Está en la página 1de 5

Criterio jurídico garantista

246

La coautoría imprudente
José Manuel martínez Malaver*

RESUMEN

El presente artículo pretende realizar una presentación sucinta sobre el intenso


debate académico que ha suscitado en nuestro país, el más reciente fallo de la Sala
Penal de la Corte Suprema de Justicia1. Este pronunciamiento, desarrolla dogmá­
ticamente la figura de la coautoría en el delito culposo, que genera a su vez, unas
profundas consecuencias dentro del contorno de la teoría del delito.

Palabras clave

Coautoría, delito culposo, delito imprudente, coautoría culposa, coautoría impru­


dente.

* Abogado. Estudiante de maéstría en Derecho Penal, Universidad Externado de Colombia. Especialización en Ciencias Penales y
Criminológicas y en Procesal Penal de la misma institución. Docente del área de Penal de la Universidad Autónoma de Colombia.
Asesor Penal de la Sociedad Colombiana de Anestesiología y Reanimación (SCARE).
1. Corte Suprema de Justicia. Sala Penal. Proceso No. 27388. Sentencia M.P.: Julio Enrique Socha Salamanca. Noviembre 8 de 2007.
Investigación y análisis jurisprudencial
247

T anto en nuestro ordena­


miento jurídico penal, co­
mo en otras legislaciones forá­
de bienes jurídicos, sino que la
pena misma debe ser entendida
como una contradicción de la
del hecho punible (teoría de la
equivalencia de las condicio­
nes). En este sentido, se renun­
neas -la española y la alemana, desautorización de la norma; lo cia al principio de la accesorie­
por ejemplo- se dan pociones que preconfigura como resulta­ dad y no se diferencia entre
disímiles en torno a esta figura do: la pena no asegura bienes autores y partícipes (cómplice
dentro del ámbito del injusto jurídicos, y mucho menos aun y determinador).
penal. los repara, sino que asegura la
vigencia de la norma.2 Actualmente la dogmática ale­
Además, frente al delito culpo­ mana y española aplica y defien­
so, la dogmática contemporánea Para entrar en materia, es nece­ de este concepto unitario de au­
delibera intensamente respecto sario determinar los con­­­­ceptos tor para el delito imprudente4.
a superar la diferenciación tra­ explicativos de la coautoría, defi­ Para los finalistas, el criterio
dicional de la culpa con repre­ nir el delito imprudente y, final­ esencial del dominio del hecho
sentación y sin representación, mente, fusionar estos elementos (teoría aplicada para el delito
y partir de una graduación de la para explicar la coautoría en el doloso), no resuelve el proble­
culpabilidad, entre grave y leve. delito culposo. ma en el delito culposo. Efecti­
En este sentido, las tesis funcio­ vamente, tal como lo afirma el
nalistas, que rechazan un dere­ padre de la escuela finalista, el
cho penal de protección de bie­ Teorías explicativas de la in- profesor Hans Welzel5, la ac­
nes jurídicos por una que tenga tervención delictual ción en el delito imprudente no
como función la vigencia de la es el ejercicio de actividad final,
norma, influencian notoriamen­ En primera lugar, se encuentra dado que quien no dirige el re­
te en mayor proporción a nues­ el denominado concepto unita­ sultado de modo final tampoco
tra jurisprudencia nacional, con­ rio de autor, según el cual no puede dominar el hecho; se di­
duciendo a una fundamentación es posible distinguir entre los ficulta diferenciar entre autor y
objetivista del derecho penal. distintos intervinientes en el partícipe, ya que el autor dirige
delito3, pues todos ponen una su acción final hacia un objeto
El profesor alemán Gunther condición para la producción que no es de recibo del derecho
Jakobs, exponente máximo del del resultado, y todas las con­ penal.
funcionalismo radical, afirma diciones deben tratarse de la
que el aparato estatal penal, misma manera por ser de igual En este concepto unitario de
no tiene como fin la protección importancia para la realización autor, no se entra a jerarquizar

2. Jakobs, Günther. Sobre la normativización de la dogmática jurídico-penal. Bogotá: Universidad Externado de Colombia, 2004.
3. Hernández Esquivel, Alberto. Lecciones de Derecho Penal, Parte General. Bogotá: Universidad Externado de Colombia, 2002.
4. Suárez Sánchez, Alberto. Autoría. Bogotá: Universidad Externado de Colombia, 2007.
5. Welzel, Hans. Derecho penal alemán. Santiago de Chile: Jurídica, 1987.
Criterio jurídico garantista
248

ni a diferenciar los comporta­ co mediante la infracción a un la producción del resultado tí­


mientos autónomos e indepen­ deber objetivo de cuidado en pico.
dientes en el delito culposo; por la que el sujeto debió haberlo
cuanto será autor el que infrinja previsto o, habiéndolo previsto, El cumplimiento del deber ob­
el deber objetivo de cuidado y confió en poder evitarlo. jetivo de cuidado excluye la ti­
jamás se presentará la coauto­ picidad, y el que produce un re­
ría y mucho menos las formas De la anterior definición se sultado en el ámbito del riesgo
de participación. puede deducir que para la exis­ jurídicamente permitido, como
tencia del delito imprudente, es el riesgo es permitido, necesa­
En segundo lugar, existe el con­ necesario que concurra el des­ riamente también es permitido
cepto diferenciador de autor, valor de acción en cuanto a la el resultado; luego no comete ni
adoptado por nuestro estatuto infracción al deber objetivo de siquiera conducta típica; la con­
penal en los arts. 29 y 30 del Có­ cuidado y desvalor de resultado ducta será atípica totalmente.
digo Penal. En éste sí se jerarqui­ en cuanto al resultado que le­
zan los distintos comportamien­ sione el bien jurídico tutelado. Para el delito imprudente se
tos autónomos y principales que Por lo tanto, indefectiblemente requiere que el resultado sea
confluyen en la actividad penal, siempre debe existir una impu­ la materialización u objetiviza­
cuyo referente es el principio de tación objetiva y una imputa­ ción del peligro no permitido,
accesoriedad. ción subjetiva. una conexión jurídica entre la
infracción al deber objetivo de
En efecto, podrá predicarse el Ahora, para el funcionalismo, se cuidado y el resultado, lo que se
fenómeno de la coautoría (se realiza el tipo objetivo en el deli­ conoce como nexo de antijurici­
explicará más adelante) y la to imprudente, cuando un hecho dad; así se completa la tipicidad­.
participación, donde la suer­ causado por el agente le es jurí­
te del cómplice y el inductor dicamente atribuible a él, si con Frente a la antijuricidad, ésta
devienen de la accesoriedad o su comportamiento ha creado funciona igual que en el delito
dependencia de lo que haga el un peligro para el objeto de la doloso, y la culpabilidad es la
autor, que actúa de manera au­ acción no abarcado por el ries­ constatación del cumplimiento
tónoma e independiente. go permitido y dicho peligro se del deber subjetivo de cuidado,
realiza en el resultado concreto. esto es, si a la persona en esa si­
tuación concreta le era o no exi­
El delito imprudente Precísamente, una conducta cul­ gible otra conducta, incluyendo
posa solo puede ser atribuida a la culpa con representación y sin
El art. 23 del C.P. definió la un sujeto cuando éste ha creado representación, si se infringió el
conducta culposa como aquella un riesgo jurídicamente des­ deber objetivo de cuidado de ma­
que produce un resultado típi­ aprobado, que se concreta en nera inconsciente o consciente6.

6. Gómez Pavajeau, Carlos Arturo. Estudios de dogmática en el nuevo Código Penal. Bogotá: Giro Editores Ltda, 2005.
Investigación y análisis jurisprudencial
249

Finalmente, se establecen unas de Roxin, es necesario que con­ frente al elemento subjetivo del
fuentes de infracción al deber curra un elemento objetivo y plan común, este no está diri­
objetivo de cuidado, donde se otro subjetivo; el primero está gido para producir un resul­
encuentran: la ley (como es el dado por el aporte esencial en tado (estaríamos en presencia
caso del Código Nacional de la fase ejecutiva y, el segundo, del delito doloso), sino que el
Tránsito en materia de tráfi­ por el plan común. acuerdo común está dirigido
co automotor); los reglamen­ para la realización de una acti­
tos técnicos, que son normas El aspecto importante de esta vidad riesgosa que produce un
que se erigen en el ámbito de figura está dado por la teoría resultado típico.
ciertas actividades peligrosas, funcional del dominio de he­
expresadas por gremios o aso­ cho, donde se presentan dis­ Por lo tanto, no basta que exis­
ciaciones o las que establecen tintas imputaciones recíprocas, ta la infracción al deber objeti­
ciertas comunidades científi­ que con­ sisten en que, como vo de cuidado, se requiere pro­
cas para su adecuado desem­ ningu­no de los coautores rea­ ducir un resultado típico.
peño (lex artis); la experiencia liza íntegramente el tipo, la
decantada de la vida; la juris­ parte que realiza uno de los in­ Ahora, cada coautor puede vio­
prudencia y el derecho con­ tervinientes se le imputa a él y lar el deber objetivo de cuidado
suetudinario; y el modelo del a los demás, y la que llevan a o puede suceder que cada coau­
hombre prudente. cabo los demás coautores tam­ tor infrinja deberes de cuidado
bién se les imputa de manera distintos, adquiriendo la infrac­
recíproca. ción la misma dimensión, don­
La autoría y participación de se realizarían imputaciones
recíprocas en una unidad, ya
Establece el Código que con­ La coautoría imprudente que el conjunto de infraccio­
curren en la realización de la nes reunidas constituye dicha
conducta los autores y los par­ En Colombia aplicamos un con­ unidad­.
tícipes (art. 28), y separa en los cepto diferenciador de autor, en
arts. 29 y 30 estos dos fenóme­ lo referente a la coautoría en el Frente al elemento subjetivo,
nos, depositando para el con­ delito culposo. Eso significa que que es el acuerdo común, éste
cepto de autoría la directa, la puede predicarse el principio de puede ser expreso o tácito7. El
mediata y la coautoría; y para la accesoriedad y presentarse los doctrinante nacional Alberto
participación la determinación fenómenos de la participación Suárez Sánchez, explica que
y la compli­cidad. (complicidad y determinación). éste no se refiere a la voluntad
conjunta hacia la producción
Frente a la coautoría, siguiendo Igualmente, se presenta el fe­ del resultado lesivo, dado que
la teoría del dominio de hecho nómeno de la coautoría, pero sólo se dirige al deseo colectivo

7. Cfr. Supra, p. 546.


Criterio jurídico garantista
250

de llevar a cabo la acción que in­ Finalmente, se encuentra el ele­ sona, sino que puede dar­se el
fringe el deber objetivo de cui­ mento objetivo, que se concreta caso de que deben ser admi­
dado. Sólo hay coautoría si los en la realización conjunta, con nistrados por varias personas.
intervinientes tienen la volun­ división del trabajo, de la actua­ En este sentido, puede que sea
tad conjunta de llevar a cabo la ción constitutiva de infracción bastante claro que un riesgo
conducta descuidada infractora del deber objetivo de cuidado, competa conjuntamente a dos
de la norma de cuidado. donde las imputaciones reci­ autores di­­­­ferentes; por ejem­
procas son los aportes mate­ plo, si el propietario de un ve­
Los intervinientes en el injusto rialmente realizados8. hículo no está en condiciones
imprudente, son conscientes de de circular, ambos responden
que su actuación puede ser por La Sala Penal de la Corte Su­ conjuntamente del riesgo del
acción o por omisión al lesionar prema de Justicia señala que trayecto.”­
el deber objetivo de cuidado para la realización de un mismo
donde se suman las infraccio­ resultado, pueden concurrir en Finalmente, a modo de conclu­
nes propias y ajenas. El acuer­ la creación del riesgo de ma­ sión, podemos afirmar, que en
do común radica en un actuar nera individual o conjunta el Colombia nuestra legisla­ción y
conforme a la infracción del de­ comportamiento de varias per­ jurisprudencia permiten predi­
ber objetivo de cuidado, donde sonas, y citando al profesor ale­ car la coautoría y participación
el acuerdo versa sobre la acti­ mán Jakobs, expresa: imprudente, a partir de una
vidad peligrosa o que crea un “Los riesgos… no necesaria­ concepción diferenciadora del
riesgo jurídicamente desapro­ mente han de ser atribuidos concepto de autor, incluyendo
bado y no sobre el resultado. en todo caso a una sola per­ el principio de accesoriedad.

8. Cfr. Supra, p. 548.

También podría gustarte