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NURS 5100

Política de Salud y Defensa para Mejorar los Resultados de Salud de la


Población

Actividad 3.1 Poblaciones en riesgo

Instrucciones:

1. Selecciona tres (3) de las siguientes poblaciones:

 Niños
 Adolescentes
 Neonatos
 Embarazadas
 Personas de edad avanzada (Envejecientes)
 Personas de bajo nivel socioeconómico
 Población de presos
 Individuos en residenciales públicos
 Individuos con enfermedades infectocontagiosas (HIV/SIDA, Tuberculosis,
Hepatitis B)
 Enfermedades crónicas

2. Puedes completar la siguiente tabla para organizar tu respuesta e incluirla en el foro junto con
tus argumentos.

Población Factor de riesgo


Todos los embarazos implican algunos riesgos. Puede tener problemas debido a un problema de
salud que tenía antes de quedar embarazada. También puede desarrollar una condición durante
el embarazo. Otras causas pueden incluir embarazos múltiples, un problema de salud durante
un embarazo anterior, consumo de drogas durante el embarazo o tener más de 35 años.
Cualquiera de ellos puede afectar su salud, la de su bebé, o ambos.

Si tiene una enfermedad crónica, debe hablar con el médico para enterarse de qué manera puede
minimizar el riesgo antes de embarazarse. Una vez que se produce el embarazo, es posible que
se necesite un equipo de profesionales de la salud que la supervise. Algunas enfermedades
comunes que pueden complicar el embarazo se encuentran:

Hipertensión arterial

Síndrome de ovario poliquístico

Problemas renales

Enfermedades autoinmunitarias

Enfermedades de la tiroides

Obesidad

VIH/SIDA

Cáncer

Infecciones

Otras afecciones que pueden aumentar el riesgo del embarazo pueden ocurrir durante el
desarrollo del mismo - por ejemplo, diabetes gestacional e incompatibilidad Rh. Un buen
cuidado prenatal puede ayudar a detectarlas y tratarlas.

Algunas molestias, como náuseas, dolor de espalda y fatiga, son comunes durante el embarazo.
A veces es difícil saber qué es normal. Llame a su proveedor de salud si algo le molesta o le
preocupa.

.Los trastornos neuropsiquiátricos representan el 6,6% de la discapacidad total (AVAD) en este


grupo etario.

Aproximadamente un 15% de los adultos de 60 años o mayores sufren algún trastorno mental.
Las personas de 60 años de edad o mayores realizan aportaciones valiosas a la sociedad como
miembros activos de la familia, voluntarios y participantes activos en la fuerza de trabajo.
Aunque la mayoría de las personas mayores tienen una buena salud mental, muchas corren el
riesgo de presentar trastornos mentales, enfermedades neurológicas o problemas de consumo
de sustancias, además de otras afecciones, como la diabetes, la hipoacusia o la artrosis. Por
otra parte, a medida que envejecemos aumentan las probabilidades de que padezcamos varias
afecciones al mismo tiempo.

El problema

La proporción de personas mayores está aumentando rápidamente en todo el mundo. Según se


calcula, entre 2015 y 2050 dicha proporción casi se duplicará, pasando de 12 a 22%. En
números absolutos, el aumento previsto es de 900 millones a 2 000 millones de personas
mayores de 60 años. Los adultos mayores pueden sufrir problemas físicos y mentales que es
preciso reconocer.

Más de un 20% de las personas que pasan de los 60 años de edad sufren algún trastorno mental o
neural (sin contar los que se manifiestan por cefalea) y el 6,6% de la discapacidad en ese
grupo etario se atribuye a trastornos mentales y del sistema nervioso. Estos trastornos
representan en la población anciana un 17,4% de los años vividos con discapacidad. La
demencia y la depresión son los trastornos neuropsiquiátricos más comunes en ese grupo de
edad.

Los trastornos de ansiedad afectan al 3,8% de la población de edad mayor y los problemas por
abuso de sustancias psicotrópicas, casi al 1%; asimismo, aproximadamente una cuarta parte de
las muertes por daños autoinfligidos corresponden a personas de 60 años de edad o mayores.
Es frecuente que los problemas por abuso de sustancias psicotrópicas en los ancianos se pasen
por alto o se diagnostiquen erróneamente.

El personal sanitario y los propios ancianos no reconocen los problemas de salud mental en su
verdadera dimensión, y el estigma de las enfermedades mentales propicia que las personas
sean aun más reacias a buscar ayuda.

Los factores de riesgo de los trastornos mentales en adultos mayores

A lo largo de la vida son muchos los factores sociales, psíquicos y biológicos que determinan la
salud mental de las personas. Además de las causas generales de tensión con que se enfrenta
todo el mundo, muchos adultos mayores se ven privados de la capacidad de vivir
independientemente por dificultades de movilidad, dolor crónico, fragilidad u otros problemas
mentales o físicos, de modo que necesitan asistencia a largo plazo. Además, entre los ancianos
son más frecuentes experiencias como el dolor por la muerte de un ser querido, un descenso
del nivel socioeconómico como consecuencia de la jubilación, o la discapacidad. Todos estos
factores pueden ocasionarles aislamiento, pérdida de la independencia, soledad y angustia.

La salud mental influye en la salud del cuerpo, y a la inversa. Por ejemplo, los adultos mayores
con enfermedades como las cardiopatías presentan tasas más elevadas de depresión que
quienes no padecen problemas médicos. Por el contrario, la coexistencia de depresión no
tratada y cardiopatía en una persona mayor puede empeorar esta última.

Los adultos mayores también son vulnerables al maltrato, sea físico, sexual, psicológico,
emocional, económico o material; al abandono; a la falta de atención y a graves pérdidas de
dignidad y respeto. Los datos actuales indican que una de cada 10 personas mayores sufre
maltrato. El maltrato de las personas mayores no se limita a causar lesiones físicas sino
también graves problemas psíquicos de carácter crónico, como la depresión y la ansiedad.

La demencia y la depresión en los ancianos son problemas de salud pública

Demencia

Es un síndrome que se caracteriza por la mengua de la memoria y la capacidad de pensar,


trastornos del comportamiento e incapacidad para realizar las actividades de la vida cotidiana.
Afecta principalmente a los ancianos, pero no es una parte normal de la vejez.

Se calcula que en el mundo hay unos 47,5 millones de personas aquejadas de demencia. Se prevé
que el número de estas personas aumentará a 75,6 millones en 2030 y a 135,5 millones en
2050; además, la mayoría de esos pacientes vivirán en países de ingresos bajos y medianos.

La demencia lleva aparejados problemas sociales y económicos de envergadura por lo que toca a
los costos de la asistencia médica, social e informal que impone. Por otra parte, las presiones
físicas, emocionales y económicas pueden agobiar a las familias. Tanto las personas aquejadas
de demencia como quienes las asisten necesitan apoyo sanitario, social, económico y legal.
Depresión

La depresión puede causar grandes sufrimientos y trastorna la vida cotidiana. La depresión


unipolar afecta a un 7% de la población de ancianos en general y representa un 5,7% de los
años vividos con una discapacidad entre las personas de 60 años de edad y mayores. En los
establecimientos de atención primaria de salud la depresión no se diagnostica ni se trata como
debiera. Es frecuente que los síntomas de este trastorno en los adultos mayores se pasen por
alto y no se traten porque coinciden con otros problemas que experimentan los adultos
mayores.

Los adultos mayores con depresión tienen un desempeño más deficiente en comparación con los
que padecen enfermedades crónicas como las enfermedades pulmonares, la hipertensión
arterial o la diabetes sacarina. Este trastorno también aumenta la percepción de tener mala
salud, la utilización de los servicios médicos y los costos de la asistencia sanitaria.

Estrategias de tratamiento y asistencia

Es importante que los prestadores de asistencia sanitaria y la sociedad en su conjunto presten


atención a las necesidades especiales de los grupos de población de edad mayor mediante las
medidas siguientes:

capacitación de los profesionales sanitarios en la atención de los ancianos;

prevención y atención de las enfermedades crónicas que acompañan a la vejez, como los
problemas mentales, neurales y por abuso de sustancias psicotrópicas;

elaboración de políticas sostenibles sobre la asistencia a largo plazo y los cuidados paliativos;

creación de servicios y entornos que favorezcan a las personas de edad.

Promoción de la salud

La salud mental de los adultos mayores se puede mejorar mediante la promoción de hábitos
activos y saludables. Ello supone crear condiciones de vida y entornos que acrecienten el
bienestar y propicien que las personas adopten modos de vida sanos e integrados. La
promoción de la salud mental depende en gran medida de estrategias conducentes a que los
ancianos cuenten con los recursos necesarios para satisfacer sus necesidades básicas, tales
como:
protección y libertad;

viviendas adecuadas mediante políticas apropiadas;

apoyo social a las personas de edad más avanzada y a quienes cuidan de ellas;

programas sanitarios y sociales dirigidos específicamente a grupos vulnerables como las


personas que viven solas y las que habitan en el medio rural o las aquejadas de enfermedades
mentales o somáticas;

programas para prevenir y abordar el maltrato de los adultos mayores;

programas de desarrollo comunitario.

Intervenciones

El reconocimiento y tratamiento oportunos de los trastornos mentales, neurorológicos y por


abuso de sustancias psicotrópicas en los adultos mayores revisten una importancia decisiva.
Se recomienda aplicar intervenciones psicosociales y farmacológicas.

No se cuenta hoy por hoy con medicamentos para curar la demencia, pero es mucho lo que se
puede hacer para apoyar y mejorar la vida de las personas que la padecen, así como a sus
cuidadores y familias, como por ejemplo:

el diagnóstico temprano para promover el tratamiento oportuno y óptimo;

la optimización de la salud física y psíquica y el bienestar;

la identificación y el tratamiento de las enfermedades físicas conexas;

la detección y el tratamiento de síntomas comportamentales y psíquicos difíciles; y

el suministro de información y apoyo prolongado a los cuidadores.

La atención de la salud mental en la comunidad

Una buena asistencia sanitaria y social en general es importante para mejorar la salud, prevenir
enfermedades y tratar los padecimientos crónicos de las personas mayores. Por lo tanto, es
importante capacitar a todo el personal sanitario que debe enfrentarse con los problemas y
trastornos relacionados con la vejez.
Para ello es imprescindible proporcionar a los adultos mayores una atención de salud mental
eficaz en el nivel comunitario. La misma importancia tiene poner de relieve la asistencia
prolongada de los adultos mayores aquejados de trastornos mentales, así como dar formación,
capacitación y apoyo a quienes los atienden.

Es imprescindible contar con un marco legislativo apropiado, basado en las normas


internacionales sobre derechos humanos, para ofrecer los servicios de la mejor calidad a las
personas con enfermedades mentales y a quienes cuidan de ellas.

La respuesta de la OMS

Los programas de la OMS en pro de un envejecimiento activo y sano han creado un marco
mundial para la actuación en los países.

La OMS apoya la meta de los gobiernos de fortalecer y mejorar la salud mental de los adultos
mayores y de basar los planes de acción y las políticas en estrategias eficaces.

La OMS reconoce que la demencia es un problema de salud pública, y ha publicado el informe


“Demencia: una prioridad de la salud pública”, en el que aboga por emprender acciones a
nivel nacional e internacional.

La demencia, la depresión y otros trastornos mentales de gran importancia están incluidos en el


Programa de Acción Mundial en Salud Mental (mhGAP), por el cual se pretende mejorar la
asistencia de los trastornos mentales, neurales y por abuso de sustancias psicotrópicas
mediante la aportación de orientaciones e instrumentos para el desarrollo de los servicios de
salud en las zonas pobres.

La OMS organizó en marzo de 2015 la Primera Conferencia Ministerial sobre la Acción Mundial
contra la Demencia, con la que se fomentó la concienciación sobre los retos económicos y de
salud pública que plantea la demencia y se trató de entender mejor las funciones y
responsabilidades de los Estados Miembros y de otras partes interesadas, y que llevó a un
llamamiento a la acción respaldado por los participantes en la conferencia.
El medio ambiente y la salud de los niños y sus madres

La problemática

Cada año mueren más de tres millones de menores de cinco años por causas y afecciones
relacionadas con el medio ambiente. El medio ambiente es, pues, uno de los factores que
influyen de forma más decisiva en el tributo mundial de diez millones de defunciones
infantiles anuales, y uno muy importante para la salud y el bienestar de las madres.

El aire interior y exterior y el agua contaminados, la falta de saneamiento adecuado, los riesgos
de toxicidad, los vectores de enfermedades, la radiación ultravioleta y los ecosistemas
degradados son factores ambientales de riesgo importantes para los niños, y en la mayor parte
de los casos para sus madres también. En particular en los países en desarrollo, los riesgos y la
contaminación ambientales contribuyen de manera muy importante a la mortalidad, la
morbilidad y la discapacidad infantiles asociadas a las enfermedades respiratorias agudas,
enfermedades diarreicas, traumatismos físicos, intoxicaciones, enfermedades transmitidas por
insectos e infecciones perinatales. La mortalidad y la morbilidad infantiles debidas a causas
como la pobreza y la malnutrición también van asociadas a modalidades insostenibles de
desarrollo y a la degradación del medio ambiente urbano o rural.

Principales causas de mortalidad de menores de cinco años

relacionadas con el medio ambiente

La diarrea causa la muerte de unos 1,6 millones de niños por año, principalmente debido al agua
contaminada y a un saneamiento deficiente.

La contaminación del aire en locales cerrados asociada a la utilización todavía generalizada de


combustibles de biomasa causa la muerte de casi un millón de niños al año, principalmente
por infecciones respiratorias agudas. Las madres, que se encargan de cocinar o permanecen
próximas al fogón después de haber dado a luz, son quienes corren más riesgo de
enfermedades respiratorias crónicas.

El paludismo, cuya amenaza se puede exacerbar como consecuencia de un manejo y un


almacenamiento deficientes del agua, viviendas inadecuadas, deforestación y pérdida de
biodiversidad, causa la muerte de aproximadamente un millón de menores de cinco años,
principalmente en África.
Los traumatismos físicos no intencionales, que pueden estar relacionados con riesgos
ambientales presentes en el hogar o la comunidad, causan la muerte de casi 300 000 niños por
año; de ese total, 60 000 defunciones se atribuyen a ahogamiento, 40 000 a incendios, 16 000
a caídas, 16 000 a intoxicaciones, 50 000 a incidentes de tránsito y más de 100 000 a otros
traumatismos no intencionales.

La exposición a riesgos ambientales perjudiciales para la salud puede comenzar antes del
nacimiento. El plomo en el aire, el mercurio en los alimentos, así como otras sustancias
químicas, pueden tener efectos a largo plazo, a menudo irreversibles, como infertilidad,
abortos espontáneos y defectos de nacimiento. La exposición de las mujeres a plaguicidas,
disolventes y contaminantes orgánicos persistentes pueden afectar a la salud del feto. Además,
aunque se reconocen los beneficios generales de la lactancia natural, la salud del recién nacido
puede verse afectada por la presencia de altos niveles de contaminantes en la leche materna.
Los niños pequeños, cuyos cuerpos se desarrollan con rapidez, son especialmente vulnerables,
y en algunos casos los efectos en la salud sólo se manifiestan en años posteriores de la vida.

Además, hay niños de cinco años de edad que trabajan en entornos peligrosos. Las embarazadas
que viven y trabajan en entornos peligrosos y las madres pobres y sus hijos corren mayores
riesgos porque se hallan expuestos a medios muy degradados, a menudo desconocen las
repercusiones de ello para la salud y carecen de acceso a información sobre las posibles
soluciones.

Mejorar la salud ambiental de los niños y sus madres ocupándose de las cuestiones que afectan a
su salud constituye una contribución esencial para el logro de los Objetivos de Desarrollo del
Milenio (ODM).

Las soluciones

Muchos problemas ambientales y sanitarios tienen soluciones poco costosas. Por ejemplo, con
sólo filtrar y desinfectar el agua en el hogar se puede mejorar espectacularmente la calidad
microbiológica de ésta y reducir el riesgo de enfermedades diarreicas a un costo bajo. Los
hornillos mejorados permiten reducir la exposición a la contaminación del aire en espacios
cerrados. Un mejor almacenamiento y una utilización segura de las sustancias químicas a
nivel de la comunidad permite reducir la exposición a productos tóxicos, especialmente entre
los niños de corta edad que exploran, tocan y saborean lo que encuentran en casa. Está
demostrado que la protección personal contra el paludismo mediante la utilización de
mosquiteros tratados con insecticida permite salvar vidas infantiles especialmente.

La educación también es decisiva; si las madres reciben la información que necesitan para
conocer los riesgos ambientales presentes en sus hogares y en la comunidad, estarán mejor
preparadas para adoptar medidas idóneas a fin de reducir o eliminar la exposición.

Acción de la OMS

Los programas e iniciativas de la OMS sobre agua y saneamiento, enfermedades transmitidas por
vectores, contaminación del aire de espacios interiores, seguridad química, transporte,
radiación ultravioleta, nutrición, salud ocupacional, seguridad alimentaria y prevención de
traumatismos abordan cuestiones críticas para la salud ambiental y el bienestar de los niños.
Dichos programas apoyan la sensibilización, la capacitación y la promoción; preparan
instrumentos para identificar los principales riesgos y evaluar las repercusiones en la salud; y
facilitan orientaciones a las instancias normativas, los profesionales y las comunidades sobre
soluciones consistentes en buenas prácticas.

Cuáles son los factores de riesgo y cuáles son los factores de protección?

Las investigaciones realizadas durante las últimas dos décadas han tratado de determinar cómo
comienza y cómo progresa el abuso de las drogas. Hay muchos factores que pueden aumentar
el riesgo de una persona para el abuso de drogas. Los factores de riesgo pueden aumentar las
posibilidades de que una persona abuse de las drogas mientras que los factores de protección
pueden disminuir este riesgo. Es importante notar, sin embargo, que la mayoría de las
personas que tienen un riesgo para el abuso de las drogas no comienzan a usarlas ni se hacen
adictos. Además, lo que constituye un factor de riesgo para una persona, puede no serlo para
otra.

Los factores de riesgo y de protección pueden afectar a los niños durante diferentes etapas de sus
vidas. En cada etapa, ocurren riesgos que se pueden cambiar a través de una intervención
preventiva. Se pueden cambiar o prevenir los riesgos de los años preescolares, tales como una
conducta agresiva, con intervenciones familiares, escolares, y comunitarias dirigidas a ayudar
a que los niños desarrollen conductas positivas apropiadas. Si no son tratados, los
comportamientos negativos pueden llevar a riesgos adicionales, tales como el fracaso
académico y dificultades sociales, que aumentan el riesgo de los niños para el abuso de drogas
en el futuro.

Los programas de prevención basados en la investigación se enfocan en una intervención


temprana en el desarrollo del niño para fortalecer los factores de protección antes de que se
desarrollen los problemas de conducta.

El cuadro a continuación describe cómo los factores de riesgo y de protección afectan a las
personas en cinco dominios, o ambientes, donde se pueden realizar las intervenciones.

Factores de Riesgo Dominio Factores de Protección

Conducta agresiva precoz Individual Auto-control

Falta de supervisión de los padres Familia Monitoreo de los padres

Abuso de sustancias Compañeros Aptitud académica

Disponibilidad de drogas Escuela Políticas anti-drogas

Pobreza Comunidad Fuerte apego al barrio

Los factores de riesgo pueden influenciar el abuso de drogas de varias maneras. Mientras más
son los riesgos a los que está expuesto un niño, mayor es la probabilidad de que el niño abuse
de las drogas. Algunos de los factores de riesgo pueden ser más poderosos que otros durante
ciertas etapas del desarrollo, como la presión de los compañeros durante los años de la
adolescencia; al igual que algunos factores de protección, como un fuerte vínculo entre padres
e hijos, pueden tener un impacto mayor en reducir los riesgos durante los primeros años de la
niñez. Una meta importante de la prevención es cambiar el balance entre los factores de riesgo
y los de protección de manera que los factores de protección excedan a los de riesgo.

Cuáles son los factores que generan riesgo para el embarazo?

Los factores que generan riesgo para el embarazo se pueden dividir en cuatro categorías:

Problemas de salud existentes


Edad

Factores del estilo de vida

Condiciones del embarazo

Problemas de salud existentes

Presión arterial alta. Si bien la presión arterial alta puede ser riesgosa para la madre y el feto,
muchas mujeres con presión arterial alta tienen embarazos e hijos saludables. La presión
arterial alta no controlada, sin embargo, puede provocar daño en los riñones de la madre y
aumentar el riesgo de tener preeclampsia o un bebé con peso bajo.1

Síndrome del ovario poliquístico. El síndrome del ovario poliquístico (PCOS por sus siglas en
inglés) es un trastorno que puede interferir en la capacidad de una mujer de quedar
embarazada y mantener el embarazo. El PCOS puede provocar tasas más altas de aborto
natural (pérdida espontánea del feto antes de las 20 semanas de gestación), diabetes
gestacional, preeclampsia y parto prematuro.2

Diabetes. Es importante que las mujeres con diabetes controlen sus niveles de azúcar en la sangre
antes de quedar embarazadas. Los niveles altos de azúcar en la sangre pueden provocar
defectos de nacimiento durante las primeras semanas de embarazo, con frecuencia incluso
antes de que la mujer sepa que está embarazada. Controlar los niveles de azúcar en la sangre y
tomar un complejo vitamínico con 40 microgramos de ácido fólico todos los días puede
ayudar a reducir este riesgo.3

Enfermedad renal. Las mujeres con enfermedad renal con frecuencia tienen dificultad para
quedar embarazadas y cualquier embarazo corre un riesgo significativo de aborto espontáneo.
Las mujeres con enfermedades renales requieren tratamientos adicionales, cambios en la dieta
y los medicamentos, y visitas frecuentes al médico.4

Enfermedad autoinmune. Las enfermedades autoinmunes incluyen enfermedades como el lupus


y la esclerosis múltiple. Algunas enfermedades autoinmunes pueden aumentar el riesgo de una
mujer de tener problemas durante el embarazo. Por ejemplo, el lupus puede aumentar el riesgo
de parto prematuro y nacimiento de un niño muerto. Algunas mujeres podrían observar que
sus síntomas mejoran durante el embarazo, en tanto que otras sufren empujes y enfrentan
otros desafíos. Determinados medicamentos para tratar las enfermedades autoinmunes
también podrían ser dañinos para el feto.5

Enfermedad de la tiroides. No tener bajo control los problemas de tiroides (glándula pequeña en
el cuello que produce hormonas que regulan el ritmo cardíaco y la presión arterial), como una
tiroides hiperactiva o hipoactiva, puede causar problemas en el feto como insuficiencia
cardíaca, poco aumento de peso y defectos de nacimiento.6
Infertilidad. Varios estudios descubrieron que las mujeres que toman medicamentos que
aumentan las probabilidades de un embarazo son significativamente más propensas a tener
complicaciones en el embarazo que las mujeres que quedan embarazadas sin ayuda. Estas
complicaciones con frecuencia involucran a la placenta (el órgano que conecta al feto con la
madre) y sangrado vaginal.7

Obesidad. La obesidad puede tornar más difícil un embarazo, al aumentar la probabilidad de que
una mujer desarrolle diabetes durante el embarazo, lo que contribuye a los partos
difíciles.8Por otro lado, algunas mujeres pesan demasiado poco para su propia salud y la salud
del feto en desarrollo. En 2009, el Instituto de Medicina actualizó sus recomendaciones sobre
el aumento de peso durante el embarazo.9 Las nuevas recomendaciones del Colegio
Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG por sus siglas en inglés) sugieren que las
mujeres con sobrepeso y obesidad podrían aumentar incluso menos peso del que se
recomienda e incluso así tener un bebé saludable.10

VIH/SIDA. El VIH/SIDA daña las células del sistema inmunitario, lo que les dificulta combatir
las infecciones y determinados cánceres. Las mujeres pueden transmitir el virus al feto durante
el embarazo; la transmisión también puede darse durante el trabajo de parto y el parto, o a
través de la leche materna. Afortunadamente, hay tratamientos efectivos para reducir la
transmisión del VIH de la madre al feto, al recién nacido o al bebé. Las mujeres con cargas
virales muy bajas podrían tener un parto vaginal con un bajo riesgo de transmisión. Una
opción para las mujeres embarazadas con cargas virales (cantidad de VIH activo en la sangre)
más altas es un parto por cesárea, el cual reduce el riesgo de transmitir el VIH al bebé durante
el trabajo de parto y el parto. Es importante recibir cuidados prenatales tempranos y regulares.
Las mujeres que toman medicamentos para tratar el VIH y tienen un parto por cesárea pueden
reducir el riesgo de transmisión a un 2%.11

Edad

Embarazo adolescente. Las adolescentes embarazadas son más propensas a desarrollar presión
arterial alta y anemia (falta de glóbulos rojos saludables) y comenzar el trabajo de parto antes
que las mujeres de más edad. Las adolescentes también podrían estar expuestas a
enfermedades de transmisión sexual o infecciones que podrían afectar el embarazo.12 Las
adolescentes podrían ser menos propensas a recibir cuidados prenatales o a visitar a un
profesional de la salud de manera regular durante el embarazo para evaluar los riesgos,
garantizar una buena salud y entender qué medicamentos y fármacos pueden usar.13

Primer embarazo después de los 35 años. Las madres primerizas de más edad pueden tener
embarazos normales, pero las investigaciones indican que estas mujeres corren más riesgo de
tener14:

Un parto por cesárea (cuando el recién nacido nace a través de una incisión quirúrgica en el
abdomen de la madre)
Complicaciones en el parto, incluido sangrado excesivo durante el trabajo de parto

Trabajo de parto prolongado (que dura más de 20 horas)

Un trabajo de parto que no avanza

Un bebé con un trastorno genético, como el síndrome de Down

Factores del estilo de vida

Consumo de alcohol. El alcohol que se consume durante el embarazo pasa directamente al feto a
través del cordón umbilical. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades
(CDC por sus siglas en inglés) recomiendan que las mujeres eviten las bebidas alcohólicas
durante el embarazo o cuando están tratando de quedar embarazadas.15 Durante el embarazo,
las mujeres que beben son más propensas a tener un aborto natural o el nacimiento de un niño
muerto. Otros riesgos para el feto incluyen más probabilidad de tener defectos de nacimiento
y el síndrome alcohólico fetal (FASD por sus siglas en inglés). El FASD es el nombre técnico
para el grupo de trastornos fetales asociados con beber alcohol en exceso durante el embarazo.
Causa rasgos faciales anormales, baja estatura y bajo peso corporal, trastorno de
hiperactividad, discapacidades intelectuales y problemas de visión o audición.7

Consumo de cigarrillos. Fumar durante el embarazo aumenta el riesgo del feto de tener un parto
prematuro, determinados defectos de nacimiento y el síndrome de muerte súbita del lactante
(SIDS por sus sigls en inglés). El humo de segunda mano también hace que la mujer y el feto
en desarrollo corran más riesgo de tener problemas de salud.15

Condiciones del embarazo

Embarazo múltiple. Los embarazos de mellizos, trillizos o más fetos, conocidos como embarazos
múltiples, aumentan el riesgo de los bebés de nacer prematuros (antes de las 37 semanas de
gestación). Tener un bebé después de los 30 años y tomar medicamentos para la fertilidad son
factores que se han asociado con los embarazos múltiples. Tener tres o más bebés aumenta la
probabilidad de que la mujer necesite un parto por cesárea. Es más probable que los mellizos
o trillizos tengan un menor tamaño que los fetos únicos. Si los bebés de un embarazo múltiple
nacen de forma prematura, son más propensos a tener dificultades respiratorias.16

Diabetes gestacional. La diabetes gestacional, también conocida como diabetes mellitus


gestacional (GDM por sus siglas en inglés) o diabetes durante el embarazo, es la diabetes que
se desarrolla por primera vez cuando la mujer está embarazada. Muchas mujeres pueden tener
embarazos saludables si siguen el plan de dieta y tratamiento indicado por un profesional de la
salud para controlar su diabetes. La diabetes gestacional no controlada aumenta el riesgo de
tener un trabajo de parto y un parto prematuros, preeclampsia y presión arterial alta.
Preeclampsia y eclampsia. La preeclampsia es un síndrome marcado por un aumento súbito de la
presión arterial en una mujer embarazada después de las 20 semanas de embarazo. Puede
afectar los riñones, el hígado y el cerebro de la madre. Si no se trata, la enfermedad puede ser
mortal para la madre y/o el feto y causar problemas de salud a largo plazo. La eclampsia es
una forma más grave de preeclampsia, marcada por convulsiones y coma en la madre.

Objetivo. Identificar la presencia de factores de riesgo social en ancianos del Municipio Cerro.
Método. El universo para la obtención de la muestra estuvo constituido por las cuatro áreas de
salud del Municipio. En la primera etapa Se seleccionaron los consultorios médicos de las
cuatro áreas y en la segunda etapa se selecciono un muestreo estratificado de forma aleatoria
simple de las personas a encuestar quedando conformada la muestra por 513 adultos mayores
de ambos sexos. A los mismos se les aplicó una encuesta que contenía la identificación de
factores de riesgo social aspectos de tipo biomédicos, así como la evaluación de la capacidad
funcional para las actividades básicas de la vida diaria e instrumentada. Resultados.
Predomino los grupos de edades a partir de los 75 años para ambos sexos. Los factores de
riesgo social que predominaron fueron, los mayores de 80 años con un 33.3%, los que viven
solos con un 35.6% y las mujeres ancianas solteras y viudas con 25.9% El 39.35 tenía dos
factores de riesgo Las enfermedades predominantes fue la hipertensión arterial con 52%,la
cardiopatía isquemica con 31%, la diabetes mellitus con 35.4 % y la osteoartrosis con un
59% . Existiendo un grado de validismo optimo de las actividades básicas de la vida diaria e
instrumentada para ambos sexos. Conclusiones. Existe una incidencia elevada de factores de
riesgo social asociada a la presencia de enfermedades crónicas no trasmisibles por lo que se
hace necesario la capacitación sobre estos aspectos dentro y fuera de la estructura de salud con
el fin de tener en cuenta en sus estrategias y programas aspectos que ayuden a conservar la
capacidad funcional del adulto mayor y evitar las solicitudes de institucionalización.

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