Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Al compositor Leandro Díaz Duarte lo abrazó la vida por primera vez un 20 de febrero de 1928, en ‘La Casa de Alto Pino’, una
finca de su familia ubicada en las estribaciones de la Sierra Nevada, que en esa entonces pertenecía al antiguo
corregimiento de Hato Nuevo, hoy convertido en uno de los municipios de La Guajira.
Desde entonces, definió el inició de su carrera musical, cuando se arriesgó a cantar a capela en
parranda a la que se enfrentó en un caserío llamado ‘EL Pozo’. Pero antes debió pasar las más d
pruebas de su vida, enfrentado a un mundo totalmente desconocido para él.
A partir de ahí, su nombre comenzó a darse a conocer por toda La Guajira, y cantando en reunio
la mano con los más connotados músicos de la época; entre ellos el gran ‘Chico Bolaño’, quien f
hasta que Chico murió y lo dejó sumido en una gran reflexión, sobre cómo se pasa la vida y com
la muerte. Lo que dio origen a la famosa canción titulada “Mañana”.
A cada ser, quizás la vida, el destino o Dios, quien al final es quien decide nuestros pasos; le mar
trasegar por el sendero del mañana; le avisa que ya es hora de partir y le pone en el camino los elementos para marchar. A Leandro Dios lo mandó lejo
de lo suyo. Y peregrinando llegó a Tocaimo, un lugar acogedor entre los municipios de Codazzi y San Diego, compuesto por casi doscientas personas
sintió como en casa.
Allí el forastero dejo de serlo al poco tiempo de
POLÍTICA JUDICIAL LOCAL REGIONAL ECONOMÍA NACIONAL ACTUALIDAD DEPORTES OPINIÓN
haber llegado, convirtiéndose en uno más de la
familia. En ese lugar se realiza el primer censo en la
historia de Colombia, ya que el compositor a través
de una canción a la que puso por nombre “La
Trampa de los Tocaimeros”, en un gesto para
agradecer el gran cariño de sus amigos y ganarse
unos pesitos, nombra a todo los núcleos familiares
del caserío.
Y eso fue lo menos de lo más, porque hasta nuestro Nobel Gabriel García Márquez, puso a gente de t
continente a pensar cuales eran esos lugares, que iban en adelanto y que hasta ya tenían su Diosa Co
incluir una estrofa de la canción “La Diosa Coronada”, en el inicio del libro “El amor en los tiempos de
Otra de esas melodías que hacen parte del compendio de lamentos es “A mí no me consuela nadie”, donde el maestro llega a la
conclusión que en su vida aún no existía una musa que frenara los arrebatos locos de su corazón, mientras ya Escalona tenía a su
‘Maye’, Emiliano a su Carmen Díaz, Julio Suárez a ‘Chavelita’. Por eso pensando que no tenía en quien reclinar su corazón ‘averíao’,
decidió cantarle a Cecilia una que vivía en Urumita. Porque como decía en su canto henchido de envidia de la buena, ellos, sus amigos, estaban gozan
pobre Leandro nadie le daba consuelo.
Cuando Leandro Díaz encontró posada para sus sentimientos, con Clementina, -fallecida antes que él- atrás quedaron esos amores furtivos, esas ilus
con algunas muchachas del común que el maestro les dio estatura de princesa. Al lado de sus muchachitos y viviendo de la música, el poeta fue logra
madurez necesaria para enfrentar su vejez, sin dejar de parir cantos.
Cuando ya los hijos crecieron y sus cantos viajaron más allá del sol, el poeta abrazó esa fama, que por nada en la vida logró robarle su sencillez eterna
POLÍTICA JUDICIAL LOCAL REGIONAL ECONOMÍA NACIONAL ACTUALIDAD DEPORTES OPINIÓN
inmortalidad lo visitó antes del atardecer, mucho antes de que el sol se ocultara por las ventanas de su alma.
Un sublime trueque
Luego, en el otoño de sus años, Leandro vivió una apacible vida al lado de los
suyos, de su hijo Ivo y su nuera Rubi López, a quien consideró como “lo mejor
que me ha pasado en la vida”. Y Leandro siguió cantando cada vez que le
apetecía, cada vez que su alma estaba llena de contento -que era casi siempre-
como lo expresa Ivo Díaz, en el más bello homenaje que hijo alguno le haya
hecho a su padre, con la canción ‘Dame tu alma’, ganadora del Festival
Vallenato en el año 1993.
Comparte esto:
Relacionado
Seminario "Cuando Matilde camina" rendirá homenaje Con la escultura Los Ojos del alma, Valledupar le rinde ‘Ilíada Vallenata’, la historia de Carlos Vives,
al maestro Leandro Díaz homenaje a Leandro Díaz enmarcada en cantos y vivencias
13 julio, 2018 13 abril, 2018 28 abril, 2018
En «Local» En «Local» En «Especial Festival»
Administrador
Deja un comentario
Introduce aquí tu comentario...