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Tema:
Síndrome Psicótico
Asignatura:
Psicopatología
Docente:
Pablo Adán Bustamante
Alumna:
Josffer Jimena de la Cruz Cortez
Código:
17180012
Ciclo
Sexto ciclo
Turno:
Diurno
Práctica:
N°1
Semestre:
2019- II
U.N.M.S.M: DEPARTAMENTO ACADÉMICO DE PSIQUIATRÍA
FACULTAD DE PSICOLOGIA
Síndrome Psicótico
Según Crespo et al. (2010), entre los síntomas positivos de la psicosis se tiene: las alucinaciones
(percepciones de objetos inexistentes, las auditivas son las más comunes, aunque no solo aparecen por
una modalidad sensorial); delirios (ideas que se creen y se instalan como verdaderas para la persona,
pero no para los demás. Tipos: de referencia, de persecución, de control, de difusión del pensamiento y
de inserción o robo del pensamiento); y alteraciones en la forma de pensamiento (pérdida de asociación
entre una idea y la siguiente, constantemente pasa de un tema a otro distinto, puede dar excesos de
detalles en una respuesta e inclusive ésta puede ser incongruente con la pregunta)
Por otra parte, los síntomas negativos de las psicosis perjudican los aspectos sociales y pueden llegar a
confundirse con conductas de despreocupación: aislamiento social, falta de energía o motivación,
insuficiente higiene personal, dificultad en la expresión de emociones, disminución de movimientos,
pobreza o bloqueo del habla, aumento del tiempo de respuesta, complicaciones para concentrarse o
prestar atención, tendencia a la distracción (Crespo et al., 2010).
Antecedentes históricos
Ban y Ucha (1995) mencionan que, Ernest Feuchtersleben en 1845 empleó por primera vez el término
“psicosis” en su libro Lehrbuch der Arztlchen Seelenkunde, donde explica que, toda psicosis es también
una neurosis; pero que, no toda neurosis necesariamente es una psicosis. Llega a dicha conclusión
debido a que sin los nervios como intermediarios no se puede evidenciar un cambio psicológico. Por otra
parte, con ello, buscó separar trastornos neuropsiquiátricos neurosis de los trastornos psiquiátricos
psicosis. (citado en Torres, 2003).
En el DSM III (1980), el proceso neurótico refiere al proceso etiológico específico en el que “los conflictos
inconscientes provocan una percepción inconsciente de peligro anticipado, conduciendo al uso de
mecanismos de defensa que resultan síntomas y/o alteración de la personalidad” (citado en Torres, 2003).
Por otra parte, en el CIE-9 (1977), las psicosis son definidas como “trastornos mentales donde el deterioro
de la función mental es tal que interfiere extremadamente con el instinto, la capacidad de realizar tareas
cotidianas o de mantener contacto adecuado con la realidad”.
Griesinger, siguiendo el concepto formulado por Esquirol acerca de psicosis única, propuso que, siempre
comenzaba con anomalías del sentimiento de “sí mismo” y del humor, y con los estados emocionales
resultantes de ello. Esta siempre presentaría los siguientes estadios: melancolía, hipocondría, melancolía
propiamente dicha, melancolía con estupor (catatonía), melancolía con tendencia a la destrucción
(suicidio), melancolía con sobreexcitación permanente de la voluntad (melancolía agitada), estado de
exaltación mental (manía), manía, monomanía exaltada, y estados de debilitamiento intelectual (citado en
Derito y Monchablon, 2011).
Emil Kraepelin en su Manual de Psiquiatría explica sobre la existencia de dos tipos de psicosis: exógenas
y endógenas; las primeras refieren a trastornos psíquicos que aparecen por trastornos metabólicos,
estados febriles, agotamiento, envenenamiento, infecciones y tumores cerebrales, comprende la
demencia precoz (secuela de la intoxicación). Por otra parte, las psicosis endógenas comprenden las
psicosis de involución, la locura maníaco-depresiva, la paranoia, los estados psicopáticos, la idiocia y la
imbecilidad. Años más tarde, Karl Leonhard y K. Kleist opone a la clasificación propuesta por Kraepelin, y
divide a la psicosis en esquizofrénicas y afectivas (citado en Derito y Monchablon, 2011).
Manifestaciones Psicóticas
Las características clave que definen los trastornos psicóticos, según el DSM V, se tienen:
a) Delirios: refieren a creencias fijas de una persona que, pese a las pruebas que demuestran su
falsedad, no pueden ser negadas. Pueden ser persecutorios, referenciales, somáticos, religiosos,
de grandeza, entre otros. Se consideran extravagantes si son efectivamente inverosímiles,
incomprensibles y no proceden de experiencias viables.
Delirios persecutorios: son los más comunes y se caracteriza por la creencia en un
posible daño e ideas de acoso.
Delirios referenciales: refieren a las creencias de que los gestos y comentarios
realizados por otros se dirigen a uno.
Delirios de grandeza: alude a las creencias que tiene la persona sobre él o ella sobre
sus habilidades, riqueza o fama excepcionales.
Delirios erotomaníacos: hace referencia a la creencia errónea de que una persona está
enamorada de él o ella.
Delirios somáticos: son creencias que se centran en preocupaciones acerca de la salud
y el funcionamiento de los órganos.
Psicosis sintomáticas
Según Pedraz y Arévalo (2014), las psicosis sintomáticas se refieren a las alteraciones mentales cuya
causa y preservación son determinadas por condiciones somáticas (patológicas o fisiológicas) y que
ocurren en independencia de desviaciones primarias de las funciones mentales. Comprende a las
psicosis originadas por sustancias procedentes del interior del organismo resultado de un conjunto de
trastornos metabólicos, infecciones agudas, trastornos endocrinológicos, avitaminosis, entre otros. A
diferencia de otras psicosis, en las sintomáticas, no existen lesiones cerebrales (difusas o focales) que
expliquen los síntomas psíquicos.
Bonhoeffer, en base a casos clínico, se percató de condiciones presentes en las psicosis sintomáticas:
Delirio Simple (no se limitaba a la fiebre); Tipo Alucinosis (caracterizado por somnolencia e inicio rápido
de delusiones de tipo sistematizadas); Tipo Epiléptico (se presenta súbitamente en el curso de una
enfermedad médica subyacente con agitación motora y/o afectiva, desorientación y juicios erróneos;
Condición estuporosa sintomática (somnolencia, letargo, alteración de la reactividad mental y
comprensión, leve euforia); y Amencia (elementos de alucinaciones, fuga de ideas, síntomas
psicomotores, cambios emocionales, labilidad de la orientación, dificultad para asociar actividades y
somnolencia) (citado en Pedraz y Arévalo, 2014).
V. Bibliografía
Asociación Americana de Psiquiatría. (2000). Apéndice I: Esquema para la formulación cultural y glosario
de síndromes basados en la cultura. En Diagnóstico y manual estadístico de trastornos mentales
(5ª ed., Texto Rev.)
Crespo, B. et al. (2010). Guía de Psicoeducación para las familias de personas diagnosticadas de
psicosis. Consejería de Sanidad. Recuperado de
https://consaludmental.org/publicaciones/Guiapsicoeducacionfamiliaspsicosis.pdf
Derito, N. y Monchablon, A. (2011). Psicosis. Editorial Inter-Médica: Argentina. Recuperado de
http://www.codajic.org/sites/www.codajic.org/files/Las%20Psicosis.pdf
Organización Mundial de la Salud. (2008). Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y
Problemas Relacionados con la Salud. Madrid: Editorial Médica Panamericana. Recuperado de
http://ais.paho.org/classifications/Chapters/pdf/Volume1.pdf
Pedraz, B. y Arévalo, M. (2014). Psicosis sintomáticas. Rev. Neuropsiquiatra 77 (2). Recuperado
http://www.scielo.org.pe/pdf/rnp/v77n2/v77n2ar1.pdf
Torres, A. (2003). Nacimiento y evolución de los conceptos de neurosis y psicosis. Revista Neurología,
Neurocirugía y Psiquiatría. Recuperado de https://www.medigraphic.com/pdfs/revneuneupsi/nnp-
2003/nnp031e.pdf