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El metabolismo de los fármacos

El metabolismo de los fármacos provoca la activación o inactivación del fármaco y por

lo tanto tendrá consecuencias directas sobre sus efectos en el cuerpo humano.

El metabolismo podrá verse afectado por una serie de condicionantes, entre los que están la

edad, los inductores e inhibidores enzimáticos y los factores patológicos.

El metabolismo de los fármacos es una de las fases clave de la farmacocinética de un

medicamento, ya que determina su inactivación o activación y por lo tanto sus efectos.

El metabolismo o la biotransformación con frecuencia implica la inactivación del

compuesto original, pero hay situaciones en las que algunos metabolitos son igual de

activos o incluso más que el compuesto original lo que puede producir prolongación de los

efectos, otras veces el resultado del metabolismo son metabolitos tóxicos.

Incluso en ocasiones, el metabolismo origina la transformación de sustancias inactivas

en sustancias activas. Hablamos en ese caso de profármacos (fármacos inactivos que se

activan tras metabolizarse).


En qué órganos se produce el metabolismo de un fármaco

El principal órgano donde tiene lugar el metabolismo es el hígado, aunque también tienen

capacidad metabólica otros órganos como los pulmones, el riñón o la propia sangre.

En el hígado, el metabolismo puede tener lugar mediante dos tipos de reacciones:


1. Las reacciones de fase I que incluyen reacciones de oxidación, reducción e

hidrólisis destinadas a convertir las sustancias que van a ser eliminadas en más polares

y más hidrosolubles. De todas ellas las más utilizadas por los fármacos son las de

oxidación y el sistema más utilizado es el sistema oxidativo de microsomas hepáticos

denominado citocromo P450. Este sistema participa en el metabolismo de numerosas

sustancias endógenas. El proceso de oxidación, en ocasiones, origina radicales libres

que son tóxicos para las células. En la especia humana se han identificado entre 25 y 30

citocromos P450. Se nombran con el prefijo CYP seguido de un número que designa la

familia, una letra que indica la subfamilia y un número que señala la forma individual.

Las tres principales familias implicadas en el metabolismo hepático de los fármacos son

la CYP1, CYP2 y CYP3 y las formas más usadas son CYP2D6 y CYP3A4. Las

reacciones de reducción e hidrólisis son menos frecuentes.

2. Las reacciones de fase II son reacciones de conjugación en las que el fármaco

procedente de la fase I se acopla a un sustrato con lo que aumenta de tamaño y puede

ser eliminado más fácilmente. Requiere aporte de energía y pueden intervenir diversas

sustancias.

Los fármacos utilizan las mismas rutas y sistemas metabólicos que las sustancias

endógenas, lo que en ocasiones puede llevar a situaciones de competición por

metabolizarse.

Aunque lo habitual es que los fármacos pasen por las fases I y II de forma secuencial, es

también posible que sólo pasen por la fase I o sólo por la II o incluso que pasen primero por

la fase II y luego por la I. También hay que tener en cuenta que hay fármacos que se

eliminan de forma activa sin ser metabolizados.


Eliminación (farmacología)

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En farmacología se entiende por eliminación o excreción de un fármaco a los
procesos por los cuales los fármacos son eliminados del organismo, bien
inalterados (moléculas de la fracción libre) o bien modificados como metabolitos a
través de distintas vías. El riñón es el principal órgano excretor, aunque existen
otros, como el hígado, la piel, los pulmones o estructuras glandulares, como
las glándulas salivales y lagrimales. Estos órganos o estructuras utilizan vías
determinadas para expulsar el fármaco del cuerpo, que reciben el nombre de vías
de eliminación:

 Orina,
 Lágrimas,
 Sudor
 Saliva
 Respiración
 Leche materna
 Heces
 Bilis

En lo que respecta al riñón, los fármacos son excretados por filtración glomerular y
por secreción tubular activa siguiendo los mismos pasos y mecanismos de los
productos del metabolismo intermedio. Así, las drogas que filtran por el glomérulo
sufren también los procesos de la reabsorción tubular pasiva. Por filtración
glomerular solo se eliminan las drogas o los metabolitos no ligados a las proteicas
plasmáticas (fracción libre), y muchos otros (como los ácidos orgánicos) son
secretados activamente. En los túbulos proximal y distal las formas no ionizadas
de ácidos o bases débiles son reabsorbidas pasiva y activamente. Cuando el
fluido tubular se hace más alcalino, los ácidos débiles se excretan más fácilmente
y esto disminuye la reabsorción pasiva. Lo inverso ocurre con las bases débiles.
Por eso en algunas intoxicaciones puede incrementarse la eliminación del fármaco
tóxico, alcalinizando la orina y forzando la diuresis.
En otras ocasiones los fármacos son eliminados en la bilis con la que llegan hasta
el intestino. Allí se unen a la fracción no absorbida del fármaco y se eliminan con
las heces o bien pueden sufrir un nuevo proceso de absorción y ser eliminados
finalmente por el riñón.
Las otras vías tienen poca transcendencia, salvo para fármacos muy concretos,
como la vía respiratoria para el alcohol o los gases anestésicos, aunque en el caso
de la leche materna es de especial transcendencia. El recién nacido presenta
todavía cierta inmadurez de hígado o riñones y es más sensible a los efectos
tóxicos del fármaco. Por ello hay que conocer qué fármacos pueden eliminarse a
través de la leche materna para evitarlos.

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