La psiconeuroinmunología explora las interconexiones puestas en evidencia, a
través de diversos estudios entre los sistemas nervioso, inmunológico y endocrino. Básicamente pretende estudiar y explicar la relación existente entre nuestro organismo y nuestras percepciones, desde un enfoque Biopsicosocial; la forma en la que los diversos factores sociales, biológicos y psicológicos se ven reflejados directamente en nuestra salud, beneficiándonos o por el contrario, perjudicándonos.
Personalmente me encuentro totalmente de acuerdo con los postulados de la
aludida rama de la psicología, puesto a que en múltiples circunstancias se ha demostrado que el organismo puede somatizar, es decir, Convertir los trastornos psíquicos en síntomas orgánicos y funcionales. Esto se debe a que el sistema inmunológico se encuentra ligado directamente a la respuesta neurológica, que a su vez, se ve estrechamente unido a los aspectos psicológicos que son producto de las percepciones y factores externos como el entorno.
De esta forma, el hecho de someternos constantemente a factores estresantes, a
la ansiedad, a eventos traumáticos, a la tristeza, la ira, la soledad, entre otros factores, puede acaecer enfermedades o deteriorar aun más el estado de salud de un individuo que ya padece alguna. Un claro ejemplo de esto podría ser los problemas gastrointestinales provocados por los efectos de la ansiedad sobre el organismo durante un periodo de tiempo prolongado. Todos estos factores nombrados anteriormente hacen que el estado de salud de un individuo pueda deteriorarse cuando se ve expuesto a ellos constantemente y sobre todo reduce la posibilidad de encontrar soluciones y la efectividad de un tratamiento.
Si miramos el proceso de salud y enfermedad como un proceso dinámico vemos
cómo el estrés del individuo, la ansiedad, los traumas, la familia y la sociedad se pueden convertir en elemento negativo para la salud del individuo. Por el contrario, si se tiene una sana interacción social, el apoyo y acompañamiento familiar, si se fomenta la resolución de conflictos y se aprende a manejar el estrés, la ansiedad y la ira, la salud de un sujeto puede ser sumamente beneficiada; incluso al tratarse con enfermedades autoinmunes como la diabetes o el lupus, el acompañamiento familiar, el pensar en positivo y enfrentar el dolor y los conflictos con una buena actitud puede marcar la diferencia, ya que influye directamente en nuestras percepciones y mejorar la aptitud frente a la enfermedad y evitando otras posibles complicaciones como la depresión, por ejemplo.
En conclusión, considero sumamente importante tomar en cuenta las nociones de
la psiconeuroinmunología, especialmente a la hora de intervenir pacientes que presenten algún problema de salud, pues en ciertas ocasiones la raíz del problema puede alejarse de los factores biológicos y encontrarse quizá en nuestro entorno o en nuestras propias percepciones.