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Titulo: Las pinturas negras de Goya

Autor: Erna Tomsich


Materia: historia del arte
Fecha: Agosto, 2016
Introducción

Francisco Goya nació el 30 de mayo de 1746 y falleció el 16 de abril de


1828, fue un pintor y grabador español. Se destaco en pinturas de
caballete, también en murales, grabados, dibujos y series. Fue un critico
apasionado de un entorno que buscó arraigarse nostálgicamente al
pasado aristocrático con enfrentamientos políticos y sociales, que
generarían en Goya esa angustia frente a un mundo incomprensible,
causante de inquietudes trágicas, como por ejemplo las que plasman la
guerra civil española. Definirlo es muy difícil, destaco en diferentes
estilos desde contemporáneas, barroquismo y romanticismo, es
considerado el precursor vanguardista del siglo xx.

Tras un viaje en 1770 a Italia, saliendo del barroquismo adopta el


neoclasicismo al regresar a Madrid. En 1793 tras sufrir una enfermedad,
siente la necesidad de un cambio creativo y original, desarrolla
temáticas crudas , denominada “caprichos” con esta temática logra
definir su madurez artística y transición hacia la estética romántica.
Su obra culminante es la serie de catorce pinturas con técnica de oleo al
secco tituladas “pinturas negras” con el que decoro las paredes
cubiertas de yeso de su casa de campo “ la quinta del sordo” que había
adquirido en 1819, ubicada en la orilla derecha del rio manzanares,
cerca del puente de Segovia en la pradera de san isidro. Dicen que fue
allí donde convivio con Leocadia weiss, que estaba casada con isidro
weiss pero aún así se dice que tuvo una hija de Goya llamada rosario
Weiss.

En 1823, antes de fallecer Francisco Goya cede su casa y obras pasaron a


mariano Goya, nieto del artista, para no perderlas tras la restauración
de la monarquía absoluta y la represión de liberales. Y por tal motivo,
durante 50 años la existencia de “las pinturas negras” no fue muy
popular.

A partir de 1874 el banquero francés Emile dÉrlanger que tenia origen


alemán, y quería realizar una exposición universal en parís contrató a
Salvador Martínez Cubells para trasladarlas de revoco lienzo. Y
finalmente en 1881 las donó al museo del prado. La serie, a cuyos óleos
Goya no tituló, fue catalogada en 1828 por Antonio de Brugada1 al estar

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 Han sido variadas las propuestas de título para estas pinturas. La más temprana se debe al
inventario de bienes del pintor que Antonio Brugada realizó tras la muerte de Goya. Glendinning
(1993), pág. 116.
realizando un inventario de las obras que anticipaban la pintura
contemporánea y la vanguardia del siglo xx. nombro de la siguiente
manera a los lienzos: 

1. Átropos o Las Parcas.
2. Un viejo y un fraile.
3. Dos viejos comiendo sopa.
4. Duelo a garrotazos o La riña.
5. El aquelarre.
6. Hombres leyendo.
7. Judith y Holofernes.
8. La romería de San Isidro.
9. Dos mujeres y un hombre.
10. Peregrinación a la fuente de San Isidro o Procesión del Santo
Oficio.
11. Perro semihundido o más simplemente El perro.
12. Saturno devorando a un hijo.
13. Una manola: doña Leocadia Zorrilla.
14. Visión fantástica o Asmodea.

Estas obras fueron se caracterizan por ser imágenes campestres,


pequeñas figuras, paisajes. Hubo un problema con la autenticidad de las
obras, en las cuales se pensaba que estas ya adornaban las paredes de la
finca, Lo cual fue incierto.2

Desde 1820 Goya fue cada vez mas apreciado por sus contemporáneos
cuando abordó el estilo sublime terrible en que se enmarcan estas
obras. Hay consenso entre la crítica especializada en proponer causas
psicológicas y sociales para la realización de las Pinturas negras. Entre
las primeras estarían la conciencia de decadencia física del pintor, más
acentuada si cabe a partir de la convivencia con una mujer mucho más
joven, y sobre todo las consecuencias de la grave enfermedad de 1819,
que lo postró en un estado de debilidad y cercanía a la muerte que lo
llevo a un aislamiento e introversión, reflejada en el cromatismo y las
representa en sus obras con pesimismo, con realidades deformadas y
ambientes grotescos, crueles. podemos observar que las obras en “ las
pinturas negras” tienen bastantes personajes que representan los
ideales antes de la revolución francés. Frailes, monjas, familias de la
inquisición.
A pesar de que el siempre destaco por sus obras con contraste social en
1820, cuando se recuperó de su enfermedad, pinto respecto a la
inquisición, enfrentamientos civiles etc. que se dieron en 1823 época del
levantamiento constitucional de Rafael de diego.

La romería de San Isidro se ha interpretado de dos maneras: en primer


lugar, como una visión retorcida de la popular fiesta madrileña que se
celebraba a poca distancia de la Quinta del Sordo. Pero también hay
quien la relaciona con la oscura fiesta romana de la Saturnalia ,
dedicada al dios romano Saturno. Es una expresionismo pictórico y
refleja la división de clases sociales, Goya siempre ubica a la
2
Bozal (2005), vol. 2, págs. 248-249.
muchedumbre o pueblo en el fondo, esta obra refleja perdición, exceso,
pobreza.
se compone de personajes extasiados y también caricaturizados en el
primer grupo, encabezada por un hombre con una guitarra cuya
expresión delirante —ojos en blanco incluido— corta el aliento.
Detrás de los hombres con sombrero de ala ancha avanzan otros
personajes embozados, y a sus espaldas el pueblo de Madrid, repartido
en clases sociales. Más allá de las alegorías que pudiera encerrar el
cuadro, me sobrecoge la expresividad del mismo, y algunas lecturas que
en él encuentro. Hombres y mujeres con sus bocas abiertas entonando
oraciones en medio de la noche como posesos en procesión es una
imagen de estampa de terror, y aunque la caricatura del maestro hacia
el fanatismo religioso es evidente, la exaltación de la multitud es lo que
perturba. El comportamiento de la masa, apiñados los hombres
por Goya hasta desfigurarlos, escarba una tremenda verdad: en la
colectividad el hombre se deshumaniza, pierde sus rasgos, se vuelve
irreconocible.

Dos ermitaños puede referirse a


la tentación personificada, en
esta obra al igual que el
aquelarre hay mucho
esoterismo, la intervención de lo
sobrenatural en la realidad. Se
puede visualizar a un anciano
con bastón, de parada débil
como es seducido por una especie
de demonio o ser medio amorfo
diciéndole algo al oído.
Parece ser que entre esta pintura y Dos ermitaños , se situaba sobre la
puerta Un viejo y una vieja tomando una sopa. Desarrolla la vejez como
algo desequilibrado, en la anciana se ve desconfianza e incertidumbre
en lo que vive, lo oscuro que es y el aspecto de esqueleto del anciano
solo anuncian malas noticias, lo mas probable es que no sepan ya lo que
están viviendo ni si lo están. puede referirse a la desgraciada vida de los
exiliados y empobrecidos tras la Guerra.

la serenidad de La Leocadia, llamada también Una manola: doña


Leocadia Zorrilla , bella y guardando la compostura pese a su más que
posible relación con la persona que descansa en la tumba situada a su
lado. enlutada con actitud digna y serena, aunque apoyada con
descaro. ¿Es la obra un consejo del maestro para afrontar con
estoicismo las pérdidas inevitables que hemos de sufrir en la vida?

Opuesto a estas pinturas se situaba El Aquelarre. Esta era quizás la


pintura más importante de toda la Quinta , aunque al ser pasada al óleo
perdió gran parte de su extremo derecho. La pintura, más que terrible, es
desconcertante e incluso paródica. Resulta sugestivo comparar esta
obra con aquella del mismo tema que Goya pintó en 1798 (Madrid, Museo
Lázaro Galdiano) en la que la figura del macho cabrío, situada de frente
al observador, es protagonista único de la composición, lo que no
ocurre aquí. la intención siniestra e irónica de Goya es manifiesta,
quiero ver en ella la expresión del interés del pueblo por el mal. Pienso
en la atracción malsana hacia cosas desagradables, pero también en el
interés frecuente por conocimientos ocultos y heterodoxos que han
apasionado y apasionan a gentes demasiado curiosas para no llevarse, a
lo largo de su vida, desagradables sorpresas siguiendo arriesgados
caminos. Quería formular una critica tanto a la iglesia como a la
ignorancia de la superstición, por la quema de las brujas de
zugarramurdi 1610.
el desgarrador Saturno devorando a su hijo , quizás la más popular de
las "pinturas negras", usada aún hoy en día como símbolo del horror y
la locura. Es una obra maestra del expresionismo, se visualiza al dios
Cronos tragando frenéticamente a su hijo, el fondo es muy oscuro y
denso, Goya hace resalte a las sombras , como resaltando el terrible
acto de un dios endemoniado.
referencia a una escena bíblica,
en la victoria de babilonia sobre
el pueblo judío, se dice que la
salvación nacional se dio
gracias a Judit, que fue utilizada
como instrumento divino para
liberar al pueblo elegido. Así
ganó la confianza del general de
los ejércitos del rey y le corto la
cabeza en un momento de
confianza que tuvieron en la
noche. Se puede interpretar
como que dios siempre protege a
los elegidos de los soberbios y
Goya lo plasma como una
perturbación religiosa o quería
plasmar a la mujer como desleal
de manera indirecta

Judit y Holofernes hace


En ella se nos muestra a un perro, totalmente oculto a excepción de su
cabeza, en medio de un fondo ocre. Nada más se nos dice o se nos aclara
sobre el protagonista o el significado del fresco. ¿Dónde está ese perro?
¿A dónde o a qué está mirando? ¿Se hunde, o por el contrario asoma su
cabeza con cautela, temeroso de algo que no somos capaces de intuir? De
esta pintura se han hecho infinidad de interpretaciones, asociando al
perro tanto a la figura infernal que guía a los muertos como a un
símbolo del abandono y el desamparo.

En la gran pared situada junto a esta pintura se hallaban dos grandes


frescos: Visión fantástica (Asmodea) y Procesión del Santo Oficio .
Asmodea o Visión fantástica  era en la mitología un demonio asesino de
hombres a quien Goya representa -ignoramos el motivo- como una mujer
que cubre parcialmente su rostro, mientras flota por los aires llevando
consigo el horrorizado cuerpo de un hombre. El cuadro es una gran
alegoría teñida de simbolismo político, relacionado con la época
de Goya, y por tanto, entiendo, con un mensaje crítico.

Procesión del Santo Oficio, por su parte, es una valiente e irónica crítica
a este infame tribunal. Parecida a la romería de san isidro pero menos
grosera e irónica. Se repiten temas ya tratados, como la mueca
hiperbólica y el apiñamiento de individuos, pero esta pintura me ha
espoleado para recordar el balance real de la Inquisición, símbolo del
mal para algunos ilustrados, pero muy popular en su tiempo. Recojo mis
palabras de otro cajón: “El Santo Oficio ha de ser entendido como un
fenómeno dentro de su contexto, como otros acontecimientos,
personajes o instituciones históricas. En este sentido, la Inquisición
española no puede contemplarse a la luz de nuestra era como un
organismo represor que suprimió cualquier forma de libertad religiosa,
pues ésta no existía en ningún país europeo. Dicho esto, y sin detenerme
en que con su obsesión por la pureza de la fe unió a buena parte de la
cristiandad, contuvo la peligrosísima expansión otomana”

En la pared menor del fondo de la sala superior se hallaban dos


pinturas de formato vertical, de menor tamaño que las anteriores. Se
tratan de Hombres leyendo y Mujeres riendo , obras con tonalidades
oscuras, que sus compañeras de sala. sobre el hombre y la mujer: seres
retratados en el pecado, sorprendidos en las más diversas formas de
vicios, en la estupidez y la maldad.
Duelo a garrotazos puede disputar al Saturno el título de la más
terrible de las pinturas negras, pero en esta no hallamos el toque casi
liberador de saber que la escena es fantástica o mitológica: este duelo es
real, entre dos personajes anónimos, y sólo se resolverá por la
inevitable muerte de uno de ellos. Se ha interpretado esta obra como
una alegoría de la Guerra Civil. Expresa bien el fondo violento y de
supervivencia del ser humano.

Contrastando con estas dos figuras trágicamente ancladas a la tierra,


las figuras de Las Parcas flotan por el aire, al igual que lo hacían
aquellas en Asmodea , situada -no por casualidad- enfrente a esta
pintura.
Se ha visto en las figuras representadas a las temibles parcas, señoras
del tiempo de vida de los individuos (Láquesis, Átropos y Cloto), además
de un ser que se identifica con Prometeo. Cada una de las viejas porta un
objeto relacionado con su función natural. En este cuadro, a fin de
cuentas, lo que se ve es a la muerte sobrevolando la naturaleza, y se
manifiesta en el cuadro como si solo fuera visible para el espectador
pero en realidad comprendemos que está en todos lados y es invisible.
Por su carácter imprevisible y despiadado, se representa a la muerte fea,
trágica y real. En ese caso, Goya la sorprende volando sobre un páramo
turbio y encogido por su presencia terrible.

A fin de cuentas, las Pinturas Negras son fotografías de la realidad y de


la naturaleza del ser humano, hechas a pincel. Pero un pincel
espléndido y único, capaz de radiografiar la variante trágica de la vida
y sus manifestaciones grotescas, agarrado por un talento fuera de lo
común y con un espíritu indómito

En 1824, Goya abandonó la Quinta y partió hacia Burdeos, harto de la


sociedad y la realidad española. " Quién no puede apagar el fuego de su
casa se aparta de ella ", escribió poco antes de irse. La Quinta fue vendida
y pasó por diversas manos, poniendo en peligro la integridad de las
pinturas, hasta que en 1874, que la adquirió el francés.

Conclusión

Goya paso por diferentes problemáticas en su vida, que termino con una
metamorfosis que le permitió ver la realidad de otra manera, cruda,
cruel, irónica, comenzó a plasmar libremente lo que observaba en la
sociedad y los actos de violencia, excesos, maldad. En todo lo que se
enfocaba en sus obras era en los males de la sociedad, atroces y
demoniacos. Definitivamente después de su sordera, la guerra civil
española y la guerra contra la invasión francesa. Como buen hijo de la
ilustración quedo impactado y quizo erradicar ciertas actitudes
exhibiéndolos tal y cual eran.

 Las Pinturas Negras son perturbadoras y fascinantes. Reflejan lo más


sombrío e indeseable de la vida a través del pincel de un hombre
escéptico intelectualmente pero de espíritu optimista, y su gestación,
alumbrada de manera misteriosa, muestra un colosal pintor pero
también un enorme hombre. Y al ser las Pinturas Negras una serie de
cuadros desagradables, tenebrosos y perturbadores, las preguntas se
agolpan. ¿Sólo un alma atormentada es capaz de expresar las verdades
más hondas? ¿Sólo un ser que sufre husmea con mayor atrevimiento y
acierto los misterios de la vida? Eso parece. Por lo tanto indicaría que
existe una razón suficiente para esa dimensión trágica de nuestra vida,
como si fuera necesaria para que de esta manera aprendiéramos algo
fundamental. Por lo visto debemos probar lo amargo para apreciar lo
dulce, aunque uno sepa mucho mejor que lo otro.

Lo que parece seguro es que no se rodeó de estas pinturas para suscitar


comentarios y habladurías; deseaba estar junto a ellas, como si quisiera
recordar en todo momento la fealdad de la vida, comunicando con sus
pinturas un mensaje para no olvidar que junto a la belleza, la salud y la
alegría se entrelaza un camino de lágrimas y espinas. Pero también es
posible que Goya deseara rodearse de cuadros siniestros para conjurar
el mal y así poder controlarlo. Quizá esa fuera su intención. En
cualquier caso, cada una de esas pinturas negras a las que Francisco
de Goya y Lucientes no puso título, merece su atención.

Bibliografía

Bozal (2005), vol. 2


Historia del arte (2010)

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