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Actividad 2.4.

1 Implicaciones educativas

Desempeño de la actividad 

Exposición sobre las implicaciones educativas del autor designado

Especificaciones:

1. Nombre del autor: María Montessori


2. Principal aporte a la educación:

° La relevancia de educar la inteligencia lo más tempranamente posible.

° La necesidad de propiciar el aprendizaje del niño con estímulos y la liberta


necesaria para su desarrollo.

° La importancia de contar con un ambiente agradable y un mobiliario


adecuado, con la finalidad de estimular la libertad física de los niños.

° planteaba que había que cambiar el papel de maestro dominante por el de un


docente cuya función fundamental fuera la de un observador capaz de ayudar
e interactuar con los niños cuando estos no pudieran valerse por sí mismos.

° La importancia de un papel activo y dinámico del alumno en el proceso de


aprendizaje.

° La prioridad de las clases individuales por sobre las lecciones colectivas, en


relación con las enseñanzas debía respetar la individualidad de cada niño y
que, por lo tanto, debía adecuarse a su ritmo de aprendizaje particular.

° No separar a los niños de distintas edades (tres, cuatro y cinco años) por
grupos etarios. El aprendizaje de los niños mayores se reforzaba sin ayudaban
a niños menor, de la misma manera que los más pequeños se beneficiaban al
ser estimulados por estar en contacto con otros más grandes.

Este método nos aporta para la catequesis actitudes y acciones que son
necesarias el tener presente en la práctica catequística. Porque como vemos hoy
en día en muchos de los casos los interlocutores van y ven a la catequesis como
una obligación y no como una oportunidad de crecimiento en su fe y nosotros
como formadores mayormente afirmamos esa concepción con nuestra manera de
catequizar impositora.

En cambio, este método nos enseña que la catequesis puede ser una formación
no obligatoria que parte de las necesidades personales de cada interlocutor, es
flexible, divertido, es un ambiente comunitario, fraterno, dejando que los niños
sean espontáneos y tengan iniciativa de un encuentro con Dios. El formador debe
de caer en la cuenta de que él no es un transmisor y quien lo escucha o recibe es
un receptor; el formador en este caso el catequista es un promotor un medio entre
Dios y el interlocutor.

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