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NOTAS PARA UNA TEORÍA CRÍTICA DEL NACIONALISMO

1-. La situación de los pueblos del mundo en general ha sido descrita perfectamente por Mao Tse-
Tung. Esta afirmación es la que ha costado la escisión interna, y su contradicción, al nacionalismo
como problema. Entiéndase por ello el hecho que, como veremos más tarde, la nación misma,
como idea viviente, se expresa como una unidad mítica, y anexa a ella de modo orgánico,
claramente inscrito, cualquier registro o material(idad). El problema que el nacionalismo ha
suscitado al pensamiento teórico-político moderno es quizá, el problema del siglo XX. Y lo es
porque, como todos los objetos de la teoría política, corresponde a la categoría concreta bajo la
cual todas las experiencias revolucionarias del siglo, -y decimos con experiencia revolucionaria
formas de poder objetivo: Estados-, han sido nacionales o patrióticas.

2-. En la medida en que, tras la 2da Guerra Mundial, se hizo plenamente concreta la profecía de
Spengler, cuando temía que la “revolución de los pueblos de color”, una vez hechos con los
medios de producción, vale decir, con la técnica, esencia del alma fáustica del Norte, decidiera el
destino de la civilización. Pues esto mismo es lo que reconoce dialécticamente Mao Tse-tung,
cuando señala que la situación de los pueblos del mundo en general, es decir, el Tercer Mundo de
los Pueblos de Color, en adelante pueblos de color, es la de aquellos que, habiendo sido
colonizados o neocolonizados por la técnica moderna, han pasado por el Estado. (Maquina
Maquinorum; Carl Schmitt señala en su estudio sobre el Leviathan de Hobbes que el estado
moderno –máquina, bestia, hombre- es la primera gran obra técnica de la modernidad, la
“Máquina entre las máquinas”. Cf. Jacob Burckhardt, Historia del Renacimiento, cap. 1, “El Estado
como obra de arte”; Friedrich Nietzsche, El Estado griego, “la máquina de hacer genio”.) Este paso
de los pueblos de color por el Estado es él mismo en devenir la apropiación de la técnica moderna,
de los puq que no podría ser sino proletaria.

Y que no podrían emanciparse de él sino derribándolo mediante la apropiación de su dimensión


simbólica de res publica.

3-. El modo de derribar el Estado es un proceso, no se corresponde con un acontecimiento. El


Estado debe ser derribado mediante la apropiación de su dimensión simbólica de res pública, es
decir mediante el proceso mismo en que se despliega como uno ‘nuevo’. No podría haber un modo
de emancipación de las masas populares sino por la conciencia político-estatal de su sujeción a
una maquinaria Estatal-capitalista multinacional (OTAN, UE, RUSIA, etc.) claramente asignable,
cuyo modo de opresión llamamos “imperialismo”. El imperialismo se desnuda como un fenómeno
político aquí igualmente concreto (territorial, de iure), bajo cuyo régimen de época todos los
pueblos de color son proletarizados en general.

4. Los “pueblos de color” corresponden a las mismas masas populares que definiera Mao Tse
Tung, que podemos llamar también Grandes Masas Populares de los Pueblos del Tercer Mundo
[GMPPTM]. A nivel mundial, es decir planetario, es decir terrestre, estas masas populares son
mayoritariamente campesinas. Y a ellas corresponde la opresión imperialista del imperialismo. Las
grandes masas populares serán en adelante reconocidas por la interiorización o desalienación de
su sobredeterminación proletaria, o dicho de otra forma por la toma de posición política (síntesis
subjetiva) que llegan a adquirir en y respecto de la estructura de clases explotador/explotado del
régimen de producción mundial.

5-. La posición política que han tomado las masas populares del tercer mundo de color en general
respecto a la comprensión de su propia determinación topológica al interior del régimen histórico
imperialista, ha sido, dadas las condiciones revolucionarias, a favor del proletariado, es decir la de
los “explotados en general”. Las masas populares comprendieron que el reparto geopolítico de esa
explotación general hace de ellas las mayorías explotadas es decir el proletariado, al mismo
tiempo que son mayorías en tanto mayorías campesinas. La toma de posición política respecto a
esta situación, dadas las determinaciones propias del “imperialismo”, ha sido la de la Guerra
Popular, o Guerra Patriótica Nacional, o la Guerra de Liberación Nacional, u otros nombres ya
polémicos.

6) en la actual fase del capitalismo mundial este se manifiesta como imperialismo y colonialismo
para los países de América Latina, Asia y África; pueblos que por sus inmensas riquezas en recursos
naturales han sido (neo)colonizados para efectuar allí el saqueo más brutal y criminal, en todo
orden de cosas. Así, el primer paso de los pueblos del Tercer Mundo es la lucha por la
independencia nacional frente al yugo de la dependencia colonial. Esta es la primera tarea de los
revolucionarios internacionalistas, antes de otras conquistas fundamentales del socialismo.

7) Que dicha dependencia colonial es el resultado de una guerra irregular, de intensidades y


esferas diversas y multi-temporales, que, del mismo modo, sólo puede ser enfrentada mediante
una guerra prolongada, cuyas fases varían tanto en sus determinaciones materiales como en sus
objetivos, pasando primero por la guerra de movimientos y luego por la guerra de posiciones,
mientras simultáneamente se lleva a cabo la batalla cultural. La cuestión clave es que todas las
fases de la organización del poder popular (concentraciones, mítines, huelgas, asambleas,
propaganda, guerrilla, etc) han de ser consideradas todas fases de una guerra igualmente
irregular, prolongada y patriótica cuyo objetivo es la liberación nacional.

8-. Esta es la tesis –Vietnam de por medio– que comprendió el Che Guevara, ampliándola y
adaptándola a la realidad de nuestra región: los pueblos del Continente, tras las guerras de
independencia contra España, se enfrentan al destino manifiesto de los EE.UU. en la región, la
Doctrina Monroe, cuya hegemonía e imposición no ha cesado hasta hoy (Operación Cóndor),
intentando transformar nuestra América en una gran zona de sacrificio medioambiental y social.
Ante este temprano desvelamiento del destino manifiesto del imperialismo yanki responde Simón
Bolívar con la Anfictionía de los Pueblos del Sur y la Gran Colombia. El bolivarianismo, o lo mismo,
la Federación Continental de los Pueblos Indoibéricos, pasa a ser la “idea” para combatir (y no
olvidar) el intento neocolonial perenne de los yanquis. Es lo que el Che Guevara y Perón llaman
Segunda Guerra de Independencia contra el yugo imperialista sobre el área continental.
9-. Han cambiado muchas circunstancias (posmodernidad, semiocapitalismo, tecnosubjetividad,
etc.) pero la cuestión central sigue siendo la misma: que nuestros pueblos no han consumado su
Segunda Independencia, o mejor dicho, que ese proceso fue interrumpido por el golpismo de la
Escuela de las Américas, ahogando el proceso revolucionario de independencia nacional. Por lo
que al día de hoy seguimos bajo la dependencia colonial. Esa es nuestra sobredeterminación
estructural. Sigue siendo urgente, por tanto, la acumulación de fuerzas patrióticas y populares
para llevar a su fin victorioso la guerra prolongada anticolonial. El bolivarianismo es esta causa
patriótico-continental de liberación anti-imperialista, en general; y eso los populismos
latinoamericanos. El 68’ latinoamericano es el guevarismo. El trazo es claro, el camino de la
juventud es disputar y conquistar el Estado, dar el salto hacia el desarrollismo y luego articular la
Federación Bolivariana y el Ejército Popular Continental. La Guerra Patriótica Nacional es hoy la
articulación de lo que llamaremos en adelante la Máquina Populista; sobre la que, día a día,
precisamos, reparamos y meditamos en su efectivo montaje. No nos extenderemos en ello. Sólo
decir que ella incluye la disputa total de los espacios institucionales del Estado, centrada
estratégicamente en la democratización de las FFAA, el debilitamiento clientelar del Parlamento,
el fortalecimiento de las Autonomías Comunales y la participación directa de las masas populares
mediante los sindicatos y organizaciones territoriales.

GPN /Rebelión Popular de Masas/Máquina Populista

Venceremos

3-. El concepto de nación y de patria existe desde antes pero se torna decisivo tras la 2da GM,
porque al activarse al campesinado, en adelante las grandes masas populares, como sujeto
político, revolucionario, éste disputa el concepto de patria/nación, y de ese modo el concepto de
nación genera un antagonismo evidente, entre aquellos que recurren a él para legitimar el status
quo de la dictadura imperialista, es decir la oligarquía nacional, y aquellos que mediante la causa
patriótica, elevan la insurrección, y la rebelión popular de masas, declarando la Guerra Popular de
independencia patriótico-nacional.

El estatus quo es la dictadura imperialista pero hoy sofgistiscada ty por eso exige otro modo de
guerra popular

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