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No debe confundirse con la Conspiración judeo-masónico-comunista-
internacional.
El lema "Novus Ordo Seclorum" ("Nuevo Orden de los Siglos") aparece también el reverso del Gran
Sello de los Estados Unidos, e igualmente se encuentra en el reverso de los billetes
de dólar estadounidenses.
Índice
1Historia
2Especulaciones acerca de los dirigentes de la conspiración
3Planes putativos de los conspiradores
4Signos y pruebas de la conspiración
5Críticas
6Véase también
7Referencias
8Bibliografía
Historia[editar]
Los illuminati -una sociedad secreta fundada en 1776 con el fin de promover ideas
de la Ilustración- estuvieron aparentemente involucrados en una conspiración que
buscaba reemplazar las monarquías absolutas y la preponderancia de la Iglesia
por el «gobierno de la razón»,1 que era el objetivo general de la ideología liberal,
revolucionaria e igualitaria dominante entre la intelectualidad de la época. Después
de que el complot se descubrió, el grupo fue prohibido por el
gobierno bávaro (1784) y aparentemente se disolvió en 1785.2
Sin embargo, los documentos relacionados con la conspiración se publicaron, y se
alertó así a la nobleza y al clero de Europa, lo que le dio a la conspiración una
gran publicidad y llevó a algunos pensadores a sugerir que todavía existía y que
su objetivo era derrocar a los gobiernos europeos. Por ejemplo, Edmund
Burke (1790) le da alguna credibilidad,3 aunque sin mencionar específicamente
cuál sería el grupo responsable,4 y Seth Payson afirma ─en 1802─ que los
illuminati todavía existen.5
Por consiguiente, algunos autores ─por ejemplo Augustin Barruel y John
Robison─ llegaron incluso a sugerir que los Illuminati estaban detrás de
la Revolución Francesa, sugerencia que Jean-Joseph Mounier rechaza en su libro
de 1801 On the Influence Attributed to Philosophers, Free-Masons, and to the
Illuminati on the Revolution of France, «Sobre la influencia atribuida a filósofos,
francmasones e Illuminati respecto a la Revolución Francesa», aún no traducido al
español.6
Posteriormente, en 1903 el servicio secreto ruso de la época publicó el famoso
panfleto Los protocolos de los sabios de Sion como una obra
de propaganda antirrevolucionaria que incorporó casi textualmente argumentos
encontrados en el Diálogo en el infierno entre Maquiavelo y Montesquieu, un
ataque ─en 1864─ del legitimista militante Maurice Joly contra Napoleón III.7
La tesis central de Los Protocolos es que, si se remueven las capas sucesivas que
cubren u ocultan las causas de los diversos problemas que afectan el mundo, se
encuentra un grupo central que los promueve y organiza con el fin, primero, de
destruir los gobiernos y órdenes sociales establecidos, y con el fin último de lograr
el dominio. Ese contubernio central es un grupo de judíos, que ─según se afirma─
controla tanto los sectores financieros como diferentes fuerzas sociales que, a su
vez, son los que ─desde este punto de vista─ provocan desorden y conflicto
social: los masones, los comunistas y los anarquistas, entre otros.8
Nora Levin indica que los Protocolos gozaron de gran popularidad y grandes
ventas en los años veinte y treinta. Se tradujeron a todos los idiomas de Europa y
se vendían ampliamente en los países árabes, en los Estados Unidos e Inglaterra.
Pero fue en Alemania, después de la Primera Guerra Mundial, donde tuvieron su
mayor éxito. Allí se utilizaron para explicar todos los desastres que ocurrieron en el
país: el armisticio en la guerra, el hambre, la inflación, etc. 9
A partir de agosto de 1921, Hitler comenzó a incorporarlos en sus discursos, y se
convirtieron en lectura obligatoria en las aulas alemanas después de que
los nacionalsocialistas llegaron al poder. En el apogeo de la Segunda Guerra
Mundial, Joseph Goebbels (ministro de propaganda nazi) proclamó: «Los
protocolos de los sionistas son tan actuales hoy como lo fueron el día en que
fueron publicados por primera vez». 10 En palabras de Norman Cohn, esto sirvió a
los nazis como «autorización del genocidio».
Posteriormente, en los Estados Unidos, durante el periodo del Peligro Rojo,
teóricos estadounidenses de la conspiración ─tanto fundamentalistas
cristianos como seculares anti-gobierno central─ fueron abrazando y promoviendo
cada vez más una percepción de la masonería, del liberalismo y de la
«conspiración judeo-marxista» como la fuerza directriz de la ideología del
«ateísmo estatal», «colectivismo burocrático» y «comunismo internacional». 8 (en
EE.UU. esos términos generalmente se emplean por esos sectores para referirse
a, respectivamente, la Separación Iglesia-Estado; acción gubernamental en
asuntos de seguridad social y organismos internacionales, tales como
las Naciones Unidas)
"Ojo que todo lo ve" en los billetes de dólar
Así, por ejemplo, empezando en los 1960, grupos como la John Birch Society y
el Liberty Lobby dedicaron muchos de sus ataques a las Naciones Unidas como
vehículo para crear «Un Gobierno Mundial», promoviendo una posición de
desconfianza y aislacionismo en relación a ese organismo. Adicionalmente, Mary
M. Davison, en su The Profound Revolution de 1966 trazó el origen de la supuesta
conspiración del Nuevo Orden Mundial a la creación del Sistema de Reserva
Federal en E.E.U.U por un «grupo de banqueros internacionales» que
posteriormente habrían creado el Consejo de Relaciones Exteriores (CFR) en ese
país como «gobierno en las sombras». Cabe considerar que en aquellas fechas la
frase «grupo de banqueros internacionales» se entendía como referencia a
personas tales como David Rockefeller o a la familia Rothschild.
Posteriormente, y a partir de la década de 1970, Gary Allen11 sostiene que el
término Nuevo Orden Mundial es utilizado por una élite internacional secreta
dedicada a la destrucción de todos los gobiernos independientes. Con ese autor el
mayor peligro deja de ser la conspiración cripto-comunista y se transforma en la
élite globalista que algunos identifican con el atlantismo del Grupo Bilderberg.
Muchos de los mismos personajes ─como Rockefeller─ todavía ocupan un papel
central pero no ya como cripto-comunista sino como parte de un
grupo plutocrático y elitista,12 grupo que controlaría tanto los gobiernos y sus
instituciones ─especialmente las policías secretas─ como organismos
internacionales.
Un papel importante en la generalización de esa percepción fue desempeñado por
la trilogía satírica «The Illuminatus», de Robert Anton Wilson13 que, a pesar de ser
una parodia de la paranoia de sectores norteamericanos acerca de las
conspiraciones secretas y de que el propio autor ha dicho en más de una ocasión
que no pretende que sea tomada en serio, 14 llegó a tener influencia,
probablemente debido a que Wilson busca crear en el lector una fuerte duda
acerca de lo que es real y lo que no lo es, elaborando curiosas teorías a partir de
una mezcla de hechos históricos con hechos fantásticos, citando autores
imaginarios, pero creíbles, con autores reales ya tanto obscuros como conocidos,
pero a veces sutilmente fuera de contexto. Por ejemplo, citas de Isaac
Newton acerca de la alquimia y la orden de la Rosacruz que necesitan cuidadosa
examinacion para determinar si son correctas y relevantes.
Esta “popularidad” de la teoría se acrecentó cuando -en 1990, poco después de la
caída del Telón de Acero ─el entonces presidente de los Estados Unidos, George
H. W. Bush, hizo varias referencias al Nuevo Orden Mundial. A pesar de que esas
referencias fueron percibidas a nivel internacional como para establecer ─en
el contexto político de la fecha─ los objetivos de la diplomacia de ese país, la
llamada propuesta de la Pax Americana, muchos las entendieron como una
validación de la teoría de la conspiración del NOM. [cita requerida]
Los defensores de la teoría creen encontrar sus signos dispersos por toda clase
de lugares y marcas, por ejemplo, en logos de la industria musical, de
corporaciones y organizaciones mundiales; en los murales en el Aeropuerto
Internacional de Denver; pentagramas en los planos de la ciudad de Washington
D.C. y los signos de la Francmasonería en sus edificios;51 el símbolo de los
primeros Illuminati en el Sello de Estados Unidos con las palabras Novus Ordo
Seclorum, impreso en los billetes de un dólar desde 1935 por el secretario del
Tesoro de Estados Unidos,52 y en el logotipo del Information Awareness Office que
fue creado por el Defense Advanced Research Projects Agency, que también lo
tiene.
Críticas[editar]
Según Jensen y Hsieh la teoría del NOM se caracteriza por poseer una visión
casi apocalíptica del mundo, que conceptualiza los problemas y tentativa de
solución en términos de un mal ─todo aquello con lo que no están de acuerdo─ y
bien ─todo lo que aceptan─ absolutos, fuerzas que van ineludiblemente a una
confrontación final en la que a menudo, pero no siempre, las acciones de los
creyentes tendrán un papel decisivo. 53
Según Barkun los proponentes de la visión cometen dos errores: la «falacia
furtiva» y la «fusión paranoica», que consiste en la absorción de temores de
cualquier fuente.5455 Ambos errores se combinan en la visión de un mundo en el
cual todos los problemas son producto de conspiraciones en lugar de fuerzas
sociales, políticas y económicas que debaten y se confrontan abiertamente y que
en ocasiones llegan a acuerdos (véase conflicto social).
William Domhoff, profesor de psicología y sociología, escribe en «There Are No
Conspiracies» que:56
Hay varios aspectos de la visión general de las conspiraciones que no coinciden con lo que sabemos de
las estructuras de poder. Primero: asume que un grupo reducido de individuos altamente educados y
ricos desarrollan, de alguna manera, un deseo psicológico por el poder que los llevaría a hacer cosas
que no corresponden con el papel que parecen tener. Por ejemplo, que capitalistas muy ricos ya no
estarían interesados en hacer ganancias, sino dedicados a crear un gobierno mundial. O que los
gobernantes elegidos estarían tratando de suspender la Constitución a fin de asumir poderes
dictatoriales. Ese tipo de afirmaciones se han venido haciendo desde hace muchas décadas y, según se
asegura siempre, “esta vez sí se están implementado”, pero nunca llegan a serlo. Dado que esas
afirmaciones han resultado ser erróneas docenas de veces, tiene más sentido asumir que los líderes
actúan por los motivos comunes, tales como hacer ganancias u objetivos institucionalizados para los
políticos. Por supuesto que ellos desean tener ganancias tan grandes como sea posible y ser elegidos
por mayorías muy grandes, y eso los puede llevar a hacer cosas que son desagradables, pero nada que
tenga que ver con crear un gobierno mundial único o suspender la Constitución. 56
Temores similares han sido expresados por investigadores asociados con el FBI.58
Esos autores sugieren gran cuidado al momento de aplicar las leyes en relación a
esos grupos, en la medida que los miembros de los mismos podrían percibir como
altamente opresivas o agresivas acciones por parte de los representantes de la ley
que otros ciudadanos consideran normales. Por ejemplo, la solicitud de permisos,
incluso el preguntar el porqué un vehículo carece de matrícula o patente, ha
llevado al asesinato de policías por parte de quienes se consideran
«independientes» del gobierno. Esos autores notan que algunos han sugerido que
las acciones de las fuerzas de la ley empeoraron la situación en situaciones tales
como las de Ruby Ridge (1992) y Waco (1993), etc. En consecuencia el FBI
emplea en la actualidad una aproximación de «reducción de tensión» en ese tipo
de situaciones (op. cit.).
Esas observaciones han llevado a algunos a manifestar preocupación porque
estas teorías podrían llevar a individuos o grupos a practicar una «resistencia» que
podría extenderse desde el hacktivismo patriótico al asesinato selectivo y
el magnicidio, cualquier cosa desde el terrorismo por actos personales ─como
posiblemente sean los ataques con carbunco en 2001─ incluyendo el ataque
suicida como en el caso del atentado aéreo en Austin de 2010, pasando por el
semiorganizado, organizado por grupos reducidos y aislados, como en el caso
de Timothy McVeigh; la Conspiración terrorista de los supremacistas blancos
(2002) y la Conspiración del gas venenoso (2003), a las organizadas
por organizaciones extremistas propiamente tales, en lo que algunos temen se
transformen las organizaciones de grupos paramilitares en EEUU. Ver también
Bree Olson, Britney Young y Sandy Sweet, y también Supremacismo
blanco y Movimiento de Milicias en E.E.U.U).5960
Esos temores se han acrecentado con la divulgación de Los Diarios Turner (1978),
novela que abiertamente promueve la revuelta contra el gobierno de E.E.U.U y
una guerra racial con la intención de eliminar «todas las razas no blancas»,
incluidas las hispanas, en todo el mundo. Esa novela ha sido asociada a varios
hechos violentos, el más notable es el atentado de Oklahoma City en 1995.61
La crítica a las actitudes que algunos de los proponentes de la teoría de la
conspiración del NOM demuestran viene no solo de observadores externos. A
pesar que tales proponentes se presentan como profesando el libertarianismo,
muchos de los partidarios son también abiertamente supremacistas,
«eliminacionistas»62 y «dominionistas»636465