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La lógica dramática con la que se conforma “Antígona furiosa” de Griselda

Gambaro con relación a la tragedia de Sófocles “Antígona” se basa en que ambas obras
dialogan a través de la crítica hacía al poder autoritario planteando una discusión sobre la
validez de las leyes y la justicia propias de cada contexto histórico en que fueron escritas.

En primer lugar, la obra de Griselda se aleja de la obra de Sófocles en el sentido de


que fue representada tras una dictadura militar y, en función de esto, actúa como una critica
a los procedimientos autoritarios. En este sentido, la obra comienza reconstruyendo el
testimonio y la muerte de Antígona -debido a su cuestionamiento de las leyes al no
permitirle sepultar a su hermano- aludiendo al recuerdo de esta para fortalecer la memoria
de Polinices. Acaso, hace Griselda una denuncia al olvido colectivo que se produce por la
represión. En relación con el contexto histórico, Antígona sería una imagen de las madres
que se juntan en la Plaza de Mayo en Argentina en busca de sus familiares desaparecidos y,
por ende, muertos sin tener sepulcro, así Antígona exclama; “¡Cadáveres! ¡Cadáveres!
¡Piso muertos! ¡Me rodean los muertos! Me acarician… me abrazan… me piden… ¿Qué?”
(Gambaro 200) de esta forma, como principal diferencia en la lógica gramática en Antígona
furiosa, antepone la fuerza de Creonte, la autoridad como dictador versus el pueblo:
“Corifeo: ¡La ley de Creonte lo prohíbe! / Antígona: No fue dios quien dictó ni la justicia.
¡Los vivos son la gran sepultura de los muertos! ¡Esto no lo sabe Creonte! ¡Ni su ley!”
(Gambaro 202). En cambio, en la tragedia de Sófocles se presencia la lucha de la fuerza
humana versus la divina.

Por otra parte, los personajes de Corifeo y Antinoo, actúan como antagonistas,
burlándose de Antígona, pero mientras progresa la obra podemos ver rasgos de duda sobre
la veracidad de la justicia, entendiendo a estos dos personajes como parte de un pueblo
confundido y subordinado a Creonte. En el caso de Corifeo en la obra de Sófocles actúa
como un intermediario, y es la voz del autor. En cambio, Antinoo es un nuevo personaje
que no tiene imitación desde Antígona. Una distinción importante es que en Antígona
furiosa se juega con los personajes donde estos van tomando voces y siendo otros, así,
Antígona es Hemon o Corifeo es Creonte.

Finalmente, el discurso de la obra es de denuncia, y se reescribe con el afán de


lograr revivir el pasado que se abole por las autoridades, encontrar en la memoria rasgos del
ayer. En esta línea, Antígona furiosa habla en memoria del sufrimiento del pueblo en la
dictadura, y Antígona de Sófocles del pueblo que vivió en la Tiranía.

En el cuento de Gabriel García

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