Está en la página 1de 1

Terapia Centrada en el Cliente

El tratamiento del alma, por su significado en griego de psique, o tratamiento desde el alma
resultaría más provechoso aun puesto que la psicoterapia no se fundamenta quizá en los procesos
fisiológicos sino anímicos de la vida del sujeto, no podremos hablar de una cura psíquica sin
antes tratarse con los medios adecuados. La terapia centrada en cliente consiste en permitir que el
paciente o cliente como él prefiere llamarle tenga el control de su propia terapia, le da la
verdadera importancia al cliente y a aceptación incondicional y el respeto que le tienen. Sin
embargo, el terapeuta tiene que ofrecer estas tres cualidades durante las sesiones terapéuticas:
Aceptación positiva incondicional, Empatía, Congruencia o autenticidad. Cuando habla de
Empatía se refiere a la capacidad del terapeuta de sentirse identificado con el cliente, de
comprender la experiencia del cliente, entrar en su mundo y no solo comprenderlo desde un
punto como psicólogo sino como ser humano, Decir “realmente, sé lo que siente”, “entiendo por
lo que está pasando”) no comunica una actitud de empatía; se requiere algo más. La empatía nos
permite pensar en posibles soluciones, mejorar la relación terapéutica y facilitar el cambio. La
Aceptación positiva incondicional es aceptar a la persona que está frente a nosotros sin imponer
un juicio ante lo que nos cuenta, es respetar al cliente como ser humano no juzgarles, y
de aceptación de las vivencias y sentimientos del paciente; la aceptación hará que se cree un
clima donde el cliente no se sienta juzgado, rechazado, angustiado por la desaprobación sino que
hará que le cliente se pueda expresar libremente. Pero esto no significa que estaremos de acuerdo
todo el tiempo con el otro, pero si se debemos mantener el respeto hacia el como persona En los
procesos de orientación y psicoterapia es fundamental para la facilitación del proceso de
desarrollo del cliente. La Congruencia o autenticidad ayuda a un dialogo más sincero entre el
terapeuta y el cliente. El terapeuta entra en un encuentro personal directo con su cliente, un
encuentro de persona a persona; significa que es él mismo, que no niega su personalidad. Es
mantener una relación lógica y coherente entre lo que sentimos, lo que decimos y lo que
hacemos. Si para mí, por ejemplo, es importante bajar de peso, tengo que elegir comer ensalada
en lugar de comer pizza. La incongruencia entre lo que sentimos, lo que pensamos y lo que
hacemos lleva a la enfermedad. Rogers cree que en ese tipo de relación que se crea en la sesión,
cambiará la forma en que el cliente le habla y le percibe, y también como se percibirá a sí
mismo. Desde que nacemos, venimos interrumpiendo nuestros sentimientos más auténticos a fin
de ser aceptados y queridos por los demás y es así como fuimos dejando de ser nosotros mismos.
Y procedimos a evaluarnos desde la mirada que percibimos de los otros y no desde nuestra
propia valoración interna. El cliente cambiará la forma “alejada” de percibir algunos aspectos de
sí mismo, y pasará a percibirlas de manera más “próxima” así. Podrá “sentir más libremente” y
podrá “expresar más libremente lo que siente”. Pasará de una actitud de “no aceptación de sí
mismo” a otra diferente en la que “mejorará su auto aceptación”. Pasará de un estado de “tener
miedo a lo que expresa”, a otro en el que podrá “confiar y expresar abiertamente lo que
experimenta”. La terapia centrada en el cliente es una de las terapias más interesantes de la
psicología, porque vemos como el paciente toma control de esta y poco a poco se va volviendo
muy independientes a la hora de solucionar sus problemas. Se centra en darle a la persona, para
establecer un crecimiento individual y darle libertad al cliente a que por sí mismo reconozca sus
defectos y virtudes y tenga un concepto positivo de sí mismo, y se acepte sin condiciones.

También podría gustarte