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Modulo: Organización comunitaria y Promoción social | Parte II: Aspectos Conceptuales al

margen...

CAPÍTULO 4. La acción colectiva y la


construcción de la comunidad

Claves para la lectura de este capítulo:

P ara iniciar, es importante buscar en la memoria, en los materiales disponibles o


en las prenociones que cada uno tenga acerca de qué son o a qué se denomi-
nan actores sociales, acción colectiva, procesos de organización comunitaria y vincu-
larlo con lo visto hasta aquí.

Entendemos que la acción colectiva y la construcción de la comunidad implican


procesos y comprensiones acerca de la realidad vinculadas estrechamente a las nocio-
nes centrales de promoción de capacidades humanas y sociales. Por ello la asociación
entre esas dos categorías nos parece fundamental.

De ahí que, primeramente ofreceremos algunas concepciones sobre los actores


colectivos en América Latina, su comprensión, ubicación y claves para analizar; luego,
desde un aspecto menos situado, sino más básico y conceptual, reflexionaremos sobre
participación e intervención colectiva, para producir y acordar las connotaciones y
preocupaciones acerca de esos términos, para permitirnos adentrarnos, posteriormente
en aspectos de corte metodológico-instrumentales, recuperando lo conocido y
compartiendo nuevas modalidades.

Creemos que en lo que venimos trabajando hasta ahora, más los contenidos de este
capítulo encontramos potenciales núcleos para hilvanar los primeros hilos de lazo social.

4.1. Actores sociales y acción colectiva en América Latina

C omo hemos visto, los procesos de cambio económico, social, cultural y políti-
co que suceden en el mundo, entrelazados con los procesos históricos de la
región y en Argentina en particular, permiten afirmar que aparecen nuevas formas de
acción colectiva y constitución de actores sociales, que según los contextos nacionales
particulares, conviven con anteriores formas y constituciones.

Sobre las nuevas formas de acción colectiva y la


(37)Garreton Manuel Antonio. Cuaderno
constitución de actores sociales en América Latina, 56. Serie Políticas Sociales.
Garreton(37) desarrolla tres Hipótesis:
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Primera hipótesis: Estamos en presencia de un cambio en el tipo societal predomi-
nante en la mayor parte del siglo pasado en América Latina, definido por dos procesos:

Uno, la interpenetración entre dos tipos societales,


(38) Sobre estos temas recordamos que a su vez sintetizan o incorporan otros: la sociedad
lo visto en capítulos anteriores: industrial de Estado nacional y la sociedad post-indus-
trial globalizada.(38)
Los cambios en la sociedad moderna
y en la matriz sociopolítica en
América latina, afectan la acción En el primero, los ejes son el trabajo y la producción
colectiva y la constitución de del estado nacional, o sea la política. El nuevo tipo societal
actores sociales. La globalización
globalizado tiene como eje el consumo, la información
en la sociedad moderna, en
interpenetración económica y y la comunicación. No tiene en su definición misma un
comunicación, influye en los estados sistema político. En torno a estos ejes se forman nuevos
nacionales y la autonomía de sus
actores sociales que coexisten con los del tipo anterior, los
decisiones. Los efectos se visualizan
en la desarticulación de los actores públicos y articulaciones de diferente naturales y las ONG
clásicos ligados a la sociedad que constituyen redes nacionales y transnacionales.
industrial nacional, la exposición de
identidades adscripta o comunitarias
basadas en el sexo, la edad, etnia.
En general estos actores tienen serios problemas de re-
Las nuevas formas de exclusión que presentatividad en comparación con los actores de la socie-
expulsan grandes masas de gente y dad industrial (entidades que procesan decisiones propias
las asignan a un rol pasivo y mediático
del régimen político, al margen de reglas democráticas,
entre ellas y la globalización y la
constitución de actores que enfrentan grupos económicos transnacionales, corrupción, narcotrá-
poderes transnacionales. Por otro fico y también poderes de actores institucionales, organis-
lado el cambio de matriz sociopolítica,
mos internacionales, fuerzas armadas etc.)
amalgama entre el tipo societal
industrial y posindustrial.
La idea que la matriz sociopolítica Obviamente, lo descrito transforma los principios de
Latinoamérica clásica que prevaleció acción colectiva e individual.
del 30 al 70, con variaciones según
los países, se constituyo en la fusión
de diferentes procesos: desarrollo, Dos son las dimensiones de la transformación:
modernización, integración social y
autonomía nacional. Estos procesos
A) la desinstitucionalización y desnormativización: de-
cruzan las formas de acción colectiva
y configuración de actores sociales, saparece la correspondencia norma, valores y conducta
así como los grados distintos de y la no correspondencia economía, cultura, política y
conflictos entre ellos.
sociedad en un mismo espacio territorial
La principal característica de esta
matriz fue la fusión entre los
componentes Estado, partidos B) la desarticulación de una relación entre Estado,
políticos y actores sociales. Este rasgo representación y sociedad civil, de tipo político céntrica
otorga a la política un rol central, con
fuerte componentes movilizadores
y la búsqueda, aún incierta, de nuevas relaciones entre
más que representativos. En esta los elementos señalados.
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matriz existe un actor central que


Segunda hipótesis: pasamos del paradigma clásico(39), es el movimiento nacional y popular,
que veía en la posición estructural el elemento determi- que abarcaba como tipo ideal a los
demás movimientos particulares. El
nante en la conformación de la acción colectiva y los ac-
movimiento nacional paradigmático
tores sociales, a otro síntesis de diversas interpretacio- es el movimiento obrero, y las dos
nes, producto de los cambios estructurales y culturales características sobresalientes del
mismo eran la búsqueda del cambio
en el mundo y la región ya mencionados, configurando
y la ubicación del estado como
la acción colectiva principalmente a través de cuatro ejes institución hacia donde demandar.
(los cuales dan origen a una diversidad de actores socia-
les relativamente fluctuante): La acciones de parte de regímenes
dictatoriales en los 60 y 70 y
1. La democratización política, algunas transformaciones iniciadas
en los 80 en la desarticulación
2. La democratización social o lucha contra la exclu- del matriz político céntrica
sión y por la ciudadanía; influyen en las acciones colectivas
y la constitución de actores
3. La reconstrucción y reinserción de las economías sociales. Se pueden subrayar así
nacionales o la reformulación del modelo de desarrollo las acciones colectivas por los
económico. derechos humanos y sobrevivencia
ante la marcada intención de
4. La redefinición de un modelo de modernidad. descomposición de los movimientos
sociales.
Algunos datos destacables de las nuevas orientaciones
se vinculan con la distinción de niveles o dimensiones y
ámbitos o esferas de acción social: (39)En el paradigma clásico la
acción colectiva y la configuración
Los niveles o dimensiones interrelacionados pero de actores sociales se interpreta
desde una visión de la sociedad
autónomos, son: los comportamientos individuales, las
como sistema articulado de
relaciones interpersonales, (que definen los mundos de estructuras (políticas, sociales,
vida) los niveles organizacionales e institucionales y la di- económica, culturales) que se
determinan unas a otras según leyes
mensión histórico estructural, la historicidad.
universales. La acción colectiva, así,
sería un resultado de los efectos
En cambio, las esferas o ámbitos de acción corresponden: estructurales de esta sociedad.
Las sociedades son tradicionales o
modernas, capitalistas o socialistas,
- al modo de satisfacer las necesidades materiales de autoritarias o democráticas,
una sociedad, la economía, según elementos predominantes
y el cambio se concibe como
sucesivas de un tipo de sociedad
- a las fórmulas e instituciones de convivencia y es-
a otra. Desde esta mirada, y
tratificación que define la estructura u organización, a la simplificando por sobre las variantes
configuración de relaciones de poder que refieren a la y complejidades, los actores son
definidos desde afuera de ellos
conducción de una sociedad, la política, y
mismos y sus acciones fuera del
contexto histórico por ellos creado.
- a los modelos éticos, de conocimiento, de aplicación, Así se privilegiaba el componente
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estructural como duro determinante
sobre el blando actor social y la la visión del tiempo y la naturaleza, la representación
acción colectiva. Este paradigma, si simbólica y socialización, la cultura.
bien aun vigente, pierde su vigencia
única debido a distintos fenómenos:
Desarticulación de la matriz Estos niveles y esferas nos permitirían definir la matriz
nacional popular por gobiernos de actores sociales existentes al ubicarlos en los niveles de
militares, procesos de globalización y
acción como en las esferas de la vida social. Por otra parte,
transformación económica, etc.
En cuanto a las nuevas orientaciones se trata de superar la visión determinista estructural de
emergen, desde mediados de los 80, y tipo universalista, la idea de que a un sistema económico
concentran hipótesis interpretativas determinado corresponde necesariamente una forma
teóricas que en general abandonan
la perspectiva determinista y
política y cultural, o viceversa. Esto es, determinaciones
monolítica del paradigma clásico, absolutas entre las dimensiones y esferas, pero en
y se constituyen como brújulas un esquema más flexible. Y por otra, reconocen la
intelectuales más que mapas teóricos
autonomía de los procesos sociales respecto de una
de alcance medio.
base estructural. Se trata de comprender el sentido,
desde el concepto de actor o sujeto social. En síntesis,
una sociedad determinada se define desde la relación, Estado - régimen y partido
político - sociedad civil - base social.

En esta perspectiva, el análisis de los actores sociales, su constitución e interacción


y los procesos sociopolíticos son vistos como creaciones históricas de los mismos y no
como reproducciones de una estructura.

Las ideas centrales en el concepto de actor-sujeto lo vincula a portadores, con base


material o cultural, de acción individual o colectiva, que apelan a principios de es-
tructuración, conservación o cambio de la sociedad, con cierta densidad histórica,
entrefinos de identidad, alteralidad y contexto, que se involucran en proyectos y con-
traproyectos, en una tensión entre sujetos constitutivos de una instancia histórica y
particularidad materialidad del actor que lo invoca.

Se constituye así una doble matriz de actores en una sociedad determinada:

- una matriz gestatriz de sujetos, que se refiere a las acciones mediadas por el régi-
men político entre estado, representación y bases socioeconómicas culturales.

- una matriz configurativa de actores sociales en la que cada uno se ubica en una
posición en las dimensiones y esferas sociales.

Otra cuestión es que la autonomización e interrelación entre diversas dimensiones


sociales, da origen a diversas luchas, conflictos y movimientos sociales, por lo tanto a
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diversas finalidades de tales luchas y diversos principios utópicos.

Al referirnos a procesos políticos de lucha y cambio social, los actores sociales se mi-
metizan con los movimientos sociales, definidos como acciones colectivas con alguna
estabilidad en el tiempo, y alguna organización, orientados al cambio o conservación
de la sociedad o alguna esfera de ella.

El concepto de movimiento social, aquí, se desplaza en torno a dos posturas: la visión


que presenta la acción colectiva como respuesta a tensiones específicas y se orienta a
resolver esa contradicción específica y, por otro lado, el movimiento social visto como
portador de un sentido de la historia, encarnación y agente del cambio. Tenemos, así,
el Movimiento Social (con mayúscula y singular), orientado al nivel histórico estruc-
tural de una sociedad y definiendo su conflicto central, y los movimientos sociales (con
minúscula y plural) que serían los actores concretos que se mueven en los campos del
mundo de la vida, organizacional o institucional orientados a metas especificas, que se
definen en cada sociedad y momento con el movimiento social central. Finalmente se
diferencia el movimiento social como un tipo de acción colectiva, diferente de otros
como la demanda y las movilizaciones.

Tercera hipótesis: apunta al establecimiento de una doble matriz de actores y ac-


ción colectiva. Por un lado, el intento de “cambios sociales, actores y acción colectiva”
en América Latina reemplazó de la “matriz constituyente, político céntrica”. Por otro,
el paso de una “matriz configurativa”, basada en actores más ligados a los proyectos
histórico-estructurales y a la política, a otra en que los actores están más centrados en
los niveles más sociales y culturales. Todo lo cual tiene efecto en las formas de acción
colectiva y en las formas organizativas.

Con respecto a este supuesto se resalta la identificación de nuevos


ejes de la acción colectiva y constitución de actores sociales. Los
cambios estructurales y culturales que afectan al tipo societal
latinoamericano así como a la relación estado sociedad, implica un
cambio de paradigma en doble sentido: por un lado, la organización
de la acción colectiva y la conformación de actores sociales se hace
menos en torno a la posición de grupos e individuos en estructura y
más en torno a ejes de sentido da la acción; en segundo lugar, estos
cuatro ejes de sentido no están imbricados en un solo proyecto único
que fija sus relaciones y prioridades en términos estructurales, sino
que cada uno de ellos es prioritario, tiene su propia dinámica y define
actores, que no son los mismos que en los otros ejes, como sucedía en
la fusión en el movimiento popular.
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Los cuatro ejes definen procesos simultáneos y autónomos:

*Democratización política, refiere a la construcción de democracia política des-


de regímenes no democráticos. Encontramos aquí desde fundaciones democráticas,
es decir creación de regímenes democráticos en países donde no había antes exis-
tido, debido a regímenes oligárquicos, patrimoniales, guerras, etc. Transiciones de
regímenes autoritarios a democráticos, y reformas, es decir, procesos de extensión
de las instituciones democráticas. En cuanto a los actores sociales, las primeras exigen
actores mediadores nacionales o extranjeros, los segundos operan por negociación en
marcos institucionales; pero sí hay cambio de titular de poder y privilegian los parti-
dos políticos como actores y las corporaciones que pujan por defender su intereses,
subordinándose los movimientos sociales, importantes en el desencadenamiento del
proceso a las lógicas de ambos. En las reformas, el interjuego se da entre partidos y ac-
tores políticos, siendo la presión de los movimientos civiles un importante impulsor. En
general, puede decirse que la construcción de democracias políticas ha implicado un
giro de los movimientos nacionales populares a movimientos democráticos, es decir
un actor social orientado al cambio de régimen político.

*Democratización social, como eje organizador de la acción colectiva, se otorgara dos


acepciones: redefinición de ciudadanía, y superación de pobreza y exclusión. La expan-
sión valorativa de ciudadanía ha hecho muchas veces que se confundan con simples
demandas sociales, asimismo esta valorización contrasta con el debilitamiento de las insti-
tuciones que han servido para expresarlas, los derechos civiles, políticos, económicos y
sociales. Hay actores que se ubican aquí en luchas reivindicativas ante la disminución del
poder del estado se movilizan por derechos históricamente adquiridos. Hay otros que se
organizan contra la discriminación, es decir en torno a derechos que gozan otros ciudada-
nos. Otro campo de organización es en torno a la calidad de derechos universales.

Finalmente, se organizan en torno a derechos cuya conquista no depende exclu-


sivamente del Estado, medios de comunicación, medioambiente, etc. Por último, en
este proceso de redefinición de ciudadanía, se organizan ante derechos humanos,
ciudadanos o del modelo republicano, dos dimensiones en este sentido: los derechos
que se reclaman desde una identidad individual y los desde una identidad colectiva.
Para todos estos nuevos derechos no hay instituciones o son embrionarias.

La otra democratización social es la superación de nuevas formas de exclusión so-


cial del actual modelo económico, en períodos previos a los ajustes estructurales y go-
biernos defectos, las formas de integración estuvieron asociadas a la industrialización
y urbanización, expansión de los servicios del estado y movilización política. Hoy la
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exclusión adquiere la característica de ghettos separados, manteniendo con la socie-


dad una relación que no pasa por la economía o política, la fragmentación a su vez
de los excluidos dificulta su organización colectiva. La integración de estos sectores
es un desafío, ya que éste es un sector que se considera desechable y ni siquiera se
necesita explotar. Así las sociedades se encuentran escindidas entre los de adentro y
los de afuera. Los excluidos no definen un conflicto sino una expulsión, los de adentro
son débiles y con riesgo de caer en la exclusión. No es fácil en esta situación encontrar
actores estables sino más bien movilizaciones esporádicas y acciones defensivas.

El panorama de las acciones colectivas demuestra que el eje de la ciudadanía-exclu-


sión es uno de los principales organizadores de actores y acciones colectivas. En general
pivotean actores más políticos y económicos.

*La reconstrucción de la economía nacional y su reinserción: refiere a las conse-


cuencias de la instalación de un modelo de desarrollo hacia adentro y estatal, hacia
la economía global a partir de fuerzas transnacionales de mercado. Ello dejo a las
sociedades en manos del mercado. El modelo predominante de estas reformas fue el
neoliberal. Sus consecuencias en actores y acciones colectivas se traducen en la de-
sarticulación de los actores sociales clásicos ligados al trabajo y el estado y hace muy
difícil la transformación en los nuevos temas y categorías sociales, medio ambiente, se-
guridad urbana, género étnico. Esta desarticulación coincidente con el debilitamiento
del estado en América latina, produce la preeminencia de luchas defensivas o de
actores clásicos ligados a luchas históricas.

*El modelo modernizador, si bien puede ser visto como una síntesis de los otros, posee
lógica y dinámica propia entorno al modelo de modernidad, identidad y diversidad
cultural. Los diferentes modelos de modernidad son la combinación problemática
entre la racionalidad científico tecnológica, la dimensión expresiva y subjetiva, las
identidades y la memoria. Al encontrarse, la forma de modernidad latinoamericana
basada en la matriz nacional y popular, en crisis; se presenta frente a ella como
alternativa la simple copia del modelo de modernidad de países desarrollados, con
énfasis en los consumos, el individualismo y cultura de masas. En oposición surgen
modelos de profunda base indígena, posiblemente esto sea lo mas novedoso en acción
colectiva en los últimos años.

El futuro de los actores sociales y su organización en movimientos colectivos, de


acuerdo a este planteo, parece, estará muy ligado a la tensión entre la búsqueda
concreta de inclusión y la lucha por la identidad en un proceso universalista de mod-
ernización identificado con la fuerza del mercado y sus agentes. En ausencia de sa-
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Autores: María Cecilia Velázquez – María Gabriela Molina


tisfacción de estas distintas demandas, serán posibles estallidos o explosiones sociales
diversos. Desde este posicionamiento, se afirmaría , entonces, que no sería posible la
construcción de un movimiento único.

Ahora, la construcción de esos movimientos implican algunos interrogantes y con-


ceptos planteados en capítulos anteriores sobre ciudadanía como proyecto colectivo
y ciudadanía popular; los cuales requieren seguir trabajando el concepto de partici-
pación y promoción comunitaria, desde un nivel más micro, pero con mirada estraté-
gica más amplia (por eso el recorrido de este apartado)

4.2. Sobre el concepto de participación social

Sería posible ofrecer tantas definiciones de participación como autores y experien-


cias se consideren, pero sólo repasaremos algunos de aquellos que nos permiten, a
nuestro entender, identificar y analizar procesos en torno a la formulación de estrate-
gias de intervención social. Este recorte, no obstante, es importante en tanto tengamos
claro el marco hasta aquí planteado y recorrido sobre construcción de sujetos-actores,
en sus aspectos históricos, antropológicos, sociológicos, psicológicos y filosóficos hasta
aquí presentados. Pues, dichos aspectos construyen una base de lectura, no sólo de
los conceptos, sino fundamentalmente de la realidad, en su multidimensionalidad,
dialéctica y dinámica de construcción.

C.Wright Mills considera que es un “Proceso


Gyarmati define la participación como la
permanente de formación de opiniones, dentro
“capacidad real, efectiva del individuo o de
del seno de los grupos de trabajo y organismos
un grupo de tomar decisiones sobre asuntos
intermedios, en torno a todos los problemas de
que directa o indirectamente afectan sus
interés común, a medida que éstos vayan surgiendo
actividades en la sociedad y, específicamente,
y requieran de soluciones, es decir, de decisiones.”
dentro de la institución en que trabaja (“acción
emancipadora”, “pedagogía colectiva”).”

Según Juan E. Díaz Bordenave el término


participación viene de la palabra parte. Participación es parte, tomar parte o tener parte. Es
posible ser parte sin tomar parte. En los últimos tiempos en algunos países los ciudadanos
desean tener parte cada vez más en el constante proceso de toma nacional de decisiones. La
democracia participativa sería aquella en que los ciudadanos sienten que, por “ser parte” de la
nación, “tienen parte” real en su conducción y por eso “toman parte” en la construcción de una
nueva sociedad de la cual se “sienten parte.”
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Más allá de la conceptualización que se utilice es


REF BIBLIOGRÁFICA
necesario precisar que el término participación no se (40)Franco, Carlos. “Participación en
refiere a “un fenómeno singular y delimitado, sino más decisiones”. En Guerra, F. Ediciones
bien a un conjunto de procesos (...) relacionados con CEDEP. S/D

la toma de decisiones (...) y que se encuentran en el


centro de la intersección de distintas disciplinas tales como la psicología social, la
sociología, la economía y las ciencias políticas (...)”(40) y que implica incorporación de
múltiples experiencias, interpretaciones e intereses de diversos actores que en lo local
y en lo global

Constituyen procesos de larga data, pero su capacidad de producción


real estará dada en la relación temporal y en la comprensión y
deconstrucción de las estrategias por las cuales se desplegaron
las constituciones intersubjetivas y estructuración sedimentada,
en el marco de una dinámica instituido-instituyente que define la
racionalidad histórica de los procesos sociales.

De participación social se ha hablado mucho, pero nos preocupan una serie de ten-
dencias, que incluyen en especial las propuestas neoliberales, que consideraron las ca-
racterísticas de la sociedad actual y el tipo de participación centrado en el individuo y en
la competencia como la alternativa más adecuada y realista. Colocaron el eje de la par-
ticipación social en el individuo, en la autorresponsablidad personal, en la crítica de la
dependencia en la autonomía del sujeto, etc, y tendieron a secundarizar la significación
de las estructuras, de la organización social y del papel del Estado, colocando el eje en el
individuo y no en la sociedad civil. La participación social, así, fue reducida al individuo
o al micro grupo, colocando en ellos tanto los logros como las consecuencias.

No se está desmereciendo la micro experiencia grupal, porque vimos que en ella


el sujeto se puede constituir en actor colectivo, realizar su dimensión socio-política.
Pero las tendencias que comprenden a la participación desde el modelo neolibe-
ral que se cuestiona, niegan o desconocen los procesos socio-históricos presentados
en el apartado anterior, simplemente, identifican a un individuo “desterritorializado,
descomunitarizado, dessocializado, despolitizado” y de allí las propuestas, restringen
su marco de acción y comprensión, sólo a la micro experiencia individual como único
parámetro de análisis y atención. Como sabemos algunas de esas tendencias son las
que ideológicamente mejor expresan el proceso de culpabilización de la víctima.
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Autores: María Cecilia Velázquez – María Gabriela Molina


(41)Martínez Nogueira en Graciela Por su parte, Martínez Nogueira(41) otorga a la partici-
Cardarelli- Mónica Rosenfeld. Las pación actual las siguientes características:
Participaciones de la Pobreza.
Programas y proyectos sociales.
Capítulo 2. La participación entre las - Específica, ya que se desencadena en torno a cues-
tensiones de fin de siglo. Editorial tiones concretas, inmediatas.
Paidos, Tramas Sociales 1º Edición.
1990
- Cognitivamente orientada, debido a que no afecta a
la totalidad de la vida del individuo.

- Circunstanciada, porque es convocada a objetivos concretos, visualizables y apropiables,


dirigidas a provocar cambios de comportamiento en otros actores identificables.

- Estratégica, ya que se da en el marco de una distribución dada de poder, mediante


la búsqueda de acuerdos y alianzas tras intereses compartidos.

Al respecto resultan coherentes con esta idea las propuestas de participación de


la comunidad en el diseño de políticas públicas y la acción anticipada (promocional)
sobre las condiciones que permitan la realización ciudadana, tal como trabajamos en
el capítulo 2. Pero es importante, para construir cambios o “saltos” en la experiencias
reales, considerar esa “cultura actual” de la participación, porque la misma nos llevará
a proponer estrategias más plenas desde la identificación de motivaciones y modali-
dades actualmente convocantes. Esto es: teniendo en cuenta el punto de partida (la
costumbre, la concepción inicial de los sujetos), crear condiciones para, desde allí
construir condiciones y estrategias para incrementar, complejizar y profundizar los
procesos superadores de despolitización, dessocialización, individualismo, fragment-
ación…, hacia la acción colectiva de una ciudadanía responsable, activa popular.

Nuria Cunill dice que “tradicionalmente la participación social se refiere a los


fenómenos de agrupación de los individuos en organizaciones a nivel de la sociedad
civil para la defensa de sus intereses. El tema de la participación comunitaria, así
como la participación social no sería sinónimo de participación ciudadana en tanto
aquella no implica de “suyo” interactuar con el Estado, la participación comunitaria
tampoco lo sería, dado que como ha sido tradicionalmente entendida, ésta puede
suponer una relación con el estado pero que tiene un sentido meramente de impulso
asistencial de acciones que, en definitiva, son ejecutadas por los ciudadanos mismos y
que, en general, están referidas cuestiones vinculadas a su
vida inmediata.”1 No obstante, todo proceso participativo
1
Cunill, Nuria. Participación Ciudadana.
implica una dimensión ético política en el reconocimiento
Centro Latinoamericano de
administración para el Desarrollo. 1991 mutuo de necesidades, sujetos y construcción colectiva
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que puede marcar direccionalidad y sentido de cambio, o utilizarse para reproducción


de lo existente.

Es importante advertir sobre la reflexión que planteaban en los `90 Rosenfeld y


Cardarelli(42): “A la hora del diseño de proyectos la participación viene teniendo un
espacio casi de carácter normativo, al ser considerada a la vez como necesidad y como
estrategia para la ejecución de proyectos en términos
de asegurar una mayor eficacia en sus procesos y
resultados. Los intereses y las necesidades de los más (42) Graciela Cardarelli- Mónica
vulnerables se constituyen simbólica y efectivamente en Rosenfeld. Las Participaciones de la
Pobreza. Programas y proyectos sociales.
un juego muy complejo, donde interviene activamente, Capítulo 2. La participación entre
entre otros factores, la historia y el capital cultural las tensiones de fin de siglo. Editorial
y social acumulado por los grupos sociales y la oferta Paidos,Tramas Sociales 1º Edición. 1990
asistencial existente. Frente al reconocimiento de la
heterogeneidad social, en este trabajo se considera
que las “necesidades” o “problemas” que dan origen
o perfilan la acción constituyen puertas de entrada En nuestro país, por ejemplo, las políticas
de los procesos participativos, entendiendo que estas sociales de los años ’90 también se
necesidades (sentidas, expresadas) son construcciones fundaron bajo las consignas de la
necesaria participación de las personas,
de los actores que definen los proyectos. Bajo esta pero en calidad de beneficiarios. En
perspectiva, la participación es una estrategia orientada este sentido, el beneficiario obedece a
a la eficacia.” Esta refleja un posicionamiento que, en una construcción de un sujeto pasivo
–objetivando al sujeto- anulando
el marco de las políticas públicas y las orientaciones
precisamente las políticas de promoción,
de los organismos de cooperación internacional, se ha pues las personas son tomados como
sostenido discursiva y prácticamente, pero generaron - medios y no como fines de la política, y
en pro de la eficacia- el vaciamiento o confusión de por lo tanto aboliendo las posibilidades
de traducir una política en derechos;
los contenidos subyacentes de los procesos sociales reproduciendo cosificación, atomización y
implicados en la participación social y comunitaria. dependencia, en vez de reconstrucción de
subjetividad a la vez que de lazo social.

Parados en la comprensión acerca de la historicidad


de dichos procesos, debemos tener conciencia de la lógica de constitución de la
realidad, de las subjetividades y la dinámica configurativa de la acción, en una dialéctica
instituido-instituyente, de generación de transformaciones de sedimentación de larga
data, que se constituyen en las relaciones cotidianas que dan sentido y orientación al
mundo de la vida y desde allí a las construcciones ético-políticas de justicia social que
las comunidades encarnen en su re-configuración.

En ese sentido, entendemos que Flisfisch enfatiza la dimensión política del con-
cepto: “la participación está referida a acciones colectivas provistas de un grado rela-
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Autores: María Cecilia Velázquez – María Gabriela Molina


tivamente importante de organización, y que adquieren sentido a partir del hecho de
que se orientan por una decisión colectiva”.

La participación aparece así estrechamente remitida al acceso colectivo a la toma de


decisiones. La participación no puede comprenderse sin considerar la voluntad que
opera en los sujetos cuando se deciden a invertir esfuerzos para aumentar su grado de
participación; lo que puede verse motivado por diversas razones, que pueden operar
complementaria o sinérgicamente entre ellas:

- Ganar control sobre la propia situación y el propio proyecto de vida.

- Acceder a mejores y mayores bienes y/o servicios


El eje central es la comunidad como
ámbito de construcción de procesos
que la sociedad está en condiciones de suministrar,
que permitan esa realidad; pero que por algún mecanismo institucional o estruc-
y la pregunta fundamental es la tural no suministra.
orientación y tendencia que marca
el proyecto ético-político-social de
la construcción y re-construcción - Integrarse a procesos de desarrollo en los cuales
comunitaria. los sectores excluidos se constituyen en el chivo ex-
piatorio de sistemas que muchas veces producen más
marginalidad de la que disuelven.

- Aumentar el grado de autoestima mediante un mayor reconocimiento, por


parte de los demás, de los derechos, las necesidades y las capacidades propias.

La participación social “en sí” al involucrar al individuo en una actividad colectiva


tendería a superar la atomización social y posibilitaría la construcción de una subjetivi-
dad no centrada en lo privado.

De acuerdo con María J. Indañez(43) generar procesos de participación o promover


una cultura de participación, implica contribuir pa-
ra que los sujetos sociales sean solidarios, activos,
(43)Indañez M. J. La participación
comprometidos y responsables no sólo en la satisfacción
comunitaria en salud. ¿Mito o realidad?.
Aspectos claves de la participación de las necesidades comunitarias locales, sino que
comunitaria en salud. Cap. 2. asuman un protagonismo importante como ciudadanos
en la vida democrática del país.

Implica el desarrollo de las personas para que se involucren en todo aquello que les
afecta directa o indirectamente, respetando la diversidad y la pluralidad de ideas que se
dan en el interior de las comunidades por su misma heterogeneidad, en razón de los di-
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versos modos de actuar e intereses contrapuestos de los individuos y organizaciones.

Supone la aceptación de una tensión dialéctica permanente en la comunidad, con


un dinamismo que implica acciones de negociación, existencia de conflicto, intercam-
bio de información para la toma de una decisión compartida, cambiando la actitud
pasiva y dependiente por otra activa, interesada y conciente.

De esa manera, la participación redunda en humanización, en cuanto la población


involucrada en el proceso en cuestión libera potencialidades previamente inhibidas, deja
de ser mero instrumento u objeto de otros, se convierte en “protagonista de sí mismo
en tanto ser social.” Aquí, ha de pensarse la participación
como el reverso de la alienación, entendiéndola como
(44)Gatti, Beatriz e Islas, Andrea: Tesis
un proceso de cosificación y despersonalización, que “La participación de los adolescentes
deviene y genera un deterioro en la subjetividad de los como eje de la inclusión social”, 2005.
(44)
individuos .

La apuesta implica que toda la comunidad sea participante. No obstante la


complejidad de la realidad nos muestra que esto no se da plenamente. Si bien la actitud
participativa es de grupos afectados por problemas o necesidades determinadas, la
participación implica mucho más que eso, implica democratización de la información y
de los procesos de toma de decisiones, implica también profundizar en el conocimiento
y en la escucha de las necesidades, particularidades y diferencias locales.

Algunos autores han establecido distintos “niveles” de participación, a modo de


escala, conforme intensidades -y nosotros diríamos, también conforme orientación
socio-política-:

• La participación como oferta/invitación. Es el grado a nivel más bajo, en sentido


estricto podría hablarse de una forma de seudo-participación, ya que lo que se pre-
tende es que las personas tomen parte en decisiones ya tomadas “desde arriba” que se
ofrecen a los que están “abajo”.

• La participación como consulta. En este caso, los responsables de diseñar y ejecutar


un programa, por ejemplo, consultan solicitando sugerencias o alentando a la gente a
expresar sus puntos de vista sobre lo que se va hacer o se está haciendo. La cuestión es
qué se hace y cómo el producto de esa consulta modifica o no las decisiones.

• Otra forma es la llamada participación por delegación, que puede darse en el


interior de una organización. Se delegan facultades de decisión, o bien responsabili-
139

Autores: María Cecilia Velázquez – María Gabriela Molina


dades para que las personas involucradas, en ciertos ámbitos o actividades pueden
tomar decisiones autónomamente. Esta modalidad también se instrumenta cuando se
tiene la posibilidad de integrar un órgano de decisión mediante la elección o el nom-
bramiento de representantes.

• La participación como influencia / recomendación se expresa a través de la po-


sibilidad y capacidad de influir mediante propuestas acerca de lo que conviene hacer
o presionando sobre los que en última instancia, tienen el poder de decisión.

• Otro nivel de participación es el de control de gestión. Esto es importante


porque hace a la consideración de los bienes como públicos y por ello al dominio
colectivo sobre ellos. Fundamentalmente utilizado en las decisiones públicas para
transparentarlas. No obstante, ha sido frecuentemente usado sólo como estrategia
de legitimación de decisiones ajenas al ámbito que controla, favoreciendo aún más
la reproducción de mecanismos o resultados distributivos no incluyentes del con-
junto –o sea, contrario a sus fines-.

• Un mayor grado de participación es la cogestión, estableciendo mecanismos


de co-decisión, por los cuales la participación se transforma en algo institucionalizado
y compartido.

• Por último, la participación como autogestión. En este nivel cada uno inter-
viene indirectamente en la toma de decisiones conforme a las líneas generales es-
tablecidas conjuntamente por todas las persona involucradas. Implica también el
control operacional de todo cuanto se realiza. Se trata de protagonizar los procesos
y gestionar según las propias normas, siempre que ello no afecte los legítimos intere-
ses del conjunto de la sociedad.

Más allá de estas clasificaciones en niveles -como decíamos- lo central en la reflexión


es, por una parte “cuál es la finalidad” de la participación, el contenido y orientación
acerca de la transformación de situaciones; y por otra, “qué implica como proceso”,
ya que no es un hecho mecánico, sino que parte y se construye en el marco de un
proceso histórico. Ello implica conocerlo, planearlo, promoverlo y generar estrategias
que recojan la memoria histórica y la construcción de escenarios proclives a la real
construcción co-gestiva de una nueva situación, que exprese los horizontes de vida
que la comunidad tiene para sí, sin desconocer las posibilidades, limitaciones, poten-
cialidades y amenazas de cada situación, de cada trama, de cada proceso; pensando
el largo plazo en el corto paso, el pasado y el futuro en el presente, el todo y la parte
en cada acción, en cada movimiento, en cada decisión.
140
Modulo: Organización comunitaria y Promoción social | Parte II: Aspectos Conceptuales al
margen...

Pero, para ello hay que reconocer en las comunidades, no sólo capacidades para la
acción, sino, y fundamentalmente, para la construcción de conceptos, concepciones
de “buena vida” de “justicia”, de sentidos sociales y proyectos colectivos. Superar la
idea instrumental de participación hacia una idea que se centra en la interpelación
y en los contenidos (el para qué de la participación).

Las búsquedas, en ese sentido, en los diagnósticos y apreciaciones acerca de la


comunidad, no puede restringirse a problemas, sino a la multidimensionalidad de sus
capacidades, potenciales y/o efectivizadas, pero poner ojo en su potencial, en sus po-
deres, aquellos que se propiciará desplegar, sinergizar, desarrollar.

La participación social se entiende como proceso que permite la


realización y el desarrollo de la población incorporando su capacidad
creadora, expresando sus necesidades, demandas y modos de
comprender la realidad, proponiendo y defendiendo sus intereses,
acordando, construyendo y luchando por objetivos definidos,
involucrando a la comunidad en su propio desarrollo y organización,
y participando en el control compartido de las decisiones; desde la
definición colectiva del sentido y la direccionalidad del desarrollo
humano y social, de la cotidianidad y la estructuración de relaciones,
de las instituciones y el mundo de la vida.

A grandes rasgos, pueden señalarse algunas clasificaciones:

La década de los sesenta supuso la constitución en determinadas sociedades de procesos


de participación colectiva organizados en términos económicos, políticos, o en función
de particularidades, culturales, ideológicas étnicas y de otras identidades fuertemente
estigmatizadas. La diferencia y la PS parecía utilizadas por sujetos y grupos como expresión
de modos de vida específica y también como propuestas de transformación y/o de
cuestionamiento de la sociedad dominante.

Este concepto ha sido reapropiado por tendencias teóricas que consideran que el
desarrollo capitalista favorece la conformación de una sociedad individualista, competitiva,
consumista, pasivo/receptiva, apática, donde los objetivos privados se imponen a las
necesidades públicas. Una sociedad donde la caída de ideologías y prácticas comunitarias
favorecían la atomización y la indiferencia o el escepticismo hacia las acciones colectivas, y
donde la democracia parecía cada vez más formal, ya que se había generado una escisión
entre la población y sus representantes políticos y/o sindicales aún en contextos donde
funcionaba la democracia representativa.

Pero esta concepción no era nueva durante las décadas de los veinte y treinta una parte
del marxismo, del historicismo y más tarde del existencialismo, habían reflexionado
141

Autores: María Cecilia Velázquez – María Gabriela Molina


críticamente sobre las características de la sociedad europea. Más aún en los cincuenta y
sesenta la sociología norteamericana en particular, retomó algunas de esas temáticas. La
pérdida de la identidad subjetiva y grupal la caracterización de la vida como inauténtica,
anómica y alienada. El dominio creciente de la soledad, el aislamiento, la muchedumbre
solitaria, la depresión o la soledad del corredor de fondo, expresaban la continuidad de un
análisis que fue previamente dominante en especial en el comprensivismo alemán, pero
también en la escuela durkheimiana.

El trabajo de Foucault – si bien en contradicciones y discontinuidades – expresa en parte


este tipo de concepciones donde el saber poder institucional no solo limita la participación
social sino que la convierte en supuestamente autónoma, en un agente de la reproducción
del sistema dominante.

Así los partidos políticos o las organizaciones no gubernamentales que proponen la


solidaridad, critican el individualismo competitivo o cuestionan el manejo de incentivos
materiales, pueden desarrollar al interior de sus organizaciones competencias por
micropoderes que suelen concluir en la exclusión de algunos de sus miembros o en
el fraccionamiento de la organización, o pueden llegar a realizar actividades que son
contradictorias con los objetivos propuestos intencionalmente.

En función de estas interpretaciones, la participación social fue recuperada desde diversas


orientaciones. La misma fue propuesta como uno de los principales mecanismos, para
construir y/o reconstruir la identidad deteriorada de grupos étnicos, de migrantes rural/
urbano, de homosexuales o de locos. Aparece no sólo como mecanismo de rehabilitación
sino como un ejercicio donde los sujetos y grupos experimentan su propio poder y sus
posibilidades; apareciendo la participación social como una de las principales estrategias
de los excluidos y marginados para enfrentar sus problemas. Aquellos que no tienen poder,
que no tienen palabra, los excluidos del sistema pueden llegar a tenerlo si comienzan
a participar (la participación social se va convirtiendo en una suerte de mecanismo
generalizador que opera desde lo político hasta lo terapéutico).

Desde una perspectiva política la participación supondría un ejercicio constante de


democratización y de ciudadanía, y como un mecanismo de transformación social del
propio sujeto.

Extraído de Menéndez .Participación social en salud como realidad técnica


y como imaginario social. Cuadernos médico sociales N 73

4.3. Etica social y participación comunitaria.

Un sentido ético-político de la participación

Desde un punto de vista ético, la acción, la participación y la promoción social no


se escinde de las concepciones acerca de la ética social y la moralidad.

La ética ha estado asociada, desde una visión superficial, a la moral entendida, por
una parte, desde una concepción de “moralina” de la actitud individual, o por otra,
142
Modulo: Organización comunitaria y Promoción social | Parte II: Aspectos Conceptuales al
margen...

solamente desde una perspectiva deontológica que construye principios para ajustar
las conductas individuales y/o institucionales.

Si bien contar con principios y normas morales que rijan la acción es importante, la
Ética estaría referida a una visión más amplia en el marco de una determinada sociedad,
traspasando y conteniendo a su vez las miradas colectivas; más ligada a las costumbres,
las normas y los significados de los bienes y valores que las comunidades construyen
como elementos fundamentales de su identidad. Ese ethos es el que constituye la
matriz cultural por la cual los sujetos se constituyen en sujetos sociales y las sociedades
elaboran históricamente los parámetros de ciudadanía, justicia y derechos, como se
analizó en capítulos anteriores.

La fragmentación que han atravesado nuestras sociedades puede ser leída también,
desde esa concepción, como los procesos y los resultados de pérdida o distanciamiento de
cada sujeto con la matriz identitaria e histórica de la construcción de su propia comunidad
, y como resultado, el abandono de su condición de actor social desde la constructor de
lo colectivo. Estos han sido verdaderos procesos de “des-ciudadanización” que pusieron
a los derechos cada vez más lejos y formales, pero también a los sujetos cada vez más
lejos, desencarnados y desdibujados del protagonismo que la construcción que un pueblo
requiere para dar sustento a los procesos de sus sociedades.

Así, amplios sectores de la población se vieron alejados y minimizados en relación


con los espacios de decisión y construcción simbólica, relacional y efectiva en el acce-
so a formas de vida que contengan integralmente otra
perspectiva de desarrollo individual y colectivo.
“Un pueblo cada vez más incapaz
de proponerse objetivos comunes y
Charles Taylor afirma: “El rasgo general de la vida humana llevarlos a cabo”
que deseo evocar es el de su carácter fundamentalmente Charles Taylor

dialógico.” (Taylor, 1994: 70). Pero aquí cabe lo trabajado


en el capítulo anterior acerca de la construcción de representaciones e imaginarios socia-
les, pues , como vimos, los múltiples lenguajes (entre los cuales están las acciones mismas)
en los cuales nos expresamos y nos convertimos recíprocamente en agentes humanos y
sujetos sociales, capaces de comprendernos a nosotros mismos, nos permiten definir iden-
tidad por medio de dicha adquisición y uso de lenguajes de expresión humana.

El trasfondo en el que nuestros gustos y deseos, opiniones y aspiraciones, necesi-


dades y potencialidades cobran sentido es aquel en el cual “los otros” se hacen parte
de “nosotros” (por afirmación o negación de sus influencias), constituyendo en el inte-
rior modos de expresión de la identidad.
143

Autores: María Cecilia Velázquez – María Gabriela Molina


“…Un individuo ha transformado su En ese sentido, “un pueblo cada vez más incapaz
contingencia en destino si ha llegado a de proponerse objetivos comunes y llevarlos a
tener conciencia de que ha conseguido cabo” es el mayor peligro, generado y generador de
lo mejor de sus prácticamente infinitas
posibilidades. Y una sociedad ha
fragmentación social (Taylor, 1994: 138). O; la cual
transformado su contingencia en destino se inicia y manifiesta cuando la gente comienza a
si los miembros de esa sociedad llegan a considerarse de forma cada vez más atomista, cada vez
tener conciencia de que no les gustaría
menos ligada a sus conciudadanos, a un destino común,
vivir en otro lugar o en otra época que
aquí o ahora…” a un proyecto integrador, a lealtades comunes... Como
vimos, estos procesos se han constituido inherentes a los
Agnes Heller y Ferenc Feher
procesos generados por la intención homogenizadora
de la globalización, por una parte, y la instalación de
políticas neoliberales, con sus consecuencias materiales y simbólicas, económicas y
culturales, en los países de nuestra región.

Si bien, “pueden muy bien sentirse vinculados a proyectos comunes con otras perso-
nas, vienen a ser agrupamientos parciales en lugar de ser los propios del conjunto de la
sociedad: así, por ejemplo, una comunidad local, una minoría étnica, los fieles de una u
otra religión o ideología, o quienes fomentan algún interés especial. Esta fragmentación
se produce en parte por medio del debilitamiento de los lazos de afinidad, de un modo
que alimenta parcialmente a sí mismo, mediante el fracaso de la iniciativa democrática
misma. (…) Una sociedad fragmentada es aquella cuyos miembros encuentran cada
vez más difícil identificarse con su sociedad política como comunidad. Esta falta de
identificación puede reflejar una visión atomista, de acuerdo con la cual las personas
acaben considerando a su sociedad en términos puramente instrumentales. Pero tam-
bién ayuda a arraigar al atomismo, porque la ausencia de una eficaz acción común hace
que las personas se vuelvan sobre sí mismas.” (Taylor: 1994; 138: 143).

Por ello, recuperando la intención de vencer la fragmentación como horizonte de


constitución comunitaria, resulta imprescindible, desde esta perspectiva, el recupero
de la comunidad como espacio de lo público y su construcción desde la expe-
riencia histórica; desde una perspectiva de actor social, atendiendo a las claves
de consideración que las hipótesis que desarrollara Garretón, y presentamos en el
apartado anterior, para la identificación del horizonte de futuro en una lógica local-
nacional-regional.

Al respecto, aunque con fines contrarios a los que aquí planteamos, Fernando
Calderón (1997) explica: “(…) la reconstrucción de identidades históricas en la actual
coyuntura democrática, de crisis de la modernidad y de internacionalización de la cul-
tura, plantea la cuestión del reconocimiento colectivo de la memoria de experiencias
144
Modulo: Organización comunitaria y Promoción social | Parte II: Aspectos Conceptuales al
margen...

compartidas, de la memoria de la diferencia con otros y de la memoria de los resul-


tantes de los conflictos vividos.”

Precisamente aquí encontramos un eje de ética práctica: la responsabilidad de re-


construir la memoria colectiva popular para proyectar un proceso de construcción de
futuro incluyente, respondiendo a las valoraciones sobre lo bueno y lo justo comuni-
tariamente compartidas.

De la experiencia desarrollada en el CIC de la Comuna de San Javier – Tucumán


por el Especializando Emiliano Alonso:

“...Se acordó con la comunidad, un proyecto basado en el desarrollo integral


que apunte a producir una conciencia critica sobre el presente de los vecinos in-
volucrados, revisando su propia historia y proyectando un futuro con posibilidad
de cambios, atendiendo a la perdida de la identidad agraria, que dejaron los años
de la dictadura y el clientelismo político en la Argentina neoliberal...” - Proyecto
Recreando nuestra Historia

“...mi San Javier, mi propia historia, este es mi origen, antes no teníamos


caminos ahora si...” - Los chicos escriben en los dibujos realizados en los talleres
y así reflejan sus propias maneras de percibir su espacio

“...Es en este espacio participativo donde se generó una iniciativa de trabajo


turístico de base comunitaria a fin de aprovechar el fuerte potencial turístico de
la zona y mejorar las propuestas existentes para favorecer el desarrollo local. Di-
cho proyecto tuvo por objetivo, desde una mirada integral, generar un proceso
comunitario que contribuya a mejorar la calidad de vida de esta población rural
marginada mediante la revaloración de la cultura local, la creación de una red
interinstitucional y comunitaria y la conservación de este ecosistema de Yungas,
de su biodiversidad y de potenciar recursos ( servicios) ambientales...” - Proyecto
Circuito turístico comunitario: Quebrada de los Leones

“...-Es la primera vez, desde que yo tengo memoria, que nos preguntan
que queremos y como queremos que participemos en un proyecto turístico...”
– Coco Sosa representante de la comuna en la mesa de gestión de San Javier

“...La preocupación central del grupo de trabajo de la mesa de gestión fue poder
generar experiencias concretas en tiempo presente (por lo general se intenta que
se propongan pasos a futuro y es algo que plantea sus dificultades cuando la po-
145

Autores: María Cecilia Velázquez – María Gabriela Molina


blación esta acostumbrada a resolver los problemas diarios dándole mayor fuerza
al hoy). Estas experiencias se basaron en generar procesos de valoración cultural,
donde se pueda visualizar nuevas formas de relaciones entre pares, logrando que
aparezca en escena y tomen protagonismo aquellos que estaban marginados de
las tomas de decisiones. Hablamos de valoración de comunidades sociales y cul-
turales humilladas que de a poco van haciéndose escuchar al reforzar su sentido
de pertenencia reafirmando su identidad...” “...Son las experiencias que también
permiten al sujeto común encontrarse con situaciones que le confirman no estar
“naturalmente determinado a”. - Mesa de Gestión de San Javier

“... Ya nos habíamos olvidado de las cosas buenas...” “...ahora nos dieron
ganas de participar...”- doña Juana Gonzáles vecina de los emprendimientos pro-
ductivos (al equipo de la mesa de gestión).

Algunos logros identificados

- Al socializar las problemáticas, dejaron de ser personales y pasaron a ser gru-


pales y se evitó la confrontación de relaciones bilaterales

- Sirvió la consolidación de un proyecto en común, tener una tarea grupal y no


perderse de trabajar los lazos afectivos como fortalezas.

- Nos potenció la creación de espacios de articulación a partir de las redes de


trabajo que se fueron rescatando de los pequeños proyectos vividos en el pro-
ceso, y nos sirvió para el armado y articulación de una red institucional.

- Fue positivo el correrse del yo, entender que los problemas no son hacia
uno, dejando de lado las vanidades personales para llegar a la creación de grupos
de trabajo de participación, tener constancia , presencia en territorio y partir del
reconocimiento de las potencialidades del lugar.

- No tener miedo de la necesidad del otro.

- El fortalecimiento de la identidad a partir de reconocer la historia local con


acciones que fortificaron la memoria colectiva, permitió que la intervención se
implemente desde el plano cultural como una variante en la relación economía
/desarrollo, y apostando a el fortalecimiento de la identidad como desarrollo de
actividades productivas (turismo comunitario)...”
146
Modulo: Organización comunitaria y Promoción social | Parte II: Aspectos Conceptuales al
margen...

“...Me encanta por que ahora se ve a la comunidad ...” -Vecino en locreada


organizado por la mesa de gestión

“... Antes nos veíamos solo en los velorios con la gente ahora estamos to-
dos juntos disfrutando de algo sano...” – Rosa Salinas, vecina que participó en
encuentro comunitario

Por otra parte, para evitar reproducir o profundizar atomización y fragmentación, es


necesario asumir el requerimiento de eficacia de la participación y promoción comu-
nitaria en torno a estrategias de re-construcción de comunidad que implique mejoras
objetivables valiosas y significativas en la calidad de vida de los sectores implicados.
Pues, las experiencias de fracaso profundizan fragmentación e indiferencia por la apu-
esta a lo común, a las lealtades colectivas, a las búsquedas de conjunto y parecerían
enfatizar la apuesta a lo individual, competitivo y atomizador.

El valor de la acción profesional, como producción pública de intervención


y acción comunitaria, asume su direccionalidad ético-política en la
generación de condiciones para la realización de experiencias
subjetiva y socialmente significativas para la organización de la
comunidad, desde la acción colectiva y el reconocimiento del actor como
sujeto histórico en movimiento.
En ese marco, la participación comunitaria cobra su sentido
multidimensional. Lo micro y lo macro pierden sus límites estancos, lo
institucional y la acción subjetiva entran en dinamismo permanente, la
pasión y la razón fundan capacidad y poder de encuentro, comprensión
e interacción, el conocimiento y la acción se dialectizan e interpelan
mutuamente, el contexto y el texto se reconstruyen en un nuevo relato que
protagoniza el cambio y la transformación hacia realidades más justas.
147

Autores: María Cecilia Velázquez – María Gabriela Molina


Modulo: Organización comunitaria y Promoción social | Aspectos Metodológicos y Operativos al
margen...

CAPÍTULO 5. Estrategias de promoción y


organización social

Claves para la lectura de este capítulo:

E n este capítulo avanzaremos en cuestiones vinculadas a los procedimientos,


desde sus fundamentos y modalidades que adquieren las operatorias para la
promoción social, la intervención comunitaria y algunos dispositivos específicos como
la educación popular, la investigación-acción participativa, la sistematización de expe-
riencias y prácticas de acción colectiva comunitarias.

Se adjunta, al finalizar y pueden verse tanto en el material, como en diversos manua-


les, cuestiones más instrumentales, pero lo que más nos interesa aquí es la ubicación y
los interrogantes que implica el uso y la creación de los caminos y dispositivos de orga-
nización comunitaria, pues allí se encuentra su sentido, orientación y fundamento.

Esa pretendemos sea la clave de lectura de lo que sigue: más allá del instrumento,
¿qué implica en términos de comprensión de sujetos, colectivos, proyectos sociales,
dimensiones de la realidad, capacidades, poder…para la construcción de nuevas rea-
lidades….?

5.1. Finalidades y sentidos del conocimiento y la acción

en horizontes de promoción y organización social

5.1.a. Promoción socio-comunitaria y políticas públicas

El abordaje en la promoción social es integral y articulado con los diferentes actores


y sectores sociales, buscando extender y democratizar los espacios territoriales y las or-
ganizaciones comunitarias, para la retroalimentación, el diseño y gestión de las políti-
cas sociales en el marco de las nuevas formas de construir la política social a partir de
la participación de los sujetos. En este sentido, la política social no surge externamente
a los sujetos, sino que una de las condiciones fundantes de la promoción es quebrar
las distancias entre comunidad, sujeto y política social.
151

Autores: María Cecilia Velázquez – María Gabriela Molina


En ese sentido, es importante aclarar que la promoción no es de las políticas sociales,
sino que estas implicarían la decisión firme y orientada a motorizar el desarrollo de
cada hombre/mujer/niño/niña, de toda su humanidad –íntegra, no fragmentada sólo
en alguna de sus capacidades- y del potencial y necesidades de la comunidad como
unidad en la diversidad, como totalidad compleja y heterogénea. La realización y
efectivización de sus capacidades colectivas, territoriales,
Las políticas sociales actuales marcan personales y relacionales es lo que se quiere reconocer,
como ejes estratégi-cos de la promoción
social:
movilizar y desplegar.
• Abordaje territorial: implica
coordinar el terreno local desde una Desde esta mirada, las estrategias integrales implican
dinámica territorial propia de cada
la promoción y realización de los derechos sociales
comunidad, teniendo en cuenta los
procesos políticos, sociales, económicos con la finalidad de transformar las condiciones de
y culturales que dan cuenta de la vida y existencia de las poblaciones en situaciones de
articulación en torno a las identidades mayor vulnerabilidad en todo el territorio nacional,
• Planificación de “abajo hacia
arriba”: desde esta línea las necesidades fortaleciendo la participación y la organización social
sociales deben ser consideradas al “desde abajo”, generando y/o fortaleciendo los procesos
momento de la participación y las participativos comunitarios en pos de favorecer el
diferencias presentes en cada territorio.
• La familia como eje de inclusión
protagonismo ciudadano y generando las condiciones
social: bajo esta directriz el abordaje de para la realización de la justicia social.
la política social debe formularse a partir
del grupo familiar, ya que el mismo es
Ello implica generar condiciones sociales (culturales,
promotor de la integración social. No hay
solamente individuos afectados por las económicas, organizacionales, institucionales y políti-
condiciones sociales, sino que es el grupo cas) que hagan posible no sólo establecer mecanismos
familiar el que sufre las consecuencias reales de inserción de los sectores más vulnerables de
de una situación social desfavorable al
interior de una comunidad, donde se la población, sino el despliegue del potencial existente,
tejen y dominan determinadas relaciones sobre la base de reificación del sujeto en una comuni-
sociales inscriptas en el tiempo. dad de relaciones estableciendo redes de articulación
De este modo, y partir de la nueva
cuestión social, la política actual prioriza
que den sentido colectivo al cotidiano de la vida y a las
la promoción de oportunidades y la estructuras que la enmarcan.
creación de activos patrimoniales,
familiares y comunitarios, fortaleciendo y
En este contexto se enfatiza la organización social, la
promoviendo las capacidades inscriptas
en los territorios en pos de la inclusión participación comunitaria y la territorialidad como ejes
y la integración social, así como constitutivos de la Promoción Social, llevadas adelante
promoviendo la articulación territorial a partir de la articulación entre el Estado, la sociedad
de redes sociales solidarias y de
organizaciones sociales desde una ética civil y los Movimientos sociales.
del compromiso, en la creación colectiva
de otra trama social que supere las
formas agotadas de la fragmentación y la
política neoliberal.
Ministerio de Desarrollo Social, 2004
152
Modulo: Organización comunitaria y Promoción social | Aspectos Metodológicos y Operativos al
margen...

5.1.b. Concepto y análisis de las discrepancias acerca

de qué promover

Ha habido distintas formas de comprender la promoción comunitaria. Una de las


que últimamente ha estado en el debate es la de fortalecimiento con visiones diferen-
tes, como la de empowerment, que merecen, por lo menos traer el comentario que
Maritza Montero realiza al respecto:

“Podemos examinar entonces las definiciones que se han dado de


fortalecimiento. Las que se encuentran en la literatura especializada a veces
tienen el inconveniente de variar según las circunstancias temporales y
espaciales del caso, lo cual si bien es cierto que resulta útil para un momento
específico, también logra reducir o parcializar el concepto. Asimismo, en
algunos casos suele darse por sentado qué se entiende por fortalecimiento,
como si se tratara de una noción unívoca de sentido universal no discutido
ni discutible. Obviamente, al referirnos a un concepto tan ligado a la praxis,
al contexto y, por lo tanto, también a un tiempo específico, el problema para
definirlo deriva de la necesidad de situarse a la vez en lo general y en lo
particular.

Francescato (1998) habla de participación y capacitación, y utiliza el verbo


“potenciar”; coloca sin embargo el término empowerment entre paréntesis
para referirse al desarrollo de la ciudadanía y al proceso por el cual se aspira a
revitalizar a las personas “menos privilegiadas”, ayudándolas “a desarrollar sus
puntos fuertes en vez de centrarse en sus debilidades”, con miras a lograr un
cambio en el nivel comunitario (Francescato, 1998: 272).

Sánchez Vidal (1996) revisa el significado de la palabra empowerment y dice


que “hace referencia a ‘permitir’ o ‘capacitar’, a ‘autorizar’ o ‘dar poder’ sobre
algo, alguien o para hacer algo, asumiendo que hay una condición de dominio
o autoridad sobre ese algo” (1992: 160). No está claro si ésa es una atribución
que hace el autor a partir de un análisis de las definiciones en lengua inglesa,
pero, en verdad, su interpretación recoge un aspecto que parecería derivar
del prefijo contenido en la palabra em (powerment) y que remite a la idea de
que hay un otro implícito que permite, capacita, autoriza o da poder. Esta idea
choca con el sentido de la práctica psicosocial comunitaria desarrollada por
muchos investigadores y profesionales en América latina, el Canadá, los Estados
Unidos y Australia, en la cual el fortalecimiento es producido, no recibido, por
153

Autores: María Cecilia Velázquez – María Gabriela Molina


las personas involucradas en procesos comunitarios autogestionarios. En esta
práctica los agentes externos son facilitadores o catalizadores, no dispensadores
de un don que emana de ellos.

Sánchez Vidal añade que empowerment designaría “el proceso de adquisición


de esa habilidad (dominio o autoridad sobre algo) o la capacidad de dominio
o control” (1997:160), con lo cual parece generarse una contradicción con la
definición o bien una cierta ambigüedad.

No siempre el término empowerment coincide exactamente, al menos en


la intención o concepción general del trabajo comunitario ejecutado bajo su
denominación, con lo que entendemos fortalecimiento y potenciación. La
diferencia fundamental radica en el origen o la fuente atribuidos al proceso
de adquirir o desarrollar dominio y control sobre los sucesos de importancia
para la persona y la comunidad. En la praxis comunitaria (teoría y práctica)
latinoamericana se entiende por fortalecimiento lo que hace hincapié en el
aspecto colectivo, en el carácter liberador, en el control y poder centrados en
la comunidad y sus miembros organizados, y sobre todo, en el carácter que
éstos tienen de actores sociales constructores de su realidad y de los cambios
que en ella ocurren.

Por el contrario, en ciertas connotaciones del término empoweerment, las


personas son recipiendarias de dominio, control y capacidad a partir de la
generación de condiciones socioeconómicas y políticas por parte de estructuras
sociales mediadoras (voluntariado, iglesias, escuelas, hospitales, vecindario,
familia), que actúan como con las instituciones de carácter macrosocial,
tales como las agencias gubernamentales y los organismos encargados de la
administración de proyectos y políticas de carácter internacional o nacional.
Esos intermediarios tendrían a su cargo la movilización
REF BIBLIOGRÁFICA Montero, de las personas y organizarían su participación. El
M. Teoría y práctica de la psicología fortalecimiento de las personas se realizaría a través
comunitaria. Capitulo 2: “El de la participación de las estructuras mediadoras en la
fortalecimiento en la comunidad”
generación y ejecución de la política social”. (Maritza
Montero).

Como mencionábamos anteriormente, la mayoría de las veces las conceptualizacio-


nes de promoción y participación se nos presentan como dos momentos aislados en
el tiempo y sin vinculación alguna.
154
Modulo: Organización comunitaria y Promoción social | Aspectos Metodológicos y Operativos al
margen...

Cuando nos referimos a formas de participación comunitaria, resaltamos las instan-


cias colectivas que involucran a distintos actores en los procesos de conformación y
toma de decisiones, de cara a la puesta en marcha de estrategias políticas en un de-
terminado territorio. De este modo, promoción implica participación y participación
implica promoción, pero ¿qué se promueve desde y con la participación?

Principalmente diremos que la promoción es promoción de “algo”, y en este sen-


tido la promoción debe tener como uno de sus fines a realizar, los derechos ciudada-
nos, tanto sociales como políticos y económicos, culturales e identitarios. Pero los
derechos no son elementos abstractos o simples sanciones formales, sino que su real y
efectiva realización tiende al ejercicio concreto de los mismos en la vida cotidiana de
los sujetos colectivos.

Los derechos sociales, así entendidos, son mediaciones necesarias entre los sujetos
(individuales y colectivos) y las relaciones sociales objetivas. Precisamente el neolibera-
lismo destruye toda forma de protección y mediación entre los sujetos y las relaciones
sociales dominantes, atando la suerte de cada sujeto a la lógica del mercado.

La simple enunciación de “la participación” –según lo visto en el capítulo anterior-


puede no decirnos demasiado si no se plantea al interior de estrategias políticas de
promoción que contengan como proyecto a las comunidades en tanto sujetos activos
de esa participación, y en contraste con la individualización y atomización de los sec-
tores populares que, desde una perspectiva histórica en nuestros países, implicaron las
políticas hegemónicas de los ’90.

En este contexto las dimensiones de confianza y legitimidad cobran un significado


central, ya que a pesar del peso que el Estado tiene en la definición de las políticas,
requiere que el otro lo invista también de una legitimidad simbólica (que está hoy en
día francamente en cuestión) para construir el espacio de interacción –participación
basado en la confianza- (Rosenfeld, 2005). Por eso las nociones de derecho y de igual-
dad cobran gran importancia a la luz de los procesos de promoción, ya que son bases
imprescindibles para la puesta en práctica de procesos colectivos en la redefinición de
los sujetos del espacio público-político.

Una concepción de la política que no comprenda los sentidos pertenecientes a las


comunidades, que no se aproxime y compenetre con los saberes allí arraigados, será
inútil y voluntarista en la construcción de otros sentidos sociales y políticos para el
cambio social. De aquí que el concepto de articulación es inseparable del de integrali-
dad en las relaciones entre política social, comunidades y profesionales.
155

Autores: María Cecilia Velázquez – María Gabriela Molina


5.1.c. El sentido de las estrategias promocionales

Si bien es importante utilizar estrategias metodológicas, dispositivos y técnicas que


garanticen el logro de los objetivos, lo primordial es conocer claramente cuáles son las
finalidades de la acción.

Una vez leí una anécdota de un hombre que visitó un lugar en donde se estaba
iniciando una construcción. Se acercó a uno de los operarios y le preguntó qué hacía.
Él le respondió que estaba picando una piedra para dejarla cuadrada y lisa. Se acercó
luego a otro que respondió a su pregunta señalando que él preparaba unos postes para
soportar una red. Y así cada uno de los que fue interrogando, le fue diciendo cuál era
su trabajo. Cuando le repitió la pregunta a otro obrero éste le dijo que estaba haciendo
una catedral.

Éste último tenía una mentalidad de “totalidad”, de sentido global y amplio del
cambio.

Esto nos ayuda a reflexionar acerca de las orientaciones del trabajo cotidiano, y en
ese sentido, de las herramientas, técnicas e instrumentos que pueden centrarnos más
próximos a lo rutinario, puntual y específico, a la batalla cotidiana, que sólo tiene sen-
tido y dirección en el fin más global, en la catedral de la anécdota.

En esta época, caracterizada por Zabalza (pensador de la educación) como de


las “grandes palabras”, palabras - leimotiv, capaces de concitar en torno suyo toda
una constelación de referencias conceptuales y prácticas, de atribuciones al conserva-
durismo o progresismo, de adscripciones a unos colectivos científicos u otros; caben
profundas reflexiones con el mayor sinceramiento y humildad (no pobreza) intelectual
posible, a la vez que mayor creatividad y rigurosidad. La participación social, el cam-
bio, la transformación, parecen haber sido usadas como leimotiv, incluso fuertemente
en los `90 en nuestro país. Por ello, depende de cómo podamos profundizar en la
concepción de los fines, que entendamos que la construcción de objetivos de medio
camino implica técnicas e instrumentos coherentes con esa direccionalidad, pero que
no se agotan en su uso, sino que son parte de un proceso más amplio en el cual cobran
sentido. Esto requiere una actitud crítica y autocrítica permanente para no caer en la
tentadora oscilación entre posiciones dogmáticas.

La combinación: criticidad, creatividad y rigurosidad, propias de la actitud cien-


tífica, no son las que respaldan y han respaldado todas las prácticas que cotidiana-
mente desarrollan los profesionales de las ciencias sociales. El vaciamiento de alguno
156
Modulo: Organización comunitaria y Promoción social | Aspectos Metodológicos y Operativos al
margen...

de estos componentes entabla relación dialéctica con la rutinización, burocratización,


fragmentación y mera tecnificación o basificación del quehacer profesional.

En la acción social el rasgo de “intencionalidad” es lo determinante, el cual se raifica


en la orientación que asuma el cambio social. El mismo puede concebirse como re-
sultado de diversos procesos inherentes a la organización social que se evidencia a
partir de las transformaciones en las relaciones sociales, las condiciones de vida y las
expectativas de los miembros de determinada comunidad. Pero, por ello mismo, no
sólo puede considerarse el valor público de las acciones que se realizan al momento
de medir o verificar resultados, sino que los procesos de su construcción hacen a las
condiciones de posibilidad o a los desvíos de dichos fines. De ahí, la importancia de
insistir en la rigurosidad y la coherencia de los métodos, aunque siempre subordinados
a los fines.

Utilizando la matriz del cambio de Agulla, podemos decir que desde el punto de vista
del proceso de conocimiento, es posible discriminar los
siguientes niveles de análisis2 que a su vez, como se vio 2
Krmpotic, C. – Molina, M.G.: “Teoría y
en el módulo de planificación, implican instancias del práctica del Trabajo Social”, Ed. Floppy,
proceso de planificación de la acción: Buenos Aires, 1995.

1) la explicación del cambio (descripción causal de los procesos básicos de


transformación, que se han dado en un momento del tiempo entre una situación
social (I) y otra situación social (II); se trata de una explicación ex-post-facto): razón
histórica. El análisis particularizado y fragmentado de los fenómenos sociales son
sin duda, obstáculo para una comprensión más amplia y objetivada, especialmente
de sus puntos o “nudos críticos”, ya que se encuentran atravesados por las propias
construcciones subjetivas, no permitiendo un análisis de la totalidad.

2) la prognosis del cambio (implica proyectar tendencial y probabilísticamente, los


procesos sociales básicos de conformación de la situación social actual (II), teniendo
en cuenta las evidencias y relaciones descriptivas de la situación vigente (I), a la nueva
situación social (III), generalmente imprecisa y conjetural): razón formal.

3) la construcción del logro, la prospectiva del cambio (se trata de realizar y crear
condiciones de factibilidad para un proceso de planificación-gestión integradas y mul-
tiactoral de la acción social, teniendo en cuenta los procesos sociales básicos de con-
formación desde una posible situación social (IV), imagen-objetivo deseada ó utopía
posible; hacia la situación social actual (II), y teniendo en cuenta la situación anterior (I):
razón operativa. La misma trata de organizar el futuro a partir del presente, elaborando
157

Autores: María Cecilia Velázquez – María Gabriela Molina


otro tipo de modelo histórico, de situación deseada, con las capacidades, posibilidades
y oportunidades de decidir y planificar los procesos de transformación que puedan dis-
ponerse en cada situación comunitaria en el marco de un proceso histórico mayor.

Ahora bien, la trayectoria hacia la concreción de la


(45)Como han visto seguramente situación (IV) implica la identificación de objetivos es-
en otro módulo, en el pensamiento tratégicos intermedios y la utilización de estrategias(45),
estratégico los actores individuales técnicas y herramientas acordes con ellos.
dejan de considerarse unos a otros
como restricciones y empiezan a
considerarse unos a otros como seres Ese es el sentido que pretendemos dar a los dispositi-
intencionales; en una racionalidad vos que presentaremos en este capítulo, entre muchos
paramétrica, cada persona se
otros posibles vinculados con la temática central del
considera a sí mismo como una
variable y considera a todos los demás módulo.
como constantes; mientras que en
una racionalidad estratégica todos
se consideran y consideran a los
demás como variables; de este modo,
nadie puede considerarse como un
privilegiado en comparación con los
demás.
158
Modulo: Organización comunitaria y Promoción social | Aspectos Metodológicos y Operativos al
margen...

Diversos marcos epistemológicos definen distintas orientaciones para una meto-


dología de la investigación y de la intervención. No se trata de un problema fácil
de resolver para un objeto definido en términos de mundo social y capacidad de
construcción comunitaria y transformación social de la acción.

El problema central se plantea, por una parte, en trascender las meras anécdotas de
la vida y la tarea cotidiana hacia categorías de conocimiento (explicativo ó interpreta-
tivo) y esquemas teórico-metodológicos que asuman con rigurosidad científico-social
las perspectivas de los sujetos-actores que constituyen cada realidad comunitaria.

Por lo tanto, se busca superar la instancia de representaciones y construcciones sub-


jetivas individuales para pasar a una dimensión de construcción y acción colectiva que
retroalimente el saber científico-social. Al respecto en el apartado siguiente, sobre dis-
positivos para la promoción comunitaria, algunas estrategias como la investigación-ac-
ción y la sistematización de prácticas que, entre otras sirven para conducir procesos en
la dirección de cambio en la cual la tarea intelectual y la acción social se imbrincan.

Ahora, ¿cómo se evidenciaría la intencionalidad de cambio en los


procesos de promoción en el marco del trabajo comunitario?

Al vincularnos a una organización comunitaria o al constituir algún grupo de vecinos


con intención de trabajo conjunto, con frecuencia surgen interrogantes acerca del
alcance del cambio social que generan las acciones específicas en una comunidad.
¿Cómo se evidenciaría, desde estas estrategias, que estamos en proceso de transfor-
mación?

Entre otras posibilidades cuando:

- Facilitamos procesos de constitución de grupos comunitarios que


representen necesidades genuinas e intereses propios para mejorar las
condiciones de vida de la comunidad.

- Facilitamos procesos de trabajo colectivo mediante estrategias auto-


gestionarias y de asociación con otras instituciones y organizaciones lo-
cales orientadas a la construcción de liderazgos compartidos y sostenibili-
dad de proyectos comunes.

- Generamos acciones cuyo horizonte es aportar a la construcción de


sujetos protagónicos de su realidad, que puedan y sepan articularse con
159

Autores: María Cecilia Velázquez – María Gabriela Molina


su medio, con las oportunidades y potencialidades locales y del contexto
más amplio, utilizar recursos disponibles en su entorno, con una visión
propia, no subordinada a intereses externos.

-Trabajamos con sectores, familias o grupos vulnerables para el acceso


a oportunidades, buscando avanzar en la equidad. Son cambios en el
plano microsocial, inscriptos en procesos de transformación de estructu-
ras anquilosadas, que provocarán en algún momento
relaciones sociales menos desigualitarias.
PARA REFLEXIONAR:

¿Hacia dónde y cómo visualizan - Trabajamos con problemáticas ambientales y socio-


ustedes el direccionamiento del económicas que procuren mejoras en el hábitat y en
cambio social que están construyendo, las condiciones de vida, que contribuyan a “romper”
con lo mucho o poco que hayan
círculos viciosos de pobreza, marginalidad, exclusión,
transitado hasta el momento en los
distintos espacios comunitarios en los individualismo, fragmentación de lazos comunitarios,
cuales se insertan? desprotección de grupos vulnerables y reproducción
de relaciones de dominación, que pongan en riesgo la
¿Cuáles son los modos que más
claramente podrían manifestar dicha justicia intergeneracional, por lo menos al nivel de la
direccionalidad en un proceso de comunidad.
mediano plazo?

¿Cuáles son las capacidades creadoras


- Trabajamos con grupos con características espe-
que se ponen en juego en cada actor cíficas para la resignificación y revalorización de sus
y en cada proceso que se pretende saberes, como así también, para la identificación y
desatar?
búsqueda de solución de las problemáticas que surjan
como inescindibles de sus identidades específicas.

- Favorecemos procesos de encuentro, construcción de identidades so-


ciales y recupero de instancias de creatividad y disfrute colectivo de la vida
común como espacios propicios para reestablecer el lazo comunitario.

5.2. La intervención colectiva y la organización comunitaria


160
Modulo: Organización comunitaria y Promoción social | Aspectos Metodológicos y Operativos al
margen...

“La intervención colectiva… puede ser una intervención que permita


articular el quehacer de hoy y la perspectiva de futuro. Efectivamente dicha
intervención no se limita a movilizar los recursos de las personas, tiende
también a situarlos en sinergia dentro de colectivos de tamaño muy diverso,
desde el pequeño grupo hasta la coordinación de los habitantes de un
territorio. Permite así:
- Acrecentar inmediatamente los recursos de las personas
- Transitar de una ideología de la fatalidad, de la culpabilidad a la búsqueda
de las causas estructurales de la pobreza y la exclusión (concientización)
- Elaborar una voz colectiva que vaya de la queja a la reivindicación
- Aumentar las capacidades de acción de estas personas para que puedan
tener injerencia sobre su destino”
Cristina de Robertis – Henri Pascal, 1987

REF BIBLIOGRÁFICA
de Robertis, Cristina y Pascal, Henri:
La intervención colectiva en Trabajo
Podríamos sintetizar las consideraciones acerca de la Social, Espacio editorial, Buenos Aires
intervención en organización comunitaria como un es- 2004, (1ra edición: Francia 1987).
fuerzo de desarrollo que se da en ese nivel de relación
social, cuando un colectivo, por una toma de conciencia, espontánea o suscitada, de
sus propias necesidades, toma la iniciativa, incluso si esto se da en un sector limitado,
de un proceso de mejora de sus condiciones y características de vida, valiéndose de
las estructuras, instituciones, organizaciones o actividades existentes, y/o provocando
la creación de nuevas estructuras, instituciones, organizaciones o actividades.

Al respecto, resulta interesante tener en cuenta


inicialmente, la distinción que realiza William Ninacs Una definición clásica:
“La organización comunitaria (….) es un
acerca de lo que llama “grados que las personas proceso gracias al cual una comunidad
pueden alcanzar en un proceso de adquisición de identifica sus necesidades u objetivos,
poder“, entendiendo que la organización comunitaria, les da un orden de prioridad, acrecienta
su confianza en ella y su voluntad de
entendida desde los desarrollos que hasta aquí venimos
trabajar para satisfacer esas necesidades
haciendo (sobre todo en capítulos 2, 3 y 4), implica una o esos objetivos, encuentra los recursos
metodología orientada hacia el despliegue, distribuciones internos y/o externos necesarios para
y desarrollo del poder y los poderes en la comunidad. su cumplimiento o su satisfacción, actúa
en función de esas necesidades o de
esos objetivos, y manifiesta actitudes
William Ninacs (1995) identificaba como grados en la y prácticas de cooperación de y
adquisición del poder: colaboración en la comunidad…”
Murray Ross (en Organización
comunitaria: Teoría, principios y
prácticas, 1967)
161

Autores: María Cecilia Velázquez – María Gabriela Molina


1. La participación
- Presencia muda
- Participación en discusiones sencillas (derecho a la palabra)
- Participación al debate (derecho a hacerse oír)
- Participación en las decisiones (acordar o negar consentimiento)
2. La competencia técnica
- Adquisición progresiva de conocimientos prácticos y de las técnicas necesarias para
la acción
3. La estima de si mismo
- Autocorrección de su legitimidad y de su identidad propia
- Autocorrección de su propia competencia
- Reconocimiento de su competencia por los demás
4. La conciencia crítica
- Conciencia colectiva: la persona en la colectividad no es la única que tiene
problemas
- Conciencia social: los problemas individuales y los colectivos están influenciados
por la organización de la sociedad
La Intervención individual y la
dimensión colectiva - Conciencia política: la solución de los problemas estruc-
En una intervención con un individuo turales pasa por un cambio social, es decir, acción política,
o familia, la dimensión colectiva se nos colectiva, en el sentido más amplio de la palabra
presenta en dos formas:
- Hay que situar a la persona en los
diversos grupos a los que pertenece ya Por su parte, Cristina de Robertis y Henri Pascal
que toda persona, aún aislada, forma plantean la necesidad de hacer dialogar y revisar
parte de los grupos que existen en la las vinculaciones entre intervención individual y
vida social, en los cuales el individuo
evoluciona, se realiza como persona, colectiva, señalan que ha de tenerse en cuenta que
se debate y lucha. Será necesario la primera está presente en la dimensión colectiva;
en ocasiones reubicar a la persona e inversamente, en una intervención colectiva, está
en el seno de la red de relaciones
presente la dimensión individual; dado que el cambio
significativas que mantiene con otros
individuos y con grupos (aún alejados de una situación social, implica modificaciones en
geográficamente) que constituyen los las situaciones personales y al revés, el cambio en
soportes de solidaridad, ayuda y lazos
la situación de una persona o familia, aporta a la
afectivos importantes.
- La situación que presenta la persona construcción comunitaria. Pero obviamente, siempre y
o la familia debe apreciarse (evaluarse) cuando, se generen intencionalmente condiciones para
en función del contexto social global de que estas mediaciones y articulaciones puedan darse,
una época histórica dada y de un lugar
determinado. y en eso radica buena parte de la responsabilidad del
De Robertis - Pascal profesional o agente que intervenga.
162
Modulo: Organización comunitaria y Promoción social | Aspectos Metodológicos y Operativos al
margen...

Individual y colectivo son los dos polos opuestos de una misma realidad social,
y constituyen una fuente de tensión conflictiva. Dichos polos coexisten de manera
contradictoria y dinámica. Justamente esta oposición entre individual y colectivo, esta
tensión contradictoria entre las dos dimensiones, es causa de reflexión, de cuestiona-
mientos y de intervenciones creativas por parte de los profesionales de lo social.

La intervención colectiva se apoya ampliamente en estructuras de grupo, ya se trate


de grupos llamados naturales o constituidos.

Las principales estrategias consisten en generar condiciones para que cada sujeto
o grupo identifique y desarrolle al máximo sus capacidades. Significa, además del re-
cupero de la memoria y la comprensión histórica de su propia constitución y la de las
relaciones sociales en la cual está inmerso, desplegar la estima de si, la idea de algún
“nosotros” con sentido de acrecentar sus satisfacciones (alcanzar objetivos y metas que
se propongan con un sentido gradual) a través de una participación creativa en la vida
de un espacio grupal o colectivo.

Características de la intervención colectiva La Intervención colectiva y la


dimensión individual
- Dado que el mismo tipo de situación
Delimitación precisa del lugar: este puede ser área se plantea a menudo a un cierto
geográfica o una institución. Esta delimitación del lugar número de personas, el conocimiento
individual puede en ocasiones ser el
en donde se desarrolla la intervención es tanto más
origen de una intervención colectiva
necesaria cuanto que el conocimiento profundo y el y numerosos problemas pueden ser
análisis del terreno van a condicionar el tipo de inter- tratados con la formación de pequeños
vención ulterior. grupos de personas implicadas
- Una segunda dimensión individual
en la intervención colectiva consiste en
Delimitación de la categoría de población involu- apoyarse en personas enlace. Estas son
crada: pero para esto es necesario considerar las múlti- habitualmente, nodos de comunicación
en un barrio, sea porque ocupan un
ples dimensiones subjetivas y comunitarias vistas en los
lugar privilegiado (espacio o función),
capítulos anteriores: representaciones, imaginarios, ca- sea porque pertenecen a varios grupos
pacidades, problemáticas, modos de involucramiento y y pueden así transmitir lo que pasa
en las diversas instancias en las que
relaciones sociales preponderantes, modos de manifes-
participan. Pueden tratarse de líderes
tarse y rasgos que asume en la comunidad las dimensio- reconocidos y respetados.
nes de la cultura, etc. - También encontramos la dimensión
individual en los grupos y en la
consideración de las motivaciones para
Estas dos delimitaciones introducen una característica participar en la acciones emprendidas.
de la intervención colectiva: esta se sitúa en el nivel De Robertis - Pascal
163

Autores: María Cecilia Velázquez – María Gabriela Molina


micro social. Este corresponde a situaciones sociales restringidas y delimitadas,
expresadas por individuos o grupos y permite una relación directa entre estas personas
o grupos y los profesionales que intervienen.

La intervención colectiva es de carácter público, es decir, abierta a la mirada de


todos. Este carácter crea una obligación de compartir con otros: compartir informa-
ciones,

compartir constataciones,

compartir la elaboración de diagnósticos, proyectos y tareas,

compartir el conflicto y el éxito,

compartir la evaluación de los procesos y resultados.

Esos “otros” (que incluyen “nosotros”) son numerosos y diversos, vinculados no


siempre por relaciones armónicas y consistencia ideológico-política o conceptual-
metodológica; pueden estar más o menos empeñados en las acciones y objetivos, para
fortalecerlas o no, con mayor o menor expectativa en la misma, según sus intereses
específicos.

La identificación de los actores y la capacidad para, compartir, “pensar y hacer con”


aquellos que persiguen similares objetivos, tanto como poder generar condiciones
para que dichas finalidades se puedan alcanzar más allá de aquellos actores que pre-
tenden impedir u obstaculizar su realización, ambos son aprendizajes fundamentales
de la intervención colectiva.

Otra característica de la intervención colectiva se refiere a la duración y la orga-


nización del tiempo. Si bien hay intervenciones colectivas de corta duración, lo que
las caracteriza es su larga duración y su desarrollo en el tiempo, lo cual requiere una
perspectiva de proceso y despliegue que trasciende la presencia de un agente en par-
ticular. La sostenibilidad está implicada en el proceso de transformación, y siempre es
de mediano y largo plazo, aunque se construye en el día a día.
164
Modulo: Organización comunitaria y Promoción social | Aspectos Metodológicos y Operativos al
margen...

5.3. Dispositivos de trabajo comunitario:

Por lo hasta aquí expuesto, entendemos que los dispositivos de trabajo comunitario
necesariamente deben partir de esas premisas de construcción de saberes y acciones
como productos de procesos colectivos, no como mera
aplicación de técnicas e instrumentos a una realidad No obstante, para ampliar, ver en CD
social dada. bibliográfico; Montero, Maritza: Hacer
para transformar, 2006: Caps. 3; 7 y 10;
por otra parte, como complementario
Por ello, dentro de varios posibles, hemos seleccionado para paneo de técnicas puedo verse:
algunos que consideramos claves para la generación de Neuremberg, O. – Ruiz,V. y otra:
un lenguaje común en tanto tecnología de la acción: Evaluar para la transformación, 2002

- Educación popular

- Investigación – acción

- Sistematización de prácticas

- Animación o promoción socio-cultural

5.3.a. La educación popular

Desde Paulo Freire, no pueden pensarse las dimensiones educativas y políticas sino
como ineludibles en la acción social promocional. Tanto la apropiación instrumental
de la realidad para transformarla, como la construcción de la comunidad son activi-
dades ética y políticamente relevantes en la constitución de los sujetos sociales y los
procesos de acción colectiva.

Aprender implica reflexionar, decidir y hacer para cambiar, para vivir mejor, para
transformar.

Nadie educa a nadie, pero al mismo tiempo nadie se educa enteramente solo. Los
procesos intersubjetivos de aprendizaje son el cimiento de la acción colectiva.

No es posible enseñar sin aprender. No es posible enseñar sin conocer la realidad


vivida con el grupo. Lo relacional sin paternalismo despierta, atrae, alerta, anima,
porque la exclusión y dominación adormecen. Los procesos de mutua adaptación
activa son los que permiten el desarrollo humano y social.
165

Autores: María Cecilia Velázquez – María Gabriela Molina


El profesional que quiera asumir estas premisas tendrá un rol fundamentalmente
vinculado con la escucha, generación de condiciones para el diálogo, animación para
el encuentro y la acción colectiva, identificación de logros esperables (que eviten la
frustración y con ella la desmovilización), generación de valor público a la cotidiana
tarea de mejorar las condiciones de vida de una comunidad.

Así, y en relación con lo trabajado en el capítulo 1, el valor público de la acción


social está dado tanto por los resultados e impactos como por los procesos. Desde la
perspectiva de la educación popular se concibe a la dimensión educativa de la acción
social como una estrategia de inclusión de los sectores de mayor vulnerabilidad. Se
valoriza lo cotidiano como instancia vital para el aprendizaje, para leer la sociedad y
sus procesos, el rescate de las diferentes lógicas socioculturales para comprender la
diversidad de pensamientos y estrategias que implementan los sujetos para cubrir sus
necesidades, para la producción de experiencias colectivas significativas.

De esta manera, podemos decir que se produce un rescate de los sujetos que eran
tenidos como ausentes, y una revalorización de sus saberes que estaban mantenidos
en silencio.

La educación es una dimensión de la acción social y no una acción en sí misma,


reforzadora de asimetrías.

Esto no quiere decir que no haya información y conocimientos que sea necesario
transferir, socializar, transmitir (de hecho, muchas veces disponer de ello es un dere-
cho que se ha visto obstaculizado como modo de dominación y sojuzgamiento), pero
la educación popular dispone modalidades antagónicas con la perspectiva bancaria,
reconociendo que los procesos nunca se despliegan en “vacíos” de saberes, vivencias,
expectativas e interpretaciones previas.

Esto implica estrategias comunicacionales y de intercambio, rescate de la memoria,


mediaciones entre prácticas, saberes y decisiones para resolver problemas y crear en
común.

Los procesos socioeducativos son aquellos en los cuales se trabaja en la profun-


dización del conocimiento de realidades cotidianas de las personas y permite la uti-
lización de un modelo que conlleva “la necesaria construcción de redes, alianzas de
solidaridad en la que los participantes son actores constructores del conocimiento de
su realidad, con base en problemas significativos a partir de los cuales se plantean las
estrategias de acción viables para contribuir a transformar una sociedad que excluye
166
Modulo: Organización comunitaria y Promoción social | Aspectos Metodológicos y Operativos al
margen...

gran parte de sus integrantes.” (Molina y Romero: 2001:91; en Norma Méndez Vega,
2002).

Esta dimensión socioeducativa facilita la posibilidad de tomar conciencia de las


contradicciones sociales y asumir el reto de buscar alternativas que promuevan la
voluntad, capacidad y protagonismo de las personas para organizarse, movilizarse, in-
teractuar, sensibilizarse, establecer compromisos, negociar, buscar su propia sabiduría
emanada de sus historias de vida y su propia cultura. Permite la participación de
los integrantes de una comunidad, ya no como objetos,
sino como sujetos de transformación. Sobre el tema profundizar con Paulo
Freire y los desarrollos posteriores, en
Como se puede notar, esta dimensión procura la el CD bibliográfico. “Pedagogía de la
resistencia”. Cuadernos de Educación
definición de estrategias para una acción transforma- Popular, Ediciones Madres de Plaza de
dora, en donde participen los diferentes sujetos, o sólo Mayo América Libre.
en acciones individuales sino sobre todo en acciones
colectivas.

5.3.b. La investigación-acción

Es oportuno reflexionar sobre “La investigación-acción como


método (…) en una época en que se redescubre la importancia
de las estrategias de participación de los actores involucrados en
los procesos, a fin de que las soluciones que se plantean desde el
Estado y desde la sociedad civil, sean adecuadas como respuesta
a las necesidades de distintos sectores sociales. O sea, que faciliten
el desarrollo de las potencialidades de los sectores sociales, para
generar satisfacciones a sus necesidades, acudiendo a recursos
externos pero sin perder la visión autogestionaria y de autonomía
de las estructuras de poder”.
(Hannia Franceschi Barraza: 2002)

La investigación acción como método, se sustenta en una base epistemológica críti-


ca y en tal condición ha tenido cambios que interesa reconocer y destacar. Parte del
167

Autores: María Cecilia Velázquez – María Gabriela Molina


carácter dinámico de los métodos; o sea, que éstos deben ajustarse a cada momento
histórico y a cada sociedad y en ese sentido quizás sea conveniente hablar de estrate-
gias metodológicas y no de métodos, por la acepción
estática que estos podrían connotar(46).
(46)Hannia Franceschi Barraza: “La
investigación-acción: relectura actual y
vigencia para el trabajo social”, Mímeo, Resulta un camino pertinente para promover
Costa Rica, 2002. procesos de conocimiento y acción, con la participación
de sectores sociales a quienes se les confiere el
papel de sujetos de su realidad, y es posible vincularla con múltiples situaciones y
problemáticas.

Cabe, al respecto de las discusiones actuales – y más allá de algunos reparos- citar a
Hannia Franceschi, quien resume:

“ 1. La relectura(47)

“1.1. La tradición: La investigación acción (IA) es una


(47)Esta primera parte del
ensayo fue escrito como parte estrategia metodológica que surge en Estados Unidos, en
del Seminario “Investigación- los años 50 como expresión de una búsqueda de apli-
Acción: tradición, aporte y vigencia cación directa de los resultados de investigación. Tuvo
actual”, promovido por el Instituto
de Investigaciones Sociales y el
desarrollos importantes con los aportes de Kurt Lewin
Departamento de Sociología, de la en los movimientos de las relaciones humanas aplicados
Universidad de Costa Rica, en el en la psicología laboral.
primer semestre del año 2001.

Su influencia llega a América Latina y a países eu-


ropeos como Alemania y Holanda en la década de los años sesenta y seten-
ta, donde adquiere un desarrollo propio, a tal punto que se puede hablar
de una corriente de investigación – acción de carácter crítico, porque se
cuestiona la separación tajante entre ciencia y acción social, entre sujeto
y objeto de investigación y la rigidez en el método de acercamiento a la
realidad con propósitos de conocimiento.

Es importante destacar el contexto de desarrollo crítico de la inves-


tigación: en América Latina el auge de los movimientos populares en la
búsqueda de la construcción de proyectos alternativos de sociedad en el
plano estructural y, en Europa, las acciones colectivas de movimientos es-
tudiantiles que cuestionaban las bases culturales y éticas del status quo.

“1.2. El consenso: El desarrollo de la investigación - acción en su


168
Modulo: Organización comunitaria y Promoción social | Aspectos Metodológicos y Operativos al
margen...

corriente crítica ha permitido llegar a conclusiones sobre algunas de sus


características, en las que coinciden la comunidad científica y educadores
populares:

- Más que un método, es una estrategia metodológica utilizada en la


producción de conocimiento que busca ser aplicado directamente en
la realidad social. Esto quiere decir que no existe un proceso uniforme
de aplicación, sino principios que se adecuan a cada realidad concreta,
por lo cual se acepta la flexibilidad metodológica en la escogencia de
las modalidades, técnicas e instrumentos. Esas diferencias descansan en
los distintos fundamentos epistemológicos en que se basa la variedad
multimetódica de la investigación acción.

- Hay una intencionalidad de cambio social y de compromiso con los


sectores dominados de la estructura social, de manera tal que la ubica
entre las corrientes críticas del sistema.

- La articulación de conocimiento y acción en el mismo proceso, por lo


cual el distanciamiento o neutralidad frente a los procesos sociopolíticos
es cuestionado.

- La relación de actores en el proceso de conocimiento y acción desdibuja


las jerarquías tradicionales entre sujeto (investigador) y objeto (comunidad,
organización, población).

Muchos de esos principios fueron incorporados en diversas estrategias


metodológicas, tales como las denominadas “Investigación Acción
Participativa “(IAP), propuesta por Orlando Fals Borda y otros participantes
en el Simposio Mundial de Cartagena, Colombia, en 1977. También son una
guía en la “Investigación Acción Ejemplar”, propuesta por Harry Coenen y
la Red de Investigación Acción de los Países Bajos desde 1987.

“1.3. Las discrepancias: Pero también en el desarrollo de la investigación-


acción han surgido puntos de cuestionamiento o discusión:

- ¿Qué alcances tiene el cambio social que se promueve desde al I-A?

- Los niveles de participación de los actores involucrados: ¿quiénes son


los sujetos y objetos de la investigación?
169

Autores: María Cecilia Velázquez – María Gabriela Molina


- La distinción entre ciencia y acción social: ¿existe neutralidad valorativa
en la I-A?

- La rigurosidad científica de los métodos de investigación: ¿es posible


hablar de replicabilidad y generalización en la I- A?

“1.4. Los aportes recientes: han logrado avanzar en la respuesta a


algunas de esas preguntas, lo cual intentamos sintetizar de seguido:

- La intencionalidad del cambio social: aquí es fundamental considerar


el contexto socio histórico y sociopolítico de los procesos de investigación-
acción. En los años sesenta y setenta se aspiraba a una transformación
estructural integral (económica, política, social), acorde al discurso de
los movimientos populares y políticos que manifestaban un estado de
efervescencia, con impactos en el escenario político del Estado y la sociedad.
En los años noventa y al inicio del nuevo milenio, el alcance de los cambios
es más reducido, lo que no va en detrimento de su impacto. Hablamos de
cambio en el nivel local, en las microestructuras de las relaciones sociales:
a nivel familiar, comunitario, organizacional; es un cambio orientado a
cuestionar las relaciones de poder que frenan la expresión individual, la
identidad de género y étnica, la participación en la toma de decisiones.
En esa línea plantea Coenen que la Investigación Acción Ejemplar (su
propuesta de I-A) tiene un objetivo emancipador.(Coenen. En: Keuene y
Boog;2000:65).

Pero la polémica puede seguir con la pregunta: ¿podemos considerar


esos alcances como cambios significativos? ¿Se pueden articular a procesos
globales de cambio estructural?

Wallerstein y Heller (En: Fals Borda (comp.); 1998:239) aportan algunas


respuestas tentativas al respecto, al expresar que ahora hay esperanzas,
pero no certezas de cómo serán los cambios: “… no existen presunciones
arrogantes acerca del futuro”. Es decir, interesa que la sociedad y sus
actores se planteen mejores formas de vida y convivencia social, sin que el
carácter de las mismas estén definidas a priori.

- La relación sujeto - objeto: aquí es novedosa la reflexión que ahora


se hace. En los años sesenta y setenta, bajo la influencia del paradigma
marxista ortodoxo, se consideraba hasta cierto punto (sobre todo en las
170
Modulo: Organización comunitaria y Promoción social | Aspectos Metodológicos y Operativos al
margen...

vertientes educativas, aunque no fuera un propósito deliberado) que el


investigador y el educador popular iban a llevar la conciencia a los grupos
de base, a la comunidad, a los trabajadores , a los campesinos con los que
se realizaban la investigaciones - acciones.

En los noventa y dos mil se replantea esa relación, cuando se confiere


un papel de actor competente a la “parte investigada”, considerada
tradicionalmente como objeto. Se revalora lo que Freire calificaba como
diálogo entre educador y educando en el proceso de educación liberadora,
en el sentido de que el segundo no es un ente receptor de conocimiento.
Autores como Heller y Wallerstein, Coenen, Smaling y Fals Borda brindan
interesantes aportes al respecto:

- Wallerstein y Heller (En: Fals Borda; 1998:241-243) plantean que la


responsabilidad moral prospectiva implica no instrumentalizar al “Otro”
en la acción social de hoy, o sea, no usar a las personas como un medio.

- Coenen habla de la adecuación recíproca (vocabulario y percepciones)


entre investigador y “parte investigada” en el proceso de investigación
acción ejemplar, el cual es posible en un contexto concreto en el que el
conocimiento mutuamente comprensible es forjado” (Coenen. En: Keune y
Boog; 2000: 47) . Esa adecuación recíproca debe tener como fundamento el
diálogo y la relación de confianza mutua, basada en la experimentación de
una causa común, que es la función crítica de la ciencia. (Coenen. En: Keune y
Boog; 2000: 51). Ese proceso conlleva entonces precisiones, negociaciones
entre los actores, en el cual se hacen explícitos las suposiciones, los valores
e intereses. La postura de Coenen tiene como fundamento la teoría de
la estructuración de Giddens (dualidad de la estructura), la cual plantea
que la estructura social determina a los sujetos pero a la vez, ésta es una
consecuencia de sus interacciones (relaciones de poder de los actores). En
otras palabras, si en el proceso de I-A ambos actores se interrelacionan en
forma de diálogo, ambos actores se transforman.

- Smaling (En : Keune y Boog;2000) por su parte contribuye a esa discusión


diciendo que en la I-A es una modalidad de investigación cualitativa en la
que la relación investigador - investigado debe tener como eje la relación
de diálogo, entendida bajo los principios de intercambio intersubjetivo,
búsqueda de la simetría en las oportunidades de participación, apertura,
proceso hermenéutico plural (interpretación de las actuaciones del otro),
171

Autores: María Cecilia Velázquez – María Gabriela Molina


confianza y respeto mutuos. Pero todo lo anterior no busca concientizar a
la otra parte, sino darle calidad metodológica a la investigación, recuperar
el conocimiento informal y práctico como fuente de conocimiento.

- Fals Borda reconoce que el investigador es también parte del objeto de


estudio, por lo cual “…se convierte en actor comprometido que debe a su vez
analizarse y ser analizado”. (Fals Borda. En: Fals Borda (comp.);1998:174).”

En todos esos planteamientos se destaca la relación horizontal entre los actores


involucrados, de manera tal que ambos son considerados sujetos entre los cuales
se producen intercambios de conocimientos y retroalimentación que enriquece el
abordaje del objeto de estudio, el cual está fuera de esa relación. Esto quiere decir,
que la relación es sujeto-sujeto y desde allí con el objeto; evitando la cosificación de
los sujetos involucrados en el proceso producción de nuevos conocimientos acerca
de la realidad y nuevas realidades en función de compartir los saberes. Ello implica
perspectivas compartidas (lo que no quiere decir idénticas, sino que muchas veces se
producen como resultado de negociaciones de significados y sentidos) acerca de los
cambios sociales que se buscan. La investigación y la acción se fundirían en una praxis
creativa y creadora.

Es una opción metodológica para quienes, además de pretender producir cono-


cimientos, entienden que parte de las finalidades de las ciencias sociales es buscar en
cada instancia de su producción, que las sectores populares pasen a ser sujetos que
participen en la significación acerca de los problemas, necesidades y decisiones que
los atañen, en relación con su calidad de vida.

No obstante la diversidad de fundamentos epistemológicos que pueden encontrarse


para esta estrategia metodológica, es en la definición de sus características donde
se observa la tendencia hacia “La búsqueda de métodos alternativos para producir
conocimientos y contribuir a transformar la realidad, que ha generado una serie de
propuestas ubicadas en lo que se llama “investigación participativa”. Esta modalidad
se inscribe en las acciones de capacitación que no procuran reproducir las relaciones
existentes sino la producción de cambios con base en los conocimientos relevantes para
definir sus acciones” (Molina y Romero, 2001:141; en Hannia Franceschi, 2002).

La “población meta” es parte activa de la misma y así se genera una nueva relación
entre quienes están formados académicamente para estudiar la realidad y aquellos
quienes investigan con propósitos prácticos: para comprenderla y desarrollar una ca-
pacidad de respuesta a las necesidades sociales que surjan de la misma.
172
Modulo: Organización comunitaria y Promoción social | Aspectos Metodológicos y Operativos al
margen...

Los procesos de investigación-acción han sido considerados los más adecuados para
la democratización de la vida cotidiana. “La investigación acción es la base metodológica
para la promoción de procesos democráticos y emancipadores, donde participan los
diferentes actores y actoras interesadas” (Norma Méndez Vega,2002)(48).

Asumir esta perspectiva de la vida cotidiana implica (48) Méndez Vega, Norma: “La acción
una inserción en el conocimiento y, sobre todo, en la socioeducativa y la investigación
comprensión de los sujetos y sus circunstancias. In- acción en la democratización de
la vida cotidiana”, mímeo, Costa
teresa conocer dónde están, qué hacen y por qué lo Rica, 2002. “La democratización de
hacen, para que de esta manera se dé un acercamiento la vida cotidiana es la búsqueda de
y la posibilidad de una interpretación veraz de la vida una vida en fraternidad y que lleve a
cuestionarse: ¿Será posible vivir sin
y las vivencias de los seres humanos, sus modalidades
violencia en los diferentes ámbitos en
de organización, de realización y resolución de necesi- los cuales nos desenvolvemos (…) La
dades. violencia existe y comprende todo
tipo de abuso de poder de unos sobre
otros. Es un fenómeno multifacético y
Al acercarse a una persona, un grupo o una comunidad, extendido en diferentes ámbitos de la
no se debe perder de vista que los mismos tienen una vida social”.
cotidianidad específica, porque “(...) la vida cotidiana es
la vida del hombre entero, o sea: el hombre participa en la vida cotidiana con todos
los aspectos de su individualidad, de su personalidad. En ella se ponen en obra todos
sus sentidos, todas sus capacidades intelectuales, sus habilidades manipulativas, sus
sentimientos, pasiones, ideas, ideologías” (Agnes, 1985:39; en Norma Méndez Vega,
2001).

Asumiendo, por una parte, la complejidad de la realidad social, que implica que
ningún conocimiento puede abarcarla totalmente, y el posicionamiento ético-político
de los profesionales, que conocen y construyen junto con la población el conocimiento
acerca de la misma realidad; una de las estrategias que la perspectiva de investigación-
acción participativa implica en el re-conocimiento conjunto de la realidad social es el
diagnóstico participativo. Este parte del establecimiento de una relación democrática
en la construcción del conocimiento acerca de lo que la realidad es, y se constituye en
uno de las instancias primeras del proceso de investigación-acción con herramientas
propias facilitadoras de la identificación de necesidades, capacidades, oportunidades
y limitaciones comunita-rias, la problematización y
el debate acerca de las priorización de las mismas, Para diagnóstico participativo
los procesos de negociación acuerdo acerca de la (ampliación de conceptos y aspectos
jeraquización de necesidades, el involucramiento de metodológicos) ver anexo y en CD
bibliográfico: José H. Guariguata – Red
actores y las alternativas de acción. Social Guayana, 2004; y programa
bolivariano, 2004.
173

Autores: María Cecilia Velázquez – María Gabriela Molina


Una dimensión importante del asunto en cuestión es el aprendizaje múltiple de
los agentes. Muchos manuales de investigación-acción enfatizan en el agente externo
y sus aprendizajes, reconociendo que debe adecuar su vocabulario, sus códigos de
comunicación, sus concepciones del mundo a la comunidad o grupo, en el proceso
de acercamiento, intercambio e investigación.

Junto con esa dimensión, puede destacarse la capacidad que este tipo de estrategias
metodológicas tienen para legitimar de forma inmediata el conocimiento obtenido
ante el público interesado en el tema, debiendo organizarse para ello actividades de
devolución de los resultados. De esa manera, se pueden ratificar o corregir los hallazgos
generados durante el proceso; exponiendo la labor profesional y de producción
científica a los procesos de crítica social y en esa medida, aporta el mutuo aprendizaje
a la vez que cumple con algunas exigencias de verificación.

Otro reto para recuperar esta dimensión de la interacción, lo hallamos mediante


la sistematización de experiencias como método de conocimiento complementario
a la investigación-acción. Hay que enfatizar, al respecto, que la sistematización de
prácticas se constituye en un instrumento de carácter tecnopolítico, pues permite
la comunicación de prácticas, acumulación de saberes populares, su distribución y
retroalimentación en distintos sectores sociales; potenciando la capacidad replicadora
de experiencias y generadora de sinergias comunitarias.

Nuestras prácticas son nuestra fuente más significativa de aprendizaje. Aprender


de ellas representa un desafío no sólo metodológico, no sólo técnico, sino
fundamentalmente político. En un momento histórico privilegiado para la creación,
las respuestas a las nuevas preguntas no van a surgir de
ningún otro lado sino de la propia experiencia histórica
Sobre sistematización ver anexo y en acumulada.
CD bibliográfico:
1) Curso de Educación a Distancia
“Trabajo Social y educación Popular Otra pregunta usual que se hace a la investigación-
con Niños”, un. 1 y 2; acción se plantea en términos de: ¿Hasta qué grado se
2) Cadena, Felix: “La sistematización
puede generalizar el conocimiento generado a partir de
como proceso”.
experiencias de investigación e intervención en el plano
microsocial, con objetivos muy concretos?

Al respecto, es relevante recordar que más que la generalización, es importante


para legitimar el conocimiento producido es la rigurosidad científica con la cual se
desarrolle el proceso. La misma se manifiesta en una práctica de conocimiento y
acción que contenga un problema de investigación-intervención delimitado y preciso,
174
Modulo: Organización comunitaria y Promoción social | Aspectos Metodológicos y Operativos al
margen...

objetivos definidos suficientemente y una estrategia metodológica de producción


intelectual y de cambio social claramente establecidas. Por ello debe ser flexible, ya
que parte de las necesidades y condiciones del grupo, pero a la vez rigurosa, en la
formulación y revisión permanente, de estrategias y técnicas, no debe descuidar el
registro, el procesamiento, análisis e interpretación
del conocimiento que se va obteniendo, en un proceso
Para profundizar sobre el tema
inductivo, que articula lo particular a lo general, el ver: Maritza Montero: Hacer para
plano de la realidad con el plano de la construcción transformar, 2006, Caps. 5 y 6; y como
intelectual. aplicación, Conde, S.-Leal, M.-Schmunk,
S.: Salud Comunitaria, 1999, Caps. I-IV.

La investigación acción no tiene etapas definidas ni


lineales, sino que es un proceso constante de construcción de alternativas a partir del
pensamiento crítico, que lleve a los involucrados por un proceso de nuevas dimensiones
que faciliten su desarrollo. El uso de procedimientos, técnicas e instrumentos que
promuevan la reflexión y el carácter propositito y creativo de la acción es indispensable
en estos procesos.

5.3.c. La promoción socio-cultural.

En la década de los sesenta también se plantea fuertemente un modelo denomi-


nado animación y promoción socio-cultural. Este modelo da énfasis al desarrollo de
las comunidades, pretendiendo unir las acciones del Estado a las necesidades de las
comunidades, y buscar así mejores niveles de vida para las mismas (Norma Méndez
Vega; Costa Rica, 2001).

En la época actual, con los procesos de globalización económica y de ajuste estruc-


tural, se extienden dichos modelos a incorporar dimensiones productivas en la partici-
pación y el desarrollo social desde el ámbito local(49).
(49) “El desarrollo comunal, se ha
Es una alternativa de acción que se constituye en un planteado teórico e históricamente
como una acción mancomunada del
“conjunto de programas, actividades o acciones ten-
gobierno y de las comunidades para
dientes a ser trabajadas con la participación de la co- el logro de mejores niveles de vida.
munidad, con el fin de producir transformaciones en En algún momento se le denominó
los niveles de vida de ésta, incorporando no sólo las desarrollo de la comunidad y uno de
sus supuestos era que a mejor nivel
variables del desarrollo material, sino también aquellas de vida de los habitantes, mejor será
que permiten expresiones sociales y culturales” (Follari, la adaptación al sistema económico
1982). imperante. La población participaba
175

Autores: María Cecilia Velázquez – María Gabriela Molina


de programas y proyectos elaborados Desde el punto de vista de la promoción sociocul-
en instituciones estatales. Aunque tural, la experiencia de trabajo con comunidades debe
este modelo se sigue aplicando, en
la década de los sesenta, surge un
girar en el sentido de que no solamente se implemente
cambio en la acción comunal, y uno un programa o proyecto institucional hacia determi-
de los propósitos es la participación nada comunidad u organización comunal, sino que
más activa de los miembros de
busque también formas de expresión de su cultura, su
la comunidad. Lo que se da es el
mismo desarrollo comunal, pero comportamiento y situación social y económica. Se tra-
agregándole elementos de promoción ta de establecer un proceso de sistematización de expe-
sociocultural.” Norma Méndez Vega:
riencias y una reconceptualización y resignificación de
“La promoción socio-cultural y La
Extensión Participativa”; informe sus prácticas sociales y culturales, las que dentro de un
de experiencia, Costa Rica, 2001. contexto determinado, contemplan aspectos de clase
AL respecto ver bibliografía sobre: social, producción, políticas sociales gubernamentales,
desarrollo comunitario, desarrollismo,
desarrollo local; y específicamente
aspectos culturales, entre otros.
para la propuesta, “desarrollo a escala
humana”, con autores como Max- No se trata de acomodar las situaciones sociales y
Neef.
culturales de grupos específicos a un engranaje estruc-
tural y hacer que funcione en consonancia con lo es-
tablecido (adaptación funcional), sino más bien de conocer, analizar y concluir para
actuar, con respecto a las situaciones sociales, culturales y económicas, buscando me-
jores condiciones que favorezcan la satisfacción de necesidades de los grupos, las
organizaciones y la comunidad en general.

Por lo tanto, vamos a conocer y trabajar con las comunidades, posicionando a las
mismas en un entramado social en estrecha vinculación con su coyuntura local desde
una visión global; con su pasado y presente que determinan sus necesidades y resig-
nifican sus proyectos.

Follari (1982:140), en esta perspectiva propone un desarrollo metodológico para


el trabajo en comunidad que se resume a continuación (extraído de Norma Méndez
Vega; Costa Rica, 2001):

ASPECTOS NIVELES

I NIVEL II NIVEL III NIVEL


1- Información Perceptible Teoría I Teoría II
2- Acción Investigadora Concientizadora Superadora
3- Conocimiento Generalización Análisis Síntesis
176
Modulo: Organización comunitaria y Promoción social | Aspectos Metodológicos y Operativos al
margen...

PRIMER NIVEL

1- Información. En el primer nivel (perceptible). Es la información que


obtiene el equipo de trabajo en un primer acercamiento a la comunidad a
través de la observación: características físicas, climáticas, relación social,
o sea lo que se obtiene con la primera impresión y que se profundiza
con entrevistas, revisión de documentos u otras fuentes primarias y
secundarias.

De esta primera etapa, el producto es el estudio de la comunidad. Para


ello debemos partir de un concepto de comunidad. Se debe tipificar
la comunidad como rural o urbana y hacer una descripción geográfica,
económica, un relato de los antecedentes históricos, el sistema de co-
municación, las normas y valores de la comunidad (hábitos y costum-
bres). Además es necesario conocer sobre el liderazgo, los roles y status,
medios de cohesión grupal (raza, religión, folklore, lenguaje, actividades
económicas, entre otros).

2- En la acción: aquí interesa conocer aspectos más específicos de la co-


munidad como población, tales como: salud, vivienda, saneamiento am-
biental, organizaciones de la comunidad, recreación. La acción en este
nivel es una acción investigadora.

3- En el aspecto de conocimiento, con todos los datos recopilados se


obtiene un conocimiento y explicación de la comunidad con la cual se
piensa trabajar. Son datos básicamente cuantitativos que permiten una
relación con un contexto regional y nacional.

SEGUNDO NIVEL

1- Teoría I. El autor lo denomina teoría I y es el nivel en el que el equipo


de trabajo logra establecer, gracias a la información que tiene, relaciones
causa-efecto.

2- En el aspecto de acción, se dice que es una acción concientizadora. El


equipo institucional y la comunidad se integran para trabajar en conjunto.
Establecen unidades temáticas con la información recopilada, se jerarqui-
zan los problemas y necesidades.
177

Autores: María Cecilia Velázquez – María Gabriela Molina


En otro momento de este proceso, se preparan acciones comunitarias para
buscar la solución a esos problemas y necesidades y se implementa un
programa de acción social.

3- En este aspecto hay mayor conocimiento y, por lo tanto, un mayor nivel


de análisis.

TERCER NIVEL

1- Información. Con la teoría II, sucede la culminación del proceso cog-


noscitivo del nivel I y II. El conocimiento obtenido permite, a la comuni-
dad y al equipo, el enriquecimiento cualitativo de sus acciones y de su
contexto.

2- Acción. La comunidad puede vislumbrar las contradicciones del siste-


ma y los condicionantes estructurales y propicia el intentar cambiarlas. La
comunidad es sujeto de acción para la transformación.

3- Conocimiento. Síntesis del proceso que permite una nueva tesis y re-
anudar el ciclo metodológico.

Este enfoque metodológico pretende llevar a una toma de conciencia, a la partici-


pación, a la movilización social con fines de transformación, tomando en cuenta sus
formas de organización y expresiones sociales y culturales.

Se puede apreciar que en el primer y segundo nivel de la promoción sociocultural,


pretende acercarse, conocer y explicar las causas y los efectos de los fenómenos
sociales, económicos y culturales de los grupos humanos (en este caso una comunidad),
y es importante enfatizar también en el conocimiento de la comunidad en donde
se encuentran ubicados los sujetos específicamente involucrados en la problemática,
con sus problemas y necesidades. Pero estos énfasis también dependerán del ámbito
institucional u organizacional del que se trate, tanto como de las dimensiones
constitutivas del campo problemático (por ejemplo,
la introducción o no de variables vinculadas con la
Para profundizar ver Follari y otros
producción y el consumo, cuando el campo implique
autores sobre animación socio-
cultural, y, como aplicación, el una fuerte dependencia de éstas).
documento “Proyecto Educativo
Comunitario, Red Encuentro.
178

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