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Acción Humanitaria y Desarrollo

Realizado por: Evelyn Campitelli


C.I V- 20.123.072

Durante los últimos años se ha debatido la relación entre la ayuda humanitaria,


con la cooperación para el desarrollo y le rehabilitación post desastre aproximándose a
una vinculación cada vez más cercana entre estos tres elementos. Es por ello que surge
en enfoque VARD (Vinculación Ayuda de emergencia- Rehabilitación-Desarrollo) como
una nueva forma de gestionar la ayuda humanitaria.

Transformando esa necesidad de respuesta ante la emergencia en una


oportunidad para realizar enfoques en las causas que originan la vulnerabilidad, aumentar
la resiliencia del país y reducir así los riesgos en el futuro, en este sentido de programas
bajo el enfoque VARD actuarían de forma integrada con los planes de respuesta
inmediata, combinando diferentes formas de intervención simultánea que atiendan la
rehabilitación y desarrollo a mediano y largo plazo con el fin de aumentar las capacidades
existentes en las comunidades y fortaleciendo las instituciones locales tanto
gubernamentales como no gubernamentales.

De forma que, superaríamos el modelo de ayuda de emergencia de los años 80


(denominado Continuum Humanitario) el cual se estructuraba en fases cronológicas y
consecutivas de una forma lineal separando de tal manera la emergencia, la rehabilitación
y el desarrollo como acciones sucesivas. Actualmente se cambiaría esta perspectiva de
los años 80 pasando al Contiguum Humanitario, bajo el enfoque VARD, el cual trabaja las
tres áreas de forma integrada y según autores del material proporcionado, parte de la
base que “un mejor desarrollo puede reducir la necesidad de ayuda de emergencia, una
mejor ayuda puede contribuir al desarrollo, y una mejor rehabilitación puede facilitar la
transición entre ambos”.

No obstante existen opiniones en contra de la aplicación del enfoque VARD,


pasando por discusiones tanto académicas como operativas entre el Continuum
Humanitario y el Contiguum Humanitario. La mayoría de las críticas al nuevo enfoque se
concentran en la imposibilidad en la práctica del Enfoque VARD sobre todo en Estados
frágiles o fallidos y conflictos armados en los cuales la institucionalidad es casi nula,
debido a la gran inestabilidad y violencia.

En este sentido, quienes difieren del enfoque VARD, sugieren no sobrecargar la


ayuda humanitaria con multiplicidad de objetivos que dificulten su aplicación y señalan
que la atribución de los mismos se debe a un concepto sobreestimado de su papel como
constructora de paz.

Sin Embargo, quienes están a favor de la ayuda humanitaria para el desarrollo,


indican que incluso en contextos de emergencias humanitarias complejas y estados
fallidos, es posible apostar por este enfoque integrado de Vinculación Ayuda de
emergencia- Rehabilitación-Desarrollo; ya que aún ante la ausencia de un Estado legítimo
capaz de ejecutar políticas públicas a escala nacional, se puede implementar el Enfoque
VARD, ya que no imposibilita el objetivo de la vinculación entre fases.

En tal sentido, la ayuda humanitaria debe aspirar, no sólo a salvar vidas y aliviar el
sufrimiento de las personas afectadas, sino también a establecer bases que posibilitaran
continuar con procesos de desarrollo. La cooperación para el desarrollo podía, asimismo,
sentar bases para reducir las condiciones generadoras de desastres antes de que estos
ocurrieran.

Es por ello que en el caso Venezolano una vez estudiados ambos enfoques,
considero que el más eficaz y viable sería el enfoque VARD (Contiguum Humanitario)
pues aun cuando la institucionalidad en el país se encuentra debilitada, aun contamos con
organismos que mantienen un nivel de neutralidad respecto a la respuesta humanitaria, y
que podrían ser de apoyo en la ejecución de proyectos de desarrollo; tales como:
instituciones de salud, protección civil, intamujer, entre otros. Por otra parte existen
múltiples organizaciones no gubernamentales locales las cuales pueden facilitar aún más
la implementación de la VARD en emergencias complejas.

El reto sería superar las distinciones e integrar, más que simplemente coordinar,
las acciones de respuesta humanitaria, rehabilitación y desarrollo en un marco
estratégico, integrado, de largo plazo y centrado en el ser humano., con visión de futuro y
orientada siempre a la reducción de la vulnerabilidad y al incremento de las capacidades.
Para lograr esto se requieren actores internacionales y locales, y en el caso Venezolano
considero que los tenemos, sin embargo es indispensable realizar una valoración
concreta de la crisis para poder realizar un plan de acción estratégico que se adapte a las
condiciones actuales y contar con el apoyo de organizaciones locales que cumplan con
los principios de neutralidad, independencia y humanidad.

Es fundamental no dejar de lado los programas de desarrollo en Venezuela, pues


existen organizaciones e instituciones que fortalecer, y comunidades locales con
capacidad de superar los desafíos que enfrentan actualmente. El solo realizar respuestas
humanitarias para sopesar la crisis puede traer como consecuencia una sociedad
dependiente de la ayuda humanitaria, y esto solo prolongaría la actual emergencia
humanitaria compleja.

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