en esta técnica, siempre sustituyo las
sugestiones anteriores por las ya descritas en el tratamiento normal de rutina:
255
pruebas controladas reportadas por Maher-Loughnan, MacDonald, Mason y
Fry, han avanzado mucho hacia la restauración de este tópico a su verdadera
perspectiva. Sus conclusiones confirman el hecho que la hipnosis puede
producir más mejoramiento sintomático que el tratamiento con
antiespasmódicos.
Desde el punto de vista puramente clínico, es muy fácil confirmar el
progreso sobre la base de observaciones subjetivas hechas por el paciente
individual. Los ataques tienden a ser menos frecuentes, de duración más corta
y gradualmente disminuyendo en intensidad. Más aún, el paciente aprende
pronto a ejercer un grado de confianza y control en las primeras etapas de un
ataque, que basta para poder inhibir su mayor desarrollo. Las mejorías de esta
clase están ampliamente confirmadas por los parientes, y en ocasiones por el
médico familiar, quien se encuentra demasiado complacido de verse aliviado
de la carga de varias visitas por semana, sin mencionar las llamadas a deshoras
para la aplicación de inyecciones de adrenalina.
Por último, hay dos puntos dignos de mencionarse. Al entrevistar por
primera vez al paciente debe tenerse mucho cuidado de no prometer
demasiado. Esto es fácil de evitar sin dar a entender falta de confianza en la
habilidad de la hipnosis para ayudar. Comienzo por explicar que mientras
menos dependa el asma de causas físicas, mejores perspectivas habrá, pero
que en todo caso, el tratamiento todavía podrá producir mucho alivio en la
frecuencia y severidad de los ataques. También indico que las personas varían
mucho en su susceptibilidad a la hipnosis, de manera que mucho dependerá de
la profundidad que pueda lograrse. Una vez que esto ha quedado asentado, es
imposible predecir con algo de exactitud el grado de mejoramiento que pueda
esperarse. Esta forma de abordar parece aumentar en vez de disminuir, la
confianza del paciente puesto que, en ocasiones anteriores, las grandes
esperanzas que han abrigado con respecto a otros tratamientos han fallado con
tanta frecuencia. Casi invariablemente mi mira es asegurar la máxima profun-
didad posible en tres sesiones consecutivas. Rara vez es posible administrar el
tratamiento más de una vez a la semana.
También encuentro útil impresionar en la mente del paciente que el
"zumbido" y el "asma" no son necesariamente la misma cosa. Es cierto que la
mayoría de los asmáticos tienen respiración silbante, pero igual pasa con los
que padecen bronquitis crónica y nunca desarrollan asma. Como es obvio, los
zumbidos en el pecho no van seguidos invariablemente por un ataque de asma.
Una vez que el paciente acepta este hecho su temor de sufrir un ataque, en el
256
caso de que su pecho resulte un poco silbante, disminuirá mucho. Esta
explicación es en especial aconsejable en los casos de origen pre-
dominantemente físico.
Los resultados son especialmente satisfactorios, en particular en el caso de
los niños. Se pueden evitar muchas pérdidas de tiempo innecesarias, pero debe
uno convencerse de que el tratamiento tendrá que continuarse durante un
periodo de cuando menos dos o tres meses, A pesar de esto, siempre estarán
bien empleados los esfuerzos y el tiempo que se les dedique.
257
CAPITULO 17
Jaqueca e Insomnio
LA HIPNOSIS EN LA JAQUECA
258
para él, y con las cuales se encuentra imposibilitado de enfrentarse. En tales
casos, las emociones de ira, hostilidad y frustración que se originan son
desviadas a canales físicos y logran su expresión con los ataques de
jaqueca. Como es natural, la psicoterapia puede ser muy útil en determinados
casos, y la hipnosis siempre vale la pena de intentarse, en especial cuando no
ha resultado efectivo el control médico ortodoxo.
Antes de considerar siquiera el tratamiento hipnótico, es esencial que el
paciente sea meticulosamente investigado con el fin de excluir cualquier
posible causa orgánica. Las condiciones tales como tumores del lóbulo
occipital, o nefritis crónica con uremia, deben ser descartadas. La' jaqueca
también ha estado asociada con alergias, vómito cíclico y epilepsia. En la
actualidad está generalmente aceptado que está acompañada de algunos
cambios en el calibre de los vasos sanguíneos del cerebro.
Al diagnosticar la verdadera jaqueca, es necesario diferenciarla de otras
formas de jaquecas psiconeuróticas. Esto por lo general no presenta mucha
dificultad, puesto que las jaquecas típicas psiconeuróticas rara vez representan
dolor real. Por lo común son descritas por el paciente como siendo algo un
tanto peor e incluso menos soportable que el dolor. Se quejará de una
sensación intolerable de peso o de presión en la parte superior de la cabeza, o
de una banda que le oprime las sienes. Esta clase de jaqueca puede ser
occipital, frontal o incluso generalizada, pero característicamente es bilateral,
en tanto que la jaqueca es casi siempre unilateral en su aparición.
Si bien con frecuencia se tiene éxito, el tratamiento de ninguna manera es
fácil, y es casi imposible dar el pronóstico. La severidad y duración de los
ataques individuales y el tiempo que el paciente haya sufrido la dolencia
ofrecen poca o ninguna orientación. Tampoco la ofrece la respuesta al
tratamiento médico. Por fortuna, muchos de estos pacientes son capaces de
lograr los estados más profundos de hipnosis, lo cual facilita mucho su
tratamiento. La confianza es de vital importancia, ya que el paciente siempre
está temeroso de tener un tumor en el cerebro. Más aún como no es raro que la
jaqueca sea una reacción al miedo, siempre es prudente descubrir lo que en
realidad teme el paciente. Esta información suele obtenerse con facilidad
mediante un interrogatorio, sea en el estado de vigilia o en el hipnótico. La
desaparición total del padecimiento nunca debe ser prometida, sino que se
debe esperar una razonable disminución en la severidad y frecuencia de los
ataques. Sin embargo, el alivio de la tensión y de la ansiedad que puede
proporcionar la hipnosis con frecuencia va seguido de una notable mejoría. En
259
estos casos, siempre que se pueda obtener una profundidad adecuada, la
enseñanza de la autohipnosis puede ser de gran valor, como en el asma, para
capacitar al paciente a tratar un ataque inminente cuando principie y a inhibir
su mayor desarrollo. Una vez más, el tiempo es esencial y se requiere un
método de inducción rápido.
Con el paciente en un estado hipnótico tan profundo como sea posible,
principio el tratamiento con la totalidad de las sugestiones para el
fortalecimiento del ego, y sigo con aquellas para la eliminación del síntoma
inmediatamente después de la sección que sigue:
Cada día ... usted llegará a estar ... y usted permanecerá ... más y más
completamente relajado ... tanto mental ... como físicamente ...
aun cuando ya no se encuentre conmigo. Y ... a medida que llegue a
estar ... más y más relajado ... y menos tenso ... así ... principiará a
sentirse más y más descansado.
A medida que aumente este relajamiento ... así ... su dolor se aliviará
más y más ... y ahora ... se sentirá tan completamente relajado y
descansado ... que el dolor desaparecerá por completo.
¡Bien!
Ahora ... bájela otra vez.
Y a medida que aumenta esta sensación de calor ... con cada toque
de mis manos ... así ... -su cabeza comienza a sentirse más y más
descansada.
A medida que el calor aumenta ... así ... el dolor está disminuyendo
más y más.
260
Todo el dolor ... todas las punzadas ... todas las sensaciones de
molestia ... están desapareciendo gradualmente ... y en unos momentos
sentirá la cabeza tan caliente y descansada ... que todo el dolor y
las punzadas habrán desaparecido por completo.
Sentirá la cabeza completamente despejada y normal ... y se verá libre
de todos los dolores ... punzadas ... y molestias. Tan pronto como
sienta que están desapareciendo los dolores y las punzadas ...
por favor levante la mano.
Una vez más, continúo con los toques, hasta que veo que el paciente ha
levantado la mano.
261
Dígase a sí mismo ... una y otra vez ... "al tocarme la frente ...
puedo notar una sensación de calor ... que se extiende a la cabeza y a la cara.
Este calor está aumentando ... cada vez que me toco con la mano.
A medida que aumenta el calor ... en la misma forma ... el dolor va
disminuyendo más y más ... y, en unos momentos ... sentiré la cabeza
tan caliente y descansada ... que todo el dolor ... todas las punzadas
... todas las molestias desaparecerán por completo".
Continúe tocándose ... y sígase repitiendo estas sugestiones hasta que
sienta la cabeza tan caliente y descansada,
que el dolor haya desaparecido.
Luego despiértese usted mismo ... contando hasta siete ... diciéndose
que despertará ... sin la más ligera señal de dolor ...
de punzadas ... o de molestias.
LA HIPNOSIS EN EL INSOMNIO
262
salud. Esto está lejos de ser el caso para algunos que duermen mal
habitualmente y no se preocupan por ello, no parecen resentirlo ni en su
salud ni en su comodidad. Por cierto, algunos podrán recordar que, durante
el periodo de las incursiones aéreas nocturnas, la cantidad de sueño de que se
disponía era severamente rebajada durante semanas, sin serias consecuencias
para la salud o sobre nuestra habilidad para el desempeño de nuestras diarias
obligaciones.
A lo que está acostumbrado el individuo bajo condiciones ordinarias, es lo
que en realidad importa. Si tiene la costumbre de dormir 8 horas por la
noche y alguna situación o preocupación comunes le causa algunas noches sin
dormir, principia a temer las consecuencias. Se podría imaginar que si este estado
de cosas continúa, sufrirá mentalmente, que se afectará del cerebro, o incluso
que se volverá loco. Esto origina de inmediato una tensión nerviosa,
acompañada al día siguiente por jaquecas psicogénicas. Estas no sólo
confirman sus peores temores, sino que también teme ir a la cama en la noche
siguiente porque no podrá dormir. Como es natural, no duerme. Mientras más
intentos haga más despierto permanecerá y más preocupado quedará. En
esta forma se establece un círculo vicioso, y su condición empeorará poco a
poco, día por día.
Las principales causas del insomnio pueden ser clasificadas en una forma
general en cuatro clases:
1. Físicas.
2. Dolor e incomodidad.
3. Condiciones febriles.
4. Enfermedad cerebral orgánica.
Como el insomnio se origina por las tres últimas causas, por lo general
cederá en el curso del tratamiento de la condición fundamental, no me
propongo discutirla en este capítulo. Nos interesamos por el insomnio causado
por factores psíquicos, que es uno de los síntomas más comunes y de más
importancia de la alteración funcional nerviosa. Hay dos preguntas que deben
contestarse:
263
En el primer caso, el paciente puede quejarse principalmente de que no
puede dormirse en absoluto. Por otra parte, puede quejarse de sueño
interrumpido o, si bien tiene poca dificultad para dormirse, siempre
despierta más o menos a las tres o cuatro de la mañana y ya no puede
dormirse esa noche.
En el segundo caso, el paciente puede encontrar que es imposible dormir
debido a mucha ansiedad o preocupaciones. Los que padecen insomnio de este
tipo, son desde luego el grupo más numeroso. Además, la falta de sueño puede
deberse a malos hábitos de pensamiento. El paciente queda demasiado
preocupado por los asuntos del día. Continuamente visualiza los sucesos del
día o incluso repasa las conversaciones que han tenido lugar. Por último, puede
ser que no concilie el sueño porque está obsesionado con la idea de la falta de
sueño.
No importa la gravedad del insomnio, en realidad el paciente duerme más
de lo que cree, pero es imposible convencerlo de esto. Las personas que
duermen mal casi siempre exageran el síntoma. "No cerré los ojos en toda la
noche". "No pude dormir nada, escuché todas las horas sonar en el reloj". Esto
no es difícil de entender, ya que estar acostado despierto durante una hora a
media noche se hace tan largo como dos o tres horas durante el día, en
especial cuando la mente está atacada por preocupaciones y ansiedades. Los
breves periodos en que interviene el sueño parecen tan insignificantes en
comparación, que no es de sorprender que se pasen por alto. En muchos casos,
el sueño que se obtiene es inquieto e interrumpido por pesadillas, de manera
que el paciente suele despertarse sintiéndose más cansado y agotado que
cuando se acostó. En ocasiones el insomnio puede ser causado por fobias
relacionadas con el sueño. El paciente, literalmente está temeroso de irse a la
cama. Esto puede deberse a que teme las pesadillas que le asaltan con
regularidad, pero por lo común está más asociado con un temor inconsciente a
la muerte, que sabe que con frecuencia ocurre en las primeras horas de la
madrugada.
La primera tarea, y la de más importancia, en el tratamiento del insomnio
es intentar descubrir la causa. Sólo entonces podrá dirigirse la atención hacia
la corrección de las condiciones o actitudes que fundamentan la falta de sueño.
Casi siempre, el paciente está muy interesado en saber si podrá dormir
o no , y precisamente este hecho es lo que lo mantiene despierto. Encuentro
que el mejor método es hablarle con franqueza sobre el tema del sueño en
264
general. Principio tratando de obtener sus ideas sobre el sueño, y la cantidad
que él cree que necesita cada noche para mantenerse bueno y sano. Luego le
pregunto qué es lo que cree que le suceda si esos requisitos no se cumplen.
Sus respuestas son tan sorprendentes como aclaratorias. Se anticipa
cualquier cosa, desde un quebrantamiento general en la salud física y
mental hasta condiciones más graves como lesiones cerebrales y, con fre-
cuencia, hasta la locura. Esto se debe al concepto general, casi universalmente
sostenido, de que la principal función del sueño es que descanse el cerebro
cansado. Aun cuando en realidad haya algo de verdad en esto, de ninguna
manera representa a toda la historia. Por ejemplo, es curioso observar que la
mayoría de los intelectuales medran con mucho menos sueño cada noche que
las personas dedicadas a trabajos manuales pesados. Las biografías de los
novelistas,, científicos y filósofos famosos suelen revelar el hecho de que
trabajan hasta altas horas de la noche y sólo disfrutan de 4 o 5 horas de sueño,
y que esto podía continuar en forma indefinida sin ningún daño aparente para
su salud. Por otra parte, sería casi imposible para un trabajador agrícola hacer
lo mismo y continuar desempeñando eficientemente sus obligaciones al otro
día.
T. A. Ross considera que una importante función del sueño se encuentra en
la desaparición del interés. Como señala, las personas suelen quedarse
dormidas en la iglesia durante un sermón aburrido y mediocre, sin embargo,
rara vez lo harán en un teatro. Encuentro útil señalar tales hechos en un esfuerzo
por calmar los temores del paciente y darle ánimo. Pero no importa la clase de
tratamiento que se decida al final nunca, bajo ningunas circunstancias,
prometo que se recuperará el sueño con rapidez y facilidad. Más bien animo al
paciente a creer que por el momento no importa mucho su falta de sueño, y
que tarde o temprano, como resultado del tratamiento, lo recuperará. Entre
tanto, nada temible o serio le acontecerá.
La hipnosis puede resultar muy útil en el manejo del insomnio, y es
sorprendente lo fácil que responden los casos de tipo más benigno a la sugestión
hipnótica. Los casos crónicos que han dependido de drogas por mucho tiempo y
en los cuales predominan las perturbaciones emocionales y la tensión son, sin
embargo, mucho más difíciles de tratar. No obstante, con perseverancia, se
interrumpirá gradualmente la dependencia a las drogas, ya que por lo general,
es una dependencia puramente psicológica.
Las personas que padecen de insomnio por lo general no son buenos sujetos
hipnóticos. Por una razón, encuentran muy difícil relajarse, y se puede originar
265
mucha resistencia al proceso de inducción. Por lo general son hipersensibles a la
palabra dormir, la sola mención de la cual hace que permanezcan más
despiertos.
Al intentar hipnotizar a un paciente que sufre insomnio, siempre
deberá evitarse el uso de la palabra dormir en el curso de la inducción.
La palabra dormir, por asociación de ideas, revivirá de inmediato en la
mente del sujeto exactamente las mismas dudas, temores y ansiedades que le
impiden dormir todas las noches, y en esta forma se paralizará su
habilidad para responder a la inducción. Por fortuna, esta dificultad puede
salvarse con facilidad mediante la sustitución de las palabras cansado, relajado
y amodorrado, en cualquier método de inducción que se emplee.
Insomnio agudo
Insomnio crónico
El tratamiento del insomnio crónico es mucho más difícil, pero todavía bien
vale la pena. Por lo general el paciente estará extremadamente agitado, tenso y
literalmente asustado hasta la muerte de las consecuencias de no poder dormir.
Algunos toman todas las noches grandes cantidades de droga con efectos
gradualmente decrecientes. Otros están aterrorizados ante la continua necesidad
de depender de las drogas hipnóticas, pues temen la posibilidad de volverse
adictos. Las personas emocionalmente perturbadas en esta forma, es obvio
que el darles confianza es de máxima importancia, y hasta que ésta se haya
aceptado hasta cierto grado, no sólo es probable que sea difícil la inducción del
trance, sino que la profundidad será casi imposible de lograr. Aun cuando se
lograra el trance, sería muy raro que las sugestiones directas de recuperación del
ritmo del sueño normal pudieran tener éxito.
No es sólo la incapacidad para relajarse lo que hace a estos pacientes sujetos
hipnóticos difíciles. Aun cuando el relajamiento constituye una parte integral de
266
la mayoría de los métodos de inducción, desde luego no es esencial para la
producción del esta-do hipnótico. Después de todo, muchos ejecutantes teatrales
hipnotizan a sus sujetos mientras éstos están de pie, en tales circunstancias, por
cierto que no pueden estar relajados. La desventaja más importante es, desde
luego, la perturbación e inestabilidad emocional del paciente, la que hace que
con frecuencia le resulte imposible concentrarse lo suficiente. Debido a esto,
conviene ir muy despacio y nunca intento inducir la hipnosis en el curso de la
primera entrevista. Tampoco intento lograr muy rápido la profundidad, ya que
encuentro que es más efectivo hacerlo en unas 3 o 4 sesiones. En el insomne
crónico, la agitación va acompañada por lo general por una depresión
fundamental de diversos grados y esto, en sí, hace más difícil la inducción y
profundización de la hipnosis. En tales casos, suelo encontrar muy útil reducir
su tensión y su inestabilidad emocional hasta cierto grado empleando 15
mg de fenelzina y 4 mg de perfenazina, tres veces al día durante una semana
o dos, antes de comenzar el tratamiento hipnótico; esta combinación ha
resultado de mucha eficacia en los estados de agitación, aun cuando no puedan
observarse signos obvios de depresión. Sargent, Hare y otros, han indicado que
los efectos benéficos de la fenelzina y de otros inhibidores de oxidasa mono
amínica en padecimientos depresivos se deban más a su acción sedante para
aliviar la ansiedad que a cualquier acción antidepresiva específica. He notado
esto en mi propia experiencia clínica, y es asombrosa la frecuencia del éxito
con esta pre medicación y la forma en que facilita la hipnosis.
El insomne por lo general comienza a preocuparse mucho antes de
irse a la cama. Sabe demasiado bien que ya ha utilizado todos los remedios
acostumbrados una y otra vez sin ningún resultado. La lectura de libros
hasta las primeras horas de la madrugada, o el contar borregos, es
completamente inútil e ineficaz. Es esencial una rutina adecuada. Debe
animarse al paciente para que haga bastante ejercicio y respire aire puro
todos los días. Las bebidas y los baños calientes antes de acostarse pueden
ser de gran ayuda, y es importante que se instruya al paciente que se
acueste a la misma hora todas las noches. El cuestionario preliminar ya
habrá arrojado mucha luz sobre la naturaleza de sus temores y ansiedades
particulares, a las cuales se pondrá atención en el curso del tratamiento.
Mi propio procedimiento es inducir al paciente en un trance
hipnótico lo más profundo posible, en forma gradual, en el transcurso de 3
o 4 sesiones. Tengo la costumbre de variar el método de inducción de acuerdo
267
con el paciente en particular con quien estoy tratando, pero casi
invariablemente me abstengo de emplear cualesquiera sugestiones de
relajamiento en absoluto, hasta que se haya logrado el estado hipnótico.
Una rutina típica y efectiva es como sigue:
268
por esta ocasión. Durante las sesiones siguientes, obtengo la mayor
profundidad posible empleando la secuencia acostumbrada de respuestas gra-
duadas.
En trance, tan profundo como sea posible, digo al paciente que una de las
principales causas de su falta de sueño, es que se preocupa por las
consecuencias de no dormir. Una vez más le indico que si no duerme es
probable que nada serio le ocurra, y que esa preocupación le causará mucho
más molestias que el insomnio. En otras palabras, hago todo lo posible por
instilar las siguientes ideas en su mente: "Si duermo ... ¡tanto mejor! Si no
duermo ... nada importa, tarde o temprano dormiré". Si bien todo esto ya se ha
dicho en estado de vigilia, es de máxima importancia que se repita en el estado
de trance.
Después continúo con la acostumbrada rutina para fortalecimiento del ego,
con particular énfasis en aquellas partes dirigidas al relajamiento y al alivio de
la tensión. Encuentro que, transcurridas unas cuantas sesiones, a medida que el
paciente comienza a sentir que el relajamiento hipnótico en realidad está
aliviando y disminuyendo su tensión, tiende a responder más y más a la
sugestión de que, en la medida que pueda relajarse en la cama, se habrá eli-
minado la principal causa de su insomnio y que, en consecuencia, se dormirá
con más facilidad, con más rapidez y más profundamente.
Por lo general, el paciente ha estado tomando sedantes en varias
combinaciones y en dosis cada vez mayores por un largo periodo, durante el
cual su tolerancia ha ido aumentando gradualmente. El mismo está consciente
de este hecho, el cual le preocupa mucho. Sería un grave error privarlo de sus
drogas para dormir. El principal objetivo es volver a establecer un patrón de
sueño por cualquier combinación de medios que logren este propósito. Des-
pués, bajo hipnosis, se puede sugerir la disminución gradual de la dosis de
drogas. Por lo general indico que la razón de que los sedantes fueran efectivos,
era que disminuían la ansiedad y así facilitaban el sueño. Ahora que la tensión
había sido disminuida por el tratamiento, y podía relajarse con más facilidad,
podría dormir con dosis más pequeñas. Una vez que está listo para esto, le sugie-
ro que principie por tomar sólo la mitad de la dosis acostumbrada cuando se
fuera a la cama, y la otra mitad cuando se despertara a media noche, pero
sólo si era absolutamente necesario. En mi experiencia, a la mayoría de estos
pacientes les disgusta tener que depender de drogas, y tanto que están
encantados de poder reducirlas una vez que han adquirido la confianza para
hacerlo.
269
Inmediatamente después de las sugestiones para fortalecimiento del ego,
procedo con las instrucciones precisas para la rutina nocturna
Como resultado de este tratamiento ... se sentirá más relajado ...
menos tenso y ansioso ... cada día.
A medida que se aproxime el momento de irse a la cama ...
usted se sentirá más y más agradablemente cansado.
Irá a la cama a la misma hora, todas las noches ... y ... tan pronto
como ponga la cabeza en la almohada ... comenzará a relajarse
... exactamente como l o hace, mientras está en esta silla.
No se preocupará respecto a si va a dormir o no ... usted dedicará
toda su atención a dejar que todo su cuerpo se relaje.
A medida que lo hace ... notará una sensación de pesadez en el cuerpo
... Como si principiara a sentirlo tan pesado como el plomo ... como
si se estuviera hundiendo ... cada vez más y más ... en el colchón.
Y cuando eso suceda ... se sentirá cada vez más somnoliento ... y
ahora ... sus ojos se cerrarán ... y entrará en un sueño natural y
saludable ... que durará toda la noche ... hasta el momento en que
acostumbre levantarse por la mañana.
Si ... por cualquier razón, se despertara durante la noche ...
no se preocupará.
Fijará la vista en el techo ... y se concentrará para producir el mismo
relajamiento ... pesadez ... y somnolencia ... una vez más.
Y ... en un tiempo muy corto ... sus ojos se cerrarán ... y caerá otra
vez en un sueño natural ... que durará ... completamente inalterado
… hasta el momento acostumbrado de levantarse por la mañana.
270
alrededores agradables, con su mente en calma y sin preocupaciones,
sintiéndose progresivamente más y más soñolienta Una vez que esto ha
ocurrido, se le dice al paciente que imagine la misma escena pacífica todas
las noches, cuando se encuentre en la cama, y que experimente las mismas
sensaciones de relajamiento y somnolencia.
La autohipnosis, enseñada mediante sugestión posthipnótica, es de gran valor
en estos casos.
Cuando esté leyendo esta tarjeta ... comenzará a sentir los ojos mucho
muy cansados. Se sentirá cada vez más somnoliento y más somnoliento
... sus ojos querrán cerrarse ... y, dentro de unos momentos ... cuando
haya terminado de leerla ... sus ojos se cerrarán inmediatamente ...
y habrá entrado, de pronto, en un sueño, igual de profundo que éste.
271
Estás ahora tan profundamente dormido ... que, en unos momentos ...
cuando cuente hasta cinco ... abrirás los ojos ... sin despertar de este
profundo sueño.
Tus ojos se abrirán ... podrás ver, con toda claridad….
pero no despertarás de este sueño tan profundo.
Ahora ... ¡abre los ojos!
272
lo general, le digo, durante el trance, que la tarjeta sólo tendrá efectos durante
la noche, cuando se haya desvestido y esté en la cama, y que la tarjeta le será
entregada por su madre. No existe la más ligera duda respecto a la eficacia de
este procedimiento, pues puedo recordar un caso en el cual funcionó
admirablemente bajo las condiciones especificadas, sólo falló una noche,
cuando la madre estaba fuera y la tarjeta le fue entregada por su padre, sin que
surtiera el más mínimo efecto.
Esta técnica tiene tanto éxito en adultos como en niños, siempre que se
haya logrado el trance sonámbulo. Aun cuando no es esencial la amnesia
completa, siempre es ventajosa, cuando se puede lograr.
273
CAPITULO 18
274
embarazosos indebidamente, rara vez parecen mejorar en algún grado
notable.
El prospecto también es mucho peor en el caso de niños que nunca han
sabido hablar correctamente. Quienes una vez hablaron con normalidad y
posteriormente desarrollaron el tartamudeo, por lo general responden mejor al
tratamiento.
El tartamudeo varía mucho en su intensidad y puede ser leve o sumamente
grave, acompañado de los espasmos de varios músculos, contracciones o
incluso parpadeos. El nerviosismo, la timidez, el embarazo y el temor
conducen a la tensión, la que por lo general afecta los músculos de la laringe,
garganta, cara, lengua y labios, incluso el
diafragma y los músculos del sistema respiratorio pueden quedar implicados.
Mientras más trata el paciente de vencer su defecto de dicción parece
presentarse una mayor incoordinación muscular, con el resultado que el
espasmo llega a aumentar mucho.
No siempre se da uno cuenta de las agonías mentales que experimenta el
tartamudo, en especial cuando este defecto puede perjudicar su carrera o sus
oportunidades de progreso. Sus sentimientos de inferioridad son cada vez
mayores. El hablar se asocia más y más con la ansiedad, el mecanismo del
lenguaje queda momentáneamente paralizado y su inseguridad es manifiesta
en el tartamudeo. Teme tener que hablar a otras personas. Cada vez es más
tímido y embarazado. Teme cada vez más al fracaso, a ser criticado y a
parecer ridículo. Es incapaz de pensar con claridad mientras habla con otros
puesto que siempre está pendiente de las palabras que cree que no podrá
pronunciar. Tiende a crearse fobias orientadas a sacarlo de las situaciones
difíciles y a retirarse cada vez más de la gente como resultado de su dificultad
para hablar; esto conduce a una pérdida progresiva de su autoestima. Su
defecto de dicción se hará menos notable si se encuentra en compañía de
amigos o relaciones que tengan conocimiento de él, y se hará más
pronunciado cuando está con extraños. Es probable que empeore cuando se
encuentra en presencia de personas con autoridad y en las ocasiones que sean
de importancia para él. Puede tener dificultad y titubeos al empezar a hablar, o
su dicción puede interrumpirse por su incapacidad para pronunciar ciertas
palabras o consonantes y no podrá continuar. Mientras más intentos haga, peor
será su tartamudeo. En muchos casos, los tartamudos tienden a pensar más
rápido de lo que pueden hablar, y sus esfuerzos para compensarlo sólo
conducen a aumentar la dificultad.
275
El tratamiento, especialmente bajo hipnosis, es probable que sea de mayor
valor en los niños pequeños: en los de más edad, los resultados son de poco
valor. En los casos en que no se obtiene ninguna mejoría, la hipnosis es más
efectiva cuando se combina con logopedia, administrada por experto
reconocido.
Tratamiento
276
3. Deben darse sugestiones generales de tranquilidad, relajamiento físico y
mental, confianza incrementada y seguridad en sí mismo.
4. Deben fomentarse los sentimientos de igualdad, eliminando cualquier
sentimiento de inferioridad.
5. Debe decirse al paciente que llegará a interesarse tanto en lo que tiene
que decir, que se le desarrollará una confianza completa en su habilidad para
decirlo.
6. Deberá explicársele que ponga la menor atención en lo que tenga que
decir, y mucha atención en la forma en que lo diga.
7. Debe enfrentarse al hecho de que tiene ese impedimento estar preparado
para admitirlo, no sólo para sí mismo, sino ante los demás, que se darán
mucho menos cuenta de lo que él piensa.
8. Se le debe decir que, en la vida diaria, adquirirá el hábito de hablar más
despacio y más pausadamente, y que esto lo ayuda: mucho en su dicción.
277
Se verá que la verdadera base del tratamiento se encuentra la persuasión y
en la reeducación, con las cuales el paciente tiende a mostrar más tolerancia
hacia sí mismo y hacia otros, y a aceptar sus propias limitaciones. Debe
animársele a que practique con regularidad y, respecto a esto, cuando se
enseña la autohipnosis eso puede ser de gran ayuda.
Wolberg sostiene la opinión de que algunas formas de entrenamiento de la
dicción hacen tanto mal como bien, y suelen tener malos efectos psicológicos.
Considera que poniendo énfasis en la fuerza de voluntad y en el control, se
concentra mucho la atención sobre la mecánica de la dicción en vez de sobre
lo que se dice. Debido a esto, el paciente llega a estar cada vez más
consciente de su dificultad.
278
Si ... en cualquier momento ... comenzara a sentir alguna dificultad
con una palabra o consonante en particular ... nunca intentará
obligarse a decirla ... eso empeoraría las cosas ... y siempre agravaría el
tartamudeo.
Dejará de hablar de inmediato ... por unos momentos ... y durante ese
breve periodo de silencio ... se relajarán por completo los músculso
de su cara ... de su garganta ... de su lengua y de sus labios ... incluso
los músculos del pecho que controlan su respiración ... de
manera que cuando comience a hablar otra vez ... la palabra difícil saldrá
sin ninguna dificultad ... y podrá continuar con mucho menos dificultad.
En realidad ... la pausa será tan breve que apenas será notada por las otras
personas ... mucho menos, en verdad, que el tartamudeo. Como resultado
de esto ... su dicción mejorará constantemente ... y será más fácil y más fácil.
279
Los tics son más comunes en los niños que en los adultos. Pueden
presentarse en ambos sexos, y la mayor incidencia se encuentra entre las
edades de los 7 a los 12 años. Estos niños suelen ser normales e inteligentes,
pero sumamente nerviosos, inquietos, superactivos y excitables, similares en
todos los aspectos a los que desarrollan asma, enuresis nocturna y tartamudeo.
La herencia puede ser de importancia y en ocasiones los tics pueden ser
imitativos. Pueden iniciarse por algún estímulo externo, como una inflamación
local. La blefaritis o la conjuntivitis pueden producir un tic de `parpadeo" que
persiste hasta mucho después de que se ha eliminado la condición local. Sin
embargo, con mucha mayor frecuencia la ansiedad desempeña un papel de
importancia, y los tics son la expresión externa de conflictos psicogénicos.
Ciertamente, siempre indican la necesidad de alguna forma de investigación
psiquiátrica, ya que con mucha frecuencia se presentan en un cuadro general
de desajuste psicopático.
Los tics más comúnmente observados son los que implican a los músculos
faciales. Por lo general aparecen como gesticulaciones, parpadeo incesante,
frucimiento de la boca. También pueden presentarse aclaramiento continuo de
la garganta, movimientos bruscos de la cabeza o de los brazos y encogimiento
de uno o de ambos hombros. En ocasiones son mucho más complicados. Los
tics respiratorios incluyen estornudos, tos e hipo, y los tics múltiples pueden
involucrar a las extremidades y a todo el cuerpo.
Puesto que el carácter compulsivo de los movimientos es tan distintivo, la
diagnosis por lo general es sencilla. Sin embargo, los movimientos
involuntarios deben distinguirse de los que son de origen orgánico, en especial
de los de la corea. Las características típicas que deben observarse son la
naturaleza iterativa de los movimientos en los tics más simples, y la
complejidad y elaboración de los movimientos en los de más gravedad.
El pronóstico es variable. Muchos niños se recuperan por completo, en
tanto que unos pocos continúan gesticulando toda su vida. En ocasiones
incluso se ha sabido que ceden y desaparecen por completo si su presencia ha
sido ignorada totalmente y no se hace ninguna alusión a ellos. Cuando se
mantienen los tics por hábito, y si poca o ninguna ansiedad está presente, es
probable que el pronóstico sea malo. Ciertamente, cuando hay ansiedad, se
incrementa la posibilidad de tratarlos con éxito. Los tics de los cuales el
paciente parece no darse cuenta, son mucho más' resistentes que aquellos de
los cuales está plenamente consciente.
280
Tratamiento de los tics
Sea que causen molestias al niño o no, lo cierto es que los tics son en
extremo molestos para todos los demás miembros de la familia. Un
interrogatorio superficial por lo común establecerá el hecho que aparecieron
por primera vez en una ocasión en que el paciente estaba emocionalmente
alterado y que sólo en fecha posterior se convirtieron en habituales.
Por lo general se cree, y es una idea completamente errónea, que los tics se
pueden tratar con facilidad por medio de la hipnosis. Es cierto que casi
siempre se deben a conflictos psicológicos que suelen originarse por
dificultades ambientales, pero en tanto estén todavía activos tales conflictos y
aún operen las dificultades ambientales, es muy improbable que cedan a las
sugestiones hipnóticas directas, y se requerirá alguna forma de psicoterapia a
escala total a una "terapia de penetración". Por otra parte, si los factores
causativos originales ya hace mucho que desaparecieron y ha persistido el tic
sólo como un hábito o reflejo condicionado, entonces se mejoran mucho las
perspectivas de éxito con el tratamiento hipnótico. En consecuencia, la tarea
es capacitar al niño para que se acondicione a su ambiente y a que supere sus
dificultades emocionales. Estas pueden haber sido originadas por su
incapacidad para ajustarse a su hogar o al ambiente de su escuela. Los tics
suelen ser una reacción directa a tales dificultades y representan una expresión
también directa de los sentimientos inconscientes del niño de hostilidad y
disgusto hacia cosas o personas. Por lo tanto, la vida hogareña del niño debe
investigarse cuidadosamente, así como las relaciones con sus padres, en
especial con su madre. Se sabe que los tics suelen iniciarse como resultado de
riñas en el hogar o a la pérdida de uno u otro de los padres. También deben
investigare las dificultades escolares. Siempre que sea posible, deberán
corregirse los factores molestos, dirigiendo el tratamiento hacia la actitud del
niño hacia ellos.
Schneck indica que la tensión es la raíz de la mayoría de los padecimientos
infantiles, y que el conflicto, la represión y la frustración dan como resultado
la producción de ansiedad, la que primer causa tensión y luego la neurosis. Se
puede emplear la hipnosis para eliminar la tensión y permitir al médico la
reeducación tanto del niño como de los padres. En esta forma podrá
deshacerse del conflicto, la represión y la frustración, y es probable que
desaparezca el tic.
281
Al usar la hipnosis, encuentro que entre más profundo sea el trance habrá
más probabilidades de éxito en el tratamiento. Por fortuna, esto no presenta un
verdadero problema en la mayoría de los niños. Igual que para la enuresis
nocturna y para el asma, siempre precedo cualesquiera sugestiones directas
con la rutina modificada para el fortalecimiento del ego (Pág. 231), a la cual
por lo general agrego sugestiones de relajamiento que persistan después que el
niño haya despertado. Luego introduzco poco a poco las sugestiones directas,
asociando este relajamiento con la desaparición del tic, en la forma que sigue:
A medida que estés ... y a medida que permanezcas ... más y más
relajado,
cada día ... aunque ya no estés conmigo ... así ... los músculos
de tu cara (cuello, hombros, brazos etc.) se irán relajando más
cada día ... y dejarán de gesticular.
En unos momentos ... voy a contar despacio hasta cinco ... y cuando
cuente cinco ... tu cara dejará de hacer gestos ... y los músculos que
darán completamente relajados ... completamente quietos.
282
El hábito de roerse las uñas es más molesto para los padres que para el
mismo niño. Sin embargo, siempre debe ser considerado como una indicación
para inquirir en los problemas emocionales de éste. Los padres sensatos le
dirán -exactamente cuándo comenzó el hábito e incluso podrán sugerir la
causa probable. El nacimiento de otro niño -asistir a la escuela por primera
vez, una enfermedad- o el internamiento a un hospital, pueden ser causas de la
iniciación del hábito. En ocasiones, se ha sabido que se inicia sólo unos
cuantos días después de haber sido separado de los padres y, en tales casos,
por lo general responde con mucha rapidez a la sugestión hipnótica directa.
Pero, cuando el hábito de roerse las uñas está asociado con conflictos
emocionales o desajustes continuos, la sugestión directa rara vez tendrá éxito
y también debe usarse la hipnosis para resolver los conflictos, para aliviar la
tensión, para reestablecer un sentimiento de seguridad y para reeducar al niño.
Tratamiento de la onicofagia
283
más, mientras más profundo sea el trance, el tratamiento tendrá probabilidades
de ser más rápido y efectivo. Este procedimiento parece que logra un éxito
particular tratándose de una paciente femenina:
A medida que crezcas ... serás cada vez más y más atractiva.
No desearás que tu apariencia se eche a perder por unas manos feas.
Unas manos hermosas y unas uñas bien formadas te harán mucho más
atractiva ... y desearás hacer cualquier esfuerzo para dejar de roerte
las uñas y maltratártelas.
Con mi ayuda ... podrás cesar de roerlas totalmente ... y pronto
empezarán a crecer.
A medida que tus nervios se vuelvan más fuertes y más firmes ... a
medida que te vuelvas más calmada y más relajada, cada día ... así,
no habrá ninguna razón para que sigas mordiéndote las uñas.
Ya no querrás morderlas ... dejarás de morderlas.
Si en alguna ocasión las empiezas a morder, sin darte cuenta de lo que
estás haciendo ... en el momento en que los dedos te toquen la boca ...
te darás cuenta inmediatamente de lo que estás haciendo ... y podrás
detenerte en el acto ... antes que te causes ningún daño en absoluto.
De ahora en adelante ... dejarás de morderte las uñas ... te comenzarán
a crecer ... y te sentirás orgullosa de tus manos.
284
particular, sin embargo, se harán necesarias bastantes sesiones frecuentes, y
aun cuando comiencen a crecer las uñas, se puede necesitar reforzar las
sugestiones más o menos una vez cada quince días por algún tiempo. En mi
opinión, el aumento de la motivación es un método muy superior y es
probable que los resultados sean más permanentes.
Un método alternativo es permitir que se muerda una o dos uñas en tanto
se permite que las demás crezcan. Una vez que esto tiene éxito, sorprende la
frecuencia y rapidez que se erradica el hábito totalmente.
Con frecuencia he observado que si bien el paciente en realidad ha dejado
de roerse las uñas después de una o dos sesiones, parece sustituir ese hábito
por el de picárselas. Esto ocurre con más frecuencia -en los adultos y en los
adolescentes que en los niños. Esto no es difícil tratarlo, ya que la inclusión de
sugestiones específicas prohibiendo esto también, por lo general hará que
cese.
285
Cuando crezcas ... querrás que tus dientes luzcan bellos y atractivos,
¿no es así?
Si eso deseas ... tendrás que hacer todo lo posible, con mi ayuda, para
dejar de succionarte el pulgar y los otros dedos. Puedo ayudarte para que
ya no lo hagas.
Si continúas succionándote el pulgar, tus dientes se torcerán y se
pondrán feos a medida que crezcan.
Esto no sucederá si dejas ahora de succionarte el pulgar ... y voy a
ayudarte para que así lo hagas.
286
La mayoría de las personas se ruborizan en una u otra ocasión, en especial
cuando son jóvenes, pero no les causa ninguna preocupación y los incidentes
pronto quedan olvidados. Después, parece que tienen más control sobre sus
vasos sanguíneos y pierden el hábito de ruborizarse. Sin embargo, en otras
personas, el rubor hace una profunda impresión y llega a asociarse con un
cúmulo de recuerdos desagradables. En consecuencia principian a tener temor
a ese hábito y, mientras más se preocupan, es más probable que produzcan
precisamente lo mismo que están temiendo. Es difícil darse cuenta de los
sufrimientos mentales que tales personas padecen siempre que tienen que
aparecer en público, en reuniones, conferencias e incluso en eventos sociales.
En la mayoría de los casos, llegan a extremos para evitarlos y cesan de
concurrir, casi por completo.
A medida que usted se relaje más ... y esté menos tenso cada día ...
así ... permanecerá más relajado ... y completamente tranquilo ...
cuando se encuentre en presencia de otras personas ... sin importar que
sean pocas o muchas ... sin importar que sean amigos o extraños.
Podrá estar con ellas en términos iguales ... hablar con ellas con toda
tranquilidad ... sin sentir timidez ... sin sentir embarazo ... sin sentir
confusión ... sin sentirse notorio en alguna forma.
Tendrá más confianza en sí mismo ... más seguridad ... y estará tan
profundamente interesado en lo que tenga que decir ... que estará
mucho menos consciente de usted mismo ... y de sus propios sentimientos.
Y debido a que usted estará inalterable y emocionalmente calmado ...
ya no se ruborizará con tanta facilidad ... o con tanta frecuencia.
Si siente que va a ruborizarse ... no se preocupará, ni se sentirá inquieto
o confundido ... podrá ignorarlo por completo ... y seguir conversando sin
alterarse en lo más mínimo.
Y debido a esto ... desaparecerá con mucha rapidez ... de manera que
el rubor no será observado por otros.
Mientras menos se preocupe por eso ... se presentará con menos
frecuencia e intensidad ... y con cada tratamiento ... ocurrirá cada vez
menos ... hasta que, finalmente, ya no le suceda en absoluto.
287
He encontrado que este método es muy efectivo y suele producir buenos
resultados. La terapia tendrá que prolongarse por 10 a 12 sesiones o más en
los casos graves, si se quiere eliminar la molestia por completo.
Así que llegue a estar ... más relajado y menos tenso, cada día ...
así ... permanecerá más relajado ... y menos tenso ... cuando se
encuentre en presencia de otras personas ... no importa que sean pocas
o muchas ... no importa que sean amigos o extraños.
Usted podrá tratar con ellos en igualdad de condiciones ... y se sentirá
mucho más tranquilo en su presencia ... sin el más ligero sentimiento
de inferioridad ... sin sentir timidez…sin sentirse embarazado o
288
confuso ... sin sentir que se está haciendo notar en ningún sentido.
Llegará a estar ... tan profundamente interesado ... tan profundamente
absorto en lo que está diciendo ... que se concentrará completamente
en ello, con completa exclusión de todo lo demás.
Y debido a ello ... quedará perfectamente relajado ... perfectamente
calmado y dueño de sí mismo ... y será mucho menos tímido y mucho
menos consciente de sus propios sentimientos. Por lo tanto, podrá hablar
con toda libertad y naturalidad ... sin preocuparse en lo más mínimo
por la presencia de su auditorio.
Si principia a pensar en usted ... inmediatamente regresará su atención
a su conversación ... y ya no experimentará la más mínima nerviosidad ...
incomodidad ... o inquietud.
Cuando sea probable que el paciente sea llamado a aparecer ante el público, a
pronunciar un discurso o a dar una conferencia, lo anterior bien puede
modificarse en la forma que sigue:
289
sugerirse a sí mismo, durante la hipnosis, que poco a poco lo hará sin
nerviosismo, sin timidez y sin temor en la vida real.
He ayudado a muchos pacientes con esta técnica, que parece ser
extraordinariamente efectiva. Por cierto, algunos meses después, me han dicho
que siempre que tienen que pronunciar un discurso o decir unas palabras en
público, han formado el hábito de llegar temprano para encontrar un lugar
tranquilo en donde puedan pasar unos cinco minutos antes de entrar a la
reunión. Ahí, se inducen un trance autohipnótico, en el curso del cual se
sugieren a sí mismos que en el momento en que principien a hablar, todo
nerviosismo desaparecerá por completo, y que se sentirán completamente
calmados y relajados, y que llegarán a interesarse tanto y quedarán tan
absortos en lo que tengan que decir que permanecerán completamente
confiados y dueños de sí mismos.
Obsérvese la forma en que estas autosugestiones tienden a actuar
posthipnóticamente a la señal de en el momento en que principie a hablar.
Con frecuencia puede usarse la hipnosis con mucha eficacia para ayudar a
los estudiantes a lograr más eficiencia en sus estudios. Muchos no se dan
cuenta de todas sus capacidades naturales debido a los muchos factores que
tienden a interferir con el uso eficaz de la mente. La falta de atención, la
distracción y la incapacidad para concentrarse lo suficiente, e incluso el
desagrado por el tema que se va a estudiar, todo ello hace que el estudiante se
quede atrás en sus trabajos y se vuelva ansioso y desalentado.
Si se piensa en el tratamiento hipnótico, lo primero que se debe hacer es
discutir toda la situación con el estudiante para descubrir la naturaleza exacta
y si es posible, la causa de las dificultades que está experimentando. Deberá
ser interrogado estrechamente acerca de su vida en el hogar, las condiciones
de su trabajo, sus hábitos, sus relaciones interpersonales, su actitud hacia sus
profesores, y sus ansiedades y preocupaciones particulares. Como resultado de
esto, los factores emocionales que lo alteran (que, rara vez están muy
arraigados), suelen salir a la luz, y puede darse un consejo adecuado tanto en
el estado hipnótico como de vigilia, el cual ayudará a vencerlas.
290
En el caso de niños escolares, siempre es esencial hablar también con los
padres. Con mucha frecuencia éstos se muestran sumamente ansiosos para que
los niños tengan éxito e inconscientemente los presionan demasiado o, con la
mejor de las intenciones, repetidamente subrayan la importancia de pasar los
exámenes y los resultados desastrosos de un fracaso; el niño se vuelve
resentido y crea un sentido de inferioridad con ansiedad excesiva y completa
falta de confianza. Siempre que esto sea así, debe recomendarse a los padres
que alteren sus actitudes y su conducta si quieren obtener buenos resultados.
Si el niño se siente desanimado en sus esfuerzos de llevar el paso de los
demás, y si sus dificultades parecen originarse como resultado de relaciones
molestas con ciertos profesores, en ocasiones puede ser necesario un cambio
de salón o incluso de escuela, como paso preliminar. Cada caso individual
debe considerarse cuidadosamente sobre sus propios méritos.
El tratamiento necesariamente debe ser un tanto prolongado, pero los
resultados por lo general son satisfactorios. Obviamente, mientras más
profundo sea el trance hipnótico y el tratamiento se pueda dar con más
frecuencia, más rápido y eficaz será éste. He encontrado que en los casos en
los cuales tuve éxito, se han necesitado de 12 a 18 sesiones semanales. Esto
puede parecer mucho tiempo, hasta que uno se da cuenta que la esencia del
tratamiento es inculcar un hábito. Antes de iniciar el tratamiento, uno debe
encontrar las horas más convenientes para distribuir diariamente el estudio, de
manera que se puede arreglar un programa regular de trabajo y apegarse a él.
Una de las ventajas de esto descansa en el hecho de que las horas exactas que
se acuerden pueden ser incorporadas en las sugestiones que se hagan, y
entonces es probable que sean obedecidas posthipnóticamente.
Siempre principio con la acostumbrada rutina de fortalecimiento del ego,
incorporando cualesquiera sugestiones específicas que parezcan apropiadas
para las particulares dificultades del individuo. A continuación prosigo con
sugestiones directivas más enérgicas, orientadas a corregir las actitudes del
estudiante y a regularizar sus hábitos. Estos tienen mucha importancia, ya que
actúan posthipnóticamente y resultan muy fortalecidos por cada tratamiento
hipnótico subsecuente.
Todos los días ... (a tal y tal hora) ... usted adquirirá el hábito de
trabajar por lo menos dos horas ... sin falta. Podrá pensar con más
claridad ... podrá concentrarse con mucha más facilidad.
Resultará ... tan profundamente interesado y absorto en lo que está
291
estudiando, que podrá dedicar toda su atención a lo que está haciendo ...
con la exclusión total de todo lo demás.
Debido a esto ... usted podrá penetrarse de las cosas y comprenderlas
con más rapidez ... con más facilidad ... y quedarán tan profundamente
grabadas en su memoria que no las olvidará.
Con cada tratamiento que reciba ... su memoria mejorará grandemente ...
y su trabajo se hará más y más fácil.
No sólo podrá recordar lo que ha aprendido ... sino que podrá
recordarlo sin dificultad ... siempre que necesite hacerlo.
292
Me he dado cuenta de que la combinación de las dos técnicas recién descritas
tiene mucho éxito en los muchos casos que he tratado; los dos que siguen
representan los principales tipos de problemas con los que se tiene que tratar.
293
que el director pudiera apreciar la diferencia en su actitud y le permitiera
repetir el curso otra vez, para intentar el examen de admisión. Al final de los
cursos de verano, su reporte escolar había mejorado notablemente aun cuando
su colocación no era mucho mejor. Se notó que había trabajado mucho en
todas las materias y era obvio que había hecho un gran esfuerzo. Como
resultado de su desempeño y de su cambio de actitud, se le permitió que re-
pitiera el año.
Durante las vacaciones de verano lo traté dos veces por semana (un total de
9 sesiones). Ahora el tratamiento estaba dirigido al mejoramiento de sus
poderes de concentración y capacidad de aprendizaje, a mejorar su memoria y
al fomento del deseo y determinación de continuar estudiando mucho. Para
Navidad, esto se volvió a reflejar en su reporte escolar, pero esta vez la forma
de su posición había mejorado mucho. En el curso de estas vacaciones lo vi
sólo una vez a la semana (sólo 3 sesiones) y continué con el mismo
tratamiento. Su reporte de Pascua mostró mayor mejoría, por lo que el director
comunicó a su padre que tenía buenas oportunidades de aprobar su examen de
admisión en junio. Lo vi sólo en cuatro ocasiones posteriores, en cada una de
las cuales incluí (por primera vez), instrucciones relativas al examen en sí. El
resultado final fue en extremo satisfactorio, ya que aprobó el examen sin nin-
guna dificultad y fue aceptado en el grado superior.
294
CAPITULO 19
Padecimientos Diversos
ENFERMEDADES ORGANICAS
295
en ocasiones la hipnosis puede aumentar y prolongar la acción de los
anestésicos más suaves y así demorar en forma considerable la necesidad de
recurrir a la morfina.
En nuestra forma de abordar este último tipo de caso, temo que solemos
adoptar un punto de vista demasiado perfeccionista, y el hecho de que el dolor
parece ser tan intenso y es tan remota la posibilidad de procurar algún grado
importante de analgesia que con mucha frecuencia nos abstenemos incluso de
considerar el uso de la hipnosis. Tal actitud es totalmente equivocada, ya que
siempre debemos recordar que existen dos componentes principales en todo
dolor:
1. El dolor en sí.
2. El sufrimiento que causa.
296
en su mano derecha, y se procede a inducirlo en esta última como reemplazo
del primero. En ciertos casos, la "distorsión del tiempo" puede proporcionar
alivio al dolor. Cuando recibe la visita de amigos el tiempo transcurre con
rapidez, pero cuando llegan visitas desagradables se pregunta cuándo va a
terminar el día. Este es un ejemplo diario de la "distorsión del tiempo" o del
tiempo subjetivo. Usando este principio, se puede enseñar a un paciente la
forma de sufrir 20 minutos de dolor en sólo 10 segundos de tiempo real, acor-
tando así su duración en un grado tal que los periodos dolorosos parezcan muy
cortos en comparación con el tiempo en que está libre del dolor.
También se puede sugerir al paciente que puede lograr una lenta
disminución progresiva de su dolor. En este caso, se le dice que si el 100% del
dolor que está padeciendo se redujera al 90%, apenas si podría notar alguna
diferencia. Que el nivel podría bajar incluso al 85% ... al 80% ... al 75% ... o
incluso al 70% ... y así sucesivamente, y el paciente con frecuencia lo seguirá
debido a que no se erige de él ninguna tarea importante. Como es natural, en
la hipnosis profunda, los procedimientos "disociativos" pueden ser más
efectivos. Por estas breves citas de los varios métodos posibles de tratar los
dolores crónicos, estoy muy en deuda con un artículo escrito sobre este tópico
por Milton Erickson, entregado al International Congress of Hypnosis and
Psychosomatic Medicine en abril de 1965 en París, que concluía con las
observaciones siguientes:
"En todos esos procedimientos hipnóticos se debe hablar al paciente con
plena intensidad y convicción. También debe uno darse cuenta que quizá
todas estas cosas no den resultado en algún paciente en particular, pero
ciertamente responderá a algunas de ellas, ya que se trata de un ser humano.
En consecuencia, la obligación, como clínico, es estar seguro de presentar
estas ideas, algunas de las cuales quizá sean aceptadas y obedecidas".
297
influir en este estado mental, y debe emplearse además de los procedimientos
médicos acostumbrados. En ocasiones es notable la mejoría sintomática que se
registra una vez que se ha establecido un estado mental de calma, tranquilidad
y relajamiento.
Si se piensa en un tratamiento hipnótico, siempre es prudente principiar por
averiguar la naturaleza de cualesquiera alteraciones emocionales a las cuales
pueda estar sujeto el paciente. Los conflictos conyugales, las aflicciones,
incluso emociones tales como ira y resentimiento, pueden producir
demasiada actividad en la parte del colon. Si los lazos familiares son muy
fuertes, la amenaza de tener que romperlos, como en la perspectiva de un
compromiso y un futuro matrimonio, suele dar como resultado el
exacerbamiento de la enfermedad. En el caso de que se descubran algunas de
estas alteraciones, deben aplicarse las medidas adecuadas para ajustar la actitud
del paciente hacia ellas en el curso del tratamiento hipnótico.
Puesto que los resultados tanto del tratamiento médico como quirúrgico de la
colitis ulcerosa suelen ser poco satisfactorios, bien puede aplicarse la terapia
sugestiva en una etapa temprana. Todo se puede ganar y nada se pierde.
Algunos casos responden ciertamente muy bien, y en el caso de un fracaso,
éste no interfiere en ninguna forma con el tratamiento posterior que pueda
requerirse.
NEUROSIS GASTRICA
298
La mayoría de los individuos que trabajan en exceso y tienen muchas
responsabilidades están propensos a padecer este tipo de enfermedad. Los médicos
y los ejecutivos comerciales de alta categoría tienden a clasificar en esta
categoría. Muchas horas de trabajo y graves responsabilidades, en especial si van
asociadas con hábitos y comidas irregulares, conducen a un estado de
preocupación, ansiedad y tensión constante la cual, si no se trata, al final dará
como resultado inevitable un derrumbe total. Este deterioro se acelerará mucho
si también existen sentimientos inconscientes de insuficiencia, temor a perder el
puesto y ambiciones frustradas, todo lo cual provoca un agudo conflicto
mental contra el cual siempre lucha en vano el paciente.
El tratamiento hipnótico con frecuencia puede ser una valiosa muda en
tales casos, en especial si las dificultades emocionales del yaciente primero se
le exponen y luego se le explican, y si se le ayuda a reajustar su actitud hacia
ellas y a corregir sus malos hábitos. El relajamiento mental y físico que puede
proporcionar la hipnosis beneficiará enormemente a tales pacientes.
La rutina para fortalecimiento del ego forma una sólida base para d
tratamiento hipnótico de estos casos, incorporándole sugestiones para el
bienestar personal, relajamiento mental y físico y confianza incrementada, ya
que muchos de estos pacientes sufren, además, de sentimientos subjetivos de
inferioridad, timidez, irresolución, embarazo y tensión, que casi siempre están
presentes. Sin embargo, no debe esperarse que un padecimiento que se ha
estado tratando el paciente durante años con innumerables medicinas de
patente, píldoras y polvos, vaya a desaparecer rápida o fácilmente. Se requiere
mucha paciencia, ya que la tarea más difícil será la de disipar la expectación
de dispepsia del paciente.
HIPERTENSION ESENCIAL
299
Todavía no se entienden por completo las causas de la hipertensión
esencial, pero es bien sabido que se presenta con frecuencia en personas
ansiosas y excitables, que se preocupan demasiado y que toman la vida
demasiado en serio. Es otro de los padecimientos que caen en la categoría de
"enfermedades de la tensión", de manera que no es de sorprender que el
completo relajamiento mental y físico que se puede alcanzar en el estado
hipnótico con frecuencia puede beneficiar al paciente hipertenso en un grado
considerable. La condición es insidiosa en su iniciación, y puede haber estado
presente mucho tiempo antes que al final se descubra.
El mecanismo fisiológico que fundamenta la hipertensión esencial parece
ser la constricción de las pequeñas arterias como resultado de impulsos
nerviosos. Durante el sueño natural, cuando tanto el cuerpo como la mente
están en completo reposo, estos impulsos se reducen mucho, como resultado
de lo cual los vasos sanguíneos tienden a relajarse, y la presión sanguínea
baja. Esto arroja mucha luz sobre la razón de por qué el tratamiento hipnótico
tiene un éxito tan frecuente en aliviar el padecimiento; también subraya la
ventaja de permitir al paciente que permanezca en estado de trance por
periodos prolongados, siempre que sea posible.
Los síntomas que presenta son tan abundantes como variados. Las jaquecas
punzantes, ataques de vértigo y de bochorno, son muy comunes. Con
frecuencia éstos van acompañados por falta de concentración, memoria
defectuosa y falta de estabilidad mental y emocional.
La hipnosis puede resultar de mucho valor en el tratamiento de estos casos.
Si se puede obtener un trance medio o profundo, la sugestión directa con
frecuencia procurará una mejoría sorprendente en la condición del paciente.
Como es natural, no puede esperarse que se curen casos de hipertensión que
ya hace mucho se han implantado, pero el uso regular de la rutina para
fortalecimiento del ego, colocando un énfasis especial sobre el descanso y el
relajamiento y sobre la importancia de "tomar las cosas con más calma", por
lo general obtendrá éxito en aliviar los sufrimientos del paciente en un grado
considerable y hacer su vida más tolerable.
El beneficio del sueño hipnótico continuo ya se ha mencionado con
brevedad. Una vez que el trance ha sido inducido, se le puede decir al paciente
que despertará, después de varias horas, sintiéndose completamente relajado
tanto mental como físicamente. En forma alterna, se le puede decir que su 300
sueño hipnótico gradualmente se convertirá en sueño natural, del cual
despertará en la forma acostumbrada.
300
LA HIPNOSIS EN LA ANOREXIA NERVIOSA
Tratamiento
301
peligros serán disminuidos con la hospitalización. En forma similar, cuando el
factor causal lo constituyen fuertes actitudes emocionales centradas en el
hogar y en los padres, es de recomendar mucho el cambio de estas influencias
ambientales. Si tal consejo fuera necesario, con frecuencia se encontrará que
los padres son los más difíciles de convencer y que se requiere mucha
persuasión.
Sin embargo, aparte del lugar en donde se emprenda el tratamiento, éste se
debe conducir de acuerdo con ciertos principios básicos. Un interrogatorio
superficial suele tener éxito en revelar algunas de las ideas causantes, las que
con frecuencia son plenamente conscientes. Este interrogatorio es de extrema
importancia, ya que convence a la paciente de que sus motivos son
comprendidos plenamente y se ayuda en esta forma a obtener su confianza.
Cuando existe el temor a la obesidad, deberá señalarse que bajo ningunas
condiciones se espera que se alimente a un grado tal que la haga aumentar
demasiado de peso, de manera que no habrá la más mínima razón para temer a
la obesidad. Por cierto, deben dársele las promesas más solemnes de que de
ninguna manera se permitirá que esto suceda en absoluto, bajo ningunas
condiciones. Tanta presión se ha ejercido sobre la paciente en el pasado que
está lejos de ser fácil darle confianza en esta forma. Por lo general le informo
que estoy en condiciones de prescribir drogas con las cuales disminuirá de
peso con facilidad, y que si sólo cooperara conmigo, y tratara de hacer un
esfuerzo para comer más de las clases adecuadas de comida, tomaría las
precauciones necesarias para hacerla bajar al nivel correcto en el caso de que
su peso aumentara en exceso. Al hacer tal promesa, es esencial que esté
preparado para cumplir su parte en el trato, en el caso de que resulte
aconsejable hacerlo así para aliviar cualquier ansiedad que origine. En todos
mis casos, hasta ahora, nunca he sido llamado para cumplir con esta garantía,
la que ha resultado ser un valioso paso hacia la eliminación del temor y miedo
de la paciente.
Nunca se debe obligar a la paciente en forma deliberada a que tome
alimento. Los aumentos tendrán que ser graduales y pueden pasar varios
meses antes que la paciente pueda tomar una dieta perfectamente normal. Es
sumamente esencial entrevistar a los padres para explicarles la gravedad de la
situación por completo y para ajustar sus actitudes hacia ella. Se les debe decir
que mientras la paciente esté bajo tratamiento y tratando de cooperar no debe
ser molestada por ellos, y que no debe hacerse ningún intento para obligarle a
302
tomar alimento. Si su condición es tal que esto se hace necesario, entonces es
mucho mejor y más seguro internarla en un sanatorio, ya que ahí se logrará
mantenerla aislada y suministrarle una alimentación especial. En tales casos,
esto debe iniciarse de inmediato y no esperar los resultados de la psicoterapia.
En muchos casos será necesaria una estrecha supervisión para evitar engaños
en la ingestión de alimentos.
La dieta voluntaria al principio de una anorexia nerviosa nunca representa
un intento ordinario para disminuir de peso. Siempre existe alguna alteración
psicológica asociada, como miedo, ansiedad, o algún conflicto emocional,
generalmente centrado en la madre. La paciente siempre muestra defectos de
personalidad, a menudo de naturaleza histérica, que existían mucho antes que
se declarara la enfermedad. Entre éstos, el de más importancia es la necesidad
de atraer la atención. Una vez que se ha declarado la enfermedad, a medida
que se deteriora la condición de la paciente, así su personalidad tiende a
desintegrarse en un grado cada vez mayor. Aquí la hipnosis puede resultar en
extremo valiosa y efectiva para a reintegrar la personalidad de la paciente. La
rutina estándar para fortalecimiento del ego, modificada en forma adecuada
para ajustarla a las circunstancias existentes, tiene mucho éxito para logar este
objetivo. Un sencillo interrogatorio bajo la hipnosis por lo general aclarará los
temores pertinentes y los conflictos emocionales orando éstos no son
conscientes, y entonces pueden ser tratados, reajustando poco a poco las
actitudes del paciente mediante la incorporación de las sugestiones necesarias.
El primero, y el más importante, uso de la hipnosis en estos casos s
establecer una relación emocional con la paciente con el fin de matar con su
voluntad de cooperar. Cualesquiera promesas o seguridades que se den deben
repetirse con regularidad en el estado hipnótico. La inspiración de confianza,
la eliminación de la ansiedad y la reeducación gradual de la paciente son de
primordial importancia. Se requiere una infinita paciencia y comprensión,
pero los resultados probarán que valieron la pena.
Las solas sugestiones directas sobre que aumentará el apetito son de muy
poco valor y rara vez tienen éxito. Por cierto, bajo determinadas circunstancias
incluso pueden ser dañinas, ya que, si se aceptan, pueden precipitar un agudo
ataque de ansiedad. Es preferible dirigir tales sugestiones a aumentar el deseo
y la voluntad de la paciente a que coma más de los alimentos adecuados poco
a poco, y a su determinación y deseos de cooperar en lo que más pueda. Tam-
bién debe animársele a que lleve una anotación semanal de su peso.
303
Muchos de estos casos, en especial en las primeras etapas, pueden tratarse
con mucho éxito por el médico general. Los más graves, sin embargo, que
muestran conflictos emocionales profundamente arraigados, deberán remitirse
a tratamiento psiquiátrico sin demora, ya que pueden evolucionar, con
extraordinaria rapidez, hasta un grado alarmante e incluso peligroso.
Sin embargo, en los últimos años nuestra actitud ante este problema ha ido
cambiando y ya no necesariamente suponemos que, en el paciente con
sobrepeso, la acumulación de grasa iguala, en términos generales, a la
cantidad de calorías que ha consumido en exceso del número gastado en las
actividades diarias. Antes, acostumbrábamos considerar a estos pacientes
como "glotones compulsivos", pero ahora sabemos que éste no es
invariablemente el caso. Muchas personas comen en
demasía, no obstante, algunas conservan un peso moderado, algunas están
faltas de peso y otras tienen sobrepeso; así pues, no es correcto considerar a
toda persona con sobrepeso como un glotón compulsivo.
En ocasiones, también encontramos al paciente que gusta de comer en
exceso como medio de reducir la tensión. En este caso, ello representa una
forma de "gratificación oral", la cual se origina cuando la niñez ha estado
asociada con inseguridad y enfermedades. Así, comer parece producir
sensación de paz y felicidad, y representa una regresión al efecto calmante y
reconfortante de la alimentación de pecho en la infancia. Sin embargo, una vez
más es erróneo generalizar. Si miramos a nuestro alrededor, podemos ver a
304
muchos individuos con pipas, cigarrillos o incluso lápices en la boca de los
cuales están obteniendo cierta gratificación oral, pero sería absurdo suponer
que todos esos individuos tuvieron una niñez infeliz, insegura y posiblemente
falta de amor. Como es natural, ambas suposiciones anteriores de "comer en
exceso" y la "gratificación oral" en ocasiones son ciertas, pero desde luego no
son aplicables a todos los casos de obesidad, y sólo pueden ser establecidas en
forma definida por una cuidadosa historia del caso.
Apenas estamos comenzando a comprender algo de la patología y
fisiología de la obesidad, y a reconocer el hecho de que los tipos comunes de
obesidad no se deben a comer en exceso. En realidad, en la obesidad existe un
defecto metabólico que se parece en mucho al de la diabetes, de manera que el
obeso es en realidad un enfermo.
Encontrará que la mayoría de los pacientes obesos ya han consultado a
varios médicos y han intentado toda clase de dietas, perdiendo peso repetidas
veces, sólo para recuperarlo a las pocas semanas. En consecuencia, se han
vuelto cada vez más frustrados y siempre están buscando métodos para tratar
un exceso de peso que no depende de su morigeración. Esto, desde luego, es
una imposibilidad, y se debe aclarar desde el principio que, si bien la hipnosis
puede ayudarlo mucho, es probable que el tratamiento lleve tiempo y que no
habrá ninguna curación rápida o mágica. Por lo general digo al paciente que
imagine que nos encontramos al pie de una colina muy empinada con una
carretilla de mano muy cargada. Es demasiado pesada para que él la empuje
hasta la cima por su propio esfuerzo y sin ayuda. También es demasiado
pesada para mí jalarla hasta ahí por cuenta propia. Pero si él empuja mientras
yo jalo, se subirá con mucha facilidad. En otras palabras, ya no necesitará
hacer el esfuerzo necesario para apegarse a una dieta sin ayuda y, mediante la
hipnosis, puedo aumentar su habilidad no sólo para hacer ese esfuerzo, sino
también para poder sostenerlo. Pero, hipnosis o no hipnosis, a menos que esté
dispuesto a cooperar, una vez más será inevitable el fracaso.
También considero importante que el paciente sepa que su sobrepeso no es
necesariamente culpa suya, y que en muchos casos esto se debe a alteraciones
en el metabolismo. Es extraordinario lo mucho que esto anima al paciente
cuando por primera vez se da cuenta de que algo anda mal. Ya ha sido
castigado tanto, y tanto se ha culpado a sí mismo, que tiene una imagen muy
mala de él y cree que los demás lo desprecian. Por lo tanto, si su condición se
debe a alguna alteración por la cual él, él mismo, no puede ser responsable, ya
305
no tiene por qué sentirse avergonzado. En realidad, una vez que el paciente
obeso queda receptivo a la idea de que su molestia se debe a un metabolismo
defectuoso y que puede ser ayudado a sostener una dieta adecuada con el uso
de la hipnosis, ya entonces estamos en una posición favorable para proceder
con la hipnoterapia.
Tratamiento
306
estoy agradecido por mi presente método para el problema de la obesidad. Le
pido al paciente que visualice a un "catador de vinos" que vierte un poco de
vino en una copa, dedica unos momentos a observar su color y su claridad y
luego levanta la copa hasta su nariz y huele, disfrutando su aroma y "bouquet"
antes de probarlo realmente y de disfrutar por completo de su sabor. Que en-
tonces compare esto con el individuo que destapa una botella de vino y la
bebe de inmediato, y que luego se pregunte cuál de los dos obtuvo el mayor
placer. A continuación le informo que con el uso de la hipnosis, puede
aprender a disfrutar la vista y el olor, así como el sabor de una comida bien
preparada y magníficamente servida, y que aprenderá la forma de saborearla
más plenamente comiendo más despacio. Sobre todo, que comenzará a
apreciar más y más el sabor de los alimentos que le son permitidos, de manera
que su deseo por aquellos que debe evitar poco a poco disminuirá y
desaparecerá.
Con frecuencia encuentro que la relación del trance en sí parece satisfacer
el anhelo de dependencia del paciente y que principia a disminuir sus deseos
de alimento. En consecuencia, creo que el efecto de mis sugestiones queda
aumentado si se dan con firmeza y con cierta dosis de autoridad, una vez que
se hayan hecho las explicaciones preliminares. Después de principiar con la
acostumbrada rutina para fortalecimiento del ego que, en mi opinión, nunca
deberá ser omitida, una vez que he llegado a la etapa que se relaciona con el
relajamiento, procedo en la forma que sigue:
307
adecuadamente y que por lo tanto conduce a la acumulación de grasa.
En la dieta especial que le he prescrito... comenzará el día tomando un
desayuno ligero... digamos, un huevo revuelto o frito y una rebanada de tocino.
También adquirirá la costumbre de comer menos... con más frecuencia...
porque cuando las personas comen menos, y con más frecuencia, tienden
a perder peso más aprisa, que si solo comieran una o dos veces al día.
Aun cuando suspenda los alimentos con carbohidratos (incluyendo pasteles
y pastas) ... los ricos en almidón.. , dulces, etc... todavía quedan
muchos alimentos apetitosos.. . ensaladas, carnes... etc.... que le
principiarán a agradar más y más ... a medida que usted
coma más despacio... disfrutando así en realidad de la vista... el olor... y el sabor.
En consecuencia... ya no se verá tentado a comer entre comidas...
y tendrá menos y menos dificultad para evitar los alimentos que engordan.
Principiará a hacer más ejercicios cada día... y a medida que
gradualmente pierda peso ... se pondrá más saludable y apto ...
y mejorará su apariencia personal.
Todos los días... su deseo y su determinación de apegarse a su dieta... y
de cambiar sus hábitos de comida aumentarán... a un grado tal que
vencerá por completo cualquier tentación de apartarse de ella... hasta que finalmente
desaparezca.
308
es probable que se presente el envenenamiento de todo el sistema. En
consecuencia, recurren a los esfuerzos más extenuantes para lograr un
completo "vaciado', para librarse de los venenos que suponen son la causa de
su letargia o de la pérdida de apetito.
Hablando en términos generales, los movimientos intestinales se suceden
en momentos regulares del día, los cuales varían mucho con los distintos
individuos e incluso de tiempo en tiempo en la misma persona. Si por
cualquier razón se pospone el acto de la evacuación, la necesidad por lo
general pasará, y con frecuencia no se volverá a sentir hasta el momento que
corresponda al siguiente día. Entretanto, los movimientos serán más fuertes y
más difíciles de pasar. Se necesitarán mayores esfuerzos para lograr la evacua-
ción, e incluso éstos pueden ir acompañados de dolores. Esto implica que ha
ocurrido la constipación. Forel señala que la causa final de la constipación es
el estancamiento de las materias fecales en, el intestino, sin importar la forma
en que se produzca. Considera que, en la mayoría de los casos, la constipación
habitual es sencillamente una "neurosis cerebral" crónica.
Las causas de la constipación son muchas. Si la enfermedad orgánica ha
sido eliminada, la constipación no complicada se puede considerar bajo dos
encabezados principales:
1. Errores en la dieta
(a) Alimentación demasiado blanda, deficiente en legumbres y residuos
ásperos.
(b) Alimentación demasiado áspera o irritante, que causa espasmo.
(c) Alimentación demasiado seca, con insuficiente ingestión de líquidos.
(d) Alimentación insuficiente, deficiente en vitaminas.
309
Por regla general, la fruta tiende a producir movimientos más suaves, sin
embargo, con demasiada frecuencia la fruta que constipa a una persona puede
purgar a otra. Es importante que los alimentos proporcionen abundantes
residuos ásperos para que el intestino haga presión y, en este respecto, ver-
duras tales como la col o la haba verde tierna deberán de formar siempre una
parte integral de la dieta. La harina de avena, la harina de trigo entero o pan
moreno, legumbres crudas, cebollas, higos, ciruelas y frutas maduras deberán
ser ingeridas en cantidad suficiente. La ingestión de líquidos con frecuencia
puede ser aumentada provechosamente, y un vaso de agua fría bebida a
pequeños sorbos en ayunas y antes de acostarse suele ser muy útil. Deben
evitarse las grandes cantidades de leche. Una forma de vida sedentaria es más
probable que provoque constipación que una vida activa, de manera que es de
importancia que se hagan ejercicios con regularidad.
La acción de los intestinos tiene una tendencia particular a ser influida por
las emociones, en especial por el temor y la expectación. Ejemplos de esto
pueden observarse con frecuencia en la vida diaria. El deseo de defecar suele
tener la tendencia a presentarse cuando uno teme que se presente, por ejemplo
en los transportes de pasajeros que no cuentan con facilidades para
desahogarlo. Aparte de esto, se pueden presentar espasmos del colon como
resultado de irritación mental, resentimiento e ira. Wolberg indica que en el
campo psicoanalítico, ciertos individuos parecen estar renuentes a desechar
algo debido al temor de perder su propia integridad. La convicción
inconsciente en que se apoyan parece ser que, puesto que nada esperan de los
demás, no tienen la obligación de dar nada a cambio. Esta actitud mental suele
estar simbolizada por la retención fecal y la constipación.
310
paciente a que trate de desalojar los intestinos por lo menos durante diez
minutos, contados con reloj, diariamente, y precisamente a la misma hora. Sin
embargo, no deberá esforzarse demasiado para no provocarse un dolor
abdominal o una jaqueca.
Siempre es conveniente un estado hipnótico tan profundo como sea
posible. Si bien es cierto que en algunos casos que se puede lograr una mejoría
considerable en una profundidad media, he encontrado que, hablando en
términos generales, mientras mayor sea la profundidad, es probable que más
satisfactorios sean los resultados, en especial en los casos de mucha
antigüedad.
Las sugestiones iniciales deben ser de carácter general. Deberán instilarse
sentimientos de esperanza y confianza en la recuperación final y hacer
sugestiones al efecto de que no sólo el deseo de evacuar se hará más frecuente,
sino que también aumentarán mucho los impulsos nerviosos y que los
movimientos peristálticos del intestino se fortalecerán mucho. El efecto
de estas sugestiones puede aumentarse considerablemente tocando el
abdomen. Los antiguos hipnotizadores solían dar mucho énfasis a la
importancia de este procedimiento. Wingfield consideraba que se despertaba
en la mente del paciente el concepto de que en realidad algo se le estaba
haciendo al abdomen, y Moll creía que era un factor de tanta importancia en el
tratamiento que, siempre que fuera necesario, las sugestiones debían ser
fortalecidas tocando la pared abdominal desnuda. Yo nunca he encontrado
ninguna necesidad para esto, quizá debido a que al tocar el abdomen sobre la
ropa, invariablemente induzco una sensación de calor en el estómago y en los
intestinos, y aúno esta sensación con las sugestiones ya mencionadas:
311
tratará de no tomar nota de esto, pero mientras más trate de ignorarlo, el
deseo será cada vez más fuerte. Por fin, los deseos serán tan fuertes, que se
verá obligado a ir al retrete. Wolberg afirma que esta técnica suele ser
efectiva aun mando no se haya logrado ninguna amnesia, pero no tengo dudas
de ninguna especie de que cuando existe amnesia, el éxito será acucho más
rápido y cierto. Por lo general, es preferible no intentar al principio una acción
diaria de los intestinos. Es mucho más prudente comenzar con una acción
sugerida cada dos o tres días, y luego disminuir poco a poco el intervalo.
El grado preciso del éxito que se obtenga mediante el tratamiento hipnótico
de la constipación crónica variará mucho de caso a caso, pero en mi opinión,
siempre vale la pena intentarlo cuando se puede alcanzar una hipnosis
profunda, en especial si va acompañada por amnesia. En ocasiones, los
resultados son en verdad dramáticos. Se ata el caso de un hombre de negocios
que mediante el tratamiento hipnótico logró establecer un hábito regular de
retrete a las 7 de todas las mañanas. Posteriormente se vio obligado a volver a
visitar al hipnotizador con la urgencia de que se alterara la hora pues iba a
salir de vacaciones, y las 7 de la mañana era una hora muy inoportuna.
LA HIPNOSIS EN EL TRATAMIENTO
DEL TABAQUISMO EXCESIVO
312
2. Debe estar dispuesto a dejar de fumar por completo. Por desgracia, muy
pocos están dispuestos a dejar de fumar por completo. Todo lo que desean que
usted haga es ayudarlo a reducir el hábito en proporciones razonables,
digamos de 40 a 10 cigarrillos por día.
313
Siempre es conveniente un trance hipnótico tan profundo como sea posible
y lo mejor es usar un método persuasivo. Bajo la hipnosis, se le debe informar
tranquilamente al paciente sobre los efectos nocivos de la nicotina en su
organismo, subrayando siempre las ventajas financieras y de otra índole si
abandona el hábito. Se debe hacer toda clase de esfuerzos para levantarle su
propia fuerza de voluntad para resistir con éxito el deseo. Para lograr esto, en
el trato con las tensiones subyacentes resulta extremadamente útil la rutina
estándar para fortalecimiento del ego, ligeramente modificada si se hace ne-
cesario. Mientras se encuentre en estado de trance, se le debe pedir al paciente
que exprese con sus propias palabras su deseo de vencer d ansia de fumar.
Luego deben hacerse sugestiones enérgicas para que su ansia por cualquier
forma de tabaco desaparezca poco a poco y para que incluso principie a
formarse una repugnancia por fumar. Deberá decírsele, con convicción, que
sus poderes de control aumentarán en forma progresiva, hasta que pueda
abandonar por completo el hábito de fumar. Su deseo y su determinación de
no fumar llegarán a ser tan fuertes que vencerán por completo su ansia de
tabaco.
Aun cuando en ocasiones es efectivo, este procedimiento está lejos de tener
un éxito universal, así que, puesto que la demanda pública de ayuda para
atacar este problema bajo hipnosis parece ir en aumento, se puede adoptar una
u otra de las técnicas que siguen.
Von Dedenroth ha creado un método de ataque totalmente distinto con gran
éxito. Comienza por averiguar qué tanto tiempo ha estado fumando el
individuo, si recuerda por qué comenzó, si alguna vez ha intentado dejar de
fumar, por qué desea dejarlo ahora, qué beneficios, si acaso, obtiene por
fumar, en qué momentos específicos siente más la necesidad (después de las
comidas, antes del desayuno, etc.) y, por último, qué tanto fuma. La
contestación a estas preguntas no sólo tiende a aumentar el rapport sino que
también arroja alguna luz sobre los propios sentimientos del fumador y de sus
razones para querer abandonar el hábito.
En la segunda sesión, la terapia principia y se le informa al paciente que a
los 21 días de la fecha será el "Día D" o "Día de Dejarlo". A continuación, se
le instruye que cambie su marca favorita de cigarrillos y que decida no volver
nunca a fumar de esos. Luego, se dejará totalmente de fumar:
314
2. Durante media hora después de cada comida.
3. Durante 30 minutos antes de retirarse.
315
cuando haya llegado el "Día D", el individuo por lo general sólo da 10 a 12
fumadas al día.
El hecho de que el tabaquismo puede reducirse y cesar -por el mismo
individuo- en esta forma, le proporciona un enorme alivio y una gran
sensación de autorrealización. Más aún, se enfatiza la ausencia de
frustraciones conscientes y subconscientes. El "Día D" se principia por la
inducción inmediata del estado de trance, y se subraya y vuelve a subrayarse
el hecho de que los buenos hábitos han reemplazado a los malos hábitos.
También se enfatiza que, durante varias semanas los cigarrillos se han vuelto
más y más desagradables. En conclusión, debe hacerse notar que, en este tipo
de caso en particular, la persuasión y la sugestión son muy eficaces a la luz de
estados de trance ligeros o medios, sin que haya necesidad de trances
profundos. Se puede encontrar una relación más detallada en el artículo
original de Von Dedenroth en el American Journal o f Clinical Hypnosis, Vol.
6, Núm. 4, abril, 1964.
Otro método interesante y efectivo para atacar este problema es el usado
por Calvert Stein. Lo aborda desde un ángulo totalmente distinto, el de
cultivar una técnica de desplazamiento compensatoria para los fumadores -la
forma de lograr más satisfacción al fumar sin prohibición absoluta-. Sólo se
requieren trances de profundidad ligera o media. Señala que fumar significa
proporcionar satisfacción o placer, y aliviar las tensiones y que la abstención
acentúa el deseo, en tanto que la autorización para fumar "tanto como sea
necesario" tiende a reducir la cantidad o grado de la ansiedad asociada. La
base esencial para este tratamiento se encuentra en enseñar al sujeto a relajarse
por otros medios. El sujeto también aprende a relajarse experimentando la
tensión que se forma en su pecho, cuello y cabeza cuando retiene la
respiración para una cuenta lenta de diez. Al dejar escapar lentamente el aire,
se le llama la atención sobre el grado de relajamiento que sigue a la espiración
del aire ordinario sin humo.
A continuación se invita al sujeto a seguir esta técnica en particular cuando
fume un cigarrillo, ya que está orientada a incrementar su placer de fumar en
tanto también se le proporciona un relajamiento incrementado. Siempre que
tome un cigarrillo de la cajetilla, debe hacer una pausa y observar la blancura
del papel, el filtro o la boquilla de corcho, la fragancia natural del tabaco, la
sensación del cigarrillo entre los dedos o entre los labios. También, la flama
del fuego, la satisfacción de observarla y apagarla, el aroma del tabaco al
316
quemarse, el sabor del humo en la boca, la importancia de mirar cómo se eleva
lentamente el humo, el placer de arrojar aire humeante por la boca. Se le dice
al fumador que llene su boca con humo solamente, que mantenga el. humo en
la boca como si fuera un buche de agua en tanto llena los pulmones con aire
limpio y suavizante, respirando profundamente sólo por la nariz. Luego que lo
exhale lentamente por la boca mientras arroja no sólo la bocanada de humo
sino también el aire limpio y suavizante. El efecto de esto es convertir no sólo
el fumar en un proceso consciente y deliberado en vez de un hábito
inconsciente, sino también hacer que el fumador obtenga satisfacción sin
inhalar. Stein también señala correctamente que una psicoterapia adecuada
para fumadores compulsivos con frecuencia deberá incluir una investigación y
discusión apropiadas de otras causas de ansiedad, tales como las tensiones
domésticas y personales, tensiones ocupacionales, etc.
En algunos fumadores existe una rápida respuesta a la técnica sugerida para
el desplazamiento de las zonas de placer de los pulmones a la boca, a los ojos
y a los dedos. En otros, existe una respuesta demorada a la sugestión
implicada de que la inhalación es innecesaria para el placer de fumar. Sin
embargo, en la mayoría de los casos hay una rápida reducción en la cantidad
total de cigarrillos consumidos y en la disminución de otros signos de tensión
emocional. En realidad, algunos fumadores abandonan totalmente el hábito de
fumar después de una o dos semanas bajo el nuevo régimen, en tanto que otros
cambian a la pipa o a los puros. La técnica está más completamente descrita
en el libro de Calvert Stein, Practical Psychotherapy in Nonpsychiatric
Specialities (Springfield, III.: Thomas).
317
como medio para' escapar de los sufrimientos, y que ciertas personas, con
graves problemas emocionales lleguen a depender de él. Sin embargo, sus
efectos sólo son transitorios, y por lo general van seguidos de una depresión
más marcada que aumenta el deseo y hace que el desafortunado paciente
busque alivio en dosis más frecuentes y mayores.
El alcohol elimínalas inhibiciones, y los individuos tímidos y reservados
encuentran que unas cuantas copas eliminan sus temores y los hace
enfrentarse a la gente con más confianza. Aminora los sentimientos de
hostilidad y antagonismo, vence a la inferioridad y presta un falso valor y
fuerza. Ayuda a determinados individuos a escapar de sentimientos de
aislamiento y soledad.
El alcohólico es un individuo hipersensible, dependiente y solitario que
encuentra difícil tolerar la frustración y que carece de amor propio. La lástima
de sí mismo suele ser una característica de importancia, y con frecuencia
existen sentimientos inconscientes de,hostilidad. Cuando niño, fue
exageradamente protegido por sus padres y, en consecuencia, creció mal
preparado para enfrentarse a responsabilidades. En la vida posterior,
condiciones sociales desfavorables, las dificultades domésticas y familiares o
las preocupaciones de los negocios o financieras, bien pueden causar que
busque consuelo en el alcohol, con el embotamiento final de su juicio crítico e
incapaz de resistir las ansias y deseos que normalmente podría reprimir. Si
continúa bebiendo, principia a derrumbarse moralmente y tiende a evitar a sus
antiguos amigos, buscando compañía en el bar o en las casas públicas.
Durante sus ataques de embriaguez se convierte en vano, jactancioso y
sentimental. Al principio, puede ejercer cierto control sobre la frecuencia y
cantidad de lo que bebe, pero a medida que se reduce su tolerancia poco a
poco, este control se pierde finalmente. El alcohólico suele sentirse
extremadamente culpable por su hábito y llega a avergonzarse de él. Se da
plena cuenta del daño que está causando tanto a sí mismo como a su familia y,
por esa razón, se desprecia a sí mismo. Sin embargo, es totalmente incapaz de
controlar su deseo.
318
del todo, así el alcohólico que solicita tratamiento por lo general se aferra a la
esperanza de que "podrá aprender a beber en forma normal y con
moderación", y que "podrá soportar el licor", como la mayoría de las personas.
En el verdadero alcohólico esta es una verdadera imposibilidad. Debe ser
totalmente prohibido el uso del alcohol en cualquier forma, eliminándolo por
completo de su régimen, de una vez por todas. Esto está muy bien expresado
por Alcohólicos Anónimos en esta frase: para el alcohólico -una copa es
demasiado- y veinte no son suficientes.
Sólo es probable que tenga éxito el tratamiento si es instigado por los
propios deseos del paciente. Por otra parte, si es convencido por amigos y
parientes desesperados, rara vez tiene el verdadero deseo o el incentivo para
abandonar la bebida y, en consecuencia, no responderá. Desde luego, el
momento más favorable para la iniciación del tratamiento del paciente es
cuando acaba de recuperarse de una intoxicación alcohólica y se encuentra en
un estado de remordimiento y pena.
El terapeuta siempre deberá tener presentes ciertos objetivos bien
definidos:
319
esperanza, y enfatizar las muchas buenas cualidades que posee y que han sido
oscurecidas por su hábito. Debe hacer todo lo posible por animarlo a que se
recree en pasatiempos y a que se dedique a intereses externos. Sin embargo,
una cosa es vital desde el principio: el paciente deberá abandonar, de una vez
por todas, la idea de que alguna vez podrá beber con moderación, igual que
otras personas. Sólo cuando esté preparado a abandonar el alcohol por
completo, por su propia voluntad, podrá usted estar listo para ayudarlo. Si sólo
se busca el tratamiento por los sufrimientos de amigos y parientes, es mucho
mejor que sea tratado en alguna institución.
El método analítico por lo general es totalmente inútil, ya que el ego del
paciente está demasiado inmaduro. El objeto del tratamiento, como ya se
describió, es erradicarlo del alcohol, fortalecer su personalidad y hacer que se
ajuste a su ambiente. Debe hacerse toda clase de esfuerzos para cambiar la
actitud del paciente de que no puede vivir sin el alcohol, por otra en la cual
pierda el deseo de libar, ya que ha aprendido la forma de enfrentarse sin él a
sus problemas.
En ocasiones es posible iniciar el tratamiento dirigiéndolo a la causa
básica. Las personas beben con exceso por una pluralidad de distintas razones.
El tímido bebe para vencer su timidez y poder alternar con más facilidad. El
depresivo bebe para ahuyentar su melancolía y taciturnidad; el hombre de
negocios bebe para olvidar sus problemas financieros, y el casado para buscar
un escape a sus dificultades domésticas. Si puede remediarse la causa, o si
puede ayudar al paciente a que pueda enfrentarse en forma más adecuada a
estas condiciones, se aumentan mucho las oportunidades de que el tratamiento
tenga éxito. Sin embargo, en este caso, se requerirá cierta clase de terapia
perceptiva.
Uno de los métodos usuales de tratar el alcoholismo depende de la
implantación de un reflejo condicionado en el paciente, el cual hace que
experimente una sensación de náusea cada vez que bebe.
Esto se suele lograr mediante el uso de drogas como apomorfina, la emetina o
el disulfram (Antabús), seguido por la administración de la bebida codiciada.
La droga hace que el paciente sufra una náusea violenta, y la repetición de este
procedimiento eventualmente establece un reflejo condicionado que puede
prolongarse en forma indefinida; en verdad, el estómago del paciente se
revolverá cada vez que intente beber. Con un buen sujeto hipnótico capaz de
lograr un trance de bastante profundidad, todo esto se puede producir con
facilidad como resultado de una sugestión posthipnótica. Debe hacerse todo lo
320
posible para llevar al paciente a un punto en el cual rehúse beber o en realidad
no pueda hacerlo sin una gran molestia.
Los alcohólicos, por fortuna, siempre y cuando estén sobrios por el
momento, por lo general son muy susceptibles a la hipnosis y con frecuencia
resultan muy buenos sujetos. Sólo cuando ya ha tenido lugar la desintegración
de la personalidad, la hipnosis se convierte en muy difícil o aun imposible.
Incluso si se puede lograr una hipnosis ligera, puede ayudar mucho a algunos
de estos pacientes. Sin embargo, en estos casos, no será posible obtener una
cura ordenando al paciente que abandone la bebida, o diciéndole que la bebida
lo pondrá enfermo. Las sugestiones para fortalecimiento del ego ayudarán a
disipar la tensión nerviosa, a estabilizarlo emocionalmente y a aumentar la
confianza en sí mismo. La discusión de sus problemas combinada con una
cierta dosis de reeducación, con frecuencia lo ayudará a enfrentarlos más
eficiente y sistemáticamente sin tener que buscar refugio en el alcohol. Todo
esto suele lograrse en la hipnosis ligera.
Wolberg describe dos excelentes técnicas de condicionamiento que pueden
usarse con mucho éxito, siempre que se haya logrado un trance de
profundidad adecuada. La primera depende de la sustitución del deseo oral:
Como es natural, esto es mucho más probable que tenga éxito cuando se puede
producir una amnesia total. En todo caso, deberá repetirse en muchas
ocasiones subsecuentes.
321
y más... que el alcohol es un veneno para usted.
Siempre que sienta que necesita un trago... al chupar un dulce
inmediatamente
desaparecerá esa ansia... y rápidamente quedará relajado
y tranquilo.
322
Adicción a drogas
Las drogas que por lo general conducen a la adicción son el opio y sus
derivados, morfina y heroína, cannabis indica (mariguana), cocaína, los
barbitúricos y la anfetamina. En la Gran Bretaña, la adicción a la cannabis
indica, a los barbitúricos y a la anfetamina, es mucho más común que la
adicción a los opiáceos.
La estructura de la personalidad del promedio de los adictos muestra los
mismos defectos fundamentales que los del dipsómano crónico (Pág. 315), y
por lo general se pueden reconocer dos tipos distintos de adicción:
323
En los casos de adicción a drogas, casi siempre es aconsejable insistir en el
tratamiento en una institución, en primer lugar, por un periodo no menor de
seis meses.
No hay ninguna duda de que la hipnosis puede ser extremadamente útil
para aliviar al paciente en los rigores del periodo de abstinencia. El
relajamiento físico y mental que puede lograrse y el restablecimiento de la
confianza que puede impartirse en los estados de trance profundo, con
frecuencia resultarán ser un valiosísimo adjunto para otras formas de
tratamiento. Si se ha logrado con éxito el periodo de abstinencia total, deberá
continuarse el tratamiento hipnótico con los lineamientos descritos en el
tratamiento del alcoholismo (Pág. 315). Nunca se debe considerar al paciente
como totalmente curado hasta que su deseo haya desaparecido por completo y
pueda resistir la tentación de tomar drogas, aun cuando disponga de ellas.
324
CAPITULO 20
325
Las causas psicológicas pueden ser muy variadas. En el caso de una
recién casada, por ejemplo, el síntoma puede presentarse como una
defensa inconsciente contra el acto sexual. Alternativamente, algunas veces
puede representar un temor inconsciente al embarazo. Muchos de los casos
de sangrado uterino psicogénico se resuelven por completo como resultado de
sólo una sugestión hipnótica directa. Sin embargo, para esto por lo general
será necesaria una etapa de hipnosis razonablemente profunda. Tal eliminación
directa del síntoma es mucho más probable que tenga éxito si va acompañada
con una explicación y el restablecimiento de la confianza. Si se trata en
esta forma la menorragia, puede hacerse la sugestión ya sea para eliminar
totalmente los periodos por algún tiempo y permitir que se recupere la
paciente, o dirigida hacia la disminución del flujo, y reduciendo la cantidad de
pérdida de sangre.
En ocasiones sucederá que el tratamiento a este nivel superficial no basta
para efectuar la curación. Si no están muy profundamente establecidos los
conflictos emocionales del caso, se puede tener éxito para exponerlos
mediante un interrogatorio en el estado hipnótico, cuando con mucha
frecuencia se pueden eliminar por medio de explicaciones y del restablecimiento
de la confianza. Si esto no es posible, se necesitará el hipnoanálisis, siempre y
cuando se pueda lograr una profundidad adecuada.
Amenorrea funcional
Esta puede variar desde una cesación total del menstruo hasta una decidida
insuficiencia del flujo sanguíneo. Entre los factores psicogénicos que suelen
estar involucrados se encuentran shock, ansiedad, temor al embarazo, actitudes
inadecuadas hacia el sexo, privación de sociedad varonil e incluso cambios de
ambiente. Las sugestiones directas bajo hipnosis suelen tener resultados
notablemente buenos, en realidad se han reportado casos en los cuales se ha
efectuado una completa curación en una sola sesión. Esto no es de sorprender, ya
que se han presentado casos en los cuales la condición ha desaparecido como
resultado de sólo una larga plática con un médico comprensivo y simpatizante.
Siempre se debe hacer la sugestión de que, dentro de un tiempo dado, la
función menstrual se reiniciará en forma normal y sin dolor. Siempre se puede
sugerir que la menstruación se presentará cada 28 días, sin falta y, en
ocasiones, la fecha precisa, el tiempo y la duración del periodo pueden
especificarse con éxito.
326
En casos obstinados y difíciles puede ser necesario cierto grado de análisis,
aun cuando sea superficial para proporcionar a la paciente cierto conocimiento de
su condición. Los conflictos emocionales inconscientes implicados por lo
general no están muy arraigados, de manera que el médico general que
tenga experiencia en hipnosis con frecuencia es muy capaz de tratarlos él
mismo. Sólo en relativamente pocos casos se requerirá una forma más profunda
de hipnoanálisis.
Deseo subrayar la importancia de iniciar el tratamiento de todos los
desórdenes menstruales con las sugestiones estándar para fortalecimiento del
ego, antes de proceder a la directa eliminación de los síntomas, ya que estoy
convencido de que la eficiencia de este procedimiento se aumenta mucho.
Sin embargo, antes que se inicie el tratamiento hipnótico, es de importancia que
se tomen precauciones para excluir cualquier posibilidad de embarazo para
evitar la pérdida de tiempo del terapeuta.
Dismenorrea funcional
Cuando esta condición ha sido tratada con éxito por métodos clásicos, el
resultado obtenido con frecuencia parece que se debe más a la influencia de
alguna sugestión no intencionada que a la forma de medicación particular que
haya sido empleada. En consecuencia, la hipnosis proporciona un medio
eficaz de combatir este molesto y, con frecuencia, incapacitante
padecimiento.
En la mayoría de los casos, los dolores menstruales son principalmente de origen
funcional. En realidad, la dismenorrea suele presentarse sólo como una
respuesta condicionada, sin conflictos emocionales de ninguna especie que la
fundamenten. Muchas jóvenes se enteran por sus madres, hermanas o amigas
que la menstruación casi siempre va acompañada de dolores y molestias además
de la pérdida de sangre. En consecuencia, esperan sufrir dolores -y los sufren-
y éstos de verdad son reales, y en ningún sentido son imaginarios. Esta
tendencia a exagerar la expectación del dolor al explicar la menstruación a sus
hijas es en especial probable que ocurra cuando la misma madre exhibe
tendencias neuróticas. No es de extrañar que las desafortunadas jóvenes
reaccionen con dolor cuando experimentan sus primeras menstruaciones.
En otros casos, los factores psicogénicos desempeñan un papel de mucha
importancia. En realidad, alguna súbita tensión emocional puede precipitar el
padecimiento. Meares indica que la dismenorrea psicosomática puede ser la
327
respuesta a un estado de ansiedad que se origina por conflictos de cualquier
clase, genitales o no. Los sentimientos de culpabilidad relacionados con la
masturbación, el temor al matrimonio, al coito e incluso al embarazo, no es
raro que se encuentren involucrados. Los conflictos y dificultades domésticas
también pueden constituir una causa fundamental. De hecho, la mayoría de las
mujeres son más susceptibles al dolor siempre que existe una inestabilidad
emocional. La dismenorrea es un padecimiento sumamente común. Se presenta
tanto en las adolescentes como en las mujeres jóvenes, con más frecuencia
cuando son solteras. En los casos en que se presenta por primera vez siguiendo al
matrimonio, bien puede ser señal de tensión y falta de armonía marital. Varía
mucho en el grado. Algunas jóvenes sufren dolores por uno o dos días, pero
pueden desempeñar sus quehaceres, en tanto que en otras éstos son tan intensos
que las incapacita por completo, y hace que se tomen un día o dos de inactividad
cada vez que la menstruación se presenta.
El primer paso en el tratamiento de esta condición es la eliminación de
cualquier causa orgánica. Pero incluso cuando ésta es descubierta, la hipnosis
todavía puede desempeñar un papel de importancia al tratar con la capa
psicogénica asociada. En realidad, la hipnosis suele tener éxito cuando todas
las demás medidas (incluyendo el legrado), han fracasado por completo. Con
frecuencia tendrán un éxito notable los métodos ordinarios ya descritos para la
eliminación del dolor, en especial si se combinan con sugestiones orientadas a hacer
desaparecer el temor, la ansiedad, la tensión y la expectación. Como se podría
esperar, este método es probable que resulte más efectivo cuando la causa
principal de la dismenorrea se puede encontrar en el condicionamiento previo.
También tendrá éxito en muchos casos en los que sólo están implicados los tipos
más leves de conflicto emocional, sin necesidad de recurrir a métodos
analíticos.
Kroger y Freed consideran que, puesto que el conflicto emocional expresado
como menstruación dolorosa no está resuelto y puede buscar otra expresión física,
es posible que se logren resultados más satisfactorios y de más permanencia con
el uso del hipnoanálisis. Aun cuando el hipnoanálisis es superior, en mi
experiencia esta conversión que se anticipa de un síntoma a otro rara vez se
presenta, aun cuando sólo se haya empleado la eliminación directa del síntoma.
Incluso así, puesto que muchos de estos conflictos emocionales están lejos de
estar hondamente arraigados, con frecuencia pueden sacarse a, la luz mediante
un sencillo interrogatorio en el estado hipnótico, procedimiento que cae por
328
completo en el ámbito del médico general. Cuando existen formas más profundas de
conflictos emocionales, no cabe duda que se necesitarán métodos hipnoanalíticos,
orientados a la reintegración de la personalidad de la paciente, siempre que se
pueda lograr una profundidad adecuada. Sin embargo, considero que tales casos
caen en la categoría de problemas psiquiátricos, no generales.
El tratamiento por lo general no necesita ser muy prolongado, puede
obtenerse un alivio completo e incluso permanente más pronto de lo que se podría
esperar, incluso en casos que ya han durado mucho. Por fortuna, tales curaciones
por lo común no van seguidas por relapsos, y la paciente queda completamente
libre de los dolores. En varios de mis propios casos, después de muchos años de
incapacidad, la paciente no necesita los días de descanso acostumbrados en el
trabajo en la fase crítica de cada periodo.
LA HIPNOSIS EN DERMATOLOGIA
329
con tendencias inconscientemente agresivas o masoquistas "lo muestren en la
piel". En esta forma, actúa como un agente defensivo y protector, tanto para la
mente como para el cuerpo en momentos de esfuerzo y tensión. Por ejemplo,
se ha observado que en la psoriasis, tanto la aparición como el
desvanecimiento de la erupción suelen coincidir con situaciones emocionales
variables, y que la eczema no es raro que oculte tendencias agresivas
inconscientes que no pueden exhibirse abiertamente.
Como se podría esperar lo inverso de esto también es cierto. Las
dermatosis en sí suelen producir alteraciones mentales y emocionales. Y puesto
que la coexistencia de alteraciones tales como ansiedad, tensión y miedo
puedan aumentar la gravedad y prolongar la duración de muchas dermatosis
somáticas, se forma con facilidad un círculo vicioso. Lo que sigue es un
ejemplo típico.
Como resultado de una tensión emocional la piel del paciente se humedece
demasiado. Esto hace que sea sumamente vulnerable a infecciones secundarias
con la producción de síntomas tales como prurito e insomnio. Esto a su vez agrava
la tensión mental y queda implantado el círculo vicioso; en consecuencia,
nuestra tarea principal es romperlo en la mejor forma que se pueda.
Al considerar la utilidad de la hipnosis en el campo de la dermatología,
siempre se debe tener en mente un hecho de importancia vital. La hipnoterapia no
elimina la necesidad de una terapia dermatológica convencional, sino que
se puede usar con más provecho en conjunción con ella. En estas
circunstancias con frecuencia tendrá éxito cuando todos los demás métodos
hayan fallado. Se deberán tomar en cuenta muchos detalles. Puede ser necesario
ajustar la dieta del paciente, cambiar el jabón que use, eliminar las causas
externas de irritación y ayudarlo con sus problemas psicológicos inconscientes
además del tratamiento local de la piel.
Por experiencia propia en este campo, clasificaría los principales métodos
de la hipnoterapia dermatológica como sigue:
1. Terapéutica de apoyo.
2. Sugestión directa (Incluyendo la sugestión posthipnótica).
3. Sustitución de los síntomas.
4. Hipnoanálisis.
330
La elección de la técnica terapéutica que vaya a emplearse en cualquier caso
dado debe estar gobernada por la duración de los síntomas, la severidad de los
síntomas, la personalidad del paciente y la profundidad de la hipnosis que se
logre.
1. Terapéutica de apoyo
En mi opinión, ésta es una necesidad absoluta en todos los casos y nunca
debe omitirse su uso en conjunción con cualquiera de los tres métodos
alternativos. En realidad es esencial que deba preceder cualquier intento de
eliminación de síntomas por sugestión directa. Después de inducir un trance
hipnótico lo más profundo posible, siempre inicio el tratamiento con la secuencia
estándar de sugestiones para "fortalecimiento del ego", sin que importe cuál sea
la exacta condición de la piel, o cuál sea la terapéutica en particular que me
proponga adoptar. Estoy convencido de que esta práctica ha contribuido mucho
a cualquier éxito que haya logrado.
2. Sugestión directa
Nunca debe permitirse usted sentirse disuadido de usar sugestiones directas en
los casos dermatológicos razonando que está tratando los síntomas en vez de la
causa básica fundamental. ¿Es razonable esperar que un paciente sufra
indefinidamente un prurito intolerable con el pretexto de que su problema básico
es psicológico? ¿O que deba continuar sufriendo una repugnante e irritante
dermatitis sólo porque se considera que es el resultado de conflictos personales
hondamente implantados? Recuerde lo fácil que puede llegar a formarse el
círculo vicioso. El hecho real es que se encuentra que muchos pacientes que
son malos para la terapia de insight en cualquiera de sus formas, pueden ser
tratados con éxito sólo por sugestión directa, en particular cuando ésta va
precedida por el fortalecimiento del ego.
Encuentro sumamente útil la sugestión directa para el alivio de síntomas tales
como prurito, ardor, ansiedad e insomnio. También puede ayudar a un paciente a
restringirse a una dieta especial que encuentre difícil sobrellevar por algún
tiempo. Más aún, la analgesia hipnótica (cuando se puede lograr) puede ser de
la máxima ayuda posible. Sin embargo, se debe evitar la sugestión de que el
paciente no sufrirá prurito o molestia. En vez de ello dígale : "No importa las
sensaciones que experimente, encontrará que no le molestan mucho". En
forma similar, al tratar con el prurito suelo decir : "Todavía puede usted sentir
una ligera comezón, pero ya no tendrá ningún deseo de rascarse".
331
Creo que esto es de suma importancia, ya que no considero que el control de la
comezón por sugestión directa sea tan fácil como lo han reportado algunas de
las autoridades menos críticas. A pesar de sus protestas de incomodidad, el
paciente rara vez tiene la motivación necesaria, ya que por lo general está
obteniendo cierta satisfacción placentera, aunque mórbida, del acto de rascarse.
Para él representa una forma fácil de aliviar una tensión desagradable. En
verdad, la clave del éxito en la mayoría de los padecimientos dermatológicos
se encuentra en la disminución o abolición del rascado, de manera que
mientras más profundo sea el trance, es probable que los resultados sean más
rápidos y satisfactorios. El sonambulismo, de preferencia con amnesia completa,
siempre es de desear, aunque por cierto no sea esencial, y la instrucción en
autohipnosis, puede ser de la máxima ayuda posible.
En muchos pacientes dermatológicos, una sólida base es la producción de un
relajamiento realmente bueno. No importa cuál pueda ser su padecimiento, con
sólo lograr un grado suficiente de relajamiento, esto en sí proporcionará con
frecuencia un alivio considerable del prurito e irritación. Sin embargo, nunca
olvide que es de vital importancia tratar a todo el paciente y no limitar su
atención al prurito, al rascado o a cualquiera que pueda ser el padecimiento
primario. El síntoma solo nunca deberá ser su único objetivo.
El significado del síntoma para el paciente también suele tener la
mayor importancia. Siempre que un síntoma original y psicológicamente
basado cesa de servir a cualquier propósito útil, la sugestión directa es una
forma ideal para eliminarlo. Sin embargo, el síntoma aún puede estar
llenando una necesidad emocional inconsciente y, por lo tanto, considero
que el método debe ser muy permisivo y, por cierto, no autoritario. En
algunos casos, el paciente puede necesitar todavía cierto tipo de mecanismo de
defensa, y no se le debe privar de él en forma sumaria.
Ahí es en donde se hace evidente la necesidad de una técnica eficaz
para el fortalecimiento del ego. No sólo aumenta la sensación de
bienestar general del paciente, aparte de su síntoma, también va
fortaleciendo poco a poco sus defensas del ego, de manera que la
necesidad que tiene de una muleta emocional disminuirá, facilitando en
esta forma la eliminación del síntoma.
Nunca diga al paciente que su comezón va a desaparecer. En vez de
ello sugiérale una disminución gradual del síntoma. En esta forma, podrá
observar y evitar cualquier reacción adversa que pudiera presentarse si tuviera
éxito en hacerla desaparecer por completo. En ocasiones, incluso puede ser
332
prudente dejarle una cantidad residual de prurito, molestia e incluso
eczema. Puedo recordar un caso de eczema desfigurante de rostro, manos
y cuerpo que finalmente tuve éxito en hacerlo desaparecer por completo.
Sin embargo, en vista de una serie de remisiones, encontré que la única
forma de impedirlas era dejarle una pequeña mancha entre los
omóplatos. Si bien le causaba cierto grado de irritación e incomodidad, en
apariencia bastaba para satisfacer sus necesidades emocionales, pues el
resto de su cuerpo permanecía limpio.
El Dr. Michael Scott un eminente dermatólogo americano, describe un
método muy efectivo de la sugestión directa. Al tratar con casos de
prurito intolerable, ofrece el consejo que sigue, que yo he adoptado con
éxito en varios casos. En primer lugar, trate de eliminar el prurito de una
pequeña área del cuerpo, principiando con una falange distal, luego todo el
dedo y a continuación la mano. En algunos individuos, y en los estados más
profundos de hipnosis, puede ser posible empezar con toda una extremidad,
un brazo o una pierna. En cualquiera de los casos, se le permite al
paciente que se rasque el resto del cuerpo a su gusto, siempre que deje la
parte designada estrictamente sin tocar. Con sólo que se logre procurar una
área pequeña en la que no se rasque la piel, después podrá ampliar ésta y
hacer progresos lentos pero firmes.
El Dr. Scott también describe otra técnica en la cual puede ser posible
inducir en un sujeto en trance profundo, que rasque o mutile un pequeño
objeto de su elección, y que derive la misma satisfacción al hacer eso
que la que obtiene al rascarse la piel. El objeto siempre deberá ser lo
bastante pequeño para que lo lleve consigo en la siguiente sesión para
inspeccionarlo, y puede resultar muy revelador. El Dr. Scott proporciona
un ejemplo en el cual un paciente, una vez que recibió sus instrucciones,
presentó un retrato familiar de un grupo, y una de las personas que figuraba
en él había casi desaparecido por el rascado. Se supo que se trataba de su
suegra, y esta información resultó sumamente útil para aclarar la base de
su problema.
No puedo recalcar demasiado el hecho de que el alivio del rascado es
uno de los factores más importantes para efectuar una curación, y que la
eliminación directa del síntoma rara vez tendrá éxito hasta que se haya
logrado cierto grado de control sobre el rascado.
Una serie de sugestiones típicas para este propósito especial es como
sigue:
333
Como resultado de este tratamiento... usted se va a sentir más fuerte y
más apto en todo sentido.
Su circulación mejorará... en especial la circulación a través de los pe -
queños vasos sanguíneos que abastecen a la piel.
Aquí, por lo general especifico las áreas exactas más afectadas por la
erupción.
Su corazón latirá con más fuerza... de manera que fluirá más sangre
por los pequeños vasos sanguíneos de la piel... llevando más nutrimentos
a la piel. Por esta razón ... su piel estará mejor alimentada ... será más
saludable... su textura será más normal... y la erupción irá
disminuyendo gradualmente... hasta que desaparezca por completo...
dejando la piel subyacente nueva y perfectamente saludable y normal en
todos sus aspectos.
Y... a medida que mejora su circulación... y sus nervios se pongan
más fuertes y más firmes... así... serán menos sensibles... y mucho
menos fácilmente irritables.
En consecuencia... la comezón y la irritación de su piel desaparecerán
gradualmente... y desaparecerán.
Será cada vez menor día con día... y ya no sentirá ningún deseo de
rascarse.
Si... en cualquier momento... sin darse cuenta, usted comienza a rascarse... en
el momento en que sus dedos toquen su piel... sabrá inme diatamente
lo que está a punto de hacer... y podrá ejercer bastante
control sobre sí mismo para detenerse... antes que pueda causarse
algún daño.
Por esta razón ... usted no sólo sentirá mucho menos irritación y
molestia.. sino que su piel comenzará a sanar... y su erupción
comenzará a desaparecer mucho más rápidamente. Incluso cuando usted
empiece a rascarse... dormido por la noche... en el momento en que sus
dedos toquen su piel... despertará inmediatamente y se dará cuenta
exacta de lo que está haciendo... y podrá abstenerse de hacerlo.
Y... debido a este tratamiento... podrá ejercer el control suficiente para
dejar de rascarse en todo momento... antes que pueda hacer algún
daño a su piel.
334
de las características distintivas de cada caso individual y para adaptarlas
a cualquier método terapéutico de ataque que intente adoptar. Si existen
exudados, se puede sugerir que éstos disminuirán gradualmente y se
secarán. Si la piel está seca y se agrieta de continuo, pueden hacerse
sugestiones de que la piel se pondrá más normal y flexible, y que
desaparecerá la resequedad.
335
Si su mente inconsciente está dispuesta a aceptar esto. .. hará que se levante su
dedo índice de la mano derecha.
De lo contrario... entonces se levantará el dedo índice de la mano izquierda.
4. Hipnoanálisis
Si existen factores psicológicos inconscientes, con frecuencia pueden ser
expuestos durante la hipnosis quedando explicado su significado. Por
fortuna, en muchos desórdenes de la piel que caen en esta categoría, los
conflictos inconscientes mentales y emocionales implicados son
relativamente superficiales y están relacionados con circunstancias
ambientales corrientes del paciente y, por lo tanto, no resulta demasiado
difícil exponerlos. En realidad, en ocasiones he encontrado que
colocando una mano en la frente del sujeto durante un trance de
profundidad media y dándole instrucciones de que podrá retroceder en el
tiempo y que podrá recordar muy bien y repasar en su mente exactamente
lo que estaba sucediendo en su ambiente doméstico o de negocios, así como
las preocupaciones que tenía cuando por primera vez apareció su
dermatosis, ha producido una sorprendente cantidad de información
valiosa.
En otros casos, los sencillos procedimientos de investigación, como la
"técnica de visualización teatral", de Wolberg (Pág. 391), o la "técnica
de rompecabezas" de Redlich (Pág. 392), pueden resultar muy efectivas
y útiles, en especial en la práctica general. Ninguna de las dos
requiere más de un trance de profundidad media (aun cuando mientras
mayor profundidad tenga el trance, con más rapidez se alcanzará el éxito)
y sólo los tipos más obstinados y crónicos de neurodermatitis
psicosomática quizá requieran técnicas hipnoanalíticas más complicadas, que
suelen requerir sonambulismo.
En estos casos, es necesaria una gran paciencia tanto de parte del
paciente como del terapeuta, ya que los conflictos fundamentales
profundos nunca es fácil descubrirlos. Y, aun cuando el recuerdo de tales
conflictos reprimidos suela dar como resultado una mejoría o incluso la
curación de la dermatosis, esto no siempre sucede. En consecuencia,
336
siempre se debe tener en cuenta que no sólo lo que se recuerda es de vital
importancia, sino el uso que hacemos de ello con el fin de beneficiar
alpaciente. Y también que, en muchos casos, la propia reacción del
paciente a la tensión es la más significativa, en vez de serlo la verdadera
tensión en sí. Ocasionalmente, en padecimientos tales como el prurito, la
mera aclaración del conflicto mental inconsciente y su significado para el
sujeto pueden dar como resultado la dramática desaparición del síntoma. El
caso que sigue es muy buen ejemplo de esto:
La señora X, una joven casada de 34 años de edad, me fue remitida con
un grave pruritus vulvae. El dermatólogo consultante interesado, me
comunicó que el padecimiento no había respondido a ninguna forma de
tratamiento, y preguntó si la hipnosis podía ofrecer algún grado de
alivio. Dormía poco o nada, y tenía los labios inflamados y muy
profundamente escoriados como resultado del continuo rascamiento. El
padecimiento se había presentado por primera vez hacía unos 9 meses.
Hacía dos años que su esposo la había abandonado por otra mujer y no
había sabido de él desde entonces. No había niños y continuó viviendo su
propia vida, pero tuvo que trabajar para mantener su hogar.
A pesar de esta alteración emocional, permaneció bastante bien durante
los 15 meses siguientes, después de los cuales desarrolló gradualmente
un intenso prurito en la vulva, el que empeoró a tal grado que la
incapacitó por completo para el trabajo. No podía dar razón alguna por
la aparición de su padecimiento y afirmó que sus circunstancias no se
habían descompuesto en absoluto, tampoco había estado sujeta a ninguna
preocupación adicional o tensión durante el transcurso de ese periodo en
particular. Se llevaba muy bien con sus parientes y vecinos y era
completamente feliz en su trabajo. Esto correspondía en todo sentido con la
información que ya había recibido. Por lo tanto, decidí atacar
directamente al síntoma para tratar de proporcionar cierto alivio, bajo
hipnosis, en la forma ya descrita. Aun cuando se logró una profundidad
razonable y pudo entrar al estado hipnótico con facilidad, a una voz de
mando, todos los intentos resultaron del todo inútiles, y el prurito y la
irritación no se pudieron abatir.
Luego le dije, bajo hipnosis, que podía regresar más o menos nueve meses, a
la época en que el padecimiento apareció por primera vez, que podría
recordar con exactitud todo lo que había acontecido en ese tiempo, en
particular todo lo relacionado con la causa de su padecimiento.
337
De inmediato comenzó a mostrar síntomas de alteración emocional y
poco a poco emergió toda la historia. Doce meses después que su esposo
la había abandonado, encontró difícil mantener su hogar y, en
consecuencia, aceptó un huésped. En muy corto espacio de tiempo se
sintieron atraídos uno al otro, y se enamoraron. Ella y su esposo eran
católicos romanos rígidos de manera que el divorcio estaba fuera de
discusión. Obviamente, el continuo vivir bajo el mismo techo en esas
circunstancias fue imponiendo poco a poco una tensión intolerable sobre
ambos, ya que su rígida educación moral hacía imposible que ella pensara
vivir con él como esposa a menos que tal unión fuera santificada por el
matrimonio. El intenso sentimiento de culpabilidad y el temor de ceder a la
omnipresente tentación había sido reprimido y conscientemente olvidado.
Sin embargo, tales sentimientos eran demasiado poderosos para ser
refrenados en toma permanente y, en consecuencia, cuando amenazaban con
irrumpir en el consciente, se convirtieron en un síntoma físico, la naturaleza
defensiva, la cual era de inmediato evidente, ya que mientras durara ese
padecimiento, incluso las relaciones maritales normales hubieran sido
demasiado dolorosas, y una imposibilidad física.
Al despertar, puesto que no había amnesia presente, discutí el asunto
completamente con ella, dándole todas las explicaciones que eran
necesarias para convencerla del verdadero estado de cosas. Pareció que lo
aceptaba con toda facilidad, y cuando la vi una semana después, dijo que
había desaparecido por completo el prurito y la irritación, y que había
dormido bien por primera vez en muchos meses. Ella dijo por motu propio
que se daba plena cuenta de la necesidad de cambiar las actuales
circunstancias, pero sí lo hizo o no, nunca lo descubrí, ya que dejó de
asistir a la siguiente cita. Después supe que había abandonado el distrito.
Numerosas dermatosis responden en forma favorable a las técnicas
hipnóticas. Schneck considera que la importancia relativa de los factores
orgánicos o psicológicos en la causación del padecimiento tienen poca
importancia en la prognosis. Esta es una conclusión con la que no puedo
estar de acuerdo, ya que he encontrado que, como en el caso del asma,
mientras más predominen los factores psicológicos o emocionales, es
probable que tengan más éxito los resultados de la hipnoterapia.
Entre las varias condiciones dermatológicas que suelen responder bien a
la hipnoterapia se encuentran la alopecia areata, eczema, hiperhidrosis,
neurodermatitis, prurito, psoriasis, rosácea, urticaria y verrugas. Añado
338
unas cuantas notas, tomadas de mi propia experiencia.
1. Alopecia areata. Los pocos casos que he tratado, al final resultaron
extremadamente bien. Sin embargo, el tratamiento por necesidad resulta
prolongado y dirigido principalmente hacia la corrección de los factores
nerviosos fundamentales y a las preocupaciones asociadas más que contra el
síntoma en sí.
2. Eczema. Algunos casos responden en forma más satisfactoria, muchos
otros experimentan grados variables de alivio, en tanto que otros -no
cambian en absoluto. Es muy difícil dar un pronóstico. Hablando en
términos generales, mientras más agudo y reciente sea el padecimiento
mejor es el prospecto. Asimismo, dos casos en los cuales se encuentran
presentes conflictos y actitudes psicológicas, quizá mejoren con más
facilidad bajo la hipnosis.
3. Hiperhidrosis. Como la sudoración excesiva por lo general está
adscrita a la actividad del sistema nervioso central, el tratamiento
hipnótico de esta condición suele tener mucho éxito. En ocasiones
bastarán los métodos directos, aun cuando la aclaración de los factores
emocionales siempre facilitará el tratamiento.
4. Neurodermatitis. Estos casos siempre van asociados con alteraciones
psicológicas inconscientes, por lo que se concluye que casi siempre el
descubrimiento y corrección de éstos dará como resultado mejorías muy
halagadoras. El alivio de los síntomas y la psicoterapéutica general bajo
hipnosis también pueden desempeñar un papel de importancia.
5. Psoriasis. Muchas autoridades han descrito la relación entre los brotes
agudos de la erupción y alteraciones emocionales existentes, el ajuste de las
cuales por lo general va seguido de una mejoría rápida. Si bien en
algunos casos mi propia experiencia tiende a confirmar esto, parece que el
tratamiento hipnótico no elimina la ocurrencia de relapsos intermitentes
por lo que, si bien es útil bajo ciertas circunstancias, no considero que sea
un agente curativo.
339
en forma espontánea, pero que también son susceptibles a la influencia de
fuertes sugestiones. En realidad, se pueden encontrar muchos métodos de
"hacer desaparecer las verrugas por medio de encantamientos" en el
folklore, junto con mucha evidencia que demuestra su eficacia. A cierto
número de pacientes, padeciendo todos verrugas, se les dio tratamiento
con rayos X, y se comparó con un grupo de control que creía estar
recibiendo el mismo tratamiento las verrugas desaparecieron tan completa y
rápidamente en el segundo grupo como en el primero. En las mentes de
estos pacientes se había inducido la sugestión de una convicción completa de
que sanarían y, ciertamente, las verrugas desaparecieron. Puesto que las
sugestiones actúan con mucho más fuerza en el estado hipnótico que en el
de vigilia, se comprende perfectamente bien su efecto sobre las verrugas.
En el tratamiento de esta condición, siempre es aconsejable inducir un
trance hipnótico lo más profundo posible. Si bien de ninguna manera es
esencial, mientras más profunda sea la hipnosis con más rapidez se
obtendrán resultados. A la mayoría de los niños, con excepción de los
muy tímidos y nerviosos, se les pueden inducir trances muy profundos o
sonambulísticos, pero quizá no más del 20 por ciento de los adultos,
incluso con entrenamiento, podrá alcanzar tal profundidad. En
consecuencia, el tratamiento de un adulto quizá requiera mucho más tiempo y
paciencia que el del niño promedio. Otro factor de importancia es la
frecuencia del tratamiento. Debido a la presión del trabajo, rara vez puedo
dar tratamiento más de una vez a la semana, aun cuando estoy convencido
de que dos o tres sesiones por semana, por lo menos en las primeras etapas,
procurarían resultados más rápidos y satisfactorios.
Una vez que se ha obtenido la profundidad adecuada, toco con
suavidad las áreas afectadas y procedo como sigue:
340
¡ Bien !
¡Ahora baje la mano otra vez!
Y ahora... voy a comenzar a tocar las verrugas.
Y... a medida que vaya tocando cada una de estas verrugas... sentirá que
el calor se va concentrando en las verrugas... y que -las verrugas se sienten
más calientes que el resto de la mano.
Tan pronto como sienta ese calor... en cada una de las verrugas... por
favor levante la otra mano.
¡Muy bien! ¡Bájela otra vez!
A medida que el calor se extienda por las verrugas... gradualmente se irán
empequeñeciendo... comenzarán a encogerse... se irán aplanando... y
poco a poco desaparecerán.
Con cada tratamiento... su piel se pondrá más saludable... las raíces de
las verrugas se marchitarán... y las verrugas, en sí, se secarán poco a poco.
Como mis casos se han limitado a las verrugas múltiples comunes que
por lo general aparecen en las manos, extremidades y cara, no puedo
expresar mi opinión en cuanto a la utilidad o no utilidad de este tratamiento
en condiciones afines, tales como la verruga plantar.
Como ejemplo un tanto típico de respuesta favorable a la hipnosis cuando han
fallado otros tipos de tratamiento, es digno de citarse el caso que sigue:
El paciente era un muchacho de unos diecinueve años, empleado como
ayudante de carnicero. Me fue remitido por un dermatólogo en junio de
1936, y tenía verrugas grandes y numerosas en ambas manos. Estas
variaban mucho en tamaño, y su proximidad era tal que hacía que
cualquier método de tratamiento ordinario fuera un asunto de extremada
dificultad. Había estado asistiendo al departamento de dermatología de un
hospital general durante un largo periodo sin experimentar ninguna
marcada mejoría. Como era imposible verlo más de una vez a la semana,
era obvio que incluso el tratamiento hipnótico tendría que ser
necesariamente prolongado. De haber sido posible efectuar sesiones más
frecuentes, no hay ninguna duda que se hubieran obtenido resultados mucho
más rápidos.
La técnica empleada fue la que ya se describió, y en tres sesiones se le
indujo al paciente un trance sonámbulo. En seis semanas, muchas de las
verrugas más pequeñas habían desaparecido por completo, algunas de las
otras se habían aplanado y reducido de tamaño, en tanto que las más
grandes en apariencia permanecían intactas. Para principios de noviembre,
todas las verrugas habían prácticamente desaparecido, sólo quedaban dos
341
en su mano derecha, particularmente grandes. También fue notable que, en
tanto en su primera visita era un muchacho nervioso, desarreglado y con
una obvia falta de confianza en sí mismo, se había vuelto más brillante,
más alegre, más pulcro en su apariencia personal y más seguro de sí en
todos los aspectos.
Las dos últimas verrugas resultaron muy resistentes, pero el tratamiento
se continuó y, para el fin de febrero de 1957, también habían
desaparecido aquéllas y fue dado de alta curado por completo.
Han pasado más de seis años y no ha tenido que reportarse para algún
tratamiento adicional.
En este caso, no se empleó, en ningún momento, otro método distinto
a la sugestión hipnótica, e incluso este tratamiento semanal, estuvo lejos de
ser continuo. En varias ocasiones fue interrumpido por periodos de dos o
tres semanas, a causa de días de fiesta y enfermedades.
LA HIPNOSIS EN LA CIRUGIA
Y EN LA ANESTESIA
342
1. Excepto en los casos en los cuales el paciente ha sido entrenado y
condicionado con anterioridad, la hipnosis ciertamente no es un método
rápido y fácil de inducir la anestesia.
2. Rara vez es posible alcanzar las etapas más profundas de so-
nambulismo, las cuales son esenciales antes de pensar incluso en la cirugía
mayor.
3. Necesariamente la hipnosis lleva más tiempo que cualquier
procedimiento ortodoxo que exista.
4. La inducción y profundización de la hipnosis para anestesia es un
arte que no ha sido aprendido y dominado y, en consecuencia, sólo lo debe
intentar un especialista experto en el tema.
343
procedimientos quirúrgicos tales como amputaciones, mastectomías,
cesáreas y apendicectomías pueden ser practicadas totalmente sin dolor. La
anestesia hipnótica ofrece las siguientes distintas ventajas:
344
realidad, como introducción a la anestesia general, la hipnosis ofrece todas las
ventajas y ninguna de las desventajas o peligros del tiopentobarbital.
En los niños, la hipnosis puede ser un bien valiosísimo ya que por lo
general se puede inducir con mucha facilidad y rapidez, y se pueden lograr
trances de profundidad adecuada sin mucha dificultad. Tanto en los niños
como en los adultos, una dosis apropiada de secobarbital, antes de retirarse,
y aproximadamente media dosis repe tila unas dos horas antes de la
operación, puede hacer más fácil la inducción de la hipnosis.
Siempre que se puedan alcanzar las etapas medias y profundas de la
hipnosis y se logre una cantidad considerable de analgesia, suele ser
preferible al uso de la analgesia general en operaciones quirúrgicas menores o
dentales, en particular en niños. Incluso estas intervenciones menores
suelen causar mucho temor y ansiedad, y puesto que la hipnosis tiene tanto
éxito en controlar y eliminar esto, ofrece muchas ventajas sobre la anestesia
química ortodoxa.
La valiosa investigación de Goldie sobre la utilidad de la anestesia o
analgesia hipnótica en los casos de emergencia en los departamentos de
traumatología ya se ha citado (Pág. 237). Su afirmación de que la
hipnosis puede usarse con ventaja en esos departamentos como un auxiliar
de los métodos de anestesia más ortodoxos merece la más seria
consideración, ya que ha demostrado en forma concluyente lo efectiva
que la técnica puede ser en sujetos no preparados, reduciendo en un grado
apreciable el número de anestesias generales que de otra forma se hubieran
requerido. Se puede llegar con justicia a la conclusión de que sí bien la
hipnosis puede ser de una considerable ayuda para el anestesista en su
trabajo, en lo que toca a la anestesia hipnótica en sí, en ninguna forma
puede considerarse como un rival serio ante la eficiencia, sencillez y
facilidad de administración de los modernos anestésicos farmacológicos.
345
CAPITULO 21
La Hipnosis en Obstetricia
Muchos de los males que sufren los seres humanos se originan sólo por
creencia, sugestión y expectación. Existe la creencia general que las
mujeres tienen que sufrir necesariamente un gran dolor y molestias durante
el parto. En realidad, se les ha imbuido este hecho tan consistentemente a
través de los años, que están propensas a sufrir esos dolores porque su mente
ha quedado condicionada para esperarlos.
El reconocimiento de este hecho por Grantley Dick-Read y su ex-
plicación del síndrome temor-tensión-dolor, han hecho mucho para alterar
los puntos de vista sobre la obstetricia. Los métodos que empleó con tanto
éxito para tratar esto, consistían de educación, relajamiento y sugestión.
Aun cuando describía un estado "parecido al trance" que ocurría en
algunas de sus pacientes durante el parto, negaba decididamente que la
hipnosis representara algún papel en las técnicas por él desarrolladas. Sin
embargo, la sugestión forma una parte tan integral en el procedimiento de
Dick-Read que no existe la más ligera duda de que la hipnosis puede
aumentar mucho el uso y efectividad de sus métodos.
Puesto que las causas del dolor en el parto son en su mayor parte
psicológicas, resulta obvio que los métodos más efectivos para tratarlas
también deberán ser psicológicos. Sin embargo, debe recordarse que las
penalidades y esfuerzos relacionados con el parto no pueden evitarse, pero
que el dolor y la ansiedad mental sí se pueden evitar. El entrenamiento en
estado hipnótico puede enseñar a la futura madre a ejercer un grado notable
de control mental sobre sus funciones corporales.
El médico general que use la hipnosis y la sugestión encontrará que
sus esfuerzos son ampliamente retribuidos tan sólo en el campo de la
obstetricia. No se lleva tanto tiempo como se podría imaginar, y si bien
los resultados varían entre paciente y paciente, hay pocas que dejen de
beneficiarse en un grado considerable. La hipnosis también es útil
para el médico general ginecólogo que trabaja sin ayuda, en especial si se
requiere cierto grado de anestesia.
346
En obstetricia hay tres requisitos esenciales que debe llenar el anestésico
ideal:
1. Debe ser capaz de proporcionar un alivio completo del dolor. por más
agudo que éste sea.
2. No debe interferir con el mecanismo normal del parto.
3. No debe reprimir ni la respiración ni la circulación del producto.
Todos los dentistas saben hasta qué grado la expectación aumenta el dolor
y la tensión. La habilidad de la embarazada para relajarse, depende no
sólo de su grado de sugestionabilidad, sino también de su actitud hacia el
embarazo, de sus reacciones emocionales hacia el evento, su
condicionamiento previo al dolor, del nivel de su umbral de dolor y de que
sea primeriza o ya haya tenido varios partos. Todos los factores emocionales,
que desempeñan un papel de tanta importancia en influir sobre los dolores del
parto, pueden ser controlados por la hipnosis.
Si bien la hipnosis tiene mucho que ofrecer como analgésico
obstétrico, por lo general se presentan dos objeciones
347
Ahora, la hipnosis en sí está lejos de ser un procedimiento difícil o
complicado; más aún, como no está implicado ningún aparato o gasto, es
ideal para usarse tanto en el hogar como en el hospital. Por supuesto, es
necesaria una profundidad considerable para asegurar una anestesia
completa y exención de dolor, incluso si éste es el objetivo, ya que el
embarazo afecta principalmente a los grupos de jóvenes en los cuales es
mayor la hipnotizabilidad, y la motivación para ella por lo general es
mayor, se puede obtener con facilidad un estado lo bastante profundo, e
incluso es posible que se presente el sonambulismo en el 20 o 25 por
ciento de los casos.
Por lo que respecta al entrenamiento y preparación de la paciente para su
parto, todo lo que se requiere son sesiones quincenales o de cada tres
semanas de 20 a 30 minutos de duración en las primeras etapas, e incluso
éstas pueden extenderse a intervalos más amplios, si es necesario, hasta
poco antes del término. Para asegurar mejores resultados, por lo general
veo a la paciente cada semana aproximadamente en las últimas 6 semanas.
En esta etapa, cada tratamiento individual puede completarse en más o
menos 15 minutos, y si bien es cierto que tendrá que verse a la paciente con
un poco de más frecuencia que en condiciones ordinarias, no cabe ninguna
duda que la molestia extra que representa valdrá la pena.
Las objeciones relativas a lo impredecible del grado de anestesia que
puede lograrse, ciertamente no son válidas, ya que eso está lejos de ser el
objetivo principal del tratamiento hipnótico. Abramson y Heron
consideran que el valor más grande del entrenamiento hipnótico se
encuentra en su habilidad para lograr lo siguiente:
348
En realidad es cierto que si se puede enseñar a la futura madre a relajarse,
a tener confianza y a considerar su internamiento con placer, como una de
las experiencias más gratas y satisfactorias, es probable que su parto tenga
una duración más corta, sea mucho más fácil y mucho menos molesto. Por
fortuna, esto puede lograrse sin una hipnosis profunda o sonambulismo.
Un entrenamiento a tiempo en relajamiento tanto físico como mental es
factible lograrlo hasta en las etapas más ligeras o medias de hipnosis, y
puede prevenir mucha ansiedad, aprensión y tensión. Más aún, la confianza
incrementada adquirida minimizará la cantidad de anestesia que se
requiera, si ésta tiene que ser reforzada en la última etapa de expulsión.
Abramson y Heron informaron de una reducción promedio del 20 por
ciento en la duración de la primera etapa del parto, en las mujeres que
tuvieron un entrenamiento hipnótico antes del parto, y un 20 por ciento de
sus pacientes pudieron alcanzar los estados hipnóticos más profundos con
resultados espectaculares en la eliminación total del dolor. Es probable que el
90 por ciento de todas las mujeres embarazadas puedan alcanzar cierto
grado de hipnosis, dependiendo principalmente de la habilidad del
operador y de la personalidad de la paciente individual. Esta siempre debe
tomarse en cuenta, pues la mujer que ha respondido con temor y aprensión
a la menstruación, al matrimonio y a la maternidad, como es natural
tendrá tendencia a sentirse muy ansiosa, tensa y aprensiva durante el
embarazo y el parto. El gran valor de la hipnosis queda confirmado
plenamente por las reacciones subjetivas a la experiencia de la paciente al
ser interrogada después del parto. Casi invariablemente la respuesta será
que los futuros partos no aportarán terrores de ninguna especie, y que la
paciente incluso anhelará tener otro niño bajo circunstancias similares.
349
2. No produce depresión de las funciones respiratorias o circulatorias,
sea en la madre o en el niño. La mayoría de los agentes químicos analgésicos
y de las drogas sedantes o analgésicas tiende a producir
anoxemia. En especial esto es probable que ocurra cuando se emplea
morfina o barbitúricos. No sólo se evita este peligro en la hipnosis, sino
que hay menos necesidad de usar drogas y, en consecuencia, menos riesgo de
daño fetal.
3. Por lo general la hipnosis causa cierto acortamiento en la primera
etapa del parto. La evidencia ha demostrado que esta reducción representa
por lo general cuando menos 2 horas en el caso de multíparas, paras, y quizá
entre 3 y 4 horas en las primíparas.
4. La hipnosis aumenta la resistencia de la paciente al shock obstétrico.
El riesgo de shock se disminuye mucho, ya que la madre queda mucho
menos agotada durante la primera etapa. Bajo hipnosis, puede tomar
alimentos, bebidas, dormir y atender a sus funciones naturales. Puede
cooperar plenamente tanto con el médico como con la partera, aun cuando
las contracciones sean fuertes y frecuentes.
La madre también puede relajar sus músculos en forma tan completa que
el peligro de daños al feto también queda muy reducido.
5. La hipnosis no interfiere en forma alguna con la mecánica normal del
parto. Tanto los anestésicos generales como las drogas analgésicas o
sedantes tienen la desventaja de ejercer una acción depresiva sobre las
contracciones uterinas. En consecuencia, tienden a demorar y a prolongar el
parto. Bajo la hipnosis con frecuencia pueden omitirse las drogas
totalmente, e incluso si sé requiere cierta medicación complementaria, 1a
dosis efectiva se reducirá mucho.
6. En las etapas más ligeras o medias, la hipnosis reduce mucho el
riesgo del dolor aliviando el síndrome temor-dolor-tensión,
sustituyéndolo por la habilidad para relajarse tanto mental como física-
mente. Incluso en la segunda etapa, cuando las contracciones son más
fuertes y frecuentes, la paciente a la que se le ha enseñado en la hipnosis a
unir las sugestiones de un relajamiento creciente con una respiración
profunda y rítmica, puede aliviar mucho, y en ocasiones eliminar todas las
sensaciones de dolor. Sólo cuando la cabeza desciende y el perineo se
distiende es probable que se sienta dolor y se requieran medidas complemen
tarias para mantenerlo controlado. En el curso de su entrenamiento de preparto,
siempre se le debe decir a la paciente que habrá disponible "gas y aire", así como
350
drogas anestésicas para el caso de que las requiera. Si en realidad se emplean
o no, debe dejarse que lo decida la madre. Algunas mujeres resienten un
analgésico general, ya que creen que se pierden del placer de escuchar el
primer llanto del niño; sólo por esta razón debe respetarse siempre el
deseo de la madre.
7. En las etapas sonámbulas de la hipnosis se puede producir una
analgesia y anestesia parcial o total en cualquier parte del cuerpo
mediante la sugestión directa. La habilidad de la paciente para producir un
relajamiento muscular completo se aumenta mucho y el perineo se puede
volver completamente insensible durante la segunda etapa. Es más
probable que se sienta un dolor agudo cuando la cabeza remata, pero la
sugestión directa puede disminuir mucho su intensidad y en ocasiones logra
eliminarlo por completo.
En el sonambulismo completo, en especial si se ha logrado la amnesia en
el entrenamiento de preparto, el parto puede hacerse completamente
indoloro. Kroger señala que el elemento del dolor subjetivo no debe
perderse por completo. En su opinión, el dolor del parto es una experiencia
psicológica necesaria y, por lo tanto, considera de importancia que la
paciente pueda ser despertada en cualquier momento para sentir las con
tracciones y atender el nacimiento de su hijo.
Las pacientes sonámbulas siempre entran a una hipnosis profunda a una
señal dada arreglada de antemano. Se le puede decir que siempre que se
presenten las contracciones, no importa lo frecuentes o fuertes que sean, no
sentirá ningún dolor. Las únicas sensaciones experimentadas serán de
ciertas molestias y presión, e incluso éstas, resultarán menos molestas
siguiendo las instrucciones que se le den. El comportamiento de las
pacientes sonámbulas es notable, ya que permanecen calmadas, tranquilas
y relajadas durante todo su parto.
8. En estas etapas, la hipnosis proporciona el control casi completo
sobre el ritmo de expulsión de la cabeza y los hombros. Cuando la cabeza
está a punto de emerger, las contracciones uterinas son tan poderosas que
la madre siente que es imposible dejar de pujar, aun cuando se le diga
que no lo haga. En consecuencia, no se le da oportunidad al perineo de
distenderse y se desgarra. Sin embargo, en el momento en que se le diga a
la paciente hipnotizada que deje de pujar, obedecerá implícitamente,
permitiendo así que se relajen por completo sus músculos abdominales y
dejando que las contracciones hagan su trabajo propio, y cuando se le diga
351
que puje, lo hará de la manera más efectiva. En consecuencia, el tocólogo
tiene un control completo sobre el ritmo del parto, y las rupturas perineales
se evitarán con mucho más facilidad.
9. Se puede practicar una episiotomía completamente indolora solo
con la hipnosis. Si se requiere una restauración perineal, ésta se puede hacer
con facilidad, sin dolor y sin anestesia. La tercera etapa y la expulsión de
la placenta por lo general prosiguen en forma bastante normal bajo
hipnosis, aun cuando el promedio de pérdida de sangre parece que
disminuye apreciablemente.
10. La recuperación postoperatoria por lo general es tranquila y sin
incidentes. La mayoría de las pacientes se sienten extraordinariamente
buenas y sanas después del parto hipnótico y muestran mucho menos
agotamiento físico y mental. El hecho de que puedan mover las piernas
con libertad y ejercitar sus músculos inmediatamente después del
nacimiento, disminuye mucho el riesgo de cualquier tromboflebitis
posterior. También parece que es mucho menos probable que se presenten
otras complicaciones y hay mucho menos peligro tanto para la madre
como para el niño.
11. Puede estimularse la lactación y facilitarse la alimentación al
pecho por medio de sugestión directa bajo hipnosis. Esto no es de
sorprender, ya que es bien sabido que el proceso psicológico de la
lactación puede ser influido en forma muy seria por las alteraciones
emocionales conscientes e inconscientes.
En resumen, el valor más grande de la hipnosis en el campo de la
obstetricia se encuentra en su habilidad para producir un relajamiento físico y
mental completo, junto con la eliminación del temor y de la ansiedad. Una
vez que se ha eliminado el elemento temor, la paciente enfocará su parto
con confianza y, en consecuencia, sólo es probable que se requiera un
mínimo de analgesia. Es de. importancia que el médico general recuerde
que incluso cuando la hipnosis profunda no baste para eliminar todo el
dolor, la sugestión repetida, con o sin medicación complementaria,
todavía puede hacer que el parto sea mucho más fácil eliminando el
síndrome temor-tensión dolor.
352
Desventajas de la hipnosis en obstetricia
353
indicará que siga con exactitud como si fueran dadas por el tocólogo en
persona. Como es natural, deberá instruirse completamente a la partera
sobre la forma de conducir el parto, y debe cooperar plenamente para
cumplir con cualesquiera condiciones especiales que requieran ser
observadas. Por ejemplo, no importa el éxito alcanzado por la paciente
durante todas las primeras etapas del trabajo de parto, es muy probable que
se derrumbe y que se pierda el control a medida que se aproxime el
momento del parto. En este punto, ciertamente que deberá administrársele
cierta forma de analgesia complementaria, como gas y aire, en el caso de
que lo deseara.
Es esencial que la paciente reciba una preparación adecuada para su
parto en el periodo prenatal. Sólo en raras ocasiones logrará la hipnosis
algún grado de éxito si la primera inducción debe tener lugar en tanto el
parto esté en progreso. Considero prudente ver a la paciente por primera
vez tan pronto como sea posible, una vez que se haya confirmado el
embarazo, aun cuando algunas autoridades difieren esto hasta un poco
antes del séptimo mes de gestación. Mientras más pronto se eliminen las
falsas ideas, temores, ansiedades y tensiones, con más rapidez puede
entrenarse a la paciente a anhelar su parto más que a temerlo. Más aún,
puede establecerse el contacto necesario con la partera, y tratar las molestias
iniciales tales como las náuseas matutinas, acidez estomacal o flatulencia.
Yo veo a la paciente una vez por semana durante algunas semanas, en
el curso de las cuales establezco un estado de hipnosis tan profundo como
sea posible, trato las molestias que se presenten, y procedo con el
entrenamiento y condicionamiento iniciales de la mente de la paciente.
Con mucha frecuencia, dependiendo de la personalidad individual, estas
sesiones preliminares pueden practicarse a intervalos de quince días. Una
vez que estoy satisfecho de haber alcanzado un progreso adecuado, digo a
la paciente que regrese entre el séptimo y octavo mes o, si así lo desea,
continúo tratándola mientras tanto en periodos de un mes o seis semanas. Creo
que es de suma importancia ver a la paciente una vez por semana durante las
últimas seis semanas de su embarazo.
Hiperemesis gravídica
354
liberarse del embarazo. También se ha sugerido que la acostumbrada
desaparición del síntoma entre el tercero y cuarto mes, se debe a que los
movimientos fetales obligan a la madre a aceptarlo como individuo por
separado. Otros factores psicológicos que se encuentran detrás de este síntoma
son : alteración de las relaciones maritales, ansia de afecto o incluso
carencia de éste, y los temores relativos al nacimiento y crianza posterior
del niño. En ocasiones el vómito es regular y en realidad grave, en otros
casos sólo se presenta la náusea. No importa lo grave que sea el caso, la
hipnosis puede ser extremadamente útil, incluso si está combinada con otras
medidas terapéuticas. La sugestión directa bajo hipnosis, repetida
constantemente y reforzada, es capaz de curar más del 50 por ciento de
los casos. En los casos persistentes, también debe dirigirse hacia las
actitudes emocionales de la paciente y no sólo al síntoma.
355
Acidez estomacal y flatulencia
Entrenamiento prenatal
356
Principio por decir a la paciente que puesto que el parto es un proceso
perfectamente natural, no hay ninguna razón para que sea doloroso o
desagradable. El dolor sólo se presenta porque la paciente lo espera y lo
teme, y porque no puede impedir que todos sus músculos se pongan rígidos
y tensos. Le indico que la hipnosis la enseñará a liberarse de todas las
tensiones, relajando sus músculos durante el parto, que no habrá ninguna
razón por la que espere sufrir dolores y que, en consecuencia, ese
momento será mucho más fácil. Le digo que si desea que se emplee la
hipnosis, ésta la podrá ayudar mucho, pero que no deberá esperar
resultados mágicos. Que lo que se pueda lograr dependerá, en primer lugar,
de sus propios deseos y de su capacidad para cooperar y, en segundo lugar,
de la profundidad de hipnosis que pueda lograr con el entrenamiento.
Nunca hago promesas exageradamente entusiastas, ni tampoco le doy
garantía alguna de que podré estar presente durante su parto, aun cuando,
si es posible, esas sean mis intenciones. Intento descubrir sus propias ideas,
temores y reservas con relación a la hipnosis, y trato esto explicándole,
con la mayor sencillez posible, cómo es en realidad la hipnosis y la forma
en que opera. En relación con esto, hago resaltar el hecho de que no
existe nada de dominio y que sólo se trata de trabajar en equipo. Que en
realidad, el papel que ella tiene que representar es, en todos sus aspectos, de
tanta importancia como el mío.
Le digo que es probable que se necesiten dos o tres sesiones para
descubrir la máxima profundidad de hipnosis que podrá alcanzar. Que si
logra alcanzar mucha profundidad, entonces será probable que su parto
sea casi sin dolor. Sin embargo, que no se puede confiar mucho en esto,
ya que sólo un 20 por ciento de las mujeres son capaces de lograr tal
profundidad. Que, sin embargo, podrá estar segura de una cosa: Que incluso
como resultado de trances más ligeros, podría relajarse tanto mental como
físicamente, con tanto mucho más éxito durante su parto, que en realidad
el momento será mucho más fácil de lo que en otra forma hubiera sido.
Nunca, en ninguna circunstancia, hago intento alguno de inducir la
hipnosis en el curso de la primera entrevista. Me limito a los hechos, a la
eliminación de dudas y temores y a fomentar la motivación de la paciente.
La invito a que, durante la semana siguiente, piense cuidadosamente en
todo lo que se le ha dicho, y que en la siguiente ocasión, haga todas las
preguntas que se le ocurran.
357
La segunda entrevista. Principio por preguntar a la paciente si acaso ha
estado reflexionando sobre la plática de la semana anterior, y si hay algo
que le agradaría preguntar. Contesto primero las preguntas que haga con
el fin de disipar; en lo que sea posible, cualesquiera dudas e incertidumbres
que queden. A continuación le explico, en los términos más sencillos
posibles, el método para la inducción de la hipnosis y le digo exactamente
lo que tiene que hacer y lo que puede esperar que suceda. Sigo con la
inducción de la hipnosis por primera vez pero no hago ningún intento para
lograr una verdadera profundidad. Despierto a la paciente y discuto con
ella, con cierto detalle, sus propias sensaciones y reacciones subjetivas. Le
explico que aprender la hipnosis es como aprender a montar en bicicleta por
primera vez. En la primera ocasión, alguien tiene que ayudarla y sostener
el asiento todo el tiempo. A la siguiente ocasión, este apoyo puede retirarse
por breves momentos, durante los cuales la paciente podrá continuar la
marcha, aun cuando este progreso pueda ser tambaleante e incierto, y sólo
tendrá ayuda en el caso de que haya peligro de que caiga. En las ocasiones
posteriores, ya podrá avanzar más y más por cuenta propia hasta que,
finalmente, el montar en bicicleta se convierta en una acción tan natural
como caminar.
Le informo a la paciente que, tan pronto como haya alcanzado la
profundidad necesaria, se le enseñará la forma de usar ella misma la
hipnosis durante su parto. Siempre es importante obtener el consentimiento
del esposo, antes de inducir la hipnosis por primera vez.
Entrevistas posteriores. Profundizo la hipnosis hasta que la pa-
ciente haya alcanzado la mayor profundidad de que sea capaz. Si ésta no
resulta suficiente para algún marcado grado de analgesia, constantemente
inspiro en la mente de la paciente, bajo hipnosis, la idea que sigue:
358
Si es posible inducir una analgesia local a un estímulo doloroso, como
el de un piquete de alfiler, hago la prueba de sonambulismo (haciendo que la
paciente abra los ojos sin despertar del trance) y de la amnesia. Si éstas
tienen éxito, puede hacerse que el parto sea totalmente indoloro, a
condición de que yo pueda estar presente. Esto también puede ocurrir en
ausencia mía, pero existe el riesgo de que se derrumbe el control de la
paciente en el peor de los momentos, precisamente cuando la cabeza está
a punto de emerger. Este será el único momento en el cual puede ser
necesaria una anestesia complementaria.
Si puede producirse la analgesia local por sugestión, es útil demostrar a la
paciente la forma en que puede transferirse a cualquier parte del cuerpo. A
los sujetos de trance profundo se les puede enseñar a producirla a voluntad
por sí mismos, bajo ciertas circunstancias restringidas, las cuales también
deberán definirse con claridad cuando se dé la instrucción posthipnótica
adecuada. Sin embargo, desafortunadamente esta clase de pacientes siempre
estarán en minoría. Con todo, la mayoría siempre podrá lograr tranquilidad
mental y un relajamiento satisfactorio en el transcurso de una hipnosis
media o ligera, que les servirá mucho en su parto.
El hecho de que resulte imposible producir algún grado notable de
analgesia al piquete de alfiler, no quiere decir que la paciente no puede
ejercer una cantidad considerable de control sobre el dolor fisiológico de
su parto. Pero, como es natural, será necesario que la paciente reciba con
más frecuencia un entrenamiento prenatal (de preferencia con intervalos
de una semana en las etapas iniciales) que si se lograra el sonambulismo
completo. En el último caso, no sólo requiere el entrenamiento ser meros
prolongado, sino que se puede hacer un uso mucho mayor de las
sugestiones directas posthipnóticas en la conducción del parto en sí. Más
aún, en realidad es posible que se produzca la analgesia con mucha
rapidez, sea a una palabra de mando o como resultado de una señal
concertada de antemano. Se ha suscitado la duda respecto a si la analgesia
hipnótica no es, en realidad, sino sólo amnesia.
Esto parece ser negado por el hecho de que la analgesia suele obtenerse en
la hipnosis en vigilia, * cuando no se ha obtenido ninguna amnesia en
absoluto.
*Para la aclaración de esta aparente paradoja, véase La Hipnosis en el Hombre y en los Animales, por Ferenc
András Volgyesi (Cta. Editorial Continental, S. A., México, 1989), Pág. 95. (N. del T.)
359
Uso de la autohipnosis en el parto
360
Sin embargo, las pacientes sonámbulas pueden ser enseñadas a inducir un
estado de trance profundo, una analgesia completa y, con frecuencia,
amnesia, en cosa de 5 a 10 segundos. Esta rapidez es esencial si la
paciente va a retener el control durante el periodo crítico del parto, cuando
hay poco intervalo entre las fuertes y frecuentes. contracciones uterinas. En
estos casos, enseño la autohipnosis mediante la sugestión posthipnótica:
En unos cuantos momentos... cuando cuente hasta siete. .. usted abrirá los ojos
y estará completamente despierta otra vez.
Una vez que la haya despertado, platicaremos por unos momentos. Luego
usted misma se dormirá otra vez... con un sueño igual de profundo que éste.
Se reclinará cómodamente... fijará la vista en un punto del techo... y contará
despacio hasta cinco.
A medida que cuente... sentirá los ojos cada vez más y más cansados ... usted se
sentirá más y más soñolienta... y, en el momento que usted
llegue a la cuenta de cinco... sus ojos se cerrarán de inmediato... y se
dormirá inmediatamente con un sueño igual de profundo que éste.
361
ADMINISTRACION DEL ENTRENAMIENTO HIPNOTICO
PRENATAL
No debe usted inducir ningún trance hipnótico hasta que haya hecho esto.
362
Permanecerá perfectamente calmada y sin preocuparse, y sin el más mínimo temor.
Después, a medida que se abran los conductos, las contracciones serán más fuertes, más
intensas y con más frecuencia. No se asuste ni trate de evitar esto, ya que si
desaparecieran, nunca nacería el niño. Esto es una señal de que el parto está progresando
bien. Podrá permanecer en su trance y relajarse mediante una serie de respiraciones
rápidas, profundas y rítmicas. Con cada una de ellas, usted se relajará completamente,
más y más. Desaparecerá toda tensión y sólo sentirá la molestia de una presión creciente
con cada contracción. Usted no perderá el control y permanecerá perfectamente pasiva,
dejando que las contracciones hagan su propio trabajo, sin tratar de ayudarlas en ninguna
forma.
Puede presentarse una corta pausa, después de lo cual las contracciones volverán a
empezar con más fuerza. Más o menos en este momento, la fuente se romperá y se
escapará el agua. No ha _y necesidad de preocuparse o alarmarse por esto. Sólo quiere
decir que ha entrado a la segunda etapa de su parto, y que la verdadera expulsión y
nacimiento de su niño está a punto de empezar. Aun cuando las contracciones sean mucho
más fuertes y más frecuentes, no deberán asustarla, pues pronto será necesario que
usted coopere y ayude al nacimiento de su niño. A medida que continúan las contracciones,
comenzará a sentir un deseo casi irresistible de ayudar pujando. No importa cuando ocurra
esto, usted no deberá ceder a ello, hasta que se le diga que lo haga.
Si cede a ese deseo, demorará el nacimiento de su niño, lo hará más difícil y se
agotará innecesariamente, sin hacer una pizca de bien. Tan pronto como sienta este
deseo, dígaselo a la partera o a la enfermera, pero no haga nada sino hasta que ella le
diga. Cuando se lo digan, haga una respiración profunda, retenga el aire todo lo que
pueda y luego puje con toda la fuerza que pueda todo lo que dure cada contracción.
Si tiene que volver a respirar antes que termine la contracción, haga otra respi ración
profunda lo más rápidamente posible y continúe reteniéndola y pujando, ya que por lo
general es la última parte de la contracción la que produce el mayor progreso.
Encontrará que esto reduce mucho las molestias. Recuerde que mientras puja está
ayudando mucho a traer el niño al mundo, ya que esto no puede lograrse sin mucho
trabajo y esfuerzo físico. Bien valdrá la pena. En cada intervalo, entre las contracciones,
usted podrá descansar por completo y dormir.
En cuanto descienda la cabeza del niño y aparezca en la salida, estará a punto de
empezar el proceso final del parto. En este punto, usted podrá obedecer implícitamente a
todas las instrucciones. Siempre que se le diga que deje de pujar, dejará de hacerlo de
inmediato, y en vez de ello dedicarse a respirar profunda y rápidamente. Como resultado
de esto, usted se relajará cada vez más completamente, y a medida que la cabeza haga
una presión cada vez más fuerte hacia abajo sobre la salida, toda el área quedará
completamente entumecida e insensible. Sentirá una molesta sensación de alargamiento
y la sensación de algo que pasa por la salida.
Aun cuando es probable que no requiera ayuda adicional, habrá disponibles drogas y
anestésicos adecuados. No se le administrarán a menos que usted así lo solicite. Usted
sólo tiene que pedirlas. Por otra parte, si desea permanecer despierta cuando nazca el
363
niño, sólo tiene que decirlo. Una vez que haya visto al niño y haya salido la placenta,
usted caerá en un sueño profundo y reparador. Despertará de este sueño sintiéndose
realmente buena y sana, y recordando muy poco de lo que ha ocurrido. Durante todo
su parto, usted podrá hablar o responder preguntas si es necesario, sin despertar de su sueño
hipnótico profundo y relajador. Podrá usted cooperar en todo sentido, pero se sentirá
demasiado dormida o soñolienta para llegar a molestarse. Obedecerá fielmente todas las
instrucciones que le den como si yo mismo se las diera.
364
5. Que cada contracción de la matriz la sentirá como una sensación no
del todo desagradable. Que incluso durante la segunda etapa, las
sensaciones que experimente serán sólo las de una presión que aumenta,
comparables, en todo sentido, con un esfuerzo físico ordinario.
Deberá tenerse cuidado de no abolir todas sus sensaciones, de lo contrario
podría iniciarse el parto sin que la paciente se diera cuenta de ello.
6. Que cada vez que se induzca ella misma un sueño hipnótico
profundo, podrá relajar los músculos y aliviar la tensión en una forma tan
completa que sentirá muchas menos molestias. Las contracciones la
molestarán mucho menos, y el parto del niño será mucho más fácil.
7. Que subsecuentemente sus pechos producirán suficiente leche, de
manera que podrá alimentar a su niño sin dificultad con el pecho.
Esta última sugestión es probable que tenga un éxito extraordinario, ya
que la causa más común de deficiencia en la lactancia es la preocupación
o el miedo. La hipnosis parece abolir éstas, induciendo una actitud de
expectación positiva.
8. Que una vez que haya terminado el parto y haya dormido,
despertará sintiéndose perfectamente buena y sana y puede, si así lo desea,
recordarlo poco o nada.
365
LA HIPNOSIS EN LOS PARTOS COMPLICADOS O
ANORMALES
366
podría librarse totalmente de sensaciones de molestia, y siempre estaría
plenamente consciente de la presión de sus contracciones uterinas.
En una ocasión se presentó con un brazo en cabestrillo. Parecía que
ella y su esposo habían tenido un accidente automovilístico y ella resultó con
lesiones en su brazo y hombro derechos. Cuando su esposo la sacó del automóvil
sufría grandes dolores, y él se dirigió a una granja cercana a buscar ayuda. A
su regreso encontró que ella se había puesto en trance hipnótico y había
eliminado por completo el dolor.
La iniciación del parto fue el 14 de abril. La paciente estaba atendida por
su propio médico y fue admitida al hospital. Cuando la visité aquella noche
estaba profundamente dormida. Se me informó que estaba bastante bien,
pero que se había logrado muy poco progreso porque sus contracciones
eran muy débiles. En la tarde siguiente, se me informó por teléfono que
casi con certeza se necesitaría practicar una cesárea. La operación se llevó
a cabo bajo anestesia ordinaria y tanto la madre como el niño
evolucionaron muy bien.
En vista de las dificultades para decidir la intervención quirúrgica
en este caso, el tocólogo a cargo ha tenido la amabilidad de
proporcionar su propia relación detallada del caso:
Historia del caso por el tocólogo. Vi a la Sra. Blank en tres ocasiones
durante la segunda mitad de su embarazo y me dejó muy impresionado
por su calma y compostura y su feliz anticipación de un parto fisiológico.
Parecía completamente libre de las tensiones físicas y emocionales que
suelen complicar el periodo prenatal; esto puede deberse en parte a las
facultades de la inducción de la autohipnosis. Se hizo evidente por un
examen físico y de rayos X que padecía una estrechez pélvica que sin
duda conduciría a cierto grado de desproporción, pero aunque se daba
cuenta de lo que esto implicaba parecía que le causaba poca ansiedad, si
acaso.
Principio del parto. La iniciación del parto fue señalada por la ruptura
de las membranas y por contracciones uterinas regulares que producían
sensaciones de presión, pero ningún dolor. Por lo tanto, fue difícil para
su médico familiar avisarle que el parto había comenzado, y encontró la
misma dificultad el personal de médicos y enfermeras cuando fue admitida
al hospital de maternidad. Esto era desafortunado en vista de la
desproporción que sufriría por la inercia uterina primaria con contracciones
367
un tanto débiles pero, mediante examen, se confirmó que el parto se había
iniciado, aun cuando se hizo muy poco progreso en el transcurso de las
primeras veinticuatro horas.
Progreso del parto. Para asegurar que se había llevado a cabo una
prueba plena del parto, fue tratada con una inyección intravenosa de
oxitocina, usando 2 unidades en 500 ml de solución de dextrosa. Esto
pronto produjo fuertes contracciones uterinas que podían constatar los
observadores, pero que dejaban cierta duda respecto a su naturaleza, ya
que la Sra. Blank parecía que experimentaba poco dolor y repetidamente
preguntaba si debían ser más fuertes para darle la oportunidad de que el
niño naciera fisiológicamente. Fue sólo cuando se llegó a la decisión,
varias horas después, que era casi cierto sería necesaria una incisión
cesárea, que perdió su compostura por primera vez, sollozando a rienda
suelta y quejándose de dolores en el dorso. Todavía había ciertas dudas
en la mente de por lo menos un observador respecto al grado de acción
uterina que en realidad se había logrado.
Remoción. Una vez que se exploró la matriz y se extrajo al niño mediante
una sección cesárea en el segmento inferior, fue una sorpresa encontrar que el
segmento inferior era muy delgado y que el anillo de retracción se había
elevado casi hasta una altura peligrosa. Era claro que el parto había avanzado
en un grado mucho mayor de lo que había sido aparente, debido a la extrema
compostura de la paciente y a que no mostraba ningún signo de reacción
sistémica a las contracciones fuertes. En realidad no había peligro para la madre
o para el niño, pero se puede concebir que en una paciente multípara el parto
podría haber resultado peligrosamente avanzado, conduciendo posiblemente a
serias complicaciones en circunstancias similares.
Discusión. Una de las dificultades de este caso se encuentra en llegar a
una decisión precisa respecto a cuándo debe emprenderse la intervención
quirúrgica en interés tanto de la madre como del niño. Esta dificultad hubiera
sido minimizada y otras eliminadas si las condiciones hubieran permitido una
cooperación más estrecha entre nosotros como hipnólogos y el tocólogo, y si
hubiera sido posible para el personal del hospital haber sido totalmente instruido
sobre el cambio de las condiciones impuestas por la hipnosis en el transcurso del
parto.
La situación ideal hubiera sido que el mismo tocólogo emprendiera la
inducción de la hipnosis y el entrenamiento prenatal de la paciente y que se
encargara del parto. En la práctica, uno debe contentarse con la más estrecha
368
cooperación entre el tocólogo y el médico implicado. El hecho de que pueda
presentarse tal dificultad, como en el caso que se describió, conduce a subrayar
los positivos peligros que pueden presentarse cuando se entrena a las futuras
madres para que puedan producirse la autohipnosis y la analgesia por parte de
hipnotizadores no calificados. Estamos de acuerdo en derivar las conclusiones
siguientes
1. Cuando el hipnotizador médico que emprende un trabajo obstétrico no es
el mismo que va a encargarse del parto, debe estar, en todo momento
fácilmente disponible para ser consultado durante el parto, y es conveniente que
se encuentre presente durante el parto.
2. En los casos obstétricos complicados sólo debe emplearse la anestesia
hipnótica después de haber hecho investigaciones exhaustivas y, cuando pueda
lograrse la más estrecha cooperación entre el médico hipnotizador y el
tocólogo.
3. En los casos obstétricos de multíparas o complicados no es prudente, y
quizá sea peligroso, instruir a la paciente en la técnica de la autohipnosis, a
menos que se puedan garantizar las salvaguardas anteriores.
4. Siempre que se enseñe la técnica de la autohipnosis, es aconsejable que
se prevenga tanto al tocólogo como a la partera que atienden, de que los
signos y síntomas de sufrimiento materno o de catástrofe inminente,
pueden estar disfrazados peligrosamente, o incluso pueden estar ausentes.
5. Idealmente, cualquier médico que desee utilizar los beneficios de la
hipnosis para sus pacientes en su campo de preparación especializado,
deberá ser, con toda propiedad, el que induzca la hipnosis a la paciente.
369
CAPITULO 22
370
paciente dice que no puede -la enfermera dice que no quiere- la verdad es que
no puede querer".
T. A. Ross indicó que no existe tal cosa como un dolor imaginario, y que
cuando una persona se queja de un dolor, está padeciendo un verdadero dolor
o está mintiendo. En el último caso, está fingiendo una enfermedad. Pero es
absurdo sugerir que todos los pacientes con padecimientos para los cuales no
hay una base física aparente caigan en esta categoría. La verdad es que un
dolor, que no se puede distinguir del causado por un padecimiento físico,
puede ser producido sólo por alteraciones psicológicas. Esto puede
demostrarse convincentemente por medio de un sencillo experimento
hipnótico:
Se hipnotiza a un sujeto a una profundidad en la que desarrolle una
amnesia completa de todo lo que ocurra durante el estado de trance. Se le hace
la sugestión posthipnótica de que, después que despierte, no podrá mover su
brazo izquierdo, el cual estará completamente paralizado. También se le dice
que cuando cualquier otro trate de levantárselo, sentirá un fuerte dolor en el
hombro. Cuando es despertado, no recordará nada de lo que se le ha dicho. En
consecuencia, expresará la mayor de las sorpresas y preocupación cuando se
dé cuenta que no puede mover su brazo izquierdo. Y si alguien trata de
levantar su brazo paralizado, sus reacciones y la expresión de su rostro no
dejará lugar a duda en cuanto a la realidad del dolor que está sintiendo.
371
ideas inconscientes que fundamentan los síntomas del paciente y la manera en
que se originan en un caso dado. Cuando se llevan a la conciencia del paciente
estos hechos ocultos, éste comprenderá por primera vez cómo y por qué se
presentó el padecimiento, y esta percepción interior por lo general acelera la
eliminación de sus síntomas.
Queda por contestar una importante pregunta. ¿Cómo adquiere el paciente
neurótico estas creencias e ideas inconscientes? En el experimento recién
descrito fueron introducidas por el hipnotizador; es poco probable que
normalmente sean resultado de la autosugestión, ya que en ocasiones todos
somos capaces de sugerirnos cosas sin desarrollar síntomas neuróticos.
Muchos de los pioneros en el campo psicológico trataron de arrojar luz
sobre este problema. Pierre Janet llegó a la conclusión de que la mayoría de
los síntomas neuróticos tenían un significado oculto, la cual fue igualada por
la muy oportuna cita de Shakespeare hecha por Charcot: "Aunque esto sea
locura, hay cierto método en ella". Pero fueron los trabajos de Breuer,
aproximadamente en 1880, los que proporcionaron la pista perdida. Describió
cómo uno de sus pacientes, en el transcurso de un trance hipnótico, principió a
hablar en forma espontánea sobre sus síntomas describiendo hasta el más
mínimo detalle. Lo notable del hecho fue que una vez que se hubo descargado
de todo lo relacionado con un síntoma en particular, mientras
simultáneamente daba salida a los sentimientos que originalmente estaban
relacionados con el episodio, por lo general los síntomas desaparecían.
Posteriormente, Freud interrogó bajo hipnosis a todos sus pacientes acerca del
origen de sus síntomas, y como sus resultados confirmaron los obtenidos por
Breuer, publicaron en forma conjunta artículos sobre sus trabajos. En ellos
expresaron la opinión de que la recuperación de tales recuerdos perdidos
eliminaban las emociones que originalmente estaban ligadas a ellos. Como
consideraban que el paciente estaba siendo purgado de la emoción causal,
llamaron al proceso abreacción, o la expresión de una emoción reprimida.
En Francia, Bernheim hipnotizó tan profundamente a un sujeto, que le
produjo una amnesia completa de los eventos del trance, y le dio esta
sugestión posthipnótica: "Cuando el reloj dé las doce, abrirá la ventana".
Despertó al sujeto que abrió puntualmente la ventana cuando sonaron las doce
en el reloj. Bernheim le preguntó por qué había hecho eso. A causa de su
amnesia, el sujeto no pudo dar la verdadera respuesta y en vez de ella dio una
explicación completamente satisfactoria para sí mismo. "Pensé que hacía
demasiado calor aquí". Bernheim insistió en que aquella no era la verdadera
372
razón, y le dijo al sujeto que podría recordar la verdadera si hacía el esfuerzo
adecuado. Continuó conminando al sujeto a que se esforzara más y más, hasta
que finalmente tuvo éxito y obtuvo el recuerdo de la instrucción original. En
esta forma, ideó relacionar una idea que antes había sido inconsciente con la
corriente principal de la conciencia, le manera que finalmente el sujeto pudo
admitir que sabía que se e había indicado que abriera la ventana.
Freud, que conocía el experimento de Bernheim, se dio cuenta de por que
nunca se podrían aceptar las propias explicaciones del paciente sobre su
padecimiento, puesto que estaba conscientemente ignorante de la verdadera
causa de sus síntomas, la cual estaba profundamente guardada en su mente
inconsciente. Pero todavía más importante, Freud había descubierto la forma
de rescatar del olvido tales ideas. Se debe persistir y persistir hasta que
finalmente se derrumbe la barrera.
Sin embargo, el nuevo método de Freud no logró el éxito que esperaba, ya
que muy pocos pacientes podían alcanzar la necesaria profundidad de
hipnosis. Por esta razón, descartó la hipnosis por completo y dejó que el
paciente hablara al azar, diciendo todo lo que le viniera a la mente, tuviera
significado o no. Se previno al paciente que no criticara, sino que expresara de
viva voz cada pensamiento sucesivo según le llegara a la mente. Estas
asociaciones libres, gradual, pero invariablemente conducían al origen del
síntoma. Pronto descubrió que las mismas cosas que el paciente se mostraba
más renuente a expresar, eran las que tenían más importancia en la causa de su
enfermedad, y que las llamadas asociaciones libres en realidad no eran libres,
sino que estaban determinadas por un material inconsciente que habría de ser
analizado e interpretado.
Mientras más exploraba Freud la mente por medio de estas asociaciones
libres -psicoanálisis- más se preguntaba por qué los pacientes perdían la pista
de sus experiencias olvidadas. Finalmente descubrió que el recuerdo de tales
experiencias era penoso, aterrador o humillante para el paciente. En realidad,
muchos de nuestros propios lapsos de memoria pueden ser explicados por su
relación con algo que no nos interesa recordar, ya que ese recuerdo sería tan
penoso como doloroso.
Esto ocurre con frecuencia en ciertos conflictos mentales. Nos rehusamos a
resolverlos en el plano consciente porque cualquier solución a la que
lleguemos sería desagradable. Esta forma de olvidar se conoce como
represión. Ocurre comúnmente en todo individuo normal, pero desempeña un
373
papel de tremenda importancia en la causa de los padecimientos neuróticos.
La represión es el proceso por el cual los recuerdos penosos o desagradables,
junto con las emociones y asociaciones a ellos ligados, se arrojan de la
conciencia y se sepultan profundamente en la mente inconsciente, en donde
quedan olvidados por completo e inaccesibles.
Podemos encontrar muchos ejemplos de este mecanismo operando en la
vida diaria. Recibimos cartas de cobro en el correo de la mañana y las
hacemos a un lado, intentando sinceramente pagarlas ese mismo día. Sin
embargo, las olvidamos por completo, y para el fin de la semana todavía están
sin pagar. Pero los cheques que recibimos por el mismo correo rara vez son
pasados por alto, y por lo general son depositados o cobrados en el banco sin
demora. También olvidamos enviar cartas de otras personas, pero rara vez
olvidamos depositar las nuestras, por muy ocupados que estemos.
Incluso en esos casos tan triviales de olvido (mediante la represión) se
produce un conflicto entre las partes consciente e inconsciente de la mente. La
parte consciente trata de recordar, en tanto que la parte inconsciente se opone
con éxito a todos sus esfuerzos debido a que el asunto es desagradable o
molesto y, en consecuencia, no debe ser recordado.
En los padecimientos neuróticos con desarrollo de síntomas psico-
somáticos, el mecanismo es de la mayor importancia y actúa en la forma
siguiente:
El paciente se enfrenta a una situación intolerablemente difícil en su vida
diaria con la cual no puede luchar. Las tensiones que esto crea en la mente
causan tanta ansiedad que tiene que encontrar algún medio de escapar, de
manera que la arroja de su mente consciente y escapa de ella en esa forma.
Esto es lo que llamamos represión. No sólo olvida sus actuales dificultades,
sino que al mismo tiempo reprime todas las intensas emociones asociadas a
ellas, ante las cuales no pudo reaccionar en forma adecuada por el momento.
Esta emoción reprimida que fundamenta su conflicto proporciona la energía
que está tratando constantemente de obligarla a regresar a la conciencia. De
ninguna manera debe permitirse que esto suceda puesto que sólo causaría
dolor y agitación mental. De manera que cuando la represión ya no puede
retenerla, esta energía se desvía por otro canal y se descarga en la forma de
síntomas físicos.
En esta forma, los síntomas psicosomáticos se presentan como defensa
contra una ansiedad intolerable. No es de sorprender que suelan ser tan
difíciles de desechar, no importa lo incapacitantes que sean, puesto que
374
inconscientemente sirven a un propósito útil. Es de importancia darse cuenta
que no es el acto de represión en sí lo que causa la dificultad, ya que sólo
cuando la represión amenaza ser ineficaz es cuando se presentan los síntomas
físicos. En las psiconeurosis más graves por lo general es una experiencia
aterradora y altamente emocional la que se ha reprimido, que suele remontarse
a la temprana niñez del paciente.
Cuando el tratamiento logra restituir a la conciencia los recuerdos
guardados y esto va acompañado de la liberación de las emociones a las cuales
el paciente no podía darles salida, por lo general sigue una recuperación
completa. Si se usan técnicas abreactivas, ésta en ocasiones puede ser
dramática. La recuperación de los recuerdos perdidos por sí sola, sin embargo,
si no va acompañada de una respuesta emocional adecuada no es probable que
proporcione al paciente el alivio de sus síntomas. Las abreacciones por drogas,
las abreacciones hipnóticas, el hipnoanálisis e incluso el psicoanálisis son
distintos métodos psiquiátricos para atacar este problema fundamental.
Es difícil que haya un síntoma físico, encontrado en un padecimiento
orgánico, que en ocasiones no se origine de alteraciones psicológicas,
entonces, ¿qué es lo que determina la aparición de un síntoma en vez de otro
en cualquier caso en particular?
Muchos individuos saludables abrigan un secreto temor de que en alguna
ocasión puedan contraer una enfermedad específica. El hombre de negocios
cuyo hermano murió inesperadamente de un ataque coronario es muy probable
que presente síntomas cardiacos si desarrolla una neurosis con posterioridad.
En otras ocasiones, el síntoma puede estar relacionado a la reacción propia del
paciente a las dificultades que no quiere admitir, incluso para sí mismo. Es
muy improbable que un esposo diga que se siente enfermo porque la conducta
de su esposa, le da un dolor en el cuello; en vez de ello se quejará de un
tortícolis funcional. En forma similar, una esposa nunca dirá que su esposo en
ocasiones es tan exasperante que le arrancaría los ojos; sufrirá de una severa
neurodermatítis con un prurito intolerable que podrá rascar a su gusto.
Por lo general se observa la función protectora de los síntomas. El
ejecutivo de una empresa preferirá padecer de una úlcera duodenal por su
ineficiencia que admitir que sus responsabilidades ya son demasiadas para él.
Una mujer tendrá una jaqueca que le impida tomar el té con algún conocido
que no le importe nada. Pero tanto la jaqueca como la úlcera son bastante
375
reales; han sido producidas inconscientemente para evitar una situación
desagradable, en tanto que simultáneamente ocultan la verdadera razón de la
molestia.
Además de conocer estos mecanismos, uno debe entender también, en
primer lugar, la forma en que se desarrolla un padecimiento neurótico y por
qué su duración suele ser tan prolongada. Desde el momento del nacimiento,
la vida exige un continuo reajuste a los cambios de nuestro ambiente. La
capacidad de un hombre para este ajuste depende de factores que pueden estar
relacionados con su primera infancia. En este contexto, una persona normal es
la que puede hacer este continuo ajuste en sí misma y en su ambiente sin
causar sufrimientos a otros o a sí misma. Una persona neurótica es la que
siempre está mal ajustada a su ambiente, y es esta imperfección en su
capacidad para responder en forma adecuada a las circunstancias cambiantes,
lo que constituye la causa radical de su padecimiento.
Los padecimientos neuróticos siempre representan un escape inconsciente, a
través de una enfermedad, de las dificultades, reales o imaginarias que la
vida tiene que ofrecer. Lo importante es darse cuenta del hecho de que para el
neurótico, las dificultades imaginarias son tan reales como si efectivamente
existieran.
Un hombre capaz de enfrentarse directamente a sus dificultades, aunque no
pueda resolverlas, no se enfermará y conservará su propia dignidad. Un
hombre que siempre las evade ciertamente perderá al final. El paciente
neurótico sabe esto tan bien como cualquiera y adopta una solución totalmente
distinta. Se enferma, y así con un golpe no sólo evita enfrentarse a sus
problemas sino que retiene su dignidad, ya que nadie espera que un enfermo
puede enfrentarse a dificultades. Esta es una solución por completo
inconsciente, ya que el paciente nunca se da cuenta de que su enfermedad lo
ha capacitado para escapar de cualquier cosa, de manera que es erróneo
considerarlo como que finge la enfermedad.
Nunca se debe condenar a un neurótico por solucionar sus problemas en
esta forma. Incluso los más fuertes de nosotros tienen su "punto de ruptura" si
se nos sujeta a suficientes esfuerzos y tensiones. La mayoría de los neuróticos
tienen un fuerte sentido de inferioridad y en realidad están menos
adecuadamente preparados para encarar las dificultades de la vida que el
individuo saludable promedio. Tienden a alcanzar su punto de ruptura con
pasmosa rapidez. No se les puede culpar por esto. En la niñez pueden haber
376
tenido la clase de educación que nunca les dio oportunidad para aprender a
ajustarse.
La razón de que la neurosis sea tan difícil de curar es que el paciente siempre
obtiene alguna ventaja inconsciente de su enfermedad: la recuperación le
obligaría a encarar las mismas dificultades contra las cuales su enfermedad le
proporciona un refugio temporal. El neurótico cree que nadie lo comprende y
siempre está buscando a alguien que lo escuche con simpatía. Si usted está
preparado para desempeñar este papel, habrá desaparecido uno de los mayores
obstáculos para su recuperación.
Anímelo a que le comunique sus dificultades en sus propias palabras y no
lo interrumpa hasta que haya terminado con su historia. Luego interróguelo
estrechamente sobre sus circunstancias domésticas, sus relaciones comerciales
y sus posibles preocupaciones financieras. Rara vez mencionará éstas por sí
mismo, puesto que está convencido de que su enfermedad es física, de manera
que, en consecuencia, le parecerá que no tienen importancia.
Debe asegurársele que todo lo que diga será mantenido estrictamente
confidencial. Sus ansiedades en ocasiones revolverán alrededor de algún
asunto íntimo tal que posteriormente se sentirá avergonzado de tener que
discutirlas. Por esta razón, nunca deberá criticar o expresar desaprobación por
su comportamiento, no importa lo escandaloso que haya sido. En este punto
debe descargarse con libertad, no se debe permitir que la moral o la ética entre
en el cuadro. Sin embargo, deberá hacer todo lo que pueda para fomentar su
amor propio, pero nunca debe permitir que crea que usted se considera
superior en ningún sentido. Ya está penosamente consciente de sus propios
sentimientos de inferioridad, y se puede hacer mucho daño al recalcarlos.
Es erróneo y dañino decirle que se comporte o que su curación depende
de sí mismo. Entonces quedará convencido de que ha sido mal comprendido
por completo, y cualquier poder que haya tenido para influir en él se
desvanecerá de inmediato. También debe recordar que sus dolores y síntomas
son reales y no son imaginarios y que está sufriendo tanto como si fueran
causados por una enfermedad orgánica. Sólo se puede ayudar al paciente
neurótico si se acepta la realidad de sus sufrimientos. Sólo la simpatía
genuina, la tolerancia y una mejor comprensión de sus dificultades lo
ayudarán realmente en el largo camino hacia la recuperación.
377
USO DE LA HIPNOSIS EN LOS ESTADOS PSICOSOMATICOS
Y NEUROTICOS
378
mentan al padecimiento. Una vez que el paciente se da cuenta de éstos y se le
anima para que se enfrente a sus verdaderas dificultades su condición
mejorará con rapidez.
Una cosa debe ser entendida con claridad. Si usted decide tratar tales casos
con hipnosis, es posible que se vea involucrado en cualquier situación que
posteriormente se presente. Incluso en los casos benignos, el síntoma es una
defensa contra algo con lo cual el paciente no puede enfrentarse, y su mera
eliminación puede conducir a una recurrencia de la ansiedad. Él no estará en
mejor posición que antes para luchar contra esta ansiedad; así pues, si no está
usted preparado para continuar ayudándolo—no use la hipnosis.
El tratamiento de muchos de los estados psicosomáticos que responde en
forma satisfactoria a la hipnosis ya ha sido descrito, pero algunos de los
padecimientos neuróticos menos graves también pueden tratarse con
seguridad. Sin embargo, se debe tener mucho cuidado al hacer la selección.
Estados de ansiedad. La hipnosis puede ser muy útil en los casos más leves
en los cuales los síntomas prominentes son falta de confianza, timidez
excesiva e indecisión para encontrarse con otras personas. En los estados
fóbicos y tensos más benignos también suelen responder al tratamiento. Pero
los estados de ansiedad más graves con fobias intensas y obsesiones siempre
deberán evitarse, ya que su tratamiento presentará muchos problemas difíciles
y le llevará mucho tiempo al médico general. Deben ser dejados para el
psiquiatra.
379
Estados obsesivos. El tratamiento de éstos siempre es difícil y con
frecuencia no satisfactorio. En mi experiencia, la hipnosis rara vez tiene más
éxito que otros métodos de tratamiento, y puesto que es necesario el método
analítico, es mejor considerar estos casos como no adecuados.
Depresiones. No es fácil evaluar el riesgo de suicidio implicado en los
estados depresivos. El peligro se encuentra en el hecho de que puede ser
mucho menor en el paciente profundamente deprimido que se ha convertido
en letárgico y apático, que en los casos ambulatorios más benignos que han
conservado la iniciativa. Considero que nunca debe ser usada la hipnosis en
estados depresivos en los cuales estén presentes impulsos suicidas, a menos
que se trate de un paciente hospitalizado bajo supervisión, cuando puede
emplearse con seguridad junto con otras medidas. En la ausencia de impulsos
suicidas, puede usarse con efectividad junto con drogas antidepresivas, a con-
dición que se tenga sobre el paciente un grado razonable de observación.
Por lo general, éste será el método que elija el médico general que desee
tratar estados psicológicos. Se dispone de muchas técnicas distintas, pero me
propongo tratar sólo con aquellas que son más aplicables en la práctica
general.
El primer paso en el tratamiento del paciente neurótico es 'tratar de
descubrir la causa probable de su padecimiento. Una cuidadosa toma del caso,
seguida por un sencillo interrogatorio bajo hipnosis, por lo general arrojará
mucha luz sobre la causa. También es de importancia intentar formarse una
opinión sobre los defectos y las cualidades del paciente individual. A
continuación el tratamiento se orienta a ayudarlo a regular su vida y a que
recupere su habilidad para enfrentarse a ella. No se hacen intentos de ninguna
especie para alterar su personalidad –sólo se intenta modificar sus reacciones
ante sus dificultades—. Varios distintos métodos de ataque pueden ayudar
mucho para cumplir con esta tarea.
380
Puede necesitar consejo acerca de su trabajo. Puede tener dificultades que
se originen por sus relaciones con sus colegas en los negocios, con los amigos,
los parientes o con su esposa e hijos. Con frecuencia mostrará actitudes
erróneas hacia el sexo y el matrimonio que necesitarán ser corregidas. Con
frecuencia tendrá la tendencia a aislarse y a retirarse de las demás personas.
Entonces, será necesario animarlo a que se dedique a algún pasatiempo,
diversión o actividad social que lo una a otros, a contrarrestar esta tendencia y
a ampliar sus intereses.
Como es natural, muchos de estos asuntos se discutirán y se aconsejará en
forma adecuada en estado de vigilia, y se pueden usar sugestiones adecuadas
bajo hipnosis para enfatizarlas y para
ayudar al paciente a actuar de acuerdo con ellas con más presteza. La rutina
para el fortalecimiento del ego formará una buena base para el tratamiento y
se aumentará para que se incluyan algunas sugestiones específicas que en cada
caso se requieran. Es de máxima importancia evitar una actitud dictatorial, ya
que el método persuasivo puede lograr mucho más éxito.
Restablecimiento de la confianza. Esto siempre es necesario en toda forma
de psicoterapia. El paciente neurótico se ha preocupado tanto por sus síntomas
que ha llegado a exagerarlos mucho y ha provocado que se presenten muchos
temores. Pero por lo general aceptará la confianza que le infunda el médico, a
quien cree sincero y poseedor de los conocimientos necesarios para
comprender sus dolencias. Tal confianza es natural que sea aceptada con más
rapidez en estado hipnótico que en el estado de vigilia. La mayoría de los
pacientes neuróticos temen que sus síntomas sean causados por alguna
enfermedad orgánica grave. Son pocos los que no temen en secreto que, si sus
preocupaciones continúan en forma indefinida, finalmente se volverán
locos. Otros temen los resultados de la masturbación, o de los impulsos y
relaciones sexuales. Todos estos varios temores tendrán que ser tratados
infundiendo la más plena confianza.
Persuasión. Esto comprende la corrección de las ideas equivocadas del
paciente respecto a su enfermedad apelando a su razón y a su inteligencia. Se
le demuestra que ha estado pensando a lo largo de líneas equivocadas y se
hace el intento de convencerlo de la verdadera naturaleza de su padecimiento
y de la forma en que se originó. Se colocan ante él los verdaderos hechos del
caso y se le demuestra que no hay ninguna razón para que continúe enfermo.
Una vez que principie a pensar en términos de mejoría, comenzará a mejorar,
a condición de que quede convencido de que continuará sufriendo dolores u
381
otros síntomas en tanto se muestre más inclinado a padecerlos. Cuando se
puedan inspiraren su mente ideas de salud desaparecerán las ideas de
enfermedad.
Reacondicionamiento. Por lo general se emplea esta técnica para tratar
hábitos que los pacientes encuentran difíciles de quebrantar, tales como el
fumar en exceso, tomar demasiado alcohol, comer mucho, roerse las uñas y
orinarse en la cama. El objetivo es sustituir la satisfacción derivada de tales
hábitos con emociones o experiencias desagradables. Esto ayuda mucho al
paciente en sus esfuerzos por abandonarlos. Aunque se use este
procedimiento, todavía es necesario tratar de proporcionar al paciente la
motivación, o aumentarla, para que se libre del hábito.
Rara vez tendrá éxito el reacondicionamiento cuando el síntoma tiene un
fuerte valor defensivo en contra de la ansiedad a menos que el paciente haya
obtenido primero cierta percepción emocional de sus dificultades.
382
CAPÍTULO 23
Hemos visto la forma en que se mantienen los síntomas del paciente en los
padecimientos psicosomáticos y psiconeuróticos como defensa contra conflictos
mentales inconscientes, los que pueden ser superficiales o profundos. El
problema, en especial en los casos más graves, es "descubrir" estos conflictos y
las dificultades emocionales asociadas que fundamentan el padecimiento, y
ayudar al paciente a reconocerlas y a tratarlas.
Como ya he indicado, muchos de los padecimientos psicosomáticos y
neuróticos más benignos, si los conflictos involucrados son relativamente
superficiales y dóciles a las formas de investigación más sencillas, los
puede tratar con éxito el médico general. Sin embargo, otros, que se originen
de conflictos y defectos de la personalidad más profundos, requerirán una
forma de análisis más penetrante, conducida de acuerdo con los principios
psicoanalíticos ortodoxos. El objeto es purgar al inconsciente de luchas y
tensiones internas reprimidas que con frecuencia se originan de experiencias
hostiles y de condicionamientos en el pasado, de manera que el individuo ya no
esté amenazado por la ansiedad y su ego quede fortalecido hasta el punto en que
se puede enfrentar en forma objetiva con las tensiones tanto externas como
internas. Así, la psicoterapia analítica implica una drástica reorganización del
aparato psíquico del paciente de manera que, liberado de la necesidad de
mantener la represión pueda adaptarse a la realidad y satisfacer sus
necesidades psicológicas básicas. Desafortunadamente, el psicoanálisis tiene
que ser continuado por largos periodos de tiempo, incluso años, debido a la
resistencia por parte del paciente a abandonar sus defensas o a renunciar a las
ventajas que está derivando de su neurosis.
383
Como es natural, el ámbito del psicoanálisis está limitado estrictamente a la
práctica privada por el costo y la duración del trata- miento y en las clínicas de
pacientes externos por el factor tiempo. Más aún, cuando las causas
radicales del padecimiento del paciente tengan que ser halladas en su
pasado, muchas de las dificultades inmediatas para las cuales buscan
ansiosamente alivio están situadas en el presente. En consecuencia, el
tratamiento ideal sería relativamente corto, cosa de meses en vez de
años, y proporcionaría al paciente un rápido alivio de sus síntomas
mediante el alivio de sus actuales problemas. También trataría, en forma
limitada, con algunos problemas de personalidad que hayan contribuido a
su padecimiento.
Todavía no se descubre un tratamiento así, pero hay pocas dudas de que la
hipnoterapia y el hipnoanálisis constituyen el método más adecuado.
Incluso en sus últimos años, Freud indicó que la solución eventual del
problema bien podría encontrarse en el campo de la hipnosis.
Desafortunadamente, muchos psicoanalistas objetan a la psicoterapia a
corto plazo, alegando que deja sin tocar los problemas más profundos de la
personalidad. Sin embargo, Wolberg ha indicado que la psicoterapia no es
ninguna operación de excavación que dependa para sus resultados
enteramente de excavar en la mente psíquica. La define como una
interacción humana que comprende una variedad de dimensiones,
psicológicas y sociales, verbales y no verbales. Elementos tan complejos
tales como "fe", "esperanza", "confianza", "adquisición de percepción
interior", "restauración de la confianza en sí mismo y del autocontrol",
"autorrealización", y el "desarrollo de la capacidad de amar', todas
entran en ella. Es probable que esto explique el valor del uso regular de una
técnica para "fortalecimiento del ego" al principio de cada sesión de
hipnosis terapéutica.
Aun cuando en la psicoterapia a corto plazo tratamos principalmente
los problemas inmediatos y superficiales, todavía podremos influir muy
hondo en la personalidad, incluyendo al inconsciente. En realidad, el
sentimiento y calor humano que experimenta un paciente en una sola
sesión en manos de un terapeuta comprensivo, con frecuencia puede lograr
alteraciones más profundas que un terapeuta impersonal en años de intentos
de sondeo para vencer la resistencia. Tampoco se descuida al ser
inconsciente por completo, ya que incluso durante la terapéutica a corto
plazo puede descubrirse y ser tratado el material psíquico reprimido.
384
Sin embargo, en la terapéutica a corto plazo debemos estar preparados a
aceptar objetivos limitados. Requiere mucho tiempo la alteración de
problemas de la personalidad profundamente asentados, por lo que tenemos
que contentarnos con el objetivo inmediato de eliminar el síntoma y
rehabilitar al paciente. Wolberg considera que podemos esperar
razonablemente tener éxito en alcanzar los resultados siguientes en el paciente
promedio:
385
Respecto a la selección de casos para la hipnoterapia o para la
psicoterapia a corto plazo, Wolberg considera que es preferible suponer
que todo paciente puede beneficiarse por el tratamiento a corto plazo a
menos que resulte refractario a éste. Si el terapeuta aborda a cada
paciente con la intención de hacer lo que pueda cuando mucho en hasta
20 sesiones, hará que el paciente aproveche la terapéutica a corto plazo hasta
el límite de su habilidad y se beneficie de ahí en adelante. Si esto no
proporciona el grado de mejoramiento necesario, siempre podrá seguir la
terapéutica prolongada.
En este punto, me gustaría aclarar que al recomendar el uso del
hipnoanálisis en el trabajo psiquiátrico, no estoy tratando de vender un
tratamiento nuevo y original. Sólo estoy tratando de mostrar cómo el
tratamiento de ciertos casos selectos puede ser facilitado y acortado por el
uso de la hipnosis. En realidad, los métodos empleados son aquellos con los
cuales los psiquiatras ya están bien familiarizados. Sin embargo, pueden
convertirse en más rápidos y efectivos con el uso simultáneo del estado
hipnótico y algunas de sus técnicas especiales.
Siempre que se proponga hacer uso del hipnoanálisis, siempre es
aconsejable inducir un estado hipnótico lo más profundo posible. Con un
entrenamiento gradual, muchos pacientes pueden ser enseñados a entrar en
un trance lo bastante profundo para permitir el uso de algunas, si no
todas, de las técnicas siguientes. Como es natural, los mejores resultados
se obtendrán cuando la hipnosis sea lo bastante profunda para hacer que el
paciente recupere los recuerdos perdidos de su vida anterior o de la
infancia. Será mucho más fácil para él hacer esto si puede desarrollar una
amnesia posthipnótica, la cual lo protegerá temporalmente de la
desagradable necesidad de tener que encararse a recuerdos y experiencias
dolorosos al despertar.
Estos pueden incorporarse a la conciencia posteriormente, cuando ya
se sienta lo bastante fuerte para enfrentarse a ellos. Al inducir tal
amnesia, rara vez uso la sugestión directa. Encuentro que es más eficaz
emplear un método permisivo. Durante el trance, digo al paciente que,
después que despierte, podrá recordar tanto como desee, pero cualquiera
que sea lo que no quiera recordar, lo podrá olvidar.
Algunos métodos hipnoanalíticos - la libre asociación, la inducción
de sueños y la escritura automática- sólo requieren un trance ligero o
medio. Otros procedimientos tales como el dibujo hipnótico, la terapia de
386
juegos, el recuerdo dramático, el mirar a un cristal o a un espejo, la
regresión de edad y los conflictos experimentales, invariablemente
requerirán trances profundos o sonámbulos. Sin embargo, siempre es
imperativo que el paciente pueda hablar y contestar preguntas durante la
hipnosis sin despertar del trance.
Descripciones más detalladas de las técnicas que siguen se podrán
encontrar en muchas de las publicaciones de Wolberg, Erickson y otros.
La libre asociación
387
tales casos, se puede tratar de impedir la resistencia colocando una mano
en la frente del paciente, indicándole que a la cuenta de cinco pensará
en una palabra o tendrá una imagen mental de algo relacionado con lo que
se discute.
Inducción de sueños
Escritura automática
388
en forma completamente automática sin que él se dé cuenta de lo que está
escribiendo.
El producto de tal escritura es por lo general totalmente distinto de la
escritura normal del paciente. Suele ser por completo indescifrable. Las
letras están mal formadas, las palabras quedan unidas y las frases son
incompletas y fragmentadas. Siempre que el paciente pueda abrir los ojos
sin despertar de su trance, se le pueden dar instrucciones para que escriba
el significado total de la comunicación, ocultado bajo la escritura
automática. Si no puede abrir los ojos sin despertar, se le puede dar la
sugestión posthipnótica de que el significado de su escritura automática
será por completo claro para él cuando despierte. Es preferible dejar que
el paciente lo traduzca por sí mismo, ya que sólo él es capaz de suplir el
material que se ha omitido o condensado de manera que no se puede reconocer.
Aun cuando los primeros intentos pueden concluir con un fracaso, el
entrenamiento gradual puede dar como resultado el éxito. Algunos
pacientes suelen dominar la técnica en trances muy ligeros. Unos cuantos
pueden escribir automáticamente obedeciendo a una sugestión en el estado
de vigilia. La desventaja es que tales pacientes no pueden dar el
significado real de sus comunicaciones, las que sólo le resultarán
evidentes en un estado hipnótico profundo.
Dibujo hipnótico
389
Terapéutica de juegos
Técnicas dramáticas
390
vívida que siente que en realidad está participando en la experiencia. En
realidad, la reacción emocional puede ser tan intensa que se puede lograr
una abreacción considerable.
El mejor ejemplo de dramatización usado en esta forma se encuentra
en el tratamiento de las neurosis de guerra. Cuando se le dice al paciente
que revívala escena traumática, responde con temor y coraje intensos en la
manera más real. Con frecuencia gritará de terror o de dolor, y se
protegerá enérgicamente a sí mismo disparando y atacando con la bayoneta
a sus enemigos. En ocasiones, puede producirse la misma reacción,
volviendo a representar los incidentes traumáticos que han ocurrido en la
vida civil. Cuando es posible la regresión del paciente a la edad o
periodo en el cual sufrió la experiencia traumática, esta técnica resultará
aún más efectiva.
En ocasiones, el analista permanece pasivo después de montar la escena
y de animar al paciente a que vuelva a representar el incidente, otras veces
puede asumir un papel más activo y representar a uno de los caracteres en
la escena dramática. Los dramas son especialmente útiles para dar al
paciente oportunidad de expresar una agresión reprimida.
Regresión
391
es regresión en un sentido real, y en este estado el paciente puede capturar
recuerdos y revivir eventos e impulsos olvidados y reprimidos desde hace
mucho.
La regresión suele ser útil combinada con otras técnicas hipnoanalíticas
tales como la inducción de sueños, terapéutica de juegos, dibujo, drama,
escritura automática y observaciones en el espejo o en un cristal. Si estas
técnicas se emplean en un nivel de edad regresado, emerge material que
en otra forma no se podría obtener a un nivel de edad adulta.
Por lo general es esencial un trance sonámbulo y la amnesia
posthipnótica puede ser de gran ayuda. Existen dos métodos principales para
producir la regresión:
392
Se le dice al paciente que podrá abrir los ojos y ver con claridad, aun cuando
todavía estará profundamente dormido. Que mirará al cristal o al espejo
(el cual se colocará de manera que refleje un techo vacío), y que
mirará cosas ante él. Luego se le dan instrucciones para que describa
exactamente lo que ve.
En relación con esto, es interesante observar que las ayudas
imaginativas son más efectivas que los procedimientos materiales. En
realidad se ha encontrado que, en numerosas ocasiones, cuando se le ha
dicho a un paciente que se imagine a sí mismo y se visualice mirando a
una bola de cristal o a un espejo, se obtienen mucho mejores resultados.
Esta técnica suele ser extremadamente útil para recuperar recuerdos
sepultados. Con frecuencia el paciente podrá reconstruir escenas de su vida
pasada, imaginándoselas exactamente como ocurrieron. Estas se
presentan con mucha facilidad, ya que el paciente está disociado de ellas
y describe los eventos como si estuviera observando a los actores en un
escenario. No obstante, reacciones emocionales intensas suelen estar
asociadas con el recuerdo de tal material, y un considerable grado de
abreacción puede producirse en ocasiones.
Conflictos experimentales
393
en realidad produciendo el síntoma.
La técnica implica la creación de un conflicto experimental durante el
estado hipnótico, el cual debe ser lo bastante profundo para producir una
amnesia posthipnótica. Se le sugiere una situación enteramente ficticia que
despertará una hostilidad que no podrá expresar, posiblemente una
situación en la cual haya sido injustamente tratado. Sentirá esta emoción en
forma aguda, pero no podrá darle salida y tendrá que reprimirla. Se le
dice entonces al paciente que, cuando haya despertado, vendrá a su mente
esta situación. Conscientemente no sabrá de qué se trata, pero de todas
maneras estará en su mente. Lo preocupará e influirá en sus acciones y en
su dicción, pero no tendrá ningún conocimiento de por qué lo hace. Cuando
despierte, el conflicto inconsciente así provocado le producirá los mismos
síntomas psicosomáticos que se le presentan cada vez que siente
hostilidad. En esta forma se hace posible demostrar al paciente la forma
en que ciertas emociones son las responsables de sus síntomas. Por último,
se le puede dar una explicación al paciente, en otro estado de trance,
del significado de este conflicto experimental. Las instrucciones para que
lo recuerde en el estado de vigilia con frecuencia le proporcionarán una
percepción considerable de su problema.
394
En cualquier clase de psicoterapia, en especial en el psicoanálisis, el
paciente tiene que aprender a observarse a sí mismo mientras experimenta
afecto. En la hipnosis esto ocurre en forma espontánea. El paciente
experimenta fuertes afectos, pensamientos e hipermnesia, y está
consciente de lo que hace. En esta forma ha disociado la parte
"observadora" del ego, de la parte que "experimenta" o "que se
comporta". Por ejemplo, en el hipnoanálisis, se le puede decir al paciente
que se observe cuando toma una decisión, o que se figure a una persona
que se ve exactamente como él y que se siente tan colérica como él
inconscientemente está, que entra a la habitación y que actúa exactamente
como él lo desea, sin sentir temor o culpa. En realidad, en un trance
sonámbulo profundo, a un paciente que no ha sufrido una intervención
quirúrgica se le puede decir que otro individuo que se parece a él, sale de
él y se tiende en la mesa de operaciones, en tanto que él mismo se sienta
por ahí en una silla en un rincón del quirófano y observa que el otro
individuo está siendo operado. En este caso, el ego "observador" del
paciente retiene la "egocatesis", en tanto que el ego "que experimenta"
tiene acatesis. Debido a que el ego "que observa" está separado del ego
"que experimenta", y debido a que sólo el ego "que observa" retiene la
egocatesis -ese individuo, yo no- el paciente no siente ningún dolor y
puede ser operado sin anestesia. No es raro encontrar que esta técnica
se use en América para obtener partos indoloros.
Además, en la hipnosis con frecuencia "despersonalizamos" ciertas
partes del cuerpo para que puedan expresar deseos, pensamientos y
sentimientos inconscientes. Una de las formas más fáciles de producir la
escritura automática es inducir una "anestesia de guante" en la mano del
paciente. Luego se le dice que su mano se ha separado de su cuerpo y que
está comenzando a sentir una vida propia, y que conoce los pensamientos y
deseos inconscientes del paciente y que puede escribirlos. En este caso, el ego
"consciente" se ha separado del ego "inconsciente" proporcionando a este
último un medio directo de expresión. Si se le hace una pregunta a dicho
paciente, puede contestar en forma oral "sí" o "no", de acuerdo con lo que
conscientemente sienta. Al mismo tiempo, su mano escribirá la respuesta
verdadera o inconsciente, que suele ser un "no" cuando la respuesta dada
en forma oral es "sí". La mano también escribe eventos, pensamientos y
sentimientos que han sido reprimidos y que no son asequibles a la memoria
consciente. El dibujo y la pintura pueden usarse en forma similar en la
395
hipnoterapia, y se observará que el mismo principio fundamenta la
"técnica ideomotora de señales digitales", descrita en la Pág. 404. Por lo
tanto, puede ser razonable concluir que en el estado de trance el paciente
se encuentra en un estado de regresión al servicio del ego.
396
tuvieron que ser reprimidas en aquella época, puede proyectarlas al
analista sin sentimientos de culpabilidad, liberando así mucho material que
de otra forma hubiera permanecido inaccesible. Este tiene que ser
interpretado con mucho cuidado y manejado con extrema delicadeza,
hasta que su verdadero significado pueda ser aceptado por el paciente.
El hipnoanálisis, así como en el psicoanálisis, por lo general se
encuentran dos principales clases de resistencia. La primera gira alrededor
de la renuencia del paciente a reconocer deseos o impulsos inconscientes y
recuerdos y experiencias traumáticas reprimidas; la segunda se origina de la
misma transferencia.
En el primer tipo, el paciente está demasiado temeroso o demasiado
avergonzado de sus conflictos y recuerdos internos para permitir que
entren a la conciencia. La tensión y el pánico hacen que erija barreras con
las que con éxito bloquea su tren de pensamientos siempre que se aproxima
a un material penoso. En ocasiones incluso buscará refugio en la amnesia.
Puesto que la hipnosis hace que la mente inconsciente del sujeto sea más
accesible, esto puede ayudar mucho a resolver tales resistencias.
Con la resistencia que se origina de la situación de transferencia no es
tan fácil de tratar. El paciente puede resultar tan atemorizado de sus
impulsos inconscientes que no sólo busca confianza y apoyo, sino
también el afecto del analista. Con el fin de procurarse éste adoptará una
actitud de desamparo para procurarse simpatía, y con frecuencia se
rehusará a llegar a sus propios problemas hasta que el analista haya
eliminado primero sus síntomas. Por otra parte, la transferencia puede
manifestarse en forma de hostilidad. Si encuentra imposible expresar sus
sentimientos de agresión, puede ocultarlos convirtiéndose en deprimido y
desalentado y con frecuencia deseará dar por terminado su tratamiento.
Por otra parte, si puede exhibir abiertamente sus sentimientos hostiles,
puede volverse crítico o desafiante, ridiculizando las explicaciones e
interpretaciones que hace el analista. La resistencia de transferencia
puede manifestarse en muchas formas, detalles de las cuales se pueden
encontrar en los escritos de muchos autores. Sólo pueden tratarse
analizándolas e interpretándolas para el paciente, mostrándole su propósito
y la forma en que están afectando sus relaciones con el analista y con
otras personas. Esto suele ser una larga y tediosa tarea que sólo pueden
emprender quienes posean el entrenamiento y la necesaria experiencia
psicoanalítica.
397
En vista de estas dificultades y complicaciones, cuyo manejo erróneo
puede conducir con facilidad a graves repercusiones, es preferible evitar el
uso de la mayoría de las técnicas hipnoanalíticas en la práctica general.
En realidad, éstas por lo general deben ser aplicadas cuando el médico
esté lo bastante bien versado en psicología anormal para poder tratar con
eficacia cualesquier situaciones que se presenten. Los pacientes que
puedan alcanzar un estado de trance lo bastante profundo para lograr la
liberación de emociones sumamente cargadas, ciertamente requerirán de
un psicoterapeuta cabalmente preparado para que interprete el material
producido, y tratar con presteza cualesquier temores o ansiedades agudos que
pueden presentarse.
El uso terapéutico del hipnoanálisis siempre exige una preparación
especializada en las técnicas psiquiátricas para enfrentarse a las
situaciones y resistencias de la transferencia. Pero si los métodos
hipnoanalíticos se restringen a la recuperación de recuerdos y ex-
periencias guardados, como en el tratamiento de neurosis de guerra o
traumáticas, esta clase de preparación es menos esencial. Una o dos de
las técnicas más sencillas pueden resultar muy valiosas para descubrir los
conflictos superficiales que fundamentan muchos síntomas psicosomáticos.
Entonces éstas se pueden resolver y tratar con las medidas
psicoterapéuticas ya señaladas. El curso a adoptar más seguro en la práctica
general es restringir el uso de las técnicas hipnoanalíticas sólo a
propósitos de diagnóstico y evitarlas totalmente como instrumentos
terapéuticos. Lo largo que quizá sea el tratamiento o el éxito que tenga
depende enteramente de la naturaleza de los problemas emocionales
implicados. Hablando en términos generales, los padecimientos
psicosomáticos son influidos con más facilidad que los desórdenes del
carácter, y es principalmente con los que estamos interesados, ya que los
últimos caen en el dominio del psiquiatra.
Si el interrogatorio bajo hipnosis fracasa en arrojar luz sobre los
conflictos superficiales y las actitudes emocionales que fundamentan el
padecimiento del paciente, uno o dos de los métodos hipnoanalíticos más
sencillos pueden ayudar a resolver el problema.
Algunos pacientes responden con tanta facilidad a la sugestión directa
que podrán recordar sucesos y experiencias olvidados : "Cuando coloque la
mano sobre su frente usted podrá recordar lo que estaba sucediendo
cuando por primera vez comenzó a padecer los síntomas". Aun cuando
398
no recuerde nada con detalle, por lo general se obtendrá un indicio que
puede ser usado como el punto de partida para la libre asociación bajo
hipnosis. En ocasiones esto. proporcionará valiosa información adicional.
Pero una vez que se aclare el patrón general de las dificultades del
paciente, es mejor descontinuar esta técnica y seguir el tratamiento sobre las
líneas psicoterapéuticas no analíticas ya descritas.
En el caso de que estos métodos directos fallen para vencer la
resistencia del paciente, puede tener más éxito una técnica indirecta:
Dentro de unos momentos, voy a contar hasta cinco. Cuando haya llegado a la
cuenta de cinco, le vendrá un número a la mente. Este número será el número
de letras de una palabra importante que está íntimamente relacionada con su
padecimiento. Mediante esta palabra usted podrá recordar muchas cosas que
había olvidado por completo.
Uno... dos... tres.., cuatro... ¡cinco!
¿En qué número está pensando?
Ahora voy a contar varias veces hasta cinco, y cada vez que llegue a la cuenta
de cinco, le vendrá una letra a la mente. Cada letra será una de las letras de esa
palabra importante. Quizá es probable que estén revueltas al principio y puede
ser que no las entienda, pero no deje que eso le preocupe. Ahora voy a
contar hasta cinco varias veces más, y esta vez, a cada cuenta de cinco, llegarán
las letras a su mente en el orden correcto en esa palabra importante.
Una vez que se obtiene esa palabra, debe seguirla de inmediato por la
libre asociación sin despertar al paciente. Deberá decírsele que se concentre
en la palabra, y que en tanto lo hace, le vendrán a la mente muchos
pensamientos y recuerdos. Que no debe ocultar nada y deberá reportar cada
pensamiento o recuerdo consecutivo, sin importar lo trivial o fuera de
propósito que le parezca, en el momento en que le llegue a la mente. En
muchos casos, esta técnica resultará valiosísima para proporcionar la clave
perdida para el problema, como lo ilustra bastante bien uno de los casos
tomados de mis archivos.
El paciente era un ex combatiente, de 34 años de edad. No podía viajar
ni en autobús ni en un vehículo de motor sin sentirse atacado por pánico.
Desde su licenciamiento del ejército había sido completamente incapaz de
reasumir su ocupación de chófer en tiempo de paz. Era soltero y vivía en
casas de huéspedes. En el curso de la toma de su historia resultó que en
una ocasión, durante su servicio en Italia, él y su sección fueron blanco
de los disparos de un tanque alemán Tigre, que apareció en forma
399
inesperada procedente de un bosque cercano. Este fue su último recuerdo
hasta que despertó 24 horas más tarde para encontrarse encamado en un
hospital, bien atrás de las líneas. No tenía ninguna idea de cómo llegó allá.
Parecía imposible llenar este vacío vital en su memoria, ya que no sólo
fallaron todos los métodos rutinarios de investigación, sino que incluso la
regresión de edad fue incapaz de penetrar la barrera. Entró con facilidad
a un trance sonámbulo, durante el cual podía fácilmente ser regresado a
cualquier edad, excepto a la de 28, edad en la cual ocurrió el incidente.
Finalmente, adopté la técnica recién descrita. El número de las letras
de la palabra fue 7. Estas aparecieron como sigue EQSSRIU. Cuando se
arreglaron en su orden correcto se leyó: SQUIRES, y la subsecuente
asociación a esta clave produjo la siguiente historia.
Squires era el nombre de un joven soldado del mismo pelotón que el
paciente. Tenía 19 años, era casado y tenía un hijo pequeño al cual nunca
había visto. No era del material de que estaban hechos los héroes y se
aterrorizaba bajo el fuego. En una ocasión huyó de la línea de fuego y
el comandante de su compañía ordenó a mi paciente que fuera por él y lo
hiciera regresar. Esto era en extremo peligroso, ya que se tenía que
atravesar una faja de terreno que estaba siendo duramente bombardeada
por el momento. Como se resistió y luchó cuando fue alcanzado, mi
paciente lo dejó sin sentido de un culatazo y lo cargó de regreso a sus
líneas.
Exasperado por haber tenido que arriesgar su propia vida, mi paciente se
dedico a hacerle la vida desgraciada al muchacho, burlándose de él,
insultándolo y hasta golpeándolo cada vez que podía. Luego vino la
explosión de la granada del tanque Tigre. Cuando mi paciente recuperó
el conocimiento, encontró que él había sido único sobreviviente de su
sección y que los revueltos restos del muchacho se encontraban casi a sus
pies. Se sintió abrumado de culpa y remordimiento, pero incluso todavía
no terminaban sus penalidades, ya que en el viaje de regreso al hospital,
la ambulancia en que viajaba fue arrojada del camino por la explosión de
una granada. Una vez más estuvo inconsciente y despertó 24 horas
después sin el más ligero recuerdo de lo que había ocurrido.
400
proporcionar un indicio, incluso en el tipo de caso no traumático que con
más frecuencia se encuentra. Esta consiste en la inducción de un sueño o
de una fantasía en estado hipnótico. Wolberg proporciona muchos
ejemplos interesantes de este método y de la forma en que se emplea, y es
uno que yo mismo he encontrado sumamente valioso e informativo.
Se le dice al paciente que imagine que se encuentra sentado o la
butaca de un teatro. Tan pronto como pueda imaginarse con toda claridad
que está sentado ahí observando el telón caído, esperando que comience
la función, deberá levantar la mano derecha. Cuando esto ocurra, se le
dice que puede ver a un hombre (o a una mujer situada a un lado del
escenario y espiando a través del telón. Puede ver lo que sucede en el
escenario detrás del telón -el paciente puede hacerlo- y lo que este
individuo está mirando lo hace aparecer muy asustado o infeliz. En tanto
observa el paciente, se levar el telón y ahora puede ver lo que en realidad
hacía que aquel individuo se mostrara tan infeliz y tan asustado. Tan
pronto como el paciente pueda ver la pequeña comedia que se desarrolla
en el escenario, deberá levantar su mano. Tan pronto como esto suceda,
se pide que describa la acción que se está desarrollando en el escenario.
Casi siempre, la situación que describa el paciente estará relacionada
con los recuerdos de su niñez, o con dificultades que conscientemente
desconoce. Esta técnica tiene éxito en hacer que las recupere porque, en
la fantasía, él está disociado de ellas y las describe como si se aplicaran a
otra persona y no a él.
Luego se le dice al paciente que observará que baja el telón, y que lo
que ahora ve el individuo colocado a un lado del escenario lo hace
aparecer extremadamente feliz, como si se hubieran cumplido sus más
caros deseos. El paciente se preguntará qué es lo que hace que este
individuo se sienta tan feliz, cuando se levanta una vez más el telón,
podrá ver la acción en el escenario que está causando esto. Tan pronto
como pueda verla, deberá levantar la mano. Luego se le pide que describa
exactamente lo que ve.
401
zas". La efectividad y sencillez de este método lo hace de gran valor, no
sólo para el psiquiatra sino para el médico general y para el cirujano
dentista. Además, en realidad los trances profundos no son esenciales
(aunque, como es natural, son deseables siempre que sean posibles) y en
la generalidad de los adultos todo lo que se requiere es un trance de
profundidad media.
Puesto que el éxito de la técnica depende de la capacidad del paciente
para fantasías visuales, siempre es prudente comprobar esto,
inmediatamente después de la inducción y profundización del trance.
Dígale:
402
Su mente inconsciente lo sabe... y le ayudará a colocar las piezas del
rompecabezas... de manera que podremos ver cuál es la imagen. Ahora...
principie a unir las piezas... podrá hacerlo con más rapidez que cuando
está despierto... y dígame lo que pueda ver... mientras se va formando la
imagen poco a poco.
403
pueden recordar haber visto eso antes, si recuerdan ciertos lugares,
personas, etc., si tienen alguna idea de lo que estaba sucediendo, y de lo que
las personas estaban pensando o haciendo.
En este punto, el paciente suele derivar hacia la libre asociación, la cual
puede seguirse con mucha ventaja. En casos especiales, puede ser
aconsejable sugerir al paciente que no hay necesidad de que lo relacione
con el contenido del cuadro, a condición de que se mire bien a sí mismo y
de que encuentre su significado.
Al usar esta técnica, observará que el paciente produce a veces una
abreacción espontánea ante el contenido del cuadro que está describiendo,
sin ningún estímulo en absoluto de parte del terapeuta. Esto puede resultar
tan informativo como útil y no hay peligro de que se pierda el control, ya
que puede terminarse de inmediato diciendo al paciente que rompa el
cuadro y devuelva las piezas a la caja.
En una ocasión, esto sucedió en una forma súbita e inesperada cuando
estaba demostrando esta técnica a un sujeto voluntario que me era
desconocido, ante un auditorio de médicos y cirujanos dentistas.,
habiéndose dejado la elección de la caja enteramente al sujeto. Cuando se le
preguntó que describiera lo que podía ver, sorprendió a todos
abreaccionando violentamente y gritando "Gatos... gatos ... Los odio". De
inmediato se le dijo que rompiera el cuadro y que volviera a colocar
las piezas en la caja, con lo cual se calmó casi instantáneamente. Se le
dijo entonces que eligiera otra caja que contenía un cuadro que le
proporcionaría placer, y la demostración prosiguió con éxito, sin mayores
dificultades.
Sea que ocurra una abreacción o no, por lo general conviene decir al
paciente que después que despierte, podrá recordar tanto como desee de
lo que ha sucedido, pero que cualquier cosa que no desee recordar, podrá
olvidarla.
404
controlados de los dedos para obtener respuestas de "sí", "no" y "no quiero
contestar'. Desde entonces esto se ha usado extensivamente y sus muchas
posibilidades fueron exploradas por el Dr. David Cheek. En numerosos
casos se pueden usar con eficacia para investigar la presencia y naturaleza
del material inconsciente, y el principio del cual dependen se puede
describir mejor como sigue:
Cuando preparamos la mente de un paciente para que acepte la
hipnosis, le mostramos la forma de poner atención a alguna parte del
cuerpo y no a otras. Le enseñarnos la forma de relajar los músculos – y
que los músculos que constantemente están contraídos por el temor,
comenzarán a doler debido a la restringida circulación de sangre por esos
músculos-. Entonces podemos continuar enseñándole la forma en que los
músculos pueden reaccionar "inconscientemente", y así establecemos un
método de comunicación a un nivel inconsciente usando los movimientos
inconscientes de los músculos de los dedos para indicar las respuestas "sí",
"no" y "no quiero con testar", a las preguntas que se le hacen.
He encontrado que el método que sigue es muy efectivo:
Quiero que coloque ambas manos sobre sus 'rodillas... y le enseñaré la forma de
contestar preguntas a un nivel inconsciente. Cuando usted habla con las
personas. . . con frecuencia ve que inclinan la cabeza cuando están de
acuerdo con usted... y la sacuden cuando no están de acuerdo con lo que
usted dice. Y ni siquiera se dan cuenta que están haciendo eso. El
movimiento es completamente inconsciente. Ahora... voy a enseñar á su mente
inconsciente a contestar preguntas, haciendo que se levante un dedo para
la respuesta "Sí" -un dedo distinto para la respuesta "No", etc.
Sólo deje que sus manos descansen sobre sus rodillas.
Quiero que se concentre en el pensamiento. . . "sí"... "sí". "sí una y otra vez.
Y al hacerlo ... pronto sentirá que uno de sus dedos principia a levan tarse de
su rodilla... por su propia cuenta. Es igual que mantener un columpio en
movimiento... se tiene que estar impulsándolo a intervalos.
Usted lo impulsa pensando... "sí"... "sí"... "sí". Ya ve... ahí lo tiene.
El dedo índice de su mano derecha se está levantando poco a poco. Bájelo otra
vez.
Ahora... concéntrese en el pensamiento... "no"... "no"... "no"... una y otra vez.
Y... al hacerlo... uno de sus otros dedos se elevará lentamente.
Puede ser de la misma mano... o puede ser de la otra mano. Ahí tiene.
Es el dedo índice de la mano izquierda.
Entonces... si hago una pregunta a su mente inconsciente... y la con -
testación es "sí'... después que haya considerado la pregunta... hará que se
405
eleve el dedo índice de la derecha.
Por otra parte ... si ... la contestación es "no" ... se elevará el dedo índice de la
izquierda.
406
¿Le sucedió cuando tenía 7?
(El dedo señala... "Sí").
A condición de que usted haga las preguntas adecuadas, todas las cuales
deben ser contestadas por un sencillo "sí" o "no", es sorprendente la cantidad de
información valiosa que puede obtener en esta forma.
No es difícil decir si tales preguntas son en verdad contestadas
inconscientemente. Observe cuidadosamente la naturaleza de los
movimientos del dedo. Una respuesta a nivel consciente dará como
resultado un movimiento inmediato, en tanto que una respuesta inconsciente
será mucho más retardada y el movimiento consecuente del dedo mucho
más lento y espasmódico.
Una confirmación convincente de lo genuino de tal respuesta fue
proporcionada en forma accidental por una de mis pacientes. Había
hecho una pregunta importante y un tanto embarazosa a la cual contestó
"Sí" la señal ideomotora. Al despertar la paciente, mostró una gran
admiración por lo que había ocurrido. Dijo: "Cuando me hizo esa pregunta
estaba completamente segura que la respuesta era "No", sin embargo, a
pesar de ello, mi dedo señaló la respuesta "Sí". No lo entiendo en
absoluto. Investigaciones posteriores probaron, fuera de toda duda, lo
correcto de la respuesta ideomotora.
En ocasiones, estas técnicas pueden emplearse con éxito en la práctica
general para descubrir la naturaleza de conflictos significativos que se
encuentran precisamente abajo de la superficie. Excepto en el caso de
neurosis de guerra o traumáticas, ninguna de ellas
es probable que facilite una liberación emocional altamente cargada que
pudiera ser difícil de controlar. En el caso poco probable de que esto
ocurriera, la hipnosis debe terminarse de inmediato, remitiendo al paciente
a un psiquiatra para tratamiento adicional. Es mucho más probable que se
presenten dificultades de esta clase si la investigación continuada del
material obtenido y su tratamiento posterior, procede a lo largo de las
líneas hipnoanalíticas en vez de por la ruta de la psicoterapéutica
simple. A causa de esto, quizá lo más prudente para el médico general
sea que se limite a las técnicas sencillas recién descritas, y evitar otros
métodos hipnoanalíticos e incluso la regresión de edad como medio de
investigación adicional.
407
CAPITULO 24 407
408
Hipnosis de trance profundo
409
al tipo de paciente que está abrumado de ansiedad y aprensión cuando
finalmente llega a nuestro consultorio. También estamos familiarizados
con el paciente que si bien hace esfuerzos agotadores para controlarse,
resulta obvio que lo encuentra tan difícil que queda en un estado
sumamente excitable y tenso mientras trabajamos en él. En todos estos
pacientes, la inducción del estado hipnótico aliviará sus temores, reducirá
su ansiedad y aprensión, y producirá sensaciones de relajamiento, tranqui-
lidad y bienestar en un grado mayor o menor. Bajo hipnosis, el dentista
puede sugerir directamente al paciente que podrá relajarse, que no hay
necesidad de que se preocupe, que disminuirá su tensión y su aprensión, y
que podrá tratar de ayudar al dentista en cualquiera que sea el
procedimiento que esté aplicando. Incluso este nivel de trance, en el cual
las sugestiones pueden ser muy potentes y efectivas, constituye uno de los
usos más valiosos y aplicables de la hipnosis en odontología.
Como dentista que en ocasiones usa con regularidad la hipnoterapia,
debo prevenir al futuro dentista contra las adulaciones de los pacientes que
desean ser innecesariamente hipnotizados, o que lo solicitan para el alivio
de padecimientos que no encajan en el cuadro dental. Parece que el
dentista de quien se sabe practica la hipnosis tiende a convertirse en el
blanco de la mayoría de los maniáticos, en medicina y odontología, del
campo en que practica. No puede subrayarse demasiado que el dentista
que se aventura fuera de la esfera de la odontología, para ampliar su
visión o para complacer a su clientela, está haciéndolo corriendo mucho
riesgo por su parte. Lamentablemente, parece que existe un número
apreciable de tales maniáticos en todos los campos, y parece que se
sienten atraídos hacia la hipnosis como una abeja hacia la miel.
Los intentos de tales personas o del público general para tender un lazo a
la profesión dental para usar la hipnosis para otros propósitos que los
estrictamente dentales deberán ser resistidos con firmeza. La mayoría de
los médicos y dentistas que emplean la hipnosis con regularidad consideran
que cualquier intento de un profesionista sin experiencia psiquiátrica, que se
salga de su campo normal, está colmado de peligros. Por lo tanto, el dentista
debe confinar por completo sus actividades al campo odontológico,
incluso con el riesgo de molestar a las personas que deba rechazar para
tratarlas de otros padecimientos. Por ejemplo, los dentistas que practican
la hipnosis, constantemente son solicitados para curar a personas del
hábito de fumar. Si bien es cierto que la hipnosis puede ayudar a lograr
410
esto, sólo debe emprenderse bajo una guía médica competente, ya que
siempre existe el peligro de que la adicción pueda ser transferida de la
nicotina a algo más peligroso.
1.Obtención de relajamiento.
2.Lograr la cooperación de los que no cooperan.
3.Reducción de ansiedad y temor.
4.Preparación del paciente para la anestesia local o general.
5.Producción de analgesia.
6.Producción de amnesia.
7.Control de desfallecimientos.
8.Control del sangrado.
9.Control de la salivación.
10.Inducción de rigidez muscular en el maxilar y en el cuello.
11. Extensión del periodo de analgesia.
12.Tolerancia de la toma de impresiones sin ahogos o náusea.
13.Mejoramiento del esfuerzo necesario para soportar el uso de aparatos
protésicos y de ortodoncia.
411
3. Reducción de ansiedad y temor. La mayoría de los pacientes normales
que visitan a su dentista sienten algo de temor. Quienes nos han estado
visitando por mucho tiempo quizá ya no nos teman. Pero los más recientes,
cuya confianza no nos hemos ganado por completo por falta de
oportunidad y quienes han experimentado sesiones un tanto desagradables en
el pasado, mostrarán un temor muy activo. Si pueden tomarse medidas
adecuadas para eliminar esto, se producirá un estado mental en el cual el
tratamiento resultará más aceptable, y se elevará una vez más el umbral del
dolor. Esto se puede lograr en algunas ocasiones mediante una plática franca
con el paciente en estado de vigilia, en el curso de la cual se obtiene su
confianza. En otras ocasiones, la hipnosis puede usarse con mucha ventaja,
ya que se puede sugerir directamente que sus temores de una cita con el
dentista dejarán de existir, que podrá permitir que se lleve a cabo el
tratamiento necesario; que no experimentará temor de ninguna especie
durante todo el tiempo que esté con el dentista. En forma similar, puede
emplearse la sugestión directa bajo hipnosis para reducir el temor a una
operación determinada que se proponga. Por fortuna, las sugestiones de
esta clase pueden resultar muy efectivas en los estados de hipnosis más
ligeros, de manera que la gran mayoría de nuestra clientela puede
realmente ser ayudada en esta forma. En verdad, respecto a la
disminución de la ansiedad y temor, y al logro del relajamiento, diría que
cuando menos nueve de diez pacientes pueden ser ayudados con el uso de la
hipnosis.
4. Preparación para anestesia local o general. La mayoría de los
especialistas anestesiólogos tienen la costumbre de emplear una técnica
relajante al hablar con sus pacientes antes de aplicar la anestesia. En la
cirugía dental, este método puede adoptarse provechosamente antes de
administrar monóxido de nitrógeno y oxígeno, y posiblemente algunos
agentes anestésicos intravenosos. Se hacen las sugestiones adecuadas en un
tono de voz tranquilo y adormilado, y se mantiene la monotonía durante
toda la real inducción de la anestesia. La hipnosis suele sobrevenir mucho
antes de que la anestesia sea completa. Si sólo se requiere una anestesia
local, puede inducirse un estado mental completamente relajado y
somnoliento usando una técnica hipnótica similar, y es interesante hacer
notar que en estas circunstancias la cantidad del anestésico local necesario
para obtener una anestesia adecuada para la operación que se proponga, con
frecuencia puede reducirse sustancialmente.
412
5. Producción de analgesia. Se puede obtener cierto grado de analgesia,
parcial o total; en no más del 30 por ciento de los pacientes, pero la
analgesia completa sólo se podrá obtener en un 10 por ciento, e incluso
entonces, esto suele requerir varias visitas para lograrla. Por lo tanto, la
analgesia completa, si bien es preciosa para trabajar con ella cuando puede
lograrse, debe ser considerada como la excepción más que como la regla,
en tanto que sí pueden lograrse diversos grados de analgesia parcial.
6. Producción de amnesia. Con frecuencia puede inducirse una pérdida
completa de la memoria para un procedimiento dental en los sujetos de
trance profundo que pueden lograr un alto grado de analgesia. Esto puede ser
utilizado con gran beneficio para el cliente siempre que una operación sea
prolongada o particularmente molesta. Bajo tales circunstancias, se puede
tratar de aumentar la susceptibilidad del paciente a la amnesia mediante
varios subterfugios, tales como la sugestión de que la mente se ha quedado en
blanco.
7. Control de desfallecimientos. Este es fácilmente susceptible al
tratamiento por métodos hipnóticos. Todos estamos demasiado
familiarizados con el tipo de paciente que, cuando se le aplica una inyección
hipodérmica o inmediatamente después de ella, suda copiosamente, se
pone blanco o gris, y casi de inmediato se desmaya en el sillón. Si, al
principio de un ataque, se le dice con confianza y autoridad que coloque
su cabeza entre las rodillas, comprimiendo así sus vísceras abdominales, le
regresará el color en cosa de segundos y terminará todo el episodio en un
minuto o dos. Puede impedirse cualquier recurrencia de esto y evitarse
hipnotizando a tales pacientes y haciendo sugestiones enérgicas, positivas y
autoritarias de que ese desfallecimiento n o ocurrirá en ninguna ocasión
futura. Esto es particularmente efectivo si también se le explica que el des
fallecimiento se debe directamente al temor, pero que en la próxima
ocasión ya no sentirá ese temor.
8. Control del sangrado. El sangrado derivado de una lesión de
postexodoncia o siguiendo de inmediato a una exodoncia puede ser
controlado mediante una enérgica sugestión hecha a un sujeto pro-
fundamente hipnotizado en el sentido de que el flujo de sangre de una
área determinada se reducirá por algunas horas. Bajo estas circunstancias,
el sangrado con frecuencia cesará por completo. Por lo general, una
extracción puede ejecutarse sin que se pierda más de una o dos gotas de
sangre si el flujo sanguíneo puede reducirse por sugestión hipnótica antes
413
de que se haga la extracción.
9. Control de la salivación. En una forma similar, las sugestiones
directas de que la saliva del paciente se secará por un periodo limitado
resultará en una disminución definida del flujo de saliva. Esto puede ser de
gran ayuda en el tipo de paciente que tiene saliva profusa o viscosa que
constituye una molestia creciente durante la preparación de una cavidad en
alguna pieza inferior.
10. Inducción de rigidez muscular en el maxilar o en el cuello. Esto
puede producirse con la máxima eficiencia en el estado hipnótico por una
sencilla sugestión directa. Esto por lo general se hace
a la cuenta de cinco, y que sugiere al paciente que los músculos del
maxilar, cabeza y cuello se pondrán completamente tiesos y rígidos con el
maxilar trabado y abierto por completo hasta que la operación se termine.
Después se elimina la rigidez con una cuenta a la inversa.
11. Extensión del periodo de analgesia. Cuando se anticipa que una
operación producirá cierta cantidad de dolor consecutivo, es muy razonable
sugerirle al paciente que el área de la operación seguirá análgica por las
siguientes doce o veinticuatro horas, con lo cual se le proporciona cierto
grado de consuelo postoperatorio que no existiría por tanto tiempo si se
hubiera utilizado un anestésico local ordinario. Sin embargo, tales
instrucciones deberán ser estrictamente limitadas en su aplicación, ya que un
dolor agudo a continuación de una operación puede indicar el principio de
la propagación de una infección, o que alguna otra cosa ha salido mal. En
este caso, es esencial que el paciente reciba un aviso adecuado de la
necesidad de volver a visitar al dentista.
12. Tolerancia a la toma de impresiones y control de náusea. El
control de la náusea y el vómito puede, sin duda, ser efectuado por la
sugestión hipnótica. Se le dice al paciente que el paladar y la parte
superior de la faringe están quedando anestesiados, que en consecuencia,
no sentirá necesidad de arquear. Esto hace que la toma de impresiones,
que deben permanecer en la boca por tres minutos o más, sea mucho más
fácil en pacientes que son susceptibles a este tipo de padecimiento.
13. Tolerancia de aparatos protésicos y de ortodoncia. Bajo hipnosis,
se puede lograr la cooperación activa de los pacientes en el uso de dentaduras
nuevas, y esto también es aplicable a los niños para el uso de aparatos de
ortodoncia fijos o removibles. Cuando se hagan sugestiones para este fin,
siempre es aconsejable subrayar las razones para la colaboración del
414
paciente y los beneficios que va a obtener por el uso de los aparatos. Un uso
adicional de la hipnosis en el campo de la ortodoncia al tratar con el tipo
normal de niño que se chupa los dedos o que empuja con la lengua, cuyas
anormalidades dentales se deben en cierto grado a estos dos factores. Se le
puede decir a un niño bajo hipnosis que, si debe chupar algo, que se chupe
otro dedo en vez del pulgar. Esto tiene la ventaja de reducir
considerablemente el tamaño del objeto que chupa. Se puede llevar más
adelante el asunto y decirle al niño que cualquier parte de cualquier
mano que se lleve a la boca tendrá un gusto tan desagradable que tendrá
que dejarlo de hacer. Se ha sabido que esto ocurre después de sólo una
sesión de hipnosis.
Todas estas aplicaciones de la hipnosis en odontología son di-
rectamente benéficas tanto para el paciente como para el operador. También
existe una aplicación adicional que he empleado con éxito considerable,
que no es de beneficio directo para el paciente, pero que es sumamente útil
para el dentista. Bajo hipnosis, se le dice al paciente en tono muy firme y
autoritario que no llegará tarde a sus futuras citas y que saldrá de su
hogar o del lugar donde trabaja con mucho tiempo para llegar' al
consultorio, unos cinco minutos antes de la hora fijada para la cita. En
consecuencia, no tendrá esperando al dentista.
415
La inducción de la hipnosis en adultos
416
La técnica de la "moneda que cae"
Quiero que se relaje todo lo posible... no trate de hacer que algo suce da... no
trate de impedir tampoco que algo suceda... deje que todo suceda... como
quiera suceder.
Todo lo que tiene que hacer es seguir mis instrucciones... y encontrará muy fácil que
flotará a un estado parecido al sueño... pero aun cuando sus ojos se cierren... y
permanezcan cerrados... en realidad no estará dormido.
Sabrá todo lo que suceda... pero usted no tendrá el más mínimo deseo de abrir
los ojos... hasta que yo le diga.
Los podría abrir en cualquier momento... si quisiera... pero - no lo querrá...
sencillamente porque no sentirá ningún deseo de abrirlos.
Voy a colocar esta moneda en su mano derecha... y quiero que cierre los dedos
suavemente... de manera que cuando le voltee la mano... la moneda no caiga.
Ahora... mantenga el brazo recto al frente... al nivel del hombro... y saque el
pulgar.
Mantenga la vista fija en él... porque quiero que siga estas instrucciones
cuidadosamente.
Fije la vista en la uña del pulgar... No deje que se separe de ella ni un solo
momento.
Mientras tiene la vista fija en la uña del pulgar... quiero que ponga mucha
atención a sus dedos... y a la moneda... que sostiene suave mente en la palma
de la mano.
Observe la posición de los dedos con respecto a la moneda... la posición de los
dedos con respecto a uno y otro... y a la palma de su mano. Usted puede
realmente sentir la moneda... en la palma de la mano... y mientras lo hace... se
dará cuenta de un número de sensaciones distintas. Ahora... voy a comenzar a
contar lentamente comenzando desde el uno. Cada vez que cuente... sentirá que
los dedos se le van aflojando más y más... se le van aflojando más y más. Y a
medida que se aflojen... gradualmente se enderezarán hasta up punto en el cual caiga
la moneda de su mano... y caiga al piso. Cuando caiga la moneda... será la señal
para que sucedan tres cosas.
417
Sus ojos se cerrarán... todo su cuerpo se hundirá en el sillón... y usted entrará a un sueño
profundo, profundo.
Sus ojos pueden llegar a cansarse tanto... por estar mirando la uña de su pulgar... que
incluso se pueden cerrar antes de que la moneda caiga al suelo.
Si se cierran... magnífico.
Limítese a tenerlos cerrados... y cuando caiga la moneda... deje. que todo su
cuerpo se hunda cómodamente en el sillón... sin preocuparse por sus ojos que ya
están cerrados.
Es posible... que mientras cuento... sus ojos comiencen a parpadear. Si es así...
déjelos parpadear todo lo que quieran... comenzarán a sen tirse tan pesa4os... que
será más cómodo dejar que se cierren por su propia cuenta.
UNO... Sus dedos principian a aflojarse... más... y más... y más. Ya no
están tocando la palma de su mano... comienzan a abrirse.. . un poquito.
DOS... Se aflojan más ... y más ... y más.
Sus dedos comienzan a enderezarse... se están abriendo más y más... de manera
que ahora la moneda descansa principalmente en los dedos.
TRES... Ahora usted puede observar algo de movimiento... en sus de dos... y
muy pronto... esa moneda va a caer al piso... incluso más pronto de lo que usted
piensa,
CUATRO... Está usted haciendo un progreso excelente... sólo continúe
relajándose. .. y suéltese, completamente.
CINCO... Sus dedos se están enderezando ahora... más... y más... y más.
Pronto caerá la moneda... y cuando golpee el piso... déjese caer lánguidamente
en el sillón... deje que sus ojos se cierren... y disfrute esa sensación de completo
y total relajamiento.
SEIS... Lo está haciendo espléndidamente... sólo deje que esos dedos se
relajen... más... y más... y más.
SIETE... Cada vez que cuente ... sus dedos se aflojan... más y más...
enderezándose. .. más y más ... de manera que su mano se abre lentamente... y muy
pronto, ahora... esa moneda caerá.
(Supóngase que en este momento cae la moneda).
Profundamente relajado... profundamente relajado... duerma, muy, muy
profundamente.
Se le puede decir al sujeto que haga varias respiraciones profundas... y que con
cada respiración que haga... estará más y más profundamente relajado... y
más y más profundamente dormido.
La hipnosis puede profundizarse con cualquier método que parezca adecuado.
418
La inducción de la hipnosis en los niños
Digo al niño que mantenga la vista fija en la luz, y que cuente despacio hasta
donde pueda. Cuando haya llegado ahí deberá comenzar nuevamente por el
principio y repetir la cuenta. En los más jóvenes, suele ser aconsejable que
cuenten en voz alta, ya que esto parece que ayuda mucho. Durante la cuenta, se
hacen las sugestiones acostumbradas, adecuadamente modificadas y
simplificadas, hasta que cierre los ojos. En realidad esto sucede con mucha
rapidez.
Si el niño es muy joven, puede instársele a que mantenga la vista fija en
la luz o en el espejo dental, con frecuencia la cuenta puede
omitirse, ya que la hipnosis suele sobrevenir sólo como resultado de las
sugestiones verbales.
419
porque durante este sueño "fingido" puedes ver cine... televisión... circo... o
cualquier cosa que te guste. Entonces ... ponte lo más cómodo posible. . , y luego
que estés listo, comienza a fingir.
Cierra los ojos. .. y no los vuelvas a abrir sino hasta que yo diga. Ahora, quiero que te
imagines que estás en tu casa viendo tu programa de televisión favorito.
Yo sólo voy a levantarte la mano... y cuando la l evante... la imagen se hará
más precisa y más clara.
Mientras más te levante la mano... más clara será la imagen... y mientras más
clara sea la imagen... más se levantará tu mano.
Ahora... te darás cuenta de que tu codo comienza a doblarse... y que tu mano se
mueve hacia tu cara.
Y cuando tu mano toque tu cara... la imagen será perfecta. Pero no dejes que
tu mano toque tu cara... hasta que ya estés contento con la imagen. Muy bien.
Sigue observando la imagen... no la pierdas... y te darás cuenta de que tu mano
cae sobre tu rodilla... y cuando lo haga... puedes fingir que estás de veras dormido.
Y fíjate que tus músculos han quedado sueltos y flojos. Ahora, con las imágenes de la
televisión... siempre tocan música. Ahora escucha la música... y tan pronto
puedas oírla.. . comienza a llevar el compás de la música con tu mano o con tu
dedo. Sigue observando la televisión... no la pierdas de vista. Mientras estés
viendo la imagen... levanta un dedo de tu otra mano... y tenlo levantado.
Ahora ya sé que éste es el dedo de la "imagen"... y el otro es el dedo de la
"música".
¿Qué es lo que estás mirando?
¿Hay personas o animales... o las dos cosas?
En realidad no importa... porque si tú quieres cambiar de canal... lo puedes
hacer con mucha facilidad.
No pierdas la imagen... ni la música.
Y quiero que sepas... que cuando ves la televisión así... puedes sentir cosas...
pero eso no te molestará.
Hasta puedo darte un pinchazo... como éste... y aunque puedes sentir el
pinchazo... no te molesta en absoluto.
Está bien... ¿no es así?
Ahora voy a trabajar con tus dientes... y aunque puedes sentir que algo está
sucediendo... mientras sigas viendo la imagen... y escuchando la música... no te
molestará... y de veras no te importará. ¿Está la imagen allí todavía? ¿Está la
música allí todavía? Sólo sigue observando... y escuchando.
Los niños tienen una imaginación tan brillante que se podría decir que pasan la
mayor parte del tiempo en "un mundo de fantasía". En consecuencia, una
técnica de esta naturaleza es completamente natural para ellos. Notará que
mientras observan la imagen y escuchan la música, llegan a quedarse
completamente relajados y a "kilómetros de distancia", de manera que es muy
420
fácil trabajar con ellos. Pueden todavía sentir cosas, pero no les importan o
molestan.
Para despertar al niño, puede decir que alguien ha apagado la televisión,
de manera que ya no sirve de nada seguir fingiendo. Así pues, dígale que
deje de fingir ahora, que abra los ojos, y que esté completamente despierto
otra vez.
Por lo general sigo una rutina para la profundización del trance similar a la
que ya he descrito. Principio por producir la pesadez seguida por la
catalepsia en el brazo (elevando éste y diciendo al paciente que
permanecerá en el aire sin ningún esfuerzo consciente de su parte, hasta
que se le diga que lo baje). Luego se continúa la profundización mediante
la inducción de movimiento automático, sea por la rotación continua de las
manos del paciente, una alrededor de la otra, o por un movimiento de
vaivén del antebrazo, instruyendo al paciente para que visualice un pedazo
de cuerda que está tirando de la mano hacia atrás y hacia adelante. Si estas
pruebas tienen éxito, mi técnica de profundización final consiste en la
inducción de sueños. Se le pide al paciente que visualice en su mente alguna
acción sencilla, tal como la de peinarse el cabello, lavarse la cara, o
deshaciendo el nudo de una corbata. Luego se le dice que sueñe que está
ejecutando esta sencilla acción, y cuando lo haga, que la actúe mientras
se sienta en el sillón.
A continuación pueden hacerse pruebas para el sonambulismo. Se le puede
decir al paciente que abra los ojos sin despertar del trance, y que se enjuague
la boca, y que cuando vuelva a sentarse en el sillón y su cabeza toque el
soporte para la cabeza, sus ojos se cerrarán y seguirá en un sueño mucho muy
profundo. Si ejecuta esto con éxito, ha logrado la etapa del sonambulismo.
En ocasiones pueden ser útiles varias técnicas adicionales de pro-
fundización. Se le puede pedir al paciente que se imagine que está bajando en
el ascensor de una tienda de departamentos bien conocida. En tanto
visualiza su descenso y el ascensor pasa por los varios pisos, se le dice que
su sueño es cada vez más y más profundo. Como alternativa, se le puede
pedir que imagine que está entrando a una estación subterránea del
"Metro" de México (a condición de que en realidad haya visitado--
421
y que sube a la escalera eléctrica. Que mientras desciende, su hipnosis
será cada vez más y más profunda, hasta que llegue hasta abajo, cuando
entrará en un sueño muy profundo.
La técnica respiratoria es otro útil agente profundizador que parece
trabajar extremadamente bien con muchos pacientes. Se instruye al paciente
que aspire profundamente. .. que retenga el aliento por dos segundos ... y
que, al espirar, entrará en un trance más profundo. Esto se repite cinco
veces, y con frecuencia es completamente dramático observar al paciente
profundizar y relajarse, con sus músculos completamente sueltos y fláccidos
en tanto aspira y espira profundamente.
Aun cuando el paciente sólo logre una hipnosis ligera, todavía será posible
contar con mayor cooperación de su parte y un grado considerable de
relajamiento. También se puede esperar que reduzca su ansiedad y temor, e
inducir cierto grado de somnolencia y letargo como preparación para la
anestesia, sea ésta general o local. Más aún, los esfuerzos hechos por el
paciente para tolerar el uso de dentaduras o aparatos de ortodoncia con
frecuencia pueden mejorarse.
En hipnosis de profundidad media, se puede lograr todo lo anterior aún
más fácil y completamente. También pueden producirse grados variables
de analgesia, junto con cierto control sobre los desfallecimientos, sangrado
y salivación. El ahogo y la náusea, durante la toma de impresiones, también
puede reducirse, lo mismo que la obtención de la rigidez del maxilar y del
cuello.
En hipnosis profunda, además de lo anterior, se puede obtener una analgesia
completa y quizá algo de amnesia. Sin embargo, en mi experiencia no es
necesario obtener tanto la analgesia como la amnesia en todo sujeto de
trance profundo. Puede haber analgesia completa sin amnesia, o viceversa.
Desafortunadamente, los fenómenos que pueden producirse a distintos
niveles de hipnosis varían considerablemente de paciente a paciente, y es
justo decir que ninguna regla general puede formularse respecto a lo que se
puede esperar de cualquier individuo.
422
El factor tiempo en la hipnosis dental
423
CAPITULO 25
424
inducirse en el miembro de un auditorio en tanto el conferencista está hablando al
grupo, o incluso en una persona mientras el hipnólogo habla con otra. Bastante
sorprendente, el trance puede ser inducido en ocasiones cuando el hipnólogo no
hace nada. Así pues, el trance hipnótico está íntimamente conectado con la
relación existente entre el hipnólogo y su sujeto, para quien siempre es una
experiencia emocional significativa. El hipnólogo asume la responsabilidad
de lo que sucede durante el trance. Origina una serie de mensajes, verbales y
no verbales, a los cuales el sujeto, siempre que esté dispuesto, responderá.
Incluso el prestigio que tiene ante los ojos del sujeto, sólo implica la facilidad
con que este último acepta al hipnólogo
como la persona responsable del origen de ideas y sugestiones. Erickson
siempre ha
subrayado la importancia de que se considere a la hipnosis como un proceso
continuo de comunicación, y la ha definido en la forma siguiente:
LA INDUCCION DE LA HIPNOSIS
425
Erickson considera que la mejor forma de inducir la hipnosis es presentar, en
forma casual, y en apariencia permisiva, un cúmulo de ideas al parecer
relacionadas, en una forma tal que se mantenga y fije la atención del sujeto,
más bien que su vista, o tratando de inducir estados musculares especiales. Se
deben hacer toda clase de esfuerzos para dirigir la atención del sujeto a los
procesos que tienen lugar en él mismo, a sus propias sensaciones corporales, a
sus recuerdos, emociones, pensamientos, sentimientos, ideas, conocimientos
pasados y experiencias. Una buena técnica hipnótica, organizada en tal forma,
puede ser notablemente efectiva, incluso bajo condiciones de apariencia
adversas. También subraya la importancia de aprovechar y utilizar los
propios patrones de comportamiento del sujeto, en vez de esperar que se
adapte a las propias ideas del hipnólogo. La rigidez en las técnicas
hipnóticas hace imposible lograr resultados controlados, y el conocimiento
de la variabilidad del comportamiento humano, así como la necesidad de
enfrentarlo, deben formar la base de tales técnicas. Se suele poner
demasiado énfasis en los factores externos y a las respuestas del sujeto a
éstos, en tanto que debería ser adecuadamente puesto en el comportamiento
intrapsíquico del individuo.
Antes de abandonar el tema de la inducción de la hipnosis, existen dos
puntos a los cuales dirigiría su atención, la importancia de los cuales con
frecuencia ha sido subestimada. El primero es la "comunicación no
verbal" y el segundo es el "intervalo de tiempo". En la hipnosis, la
primera tarea y la de más importancia es la de establecer una relación
inmediata con el sujeto, para crear la atmósfera adecuada para lograr su
plena cooperación. Luego, en el transcurso del subsecuente proceso de
inducción, debe recordar que sus ademanes y movimientos del cuerpo pueden
tener tanta significancia como lo que en realidad está diciendo. Cuando
sugiera el cierre de los ojos, la fuerza de su sugestión puede ser
considerablemente reforzada si, simultáneamente, deja que sus propios
ojos parpadeen lentamente y se cierren. Asimismo, si usted hace una
respiración profunda y deja que su cuerpo se hunda lánguidamente en la
silla, cuando da las sugestiones de relajamiento, se dará cuenta de que
el efecto resulta muy incrementado.
La importancia del "intervalo de tiempo" se ilustra mejor remetiéndonos
al método de inducción de "levitación de la mano", en el cual el sujeto
observa sus manos y se le dice que uno de sus dedos se moverá. No lo
hace de inmediato. Hay un intervalo de tiempo durante el cual el sujeto
426
digiere, entiende mentalmente, y por último pone en acción la idea que la
ha sido presentada. Demasiados de nosotros tendemos a trabajar con un
sujeto hipnótico y, habiéndole dicho que "tal y tal cosas van a suceder",
esperamos que cumpla sin demora. Necesita tiempo. En realidad, esta
apreciación del tiempo es un factor en sí, y su consideración es de vital
importancia en la inducción del trance. Después de todo, si usted fuera a
administrar una droga poderosa, se prepararía a esperar un tiempo
razonable para que produjera sus efectos. Los requisitos de tiempo pueden
variar mucho de un tipo de comportamiento a otro. Un sujeto que
desarrolla con rapidez alucinaciones visuales puede requerir mucho más
tiempo para crear alucinaciones auditivas. El tiempo también desempeña un
papel de importancia en la profundización del trance y en la sugestión
terapéutica. La interpolación de pausas y de periodos de silencio de varios
minutos de duración entre los pasos sucesivos, facilitará mucho la producción
de una profundidad adicional e incrementará la aceptabilidad de la
sugestión. Sin embargo, no cometa el error de creer que un sujeto que
entra con facilidad a un trance profundo, necesariamente va a
permanecer profundamente hipnotizado durante toda la sesión. Esta es una
suposición sin fundamento que puede perjudicar seriamente la validez de
los resultados del trance. La mayoría de los que hemos experimentado con
la hipnosis hemos tenido amplias pruebas del grado 'hasta el cual puede
fluctuar la profundidad del trance de vez en cuando, en el curso de una sola
sesión.
PROFUNDIZACION DE LA HIPNOSIS
427
extensas o el uso de las técnicas hipnoanalíticas más refinadas. Erickson cree
que el paciente no debe entrar a una hipnosis más profunda de la necesaria.
Señala que algunos pacientes necesitan ir muy profundamente en la hipnosis,
en tanto que otros pueden cumplir todo lo que de ellos se requiere en un
estado de hipnosis muy ligero. Dice al paciente "Ni usted ni yo sabemos qué
grado de hipnosis sea necesario para usted, pero creo que está dispuesto a
desarrollar el grado de hipnosis que se requiera de usted para prestar toda su
atención a los resultados terapéuticos que necesita." En esta forma el
paciente queda en libertad de entrar a un trance ligero, a un trance medio o a
un trance profundo, sin darle mayor importancia. Pregunta "¿Por qué debe
ir el paciente a mayor profundidad de la necesaria?" Se puede nadar con
tanta facilidad en metro y medio de agua que en cincuenta metros,
entonces, ¿por qué no dejar que el paciente tenga la misma libertad? Por
fortuna, se puede lograr una gran cantidad de trabajo terapéutico útil en
los trances ligeros o medios, y en mi propia práctica rara vez he
encontrado necesario hacer pruebas de profundidad.
UTILIZACION DE LA HIPNOSIS
428
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Este eBook fue terminado el 2 de Enero de 2011 gracias al generoso apoyo del
Consejo Mexicano de Hipnosis Clínica, A.C. Permisos en trámite. Escaneo y
trascripción del Dr. Luis David Guzmán Moreno.
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