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Herencia de la Ley suprema de la vida

Gosho Zenshu, pág. 1336


The Major Writings of Nichiren Daishonin, Vol. 1. pág. 21

Nichiren escribió lo siguiente:

Acabo de leer cuidadosamente su carta. Para responderle, la herencia de la Ley suprema de la vida [y la
muerte, que se transmite del Buda a todos los seres vivientes] es Miojo Rengue Kio. Los cinco caracteres de
Miojo Rengue Kio1 fueron transferidos por Sakyamuni y Tajo – los dos budas que estaban en la Torre de los
Tesoros – al bodisatva Yogyo, y así continuó una herencia ininterrumpida desde el infinito pasado. Mio
representa la muerte, y Jo se refiere a la vida. La vida y la muerte son dos fases que manifiestan las entidades de
los Diez Estados. A esto se llama totai rengue [la ley de causa y efecto como entidad de la vida en sí].
T’ient-t’ai dijo: “Usted debe comprender que todas las acciones y reacciones de los sujetos y de su
ambiente, en interrelación, manifiestan la Ley de simultaneidad de causa y efecto” 2. En este fragmento, “los
sujetos y su ambiente” significa la realidad de la vida y la muerte. Allí donde hay vida y muerte, funciona
claramente la ley de simultaneidad de causa y efecto.
El gran maestro Denguio dijo: “El nacimiento y la muerte son las funciones místicas de la esencia de la
vida. La realidad suprema de la vida yace en la existencia y la no existencia” 3. No hay ningún fenómeno que
esté libre de nacer y de morir: ni el cielo ni la tierra, ni el yin ni el yang4, ni el Sol ni la Luna, ni los cinco
planetas5, ni ningún estado de la vida, desde el Infierno hasta la Budeidad. Así, la vida y la muerte de todos los
fenómenos son, simplemente, dos fases de Miojo Rengue Kio. En su Maka Shikan, T’ien-t’ai dice: “La aparición
de todas las cosas es la manifestación de su naturaleza intrínseca; y su extinción es el replegamiento de esa
naturaleza al estado de latencia”6. Los budas Sakyamuni y Tajo también son estas dos fases de vida y muerte.
No hay ninguna diferencia o separación entre Sakyamuni – quien alcanzó la Iluminación incontables
eones atrás – , el Sutra del Loto – que conduce a todas las personas a la Budeidad 7 – y nosotros, mortales
comunes. Por lo tanto, entonar Miojo Rengue Kio con plena conciencia de esto es heredar la Ley suprema de la
vida y de la muerte. Perpetuar esta herencia es la tarea más importante que deben llevar a cabo los discípulo de
Nichiren, y es también, precisamente, lo que significa abrazar el Sutra del Loto.
El sutra proclama, para aquel que se arma de fe y entona Nam Miojo Rengue Kio con la profunda
conciencia de que ese es el último momento de su vida: “Después de su muerte, un millar de budas extenderán
sus manos para liberarlo de todo temor e impedir que caiga en los malos caminos” 8. ¿Cómo entender las
lágrimas, ante la dicha indescriptible de saber que, no sólo uno o dos, no sólo cien o doscientos, sino mil budas
vendrán a recibirnos con los brazos abiertos?.
En cambio, el que no tenga fe en el Sutra del Loto se encontrará con las manos firmemente aferradas por
los guardianes del Infierno y, tal como advierte el Sutra, “… después de su muerte caerá en el Infierno de

1
Cinco caracteres de Miojo Rengue Kio: Son Mio, Jo, Ren, Gue y Kio. En los escritos del Daishonin, Miojo Rengue Kio suele sustituirse por
Nam Miojo Rengue Kio.
2
Jokke Guengui, Vol. 7.
3
Tendai Hokkeshu Gozu Homon Yosan, Vol. 5.
4
Yin y yang: Dos principios universales de la antigua filosofía china. Yin es el principio negativo, oscuro y femenino; Yang es positivo,
brillante y masculino. Se pensaba que la interacción de ambos principios afectaba el destino de todas las cosas.
5
Cinco planetas: Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno. En el Japón del siglo XIII no se conocían los planetas más lejanos del Sistema
Solar.
6
Maka Shikan, Vol. 5.
7
Nichiren Daishonin emplea el nombre de Sakyamuni para referirse al Buda, y el del Sutra del Loto para referirse al Gojonzon. Por ende, si
analizamos este fragmento desde el punto de vista del Budismo verdadero, significa que el Buda original de kuon ganllo, el Gojonzon que
conduce a todos los hombres a la Budeidad y nosotros, personas comunes, no somos diferentes en modo alguno ni estamos separados
unos de otros.
8
Sutra del Loto, cap. 28.
sufrimiento incesante”9. ¡Qué lamentable! Entonces, los diez reyes del Infierno 10 dictarán sentencia sobre él, y los
mensajeros celestiales11 que lo han acompañado desde el nacimiento lo condenarán por sus malas acciones.
Imagínese que esos mil budas que extienden sus manos a todos los discípulos de Nichiren que entonan
Nam Miojo Rengue Kio son como melones o campanillas que tienden sus finas enredaderas. Mis discípulos han
podido recibir y abrazar el Sutra del Loto en virtud de los poderosos lazos que establecieron con esta enseñanza
en sus existencias pasadas. Sin duda, obtendrán la Budeidad en el futuro. La herencia del Sutra del Loto fluye
en la vida de aquellos que jamás lo abandonan en ninguna existencia, ni en el pasado, ni en el presente ni en el
futuro. Pero aquellos que no creen en el Sutra del Loto y actúan contra él “destruirán todas las semillas para
llegar a ser budas en este mundo” 12. Y al desvincularse del potencial de lograr la Iluminación, ya no comparten
la herencia suprema de la fe.
Todos los discípulos y creyentes de Nichiren deben invocar Nam Miojo Rengue Kio en unión (Itai
Doshin), transcendiendo todas las diferencias que pueda haber entre ellos 13, hasta llegar a ser inseparables como
los peces y el agua en que nadan. Este lazo espiritual es la base para la transmisión universal de la Ley suprema
de la vida y de la muerte. Aquí yace el verdadero objetivo de la propagación de Nichiren. Cuando estén unidos
así, hasta el gran anhelo del Kosen-rufu podrá lograrse sin falta. Pero si alguno de los discípulos de Nichiren
rompe la unión de Itai Doshin, destruirá su propio castillo desde el interior.
Nichiren ha estado tratando de despertar la fe en el Sutra del Loto en todos los habitantes del Japón,
para que ellos también puedan compartir la herencia y manifestar la Budeidad. Pero, en cambio, me atacaron
una y otra vez y, finalmente, me expulsaron a esta isla. Sin embargo, usted siguió a Nichiren y, como resultado
de ello, tuvo que enfrentar diversos sufrimientos. Cuando pienso en su angustia, me invade un profundo dolor.
El oro no puede ser quemado por el fuego ni corroído ni arrastrado por las aguas pero el hierro es vulnerable a
ambos. El sabio es como el oro, y el necio es como el hierro. Usted es como el oro puro, ya que abraza el “oro”
del Sutra del Loto. Un fragmento de este sutra dice: “El monte Sumero es la más elevada de todas las montañas.
Del mismo modo, el Sutra del Loto es las máxima entre todas las enseñanzas” 14. También señala: “La buena
fortuna del creyente no puede ser quemada por el fuego ni arrastrada por las aguas” 15.
Deben de ser los lazos del karma del distante pasado lo que lo destinaron a convertirse en mi discípulo
en un momento como este. Los budas Sakyamuni y Tajo, sin duda, comprenden esta verdad. Cuando el sutra
declara: “En existencia tras existencia, siempre nacen junto a sus maestros, en las tierras de buda de todo el
universo”16, no puede haber una sola palabra de falsedad.
¡Qué admirable que usted me haya preguntado sobre la herencia de la Ley suprema de la vida y de la
muerte! Nadie jamás me había hecho esa pregunta. En esta carta le he respondido detalladamente, por eso
quiero que la atesore en lo profundo del corazón. Lo importante es continuar la práctica, con la convicción de
que Nam Miojo Rengue Kio es la sabia vital que se ha transmitido de los budas Sakyamuni y Tajo al bodisatva
Yogyo.
La función del fuego es arder y dar luz. La función de agua es eliminar la suciedad. El viento dispersa el
polvo e infunde vida a plantas, animales y seres humanos. La tierra nutre las hiervas y los árboles, y el cielo
brinda la humedad vital. Miojo Rengue Kio también actúa de todas estas formas. Es el cúmulo de beneficios que
trajeron los bodisatvas de la tierra. El Sutra del Loto dice que el bodisatva Yogyo tendría que aparecer ahora
para propagar esta enseñanza en el Día Posterior de la Ley, pero ¿esto sucedió en realidad? Ya sea que el

9
Sutra del Loto, cap. 3.
10
Diez reyes del Infierno: Figuras simbólicas de la tradición religiosa popular. Una concepción china consideraba el Infierno como un
tribunal demoníaco, donde se juzgaba a los fallecidos por sus actos negativos.
11
Mensajeros celestiales: Se refiere a Dosho y Domyo, dos “mensajeros celestiales” que, según se dice, pasan toda la vida sobre los
hombros de las personas desde que éstas nace, para observar cada uno de sus actos. Simbolizan la Ley de causa y efecto en la vida, tal
como la expone el Budismo.
12
Sutra del Loto, cap. 3.
13
Transcendiendo todas las diferencias que pueda haber entre ellos: Esta frase podría haberse traducido, literalmente, como “sin
discriminar en absoluto entre el yo y el otro, entre esto o aquello”. No significa una negación de la individualidad, sino una exhortación a
acortar las distancias entre las personas, que surgen del egoísmo y de la desconfianza.
14
Sutra del Loto, cap. 23.
15
Ib.
16
Ib., cap. 7.
bodisatva Yogyo haya aparecido o no en este mundo, lo cierto es que Nichiren al menos dio el paso inicial en la
propagación de esta enseñanza.
Tome la decisión de extraer el inmenso poder de su fe e invoque Nam Miojo Rengue Kio con la oración
de que su fe sea firme y correcta en el momento de su muerte. Jamás busque otra forma de hereda la Ley
suprema de la vida. Entonces, podrá comprender que los deseos mundanos son Iluminación y que los
sufrimiento de la vida y de la muerte son el nirvana. Sin la sabia vital de la fe, sería inútil abrazar el Sutra del
Loto.
En otra oportunidad, le daré más detalles.

Con mi profundo respecto,


Nichiren, el shramana del Japón.
De mi puño y letra.

En el undécimo día del segundo mes, en el noveno año de Bun’ei (1272)


Antecedentes

Los registros son incompletos, pero se cree que Sainen-bo Nichillo era un destacado sacerdote de la
escuela Tendai que, por alguna razón desconocida, había estado viviendo durante algunos años en la isla de
Sado. Allí conoció al Daishonin y se convirtió en su seguidor. “Herencia de la Ley suprema de la vida”, fechada
el 11 de febrero de 1272, es la respuesta a una pregunta de Sainen-bo, quien también fue destinatario de algunos
de los más profundos escritos del Daishonin, entre ellos, “La verdadera entidad de la vida”, “Sobre la oración”
y “La iluminación de las plantas”.
Hacia el siglo XIII, la antaño prestigiosa escuela Tendai se había deteriorado con la penetración de las
enseñanzas esotéricas de la escuela Shingon. Durante dos siglos, el famoso santuario Majayana del Monte Jiei
había sido el eje del mundo religioso japonés, pero el budismo que allí se practicaba ya no era relevante para la
necesidad de la época ni tampoco ortodoxo. La escuela había caído en el formulismo y en la monótona
repetición d un ritual establecido hacía mucho tiempo.
Sainen-bo era un sagaz erudito. Seguramente se hallaba desanimado por la falta de ortodoxia y
disciplina dentro de su escuela y, rápidamente, sintió expuesta por Nichiren Daishonin y su sabiduría. Buscaba
respuesta a la pregunta fundamental, de la vida y la muerte, y el Daishonin lo alabo diciéndole: “¡Qué
admirable que usted me haya preguntado sobre la herencia de la Ley suprema de la vida y de la muerte!”. Lo
introdujo en el misterio de la Iluminación del propio Buda y le proporcionó una guía práctica para que las
personas comunes pudieran lograr el mismo fin.
En el primer párrafo, el Daishonin afirma que Nam Miojo Rengue Kio, que es en sí mismo su
Iluminación interior, es la herencia de la Ley fundamental de la vida. Transmitió esa Ley a su inmediato
sucesor, Nikko Shonin. Sin embargo, en sentido general, esa Ley fluye en las profundidades de la vida de
quienes entonan Nam Miojo Rengue Kio.
En este Gosho, Nichiren Daishonin declara que no hay ninguna diferencia entre él, el Gojonzon – que es
la corporificación de su vida iluminada – y nosotros, personas comunes que entonamos. En cuanto al tiempo, la
sabia vital – relación mística entre la Ley y la vida de la gente – corre eternamente a través del pasado, el
presente y el futuro, sin detenerse en ninguna existencia. Con respecto al espacio, la herencia de la Ley
fundamental fluye dentro de la vida de los discípulos del Daishonin que entonan Nam Miojo Rengue Kio,
unidos en el propósito de establecer la paz mundial.
Después de haber establecido que la Ley está dentro de uno, Nichiren Daishonin explica cómo heredar
la Ley fundamental y cómo manifestar la Budeidad innata. Alienta la actitud de pensar “este es el último
momento…”, para tener una existencia lo más significativa posible y una fuerte identidad que trascienda tanto
la vida como la muerte. Al tratar el tema de los mil budas y de los Diez Reyes del Infierno, revela la continuidad
de causa y efecto, que abarca el pasado, el presente y el futuro. Cualquiera sea la condición de vida que
predomine en esta existencia, será llevada a la próxima. La herencia de la Ley fundamental fluye desde el
infinito pasado hasta el eterno futuro. Pulsa vigorosamente en la fusión de la Ley – el Gojonzon – con la vida de
las personas y, también, en el reconocimiento mutuo y el aliento de quienes defienden dicha Ley. Que alguien
pueda o no heredar la sabia vital del Budismo del Daishonin depende, enteramente, de su fe. Por eso advierte
estrictamente en su conclusión: “sin la sabia vital de la fe, sería inútil abrazar el Sutra del Loto”.

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