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Samuel Chacón Avellaneda – 201317213

Escuela de Campo – Marmato – 201619

LOS DISTINTOS MINEROS EN BUSCA DE SU PATRON ORO


Los famosos enanitos que ayudaron a Blanca Nieves son expertos mineros,
pero es probable que no conozcan el pueblo caldense de Marmato; como mucha
gente con la que he hablado sobre el lugar. Yo les contaré otro tipo de historia.
Allí conocí a Yorman, a Carlos, a Jorge, a Benjamín, a Oscar y varias personas
más. Tal vez no sean enanos, por el contrario, comúnmente son personas que, a
mi parecer, tienen una corporalidad musculosa, son personas grandes. Todos
ellos también tienen un gran conocimiento en minería, particularmente la
minería del oro. Durante veinte días estuve, junto con trece compañeros,
realizando trabajo de campo en este municipio para investigar y comprender un
poco más la problemática de la minería.
En el siguiente texto les intentaré hablar un poco sobre este municipio,
sobre su gente, especialmente sobre aquella que ingresa en la montaña y la
quiebra, la rompe, la explota desde adentro para extraer el tan preciado mineral.
En este lugar, por más de 400 años se han realizado labores mineras de
extracción de loro. Hoy en día, aún se realizan estos trabajos de forma
"tradicional", por así decirlo. A través de mi trabajo etnográfico quería
responder a las inquietudes que me había planteado en Bogotá: ¿Cómo funciona
o cómo se conforma la identidad minera; más particularmente la identidad de
los mineros que están trabajando dentro del socavón? (de acuerdo a la RAE, el
socavón es la "cueva que se excava en la ladera de un cerro o monte y a veces se
prolonga formando galería subterránea"). ¿Cómo juega la titulación de minas en
los en la identidad minera? Para ello, Pablo Jaramillo me compartió una sección
de su libro que se titula "El descentramiento de la ‘identidad’" en la cual
planteaba la idea del proceso de identificación en vez de pensar las identidades
como un elemento ya dado y fijo. Luego de leer esto pensé entonces en cómo se
hace para convertirse en minero y ser minero. Mi trabajo se enfocó en hablar
con el minero. A pesar de la existencia de mujeres mineras, me centré en buscar
la identidad masculina del trabajador. Voy con esta pregunta de investigación a
campo. Para ser sincero, mi pregunta de investigación no sufrió mayores
transformaciones.
Ahora bien, es necesario una ubicación geográfica del lugar. Este
municipio se encuentra al norte del departamento de Caldas, en Colombia. La
topografía de este lugar y el modo del asentamiento humano que se ha
presentado en el cerro le otorga unas características muy especiales. No es un
municipio convencional. Las construcciones se encuentran disgregadas por las
diferentes laderas de las montañas. El acceso a algunas de las casas es, en
ciertas ocasiones, más fácil a pie, otras en moto. En la siguiente fotografía
extraída de Google Earth se puede percibir (no con mucho detalle) cómo están
configuradas las calles del pueblo. Son caminos que serpentean la montaña para
llevarlo a los distintos puntos del pueblo. Sin embargo, esta es la primera parte
de la ecuación: lo que es precisamente Marmato. La segunda parte de la
ecuación territorial es lo conocido como El Llano. El Llano es un centro
poblado que se fue configurando desde mediados de la década del 90. Una de
las razones de la creación de esta nueva "urbanización" fue el traslado de la
gente del municipio de Marmato a esta vereda a causa del riesgo que, según
varios defensores de la reubicación, se tenía al vivir en estas casas contiguas a
las minas y al borde del abismo, para decirlo de algún modo. Es importante
mencionar que la comunicación entre Marmato y El Llano se da gracias a una
vía destapada de unos cinco kilómetros aproximadamente. Este camino es
utilizado por Jeeps o mototaxis que hacen rutas cada treinta minutos
aproximadamente. Suben desde El Llano hasta Marmato en un recorrido de
veinte, veinticinco minutos. Estos trayectos son muy interesantes ya que en
cierta medida están transportando las personas que dan vida a ambas partes del
pueblo a través del puente que combina dos mundos diferentes pero sin ser
excluyentes. El Llano sobrevive gracias a la minería de Marmato.
Fotografía 1. Visión Aérea de Marmato
Fotografía 2. Recorrido entre Marmato (Izquierda superior) y El
Llano (Derecha Inferior)
Luego de esta introducción tanto de mi tema de interés como del lugar
comenzaré ahora con el argumento central. Realizaré un recorrido dentro de una
mina imaginaria en la que iré caminando y ahondando los aspectos sobre la
titularidad de las minas, cómo se relaciona con los procesos de identificación y
esto cómo se asocia o utiliza para reivindicar derechos. Los mineros, luego de
mis veinte días allí, puedo decir que tienen formas de vida particulares
suficientemente ajenas a la mía. Hablo de los mineros de forma generalizada
pero baso mis argumentos en varios de los casos con los que tuve oportunidad
de convivir y tratar de entender. Pude ver que había formas de posicionarse
frente a los demás, frente a Mineros Nacionales y frente al Estado; y que
estaban orgullosos de su posicionamiento como mineros.
Según el texto de Jaramillo (2014), existen tres connotaciones para el
proceso de identificación: el reconocimiento, la interpelación y la clasificación.
Estas tres connotaciones se encuentran en constante relacionamiento para así
construir al minero. Sin embargo, quisiera intentar contrastar estas formas de
construcción de identidad con el dato etnográfico. Para ello haré una división de
mi relato: en la primera parte abordaré mis experiencias con algunos mineros
tradicionales que trabajan guachando.
Guachar: Este término se configura como uno de los datos etnográficos más
relevantes para el trabajo. Además resulta interesante que dentro de la jerga minera
adopta distintas concepciones. Para Benjamín Cruz es entrar a la mina siempre y
cuando quien haya comprado el título de la mina no la haya trabajado luego de seis
menes y la tenga en abandono. Mientras que Oscar Martínez habla simplemente de
trabajar la mina. Para Oscar guachar es sinónimo de trabajar, no hay una concepción
de ilegalidad.

En la segunda parte hablaré más sobre los mineros que tienen título. En
esta sección puedo hablar de dos casos en particular. De Antonio Rotavinsky
con quien mantuve una entrevista y particularmente de Carlos Giraldo, con
quien pude compartir mayor tiempo, incluso en ámbitos más personales. En este
Sub-fenómeno de minas con título está, por un lado, el caso de los trabajadores
mismos de la mina y, por el otro, el dueño o poseedor del título. Finalmente, en
una tercera sección me centraré en plantear las identidades tanto de guacheros,
de empleados y empleadores como mecanismo que puede servir para la
reivindicación de los derechos; y pensar las identidades como mecanismos
igualmente políticos.
CONOCIENDO LA MINA
Uno de los aspectos que resultaron influyentes para desarrollar mi trabajo
de campo fue el poder entrar a una de las minas. Poder ingresar al mismo lugar
donde los mineros llevan a cabo su labor. El entorno de trabajo es uno de los
lugares fundamentales para construir la identidad. En el socavón, como se verá
más adelante, se da el lugar propicio para construirse efectivamente como
minero. El día martes 21 de Junio nos levantamos temprano todo el grupo ya
que había planes de ir a la mina San Pedro. A las nueve de la mañana estábamos
saliendo de la casa. No lo había mencionado antes, pero nos estábamos
hospedando en El Llano, en la casa de Bernardo, el director de la Casa de la
Cultura. Cerca de la casa, subiendo por dos escaleras, llegábamos al “terminal”:
Una caseta que servía como tienda y un tablero con los horarios de las rutas. En
este lugar se esperaban los Jeeps que transportaban a la gente (desde mujeres,
niños, mineros, trabajadores públicos, etc.) de El Llano a Marmato. Los trece
estudiantes, Pablo, Miguel y Bernardo ya ocupábamos todo el Jeep; no había
cupo para demás gente, o solo unos cuantos. Días después, escuchando uno de
los comentarios de alguno de mis compañeros, precisamente dentro del Jeep,
decía que los primeros días en los que todos nosotros viajábamos al mismo
tiempo, le impedíamos viajar a mucha gente hacia Marmato y eso les
incomodaba.
Luego de ires y venires, de conseguir botas y cascos para todos los que
íbamos a ingresar a la mina nos dirigimos hacia la bocamina (entrada al
socavón). Movilizar a un grupo grande es complicado así que con Juliana y
Ligia nos adelantamos al grupo. Llegamos a la bocamina de la mina que se
llama San Pedro, que era realmente cerca al pueblo. Al ingresar el primer grupo
pudimos percatarnos cómo es el trabajo de la mina. La percepción de la
distancia se me dificulta estando dentro así que no puedo decir que tan adentro
caminamos. Nos acompañaron Yorman y Cesar. Yo platiqué más con Yorman.
Ese momento no era tan claro para evidenciar algún tipo de identidad o los
procesos de identificación. Por el momento eran las primeras aproximaciones
en campo. Lo que podía era observar atentamente. La construcción de la mina
internamente tiene sus lógicas, sus formas de hacerlo. Casi siempre por
enseñanza del experto hacia el novato. Son labores que se aprenden, en su
mayor parte, por tradición.
Digo que en su mayor parte porque han existido distintos programas de
tecnificación del aprendizaje de la minería. La Escuela de Minas y el
bachillerato en la Institución Educativa de Marmato tenían como objetivo la
enseñanza de una minería más tecnificada. Varias personas tuvieron la
oportunidad de participar de uno de estos programas y esto me llamaba la
atención ya que era un aprendizaje diferente, en paralelo, pero en cierta medida
complementario a lo enseñado por tradición. Uno de los casos fue el de Jorge
Armando. Lleva doce años trabajando en minería; particularmente en las
plantas de beneficio o molinos. Fue de la primera promoción de seis años en el
aprendizaje técnico. Ahora bien, cómo se transforman los procesos de identidad
minera al intervenir los procesos de aprendizaje; al influenciar la enseñanza
desde los doce o trece años. Desde el colegio le enseñaron cómo trabajar en los
molinos, cómo desarrollar el trabajo minero.
“Nosotros en el colegio de Marmato salimos como, salíamos como
técnicos mineros en el colegio de arriba de Marmato y entonces nosotros
salimos con muy buenas bases, entonces nos inculcaban mucho como la
minería, tal cosa, los molinos, esto, aprendimos a trabajar muy bien,
aprendimos muchas cosas entonces sale uno como muy motivado pues como a
seguir haciendo las cosas así.” Énfasis mío. Le pregunté si le gustaba la
minería. “Me gusta mucho, me gusta mucho y en cuanto a la rentabilidad que
es lo más importante tiene uno, que es lo que uno sabe hacer y uno sabe
desempeñarlo muy bien y sabe muchas veces por donde le puede meter para no
hacer las cosas mal”. En el caso de Jorge puedo decir que este aprendizaje le ha
servido para mantenerse en el negocio del oro y que inclusive me dijera que a
futuro lo mejor era tener su negocio, su molino. “Y usted cree que esa escuela
le influyo mucho en su decisión de seguir trabajando pues la minería” Pregunté.
“Sí, yo creo que eso fue como lo que más le marco a uno como, como por
donde se quería ir uno” “Lo mío es mi pueblo, y gracias a Dios estamos bien ” 1

1
Entrevista a Jorge Armando. Minero. Entrevistador: Samuel Chacón
El modo en que se deben hacer los huecos para poner la pólvora, cómo se
deben cortar los maderos para el sostenimiento de la mina, cómo poner los
rieles, incluso cómo caminar dentro de la mina. Para quien no conozca estas
formas de trabajo, es un reaprendizaje en un entorno ajeno. Realmente la única
forma de comprender estas formas de vida, esta realidad, es hablando con las
personas que la viven. Sería muy complicado intentar participar directamente de
los procesos mineros como para comprender a fondo qué es ser minero dentro
de la mina. No obstante, este primer acercamiento me da ideas de pensar en la
performatividad como uno de los factores que permiten ser minero. Esta
performatividad va de la mano con cierto tipo de materialidad ya que se
adquiere una identidad a través de los objetos que se usan. Esto, en el texto de
Jaramillo (2014) lo interpreto como un proceso de identificación a través del
reconocimiento en lo que se hace, con qué lo hace y con quienes lo hace.
Oscar Martínez lleva seis años en el trabajo de la minería: cinco años como
guachero y uno de garruchero. Cuando le pregunté: “¿Pero usted diría que la garrucha
es como una forma de hacer minería también o pa’ usted qué sería hacer minería o qué
es ser minero?” El me responde: “Ok, sí. Yo no sé cómo que hace parte ¿no? Claro.”
Entonces le digo que garruchero no es precisamente minero, me lo corrobora al
decirme que sólo es el que sube el material. Entre preguntas y risas se presenta una
confusión y luego afirma que si uno le preguntara él diría que sí es minero. “Sí, yo soy
minero” Dice. “Pero porque fue minero, no porque ahorita es minero” comenté. “Eso
está muy cerquita de la mima hombre. Ahí si me corcharon” Replica. Finalmente
María José le pregunta qué significa ser minero. Oscar responde: “Minero, trabajar en
los socavones. Eso es la minería.”2
Yorman, por su lado fue quien me enseño la mayor cantidad de aspectos dentro
de las minas. En otra de las ocasiones en las que estuve con Laura y Alejandra por
“Cien Pesos” nos encontramos de nuevo a Yorman en la mina de San Pedro. Aquel
día, teníamos pensado caminar y recorrer la zona. No estaba planeada la entrada a la
mina. En esta experiencia pude percibir, y vivenciar, con más claridad una forma de
vida del minero. En este punto hay también una fuerte performatividad del ser minero.
A mi modo de ver es como pasar a un escenario en el que para entrar en personaje hay
que cumplir con un tipo de ritual. Cambiarse la ropa de casa por la más deteriorada
usada en la mina; algunos también cambian sus zapatos por botas pantaneras, el casco,
muy importante es la lámpara (que varía en precios y calidades). Este es el vestuario
básico. Si quiere convertirse en palanquero, el encargado de cortar los troncos,
necesita un delantal grueso y evidentemente un serrucho. Yorman me mostraba cómo
se construía el aparataje de la madera adentro de la mina para evitar la mayor cantidad
de accidentes. Esta madera comúnmente es de roble. Cómo se debían cortar los
troncos. Se hace un corte para que los extremos queden en punta; luego se hace una
pequeña muesca en la pared de la mina con la pica y se busca que encaje la madera
con la muesca para que quede el madero de forma horizontal en el “techo” de la mina.
Este proceso es también utilizado para poner los maderos necesarios en las lumbreras
2
Entrevista a Oscar Martinez. Garruchero. Entrevistadores: Samuel Chacón y Maria José Williamson
o los tambores, de no ser así, no habría movilización interna. Si quiere ser un experto
machinero, hay que aprender a utilizar el, técnicamente denominado, rotopercutor
neumático. En el lenguaje minero se le dice taladro. El machinero es el encargado de
perforar el frente de la mina. No todos gustan de esta labor puesto que implica estar
rodeado de grandes nubes de polvo. Para esta labor es necesario un tapabocas especial
que utiliza filtros para el momento de la perforación. También Yorman me comentaba
que se utilizan tapones para los oídos y anteojos especiales; aunque estos últimos no
son usados ya que se empañan y no permiten trabajar fácilmente. Para hacer estos
huecos, que en el lenguaje de las minas se denominan barrenos, se hace uso de una
barrena: es una barra metálica de casi un metro de largo con una punta rígida que se
instala en el taladro para perforar la pared de la mina. En el frente de la mina se
realizan aproximadamente quince o dieciséis barrenas; luego de perforar es necesario
esperar un momento para que el polvo se disipe, luego de ello ya hay vía libre para
poner los tacos de dinamita.
La dinamita aparece como otro de los objetos clave. El fenómeno de la
dinamita es todo un circuito de análisis que a pesar de no tener relación directa con la
identidad sí se relaciona con el problema de la titularidad de las minas; que esta
titularidad sí crea otro tipo de identidades mineras. Las minas que poseen título
minero tienen el aval de comprar la dinamita directamente con Indumil, las que no
tienen el título hacen uso de pólvora artesanal o se consiguen la de Indumil a través de
diferentes mercados negros. Esta ha sido una de las principales trabas que ha creado el
Estado frente al trabajo minero en Marmato. Esto, en consecuencia, afecta la forma de
trabajo entre minas con título y las minas sin título. En el caso de Carlos Giraldo y su
mina La Gloria, al tener el título puede comprar fácilmente la dinamita para realizar
las voladuras dentro de su mina. Y es vista ante el Estado como una mina legítima.

Retomando la narración dentro de la mina. Estando adentro, Yorman nos llevó a


que miráramos los frentes de la mina en donde habían realizado los barrenos. Bajamos
por una lumbrera y llegamos al frente. La bajada fue un poco aparatosa; incluso
Yorman puso su rodilla para que yo tuviera un punto de apoyo. Esto me recuerda a lo
que ellos mismos dicen sobre la colaboración y la ayuda dentro del socavón. El
compañerismo que se presenta. El ejemplo clásico era cuando se le descarrilaba y caía
un coche lleno de bultos de piedra. Si lo veían “enredado” con eso no tenían
inconveniente en dejar de hacer lo que estuvieran haciendo y ayudarlo. “Si quiere
sacar músculos, conviértase en cochero”, decían. Este es el encargado de sacar los
coches de madera o metálicos con diez bultos llenos de material con mineral rico en
oro o simplemente cargado de material estéril que era desechado inmediatamente.
No puedo dejar de lado cuando estuve en la mina La Villonza. En dos ocasiones
estuve allí en acción de observar y realizar de cuando en vez una pregunta a alguno de
los mineros. En La Villonza pude percatar con más detalle cómo se desenvuelve el
carácter masculino del minero; muy masculino de hecho. En la primera visita vi un
cuerpo sudoroso y sin camisa, pantalón raído y casco, tomaba jugo en una botella de
gaseosa dos litros. Este es un trabajo sumamente corporal pensaba. Cómo se inscriben
los cuerpos. Cómo mencionaba al comienzo, son cuerpos musculosos. ¿Será una de
las características del proceso de identificación minero? Quienes hablan de los
mineros comúnmente mencionan que son tipos berracos ya que meterse a la tierra,
arriesgar la vida, más el hecho de realizar un esfuerzo físico que no es para todos; que
no todos pueden con el ritmo de trabajo. Y que esa berraquera también se refleja al
momento de pelear. Varios de los mineros, cuando les pregunté sobre el paro minero
de hace tres años dijeron que el ESMAD no pudo con ellos. Que cuando es para
defender sus intereses, también tienen berraquera.

Todo este proceso y esta experiencia me permiten ver cómo se


desenvuelve la vida minera adentro de la mina. Ahora bien, el minero no se
convierte en minero solo por el hecho de pasar a través de la bocamina. Esta fue
una idea que el mismo Yorman se la dio a Santiago Cembrano, uno de mis
compañeros de trabajo, en una conversación informal. Fue algo así como que
Yorman le dijo que nosotros etnógrafos nos encargábamos simplemente de
escribir lo que hacíamos los mineros por dentro de la mina pero no poníamos
atención cuando estaban afuera; y que afuera ellos siguen siendo mineros, que
porque no escribíamos de ellos estando afuera. Esta interpelación de Yorman
me hizo pensar también en la cotidianidad de esta gente. Por ello también me
interesé en aspectos de una identificación que no sea un auto reconocimiento
sino que exista una visión externa que en cierta medida también definen al
minero a modo de constructo social. Es muy interesante hablar con gente que no
es minera pero está en constante contacto con esta gente. Un caso representativo
que me permitió tener otras perspectivas en la construcción del minero fue el
hablar con Lady, esposa de un minero.
Lady me facilitó tener una perspectiva femenina de lo que es el minero. Y
lady me comenzó hablando con esto: “Cada que salen, uno se queda con el
Jesús en la boca porque de por sí es un trabajo muy arriesgado […] se queda
uno con el Jesús en la boca de si vuelven o no vuelven.” ¿Le da angustia? “Aja,
porque uno sabe que salen pero como el trabajo es tan riesgoso no se sabe si
vuelven”. Esto me hizo pensar en una idea binomial muy interesante: El
adentro y el afuera. Cuando Lady me dijo que Salían de la casa pero no se sabe
si vuelvan a entrar. Pasa lo contrario en la mina: entran pero no se sabe si
vuelvan a salir (Ese sentimiento lo tuve cuando hablaba con Felipe en San
Pedro; fue el único momento de verdadero temor el pensar que es posible que
no saliera de esa mina). “Aparte de eso que te digo, algo maluco de los
mineros que todos son toma trago” Incluido (señalando al marido) “Ahh no,
ese, ese ya está graduado” ¿Y es de forma generalizada? “Todo minero. O
bueno, pues todo el que yo conozco, todos. Que porque el decir de ellos que si
no sacan una partecita de lo de la mina pal trago pues ya no produce.” Y eso de
que son mujeriegos “Ah!” ¿Delicado acá? “Dejémoslo hasta ahí” “Pero sí
tienen fama, bueno fama no, porque sí lo son”. Eso es una recurrente en lo que
dice la gente sobre el minero estando fuera de la mina. Es bebedor y mujeriego.
Y esto hay que tenerlo en cuenta porque es algo que también configura a este
personaje. También le pregunté sobre las creencias religiosas. 3
3
Entrevista a Lady. Esposa de Fabio (Minero). Entrevistador: Samuel Chacón
CONOCIENDO LOS TÍTULOS
En este segundo apartado les hablaré brevemente sobre Antonio
Rotavinsky y un poco más sobre Carlos Giraldo sobre sus experiencias de tener
minas con títulos; cómo se construyen ellos mismos como mineros y cómo se
presentan sus posiciones frente al Estado y a las multinacionales mineras. El
caso de Rotavinsky es interesante ya que él fue alcalde del municipio pero ahora
se dedica a la minería. Por el lado de Carlos, es muy particular su forma de
pensar la minería.
Rotavinsky dice que “por familia, nosotros tenemos unas minas que fueron
heredadas, aunque las minas no se heredan pero de todas maneras se han
trabajado así heredadas. Teníamos una mina con un título que se llamaba La
Floresta, y ahorita tengo la mina El Refugio y tengo otros LH [Legalizaciones
de Hecho]. La Floresta tenía título, El Refugio tiene título y en este momento lo
estoy explotando. Hay varios LH que tenemos que por herencia nos tocó.”4
Los LH son formas de propiedad de la mina pero que no son
precisamente un título minero. Estas LH se constituyen a través del
trabajo por mínimo diez años de la mina antes de la expedición de
la ley 685 del 2001, Código de
Minas. Estas LH pueden a
futuro convertirse en los títulos
a través de la solicitud a la
Agencia Nacional de Minería,
aunque en muchas ocasiones no
otorgue el título.
El Título: He aquí uno de
los aspectos fundamentales de
mi argumentación. Cómo se
relaciona la titulación con una
Fotografía 3. Documento del Título Minero identidad minera. Pues bien, de
acuerdo a mi análisis, hay
pequeños cambios de un minero
guachero a uno que tiene su
propio título. Existen concepciones diferentes de trabajo; de pensar
el futuro; del uso de ciertos términos. El caso de Rotavinsky es
claro con el dominio de un lenguaje jurídico especializado; en el
4
Entrevista a Antonio Rotavinsky. Dueño de título minero y exalcalde. Entrevistadores: Pablo Jaramillo y
Samuel Chacón.
que habla con autoridad sobre los problemas de titularidad y de
conflicto tanto con el estado y la multinacional. El título convierte
al “beneficiario” en un pequeño empresario ya que se tienen
cumplir requisitos de impuestos, trabajadores pagos, seguridad
social para ellos, etc. Y este título, se convierte igualmente en una
traba para la multinacional (cualquiera que esté de turno). El
exalcalde dice: “Y aquí los títulos quedan como seis, los demás los
tiene la multinacional, entonces. Si hay una buena oferta, nosotros
vendemos”. Esto da vistos que igualmente a futuro estaría
dispuesto a “salir” de las minas porque prevé que la compañía ya
ha vaciado el oro de la montaña por dentro y será una “muerte lenta
pero segura para nosotros el marmateño”5
Es por ello que traigo a colación a Carlos Giraldo. Este es un segundo personaje
que también es poseedor de títulos mineros. También los obtuvo por herencia a
través de su papá. Luego de morir este último, pasó a ser de su madre. Ahora se
encuentra en sociedad con su hermano y dos sobrinos. La mina La Gloria y El
Filón se encuentran hacia el sur del municipio. La primera está cerca de la
antigua plaza del pueblo, la segunda se encuentra un poco más arriba por la
montaña. Mientras hablábamos con Carlos nos comentaba que en este momento
tiene arrendada La Gloria a los dueños de la mina San Antonio ya que por
cuestiones de personal no la puede trabajar. Muchos de los trabajadores a los
que tenía que pagar decidieron ir a trabajar a la guacha. Por ello decidió
negociar con esta mina, que igualmente tiene título, y simplemente recibir la
renta. Con estas concepciones de minería, Carlos ya no se consideraba minero
tradicional. A sí mismo se veía como empresario, que busca progresar y que
busca tener mejores ingresos. Que tiene planes donde en un futuro cercano
estará mejor posicionado que hoy. Aunque a diferencia de Antonio, Carlos
plantea que sí existen problemas con el Estado por la prohibición de la dinamita
y que tuvo un par de malos negocios con al Gran Colombia Gold. A pesar de
ello, no presenta una posición política en afrenta directa a estos actores. Él se
preocupa por lo suyo. Mantener sus títulos (Aunque no entienda cómo es su
título en el papel o en el mapa, con tal de que pueda trabajar y seguir de ahí
pa`lante, todo está bien), comprar la pólvora de manera legal y recibir la renta.
Esto, sumado a las características previamente mencionadas por Lady, hace de
Carlos un individuo particular, que no pertenece a sujetos y familias que están
subsistiendo a través de lo que puede o no puede darles la montaña, de lo que
les quita o no les quita el Estado.
SALIENDO DE LA MINA
5
Ïbid.
Finalmente, a modo de conclusión y para salir de la mina (otro pequeño acápite
resulta interesante en cuanto a la ubicación, al conocimiento espacial, que tienen
los mineros de la mina en la que están trabajando. Aquel día que entramos con
Yorman y Felipe, nos tomó del pelo al preguntarnos para donde estaba la salida
y nosotros realmente no pudimos responder) quisiera intentar reagrupar varios
de los comentarios que hizo la gente a la que entrevisté y los relatos que decidí
escoger pero el espacio no lo permite. Sin embargo, espero que haya sido
relativamente claro y preciso el uso de estas voces que primero, me permitieron
interrogarlas y segundo que dieron diferentes puntos de vista a todo un
fenómeno tal como el de las identidades. El minero, como cualquier persona, se
conforma de múltiples facetas, tanto en su trabajo, como por fuera de él. Ahora
bien, lo que pude percibir es que una identidad colectiva en la que se muestran
“unidos” los mineros son los mineros de la bocamina, los berracos a pesar de
que en campo no pude percibir una real unión política, una colectividad como
un ser que comparte características y fines comunes. No obstante, puede
argumentarse que en cada uno de los casos particulares se ratifica el hecho de
trabajar y de sentirse orgullosos como mineros para defender sus intereses
laborales. Más allá de que si se es garruchero, cochero o minero y las diferentes
distinciones o visiones de lo que es el oficio de la minería.

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