Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Relato Etnográfico - Escuela de Campo
Relato Etnográfico - Escuela de Campo
En la segunda parte hablaré más sobre los mineros que tienen título. En
esta sección puedo hablar de dos casos en particular. De Antonio Rotavinsky
con quien mantuve una entrevista y particularmente de Carlos Giraldo, con
quien pude compartir mayor tiempo, incluso en ámbitos más personales. En este
Sub-fenómeno de minas con título está, por un lado, el caso de los trabajadores
mismos de la mina y, por el otro, el dueño o poseedor del título. Finalmente, en
una tercera sección me centraré en plantear las identidades tanto de guacheros,
de empleados y empleadores como mecanismo que puede servir para la
reivindicación de los derechos; y pensar las identidades como mecanismos
igualmente políticos.
CONOCIENDO LA MINA
Uno de los aspectos que resultaron influyentes para desarrollar mi trabajo
de campo fue el poder entrar a una de las minas. Poder ingresar al mismo lugar
donde los mineros llevan a cabo su labor. El entorno de trabajo es uno de los
lugares fundamentales para construir la identidad. En el socavón, como se verá
más adelante, se da el lugar propicio para construirse efectivamente como
minero. El día martes 21 de Junio nos levantamos temprano todo el grupo ya
que había planes de ir a la mina San Pedro. A las nueve de la mañana estábamos
saliendo de la casa. No lo había mencionado antes, pero nos estábamos
hospedando en El Llano, en la casa de Bernardo, el director de la Casa de la
Cultura. Cerca de la casa, subiendo por dos escaleras, llegábamos al “terminal”:
Una caseta que servía como tienda y un tablero con los horarios de las rutas. En
este lugar se esperaban los Jeeps que transportaban a la gente (desde mujeres,
niños, mineros, trabajadores públicos, etc.) de El Llano a Marmato. Los trece
estudiantes, Pablo, Miguel y Bernardo ya ocupábamos todo el Jeep; no había
cupo para demás gente, o solo unos cuantos. Días después, escuchando uno de
los comentarios de alguno de mis compañeros, precisamente dentro del Jeep,
decía que los primeros días en los que todos nosotros viajábamos al mismo
tiempo, le impedíamos viajar a mucha gente hacia Marmato y eso les
incomodaba.
Luego de ires y venires, de conseguir botas y cascos para todos los que
íbamos a ingresar a la mina nos dirigimos hacia la bocamina (entrada al
socavón). Movilizar a un grupo grande es complicado así que con Juliana y
Ligia nos adelantamos al grupo. Llegamos a la bocamina de la mina que se
llama San Pedro, que era realmente cerca al pueblo. Al ingresar el primer grupo
pudimos percatarnos cómo es el trabajo de la mina. La percepción de la
distancia se me dificulta estando dentro así que no puedo decir que tan adentro
caminamos. Nos acompañaron Yorman y Cesar. Yo platiqué más con Yorman.
Ese momento no era tan claro para evidenciar algún tipo de identidad o los
procesos de identificación. Por el momento eran las primeras aproximaciones
en campo. Lo que podía era observar atentamente. La construcción de la mina
internamente tiene sus lógicas, sus formas de hacerlo. Casi siempre por
enseñanza del experto hacia el novato. Son labores que se aprenden, en su
mayor parte, por tradición.
Digo que en su mayor parte porque han existido distintos programas de
tecnificación del aprendizaje de la minería. La Escuela de Minas y el
bachillerato en la Institución Educativa de Marmato tenían como objetivo la
enseñanza de una minería más tecnificada. Varias personas tuvieron la
oportunidad de participar de uno de estos programas y esto me llamaba la
atención ya que era un aprendizaje diferente, en paralelo, pero en cierta medida
complementario a lo enseñado por tradición. Uno de los casos fue el de Jorge
Armando. Lleva doce años trabajando en minería; particularmente en las
plantas de beneficio o molinos. Fue de la primera promoción de seis años en el
aprendizaje técnico. Ahora bien, cómo se transforman los procesos de identidad
minera al intervenir los procesos de aprendizaje; al influenciar la enseñanza
desde los doce o trece años. Desde el colegio le enseñaron cómo trabajar en los
molinos, cómo desarrollar el trabajo minero.
“Nosotros en el colegio de Marmato salimos como, salíamos como
técnicos mineros en el colegio de arriba de Marmato y entonces nosotros
salimos con muy buenas bases, entonces nos inculcaban mucho como la
minería, tal cosa, los molinos, esto, aprendimos a trabajar muy bien,
aprendimos muchas cosas entonces sale uno como muy motivado pues como a
seguir haciendo las cosas así.” Énfasis mío. Le pregunté si le gustaba la
minería. “Me gusta mucho, me gusta mucho y en cuanto a la rentabilidad que
es lo más importante tiene uno, que es lo que uno sabe hacer y uno sabe
desempeñarlo muy bien y sabe muchas veces por donde le puede meter para no
hacer las cosas mal”. En el caso de Jorge puedo decir que este aprendizaje le ha
servido para mantenerse en el negocio del oro y que inclusive me dijera que a
futuro lo mejor era tener su negocio, su molino. “Y usted cree que esa escuela
le influyo mucho en su decisión de seguir trabajando pues la minería” Pregunté.
“Sí, yo creo que eso fue como lo que más le marco a uno como, como por
donde se quería ir uno” “Lo mío es mi pueblo, y gracias a Dios estamos bien ” 1
1
Entrevista a Jorge Armando. Minero. Entrevistador: Samuel Chacón
El modo en que se deben hacer los huecos para poner la pólvora, cómo se
deben cortar los maderos para el sostenimiento de la mina, cómo poner los
rieles, incluso cómo caminar dentro de la mina. Para quien no conozca estas
formas de trabajo, es un reaprendizaje en un entorno ajeno. Realmente la única
forma de comprender estas formas de vida, esta realidad, es hablando con las
personas que la viven. Sería muy complicado intentar participar directamente de
los procesos mineros como para comprender a fondo qué es ser minero dentro
de la mina. No obstante, este primer acercamiento me da ideas de pensar en la
performatividad como uno de los factores que permiten ser minero. Esta
performatividad va de la mano con cierto tipo de materialidad ya que se
adquiere una identidad a través de los objetos que se usan. Esto, en el texto de
Jaramillo (2014) lo interpreto como un proceso de identificación a través del
reconocimiento en lo que se hace, con qué lo hace y con quienes lo hace.
Oscar Martínez lleva seis años en el trabajo de la minería: cinco años como
guachero y uno de garruchero. Cuando le pregunté: “¿Pero usted diría que la garrucha
es como una forma de hacer minería también o pa’ usted qué sería hacer minería o qué
es ser minero?” El me responde: “Ok, sí. Yo no sé cómo que hace parte ¿no? Claro.”
Entonces le digo que garruchero no es precisamente minero, me lo corrobora al
decirme que sólo es el que sube el material. Entre preguntas y risas se presenta una
confusión y luego afirma que si uno le preguntara él diría que sí es minero. “Sí, yo soy
minero” Dice. “Pero porque fue minero, no porque ahorita es minero” comenté. “Eso
está muy cerquita de la mima hombre. Ahí si me corcharon” Replica. Finalmente
María José le pregunta qué significa ser minero. Oscar responde: “Minero, trabajar en
los socavones. Eso es la minería.”2
Yorman, por su lado fue quien me enseño la mayor cantidad de aspectos dentro
de las minas. En otra de las ocasiones en las que estuve con Laura y Alejandra por
“Cien Pesos” nos encontramos de nuevo a Yorman en la mina de San Pedro. Aquel
día, teníamos pensado caminar y recorrer la zona. No estaba planeada la entrada a la
mina. En esta experiencia pude percibir, y vivenciar, con más claridad una forma de
vida del minero. En este punto hay también una fuerte performatividad del ser minero.
A mi modo de ver es como pasar a un escenario en el que para entrar en personaje hay
que cumplir con un tipo de ritual. Cambiarse la ropa de casa por la más deteriorada
usada en la mina; algunos también cambian sus zapatos por botas pantaneras, el casco,
muy importante es la lámpara (que varía en precios y calidades). Este es el vestuario
básico. Si quiere convertirse en palanquero, el encargado de cortar los troncos,
necesita un delantal grueso y evidentemente un serrucho. Yorman me mostraba cómo
se construía el aparataje de la madera adentro de la mina para evitar la mayor cantidad
de accidentes. Esta madera comúnmente es de roble. Cómo se debían cortar los
troncos. Se hace un corte para que los extremos queden en punta; luego se hace una
pequeña muesca en la pared de la mina con la pica y se busca que encaje la madera
con la muesca para que quede el madero de forma horizontal en el “techo” de la mina.
Este proceso es también utilizado para poner los maderos necesarios en las lumbreras
2
Entrevista a Oscar Martinez. Garruchero. Entrevistadores: Samuel Chacón y Maria José Williamson
o los tambores, de no ser así, no habría movilización interna. Si quiere ser un experto
machinero, hay que aprender a utilizar el, técnicamente denominado, rotopercutor
neumático. En el lenguaje minero se le dice taladro. El machinero es el encargado de
perforar el frente de la mina. No todos gustan de esta labor puesto que implica estar
rodeado de grandes nubes de polvo. Para esta labor es necesario un tapabocas especial
que utiliza filtros para el momento de la perforación. También Yorman me comentaba
que se utilizan tapones para los oídos y anteojos especiales; aunque estos últimos no
son usados ya que se empañan y no permiten trabajar fácilmente. Para hacer estos
huecos, que en el lenguaje de las minas se denominan barrenos, se hace uso de una
barrena: es una barra metálica de casi un metro de largo con una punta rígida que se
instala en el taladro para perforar la pared de la mina. En el frente de la mina se
realizan aproximadamente quince o dieciséis barrenas; luego de perforar es necesario
esperar un momento para que el polvo se disipe, luego de ello ya hay vía libre para
poner los tacos de dinamita.
La dinamita aparece como otro de los objetos clave. El fenómeno de la
dinamita es todo un circuito de análisis que a pesar de no tener relación directa con la
identidad sí se relaciona con el problema de la titularidad de las minas; que esta
titularidad sí crea otro tipo de identidades mineras. Las minas que poseen título
minero tienen el aval de comprar la dinamita directamente con Indumil, las que no
tienen el título hacen uso de pólvora artesanal o se consiguen la de Indumil a través de
diferentes mercados negros. Esta ha sido una de las principales trabas que ha creado el
Estado frente al trabajo minero en Marmato. Esto, en consecuencia, afecta la forma de
trabajo entre minas con título y las minas sin título. En el caso de Carlos Giraldo y su
mina La Gloria, al tener el título puede comprar fácilmente la dinamita para realizar
las voladuras dentro de su mina. Y es vista ante el Estado como una mina legítima.