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LA VIVENCIA Y SU ANÁLISIS

INTRODUCCIÓN:

El estudio de la VIVENCIA nos obliga a enfrentar el problema moderno que subyace


en la delimitación conceptual de las nociones sujeto, objeto y su respectiva relación
mutua, problema que se circunscribe al vasto desarrollo de la teoría del conocimiento
(y de la filosofía occidental en general), dentro de la cual, la presente reflexión es tan
sólo una caracterización particular. En efecto, la relación sujeto/objeto, como
componentes fundamentales en la determinación del conocimiento –y a los cuales
podríamos agregar la representación o juicio como un cuarto elemento–, establece
diversos puntos problemáticos en el devenir mismo del pensamiento occidental,
puntos que, desde una perspectiva amplia, han evidenciado formas de comprender el
mundo a la luz de una mentalidad específica que dirige y determina la manera de
pensar la relación de los elementos que hacen posible el conocimiento. Por supuesto,
la idea de conocimiento nos remite hacia el ámbito de lo verdadero y, en este sentido,
se establecen diferentes enfoques para abordar la cuestión: o el conocimiento
verdadero corresponde con la realidad del objeto; o el conocimiento de un objeto es
coherente dentro de un sistema de creencias y conceptos; o, en todo caso, la utilidad
determina el criterio de verdad en relación con los objetos de conocimiento.

CONCEPTOS:

Del latín “vivere” que significa poseer existencia o vida, aludiendo a las experiencias
de vida personales, podemos decir que vivencia, es lo que cada uno experimenta, en
su cotidianeidad, simplemente por existir, siendo estas experiencias transformadoras
de su esencia, y a su vez reconociendo que cada hecho vivenciado lo es un modo
particular por el que lo vive o experimenta, lo que hace que el propio sujeto lo
modifique en su percepción.

Por medio de las vivencias el sujeto aprende conceptos y habilidades, conoce el


mundo que lo rodea, siente su influencia, lo analiza y cuestiona, y forma parte de la
red de la vida.

La muerte de un padre, el nacimiento de un hijo, una fiesta de cumpleaños, recibirse,


enfermarse, son experiencias cotidianas, que son vivenciadas por cada uno de
diferente modo. Un mismo hecho, por ejemplo un cumpleaños, alguien puede
vivenciarlo como algo hermoso, emotivo y gratificante, y ser para otro, motivo de
angustia al percibir a través de ese hecho, el paso irremediable del tiempo. Por lo
tanto, una misma vivencia puede ser interpretada como positiva o negativa, placentera
o traumática, de acuerdo al carácter, personalidad, historia personal, contexto
económico, político o social, etcétera.

Tiene por lo tanto que ver la vivencia no solo con lo que se vive o experimenta, sino en
cómo se lo vive, de acuerdo a la visión particular de cada individuo, que puede ser
conciente o inconciente, y comienza en la vida intrauterina, donde se vivencian
emociones y conductas que marcarán al futuro ser, en cuanto a su peculiaridad.
LA VIVENCIA: WILHELM DILTHEY

Siguiendo con la diferenciación que Dilthey hace de las ciencias, es preciso hablar de
las especificaciones del particular grupo de ciencias llamadas por él: “ciencias del
espíritu”. En esta clasificación en particular nuestro filósofo nos hace un enlistado de
éstas para tener la idea precisa del campo en el que se ha de enfocar su temática “La
historia, la economía política, las ciencias del derecho y del estado, la ciencia de la
religión, el estudio de la literatura y de la poesía, del arte y de la música, la concepción
filosófica del mundo, ya sean como teoría, ya como conocimiento del trascurso
histórico, componen tales ciencias”. Conociendo así, con mejor precisión de qué se
habla al analizar este tipo de ciencias en su identificación frente a las naturales, es
posible encontrar sus particularidades y las características que las hacen pertenecer a
esta clasificación.

Concretamente para Dilthey, lo común en este grupo de ciencias está en que todas
ellas son fundamentadas en la vivencia; he aquí una palabra clave en toda su
propuesta, será la vivencia el término medular para explicar al hombre como
experiencia histórica, gracias a la explicación de ésta “tenemos, pues, que este grupo
de ciencias constituye un campo propio que se halla bajo leyes propias, fundadas en
la naturaleza de lo vivible, expresable y comprensible” esta fundamentación de
actividades que sólo el hombre hace es lo que confirma la dinámica y criterios
exclusivos para explicarla.

Respecto a la VIVENCIA que se va presentando como la actualidad y el presente en


una vida se le va delimitando para entenderla con más precisión, ya que si bien es
cierto que: “Podemos experimentar siempre la diferencia que existe entre la vivencia,
a la que pertenece también la vivencia del recuerdo o de la expectativa de un futuro o
de la voluntad para realizarlo, y las representaciones de un pasado o de un futuro que
se presentan en la vivencia.”; también es importante puntualizar que no se habla de la
vivencia con tanta simpleza como hablar de un momento presente ya que aunque es
ésta la que nos da la conciencia de la vida, el pasado y el futuro tienen un rol clave.
Esto por lo anteriormente dicho y porque se trata de la formación de relaciones de que
enlazan todas las partes de un curso vital.

Otra especificación que hay que anotar en el concepto de vivencia es, por decirle de
alguna forma: su duración. Es interesante la reflexión de la vivencia en Dilthey al
respecto ya que habla que no es posible experimentar lo presente como tal ya que lo
vivido en un momento, inmediatamente se convierte en pasado, es así que la historia
previa e inmediata al presente, por un instante de distancia resulta determinante para
experimentar la vivencia y darle lógica y continuidad al presente con referencia a ese
instante pasado; y no sólo esto, sino que, lo que va quedando atrás se va a registrar
en la actualización sólo de manera selectiva por medio de las representaciones de las
vivencias previas que registren únicamente modelos de aquello que se nos presenta
repetidas veces, es decir, no lograremos grabar la película íntegra de nuestra vida.
Hablando de las ideas que estas todavía frescas en el recuerdo y la consideración
nueva como parte de una conexión vital dice: “y ahora que rememoro, de todo aquello
que todavía puedo reproducir sólo ocupará un lugar en la conexión de mi vida lo que
tiene un significado para esta conexión, tal como hoy la veo”.

Bibliografía: Dilthey, Wilhelm, “fundación de las ciencias del espíritu” en: El mundo
histórico, Fondo de Cultura Económica, México, 1944, pp 5- 79
LA VIVENCIA: MATURANA VYGOTSKY

La vivencia como la última unidad de análisis en Vygotsky a lo largo de sus escritos


definió un modelo teórico de unidades de análisis superador de las visiones dualistas,
escisionistas de la Psicologia de los años 30, que aún persisten en la actualidad,
visiones que separan lo mental y lo corporal, el intelecto y el afecto, el sujeto y el
objeto, lo individual y lo social, lo interno y lo externo (Castorina & Baquero,
2005). Este modelo teórico que explica de forma sistémica la actividad psicológica le
permitió abordar la complejidad de la totalidad en un movimiento continuo y dinámico.
Vygotsky retoma el sentido que Engels le dio a la dialéctica, superador de las
dicotomías y contradicciones entre el análisis lógico y el histórico. Enhebrando e
implicando ambos análisis, a la vez que los equipara con una perspectiva genética. En
las situaciones sociales de desarrollo, los procesos psicológicos surgen de forma
compleja y entrelazada. El abordaje dialéctico le permitió entender la naturaleza del
proceso reconstruido, explicar el proceso genotípico, adoptando una perspectiva
sistémica irreductible y atendiendo al carácter cambiante en el desarrollo (op.cit.,
2005). En el curso del desarrollo de la obra de Vygotsky, se rescatan diferentes
unidades de análisis según el proceso cuyo estudio quería abordar. Así delimitó
sistemas funcionales o psicológicos Vygotsky, (1930) como unidad de análisis
compleja, cambiante e irreductible, que le permitió explicar las relaciones genéticas,
interfuncionales, asimétricas y heterogéneas de los procesos psicológicos durante el
desarrollo. En segundo lugar, enunció la actividad intersubjetiva mediada
instrumentalmente, con la que explicó la especificidad del desarrollo de los procesos
psicológicos superiores (Baquero, 2004). En tercer lugar, el significado de la palabra:
en el texto “Pensamiento y Lenguaje”, Vygotsky (1934-1993) expresa la amalgama del
pensamiento y la palabra, que constituye una generalización, un concepto, que se
desarrolla. En el mismo texto, diferencia el significado del sentido de la palabra, y a
este último lo concibe para comprender el dinamismo de los significados en los
procesos de interiorización-apropiación (Rodríguez Arocho, 2014). El significado
pertenece a las esferas del pensamiento y del lenguaje, el pensamiento se vincula a la
palabra, y en ella se encarna y existe.

El sentido en cambio expresa lo que la palabra provoca en un sujeto y constituye un


complejo dinámico y fluido que presenta zonas menos estables o de estabilidad
diferente con respecto al significado. Con la idea de sentido Vygotsky distingue y
relaciona, a la vez, el lenguaje interior con el externo; así la palabra tendría para el que
la produce un “subtexto de la expresión” (Ramírez Garrido, en Vygotsky, 1934-
1993:464). Sobre el sentido, escribe Vygotsky: “el sentido de las palabras depende
conjuntamente de la interpretación del mundo de cada cual y de la estructura interna
de la personalidad”, a la vez que propone la necesidad de tratar las palabras en el
contexto de producción y en la interpretación de lo dicho en condiciones de interacción
social. Es así que “la palabra está insertada en un contexto del cual toma su contenido
intelectual y afectivo, se impregna de ese contenido y pasa a significar más y menos
de lo que significa aisladamente y fuera del contexto: más, porque se amplía su
repertorio de significados, adquiriendo nuevas áreas de contenido; menos, porque el
contexto en cuestión limita y concretiza su significado abstracto”. (Vygotsky, 1934-
1993:333). De esta forma, una palabra adquiere sentido en un contexto y cambia su
sentido en diferentes contextos. Las experiencias se tornan subjetivas en el marco de
la red de sentidos subjetivos que caracterizan la inserción social del sujeto en los
contextos en los que participa (González Rey, 2009). Las categorías de sentido y
significado dan forma y se conforma un sistema semántico que permite interpretar,
recrear y a la vez crear o transformar la realidad sociocultural.
LA VIVENCIA: L I. BOZHOVICH

L I. Bozhovich, conocida por sus interesantes y trascendentales estudios sobre el


desarrollo de la personalidad, "se puede hablar de un aprendizaje pleno de los
conocimientos, sólo cuando estos se transforman en puntos de vista, es decir, cuando
la concepción la concepción del estudiante sobre la realidad y su actitud ante ésta."
(Bozhovich1968, p 128). En este caso, los puntos de vista y las actitudes expresan la
unidad de lo cognitivo y lo afectivo, por tanto pueden catalogarse como fenómenos
vivenciales.

En el caso de las habilidades conformadoras del desarrollo personal, hago (Fariñas, G,


1995) un intento de buscar parámetros e indicadores de la naturaleza que vengo
apuntando, porque tratándose de este tipo de habilidad, está mucho menos justificado
el divorcio de lo cognitivo y lo afectivo. Para mí estos grupos de habilidades (G.
Fariñas, 1995, pág. 3) deben ser analizados desde el punto de vista vivencial. En la
descripción del grupo de habilidades relativas a la proyección y organización de la vida
cotidiana, planteo además de los indicadores señalados anteriormente, el empleo del
tiempo en forma creativa y enriquecedora como una de las manifestaciones más
importantes de su desarrollo. En este caso no estoy tomando la creatividad como
proceso (González F, y Mitjans A , 1995) sino como un criterio de la calidad del
desarrollo de este tipo de habilidades, las cuales se encuentran en el centro del
desarrollo (autodesarrollo) funcional del sujeto.

Otro tanto ocurre con los restantes procesos, mecanismos, estados psíquicos que han
sido abordados como afectivos, motivacionales o cognitivos y no como procesos
vivenciales. J. Piaget señalaba que "para que la inteligencia funcione debe estar
motivada por una fuerza afectiva" (1997, pág. 48), pero esto aún no expresa el
carácter vivencia de la inteligencia V A. Vasiliev; V L. Popluzhny y OX. Tijomirov
(1980) en su estudio acerca de la regulación emocional de la actividad cognitiva,
analizaban el surgimiento de sistemas funcionales (cognitivo-afectivos), pero a mí
juicio aún de una forma poco integradora, en tanto son vistos como procesos que
cooperan entre sí en la constitución de dichos sistemas. Pienso que se trata de no
verlos como sistemas cuyos componentes sean simplemente cooperadores entre sí,
sino como unidades sustancialmente diferentes: mecanismos, procesos, etc.
vivenciales. Lo propuesto por estos autores va dirigido a la reconciliación no al divorcio
de los "factores" y esto es un punto de vista más avanzado, pero creo que debe
lograrse un nivel superior de integración: al estilo de la metáfora del agua, en los
estudios sobre la unidad cognitivo-afectiva. Sin subvalorar la posición analítica que ha
aportado tantos datos valiosos e interesantes al pensamiento psicológico (y que aún
subyace en los últimos autores citados), considero que las próximas etapas de
desarrollo de nuestra ciencia y a fin de solucionar la crisis de la psicología, antigua por
sus inicios y actual por su vigencia, deben estar encaminadas a la integración del
conocimiento, tal como planteo en mi artículo. "El redescubrimiento de la teoría del
aprendizaje" también en este número de la revista: La separación de los estudios de la
regulación psíquica y la regulación personológica tanto aclara como obstaculiza la
comprensión de la relación entre estos niveles de regulación, por lo tanto hay que
incorporar, abrir una nueva línea de análisis: la investigación de los tránsitos de la
orientación y la realización comportamental de uno u otro nivel y sus formas de
integración.

El concepto de "VIVENCIA" no es uno más a añadir dentro del esquema conceptual


del enfoque histórico-cultural, sino un prisma a través del cual se debe releer y
reestructurar el viejo conocimiento y mirar y construir el nuevo saber psicológico (tanto
en el estudio de la regulación personológica como en el de la regulación psíquica). Es
muy difícil conseguir asepsia en el estudio de las habilidades aunque éstas sean
analizadas fuera del ámbito de la regulación personológica. Si diferentes lectores
asumen una postura realmente activa ante la comprensión de un mismo texto
científico, enseguida aparecen matices en la interpretación, ideas heterogéneas, aun
cuando exista consenso entre los lectores y esos matices van a estar condicionados
precisamente por las vivencias de cada cual. Es cierto que a este artículo puede
aplicársele la misma idea de Gergen que destaco en el exergo, pero al menos, en este
caso se pretende una concepción que vaya más allá de la racionalista, una visión
integradora más cercana a la realidad psicológica.

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