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Fundamentos teóricos
La comunicación exige que se dé la relación efectiva entre dos sujetos con papeles
comunicativos bien diferenciados: hablante y oyente. Dentro de los procesos comunicativos se
habla de diálogo cuando se da un intercambio comunicativo efectivo y alternante de los
papeles entre dos o más sujetos que hablan –lo que llamamos ‘interlocutores’–. Este diálogo
suele ser oral y supone una comunicación configurada por los siguientes elementos:
‘Conversación’: Acción y efecto de hablar familiarmente una o varias personas con otra u otras.
‘Diálogo’: Plática entre dos o más personas, que alternativamente manifiestan sus ideas o
afectos.
*En el diálogo todos los participantes deben hablar, hacer sus aportaciones al asunto tratado;
se considera descortés no participar y la participación debe contribuir a construir un mundo de
conocimientos comunes. Si se incumple esta premisa se cae en lo que denominamos “diálogo
de sordos”. La conversación admite la participación desigual, incluso el silencio.
*Los turnos en el diálogo se rigen en función de lo ya dicho y se trata de argumentar con orden
y siempre con vinculación al asunto tratado. En la conversación no siempre se aportan
contenidos nuevos, no es necesaria la progresión temática, incluso, con frecuencia, no está
claro el asunto tratado y se salta de uno a otro sin orden.
*En el diálogo se busca el acuerdo respecto al tema tratado –así, hablamos de personas
“dialogantes”–. En la conversación no hay una meta concreta, aunque cada participante puede
tener sus finalidades.
*El diálogo es un discurso más cerrado ya que debe buscar la unidad de tema y el consenso. La
conversación tiene una estructura abierta, avanza por la suma de las intervenciones,
independientemente de los argumentos que se expliciten.
3. El diálogo no literario.
Seminario. Se da cuando un grupo de personas estudia un tema y debate sobre él; esta
modalidad requiere cierta profundidad en el tratamiento del asunto objeto del seminario.
Tertulia. La tertulia tiene un carácter lúdico. Es frecuente que las tertulias se estructuren en
torno a un tema (tertulias literarias, políticas…), por lo que tradicionalmente a las personas
que intervenían se les reconocía cierto conocimiento sobre la materia objeto de la tertulia.
Hoy día lo más frecuente son las tertulias mediáticas sobre asuntos de política, economía,
sucesos…
Su estructura es similar a la del coloquio o la mesa redonda. Suelen estructurarse en una parte
de inicio en la que se presenta a los contertulios, una orientación sobre el asunto o asuntos
que se tratarán; desarrollo de los diferentes tópicos y una conclusión; finalmente, el cierre y
despedida de los participantes.
Debate. Se caracteriza por la oposición de opiniones. Los debates se pierden o se ganan, los
interlocutores son adversarios y su brillantez expositiva, la estrategia empleada y la capacidad
de contraatacar son fundamentales en la resolución del debate. En los debates mediáticos se
cuenta con la presencia de un moderador que, además, es el presentador de los contendientes
ante los espectadores.
Mesa redonda. Se da cuando un grupo de expertos debaten sobre un asunto ante un público
determinado. Los turnos de palabra son libres y existe, como en el debate, un moderador, con
funciones similares.