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Son muchos los textos que abordan el tema de la vivienda popular y de las clases
medias en Argentina, especialmente en el periodo que nos interesa. (Liernur, Armus, De
Gregorio...tal vez contar brevemente sus focos). Lo que este texto pretende es hacer foco en la
dimensión política de la vivienda y a la relación intrínseca que esta tiene con el poder. Liernur
lo explica muy bien:
Es en ese interior, privado e íntimo, con vocación de diferencia, donde se construyen las
subjetividades desde muy temprana edad. “La educación empieza en casa” nos enseñan en la
escuela, pues si esto es así, quien logre controlar lo que suceda dentro de ese espacio podrá
incidir en esa “educación doméstica”. La batalla por el control de la vivienda es la batalla por el
control de la subjetividad. Quien logre darle forma a ese espacio, le dará forma a la población.
En Argentina, esta batalla tuvo su punto de mayor ¿conflictividad? fines de siglo XIX y
principios del XX durante la “gran inmigración” y el proceso de consolidación del estado
argentino. La casa conocida como “chorizo” en Argentina tiene una importancia especial en
este proceso ya que, por su flexible estructura tipológica original supo recibir los discursos
dominantes sobre el interior doméstico y traducirlos con facilidad a lo largo de
aproximadamente 70 años de desarrollo. A partir de una disposición en hilera, totalmente
abierta con espacios indiferenciados, devino rápidamente en una casa compacta, volcada
sobre sí misma y con espacios especializados, cambios que serían la antesala de su
abandono como tipología y reemplazo por otros modelos.2
1
liernur..
2
Teresa del valle? Cita sobre los cambios en la vivienda
Antes de realizar una vivisección a las “casas chorizo”, es necesario recorrer
brevemente la historia y los discursos de la época en cuestión para entender, en primer lugar,
las razones que llevaron a que la vivienda individual, y en especial este modelo, se adopte
masivamente y, en segundo lugar, comprender los correlatos que explican y acompañan los
sucesivos cambios en la tipología y que llevarían en las últimas décadas a su abandono.
Todos los discursos y posiciones que recorreremos (políticos, religiosos, médicos, etc)
tendrán en común el afán formador de un “ser nacional argentino” influenciados, directa o
indirectamente, por el pensamiento eugenésico. Es principalmente en este momento que
nuestra conversación se nutrirá de investigaciones y estudios de sociología, antropología y
filosofía, ya que, si entendemos a la arquitectura como una producción social, sólo a partir de
su confrontación con estas áreas del conocimiento esta última adquiere sentido y se pueden
obtener respuestas acertadas, evitando caer en una autofagia disciplinar.
De especial utilidad nos serán los estudios de Foucault sobre el poder y su forma de
entenderlo no desde una concepción negativa o de prohibición, sino, por el contrario, como un
elemento presente en todas las relaciones y estructuras de una sociedad. Foucault define a
las tecnologías de poder como procedimientos o mecanismos a través de los cuales las
relaciones de poder se articulan en una sociedad mediante la producción de regímenes
específicos de verdad, es decir la elaboración de una verdad que será impuesta a un sector
determinado. Por ejemplo, podríamos considerar al casapropismo como una tecnología
destinada a instaurar como verdad la idea de que “la casa propia es un bien deseable y
necesario para el desarrollo de la vida”, pero claro que a eso lo analizaremos más adelante.
A partir de esto, un concepto crucial que Foucault nos brinda es el de biopolítica. Hay
varios lugares desde los que aproximarse a esta idea, pero la definición más simple y
abarcativa sería entender a la biopolítica como el modo en que el Estado organiza y administra
la vida social de los individuos mediante la organización y administración de la vida biológica.
La biopolítica implica el entendimiento de que las personas son esencialmente cuerpos
atravesados y regidos por leyes biológicas y que un país, una ciudad, una nación son grupos
de seres vivos también atravesados por rígidas leyes biológicas a las que Foucault
denominará poblaciones. Estos dos -los cuerpos, de manera individualizada y, las
poblaciones, de manera colectiva- son los objetos sobre los que se ejerce el poder, y el
entendimiento y posterior gestión y administración de estas leyes biológicas por parte de los
Estados tendrá como objetivo lograr la maximización de la vida de las poblaciones para su
aprovechamiento en la producción de capital.3
3
Para más información sobre biopolitica ver...
Organizacion y administracion de la vida: “Gobernar es poblar”
4
Alberdi, Juan Bautista. Bases: y puntos de partida para la organización política de la República
Argentina. Buenos Aires: Fundación Bases. p. 115 Recuperado a partir de
Desde luego, ese “nosotros” del que habla Alberdi no incluye a las poblaciones nativas
ni a las personas afrodescendientes que vivían en el suelo de la naciente República. Alberdi,
como otros estadistas liberales de aquella época, era criollo, es decir, descendiente de
españoles nacido en suelo americano, entendía que la nueva república estaba inscripta en una
tradición europea, y que sólo la población que, directa o indirectamente, de allí provenga traería
el progreso.
La “conquista sobre la soledad y el desierto” es una conquista sobre lo que a España le
había quedado pendiente: cuerpos y territorios. Alberdi, seguidor de las ideas del clérigo y
demógrafo británico Thomas Malthus, creía que podía solucionar al mismo tiempo los
problemas causados por la sobrepoblación en Europa y la falta de pobladores “de calidad” en
un país con recursos de sobra. 5 En concordancia con estas ideas se establecieron en la
segunda mitad del siglo XIX y comienzos del siglo XX políticas que fomentaban la inmigración
de personas provenientes de países europeos, especialmente de aquellos que gozaban con
buena reputación internacional como Inglaterra y Francia.
Tras los repartos de las tierras, arrebatadas a los pueblos nativos, entre las familias de
la oligarquía argentina, la tierra comenzó a verse como un recurso inagotable al que se le debía
sacar provecho: el suelo se consagraba como mercancía. Las tierras fértiles de la pampa
húmeda se convertirían en el sostén del modelo agroexportador que llevaría adelante el país a
lo largo de las décadas siguientes. Dicho modelo requería no solo tierra sino individuos
preparados para el trabajo de campo, a los que se pueda contratar directamente como mano
de obra o arrendar una porción de las interminables tierras pampeanas. Pero claro que los
“Facundos” que poblaban el campo argentino no servían para tal tarea - a los ojos de las
élites-, y solo la mano de obra europea seria la puerta a la prosperidad:
Siguiendo estas ideas escritas por Alberdi se sanciona, en el año 1853, la primera
constitución argentina, cuyo contenido reza por el fomento de la inmigración europea, en
http://biblioteca.libertyfund.org/sites/default/files/bases-libro-electronico.pdf
5
Ibid. p. 115
6
Ibid. p. 36
especial de aquellos individuos que vengan a trabajar la tierra, y por la colonización de las
tierras del interior del país.7
7
Constitución 1853, preambulo y articulos 18, 25 y 125.
8
Para mas info: cita historia de la vida privada...
existían aquellos que venían con el objetivo de “preparar el terreno” para la posterior llegada de
su familia. En este periodo la inmigración tenía un rostro netamente masculino, el cual se irá
equilibrando con las olas posteriores en las que algunos hombres solos volverán a sus países
de origen y los grupos migratorios que llegaban al país estarán caracterizados por una mayor
presencia de familias.(cita) En la mayoría de los casos las personas que llegaban al país eran
de origen campesino y no justamente de los países que Alberdi pretendía. El mayor número de
inmigrantes provenía de Italia, España y Europa del este, y no venían atraídos por la cultura y
civilización9 argentina sino con la promesa de tierra y trabajo para paliar las crisis, desempleo,
hambre y guerras que azotaban sus países. Es de destacar también la diferencia entre la
migración masculina y la femenina. Mientras que los varones lo hacían de forma autónoma e
independiente las mujeres siempre lo hacían en carácter de esposa o hija. Miguez destaca otra
diferencia fundamental, ahora entre las mujeres criollas y las europeas: las pautas de conducta
de estas últimas eran mucho más severas, lo que podemos traducir en un sometimiento
patriarcal mucho más marcado y que se ve reflejado en la escasez de familias migrantes con
mujeres como jefas de hogar. (cita) Este mayor disciplinamiento en las mujeres europeas, en la
mezcla y contacto con las criollas, afectará las pautas de conducta de la población femenina en
general.
9
Cita de arlberdi deseando que los inmigrantes vengan atraidos por la cultura y civilidad del pais
En este contexto de aluvión inmigratorio y falta de vivienda se da el nacimiento del
conventillo, posiblemente, el aparato arquitectónico argentino más rodeado de mitología con el
correr de los años. Cuartos seriados, uno al lado del otro, alrededor o a lo largo de un patio,
galería mediante, con servicios higiénicos compartidos -en el caso que existieran-, ese es el
modelo que se repetirá en las urbes de la llanura pampeana -principalmente Buenos Aires y
Rosario- para contener a las masas migratorias.
En él, cada familia podía hacerse con un cuarto para sí misma- en el mejor de los
casos, ya que en algunas situaciones dos o más familias debían compartir la misma habitación,
aunque lo más probable es que sean familias con algún grado de parentesco -. Es en este
cuarto donde se concentrará la vida “privada” de los individuos y funcionará también como
único representante espacial de la unidad familiar. Una publicación de 1901 de la revista “Caras
y Caretas” describe, la organización de una familia dentro de uno de estos cuartos:
Pero es necesario ver cómo se las componen los infelices, sobre todo
por la noche: el matrimonio ocupa un catre de lona; la madre política del esposo
se acuesta sobre el cajón donde se guardan todas las prendas de vestir y
enseres de la casa, y que además presta el servicio de mesa; al niño mayor se
le acomoda sobre unos trapos en el suelo, al mediano se le instala en el techo
en una repisa colocada en la pared, y a los dos menores, colgados en una
percha, a guisa de carteras de viaje o de embutidos10
Esta escena, con tintes caricaturescos y satíricos, sin duda representaba una imagen
desordenadamente inmoral para las élites argentinas, pero probablemente no era atípica para
las familias de inmigrantes acostumbradas a convivir todas en un solo cuarto en sus viviendas
rurales de Europa.11
10
Cita caras y caretas
11
liernur
12
Como señala Javier Caballero Galván: “Pero además, el pensamiento dicotómico alcanzará el proyecto
político liberal emanado de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, en el que para
construir a este “hombre” libre y acreedor a ciertos derechos será necesario establecer esferas de acción
que le permitan ejercerlos. Sin ser explícito, el documento se referirá a una esfera pública en la que la
libertad del individuo deberá garantizar la libertad de los demás, y una esfera privada en la que se
fundará el derecho natural a la propiedad y al ejercicio de la libre elección. La ley será entonces el
instrumento encargado de regular la relación entre ambas esferas y la interacción entre la multiplicidad
de libertades; pero en tanto que esta es ontológicamente prohibitiva, es decir, que lo que no se señala en
espacios vivos y activos, cualidades que serán representadas de sobra en los sainetes criollos,
allí convivía la vida social y cultural con los trabajos productivos (zapateros, sastres, modistas,
costureras, lavanderas, etc.) y de cuidado. (cita cravino) El patio -y sus galerías- era un espacio
que posibilitaba la creación de redes sociales y políticas, permitía el cuidado colectivo,
liberando tiempo a las mujeres para el trabajo productivo y acabaría por ser sala de parto de
diferentes manifestaciones sociales de reivindicación de derechos como la huelga de inquilinos
de 1907.13
Para la segunda década del siglo XX se podría que, en términos numéricos, las políticas
de inmigración habían sido todo un éxito. El número de habitantes del país había pasado de 4
millones en 1985 a casi 8 millones para 1914, el doble en menos de dos décadas (cita). En el
mismo período, el porcentaje de población urbana paso de 37,4% a 52,7%, en una tendencia
que solo se iría incrementando. La ciudad de Buenos Aires se había consagrado con creces
como el mayor núcleo urbano con una población de 2 millones de habitantes, seguida por
Rosario con 245 mil y Córdoba con 120 mil. (cita) Argentina estaba haciendo rápidamente el
cambio de una sociedad rural a una mayoritariamente urbana.
Diego Roldan hace un análisis de los periódicos de Rosario en los meses anteriores al
centenario de la independencia. En esa época la ciudad no escapaba a la descripción hecha en
el párrafo anterior, por el contrario, es tal vez el mejor ejemplo de lo que sucedía con la
población urbana, que en esta urbe estaba compuesta por un 50% de inmigrantes. Los
periódicos describían a la ciudad como una “ciudad fenicia” donde “la decadencia moral (…)
dejaba que la nacionalidad se precipitara en el olvido” (Cita roldan p36). La disputa por la
ella se permite, la esfera privada quedará exenta de tal regulación. Esta exención obviamente no pasará
inadvertida, sino que será precisamente la esencia de la teoría política liberal.” Caballero Galván, J.
(2016, mayo 21). Los criterios de diseño arquitectónico de la vivienda moderna desde la perspectiva de
género. Debate Feminista, 51. Recuperado de
http://debatefeminista.cieg.unam.mx/df_ojs/index.php/debate_feminista/article/view/2071 p. 40
13
Roldan Op.Cit. p. 128
identidad era tal que se llegó a prohibir el uso de símbolos y música de otras naciones en la
fecha del centenario. Los diarios y censos de la época tampoco describían una buena imagen
de la situación habitacional de las clases medias y populares en las principales ciudades, en
Rosario solamente, se contabilizaban 959 conventillos y solo 1500 piezas de baño, en los que
vivían en promedio 5 familias por construcción y que el ETHCD categorizaba como
antihigiénicas. (cita conventillos de rosario roldan p.126) Si comparamos con datos del
Departamento Nacional de Trabajo para la ciudad de Buenos Aires nos encontramos con que
la mayoría de las habitaciones de los conventillos de la ciudad se encontraban en “buenas
condiciones”. (cita liernur) Si bien se trata de ciudades diferentes, hay lugar para pensar que los
parámetros para considerar “higiénico” o “antihigiénico” un edificio podía variar según las
intenciones de quien elabora las estadísticas. (cita de roldan sobre las estadísticas). Liernur
destaca, además, que hasta entrada la última década del siglo XIX los conventillos aun no
gozaban de una reputación de “inmorales”, sino que la crítica estaba asociada exclusivamente
a aspectos técnicos-higiénicos, que eran mejorables dentro de los márgenes del modelo
mismo. El momento en que la postura hacia ellos cambia hacia la erradicación coincide con el
azote de sucesivas epidemias en las ciudades y con el desarrollo de nuevas tecnologías de
disciplinamiento social como la escuela obligatoria o el servicio militar.
Es por esta razón que se vuelve una obligación del estado garantizar las condiciones
mínimas de salubridad del medio para no poner en riesgo el progreso futuro. Este pensamiento
abrió la puerta a un estado higienista altamente medicalizador y biologicista, que inserta la
lógica médica en todas sus áreas contraponiendo “lo normal” con “lo patológico”, y poniendo “la
salud” de la sociedad por encima de los derechos del individuo. Esta medicalización del estado
es apreciable al observar que varios de los políticos más notables de la época compartían la
profesión de médicos.
Como explica Maria Silvia Di Liscia, el hotel de inmigrantes de Retiro, era un dispositivo
organizador de poblaciones. (cita) Si bien los planes para su construcción existían desde la
década del ’70, se inauguró completamente en 1912. Desde luego, que, en este edificio en
particular, la palabra “hotel” suena más a eufemismo. Era, en todo caso un complejo edilicio de
carácter heterotópico (cita Foucault) donde se citaban al mismo tiempo diferentes dispositivos
arquitectónicos biopoliticos: la aduana, la escuela, el hospital y la prisión. El objetivo del hotel
no era solo dar cobijo a las familias recién llegadas para que se recuperen de su largo viaje a
través del océano. El hotel tenía la función de individualizar a la población que bajaba de los
barcos para poder descartar a los “defectuosos”. (poner la cita del ciego) Eliminar a los
individuos que podrían resultar una amenaza a la calidad de la población como un “todo”.
Como se podía ver en los anales del Departamento Nacional de Higiene, Vol. II de 1892:
El hotel presentaba una estricta organización del espacio y del tiempo, estableciendo
horarios específicos para la entrada y salida, para las comidas, y desde luego un ritual de
presentación de documentos para el ingreso al país. El hotel – más específicamente su oficina
de migraciones- era el primer punto de encuentro del inmigrante con el omnipotente estado,
que se hacía presente en forma de impolutos y largos mostradores que dividían el espacio-
tiempo de la burocracia con el bullicio indistinguible de las masas transoceánicas. El hotel
también contaba con una oficina de trabajo, encargada de formar a los individuos en las tareas
rurales y de ubicarlos en algún trabajo en algún lugar del país.(cita) Recordemos que uno de
los objetivos del fomento de la inmigración era conseguir mano de obra que sirva de fuerza de
trabajo para el modelo agro-exportador. En sus memorias, el director de migraciones, Alsina,
deja en claro cuáles eran los aspectos que se miraban en las personas que llegaban para
asegurar su “calidad”:
Alsina, en sus memorias de las llegadas, busca argumentos para asegurar que quienes
bajaban de los barcos eran personas sanas y viriles que garantizarían el progreso del país. El
ejerce personalmente la “selección artificial” con el foco puesto en el cuerpo biológico:
Como vimos, el foco esta puesto en lo orgánico, en garantizar la sanidad del cuerpo,
pero se utiliza eso también para argumentar lo que no se puede ver ni tocar, se asocia el
aspecto sano y la buena complexión física con valores como la buena disposición al trabajo y la
ausencia de derrota y al mismo tiempo se establece que la hazaña que significa abandonar el
país y cruzar el océano solo puede ser asociado con personas de cuerpos sanos y fuertes.
Esta es la lógica que predominará en este periodo.
Contra el conventillo
Como mencionamos más arriba, la segunda forma en que la matriz biopolitica se puede
ver expresada en políticas de hábitat es en el afán por erradicar el conventillo de las ciudades y
la búsqueda por nuevos modelos de vivienda que se correspondan con la agenda política y
moral de las élites. En 1910 el médico Augusto Bunge - quien fue diputado por el socialismo
entre 1916 y 1936- publicaba “Las conquistas de la higiene social” donde explicaba, en
coincidencia con el pensamiento del movimiento eugenésico argentino, que “sanear” los
ámbitos de desenvolvimiento de los obreros era crucial para evitar la decadencia social. Diego
Roldan explica:
Según las ideas de Bunge, los malos hábitos, las deplorables condiciones de
habitabilidad y las extenuantes jornadas de trabajo producirían condiciones de fatiga en el
obrero, que repercutirían con mayor impacto en la sociedad y terminaría generando bajas en la
productividad. Aquí se aprecia cómo el pensamiento eugenésico atravesaba sectores
diferentes de la sociedad, en este caso al socialismo.
En este afán reformista, a los malos hábitos había que enfrentarlos con la misma fuerza
que a las epidemias. El conventillo se consagrará como el chivo expiatorio de los males de la
época, engendro productor de las enfermedades biológicas y espirituales, las unas atadas a las
otras; prostitución y ociosidad eran males tan fuertes como la tuberculosis y la fiebre amarilla.
Las enfermedades del ser derivaban en enfermedades del cuerpo y viceversa, y el conventillo
era el núcleo de cultivo de ellas, era el culpable de la división de la familia y, por ende, de la
destrucción de la sociedad moderna. El diputado Juan Félix Cafferata, político argentino
perteneciente al Partido Demócrata Nacional, también médico y que sería el impulsor de la Ley
Nacional de Casas Baratas, decía lo siguiente sobre el conventillo:
Liernur explica que hasta entrada la década de 1890 las condiciones higiénicas de la
habitación, el conventillo en este caso, se creían mejorables dentro de los límites del modelo
mismo y que muchas personas seguían eligiendo este tipo de modalidad de hábitat, entre otras
razones, por su cercanía con las ofertas de trabajo y los servicios, que se volvieron de difícil
acceso en las afueras. (cita) Como mencionamos en el apartado anterior, el estilo de vida que
el conventillo permitía y fomentaba, por más que se solucione la dimensión higiénica, no era
adecuada para los modos de vida que las élites conservadoras pretendían instalar en las
masas populares. No importa cuánto se mejoren las condiciones higiénicas del conventillo, este
modelo de hábitat nunca sería capaz de producir al “ser argentino” que el estado buscaba, muy
por el contrario, propiciará la creación de cuerpos rebeldes al sistema económico, político y
moral: sindicalistas, anarquistas y prostitutas.
Y nuestro hombre que con poco podía haber continuado siendo un
elemento conservador por excelencia de la sociedad, entrará en la militancia
obrera… hará huelga, provocará disturbios… será en breve un verdadero
elemento de trastorno social… (cita)
El marcado carácter social de los conventillos, al que paginas atrás hicimos referencia,
resultaba sumamente peligroso para los sectores dominantes, los patios y galerías eran nidos
de organización política. El ser argentino debía ser dócil y obediente, el sindicalismo, la huelga,
la rebeldía, la subversión, desde la lógica médica, eran virus que atentaban contra el cuerpo
nacional, ponían en peligro “el progreso” del país. José Figueroa Alcorta, un político
conservador, quien fue presidente durante los mismos años en que se desarrolló la huelga de
inquilinos, expresaba en un discurso:
Figueroa Alcorta relaciona directamente la falta de luz y aire en los edificios con la gesta
de protestas y acciones políticas, y que la presencia de esta “manzana podrida” pone en peligro
toda la cosecha. La analogía aquí es intencionada, el discurso del Expresidente Alcorta se
alinea con la visión biopolítica de la sociedad, según la cual la presencia de un “virus” en un
sector es fácilmente transferible a otros si éste no es controlado o erradicado.
¿Capítulo 2?
En las primeras décadas del siglo XX la crítica moral al conventillo comienza a hacer
mas fuerte, solapándose con la crítica higienico-biologica (cita liertnur). Comienza a existir una
real preocupación por la búsqueda de modelos alternativos de vivienda y el casapropismo
como tecnología de poder se empieza a consolidar. Teniendo en cuenta lo descrito en párrafos
anteriores, podemos entender por qué resultaría conveniente arraigar familias mononucleares
en sus propios lotes individuales, y como esto es un instrumento biopolitico. Este será el
análisis en el que nos enfocaremos más adelante, estudiando específicamente la evolución
tipológica de la vivienda media y popular a partir del modelo de “casa chorizo”. Pero antes, no
podemos dejar de nombrar otros elementos que posibilitaron y/o coadyuvaron al crecimiento
suburbano y la imposición de la casa propia como modo de vida deseado y que aún no se han
mencionado. Liernur y Armus, entre otros, ya han hecho referencia a estas cuestiones, por lo
que no vemos necesario detenernos a realizar una explicación detallada de cada una de ellas,
el fin es mencionarlas para que sean tenidas en cuenta en una lectura más completa de la
temática:
3) La suba del valor del suelo en el centro de las ciudades por las mejoras en la
infraestructura y los servicios, llevando también a una suba en los alquileres.
4) Los lotes a bajo costo en las afueras y las financiaciones a largo plazo, que en
muchos casos igualaban los precios de los alquileres.
Otra idea que Liernur menciona, y que estaba presente en el discurso higienista,
eugenésico y moral que venimos analizando, es la romantizacion de la ruralidad. En el discurso
medico estaba bien instalado que la vida en el campo era una vida más sana, no solo por el
ambiente menos degradado sino, también por los hábitos de “sacrificio” necesarios para
mantener una vida rural:
En este sentido también se puede mencionar el caso de las colonias agrícolas de “la
pampa gringa”, muy diferente al proceso dado en las grandes ciudades. En estos casos se
trataba de ciudades nuevas y la mayoría de las personas que llegaban (en su mayoría
inmigrantes) tenían un poder adquisitivo mayor al de los inmigrantes residentes en los centros
urbanos, conformando poblaciones más homogéneas. El poblamiento de estas tierras
pampeanas también era una jugada biopolitica de control territorial, una forma de llevar
trabajadores al campo, favoreciendo el modelo agroexportador, y una forma de aprovechar al
suelo (repartido) como mercancía, vendiendo los lotes financiados y a bajo costo y arrendando
grandes porciones de campo a los inmigrantes, como dijimos, estas colonias se caracterizaban
por su demografía homogénea y por una marcada performance social de riqueza y cultura
europea marcada por una estricta división espacial entre lo público y lo privado.