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EL COLEGIO DE MICHOACAN, A.C.

CENTRO DE ESTUDIOS ARQUEOLÓGICOS

CON RECONOCIMIENTO DE VALIDEZ OFICIAL DE ESTUDIOS


DE LA SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA SEGÚN
ACUERDO NO. XX DE FECHA XX

UNIDADES HABITACIONALES Y
ESTRATIFICACIÓN SOCIAL EN LA
TRADICIÓN TEUCHITLÁN
TESIS PROFESIONAL
QUE PARA OPTAR POR EL TÍTULO DE
MAESTRO EN ARQUEOLOGÍA
PRESENTA

Jorge Herrejón ViNicaña

DIRECTOR DE TESIS PHIL C. WEIGAND


TEUCHITLÁN, JALISCO, JUNIO DE 2007
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

ÍNDICE

Introducción

- Antecedentes...................................................................................................... 8
- Justificación.................................................................................................... 13
- Objetivos, problema de investigación............................................................. 15
- Hipótesis............................................................................................................16
- Metodología...................................................................................................... 17
- Perspectiva teórica......................................................................................... 18

Capítulo 1: Análisis material

- Antecedentes.................................................................................................... 26
- Pastas............................................................................................................... 30
- Síntesis............................................................................................................. 50

Capítulo 2: Análisis espacial

- Generalidades sobre la técnica de excavación...............................................52


- Excavación en el conjunto habitacional La Joyita A ....................................... 53
- Áreas de actividad en La Joyita A ....................................................................84
- Excavación en el conjunto habitacional La Joyita B ....................................... 97
- Áreas de actividad en La Joyita B .................................................................. 109
- Excavación en la Plaza IV, Loma A lta .......................................................... 116

Capítulo 3: Estratificación social en Teuchitlán

- Estratificación social en Teuchitlán.............................................................. 121


- Indicadores arqueológicos............................................................................. 125
- Arquitectura..................................................................................................... 125
- Objetos de prestigio....................................................................................... 127
- Producción especializada......................................................................... ^5Í133

1
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán__________________________________________

- El ritual público.............................................................................................. 139


- El ritual doméstico.......................................................................................... 142

Síntesis y consideraciones fin a le s ........................................................................150

Apéndice 1: Las u. h. de la zona Valles de Jalisco del posclásico tardío y siglo


X V I............................................................................................................................. 155

Apéndice 2: Las unidades habitacionales de Jalisco en la a ctualida d............166

B ibliografía................................................................................................................173

Tabla general de materiales cerámicos

Mapas generales

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Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Índice de imágenes

Fig. 1. Localización del municipio de Teuchitlán y la zona arqueológica


Fig. 2. Ubicación de la Joyita A y B en el sitio los Guachimontones
Fig. 3. Tiesto Oconahua rojo sobre crema
Fig. 4. Tiesto negro pulido
Fig. 5. Tiesto Ahualulco rojo sobre crema
Fig. 6. Tiesto Ahualulco rojo sobre crema
Fig. 7. Tiesto Ahualulco monocromo
Fig. 8. Tiesto Teuchitlán rojo sobre crema
Fig. 9. Tiesto Teuchitlán bruñido
Fig. 10. Tiesto Teuchitlán espeso
Fig. 11. Tiesto Teuchitlán tejuinera
Fig. 12. Estructura 1 La Joyita A
Fig. 13. Vista W-E de la estructura 1
Fig. 14. Vista W-E de la estructura 2
Fig. 15. Estructura 2 La Joyita A
Fig. 16. Plaza A estructuras 1 y 2 La Joyita A
Fig. 17. Vista S-N de la estructura 3
Fig. 18. Estructura 3 La Joyita A
Fig. 19. Vista W-E de la estructura 4
Fig. 20. Elementos del entierro 2, estructura 4
Fig. 21. Elementos del entierro 2, estructura 4
Fig. 22. Estructura 4 La Joyita A
Fig. 23. Vista S-N de la estructura 5
Fig. 24. Estructura 5 La Joyita A
Fig. 25. Esquina NW estructura 6
Fig. 26. Estructura 6 La Joyita A
Fig. 27. Vista N-S estructura 7
Fig. 28. Estructura 7 La Joyita A
Fig. 29. Muros E de la estructura 8
Fig. 30. Estructura 8 La Joyita A
Fig. 31. Escalinata y muros de la estructura 9

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Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Fig. 32. Estructura 9 La Joyita A


Fig. 33. Plaza B estructuras 6, 7, 8 y 9 La Joyita A
Fig. 34. Fogón 1, primeros 2 niveles de excavación
Fig. 35. Fogón 1, primeros 2 niveles de excavación
Fig. 36. Fogón 1, últimos 2 niveles de excavación
Fig. 37. Fogón 1, últimos 2 niveles de excavación
Fig. 38a. Fogón 2 u “horno”, segundo nivel de excavación
Fig. 38b. Fogón 2 plaza A
Fig. 39. Tumba 2, metate colocado verticalmente sobre la laja
Fig. 40. Tumba 2, vasija localizada junto a los restos óseos y laja sobre la cual se
encontraba el metate
Fig. 41. Escultura de piedra procedente de la plaza B
Fig. 42. Escultura de piedra procedente de la plaza B
Fig. 43. Vista S-N de la estructura 1
Fig. 44. Estructura 1 La Joyita B
Fig. 45. Vista S-N de la estructura 2
Fig. 46. Estructura 2 La Joyita B
Fig. 47. Vista S-N de la estructura 3
Fig. 48. Estructura 3 La Joyita B
Fig. 49. Muestreo químico del piso
Fig. 50. Valores de fosfatos
Fig. 51. Valores de carbonatos
Fig. 52. Valores de pH
Fig. 53. Valores de ácidos grasos
Fig. 54. Valores de residuos proteicos
Fig. 55. Levantamiento topográfico patio IV
Fig. 56. Unidades del tipo III en Llano Grande
Fig. 57. Unidades del tipo III en Llano Grande
Fig. 58. Entierros localizados en el círculo 6
Fig. 59. Tiestos Oconahua y Ahualulco
Fig. 60. Escultura Ameca-Etzatlán similar a la encontrada en La Joyita A
Fig. 61. Ceremonia de Xocotl y mes en que se celebraba
Fig. 62. Ceremonia de Xocotl y mes en que se celebraba
Fig. 63a. Maqueta de cerámica

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Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Fig. 63b. Ceremonia en un poste. Códice Borbonicus


Fig. 64. Figurillas localizadas en las unidades habitacionales
Fig. 65. Conjunto habitacional de Talleres 1
Fig. 66. Pintura del Nuevo Reino de Galicia
Fig. 67. Bajareque en casas de Mayos y Yaquis
Fig. 68. Casa “carretón” de Huicholes y Tepehuanos
Fig. 69. Planta y sección de una casa huichola
Fig. 70. Casa huichola ceremonial o “tuki”
Fig. 71. Casa circular de Mixtecos y Triques
Fig. 72. Casa de indígenas Tepecanos

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Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Índice de tablas y cuadros

Tabla 1. Funciones del conjunto doméstico


Tabla 2. Elementos del conjunto doméstico
Tabla 3. Frecuencia de Oconahua bicromo
Tabla 4. Frecuencia de Oconahua rojo
Tabla 5. Frecuencia de Oconahua blanco
Tabla 6. Frecuencia de Negro pulido
Tabla 7. Frecuencia de Ahualulco rojo sobre crema
Tabla 8. Frecuencia de Ahualulco monocromo
Tabla 9. Frecuencia de Teuchitlán rojo sobre crema
Tabla 10. Frecuencia de Teuchitlán monocromo
Tabla 11. Frecuencia de Teuchitlán bruñido
Tabla 12. Frecuencia de Teuchitlán Bícromo grueso
Tabla 13. Frecuencia de Teuchitlán monocromo grueso
Tabla 14. Frecuencia de Teuchitlán espeso
Tabla 15. Frecuencia de Teuchitlán tejuinera
Tabla 16. Frecuencia de Teuchitlán delgado
Tabla 17. Conteo de material cerámico en la E1
Tabla 18. Conteo de material cerámico en la E2
Tabla 19. Distribución de tipos cerámicos en la E1
Tabla 20. Distribución de tipos cerámicos en la E2
Tabla 21. Distribución de tipos cerámicos en la E3
Tabla 22. Promedios de valores químicos
Tabla 23. Distribución de materiales. Estructura 1 patio IV
Tabla 24. Distribución de materiales. Estructura 2 patio IV
Tabla 25. Distribución de materiales en patio. Patio IV
Tabla 26. Tipologías de complejidad social
Tabla 27. Cambios en los indicadores según el tipo de sociedad.
Tabla 28. Contenido de los entierros del circulo 6
Tabla 29. Contenido de las ofrendas
Tabla 30. Distribución del tipo Oconahua en los diversos frentes de excavación
Tabla 31. Distribución de herramientas de obsidiana

. . SM
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Tabla 32. Distribución de figurillas en los diversos frentes


Cuadro 1. Categorías de uso de las vasijas
Cuadro 2. Criterios para la clasificación de cerámica en Teuchitlán

7
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

introducción

Antecedentes

El occidente de México es una subárea de Mesoamérica que ocupa la totalidad y


parte de los estados de Michoacán, Jalisco, Colima, Nayarit, Guanajuato.
A diferencia de lo que se piensa, esta subárea no tiene una cultura homogénea;
dentro de ella se localiza un complejo denominado Valle de Atemajac que abarca la
parte central de dicho valle y se extiende hacia la región del Volcán de Tequila;
algunos de sus rasgos se presentan incluso en el estado de Zacatecas, pasando por
el Cañón de Bolaños. (Teresa Cabrero y Carlos López, 2002).

Dentro de esta misma subregión se han hecho diversos trabajos, por muchos
autores y enmarcados en diferentes épocas. Esto se debe a la amplia ocupación
tanto en tiempo como en espacio de la zona en general.
Algunos de estos autores coinciden en distinguir tres principales etapas de
ocupación. Debido a que en la primera mitad del siglo pasado las investigaciones se
centraron en los rituales mortuorios característicos de lo que ahora se conoce como
la Tradición Teuchitlán, hay una gran gama de descripciones y excavaciones de las
tumbas de tiro.

Investigadores como Stanley Long (Long, 1966), Clement Meighan (Meighan, 1968)
y Nicholson descubrieron tumbas de esta naturaleza por todo el centro de Jalisco.
Marie Areti Hers y Maria Teresa Cabrero encontraron algunas en el Valle de
Valparaíso Zacatecas (Teresa Cabrero y Carlos López, 2002). En El Grillo y
Tabachines, Javier Galván (Galván, 1991) y Otto Schondube localizaron más de 20
tumbas de tiro; Corona Núñez registró la más espectacular de todas con un tiro de
16 metros y cámaras conectadas mediante pasillo (Corona Núñez, 1954).

Recientemente, hay que mencionar el descubrimiento de Lorenza López y Jorge


Ramos de una tumba sellada en Huitzilapa que se encuentra en el municip^ de

8
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Magdalena, en Jalisco (López Mestas y Ramos de la Vega, 1998) además de las 28


tumbas exploradas como parte del proyecto arqueológico El Cajón, en Nayarit y
Jalisco (Barrera, 2007).
Todos estos trabajos corresponden a lo que podría nombrarse como etapa temprana
que, como se mencionó, se presenta en muchas regiones como la cuenca de
Sayula-Techaluta (Schondube, 1994), la cuenca Tala-Teuchitlán-Etzatlán (Weigand,
1993), la zona del Valle de Atemajac (Galván, 1991) y el cañón de Bolaños (Cabrero
y López, 2002) y es nombrada de varias maneras por los mencionados
investigadores.

Dentro de esta etapa se ubica la Tradición Teuchitlán, que se caracteriza por sus
edificios colocados en disposición circular; este patrón arquitectónico se extiende por
una región muy amplia desde el Cañón de Bolaños (Cabrero y López, 2002),
pasando por el norcentro de Jalisco hasta la región del Bajío (Weigand, 1993),
comprendida por los estados de Jalisco, Michoacán y Guanajuato. Como
característica arquitectónica principal puede mencionarse el acomodo de 8 a 12
estructuras rectangulares construidas sobre una banqueta circular que rodea a un
patio en medio del cual se ubica un altar central de planta circular (Weigand. 1993).

Desde la perspectiva de los estudios arqueológicos, el occidente de México ha sido


considerado cada vez con más importancia para el desarrollo de la civilización
mesoamericana. Existe una cantidad en constante aumento de investigaciones de
gran calidad en dicha zona de estudio. Sin embargo, es evidente que aún falta
mucho por hacer y el conocimiento de la zona se encuentra aun rezagado en
comparación con otras áreas de Mesoamérica.

El municipio de Teuchitlán se localiza al centro del Estado de Jalisco, en las


coordenadas geográficas extremas 20°33’50” y los 20° 47’40” de latitud norte; y 103°
47’30” a los 103° 51’20” de longitud oeste (Figura 1), a una altura de 1,300 metros
sobre el nivel del mar. El sitio arqueológico de los Guachimontones se encuentra
aproximadamente a un kilómetro del pueblo de Teuchitlán, cabecera del municipio.

9
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Fig. 1 Ubicación del municipio de Teuchitlán y la zona arqueológica

Una de las culturas que tuvo la mayor importancia en la época prehispánica es la


Tradición Teuchitlán. Gracias a recientes investigaciones, se sabe ya que dicha
Tradición como sistema sociocultural complejo comenzó su desarrollo desde épocas
tan tempranas como el 1000 a.C. (Weigand, 2004:217). Ocupando la zona nuclear
del Valle de Tequila y extendiéndose por buena parte del centro oeste de Jalisco,
esta civilización creció al grado de desarrollar una arquitectura formal única en la
ecumene mesoamericana12
, los guachimontones, que se conforman de la siguiente
manera:
“_ pirámides circulares rodeadas de patios también circulares, a los que a su
vez rodean banquetas circulares donde se yerguen entre ocho y doce plataformas. ..2
(Weigand, 1993:21)

Su privilegiada ubicación le permitió allegarse de una buena cantidad de recursos


tanto para subsistir como para comerciar. Como muestra de ello baste mencionar el
inmenso y sofisticado complejo de chinampas desarrollado tanto en la zona de

Ecumene se entiende aquí como un sistema mundial “compuesto de tempranas civilizaciones


relacionadas e integradas” (Weigand, 2002:28) y hay varios ejemplos: las mayas de Guatemala, las
zonas de Chiapas, Oaxaca, la costa veracruzana, la Huasteca, México central y el occidente de
México (Weigand, comunicación personal).
2 Ahora se sabe que el número de plataformas puede ser de cuatro a dieciséis. Las plataf^ ímas
mencionadas son de planta rectangular y el patrón dominante consta de ocho de ellas.

10
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Teuchitlán como en la de Magdalena además de la explotación de obsidiana a nivel


industrial que efectuó en los yacimientos de obsidiana que se encuentran en el área.
Adicionalmente, se sabe de la existencia de tumbas de tiro dentro del área, si bien no
se ha excavado científicamente ninguna con la excepción de la tumba de Huitzilapa,
excavada en 1997 por Lorenza López y Jorge Ramos en la región de Magdalena3
(López y Ramos, 1998).
El recinto está conformado por 10 conjuntos circulares o guachimontones que varían
en tamaño; posee asimismo dos juegos de pelota uno de los cuales es el más largo
de toda Mesoamérica para su época. Adicionalmente, existe en la zona una gran
cantidad de edificios residenciales y otros tipos de vestigios como talleres de
obsidiana y el área de chinampas.

Debido a los trabajos llevados a cabo, se sabe que la Tradición es más temprana de
lo que originalmente se había propuesto, ya que se han obtenido fechas
radiocarbónicas que abarcan desde el 400 a.C. hasta el 450 d.C. aproximadamente.
Desde el año 1999 y hasta la fecha, las excavaciones en el recinto principal de la
Tradición, Los Guachimontones, se han llevado a cabo año con año gracias al apoyo
del Gobierno del Estado de Jalisco, El Colegio de Michoacán y el INAH Jalisco. La
dirección del proyecto está a cargo de Phil Weigand y Rodrigo Esparza.

Las exploraciones se han enfocado en los conjuntos arquitectónicos más grandes


del sitio, principalmente los círculos 1, 2, 3 y 4 así como trabajos extensivos en los
círculos 6, 7 y 8, los juegos de pelota 1 y 2, la “Gran Plaza”, y el recientemente
descubierto círculo 10.
Es mucho ya lo que se sabe en términos de crecimiento urbano del recinto, técnicas
constructivas, funciones de los recintos y cronología pero un aspecto que había sido
momentáneamente dejado de lado es aquel de las unidades habitacionales y el
modo de vida cotidiano.

3 Fuera del área nuclear de la Tradición se encuentran los trabajos de Javier Galván en Tabachines
(Galván, 1991), Teresa Cabrero y Carlos López en el cañón de Bolaños (Cabrero y López, 2002) y los
trabajos de la UdeG en la cuenca de Sayula (Valdez et al., 2005), amén de varios rescates y registros
de tumbas de tiro saqueadas en distintas partes de Jalisco realizados por diversos investigadorej J^?
f,

11
(0 ,
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Este problema se presenta de manera general en todas las investigaciones de


occidente y en épocas recientes se ha ido solucionando de manera paulatina. Como
ejemplo pueden mencionarse los trabajos del Proyecto Cuenca de Sayula, Proyecto
Cañón de Bolaños, rescate Bugambilias, Proyecto de Rescate El Chanal y algunos
trabajos de compendio como el de Deraga Fernández.

Dentro de los estudios mesoamericanos la literatura es extensa; se cuenta con


multitud de trabajos de zonas habitacionales como aquél de Linda Manzanilla y Luis
Barba en Cobá (Linda Manzanilla, 1987), Michael Douglass en Honduras (Michael
Douglass, 2002), Joyce Marcus, Kent Flannery y Marcus Winter en Oaxaca, Linda
Manzanilla en Teotihuacan, Robert Cobean y Alba Mastache en Tula, Jorge Ramos y
Amalia Ramírez (Ramos de la Vega y Ramírez, 1992) en Guanajuato así como una
serie de propuestas teórico - metodológicas por parte de autores como Wilk y
Rathje, Michael Schiffer, Kent Flannery, Richard Blanton, Lewis Binford y Linda
Manzanilla por citar sólo algunos.

Todas las investigaciones mencionadas proporcionan un enorme material de


comparación empírica y de apoyo teórico que debe de tomarse en cuenta para un
estudio como el que se presenta aquí.
La presente investigación pretender llenar ese espacio dentro del esquema general
del Proyecto Arqueológico Teuchitlán con base en tres temporadas de campo en las
unidades de excavación denominadas “La Joyita A” y “La Joyita B”; (figura 2) “Plaza
IV”, círculo B y unidad habitacional “El Lienzo” (ubicadas en el sitio Loma Alta), así
como la unidad “El Tescalame”, localizada a medio camino entre Los
Guachimontones y Loma Alta (mapa general).

12
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Figura 2

A continuación se presenta el marco general de este trabajo (justificación, problema


de investigación, hipótesis y teoría); en el capítulo 1 se describe de manera amplia el
material cerámico proveniente de las excavaciones, el capítulo 2 trata de las
excavaciones y las áreas de actividad detectadas tanto dentro como fuera de los
edificios; el 3 relaciona las exploraciones y los análisis del material con los objetivos
de la investigación para después cerrar con un apartado de síntesis y comentarios
finales. Además, se incluyen dos apéndices que tienen como finalidad darle a este
trabajo un pequeño toque de compendio de las unidades habitacionales, desde el
periodo Formativo hasta nuestros días

Justificación

En épocas recientes se ha planteado la hipótesis de que la Tradición Teuchitlán


alcanzó un grado de desarrollo social equivalente al de un Estado, específicameTte

13 \
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

de un Estado segmentario (Weigand 1993:35, 2002:159-160, Weigand y Beekman


1998, Cach 2003:118, 2005:116, Stuart 2005, Esparza y Ponce, 2005:153). Los
argumentos utilizados para sustentar dicha propuesta han sido enfocados en
diversos indicadores como el patrón de asentamiento de la Tradición4, la arquitectura
monumental, el patrón funerario, la producción artesanal, el sistema agrícola y los
cálculos demográficos.
La propuesta de identificar a la Tradición Teuchitlán como un Estado es actualmente
un tema de debate entre varios investigadores.
Casi todos los autores que a lo largo del tiempo han estudiado el tema de la
organización estatal coinciden en señalar que uno de los aspectos intrínsecos de
dicha organización es aquél de la estratificación social. El presente trabajo no se
realizó con la intención de participar en dicho debate sino en enfocar el estudio hacia
el indicador de la estratificación social.

Existen diversas vías a través de las cuales puede estudiarse y determinarse el


grado de estratificación de una sociedad. En este caso la vía elegida es la de las
unidades habitacionales con toda la serie de indicadores propios de éstas.

La importancia del estudio de las estructuras habitacionales radica en conocer a la


unidad básica de la sociedad prehispánica, que es la familia, y el modo de vida
doméstico que se hace generalmente a un lado para centrar las investigaciones en
los recintos ceremoniales o en las tumbas.
El estudio de las unidades domésticas proporciona información particular de las
sociedades pasadas y aporta datos que pueden ser utilizados en inferencias más
generales.
Los criterios para la selección de los dos conjuntos que se estudiaron fueron:

1.- Su cercanía al recinto ceremonial y su asociación directa al circulo 6 en donde se


han realizado los mejores hallazgos funerarios del sitio.

4 Estudiado por Weigand durante más de 30 años; adicionalmente existen trabajos como el de
Ohnersorgen y Varien (1996) que utilizan la aplicación de modelos de gravedad dentro de la zo n a f
nuclear de la Tradición.
i
14
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

2. - La nula presencia (en superficie) de materiales arqueológicos de temporalidad


tardía, por lo cual podía esperarse una exploración de contextos netamente
tempranos.
3. - El relativo buen estado de conservación de los edificios. Los terrenos donde se
ubican las unidades habitacionales no han sufrido del cultivo comercial del agave
(muy destructivo); solamente se ha sembrado maíz utilizándose un arado tradicional.

4. - Su complejidad arquitectónica. Aunque se trata de habitaciones pequeñas (la


mas grande de 8 mts. de largo), su acomodo espacial y su numero se consideran
indicadores de complejidad social, como se verá mas adelante en el marco teórico.

Objetivos, problema de investigación

Hay dos objetivos principales:

1. - Definir el grado de complejidad y/o estratificación social imperante en la sociedad


de la Tradición Teuchitlán. Este es el objetivo principal de la investigación.

2. - Estudiar detenidamente las unidades habitacionales exploradas para definir su


uso y sus áreas de actividad. Este puede se considerado un objetivo secundario pero
esencial para lograr el principal.

En cuanto al problema central de la investigación en sí, se puede decir que la


pregunta principal es:
¿Cuál es el grado de estratificación social que existió dentro de la sociedad que dio
forma a la Tradición Teuchitlán?

Existen interrogantes secundarias relevantes para encontrar la respuesta de la


principal, y son:
¿Qué usos específicos tenían las estructuras que se presumen habitacionales?
La variabilidad observada, ¿refleja diferencias en cuanto a jerarquía social?
Estas son las cuestiones principales que se tratarán de resolver en esta
investigación.

15
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Hipótesis

La hipótesis principal que conducirá este estudio puede ser planteada de la siguiente
manera:

■ Existió un grado avanzado de diferenciación social en la Tradición Teuchitlán;


dicha diferenciación es observable a través del estudio detallado de los
edificios habitacionales.

En primer lugar, las características arquitectónicas de las estructuras excavadas, los


sistemas constructivos utilizados, la observación de algunos de los materiales
hallados en ellas y la disposición espacial que mantienen, sugieren que cada
estructura tuvo una función distinta y que cada conjunto perteneció a clases sociales
distintas.
La estructura 4 por ejemplo, es única dentro del conjunto La Joyita A dado que su
planta arquitectónica es circular y además fue la única que contenía una tumba en su
interior.
Otro edificio del mismo tipo fue excavado en La Joyita B y se han observado otros
más en el sitio Loma Alta, distante apenas unos centenares de metros del recinto
principal, y asociados a unidades habitacionales también.
Siendo así, se propone también que este elemento circular (característico de la
Tradición) puede encontrarse no solo en los recintos ceremoniales a una escala
monumental sino que también fue utilizado en las áreas de residencia a una escala
más pequeña.

En el sector W del recinto, se halla una plaza conformada por las estructuras 6, 7, 8 y
9, contando además con un altar central en el patio orientado hacia la estructura 8.
Dicha estructura ofreció uno de los hallazgos más interesantes del conjunto y que
consistió en varios fragmentos de una figurilla antropomorfa de estilo Ameca Etzatlán
hecha a escala humana.
Se pensaba que el contexto de estas figuras se reducía a ser empleadas como
ofrendas o como parte de la parafernalia funeraria encontrada en tumbas de tiro.

16
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Sin embargo, se sugiere aquí que dichas figuras podían ser usadas también en
contextos religiosos a un nivel doméstico, y que además pueden representar
miembros ancestrales del grupo social que habitó La Joyita.

De esta manera, puede decirse que la unidad habitacional “La Joyita” funcionó como
una residencia perteneciente al linaje gobernante en el sitio de Guachimontón o por
lo menos a algunos miembros de tal linaje. Se espera que las unidades localizadas
hacia el exterior sean menos complejas.

Metodología

Como ya se mencionó, el principal objetivo del presente documento consiste en


exponer con claridad el objetivo del estudio en proceso y la perspectiva teórica que
se piensa utilizar al respecto.
Los objetivos y la hipótesis ya han sido presentados; para dar paso a la perspectiva
teórica es necesario presentar primeramente y de manera breve la metodología
seguida para la obtención de los datos ya que parte de lo que se ha denominado
teoría de la observación y la teoría arqueológica, teorías que es indispensable utilizar
correctamente para que los datos tengan la relevancia necesaria en la resolución del
problema de investigación.

En primer lugar, es indispensable definir los conceptos principales de los objetos de


estudio bajo análisis. El primero de ellos se refiere a “unidad habitacional”; en este
caso, se utilizará el concepto propuesto por Morelos (citado en Ramos de la Vega y
Ramírez 1992):
“las unidades de habitación o residencia, son aquellos espacios arquitectónicos, [ _ ]
donde un grupo social emparentado tiene actividades productivas y no productivas
compartidas; hay una permanencia mas o menos constante y pueden ser unidades
arquitectónicas independientes o agrupaciones en zonas de residencia extensas”

Otro de los conceptos a manejar es el de “área de actividad”; en este caso, puede


decirse que “un área de actividad es la concentración y asociación de materias
primas, instrumentos o desechos en superficies o volúmenes específicos, que
reflejen actividades particulares” (Linda Manzanilla, 1986).
1 í.

17 V .
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

El estudio de las áreas de actividad ayudará a establecer no sólo las actividades


llevadas a cabo en cada edificio (tanto dentro como fuera de ellos) sino que también
será un apoyo para la caracterización del conjunto y en última instancia, para
establecer niveles jerárquicos entre diversas unidades.

Se utilizará también la serie de niveles de análisis enunciado por Flannery (citado en


Linda Manzanilla, 1986) que maneja 5 de ellos:

1. - Análisis de área de actividad


2. - Unidad habitacional
3. - Agrupación de casas
4. - Estudio del sitio como un todo
5. - Análisis de relaciones interregionales

Debido más que nada a la escasez de investigaciones en áreas residenciales, en


esta investigación se omitirá el quinto nivel, que, como ya se mencionó, corresponde
al estudio de un nivel macro regional.
Adicionalmente, en el curso de las excavaciones se siguieron los lineamientos

Perspectiva teórica

En 1982 R. R. Wilk y W. L. Rathje publicaron un artículo titulado Household


Archaeology en el cual analizaron a grandes rasgos las direcciones teóricas que
hasta ese momento habían tomado las investigaciones en unidades habitacionales.
Definieron lo que es una unidad habitacional (household) como “la unidad
fundamental de cooperación económica y social” y como “la unidad básica de la
sociedad” (Wilk y Rathje, 1982).
Posteriormente propusieron que las unidades habitacionales (households) deben de
contener los siguientes elementos para funcionar como tales:
Material, social y de comportamiento5. Dentro de estos tres elementos (tabla 2) se
engloban las características básicas de grupo doméstico, que a su vez cumplen con

' En el texto original se lee “behavioural”

18
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

funciones de suma importancia para la sociedad de la que forman parte. Estas


funciones pueden ser divididas bajo cuatro rubros:
Producción, distribución, transmisión y reproducción (tabla 1). Cada una de estas
funciones toma lugar dentro del conjunto doméstico pero dependiendo del grado de
complejidad de cada sociedad es la manera e intensidad en que cada función es
reflejada dentro del contexto arqueológico.

La propuesta teórica de Wilk y Rathje posee elementos muy característicos de otras


corrientes teóricas previamente establecidas. Dentro de dichas corrientes está el
evolucionismo, el funcionalismo y el materialismo cultural6.

Evolucionismo

Aquí se habla de que el conjunto doméstico es visto como una unidad adaptativa, un
“vehículo de sobrevivencia” cuya estructura esta determinada por sus requerimientos
particulares en un ambiente selectivo particular.

En el artículo se mencionan ocasionalmente “etapas” o “niveles” de “evolución


social”. Aunque esto se trata hasta cierto punto de evolucionismo lineal, no se puede
dudar que el conjunto doméstico es un mecanismo adaptativo; la adaptación trabaja
dentro de un ambiente selectivo pero dentro de dicho ambiente no sólo existen
agentes externos a las sociedades sino que deben de considerarse también a las
relaciones sociales.

Funcionalismo

El conjunto doméstico continuamente es presentado como una respuesta adaptativa


hacia un ambiente selectivo; por lo tanto, deben de existir elementos funcionales del
conjunto doméstico.

Dentro de este esquema, la estructura de los conjuntos domésticos es condicionada


por cuatro funciones; producción, distribución, transmisión y reproducción (tabla 1).

Mientras que estas variables pueden no representar todos los aspectos de los
conjuntos, deberían al menos englobar todas las variables, y si se acepta al conjunto

' Los extractos fueron tomados de las observaciones de McPherson (1997)

19
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

como un mecanismo adaptativo entonces la variación debe estar en ese mismo eje y
deberían existir distintas formas de adaptación.

Materialismo cultural

Combinando el evolucionismo y el funcionalismo se genera una especie de


materialismo cultural, el cual ve a la cultura en términos sistémicos (de ahí su
aspecto funcionalista) y es fuertemente influenciado por los principios marxistas en lo
que se refiere a labor, producción y organización. El materialismo cultural es también
evolucionista en cuanto a que considera la cultura como adaptación.

El modelo de riqueza, composición y potencial agrícola de las unidades


habitacionales

El modelo expuesto anteriormente contempla lo que es la parte estrictamente


arqueológica de la investigación, de manera que hace falta un modelo teórico que
explique la variabilidad observada en las unidades habitacionales de Teuchitlán.
En este trabajo se usará el modelo desarrollado por Michael Douglass llamado
“Modelo de riqueza, composición y potencial agrícola de las unidades
habitacionales”.
A grandes rasgos, lo que se expone en dicha teoría es lo siguiente:

En sociedades complejas, el acceso a las mejores tierras de cultivo está restringido


por la élite, restricción que les garantiza una ventaja competitiva sobre el resto de la
población y las élites de otros grupos.
Estas tierras les permiten generar riqueza, al mismo tiempo que puede aumentar el
número de miembros de la familia o familias que estén ocupando esos campos de
cultivo.
Estas características se verán reflejadas en la arquitectura de las unidades
habitacionales, es decir, comparadas con aquellas casas que no sean de élite,
estarán mejor construidas, serán mas grandes y en mayor número y contendrán
objetos y artículos de prestigio, que serán los indicadores de la riqueza (Douglass,
2002:6-7).

20
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Para poder utilizar esta teoría de manera adecuada es necesario comprender los
aspectos básicos de la misma. El primero de ellos se refiere a las reglas de solución.
La primera de dichas reglas es que este modelo debe ser aplicado en sociedades
complejas; aunque el autor no define de manera clara que es lo que el considera una
sociedad compleja, se infiere de la lectura que debe tener al menos los siguientes
componentes:

Estratificación social, producción especializada y cuando menos una noción de


propiedad, ya que Douglass menciona que los miembros de la élite se reservan el
uso de las mejores tierras de cultivo (Douglass, 2002:4)
La especialización la define como “la provisión regular y repetida de alguna
comodidad o servicio que se intercambia por alguna otra7” (Douglass, 2002:4) y
ocurre cuando “los miembros de una unidad habitacional producen bienes no
comestibles para individuos no pertenecientes a dicha unidad8” (Douglass, 2002:4)

La segunda regla de solución es que las sociedades complejas a las cuales se


aplique el modelo deben ser agrícolas (Douglass, 2002).
El modelo entonces, no puede ser utilizado en sociedades recolectoras - cazadoras
o en comunidades que estén organizadas en tribus, bandas o cacicazgos.

En cuanto las preguntas que el modelo intenta explicar, Douglass es explícito:


1. - ¿Las unidades localizadas en diferentes tipos de suelo9 exhiben patrones de
producción similares? Si no, ¿Cómo difieren dichas unidades en cuanto a rango,
organización e intensidad de producción? (Douglass, 2002:9)
2. - ¿La riqueza y composición de las unidades varía según el tipo de suelo donde
estén? ¿Existen diferencias de riqueza que se localicen en el mismo tipo de suelo?,
o ¿Existe una clara asociación entre la riqueza y la fertilidad del terreno? (Douglass,
2002:10)
3. - ¿La riqueza corresponde al grado o intensidad de la producción? (Douglass,
2002:10)

the regular, repeated provision of some commodity or service in exchange for some other”
household members produce nonfood items for nonhousehold individuals”
9“Tipo de suelo” se refiere
■ aquí a la mayor o menor capacidad de producción agrícola del tefteno? *

21
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

4. - ¿Varía la riqueza de las unidades en relación a su distancia con la capital


regional? (Douglass, 2002:10)
5. - Las unidades de distintos tipos de suelo, ¿muestran variación en su historia
ocupacional y en sus ciclos de desarrollo? (Douglass, 2002:11)
Las preguntas anteriores fueron las que autor planteó para guiar su investigación. La
teoría, reducida a sus enunciados principales quedaría expuesta como sigue:

1. - Existe una relación directa entre la composición de las unidades habitacionales


rurales, la acumulación de riqueza y el potencial agrícola local.
2. - En las sociedades complejas, el acceso a los recursos productivos agrícolas es
restringido.
3. - Las unidades ubicadas en terrenos muy productivos serán más grandes en
cuanto al número de estructuras y al tamaño de éstas; tendrán también más
indicadores de riqueza acumulada. De aquí se infiere también que estas unidades
pertenecen al sector de la elite. (Douglass, 2002)

Como enunciados auxiliares o secundarios, podrían mencionarse estos:


1. - Existirán diferencias de crecimiento arquitectónico entre unidades con riqueza y
unidades sin ella; las casas con riqueza tenderán a presentar mas ampliaciones que
las casas que no la tengan, por tanto, serán también más grandes.
2. - La existencia de unidades pequeñas sin riqueza en terrenos productivos se
explica como la presencia de grupos familiares que están al servicio de las elites
(Douglass, 2002).
En resumen:
“En sociedades agrícolas complejas, si las unidades habitacionales se ubican en
terrenos con alto potencial agrícola, entonces tendrán más riqueza y serán
arquitectónicamente mas complejas que aquellas unidades localizadas en terrenos
menos fértiles”

Cabe señalar que la aplicación cabal de este modelo estará limitada. En el caso de
este estudio el modelo se usará para definir los bienes de prestigio y las diferencias
arquitectónicas que constituyen los principales indicadores de riqueza de la teoría.
La principal limitación consiste en deducir que tanto potencial agrícola tenía el
terreno circundante a las unidades habitacionales. Si bien ya se cuenta con e^túdios

o.
22 ,^ ’
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

de paleopaisaje (elaborados por Glenn Stuart) y se conocen ya algunas de las


plantas que se cultivaron, hay que recordar que a lo largo del tiempo el paisaje
agrícola de la región ha sufrido diversos procesos de cambio culturales; baste
recordar que a partir del siglo XVII creció de manera considerable el cultivo del
agave, cultivo que no sólo daña a los vestigios arqueológicos sino que también
propicia una desgaste permanente de los suelos fértiles al ser un monocultivo.

Debido a lo anterior es necesario complementar el bosquejo con una definición


adecuada de los distintos tipos de complejidad y organizaciones sociales. Para ello
se sigue la propuesta de Hayden (1995) quien clasifica a las sociedades en
igualitarias, transigualitarias y estatales. Con el fin de evitar lecturas repetitivas la
propuesta de Hayden se explica a detalle en el capítulo 3 para relacionarla
directamente con los indicadores arqueológicos y con la síntesis y comentarios
finales.
De este modo, los indicadores arqueológicos que se usarán para determinar el grado
de complejidad social son:

Áreas de actividad (tareas domésticas, religiosas, evacuación, producción, etc.)


Arquitectura (tamaño, disposición, material y técnica constructiva)
Organización espacial de los conjuntos domésticos
Especialización artesanal (obsidiana, cerámicas finas)
Acceso diferencial a bienes de prestigio (cerámicas finas, figurillas)
Ritual público y privado (ceremonialismo en los círculos y en las unidades
habitacionales, respectivamente)

23
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Tabla 1. Funciones del conjunto doméstico (según Wilk y Rathje, 1982)


ESTADOS COMUNES
ELEMENTO DEFINICION FUNCION EJEMPLO
ALTERNADOS
La organización
generalmente refleja
requerimientos
Lineal = secuencia única
ordenados (en tiempo)
de reducción lítica,
Explotar de demandados por el
Obtención y/o producción de
manera efectiva recurso en cuestión.
modificación del herramientas simples.
Producción las características Tales requerimientos
valor de un Simultáneos = caza desde
particulares de un pueden ser: lineales
recurso una canoa,
recurso dado. (trabajo de una sola
recolección/procesamientc
persona) o simultáneos
inicial de salmón.
(mas de una persona
trabajando al mismo
tiempo).
La organización refleja
requerimientos de
Varía con el modo En la costa NO, la
transporte demandados
de subsistencia y economía mixta generó
por el recurso en
de producción. En acumulación de diversos
Proceso en el que cuestión. Hay dos
general, la función recursos dentro de la
se mueven estrategias:
es realizar el unidad habitacional, y
recursos de los acumulación
proceso de permitió el intercambio.
Distribución productores a los (distribución de un
transporte En organizaciones de
consumidores recurso dentro de la
eficiente. (la “banda” o “estatales”, con
(incluye unidad habitacional) o
variabilidad refleja un rango amplio de
consumo) intercambio (distribución
distintos productos restringidos, el
entre unidades
requerimientos de énfasis se da en el
habitacionales o entre
transporte). intercambio.
unidades corporativas
mas grandes).
Una forma
especial de Varía con el nivel de
distribución: unidad en que se ejercen
La transferencia Cuando la disponibilidad
transmisión los derechos de
de derechos, de recursos disminuye,
funciona para propiedad. Generalmente
roles, “propiedad” las unidades se fusionan,
distribuir recursos dividido en propiedad
Transmisión y generalmente en
o derechos entre divisible (cuando se
responsabilidades unidades nucleadas
generaciones.. reparte entre los
de generación en (excepto las unidades con
Presumiblemente herederos) e indivisible
generación. mayor riqueza).
este es un medio (cuando no puede ser
de propagar la repartida).
riqueza de linaje.
La menos flexible de las
funciones del conjunto
Supervivencia
habitacional. La labor del La concentración de la
genética y cultural
Cuidado y cuidado de los niños se labor incluye el cuidado
a través de la
Reproducción aculturación de concentra dentro de la de niños por ciertos
propagación
los niños. unidad cuando las periodos, entre otras
genética y
mujeres realizan cosas.
cultural.
actividades críticas de
subsistencia.

24
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

ELEMENTO DEFINICION
Unidad demográfica. Número y relaciones de
Social
los miembros.
Estancias, áreas de actividad y posesiones
Material
materiales.
Conductual Actividades realizadas por la unidad.

Tabla 2. Elementos del conjunto doméstico (según Wilk y Rathje, 1982)

25
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

CAPITULO 1
Análisis material

ANTECEDENTES
El análisis de los materiales cerámicos ha sido primordial desde los inicios de la
arqueología. Durante mucho tiempo fue casi el único instrumento utilizado para
definir y describir fases de ocupación en los sitios arqueológicos; hasta tal punto fue
usado que en épocas recientes se acuñó el término “ceramocentrismo” (Weigand,
1995:12) para enfatizar el sobrepeso interpretativo que se le da a la cerámica en la
construcción de tipologías, cronologías y fronteras de distribución, las cuales
frecuentemente son confundidas con fronteras sociopolíticas (Ibíd.).

Sin embargo, el análisis y construcción de tipologías cerámicas tiene diversas


utilidades dependiendo del enfoque que se le de; en el presente trabajo la
perspectiva del análisis se orientó a determinar la función de los espacios mediante
la inferencia del uso particular de las diferentes formas cerámicas. Asimismo,
permitió conocer detalles acerca del grado tecnológico desarrollado por el grupo.

La cerámica que representa a la tradición Teuchitlán fue estudiada primeramente


por Weigand en 1992 (Beekman y Weigand, 2000:11). Dicho trabajo tuvo como
objetivo principal el uso de la cerámica como marcador cronológico relacionado con
los distintos tipos arquitectónicos de la Tradición. Ese trabajo abarcó también las 2
fases posteriores a la ocupación Teuchitlán que pudieran llamarse Grillo y Atemajac.

De suma importancia resulta también el trabajo de Meredith Aronson (1993) quien


analizó colecciones procedentes de Tabachines y la Estanzuela y realizó estudios
petrográficos de los materiales, iniciando así la construcción de una base de datos
para la identificación de los lugares de origen de la cerámica, trabajo también llevado
a cabo por Beekman y Weigand (2000). Posteriormente Beekman integra al estudio

26
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

anterior los hallazgos obtenidos en las investigaciones realizadas en 1993 y 1994 en


el denominado Corredor de la Venta.

Su trabajo arrojó algunos tipos nuevos, completó descripciones de los tipos ya


existentes y modificó algunos de los marcadores de Weigand, cambiando sus
nombres y estructura de la organización de tipos (Beekman y Weigand, 2000:12).

Sin embargo hasta este momento esos trabajos presentan varias limitantes, como la
procedencia del material, ya que éste proviene principalmente de recolecciones de
superficie y del estudio de colecciones privadas. Dichas limitantes dejan varias
lagunas acerca del momento de utilización de los diferentes tipos y el uso específico
de estos.

Otra limitante es que se analizó el material que presentaba ciertas características


especiales como decoración, dejando a un lado, por así decirlo, los de uso doméstico
y común que representan sin lugar a dudas un papel importante para el estudio de
tecnologías y usos dentro de los grupos estudiados.

El trabajo del material cerámico que se presenta en esta ocasión, inició a finales del
mes de abril del 2006. Fue realizado por los arqueólogos Sean M. Smith, Jorge
Herrejón y Ericka Blanco con la colaboración de las estudiantes Máyela Ramírez,
Andrea Escalante y Mónica E. de Lira de la UAZ.
El análisis pretende completar los trabajos anteriores con el material que se ha
recolectado en las excavaciones arqueológicas realizadas en los sitios de
Guachimontones y Loma Alta; investigaciones que se han desarrollado dentro del
marco Proyecto Teuchitlán, a partir del año 2002 al 2006.

La tipología elaborada responde principalmente al objetivo de conocer el uso y/o


función especifica que tuvieron los tipos cerámicos, así como la distribución de
éstos, dentro del área de observación. Para ello se han realizado diferentes
clasificaciones de tiestos que forman los tipos, agrupados bajo los criterios que
propone Prudence Rice (1992); tecnología en cocción, acabados de superficie y
formas físicas de las piezas para determinar los diferentes usos que podrían
representar (cuadro 1).

27
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Los resultados del análisis y conteo de los tiestos se presentan desglosados en


tablas para cada tipo con el fin, en primer lugar, de establecer diferencias entre las
frecuencias de los tipos y relacionarlas con el registro que se obtuvo en excavación,
para generar mapas de distribución dentro del área de estudio10.

Lo anterior permite relacionar la función específica del tipo con el de una estructura,
recinto o sitio, en donde se observa dicha acumulación. La muestra total de tiestos
analizados asciende a 41,950 y provienen de los siguientes frentes de excavación:
plataforma 7 del circulo 1, circulo 10, circulo 3, La Joyita A, La Joyita B, El Lienzo,
Patio IV y Tescalame.

Los primeros 5 frentes se localizan en el sitio Guachimontones; los siguientes 2 en


Loma Alta y el último (Tescalame) se trata de un pequeño guachimontón que posee
una unidad habitacional propia y se encuentra a medio camino entre
Guachimontones y Loma Alta.

Es importante señalar que las cantidades de tiestos que aparecen en las tablas presentadas
corresponden a la muestra total estudiada. No se han descartado tiestos de acuerdo a criterios como
el contexto y la capa donde fueron recuperados; esa exclusión se hará en el siguiente capítulo con el
fin de tomar en cuenta solamente aquel material que por su deposición en el contexto arqueológico
sea relevante para la investigación.

28 V .
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Cuadro 1: Categorías de uso de las vasijas (según Rice, 1992:209)

29
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

ANALISIS 11

El material se comenzó a clasificar bajo los siguientes criterios, siguiendo el orden


estricto en el que se presenta:

Cuadro 2 Criterios para la clasificación de cerámica en teuchitlán

PASTAS

La primera división, dentro de este criterio fue por el grano del que esta compuesta la
pasta. Resultando cuatro grupos generales, que a su vez se dividieron según las
características particulares que las pastas presentan. Las primeras observaciones
fueron:

1. Pasta de Grano Fino


Grano fino de color blanco, con alto grado de compactación. Presenta
escasas inclusiones de minerales; los que se observan son muy pequeños

1 La descripción de las pastas y tipos está tomada del trabajo de Ericka Blanco, si bien la clasificación
desarrollada es producto de un esfuerzo conjunto de los miembros de proyecto.

30
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

y podrían ser de diferentes rocas. Los orificios que evidencian restos


orgánicos, utilizados posiblemente como degrasante, también son
escasos, casi nulos. Los tiestos con este tipo de pasta presentan una
cocción tanto oxidante como reductora, la última representada al corte por
una franja en la parte media de color gris o negra. El espesor que
presentan los tiestos por lo general es .2 a .42 cm. Sin embargo en
algunos casos no muy comunes los espesores pueden llegar a los .67cm.

2. Pasta de Grano Medio


Grano Medio de color de blanco a crema, compacta. Presenta inclusiones
de minerales de buen tamaño; entre los que se distinguen, diferentes roca,
cuarzo y obsidiana. En todos los ejemplares se observan los orificios que
evidencian restos orgánicos, utilizados posiblemente como degrasante.
Los tiestos con este tipo de pasta presentan comúnmente una cocción
oxidante, aunque en algunas ocasiones se observa una reductora, la
última representada al corte por una franja de color negra a gris, cubriendo
la mitad del corte. El espesor que observa en los tiestos de este tipo de
pasta comúnmente es de .43 a .87 cm.

3. Pasta de Grano Medio recipientes Gruesos


Grano Medio de color de crema a bayo, con un aspecto arenoso, poco
compacta. Presenta varias inclusiones de minerales de buen tamaño; los
que se distinguen en mayor cantidad son de diferentes rocas, aunque
algunas veces encontramos obsidiana, cuarzos, pedazos de tepalcates. En
todos los ejemplares se observan los orificios que evidencian restos
orgánicos, utilizados posiblemente como degrasante. Los tiestos con este
tipo de pasta presentan una cocción por lo general reductora con pocas
evidencias de cocción oxidante. El primer tipo de cocción es evidente al
corte por una franja de color negra a gris, en la parte media o al interior,
siempre más espesa que la franja del color original. El espesor que
observa en los tiestos de este tipo de pasta comúnmente es de .7 a 1.45
cm.
La pasta es muy similar al tipo 2.a. solo que la cantidad de inclusiones y
porosidad es mayor. Cabe señalar que los tiestos representan olt^ ^ de
) f

31
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

tamaño mayor con los acabados menos burdos, en comparación con los
tiestos de la dasificación antes mencionada, posiblemente esto sea la
causa de la variación de la pasta con respecto a la 2.a.

4. Pasta de Grano Grueso


El grano es mas grueso que en las pastas descritas anteriormente, el color
varía entre bayo y café, con un bajo nivel de compactación. Presenta gran
cantidad de inclusiones minerales de gran tamaño, entre las que se
observan diferentes rocas, cuarzo, obsidiana y otras posiblemente no
identificadas. Los orificios que evidencian restos orgánicos son de gran
tamaño y se presenta en la mayoría de los tiestos. La cocción es tanto
oxidante como reductora. Los tiestos presentan gran espesor que no ha
sido medio específicamente. Los tiestos con este tipo de pasta por lo
general representan vasijas de gran tamaño.

SUPERFICIE

Una vez observadas y caracterizadas las pastas, los tiestos de cada grupo de pasta
se dividieron, según su superficie, tomando como criterios de clasificación el color, la
decoración y el acabado. Como resultado preliminar hasta el momento, se
caracterizaron las agrupaciones que a continuación se describen, las cuales
posiblemente vayan a formar los tipos con sus variantes. También se registraron las
formas que se han observado dentro de los tipos preliminares.
La mayoría los nombres utilizados para los tipos son los mismo que proponen
Weigand y Beekman (2001) en trabajos anteriores, sin embargo en esta ocasión se
completan las descripciones y se agregan los tipos de uso probablemente domestico.

32
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Pasta 1

Oconahua rojo sobre blanco


Engobe: Baño del color de la pasta al interior y exterior del tiesto.
Decoración: Aplicación de pigmento rojo formando bandas, líneas rectas u
ondulantes y formas geométricas en la parte interior y/o exterior (figuraS). Un tiesto
presenta líneas incisas.
Acabado: Bruñido o pulido al interior y exterior de los tiestos. En algunos casos no se
observa por causa de la erosión.
Formas: Solo se tienen tiestos de vasijas abiertas. La forma particular que se pudo
identificar hasta el momento es de cajetes simples de paredes divergentes con borde
de labio recto o plano. Los bordes tienen un espesor entre los .45 a .53 cm., mientras
que los cuerpos presentan un espesor de .2 a .42 cm.
Observaciones: la superficie de los tiestos esta muy erosionada por lo que es difícil
observar los acabados.
Frecuencia (tabla S): este grupo de pasta y en particular este tipo es el menos
frecuente de toda la muestra. Como puede observarse en la tabla x la mayor
concentración se da en el circulo 1 y en La Joyita A, mientras que la frecuencia mas
baja ocurre en el Tescalame.

O O O O
ü ü ü ü ü ü _ CTJ
(o' O O o c
o o o ^ o o ü ü 8 '^ 8 o 1— 0
ü ü ü ü o o o O D)
Frente o o o O
Circulo 1 388 388
Círculo 10 96 96
Circulo 3 4 4
interior
estructura a
(Tescalame) 1 1
La Joyita A 579 579
La Joyita B 54 54
lienzo 3 3
lienzo ce 12 12 1 7 1 33
lienzo uh 20 19 2 41
patio IV 5 6 32 1 7 51
tescalame ct 3 12 13 28
tescalame uh 3 5 2 3 13
Total general 1165 42 64 2 7 3 7 1 1291

Tabla 3 Frecuencia de Oconahua Bícromo

33
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Figura 3 Tiesto Oconahua rojo sobre blanco

Oconahua Rojo
Engobe: Baño de color rojo sobre el color de la original de la pasta, al interior y
exterior del tiesto.
Decoración: No se observa.
Acabado: Bruñido o pulido al interior y exterior de los tiestos. En algunos casos no se
observa por causa de la erosión.
Formas: Solo se tiene tiestos de vasijas abiertas. La forma particular que se pudo
identificar hasta el momento es de cajetes simples de paredes divergentes con borde
de labio recto o plano. Los bordes tienen un espesor entre los .44 a .58 cm., mientras
que los cuerpos presentan un espesor de .26 a .45 cm.
Observaciones: Estos tiestos pueden formar parte del tipo anterior, ya que presenta
las mismas características, con la diferencia de que la decoración, en el área que el
tiesto presenta no es evidente, empero esto no significa que sea nula. Sin embargo
en este análisis preliminar se considera variante, clasificándolo en un grupo
separado, esperando evidencias futuras que aclaren su verdadera agrupación.
Frecuencia (tabla 4):

Total
Frente Oco rojo general
Circulo 1 180 180
Círculo 10 5 5
La Joyita A 28 28
La Joyita B 3 3
Total general 216 216

Tabla 4 Frecuencia de Oconahua rojo

34
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Oconahua Blanco
Engobe: Baño del color de la pasta al interior y exterior del tiesto.
Decoración: No se observa.
Acabado: Bruñido o pulido al interior y exterior de los tiestos.
Formas: Tiestos de vasijas abiertas. Las formas que se pudo identificar son de
cajetes simples o compuestos, con paredes divergentes o convexas con borde
igualmente divergente o convergente de labio recto o plano. Los espesores que se
han registrado hasta el momento son de .45 en los bordes.
Observaciones: La características son iguales los grupos descritos anteriormente,
con la diferencia de ser monocromo.
Frecuencia (tabla 5):

'to' 'to' 2
ü O ü ~d 0
o o O ü o o c
ü ü ü ü ü 0
o D)
o o ü
o o o +->
ü o ü ü
o o O o
Frente H
Circulo 1 314 314
Círculo 10 36 36
La Joyita A 398 398
La Joyita B 32 32
lienzo ce 15 16 13 2 46
lienzo uh 8 1 31 5 45
patio IV 11 4 46 61
tescalame 2 2
tescalame circulo 1 1
tescalame ct 1 5 3 1 35 7 52
tescalame est a 1 1
tescalame uh 15 4 12 31
tescalame uh 4 4
Total general 1 54 4 836 119 9 1023

Tabla 5 Frecuencia de Oconahua blanco

Negro Pulido'12

Engobe: Baño de color café, gris oscuro o negro, tanto al interior y exterior del tiesto.
Decoración: No presenta
Acabado: Bruñido o pulido al interior y exterior de los tiestos (figura 4). En los tiestos
con engobe café no se observa por causa de la erosión.1
2

12 Tipo identificado con anterioridad en los trabajos del Valle de Atemajac (Galván, 1991), cuyo nombTf es
el mismo que en esta ocasión se utiliza.
f ''

ÍVÍ
35
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Formas: Solo se tiene tiestos de vasijas abiertas. Las formas que se pudieron
identificar hasta el momento son de cajetes simples y compuesto de paredes rectas
o divergentes, con un borde de labio recto o biselado. Los bordes tienen un espesor
entre los .55 a .67 cm.
Observaciones: Los tiestos que presentan mayor erosión son los de engobe color
café.
Frecuencia (tabla 6):

O O ~6 2
;d ;d o
3 3 ;d 0
Q. 3 c
Ú_ Q. 3 0
O 2 O Ú_ D)
D) D) D) 2 3
+->
0) 0) 0) O
C z C D) H
0)
Frente z
Circulo 1 2 185 187
Círculo 10 58 58
Circulo 3 1 1
interior estructura
a 1 1
La Joyita A 432 432
La Joyita B 17 17
lienzo ce 2 2
lienzo uh 5 5
patio IV 3 15 18
tescalame ct 14 14
tescalame uh 5 5
tescalame uh 1 1
Total general 2 723 15 1 741

Tabla 6 Frecuencia de Negro pulido

Figura 4 Tiesto negro pulido

36
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Pasta 2.a

Ahualulco Rojo sobre Crema


Engobe: Baño de color crema, posiblemente de la misma pasta. En los tiestos de
recipientes abiertos el baño se presenta al interior y exterior, mientras que en los
cerrados solo al se observa al exterior.
Decoración: Aplicación de pigmento rojo sobre el engobe formando bandas, líneas y
figuras geométricas en el cuerpo; algunas veces presenta el labio del borde cubierto
de pigmento o el fondo de la vasija cubiertos, dejando al descubierto en forma de
banda el baño original de la vasija. El color del pigmento rojo es evidente en sus
diferentes tonalidades (figura 6).
La decoración en recipientes abiertos se observa tanto en interior como en exterior,
mientras que en los cerrados solo se presenta al exterior.
Acabado: En tiestos de recipientes cerrados el acabado exterior puede es bruñido,
mientras que el interior es alisado brushing o regularizado. En tiestos de recipientes
abiertos el interior y paredes exteriores son pulidas o bruñidas.

Formas: Se tiene tanto tiestos de recipientes abiertos como cerrados, en el caso de


los cerrados la forma identificada es de ollas de cuello curvo divergente con borde
divergente de labio plano, redondeado o biselado (figura 5). Algunos tiestos
presentan bandas de refuerzo al interior. Se observa un espesor entre .43 y .64 cm.
En el caso de los tiestos de vasijas abiertas se observan formas de cajetes de con
paredes rectas, cóncavas o divergentes, con borde de labio expandido, biselado,
recto, plano o redondeado. El espesor registrado hasta el momento oscila entre el
.43 y .62 cm.

Frecuencia (tabla 7): la mayoría de los tiestos de este tipo se concentra en la


plataforma 7 del circulo 1, La Joyita A y el Patio IV; cabe señalar que la decoración
encontrada en este tipo con frecuencia se asemeja a la de los tipos Oconahua. Una
posible explicación es que estas vasijas sean los equivalentes utilitarios de las
formas y motivos registrados en el Oconahua, dejando éstos para funciones
especiales como ritos y ceremonias tanto públicas como funerarias.

37
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

O O
TJ D 'to' 2
2 2 'to' ü ü ~6
o o ü 0
ü —. c
0 (ü (ü 0
■D O D O D D)
(ü (ü (ü (ü
(ü (ü D D D D +->
D D < o
C (ü (ü < < H
Frente < í
Circulo 1 8 1 767 147 923
Círculo 10 163 29 192
Circulo 3 2 2 4
interior
estructura a 3 13 16
La Joyita A 615 193 808
La Joyita B 69 35 104
lienzo 3 5 8
lienzo ce 79 83 162
lienzo uh 4 4 18 52 78
patio IV 218 191 409
tescalame c 7 3 10
tescalame ct 81 46 127
tescalame est a 1 1
tescalame uh 1 100 114 215
tescalame uh 1 1
Total general 4 4 8 1 1 2126 914 3058

Tabla 7 Frecuencia de Ahualulco rojo sobre crema

Figuras 5 y 6 Tiestos Ahualulco rojo sobre crema

Ahualulco Monocromo
Engobe: Baño de color rojo, café o crema sobre el color original de la pasta. En los
tiestos de recipientes abiertos el baño se presenta al interior y exterior, mientras que
en los cerrados solo al se observa al exterior.
Decoración: No se observa.
Acabado: En tiestos de recipientes cerrados el acabado exterior es bruñido, mientras
que el interior es alisado brushing o regularizado (figura 7). En tiestos de recipientes
abiertos el interior y paredes exteriores son pulidas o bruñidas.

38
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Formas: Al igual que en el tipo anterior se observan tanto tiestos de recipientes


abiertos como cerrados.
Las formas identificada en los cerrados es ollas elípticas y esféricas de cuello curvo
divergente o recto, con borde divergente de labio redondeado o biselado. Algunos
tiestos presentan bandas de refuerzo al interior. El espesor de los tiestos va de .5 y
.8 cm.
En el caso de los tiestos de vasijas abiertas se observan formas de cajetes simples
con paredes rectas, con borde de labio biselado, recto, plano o redondeado.
En el corpus existen también cajetes extendidos tipo plato con un borde redondeado.
El espesor registrado hasta el momento oscila entre el .35 y .62 cm. Ha aparecido un
soporte sólido cilindrico con las características de este grupo, sin embargo ya que es
la única evidencia, es necesario esperar nuevos hallazgos para determinar si era
común el uso de soportes dentro de este grupo.
Frecuencia (tabla 8):

o
c (ü
o O ü ü ~6 ~6 2
'to' E c O O o o 0
ü o c c c c C
(ü 'c E o o o o 0
D (ü E E E E D)
E D
< (ü (ü (ü (ü (ü +->
D D D D D o
< H
Frente < < (ü < <
Circulo 1 1 3302 3303
Círculo 10 156 156
Circulo 3 1 1
interior estructura
a 3 13 16
La Joyita A 1 1080 1081
La Joyita B 98 98
lienzo ce 1 66 147 1 215
lienzo uh 20 30 50
patio IV 10 501 286 797
tescalame 2 9 11
tescalame c 14 14
tescalame circulo 3 3
tescalame ct 201 161 362
tescalame est a 11 8 19
tescalame uh 184 336 520
tescalame uh 10 13 23
Total general 10 1 1 1015 1 5640 1 6669

Tabla 8 Frecuencia de Ahualulco monocromo

39
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Figura 7 Tiesto Ahualulco monocromo

Teuchitlán rojo sobre crema 13

Engobe: No presenta baño. La superficie de la pasta es tratada directamente.


Decoración: Aplicación de pigmento rojo sobre la pasta original formando bandas,
cubriendo el labio del borde (figura 8) o cubriendo el fondo de la vasija, dejando al
descubierto en forma de banda el color original de la pasta. El color del pigmento rojo
es evidente en sus diferentes tonalidades.
La decoración en recipientes abiertos se observa tanto en interior como en exterior,
mientras que en los cerrados solo se presenta al exterior.
Hasta el momento se han observado algunos tiestos de cuerpo de olla con
protuberancias, esto puede representar algún tipo de decoración, como se presenta
en algunas de las vasijas reportadas para la fase Tabachines en el Valle de
Atemajac (Galván, 1991).
Un tiesto presenta aplicación plástica tipo botón sobre su labio.
Acabado: En tiestos de recipientes cerrados el acabado exterior es alisado, mientras
que el interior es alisado brushing o regularizado. En tiestos de recipientes abiertos el
interior y paredes exteriores son alisados.
Formas: Se tiene tanto tiestos de recipientes abiertos como cerrados, en el caso de
los primeros la forma identificada es de ollas de cuello curvo divergente o curvo
convergente con borde divergente de labio plano, redondeado o biselado.
Algunos tiestos presentan bandas de refuerzo al interior. Se observa un espesor
entre .43 y .64 cm. En el caso de los tiestos de vasijas abiertas se observan formas1
3

13 La pasta de los tipos teuchitlán presenta menos grado de compactación y algunas veces mas
desgrasantes que la de los tipos Ahualulco; por la naturaleza del estudio que se llevó a cabo, este
rasgo no es lo suficientemente importante para clasificar la pasta como otro grupo.

40
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

de cajetes simples y compuestos de paredes rectas, cóncavas o divergentes, con


borde de labio expandido, biselado, recto, plano o redondeado.
Aparecen también cajetes extendidos tipo plato. El espesor registrado hasta el
momento oscila entre el .43 y .62 cm. Ha aparecido un soporte sólido cilíndrico-
cónico con restos de pigmento rojo, cuya pasta pertenece a la de este tipo, sin
embargo hasta el momento no existen mas ejemplares.
Observaciones: Los tiestos se encuentran con alto grado de erosión, dificultado la
determinación de su forma general (abierto o cerrado), la observación del acabado e
inclusive el engobe.
Frecuencia (tabla 9):

2
ü ü ~6 0
ü c
0
D D)
0) D D D
H 0) 0) 0 D +->
H 0 o
H H H
Frente H

Circulo 1 800 140 304 1244


Círculo 10 425 574 999
Circulo 3 1 1
interior estructura
a 21 31 52
La Joyita A 791 1863 2654
La Joyita B 229 376 605
lienzo 1 6 7
lienzo ce 20 111 131
lienzo uh 3 26 188 217
patio IV 4 99 483 586
tescalame 6 11 17
tescalame c 2 2
tescalame circulo 4 8 12
tescalame ct 150 380 530
tescalame est a 2 5 7
tescalame uh 208 500 708
tescalame uh 5 4 9
Total general 3 4 2788 140 4846 7781

Tabla 9 Frecuencia de Teuchitlán rojo sobre crema

41
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Figura 8 Tiesto Teuchitlán rojo sobre crema

Teuchitlán Monocromo
Engobe: Baño de color rojo, café o crema sobre el color original de la pasta. En los
tiestos de recipientes abiertos el baño se presenta al interior y exterior, mientras que
en los cerrados solo se observa al exterior.
Decoración: Posiblemente como decoración se observada la presencia de falsas
asas verticales en el cuello de vasijas cerradas, esta característica se ha observado
en dos tepalcates recolectados de superficie.
No se observa decoración pintada.
Acabado: En tiestos de recipientes cerrados el acabado exterior puede ser pulido o
alisado, mientras que el interior es alisado brushing o regularizado. En tiestos de
recipientes abiertos el interior y paredes exteriores son pulidas.
Formas: Se tiene tanto tiestos de recipientes abiertos como cerrados. Las forma
identificada en los cerrados de ollas de cuello curvo divergente con borde divergente
de labio redondeado o biselado. Algunos tiestos presentan bandas de refuerzo al
interior. El espesor de los tiestos va de .5 y .8 cm. En el caso de los tiestos de
vasijas abiertas se observan formas de cajetes simples con paredes rectas, con
borde de labio biselado, recto, plano o redondeado. El espesor registrado hasta el
momento oscila entre el .35 y .62 cm.
Observaciones: Los tiestos se encuentran con alto grado de erosión, dificultado la
determinación de su forma general (abierto o cerrado), la observación del acabado e
inclusive el engobe.

42
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Frecuencia (tabla 10):

O (ü
(o' c ~6 ü 2
ü o ~6 ~6 ~6 ü ü O ~d
E o O O O o 0
o D) c o c c c c o c
c 'c E c o c o o o o c 0
o o o o E o D)
E E E E E E E
E E D E D
D D D D D D +->
+Ô ) 0) 0) D 0 D +0
-> 0 0 0 0 o
+0) +0
-> H H H H H
Frente H H -> -> H
Circulo 1 9 1 2 1 2573 43 367 2996
Círculo 10 457 664 1121
Circulo 3 3 3 6
interior estructura
a 9 31 40
La Joyita A 2 1396 3233 4631
La Joyita B 313 583 896
lienzo 1 18 19
lienzo ce 18 230 248
lienzo uh 16 343 359
patio IV 53 210 11 2830 3104
tescalame 16 66 82
tescalame c 2 58 60
tescalame circulo 44 44
tescalame ct 192 1299 1491
tescalame est a 7 47 54
tescalame uh 23 42 233 1655 1953
tescalame uh 13 183 196
Total general 9 2 23 1 95 2 1 5459 43 11 11654 17300

Tabla 10 Teuchitlán monocromo

Teuchitlán Bruñido

Engobe: Solo se tienen registrados recipientes abiertos. El engobe lo presentan al


interior del color de la pasta este varía entre crema, ahumado y negro.
Decoración: No se observa.
Acabado: Los tiestos en su interior presentan bruñido, mientras que el exterior un
alisado simple o brushing y por lo general presenta manchas de ahumado (figura 9).
Formas: Se han registrado cajetes simples y compuestos de paredes rectas y/o
divergentes con bordes de labio redondeado o biselado.

43
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Frecuencia (tabla 11):


'to'
O ü 2
TJ o 0
ic TJ C
D ic 0
D D)
D +->
+0->
) D
0 H
o
Frente H
Circulo 1 50 50
Círculo 10 20 20
La Joyita A 74 74
La Joyita B 4 4
lienzo ce 3 3
lienzo uh 11 11
patio IV 2 2
tescalame ct 6 6
Total general 168 2 170

Tabla 11 Frecuencia de Teuchitlán bruñido

Figura 9 Tiesto teuchitlán bruñido

Pasta 3.a
Teuchitlán Bícromo Grueso
Engobe: Baño de color crema, posiblemente de la misma pasta con aplicaciones en
rojo. En algunas ocasiones se aplica el pigmento sobre la pasta directamente. En los
tiestos de recipientes abiertos el baño se presenta al interior y exterior, mientras que
en los cerrados solo al se observa al exterior.
Decoración: Aplicación de pigmento rojo sobre el engobe formando bandas. En los
recipientes abiertos se pueden observar algunas veces bandas al interior. El color del
pigmento rojo es evidente en sus diferentes tonalidades. En tiesto que representa el
cuello de una olla presenta falsas asas sólidas verticales probablemente como
decoración.

44
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Acabado: En tiestos de recipientes cerrados se observa un buen alisado al exterior,


mientras que el interior es alisado brushing o regularizado. En tiestos de recipientes
abiertos el interior y paredes exteriores son alisadas.
Formas: En el caso de los cerrados tenemos cuello curvo divergente con bordes
convergentes de labio redondeado que representan ollas en forma de bule, en
algunas ocasiones el borde de estas ollas es de labio divergente biselado.
También aparecen cuellos curvo divergente con borde divergente y labio
redondeado. Algunos tiestos del cuerpo de las ollas presentan una banda de
refuerzo al interior. Los recipientes abiertos son cajetes cóncavos con bordes
expandidos de labio redondeado y cajetes de paredes rectas con bordes de labio
plano o redondeado.
Observaciones: Los tiestos se encuentran con alto grado de erosión, dificultado la
determinación de su forma general (abierto o cerrado), la observación del acabado e
inclusive el engobe.
Frecuencia (tabla 12):
'to' _TO
O O ü "o
(/) (/) o O _TO
0 0 (/) (/) 2
D D 0 0 "o 0
D) D) D D c
0
D) D) D)
D "+t->
o
D D 0 O
0 0 D D H H
H H 0 0
Frente H H
Circulo 1 304 304
Círculo 10 574 574
interior estructura
a 31 31
La Joyita A 1863 1863
La Joyita B 376 376
lienzo 6 6
lienzo ce 111 111
lienzo uh 6 188 194
patio IV 21 483 504
tescalame 11 11
tescalame c 2 2
tescalame circulo 8 8
tescalame ct 4 18 380 402
tescalame est a 5 5
tescalame uh 3 2 3 11 500 519
tescalame uh 4 4
Total general 30 2 7 29 4846 4914

Tabla 12 Teuchitlán Bícromo grueso

45
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Teuchitlán Monocromo Grueso


Engobe: Baño de color café, rojo o crema. En los recipientes abiertos lo presenta
tanto al interior como al exterior mientras en los cerrados cubre todo el exterior y el
borde interior.
Decoración: No presenta
Acabado: Alisado al interior y exterior de los tiestos abiertos, mientras que en los
cerrados esta alisado en el exterior y el borde interior; el resto del interior esta
regularizado.
Formas: Son pocas las evidencias de formas; se pude asegurar que son recipientes
de gran tamaño tanto abiertos como cerrados. Se pudo identificar una forma de olla
de gran tamaño con cuello divergente amplio y borde de recipiente cerrado que
presenta un labio engruesado al exterior. El espesor observado en este grupo de
ollas va de .7 a 1.45 cm.
Observaciones: La erosión dificulta observar claramente el acabado y determinar la
forma general.
Frecuencia (tabla 13):

O "o
(/) o
O 0) (/) 2
(/) D 0
0) D) D 0
D C
O D) 0
D) C D)
D O O
E C "(ü
+->
0) O O
H D E H
0) D
H 0
Frente H
interior estructura
a 1 1
lienzo ce 18 3 21
lienzo uh 14 16 30
patio IV 103 104 207
tescalame ct 11 10 3 24
tescalame uh 9 5 14
tescalame uh 1 1
Total general 147 140 11 298

Tabla 13 Frecuencia de Teuchitlán monocromo grueso

Pasta 4.a
Teuchitlán Espeso
Engobe: Puede presentar baño, el cual por lo general es color crema, posiblemente
de la misma pasta. En los tiestos de recipientes abiertos el baño se presenta al
interior y exterior, mientras que en los cerrados solo al se observa al exterior.

46 , ’
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Decoración: Algunas veces presentan aplicaciones de pigmento rojo sobre el engobe


o la pasta original formando bandas, cubriendo parte del cuello o del labio del borde.
El color del pigmento rojo es evidente en sus diferentes tonalidades.
Solo se ha observado en tiestos de recipientes cerrados en la parte exterior.
Acabado: En tiestos de recipientes cerrados el acabado exterior es alisado, mientras
que el interior es regularizado. En tiestos de recipientes abiertos el interior y paredes
son alisadas.
Formas: Se tiene tanto tiestos de recipientes abiertos como cerrados, en el caso de
los cerrados la forma identificada es de ollas de cuello curvo convergente con borde
divergente de labio plano o redondeado.
Algunos tiestos presentan bandas de refuerzo al interior. Se observa un espesor
entre 1.0 y 1.6 cm (figura 10).
En el caso de los tiestos de vasijas abiertas se observan formas de cajetes de con
paredes rectas o divergentes, con borde de labio redondeado. El espesor registrado
hasta el momento oscila entre el 1.0 y 1.65 cm.
Frecuencia (tabla 14):

O
O (/)
O (/) 0)
(/) 0) Q.
0) O Q. (/) 2
Q. (/) (/) 0) 0)
(/) 0) 0) c
0) Q. 0)
(ü (/) O ~d D)
(/) 0) c o
(ü D o c
0) E o +->
D H o
0) D E H
H 0) D
H 0)
Frente H
Circulo 1 28 28
Círculo 10 41 41
La Joyita A 189 189
La Joyita B 52 52
lienzo ce 7 7
patio IV 1 6 8 15
tescalame ct 2 6 8
tescalame uh 1 1
Total general 1 326 8 6 341

Tabla 14 Frecuencia de Teuchitlán espeso

47
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Figura 10 Tiesto Teuchitlán espeso

Teuchitlán Tejuinera

Engobe: Puede presentar baño, el cual por lo general es color crema, posiblemente
de la misma pasta. Ya que solo se observan tiestos de recipientes cerrados, el
engobe se presenta al exterior.
Decoración: Algunas veces presentan aplicaciones de pigmento rojo sobre el engobe
o la pasta original sin una forma específica; cubriendo parte del cuello o del labio del
borde. El color del pigmento rojo es evidente en varias tonalidades.
Acabado: El acabado exterior es alisado, y el interior es regularizado (figura 11).
Formas: Este tipo representa ollas de gran tamaño, con cuello ancho curvo
divergente de borde divergente. El espesor oscila entre los 1.3 y 1.6 cm.
Frecuencia (tabla 15):

2 2
0) 0)
c c
'd 0)
D)
+0)'
->
D +->
0) o
Frente H H
Circulo 1 65 65
Círculo 10 15 15
La Joyita A 34 34
La Joyita B 3 3
Total general 117 117

Tabla 15 Frecuencia de Teuchitlán tejuinera

48
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Teuchitlán Tejuinera

Figura 11 Tiesto Teuchitlán tejuinera

Teuchitlán Delgado
Engobe: Puede presentar baño de color café, crema o bayo. Ya que solo se
observan tiestos de recipientes cerrados, el engobe se presenta al exterior.
Decoración: Al igual que en el tipo anterior, algunas veces presentan aplicaciones de
pigmento rojo sobre el engobe o la pasta original sin una forma específica; cubriendo
parte del cuello o del labio del borde. El color del pigmento rojo es evidente en sus
diferentes tonalidades.
Acabado: El acabado exterior es alisado, mientras que el interior es regularizado.
Formas: Este tipo representa ollas de gran tamaño, con cuello ancho curvo
divergente de borde divergente. El espesor oscila entre los .6 y .8 cm.
Frecuencia (tabla 16):
O
TJ
O ~6 (ü 2
TJ
(ü o g o D) 0
D) T J o TJ 0 c
(ü TJ 0
0) D) E g , D)
TJ ü
0)
D T J § -S +->
0)
D D o
H 0) 0 H
Frente H H

Circulo 1 100 100


Círculo 10 12 12
La Joyita A 83 83
La Joyita B 10 10
lienzo ce 3 3
patio IV 1 6 6 13
tescalame ct 1 1
tescalame uh 35 35
Total general 244 1 6 6 257

Tabla 16 Frecuencia de Teuchitlán delgado

49
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Síntesis
Como ha podido apreciarse, los 4 grupos identificados en el análisis corresponden a
diversos usos que tuvo la loza.
El grupo 1, integrado por los tipos Oconahua rojo sobre blanco, Oconahua rojo,
Oconahua blanco, Negro pulido y Oconahua regular sobresale por la gran calidad en
la manufactura de las piezas y por la frecuencia y contextos en que se encuentra.
Los tipos Oconahua han sido caracterizados como producto de un trabajo altamente
especializado y como vehículos de comunicación social mediante sus motivos
decorativos (López Mestas, 2005).

El grupo 2 esta conformado por los tipos Ahualulco rojo sobre crema, Ahualulco
monocromo, Teuchitlán rojo sobre crema, Teuchitlán monocromo y Teuchitlán
bruñido. Se trata en general de cajetes que parecen imitar el estilo de los tipos
Oconahua con la diferencia de ser un poco más burdos y de menos calidad en los
tratamientos de superficie.

Del mismo modo, su frecuencia es mayor que la de los tipos Oconahua y a diferencia
de éstos en el grupo 2 pueden encontrarse ollas en mayor número. Las vasijas de
este grupo muestran señales de desgaste debido al uso y huellas de exposición al
fuego indicando que tuvieron algunas funciones domésticas, especialmente como
vajilla de servicio y consumo. Adicionalmente, se les ha encontrado en contextos
funerarios como la tumba de Huitzilapa (López Mestas 2005) y los entierros del
círculo 6 y La Joyita A.

El grupo 3 lo integran los tipos Teuchitlán bícromo grueso y el Teuchitlán monocromo


grueso. Este grupo, junto con los tipos Teuchitlán monocromo y Teuchitlán rojo sobre
crema del grupo 2 constituye el grueso del material arqueológico recolectado en las
excavaciones. Como ya se mencionó, se trata en general de ollas de dimensiones
medianas que presentan evidencia de utilización y exposición al fuego.

Este grupo concentra la vajilla de servicio completamente doméstico en la Tradición


y se les encuentra en casi todo tipo de contextos; basureros, rellenos de las
plataformas, sobre los pisos y en menor frecuencia en las tumbas. Además' de las
ollas dentro de este grupo también pueden observarse cajetes de gran tamañpi||por

50 ^
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

el tamaño y las características de estas piezas puede inferirse que se utilizaron en la


preparación de alimentos y seguramente también en el almacenaje a corto plazo de
alimentos sólidos como granos pero en algunos casos también de líquidos.
En cuanto al grupo 4, formado por el Teuchitlán espeso, Teuchitlán tejuinera y
Teuchitlán delgado es el que concentra a las ollas más grandes del repertorio
cerámico. El gran tamaño y atributos de la pasta apuntan a una función de
almacenaje a largo plazo de alimentos sólidos. Esta idea se ve apoyada por el hecho
de que a lo largo de las excavaciones no se localizaron otros medios de almacenaje
como pozos troncocónicos.
Algunos de los tiestos presentan además signos de exposición al fuego; el gran
tamaño de las ollas (se calcula que unas pocas pudieron alcanzar los 80/100 cms. de
altura) sugiere su utilización en la preparación de alimentos para la celebración de
banquetes rituales, tal como puede apreciarse en las maquetas de cerámica de la
época (Von Winning, 1996).
Estos banquetes incluyen no sólo la preparación de diversos tipos de alimento sino
también de bebidas especiales, como el tejuino o tesguino (Weigand, comunicación
personal). Lo anterior constituye un dato importante para la investigación dado que
los banquetes tienen fuertes implicaciones sociales, como se analizará en el capítulo
3 al igual que la distribución de los diversos tipos en las áreas de estudio14.
Además de establecer las funciones de las vasijas, el análisis sirvió para corroborar
una idea que Weigand ya había planteado:

“en la región Teuchitlán-Etzatlán de Jalisco, las lozas Rojo sobre Crema/Blanco cambian
muy gradualmente durante la época entre 200 a.C. y 500 d.C., pero durante este mismo
tiempo los sistemas sociales del área sufrieron cambios revolucionarios: implosión de la
población; evolución de un “área económica clave” incluyendo sistemas de irrigación y
de terrazas muy desarrollados; evolución de zonas habitacionales muy grandes, [ ^ ] ”
(Weigand, 1995:17,18)

Es decir, mientras que la sociedad experimentaba fuertes cambios internos, dichos


cambios no parecen reflejarse en la cerámica local. Dicho de otro modo, los tipos
decorados no funcionan como marcadores cronológicos de las fases propuestas
para la Tradición, al menos dentro de los recintos Guachimontones y Loma Alta.

4
Para tener un panorama general de la totalidad de la muestra analizada hasta el momento y s u f ^
distribución, véase la tabla general incluida al final de este documento.

'f V í
51
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

CAPITULO 2
Análisis espacial

Generalidades sobre la técnica de excavación.

El control y ubicación de los restos arqueológicos de la excavación se hizo con el


método de cuadro y capa por medio de pozos de 2 x 2 metros, divididos en cuatro
cuadros de 1 x 1 metros, a los que se les dio un número del 1 al 4 de norte a sur y de
este a oeste.
También se excavaron pozos de sondeo por niveles métricos y, una vez identificados
los estratos, se continuó la excavación por capas para su localización vertical, dando
así una ubicación tridimensional.
Las etiquetas para el control del material tienen los datos siguientes:
Lugar
Unidad de excavación
Fecha
Cala
Pozo
Cuadro
Descripción
Material que contiene la bolsa
Número de bolsa

Se elaboró un registro completo de las bolsas y de fotografías tomadas en campo;


estos registros se encuentran adjuntos en el apéndice al final de este informe, junto
con todos los dibujos, varias fotografías, el mapa general del conjunto y los dibujos
en detalle de cada estructura explorada, así como los perfiles de los sondeos
realizados.

52
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

DESCRIPCION DE CAPAS

Capa I húmica. Tierra negra, presenta un alto contenido de materia orgánica, y una
gran cantidad de materiales prehispánicos. (La profundidad va de la superficie a los
25 - 30 centímetros.). Indiscutiblemente removida de manera constante por las
actividades agrícolas (arado)

Capa II negra. Tierra negra, semicompacta y arcillosa, presenta gran cantidad de


materiales arqueológicos.

Capa III negra rojiza oscura. Tierra arcillosa, muy compactada, con algunas
impurezas, sobre todo de toba volcánica; esta capa se presenta a partir del nivel 3 y
hasta el 5, siendo éste el límite de los materiales culturales.

Toba amarilla. Esta tierra no se presentó por sí misma como un estrato, pero está
presente en la capa III en forma de impurezas. Consiste en pequeños fragmentos de
caliza y en terrones muy compactos de una arcilla de color amarillo. Estas impurezas
se presentan con más frecuencia después del nivel 4.

EXCAVACION EN EL CONJUNTO HABITACIONAL “ LA JOYITA A ”

Como ya se mencionó anteriormente, el conjunto está formado por 9 estructuras15;


en el mapa elaborado quedaron numeradas de este a oeste. Las estructuras 1 y 2
conforman el espacio denominado Plaza A; la 3, 4 y 5 están dispuesta en un eje E-W
y las estructuras 6, 7, 8 y 9 conforman la Plaza B (mapa 1).
La totalidad del conjunto fue explorada en dos temporadas de excavación; 2003­
2004 y 2004-2005. En la primera temporada se excavaron las plataformas 3, 4, 5, 6,
7, 8 y 9; la 1 y 2 se exploraron en la segunda junto con las patios de las Plazas A y B
y La Joyita B completa.
A continuación se presenta una descripción de las excavaciones llevadas a cabo en
cada estructura. La exploración en estos frentes se basó en una estrategia de

5 A lo largo se este trabajo se utilizan indistantemente los términos estructura, plataforma y edificio
con el fin de evitar una lectura repetitiva. No obstante en todos los casos los términos se refiere^ja los
cimientos de los muros de las casas, única evidencia conservada.

53
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

excavación extensiva que permitió conocer la totalidad de las estructuras así como
algunos de los espacios existentes entre ellas.
Este tipo de excavación es el único que permite una visión completa de los contextos
localizados tanto adentro como fuera de los edificios.

ESTRUCTURA 1
Esta plataforma tiene una forma similar a las de la estructuras 3 y 5, es decir, en
forma de “T” (figuras 12 y 13).
Se pudieron localizar los muros correspondientes a los lados N, W y S, no así el
muro E pero eso puede deberse a que gracias a la pendiente natural del recinto ese
muro no fuera necesario.
La estructura esta construida con piedras que miden en promedio 40 x 50
centímetros. El muro del lado W es doble, posiblemente triple aunque no se conservó
suficiente evidencia.
En su interior se halló un empedrado que posiblemente fue el firme del piso de la
habitación, aunque no se halló ningún resto de dicho piso.
La habitación se encuentra localizada en el extremo E del recinto y junto con la
estructura 2 forma un pequeño patio cuyas características se mencionarán mas
adelante (figura 16).
En cuanto al material recolectado en la excavación16 (Tabla 17) puede observarse
una gran presencia de ollas Teuchitlán así como de vasijas Oconahua. La alta
densidad de material tardío señala una posible reutilización del edificio.

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E s tru c tu ra C apa
1 h ú m ic a 27 9 4 6 1 6 10 18 36 2 11 5 11 38 8 18 83 21 56 1 371
n /c 7 6 4 1 1 5 4 2 3 19 1 2 1 2 5 4 7 25 9 21 12 9
N e a ra 11 9 2 3 2 2 3 15 3 11 22 2 1 1 1 2 16 3 3 37 7 23 1 18 0
R o la 2 3 3 2 1 2 1 8 2 2 16 2 2 43 19 10 8
T o ta l T o ta l 47 27 9 15 4 3 3 26 18 33 4 85 7 16 1 7 15 75 17 30 188 3 7 119 2 788

Tabla 17 Conteo de material cerámico en la estructura 1

6 La descripción del material cerámico se presenta en el capítulo 2; el análisis de las área ^ de


actividad se describe mas adelante. (í* <

'M.
54
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlan

Figura 12

55
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Figura 13 Vista w-e de la estructura 1

ESTRUCTURA 2

Este edificio posee una forma cuadrangular al igual que las estructuras 6 y 7. Las
piedras que lo conforman tienen en promedio 60 x 40 centímetros y unos 50 de alto.
Fueron hallados los muros de los lados N, W y E pero no el del S (figuras 14 y 15).

En el transcurso de la exploración resultó evidente que tanto la estructura 1 como la


2 están colocadas sobre una terraza que bordea ambas estructuras. Los restos de
dicha terraza fueron hallados durante la excavación de la plataforma 2 y consisten en
una sola hilada de piedras muy grandes, de hasta 60 centímetros de altura.

El muro parte de la esquina SW y continúa en línea recta hacia la plataforma 2


cerrando también en la esquina SW (figura 16).

Otra de las actividades realizadas en este sector consistió en hacer una cala de
exploración en la ladera E del minivalle.
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56
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Se asumió que en esta ladera podían aparecer restos del muro que parece rodear a
todo el conjunto, y se pensó también en la posibilidad de hallar un sistema de
terrazas o una escalinata que sirviera de acceso al círculo 4, distante menos de 30
metros.

Se procedió a hacer la cala, usando cuadros de 2 metros de lado; sin embargo no se


encontró ninguno de los elementos esperados, ni siquiera apareció material
arqueológico y además de eso se pudo comprobar que la capa II
(arqueológicamente estéril) aparece desde esta ladera.
La exploración del muro que rodea al conjunto se dio por finalizada en este sector.
Para conocer su longitud total se requerirían pozos de prueba en a lo largo de los
lados E y S.

Además de las excavaciones realizadas se hicieron dos transectos que atravesaron


el espacio ubicado al N de la E1 y al E de la 2, es decir, el patio propiamente dicho.
Estos transectos tenían por objetivo definir si existía algún vestigio entre ambas
estructuras y así fue.

En el centro aproximado de dicho espacio se encontró un gran fogón que mide 2.80
por 1.70 metros formado por muchas piedras pequeñas que muestran señales de
exposición al fuego.

Alrededor de este fogón fueron encontrados 4 elementos formados por piezas


cerámicas rotas y colocadas sobre gruesas capas de carbón.
Se pensó al principio que se trataba de ofrendas pero después de verificar la
frecuencia con que aparecían se concluyó que no se trata de ofrendas sino de
pequeños fogones que en conjunto forman un área de actividad, muy probablemente
relacionada con la preparación de alimentos.

La razón para pensar eso consiste en que los tiestos presentan rasgos de exposición
al fuego y están acomodados de manera que forman pequeños fogones, supliendo a
las piedras que normalmente los conforman.

57
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Los materiales de esta estructura son mayoritariamente ollas de cocina tanto


bicromas como monocromas, con una presencia importante de material Oconahua y
Ahualulco (tabla 18).

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E s tru c tu ra C apa i2 i2
2 h ú m ic a 23 24 5 2 12 10 19 2 32 9 28 3 15 76 16 48 1 325
N e g ra 51 36 12 9 1 7 31 27 29 3 13 28 3 6 7 79 11 26 212 52 198 841
n e a ro /c a fé 13 6 10 1 1 13 3 1 1 20 1 29 10 25 13 4
R o ja 5 6 1 3 9 2 1 12 13 2 6 21 8 11 10 0
h ú m ic a 9 2 3 2 1 3 6 11 1 10 27 3 15 1 94
R o la 1 1 1 3
T o ta l 92 81 14 24 3 9 50 62 54 3 20 73 3 6 23 151 18 57 365 90 297 2 1497

Tabla 18 Contee de material cerámico en la estructura 2

Figura 14 Vista w-e de la estructura 2

58
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlan

Figura 15

59
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlan

Figura 16

60
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

ESTRUCTURA 3

Esta plataforma tiene una planta rectangular; fue reticulada de la manera ya descrita
quedando de 14 metros de lado dando así 49 pozos de 2 x 2 metros de lado y
subdivididos de la forma ya descrita.
La retícula está numerada de N - S y W - E. Se observó poco material en superficie,
la gran mayoría es de filiación temprana. La exploración del edificio reveló que su
forma en planta es más compleja de lo que aparentaba en superficie. La forma en
general es rectangular pero cuenta con una especie de contrafuertes en sus lados E
y W y un pequeño espacio cuadrangular anexado en su lado S, dando una forma de
“T” (figuras 17 y 18). De esta manera, puede decirse que la plataforma tuvo al menos
dos momentos de construcción con una posible ampliación.

El hallazgo más interesante en esta excavación fue el de una olla que apareció en el
pozo 46. Dicha olla aparenta estar completa y parece ser del tipo Teuchitlán rojo
sobre crema. Se encontró colocada sobre una capa de carbón y su disposición
asemeja a aquella de las ofrendas localizadas en el círculo 6 (Cach, 2003).
Sin embargo su contexto es diferente, ya que mientras aquellas estaban asociadas a
tumbas, ésta más bien parece ser una ofrenda dedicatoria al edificio en si. Este tipo
de ofrendas han sido halladas también en varias de las plataformas de los círculos
del recinto principal.

Algunos otros datos que llaman la atención son la relativa concentración de puntas
de proyectil asociadas al muro sur; se recuperaron 4 de ellas en 2 pozos. Se registró
también la presencia de fragmentos de figurillas del estilo Ameca - Etzatlán; la
importancia de esta información consiste en demostrar que la idea generalizada de
que estas figurillas reducen sus contextos a tumbas y a ritos funerarios es
equivocada (Weigand, comunicación personal).
Ahora se tiene evidencia del uso de esas figuras en espacios y contextos
domésticos, ya que aparecieron además en basureros.

Aparte de estos datos, pudo comprobarse también que la construcción fue saqueada
hace algún tiempo; se detectó un agujero en el centro del edificio y quizá dos más;
uno en el extremo sur de la plataforma y otro en el lado este, siendo este^ú^ mo

2 ^
61
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

interesante porque en ese extremo se recuperaron fragmentos de hueso humano,


algunos de cráneo y algunos más de huesos largos, 4 molares y lo que al parecer es
una tibia.
Debido a las alteraciones en este sector no es claro el contexto de estos materiales;
pueden ser los restos del saqueo o bien, que hayan sido colocados en ese lugar
simplemente como parte del relleno, situación registrada en algunas plataformas de
los círculos 1 y 2.
No hubo ningún material en particular asociado a esos huesos (ni ofrenda o algún
otro elemento) y además se encuentran en pésimo estado de conservación.

Se practicó una cala de exploración que dividió al edificio en dos partes; su objetivo
fue el de establecer el sistema constructivo del basamento, el cual fue igual que en el
resto de las plataformas: se niveló el suelo, se construyó el muro perimetral del
basamento y se rellenó el interior con una capa de arcilla roja muy pura seguida de
una capa de piedras de tamaño irregular.
Sobre esta capa de piedra es donde alguna vez estuvo el firme y el piso de la casa,
que no se conservan en la actualidad.

Figura 17 Vista s-n de la estructura 3

62
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlan

Figura 18

63
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

ESTRUCTURA 4

La retícula para este edificio se trazó de 10 metros de lado, formando 25 pozos de 2


x 2 metros subdivididos en 4 cuadros de 1 metro de lado y numerados respecto N-S
y W-E.
La numeración se hizo del 1 al 25 siguiendo la misma orientación que en la
estructura 3.

La construcción tiene 6.9 metros de diámetro y se conservó (en partes) sólo una
hilada del edificio.
La exploración permitió observar que la plataforma cuenta con dos espacios o
cuartos internos bien definidos, el primero de ellos ubicado en el lado W y que tiene
planta circular; el segundo se construyó en el extremo E y tiene forma rectangular,
con un acceso por el lado S (figuras 19 y 22).

Se excavaron los interiores de estos espacios internos con la idea de localizar


tumbas u ofrendas; sin embargo no fue así y de hecho los pozos no aportaron más
datos aparte de los constructivos. En dicha exploración se halló una punta de
proyectil y un fragmento (brazo) de una figura estilo Ameca - Etzatlán, sin embargo,
no ha podido identificarse algún otro contexto específico en la excavación de ese
pozo que no sea el de relleno.
Se recolectaron varias muestras de tierra que posteriormente serán analizadas para
comprobar o desechar una de las hipótesis de uso del edificio como granero.

Se hizo un sondeo en el lado S que llegó a los 2.5 metros de profundidad, este
sondeo demostró que la capa que contiene material arqueológico sólo llega unos
cuantos centímetros más abajo del arranque del muro.

Sin embargo, se pudo comprobar que la construcción tuvo al menos dos etapas; en
la primera se construyó el pequeño círculo que ahora aparece adentro de la
estructura y en la segunda se edificó el círculo mayor aprovechando parte de la
circunferencia del primero; el pequeño cuarto rectangular puede pertenecer a este
segundo momento constructivo o bien, a un tercero.

64
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Entre los materiales recuperados pueden mencionarse fragmentos de figurillas


Ameca - Etzatlán, ubicados en los pozos 15 y 23 y a juzgar por la proporción de los
fragmentos se trató de figurillas considerablemente mas grandes que las normales,
tal vez de mas de medio metro de altura. Se recolectaron micro fragmentos de un
material que pudiera ser turquesa, dato que permanece aún sin confirmar; dichos
fragmentos fueron recuperados en la parte exterior E del edificio.

Una vez terminada la exploración del interior de la plataforma, la retícula se amplió


hasta el pozo 45; a través de los pozos 28, 33, 38 y 43 se excavó una cala de
sondeo - aproximación usando sólo la mitad oeste de los pozos (es decir, los
cuadros 1 y 3).
En la esquina noreste del pozo 28 aparecieron fragmentos de cráneo humano, muy
pequeños y sin asociación aparente a algún otro elemento concreto.
Estos restos fueron removidos por un saqueo que se confirmó al encontrar basura
moderna (corcholatas y restos de cigarros) a no más de 20 centímetros por encima
del nivel de los huesos.
Aparte de esos restos óseos, la trinchera no aportó ningún otro dato o material
importante, salvo el hecho de corroborar que las capas arqueológicas sólo llegan a
los primeros centímetros del nivel 5.

Figura 19 Vista w-e de la estructura 4

65
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

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2 MTS,
ESTRUCTURA 4, LA JOYITA 'A'
PROYECTO ARQUEOLOGICO
TEUCHITLAN
mRECTDRí DR. PHIL C, WEIGSND

RESPnNSABLEi AROLGO JORGE HERREJON VILLICAHA


ÍIB U JO EN AUTOCAD. AROLGO JORGE HERREJON
VILLICAHA
ABRIL BOOS

Figura 22

66
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

ESTRUCTURA 5

La estructura 5 fue reticulada de la misma manera que las anteriores, pero en este
caso la retícula quedo con 8 por 12 metros de lado, con los pozos subdivididos de la
manera ya descrita.

La exploración de esta estructura reveló que su forma en planta es similar a la de la


estructura 3; es decir en forma de “ T “ (figuras 23 y 24). Un rasgo interesante
hallado en excavación es la capa de bajareque ubicada a todo lo largo de los pozos
del lado W de la retícula. Dicha capa mide aproximadamente 7 centímetros de
ancho y abarca una superficie de 8 metros cuadrados.
Se trata de un muro colapsado que se preservó en su totalidad gracias al fuego al
que fue sometido. La altura aproximada de este muro se calcula entre 1 y 2 metros;
lamentablemente fue el único muro preservado de este edificio; ya que en sus otros
lados no se observó una presencia marcada de bajareque.

Se realizó un sondeo en la parte central de la construcción; las capas observadas


son las mismas que se detectaron en los demás edificios (ver descripción de capas)
pero la diferencia consistió en la presencia de material arqueológico más allá del
nivel 3, lo que hace suponer que la estructura
que se observa actualmente es en realidad
una segunda etapa constructiva. Dado que el
cultivo actual del agave ha destruido
innumerables vestigios habitacionales se le dio
prioridad a la conservación de esta estructura;
por lo tanto no se exploró la primera etapa
constructiva.

Figura 23 Vista s-n de la estructura 5

67
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

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ESTRUCTURA 5 LA JDYITA 'A'
PRDYECTD ARQUEDLDGICD TEUCHITLAN|
DIRECTDR< DR. PHIL C. WEIGAND

RESPGNSABLEi ARQLGD JGRGE HERREJGN V IL L IC A R A


DIBUJO EN AUTGCAD> ARQLGD JORGE HERREJON V IL L IC A R A

Figura 24

68
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

ESTRUCTURA 6

Esta construcción fue cubierta en años recientes con una gran cantidad de piedra
extraída del campo de cultivo, por lo que su exploración supuso una cierta dificultad
al tener que descartar primero esa capa contemporánea.
La retícula trazada en esta estructura abarca también el patio que se ubica hacia el
W de la misma, así como las estructuras 7, 8 y 9 que fueron excavadas cuando
finalizó la investigación en el edificio 6.

La forma en planta de este edificio no es exactamente cuadrangular, sino que cuenta


con muros escalonados en sus lados norte y este (figura 26). El muro sur se
encontró en mal estado de conservación y por tanto no fue posible determinar si
tenía o no un ala17.

En el muro oeste se encontró una banqueta que corre a todo lo largo del muro, y en
esta misma sección se recuperó una gran cantidad de bajareque.
Un rasgo particular en esta plataforma es el material con el cual fue construida; se
trata de piedras trabajadas de grandes dimensiones (algunas tienen mas de medio
metro de altura) y muy pesadas también (figura 25).

Casi en el centro de la estructura se excavó un sondeo con la finalidad de conocer la


técnica constructiva. Dicha técnica consiste en un relleno de arcilla muy compactada
de color rojizo oscuro ubicada debajo de una capa de piedras muy grandes que
posiblemente sirvió de base o firme para los pisos de la habitación se detectó acceso
alguno al interior de la plataforma, ni elementos adicionales como postes. En cuanto
a los materiales, se encontraron los mismos tipos que en las plataformas anteriores,
todo es de filiación temprana y no se encontraron materiales tardíos en esta
estructura.

Estas “alas” constructivas se han encontrado también en varias plataformas de los círculos
ceremoniales. Weigand ha sugerido que en varios casos se trata de elementos arquitectónicos de
refuerzo para los muros laterales. No obstante, su aparición en unidades habitacionales (muy
pequeñas como para requerir tales elementos de refuerzo) hace suponer que más bien se i^ |Jntó
copiar el estilo arquitectónico de las plataformas ceremoniales en las casas.

69
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Figura 25 Esquina nw estructura 6

70
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlan

Figura 26

71
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

PLAZA B

Desde antes de comenzar los trabajos de exploración en La Joyita se había


observado ya que las plataformas 6, 7, 8 y 9 se encontraban ubicadas unas con
otras de manera tal que formaban una pequeña plaza (figura 33). Dicha plaza se
encuentra localizada hacia el extremo W del conjunto en general y tanto las
construcciones que la forman como la técnica y materiales usados para edificarlas
son muy diferentes de aquellas utilizadas en el resto de las estructuras.
Cerca de la esquina SW del edificio 6 se excavó un pozo de sondeo de dos por
cuatro metros de lado y que llegó a los dos metros y medio de profundidad. Este
sondeo forma parte de una cala de aproximación excavada con la finalidad de
conocer el o los posibles muros de contención que formaran el contorno de la
mencionada plaza.
Se detectaron restos de una de estas posibles contenciones pero se encontraron en
muy mal estado de conservación por lo cual únicamente puede inferirse que si existió
el muro pero se encuentra ahora completamente destruido.

En el sondeo ya referido se observó material arqueológico hasta los 2.3 metros de


profundidad, siendo éste el depósito arqueológico mas profundo del conjunto.
Adicionalmente se excavó otro sondeo en lo que se calculó como el centro de la
pequeña plaza, pero a diferencia del anterior, en éste sólo se encontraron materiales
hasta los noventa centímetros de profundidad; en cambio, se hallaron los restos de
un altar central en la plaza, aunque sólo se conservó el muro W y parte del relleno de
piedra.
La información conjunta de ambos pozos reveló que la plaza fue construida
aprovechando una pequeña elevación natural del terreno, sobre y alrededor de la
cual se colocó un relleno de tierra y piedras ordenadamente acomodados en varias
capas.
Alrededor de este relleno se construyó un muro de construcción con rocas de gran
tamaño, muro que, como ya se mencionó, se encontró ya destruido.

Otro aspecto interesante es que esta plaza fue reutilizada durante el periodo
Epiclásico, durante el cual le fue añadida una capa de piedras pequeñas, quizá con
la intención de construir un firme para algún piso.

72
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

ESTRUCTURA 7

Esta construcción es la que limita la plaza por su lado sur. Su planta y técnica
constructiva son similares a las de la plataforma 6 pero su tamaño es un poco más
reducido. Cuenta con el mismo tipo de muros escalonados y también se le excavó un
sondeo en el interior.
El interior del edificio estaba muy dañado gracias a las raíces de un par de árboles
grandes que crecieron en el. Se optó por no cortar dichos árboles de modo que no
se exploró el interior al 100 %.
Esta plataforma y la 6 forman un solo tipo de unidad habitacional, distinguible de las
demás por su arquitectura más que por los materiales hallados en ella (con
excepción de una cuenta de collar) ya que ésta también cuenta con alas
constructivas (figuras 27 y 28).

Figura 27 Vista n-s estructura 7

73
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

74
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

ESTRUCTURA 8

Esta construcción es mas bien una terraza que una plataforma. Se encuentra
ubicada al W de la plaza y a una altura de un metro y medio (aprox.) sobre el nivel
del suelo de la plaza.

En este sector y en el N de la plaza se encuentra ya la colina que limita el espacio


ocupado por todo el conjunto residencial en general. Esta elevación fue aprovechada
para construir las estructuras 8 y 9 mediante el levantamiento de unos muros de
contención y un relleno, formando así las terrazas.

En el caso de la terraza 8, solo fueron necesarios dos muros (el E y el S) para


conseguir el espacio plano que deseaban en ese lugar.
El muro E en particular es excepcional debido a su altura conservada (1.20 metros.)
y a que posee una banqueta a todo lo largo (figuras 29 y 30).
El hallazgo más importante asociado a esta estructura fueron unos fragmentos muy
grandes de una figurilla antropomorfa de tamaño natural.
Entre los tiestos encontrados están los dos hombros de la figura, varios fragmentos
de los brazos y piernas y algunos del pecho y la espalda.

Lamentablemente no se localizaron piezas de las manos, pies ni cabeza, piezas que


hubieran servido no solo para la reconstrucción sino para conocer el tipo o variante
exacta de la pieza.
La importancia del hallazgo radica en saber que entonces estas figuras no estuvieron
limitadas a usarse en contextos funerarios sino también en rituales y ceremonias
domésticas, como en este caso.
Adicionalmente, durante un recorrido de superficie previo a la excavación, Weigand
localizó a unos pocos metros al N una escultura de piedra de unos 45 cms. de largo
por unos 25 cms. de altura (Figuras 41 y 42). La figura representada parece ser un
cascabel de serpiente aunque Weigand ha señalado su semejanza con algunas de
las figurillas “encamadas” estudiadas por Von Winning (1996) que representan
personas enfermas o difuntas.

75
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Figura 29 Muros e de la estructura 8

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Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlan

Figura 30

77
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

ESTRUCTURA 9

Esta plataforma es la que se encuentra a mayor altura en relación con la plaza y las
demás estructuras (2.5 metros. aprox.) y se construyó como parte del lado norte de
la plaza, edificada sobre la colina natural.

Para poder acceder a ella se construyó también una escalinata que fue encontrada
gracias a una cala de aproximación trazada en dirección a la estructura (figura 31).
Dicha escalinata cuenta con al menos tres escalones elaborados con piedras
careadas de tamaño considerable (algunas de hasta 80 centímetros. de largo) pero
posiblemente hubo 2 o 3 más.
El peralte de cada escalón es en promedio de unos 35 centímetros y la huella varía
entre los 50 y 70 centímetros.
Podría decirse entonces que se trata de una escalinata hecha con descansos o
pequeñas terrazas más que con escalones homogéneos.

La estructura 9 es parecida a la 8, es decir, más que un edificio propiamente dicho es


mas bien una terraza construida aprovechando los accidentes topográficos del
terreno.
Los muros que sirvieron para nivelar la terraza son 3; el S, que es el mas largo (8
metros. aprox.) y el E y W, ambos muy cortos (menos de 3 metros.) y construidos
todos con piedras grandes y careadas (figura 32).

El sondeo excavado en su interior permitió observar que las capas culturales no son
profundas, van desde la superficie hasta los 60 centímetros.
Los materiales recuperados aquí son iguales a los de las demás estructuras, con la
salvedad de una figurilla casi completa que recuerda en su forma a la de las figurillas
utilizadas en las “maquetas” prehispánicas.
Aparte de este artefacto no se detectó material diferente.

78
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Figura 31 Escalinata y muro s de la estructura 9

79
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

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PLAZA GESTE, ESTRUCTURA 9 LA JGYITA '


PRDYECTG ARQUEGLGGICG TEUCHITLAN 0
DIRCCTDRi DR. PHIL C. VEIGAND

RESPONSABLE' AROLGO JORGE HERREJON VILLICARA


DIBUJO EN AUTOCAD' ARQLGO JORGE HERREJON VILLICAITS'

Figura 32

80
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlan

Figura 33

81
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

MURO PERIMETRAL

El otro frente trabajado fue el de un muro de contención que rodea a todo el


conjunto. No se liberó por completo, sólo se siguió con 40 centímetros de
excavación. La función de este muro es un tanto enigmática dado que no parece
haber funcionado como contención porque tiene sólo una hilada y no se encontró
relleno por detrás de el, aparte del ya mencionado hecho de que rodea a todo el
conjunto, por lo que debe de medir entre 200 y 300 metros en su totalidad.
Una posibilidad es que haya funcionado para construir una especie de terraza que
sirviera de pasillo o incluso para hacer algunos jardines (Weigand, comunicación
personal).

TRANSECTO E-W Y N-S

Se trazó una gran cala siguiendo una orientación N-S y otra perpendicular E-W
partiendo del espacio comprendido entre las estructuras 3 y 4.
La excavación del sector N-S no aportó datos de mayor interés; por su parte el E - W
se exploró con la finalidad de encontrar áreas de actividad asociadas a las
habitaciones.

La cala midió cerca de 40 metros de largo pero la investigación se hizo cada 6


metros.
En el sector W, la excavación se amplió debido a que un informante comunicó la
existencia de una supuesta tumba de tiro saqueada varios años atrás.
Sin embargo, a pesar de que se abrieron cerca de 30 metros cuadrados a una
profundidad aproximada de 1.5 metros, no se pudo hallar ningún indicio de dicha
tumba.
De manera adicional, puede decirse que tampoco se hallaron restos de actividad
alguna en ese espacio, a excepción de cierta cantidad de materiales dispersos.
En el último pozo del extremo W se localizó un túmulo de piedras grandes que
estaban colocadas en una capa de tierra muy oscura, posiblemente constituida de
varios elementos orgánicos. Además, dicho túmulo tenía asociada una gran cantidad
de materiales pertenecientes al periodo Epiclásico.

82
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Entre las piedras no se observó alineamiento alguno, sin embargo, de la presencia


de la capa oscura de tierra y de los materiales tardíos puede suponerse que en algún
momento debió existir una pequeña habitación epiclásica, destruida seguramente
por la labores agrícolas llevadas a cabo en ese terreno desde hace ya varios años.
En el otro sector de la cala (el E) no se observó tampoco ningún rastro de áreas de
actividad, sólo se recuperaron algunos fragmentos dispersos tanto de lítica como de
cerámica.
Con la excavación de este transecto, se dio por concluido el trabajo en La Joyita A18.

Dos hechos relacionados entre sí entorpecieron la investigación: primero, el robo de 4 piezas


extraídas de la tumba 2: un cajete, un cajete miniatura, un plato de tamaño similar a los encontrados
en contexto y una piedra trabajada en forma de disco. Las piezas pudieron ser recuperadas así como
la información acerca de su posición aproximada dentro de la tumba:
El cajete miniatura se encontraba boca abajo y dentro del cajete más grande. El plato estaba boca
abajo y colocado sobre el disco de piedra, a manera de tapadera. De este modo pudo deducirse que
había dos grupos de ofrenda dentro de la tumba, siendo entonces de organización espacial similar a
la de las tumbas excavadas en el círculo 6.
El otro suceso fue un saqueo sufrido en la misma tumba. Alguien abrió un agujero en el perfil oeste
del pozo de la tumba; dicho agujero mide aproximadamente 90 centímetros de altura y tiene entre 80
y 120 centímetros de profundidad. Se desconoce si los saqueadores lograron encontrar algo. Este
saqueo fue denunciado tanto en el Ministerio Público del municipio de Tala como en el Centro INAH
Jalisco; si bien el MP se presentó a realizar indagaciones hasta la fecha no se han obtenido
resultados. ni f

83
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

AREAS DE ACTIVIDAD EN LA JOYITA A

Este apartado describe las áreas de actividad siguiendo la metodología de Linda


Manzanilla (1986) y de Kent Flannery y Marcus Winter (1976).
El estudio consta de dos etapas:
1. - Definir áreas de actividad por unidad y por sectores
2. - Establecer una tipología jerárquica de los asentamientos habitacionales
Áreas de actividad
Los tipos de áreas de actividad analizados en La Joyita A y La Joyita B se dividen en
4 grandes categorías (según Manzanilla 1986):

1. - Producción
a) aprovisionamiento de materias primas.
b) preparación.
2. - Uso o consumo
a) subsistencia familiar
b) circulación e intercambio
c) esfera política
d) esfera ideológica
3. - Almacenamiento
4. - Evacuación

En la identificación de estas áreas se usó la metodología empleada por Ramos de la


Vega y Ramírez (1992) en donde se separan los espacios descubiertos de los
techados y se utiliza la frecuencia de los materiales arqueológicos para establecer
las funciones de los espacios.

EXTERIOR DE LA UNIDAD19

A) Abastecimiento de agua. Existen varias fuentes de agua potable cercanas al sitio.


La más accesible se localiza a unos 100 metros al SE de la unidad. Se trata de un

Este apartado aplica para todas las unidades contempladas en este estudio.

84
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

manantial llamado El Rincón, que alimenta a uno de tres ríos que desemboca en la
actual presa de La Vega. Este manantial es perenne, solo reduce su caudal en las
estaciones de secas. En la época del contacto español, la zona era pantanosa y
mantenía ricas comunidades bióticas de juncos, pájaros, reptiles, anfibios, peces e
insectos (Phil Weigand 1993).

B) Área de cultivo. A pesar de no haber terrazas artificiales, los campos ubicados


justo al S y W forman una pequeña planicie que por las características que presenta
su suelo son aptas para el cultivo. En la zona en general existen “lomas con suelos
cenizos y menos fértiles, pero tiene mejor desagüe y los cultivos sembrados en estas C om entario [C O LM IC H 1]: lovolví
corregir!
son menos susceptibles de pudrirse” (Weigand, 1993).

El clima de la región es semiseco con estaciones de invierno y primavera secos, y


semicálido sin estación invernal bien definida. La temperatura media anual es de 21°
C, con una máxima de 29.7° C y mínima de 13° C. Tiene una precipitación media
anual de 1,008.5 milímetros con régimen de lluvia en los meses de julio a septiembre
(Gobierno del Estado de Jalisco, 1988).

Estas características climáticas le proporcionan a la región un potencial agrícola


importante. Entre las especies que actualmente se siembran esta el maíz (zea
mays), caña de azúcar (saccharum officinarum), sorgo (sorghum vulgare), maguey
tequilero (agave weber) y frijol (phaseolus vulgaris) (Gobierno del Estado de Jalisco,
1988).

C) Extracción de materias primas.

Piedra: Debido a las actividades del volcán de Tequila, existe en el área una gran
cantidad de depósitos, principalmente de lava y jal consolidada, basalto, y obsidiana.
Estos afloramientos naturales se encuentran al N del sitio. Se observó que la
mayoría de la piedra usada en la manufactura de herramientas y en la construcción
de edificios fue fabricada de estos materiales.

Obsidiana: Este fue uno de los elementos más importantes para el desarrollo
cultural en la región y se extrajo de varias fuentes. Los principales yacimientos son
La Mora, San Juan de los Arcos y La Joya.

85
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Madera: Durante la excavación, no se recuperaron materiales de madera, esto se


debe a que el entorno no favorece la conservación de estos materiales. Existió
evidencia de su uso como elemento arquitectónico en la enorme cantidad
recuperada de bajareque, en donde se aprecia con claridad la impresión de los
otates utilizados en el muro. Otra evidencia del uso de la madera son los estudios
palinológicos de Glenn Stuart realizados en las zonas bajas de la región, en donde
domina el pino y los pastos (Glenn Stuart, 2002). Aún hoy en día prevalece el pino
(aunque en número reducido) en las zonas altas del Volcán de Tequila y algunas
otras especies como el guamúchil, la guásima, el copal, la higuera, encino, roble,
“enciníNo” y mezquite, materiales que sirven tanto para la construcción (roble,
mezquite y pino) como para combustible.

Arcillas: En la construcción de los edificios se usó arcilla proveniente de la ribera de


la presa de La Vega, que antiguamente era un cuerpo de agua natural (Phil
Weigand, comunicación personal). Sin embargo no se han podido registrar bancos
de arcilla para la elaboración de cerámica.

Caza: Actualmente hay en la zona animales como el venado, armadillo, tejón,


coyote, gato montés, paloma, varios tipos de serpientes, conejo, liebre, perdiz,
ardillas, mapache, y patos, entre otros. Debido al crecimiento demográfico y a la
sobreexplotación de los recursos, algunos de los animales mencionados ya no
existen en el área, o su número es reducido.

INTERIOR DE LA UNIDAD

1.- Áreas descubiertas

A) Producción

Fogón 1 plaza A

En el patio formado por las estructuras 1 y 2 se localizó un fogón de


aproximadamente 2.80 por 1.70 metros y de 50 cms. de profundidad (figuras 34 a
37).Estaba relleno de pequeñas piedras que presentaban huellas de una severa
exposición al fuego. Las paredes de tierra de la cavidad estaban endurecidas debido
a la temperatura alcanzada en su interior. No existió ceniza, si bien se recuper|fon

86 l« « .
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

excelentes trozos de carbón. Aparte de algunos tiestos dispersos y el relleno de


piedra no se recuperó ningún otro tipo de evidencia. Los tiestos pertenecen al grupo
cerámico Teuchitlán pero tanto la erosión como su prolongada exposición al fuego no
permiten ubicarlos en un subtipo específico. Alrededor de este fogón se localizaron 4
elementos adicionales formados por vasijas quebradas. Los primeros 2 se ubicaron a
unos 2 metros del fogón; el primero hacia el S y el segundo hacia el SE; ambos
consisten en piezas del tipo Ahualulco rojo sobre crema.

Los otros 2 estaban en el lado W y consistieron en una mitad de olla del tipo
Teuchitlán monocromo y una olla casi completa Ahualulco Bícromo con el cuello muy
cerrado. Por los tiestos contenidos en él, puede inferirse que la función de este fogón
fue principalmente la de preparación de alimentos, función que se ve apoyada por
los 2 elementos ubicados cerca de él.

Figuras 34 y 35 Fogón 1, primeros dos niveles de excavación

Figuras 36 y 37 Fogón 1, últimos dos niveles de excavación

87
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Fogón 2

Este segundo fogón se localizó en el espacio abierto comprendido entre las


estructuras 2 y 3. Sus dimensiones son algo mayores que las del primero; cerca de
2.40 por 2.70 metros y poco más de 70 centímetros de profundidad (figura38a). El
relleno también era semejante ya que consistió de piedras pequeñas quemadas y
tepalcates dispersos. Por su morfología, es posible darle el calificativo de “horno” a
este fogón. En el extremo E de la boca se localizó un pequeño agujero que resultó
ser un respiradero; no se pudo localizar la entrada de este respiradero en el interior
del horno debido a que éste fue reparado por lo menos en 4 ocasiones y durante una
de las ellas se tapó dicha entrada.

Las reparaciones fueron inferidas gracias a que el “piso” del horno de cada una de
ellas adquirió una extrema dureza debida a la temperatura. En el extremo N del
fondo se practicó un pequeño pozo de sondeo que evidenció la primera utilización
(figura 38b).

Las funciones que pueden ser atribuidas a este elemento son 2, la primera es la de
preparación de alimento. Aunque no se recuperaron fragmentos óseos animales u
otros indicios semejantes, los tiestos hallados dentro pertenecen al grupo Teuchitlán,
es decir, ollas para preparación de alimento.

El gran tamaño de la cavidad pudo haber albergado una gran cantidad de ollas para
la preparación de un banquete; asimismo, sus características son muy semejantes a
las de los hornos de tierra que aún se utilizan en ciertas partes de Jalisco y en el
centro de México para la preparación de la barbacoa.

La segunda función es la de cocción de cerámica. El grosor, la dureza y la calidad de


las paredes del horno hacen suponer que podía alcanzar muy altas temperaturas.
Sería necesario realizar experimentos con el fin de determinar la temperatura
máxima alcanzable dentro de él pero es posible que pudiera funcionar para las
piezas Oconahua, vasijas que requieren atmósferas de cocción bien controladas
(recuérdese el respiradero) además de altas temperaturas.

88
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Figura 38a Fogón 2 u “horno”, segundo nivel de excavación

Figura 38b Fogón 2 plaza A

89
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

B) Esfera ideológica

Entierro 2 plaza A

A escasos dos metros del muro sur de la estructura 2, se encontró un metate


completo de grandes dimensiones que estaba colocado en posición vertical (figura
39). Al continuar la excavación en este sector pudo determinarse que el metate
estaba formando parte de una ofrenda dedicada a un entierro, denominado entierro
2.
La ofrenda asociada a dicho entierro consta de 3 elementos: el primero de ellos es el
mencionado metate (ápodo) de tamaño y peso considerables que se encontraba
colocado en posición vertical con su lado superior en dirección al W y el extremo
distal hacia abajo. No se encontró la mano de este metate.

A unos pocos centímetros al NW de este primer elemento se hallaba un cajete de


aproximadamente 20 cms de diámetro y 10 cms de altura, del tipo Ahualulco rojo
sobre crema. No tiene soportes y la decoración no era muy clara debido a la erosión.

El tercer elemento se hallaba exactamente debajo del metate y se trata de una


delgada piedra laja de forma irregular. Cuando fue colocada originalmente (en
posición horizontal) era una sola piedra pero debido al peso del metate se fracturó en
3 piezas.

Asociados a estos rasgos, se encontraron un cráneo y un hueso largo. Debido a la


alta acidez de los suelos en esta región la conservación de los restos óseos es
pésima por lo cual resultó casi imposible excavarlos adecuadamente, de manera que
se excavaron y se retiraron en bloque.

Los restos pertenecen a un infante de muy corta edad, quizá menos de un año de
vida, esto a juzgar por el tamaño del cráneo y de hueso largo, quizá parte de una
pierna. Es posible que se trate de una niña, pero el único indicio que se tiene sobre
el género es el metate.

90
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Figura 39 Tumba 2, metate colocado verticalmente sobre la laja

Figura 40 Tumba 2, vasija localizada junto a los restos óseos y laja sobre la cual se encontraba el
metate

91
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

C) Zona de evacuación

Basureros en transecto N - S

Dos grandes áreas de evacuación fueron detectadas. La primera de ellas en el


sector norte del transecto N-S. Este basurero mide 80 x 110 cms. y cerca de 50 cms.
de profundidad. La cantidad de materiales colectados aquí fue muy grande, así como
su diversidad; sobresalen de manera especial 7 fragmentos de figurillas y un
pequeño plato partido en dos fragmentos.

Lo más seguro es que este basurero haya estado asociado a las estructuras 3 y 4.
La segunda zona de evacuación se localizó sobre el mismo transecto pero en el
sector sur. Es de dimensiones semejantes y aquí también se recuperó una gran
cantidad de materiales líticos y cerámicos. No se han llevado a cabo los análisis de
las muestras de tierra recolectadas de modo que no se sabe por el momento que
otro tipo de desechos eran depositados aquí.
Además de estos dos basureros, sobresale la gran densidad de materiales que se
presenta en los alrededores inmediatos de las estructuras, señal de que también ahí
se vertían desechos. Quizá estas concentraciones representen basureros
temporales, es decir, que cada pocos días eran limpiados y su contenido trasladado
a basureros mas grandes.

2.- Áreas techadas

A) Producción

No es mucho lo que puede decirse en este apartado. Las actividades productivas


dentro de los espacios domésticos no son del todo claras debido al mal estado de
conservación de pisos y otros contextos. Lo que puede decirse es que la producción
dentro de estos espacios se restringía a las actividades cotidianas de subsistencia,
es decir, cocinar, fabricar herramientas de obsidiana para uso interno y quizá la
producción de algunas figurillas y de tipos cerámicos utilitarios como el grupo
Teuchitlán.Lo que no se registró es una producción de tipo corporativo, es decir, una
actividad que compartieran varios miembros del conjunto doméstico y cuyos
productos sirvieran para las redes de intercambio internas.

92
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

B) Esfera ideológica

Entierro 1 estructura 4

El hallazgo de una tumba en el exterior N del altar del círculo 6 sirvió como guía en la
exploración de esta estructura dado que se encontró una laja que formaba parte de
una tumba; se encontraba colocada en posición vertical y dividía en dos mitades el
interior de la misma. (Cach, 2003).
En el exterior del muro de la estructura 4 se localizó una laja de las mismas
dimensiones y en la misma posición que la de la tumba del círculo 6, por lo tanto se
decidió ampliar la excavación en ese sector con el fin de determinar si existía o no
algún vestigio funerario.

Después de retirar la laja se quitaron también las piedras que formaban el muro,
después se comenzó la excavación y a los 45 - 50 centímetros de profundidad se
encontró lo que quedó nombrado como elemento 1 de la tumba; un cajete trípode
miniatura en perfecto estado que estaba colocado detrás de la laja y a no más de 5
centímetros de su base.
Siguiendo con la excavación se descubrieron todos los elementos que la
conformaban (figuras 20 y 21):
Elemento 2: cajete de paredes altas y rectas del tipo Oconahua rojo sobre crema,
ubicado a unos pocos centímetros al sur de la laja. Se halló fragmentado pero todos
los tiestos estaban en su lugar; se encontraba boca arriba y ligeramente inclinado
hacia el SE. Se recuperó toda la tierra que contenía en el interior.
Elemento 3: plato de 8 centímetros de diámetro, de color negro y con una cocción
pésima; se localizó en tan mal estado que fue necesario aplicarle un envoltorio de
vendas enyesadas y extraerlo en bloque. Estaba colocado a unos 20 centímetros al
SW del elemento 2, boca arriba.
Elemento 4: plato de tamaño y características casi idénticas al anterior con la
excepción de la cocción; éste se hallaba en buen estado aunque fragmentado
exactamente por mitad. Se ubicaba a unos 10 centímetros al S del elemento anterior
y estaba boca arriba.
Elemento 5: collar o pulsera elaborado a base de cuentas tubulares de cerámica, se
A

hallaron en total 33 de ellas (incluyendo fragmentos). Estas cuentas,, no^


I I o m | | sse

93 Y
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

encontraban en su posición original, estaban dispersas por todo el espacio


correspondiente a la tumba.
Además de los elementos mencionados se encontraron también restos óseos
correspondientes a por lo menos tres individuos.
Los huesos encontrados fueron los siguientes:

1- Cráneo de adolescente ubicado de costado, con la cara hacia el SW. Se


encontró completamente deformado por la presión del relleno. Estaba puesto
a unos 15 centímetros. al W del elemento 2.
2- Fémur orientado N-S con el extremo distal hacia el S y puesto debajo del
cráneo. Hacia el W se hallaba otro fémur en la misma posición.
3- Tibia y peroné ubicados hacia el S del primer fémur y con la misma
orientación; hacia el W se halló otra tibia (pero no el peroné) colocada al S del
segundo fémur.
4- Mandíbula de un individuo adulto y ubicada a unos 10 centímetros. al N del
cráneo.
5- Mandíbula de niño o adolescente (quizá perteneciente al cráneo) colocada a
15 centímetros. al SE del cráneo.
6- Mandíbula de adulto joven que se halló al otro extremo de la tumba; estaba a
unos 150 centímetros al E del cráneo.

Además de estos vestigios se encontraron también algunos dientes y molares


dispersos por todo el entierro. Los únicos restos que parecen haber estado en
posición anatómica fueron los huesos largos, se trata de las dos piernas de un
individuo, quizá del adolescente. Sin embargo, la ausencia del resto de la osamenta
y del segundo peroné indica más bien que se trata de un entierro secundario. Parte
del trabajo de laboratorio será averiguar si existen evidencias de sacrificio o si se
trató simplemente de restos traídos de algún otro lugar.

Cabe señalar que en este espacio se encontraron alteraciones causadas


posiblemente por roedores o incluso por hormigas; es probable que debido a las
actividades de esos animales se hayan dispersado las cuentas y las piezas dentales.
Todos los vestigios humanos fueron hallados en pésimo estado de conservación; fue
necesario añadirles acetato de polivinilo diluido con el fin de consolidarlos y ^ ^ ^ es

94
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

cierta estabilidad, después fueron envueltos en vendas de yeso y retirados en


bloque.
Las implicaciones ideológicas de esta tumba pueden ser importantes. Es claro que
los cuerpos sufrieron un tratamiento previo a su disposición dentro de la tumba; no
se han realizado estudios osteológicos en los restos y no se sabe por el momento si
los cuerpos fueron desmembrados o si los huesos se trasladaron desde otro lugar.
En el capítulo 3 se discutirá esta cuestión más a fondo.

Figuras 20 y 21, elementos del entierro 2, estructura 4

Estructura 8, plaza B

Como se mencionó anteriormente, en este espacio se encontraron fragmentos de


una escultura antropomorfa de cerámica en tamaño natural. Además de lo anterior,
recuérdese el hallazgo de la escultura de piedra muy cercano a esta estructura
(figuras 41 y 42). Este hallazgo es importante porque en primer lugar constituye uno
de los dos únicos ejemplos conocidos de escultura en piedra dentro de la zona de
Guachimontones. En segundo lugar, de ser correcta la interpretación de Weigand de
que esta escultura representa a un difunto, se complementaría la idea de la
utilización de la estructura 8 como un oratorio o pequeño templo dedicado al culto de
los antepasados. Esta escultura posee características comunes a la tradición
escultórica del occidente de México que Williams sintetizó así:

“La escultura en piedra del Occidente de México es en general pequeña, usualmente


menor a un metro de altura. Los rasgos antropomorfos o zoomorfos son por lo regular
esquemáticos, con poco énfasis en el realismo o el detalle. A menudo podemos obse r
una aparente economía de esfuerzo en la elaboración de las esculturas. Tambié

95
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

notable la falta de deidades mesoamericanas entre los temas representados en esta


tradición artística; así como la ausencia de individuos con atributos de ‘alto estatus’.”
(Williams, 1992:25)

Además elaboró una clasificación de estilos escultóricos en el corpus que estudió.


Identificó 5 de ellos; atendiendo a las características formales de la escultura de La
Joyita, podría decirse que pertenece al estilo A o al estilo E. El estilo A se
caracteriza porque “las esculturas son pequeñas, con rasgos esquemáticos o
estilizados; en la mayoría de los casos, la forma de la piedra no ha sido
grandemente modificada; la forma general es redondeada, sin superficies angulares.
Cuando se muestran elementos anatómicos éstos son muy estilizados, sin mayor
detalle” (Ibíd.). En lo que respecta al estilo E, esta “compuesto de figuras
esquemáticas, en las que el cuerpo tiene forma de columna, no aparecen las
extremidades inferiores, y los brazos cuando son representados, son bastante
esquemáticos y aparecen cruzados o pegados al cuerpo; las facciones faciales no
son representadas con realismo” (Ibíd.).

Figuras 41 y 42 Escultura de piedra procedente de la plaza B

La estructura 8 no constituye la única área de actividad ceremonial dentro de la plaza


B. En el centro del patio se encontró también un altar muy mal conservado, hecho
que lamentablemente no permite inferir de manera clara las actividades realizadas
en él.

96
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

EXCAVACION EN EL CONJUNTO HABITACIONAL “ LA JOYITA B”

Este conjunto se localiza al norte de La Joyita A, a no más de 70 metros en línea


recta. Consta de tres plataformas habitacionales construidas y orientadas en un eje
E-W, al igual que el grupo A.
Se decidió excavar en esta unidad porque se encuentra ubicada en los límites
exteriores del sitio, porque no se encuentra asociada a ningún circulo ceremonial en
particular (aunque si al sitio en general), porque arquitectónicamente se pensaba que
sería menos compleja y, por su menor número de estructuras, podía suponerse que
el grupo social que la habitó sería de un rango algo menor que el de La Joyita.
Aparte de las tres estructuras plenamente identificadas desde superficie, existía la
posibilidad de que una elevación observable justo enfrente de ellas fuera también
una terraza artificial.

DESCRIPCION DE CAPAS

Se han detectado hasta el momento cinco capas estratigráficas:

Capa I húmica: mide en promedio 20 centímetros. De grosor y consiste en el humus


depositado a través de los años recientes y removido por las labores agrícolas. Tiene
un color gris y una muy baja presencia de materiales arqueológicos, todos ellos de
arrastre.

Capa II negra/cascajo: cuenta con aproximadamente 30 centímetros. de grueso y


aparte de tener color negro cuenta también con una gran cantidad de toba volcánica.
La presencia de material arqueológico en esta capa es muy densa. Al principio de la
excavación se había pensado que esta era la capa de ocupación humana pero a
través de pozos de sondeo hechos posteriormente se comprobó que no era así.

Capa III café clara: mide entre 15 y 25 centímetros. Se trata de arcilla con una muy
reducida cantidad de toba volcánica y nada de piedra. Junto con la capa anterior es
la que mas material arqueológico presenta. Es en el contacto entre esta capa y la
\
anterior en donde debió existir el suelo de la ocupación de las unidades
habitacionales.

97
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Capa IV café oscura: mide entre 15 y 20 centímetros. No posee toba ni piedras y el


material se encuentra en menores cantidades.
Capa V roja: arcilla muy pura sin impurezas de ninguna especie y casi nada de
materiales; sin embargo, en el contacto de esta capa y la anterior es en donde se
localizaron los elementos que se mencionarán mas adelante.

ESTRUCTURA 1

La estructura 1 fue la última en investigarse porque se pensaba que sería la peor


conservada de todas; y en lo que concierne al basamento en sí efectivamente era el
peor conservado; únicamente el muro S estaba en un estado aceptable. Consta de 3
muros colocados uno delante del otro, aunque el intermedio y el exterior no tienen la
misma longitud que el interior, sino que son más cortos (figura 44).
Después de terminar el dibujo de registro se observó que estos muros cortos en
realidad forman una pequeña escalinata que se ubica en la esquina SE de la
plataforma, lo que puede indicar el acceso hacia la habitación.

En cuanto a los muros N, E y W, apenas se conservó un par de piedras alineadas


de cada muro, aunque son suficientes como para inferir su longitud y determinar en
donde estaban ubicadas las esquinas.
Aproximadamente en el centro del montículo se detectó un saqueo no muy reciente
que fue limpiado con el fin de registrar los perfiles.
Al mismo tiempo, se inició la exploración hacia el interior. Gracias a dicha
exploración se descubrió un piso de tierra quemada que corresponde a la habitación
interior del edificio (figura 43).

El cuarto en sí mide 4.2 metros de lado aproximadamente y en sus extremos hay


fragmentos de los muros de bajareque colocados aún en su posición original. Los
lados E y S son los mejor preservados, llegando a medir 40 centímetros de altura, no
así el lado W, que se destruyó parcialmente gracias al saqueo ya mencionado.
El piso tiene entre 2 y 4 centímetros de grosor al igual que los fragmentos de muro;
según parece, la quema de la construcción no fue homogénea debido a que en
algunas secciones se observa que el piso adquirió un color rojo ladrillo junto con una

'/iV;
98
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

consistencia muy sólida mientras que en otras el color es negro y con una
consistencia más deleznable.

La habitación es un cuadrángulo simple; no existieron divisiones internas ni áreas de


actividad detectables a simple vista, con la posible excepción de un sector en el lado
sur en donde se hallaron piedras quemadas asociadas a un amontonamiento de
bajareque, quizá estos elementos representen un fogón aunque pudiera también
tratarse simplemente de derrumbe.

En cuanto a la técnica constructiva, se registró que el primer paso fue nivelar la


superficie natural; hecho esto, se colocaron los muros exteriores del basamento, que
son de piedra. El apisonado y los muros de la habitación se hicieron después en el
interior de la plataforma, la cual no fue rellenada, es decir, el piso se construyó
directamente sobre la superficie natural nivelada, lo que le da el aspecto de una casa
“hundida” dentro del basamento.

El espacio (entre 30 y 40 centímetros) entre el muro interior de bajareque y el muro


exterior de piedra se rellenó simplemente con tierra y algunas piedras de tamaño
pequeño.
No se pudo detectar ninguna huella de poste aunque por seguro se usaron como
soporte para los muros de la casa; del techo no se encontraron evidencias.

Sobre el piso, existió una capa de relleno de piedra mediana que medía unos 50
centímetros de grosor. No se trata de derrumbe dado que la piedra estaba pegada
con argamasa. La evidencia indica que en algún momento el edificio se incendió
hasta quedar completamente destruido. Sin embargo, no se abandonó sino que fue
perfectamente limpiado y reparado después; fue durante este proceso que se cubrió
el piso con el relleno mencionado.
Gracias a ese relleno fue que se pudo conservar el bajareque y los muros, dado que
el segundo piso, el que seguramente se construyó por encima del relleno,
desapareció.

En el centro del cuarto existe un pozo de forma irregular en el cual no apareció el


piso. Se sabe que este pozo no es un saqueo porque la capa de relleno que 'cubría

99
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

el piso no se hallaba alterada. Da la impresión de que los mismos constructores de la


casa lo perforaron antes o durante la reparación del edificio aunque se desconoce el
porqué. Tal vez existió algún tipo de ofrenda o quizá un entierro que fue reubicado
después del incendio.

El hallazgo de este cuarto en tan buen estado (con excepción del pozo en el centro)
brindó la excelente oportunidad de realizar estudios más detallados. La habitación
fue reticulada con cuadros de 25 centímetros de lado (figura 44) y en todas las
intersecciones donde fue posible se tomaron muestras del piso que se usaron para
realizar análisis químicos, que constituyen un buen indicador de las actividades
realizadas dentro de la casa.

No se recuperaron buenas muestras de carbón; quizá porque la estructura fue


limpiada para su reparación. Sin embargo, el piso en sí constituye una buena
muestra susceptible de ser fechada por paleomagnetismo.

En un principio se pensaba que las otras dos estructuras asociadas no eran


contemporáneas a la 1 y que pudieran estar separadas por un lapso de hasta 1000
años ya que existía la posibilidad de que la plataforma 1 hubiera sido reocupada
durante la fase tardía. De ser así la fecha de la casa sería entre 100 a.C. y 100 d.C.
aunque el contexto de la excavación sugiere la primera opción. De igual manera, el
análisis de los materiales permitió establecer con certeza la ocupación cultural de la
casa. En la tabla 19 puede observarse la distribución de la cerámica; nótese que el
material más abundante es el Teuchitlán, es decir, ollas para preparación de
alimento y almacenaje de líquidos y sólidos.

100
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

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1 h ú m ic a 28 2 6 4 10 9 3 4 2 8 80 20 9 151 48 48 2 434
N /P 6 7 2 3 1 5 1 8 4 12 2 7 34 9 17 118
N e g ra 4 10 1 4 4 4 8 1 4 15 2 7 23 13 39 139
p is o 7 11 1 2 6 6 12 18 2 8 61 1 16 104 61 1 04 420
R o ja 4 9 7 3 2 11 5 8 1 3 19 6 8 63 19 43 211
ro ia /c a lé 9 2 2 2 4 1 14 8 3 24 5 3 51 15 42 185
T o ta l 58 41 19 12 25 39 1 39 54 2 4 30 211 36 50 426 165 29 3 2 15 0 7

Tabla 19 Distribución de tipos cerámicos en la estructura 1

Figura 43 Vista S-N de la estructura 1

101
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

102
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

ESTRUCTURA 2

La exploración comenzó en la estructura 2, por considerarla la mejor conservada de


las tres; también se realizaron tres sondeos en la elevación ubicada al N.
Al término de las excavaciones, se observó que la mencionada elevación no era una
terraza artificial sino un gran afloramiento rocoso.
Ninguno de los tres sondeos aportó datos que demostraran lo contrario, dado que la
capa de toba volcánica natural se localizó entre los 20 y 40 centímetros de
profundidad en cada pozo.

Adicionalmente, no existió material arqueológico, así que puede afirmarse que la


pequeña loma no tuvo elementos constructivos; tal vez haya sido utilizada por los
antiguos habitantes pero tampoco se detectaron restos de actividad alguna, quizá
debido a las acciones del arado, al igual que en el grupo A.

En cuanto a la estructura 2, se observó que su planta es igual a la de los edificios de


grupo A, en el sentido de que posee alas constructivas en 3 de sus lados, 3 en el N,
2 en el S y 1 en el W (figuras 45 y 46)
Tres de las esquinas fueron halladas, no así la esquina SE, destruida por el motivo
ya mencionado. A excepción de esta esquina, el edificio se encontraba en un relativo
buen estado de conservación.

La técnica constructiva empleada en esta terraza es la misma que se registró en las


del grupo A; se practicó un sondeo en el centro y se verificó que hay una capa de
arcilla colocada sobre la superficie natural de toba y una capa de piedras de relleno
con argamasa puesta sobre la arcilla, que posiblemente sirvió como una primera
base o firme para el piso de la habitación.
Se recolectaron muchos fragmentos de bajareque, confirmando que los muros en
este conjunto fueron construidos de la misma manera que en el resto del sitio.

No se hallaron ofrendas ni entierros; la única posibilidad es un gran fragmento de un


cajete Oconahua rojo sobre crema (45% de la pieza, aprox.) que se encontró en la
esquina exterior de una de las alas constructivas del muro S.

103
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Los materiales siguen el mismo patrón de distribución que en el resto de los edificios;
el tipo que mas abunda es el Teuchitlán (tabla 20).

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Estructura Capa < 1- 1-> 1-
2 húmica 9 3 4 1 1 4 4 2 44 4 13 52 20 19 180
Roja 3 4 1 1 1 2 1 15 6 16 6 9 65
Total 12 7 4 1 2 1 3 4 1 4 2 59 4 19 68 26 28 245

Tabla 20 Distribución de tipos cerámicos en la estructura 2

Figura 45 Vista S-N de la estructura 2

104
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

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ESTRUCTURA 2 LA JDYITA 'B'

PRGYECTG ARQUEDLGGICU TEUCHITLAI


DIRECTGRi DR. PHIL C. VEIGAND

RESPDNSABLEi ARQLGD JDRGE HERREJGN VILLICARA


DIBUJO EN AUTDCADi ARQLGD JDRGE HERREJDN VILLICARA

Figura 46

105
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

ESTRUCTURA 3

Posteriormente se exploró la estructura 3; desde superficie no se apreciaba ningún


resto de los muros del edificio pero al terminar la excavación se confirmó que la
planta del edificio es circular (figuras 47 y 48).
En cuanto a forma, es igual que el edificio circular del grupo A, pero este posee un
diámetro mas grande por cerca de 1.5 metros.
La exploración se encaminó entonces a averiguar si esta plataforma contenía los
mismos elementos que la otra, y lo que se encontró fue que esta estructura no tuvo
cuartos internos.
El pozo correspondiente al extremo norte del círculo se excavó a mayor profundidad
con la finalidad de verificar si contenía una tumba, elemento que podía esperarse si
las estructuras eran iguales.

Aproximadamente a 1.60 metros de profundidad se localizó una piedra laja de


grandes dimensiones, colocada en posición horizontal y que estaba partida en tres
fragmentos. Este mismo elemento se halló en la estructura 4 del grupo A; sin
embargo, al retirar la piedra y excavar 10 centímetros. Más apareció la capa natural
de toba sin señales de haber sido alterada, de manera que no existió ningún otro
elemento adicional a la laja.

Después, se practicó otro sondeo en el centro del edificio y al comparar los perfiles
de este pozo y el otro, se observó que eran diferentes. En el sondeo central se
apreciaba el sistema constructivo de la plataforma, que básicamente es el mismo
que en las demás; toba, arcilla y piedra. Pero la toba apareció a 1.2 metros de
profundidad, es decir, 40 centímetros por encima del nivel de la toba en el pozo de la
laja. El perfil de este último pozo, en cambio, mostraba claramente que los estratos
estaban alterados a partir de la capa de arcilla, y pudo detectarse una intrusión que
llegaba hasta la laja en si.
Esto quiere decir que hay una buena posibilidad que si existiera una tumba u
ofrenda; tal vez dicha ofrenda constaba únicamente de elementos orgánicos y por
tanto se desintegró por completo. Otra posibilidad es que los mismos pobladores del
sitio hayan reabierto el espacio para retirar los elementos. Lo único seguro es que la

106
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

intrusión no puede ser atribuida a un saqueo, dado que la capa de piedra de relleno
no se hallaba alterada.

Otro sector trabajado en La Joyita B fue una cala que se extendía desde el muro W
de la plataforma 2 hasta el muro de la 3.
El objetivo era encontrar áreas de actividad como los fogones del grupo A pero no se
hallaron restos; la cala ni siquiera produjo una cantidad significativa de materiales.

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3 c a s c a jo 1 2 1 2 3 15 8 11 6 11 60
h ú m ic a 21 7 7 3 4 13 3 12 1 3 21 1 4 53 22 27 1 203
n e g ra /c a fé 3 9 3 1 1 5 1 1 7 1 8 1 8 4 9

R o la 1 1 1 3 11 4 5 26
r o ía /c a fé 1 1 1 2 1 1 7
T o ta l 27 20 11 4 4 14 1 12 16 1 1 19 3 9 1 5 83 34 52 1 3 4 5

Tabla 21 Distribución de tipos cerámicos en la estructura 3

. ... ..,1 . „ M

Figura 47 Vista S-N de la estructura 3

107
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

108
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

AREAS DE ACTIVIDAD EN LA JOYITA B

INTERIOR DE LA UNIDAD

2.- Áreas techadas

A) P roducción

En este apartado aplica la misma situación ya descrita para las áreas de actividad de
La Joyita A, es decir, que la producción parece haber estado limitada a la
subsistencia.

B) Esfera ideológica

Estructura 1

Para la interpretación de las actividades en la estructura 1 se contó con la fortuna de


encontrar el piso de la casa en buen estado, lo que permitió aplicar una batería de
análisis químico de manera conjunta con el análisis de los materiales.
La utilización de los análisis químicos en la arqueología es relativamente reciente en
México. La técnica se adaptó de los análisis de fosfatos en agronomía y en 1965 se
modificó para ser aplicable al estudio de las actividades humanas (Barba, 1990:178).
La relevancia del análisis químico parte del principio de que toda actividad humana
repetida deja una traza química detallada (o una ausencia de ella) en el piso donde
se llevó a cabo dicha actividad. La información que aporta el uso de esta técnica no
puede ser obtenida de otro modo ya que las concentraciones químicas poseen
características que no tienen otros materiales arqueológicos (Barba, 1990:180):

a) Son intangibles
b) Resultan de los desechos de actividades
c) No se pueden reusar
d) No se mueven

Estas particularidades ocasionan que, si durante el proceso de excavación se retiran


los pisos sin antes tomar las muestras necesarias, toda la información se pierde para
siempre. f

109
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Cabe señalar que la sola aplicación de la batería química no permite, por sí misma,
una interpretación completa de los contextos arqueológicos. Esto se logra
únicamente a través del cruce de datos aportados por el análisis de los demás
materiales como la lítica, la cerámica, los estudios polínicos y de fitolitos y su
asociación entre sí. Adicionalmente, es necesario recurrir a la analogía
etnoarqueológica y el estudio de las actividades realizadas en casas
contemporáneas, así como a la experimentación (Ibidem).
Hecha esta aclaración, debe decirse que el presente trabajo se encuentra aún en
desarrollo ya que el análisis del resto de los materiales se encuentra aún en proceso,
si bien el análisis cerámico ha finalizado.

El hallazgo del cuarto de la E1 en tan buen estado (con excepción del pozo del
centro) brindó la excelente oportunidad de realizar el estudio químico del piso para
determinar las áreas de actividad al interior del mismo. La habitación fue reticulada
con cuadros de 25 centímetros de lado y en todas las intersecciones donde fue
posible se tomaron muestras del piso (figura 49). En total se tomaron 89 muestras a
las que se aplicó los análisis de carbonatos, fosfatos, pH, ácidos grasos y residuos
proteicos que fueron realizados en el Laboratorio de Prospección Arqueológica del
Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM.

110
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Resultados quím icos:

Fosfatos
Esta prueba proporciona datos de actividades relacionadas con la acumulación de
desechos orgánicos naturales. Entre tales desechos pueden mencionarse restos de
tejido óseo, heces fecales y restos de carne y piel (Barba et al. 1991:15-16). Algunos
de los contextos en los que se esperaría encontrar una alta concentración de
fosfatos serían un área de preparación y/o consumo de alimentos, basureros y áreas
de evacuación. En la estructura 1 se obtuvieron bajos valores en general en la
cercanía de los muros (figura 50). Los valores más altos se concentran alrededor de
la fosa central y en la parte NE.

Carbonatos
La presencia de altos valores de este elemento es señal de materiales constructivos
con cal y de otras actividades que lo dejan como desecho, por ejemplo, la
preparación de nixtamal.
Los valores de carbonatos son muy pobres, la mayor parte de ellos tiene valores de
1 y sólo al norte de la fosa central hay un valor de 2 obtenido de una muestra única
(figura 51). Los valores de cero se localizan en las orillas de la estructura pegados al
muro y algunos a la orilla de la fosa central.

Figuras 50 y 51 Valores de fosfatos (izquierda) y carbonatos (derecha)

111
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

pH
La prueba de pH funciona para establecer o confirmar la presencia de calor en los
contextos arqueológicos. Una alta concentración señala la existencia de ceniza.
Se mencionó previamente que la estructura sufrió un incendio que la destruyó
adquiriendo la superficie en algunos sectores un color rojo ladrillo y duro y en otras
negro y deleznable. También se refirió que no se encontró carbón dado que
posiblemente la estructura fue limpiada para su reparación y colocación del siguiente
piso, el cual no fue encontrado. Se mencionaron además especialmente las
esquinas SE y E de la estructura como las zonas que al parecer se quemaron mejor
y a una temperatura más elevada.

No obstante lo anterior, en general los valores de pH son bajos dado que los valores
máximos están por debajo del valor neutro (6.86) lo cual no correspondería con los
valores característicos de un incendio que se esperaría fueran mayores a 9. En
general puede observarse en la distribución de valores de PH que los máximos
valores se encuentran al Este y Norte, y algunos puntos alrededor de la fosa central.
Al igual que los indicadores anteriores pueden observarse bajos valores cercanos a
los muros circundantes. También se informó de la existencia de un posible fogón en
el lado sur en donde se hallaron piedras quemadas asociadas a un amontonamiento
de bajareque, aunque se menciona que también puede tratarse de un derrumbe.
Al respecto, se observó un punto de elevación de pH al sur de la fosa central
asociado a unas piedras que pudiera estar evidenciando tal función (figura 52).

Á cidos grasos
Con esta prueba se detectan de manera especial líquidos y ceniza.
En general puede observarse que la estructura en su mayor parte carece de valores
de ácidos grasos, con excepción de la esquina NW donde alcanza el valor máximo
de 3 (figura 53). Hay puntos aislados al sur y E de la fosa central que presentan un
ligero incremento en sus valores. No obstante, es poco probable la conservación de
las grasas (Barba et al. 1990:22).

112
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Figuras 52 y 53 Valores de pH y ácidos grasos

Residuos proteicos
Estos constituyen buena evidencia de destazamiento y de acumulación de sangre en
conjunto con la prueba de fosfatos.
A diferencia de los otros indicadores químicos al parecer los residuos proteicos son
los más abundantes y se presentan principalmente en el sector E de la estructura,
esquina SW y al N de la fosa central (figura 54).

Figura 54 Valores de residuos proteicos

113
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Interpretación quím ica

Al analizar los resultados de las áreas de actividad detectadas a partir de los análisis
químicos de las muestras obtenidas de la estructura 1 de La Joyita en Teuchitlán
(tabla 22), se deduce que las actividades asociadas a la misma estuvieron
relacionadas a desechos orgánicos de fosfato y residuos proteicos.

PH Ác.
CO3 PO4 pH Proteína
(rangos) grasos
Máximo 2 6 6.86 6 3 9.5
Mínimo 0 1 5.71 0 0 7
Promedio 0.84 3.62 6.21 2.44 0.12 8.33

Tabla 22 Promedios de valores químicos

Por alguna razón, la mayor parte de la contaminación química se asocia a la fosa


central, por lo que se reforzaría la idea expuesta anteriormente que más que una
fosa de saqueo se trata más bien de un lugar donde existió algún tipo de ofrenda o
quizá un entierro que fue reubicado después del incendio, el cual pudo haber sido
objeto de enriquecimiento producido por las posibles ofrendas.

El hecho de que sólo existan fosfatos y proteínas rodeando esta fosa sugiere que
pudo tratarse de un altar o algún elemento central y muy posiblemente la sangre
pudo formar parte de las ceremonias.

En cuanto a la interpretación del incendio, pese que arqueológicamente hay


evidencias claras de calentamiento de la superficie, éste no concuerda con los
valores de pH obtenidos en el análisis químico ya que los valores son muy bajos.
Los valores bajos de pH apuntan que no se trató de un incendio, sino más bien de
una forma de tratamiento de la superficie sometiéndola a calentamiento para
consolidar el lodo y hacerlo más durable. Esto explica que no haya restos de la
combustión y que siendo un evento único y de baja intensidad, no haya contr^ibuido a
aumentar los valores de pH.

114
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

El alto valor de ácidos grasos obtenido en la esquina NW de la estructura no


presenta relación con ningún otro patrón químico. Este enriquecimiento está tan
aislado que no tiene interpretación posible.

Los bajos valores de carbonatos indican que no se trata de un piso con aplanado de
cal, simplemente es un apisonado con lodo sin carbonatos.

Estructura 3

El ámbito ideológico de la estructura 3 está representado por dos eventos únicos


pero relacionados entre sí. El primero de ellos consistió en la colocación de algún
elemento sagrado dentro del edificio y bajo el piso del mismo.
El segundo evento consistió en remover dicho elemento de la estructura y trasladarlo
a algún otro lugar. La propuesta es que se trataba de restos óseos; esta idea se
basa en la comparación de este edificio (de planta circular) con la estructura 4 de La
Joyita A. ya que en ambas plataformas los entierros se ubicaban en el extremo N.
Las 2 son de planta circular y son las únicas que contenían entierros. Ya se
mencionó anteriormente la posibilidad de que los huesos de la tumba 1 fueran
llevados hasta ahí desde algún otro sitio por lo que pudo haber sucedido lo mismo en
la estructura 3.

115
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

EXCAVACION EN LA PLAZA IV, LOMA ALTA

Generalidades y descripción de la excavación

Los trabajos se comenzaron el 24 de octubre con la limpieza general de las 4


plataformas que conforman la plaza. Se colocó la retícula siguiendo las guías
colocadas anteriormente por los arqueólogos Eduardo y Marisol Montejano. Esta
retícula está formada por cuadros de 2 x 2 metros de lado pero a diferencia de lo
hecho en la temporada anterior, en esta ocasión dicha retícula fue subdividida en 4
unidades menores de 1 metro de lado, numerados de 1 a 4 de W a E y N a S
respectivamente.
Esta subdivisión se hizo con el objetivo de ubicar de manera mas precisa los
elementos que aparecieran durante la excavación. Por lo demás, la retícula es
básicamente la misma que la anterior, siguiendo la misma orientación y la misma
nomenclatura.
Durante las primeras 2 semanas de trabajo se realizó el levantamiento topográfico
previo (figura 55) con la colaboración de Nathan Mountjoy. Posteriormente, se inició
la excavación del patio central con el fin de liberar el piso y muestrearlo para la
aplicación de la batería química.

Se reabrió el sondeo central realizado en los trabajos previos para detectar el cambio
de capa. Esto fue necesario porque el piso de la plaza nunca fue quemado para
darle solidez y resistencia, fue solo apisonado, de manera que el muestreo se realizó
en el contacto entre estratos.
Al mismo tiempo, se tomaron lecturas GPS para la ubicación de los edificios en la
ortofoto digital. Las lecturas se tomaron con un GPS Magellan Explorist 100
utilizando el datum wgs84.
Plataforma 1 UTM 13622165 E y 2288912 N, geográficas 20° 41 44 N y 103 49 37
W.

El pozo de sondeo central en el patio, el pozo 2000, se reabrió hasta los 1.30 metros
de profundidad.

116
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

En la estructura 1 se reabrió también el sondeo central hasta topar con un posible


muro interior de la plataforma. Es posible que dicho muro sea parte de uno de los
cajones constructivos del edificio.

En la estructura 2 se inició un sondeo en el pozo 3200 con el fin de buscar el nivel de


ocupación sobre la estructura y ver las capas constructivas. Apareció un pequeño
alineamiento al N del pozo, pero es bastante dudoso.
La nomenclatura para el muestreo del piso del patio se hizo conforme a las líneas
base de la retícula.
A las líneas E-W les correspondió un número del 1 al 21, tocándole al hilo base el
número 9. A las líneas N-S les corresponde una letra de la A a la X, tocándole al hilo
base la letra L. Estas líneas están nombradas de W a E y las E-W de N a S.

Se abrieron más de 64 pozos en el patio y se hicieron 2 pequeños pozos con el fin


de registrar de qué manera iba cambiando el nivel del piso en toda su extensión.
Hacia la esquina NW aparecieron dos fragmentos de figurilla, los únicos en toda la
excavación del patio IV hasta el momento.
En el mismo patio se localizaron además 2 puntas de proyectil hechas de obsidiana
roja.

La excavación de la estructura 2 se hizo de manera extensiva en su parte superior,


buscando restos de piso y cuartería interna del edificio, lo que hasta el momento no
ha aparecido.

Sólo se detectó un pequeño muro de entre 3 y 4 hiladas de altura y cerca de 2


metros de largo que corre de S a N sin llegar a juntarse con el muro N.
El muro W se encontró en buen estado, llegando a tener 2 hiladas de altura en
algunos puntos. En este mismo lado se descubrió una banqueta y una especie de
muro doble (algo dudoso) que arranca desde el muro W, atraviesa la banqueta y
parece continuar hacia el W.
El muro N esta relativamente en buen estado, si bien se conservó sólo una hilada.
Se halló la esquina de éste con el muro W, pero no con el E.
Del lado E, se comenzó la exploración con una cala para buscar los muros de
contención.

117
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Desde superficie parecía que este lado de la estructura contaba con 3 contenciones
pero hasta el momento no han aparecido con claridad. Cerca de la esquina superior
SE se encontró una inusual concentración de materiales.
En cuanto al sistema constructivo, el edificio era menos voluminoso de lo
originalmente pensado. Se aprovechó una elevación natural que fue nivelada con los
muros exteriores de contención y rellenada con piedra de diversos tamaños, arcilla
de color rojo y tierra.
El muro S no se ha trabajado aún. La excavación permanece tal cual quedó la
temporada pasada.

El relleno en total no supera los 1.5 metros de espesor. En el patio, la última línea
excavada al W no pudo ser hecha con cuadros de 2 x 2, debido a que la excavación
previa se realizó muy hacia fuera de la estructura 1 y por tanto el contexto del piso o
cambio de capa ya no existe. De esta manera, la última línea quedó de 2 metros de
N a S y de 1.5 metros de E a W.

El muro N fue con mucho el que está mejor conservado. Al principio parecía que sólo
tenía una hilada pero al excavar más pudieron observarse hasta 3 hiladas. De este
lado parece no tener banqueta la estructura. Del lado E nunca apareció el muro del
todo bien pero si se localizó la esquina del muro S.

Se continuó la excavación de la estructura 1 pero no se localizó nada de interés. El


objetivo era revisar si el pequeño muro encontrado en el sondeo central realizado en
la temporada pasada continuaba, pero no fue así. Lo que si apareció fue uno de los
muros de los cajones interiores de construcción que corre de E a W.
Otro objetivo era revisar si el muro W era banqueta o si consistía en el muro del
edificio propiamente dicho. No se localizó ningún otro muro hacia el interior.
Se terminó de tomar las muestras para la batería química del piso del patio IV. Se
recolectaron en todas las intersecciones de los hilos en pequeños frascos de plástico
y raspando el piso.

118
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Figura 55 Levantamiento topográfico Patio IV

119
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

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120
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

CAPITULO 3
Estratificación social en Teuchitlán

Después de la descripción arquitectónica ofrecida en el capitulo 2 puede observarse


que las unidades habitacionales de la Tradición presentan una gran variabilidad en
términos de tamaño, calidad en los materiales y contenido de las mismas. Puede
notarse un patrón espacial en el arreglo de las unidades en torno de los
guachimontones y la calidad varía según su relación con los círculos más grandes.
Tal como se mencionó en la introducción, a continuación se discutirá el modelo de
Hayden, que se utiliza en conjunción con los indicadores propuestos por Douglass.
La propuesta se centra en el cómo obtiene poder un individuo o grupo corporativo
dentro de una sociedad. Etnográficamente se ha documentado que los banquetes
competitivos que involucran contratos de deuda son la clave para comprenderlo
(Hayden, 1995:24)
Según este modelo, las sociedades se clasifican en igualitarias y transigualitarias20.
Esta segunda clasificación se subdivide en comunidades despóticas, recíprocas,
empresarias y cacicazgos21. Para tener una idea de las “equivalencias” de estos
conceptos con otros anteriormente propuestos, véase la tabla 26.

Com unidades despóticas


Comunidades relativamente pequeñas, densidades de población bajas, pronunciada
evidencia de guerra, cantidades muy limitadas de bienes de prestigio o de
intercambio regional, limitada evidencia de banquetes, igualdad relativa igualdad en
las residencias e indicadores de riqueza, limitadas diferencias en las ofrendas
mortuorias.

Com unidades reciprocas


Los indicadores bélicos pueden permanecer constantes, aumentar o disminuir; los
banquetes asociados a los matrimonios adquieren mayor importancia. De este modo

Transegalitarian en el original (Hayden, 1995)


' Despots, Reciprocators, Entrepeneurs y Chiefdoms en el original (Hayden, 1995)

121
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

se inicia la construcción de infraestructura pública. Parte importante de los rituales


celebrados públicamente es el de los ancestros en honor a quienes también se
celebran banquetes. En algunas comunidades estos banquetes no sólo se celebran
en lugares públicos pero también en estructuras residenciales. Se extiende la red de
comercio para la obtención de bienes de prestigio de modo que aumenta su cantidad
y su producción local. Aparece también la primera diferenciación notable entre las
unidades habitacionales reflejando desigualdades socioeconómicas; las residencias
de los grupos que ostentan el control presentan espacios propios para rituales y
banquetes. La desigualdad comienza a ser hereditaria, lo que se refleja en entierros
infantiles con ricas ofrendas. La densidad de población pasa de ser baja a
moderada. Dado el aumento en la importancia de los banquetes, la vajilla de
preparación y especialmente la de servicio comienzan a presentar rasgos de
prestigio; inicia de esta manera la especialización artesanal.

Com unidades em presarias


Las sociedades cazadoras recolectoras y las horticultoras que se desarrollaron bajo
este esquema alcanzaron las densidades de población que su respectivo sistema de
producción les permitió. Fue en las sociedades agrícolas que se pudo dar el paso
hacia el cacicazgo.
Se incrementan los entierros infantiles de elite. Los huesos de los dirigentes muertos
adquieren poderes mágicos. Los entierros femeninos contienen mayor riqueza. Se
construyen estructuras especializadas dedicadas a los banquetes; aparecen cocinas
especializadas, loza de servicio de prestigio y espacios abiertos de carácter público.
Los grupos de control adquieren el poder suficiente para construir estructuras
monumentales. Las casas de los empresarios son más grandes y están asociadas a
bienes y alimentos de prestigio. Los banquetes tienen como fin consolidar el poder
de los grupos en control y sirven también para establecer lazos comerciales y
alianzas.
Se producen grandes cantidades de excedentes que se utilizan para el intercambio a
niveles cada vez más grandes. Este intercambio no sólo involucra productos
comunes sino también bienes de prestigio así como valores e ideas de las elites
locales. A pesar de que puede existir una red comercial muy amplia el poder de los
V
grupos en control se limita a sus propias comunidades por lo que aún no existe una
jerarquía entre varios asentamientos. Se comienza a buscar el control o la propiedad
> i

122 \
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

de bienes y materias primas que empiezan a tener importancia estratégica (tierras


para sembrar y/o cazar, recolección de conchas, sal, litica, etc.).

Como se puede observar en la tabla 27, los cacicazgos presentan básicamente los
mismos indicadores que las comunidades empresarias pero con a una mayor
intensidad.

Morton Fried Elman Service Redman


Etapa 7
Sociedad estatal Organización Estatal
Estados Nacionales
Etapa 6
Sociedad Estratificada Organización Cacicazgo
Ciudades Estado

Etapa 5
Sociedad de Rango Organización Tribal
Ciudades-Templo

Etapa 4
Villas agrícolas
avanzadas
Etapa 3
Villa agrícola sedentaria
Etapa 2
Cazadores recolectores
intensivos
Sociedad Igualitaria
Organización en Banda nómadas/sedentarios
Etapa 1
Cazadores/recolectores
nómadas

Tabla 26 Tipologías de complejidad social (según Redman, citado en Hayden, 1995:17)


1 7 )

123
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

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B) MUJERESADULTAS
C) NIÑOS
INTERCAMBIOREGIONAL
ESPECIALIZACIÓNARTESANAL
INFRAESTRUCTURADE
BANQUETES
NOCORPORATIVOS
CORPORATIVOS
INFRAESTRUCTURADECULTO
(ANCESTROS)
NOCORPORATIVA
CORPORATIVA
FIGURILLAS FEMENINASDE
CULTO
DOMESTICACIÓN
VASIJASDEPRESTIGIO
(CALIDAD)
VASIJASDEPRESTIGIO
(FRECUENCIA)
GRUPOSCORPORATIVOS
BASADOSENRIQUEZA
(LINAJES)
UNIDADESHAB.
SOCIOECONOMICAMENTE
DISTINTAS (ALTOSTATUS)
JERARQUÍADECOMUNIDADES

Tabla 27 Cambios en los indicadores según el tipo de sociedad (redibujado de Hayden, 1995:77)

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124
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

INDICADORES ARQUEOLOGICOS
A rquitectura
Como se recordará en la introducción, el primer indicador a considerar es la
arquitectura. Según el modelo utilizado en este trabajo la diferenciación social puede
ser conocida a través de algunas características que difieren entre las distintas
unidades. Las casas de élite, estan mejor construidas, son mas grandes y
voluminosas, se erigieron con mejores materiales de construcción y contienen
objetos y artículos de prestigio, que son los indicadores de la riqueza (Douglass,
2002:6-7).
Tomando en cuenta el número y la disposición espacial de las unidades puede ser
propuesta la siguiente tipología:
Tipo I: Dentro de este tipo se sitúan los conjuntos que están acomodados en arreglos
cuadrangulares donde las casas se construyen alrededor de un patio y pueden
contener desde 2 hasta 4 edificios. En ocasiones puede observarse también un altar
al centro del patio (figura 33). Dentro de este tipo están las plazas A y B de La Joyita
A (figuras 16 y 33), El Tescalame, El Lienzo y algunas no exploradas como la que se
encuentra a unos 50 metros al W del circulo 2. Cuando estos conjuntos no cuentan
con las 4 plataformas de todos modos el patio se encuentra delimitado por pequeños
muros como en la plaza A de La Joyita A. Este acomodo se observa también en
conjuntos de carácter público, como el patio IV (figura 55).
Este es el tipo más común y es también el clásico arreglo espacial que puede ser
observado a lo largo y ancho de toda Mesoamérica.
Tipo II: Estos conjuntos cuentan con 2 o 3 estructuras que son acomodadas sobre un
eje (generalmente E-W) en lugar de en torno a un patio. Ejemplos de este tipo son La
Joyita B (mapa 2 al final del documento) y el sector central de La Joyita A (mapa 1 al
final del documento).
Tipo III: Consta de unidades habitacionales que se conforman por una sola
estructura, o bien por dos o mas edificios que no siguen un acomodo u orientación
aparentes. El mejor ejemplo del primer caso es la casa explorada en el circulo B de
Loma Alta así como de las unidades de Llano Grande (figuras 56 y 57); del segundo
caso es el conjunto localizado al E del circulo 1.

125
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

PROYECTO A R Q U EO LO G IC O TEUCHITLÁN

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Figura x Plataforma 7 y unidades habitacionales del circulo 1 (según Smith, 2004)

126
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Tipo IV: Estos conjuntos están formados por la combinación de uno o más de los
primeros 3 tipos. Sólo se cuenta con un ejemplo de esta categoría y es el conjunto
total de La Joyita A (mapa 1).
Cabe señalar que esta tipología es exclusivamente arquitectónica y espacial; no está
basada ni responde a variables de tipo socioeconómico.

Sin embargo, es necesario establecer una jerarquía de las unidades habitacionales


que refleje la condición social que tuvieron sus antiguos ocupantes; tal jerarquización
debe de basarse en las siguientes variables: ubicación dentro del sitio (mayor o
menor cercanía a los círculos ceremoniales), calidad y cantidad de materiales
constructivos empleados por edificio, cantidad y calidad del contenido de las
unidades (bienes de prestigio).
De este modo, arquitectónicamente las unidades asociadas al círculo 1 son las más
grandes y mejor construidas, seguidas por las casas de La Joyita A y B, y
terminando por la de El Tescalame y el Lienzo.

O bjetos de prestigio

El principal indicador dentro de los objetos de prestigio de cerámica lo constituye el


tipo Oconahua. Durante la década de los 70 Javier Galván realizó trabajos de
rescate en el fraccionamiento Tabachines, en Zapopan. En total fueron exploradas y
analizadas 23 tumbas de tiro de la época de la Tradición Teuchitlán.

Después de una serie de análisis estadísticos de las ofrendas recuperadas definió


dos clases sociales perfectamente diferenciadas que denominó “desposeedores” y
“desposeídos22” (Galván, 1991). Para caracterizar a dichas clases sociales definió
una lista de rasgos localizados en las tumbas que son representativos:

“Desposeedores”:
Entierros múltiples (con acompañantes sacrificados).

22
Galván menciona la posible existencia de una tercera clase social caracterizada por la escjavftud
aunque él mismo concede que esta idea es debatible.

127
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Mayor cantidad de cerámica Colorines y Tabachines23, siendo los bícromos


exclusivos de este estrato.
Objetos de prestigio como pendientes, cuentas, collares y pulseras (ya sea de barro,
concha, obsidiana o piedra).
Figurillas huecas (estilo Ameca-Etzatlán).

En cuanto a los “desposeídos”:


Entierros sin acompañantes.
Menor cantidad y calidad en vasijas cerámicas.
Objetos o herramientas de trabajo hechas en piedra.
Ausencia de materiales exóticos o de importación (concha, obsidiana).
Ausencia de figuras huecas.

Una de las principales limitaciones del presente trabajo es la escasa información


procedente de entierros. Sin embargo es posible realizar analogías con los hallazgos
realizados en el sitio Guachimontones y, por supuesto, con la tumba de Huitzilapa.
En el círculo VI del sitio Guachimontones se localizó en 2002 una serie de ofrendas y
entierros debajo del altar central del círculo (figura 58). En total se recuperaron 5
entierros, 3 de ellos en tumbas de cámara, 2 en tumbas de caja y 1 directo, además
de 4 grupos de ofrendas sin asociación directa a restos humanos24 (Cach,2003).

3 Recuérdese que los grupos cerámicos definidos por Galván tienen correspondencia con la cerámica
analizada de la Tradición Teuchitlán. Colorines corresponde a Ahualulco y Tabachines a Oconahua
(Beekman y Weigand, 2000)
4 Los hallazgos mencionados corresponden a la temporada de campo 2002-2003 y ya están
publicados. Sin embargo en la temporada 2003-2004 se continuó la exploración del edificio y se
localizaron más entierros y grupos de ofrenda. Estos datos no se contemplan en este trabajo dado
que la elaboración del informe de excavación y el análisis de los materiales se encuentran a¿ n; en
proceso. . yi

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128
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

A pesar de que el análisis sigue en proceso pueden hacerse comparaciones; como


se puede observar en las tablas 28 y 29 el contenido de las tumbas y ofrendas se
asemeja al de las tumbas de Tabachines.
El contenido del círculo 6, a su vez, puede compararse con el de Huitzilapa. Si se
considera la cantidad y calidad de la ofrenda en los tres sitios puede notarse una
clara graduación, teniendo en primer lugar a Huitzilapa, en segundo al círculo 6 y
finalmente las tumbas de Tabachines. En cualquier caso, un elemento siempre
presente es la cerámica Oconahua.

129
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Entierro Entierro 1 Entierro 2 Entierro 3 Entierro 4 Entierro 5


central (bóveda) (bóveda) (caja) (caja) (tumba de
(directo) tiro)
Individuos 7 1 1 1 1 2

Metates 1 1 1
Manos 1 1
Vasijas 3 7 2 2

Collares 2 1 1
Figurillas 2

Figuras 1
huecas
Brazaletes 2

Esferas de 1
piedra
Vasijas 1 2

Oconahua
Cuentas 2 2

barro
Cuentas 13
piedra

Tabla 28 Contenido de los entierros del circulo 6 (elaborada a partir de Cach, 2003)

Ofrenda Ofrenda Ofrenda Ofrenda Ofrenda Ofrenda Ofrenda Ofrenda Ofrenda Ofrenda Ofrenda Ofrenda
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12
Restos ✓ ✓
óseos
vasijas ✓ ✓ 1 1 V 3 1 1
Figuras 1
huecas
Platos 1 1
Oconahua • / 1 1
Figurilla 2
Puntas 1
Lajas 1 1

Tabla 29 Contenido de las ofrendas (elaborada a partir de Cach, 2003)

En síntesis, puede decirse que el tipo Oconahua formó parte del repertorio de
objetos de prestigio dentro de la Tradición Teuchitlán. Esta idea se apoya en la
distribución del tipo tanto al interior del recinto ceremonial como en las unidades

130
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

habitacionales. Como puede observarse en la tabla 3025, la densidad más alta del
tipo ocurre en el círculo 1 (aún cuando solo se ha contabilizado el material de la
estructura 7). Es evidente que la jerarquía de los círculos dentro del recinto obedece
no solamente a criterios como el tamaño y diseño de los edificios; esto se infiere al
comparar la densidad entre el circulo 1 y el circulo 10 (cuyo material si esta
contabilizado por completo).

Si se recuerda el capítulo anterior se notará que aún dentro de las unidades


habitacionales la distribución del tipo es dispareja; se le encuentra en mayor cantidad
en La Joyita A (unidad habitacional directamente asociada al circulo 6) seguido de El
Lienzo, El Tescalame, Plaza IV y La Joyita B. La cantidad de material parece ir
disminuyendo conforme los contextos donde se encuentra se van alejando del
recinto ceremonial (tabla x).

A partir de estos datos se pueden realizar algunas inferencias concernientes a la


jerarquización social de las unidades habitacionales. Descontando el material de los
círculos asociados a cada unidad habitacional, el primer lugar estaría ocupado por La
Joyita A, seguida de la unidad El Lienzo, El Tescalame, y La Joyita B26

Mientras que las primeras 3 unidades cuentan con un circulo ceremonial la última no.
Cabe destacar también que tanto en El Lienzo como en el Tescalame la mayor parte
del material Oconahua se localiza en los círculos, no en las unidades; paralelamente
la densidad del tipo Oconahua Regular se incrementa más o menos en la misma
proporción en que disminuye el Oconahua fino. Un aspecto más a considerar es el
hecho de que algunas de las piezas Ahualulco parecen francas imitaciones del
Oconahua (figura 59) y su número aumenta conforme la cantidad del segundo
disminuye.*2
6

5 En el capitulo 2 se mencionó que en el conteo ilustrado en las tablas tipológicas no se había


segregado el material de las capas irrelevantes. Las tablas presentadas en este capítulo ya muestran
las densidades de aquellas capas donde se encontraron los pisos o donde se infirió el nivel de
ocupación de las estructuras durante la excavación. ',
26 El Patio IV no se considera dado que no es un conjunto residencial. Esta directamente asociado con
los círculos mas grandes de Loma Alta y se trata de un grupo arquitectónico único taníj j e n
Guachimontones como en Loma Alta que merece todo un estudio e interpretación aparte.

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Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

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8 S 6 8 o O 8 1
8 o 8
o o o 8 8
Frente Estructura á
C irculo 1 E stru ctu ra 7 314 388 180 882
C írculo 10 36 96 5 137
La J o v ita A E stru ctu ra 1 4 13 17
E structura 2 49 34 3 86
E stru ctu ra 8 35 59 2 96
1 1
E stru ctu ra 2 1 1
Plaza 7 11 18
Plaza 9 30 2 41
O tro s c o n te x to s 48 61 3 112
La J o v ita B E stru ctu ra 1 15 30 1 46
E structura 2 1 1 2
E stru ctu ra 3 1 1
El Lienzo 3 3
C irc u lo E 15 16 13 2 10 12 12 1 9 7 1 3 1 102
U nidad H a bitacional 8 1 31 5 11 20 19 2 6 103
P a lio IV E structura 1 9 3 17 5 11 1 6 3 55
E structura 2 1 1 2 2 1 2 9
El T e s c a la m e 2 2
C irculo 1 1
C irculo 1 5 3 1 35 7 3 12 13 6 1 2 12 100
U nidad H a bitacional 1 1 2
U nidad H a bitacional 15 4 12 3 5 2 1 14 1 1 3 2 18 1 81
U nidad H a bitacional 4 1 4
T otal ge ne ral 1 1 53 4 574 9 11 12 763 41 45 2| 1 26 1 9: 7 3 7 1 2 2 38 2 197 1 1 9 0 2

Tabla 30 Distribución del tipo Oconahua en los diversos frentes de excavación

Además de la distribución del tipo Oconahua, existen otros argumentos que hablan a
favor de su uso como bien de prestigio. Uno de ellos es el hecho de que las pocas
reparaciones detectadas durante el análisis cerámico se concentran en este grupo.
Este dato se ha registrado no sólo en las colecciones de Teuchitlán sino también en
otros lugares como Tabachines: “Otra característica notable es el delgado grosor de
la pared de estos objetos (de tres a cinco milímetros), rasgo que la convierte en una
cerámica fina, destinada a utilizarse en la mesa. En este grupo se encontraron
agujeros de remiendo, con los cuales se restauró vasijas rotas, detalle que da idea
de lo apreciadas que fueron éstas (las vasijas Tabachines), pues las piezas
incompletas no eran desechadas, sino que una vez restauradas siguieron siendo
utilizadas.” (Galván, 1991:263)
La importancia de detectar remiendos radica en que a través de su estudio puede
accederse al conocimiento del tipo de valor que sistémicamente se le otorgaba al
material:
“Si la reparación se examina de manera sistemática y cuantitativa dentro de una
colección bien estudiada, los valores prehistóricos dados a varias formas de lozas de
cerámica, generalmente se pueden deducir.” (Senior, 2001:134)

132
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Figura 59 Tiestos Oconahua y Ahualulco

P roducción especializada

La especialización se encuentra directamente relacionada con la estandarización del


objeto que se produce, alcanzada mediante la repetición constante de la actividad de
producción.
Este indicador se ha señalado siempre como un componente esencial de una
sociedad estratificada; sin embargo, inferirlo arqueológicamente dentro de la
Tradición y específicamente dentro de las unidades habitacionales resulta un
proceso complicado. Lo anterior se debe en primer lugar a la pobre conservación de
los edificios en general y en segundo lugar, no se han localizado los lugares o
talleres donde la producción de artefactos específicos se llevó a cabo, con la
excepción de la industria de talla de obsidiana.
No obstante lo anterior, una de las maneras de conocer la especialización es a
través de los objetos mismos; dos clases de artefactos se usan en este estudio para
inferir la especialización: la cerámica y la lítica.

133
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Cerámica
Ya se ha tratado en el capítulo 2 acerca de la tecnología empleada en la
manufactura de los diversos tipos identificados; en este sentido, el tipo Oconahua se
presenta con un ejemplo perfecto de especialización.
López Mestas (2005) realizó una investigación cuyo objetivo fue determinar si los
grupos cerámicos Oconahua y Ahualulco mostraban indicios de producción
especializada. Para comprobarlo, se formaron grupos de vasijas provenientes de
Huitzilapa, San Sebastián y San Juan de los Arcos. La importancia de conocer el
grado de especialización de las vasijas radica en que:

“Dichos objetos tendrían un papel especial al comunicar los valores sagrados o rituales,
convirtiéndose en un elemento integrador de la identidad social a la vez que, al tener una
distribución restringida, también comunicarían las diferencias sociales internalizadas por
el grupo.” (López Mestas, 2005:234)

Tres aspectos fueron tomados en cuenta para establecer si existía o no


especialización: la variabilidad en las formas manufacturadas (estandarización), la
tecnología empleada para producirlas y la calidad del producto terminado.
Para conocer la variabilidad los conjuntos se integraron atendiendo a características
morfológicas y tamaño de las piezas; posteriormente se calculó el coeficiente de
variación en cada categoría y los resultados mostraron una variación menor al 10%,
especialmente en los grupos bícromos.
El aspecto tecnológico en la manufactura de las piezas brindó más evidencia de
especialización. En primer lugar se sabe que las piezas fueron manufacturadas
dentro del área de estudio (el Corredor de La Venta) guardando similitudes en
cuanto a métodos de producción como la selección y preparación de la materia prima
y la técnica de fabricación (Beekman y Weigand, 2000:90). Del mismo modo, la
cocción se controló adecuadamente y a partir de la observación directa del material
se infiere que se utilizó la misma temperatura en todas las piezas; este control en la
cocción fue posible si se recuerda por ejemplo el fogón/horno excavado en La Joyita
A (capítulo 2).

En lo que concierne a la alta calidad en el terminado de las vasijas se observó en los


tratamientos de superficie (los tiestos muestran en excelente pulido) y en la

134
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

decoración, ya que las muestras poseen motivos ornamentales geométricos


cuidadosamente delineados así como motivos zoomorfos y abstractos.
Finalmente, hay que mencionar nuevamente el uso que se le dio al tipo Oconahua
como parte de la parafernalia funeraria en todos los sitios mencionados y su alta
densidad en las plataformas de los círculos ceremoniales, quizá como parte del
mobiliario sacro de los templos.
Las conclusiones de la investigación fueron:

“Por medio del análisis de los atributos métricos de una muestra de vasijas de los grupos
Oconahua y Ahualulco, se infiere que éstos fueron elaborados por artesanos
especializados, ya que muestran una homogeneidad sólo lograda por la destreza
adquirida mediante la repetición constante de una actividad. La alta frecuencia de los
tipos referidos, utilizados en actividades rituales, muchas de las cuales tuvieron que ver
con ceremonias funerarias, indica que no se manufacturaron con fines utilitarios.
Asimismo, la asociación de estas vasijas con otros bienes suntuarios de distribución
restringida como el jade, la concha y la pizarra, implica que parte de su función fue servir
como bienes de prestigio de segmentos sociales de alto estatus.” (López Mestas,
2005:243)

El que se considere al tipo Oconahua como un objeto de prestigio se ve sustentado


además por el hecho de que existe la variante del Oconahua regular así como varias
vasijas de tipo Ahualulco que parecen imitar a las primeras. Recuérdese también que
las densidades de dichos tipos son inversamente proporcionales.

Otro indicio de especialización dentro de los artefactos de cerámica lo provee la


figura monumental localizada en la estructura 8 de La Joyita A. Se trata de una
escultura antropomorfa dotada de gran realismo y hecha en escala casi natural.
Estas estatuas son poco comunes27, aún dentro de las colecciones privadas de
museos y particulares; en contextos científicamente controlados apenas se conocen
228. Se encontró aproximadamente un 20% de la escultura y entre los pedazos
hallados puede mencionarse un hombro completo y fragmentos bastante grandes de

Weigand presenció un saqueo cerca del poblado de Oconahua donde se abrieron algunas
plataformas y se recuperaron 5 de estas esculturas; de alguna manera llegaron a Estados Unidos y
son las que aparecen ilustradas en Townsend, 1998. Son las únicas esculturas de grandes
dimensiones que se conocen hasta el momento. '
28 Recientemente se encontraron fragmentos de una segunda escultura en el frente de excavación La
Gran Plaza, dentro del recinto Guachimontones. Debido a lo reciente del hallazgo los datos ^ ^^ sa
figura no se incluyen aquí. .

135
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

los brazos, piernas, pecho y espalda. Los segmentos indican que el muñeco estaba
en posición sedente y pudo alcanzar una altura entre los 60 y 80 cms.
aproximadamente.

Gracias a los trozos encontrados (la nariz, específicamente) se sabe que pertenece
al estilo Ameca-Etzatlán (figura 60). Al igual que en el caso de la obsidiana, la
fabricación de una de estas figuras implica el trabajo de artesanos especializados.
Esto se debe, en primer lugar, al gran tamaño de la pieza que requiere de un
complejo proceso de elaboración.
Weigand (comunicación personal) documentó etnográficamente la secuencia
completa de manufactura que se describe a continuación:

La figura no puede ser modelada cuando la arcilla esta muy fresca porque el peso
del muñeco provoca que éste se colapse sobre sí mismo. La escultura se modela
haciendo primero grandes placas de pasta que se dejan secar hasta alcanzar cierto
grado de plasticidad. Se sabe que las secaron sobre petates porque la impresión de
éstos se conserva aún en el interior de los tiestos.

Una vez que las placas están en óptimo estado se comienzan a unir unas con otras
para formar las distintas partes del cuerpo. La figura se va completando poco a poco,
vigilando constantemente que las paredes de la misma no se deformen en el
proceso.
Aunque no se recobraron fragmentos de las manos, pies o cabeza (con excepción de
la nariz) es fácil suponer que algunas partes del modelo eran sólidas, como los
dedos de las manos y pies o las orejas. En el caso de la pieza de La Joyita, no se
puede determinar si el muñeco contaba con elementos ornamentales como tocado,
aretes, collares, etc. Los tiestos hallados tampoco dan indicios acerca de su
vestimenta.

Es importante considerar que el tiempo y trabajo invertido en estas estatuas no deja


margen de error; si se fracturan durante la secuencia de modelado o en el secado, la
figura se repara adecuadamente para que pueda cocerse después, igual que ocurre
entre los alfareros actuales cuando fabrican piezas grandes (por ejemplo, las ollas
cocuchas, en Michoacán).

136
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

La escultura estaba pintada; se distinguen los colores rojo y negro pero no es posible
discernir diseños ornamentales dada la erosión que afectó a los tiestos.
(Weigand, comunicación personal).
Hasta fechas muy recientes se pensaba que estas esculturas tenían fines
específicos funerarios. El contexto en que se halló esta figura indica que además del
uso funerario sirvió también como elemento central en adoratorios especiales, quizá
representando a un señor o algún otro personaje importante.
No se puede decir por el momento si el origen de la pieza es local o foráneo, pero en
cualquiera de ambos casos hay que asumir que la producción, distribución y uso de
estos muñecos estuvieran supeditados al control de la elite.

Figura 60 Escultura Ameca-Etzatlán similar a la encontrada en La Joyita A (según Townsend, 1998)

Lítica
A lo largo de todo el tiempo que duró la Tradición Teuchitlán se estuvieron
explotando de manera sistemática e intensiva los yacimientos de obsidiana que se
localizan en las cercanías del sitio, como El Pedernal, por ejemplo (Esparza, 2004).

Las minas localizadas en los yacimientos y los grandes talleres registrados en los
alrededores del recinto revelan que la mencionada explotación debió ser urt^trabajo
de tiempo completo o al menos de una buena parte del año. nf
f i:

1 37 ,
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

La diversidad de productos fabricados y las técnicas empleadas en su elaboración


sugieren una especialización (Soto de Arechavaleta, 1982), como ejemplo puede
mencionarse toda la gama de joyería de obsidiana encontrada formando parte de las
ofrendas del círculo 6 y algunas piezas más recuperadas en diversos frentes de
excavación del sitio (Weigand, 2005).
Dentro de las unidades habitacionales en general no se encontró joyería pero si se
recolectó una buena cantidad de puntas de proyectil, algunas navajillas prismáticas,
raspadores y un sinnúmero de lascas y desechos de talla que indican una fuerte
actividad dentro de los conjuntos y una gran demanda de productos de obsidiana.
Además de la producción para satisfacer la demanda interna, la obsidiana de esta
región ha aparecido en lugares distantes (Weigand y Esparza, comunicación
personal). De esta manera, se sabe que existió un comercio regularizado y en
ocasiones a larga distancia que necesariamente tuvo que estar controlado y
mantenido por una estructura social que requirió cierto grado de complejidad.

Este control ejercido entonces por la clase dominante se extendía también a cierto
tipo de objetos como la joyería, y posiblemente esa sea la razón por la que no se han
encontrado esa clase de artefactos en la unidad residencial. En la tabla 31 puede
observarse que las herramientas aparecen con más frecuencia dentro de las
unidades habitacionales. Sin embargo, existe evidencia de que la talla de dichas
herramientas se realizaba en algunas plataformas de los círculos ceremoniales
adonde llegaban materiales ya en los últimos procesos de manufactura (Esparza,
2003:77)

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Frente Estructura O.
Círculo 10 1 1
Tescalame Estructura A 3 1 4
El Lienzo Circulo 2 4 6
Circulo 3 2 9 9 30 3 2 1 59
Unidad Habitacional 6 5 115 2 2 1 5 136
Patio IV 2 2 4 1 3 12
Tescalame Círculo 3 3
Circulo 1 1 1 12 1 9 25
Estructura A 1 7 2 10
Unidad Habitacional 1 7 3 2 4 2 74 1 2 10 1 19 126
Unidad Habitacional 1 2 1 4
Total aeneral 4 12 5 5 3 19 16 254 5 1 2 1 17 2 1 1 38 386

Tabla 31 Distribución de herramientas de obsidiana

138
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

El ritual público

Otro aspecto importante al momento de indagar en la complejidad social lo


constituye el ceremonialismo, especialmente si pueden detectarse niveles públicos y
privados. En el caso del sitio Guachimontones, ha podido inferirse que los círculos
cumplían un papel importante dentro de las actividades religiosas de la sociedad. La
principal de las ceremonias inferidas es la siguiente:

“El Xocotl Huetzi fue la ceremonia central de una de las dieciocho veintenas del
calendario del centro de México. La veintena fue también conocida como el
hueymiccailhuitl. Como se describe en fuentes españolas e indígenas, el ritual involucró
el establecimiento de un poste de aproximadamente la misma altura que la del poste del
volador. Encima se pusieron banderas o una imagen de un pájaro, del dios de fuego y
tiempo Xiuhtecuhtli, o la deidad otomí relacionada con él, Otontecuhtli. El baile, la comida
y el pulque fueron parte de la ceremonia, la cual culminaba en una competencia entre
jóvenes para subir al poste y capturar la imagen. En un momento de la ceremonia, uno o
más individuos eran sacrificados con fuego. El Xocotl Huetzi tenía lugar en el otoño, y
probablemente se asociaba con la primera cosecha de maíz verde.” (Beekman, 2005:76)

Este tipo de ceremonial es público y sin duda relevante para la comunidad en


general. Existen evidencias directas de la realización de este rito (o uno parecido) en
el recinto Guachimontones ya que se han encontrado las huellas de los postes en
los altares centrales del círculo 2 y del 4, en medio de La Gran Plaza, así como en el
altar de El Lienzo y en otros lugares como Navajas.
En vista de que la evidencia arqueológica parece indicar la celebración del ritual
merece la pena que se describa a fondo:

“Durante la fiesta de tlaxochimaco ivan al monte, cortavan un árbol de altura de veinte y


cinco brazas y traíanle arrastrando hasta el patio de este dios. Allí le escamondavan y le
levantaban enhiesto, y estava assí enhiesto hasta la vigilia de la fiesta; entonce le
tornaban a echar en tierra con mucho tiento y con muchos pertrechos para que no diesse
golpe. La vigilia de esta fiesta, bien de mañana, venían muchos carpinteros con sus
herramientas y mondávanle y hazíanle muy liso. Después de mondado y haverle
compuesto con muchas maneras de papeles, atávanle sogas y otros mecates y
levantávanle con muchas bozes y muchos estruendos, y afixávanle muy bien.” (Sahagún,
2003:125)

139
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

La fiesta se dividía en dos periodos, el primero de ellos acontecía en el noveno mes


(figura 62) del calendario azteca denominado Tlaxochimaco (según Sahagún) en
que se realizaba la ceremonia de Miccailhuitontli o “fiesta de los muertecitos” (Durán,
2002:268). Parte de las celebraciones realizadas consistía en cortar y “consagrar” el
poste que serviría para las fiestas del siguiente mes:

“Cortaban este dia un grande y grueso madero de los mayores y mas gruesos que en el
monte había y solamente le quitaban la corteza y lo alisaban: alisado le traían y le ponían
a la entrada de la ciudad o villa y en llegando que llegaban con él salianlo a recibir los
sacerdotes de los templos con cantos y bailes y vocinas la gente del pueblo con ofrendas
y comidas y sahumerios de copalli y otros encienzos.” (Durán, 2002:269)

El tronco permanecía ahí durante los veinte días del mes; en ese transcurso se le
ofrendaba comida, se bailaba y cantaba alrededor de él e incluso se le ofrendaba
sangre mediante el autosacrificio.
Pasado este mes y comenzando el de Xócotl Huetzi:

“[ ^ ] llegado el dia de la fiesta la bispera antes a medio dia en punto metian aquel madero
en la ciudad y hincabanlo en el patio del gran tenplo y arriba ponian aquel pajaro de
massa y a los pies aquellas piñas de la mesma massa sobre que parecia estar sentado
acauado de hincar yban luego al brasero diuino que assi le llamauan y encendian lumbre
en el echauan tanta leña que hacia vna candelada grandissima.” (Durán, 2002:126)

Una vez que estaba preparado el poste y se encendía la hoguera se procedía a


realizar una serie de cantos y bailes dirigidos por un personaje disfrazado de ave,
ataviado con plumas y sosteniendo una sonaja en cada mano.

A continuación se sacrificaba a varios esclavos vestidos de dioses arrojándolos a la


hoguera y sacándolos después para extraerles el corazón. Al final de la ceremonia
los asistentes jóvenes a la misma competían entre sí por trepar primero el poste y
hacerse con el pájaro que estaba ahí colocado (figura 61).
Posteriormente el poste era derribado y la concurrencia se lanzaba sobre él para
obtener un trozo.

140
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Figuras 61 y 62 Ceremonia de Xocotl y mes en que se celebraba (tomado de Durán 2002, láminas 19
y 48)

Es muy debatible la idea de proponer que esta fiesta se realizaba del mismo modo
descrito en la Tradición Teuchitlán. Empero, existen varias similitudes que vale la
pena mencionar.

En primer lugar tenemos la forma de la ceremonia en sí, es decir, la colocación del


poste, los banquetes ofrecidos, los bailes, los cantos y las ofrendas. Por otro lado, la
información contenida en las maquetas concuerda en algunos puntos con los datos
de las fuentes documentales (Von Winning, 1996) ya que en varias de ellas pueden
observarse representaciones de las actividades descritas en los documentos (figuras
63a y 63b).
En cuanto al dato arqueológico, además de haber localizado las huellas de poste en
los altares de los círculos, existen asimismo trabajos como el de Butterwick (2006)
quien además de mencionar también la fiesta del Miccailhuitontli analiza varias
figurillas y describe los banquetes rituales que se representan en ellas.
Etnográficamente, se sabe que parte de los preparativos para el rito del volador es
un banquete con ofrendas a los dioses y a los difuntos (Stresser-Péan, 2005)
Como se recordará, el análisis cerámico realizado señaló la presencia de varios
tipos y subtipos cerámicos que fueron elaborados con el fin específico de prepara^ y
.-M

141
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

servir alimento. Recuérdese también que varias de las piezas analizadas son de
gran tamaño, lo cual apoya la idea de los banquetes realizados en los patios.

Figura 63a Maqueta de cerámica (tomado de Townsend, 2006:148) y 63b Ceremonia en un poste.
Códice Borbonicus, lámina 10.

El ritual dom éstico

En el capítulo anterior se expusieron los resultados de los análisis químicos


realizados en el estructura 1 de La Joyita B. como se recordará, las concentraciones
más altas se dieron alrededor de la fosa central de la habitación, y el análisis de
fosfatos y proteínas sugirió la utilización de sangre en las ofrendas.
Otro sector interesante es el lado E de la estructura que presenta altos valores de
residuos proteicos y de fosfatos asociados a un incremento de valores de pH, por lo
que en dicha zona bien pudo existir una zona de preparación y consumo de
alimentos, particularmente la zona NE. Esta interpretación sería lógica si se toma en
cuenta de que se trata de un espacio habitacional. Sin embargo, de ser cierta la
existencia de un altar central desmontado, como se expondrá mas adelante, esta
interpretación carecería de fundamento.

142
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Antes de pasar a la interpretación apoyada por el análisis, es necesario indicar que la


actividad ritual es un medio poderoso a través del cual los grupos sociales se definen
a sí mismos y a sus tradiciones (Bell, citada en Plunket, 2002:4) y forma también un
método efectivo de reproducción social.
Siendo así, los rituales domésticos pueden verse como el principal mecanismo de
más bajo nivel con que la sociedad cuenta para integrar de manera progresiva a los
elementos de la misma, desde los grupos domésticos, pasando por los barrios hasta
llegar a nivel de sitio (Manzanilla, 2002:43).

Uno de los mayores problemas al momento de realizar estudios de rituales


domésticos es el cómo distinguir entre objetos prácticos y objetos rituales (Plunket,
2002:5) dado que algunos artículos de uso cotidiano con frecuencia se utilizan un los
ritos (p. ej. navajas de obsidiana).
Whitehouse (citada en Plunket, 2002:5) propone una clasificación en 6 categorías de
los objetos utilizados en ritos:

a) Sacros: Son los objetos considerados divinos o que representan lo divino


(estatuas, objetos en bulto, etc.)
b) Devotarios29: Son las representaciones del devoto (las figurillas de occidente
son un buen ejemplo)
c) Ofrendas: Se identifican como artículos destinados al uso de alguna deidad e
incluyen alimento, incienso, animales sacrificados y objetos utilizados para
consagrar edificios.
d) Equipo ritual: Son los objetos utilizados para llevar a cabo el ritual pero no son
sagrados en si. Algunos objetos de esta categoría son los trajes religiosos,
incensarios, instrumentos para las sangrías, etc.
e) Bienes mortuorios: Todos aquellos objetos colocados con los difuntos.
f) Objetos rituales personales: Esta es la categoría menos trabajada pero aquí
se engloban artefactos tales como los amuletos personales (anillos, collares,
pendientes, etc.) Es posible que ciertos adornos corporales como pintura,
tatuajes o escarificaciones puedan entrar en esta categoría.

Este término (votaries) no cuenta con traducción adecuada al español.

143
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

A pesar de la ausencia del objeto sacro y de los objetos ofrendados en la E1 es


posible identificar parte del equipo ritual, especialmente cerámica de preparación y
servicio de alimento además de artefactos líticos.
La traza química es relevante en este caso porque constituye el residuo de la
utilización de objetos del equipo ritual y de las ofrendas.

Un elemento común a la mayoría de los rituales en toda Mesoamérica es la sangre.


Asociados a este elemento pueden encontrarse los artefactos del equipo ritual
usados para tal actividad como cuchillos, navajas, etc. En el caso de Tetimpa, en
Puebla, se encontraron navajas de obsidiana en los altares domésticos, junto con
restos de animales sacrificados, como pájaros (Plunket y Uruñuela, 2002:34)

Los ritos domésticos se llevan a cabo generalmente en los patios de las unidades
habitacionales y por tanto puede observarse una tendencia a realizar las ceremonias
siempre en el mismo lugar. En las unidades habitacionales de Los Guachimontones
puede observarse que no solo se realizaba este tipo de actividad en los patios
(Herrejón, en prensa); también se efectuaban al interior de algunos edificios.
En la Joyita A están la E4 y la E8 como ejemplo de lo anterior; dentro del conjunto de
la Joyita B cada edificio tuvo una función particular y la estructura 1 funcionó como
capilla o santuario.

El hecho de haber retirado el objeto u objetos del centro de la habitación puede ser
un indicador del proceso de abandono. Durante la excavación no se encontraron los
objetos que se esperaría estuviesen asociados al objeto sacro, es decir, ofrendas,
objetos devotarios o bienes mortuorios. Esto quiere decir que los habitantes tuvieron
el tiempo suficiente para recuperar el objeto sacro así como aquellos elementos que
quizá estuvieran ofrendados, como figurillas, puntas de proyectil, navajas o cuchillos
de obsidiana, etc.

A continuación se presentan 3 posibles interpretaciones de la E1. Es necesario


señalar que las 3 tienen limitantes en común. La primera es la ausencia de los
elementos que apoyarían de manera definitiva alguna de ellas; se espera remediar
esta situación cuando finalice el análisis de los materiales ya que es posible que al
menos parte del equipo ritual pueda ser identificado. La otra limitante es la^,pobre

144
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

conservación del resto de los edificios ya que no se encontraron los pisos; esto trae
como consecuencia la falta de material que sirva de referencia para la interpretación.

Los altares m óviles

La primera de las interpretaciones tiene que ver con una costumbre que se ha
documentado en otras partes de Mesoamérica. Por el patrón de enriquecimiento de
los fosfatos que rodean la fosa, es posible que se trate de un altar desmontado.
Casos parecidos han sido reportados para Oztoyahualco, en Teotihuacan, donde en
patios se realizaron ceremonias alrededor de altares móviles (Manzanilla y Ortiz,
1997; Barba, Ortiz y Manzanilla, en prensa, Manzanilla, 2002). Otro caso parecido se
reporta para Izamal en donde se encontró un altar al centro de un cuarto con valores
altos de fosfatos rodeándolo (Bautista, 2005).

Un elemento que pudiera apoyar esta interpretación es la existencia de las


denominadas “maquetas” (figura 63a). Se trata de esculturas de cerámica que
representan escenas diversas de la vida cotidiana; las mas complejas incluyen
figuras a escala de varios edificios y de guachimontones así como de personas
ocupándose de diversas actividades como la preparación de alimentos, el baile,
ceremonias religiosas (como la del palo de volador), etc.
Algunas de estas piezas alcanzan tamaños de hasta 43 cms. de diámetro por 31 de
altura (Von Winning, 1996:290), dimensión comparable con la de algunos altares
teotihuacanos.

Si bien los resultados químicos parecen respaldar esta opción, algunos aspectos la
complican. El primero de ellos consiste en que ninguna maqueta ha sido
científicamente excavada. Los informes de los saqueadores reportan que las piezas
provienen de tumbas de tiro; por tanto, no se cuenta con el conocimiento de los
contextos exactos de la procedencia de las maquetas.
Otro aspecto es que a la fecha no se encontrado ningún ejemplar completo de estas
piezas dentro del sitio, aunque si se han recuperado fragmentos de ellas en los
rellenos de las unidades habitacionales y de varias plataformas del recinto
ceremonial, lo que sugiere su utilización en otros contextos además del funerario.

145
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Un punto más a considerar es que la principal diferencia entre los altares


teotihuacanos y las maquetas de occidente es el tema. Mientras que los altares
móviles con frecuencia representan a un dios específico las maquetas de occidente
reflejan diversos personajes de la sociedad llevando a cabo tareas que no siempre
pueden ser calificadas de religiosas.
Debido a lo anterior no parece que puedan ser consideradas bajo la categoría de
objeto sacro, sino más bien devotario.

El culto dedicatorio

Entre el repertorio de ritos que se llevan a cabo en contextos domésticos están


aquellos que involucran a la casa en sí. En Chalcatzingo, por ejemplo, se ha
encontrado evidencia que demuestra que las casas eran demolidas, quemadas y
reconstruidas cada cierto tiempo y en el mismo lugar. Después de cada evento se
depositaron animales sacrificados y cuentas de piedra verde (Grove, citado en Grove
y Gillespie, 2002:17).
Estos ritos tienen como finalidad el dedicar la casa a alguna deidad o deidades con
el fin de que protejan a la casa y sus ocupantes (ibidem).
Sin embargo, la interpretación de un ritual dedicatorio en la E1 de La Joyita B no se
sostiene dado que este tipo de rituales se realiza una sola vez (o muy pocas) en la
historia de un edificio, principalmente cuando se construye, remodela o amplia.

Como se mencionó anteriormente, la traza de elementos químicos se forma y se


conserva en gran parte gracias a la acción repetida de las actividades que la dejan
como residuo. En el caso de los ritos dedicatorios, parece poco probable que la
huella química se conservara dada la reducida cantidad de ocasiones en que se
celebraban. Aunado a lo anterior, baste recordar que el tránsito diario por el piso de
una casa es suficiente para borrar de manera efectiva todos los residuos químicos.
Una cuestión más que es que la ofrenda depositada en un rito dedicatorio por lo
general no se retira de su lugar, contrario a lo sucedido en la E1.

146
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

El culto a los ancestros

Uno de los ritos mas generalizados en Mesoamérica es el del culto a los ancestros.
Cuando el jefe del conjunto doméstico muere se le entierra dentro del mismo y se
convierte en objeto de culto, u objeto sacro. También es frecuente que los restos
ancestrales sean reubicados de un lugar a otro.
Casos como éstos están ampliamente documentados tanto arqueológica como
etnográficamente (Spence 2002:55, Uruñuela y Plunket 2002, Plunket y Uruñuela
2002, Manzanilla 2002, Weigand 2002:58; 2004, Cach 2003, López-Mestas y
Montejano, 2003:22-23)

Si bien la ausencia de elementos adicionales de culto en la E1 dificulta esta


interpretación, existe evidencia en otras áreas del conjunto que pueden servir como
analogía y parecen apoyarla. En la Joyita A se localizó, en la E4, un entierro
secundario que contaba solamente con fragmentos del cráneo y 4 huesos largos
(Herrejón, en prensa). Cach (2003) en el altar central del círculo 6 localizó entierros
secundarios y parciales que él interpreta como restos ancestrales de antepasados
divinizados.
Weigand (2002) ha documentado etnográficamente el caso de los Huicholes donde
se reconocen hasta 5 antepasados que aún son referidos por sus nombres, mientras
que los ancestros anteriores son conocidos con nombres genéricos y son objeto de
culto.

En la E8 de La Joyita A se encontraron los restos fragmentados de un escultura


antropomorfa de tamaño natural (Herrejón, en prensa) del tipo Ameca-Etzatlán.
Estas esculturas sólo habían sido encontradas en tumbas de tiro y ninguna de las 5
figuras que se conocen procede de excavaciones arqueológicas. Weigand
(comunicación personal) ha sugerido que estas esculturas representan a personajes
de edad avanzada y que por el contexto donde se han hallado personifican al difunto
o a sus ancestros. De ser correcta esta apreciación podría interpretarse a la E8 como
algo que los huicholes llamarían un siriki o casa de los antepasados (Weigand,
2004). Del mismo modo, llama la atención el hecho de que los fragmentos de
figurillas encontrados se concentran en las unidades habitacionales (tabla 32); se ha

55!
147
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

sugerido que al menos algunas de estas figurillas estén también relacionadas de


algún modo con el culto a los antepasados.30

“No creo, sin embargo, que los cementerios del Occidente muestren alguna forma de culto
ancestral. Los pueblos que practican el culto a sus antepasados mantienen, de alguna
manera, la presencia de éstos; se les momifica, se les hacen estatuas que pueden, cosa
ésta sin mayor importancia, parecérseles o no; pero lo que es indudable, es que se desea
asegurar la sobrevivencia del ancestro, haciendo que su esencia física sea transferida a
una imagen . y, además, lo que reúne la más grande significación, la imagen permanece
visible, en relación permanente con la comunidad.” (de la Fuente, 1994:19, 20)

Además de la figura antropomorfa y las figurillas, recuérdese el hallazgo de la


escultura de piedra en el mismo sector. Williams definió 3 grupos escultóricos dentro
del corpus estudiado por él: figuras antropo-zoomorfas, zoomorfas y antropomorfas.
Asumiendo que la escultura de La Joyita está representando a un personaje
“encamado”, ésta sería de la tercera categoría. Al respecto de dicha categoría dice:

“Las figuras antropomorfas se interpretaron como representaciones de ancestros tribales;


algunas tenían una fuerza sobrenatural propia, y en algunos casos pudieron haber
formado parte de ritos ligados al ciclo agrícola, tal vez como deidades de la fertilidad.”
(Williams, 1992:97).

Es lamentable que los pisos de la E8 no se conservaran porque su análisis químico


serviría como punto de referencia para la E1.
Los datos aportados por el análisis químico indican la presencia de sangre alrededor
de la fosa central del cuarto. El mismo análisis sugiere la existencia de una pequeña
zona de preparación de alimentos al S de la estancia y señala además la presencia
de materiales orgánicos alrededor de la fosa, que bien pueden ser de carne.

Entre las maquetas mencionadas con anterioridad pueden observarse figuras


humanas que están practicando el autosacrificio traspasando sus mejillas con agujas
o punzones de material desconocido (Von Winning, 1996:244-246). En otras figurillas
pueden verse individuos preparando alimentos y participando en diversas
ceremonias; tanto la sangre como el alimento son elementos que se asocian al culto

0 Esta idea no es novedad; ya desde 1903 Adela Breton escribía: “Parece haber sido la costumbre en
esta parte de México (occidente) colocar figuras retrato alrededor de un tumulus, probabiementej
representando miembros del hogar del difunto” (Breton, 1997:224) .

148
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

ancestral. Hay que recordar además que los restos de los ancestros poseen mucho
valor y en ocasiones son reubicados.

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T o ta l g e n e ra l 29 1 6 1 111 1 3 1 153

Tabla 32 Distribución de figurillas en los diversos frentes

Figura 64 Figurillas localizadas en las unidades habitacionales

149
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Síntesis y consideraciones finales

La estratificación social puede verse no como una serie de escalones definidos sino
más bien como una curva que asciende de manera paulatina. Las clases sociales
solo son marcadamente visibles cuando se compara el estrato más alto con el más
bajo.
A lo largo de este trabajo se ha visto que las unidades habitacionales presentan
diferencias importantes en términos arquitectónicos; se ha argumentado además que
esas diferencias responden a desigualdades socioeconómicas dentro del grupo.
Dichas desigualdades se reflejan en otros aspectos como la posesión diferencial de
bienes de prestigio (loza Oconahua específicamente) que se encuentran dentro de
las casas pero también depositadas como ofrendas fúnebres en las tumbas.
Otro aspecto importante lo constituye la producción especializada de diversos bienes
que se encuentran también dentro de las viviendas y cuya limitada distribución nos
remite nuevamente a un acceso restringido de los mismos. Ejemplos de lo anterior
son las esculturas antropomorfas de cerámica y piedra que se encontraron en La
Joyita A.

El último indicador considerado en esta investigación es el ritual. Su estudio es


importante porque al mismo tiempo que las sociedades fueron cambiando su
organización sociopolítica hacia formas mas complejas fueron construyendo también
grandes monumentos y entornos ceremoniales para los sacerdotes y gobernantes
(Plunket, 2002). De este modo muchos aspectos rituales evolucionaron a niveles
mas allá del doméstico pero el ritual siguió utilizándose para crear y expresar
relaciones entre los miembros de los conjuntos habitacionales y entre varios
conjuntos habitacionales
En la antigua Mesoamérica, el ritual doméstico, el llevado a cabo en los patios y el
público u estatal pueden ser vistos como sistemas que se traslapan y que a veces
actúan en armonía pero otras veces contribuyen a aumentar la tensión sociaJl|Es

150
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

imposible separar estos sistemas y discutir uno de ellos implica referencias de los
otros (Plunket, 2002)
Un ritual publico refleja la ideología y la postura “oficiales” de la sociedad y esta
impuesto por la clase gobernante. “La religión, como parte de la superestructura,
está actuando de acuerdo con las necesidades e intereses de quienes determinan el
control político y económico.” (Matos, 2000:149)
Tomando en cuenta lo anterior, la presencia del ritual del Volador en Teuchitlán
como ceremonia pública es importante porque “los postes no sólo representaban el
axis mundi como conducto entre el plano celestial y el terrenal, sino que se erigían
encima de tumbas colocadas al centro de los complejos arquitectónicos, es decir,
lugares en ocasiones consagrados a los ancestros” (Urcid, 2006:71).

Incluso en la actualidad la relación de esta ceremonia con los ancestros perdura; los
huastecos piensan que “los voladores representan difuntos divinizados, que
acompañan al Sol vespertino en su descenso hacia el horizonte occidental”
(Stresser-Péan, 2005:26).
Esto significaría que ambos niveles rituales (público y doméstico) compartían la
misma devoción a los antepasados con lo cual se cumpliría una función primordial
de cohesión dentro de la sociedad. Por un lado estaría la ceremonia pública en la
que participarían de manera conjunta tanto gobernantes como gobernados; por el
otro lado tendríamos ritos domésticos destinados a los ancestros divinizados.
En el ámbito de la vida cotidiana ya se ha argumentado el porqué las figuras
antropomorfas de tamaño natural y quizá algunas de las pequeñas hayan
representado ancestros; acerca de la escultura Williams escribe:

“pocas deidades mesoamericanas pueden ser identificadas en la escultura de piedra del


Occidente de México. Asimismo, la pequeña escala y la relativa simplicidad de estas
figuras sugieren su uso en cultos aldeanos o domésticos, más que en cultos públicos del
tipo dedicado a las principales deidades en los centros urbanos de Mesoamérica
Nuclear. Una posible interpretación para el corpus escultórico del occidente de México
es que algunas de estas figuras pudieron haber representado ancestros tribales. El culto
a los antepasados fue probablemente muy importante para las culturas del Occidente de
México, a juzgar por el uso tan extendido de tumbas y sistemas funerarios bastante
complicados y las ricas ofrendas que formaban parte de este complejo ritual.” (WiNiams,
1992:93).

151
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Los diversos estratos de la sociedad realizarían estos ritos con los recursos a su
alcance; mientras que las personas acomodadas tendrían el lujo de permitirse
esculturas cerámicas de tamaño natural y de piedra, casas de adoración, altares,
guachimontones propios y ricas ofrendas en sus tumbas, las personas con menor
riqueza quizá tendrían acceso únicamente a pequeñas figurillas, tumbas modestas y
pequeños guachimontones asociados a sus casas.

Por el momento, puede decirse que la presencia del culto a los ancestros en la
Tradición Teuchitlán resulta de extrema importancia porque, por un lado, revela hacia
que dirección se encaminaba la vida religiosa de un pueblo en donde la ausencia de
representaciones explícitas de deidades resulta evidente, y, por otro lado, la práctica
de estas actividades (bien que con rasgos y desarrollos propios) ayuda a situar a la
Tradición Teuchitlán, y a esta zona de occidente de México, como parte integral de la
ecumene Mesoamericana con sus amplias y duraderas tradiciones culturales:

“Aunque nunca será posible determinar dónde se originó el ritual del Volador y cuáles
fueron los procesos de su dispersión, es evidente que fue una práctica ampliamente
difundida en Mesoamérica y que sintetiza el precepto filosófico cuatripartita de tiempo y
espacio. Con base en los datos obtenidos recientemente, dicho ritual cosmológico
parece remontarse al menos hacia 600 a.C., lo que implica una continuidad en su
práctica de más de 2 500 años” (Urcid, 2006:74)

En resumen, la propuesta es que, según el marco teórico que se ha estado


siguiendo, la Tradición Teuchitlán presenta una complejidad social que posee
características que la ubican (tentativamente) en un nivel intermedio entre una
organización social de tipo cacicazgo y una organización estatal.

Es evidente que esta cuestión está lejos de ser completamente zanjada. Como se
mencionó al inicio, el propósito de este trabajo no es determinar si Teuchitlán formó
o no un Estado, sino más bien realizar un aporte acerca de uno de los indicadores
de la organización estatal, la complejidad social.

152
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Consideraciones y trabajos a futu ro

El estudio de los rituales domésticos en la Tradición Teuchitlán está apenas


comenzando y ni que decir de la vida cotidiana de aquella sociedad. Desde hace
apenas 3 años que la investigación se ha dirigido a otros puntos importantes fuera
de los edificios monumentales.

A pesar de que el tema de las unidades habitacionales ha sido ya abarcado de


manera relativamente amplia dentro del sitio Guchimontones-Loma Alta es claro que
se requiere la investigación de más conjuntos habitacionales con el fin de ampliar y
diversificar la muestra de estudio.

Algo que falta a futuro es el estudio de unidades pertenecientes a la Tradición pero


bastante alejadas de su núcleo. Bajo el esquema que se ha estado manejando se
esperaría que esas unidades fueran más pobres al compararlas con las unidades
asociadas a los círculos ceremoniales de Guachimontones
A pesar del gran avance en el análisis de los materiales, falta aún estudiar todo lo
recuperado de los círculos, material muy cuantioso y difícil de trabajar por el alto
grado de erosión que presenta.
Una vez terminado la información obtenida servirá para completar el cuadro y
verificar si las interpretaciones aquí expuestas pueden sostenerse o si requieren
modificaciones.

Algunos de los indicadores más poderosos que atañen directamente a la cuestión de


la complejidad social necesitan ser estudiados con mayor profundidad. El primero de
dichos indicadores (y quizá el mas importante) es el de los entierros y las costumbres
funerarias. Con excepción de el circulo 6 y su complejo contenido fúnebre, los
entierros adyacentes al circulo 3 (que aún no son explorados por completo) y los
modestos entierros de La Joyita A no se han podido localizar mas tumbas dentro del
recinto Guachimontones ni en Loma Alta. La información que provee el análisis
detallado de los entierros es crucial al momento de examinar el tópico de la
estratificación social.

153
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Otro indicador importante es el de la producción tanto local como regional y la


especialización artesanal. Como ya se ha analizado, existe evidencia clara de que
algunos productos manufacturados por la Tradición exigieron un avanzado grado de
especialización como la cerámica del grupo oconahua, las esculturas de barro
monumentales, la talla de artefactos de obsidiana, y la construcción y mantenimiento
del sistema de chinampas.
No obstante, no se han encontrado hasta la fecha las fuentes de materia prima ni los
lugares de producción, factor determinante para reconstruir el proceso de
fabricación.

Éstos son algunos de los temas que deben ser considerados dentro del
planteamiento de futuras investigaciones.

154
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

APENDICE 1
Las unidades habitacionales indígenas en la zona Valles de
Jalisco del posclásico tardío y el siglo XVI

El objetivo de este apéndice es presentar un resumen de los trabajos arqueológicos


efectuados durante las temporadas de campo 2001 y 2003 en los sitios Talleres 1 y
Talleres 2 (Figura 65), ubicados a unos 400 metros al S del sitio arqueológico
Guachimontón, en el municipio de Teuchitlán, Jalisco (Figura 1). El análisis del
material se realizó en los años 2003 y 200431.
La finalidad de dicho resumen es presentar una breve descripción de las unidades
habitacionales excavadas y confrontarlas con algunas fuentes históricas del siglo
XVI.

Cabe señalar que dentro de los objetivos del proyecto Teuchitlán estaba la
excavación de unidades habitacionales del periodo clásico y la búsqueda de una
estratigrafía cultural que abarcara las fases propuestas por Weigand para la zona,
fue por eso que se decidió excavar en el área de Talleres. Conforme se avanzó en
los trabajos resultó cada vez más evidente que estas unidades correspondían a la
fase tardía. Fue en este momento cuando se decidió que los objetivos principales
antes enumerados fueran cambiados, esto porque la unidad habitacional resulto ser
más grande y compleja de lo que inicialmente se había pensado en la prospección.
Debido a que los contextos primarios estaban a baja profundidad (40 centímetros en
promedio) ofreció una buena oportunidad para una excavación de tipo extensivo,
necesaria para un completo entendimiento de la unidad.

Al cambiar los objetivos de la investigación, se dio un énfasis mayor a preguntas que


estuvieran más relacionadas, con la función y uso de las unidades habitacionales y al
cambio cultural que hubo desde la fase Teuchitlán a la Atemajac, ya que, ahora se

31La parte arqueológica de este apéndice se extrajo de la tesis de licenciatura presentada por Sm¡||h y
Herrejón (2004) en la Universidad Autónoma de Guadalajara.

155 ^
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

sabe que estas dos culturas están distantes no solo cultural sino temporalmente en
un rango muy amplio de tiempo, por lo que en realidad no hubo una transición. Esto,
porque Talleres resultó ser mucho más tardío de lo previsto, de manera que entre
una ocupación y otra existe un lapso no menor a 700 años32.
Dentro de estos objetivos, se planeó una aportación que ayudara a subsanar la
escasez de investigaciones que existe de esta época en la región, y así poder
explicar y entender el proceso de desarrollo social de la ahora llamada Unidad de
Talleres.
Para realizar este estudio se llevó a cabo distintos tipos de análisis, como el análisis
cerámico, el estudio de las unidades y sus áreas de actividad y la interrelación de
estos en un proceso y estructura sociales.

Lo que se pretende en este trabajo es complementar la información recabada en las


excavaciones arqueológicas y contrastarla con la información disponible en las
llamadas relaciones geográficas del siglo XVI.
Como ya es bien sabido, estos documentos se elaboraron durante las dos últimas
décadas del siglo XVI por mandato del rey de España Felipe II en 1577 y siendo
virrey de Nueva España Don Martín Enríquez.
La intención primordial de la instrucción era conocer un poco más a fondo la
población y la historia de todos aquellos asentamientos dominados por la Corona. La
idea principal, sin embargo, fue la de catalogar e inventariar todos los recursos
disponibles en cada área (minerales, hidrología, terrenos aptos para el cultivo, clima,
productos agropecuarios, etc.) con el fin de explotarlos de manera mas efectiva.

El formato se compone de 50 capítulos que debían ser contestados por los alcaldes,
corregidores, notarios o por alguna autoridad española presente en las poblaciones.
Para el presente trabajo, se utilizarán principalmente los puntos 1, 14, 15 y 31 de las
Relaciones de Ameca y Nuchiztlan. Al no estar disponible una relación de Teuchitlán
se escogieron las dos anteriores bajo el criterio de su cercanía (tanto geográfica
como temporal) con la región de interés. Si bien existen serias consideraciones al
utilizar información de unas fuentes que no se refieren al lugar de estudio, se

2 Una fecha de radiocarbono proveniente de la ocupación posclásica en el circulo 6 sitúa al complejo


Talleres en el año 1460 d.C. Lamentablemente es la única datación disponible hasta el momentaBfir
lo que no se sabe si se trata de una fecha inicial o terminal de la fase posclásica. ,

156 ■5
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

considera (en base a los datos arqueológicos) que en la región se compartían varios
rasgos culturales que permiten (hasta cierto punto) utilizar los datos de fuentes
cercanas a Teuchitlán.
Para ilustrar lo anterior, se incluye en este trabajo otro documento titulado “Pintura
del Nuevo reino de Galicia”, que data de alrededor de 1541 (Figura 66). En dicho
documento pueden observarse las localizaciones de los tres lugares estudiados aquí.

El número 1 corresponde a la ubicación aproximada del actual poblado de


Teuchitlán, aunque la glosa dice “Tepetichan”. Sea o no el actual poblado la
ubicación es bastante aproximada, y arqueológicamente se sabe que la zona estuvo
habitada en época muy cercana a la llegada de los españoles.
El número 2 corresponde a la población de Ameca; la identificación de este lugar es
bastante segura.
El número 3 ilustra el pueblo de Nuchiztlan; en la glosa se lee “Nochiztlan” pero es
casi seguro que se trate de la misma comunidad.

En lo que respecta a la Instrucción, el punto número 1 dice:


“Primeramente, en los pueblos de los españoles, se diga el nombre de la comarca o
provincia en que están, y qué quiere decir el dicho nombre en lengua de los indios y
porqué se llama así.” (Acuña, 1987)
Es obvio señalar la importancia de tener en cuenta este primer punto, ya que se
requiere ubicar el poblado al cual se refiere la relación. Además, en este mismo
apartado se habla de las etnias que habitaban los poblados y las lenguas que se
hablaban en ese momento.

El capítulo 14 señala: “Cuyos eran en tiempo de su gentilidad, y el señorío que sobre


ellos tenían sus señores y lo que tributaban, y las adoraciones, ritos y costumbres,
buenas o malas, que tenían.” (Acuña, 1987)
La necesidad de tomar en cuenta este punto radica en el debate que existe acerca
de la organización social imperante en la zona Valles durante la época prehispánica.
Si bien la mayoría de la información contestada en las Relaciones no permite un
acercamiento objetivo a dicha organización social, por lo menos servirá para realizar
un bosquejo general de la complejidad social, lo que se ve reflejado en las unidades
habitacionales conservadas en el registro arqueológico.

1 57 '
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

El punto 15 refiere: “Cómo se gobernaban y con quien traían guerra, y cómo


peleaban, y el hábito y traje que traían y el que ahora traen, y los mantenimientos de
que antes usaban y ahora usan, y si han vivido más o menos sanos antiguamente
que ahora, y la causa que dello se entendiere.” (Acuña, 1987) Al igual que con el
punto anterior, el análisis de la información proporcionada en este apartado permitirá
una visión un poco más general de la población.
Los “mantenimientos” pueden ser recuperados del registro arqueológico mediante el
análisis de restos botánicos y faunísticos y a través del hallazgo de artefactos como
piedras de molienda, por ejemplo. Las puntas de proyectil, las fibras de vestidos y los
productos de subsistencia son datos que se recuperan de los restos arqueológicos y
que pueden ser contrastados con las fuentes.
Adicionalmente, las actividades que se mencionan en las relaciones son de tipo
cotidiano, por lo que se espera que en las unidades habitacionales exista la
presencia de áreas de actividad que se relacionen con dichas ocupaciones.

En cuanto al punto 31: “La forma y edificio de las casas, y los materiales que hay
para edificarlas en los dichos pueblos, o en otras partes de donde los trujeren.”
(Acuña, 1987) En algunas de las relaciones se describe de manera detalla la forma,
medidas y materiales de las casas. Evidentemente, los muros de los edificios se
conservan con mucha más facilidad que otro tipo de restos, de manera que es en
este apartado donde se contrastará de manera más directa la información
arqueológica con la documental.

D escripción de las unidades habitacionales de Talleres

Se excavaron dos unidades habitacionales denominadas Talleres 1 y Talleres 2.


El sitio de Talleres 1 se compone de dos estructuras rectangulares; la 1, ubicada al S
y la 2, en el W, además de una banqueta en la sección N (figura 65).
Estos elementos delimitan un patio en el cual se encuentra un piso de color
blancuzco; asociado a este patio se encuentra un fogón de grandes dimensiones.
Es posible que este conjunto se tratara de una plaza cerrada, pero las recientes
actividades de siembra de agave destruyeron por completo el sector E del conjunto;
por tanto, no puede saberse con exactitud que existió en dicha sección.

158
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Talleres 2, por su parte, se ubica a unos 200 metros al N de Talleres 1. Consta de


dos estructuras de planta rectangular en medio de las cuales se ubica un patio. Las
dos unidades referidas limitan el patio por los lados E y W, mientras que al S se
encuentra cercado por un muro de doble hilada y al N por una terraza agrícola.
En todo el sector N de este conjunto se encuentran vestigios de pequeñas terrazas,
presumiblemente de cultivo.

Las Relaciones y su contrastación arqueológica

En esta sección, se citarán las dos relaciones capítulo por capítulo y a continuación
su contraparte arqueológica. La primera cita corresponde a la Relación de Ameca
(RA ) y la segunda a la de Nuchiztlan (RN).
Puede decirse que el principal autor de la Relación de Ameca fue Antonio de Leyva,
alcalde mayor del pueblo. El documento se terminó de redactar el 15 de diciembre de
1579 por el escribano Pedro de Moras en presencia del alcalde y del gobernador
Don Martín Cortés así como del vicario Pedro de Bejarano.
La información contenida de la Relación fue obtenida de informantes indígenas de
edad avanzada, algunos españoles y de “indios principales”. Un mapa acompaña a
este documento con el fin de ilustrar la traza del poblado así como su situación
geográfica; sin embargo, debido a que los elementos que en él aparecen se
demuestran ya una traza y arquitectura completamente europea, dicho mapa no se
tomará en consideración.
La relación de Nuchiztlan se completó el 2 de Diciembre de 1584 siendo el autor el
alcalde mayor Francisco de Plaza y el escribano Jhoan Gutiérrez Calderón.

Capítulo 1:
RA: “El pueblo de Ameca es de indios; está puesto en la real Corona de su Majestad;
tiene dos sujetos: el uno, llamado Huitzquilic, y el otro, llamado Jayamitla. Ameca, en
lengua cazcan, que es la que en este pueblo se habla, quiere decir en la nuestra
castellana, “arriba del agua” o “por cima del agua” [ ^ ] ”

RN: [ ^ ] Este pueblo de Nuchiztlan, a el presente, esta poblado de indios. Llamase


Nuchiztlan porque es tierra donde se dan “muchas tunas”, que es fruta que se dan en las
Indias; y deste árbol de tunas, y en las hojas se da la cochinilla que tiene la grana.

159
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

En lo que respecta a este capítulo, es interesante hacer notar que en la región se


hablaba el cazcán, mientras que en otras zonas se menciona el uso del náhuatl,
cora, tecuaje y otras más. Esto es importante porque Weigand (González y Weigand,
2000) ha sugerido que un poco antes de la época del contacto existía una
organización social de tipo estatal, pero el hecho de que se hablaran muchas
lenguas en la región y el hecho de que los pueblos estuvieran en guerra constante
unos con otros sugiere lo contrario.

Capítulo 14:
RA: [ ^ ] se responde que este dicho pueblo de Ameca, con sujetos, en su gentilidad se
gobernaban por un señor, hijos y nietos del Xoxouhqui Tequani, llamado Huitzil, que
quiere decir “jilguero”, abuelo y bisabuelo de Timizinque, que es el que gobernaba
cuando el español o conquistador Juan de Añesta los descubrió.
Los cuales dichos gobernadores o señores eran muy temidos, y tenían mucho dominio
sobre los macehuales y los obedecían en gran manera; dábanles de tributo mucha caza
de venados, conejos, y otras aves de volatería; hacíanles sementeras de maíz en que
cogían, al parecer de lo que ahora cogen y miden, mas de ochocientas fanegas de maíz
(no había medida entre ellos).

RN: [ ^ ] Eran de un indio nombrado Panen (aunque otros muchos señores tuvieron
antes), a el cual Panen no obedecían. Y, tras deste, vino otro que se llamo Xavalotl, a el
cual eligieron por señor natural, y por tal le tuvieron y obedecieron. Y, el tributo que le
daban, era caza que ellos mataban, como eran venados, conejos, codornices y liebres, y
otras cosas de mantenimiento, y le hacían una sementera de maíz y de otras legumbres.

En el trabajo de tesis acerca de las unidades habitacionales (Smith y Herrejón, 2004)


se argumenta que existió una organización social de tipo cacicazgo en el área de
Teuchitlán. Los caciques ciertamente tenían gran poder sobre el resto de la
población y arqueológicamente se han encontrado tanto los restos de los animales
mencionados en la Relación como el polen de maíz.

RA: [ ^ ] Los ritos y adoraciones que tenían en su gentilidad era un IDOLO DE PIEDRA,
el cual tenía una casa de oración que ellos llamaban TEOCALLI, que, propiamente,
quiere decir “casa de adoración”. El cual dicho ídolo estaba en una petaquilla de caña
cuadrada y pequeña, que es a manera de una cajuela, con su tapadera.
No entraban en esta casa de adoración, si no era cuando vencían a sus enemigos en
algún encuentro que con ellos tenían y les tomaban algunos indios a manos, los cuale

160
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

sacrificaban a su ídolo. Y tenían esta orden: que, los presos o esclavos que tomaban a
sus enemigos, los traían a su pueblo y, tantos cuantos presos eran, repartían por los
TLAXILACALES, que quiere decir “barrios”, y dábanlos en guarda a los TEQUITLATOS

[^ ]

Si bien en la zona de Talleres no se encontraron esculturas religiosas de piedra, sí


se localizaron cráneos humanos con huellas de sacrificio humano. El primero de
ellos estaba colocado dentro de una caja de piedra y sobre un cuchillo de obsidiana
roja, símbolo de sacrificio (Matos, 2000). El segundo se hallaba ubicado en la
esquina NE de una de las plataformas de cultivo. Tenía siete aretes de cobre
ubicados en posición “anatómica”, es decir, estaban acomodados en el sitio donde
alguna vez existió la oreja izquierda de la cabeza.

Por otro lado, utilizando argumentos teóricos de Kent Flannery (citado en Smith y
Herrejón, 2004), se estableció que en el área de Talleres existieron cuando menos
dos barrios, uno perteneciente a la casa de cacique y el otro de la población en
general (Smith y Herrejón, 2004). Es interesante que los españoles mencionen estos
“barrios” si bien la idea occidental de barrio es distinta de la concepción indígena.
Después del sacrificio, tomaban a los prisioneros y:

RA: [ ^ ] repartían los cuerpos entre ellos, por todos los barrios, y comíanselos, cocidos,
con mucho contento y MITOTE, que quiere decir “baile” y este era el remate de su fiesta.

En Talleres 1, se localizó en el patio central un piso blanco de muy buena


manufactura que tenía asociado un gran fogón en medio. Tanto el patio como el
fogón estaban muy limpios; casi no se recuperaron materiales arqueológicos pero sí
se recobró un cuchillo de obsidiana negra asociado al fogón. Ramírez (Ramírez, s.f.)
menciona que en este tipo de patios se llevaban a cabo los “mitotes” en donde
además de danzar se llevaban a cabo los banquetes rituales.

El fogón, el cuchillo de obsidiana y la limpieza del patio (sin obstáculos) son


evidencia que apoya la idea del patio como campo del mitote. Lo que no se ha
comprobado es la antropofagia, si bien fueron recobraron restos óseos humanos
quemados en otros sectores de la excavación.

161
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Capitulo 15:
RA: [ ^ ] este dicho pueblo de Ameca se gobernaba, en tiempo de su gentilidad, por un
señor y por un NAHUALEHCA, que quiere decir “familiar” [ ^ ] Y estos TEQUITLATOS o
“mandones” eran obedecidos de todos los MACEHUALES, y eran los que tenían cuidado
de mandar salir a los que habían de ir a la guerra y a los que habían de hacer las
sementeras para el señor, y tenían cuidado de cobrar los tributos.
[ ^ ] Traían guerra los deste dicho pueblo con las provincias comarcanas, que son Izatlan,
con la provincia de Avalos, que es Cocula; tenía guerra con la provincia de Tenamaztlan,
pueblos de Martín Monge que caen a la parte del sur.
[^ ] peleaban con arcos de palo que entre ellos había muy recio, que llaman
TEPEHUAJIN, y flechas de caña insertas en ella una vara recia y atadas con nervios de
venado, y, al cabo de la vara, un pedernal o navaja aguda [ ^ ]

RN: [ ^ ] Tenían, por capitán y gobernador, a el dicho Xavalotl. Traían guerra con ciertos
pueblos comarcanos a este, que se llaman Xalpa y Agualica. Peleaban con arco y
flechas, y con porras y rodelas, y no traían ninguna ropa [ ^ ] Y comían, como dicho es,
carne humana y de alguna caza que mataban, y maíz, frijoles y chile y calabazas.

Ya se mencionó la propuesta de un cacicazgo y los párrafos anteriores parecen


confirmar la idea ya que a los caciques se les pagaba tributo; además, se mencionan
los pueblos enemigos, lo que sugiere una balcanización política más que una
cohesión.
En los sitios de Talleres fueron encontradas muchas puntas tanto de flecha como de
lanza, además de los sacrificios ya mencionados lo que en conjunto avala la idea de
fragmentación social.

RA: [^]V ivían juntos en sus ranchos, que eran unas casas redondas y bajas; en cada
uno de los ranchos o casas vivían cuatro y cinco indios casados, con sus mujeres. En
aquellos dichos ranchos no usaban del adobe, de que ahora usan.
[ ^ ] Los mantenimientos, de que usaban en tiempo de su gentilidad, era maíz cocido,
hecho dello unos bollos que llaman ellos TAMALLI, y poleadas de maíz y maíz tostado, al
que llaman CACALOTL o IZQUITL, calabazas, frijoles, chile [ ^ ] sal que entre ellos
usaban, de salitrales, en poca cantidad. Cazaban venados y conejos, gallinas de la tierra
[ ^ ] y perritos que llamaban CHICHITONES, que los criaban solo para comer; culebras,
ratones, tejones, tigres, y otras sabandijas: cocían estas carnes en hoyos con muchos
guijarros. [ ^ ] Los árboles frutales que ellos tenían eran ciruelas coloradas y amarillas, de
buen sabor, fruta enferma: tenían poca cantidad; mezquites, que son algarrobas, fruta

162
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

sana; zapotes, fruta enferma; HUAMUSTLES, fruta sana; aguacates, fruta sana;
guayabas, fruta sana. [ ^ ]

A diferencia de lo que se describe en la Relación, las casas de Talleres son de planta


rectangular, no redonda. El adobe si fue conocido por los habitantes de Talleres pero
al parecer no se utilizó en la construcción de muros, lo que coincide con lo
mencionado en el documento.
Se dice que vivían cuatro o cinco personas por casa pero tratar de contrastar este
dato con los datos arqueológicos es muy arriesgado. Es necesario realizar un cálculo
de población para el periodo posclásico tardío con base a la capacidad máxima de
las tierras cultivables y con un amplio estudio de restos óseos posclásicos, lo que no
es posible en este momento dado que en Talleres no se recuperó ningún entierro y
de manera general, faltan investigaciones arqueológicas enfocadas a este periodo.
Por otro lado, los productos que se refieren en la relación si han sido encontrados en
diversas excavaciones arqueológicas e incluso algunos de los nombres de las
plantas persisten hasta la actualidad, como el guamúchil (huamustle). Los fogones
para cocinar son como se describen en la fuente “hoyos con muchos guijarros”. El
único producto que hasta ahora no se ha registrado es el perro, pero en
excavaciones dentro del sitio Guachimontones se encontró uno como ofrenda en un
entierro.

Capítulo 31:
RA: [ ^ ] la forma de casas y edificios son casas bajas, de poco mas de un estado, de
adobes y de cimientos de piedra redonda movediza que hay en los cerros de esta
comarca: no son nada fuertes. Pocos dellos usan echar puertas a sus casas; los mas
dellos, cierran sus puertas con petates, que así llaman a las esteras, y con unas puertas
echas de caña. Duermen en el suelo, todos, sin cama ni barbacoa. Tienen poco aparato
en sus casas; lo mas que en ellas se halla, son ollas y escudillas y piedras de moler; las
mejores casas que hay, son las del rey. Y esto se responde a este capítulo.”

RN: “[ ^ ] La casería es hecha de adobes, hechos de tierra y de yerba, que son como
ladrillos grandes, y las paredes hacen con estos, y el techo es de azotea.”

La principal diferencia es que en la zona de Talleres no se construyeron muros de


adobe. El único elemento de este material consistió en una pequeña banqueta que
forma el acceso a Talleres 1 desde el lado S.

163
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Por otro lado, los artefactos mas abundantes dentro de las casas son los que
menciona la Relación de Ameca: “ollas, escudillas y piedras de moler”
Cada uno de estos instrumentos fueron hallados tanto dentro de las casas de
Talleres como en los basureros alrededor de dichas casas.

.L
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Figura 66 Pintura del Nuevo Reino de Galicia (ca. 1541, tomado de Acuña, 1988:150.b)f f

165
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

APENDICE 2
Las unidades habitacionales indígenas de Jalisco en la
actualidad

Este apéndice representa un resumen de los trabajos de Moya y Weigand. Su


finalidad es tan sólo dar una idea de las técnicas de construcción que se emplean en
la actualidad para la construcción de viviendas indígenas en el estado de Jalisco.
Este registro es importante porque en primer lugar dichas técnicas y materiales de
construcción están siendo desplazados con extrema rapidez por técnicas y
materiales modernos. En segundo lugar, a través de las investigaciones
arqueológicas ha podido constatarse que las técnicas constructivas se remontan muy
atrás en el tiempo y algunas han permanecido inalteradas, como por ejemplo la del
bajareque. Los trabajos se realizaron con los huicholes, los tepecanos y los
tepehuanes.
Además de las casas en sí, también se ha registrado la manera en que dichas casas
se acomodan dentro de un conjunto, sus funciones, y en algunos casos también se
observó la manera en que la familia vive y se acomoda dentro de las unidades.
Este tipo de registro cumple dos importantes funciones:

“Aparte de la innegable importancia que toda esta riquísima información etnográfica tiene
para realizar comparaciones o para formular hipótesis sobre el registro arqueológico, no
menos importante es su papel como documento que preserva para la posteridad una
serie de actividades de subsistencia, de expresión ritual o de otro tipo, que en algunos
casos están a punto de desaparecer, y que en otros están cambiando rápidamente,
dejando atrás lo ‘tradicional’ en aras de la ‘modernidad’.” (Williams, 2005:9-10)

De esta manera, los estudios etnográficos ayudan en la interpretación del registro


arqueológico y del mismo modo dejan constancia de rasgos culturales en peligro de
desaparición.

166
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

De manera general, los materiales de construcción pueden ser divididos de la


siguiente manera (según Moya, 1984:31):
VEGETALES: maderas, palma, zacate, paja, varas, otate, carrizo, ramazón,
tejamanil, guano, junquillo, órganos, pencas de maguey, estacas, pijas y bejucos
para unir los elementos de construcción.
INORGANICOS: piedras (graníticas, volcánicas, calcáreas, silíceas y arcillosas),
grava, arena, cantos rodados y cales.
ARTIFICIALES: de materiales naturales manufacturados por medio de sistemas
rudimentarios: adobes, ladrillos, tejas, bloques de cantera suave, labrada y semi-
labrada.
El bajareque consiste fundamentalmente de una hilera de horcones hincados en el
suelo con separación de 50 cms a 1 metro, que forman la pared (figura 67). Entre
estos soportes, se coloca un entramado de varas entretejidas, que después se
rellenan por un lado o por ambos lados con un aplanado de barro o lodo, algunas
veces mezclado con zacate o paja seca para darle mayor consistencia. (Moya,
1984:59-60)

Figura 67 Bajareque en casas de mayos y yaquis (tomado de Moya, 1984:99)

167
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Casas huicholas

Las viviendas representativas de los huicholes son de tipo monocelular y de forma


circular y rectangular. Las paredes las construyen de piedra o de varas y zacatón, de
altura muy baja. Carecen de ventanas y las puertas mas grandes son de 1.60 metros
de alto por 0.8 metros de ancho. Los techos se arman con morillos o ramas fuertes y
se cubren de paja o zacatón, siendo su altura máxima de unos 3 metros.
La vivienda mínima ocupa una superficie de 9 m2, en la que se agrupa una familia
entera y también se utiliza como cocina. Los huicholes al igual que los tepehuanos y
coras construyen casas del tipo llamado “carretón” que utilizan como vivienda y como
granero.
Las construcciones tradicionales huicholas hacen un limitado uso del adobe; las
casas se acomodan alrededor de patios y en ellas vive cierto número de familias
emparentadas (Weigand, 1997:1752). Cada familia posee su propia casa con
espacios multifuncionales dentro del conjunto; los almacenes y algunas
construcciones ceremoniales (como el shiriki o “casa de los ancestros”) son
compartidas.
Además de las viviendas, los huicholes construyen también los llamados “tukis” o
casas ceremoniales. Este es un edificio de carácter ceremonial público, a diferencia
del shiriki que se utiliza en ritos de nivel doméstico. Los tuki son de planta ovalada y
se construyen del mismo modo que las casas. La única diferencia con éstas es el
tamaño de la construcción ya que requiere de un esfuerzo comunal de construcción y
reparación.

Casas tepecanas

Los Tepecanos, que habitan en Azquetlán en el Valle de Río Bolaños, en Jalisco,


construyen casas de planta cuadrangular, construidas con muros de piedras
acomodadas y techos de varas y carrizo cubiertas con zacate y hierbas. Algunas
casas las rodean con una cerca de piedras acomodadas (tecorral).

168
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Casas tepehuanas

Los Tepehuanes que habitan actualmente en Santa María Ocotlán, San Francisco
Quiviquinta en Jalisco, por lo general construyen sus chozas con troncos
descortezados, entrecruzados en las esquinas. La estructura del techo es de
horcones y madera gruesa, cubierta de tejamanil. No tienen ventanas y sólo una
puerta muy baja. Los tepehuanes que habitan la zona fría de Durango construyen, al
igual que los huicholes, los llamados “carretones”.

Tienen aproximadamente 3 x 3 metros de superficie. Sostenido por 4 morillos


verticales colocados uno en cada esquina hasta la altura de 2 metros, del nivel del
suelo, desplantan el piso de la habitación - recámara, pues el techo mismo sirve de
paredes a la recámara, ya colocada la armadura, sobre ésta se colocan tiras de otate
a 20 cms unas de otras, sujetándolas con fibras de sotol. Después se coloca el
zacatón.

El piso de la recámara lo hacen de morillos lo mejor ajustados que sea posible, pero
como siempre quedan intersticios, para evitar el paso del aire frío, lo cubren con
petates. Para llegar a la recámara a 2 metros del suelo, hacen uso de una escalera.
En la zona tórrida (Durango) el tepehuano hace sus chozas de 3.5 x 4 metros. Las
paredes son de adobe con una puerta al frente de 1 x 1.85 metros.

La altura de la choza al frente es de 3.4 metros y en la parte posterior de 3.25


metros. Se colocan morillos en dirección del frente hacia atrás, a una distancia de 30
cms entre sí y sobre ellos se coloca tejamanil o una tableta. Después se cubre con
una capa de tierra, bien apisonada. Este es un techo del terrado con la debida
inclinación para la eliminación de las aguas pluviales.

169
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Espacio multi funcional (dormitorio, cocina, almacén)

Figura 69 Planta y sección de una casa huichola (según Weigand 1997:1752)

170
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

- Postes

2M

Figura 70 Casa Huichola ceremonial o “tuki” (según Weigand 1997:1753)

Figura 71 Casa circular de mixtecos y triques (según Moya, 1984:103)

171
Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

Figura 72 Casa de indígenas tepecanos (según Weigand 1997:1763)

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Unidades habitacionales y estratificación social en la Tradición Teuchitlán

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