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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior de Ciencia y Tecnología


Ministerio de la cultura
Universidad Experimental de las Artes
UNEARTE

El Arte el cine y su contexto socio cultural

Estudiante: Amaro Iveth


C.I: 10.362.428
Museología

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INDICE

Portada……………………………………………………………………………………….1

Índice………………………………………………………………………………………...2

El Arte y su contexto socio cultural……………………………………………………3..4..5

Referencia…………………………………………………………………………………...6

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El Arte y su contexto socio cultural

La historia de los años treinta es la historia de un período de crítica social, de realismo y


activismo, de radicalización de las actitudes políticas, y de la convicción cada vez más
extendida de que sólo una solución radical puede servir de algo; es decir, los partidos
moderados se han acabado. La filosofía de la cultura predominante durante la época es “la
rebelión de las masas”, responsable del enajenamiento y decadencia de la cultura
moderna… en nombre de la inteligencia y del espíritu. La mayoría de los extremistas de
derecha y de izquierda profesan una creencia en el espiritualismo, generalmente algo
confuso, que subyace a esta filosofía, el positivismo por una parte y el capitalismo por la
otra. Donde la intelectualidad está dividida en dos campos desiguales a partir de 1930.
Intelectualidad que prepara el camino al fascismo, Una visión de la nueva edad media, la
“nueva Europa” contrarrevolución; y la “revolución en la ciencia”, la movilización del
“espíritu” contra el mecanicismo y determinismo de las ciencias naturales no son otra cosa
que “el comienzo de la gran reacción universal contra la ilustración social y democrática”.

En el campo del arte, se ha dado un antes y un después, una cesura, un cambio profundo
desde el Renacimiento, hasta el impresionismo, si bien en las representaciones teatrales en
Atenas o en la Edad Media, las masas no influían directamente sobre la marcha del arte,
solo cuando han pagado por su disfrute, dentro de este marco el elemento tensión entre
calidad y popularidad en el arte, siempre ha existido. Una dicotomía que va
recorriendo todo el campo del arte moderno. Cubismo y constructivismo,por una parte, y
expresionismo y surrealismo, por la otra, encarnan tendencias estrictamente formales o
respectivamente destructoras de la forma, las cuales aparecen ahora por primera vez
juntas en tan violenta contradicción.

La cesura que marca la lucha sistemática contra el uso de los medios de expresión
convencionales, y la consiguiente ruptura con la tradición artística del siglo XIX. En el
siglo XX comienzan en 1916 con el dadaísmo, fenómeno típico de época de guerra,

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protesta contra la civilización que había llevado al conflicto bélico, y, por consiguiente, una
forma de derrotismo. La cultura estética moderna posimpresionista acentúa lo grotesco y
mendaz de la cultura (ellos incluidos)??. Destruye los valores pictóricos en pintura, el
sentimiento y las imágenes cuidadosas y coherentes en poesía, melodía y la tonalidad en
música.

En todos los géneros y direcciones del arte contemporáneo. La “simultaneidad de los


estados del alma” es, sobre todo, la experiencia básica que enlaza las varias tendencias de la
pintura moderna, el futurismo de los italianos con el expresionismo de Chagall, y el
cubismo de Picasso con el surrealismo de Giorgio de Chirico o Salvador Dalí, (la
concepción bergsoniana del tiempo, tal como se la usa en el cine y en la novela
moderna)

El nuevo siglo está lleno de profundos antagonismos, y la unidad de su visión de la vida


está tan profundamente amenazada que la combinación de los más remotos extremos, la
unificación de las más grandes contradicciones, se convierte en el tema principal, muchas
veces el único, de su arte. La destrucción del arte y el retorno al caos, por otro lado, los
surrealistas expresan la creencia de una nueva ciencia, que una nueva verdad y un nuevo
arte surgirían del caos, lo irracional, de los sueños, es decir esperan la salvación del arte. Se
refugian en la racionalización de lo irracional. y en la metódica reproducción de lo
espontáneo, siendo la única diferencia que su método es incomparablemente más pedante,
dogmático y rígido que el modo de creación artística en el que lo irracional y lo intuitivo
son vigilados por el juicio estético.

En su análisis deduce que es cierto que el arte ha producido muchas de sus creaciones bajo
la imposición, ya desde el antiguo Oriente, hasta la Edad Media tuvo que conformarse a las
exigencias de un implacable despotismo, a las peticiones de una cultura rígida y autoritaria,
que incluso con coerción y censura tiene diferente significación y efecto en los mismos
periodos de la historia. Considera que la principal diferencia entre la situación de su época

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y las anteriores es que nos encontramos en un momento después de la Revolución francesa
y del liberalismo del siglo XIX. Que toda idea, todo, impulso que sentimos, esta empapado
de ese liberalismo

Hauser en su crítica del materialismo histórico en la Rusia soviética considera, el arte


completamente como medio para un fin, Este utilitarismo está, desde luego, condicionado,
sobre todo, por la necesidad de poner todos los medios disponibles al servicio de la
propaganda comunista y de exterminar el esteticismo de la cultura burguesa, que con su
“arte por el arte”, su actitud contemplativa y quietista ante la vida, según allí se dice,
implica el mayor peligro posible para la revolución social.

El cine es un fenómeno revolucionario, una forma elástica, maleable, no ofrece resistencia


interior a la expresión de las nuevas ideas. Es un medio de comunicación sin artificios,
popular, que hace una llamada directa a las amplias masas,un instrumento ideal de
propaganda, El cine es ante todo una “fotografía”, y como tal es un arte técnico, con
orígenes mecánicos y orientado hacia la repetición mecánica. En el cine el espacio pierde
su calidad estática, su serena pasividad, y se convierte en dinámico; llega a realizarse como
si estuviera delante de nuestros ojos. Es fluido, ilimitado, constituye un elemento con su
propia historia, su propia conformación y su proceso de evolución. Mientras en la literatura,
el tiempo, sobre todo en el drama, tiene dirección definida una orientación en su desarrollo,
un objetivo, independiente de la experiencia temporal del espectador, una sucesión
ordenada.

Afirma Hauser que la más fundamental diferencia entre el cine y las otras artes es que, en
la imagen del mundo de éste, los límites de espacio y tiempo son fluctuantes; el espacio
tiene un carácter casi temporal, y el tiempo, en cierta medida, un carácter espacial. En las
artes plásticas, como en la escena, el espacio sigue siendo estático, invariable, sin finalidad
y sin dirección; nos movemos con perfecta libertad en él porque es homogéneo en todas
sus partes y porque ninguna de ellas presupone la otra temporalmente. Las fases del

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movimiento no son escenas, no son pasos de un desarrollo gradual; su secuencia no está
sujeta a ninguna imposición.

Referencia

En línea disponible en Pdf

Arnold Hauser. (1951). Historia social de la literatura y del arte. Editorial digital Yorik.

http://reflexionpraxis.blogspot.com/2007/08/arnold-hauser-historia-social-de-la.html

https://elpais.com/diario/1976/05/09/cultura/200440806_850215.html

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