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Ensayo cerebro social

Presentado por:

Derly Johanna Cuevas ID: 628073

Presentado a:
Vicente Moreno
NRC: 3899

Corporación Universitaria Minuto de Dios

Facultad de Ciencias Humanas y Sociales

Programa de psicología

2020
¿la conducta moral sirve como estrategia adaptativa?, ¿se puede creer que existe una relación
entre la empatía y el cerebro social?. Para poder responder estas preguntas debemos basarnos
en que la moral se entiende como un estándar o guía que gobierna la cooperación humana.
Según (Rest, 1983; en Krebs, 2005: 750), refieren que en las situaciones donde la
supervivencia depende de la cooperación y coordinación de la conducta entre los individuos
es necesaria para la coordinación de adecuar sus propias respuestas de acuerdo a cada
conducta presentada entorno a los sentimientos de los demás sujetos dentro del ambiente
social por lo que la moral es un pilar fundamental que de adapta a la evolución.

Para (Lloyd, 2007), los individuos actúan de una manera cohesiva dependiendo de la
situación en que se encuentren sus relaciones sociales tienen un balance mental el cual
permite un adecuado intercambio de conducta social, en otras palabras favores recíprocos
conlleva a que se faciliten las soluciones dentro de la comunidad en la que están inmersos ya
que esto dentro del grupo resulta atractivo y de confianza para así poder cooperar un
intercambio social interpretando desde el sentido de que un individuo ayude a otro sin esperar
una retribución, estas acciones resaltan que la conducta moral actúa como un mecanismo de
refuerzo a los grupos y a sus individuos a través se manifestar una confianza necesaria para
que así tengan una libre expresión de todos los procesos cooperativos como lo podrían ser la
probabilidad de recibir algún tipo de beneficio recíproco en el futuro. Últimamente los
patrones de conducta que tienen los individuos con determinada acción en grupo se puede
aumentar o no la cooperación ampliando sustancialmente la cohesión interna en los grupos.

(Gordon, 1995: 727). Refiere el hecho a nuestra mente como “espejos entre personas ya que
pueden reflejar las pasiones, los sentimientos y las opiniones de otros”; seguido esto hacemos
referencia a las neuronas espejo y la importancia que tienen frente a los comportamientos
sociales de cada individuo. Las neuronas espejo identificadas principalmente en monos, se
activaban cuando un mono ejecutaba una acción e inmediatamente también se activaban el
que estaba observando la acción realizada por el primero. (Gallese, 1998; Gallese y
Goldman, 1998).
Esta red de neuronas se activan en el lóbulo parietal inferior y hace posible la comprensión
del proceso que se está ejecutando, para (Rizzolatti y Leonardo Fogassi 2007: 187) la
activación neuronal que se produce en el área de la juntura temporo-parietal derecha ya que
tiene la atribución de estados mentales temporales y con la capacidad necesaria para emitir
juicios morales sobre intencionalidad de la conducta entre los individuos. La probabilidad
que algunas especies de primates no humanos tengan la capacidad de captar de una manera
muy fácil el estado de ánimo de sus pares y pueda así ajustar su comportamiento de acuerdo
al entorno donde se encuentren. Wechkin etal. (1964), realizó un estudio con uno monos
dond un par recibía descargas eléctricas al coger comida, el resultado fue que pasaban largas
horas sin comida para que no le generarán descargas eléctricas a su par.

(Tomasello y Call, 1997: 311) habla que según las investigaciones realizadas se sabe que
varias especies de primates logran reconocer a sus familiares y pueden predecir el
comportamiento de otros, y la manera en que intencionalmente logran manipular el
comportamiento de terceros para así sentir la empatía por los otros, la diferencia aquí entre
los monos y los simios se puede describir que únicamente los simios y los humanos logran
poseer el desarrollo cognitivo adecuado para así poder captar una perspectiva mental o tener
el conocimiento de los demás individuos sobre el contenido que posee la mente de los otros
sujetos.
También se ha comprobado que una de las diferencias que existen entre los simios y los
monos es que los monos son incapaces de brindar consuelo a sus pares seguido esto los
monos no logran entender la perspectiva mental de otros sujetos y por este motivo, son
incapaces de desarrollar una empatía cognitiva que suele ser necesaria para pensar y sentir
desde la perspectiva de los otros. A diferencia de la simpatía donde un individuo a
congraciado con los sentimientos de otros busca aliviar su propio malestar, serían muy
individualistas.

(Eckel y Wilson, 2003: 248), nos hablan sobre la teoría de la mente que puede estar
conformada por tres capacidades diferentes las cuales son:
● la capacidad de poder continuar la dirección de mirada de otros.
● Poder detectar la atención compartida entre sujetos.
● Poder detectar la intencionalidad en el comportamiento de los demás individuos.
La intencionalidad que tienen otros individuos como los deseos, las creencias, los planes y
todo lo relacionado con el entendimiento a cerca de todo lo que le sucede al experimentador,
la intencionalidad también puede entenderse como una propiedad distintiva de la existencia
de los estados mentales.

La teoría de la mente según (Ostrom y Walker, 2003), es importante ya que presenta estudios
con evidencia en personas con autismo, las personas que presentan este síndrome carecen de
la capacidad para poder interpretar las expresiones faciales y las emociones que cada
individuo presenta, lo que se vuelve un inconveniente para poder desempeñarse de una
manera adecuada en un ámbito donde las relaciones sociales se vuelven cada vez más
fundamentales para el desarrollo básico de la confianza dentro de los individuos donde la
cooperación entre sujetos que conviven es esencial para que conlleven una adecuada
cooperación en sus relaciones sociales.

La hipótesis del cerebro social habla del pensamiento estratégico que los subgrupos pueden
llegar a crear para una manipulación social, lo cual conlleva a poder supervisar el
comportamiento de los “líderes” más fuertes y de los demás individuos dentro del entorno
social, las especies primates con un mayor tamaño en la neocorteza cerebral evidencia
mayores tamaños de grupos, lo cual es una hipótesis que el aumento que se observa en la
neocorteza cerebral humana es el producto de un incremento en la complejidad del medio
ambiente social durante toda la historia evolutiva de los primates (Aiello y Dunbar, 1993:
184).
Según esto las primeras propuestas que se dieron de la complejidad que tenían las relaciones
sociales era o que se distingue de la especie de primate a otras especies que era la inteligencia
maquiavélica, esta se encontraba sustentada en dos patrones de conducta que eran muy
notable en los primates y se diferenciaba de la capacidad que tenían ciertos individuos para
comportarse manipulando así otros sujetos para obtener provecho de las situaciones y la
segunda era la formación de coaliciones o alianzas entre individuos que presentaban
objetivos comunes. Hans Kummer (1982: 118).

Los procesos cognitivos que asociamos con la conciencia y raciocinio se obtuvieron por la
evolución que se tuvo en los primate, así en los humanos se sugiere que el incremento de las
capacidades cognoscitivas que se tienen para entender y pronosticar la conducta de los demás
sujetos de acuerdo al ambiente social en el que se encuentran inmersos. Por otro lado, la
simpatía y la empatía representan los procesos básicos los cuales dieron lugar a la moralidad
que esto hace sentir y saber respectivamente lo que el otro individuo está sintiendo. sin
embargo estas capacidades que se tiene para reaccionar o poder conocer las emociones no
suponen la presencia de patrones que rigen la conducta presente y al futura.

La evidencia que se tiene de que los animales no humanos no presentan la capacidad de


procesamiento necesario para desarrollar o reconocer los procesos morales o la posibilidad de
la expansión de la neocorteza cerebral que propicia el lenguaje se logra diferenciar de los
animales humanos ya que el intercambio de información que se obtiene del área social donde
se encuentran permite comprender las normas explícitas que se pueden sancionar por las
autoridades públicamente reconocidas y que estas se acuerdan con la mayor parte de la
sociedad en la cual conviven.

Para concluir podemos decir que la hipótesis de cerebro social puede ofrecer un campo de
cambios constantes en los cuales se presentó los mecanismos evolutivos que llevaron a la
conexión de la empatía, la moralidad, y la conducta social que se fue adaptando a estos
cambios de la conducta, el comportamiento, y la percepción que se tiene frente al entorno
social en el cual estamos inmersos y que cada vez requiere más atención.

BIBLIOGRAFÍA.

Gallese, Vittorio y Alvin Goldman (1998), “Mirror neurons and the simulation theory of
mind-reading”, Trends in Cognitive Science, vol. 2, núm. 12, diciembre, pp. 493-501.

Gordon G. Jr. (1968), “Mirror-image stimulation”, Psychological Bulletin, vol. 70, núm. 6,
diciembre, pp. 782-793. Gordon, Robert M. (1995), “Sympathy, simulation and the impartial
spectator”, Ethics,vol. 105, núm. 4, julio, pp. 727-742. G

Lloyd, Elisabeth, A. (2007), “Units and levels of selection”, en David L. Hull y Michael Ruse
(eds.), The Cambridge Companion to the Philosophy of Biology, Cambridge, Reino Unido,
Cambridge University Press, pp. 44-65.
Ostrom, Elinor y James Walker (2003), Trust and Reciprocity. Interdisciplinary Lessons for
Experimental Research, vol. 6, Nueva York, Estados Unidos, Russell Sage Foundation.

Rest, John Flavell (1983), “Morality”, en John H. Flavell y Ellen M. Markman (eds.),
Handbook of Child Psychology, vol. 3: Cognitive Development, Nueva York, Estados
Unidos, Wiley, pp. 556-629.

Rizzolatti, Giacomo y Leonardo Fogassi (2007), “Mirror neurons and social cognition”, en
Robin Ian McDonald Dunbar y Louise Barrett (eds.), The Oxford Handbook of Evolutionary
Psychology, Oxford, Reino Unido, Oxford University Press, pp. 179-195.

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