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Crónicas Patrias - Dr. Julio Pinto Agüero PDF
Crónicas Patrias - Dr. Julio Pinto Agüero PDF
--_-S PATETAS
ÁLBUM DE JUSTICIA
FIGUEROA
SANTIAGO
IVTPEENTA DE «LA U? PÚBLICA»
16 —
MONEDA —
16
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EL DESASTRE
—
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griento i vergonzoso.
El antiguo réjimcn constitucional que
venia graduando el desarrollo constante
del país desde hacia un cuarto de siglo,
en medio de los beneficios de la paz i del
trabajo, fué perturbado, con la violencia
de las pasiones i la fuerza brutal de las
armas, de un modo trascendental para el
porvenir de nuestra democracia.
Introduciendo el desorden en la direc
ción de Iob negocios públicos, por el alza
miento de uno de los poderes íeguladores
delEstado, la revolución trastornó por
que el abatimiento
de su mas poderoso
elemento de defensa en los mares.
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11
tro, i a una
legua de Chillan, hacia el
poniente, en el llano de Maipon, se trabó
la batalla las dos de la tarde i duró has
a
dención.
III
Ha desempañado el majisterio de la
enseñanza i el de la judicatura como juez
de letras i ministro de los tribunales su
periores.
Es, tal vez, el señor don Horacio Pinto
Agüero, el que mas se asemeja a bu padre
en su modo de ser íntimo i como hombre
de sociedad i de iniciativa pública (1).
IV
EL DOCTOR
PAJINAS DE SU HISTORIA .
■6'
La
juventud liberal erijirá un dia
justiciero monumento de piadosa espia-
cion por la patria, a la memoria del no
ble adalid del deber que sucumbió cum
el corazón pueblo.< el
Así el cirujano Julio Pinto Agüero fué
.
destrozado, con ferocidad .implacable, cn
una hora de sangriento vcrtigQ, por la
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•
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22 —
II
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24 —
cional cn la victoria de la
revolución, i
patriota valiente i jeneroso en su juvenil
eucrjfa i entusiasmo, abrazó con noble
abnegación lu causa de la libertad, que es
la causa de la luimanMiid.
Comocirujano-, se puso al servicio del
ejército del
orden, cn cum^limicnt» de
su
apostolado jtatriótíco, científico i hu
mano.
'
III
1
cirujano don Julio Pinto
El Agüero,
era de carácter suave, benévolo i jeneroso,
pero altivo e intrépido.
No cabía en su pecho hidalgo ni la des
lealtad ni el miedo, qne son las decaden
cias de los temperamentos atrofiados por
las influencias mal sanas de los círculos
que frecuentan.
Observador profundo de la naturaleza
humana, había adquirido un conocimien
to amplio i luminoso de los hombres,
De pensamiento reposado i reflexivo,
era un juicioso guia para la iiiesperien-
cia.
Como joven educado cn la filosofía de
la vida social, no pudo ser un arrebatado
ni un audaz en la efervescencia de la lu
cha política que lo sacrifica.
1
Solo bu infortunio lo condujo a manos
'
IV
sosde medicina.
El 10 de Diciembre de
1877, fué nom
brado oíicial .auxiliar del Ministerio de
Marina, i a la vez que asistía a. sus cursas
universitarios, desempeñaba su empleo a
satisfacción de sus superiores.
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27 —
VI
VII
ejercer su profesión.
Quillota bien pronto se conquistó
En
las simpatías de todos, i obtuvo una gran
clientela tanto en Quillota como en Li
madle.
En 1885 fué nombrado médico de ciu
dad i de hospital, puesto qne desempeñó
basta el año de 1890, época en que se fué
a
Valparaiso a ejercer su profesión.
En la gran Convención Liberal cele
brada Valpareiso
en el 17 de Enero de
188G, que proc'amó a don José Manuel
Balmaceda candidato a la presidencia de
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30 —
sante señorita.
VIII
I.
año.
La crónica de los sucesos de ese perío
do señalará al doctor don Julio Pinto
Agüero, por su
suplicio i el carácter espe
cial que revestía, como un mártir de la
ciencia sacrificado por esa misma revolu
ción, herido de muerte en eY cumplí mien
to del deber humanitario i
patriótico de
sacerdote del consuelo i del ausilio médi
co, de apóstol abnegado i jeneroso de la
cirujía en los campos de batalla.
CRON. patr. 3
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84 —
ciones.
Los caudillos militares de la revolución
del Congreso, no solo abolieron esas fór
muías humanas i jurídicas, sino que lle
varon su indíjena salvajismo hasta orde
nar a sus hordas que ultimaran a todos
los jefes de alguna distinción del ejército
fiel a la lei, donde quiera que los encon
traran.
Fué así como se perpetró la atroz
muerte del coronel don Eulojio Robles en
la ambulancia después de la batalla de
Pozo Almonte.
II
III
IV
todo elojío, i en
pocos dias organizó todo
el servicio sanitario de Valparaíso, que
tanespléndidamente sirvió a los heridos
de los dos ejércitos después del 28 de
Agosto de 1891, o sea después de la ba
talla de la Placilla.
Se rodeó de un cuerpo médico escojido,
figurando en él varios prcstijiosos ciruja
nos
estranjeros,
El dia antes de la batalla de Concón,
se
dirijió a Viña del Mar, a petición del
jeneral Alcérreca, para instalar una am
paña.
Asesinaron a hachazos al administra
dor de la ambulancia, Pedro José Pala
cios, a varios mozos, i por fin asesinaron
al doctor Julio Pinto Agüero, que se re
tiraba al observar que los vencedores no
respetaban nada, como sucedió en Pozo
V.
constitucionalidad de la administración
sino contra los servi
agredida i atacada,
las institucio
dores leales de la lei i de
nes civilizadoras del Estado.
Eeconocida la enormidad del crimen
la persona de tan distin
perpetrado en
VI
bre mi
pueblo desorganizado, teniendo
por pedestal instituciones en disolución.
La instabilidad que ha sucedido a la
implantación del réjimen militar, después
de su éxito bochornoso por la traición, ea
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la de falta de honradez
mejor prueba su
renovación.
Losprincipios primordiales del desen
volvimiento múltiple constituyen por sí
Bolos elementos poderosos, fuerzas inven
cibles de restauración independiente i li
beral.
El progreso se funda en la libertad.
En los difíciles períodos de la historia,
la fuerza no ha podido sobreponerse por
largo tiempo sobre el derecho, i mucho
menos detener en su curso el desarrollo de
la civilización popular.
La democracia tendrá que ser la forma
definitiva de nuestro modo de ser nacio
nal como
pueblo i como Estado.
La revolución, que ha escalado el poder
por las armas, por el fanatismo clerical i
el influjo del dinero de los oligarcas, no
se mediten i s jú
.Entretanto, que
inand.tos de esta re
bilos atentados
medio de la im
volución feroz, qne por al
i del crimen, ba infamado
postura
¡Mo la cultura nacional i el respeto que
la conciencia ha-
debe la civilización
a
mana.
FIN
FE DE EEEATAS
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