Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Fundamentos Epistemológicos de la
Psicología Comunitaria
Texto
Germán Rozas
2
UN ANÁLISIS DE LA EVOLUCIÓN DE LAS COMUNIDADES: DESDE LA PERSPECTIVA DE
LA PSICOLOGÍA COMUNITARIA
Germán Rozas
Director Magíster
I.- PRESENTACIÓN
En este ensayo se hace una propuesta, y como tal puede tomarse o desecharse.
Sin embargo lo que interesa es construir un marco de referencia que permita iniciar o profundizar un
análisis o un debate sobre el carácter de los procesos de cambio de las comunidades.
Según el sociólogo Alemán Ferdinand Tonnies (1947, citado en Alipio Sánchez, 1991) las
sociedades tradicionales rurales o preindustriales (de base comunitaria) se han transformado hacia
sociedades modernas, asociativas y urbanas con declive de la "comunidad".
Ello ha permitido hacer la diferencia, que según Munné (1979, citado en Alipio Sánchez, 1991)
existe entre comunidad o agregación comunitaria y agregación asociativa. En la primera está la finalidad
afectiva, de base espontánea, con pautas organizativas microsociales, con escasa movilidad geográfica,
social, estratificación simple, con predominio de grupos primarios, de relaciones directas y duraderas. En
cambio en la agregación asociativa hay pautas organizacionales macrosociales, basadas menos en
vínculos tradicionales y mucho más en relaciones contractuales, movilidad geográfica o territorial y social
mucho mayor, relaciones sociales más indirectas y temporales.
Esto queda representado en la Tabla Nº 1 que señala los tipos de comunidades y sus cambios
bajo el enfoque de la Modernidad.
El aspecto espacial se encuentra presente en la mayoría de las definiciones sobre comunidad, sin
embargo precisamente dicha variable es una de las que vive una fuerte transformación desde una mirada
de la modernidad.
El concepto de lo local, en auge a partir de 1985 (Revista de Desarrollo Local) y símil en algunas
comparaciones a la dimensión comunitaria hace referencia al aspecto geográfico. Al decir de Teresa López
(1991, Pág. 42) "Cuando hablamos de lo local, nos estamos refiriendo a un espacio, a una superficie
territorial de dimensiones razonables para el desarrollo de la vida, con una identidad que lo distingue de
otros espacios y de otros territorios y en el cual las personas realizan su vida cotidiana: Habitan, se
relacionan, trabajan, comparten normas, valores, costumbres, representaciones simbólicas".
Para Sánchez Vidal (1991, pág. 84) comunidad es definida como: " Sistema o grupo social de raíz local,
diferenciable en el seno de la sociedad de que es parte en base a características e intereses compartidos
por sus miembros y subsistemas que incluyen: Localidad geográfica (vecindad), interdependencia e
interacción psicosocial estable y sentido de pertenencia a la comunidad e identificación con sus símbolos e
instituciones"
Para Guajardo (1988, pág 84) lo local es "Un territorio de identidad y de solidaridad, un escenario de
reconocimiento cultural y de intersubjetividad en tanto lugar de representaciones y de practicas
cotidianas...Necesidad de construir toda dinámica de desarrollo a partir de una identidad cultural fundada
sobre un territorio de identificación colectiva y de solidaridad concretas".
En esa dirección Moreno, E. & Pool, E (1999) hace un análisis que demuestra la fuerte relación
entre identidad y territorio, desde una perspectiva psicológica. La afirmación de la identidad tiene una
mayor solidez en tanto cuanto surge con afiatamiento a un territorio.
Al decir de Viola Soto, desde una perspectiva amplia plantea que "La identidad de un grupo étnico,
necesariamente, tiene que ser bío-psico-socio-cultural.... tendría además las siguientes características:
Para Mier (1988) la identidad es identidad cultural la cual "se desarrollará así como una ideología
unificadora del grupo social frente a otros. De esta manera la lengua, la tradición histórica, la raza, el
territorio y otros elementos adquieren el carácter de símbolos distintivos de la identidad y se convierten en
valores sociales cuya reproducción se propicia y se defiende" (en Viola Soto 1990, Pág. 30).
Pero, no todo es miel sobre hojuelas, hace su entrada la modernidad y la evolución del proceso de
construcción de identidad y la importancia del territorio en la comunidad sufre un impacto desestabilizador.
Sin embargo, según Viola Soto (1990, Pág. 4) "El paradigma de la modernización con que se
trabajó a partir de la Segunda Guerra Mundial dio vuelta la espalda a toda reflexión sobre la cultura y la
identidad. Obvió así la relación conflictiva entre los procesos de modernidad y cultura tradicional y los
intentos de búsqueda de síntesis cultural y reajuste institucional".
Por otro lado desde el punto de vista psicológico y cultural dicha modernidad ha implicado el atropello a
las tradiciones, a los esquemas ancestrales de concebir el trabajo, a los mecanismos religiosos-políticos de
control social, a los sistemas integrados de salud mental con lo político y social etc., y por cierto han
producido y producen una destrucción de nuestras comunidades, especialmente las más autóctonas
(Rozas, 1989).
Esta presente aquí la degradación gradual de la función y el sentido de las comunidades y grupos
sociales intermedios y primarios (familia, vecindario, comunidad local, redes, etc) que cumplen un papel de
conexión del individuo al cuerpo social y mantenimiento del sentido de identidad, apoyo y pertenencia,
(Sarason 1974).
En este sentido existe en la región comunidades deterioradas, fragmentadas, sin conducción con pocas
perspectivas desde el punto de vista de la identidad, sin símbolos unificadores. Poblaciones que no cuenta
con iniciativas coherentes para impulsar un proceso de desarrollo, no disponen de su acervo cultural en
tanto recursos de orientación.
Por otro lado, sin ánimo de defender la modernidad, pero deteniéndose a observar sus resultados
desde la perspectiva de la evolución de las comunidades o del cambio social vivido por las mismas, tal
como se señalaba más arriba, se hace el siguiente análisis.
Son ciertas situaciones de vida que pueden ir desde actividades socioeconómicas hasta la
agrupación para satisfacer necesidades humanas esenciales, los elementos articuladores Y así aparecen
los grupos profesionales, sindicatos, empresas, grupos políticos, y otros que son los que en definitiva
constituyen las nuevas comunidades. No es importante aquí el territorio, la localización geográfica, es
espacio directo, sino un aspecto cualitativamente diferente: ciertas necesidades que se traducen en
objetivos comunes que llevan a una población a constituirse en comunidad. Lo espacial no ha
desaparecido, tampoco lo histórico y cultural, pero el éxito de un grupo, de una comunidad bajo la
modernidad no está radicado en su capacidad de defender su territorio, sino en nucleares tras intereses
colectivos, muchas veces necesidades cotidianas, que pueden hacer valer en el contexto de las
sociedades modernas.
Un ejemplo interesante al respecto es el estudio descriptivo realizado por Amador (1991) sobre
una comunidad campesina impactada y “modernizada” por la instalación de un proyecto hidroeléctrico en el
pueblo de Cachí, Costa Rica.
Cachí, fue golpeado por una violenta ola de cambios. Fue un proceso de modernización que
inundó todo el país con cambios sociales, culturales y tecnológicos. En la década del cincuenta hasta
principios del 70 se construyeron grandes obras en la región Oriental del Valle Central.
La realidad de la identidad comunitaria y la importancia del territorio sufren o está viviendo una vez
más una gran transformación bajo la presencia de otro fenómeno propio de nuestra época, denominado
postmodernismo.
Al respecto veremos la emergencia de otras comunidades y sus problemas en base a dos líneas
de análisis. Una planteada por García Canclini y otra por variados autores como J. Larraín, Carvajal, C y
Gergen, K.
Caminar por las calles de la ciudad permite ver transeúntes de cuello y corbata, al lado de jóvenes
punk, ambos mirando artesanía vendida ilegalmente en la calle o dejándose llevar en un círculo de gente
en torno al canto rítmico de un grupo de evangélicos.
Según García Canclini "es posible construir una nueva perspectiva de análisis de lo tradicional-
popular tomando en cuenta sus interacciones con la cultura de élites y con las industrias culturales". De
modo que llega a concluir que "el desarrollo moderno no suprime las culturas populares
tradicionales,....sino que estas se han desarrollado transformándose". También, por otro lado señala que "
Lo popular no es monopolio de los sectores populares.....la evolución de la fiestas tradicionales, de la
producción y venta de artesanías, revela que estas no son tareas exclusivas de los grupos étnicos,
...intervienen en su organización los ministerios de cultura y de comercio, las fundaciones privadas, las
empresas de bebidas, las radios, la televisión" (pag 264).
La migración latinoamericana a los EE.UU., ha sido tan relevante que muchos norteamericanos
hoy día estén preocupados por aprender español, de hacer sus vacaciones en México, de bailar salsa y
merengue. Del mismo modo el rock, originario de EE.UU., se ha apropiado por innumerables grupos
musicales de América del Sur como el Rock-latino.
La Hibridación según García Canclini (1990) es "la mezcla de las colecciones que organizan los
sistemas culturales, la desterritorialización de los procesos simbólicos y las expansión de los géneros
impuros" (Pág. 264).
En una entrevista a Gómez Peña, Director de la Revista Línea Quebrada responde “Cuando
me preguntan por mi nacionalidad o identidad étnica, no puedo responder con una palabra, pues mi
“identidad” posee repertorios múltiples: soy mexicano pero también soy chicano y latinoamericano. En
la frontera me dicen “chilango”, o “mexiquillo”; en la capital “pocho” o “norteño”, y en Europa “Sudaca”.
Los anglosajones me llaman “hispanic” o “latinou” y los alemanes me han confundido en más de una
ocasión con turco o italiano” García Canclini (1990)
El territorio, entonces, comienza a perder su asociación a una cultura específica vinculado a una
Por otro lado distinto es lo que señalan otros autores como Larrain, J, Carvajal, C. o Gergen, K
quienes bajo la postmodernidad ven una fragmentación patológica de la identidad y una desaparición
definitiva de lo territorial.
El modernismo favoreció la generación de una cultura nacional única. Sin embargo, esta
perspectiva destruyó tejidos pluriculturales e implicó la exclusión de diferentes segmentos sociales
como jóvenes, mujeres, niños, indígenas.
Sin embargo la época actual está comenzando a quebrar todas esas orientaciones. Según
Larraín, J. el postmodernismo deja de conceder a la razón un lugar privilegiado en la construcción de
las identidades. En su visión, la realidad se ha desintegrado. Las finalidades han desaparecido..... de
allí que sea imposible tener una representación unificada del mundo como una totalidad con sentido.
En torno al tema de la identidad, en esta misma línea, Gergen, K (1994) contribuye con otros
aspectos. Señala que la postmodernidad con todos sus avances tecnológicos ha traído una rapidez
casi inasible a los procesos humanos y al mismo tiempo una inmediatez de las vivencias, hechos que
han permitido principalmente aumentar el número de relaciones humanas posibles. La postmodernidad
es una multiplicidad de relaciones humanas.
Sin embargo esto tiene nefastos efectos en el campo de la Salud mental. Bajo la modernidad
la enfermedad representativa de la época fue la esquizofrenia, bajo esta nueva fase la enfermedad
sería la multifrenia.
Dado que la aceleración permite una mayor rapidez de las cosas, el ritmo de los lazos se
incrementa expandiendo las relaciones y la posibilidad de amistades casi al infinito.
Consecuentemente aumenta también la velocidad de la saturación (quiebre en los vínculos, divorcios).
Se produce un agotamiento prematuro de las posibilidades que lleva simplemente a no soportarse
más.
Al decir de Bengoa, “se asiste hoy a la búsqueda de nuevas identidades en todo el mundo”
(1996:45). Se observa el renacer de las identidades locales donde cuan más fuertes son los procesos
de globalización, más violentos son los procesos autoidentificatorios
Por otro lado en relación a la identidad, Bengoa señala que estos procesos van “acompañados
de una necesidad centrípeta de acumulación interna de significados, de reforzamiento de seguridades
atávicas, irracionales, premodernas…..el mundo de hoy está provocando una ruptura con lo
modernidad del siglo pasado. Se revalorizan los lazos primigenios por encima de la razón. La
desesperación de encontrar un lazo que relacione lo clánico, lo familiar, lo tribal, o desde la etnia o
desde la religión… La “operación retorno” en el contexto de la postmodernidad. El fenómeno actual es
la reconstitución de la comunidad, del “lugar de uno”.. Al ámbito donde me identifico” (1996: 18-20)
Según este autor la caída del muro de Berlín es visto como el último instante de la
modernidad, por los historiadores. A partir de allí se inició el retorno a la comunidad. A partir de la
soledad se redescubre la comunidad.
Por otro lado Manuel Castells (1998) plantea que con la postmodernidad ha surgido un nuevo
tipo de sociedad, la sociedad red. Esta nueva sociedad humana es fruto de especialmente dos
factores. La emergencia de un nuevo tipo de espacio en contraposición al espacio de los lugares. Es el
espacio de los flujos. Hoy día a través de la informática y la rapidez de las comunicaciones, procesos
importantes como las decisiones no se encuentra en un lugar determinado sino en la red, en los flujos
de esta red. Castells señala además que la red tiene una arquitectura social que podría venir a generar
una ciudad global de carácter virtual. Se vive, se piensa, se decide en este espacio de los flujos de la
red.
Enseguida el otro factor es el tiempo, vieja variable que al igual que un globo, sufre un cambio
por impactos desde la postmodernidad, los cuales cambian su figura. Se acabó el tiempo de la
modernidad, el llamado tiempo reloj. Surge un nuevo concepto que es el tiempo sin tiempo. La rapidez,
la capacidad de los flujos de manejar información de modo instantáneo hacen que todo se resuelva en
un sólo momento. Se desvanece de alguna forma el futuro.
No obstante, frente a esta nueva sociedad red, surge detractor, opositor de carne y hueso, que
no comparten las consecuencias psicosociales de esta postmodernidad y reaccionan en contra.
Conducen a la formación de comunas o comunidades. Construye formas de resistencia colectivas
contra estas nuevas opresiones.
Castells señala que surge una identidad de resistencia. Generada por actores marginados,
pobres, campesinos, grupos indígenas, nuevas comunidades de intereses, comunidades territoriales
barrios pobres urbanos, cuarto mundo etc. quienes construyen trincheras de resistencia, que se
articulan de otra manera privilegiando el sentido comunitario.
Para llevar adelante esta dinámica es fundamental entender de otra forma el concepto de
Cultura. La cultura bajo otra mirada es principalmente un recurso social, allí se alojan no sólo creencias
sino que conocimientos, métodos de trabajo, habilidades, potencialidades. Pero la cultura tampoco es
una estructura fija, es algo vivo, y según las condiciones en que se encuentra pueden crecer como
también puede perderse, requiere por lo tanto ser protegida.
Esta es nuestra tarea como psicólogos, como profesionales de las ciencias sociales. Elaborar,
estudiar, abrir caminos hacia producir de la mejor manera “el encuentro” entre diferentes culturas y
grupos sociales. Ir más allá de la marginación, de la exclusión, de la discriminación, avanzar hacia el
enriquecimiento mutuo entre dos culturas, hacia el acercamiento de dos dinámicas sociales diferentes.
A modo de Conclusión:
Hemos visto a través de este ensayo una mirada dinámica de la comunidad. Con el apoyo de
los paradigmas de la modernidad y de la postmodernidad resulta viable abandonar un enfoque
tradicional y estático de las comunidades.
Desde esta aproximación se observa lo que podríamos llamar una evolución de las
comunidades o más bien algunas fases por las cuales transita el fenómeno de la comunidad, sin decir,
como advertíamos arriba, que ello signifique un desarrollo, sino más bien a cambios que esta ha
sufrido y que es importante analizar y dar cuenta de los mismos.
Justamente el paso por estas fases permite dar cuenta como la identidad y el espacio territorial
se modifican, se transforma adquiriendo nuevas expresiones. La identidad original surgida y asociada
al territorio se desliga del mismo para centrarse en las personas, las cuales constituyen nuevas
comunidades basadas en intereses y objetivos comunes ajenos a un territorio determinado. En la
modernidad.
Esta última al final de cuentas, y ya veremos que ocurre por cuanto estamos en medio del
proceso, ha traído insatisfacción, soledad, vacío existencial. Lo que ha dado pie para un nuevo
proceso que algunos autores llaman operación retorno. Retorno hacia los aspectos unificadores de la
comunidad. Se observa a la comunidad como un soporte fundamental de las personas lo que requiere
revalorizarla, reconsiderarla. Todo ello no como un movimiento intelectual y discursivo sino, como
situaciones reales que se encuentran en proceso de reciclaje social en nuestras actuales sociedades.
IV.- BIBLIOGRAFÍA
1.-Amador, J.L., (1991) “El Impacto Sociocultural del proyecto Hidroeléctrico Cachí” en Revista Geoistmo
Vol.V Nº1 y 2 Costa Rica.
2.- Béjar Héctor "La presencia del cambio: Campesinado y Desarrollo Rural" Ed Desco, 1990.
3.- Bengoa, J. (1996) “Modernización e identidad, o como vivir bajo el signo de la libertad” ”, en Persona y
Sociedad Vol V N°1 ILADES Stgo.
5.-Bouviers Paule "Introduction Générale a l'etude des pays en développement", Bruxelles, 1989
7.-Boisier Sergio "Palimpsesto de las Regiones como Espacios socialmente Construidos" 1988.
Documento 88/12 Serie Ensayos CEPAL.
9.-Castells, M (1998) “La era de Información” Vol I La Sociedad Red Alianza Editorial
11.-Gergen, K. (1994). Hacia una Psicología Postmoderna y Post-occidental. Psykhe Nº3, (pag 105-
113).
12.-Guajardo, Jorge. "La cuestión del Desarrollo Local. Notas Provisorias". En revista del Taller de
Desarrollo Local, N?1, pág 84, 1988.
13.-López Teresa, Servicio Social y Desarrollo Local, pág 42, 1991, Colegio de Asistentes Sociales.
14.- Larraín,J. (1996) “El Postmodernismo y el problema de la Identidad”, en Persona y Sociedad Vol
V N°1 ILADES Stgo.
15.-Moreno, E, y Pol, E. ( 1999) “Apropiación, Simbolismo del Espacio e Identidad Social”, Cáp. 5 de
Nociones Psicosociales para la Intervención y la Gestión Ambiental Ed Uni de Barcelona.
18.-Sarason, (1973) en: Bernstein,D. & Nietzel,M. (1982) Introducción a la Psicología Clínica. México: Mac
Graw Hill, p.482
19.-Soto, V. & Peralta, V. (1990) “Identidad Cultural Mestiza en América Latina y Currículo Escolar, Ed
UMCE
20.-Tonnies F. 1947 en Sánchez Vidal "Psicología Comunitaria" 1991, Barcelona, 1991, Ed PPU.