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Marco - Teorico - 2.1 - Antecedentes de La Oe PDF
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MARCO TEÓRICO
Desde el punto de vista de Bisquerra & Álvarez (1998:20) sugieren que el concepto
sea analizado desde los siguientes niveles:
- Histórico (asumir su evolución).
- Teórico (comprender el presente y entender el futuro).
- Conceptual (necesidad de establecer acuerdo en los términos utilizados).
- Prescriptivo (formular propuestas y recomendaciones para el diseño de
programas basados en resultados de investigaciones).
- Descriptivo (describir lo que está haciendo. Contempla las experiencias de
orientación en los centros educativos o una comunidad, es decir lo hechos
y fenómenos, tal como suceden).
- Normativo (instrumentos legales que sirven de patrón o referencia para el
proceso orientador) y;
- Crítico (discrepancias entre lo normativo -deber ser- y la práctica - ser-).
En este orden de ideas, Jacobson & Reavis, citado por Vital (1976) consideran la
orientación “como un servicio dirigido a ayudar a los alumnos para que seleccionen
inteligentemente, entre varias alternativas, la que corresponda con sus habilidades,
potencialidades y limitaciones.”
Desde el punto de vista científico, Repetto et al. (1994:87) expresa: “la orientación es
la ciencia de la acción que estudia desde la perspectiva educativa y por tanto
diagnóstica, preventiva, evolutiva y ecológica, la fundamentación científica del
diseño, la aplicación y la evaluación de los intercambios dirigidos al desarrollo y al
cambio optimizado del cliente y de su contexto.”
Según Tyler (1978. 87), la orientación intenta “descubrir el potencial de cada sujeto y
ver que cada uno tenga su oportunidad para desarrollar ese potencial al máximo en
lo que mejor pueda ofrecer así mismo y al mundo”.
Con una visión de la orientación dirigida al ámbito educativo, Curcho (1984: 26)
define la orientación como “un proceso destinado a atender a todos los alumnos en
los aspectos de su personalidad, a lo largo de todos los niveles educativos”.
En el contexto de la relación para el autodescubrimiento, Maher & Forman (1987:8)
expresan que la orientación “es una aportación directa de información cara a cara, de
asesoramiento o guía por parte del orientador a un grupo estudiantil o a un alumno
individual”
Para Bisquerra (1998: 9), la orientación es “un proceso de ayuda continua a todas
las personas en todos sus aspectos, con el objeto de potenciar el desarrollo humano
a lo largo de toda la vida”.
La orientación es definida por Nerici (1990:21) como “un proceso educativo a través
del cual se asiste al educando con el fin de que éste pueda obtener pleno
rendimiento en sus actividades escolares, formular y realizar planes según su
aptitudes e intereses para que alcance armónicamente los fines últimos de una
educación integral”.
La orientación entendida como una ayuda a los problemas que el ser humano
atraviesa a lo largo de la vida, es tan antigua como la humanidad misma; pues el
hombre siempre ha buscado ser ayudado y se ha esforzado en ayudar; desde las
formas mágicas establecidas y utilizadas en la edad primitiva, hasta las técnicas y
programas más sofisticados que se utilizan en aquellos países llamados
desarrollados, el ser humano se ha esforzado por enfocar su ayuda en la creación de
alternativas que ayuden a otros a enfrentar problemas, liberar tensiones y tomar
decisiones; en cada etapa surgieron circunstancias históricas que determinaron las
distintas formas de llevar a cabo dicha ayuda. (Martínez González, 1998, 3-4)
Según Álvarez Rojo (1994) este proceso se caracteriza por ser heterogéneo (los
destinatarios fueron en principio los trabajadores y los jóvenes que necesitaban
ayuda para acomodarse sin demasiadas dificultades a las nuevas formas de vida),
concluyente (la intervención orientadora tiene en la institución educativa el lugar
más adecuado ya que ella conviven y trabajan las personas (niños, adolescentes y
jóvenes), sujetos preferentes de la orientación), interdependiente (la evolución en
los distintos países han confluido causas bastantes comunes a todos ellos, han
surgido de las mismas necesidades y han adoptado formulaciones teóricas y
desarrollos prácticos) y asimétrico (explica los elementos específicos, la
idiosincrasia de países y de los propios desarrollos históricos).
La segunda etapa abarca los años comprendidos entre 1920 y 1960 a la cual se le
denominó Couseling como movimiento de orientación proyectado hacia la escuela
cuyo objetivo era la creación de servicios de orientación para primaria y secundaria
dirigidos por profesionales para ayudar a las personas a desarrollar sus propias
potencialidades, a enfrentar los problemas en los contextos sociales en los que se
desenvuelve su existencia. Entre 1920 y 1930 aparecen los primeros servicios para
el desarrollo de la orientación en las escuelas.
A partir de los años 60, en USA y en Europa se promulgan leyes, se crean servicios,
se especializan profesionales, se consolidan instituciones y se abren nuevas
perspectivas de afianzamiento y fortalecimiento de la orientación como un derecho.
En El Salvador la Orientación también se enmarca en la década de los años 50’s,
cuando el 27 de agosto de 1951 a través del decreto 190, se legaliza la existencia
dentro del Plan Básico de Educación del programa oficial de orientación, que con
el apoyo de la UNESCO puso en práctica en ciertos lugares del país, por ejemplo
en la ciudad de Quezaltepeque, del departamento de La Libertad.
Para 1962 y 1969 los programas de orientación se exponen a una gran variedad de
cambios en donde se refleja la inestabilidad en la aplicación de los mismos.
Entre 1976 y 1980 se trabajó un programa de orientación que pudiera ser incluido en
los programas escolares, motivado por ello, en 1981 se crea un proyecto para
capacitar personal que ejecute dichos programas, los cuales siguieron
desarrollándose junto con otras propuestas y planes que fueron creados con la
intención de apoyar esta idea, acción que se desarrolló hasta 1995.
La forma de llevar a cabo este proceso ha variado desde que se empezó a ofrecer la
orientación como un servicio organizado. Es importante mencionar que para definir la
filosofía de la orientación, no se han hecho muchos esfuerzos, lo que no significa que
carezca de fundamentos. Es por eso que si se estudia el desarrollo de la orientación
desde el siglo XIX hasta hoy en día, encontramos que ésta ha pasado por una serie
de etapas en las que se determinan ciertas premisas que la fundamentan. Tales
etapas se describen a continuación:
Entre las premisas en las que se enfoca el trabajo de los orientadores no-directivos
se enuncia:
- Que para cada hombre existe una realidad en el mundo que le rodea.
- Cada hombre puede conocer su mundo fenomenal (total de las fuerzas
vitales que se persiguen).
- Se cree que existen relaciones de causa y efecto en el mundo físico
objetivo, pues cuando el orientado no logra ver estas relaciones, pierde el
equilibrio, según Rogers.
- El orientador deberá esforzarse por ayudar a su orientado a entender las
relaciones de causa y efecto.
- Etapa fenomenológica. Es la que más ha afectado actualmente a la
filosofía de la orientación, pues ésta proveyó un terreno común para
las escuelas que habían estado divididas hasta la fecha: la directiva
y la no-directiva.
Las premisas de este movimiento son consideradas como medio para entender cómo
ésta afecta a las dos escuelas prevalecientes, entre ellas se encuentran:
- La falsedad del proceso de selección por parte del orientado. Sus exponentes
dicen que la selección es un pseudoconcepto, ya que esto no ocurre. Pues las
selecciones de la persona están dirigidas a mantener su yo fenomenal, en otras
palabras si éstas percibieran su yo en formas distintas, sus selecciones serían
distintas.
Para esto el orientador debe llegar a conocer el campo fenomenal del individuo, y lo
puede hacer ya que los campos fenomenales de los distintos individuos están, en
parte entrelazados, de modo que establece una comunicación entre ellos, que al
mismo tiempo servirá para que el orientador entienda el significado que tienen las
experiencias vividas para el individuo. Habiendo sucedido esto el orientador podrá
reconstruir, por medio de la inferencia, el campo fenomenal del sujeto. Esto como
parte del primer paso.
Todo este proceso puede desarrollarse a través del uso de los procedimientos
clínicos, y especialmente por medio de la empatía.
Con el avance de las etapas antes mencionadas, principalmente a través de las
etapas no-directiva y de la fenomenológica, la filosofía de la orientación se ha
caracterizado por el realismo, ya que fundamenta su trabajo en el conocimiento del
individuo y en el del mundo que le rodea, así como en el determinismo, ya que se
señalan límites al desarrollo de la personalidad individual.
Es así como se puede visualizar este momento del crecimiento del niño y de la niña,
como una etapa en la que se puede y debe colaborar de manera eficaz para
compensar todo tipo de desigualdad, entre algunas carencias que pueda presentar
relacionadas a los aspectos sociocultural, económico y psicológico. Es por ello que
es conveniente regular esta etapa en la que el niño y la niña transcienden hacia una
nueva, la cual iniciará con ciertas situaciones complejas que serán el resultado de
las interacciones que ha establecido con anterioridad, ya sea de manera biológica,
física o social. En este sentido se espera que la Orientación Educativa deba jugar un
papel fundamental y capital en todo el procedimiento educativo, en la que ha de
arbitrar medidas y planificaciones activas que contribuyan al crecimiento ordenado,
armónico y equilibrado del niño y de la niña.
Los trabajos de Orientación en el aula deben ser guiados por principios que aseguren
la secuencia de los objetivos que tiene la Orientación Educativa. Para el nivel de
educación parvularia los principios más significativos de la Orientación Educativa son
los siguientes:
Son muchas las responsabilidades del y la docente dentro del aula. Pero, las
funciones de éstos como orientadores deben partir de las necesidades de los y las
estudiantes a quienes sirve, entre ellos priorizamos los siguientes:
- Orientación personal
El niño y la niña deben ver al y la docente como una persona a quien puede acudir
para pedir ayuda. Donde él y ella, como orientadores, pueden favorecer a sus
estudiantes a entender, aceptar y expresar sus ideas, sentimientos, valores y
necesidades.
Al mismo tiempo, contribuir a que niños y niñas tengan suficiente información que les
ayude a tomar decisiones y resolver problemas según el contexto y las posibilidades
que tenga.
Uno de los riesgos que se corre en cualquier práctica pedagógica es el hecho que el
o la docente, pase muchos años ofreciendo el mismo grado o impartiendo la misma
asignatura, repitiendo actividades y metodología, en estas circunstancias muchos
docentes se acomodan, se olvidan del compromiso que tienen con sus estudiantes y
son apáticos y apáticas a los nuevos conocimientos, por tanto en ellos y ellas el
desarrollo profesional es casi inexistente.
Todo lo anterior implica un reto que, dada la cantidad, dispersión y heterogeneidad
del cuerpo docente en todo el país dentro del sector público, no es posible abordar
en su totalidad , de manera equitativa y constante, las capacitaciones y por ende el
desarrollo profesional de los y las docentes a nivel nacional. Otro aspecto importante,
es que no todos los y docentes tienen las mismas inquietudes, expectativas y
necesidades, por lo tanto las capacitaciones masivas difícilmente pueden tomar en
cuenta esa diversidad de variantes. A no ser que se inviertan recursos económicos y
humanos, así como el tiempo necesario para formar docentes desde la realidad
personal e institucional de cada uno, las prácticas pedagógicas serán siendo un
poco más de lo mismo.
No hay duda que los cambios sociales, las nuevas tecnologías, estudiantes
diferentes (diversidad), la globalización, entre otros, influyen e impactan en la
educación, hoy en día es más difícil ser docente, cumplir con las propias
responsabilidades y atender satisfactoriamente con las necesidades de cada
estudiante, así como responder oportunamente a las exigencias de la sociedad sobre
el tipo de ser humano que requiere. El estudiantado de hoy, no es el mismo que el de
hace diez años, han cambiado sus acciones, actitudes, intereses y motivaciones, en
este nuevo contexto, el y la docente deben conocer y comprender estas nuevas
formas de vivir y ser de sus estudiantes.
Pero nada de lo anterior compara con el grave error de homogenizar las actividades
de aprendizaje, olvidando las inteligencias múltiples, los diferentes intereses y el
peso afectivo que cada estudiante carga en su proceso académico. Todo esto
demuestra que la función docente no puede reducirse únicamente al campo de la
educación.