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CAMINO INTERNO

Con respecto a “logre la budeidad”, mi maestro enseño: “el estado de budeidad


no es algo que llega a nosotros desde afuera. En cambio, este pasaje describe
con claridad la función del estado de buda que irrumpe y surge desde lo
profundo de nuestra vida”.

En otras palabras, desde el punto de vista literal, este fragmento del Sutra refuta la
idea de que shakyamuni había manifestado la budeidad por primera vez en esa
existencia, en la india, y esclarece que, en realidad, la adquisición de su
budeidad correspondía al remoto pasado. Así pues, reitera la enseñanza
articulada antes en la primera parte de este mismo capítulo: que la vida de todas
las personas esta eternamente dotada de los tres cuerpos o tres propiedades
iluminadas del buda.

En el “ongi kuden” (registro de las enseñanzas transmitidas oralmente), Nichiren


Daishonin indica que este fragmento “se refiere a los tres cuerpos de un buda”.
Esclarece los tres cuerpos que son la vida fundamental del buda e indica que,
desde el pasado sin comienzo de kuon ganjo, nuestra vida también ha estado
dotada de los tres cuerpos. Esto es lo que significa la cita de acuerdo con el
budismo de Nichiren Daishonin.

Desde el punto de vista de la eternidad de la vida expuesta en el capítulo


“duración de la vida de él que así llega” (decimosexto), el estado de budeidad y
los nueve estados restantes coexisten y son inherentes a la vida. El daishonin
interpreta que ji ga toku butrai significa: “el buda dotado de los nueve estados y
de la budeidad ha llegado (a este mundo)”.

En lo que respecta al significado implícito del pasaje, el buda que logró la


iluminación en el remoto pasado no “se convirtió” en un buda por haber
erradicado los nueve estados restantes, sino que posee en forma simultanea tanto
estos nueve estados como el de buda. A esto se denomina estar “eternamente
dotado de los diez estados”. “Eternamente dotado” significa “poseer” en forma
originaria o inherente”. Describe la esencia primigenia de la vida “que no fue
trabajada, que no fue mejorada, sino que existe tal como siempre ha sido”. A esto
se designa también como kuon o “no creado”, es el aspecto primordial, original y
verdadero de la vida, tal como es.

Manifestar esta esencia de la vida, que existe tal como es, significa cultivar y
utilizar a pleno el poder intrínseco que poseemos en nuestra vida. Para dar un
ejemplo, después de un crudo invierno, enseguida asoman brotes verdes y tiernos.
Esta vegetación nueva crece a un ritmo imparable, bañada por el brillo de la luz
matinal. En su aparición no hay actitudes tentativas ni vacilantes: solo pura
intención de surgir. No hay especulación ni capricho en su manifestación; viven
plenamente cada momento de la existencia. Estos brotes no se encierran a la
rigidez, no son inflexibles. A lo largo de toda su expresión vital, se mantienen fieles
a sí mismos. Y como resultado de ello, brillan, logran una espléndida armonía con
todo aquello que los rodea.

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Esta es la condición que describe el escritor francés Romain Rolland (1866-1944)
cuando manifiesta: “!He obtenido mi propia plenitud! ¡He logrado ser maestro de
mí mismo! Que posesión podría compararse con esta…”

Más aun los que pudimos conocer la Ley Mística estamos en condiciones de abrir
nuestro “yo primordial” y hacer resplandecer nuestra vida eternamente. ¡Qué
posibilidad invalorable! ¡Qué buena fortuna poseemos!

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¿Cómo se hace para poner la Ley dentro de mí?
¿Para construir una identidad sólida, una genuina
independencia, para adquirir un estado de vida y
serenidad ilimitadas?

Tengo que convertirme en una “experta en derrotar las funciones destructivas de


mi vida” - “en una experta en observarme a mí misma, dejar de ocuparme del
afuera y comenzar a tomar las riendas de mi vida”.

La postura para invocar: Invocar devocionando mi “verdad mística” mi Budeidad


(Este es el camino interior y ¡aquí está la victoria! Mi Revolución Humana) El
camino de <Maestro y Discípulo>

La felicidad radica en ser fuerte y sabia, en cuanta fuerza vital puedo manifestar
cada día. ¡Construir, construir, construir! ¡Espíritu de Búsqueda! Continuamente,
constantemente. La felicidad se construye, no viene nada de afuera de uno. Se
construye a partir de corregir los pensamientos distorsionados de mi mente o
corazón. Para que se manifieste esa Budeidad debemos invocar el <Daimoku de
la Fe> Mientras invocamos para pulir totalmente nuestra duda, debemos sentir
“soy un Buda”, sólo así se manifiesta nuestro máximo potencial. (Sobre el logro de
la Budeidad)

Estudiar para despejar los negros nubarrones de mi mente o corazón (orientación


de Sensei último video (extraordinaria, sin pérdidas) Arg. Seikyo 15/03/2007) El
Budismo es Victoria o Derrota, pero al final siempre debe ser Victoria. Si tenemos
verdadera fe, no sentiremos miedo a nada. Sin falta, podremos despejar el
camino hacia la felicidad en nuestra vida.

El Sr. TODA, dijo: “Sigan orando seria y sinceramente al Gohonzon, de todo


corazón. La mayoría de la gente no llega a comprender este sencillo principio.
Podrá parecer un camino largo o indirecto, pero en realidad es el “Atajo” más
corto y seguro hacia el avance.

El Sr. TODA, dijo: “¿Si uno realmente hace Daimoku al Gohonzon, la causa que lo
llevó a enfermarse se? convierte en la causa para ser sano. Así actúa la Ley
Mística. Lo esencial es tener convicción inamovible la fe. Tenemos la tremenda
fortuna de haber adoptado la fe en la noble Ley Mística, entonces, ¡Hagamos
pleno uso de su impresionante poder! También alentaba de este modo a las
miembros de la División de Damas y de la DJF: “Nada es más fuerte que la
confianza. Para ganar la confianza de las personas, uno necesita tener una
potente vitalidad. Por favor, reviertan todos los problemas con “firme fe” y con
“poderosa fuerza vital”. La persona que posee una abundante fuerza vital es feliz
y puede superar todo tipo de dificultades y adversidades. La clave para ganar la
confianza de las personas que los rodean yace, fundamentalmente, en tener una
poderosa fuerza vital. También decía “las mujeres deben esforzarse en la fe para
que su vitalidad resplandezca y brille en su más plena expresión, y así gozar de
vidas felices y satisfechas”. El daimoku es muy importante: Triunfen a través de la
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fe. ¡Llevar todo al Gohonzon, todos mis impedimentos, todo lo que no puedo,
todos mis sueños! ¡La Ley dentro de mí!

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Contemplen el sol de la budeidad que Existe en su
interior

Practicar el Sutra del loto hace que el sol se eleve en nuestro corazón. Por
tempestuosas que sean las circunstancias. Cuando el sol resplandece en lo
profundo de nuestro ser, en el corazón se corren los velos y aparece un cielo
limpio y azul, Como el firmamento luminoso de mayo. Y cuando en nuestro
corazón se establecen las cuatro virtudes de la eternidad, la felicidad, el
verdadero yo y la pureza. Nuestra tierra, Es decir, el sitio donde vivíamos brilla
como la tierra de la luz eternamente tranquila. Es cierto que todos poseemos un
sol en el centro de nuestra vida, pero somos muy pocos los que tomamos
conciencia de ello. El Sutra del loto es la escritura que revela el restallante sol de
la budeidad que existe en nuestro ser en forma inherente.

Tu justamente eres un buda, venera el sol de la budeidad. Dentro de tu propia


vida. En estas exhortaciones se encuentra la enseñanza esencial del Sutra del loto
y lleva implícito el mensaje del capítulo "Hoben" Shakyamon” percibió que todos
poseían la budeidad al igual que él. E hizo posible que cualquier persona
avanzara por el camino que lo condujo a el mismo a su iluminación.

Hay una razón irrefutable en la afirmación de que todos los seres humanos son
dignos de respeto, de que ningún ser humano es básicamente superior a otro.
Sobre esta base lógica, Shakyamuni se mantuvo siempre junto al pueblo y se
dedicó continuamente a exponer la ley.

El ser humano es el buda verdadero

Endo: Un buda real está dotado en forma intrínseca de las tres propiedades
iluminadas: es una condición que existe en forma eterna. No algo que se logra
como fruto de eones de practica...

Saito: he leído este fragmento muchas veces, pero ahora me doy cuenta de su
significado desde una nueva perspectiva.

Presidente Ikeda: los budas majestuosos son simples ilusiones; no tienen nada que
ver con la realidad. Los únicos budas reales son las personas comunes que, a
cada momento, extraen por si mismos la fuerza vital eterna del tiempo sin
comienzo. No hay ningún buda que exista lejos de la gente común. Un buda
erigido por encima de los hombres es una impostura: un medio útil. Por ende, la
forma correcta de vivir es con la dignidad suprema que cabe a un ser humano,
que mantiene siempre el rumbo por el camino esencial de la vida. Así vive un
buda.

Esto es lo que enseña el Sutra del Loto: La transmisión al bodhisattva Practicas


Superiores, dentro del capítulo "poderes sobrenaturales", implica una
transformación colosal hacia un budismo centrado en el ser humano. Como
revela el Daishonin cuando dice: "si tienes el mismo espíritu que Nichiren..."
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nosotros somos los que estamos luchando por dar a conocer la ley mística y los
que estamos llevando la felicidad a cada persona. Y por eso somos budas de la
época moderna. Otros no hay.

Por ese motivo, los que utilizan a los miembros de la SGI en beneficio personal sin
falta van a sufrir la severa retribución “kármica” que corresponde a los que
actúan contra la ley del buda.

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DISERTACION

Las voces de la gente tienen un poder incuestionable. El avance vital de los seres
humanos puede mover la sociedad. Nada es tan poderoso como la fuerza del
pueblo, y nada es tan formidable o indestructible como su solidaridad. No hay
quien pueda equiparársele. Es algo real, en cualquier época o lugar.

El budismo de Nichiren Daishonin es una religión para los seres humanos de carne
y hueso, para la gente real, que busca crear una nueva era del pueblo y ayudar
a todos los individuos a construir una felicidad verdadera. Para nosotros, sus
practicantes, el logro de la felicidad de todas las personas no es una teoría
abstracta, sino un objetivo concreto que podemos alcanzar, enfocándonos en
cada individuo. Cuando ayudamos a un ser humano a ser feliz mediante la fe en
la Ley Mística, podemos aportar pruebas visibles de la validez de este budismo,
como verdadera religión humanística.

En última instancia, la construcción de una sociedad ideal comienza cuando


cada persona emprende su propia y grandiosa revolución humana, o
transformación interior. El Daishonin buscó forjar individuos así, y para eso enseñó
que la fe era un requisito necesario e indispensable.

Todo aquel que quiera lograr la budeidad en esta existencia y practique la fe


enfocado en su revolución humana podrá establecer una identidad firme y
sólida. Podemos cultivar un estado de vida que nos permita lograr la felicidad
propia y ajena. Podemos avanzar sin dejarnos abatir por ninguna dificultad, y
mejorar nuestra capacidad de crear valor a partir de cualquier circunstancia. La
fe en el budismo del Daishonin nos permite forjar un estado interior de absoluta
libertad, invencible frente a cualquier desafío karmico. A través de este medio,
tenemos la posibilidad de perfeccionar nuestra vida.

En la supremacía de la ley, el Daishonin explica ante todo que, cuando el


budismo no se había establecido en la china, los escritos o enseñanzas de
numerosos sabios y gobernantes ideales ofrecían pautas positivas para que la
población basara en ellas su vida, contribuyendo así a crear una sociedad
pacífica y bien ordenada.

Entre los valores que estas personas cultivaron, observa, estaba el decoro, que
incluía el respeto a los padres y al gobernante. Aquí, desde luego, el Daishonin no
está recomendando que adoptemos una moral feudal. Pero en aquella época,
la sociedad se basaba en un sistema de obligaciones mutuas y en un código de
conducta que se centraba en el respeto a los padres, maestros y soberanos, que
obraba en beneficio de todo el orden social. Sin embargo, las reglas y los códigos
externos no alcanzan para ayudar al ser humano a ser maestro de sus impulsos y
deseos multifacéticos. Por eso, cuando llegó a la china el budismo, con sus
enseñanzas más profundas y su enfoque más esencial sobre la vida y la
naturaleza humana, rápidamente ganó aceptación.

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El budismo es una enseñanza que enriquece nuestra vida y nos lleva a aspirar al
perfeccionamiento como ser humano. A través de aplicar la profunda sabiduría
del budismo, que es el punto de partida de nuestra revolución humana, podemos
efectuar una gran contribución a la felicidad nuestra y ajena, que es el propósito
original de toda religión. Cualquier tradición religiosa que olvide poner en primer
plano a las personas invariablemente se torna fanática y esclava de los dogmas.

Idealmente, los adeptos de las diversas religiones mundiales deberían trabajar en


un clima de competencia amistosa, enfocados en guiar a los semejantes hacia la
felicidad. Como miembros de la Soka Gakkai, necesitamos ponderar cual es la
mejor manera de transmitir a las personas de todas partes del mundo el
verdadero valor del budismo humanista que expuso Nichiren Daishonin, basado
en el Sutra del loto y en su noble ideal de la iluminación universal. Hoy, como
pioneros en una época de competencia humanística, estamos trabajando con
brío, en el escenario global, para desarrollarnos y también para forjar a los demás.
Somos nobles precursores, que estamos dando a conocer una religión para toda
la humanidad en el siglo XXI ¡Avancemos con este digno orgullo!

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EXTRACTO DEL GOSHO:
Conversación entre un venerable y un hombre no
iluminado

La pasión que sintió el Rey de Ch’u por una diosa perduró convertida en tenue
nube matinal; la tristeza con que Liu recordaba su encuentro con la visitante
inmortal hallaba consuelo cuando contemplaba a su séptima generación de
descendientes. ¿Pero cómo podría alguien como yo librarse de la aflicción? Me
veo evocando al poeta de antaño, que confiaba en verse libre de tal
pesadumbre por el hecho de ser un rústico montañés. Hago acopio de mis
pensamientos, como los hombres de Naniwa que recogen algas para extraer sal,
y tomo el pincel para asentarlos por escrito, como recordatorio para los hombres
de las épocas venideras. ¡Cuán triste es, y cuán lamentable! Desde el pasado sin
comienzo hemos vivido embriagados por el vino de la ignorancia, renaciendo
una y otra vez en los seis caminos de la existencia y experimentando alguna de
las cuatro formas de nacer. A veces, jadeamos asfixiados entre las llamas, en el
infierno del calor abrasador o en el infierno del gran calor abrasador; otras, nos
helamos en el infierno del loto carmesí o en el infierno del gran loto carmesí. En
ocasiones, soportamos el hambre y la sed que atormentan a los que viven en el
estado de las entidades hambrientas, sin siquiera oír las palabras «alimento» o
«bebida» en quinientas existencias. A veces, recibimos la muerte o sufrimos heridas
en el estado de animalidad, como se hieren o se matan las bestias cuando las
criaturas pequeñas son devoradas por las más grandes, o las más cortas son
engullidas por las de mayor longitud. Por momentos, nos vemos envueltos en la
lucha y el conflicto, tan propios del estado de los asuras; a veces, nacemos como
seres humanos y experimentamos los ocho sufrimientos: nacer, envejecer,
enfermar, morir, separarse de los seres queridos, tener que estar con los que
odiamos, no conseguir lo que queremos y sufrir por los cinco componentes del
cuerpo y de la mente. Y en ocasiones nacemos en el estado de los cielos, y
padecemos las cinco señales de decadencia.

Así damos vueltas y vueltas como una noria en estos tres mundos. Aun aquellos
que, otrora, compartieron los lazos de padres e hijos, cuando renacen olvidan
que fueron padres o que fueron hijos. Aun aquellos que fueron marido y mujer,
cuando vuelven a encontrarse no saben que ya se han conocido. Nos dejamos
arrastrar como si tuviésemos ojos de carnero; vivimos en la ignorancia como si
tuviésemos ojos de lobo. No reconocemos nuestro vínculo anterior con la madre
que nos trajo al mundo, ni sabemos en qué momento sucumbiremos a la muerte.

Y, sin embargo, hemos podido nacer en el mundo humano, algo difícil de lograr, y
hemos conocido las enseñanzas sagradas de El Que Así Llega, con las que tanto
cuesta encontrarse. Somos como la tortuga tuerta que halla un tronco de sándalo
flotando a la deriva, con un hueco del tamaño justo para caber en él. ¡Qué
lamentable sería, entonces, no aprovechar la oportunidad para cortar los lazos
del nacimiento y la muerte, y no intentar liberarnos de la jaula que nos mantiene
prisioneros en estos tres mundos!

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En ese momento, se presentó un erudito que dijo así al hombre no iluminado:

- Tiene usted razón en lamentarse así. Pero los que comprenden de tal modo la
transitoriedad de este mundo e inclinan su corazón al bien son más
extraordinarios que los cuernos del ch’i-lin, mientras que aquellos que no
entienden y, en cambio, se entregan a los malos pensamientos son más
numerosos que los pelos de una vaca. Si desea que surja en usted la aspiración
a la Budeidad y ansía liberarse rápidamente de las aflicciones del nacimiento y
la muerte, conozco la doctrina más excelsa que existe a fin de cumplir ese
propósito. Si quiere, se la explicaré para que pueda conocerla.

El hombre no iluminado se puso de pie, unió las palmas de sus manos y dijo:

- Llevo tiempo estudiando los clásicos de la literatura secular y dedicando toda


mi atención a la poesía, y por eso no tengo un conocimiento detallado de las
enseñanzas budistas. Espero que tenga la gentileza de explicármelas, señor.

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Hacia una revolución humana.

El concepto revolución humana ha ido posicionándose fuertemente tanto en el


lenguaje o como en la postura de miles de personas en el mundo. Entre ellas,
cabe destacar al presidente de honor del club de roma, Ricardo Diez-Hochleitner.

La editorial I.B. tauris de Londres publicó un libro en inglés que compila el diálogo
sostenido entre Ricardo Diez-Hochledner, presidente de honor del club de Roma,
y Daisaku Ikeda, presidente de la SGI.

En la obra titulada A Dialogue between East and West-looking to a Human


Revolución (diálogo entre oriente y occidente: hacia una revolución humana), los
interlocutores analizan diversos temas cruciales que enfrenta la humanidad en la
era de la globalización. La obra presenta el concepto de la “revolución humana”,
según el cual la transformación positiva generada en el interior de las personas
produce un importante cambio social. Este pensamiento está basado en el
principio budista del origen dependiente, por el cual todas las formas de vida y los
fenómenos existen en una relación de mutua dependencia. Desde la perspectiva
de dicha interrelación de los seres humanos y su entorno, la transformación interior
de las personas es fundamental para resolver los problemas que enfrenta la
humanidad a nivel global.

El doctor diez-Hochleitner, oriundo de España, ha desempeñado importantes


cargos vinculados a la educación en diferentes organizaciones internacionales
desde la década de 1950, entre ellas la Organización de estados
iberoamericanos, el banco mundial y la UNESCO, ha sido director de la reforma
educativa y política científica de España, asimismo, se ha desempeñado como
presidente del club de roma de 1991 a 2000.

Actualmente, es presidente de honor y miembro del comité ejecutivo del Club de


Roma, así como consejero de la universidad para la Paz de las Naciones Unidas
en Costa Rica.

Transformación interior.

La frase “revolución humana” fue utilizada en primera instancia por Josei toda,
segundo presidente de la Soka gakkai, cuando se refirió al objetivo último de la
práctica budista, significa reformar la vida y la manera de vivir, es decir, descubrir
y cambiar positivamente la tendencia básica que predomina en las acciones
físicas y mentales de un individuo. Este cambio puede lograrse estableciendo un
yo poderoso e independiente para crear valor en cada situación que uno
enfrenta.
En su novela “La revolución humana”, el presidente Ikeda resume este concepto
del siguiente modo: “la gran revolución humana de un solo individuo propiciará
un cambio en el destino de una nación, y más aún, permitirá cambiar el destino
de toda la humanidad”.

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INTRODUCCION A EL CAMINO INTERNO

¿Cómo anda la sociedad?


¿Cómo anda el mundo?
¿Cómo anda la naturaleza?
¿Cómo anda la economía?
Y ¿Cómo anda la familia?

Según la óptica budista todos estos fenómenos de la actualidad son el reflejo de


la vida humana y del concepto de valor y el sistema del pensamiento difundido
en nuestro entorno. (Sociedad y el mundo)

Aquí yace la importancia de establecer la enseñanza correcta para asegurar la


paz y la prosperidad en pro de la felicidad y la tranquilidad del pueblo y la
humanidad.

En el gosho se lee: "¿Por qué el mundo ha caído en la decadencia, por qué las
leyes del estado han llegado a su fin? ¿Qué anda mal? ¿Cuál es el error que aquí
se ha Cometido? (Selección de los escritos de Nichiren Daishonin Volumen II pág.
148)

"Cuándo el desorden se instala en un país, los espíritus son los primeros que
muestran señales de desenfreno. Como proliferan los espíritus, todo el pueblo de
la nación se descontrola". (Selección de los Escritos de Nichiren Daishonin
Volumen II pág. 151)

¿Dónde están las causas de todas las cosas?

La Delincuencia; El Femicidio; La Corrupción; La Guerra; El Conflicto armado; el


Terrorismo; el Problema Climático y del medio ambiente natural y el Desorden
Social. La respuesta sería que el hombre ha olvidado la causa inherente que
existe en el interior de su vida y no sabe sobre el concepto de la interrelación o el
origen dependiente.

Ya que la historia de la humanidad se ha caracterizado por siempre nvrar el


exterior de sí mismo y buscar el objetivo y la felicidad fuera de la vida humana
Teniendo como enseñanza filosofía o religión la del camino externo.

Según la óptica budista, ve las cosas a través de dos causas, tanto inherente
como externa (relación). Por eso el budismo de Nichiren Daishonin o la Filosofía
del Sutra del Loto enfatiza la importancia de volver al Hombre y excavar y extraer
su interior para emerger y utilizar sus poderes innatos que desde siempre han
existido en su interior. Como, por ejemplo, la palabra, la revolución humana, la
novena conciencia, la Torre de los Tesoros o la Sabiduría del Buda etc. ...

Además, el budismo nos señala como las causas ante mencionada: Causa
esencia (Raíz) tal vez lejana. Y causa superficial (como causa cercana). Así como
las siguientes causas que la gente tanto tiende a devocionar: a la riqueza
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material o sea a los tesoros del cofre: a la fama, el privilegio y estatus social o sea
los tesoros del cuerpo, sin ni siquiera intentar acumular los tesoros del corazón
como: la sabiduría, la benevolencia, la solidaridad. el respeto, la sinceridad etc....
Siempre estamos bajo el dominio del egocentrismo por nuestro apego al placer y
sin embargo las dos clases de tesoros no sirven para trascender y solucionar los
problemas del hombre como individuo ni colectivamente. Mientras cada día más
la sociedad se aleja del humanismo, que tanta falta hace para lograr una
convivencia de una sociedad más próspera v pacífica en el verdadero sentido.

No se podría decir, en una palabra, el hombre, la sociedad, la civilización buscan


la felicidad, el valor y el placer, fuera de si mismo fuera de su vida.

¿Por qué ocurrió este fenómeno?

Hasta ahora en la historia de la humanidad no existía la filosofía o la religión, y el


sistema de pensamiento no tenía filosofía que contenga la profunda y correcta
visión sobre la vida humana como la filosofía del Sutra del Loto.

El problema de nuestra civilización era que no tenía una filosofía que elucidara
sobre la vida humana, el hombre... ningún filosofo ni religioso conocía esta
materia por lo que para analizarla y estudiarla siempre lo hacía desde el punto de
vista externo, fuera de su medio ambiente, como enseñanza externa. Por esta
razón, el hombre fue quedando atrás, postergado, mientras la ciencia y la
tecnología avanzaron y se desarrollaron rápidamente, tal vez, apartándose de la
mano del hombre quien es el dueño e inventor de la misma, y comenzó a correr
desviándose del camino, saliéndose de la órbita.

La sociedad y la filosofía que no conocía la vida humana. La civilización que


olvidó al hombre de su ¿para qué? ¿Por qué? Por lo que hace más de 2.500 años
el filósofo griego dijo: "Conócete a ti mismo"

Este tema es más que nunca de suma importancia para toda la humanidad,
curiosamente casi al mismo tiempo en otro lado del planeta el Buda Shakyamuni
predicó el Sutra del Loto y esclareció y elucidó perfectamente este tema de la
humanidad para trascender y solucionar los problemas de la humanidad. Como
el sistema del pensamiento como una filosofía de vida práctica, el Sutra del Loto.

La SGI y el presidente Ikeda comenzaron a dialogar y propagar esta filosofía para


prevenir y solucionar el problema de las civilizaciones y los sufrimientos del
hombre, por ejemplo, ya cuenta con 26 entregas de "Propuestas de la Paz" en
conmemoración de la fundación de la SGI el día 26 de enero de 1975, de esta
forma desafiamos contra la corriente de la historia de la humanidad. Hay que leer
"Un poder para resistir las corrientes de lo historio" (El primer ensayo aparecido en
el Periódico el Atacama en mayo del 2007).

Por eso ahora más que nunca, volvamos la mirada al hombre: Abrir los ojos a
Nichiren Daishonin. Abrir los ojos al hombre (según el Kaimoku Sho). Por eso
Daisaku Ikeda dirige una contienda a nivel global llamando a crear EL NUEVO
HUMANISMO (BUDISTA), en otras palabras, según lo que dice el "Rissho Ankoku
Ron", establecer la enseñanza correcta en sus vidas, la de cada individuo para
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cambiar el sistema del pensamiento y su concepto de valor, como protagonista y
dueño de la civilización, en vez de que seamos esclavos de esta. El único camino
para corregir las distorsiones de la sociedad es utilizar la Sabiduría del Buda.

Disertación sobre los capítulos "Hoben y Juryo del Sutra del Loto” vol. III pág. 52.

El hombre está rebelde contra su propia naturaleza (el medio ambiente madre, la
humanidad madre), el hombre ahora tiene mucho conocimiento sobre la
naturaleza, sobre la materia, sobre la naturaleza y distintas energías, puede
calcular el movimiento y los fenómenos de las galaxias, sin embargo sabe poco
sobre nosotros mismo y no sabe de la energía intrínseca de nuestro interior, por
eso el famoso dicho de Sócrates "Conócete a ti mismo", de hace 25 siglos, antes
más que nunca el tema central y urgente de nuestra civilización es ver la
importancia de la filosofía de vida Budista que existía desde la época de
Sócrates, pero en otra parte del planeta, allende de la distancia de la antigua
Grecia e India, sin embargo nunca fue difundida ni estudiada hasta el día de hoy,
aquí yace la razón de ser de la SGI y su movimiento educativo, cultural y pacífico
en pro de la difusión de esta filosofía, que vuelca a la filosofía a la armonía del
oriente, a la convivencia, al equilibrio, a la eco paz etc.

Fumiyoshi Komiyama

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La enseñanza suprema expuesta por todos los
budas del pasado, presente y futuro

Perfeccionar la entidad eterna de nuestra vida

¿Qué es el budismo, en última instancia? El canon budista abarca un inmenso


número de escrituras, conocidas como las ochenta y cuatro mil enseñanzas.
Luego, existen innumerables comentarios. Tratar de comprender semejante
volumen de enseñanzas sin ayuda es como viajar por una selva impenetrable sin
mapa.

Sin embargo, Nichiren Daishonin señala claramente: “Las ochenta y cuatro mil
enseñanzas son como el diario de nuestra vida”. En otras palabras, los sutras
budistas son una crónica, un registro, un diario de nuestro ser. "Se refieren a
ustedes”, está diciendo. “No hay una sola cosa en los sutras que no pertenezca a
su vida”.

El budismo enseña que la vida es eterna. Por eso, nos alimenta a emplear esta
existencia para perfeccionar y mejorar la entidad eterna de nuestra vida. La
felicidad eterna, explica el budismo, yace precisamente en esta clase de labor. Si
uno tiene en cuenta que la vida perdura eternamente, a lo largo del pasado,
presente y futuro, lograr nuestra revolución humana se convierte en el propósito
más importante de nuestra existencia.

Cuando perfeccionamos y revolucionamos nuestro ser, entonces la vida pasa a


ser un motivo de dicha, y también la muerte se vive con alegría; pero, además,
uno experimenta la felicidad en las vidas futuras. ¿Hay algo más eterno que esto?

“Después subyugaré el África; y, por último, cuando haya conseguido dominar el


mundo, descansaré y viviré contento y a mis anchas.” “Por Dios, señor -respondió
Cineas al oír esto-, decidme: ¿Por qué no realizáis desde este instante vuestra
intención? ¿Por qué desde este momento mismo no tomáis el camino del asilo a
que aspiráis y evitáis así el trabajo y los riesgos que vuestras expediciones os
proporcionarán?” Esta anécdota se relata, originariamente, en Las vidas
paralelas, de Plutarco. Siglos después, fue citada por Pascal y otros pensadores.

Lo cierto es que la gente no le agrada contemplar su propia vida y enfrentar su


mortalidad; tanto les disgusta, que van detrás de cualquier cosa que los absorba
y los distraiga de ese enfrentamiento. Evitan el aspecto esencial, que es el
perfeccionamiento de la propia vida, y finalmente llegan a la muerte sin haberse
preparado para ese momento. Esta anécdota nos enseña la insensatez que tiene
esa forma de vivir.

Tolstoy escribió: La muerte es más cierta que la mañana; es más segura que la
noche que sigue al día, que el invierno que sigue al verano. ¿Por qué, entonces,
nos preparamos para la noche y para el invierno, mas no para la muerte?
Debemos aprontarnos para el morir; pero hay una sola manera de hacerlo, y
consiste en vivir bien.
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LA TORRE DE LOS TESOROS

El capítulo Hoto (undécimo) del Sutra del Loto, describe la aparición de una torre
enjoyada grandiosa y magnificente. Sería igual al radio de la Tierra. Como la torre
estaba adornada con siete clases de gemas, oro, plata, rubí, esmeralda, gema,
lapislázuli y concha de perla, recibió el nombre de Torre de los Tesoros, también se
le llamó Torre de Taho, porque en ella estaba sentado el Buda Taho. Taho significa
literalmente "muchos tesoros".

El propósito de la aparición de Taho fue validar la verdad de la enseñanza


expuesta en la primera parte del Sutra del Loto. Desde el interior de la Torre de los
Tesoros proclamó "Todo lo que tu (Shakyamuni) has expuesto es la verdad." En
consecuencia, los dos budas, Taho y Shakyamuni, representan la verificación
objetiva o prueba real, y la sabiduría subjetiva o iluminación respectivamente.

La Torre de los Tesoros simboliza la grandeza y la dignidad de esa naturaleza de


buda innata, como también un cambio de la percepción teórica a la
manifestación real de esa naturaleza. Luego Shakyamuni abrió la Torre de los
Tesoros y, a invitación de Taho, se sentó a su lado. Shakyamuni y Taho sentados
lado a lado, en la Torre de los Tesoros simbolizan la fusión de la realidad y la
sabiduría." Shakyamuni representa "la sabiduría iluminada de buda inherente a
todas las personas, Taho representa "la verdad objetiva e inmodificable de que
todas las personas poseen, inherentemente la naturaleza de buda".

Para darse cuenta de esta verdad, uno tiene que "activar la sabiduría innata, tras
lo cual la fusión de la sabiduría y la verdad lo conduce al logro de la Budeidad.

Nichiren Daishonin corporificó en el Gohonzon la ceremonia de la Torre de los


Tesoros descrita en el Sutra del Loto. Por lo tanto, en términos concretos, la Torre
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de los Tesoros es el Gohonzon y, en un sentido amplio, la vida de quienes
manifiestan su Budeidad inherente mediante la invocación de Nam Myoho
Rengue Kyo.

En el Gosho Nichiren Daishonin dice: En este momento, el cuerpo del honorable


Abutsu está compuesto de los cinco elementos: tierra, agua, fuego, viento y
espacio. Estos cinco elementos son, a su vez, los cinco ideogramas del daimoku.
Por tal razón, Abutsubo es la Torre de los Tesoros, y la Torre de los Tesoros es
Abutsubo adornada con las siete clases de riquezas.

Ikeda Sensei dice: estos son tesoros que se encuentran en nuestro interior. A
diferencia de aquello que se suele considerar un tesoro, el oro, la plata y los otros
minerales preciosos que adornan la Torre de los tesoros aluden a los tesoros de la
fe. Por ejemplo, el tesoro de "escuchar la enseñanza verdadera" y de "creer en
ella". Son los únicos tesoros que podemos llevarnos con nosotros después de la
muerte. Son nuestra riqueza eterna. Son elementos indispensables de la práctica
budista. Veamos el concepto de los siete tesoros: "Escuchar la enseñanza
correcta" representa el deseo y el afán de querer conocer sobre el budismo, la
práctica comienza a partir de escuchar. "Creer" se refiere al poder de la fe, según
el principio de sustituir la sabiduría por la fe, de esta última surge la primera.
También lo que crea lazos entre las personas es la fe. "Observar el precepto" en
principio significaba arrancar la injusticia y erradicar el mal, se refiere a avanzar en
forma directa por el camino correcto del budismo, también se le puede - llamar
actitud de autorregulación o profundo sentido de la justicia. "Meditar" lograr
tranquilidad espiritual alude a la meditación, a pacificar la mente, desalojar todo
pensamiento divagante y consolidar un estado de calma y estabilidad, también
es tener una actitud e inquebrantable de convicción absoluta. "Practicar
asiduamente" implica ejercitar un empeño continuo o sea avanzar hacia el logro
de la Budeidad en esta existencia y de concretar el kosen-rufu. Consagrarse sin
egoísmo" quiere decir, descartar los apegos, esto implica tener coraje para
despojarse del yo pequeño o superficial y para luchar por nobles ideales.
"Reflexionar sobre uno mismo" buscar constantemente la propia superación es
tener la humildad de reflexionar sobre uno mismo.

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Transformar es la clave

La transformación que surge dentro de cada individuo puede no sólo modificar su propio destino,
sino también el de toda una nación y, más aún, el de toda la humanidad.
(Daisaku Ikeda, prólogo de La Revolución Humana).

Vivimos en comunidad, y rodeados de familiares, amigos o vecinos; nuestra vida


no se limita únicamente al "yo" individual, sino que abarca también a esas
personas de nuestro entorno, al resto del país, del mundo y hasta del universo...

Pero, algunas veces sentimos que este ambiente en el que nos encontramos se
nos hace un tanto hostil y nos dan ganas de salir corriendo, de huir... En esos
momentos no se nos ocurre y paramos a pensar en la razón que nos hace
sentirnos así.

Quizás tengamos ahí una función que desempeñar... pero no lo vemos. Además,
con los más próximos, nos encontramos con una dificultad añadida. Nos
conocemos tanto, o eso creemos, que estamos siempre esperando el despiste o
la repetición de aquella conducta que tanto nos fastidia. Nuestra negativa
actitud provoca que el resultado sea el esperado y este resultado da pie, de
nuevo, a nuestra actitud. Un círculo vicioso que pasa a formar parte de nuestra
rutina y en el que ya por inercia adoptamos el rol que se espera.

En esos momentos no pensamos que el otro o los otros, posiblemente también


estén en la misma lucha. Pero ellos, como nosotros, tienen algo positivo y que por
fuerza no tiene que ser “siempre lo mismo” para siempre.

Podríamos empezar a cambiar en nosotros nuestra monótona respuesta o actitud


ante esta o aquella situación que tanto nos molesta. No sabernos cómo van a
reaccionar los otros; de momento, seguro que se van a sentir desorientados. Pero
sabemos que en un instante está contenida la vida, por tanto, ya es hora de que
nos demos la oportunidad de conocer, al menos, otro estado de vida distinto.

Claro que no es fácil romper con la rutina. Adoptar una nueva postura ante algo
que no nos gusta requiere de una inquebrantable decisión de pulir nuestra actitud
interior y abrir nuestro corazón y para ello necesitamos hacer emerger la fuerza
que sin duda llevamos dentro.

Cada palabra nos enriquece

Un gosho dice que la buena fortuna se produce en el corazón y decora nuestro


cuerpo, y en otro gosho encontramos estas palabras que Nichiren Daishonin utiliza
para alentar a una discípula: “Cuando pienso dónde existe, hoy, el capítulo 'La
Torre de los Tesoros", lo encuentro en el loto de ocho pétalos del corazón que
guarda Nichinyo en su pecho. Es como la semilla del loto, que contiene la flor
dentro de sí”.
Esa Torre de los Tesoros está en el corazón de todos nosotros y ¿por qué no
buscarla y fijar nuestra atención en ella? ¿despertarla tal vez? E incluso mirar a los

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demás teniendo la certeza de que tienen ‘La Torre de los Tesoros’ dentro de sí.
Ambos escritos se centran en la riqueza del corazón.

Supongamos por un momento que todo lo que conocemos por riqueza a simple
vista como una casa grande, joyas, viajes, pudieran rebosar de la misma manera
dentro de nuestro corazón, que toda esa materialidad exterior se pudiera
materializar en el interior, es decir, la abundancia.

Ser ricos, pero especialmente en los tesoros de la vida y de la paz. No es difícil


enriquecer nuestro corazón y desplegar también hacia fuera esa riqueza.

Una manera de alimentar ese tesoro dentro de nosotros mismos y de hacerlo


rebosar hacia fuera es mediante el diálogo. Ejercitamos en ese camino de tú a tú
es un recorrido que a veas empieza por uno mismo y otras es el otro el que nos
impulsa a interrelacionarnos.

(Fuente: Civilización global)

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TU ERES EL RESULTADO DE TI MISMO

No culpes a nadie... nunca te quejes de nada y de nadie, porque


fundamentalmente tú has hecho tu vida.

Acepta la responsabilidad de edificarte a ti mismo y el valor de acusarte en el


fracaso para volver a empezar, corrigiéndote. El triunfo del verdadero hombre
surge de las cenizas del error.

Nunca te quejes del ambiente o de los que le rodean. Hay quienes en tu mismo
ambiente supieron vencer. Las circunstancias son buenas o malas según la
voluntad o fortaleza de tu corazón. Aprende a convertir toda situación difícil en
un arma para luchar.

No te quejes de tu pobreza, de tu soledad o de tu suerte. Enfrenta con valor y


acepta que de una u otra manera todo dependerá de ti. No te amargues con tu
propio fracaso, ni se lo cargues a otro, acéptate ahora o seguirás justificándote
como un niño. Recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar y que
ninguno es tan terrible para claudicar.

Deja ya de engañarte, eres la causa de ti mismo, de tu necesidad, de tu dolor, de


tu fracaso. Si....tú has sido el ignorante, el irresponsable, tú, únicamente - tu, nadie
pudo haber sido por ti. No olvides que la causa de tu presente es tu pasado,
como la causa de tu futuro es tu presente.

Aprende de los fuertes, de los audaces, imita a los enérgicos, a los vencedores, a
quienes no aceptan situaciones, a quienes vencieron a pesar de todo. Piensa
menos en tus problemas y más en tu trabajo y tus problemas sin alimento morirán.

Aprende a nacer desde el dolor y a ser más grande, que el más grande de los
obstáculos. Mírate en el espejo de ti mismo. Comienza a ser sincero contigo
mismo. Reconociéndote por tu valor, por tu voluntad y por tu debilidad para
justificarte. Reconócete dentro de ti mismo, más libre y fuerte, dejarás de ser un
títere de las circunstancias, porque tú mismo eres tú destino. Y nadie puede
sustituirte en la construcción de tu destino.

Levántate, mira las mañanas y respira la luz del amanecer. Tú eres parte de la
fuerza de la vida. Ahora...despierta, camina, lucha, decídete y triunfarás en la
vida. Nunca pienses en la suerte, porque la suerte es el pretexto de los fracasados.

PABLO NERUDA.-

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Revolución humana.
Una transformación a nuestro modo de vivir.

Por primera vez en seis años, el año pasado, las agujas del llamado “reloj del juicio
final”, concebido por el boletín de científicos atómicos con sede en chicago,
avanzaron dos minutos. En este momento marcan las 11.55 pm. Faltan solo cinco
minutos para la media noche” de la aniquilación de la raza humana. Este cambio
no solo refleja las pruebas nucleares que corea del norte llevo a cabo el año
pasado, sino también la incertidumbre generada por los objetivos de irán en sus
avances nucleares y el impacto que ejercen la degradación medioambiental y
los cambios climáticos.

Este “reloj” fue establecido en 1947 en un momento en el que las armas nucleares
eran la mayor amenaza a la supervivencia del ser humano. En la actualidad, la
crisis ecológica global proyecta una oscura sombra sobre el futuro. Esto demanda
acciones inmediatas.

Han pasado 36 años desde que el club de roma emitió su informe inicial sobre el
medio ambiente global, “los límites del desarrollo”. Tres años después, en 1975, me
reuní con el fundador del club, Aurelio pece, quien compartió conmigo su
profunda preocupación en cuanto a que, a menos que ocurriera un cambio de
dirección, el siglo XXI podría llegar a ver la tierra convertida en un planeta
devastado, en el que tanto la naturaleza como la humanidad quedarían en
ruinas. A pesar de la severidad de la crisis, los líderes de campos tales como los
negocios y la política, entre otros, no se han enfocado con seriedad en la
búsqueda de soluciones; se han preocupado más por los beneficios a corto
plazo, dedicando poco a pensar en las futuras generaciones. Cuando
dialoguemos sobre estas realidades, Aurelio Peccei y yo estuvimos de acuerdo en
que nada sería más crucial que un cambio revolucionario en el corazón de los
seres humanos.

La humanidad ha experimentado muchos cambios revolucionarios a lo largo del


curso de la historia: revoluciones en la agricultura, en la ciencia, en la producción
industrial, al igual que numerosas revoluciones políticas. Pero todo esto se ha visto
limitado a los aspectos extremos de nuestras vidas individuales y colectivas.

Dicho de otro modo, aunque hemos avanzado a pasos agigantados en nuestra


capacidad tecnológica para controlar y dar forma al mundo que nos rodea, no
hemos logrado una expansión y una elevación del espíritu humano equivalentes
en contundencia. Como resultado, hemos quedado a la merced de las fuerzas
que hemos desatado.

Durante milenios, la humanidad ha perseguido el objetivo de obtener las


necesidades materiales para su supervivencia. Sin embargo, como lo declaro
Mahatma Gandhi, la tierra puede producir lo suficiente como para satisfacer las
necesidades de todos, pero no la avaricia de todos.

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Si nuestra cultura materialista sigue siendo manejada por los descontrolados
impulsos del deseo, se nos escapara totalmente de las manos, incluso ahora
amenaza con consumir y devastar la tierra, debilitando los sistemas de vida que
sirven de soporte a nuestra existencia.

En fin, de cuentas, todas las actividades humanas tienen como objetivo alcanzar
la felicidad. ¿Por qué, entonces, hemos terminado produciendo el resultado
opuesto? ¿Podría ser que la causa subyacente sea que no comprendemos a
plenitud la verdadera naturaleza de la felicidad?

La gratificación de los deseos no es la felicidad. Si lo fuera, como lo señaló


Sócrates, una persona que se pasara la vida rascándose, algo que le produce
comezón, tendría que ser considerada feliz: la felicidad genuina sólo se puede
alcanzar cuando transformamos nuestro modo de vivir, partiendo desde una
búsqueda irracional del placer hasta llegar a otra de dedicación al
enriquecimiento de nuestra vida interior, en la que nos enfocamos en “ser más”
en lugar de “tener más”.

El que nuestras propias vidas mejoren y alcancen la plenitud resulta más efectivo
cuando buscamos el tipo de felicidad que no se limita a nuestro yo individual, sino
que incluye el bienestar del otro. Es también mi parecer que un compromiso con
la felicidad de los demás es la clave para el logro de una coexistencia pacífica
entre las personas, y entre las personas y el mundo natural.

En la tradición budista, la búsqueda de esa ideal toma forma en el bodhisattva.


Se dice que un bodhisattva no simplemente busca su propia liberación del
sufrimiento. Por el contrario, está preparado para arriesgar todo por realizar
acciones que benefician a los que sufren. Para el bodhisattva, existe una
profunda armonía entre los intereses del yo y los del otro; los esfuerzos sinceros en
nombre de los demás son la más grande de las fuentes de beneficio y dicha. Se
dice que el bodhisattva le teme a la pérdida del espíritu altruista más que a los
tormentos del infierno; porque perder el espíritu altruista es perder la razón de la
existencia.

Aunque he utilizado específicamente el termino budista “bodhisattva”, no lo hago


para implicar la existencia de un tipo de persona especial, en cierto modo
diferente o mejor. Por el contrario, la capacidad para el altruismo es algo
inherente a cada corazón humano. El término describe a cualquier persona –sea
cual sea su cultura o religión- que realiza acciones por el bien de los demás.

Trabajar por la felicidad de las demás personas es algo que todos podemos
hacer, ante cualquier circunstancia. No se requiere títulos especiales o
credenciales para hacerlo. En fin, de cuentas, todo se resume al esfuerzo de
comprometerse con los demás y darles ánimo. Pero este ánimo no es algo que se
ofrece desde lejos, manteniendo una distancia prudencial. Solo logra transmitirse
el verdadero ánimo dentro de un proceso en el que se comparten la realidad de
los sufrimientos y los retos de la vida.
Hacer el esfuerzo por vivir de esta manera en medio de la corrupción y las
humillaciones que reinan en la sociedad, luchando por regalarles a otros valentía
y esperanza, hace brotar el brillo interior de nuestras vidas. Animar a los demás
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nos permite llegar a comprender plenamente el significado de nuestra existencia
y experimentar felicidad duradera.

El proceso de “revolución humana” es la transformación que ocurre cuando una


vida centrada en sí misma y envuelta en su misma pasa a ser una vida dedicada
al bienestar de los demás.

Incluso ante las severas crisis que la humanidad está confrontando actualmente,
no puedo colocarme del lado de los defensores del apocalipsis. En lugar de
dejarnos atrapar por la ansiedad y la angustia que provienen del temor, lo mejor
que podemos hacer es resolver los retos que enfrentamos dejándonos guiar por
una visión plena de esperanza.

La transformación interior que resulta de la revolución humana de incluso una sola


persona es lo que nos hace dueños de ese tipo de esperanza. Esta es una
revolución abierta a todos, una revolución que no demanda el sacrificio de una
sola vida.

Cuando este proceso alcance su máximo apogeo cuando se levanten olas de


cambio positivo que se propaguen de una persona a otra, la sociedad global se
verá transformada de un modo contundente. Este tipo de revolución se inicia en
el aquí y en el ahora, en el corazón de cada uno de nosotros.

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