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La vida constituye el máximo valor del hombre, como sostenía Nietzsche, y todos
tienen el derecho a ella (este es el primer postulado de los derechos del humanos). En
palabras de carácter más religioso, la vida es sagrada y por tanto es deber del individuo
Todo lo que realiza el hombre está en función de poder vivir plenamente, es decir,
Estas ideas han sido sostenidas inclusive por muchos individuos, entre ellos el
– propia del hombre por poder perpetuarse en el tiempo y expone cómo lo que realiza
1
AMENÁBAR, Alejandro. Mar Adentro. 2004.
2
CAMUS, Albert. El mito de Sísifo. Editorial Losada. Buenos Aires. 1953. p. 5.
3
MARTÍN, Ángel. Introducción a la ética y a la crítica de la moral. Editorial Vadell. Caracas. 2009. p. 171.
1
tiene este cometido. Al principio de su obra cumbre, Del sentimiento trágico de la vida,
ser para la vida como también para la muerte. Esa angustia de no querer acabarse
pero saber que en un momento llega la aniquilación total del ser es la tensión que
muerte, en otras palabras, al reconocerse el hombre como un ser finito, vive entre la
“Porque vivir es una cosa y conocer otra, y como veremos, acaso hay entre ellas una
tal oposición que podamos decir que todo lo vital es antirracional, no ya sólo
irracional, y todo lo racional, anti-vital. Y ésta es la base del sentimiento trágico de la
vida.”5
El ser humano no necesita otra vida sino seguir existiendo en ésta, y es por ello que
la mayoría de los individuos – y ya veremos por qué no todos – deciden abrazar este
mundo con todo y los males que pueda sufrir en él. Porque el hambre de inmortalidad
4
DE UNAMUNO, Miguel. Del sentimiento trágico de la vida. Editorial Alianza. Madrid. 2007. p. 43.
5
Ídem. p. 53.
2
en el hombre solamente se calma dentro de los parámetros de la existencia terrenal
Doctor Rank: Por supuesto que lo tengo. Tan enclenque como estoy, quiero a todo
trance seguir sufriendo el mayor tiempo posible. A todos mis pacientes los anima
idéntico deseo. E igualmente lo afirman quienes padecen una afección moral.” 6
Esto nos muestra que “la vida a pesar de todo”. Sin embargo, cabe preguntarse si
esta afirmación puede ser completamente valedera. Tiene razón el Doctor Rank a
Sobre esta cuestión nace un conflicto moral, si bien es cierto que todos los hombres
cuantos individuos, pero también ciudadanos que debemos respetar la libertad de los
demás.
“La libertad moral es precisamente el rasgo que distingue al hombre, dueño y señor de
su vida y arbitro responsable de sus actos. La libertad extiende su legítima exigencia al
pensamiento (libertad de conciencia), a la expresión (manifestación de sus propias
ideas y sentimientos), a la acción (actuar de acuerdo con su propio criterio, en cuanto
no se oponga o impida el de los demás).”7
Dentro de los parámetros de esta libertad moral nace el hecho de que algunos
hombres no necesiten seguir existiendo en esta vida, sino más bien, su deseo es
6
IBSEN, Henrik. Casa de muñecas, Los espectros, El pato salvaje. Editorial Edaf. Madrid. 2010. pp. 47-48.
7
MARTÍN, Ángel. Introducción a la ética y a la crítica de la moral. Editorial Vadell. Caracas. 2009. pp. 172-173.
3
otros. Famosos han sido los casos de estos individuos, por ejemplo, el poeta
venezolano José Ramos Sucre decidió quitarse la vida porque sentía ser extrañado a
nivel de ideas por sus coetáneos, lo mismo que Ramón San Pedro (Mar Adentro) que
La libertad estima que el hombre, como dueño y señor de su vida, pueda elegir
también acabar con ella. Aunque esto es visto en diversas perspectivas, y sobre todo
desde la religiosa como una ofensa, pero no tanto al hombre como a Dios que – para la
El suicidio nace, en la persona que lo realiza, como cansancio, pero no “ante la vida”
sino “de su vida”, cuando el ser humano siente profanados su respeto y honor,
propio hijo se siente profanada en su interior, una especie de suciedad que sólo puede
ser lavada con su propia sangre (dicho de una forma poco amigable) y decide acabar
con su existencia, cosa que ocurre satisfactoriamente; el segundo, siente igual aversión
8
CHOCRÓN, Isaac. Animales feroces. En: Teatro II. Editorial Monte Ávila. Caracas. 1992. p. 61.
4
apariencias que nada valen si el hombre encuentra un vació en su interior, por eso
“[…] sabrás los sufrimientos de aquella infortunada. Cuando arrebatada por el furor
atravesó el vestíbulo del palacio, se lanzó derechamente hacia el lecho nupcial,
arrancándose la cabellera con ambas manos […] dando un horrendo grito, y como si
fuera guiado por alguien, se arrojó sobre las puertas: las derribo de los goznes y se
precipitó en la sala nupcial donde vimos a la reina colgando de las fatales trenzas
que la habían ahogado. En seguida que la vio el desdichado, y cuando en tierra cayó
la infeliz – aquello fue espectáculo horrible –, arrancándole los broches de oro con
que se había sujetado el manto, se hirió los ojos diciendo que así no vería más ni los
sufrimientos que padecía ni los crímenes que había cometido.” 9
La tragedia de Edipo y su madre-esposa, muestra cómo mediante suicidio encuentra
paz el ser humano, porque, al igual que Yocasta, se hace para huir de esta existencia
“¡Oh fastuosas pompas de mis mayores! ¡Cómo has venido a tierra! ¡Nada eras!
¡Tantas deberían ser mis quejas, tantos mis lamentos, que no sé por dónde
empezar! ¡Desdichada de mí! Tristemente reclino mis miembros, presa de
insoportables dolores, yaciendo en duro lecho! ¡Ay de mi cabeza! ¡Ay de mis sienes
y de mi pecho! ¡Cuánta es mi inquietud! ¡Cuánto mi deseo de revolverme en todos
sentidos para dar descanso a mi cuerpo y abandonarme a perpetuos y lúgubres
sollozos.”10
pro más feliz es su suerte que la mía, aunque yo viva.” 11. Al igual que en las mujeres
troyanas existe esa angustia de morir para escapar, lo mismo ocurre en quien decide
que su vida le es suya y decide que la mejor manera de dignificarla, y por tanto
9
SÓFOCLES. Edipo Rey. En: Tragedias de Sófocles. Editorial Edaf. Madrid. 2008. pp. 203-204.
10
EURÍPIDES. Las Troyanas. En Tragedias de Eurípides. Editorial Edaf. Madrid. 2002. p. 256.
11
Ídem. p. 273.
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dignificarse es poner punto final a ella. “Es el desenfrenado amor a la vida, el amor que
la quiere inacabable, lo que más suele empujar al ansia de la muerte” 12, porque la
quiere, en cuanto tal pueda gozar de plena libertad y con ello de sus plenas funciones,
para lograr la felicidad. Pero no con una vida a medias, así siente el victimario que es a
Ahora: ¿qué es el suicidio?, es un acto realizado por el ser humano con plena
propia vida, es decir, el victimario y la victima son la misma persona. Existen varias
formas y aspectos propias del suicidio, sin embargo, en la mayoría de los casos se
debe a la necesidad del individuo de lograr liberarse de esta existencia (por las razones
que sean), ya que su muerte y esclavitud están aquí, su vida y libertad sólo la alcanza
al quitarse ésta.
porque allí debate su libertad hacía la muerte o su esclavitud ante la vida, la definición
“Por la motivación psicológica o por tal razón del “impulso”: Positivo: se busca el
suicidio como tal y por sí mismo; no como solución sino como posición ante la vida,
por su valor ético, como signo testimonial, como lógica consecuencia de su máxima
de vida, como ejemplo de señorío, como acto supremo de libertad. Negativo: como
solución y liberación, similar al que actúa en legítima defensa contra el injusto
agresor, que aquí está representado por una situación agresiva intolerable o
insoportable. El suicidio no tiene por fin quitarse la vida, sino librarse de una
desesperada vida-muerte; se busca “dejar de morir” en la agonía del dolor y de
amargura,… es decir, para evitar males mayores.”13
12
DE UNAMUNO, Miguel. Del sentimiento trágico de la vida. Editorial Alianza. Madrid. 2007. p. 63.
13
MARTÍN, Ángel. Introducción a la ética y a la crítica de la moral. Editorial Vadell. Caracas. 2009. p. 185.
6
El suicidio por tanto no compete a Dios, el Estado o la sociedad, es algo propio del
hombre autónomo, quien reconociéndose como dueño de su vida toma una decisión
que parte de su ley personal (su conciencia) donde el beneficiado o afectado es él. Por
La libertad es la capacidad que tiene el ser humano de elegir. Todo aquel que no
goza de esto vive inmerso en una esclavitud y un fallecimiento continuo: “Yo he muerto,
¡desventurada de mí!, ¡Yo he muerto! ¡No puede ser más funesto mi destino! 14. La vida
sin libertad no vale la pena perpetuarla; saberse de una existencia dónde el accionar
individual (psico-motor) está subordinado a un ente fuera del “yo”, otros individuos o
Esta cuestión del saberse vivo pero a su vez carecer de poder realizarse libremente
es la angustia del enfermo, que para escapar de esta muerte y abrazar la vida decide
acabar con su cuerpo, aniquilarse en su beneficio, quiere dejar de sufrir, quiere volver a
vivir.
“La eutanasia, eu-zanásia (acto de bien morir), puede definirse como el hecho
resultante de un proceso que, por acción o por omisión, está directamente dirigido a
causar la muerte a un ser humano en situación de gravedad extrema irreversible,
con el solo fin de evitarle mayores sufrimientos y males en vano. Ante la muerte
cierta y próxima o ante un estado de vida sui generis limitada a las meras funciones
14
EURÍPIDES. Las Troyanas. En: Tragedias de Eurípides. Editorial Edaf. Madrid. 2002. p. 262.
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vegetativas, la eutanasia propone una alternativa entre morir sufriendo y
circunstancias lamentables luego o morir en paz y dignamente ahora.”15
psicológica, el hombre que decide por la eutanasia es un ser enfermo a nivel de las
Ramón San Pedro, siente la necesidad de morir porque no puede soportar el saberse
en una cama incapaz de poder valerse por sí mismo, de poder disfrutar la verdadera
inmortalidad, “lo que en rigor anhelamos para después de la muerte es seguir viviendo
esta vida, esta misma vida mortal”16 no es cuestionable para el ser humano que goza
irreversible) invierte los valores y ve que en la muerte consigue la vida; como el propio
Ramón San Pedro mostraba al soñar y verse levantado de la cama y volar hasta la
playa para encontrarse con su amada. Hasta el propio filósofo español se acerca a
15
MARTÍN, Ángel. Introducción a la ética y a la crítica de la moral. Editorial Vadell. Caracas. 2009. p. 189.
16
DE UNAMUNO, Miguel. Del sentimiento trágico de la vida. Editorial Alianza. Madrid. 2007. p. 240.
8
“pero sin sus males, sin el tedio y sin la muerte”17, es decir, con plenas facultades
psicomotoras.
vida hasta que se presenta la peste.”18 El individuo siente que su enfermedad (la peste
para él) lo ha privado de su plena realización de libertad entonces opta por decidir
cuerpo enfermo que no le permite ser libre completamente (sólo de espíritu). Pero esa
instante hasta que retorna de golpe a su realidad, en el “sueño eterno” (el fin de la vida-
sufrir constantemente.
“En las tinieblas que confiesas vivir, en las que confieso vivimos todos los hombres,
no encontrarás a nadie que escuche tu angustiosa suplica y se pueda conmover,
sécate las lágrimas y mira el fin con serenidad […] en este último instante goza al
menos del prodigio de vivir en la verdad tangible antes de caer en la nada.” 19
Ese instante de realidad intangible, donde los lamentos propios del enfermo solo él
los conoce, prefiere abalanzarse sobre la nada antes de seguir sufriendo para nada. Al
17
Ibíd.
18
BERGMAN, Ingmar. El séptimo sello. 1956.
19
Ibíd.
9
igual que en la última escena de El Séptimo Sello, el enfermo prefiere ser uno más en
hombre como “yo” sin prestar relevancia a los “otros”, el acto moral corresponde a la
“Siempre se ha tratado el suicidio como un fenómeno social […] Un acto como éste
se prepara en el silencio del corazón, lo mismo que una gran obra […] Morir
voluntariamente, aunque sea instintivamente, el carácter irrisorio de esa costumbre,
la ausencia de toda razón profunda para vivir, el carácter insensato de esa agitación
cotidiana y la inutilidad del sufrimiento.”20
La eutanasia desde la ética filosófica se resuelve en el último acto de autonomía
un ser libre en su suspiro final. La muerte es vista no como condena sino como una
social (por lo tabúes existentes). “El hombre es un ser autónomo y, como tal, decide
persona”21
20
CAMUS. Albert. El mito de Sísifo. Editorial Losada. Buenos Aires. 1953. p. 6.
21
MARTÍN, Ángel. Introducción a la ética y a la crítica de la moral. Editorial Vadell. Caracas. 2009. p. 190-ss.
10
Conclusiones
La vida como la muerte forman parte de nuestro transitar dentro de este mundo, son
estados que consiguen su unidad en el hombre. Así como no sé es cuerpo y alma sino
hombre, lo mismo ocurre con la vida y la muerte, son estados que pertenecen a la
naturaleza propia del ser humano. No es de adorarla a una y temerle a otra, sino
comprender que ambas no hacen ser lo que somos, aparte de otras características por
supuesto.
Si bien son ciertas las ansias que el hombre tiene por perdurar en el tiempo, tiene
que reflexionar, en sus limitaciones y por ellas, que esto no puede ser así. El conflicto
hombre es un ser para la muerte o más bien un ser para vivir y para dejar de hacerlo.
Cuando se reconoce esto comienza la angustia pero ella libera al hombre, es decir, lo
Antes que la vida y la muerte, lo más importante es la libertad, porque es aquí donde
importa el cómo vivimos y morimos.” 22 Esto solo puede reconocer quien asevera su
libertad más allá de las limitaciones que le ofrece el mundo, no es estar alejados de sí
libertad.
El suicidio es un problema que se resuelve en esa libertad propia del hombre, quien
22
Ídem. p. 192.
11
por los motivos que sólo él conoce porque son propios de su interioridad. Desde afuera,
y mayoritariamente por las costumbres religiosas, se toma el suicidio como algo “malo”
respetan su vida. Pero ¿es acaso esto cierto o más bien es lo contrario?
despreciarla es cosa de pocos, porque quien la desecha es aquel que entiende que ya
ésta no tiene sentido. Quien se suicida no se quita la vida sino que se libera de la
muerte, invierte los valores, porque esta es una existencia que le trae dolor, no
porque lo coloca en un sitio que sólo en la muerte logra hallar. Su máximo valor no es
la vida, porque sufre incansablemente, sino la muerte porque es allí donde se yergue y
comprende que debe sumergirse en su ocaso para poder lograr la libertad, pero para
esto necesita crearse y antes de ello aniquilarse, es decir, logra abrazar de cierta
manera el ideal del “superhombre” a través de su decisión de morir. Porque como esta
al principio de este escrito “una vida que elimina la libertad tampoco es vida”23 y por ello
es necesario aniquilarla.
23
Véase nota 1.
12