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BLOQUE I, ESTÁNDAR 1

“Explica las diferencias entre la economía y la organización social del Paleolítico y


el Neolítico, y las causas del cambio.”
La Prehistoria (periodo de la Humanidad hasta la invención de la escritura) se divide en varias
etapas: la primera fue el Paleolítico y le siguió el Neolítico. Estas se diferencian por aspectos tanto
sociales, como materiales, como económicos.
El Paleolítico se divide en tres etapas: el Inferior, el Medio y el Superior. Durante ellas aparecieron
diferentes especies humanas (ej. Homo antecessor, Homo heidelbergensis, Homo
neandertalensis y Homo sapiens) a la vez que fue mejorando su tecnología.
Entre las muchas características que tenían estas sociedades, cabe destacar que vivían en grupos
pequeños, vinculados entre ellos por lazos parentescos, eran clanes jerarquizados y eran
nómadas (se desplazaban con las estaciones en busca de alimento). Tenían una economía
depredadora, dependiente de los ciclos de la naturaleza, consistente en: la caza, la pesca, la
recolección y el carroñeo. Buscaban cobijo en cuevas provisionales hasta que el dominio del fuego
(Paleolítico Medio) les permitió ocuparlas con un carácter más estable.
El tránsito del Paleolítico al Neolítico se identifica como “Revolución neolítica”. Consistió
fundamentalmente en el descubrimiento de la agricultura y la ganadería. A partir de ello, el ser
humano dio un paso hacia el dominio de la naturaleza, en su pretensión por explotarla y ponerla
a su servicio en la medida de lo posible. Mediante la observación, intentaron reproducir la
naturaleza de manera controlada.
Esta revolución llegó a la Península Ibérica por el Mediterráneo de pueblos de Oriente Próximo.
Las primeras sociedades neolíticas surgieron a principios del quinto milenio a.C. La Revolución
neolítica supuso un cambio trascendental en la forma de vida del Homo sapiens: el desarrollo de
una economía productiva. La producción de alimentos mediante la agricultura y la ganadería tuvo
unas consecuencias:
a) Sedentarismo sustituido por el nomadismo, pues ya no era necesario desplazarse en
busca de alimentos y la agricultura necesitaba tierras fértiles.
b) Aparición de asentamientos permanentes junto a los campos cultivados que se
convirtieron en los primeros poblados.
c) La población creció a causa del aumento de producción de alimentos y de la necesidad
de mano de obra en las nuevas actividades económicas. Los excedentes de las cosechas
se conservaron para los tiempos de escasez.
d) Surgieron nuevas actividades económicas como la elaboración de tejidos y la fabricación
de cerámica (almacenamiento de alimentos) y herramientas más elaboradas. Esto dará
lugar a la aparición de la división del trabajo.
e) Creció el intercambio de bienes hasta que se convirtió en comercio gracias a los
excedentes agrarios y de productos elaborados. El comercio permitió poner en contacto
grupos y culturas diferentes.
f) Se desarrollaron instituciones y formas de gobierno más complejas, necesarias para
regular la vida de los individuos en sociedad. Mas adelante surgirá el Estado, también
necesario para organizar las actividades económicas y reforzar la autoridad de los
gobernantes.
g) Se aceleró el proceso de jerarquización social a partir de la consolidación de la propiedad
privada y la división de trabajo.
Al Neolítico le siguió la Edad de los Metales desde el 2500 a.C. Un nuevo hito tecnológico, el
dominio de la fundición y elaboración de herramientas y útiles con metales daría otro impulso al
desarrollo de las tendencias anteriormente expuestas que aparecieron en el Neolítico.

BLOQUE I, ESTÁNDAR 2
“Explica el diferente nivel de desarrollo de las áreas celta e íbera en vísperas de la
conquista romana en relación con la influencia recibida de los indoeuropeos, el
reino de Tartessos y los colonizadores fenicios y griegos.”
Alrededor del año 1000 a.C un gran número de potencias colonizadoras comenzaron a llegar a la
Península: fenicios, griegos, cartagineses, indoeuropeos. Algunos fundaron Gadir (fenicios), otros
Rhodes (griegos), muchos de ellos comenzaron a explotar las riquezas de la zona (fenicios,
griegos, cartagineses), pero lo que sí hicieron todos fue influenciar a los pueblos prerromanos de
la Península.
La primera cultura protohistórica peninsular es Tartessos. Tartessos es el nombre de un mítico
reino indígena que aparece reflejado en las antiguas fuentes griegas, famoso por sus fabulosas
riquezas. Hoy en día podemos calificarlo como una cultura bastante avanzada situada en
Andalucía occidental a caballo entre el Bronce Final y la Edad del Hierro. Esta cultura entró en
contacto con los fenicios en el siglo VIII a.C. y de este contacto se derivó un gran desarrollo
económico (explotación masiva de plata) y cultural (desarrollo de una escritura propia, de
complejos sistemas artesanales, urbanísticos, funerarios, etc.) Tras este período de auge,
Tartessos entró en decadencia y desapareció a fines del siglo VI a.C.
Los indoeuropeos, o mejor conocidos como celtas, viajaron desde centro Europa para acabar
asentándose en la meseta central, el norte y el oeste de la Península. Sin embargo, no constituían
un grupo culturalmente homogéneo, sino que estaban formados por un conjunto de pueblos
diferentes con ciertas características en común. Algunas de estas son el - desarrollo de la
metalurgia del hierro, - la práctica de la agricultura y la ganadería como principales actividades
económicas, - la organización en tribus jerárquicas, los castros como lugar de asentamiento y su
- actitud belicosa y guerrera basada en el pillaje.
Pese a las lenguas existentes, no tenían ningún tipo de escritura, lo que ha debilitado su legado
pues resulta muy difícil su estudio debido a la falta de datos (además de haber levantado una
leyenda casi mitológica sobre ellos) El contacto con los colonizadores fue escaso por la situación
geográfica tan septentrional de los celtas y el poco que hubo se hizo a través del centro de
comercio internacional que establecieron los Tartessos en la Andalucía occidental.
Los iberos, por su parte, se asentaron en la zona sur y este de la Península, compartiendo
territorio con cartagineses (sur y sudeste), griegos (vertiente mediterránea) y Tartessos
(Andalucía occidental). Estos, a diferencia de los celtas, no fueron colonizadores, sino que eran
los herederos de los hombres prehistóricos de la Península. Su principal actividad económica
también era la agricultura. Sin embargo, los iberos desarrollaron paralelamente la artesanía y el
comercio debido a la influencia de los colonizadores (por ejemplo, el intercambio de bienes se
hizo más fácil con la introducción de la moneda por los fenicios) Su organización social era
parecida a la de los indoeuropeos: las tribus jerarquizadas vivían en ciudades –Estado
independientes cuyo sistema de gobierno se basaba en la monarquía, eso sí, la unidad cultural
era mucho mayor. Éstos sí llegaron a desarrollar una escritura. Ambas religiones eran similares,
aunque cada pueblo rindiese culto a distintos dioses. No obstante, el arte ibero fue más
desarrollado que el celta, llegando a crear algunas de las piezas artísticas más representativas de
esta primera etapa histórica como “la Dama de Elche”.
En la zona de confluencia de ambas culturas (este de la meseta, sistema ibérico y sistema central)
surgió una nueva cultura que combinaba características de las otras dos: la celtíbera. Fueron
especialmente reconocidos por su habilidad guerrera y su desarrollada tecnología
armamentística. Su sociedad estaba liderada por la nobleza guerrera, llegando incluso a ser
reclutados por los ejércitos romanos y cartagineses.
Por lo tanto, podemos considerar que pese a algunas diferencias como la superioridad artística y
cultural de los iberos, el mayor desarrollo comercial de éstos o el cierto primitivismo que se les
atribuye a los celtas, ambas culturas fueron parecidas.

BLOQUE I, ESTÁNDAR 3
“Define el concepto de romanización y describe los medios empleados para llevarla
a cabo.”
En el año 218 a.C, las tropas del emperador romano Escipión desembarcan en la península Ibérica
con la intención de derrotar a los conquistadores cartagineses, dando comienzo así a la segunda
guerra púnica.
El interés en la Península aparece cuando los cartagineses la convierten en un importante enclave
de su ruta comercial y comienzan a aprovecharse de sus recursos naturales. Por ello, 21 años
después, el Imperio romano reclama la propiedad de las tierras de la costa mediterránea
peninsular, el valle del Guadalquivir y parte del valle del Ebro.
En cuanto a la conquista interior, hasta el año 19 a.C no consiguen hacerse con todo el territorio
debido a la resistencia de ciudades como Numancia y especialmente de los pueblos cántabros,
galaicos y astures con los que tuvieron que meterse en una guerra que duró diez años (29-19 a.C).
Para asegurar el territorio, los romanos fundaron campamentos que acabaron convirtiéndose en
ciudades como León o Astorga.
A todo este proceso que comenzó con la conquista de la península Ibérica y que se basó en la
asimilación de los pueblos prerromanos de los modelos económicos, sociales, políticos y
culturales del imperio Romano se le conoce como romanización y fue posible gracias al ejército,
el comercio, la cultura, las comunicaciones, el apoyo de las élites locales, las ciudades, etc.
La economía hispanorromana sufrió un gran desarrollo gracias a su sistema productivo, las
mejoras en la explotación agropecuaria y minera y la introducción de Hispania en los circuitos
comerciales romanos. La economía romana se basaba en la producción de bienes y su posterior
comercialización, por lo que el esclavismo era una de las piezas clave para el buen funcionamiento
del sistema, ya que los esclavos hacían la mayor parte del trabajo. La otra pieza clave era un buen
sistema de comunicación entre ciudades que favoreciese el comercio y el contacto entre ellas;
para ello crearon las calzadas: las dos más importantes fueron: La vía Augusta recorría todo el
mediterráneo, desde los Pirineos hasta Cádiz. La vía de la Plata que iba desde Astorga hasta
Hispalis (Sevilla). La creación de una economía monetaria basada en el denario romano también
favoreció el comercio.
En Hispania la agricultura se basaba en la exportación: trigo, vid y olivo, (triada mediterránea) y
los romanos introdujeron el barbecho y el regadío.
De la producción ganadera destacaba el ovino y la pesca. Sin embargo, la actividad que destacaba
era la minería. La Península era muy rica en yacimientos de plata y plomo en Cartagena, cobre en
Andalucía y Asturias, oro en Galicia y León.
En cuanto a la organización social, ésta tenía una gran desigualdad jurídica. La aristocracia estaba
formada por el orden senatorial (compuesto por ciudadanos romanos muy adinerados, y por los
caballeros, aristócratas de los pueblos sometidos). La plebe estaba formada por trabajadores
libres, artesanos y pequeños propietarios agrícolas. Por último, estaban los esclavos,
considerados no ciudadanos y sin derechos. Dentro de esta organización, las familias eran
patriarcales.
La organización del territorio se hacía a través de la división del espacio en provincias que bien
podían ser senatoriales (controladas por el senado) o imperiales (controladas por el emperador).
A lo largo de toda la conquista romana se fue dividiendo el territorio de manera diferente: al
principio en provincia ulterior y citerior; más tarde en Lusitania, Bética y Tarraconense; y por
último en Gallaeciana, Lusitania, Bética, Cartaginense; tarraconense y Baleárica.
Con respecto a la cultura, el latín se difundió como como lengua de prestigio y se impuso sobre
las autóctonas que no desaparecieron del todo. Del latín van a surgir las principales lenguas en
España menos el euskera.
Introdujeron infraestructuras y edificios como los acueductos, los coliseos, los circos, los teatros,
los arcos conmemorativos, las termas; muchos de los cuales sirvieron como lugar de
esparcimiento de la población. El uso del derecho romano se expandió por toda la Península y
regulaba tanto las relaciones privadas como las instituciones públicas.
Las creencias religiosas romanas (el culto a las tres deidades: Júpiter, Juno y Minerva y al
emperador) se impusieron a las autóctonas, aunque también se respetaron.

BLOQUE I, ESTÁNDAR 4
“Resume las características de la monarquía visigoda y explica por qué alcanzó
tanto poder la Iglesia y la nobleza.”
Durante el S. IV, los visigodos penetraron en tierras del Imperio Romano, estableciéndose en el
sur de la Galia como aliados de estos y creando el reino de Tolosa. Además, defendieron al
Imperio Romano de los suevos, vándalos y alanos.
Fueron derrotados por los francos a principios del siglo XI, abandonaron la Galia y se instalaron
en la península creando así un reino visigodo independiente con capital en Toledo.
La monarquía visigoda era lectiva, es decir, el rey visigodo es “primus interpaces” (el primero
entre iguales), lo que ocasionó mucha inestabilidad cada vez que un rey fallecía, ya que las
disputas entre nobles para conseguir el puesto eran habituales y solían desembocar en guerras
civiles.
La nobleza estaba formada por los más distinguidos guerreros. Además del poder económico,
también disponían del poder militar.
Tras la desintegración del Imperio Romano de Occidente, los ciudadanos perdieron todo su poder
y se produjo un éxodo urbano. La mayor parte del campesinado se convirtieron en siervos
buscando protección que los nobles ofrecían.
La Corona solía recompensar la ayuda de la nobleza otorgando tierras.
Este inicio del sistema feudal convirtió a la nobleza como el clero en potentes fuerzas económicas.
En cuanto a la Iglesia, inicialmente era arriana, es decir, que no creía en la divinidad de Cristo.
Durante el reinado de Recadero I (516-601) pasó a ser católica, al convertirse el rey al catolicismo.
Esta fusión entre altar y trono hizo que los concilios (asambleas originalmente religiosas), pasar a
tratar asuntos legislativos.
Otra institución importante del gobierno visigodo fue el Aula Regia, asamblea formada por la
aristocracia.
De este modo, la nobleza y la Iglesia logran un gran poder y se unen para impedir la existencia de
un poder monárquico que pudiera limitar sus privilegios e influencia.
El final visigodo tendrá lugar en uno de estos momentos de inestabilidad entre la muerte de un
rey y el nombramiento de otro, cuando un ejército bereber del norte de África aproveche dicha
crisis para invadir la Península.

BLOQUE I, ESTÁNDAR 5
“Explica las causas de la invasión musulmana y de su rápida ocupación de la
Península.”
La invasión musulmana fue motivada la tendencia expansionista de la religión que organizaba a
toda esta comunidad (el islam).
El islam es una de las tres religiones abrahámicas, monoteístas que surgió alrededor del siglo VII
d.C alrededor de la figura de Mahoma. Es una religión sencilla, poco exigente y que, además, tiene
gran consideración con las religiones judías y cristianas (las denominadas “gentes del Libro”) por
insertarse en esa tradición. Por todo ello tuvo una gran cota de expansión: conquistó la península
arábiga, Persia, el norte de África y casi toda la península Ibérica en menos de cien años.
Otra de las razones por la que se expandió tan rápido fue por la debilidad que encontró en los
reinos que quería conquistar y por su superioridad militar. Es por eso por lo que su expansión por
Europa acabó en la península Ibérica, porque fue derrotado en la batalla de Poitiers (732) por los
francos al encontrarse con una defensa bien organizada y que no fue capaz de derrotar.
En la península Ibérica ocurrió algo parecido al resto de territorios. En uno de estos periodos de
inestabilidad entre la muerte de un rey y la sucesión de otro, se formaron dos bandos: el de
Rodrigo y el de los hijos de Witiza (el rey muerto). Cuando el primero ganó, los otros, inconformes
con el resultado, pidieron ayuda a un ejército bereber del norte de África para cambiar las tornas.
Éstos cruzaron el estrecho de Gibraltar encabezados por Tariq ibn Ziya quienes, tras ganar la
batalla de Guadalete (711) para los de Witiza, decidieron romper el pacto y comenzar su propia
conquista de la Península.
En tan solo siete años consiguieron hacerse con casi todo el territorio peninsular y esto se explica,
aparte de por la debilidad del reino visigodo, por la consideración de los invasores con los pueblos
sometidos, a quienes ofrecieron capitulaciones pactadas a cambio de la rendición. Muchos nobles
y terratenientes decidieron firmar estos acuerdos para evitar perder su autoridad y poder
mantener su religión, sus costumbres, su organización administrativa, etc. Este tipo de
consideraciones fueron el fruto del respeto del islam por “las gentes del Libro” a quienes
toleraban bajo su distinción de diníes o protegidos.
Sin embargo, también hubo un buen número de personas que no quedaron muy convencidas con
la situación y decidieron huir a las regiones cantábricas y de los pirineos para evitar tener que ser
gobernados por los invasores. Estos son los que acaben formando la resistencia que terminará
por recuperar el control de la Península tras ocho siglos de gobierno musulmán.

BLOQUE I, ESTÁNDAR 6
“Define la evolución política de al Ándalus.”
En el 714 se da por finalizado el proceso de conquista de la Península. Desde esa fecha hasta el
1492, cuando se rinde Granada pasan casi ocho siglos. Estos podríamos dividirlos en cinco etapas
principales:
-1ª etapa: El emirato dependiente (714-756)
En el Al-Ándalus se estableció un emirato sometido a la autoridad del califato de Damasco. Sin
embargo, en el año 750, la dinastía Omeya (la que gobernaba hasta el momento) fue apartada y
masacrada por la dinastía Abasí que pretendió sucederle. A pesar de todo, un omeya consiguió
escapar vivo: Abd al-Rahman. Este huyó a la península, donde todavía le quedaban apoyos,
derrotó al emir de Córdoba y se proclamó en el puesto en el 756.
-2ª etapa: El emirato independiente (756-929)
Nada más proclamarse emir, Abd al-Rahman I declaró la independencia política y militar del
califato de Bagdad (nueva capital del mundo islámico) respetando su autoridad religiosa. Además,
decidió reconstruir su dinastía, por lo que atrajo a otros omeyas a la Península y juntos
conquistaron plazas como Sevilla, Zaragoza o Toledo.
Durante esta etapa consolidó su poder al crear un fuerte ejército mercenario pagado a raíz de las
mejoras que introdujo en la organización administrativa y la recaudación de impuestos. Esta
fuerza militar se dedicó, entre otras cosas, a realizar raizas (expediciones militares de castigo) con
la intención de debilitar a los reinos cristianos y obtener un botín de guerra.
-3ª etapa: El califato (929-1031)
Al principio del siglo X hubo una gran crisis seguida por un periodo de inestabilidad en el emirato.
En ese contexto, Abd al-Rahman III subió al poder y se declaró califa, desligándose así de la
sumisión religiosa y de cualquier lazo con Bagdad.
Durante su gobierno consiguió pacificar el Al-Ándalus y fortalecerlo. Centralizó la recaudación
fiscal, lo que le permitió gozar de grandes recursos económicos. Creó el papel de Hachib (primer
ministro) y visires (ministros). Creó, además, un potente ejército mercenario que hizo posible
parar el avance cristiano y convertirlos, a algunos, en vasallos. Igualmente incrementó su
presencia en el norte de África y conquistó algunas plazas importantes como Ceuta, Melilla y
Tánger.
A su muerte fue sucedido por su hijo Al-Hakam II que continuó su trabajo.
A la muerte de éste los califas perdieron todo poder efectivo para mantener solamente un poder
simbólico. Es el hachib Almanzor el que reunió todo el poder político y militar y continuó con la
labor de sus antecesores. Cuando muere en el 1002, el territorio se sume en un periodo de gran
inestabilidad, hasta tal punto que, en veinte años, se llegan a nombrar hasta siete califas. En el
1031, esta situación insostenible da lugar a la segmentación del califato en taifas.
-4ª etapa: Las taifas y las invasiones bereberes (1031-1246)
Las taifas en las que se fragmenta el califato estaban enfrentadas unas con otras y en constante
proceso de absorción. Esta situación fue aprovechada por los reinos cristianos, (cada vez más
grandes y poderosos) quienes les ofrecen protección a las más débiles a cambio del pago de
parias (un tipo de tributo pagado para evitar ser atacados) Ante el expansionismo cristiano,
algunas de éstas pidieron ayuda a las almorávides.
Estos eran bereberes del norte de África que dado sus estrictos principios religiosos acudieron a
ayudar a estas taifas. Derrotaron a los cristianos en Sagrajas e impusieron una estricta ortodoxia
religiosa, lo que dio lugar a varias revueltas y a la segmentación del territorio en los denominados
segundos reinos de taifas en 1144.
Tiempo más tarde, algunas taifas pidieron ayuda a los almohades (grupo dominante del Magreb),
quienes fueron vencidos por Alfonso VIII en la batalla de Las navas de Tolosa (1212). Esta derrota
desembocó en las terceras taifas, que irían cayendo poco a poco en manos cristianas con la sola
excepción del reino de Granada.
-5ª etapa: El reino nazarí de Granada (1246-1492)
Desde el siglo XIII hasta el XV, el último vestigio musulmán de la península estuvo gobernado por
la dinastía nazarí quienes fueron capaces de mantener la independencia de Granada. Esto fue
posible gracias a la hábil gestión diplomática (se hicieron vasallos de castilla y se aliaron con los
benimerines), la nula tensión religiosa dentro del reino y el aumento de su potencialidad
económica debido al exilio de gran cantidad de musulmanes al territorio.
La época de mayor esplendor del reino tuvo lugar durante el siglo XIV, cuando estuvo bajo el
reinado de Yusuf I y su hijo Muhammad V. No obstante, a principios del siglo XV la estabilidad
política comenzó a declinar, y es entonces cuando Castilla aprovechó la oportunidad para ir
conquistando plazas hasta que al final, en 1492, los Reyes Católicos pactaron la rendición de
Granada con el rey Boabdil. De ese momento es la famosa cita “Llora como mujer lo que no
supiste defender como hombre”.

BLOQUE I, ESTÁNDAR 7
“Resume los cambios económicos, sociales y culturales introducidos por los
musulmanes en al Ándalus.”
En Al Ándalus no existía una única sociedad, sino que ésta estaba segregada en distintas
comunidades que llevaban vidas diferentes. Esta disgregación continuó incluso después de la
Reconquista.
La primera comunidad importante, y como es obvio, era la musulmana, la mayoría conquistadora
que había sido capaz de someter al resto de sociedades: la hispanovisigoda y la judía. Una
peculiaridad interesante de esta comunidad es que, pese al discurso igualitario de Mahoma, se
encontraba muy estratificada, lo que se traducía en cotas de poder.
En la cúspide de la pirámide se situaba la “Jassa”, formada por familias aristocráticas árabes que
ocupaban los altos cargos de la administración y el ejército. Junto a ellos gobernaban algunas
familias poderosas de origen visigodo que se convirtieron.
Por debajo de estos estaban los ciudadanos notables que no llegaban a situarse en este grupo
aristócrata. El pueblo llano o “Amma” era el estamento más numeroso y estaba formado por los
bereberes y muladíes (cristianos conversos), quienes desempeñaban trabajos agrarios, de
artesanía, etc.
La base de la pirámide estaba formada por los esclavos, grupo poco numeroso y que, en teoría,
no podía estar compuesto por musulmanes (aunque en la práctica si los esclavos se convertían
se les otorgaba la libertad y seguían trabajando para sus señores en condiciones muy similares)
En las ciudades comerciales existió una importante comunidad judía que, pese a algunas
excepciones, no alcanzó relevancia política o social. Mientras que en otros lugares persistieron
comunidades cristianas que sufrieron un grave proceso de aculturación: los mozárabes. Esto fue
posible gracias a la tolerancia religiosa del islam con “las gentes del Libro”, quienes pudieron
seguir con sus costumbres dentro de su condición de protegidos o diníes.
La propia estructura de las ciudades (con sus barrios amurallados como la judería) es un buen
reflejo de la desarticulación de la sociedad andalusí.
ECONOMÍA: La andalusí era urbana y de mercado. Su gran desarrollo se explica por la creación
de una economía monetaria basada en dos monedas: el dinar de oro y el dirhem de plata. A
diferencia de la economía rural y cerrada del resto de Europa, los musulmanes centraron la
producción de bienes en la exportación de estos al extranjero y reservaron la producción agrícola
para el mercado interno.
En las ciudades surgió un potente sector artesanal. La producción textil despuntó entre todas
ellas tanto por la fabricación de productos de exportación como de consumo interno. También
se desarrolló, el trabajo del cuero, de las armas, etc.
En agricultura se conservaron los grandes latifundios romanos y se crearon otros tantos. Estos se
centraron, principalmente, en la producción de la tríada mediterránea. Además, desarrollaron
una agricultura de regadío muy útil en el cultivo de alimentos como las naranjas o el arroz que
ellos mismos introdujeron.
Para facilitar el comercio exterior se expandieron las rutas comerciales a través de los reinos
cristiano, el Mediterráneo y el Magreb. Para el interno, dieron vida a viejas ciudades romanas y
crearon otras nuevas.
ARTE Y CULTURA: Durante el gobierno musulmán se dio un gran impulso cultural e intelectual.
Tradujeron importantes obras griegas y romanas; y fueron muchos los estudiosos en materias
como la medicina, astronomía, álgebra, filosofía, historia, etc.
Sin embargo, la creación y la tolerancia estaban limitadas a los principios del islam. Restricciones
como la prohibición de representar motivos iconográficos y seres vivos, hicieron que la
ornamentación, por ejemplo, se desplazase hacia decoraciones cúficas, de lacería y ataurique.
ARQUITECTURA: Se construyeron mezquitas como principal edificio religioso, y palacios y
alcazabas como principales edificios civiles.
De esta época son algunos de los edificios más representativos de nuestro país como la mezquita
de Córdoba, la torre del oro de Sevilla o la Alhambra de Granada.

BLOQUE I, ESTÁNDAR 8
“Describe las grandes etapas y las causas generales que conducen al mapa político
de la península Ibérica al final de la Edad Media.”
El periodo de Reconquista de la Península, el cual duró casi tanto como la invasión musulmana,
se puede dividir en tres grandes etapas:
1ª ETAPA: La formación y la primera expansión de los reinos hispano-cristianos.
La expansión musulmana se frenó al borde de las cordilleras cantábricas y pirenaicas por el poco
interés de los invasores en estas zonas. La zona cántabra estaba poco romanizada y la
organización política se basaba en la aprobación personal a un caudillo que controlaba un
pequeño valle. Sin embargo, las cosas cambiaron cuando llegaron los refugiados visigodos.
Algunos nobles tomaron el poder de estos pequeños grupos. En el 722, uno de estos nobles
llamado Pelayo, dirigió y ganó una escaramuza en Covadonga contra los musulmanes. Esta es la
considerada primera derrota de los invasores y el evento que dio lugar a la creación del reino de
Asturias.
En el área oriental se formaron tres condados. Por un lado, Carlomagno, el emperador de los
francos, creó una frontera sólida al sur de los pirineos para evitar que los invasores entraran en
su territorio. Es lo que se denominó la Marca Hispánica.
Hacia el 830, en Pamplona, un noble de la familia Arista expulsó a los francos de su territorio y se
proclamó rey. Lo mismo había pasado en el condado de Aragón diez años antes con Aznar
Galíndez.
La desvinculación de los condados catalanes de la monarquía francesa no se hizo efectiva hasta
el 988 con el conde Borrell II.
El reino asturleonés se afianzó bajo el reinado de Alfonso II y Alfonso III. Estos restablecieron la
legislación visigoda y expandieron sus dominios hacia el sur. También se creó el condado de
Castilla.
El reino de Pamplona sufrió una gran expansión y se convirtió en el reino de Navarra. Su época
de mayor esplendor tuvo lugar durante el reinado de Sancho III el Mayor.
2ªETAPA: El proceso de Reconquista.
A partir del siglo XII, ya podemos hablar plenamente de Reconquista, motivado y movilizado por
las clases sociales altas para la restauración de los reinos cristianos.
Quisieron restablecer la vieja gloria visigoda y la presión por no perder los recursos invertidos
también la motivó.
Cada reino lo llevó a cabo de una manera diferente… En Castilla la reconquista de territorios fue
rápida en relación con otros lugares: para finales del siglo XI ya habían llegado hasta el Tajo y se
habían convertido en la potencia hegemónica peninsular.
Pese a algunos problemas sucesorios, durante el siglo XII conquistaron Calatrava y Alcántara y se
crearon órdenes militares para defender las ciudades. El espíritu de cruzada, la debilidad de los
almohades y la ayuda de caballeros franceses hicieron ganar a los castellanos la batalla de Las
Navas de Tolosa (1212).
Durante el gobierno de Fernando III se anexionaron Extremadura, el bajo valle del Guadalquivir y
Murcia, cortando el paso a la expansión aragonesa.
Aragón se interesó desde el principio por la taifa zaragozana. Por la complejidad de esa campaña
su expansión se retrasó muchos años. Para cuando éstos conquistaron Huesca (1096) hacía ya
tiempo que los castellanos habían tomado Toledo.
Cuando en el 1137 se firmó el contrato de esponsales entre el conde barcelonés Ramón
Berenguer IV y la heredera de Aragón, Petronila, tuvo lugar la unión de Barcelona y Aragón, dando
lugar a la creación de la corona de Aragón. La imposibilidad de rebasar la línea Biar-Villajoyosa
pactada con los castellanos hizo que la corona se expandiera hacia el Mediterráneo.
3ª ETAPA: evolución política en la baja Edad Media.
Durante la baja Edad Media la Península estaba dividida en cuatro reinos: Portugal, Navarra,
Castilla y Aragón. Solo al final de esta etapa se anexionaron los últimos tres en la figura de los
Reyes Católicos.
La inviabilidad de la expansión del reino de Navarra hacia el sur le hizo acercarse hacia la frontera
francesa, cuyas dinastías acabarían entrando en el territorio. En el 1512, Fernando el Católico
conquistó e incorporó el territorio a la corona de Castilla.
En Castilla, el poder ganado por la nobleza durante la Reconquista dio lugar a frecuentes
rebeliones. Durante el gobierno de Pedro I (1350-1369) se desencadenó toda una guerra civil. El
intento de éste de continuar con la labor de su antecesor Alfonso XI de afianzar el poder de la
corona le llevó a ser depuesto y sustituido por su hermano Enrique II, dando lugar al, así, al
comienzo de la dinastía Trastámara.
En cuanto a la política exterior se mantuvo el reino musulmán de Granada por su pago de
impuestos, se desarrollaron las rutas marítimas del Estrecho y del Cantábrico y se conquistaron
las islas Canarias.
En Aragón ocurrió algo parecido, los enfrentamientos entre l nobleza y el rey dieron lugar a la
creación de la generalidad (un tipo de asamblea similar a las Cortes pero que estaban siempre
reunidas) como compensación al apoyo de la burguesía contra la nobleza. El compromiso de
Caspe de 1412 hizo que un Trastámara saliera elegido rey de Aragón a la muerte de su antecesor
sin descendencia. La guerra civil catalana (1462-1472) acabó con el hundimiento de Cataluña que
dio lugar a la conversión de Valencia en la potencia hegemónica de la Corona.
En cuanto a la política exterior, se dio una expansión hacia el Mediterráneo con conquistas como
Sicilia, Nápoles o Cerdeña.

BLOQUE I, ESTÁNDAR 9
“Compara el origen de las Cortes en los reinos cristianos y sus principales
funciones.”
LAS CORTES: Nos ubicamos en pleno siglo XIII, cuando la monarquía se encuentra a mitad de
camino entre dos corrientes: el rey como uno más de los nobles (como ocurría en la monarquía
visigoda del siglo VII) y una monarquía absolutista (como ocurrió en el siglo XVII con el rey sol Luis
XIV). En este punto los monarcas habían conseguido un mayor poder, pero todavía estaban lejos
del absolutismo
Por ello, la evolución económica, social, política y cultural que tuvo lugar en los reinos
peninsulares medievales durante este periodo dio lugar a la creación de las Cortes o Curias regias.
Éstas tomaron el significado de reuniones extraordinarias convocadas por el rey para debatir los
temas propuestos. Las primeras tuvieron lugar en el reino de León en 1188.
Estas reuniones se convocaban con motivo de la recaudación tributaria extraordinaria. A cambio,
el rey compensaba los agravios que aquellos que pagaban hubieran sufrido. En casos
excepcionales y de suma importancia, las Cortes también podían reunirse para llegar a algún
consenso político o legislativo, pero, por norma general, no disponían de ningún poder de esa
índole.
En estas asambleas estaban integrados todos los representantes de los estamentos autorizados
por el monarca: la nobleza, el clero y las ciudades. La introducción de este último estamento en
las Cortes estuvo motivada por su potencialidad económica. Eran los burgueses de las ciudades
los que poseían gran parte de las riquezas del reino y los únicos (junto con los siervos y el resto
del pueblo llano) que pagaban impuestos. Por eso al rey le interesaba que estuvieran en las
asambleas: eran los únicos que iban a pagar los tributos extraordinarios ya que la nobleza estaba
excluida, por ley, del pago de cualquier tipo de impuesto. El clero, por su parte, solo pagaba el
impuesto de cruzada cuando el papa declaraba la guerra santa.
LA ADMINISTRACIÓN LOCAL: Esta administración de las Cortes regía a nivel nacional. No obstante,
en cada municipio había un representante de la corona que velaba por los intereses del monarca.
En Castilla, el representante se denominaba corregidor y gobernaba junto con el concejo. En la
corona de Aragón variaba según el reino. En Aragón, el gobierno recaía sobre un cabildo de
jurados presidido por un alcalde; en Cataluña los magistrados locales estaban asesorados por un
Consell.
LOS MODELOS MONÁRQUICOS: Las Cortes seguían una estructura muy similar en todos los
reinos; lo que sí variaba era la cota de poder que sustentaban. Un buen ejemplo de estas
diferencias eran la Corona de Castilla y la Corona de Aragón.
En Castilla, la monarquía era autoritaria. Las Cortes quedaron relegadas a tareas consultivas o de
aprobación de impuestos mientras que el rey poseía casi todo el poder, por lo que podía gobernar
sin necesidad de consultar con estas asambleas.
Por otro lado, en Aragón la monarquía era pactista, lo que se traducía en una gran limitación
gubernamental del rey y un mayor poder en manos de los estamentos. A cada paso que daba
debía consultarlo con las Cortes de Aragón, Cataluña y Valencia, y llegar a un consenso con ellas.
Como estas asambleas no estaban reunidas continuamente existía otra estructura de gobierno
(las diputaciones y generalidades) formada por representantes de las Cortes que controlaba el
cumplimiento de los fueros y privilegios de los territorios.

BLOQUE I, ESTÁNDAR 10
“Compara la organización política de la corona de Castilla, Aragón y el Reino de
Navarra al final de la Edad Media.”
La organización política a finales de la Edad Media, se caracterizó por una enorme fragmentación
del poder político y la desaparición de los poderes públicos (justicia, fiscalidad…) que quedan en
manos de los señores feudales.
Cada reino cristiano se compone de células políticas prácticamente independientes. El único lazo
que relaciona al monarca con sus vasallos es el juramento de vasallaje.
La crisis del siglo XIV, originó el intento de los monarcas de imponer una política autoritaria sobre
la nobleza. Este intento, generó diferencias institucionales entre Castilla y Aragón, que
consolidarán su organización política a través de una serie de instituciones.
En la corona de Castilla: surgirá con la unión definitiva de León y Castilla con Fernando III en 1230.
o Desarrolla además un modelo de monarquía autoritaria con la recopilación de textos
legales (las 7 partidas) de Alfonso X “el sabio” entre 1256 y 1265.
o La monarquía intentó establecer un código de leyes único Derechos Consuetudinarios,
que provienen de la tradición legislativa. En estos Las Cortes tenían una mera
consideración consultiva.
El monarca rompe su dependencia militar con la clase nobiliaria gracias a la creación de un cuerpo
armado de carácter permanente.
Las instituciones vinculadas a la corona son:
1. Consejo real o Curia regia: órgano en el que participan nobles y juristas al servicio del rey.
Los reyes fundarán Universidades para crear juristas (finales de la edad media).
2. Tribunal supremo.
3. Hacienda: Recaudación y gestión de tributos, impuestos…
4. Mayordomo real: Administra el patrimonio del rey
5. Concejo: cuyos miembros eran cargos vitalicios en manos de la oligarquía urbana.
6. Corregidor: Nombrado por el rey cuyas principales funciones serán: militares y judiciales.
En la corona de Aragón: los problemas centraron al igual que en Castilla en los enfrentamientos
entre el monarca y la nobleza. Pero su estructura política difería de la castellana en dos aspectos:
La corona de Aragón no era absolutista, sino pactista.
El poder del rey estaba limitado por el derecho y costumbres del país que el monarca se
comprometía a mantener en un pacto con sus vasallos, que se realizaba a través de las Cortes.
De este modo las cortes de los diferentes reinos ejercieron un fuerte control sobre la monarquía.
La corona de Aragón estaba constituida por 3 estados: Cataluña-Mallorca, Aragón y Valencia cada
uno de ellos con leyes, Cortes e instituciones propias y diferencias notables entre si.
En cuanto a las instituciones, las mas importantes eran los virreyes, que representaban al rey y
actuaban en su nombre en aquellos territorios en los que no residía el monarca.
Existía además la figura del Justicia cuya misión era la defensa de los fueros propios de Aragón.
El reino de Navarra: las cortes tuvieron también un verdadero poder legislativo. Esta desponía de
un importante fuero general 1238 que fue mejorado por los sucesivos monarcas.

BLOQUE I, ESTÁNDAR 11
“Comenta el ámbito territorial y características de cada sistema de población, así
como sus causas y consecuencias.”
Como consecuencia del avance cristiano hacia el sur quedaron bajo el dominio de estos reinos
una serie de territorios más o menos ocupados que, por una serie de factores, tuvieron que ser
repoblados.
Si el modelo económico se basaba en la agricultura, era necesario volver a poner en
funcionamiento las tierras que habían sido abandonadas para generar riqueza. Aun así, como no
todo el campo fue dejado, también entraron en juego los factores sociopolíticos y estratégicos.
En cuanto a los sociopolíticos, muchos árabes fueron expulsados y reemplazados por cristianos
por el propio funcionamiento del poder monárquico. La autoridad del rey se basaba en la lealtad
de sus súbditos; si los musulmanes no le inspiraban esa lealtad y representaban una posible
amenaza, eran expulsados.
Los factores estratégicos jugaron un papel importante en la forma en la que se desarrolló la
repoblación. La localización de un núcleo urbano en un punto clave podía favorecer la dinámica
de la guerra para un bando o para el contrario; por eso, para atraer a la población hacia el lugar
interesado ya que la migración no era obligatoria, concedían privilegios importantes a esos
núcleos clave. No obstante, por encontrarse, generalmente, estos lugares en zonas muy
conflictivas, se solían producir habituales despoblaciones.
En este proceso, además, se desarrollaron tres modelos diferentes de repoblación, los cuales se
fueron sucediendo en el tiempo y en el espacio.
El primero de todos ellos fue la presura. Durante esta etapa el foco se puso en los campesinos.
Éstos adquirían tanto el dominio directo como el de uso (alodio) con tan solo cultivar las tierras.
Este modelo se desarrolló hasta el río Duero, y fue muy sencillo por el desierto demográfico que,
en aquel entonces, era la meseta norte.
Por otro lado, las comunidades de tierra y villa pretendieron una repoblación más urbana. Se
designaba una villa o ciudad central que funcionaba como capital y una serie de terrenos y aldeas
que constituían el alfoz de ésta. Para atraer a gente que poblara estas comunidades se concedían
fueros o cartas pueblas otorgándoles privilegios. En esta ciudad central se creaba un concejo que
gobernaba sobre todas las tierras. Sin embargo, conforme fue pasando el tiempo, la pequeña
burguesía y la baja nobleza se fue haciendo con el poder de estos núcleos. Este modelo se
desarrolló en el área cercana al Tajo (con ciudades como Madrid o Talavera) y en zonas pasadas
el Ebro (como Calatayud).
El último modelo se denominó Repartimiento y consistió en la concesión de terrenos y haciendas
más o menos grandes tanto a familias nobles y órdenes religiosas como a pequeños propietarios.
En la zona norte tenemos ejemplos de ésto en los núcleos de Zaragoza y Tudela. En la zona de La
Mancha, los beneficiarios de grandes latifundios fueron importantes órdenes religiosas como la
de Calatrava. Por último, esta forma de repoblación también fue importante en el valle del
Guadalquivir. En esta zona se dieron muchos siervos musulmanes por la falta de pobladores
cristianos que ocuparan el vasto territorio de Andalucía.
La mayor consecuencia de este proceso fue la transformación de la sociedad en la Península, que
pasó de ser mayoritariamente musulmana a mayoritariamente cristiana.

BLOQUE I, ESTÁNDAR 12
“Explica el origen y características del régimen señorial y la sociedad estamental
en el ámbito cristiano.”
RÉGIMEN SEÑORIAL
Podemos comenzar a hablar de un principio de régimen señorial alrededor de los siglos VI-VII d.C
durante la crisis del Imperio romano. La pérdida del poder efectivo de los emperadores dejó
desamparadas a las ciudades, las cuales se volvieron muy susceptibles de los ataques bárbaros.
Esta inseguridad originó un gran éxodo urbano. Las gentes que emigraron al campo lo hicieron
con la intención de conseguir la protección de los nobles; a cambio, éstos les pedían su
servidumbre y obediencia. Estos vínculos personales entre individuos es lo que conocemos como
relaciones de vasallaje y fue la base que articuló el sistema feudal.
El feudalismo o régimen señorial consistió en un sistema de producción y organización política
basado en estas relaciones de vasallaje que se extendió por Europa como forma de gobierno
durante toda la Edad Media. Estuvo caracterizado, además, por el aumento del poder de la
nobleza a expensas del poder del monarca. Éste carecía de la autoridad suficiente como para
centralizar el gobierno por lo que los nobles se convirtieron en la representación del Estado en
sus dominios.
El vasallo, ya fuese un duque para con un rey, un conde para con un duque, etc, juraba fidelidad
a su señor a cambio de un feudo, propiedad concedida para asegurar el sostén económico ya que
la única y verdadera función de un noble era la guerrera; estos eran la espada y el escudo del
reino, a diferencia de los campesinos que eran los que trabajaban físicamente el feudo. Estos
juramentos no eran un mero acuerdo de palabra, se formalizaban con la firma de un contrato en
las denominadas ceremonias de vasallaje, por lo que romper estos pactos era un asunto
verdaderamente grave.
Teniendo en cuenta la decadencia monetaria de la época podemos entender por qué tanto los
nobles como la iglesia sustentaron tan altas cotas de poder. La imposibilidad de recompensar los
favores hechos a la corona monetariamente dio lugar a la concesión de grandes territorios; si
consideramos que la principal fuente de riqueza era la tierra, ahí tenemos la explicación.
SOCIEDAD ESTAMENTAL
Como consecuencia de estas relaciones señor-siervo la sociedad se segmentó en tres estamentos
muy bien diferenciados: nobleza, clero y estado llano.
Los dos primeros eran los privilegiados: gozaban de una serie de derechos como no pagar
impuestos o disponer de sus propias leyes y tribunales. En el estado llano se incluía la mayor parte
de la población: campesinos, trabajadores libres, artesanos, etc. Igualmente eran estamentos
estancos: quien nacía noble, moría noble; quien nacía del pueblo llano, moría del pueblo llano.
Solo en el clero era diferente: si nacías hijo de una monja o un cura esa mancha te perseguía toda
la vida. Además, era habitual que nobles (no primogénitos) ingresasen en puestos de poder como
obispos, arzobispos, etc y que personas del pueblo llano pasasen a desempeñar cargos de bajo
rango como párrocos, sacerdotes, etc.
Asimismo, las diferencias entre clases iban más allá de los aspectos jurídicos: había una gran
diferencia numérica. De cada diez personas, unas nueve eran campesinos, y la mayoría de ellos
siervos. Solo existían unos pocos campesinos libres, recuerdos de la presura, que acabarían
siendo absorbidos por señores más poderosos.
No obstante, el trato que recibían los siervos no era igual en todos los lugares. Un ejemplo muy
acusado era Aragón, cuyos nobles consiguieron el poder de juzgar, condenar y ejecutar a sus
siervos. De todas formas, esto no será lo habitual, a diferencia de las prohibiciones de los siervos
de abandonar el feudo o su obligación de pedir permiso a su noble para poder casarse, como sí
será lo normal.
Al margen de estos tres estados había también una serie de minorías religiosas como los
mudéjares: principalmente campesinos o los judíos: quienes vivían en ciudades y se dedicaban a
labores tributarias y administrativas.

BLOQUE II, ESTÁNDAR 1


“Define el concepto de “unión dinástica” aplicado a Castilla y Aragón en tiempos de
los Reyes Católicos y describe las características del nuevo Estado.”

A mediados del siglo XV, en los reinos cristianos peninsulares los herederos de Castilla y Aragón
se casaron, dando lugar a la creación de un estado unificado, geográficamente hablando,
tratándose así de un movimiento político perfectamente estudiado.
A partir del compromiso de Caspe de 1412 en ambos territorios gobernaba la dinastía Trastámara,
pero no eran coronas unidas en ningún tipo de forma. Esto cambió cuando Isabel I de Castilla y
Fernando II de Aragón recibieron la bula papal permitiendo la boda entre estos primos segundos
en 1469. Emparentaron por el interés político de culminar el proceso de Reconquista y restaurar
la unidad política peninsular además de conseguir que el poder monárquico estuviese bajo el
mando de un único gobernante que, si bien no sería posible en su figura, lo sería en la de sus
hijos, en ningún caso por los sentimientos amorosos entre ellos. Finalmente, la unión dinástica
no fue posible hasta la subida al trono de su nieto, Carlos I, quien gobernó como soberano de
Castilla, Aragón y el Sacro Imperio (además de otros territorios)
No obstante, la unidad dinástica no supuso la unión política, ni la unidad de los pueblos. Fue un
vínculo personal entre los soberanos. Cada reino conservó su organización institucional, sus
antiguas leyes, sus propias formas de recaudar impuestos, sus monedas…
Pese a ello, el camino hacia la unión dinástica no fue fácil. En Castilla hubo una gran guerra entre
Juana “la Beltraneja”, supuesta hija del rey Enrique IV (el rey muerto) e Isabel I, la hermana del
rey, por la sucesión al trono. El matrimonio entre Isabel y Fernando contribuyó a que la guerra se
desarrollara a favor de Isabel. Este matrimonio también contribuyó a la victoria de Juan II (padre
de Fernando II) durante la guerra civil catalana (1462-1472).
Con la unión dinástica dieron un impulso al poder de la corona. Esto se reflejó tanto en su política
interior como en la formación de un estado moderno.
LA POLÍTICA INTERIOR
Pretendieron reforzar el poder real mediante la política religiosa. Por ejemplo, con el permiso del
Papa, crearon el Consejo de la Suprema Inquisición. Este fue el organismo más importante de su
gobierno por velar por la homogeneidad religiosa, por tener ellos la capacidad de controlar el
nombramiento del inquisidor general y por ser la única institución que regía sobre todos los
territorios (tanto Castilla como Aragón) Es necesario recalcar que este tribunal no persiguió a
judíos ni a musulmanes sino a aquellos bautizados en el cristianismo que fuesen acusados de
seguir practicando su religión anterior.
También pretendieron reforzar el poder real mediante la expulsión de las minorías religiosas
(como la expulsión de los judíos de 1492) o los bautismos forzosos (como el que ocurrió tras la
rebelión de las Alpujarras) ya que la uniformidad religiosa era sinónimo de paz interna.
Por otra parte, la creación de un ejército propio que no dependiera de las huestes de sus vasallos
favoreció la consolidación del poder de la corona.
EL ESTADO MODERNO
Con el objetivo de lograr una monarquía autoritaria y fuerte los reyes Católicos introdujeron una
serie de reformas, especialmente en Castilla:
-El Consejo Real de Castilla se convirtió en el principal órgano de gobierno
-Se establecieron nuevos cargos como los secretarios reales o los virreyes que gobernaban en los
lugares donde los reyes no estaban presentes.
-Se redujo el papel de las cortes de Castilla.
-Se revitalizó el papel de los corregidores en los municipios.
-Se reorganizó el sistema judicial escalonando la importancia de los tribunales.
-Se creó la Santa Hermandad, una milicia que controlaba los caminos.
En Aragón las reformas tuvieron menos importancia, pero destacaron la creación del papel del
virrey y el sistema de insaculación consistente en la elección de los cargos por suerte entre los
propuestos por el rey.

BLOQUE II, ESTÁNDAR 2


“Explica las causas y consecuencias de los hechos más relevantes de 1492.”
El año 1492 es una fecha simbólica, ya que es una marca temporal que los españoles utilizamos
como separador de la edad Media y la edad Moderna; y es que en ese año ocurrieron dos
acontecimientos que marcaron un antes y un después en la historia de (a partir de este momento
ya sí podemos denominarlo así) España.
El primero de todos ellos fue el fin de la Reconquista. El 2 de enero de 1492 entregaba el rey
Boabdil la rendición de Granada a los Reyes Católicos como consecuencia de su política
uniformista. Si antes se había mantenido el reino de Granada era por el interés de su pago de
parias, pero llegó un momento donde conseguir la uniformidad religiosa y territorial de la
Península fue más rentable que ese pago de impuestos. Por estos mismos motivos se expulsaron,
en el mismo año a todos aquellos judíos que no aceptaron la conversión.
Como consecuencia, Granada pasó a formar parte de la corona de Castilla, se acabó con el último
vestigio musulmán en la península Ibérica y se consiguió una cierta homogeneidad religiosa que
acabaría con la expulsión de los mudéjares en el siglo XVI.
El segundo hecho más relevante fue el descubrimiento de América que, en cierto modo, fue una
consecuencia del anterior: la conquista de Granada dejó el camino libre a Castilla para adoptar
una política agresiva de navegación que superase a la portuguesa y que opacase sus méritos en
la conquista del Atlántico. Por ello, la propuesta de un navegante que afirmaba ser capaz de llegar
a las Indias por el oeste fue bien recibida por la corona quien le entregó tres barcos, el título de
almirante de las tierras que descubriese y el 10% de sus riquezas.
Como consecuencia se descubrió un nuevo continente que abrió las puertas a grandes riquezas,
mano de obra, oportunidades comerciales, etc.
Pero por encima de todo ello, lo que originó estos dos acontecimientos fue la exposición
internacional de España. Hasta este momento la política se había centrado casi exclusivamente
en la Península, pero a partir de entonces se acabó el enjaulamiento y España se convirtió, en el
siglo XVI, en la primer potencia europea.
Esta hegemonía española tuvo también su parte negativa pues toda gran potencia tiene otra gran
potencia enemiga, y España no fue menos. Francia, poderosa nación y rodeada por territorios
españoles, se convirtió en su principal rival, dando lugar a un sinfín de conflictos entre ambos
reinos durante el siglo XVI.
EXPLUSIÓN DE LOS JUDÍOS Y CONQUISTA DEL REINO NAZARÍ DE GRANADA
Causas: El objetivo de los Reyes Católicos era lograr la uniformidad religiosa en la península. Esta
política respondía a la premisa de que la fe cristiana era el fundamento espiritual y político de la
unidad de los reinos. Al mismo tiempo, la homogeneidad religiosa era un elemento de paz
interior.
Ahora bien, detrás de estos intereses también se encontraban el deseo de aumentar las
posesiones (tierras, rentas, súbditos, …) a costa del reino musulmán granadino, así como de los
numerosos bienes de los judíos.
También actuó como causa una enemistad hacia la población judía que solían ocupar cargos y
puestos apetecidos por los cristianos.
Consecuencias: en lo religioso, en principio se logrará la uniformidad religiosa solo con los judíos.
En el caso de los musulmanes, se les obligó a convertirse, aunque ellos continuaron practicando
la fe islámica en la práctica. A este nuevo grupo social se les llamará moriscos.
Políticamente, la conquista de Granada aseguró la posición de Isabel y Fernando frente a la
nobleza, a la que consiguieron hacer participar de forma masiva en la guerra. Además, esta guerra
fue clave para desarrollar el sistema fiscal y la capacidad militar castellana y significó un momento
clave en la forja del Estado castellano moderno.
Por último, y desde el punto de vista estratégico, la conquista del último reducto político
musulmán de la península significó asegurar el flanco mediterráneo de la Monarquía ante el
empuje del Imperio otomano por esas fechas. Asimismo, la toma de Granada dejó a los Reyes
Católicos las manos libres para encarar con fuerza los otros frentes de su política exterior,
especialmente su rivalidad con Francia en el Rosellón, Italia y Navarra.
DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA
Causas: En el siglo XV, los portugueses estaban buscando una ruta para comerciar con Asia
bordeando África por el sur, puesto que los turcos impedían el comercio a través del
mediterráneo y el Próximo Oriente. Sin embargo, Cristóbal Colón propuso a los Reyes Católicos
alcanzar Asia navegando por el Atlántico hacia el oeste.
Los reyes aceptaron el proyecto tras la conquista de Granada, y el 12 de octubre de 1492 Colón
y su tripulación llegaron a una isla de las Bahamas, Guanahani.
Esto fue posible por los avances en las técnicas de navegación (astrolabio, brújula, carabela, etc.)
y a los vientos alisos, que hicieron viable el viaje.
Sin embargo, Colón erró bastante en sus cálculos en las dimensiones de nuestro planeta, pero
tuvo la suerte de encontrarse con un insospechado continente en su viaje hacia las Indias.
Consecuencias: Para evitar las tensiones con Portugal sobre las nuevas tierras descubiertas, se
firmó el Tratado de Tordesillas (1494), por el que se trazó una línea divisoria con las zonas de
influencia de Castilla y de Portugal. Brasil, de forma involuntaria, quedó bajo la influencia de
Portugal.
El resto del continente americano quedaba bajo la soberanía de Castilla, con todo lo que ello
conlleva para la Corona: nuevas tierras, nuevos súbditos y productos.
La llegada con el tiempo de metales preciosos reforzará la economía europea a lo largo del siglo
XVI.
Sevilla se convertirá en el centro de todos estos nuevos intercambios, localizándose en ella la
Casa de Contratación.
Desde el punto de vista social, el descubrimiento de América llevará la emigración hacia América
de españoles y el mestizaje en el nuevo continente sometiendo a una situación de casi esclavitud
de los habitantes de esas nuevas tierras.
Por último, llegaron nuevos productos que tuvieron gran incidencia en la dieta y las costumbres
europeas: tabaco, patata, maíz, cacao, …

BLOQUE II, ESTÁNDAR 3


“Compara los imperios territoriales de Carlos I y de Felipe II, y explica los
diferentes problemas que acarrearon.”
Cuando en el 1516 Carlos I, hijo de Felipe “el hermoso” y Juana “la loca”, subía al trono de la
monarquía hispánica, lo hacía como gobernante del mayor imperio de su época. Y es que esa es
precisamente la primera característica de su imperio: que fue heredado y no conquistado. De sus
abuelos maternos recibió las coronas de Castilla y Aragón, así como sus posesiones en Italia,
América y África. De su abuelo Maximiliano recibió sus posesiones en Austria y Alemania, además
de los derechos al título de emperador del Sacro Imperio (un título generalmente elegido por
votación) De su padre recibió el Franco condado, los Países Bajos y Borgoña.
Así, con tan solo dieciséis años, se encontraban bajo su mando una gran cantidad de territorios
cuyo único nexo de unión era su monarca. La desintegración de estos territorios necesitó ser
contrarrestada por una política integrista que se fundamentase en la unidad religiosa y la creación
de una monarquía universal. No obstante, su consolidación en el trono español no fue nada
sencilla.
En primer lugar, por el acuerdo llegado entre Juana y su esposo Felipe, sus hijos fueron educados
en lugares diferentes. Fernando fue educado en España y Carlos en Flandes, por lo que, cuando
este llegó a ocupar el trono no sabía siquiera hablar español y todos sus consejeros eran
flamencos, lo que causó un gran descontento en el territorio. Para evitar problemas de
legitimidad y posibles rebeliones en favor a su hermano (quien sí era considerado español) envió
a este a Austria donde desarrollaría la rama paralela de los Habsburgo.
Por otro lado, sus pretensiones de ser nombrado Sacro emperador a la muerte de su abuelo en
1519 necesitaron ser apoyadas por una importante cantidad de dinero que comprase las
voluntades de los votantes (ya que este era un título electo) La principal fuerza económica de sus
territorios era Castila por lo que sobre ella recayó el pago. El malestar que esto causó dio lugar a
la revuelta de las Comunidades que finalmente sería sofocada por la nobleza y la corona. Se llamó
así porque fueron las ciudades (comunidades de villa y tierra) las que se negaron a pagar los
impuestos
La revuelta de las Germanías también fue una fuente de conflicto para Carlos I. La pugna por el
poder en Valencia y Mallorca entre la burguesía y la nobleza, así como los señores y los
campesinos en el mundo rural, acabaría con la derrota de los sublevados con ayuda de las tropas
castellanas.
En el contexto internacional hubo tres grandes focos de problemas.
En Alemania, el avance del protestantismo (doctrina religiosa creada a partir del cisma en la iglesia
originado por Lutero al cuestionar la estructura de la iglesia y la autoridad del Papa) pronto pasó
de ser un asunto teológico a todo un conflicto político cuando príncipes alemanes utilizaron esta
excusa para contestar a la autoridad de Carlos I como emperador. Además, este hecho amenazó
uno de los principales pilares sobre los que se sostenía la unidad de sus territorios: la
homogeneidad religiosa. El avance protestante fue imparable por lo que la única salida fue la paz
de Augsburgo por la cual el emperador reconocía el derecho de los príncipes alemanes de elegir
la religión para su territorio. La incapacidad de hacer frente a este avance siempre fue un motivo
de desengaño para Carlos I.
A parte del protestantismo, el avance del Imperio otomano por el Mediterráneo y el este de
Europa constituyó toda una amenaza a la cristiandad. El asedio de Viena y el apoyo de los
otomanos a los piratas berberiscos resultaron en conflictos que derivaron grandes costes para las
ya flojeantes arcas españolas.
También fue constante la lucha contra Francia por las posesiones en Italia, Flandes y Borgoña.
Cuando en el 1556 Carlos I abdicó en favor de su hijo Felipe II, este heredó el imperio más grande
del mundo que incluso sufrió importantes expansiones (como la resultante de la unión de España
y Portugal cuando Felipe II reivindicó sus derechos al trono portugués). Lo único que no heredó
fue el imperio austríaco ya que el título pasó al hermano de Carlos I: Fernando. Sin embargo
también tuvo su gran dosis de problemas.
El conflicto religioso no dejó de intensificarse. El Imperio otomano continuaba expandiéndose por
lo que los moriscos habitantes de la Península comenzaron a verse como una amenaza por temer
una alianza entre estos y los berberiscos que favoreciese los ataques a las costas españolas. El
trato discriminatorio que recibían como consecuencia de esta desconfianza dio lugar a la
sublevación de los moriscos de las Alpujarras y de Granada que acabarían en conversiones
forzosas y expulsiones del territorio.
También en Aragón se dieron diversos conflictos. Los choques entre el poder del rey y los fueros
de la corona aragonesa provocaron una gran tensión que acabaría explotando con el caso de
Antonio Pérez. Este fue un conspirador acusado y condenado por espiar para la corona de
Inglaterra. Debía cumplir condena en Madrid cuando huyó a Aragón y se amparó en las leyes
forales. El rey obvió sus derechos y entró en el territorio igualmente restaurando el poder real.
Por otro lado, si bien el luteranismo ya no era un problema para la corona española por tratarse
de otra rama de los Habsburgo, el calvinismo sí que lo fue.
Esta doctrina religiosa planteada por Juan Calvino cobró principal relevancia en Flandes donde el
intento de Felipe II de reforzar el catolicismo acabó dando lugar a una serie de rebeliones que
verían su culminación en la guerra de los ochenta años. Finalmente algunas de estas provincias
como Holanda o Zelanda se acabaron independizando y formando un nuevo estado denominado
las Provincias Unidas.
La creación de la iglesia anglicana (que se originó por desavenencias entre el el rey Enrique VIII y
el Papa cuando este no le otorgó el divorcio) y el apoyo de Inglaterra a la rebelión de Flandes cesó
la buena relación entre estas dos naciones. Como respuesta al aumento de la piratería inglesa a
los barcos españoles se creó “la gran armada” que intentó cortar la ayuda inglesa a los flamencos.
El fracaso que supuso esta expedición consolidó la hegemonía marítima inglesa.
Finalmente, las constantes guerras que se dieron en el siglo XVI junto con los escasos recursos
que llegaban de América hicieron entrar a España en bancarrota. Parte de esta deuda se convirtió
en juros pero esto no evitó que las bancarrotas se fueran sucediendo en 1575 y 1597.

BLOQUE II, ESTÁNDAR 4


“Analiza la política respecto a América en el siglo XVI y sus consecuencias para
España, Europa y la población americana.”
Durante el reinado de Carlos primero se procedió a la exploración y colonización del continente
americano.
Entre las numerosas campañas destacaron por su importancia las conquistas de dos grandes
imperios del Nuevo Mundo. El imperio azteca por Hernán Cortés en 1519- 1521 y el Imperio Inca
de Perú por Pizarro en 1531- 1533.
Las consecuencias para América: Fuerte descenso demográfico fruto de tanto de las
enfermedades origen europeo como de la dureza del trabajo al que fueron sometidos.
La aculturación que acabo con las formas de vida y creencias tradicionales de los indígenas los
métodos empleados fueron varios:
El requerimiento: Invitación forzosa aceptar la soberanía del conquistador bajo la amenaza del
sometimiento de armas.
Encomienda: A un comedero colonizador se le asignaba una partida de encomendados que
trabajaban la tierra y pagaban tributos.
Consecuencias para España y Europa: Los gastos de las guerras de Carlos I y Felipe II acabaron
provocando la ruina de la hacienda real los productos que llegaban desde América aumentaron
los precios generando una revolución de estos.
El carácter arcaico de los gremios que no supieron evolucionar adaptándose a la competencia.
Mentalidad antiburguesa de la mayor parte de la población por considerar el comercio propio
de los judíos.
Superioridad de industrial de los países como Inglaterra Países Bajos y Francia les permitió
producir más y a menor precio y así competir sin dificultad con la escasa producción española.
BLOQUE II, ESTÁNDAR 5
“Explica los principales proyectos de reforma del conde-duque de Olivares.”
Si bien el siglo XVI había sido la etapa más gloriosa para el gobierno español, el XVII constituyó la
época de declive. Las numerosas guerras que sangraban las arcas reales y los insuficientes
recursos que llegaban de América desencadenaron una serie de bancarrotas que hicieron entrar
al Imperio español en una grave crisis tanto en lo político y lo militar como en lo económico.
Además, el desinterés de los reyes para con las labores de gobierno los llevó a nombrar a validos
que se convertirían en los gobernantes de facto (es decir, que no eran los gobernantes oficiales
pero lo eran en la práctica) .
Durante el gobierno de Felipe III el valido fue el duque de Lerma, gran amigo de lo ajeno y del
tráfico de influencias. Durante el gobierno de Felipe IV el valido fue Gaspar de Guzmán, conde-
duque de Olivares. Este político y estadista estuvo verdaderamente comprometido con la causa
y realmente creyó que la situación se podía revertir.
Con ese objetivo presentó a Felipe IV, en 1624, el “Gran Memorial”, un informe donde relataba
todos los problemas que aquejaban a la monarquía española y las posibles soluciones.
Según Olivares el rey debía incrementar su poder ya que vio en el hecho de que España fuese una
confederación de territorios sin unidad política, la principal debilidad.
Para intentar conseguir eso creó la Junta Grande de Reformación, una comisión encargada de
llevar a cabo una serie de reformas como la reducción de gastos de la Corte, la protección de las
actividades artesanales y de comercio, la abolición de los millones (un impuesto que grababa
productos de primera necesidad como vinagre, sal, vino, cabos de velas, etc), la creación de
montes de piedad y erarios públicos (lugares de empeños), el aumento de la población mediante
la concesión de ayudas, etc.
No obstante, estas reformas se toparon con un gran oposición por parte de la nobleza y las
oligarquías, quienes intentaban impedir la unificación fiscal. Tampoco pudieron llevarse a cabo
por el restringido poder del monarca.
El otro gran proyecto de Olivares fue la Unión de armas. Buscaba salvar la desigualdad entre los
reinos y que todos aportaran la misma cantidad de hombres y dinero para mantener el ejército
ya que hasta el momento era Castilla quien soportaba casi todos los esfuerzos económicos.
La presión hecha por Olivares para que las cortes catalanas aprobasen este proyecto dio lugar a
la rebelión de Cataluña de 1640. En junio de ese mismo año tuvo lugar el Corpus de Sangre, una
sangrienta revuelta donde fue asesinado el virrey que velaba por que se cumpliese la autoridad
de Olivares. Finalmente, Barcelona se rendiría en 1652 por la excesiva elongación del conflicto y
la presión de las tropas francesas presentes en el territorio.
Además, en el mismo año, también hubo una rebelión en Portugal en contra de este proyecto y
por la imposibilidad del rey de protegerlos de los ataques holandeses. La rebelión dirigida por el
duque de Braganza y apoyada por la nobleza y la alta burguesía acabaría con la independencia de
Portugal.
Estos conflictos y otros tantos marcaron los límites de las reformas de Olivares, quien se acabaría
retirando en 1643 dejando el territorio sumido en una profunda crisis.
BLOQUE II, ESTÁNDAR 6
“Analiza las causas de la guerra de los Treinta Años, y sus consecuencias para la
monarquía hispánica y para Europa.”
La guerra de los treinta años fue un conflicto bélico de origen religioso desarrollado entre 1618 y
1648 que acabaría tomando una dimensión internacional por los intereses de las potencias
involucradas.
La paz de Augsburgo de 1555 estableció que cada príncipe alemán tendría la capacidad de decidir
qué religión se desarrollaba en su territorio. El conflicto comenzó cuando el príncipe Fernando II
de Bohemia (una región del Sacro Imperio) pretendió instaurar el catolicismo en este territorio
mayoritariamente protestante. El conflicto continuó siendo un mero problema interno del Sacro
Imperio hasta que Fernando II fue coronado emperador a la muerte de su antecesor. Entonces
recibió la ayuda de los Habsburgo españoles para someter a los bohemios y es así cómo se
convirtió en un asunto internacional. Toda la primera etapa se caracterizó por las continuas
victorias del bando Alemán.
No obstante, la situación cambió cuando España tuvo que retirar sus tropas al reanudar la guerra
con Holanda tras la ruptura de la Tregua de los Doce Años. A las motivaciones religiosas de la
guerra contra los calvinistas se le añadió la necesidad de frenar el poderío naval y comercial
holandés que se había acrecentado durante la tregua al aprovechar la paz para desarrollar sus
redes comerciales por América, África e India.
La segunda etapa estuvo caracterizada por la inmersión de Dinamarca en la guerra. Los intereses
de Francia y Dinamarca respecto al Sacro Imperio coincidieron, por lo que Francia proporcionó
ayuda monetaria a Dinamarca a cambio de que esta le declarase la guerra a los alemanes. En
1627 los daneses se vieron obligados a firmar el tratado de Lübeck a cambio de no perder los
territorios conquistados.
La tercera etapa comenzó cuando Suecia entró en la guerra para proteger el protestantismo y
asegurar su posición en el Báltico. Su rey Gustavo Adolfo II pactó con Francia en condiciones
parecidas a Dinamarca. No obstante, la muerte del rey en la batalla de Lützen en 1632 relegó su
participación a un segundo plano hasta que se firmó la Paz de Praga en 1635.
Finalmente, en ese mismo año, Francia declaró la guerra al Sacro Imperio después de muchos
años de participación indirecta financiando a los enemigos de Fernando II. Durante esta etapa
ocurrieron varios sucesos importantes: Fernando II murió y fue sustituido por su hijo Fernando
III, el cardenal Richelieu, el que había sido el principal gobernante y estratega francés; murió
también, un año más tarde, el rey Luis XIII. Tras numerosas derrotas, como la de Rocroi en 1643
por parte del bando alemán se firmó la Paz de Westfalia.
La paz de Westfalia impuso la tolerancia religiosa en el Sacro Imperio, el cual se fraccionó en
Estados independientes que, si bien todos seguían perteneciendo al Sacro Imperio, tenían
soberanía de facto. La confederación Helvética (actual Suiza) y los Países Bajos se separaron
definitivamente; Suecia y Francia ampliaron sus territorios y Austria se separó del Sacro Imperio.
Además, se reestructuró la distribución de poder: La decadencia de España se hizo claramente
visible y Francia fue vista a partir de entonces como el poder dominante en Europa
Además de todo esto, la guerra supuso la devastación de regiones enteras que quedaron
destrozadas, el descenso de la población como consecuencia de las cuantiosas bajas. Las
constantes guerras afectaron seriamente, también, la economía.
La paz entre España y Francia, sin embargo, no llegaría con la Paz de Westfalia, sino que los
conflictos continuarían hasta la paz de los Pirineos en 1659. La intervención de Inglaterra a favor
de Francia supuso la pérdida definitiva para España. Con este tratado se estableció una nueva
frontera España-Francia.

BLOQUE II, ESTÁNDAR 7


“Compara y comenta las rebeliones de Portugal y Cataluña en 1640.”
En 1640 se inician estos acontecimientos en respuesta a las nuevas reformas de la monarquía
española.
CATALUÑA
En el origen de este conflicto están presentes el malestar y el rechazo hacia las políticas de
Olivares. Se dan:
o Reclutamientos forzosos: la guerra de Francia vs. España se da en la frontera, en territorio
catalán. Hasta allí llegan tropas que deben ser mantenidas y se obliga a participar en esta
manutención, y además de defender el territorio mediante reclutamientos. El fuero
catalán no les obligaba a cumplir estos cargos, chocando así con la monarquía.
o Costes para mantener las tropas: eran cargos para las familias, además de esto veían que
las tropas no tenían un comportamiento adecuado y la prolongación del conflicto
provocó más descontento.
o Paralización del comercio con Francia: se ve resentido por la guerra.
Todo este malestar estalla en 1640 con el “Corpus de Sangre”, aprovechando la celebración de
este día, se realizará un motín en el que el virrey será asesinado, alcanzando la máxima rebelión.
Tras este motín, la rebelión pasó a estar dirigida por Pau Claris que jugará un papel importante
en la hostilidad contra la monarquía.
En 1641 la “Junta de Brazos” más el “Consejo de Ciento” reconocen al rey francés Luis XIII como
conde de Barcelona, que ofreció ayuda a los dirigentes catalanes a cambio de este título. Se
proclamó una república catalana.
El temor de la oligarquía catalana por no poder seguir controlando el descontento popular
proporcionó unos pactos que aceptó con la “Capitulación de Barcelona” (1652).
PORTUGAL
Comenzó en 1640. Esta rebelión presentó una mayor cohesión social, en el propósito de
independencia.
Sus motivos tienen que ver, al igual que Cataluña por un malestar generalizado causado por, en
este caso, las reformas de Olivares. Hasta el momento, Portugal no aportaba ingresos regulares
a la monarquía. Olivares pretendía incorporar a Portugal en la Unión de Armas a cambio de tener
un papel más protagonista. Esto implicaba nuevos cargos fiscales para los privilegiados por ello
rechazaron la Iglesia, la nobleza y los grandes propietarios.
Aún así seguía existiendo cierto malestar ya que estos creen que la incorporación a la monarquía
española no les iba a beneficios. Donde más se va a notar esto es en el comercio colonial por las
expediciones de bloque de los holandeses.
Este mal estallará en los “Tumultos de Ébora” (1637). En septiembre de 1640 estalla la rebelión
cuando se exige la participación de soldados portugueses en el conflicto catalán.
Esto llevará a la nobleza portuguesa a buscar otro rey en la figura de un noble portugués, Duque
de Braganza (Juan IV). Pronto Juan alcanzará acuerdos en Francia, Provincias Unidas e Inglaterra.
La monarquía española no fue capaz de asegurar las posesiones coloniales ni el crecimiento
económico de Portugal por lo que esta rebelión triunfará.
La independencia portuguesa será reconocida en 1668, año en el que el rey de Portugal y España
firman la paz.

BLOQUE II, ESTÁNDAR 8


“Explica los principales factores de la crisis demográfica y económica del siglo
XVII, y sus consecuencias.”
Si bien el siglo XVI había sido la época de mayor esplendor para la monarquía hispánica, el XVII
fue la época de la crisis y la decadencia. Esto afectó a todos los sectores de la vida: Si en el dieciséis
se había dado un incremento de la población como consecuencia de la bonanza económica y
política, en el XVII se originó una acusada crisis demográfica.
El primer factor fueron las malas cosechas: en una economía basada en la tierra, las cosechas son
decisivas. Esto originó una serie encadenada de crisis de subsistencia. El cambio climático y la
climatología adversa jugaron un papel clave en las malas cosechas.
Por otro lado, se dieron numerosas epidemias de peste y de otras enfermedades de mortandad
catastrófica que redujeron notablemente la población
Ya no en el panorama general sino en regiones concretas como Valencia, Murcia y Aragón se dió
un gran descenso de la población a causa de la expulsión de la población morisca.
Otra causa importante fue la emigración. El nuevo continente descubierto necesitaba ser
colonizado para asegurar las conquistas por lo que fue necesario una gran emigración de los
territorios españoles a los americanos. Se estima que unos dos millones de personas
abandonaron el país.
En cuanto a la economía, durante el siglo XVI experimentó un asombroso incremento (aunque
nunca lo suficientemente grande como para hacer frente a las necesidades del reino) El comercio
con América se desarrolló y sus minas comenzaron a dar grandes cantidades de metales
preciosos. El incremento de la llegada de plata al circuito monetario español originó un aumento
del dinero disponible lo que se tradujo en la Revolución de los Precios: un proceso inflacionario
de los precios. En el marco de la dinámica monetaria del siglo XVI esta inflación no supuso ningún
problema.
Cuando sí lo fue, fue en el siglo XVII. Comenzó a flaquear la llegada de plata de América por lo
que se inició un proceso de receso económico. Las sucesivas bancarrotas y el incremento de la
deuda pública (juros) llevaron a acuñar moneda de vellón, una de menor valor que agravó incluso
más la situación ya que los precios subieron como consecuencia de la devaluación de la moneda.
Esto afectó especialmente a la industria textil castellana.
La crisis fue generalizada en toda Europa, pero en España se agravó enormemente por la crisis
fiscal y política de la monarquía. El gobierno era débil por lo que la respuesta al problema no fue
suficiente para enmendarlo.
La recuperación económica no llegó hasta mediados y finales de siglo, cuando el periodo de paz
internacional permitiese la recuperación económica.
BLOQUE II, ESTÁNDAR 9
“Explica las causas de la Guerra de Sucesión española y la composición de los dos
bandos en conflicto.”
Como consecuencia de la Guerra de Sucesión unos pueblos se quedaron bajo el dominio de reinos
sufridos por la guerra más o menos ocupados que, por una serie de factores, tuvieron que ser
repoblados.
Si el modelo económico se basaba en la agricultura, era necesario volver a poner en
funcionamiento las tierras que habían sido abandonadas para generar riqueza. Aun así, como no
todo el campo fue dejado, también entraron en juego los factores sociopolíticos y estratégicos.
En cuanto a los sociopolíticos, muchos fueron expulsados y reemplazados por cristianos por el
propio funcionamiento del poder monárquico. La autoridad del rey se basaba en la lealtad de sus
súbditos; si los musulmanes no le inspiraban esa lealtad y representaban una posible amenaza,
eran expulsados.
Los factores estratégicos jugaron un papel importante en la forma en la que se desarrolló la
repoblación. La localización de un núcleo urbano en un punto clave podía favorecer la dinámica
de la guerra para un bando o para el contrario; por eso, para atraer a la población hacia el lugar
interesado ya que la migración no era obligatoria, concedían privilegios importantes a esos
núcleos clave. No obstante, por encontrarse, generalmente, estos lugares en zonas muy
conflictivas, se solían producir habituales despoblaciones.
En este proceso, además, se desarrollaron tres modelos diferentes de repoblación, los cuales se
fueron sucediendo en el tiempo y en el espacio.
El primero de todos ellos fue la presura. Durante esta etapa el foco se puso en los campesinos.
Éstos adquirían tanto el dominio directo como el de uso (alodio) con tan solo cultivar las tierras.
Este modelo se desarrolló hasta el río Duero, y fue muy sencillo por el desierto demográfico que,
en aquel entonces, era la meseta norte.
Por otro lado, las comunidades de tierra y villa pretendieron una repoblación más urbana. Se
designaba una villa o ciudad central que funcionaba como capital y una serie de terrenos y aldeas
que constituían el alfoz de ésta. Para atraer a gente que poblara estas comunidades se concedían
fueros o cartas pueblas otorgándoles privilegios. En esta ciudad central se creaba un concejo que
gobernaba sobre todas las tierras. Sin embargo, conforme fue pasando el tiempo, la pequeña
burguesía y la baja nobleza se fue haciendo con el poder de estos núcleos. Este modelo se
desarrolló en el área cercana al Tajo (con ciudades como Madrid o Talavera) y en zonas pasadas
el Ebro (como Calatayud).
El último modelo se denominó Repartimiento y consistió en la concesión de terrenos y haciendas
más o menos grandes tanto a familias nobles y órdenes religiosas como a pequeños propietarios.
En la zona norte tenemos ejemplos de ésto en los núcleos de Zaragoza y Tudela. En la zona de La
Mancha, los beneficiarios de grandes latifundios fueron importantes órdenes religiosas como la
de Calatrava. Por último, esta forma de repoblación también fue importante en el valle del
Guadalquivir. En esta zona se dieron muchos siervos musulmanes por la falta de pobladores
cristianos que ocuparan el vasto territorio de Andalucía.
La mayor consecuencia de este proceso fue la transformación de la sociedad en la Península, que
pasó de ser mayoritariamente musulmana a mayoritariamente cristiana.

BLOQUE II, ESTÁNDAR 10


“Detalla las características del nuevo orden europeo surgido de la Paz de Utrecht y
el papel de España en él.”
Incluso antes de la muerte de Carlos II en el 1700 se supo que habría un problema con la sucesión.
Debido a sus incapacidades físicas y psíquicas fue incapaz de producir un heredero por lo que
hubo dos candidatos a sucederle en el trono. Por una parte estaba el archiduque Carlos de la casa
Habsburgo, hermano del emperador de Austria; y por la otra estaba Felipe de Anjou, príncipe de
la casa Borbón y nieto de Luis XIV. Ambos parientes lejanos.

Antes de la muerte de Carlos II este designó a Felipe de Anjou como su sucesor en un intento de
evitar el desmembramiento de su imperio en vistas de una posible alianza con Francia. Por ello,
en el 1700, cuando muere Carlos II, Felipe es coronado rey y pasa a ser Felipe V.

No obstante, esta decisión perjudicaba al resto de potencias europeas ya que Felipe V tenía
derechos de sucesión al trono francés. Esta posible unión dinástica Francia-España desequilibraría
la balanza de poderes y fue lo que dio lugar a la creación de la Gran ALianza en 1701. Alemania,
Inglaterra y las Provincias Unidas apoyaron al archiduque Carlos contra el candidato de Francia y
España. Lo que comenzó siendo una disputa por el trono español se acabaría convirtiendo en
todo un conflicto europeo.
Incluso dentro de España hubo opiniones encontradas. En Castilla las capas populares
(entiéndase como populares a las oligarquías urbanas, es decir, la baja nobleza y la burguesía)
fueron defensoras de Felipe por venir de una monarquía absolutista y proponer un modelo más
reformista; mientras que la nobleza apoyó a Carlos por miedo a estos mismos cambios ya que
pretendía respetar los fueros y privilegios. En Valencia ocurrió al revés. Fueron los populares
quienes apoyaron a Carlos y los nobles los que apoyaron a Felipe. Solo en Cataluña se encontraron
los intereses de ambos grupos en la figura de Carlos. Además, lo ocurrido con Francia durante la
rebelión de 1640 (su conquista de Cataluña y la presión hecha para su rendición) les hizo rechazar
al candidato francés.

Pese a que hubo algunas batallas favorables para Felipe V como la de Almansa, Brihuega o
Villaviciosa, lo que verdaderamente inclinó la balanza a su favor fue, en el plano interior, la
conquista de Barcelona en 1714 y la abolición de sus fueros; y en el plano internacional, la muerte
de José I.
José I era el emperador de Austria y el hermano del archiduque Carlos. Al morir sin descendencia,
el título pasó a su hermano quien se convirtió en Carlos VI de Alemania.
Como consecuencia de este hecho, la Gran ALianza se disolvió pues de seguir apoyando a Carlos,
la balanza de poderes se volvía a desequilibrar. Ya no interesaba que fuese rey de España pues
entonces tendría bajo su poder las coronas hispánicas y austríacas.

En el momento en el que Felipe V renunció al trono francés se acabó el conflicto de intereses y


se acabó la guerra al firmar, en 1713-1714, los tratados de Utrecht y Rastadt.

De estos tratados las grandes vencedoras fueron Francia e Inglaterra.


Los ingleses consiguieron Terranova, Gibraltar, Menorca, el Asiento de Negros (la exclusividad del
comercio de negros en las Indias españolas) y el Navío de Permiso (autorización para efectuar un
envío anual a América) Pero por encima de todo esto lo que consiguieron fue la hegemonía
marítima.

El imperio Austríaco ganó el Milanesado, Flandes, Nápoles y Cerdeña, así como la hegemonía
continental compartida con Francia.
España perdió todas sus posesiones Europeas y la colonia de Sacramento (ganada por Portugal);
a cambio, la dinastía borbónica pudo establecerse en el trono.
A partir de entonces se impuso una política de equilibrio continental que intentaba evitar la
supremacía de una potencia sobre las demás en pos de un respeto mutuo.

BLOQUE II, ESTÁNDAR 11


“Define qué fueron los decretos de Nueva Planta y explica su importancia en la
configuración del nuevo Estado borbónico.”
La Guerra de Sucesión supuso la dinastía Borbónica en el gobierno de España. El absolutismo
borbónico surge en el s. XVII en Francia. Se basa en un modelo de gobierno en el que el monarca
goza de grandes poderes y apenas tiene limitaciones. Mantiene que la soberanía sólo reside en
el rey, por ello, de él vienen todas las leyes (“la voluntad del rey se convierte en ley”). La llegada
al trono de un rey francés, Luis XIV, supuso que este cambio fuese inmediato. Eliminó todo aquello
que le hacía sombra: redujo a la nobleza y a las Cortes. Su poder es justificado en su origen divino
(voluntad de Dios). También influyeron otros factores en este cambio político: la guerra se
sucesión y la presencia de una élite de funcionarios.
Un gran paso en el proceso de uniformizar el territorio fue la aplicación de los decretos de Nueva
Planta (1707 en Valencia y Aragón; 1715 en Mallorca; y 1716 en Cataluña). Fueron leyes reales
que desmontaron el sistema existente y lo sustituyeron por otro mucho más uniforme. Tiene
cuatro características fundamentales:
1) Eliminó las leyes de cada reino y un único decreto se impuso en todos los reinos. Las
provincias Vascongadas y Navarra se opusieron y mantuvieron sus fueros.
2) Se disolvieron los reinos de Aragón en provincias y algunos de los representantes pasan
al reino de Castilla.
3) Se suprimen los consejos territoriales excepto el de Castilla.
4) La organización en reinos se sustituye por una organización en provincias (la Corona de
Aragón y Castilla desaparecen). Al frente de cada provincia se coloca un capitán general
que desarrolla funciones administrativas y judiciales.
Otras reformas dadas durante este periodo fueron iniciadas por Felipe V y continuadas por sus
descendientes.
A. El sistema polisinodial fue sustituido por un sistema de secretarías. A la cabeza estaba un
Consejo o Secretaría de Despacho. En 1714 se dividió en cuatro: Guerra, Marina e Indias,
Justicia y Estado. Posteriormente se añadirá la de Haciendo.
B. En 1711 se formaron los primeros intendentes, funcionarios elegidos por el rey, cuyas
funciones eran administrativas, judiciales y hacendísticas Este modelo es extendido por
América en 1749.
C. El corregidor (funcionario elegido por el rey, cobra más importancia porque se pone al
frente del ayuntamiento para cumplir la voluntad del monarca) y los corregimientos
surgen por el resto del territorio.
D. Se consigue un control sobre la Iglesia Católica. A esta política real se le llama
REGALISMO, basada en que los monarcas intervenían en algunos aspectos de la Iglesia.
Necesitaban controlarla política y económica para, en parte, limitarla. Había dos
objetivos: el reconocimiento del derecho a designar los cargos eclesiásticos en España y
quedarse con las rentas de las sedes vacantes.
E. Militares: surgidas al finalizar la guerra de sucesión. La monarquía introdujo reformas que
fortalecieron al ejército, como la introducción del alistamiento obligatorio, el cual
obligaba a los súbditos del rey a participar en el servicio militar. Se dividen en dos tipos:
el ejército (fuerzas terrestres) introdujo el reclutamiento por levas (en función de las
necesidades se reclutaba una leva); y la armada (barcos de guerra). Se trató de construir
un equipo moderno, profesional y permanente. Esto se aplicó en todos los municipios.
Re fortalecieron la armada y se equiparon con fusiles porque debían de proteger el
imperio americano para evitar piratas. Se ve fortalecido gracias a los astilleros y arsenales
(donde atracan/aparcan los barcos). Ferrol, Cádiz y Cartagena fueron los más
importantes. Se construyen más y mejores barcos, convirtiendo así a España en la tercera
mejor fuerza en armada. Las otras fueron Francia y Gran Bretaña. Además, se establecen
dos ministros: José Patiño y el Marqués de la Ensenada.
Todos estos cambios provocaron una importante modernización de la monarquía, lo que influirá
para años siguientes.

BLOQUE II, ESTÁNDAR 12


“Comenta las ideas fundamentales de la Ilustración y define el concepto de
despotismo ilustrado.”
La Ilustración surge en Reino Unido a finales del s. XVII y fue difundida principalmente en Francia.
Fue una nueva corriente de pensamiento caracterizada por el uso de la razón para la comprensión
de la realidad. Carecía de una teoría sistemática y sus ideas procedían de las aportaciones de
autores como Locke, Rousseau, Voltaire, …
Tiene unas características doctrinales específicas:

 Uso del predominio de la razón para alcanzar la verdad; y uso de la crítica y la libertad
para rechazar lo opuesto a la razón.

 Defensa de la autonomía del poder político, la cual debía controlar, sobre todo, al poder
religioso.
 Tolerancia religiosa como manifestación de la libertad y la pluralidad humana.

 Interés por las actividades productivas y la mejora de las condiciones de vida, como
medio para conseguir la felicidad.

 Valoración de la educación para lograr la felicidad y difundir la razón (proceso educativo


elegido por el Estado).
No era un pensamiento revolucionario, pues no cuestionaba de forma explícita el orden social
existente. Sin embargo, se oponía a los privilegios y a la desigualdad legal, pero no a la desigualdad
económica y a la existencia de una aristocracia de mérito.
En España… la Ilustración hunde sus raíces a finales del s. XVII, con el movimiento de los novatores
(grupo de científicos, médicos y humanistas que mostraron su preocupación por el atraso
científico español y el predominio del escolasticismo en las universidades).
Debido a la situación de las universidades, el pensamiento ilustrado fue difundido a través de
nuevas instituciones (academias -como la Real Academia de la Lengua- y las Sociedades
Económicas de Amigos del País -en donde reunían grupos de ilustrados para desarrollar la
economía de sus provincias y fomentar la educación técnica de artesanos y campesinos. Destaca
Benito Feijoo), en donde se formaron intelectuales y científicos con formación práctica y técnica.
Bajo el reinado de Carlos III se manifestó la generación ilustrada, que unió la tarea intelectual con
la política. El conde de Aranda y Jovellanos son un ejemplo de impulsores al reformismo
borbónico.
La Ilustración española fue un movimiento moderado, influido por la religión y que apenas
cuestiono al Antiguo Régimen.
El despotismo ilustrado concilió el absolutismo monárquico con el espíritu reformista de la
Ilustración. En España, Carlos III fue su mejor representante al asumir varias de las premisas de la
Ilustración:

 La preocupación por la mejora de la economía del país y el bienestar de sus súbditos,


como medio para engrandecer su reino.

 La mejora de la organización y la racionalización del Estado. Se tendía a la centralización


administrativa y a la profesionalización de los funcionarios, militares, etc.
 La aceptación del rey como “hombre ideal” ilustrado: racionalista, intelectual, amante de
las artes y las ciencias y reformista en política.
Carlos III era Carlos de Borbón y rey de las dos Sicilias, pero en 1759 renunció a ese trono y asumió
el de España. Al principio se apoyó en ministros italianos. Estos, se enfrentaron a los privilegiados
con sus políticas: libertad comercial para los cereales, desamortización de los bienes de la Iglesia,
etc. Por ello, desataron una fuerte oposición que estalló en el motín de Esquilache (1766). En el
motín contra el ministro italiano se juntaron varias causas como: el malestar popular, la oposición
de los privilegiados, el odio al extranjero, etc. El resultado final fue el cese de Esquilache y una
moderación en las reformas.
Desde entonces cambiaron los protagonistas del reformismo, Destacaron Campomanes, el conde
de Aranda y Floridablanca, apoyados en un grupo de grandes ilustrados como Cabarrús,
Jovellanos, etc. Las reformas que realizaron abarcaron todas las áreas:

 Reformas sociales: se intentó dignificar el trabajo industrial o comercial y se apoyó el


desarrollo educativo y científico.
 Reformas económicas: Se creó la Lotería Nacional (1763) y el Banco Nacional de San
Carlos (1782) para aumentar la recaudación; se aplicaron medidas liberales para
potenciar la producción (libre circulación de cereales y vino, …); y se promovió el
desarrollo agrícola (colonización de tierras despobladas, …).
 Reformas institucionales: se limitaron al poder municipal, donde se introdujeron cargos
electos.

 Reformas militares: se estableció el servicio militar obligatorio; se reorganizaron la


estructura y ordenanzas del ejército; y se crearon las diferentes armas.

 Reformas religiosas: los ilustrados quisieron disminuir el poder de la Iglesia. Carlos III
acentuó el regalismo.
A pesar de todas las reformas, el despotismo ilustrado tuvo importantes limitaciones. En el
momento en el que las reformas afectaban a las estructuras del Antiguo Régimen o a las
estructuras sociales, se paralizaban.

BLOQUE III, ESTÁNDAR 1


“Describe la Guerra de Independencia: sus causas, la composición de los bandos en
conflicto y el desarrollo de los acontecimientos.”
La Guerra de Independencia de 1808 es el acontecimiento que marca el inicio de la Edad
Contemporánea en España.
La Guerra de Independencia española (1808-1814) fue el conflicto armado entre Francia y España
por la corona de este país. Cabe resaltar que la Francia que participó en la guerra era una Francia
hija de la Revolución por lo que las consecuencias no fueron las mismas que las de otros conflictos
entre estas dos naciones en siglos anteriores.
Esta guerra es considerada la primera guerra moderna y es que estuvo caracterizada por la
participación de toda la población, por lo que también todos sufrieron las consecuencias. Incluso
se crearon las guerrillas, una forma de combatir llevada a cabo por civiles que consiste en atacar
rápido y por sorpresa. Esto permitió que gran parte de la gente del pueblo se involucrara en la
guerra.
La principal razón por la que se dio esta guerra fue por la decadencia del Estado. El periodo de
declive que había comenzado en el siglo XVII no llegó a arreglarse en siglos posteriores, pero la
situación se agravó aún más con la participación en la política de reyes como Carlos IV y su hijo
Fernando VII. Carlos IV, hijo del gran déspota ilustrado, nunca llegó a la altura de su padre y su
gobierno estuvo caracterizado por el desprestigio. La política del valido Godoy, basada en la
subordinación a las necesidades de Francia y la autorización de la desamortización (proceso por
el cual las tierras de la nobleza y el clero pueden ser puestas a la venta) para enderezar la penosa
situación económica, causó un gran rechazo.
Finalmente, el “partido fernandino”, creado a partir de la oposición a Godoy, apoyó al príncipe
Fernando en una serie de episodios bochornosos como el motín de Aranjuez y el proceso de El
Escorial que tenían como objetivo deponer a Carlos IV en pos de la ascensión al trono prematura
de Fernando VII. La situación llegó hasta tal punto que ambos fueron llamados por Napoleón a
Bayona, donde acabarían entregando la corona española al emperador.
La guerra estalló el 2 de mayo de 1808 a causa de los rumores de que Napoleón había usurpado
el trono español y que la familia real había sido secuestrada. La reacción fue de resistencia y
rechazo al nuevo orden francés.
Esto provocó un motín popular en Madrid. El ejército francés reaccionó con más violencia aún y
se creó una espiral de destrucción que se acabaría expandiendo por toda España.
Pero, aparte de ser una guerra entre España y Francia, también fue una guerra civil.
A José I, hermano de Napoleón, le fue dada la oportunidad de reinar en España, aunque hay que
tener en cuenta que fue un rey sostenido por el ejército pues sin él hubiera sido depuesto debido
al rechazo de gran parte de los españoles.
No obstante, su intención de cambiar las cosas (aunque de manera moderada) le granjeó el apoyo
de algunos españoles, denominados “afrancesados”, que creían que, para poder cumplir las
reformas necesarias para el progreso, era necesario que fuesen impuestas desde fuera. La
derrota de Francia los llevó a ser perseguidos por traidores.
José I integró una serie de medidas de carácter liberal en aquellas zonas donde su autoridad
estaba afianzada. Introdujo, por ejemplo, el Estatuto de Bayona, una carta otorgada que, a
diferencia de la Constitución, no fue creada como conclusión a los acuerdos alcanzados entre los
representantes de los estamentos sino teniendo en cuenta sólo los intereses del rey. Instauró,
entre otras cosas, el Habeas Corpus, la libertad de imprenta y de comercio, aunque era bastante
moderada en cuanto al reconocimiento del poder real o el tema religioso.
Por otra parte, el bando español estuvo formado por una masa heterogénea de burgueses (a
excepción de los afrancesados) nobles, clérigos y gente del pueblo llano. Hubo, además, tanto
partidarios del Antiguo Régimen como reformistas que consideraron que esa labor no le
correspondía al extranjero. Para ellos, Fernando VII representó todo por lo que luchaban:
libertad, independencia, etc. aunque en realidad no fuese más que una figura mitificada.
Además de los apoyos españoles también fue decisivo el apoyo de los ingleses. Las guerras
napoleónicas fueron de carácter internacional. En realidad, es la guerra con Portugal por lo que
los franceses entran en la Península. Las tropas inglesas que se encuentran en el territorio
apoyando a los portugueses son las que acabarán dirigiendo los ejércitos portugueses y españoles
contra los franceses. Destaca la figura del duque de Wellington, general del ejército británico.
Los primeros cuatro años de la contienda, la guerra se desarrolló a favor de Francia a pesar de
que no pudieron ocupar la Península tan rápido como creyeron y hubo ciudades como Cádiz que
nunca llegaron a controlar. Su potente ejército los llevó a la victoria de numerosas batallas. No
obstante, en 1812, los franceses se vieron obligados a retirar tropas de la Península para enviarlas
a la contienda contra Rusia. A partir de entonces, y como consecuencia del debilitamiento de las
tropas francesas se sucedieron las victorias del bando aliado en Ciudad Rodrigo, Arapiles, Vitoria
y San Marcial, dando por terminada la guerra en 1814 cuando los franceses cruzaron la frontera
de los Pirineos y se firmó el Tratado de Valençay.

BLOQUE III, ESTÁNDAR 2


“Comenta las características esenciales de la constitución de 1812.”
El 19 de marzo de 1812 se aprobaba en Cádiz la primera Constitución española como
consecuencia derivada de la Guerra de Independencia. Y es que sin la guerra no hubiese habido
Constitución.
Lo que ocurrió en Bayona dejó al gobierno español descabezado. Ese vacío de poder junto con el
rechazo al nuevo rey: José I hizo que se crearan una serie de juntas de manera espontánea a
todos los niveles: local, regional, provincial, etc hasta que se creó una junta central que se colocó
a la cabeza del gobierno para poder hacer frente a los franceses. Estos órganos colectivos estaban
formados por representantes de los tres estados. La importancia de este hecho radica en el
propio funcionamiento de las juntas: aquellos que las formaban, sus ideologías, afectaban a cómo
eran estas juntas, más liberales, más conservadoras, ...
Finalmente, esta junta central acabaría dando lugar a una Regencia que convocó las Cortes
generales en 1810. Estas estuvieron formadas por representantes de los tres estados, pero en
esta ocasión, estos fueron elegidos por las propias juntas. Las Cortes duraron mucho tiempo,
tanto por la gran cantidad de representantes que fueron llamados (incluso llegaron desde
América) como por la penosa situación del país.
En estas cortes hubo una gran superioridad numérica de la clase media en contraposición con los
pocos representantes de la nobleza y los terratenientes. No obstante, los eclesiásticos tuvieron
una gran representación puesto que la religión fue el aglutinante de esta guerra.
En cuanto a ideologías se vieron representadas tres: el liberalismo, el apoyo al Antiguo Régimen
y una posición intermedia más moderada que podría identificarse con los valores ilustrados.
Ni todos los eclesiásticos apoyaron el absolutismo ni todos los burgueses eran liberales pero, en
reglas generales, las cortes fueron de carácter liberal con figuras como el conde de Toreno y
clérigos como Espiga, Villanueva o Martínez Marina. Estos pretendieron una revolución y llegar a
cambiar verdaderamente las cosas
Su función era aprobar leyes y decretos como la libertad de imprenta, aunque el documento más
importante que crearon fue la Constitución.
La primera medida que tomaron fue el establecimiento de la soberanía nacional por la cual
acabaron directamente con el Antigua Régimen al decretar que la legislación dejaba de ser
patrimonio del rey para ser patrimonio de toda la nación. Como consecuencia directa se creó el
Parlamento ya que para poder legislar se necesitaban nombrar unos representantes. El
Parlamento se convirtió en el depositario de la soberanía nacional.
Después establecieron la igualdad ante la ley. Todos estarían juzgados ante los mismos tribunales
y con las mismas leyes, así como amparados bajo los mismos derechos y deberes.
Por último, establecieron una serie de medidas que tenían como referencia al individuo. El
liberalismo establecía que los seres humanos nacemos con unos derechos inalienables que no se
pueden arrebatar o violar. Las medidas iban encaminadas a salvaguardar este hecho.
Una vez asentadas estas bases se creó la Constitución.
Esta recogía dos partes bien diferenciadas: derechos y deberes y la estructura de gobierno
además de ocho principios básicos.
o Afirmación de la soberanía nacional.
o Igualdad ante la ley.
o División de poderes: el poder legislativo residía en las Cortes, el ejecutivo al rey y el
judicial era independiente.
o Sufragio universal masculino: para que la soberanía nacional fuera posible se debían
elegir unos representantes. En estas elecciones podían participar todos los ciudadanos
(por lo que mujeres, extranjeros, menores de edad, etc quedaban excluidos) Era un
sufragio restringido por lo que bajo ningún concepto era una democracia.
o Libertad económica: desaparecen los gremios como consecuencia de la abolición de todo
aquello que limite las libertades del individuo.
o La religión católica como única religión en España.
o La creación de una Milicia Nacional que defendiese el sistema constitucional
o Monarquía moderada: al rey se le asigna el papel de formación de gobierno y el derecho
de veto transitorio por el cual podía negar la aprobación de una ley, aunque de manera
temporal.
Muchas de estas características convirtieron a la Constitución española en la más moderna de la
época y sirvió como modelo para muchas otras que vendrían después.

BLOQUE III, ESTÁNDAR 3


“Detalla las fases del conflicto entre liberales y absolutistas durante el reinado de
Fernando VII.”
Tras el Tratado de Valençay Fernando VII regresó a España en marzo de 1814, en el contexto
europeo de la Restauración. Potencias como Rusia, Prusia y Austria tuvieron como objetivo volver
a instaurar el absolutismo y combatir el liberalismo por lo que para ello crearon la Santa Alianza.
El gobierno de Fernando VII puede ser dividido en tres etapas.
1ª etapa: Sexenio Absolutista (1814-1820)
La llegada de Fernando VII a Valencia coincidió con la publicación del Manifiesto de los Persas, un
escrito que apoyaba el absolutismo. Esto le dio al rey el apoyo que necesitaba para negarse a
acatar la Constitución y abolirla, lo que se tradujo en una vuelta al Antiguo Régimen. Se volvió a
instaurar la Inquisición, los gremios, el régimen señorial, la Mesta, etc. Igualmente hubo una gran
represión política: aquellos liberales y afrancesados que no se exiliaron fueron detenidos y
encarcelados. Desde el extranjero muchos conspiraron para volver a un sistema constitucional.
En general fue un periodo de gran inestabilidad: los ministros se sucedían, el rey, influenciado por
consejeros incompetentes, no fue capaz de dar una solución eficaz a los problemas que
aquejaban a la monarquía, todo esto en el contexto de la guerra de independencia americana
que sangraba las arcas reales y de la quiebra de la Hacienda, incapaz de aguantar los esfuerzos
que esta guerra requería.
Este proceso emancipador de las colonias se produjo como consecuencia de la creación de las
juntas durante la guerra de Independencia. El retorno al absolutismo no favorecía su situación
por lo que el ideal de independencia comenzó a expandirse. Figuras como Simón Bolívar y San
Martín lo hicieron posible.
En el plano económico y pese a sus férreos ideales absolutistas, el rey se vio obligado a implantar
medidas económicas liberales que enderezasen la situación. El sistema fiscal establecido por el
ministro Garay acabó en fracaso por la oposición de los más conservadores.
Esta situación insostenible se tradujo en numerosos pronunciamientos (golpes de estado llevados
a cabo por el ejército) que fracasaron todos a excepción del dirigido por el coronel Rafael del
Riego en Sevilla en 1820. La revolución se extendió por toda Andalucía y otras ciudades españolas
por lo que, al final, Fernando VII tuvo que jurar la Constitución.
2ª etapa: Trienio liberal (1820-1823)
La Junta de Gobierno provisional restableció la legislación constitucional y llevó a cabo una serie
de medidas como la abolición de los gremios, de la inquisición y las órdenes monacales,
restableció la libertad de prensa, de presos políticos y la desamortización, se creó la Milicia
Nacional (cuerpo de voluntarios que velaban por la defensa de la Constitución), etc. Además se
crearon las sociedades patrióticas, clubes donde debatían temas de actualidad.
No obstante, este gobierno se topó con tres grandes focos de problemas. Por una parte el rey,
quien, haciendo honor a su carácter traicionero, conspiró y pidió ayuda a la Santa Alianza. Por
otra parte, las guerrillas absolutistas pretendieron restablecer el gobierno anterior. Y por último,
la propia división de los liberales. Estos se disgregaron en moderados y exaltados. Los primeros
fueron los que gobernaron entre 1820 y 1822. Estos defendían los pactos con las clases
aristocráticas y con el rey, así como un mayor control de la prensa. Acabaron suprimiendo las
sociedades patrióticas por su conexión con las sociedades secretas y las amenazas de rebelión
que esto suponía. Pretendían cambios paulatinos.
Finalmente en 1823 los exaltados consiguieron subir al poder lo que causó la intervención de la
Santa Alianza. Como consecuencia de la entrada de tropas francesas al territorio, el gobierno
huyó a Cádiz llevándose al rey con él. Al final se acabaría rindiendo en septiembre de ese mismo
año, liberaron al monarca y este volvió a instaurar el absolutismo.
3ª etapa: la década ominosa (14823-1833)
Esta época, por muchos considerada como una de las más oscuras de nuestra historia, estuvo
caracterizada por la vuelta al absolutismo. La represión hizo que miles de personas se exiliaran al
extranjero y que figuras que se habían convertido en un símbolo del liberalismo fueran ejecutadas
como Riego, Mariana Pineda o Pablo Iglesias. Esta represión se articuló en torno a cuatro
instrumentos: la creación de la policía, el cuerpo de voluntarios realistas (que surgieron como
oposición a la Milicia Nacional), los tribunales de justicia que condenaban actos como decir “Viva
la libertad” y las Juntas de Fe que sustituyeron a la Inquisición.
En lo económico, la absoluta devastación que sufría la Hacienda española hizo que el rey fuera
consciente de que debía modernizarse. La pérdida definitiva de las colonias agravó incluso más
la situación al prescindir ya completamente de sus recursos. Ballesteros, ministro de Hacienda
llevó a cabo una reforma fiscal de carácter liberal. No obstante nada fue suficiente para enderezar
la situación.
Otro problema al que tuvo que enfrentarse Fernando VII fue al de la sucesión. Ninguna de sus
cuatro mujeres le concedió un heredero varón por lo que decidió aplicar la Pragmática Sanción,
un decreto que derogaba la Ley Sálica instaurada por los Borbones por la cual ninguna mujer
podía ser reina. Así, para cuando murió en 1833, fue sucedido por su hija Isabel II. Esto, junto con
las medidas liberales que tuvo que tomar para enderezar la situación económica hizo que muchos
partidarios de absolutismo vieran en él un rey demasiado flexible y apoyaron a su hermano, el
príncipe Carlos, contra Isabel lo que acabaría dando lugar a las guerras Carlistas.

BLOQUE III, ESTÁNDAR 4


“Explica las causas y consecuencias de las dos primeras guerras carlistas e
identifica el ámbito geográfico del carlismo, sus apoyos sociales y explica su
ideario.”
En 1830 Fernando VII aprueba la Pragmática sanción por la cual la Ley Sálica, que prohibía el
ascenso al trono de una mujer, queda derogada. Esta fue la chispa que acabó prendiendo el fuego
del antiliberalismo que ya se había estado cociendo tiempo antes. Los partidarios del absolutismo
más radical utilizaron como excusa la legitimidad al trono de Carlos María Isidro (el hermano del
rey) para defender sus intenciones de volver al Antiguo Régimen y hacer la guerra al liberalismo.
Así surgía el carlismo, un movimiento político, social e ideológico de restauración del Antiguo
Régimen y reaccionario al liberalismo.

La ascensión al trono de Isabel II no sólo constituía una ruptura con la tradición sino la entrada
en el escenario político del liberalismo moderado, no por la ideología de la reina (o en este caso
la regente, María Cristina, por la minoría de edad de Isabel) sino por la necesidad de pactar con
ellos para poder gobernar. Todos los cambios que esto suponía chocaron con el afán de
continuidad del carlismo.

Ellos proponían volver a un absolutismo más puro pues consideraban que Fernando VII había
relajado su acción como consecuencia de las malas influencias recibidas por parte de sus
consejeros. En ningún momento ponían en duda al rey sino a sus asesores ya que, como buenos
defensores del Antiguo Régimen, creían que el rey era designado directamente por Dios y no
podía equivocarse. Además pretendían volver a la división de la sociedad en estamentos así como
a los privilegios que gozaban las clases altas. Igualmente esperaban acabar con el cariz laico que
el liberalismo proponía para volver a una sociedad devota, donde el trono y el altar iban de la
mano.

Por todo ello, Carlos fue apoyado por la aristocracia, el clero (especialmente el bajo) y el
campesinado. A todos ellos les beneficiaba las propuestas del carlismo. La aristocracia volvería a
gozar de los privilegios de antaño, el clero se vería libre de la desamortización que estaba
sufriendo como consecuencia de las propuesta de los liberales y los pequeños propietarios tenían
arraigadas unas tradiciones muy antiguas que se resistían a soltar, además de que eran poco
cultos, apenas si les llegaban noticias y estaban muy influenciados por los discursos de los
párrocos de las iglesias.

En cuanto al ámbito geográfico, el apoyo carlista estuvo presente en toda España pero
especialmente en el mundo rural. Y es que es obvio, en el mundo más tradicional prevalecen los
valores más tradicionales. En las ciudades apenas hubo apoyo al carlismo pues a la burguesía que
las dirigía les favorecía más el liberalismo. Así mismo, dentro del mundo rural, los principales
apoyos estuvieron en las Provincias vascas, Navarra, la Cataluña más profunda y el Maestrazgo.
A diferencia del sur y sus latifundios, en el norte persistieron gran cantidad de pequeños
propietarios. Igualmente, en esas zonas el carlismo se hizo aún más fuerte pues defendían el
foralismo.

Esta pugna continua entre absolutismo y liberalismo fue la razón principal por la que se dio la
primera guerra carlista (1833-1840). Este conflicto comenzó siendo algo de carácter provincial,
un levantamiento de los carlistas tras la muerte de Fernando VII en las provincias vascas y
Cataluña pero a partir de la muerte del carlista Zumalacárregui se convirtió en una lucha nacional
en la que destacó el papel del general Cabrera.
La división de los carlistas entre conservadores y menos radicales permitió la firma del Convenio
de Vergara.

La segunda guerra carlista, que muchos historiadores ni siquiera la consideran como tal, se dio
en Cataluña cuando fracasaron las intenciones de casar al hijo de Carlos con Isabel II.

La principal consecuencia de estas guerras fue la victoria definitiva del liberalismo. El carlismo,
entendido como movimiento político e ideológico, no desapareció (en realidad tuvo relevancia
hasta el siglo XX) pero perdió toda oportunidad de restaurar el Antiguo Régimen y con él todas
sus características como la sociedad estamental. Sus representantes no fueron exterminados,
siguieron presentes en el panorama político pero desaparecieron en el plano militar. Otra
consecuencia importante fue el protagonismo político que tomaron los militares a partir de ese
momento, quienes se convertirían en los principales líderes políticos..
BLOQUE III, ESTÁNDAR 5
“Describe las características de los partidos políticos surgidos durante el reinado
de Isabel II.”
La aparición del liberalismo en el escenario político motivó el florecimiento de numerosos
partidos políticos de distintas tendencias, especialmente durante el reinado de Isabel II.
Bajo el mando de Fernando VII, paralelamente a la corriente absolutista ultrarrealista, los liberales
se escindieron en dos corrientes que, en los años venideros, tendrían gran relevancia política: los
moderados y los exaltados.
Este panorama político se mantuvo durante las regencias. Lo único que varió fueron los nombres.
Los ultrarrealistas pasarían a llamarse carlistas y los liberales exaltados, liberales progresistas.
No obstante, con el reinado de Isabel II aparecieron nuevos partidos. Los moderados siguieron
existiendo bajo el gobierno de Narváez. El ala izquierda moderada y el ala derecha progresista se
unieron formando un partido de centro denominado Unión liberal y encabezado por O´Donell.
Los progresistas continuaron su trayectoria política liderados por Espartero. Por otra parte, el ala
izquierda del progresismo creó el partido Demócrata. Igualmente, los carlistas siguieron
existiendo aunque no tuvieron ninguna oportunidad de gobernar.
Así pues, quedó establecido un panorama político muy variopinto
El partido carlista continuó luchando por la restauración del Antiguo Régimen, el absolutismo
monárquico y el foralismo, entre otras cosas. Pese a tener el apoyo de parte de la nobleza y del
campesinado nunca llegaron a cumplir sus objetivos.
El partido moderado fue el más favorecido por la reina por intentar reconciliarse con los carlistas,
promulgar la soberanía compartida rey-cortes, el sufragio censitario y por buscar el orden sobre
todas las cosas. Representaban únicamente a las clases más altas
La Unión Liberal era un término medio entre moderados y progresistas aunque defendían
también el orden, la soberanía compartida, y representaban a las clases acomodadas.
El partido progresista buscaba, por su parte, la soberanía nacional, la instauración del
librecambismo y de un sufragio censitario más amplio. No obstante la única manera que tenían
de llegar al poder era mediante pronunciamientos debido al apoyo continuado de la corona a los
moderados. Eran apoyados por las clases medias.
El partido demócrata representaba la ideología más izquierdista de la época, planteando medidas
como la soberanía popular, el sufragio universal masculino, la elección democrática de cargos o
la limitación al mínimo de los poderes del rey.
La principal razón para la aparición de tan numerosos partidos políticos la encontramos en el
personalismo de los integrantes de dichos partidos. Estos se aseguraban de conseguir una buena
red clientelar basada en la fidelidad personal. Frecuentemente las personalidades de un mismo
partido no se ponían de acuerdo y eso, en ocasiones, les llevaba a crear los suyos propios.
Otra característica de este este sistema era la corrupción y el arreglo electoral,
independientemente del partido gobernante. Aquí ya comenzó a establecerse esa red clientelar
que más tarde se denominaría caciquismo y constituiría la base de la Restauración.
Por otra parte, el sufragio censitario (ya fuese más amplio o menos) dejaba fuera a la gran mayoría
de la población; solo votaban aquellos con un gran poder adquisitivo.

BLOQUE III, ESTÁNDAR 6


“Resume las etapas de la evolución política del reinado de Isabel II desde su
minoría de edad, y explica el papel de los militares.”
La regencia de María Cristina (1833-1840) se inició con el establecimiento del Estatuto Real de
1834, una carta de carácter moderado que, entre otras cosas, establecía la división de las Cortes
en dos cámaras, el poder de las Cortes dependía del rey y el sufragio restringido. Además, ese
año se puso en práctica la desamortización de Mendizábal.
Los progresistas quedaron descontentos desde el principio con las características del Estatuto
Real y se mostraron a favor de la constitución de 1812. Intentaron mediante un pronunciamiento
su aplicación, la corona se negó y eso dio lugar a El motín de los sargentos de La granja. Como
consecuencia se estableció un gobierno progresista que instauró la Constitución de 1837,
también de carácter progresista que iría tomando tintes moderados. Reconocía el poder dividido
entre las cortes y el rey, aunque otorgaba a éste el derecho de veto. También establecía unas
Cortes bicamerales: el parlamento y el senado.
La pugna entre moderados y liberales, representados por Narváez y Espartero continuó hasta
1840 cuando ganaron los progresistas y la regente se vio obligada a irse al exilio. Espartero fue
nombrado regente.
La regencia de Espartero (1840-1843) estuvo caracterizada por la represión y el autoritarismo, y
sus acciones políticas por el personalismo que caracterizaba a los militares de la época. Un
ejemplo de ello es que se apoyó en los moderados con tal de poder gobernar, o sus exigencias
por ser regente único. Su apoyo al librecambismo, doctrina económica que establece que el
mercado debe regularse solo y sin intervención del Estado, dio lugar a las revueltas de la industria
textil catalana. La impopularidad que ganó como consecuencia de su orden de suprimir las
revueltas con bombardeos le llevó a tener que renunciar al puesto.
Lo que había ocurrido con Espartero hizo que la política tomase tintes moderados, dando lugar a
la década moderada (1843-1853). Lo primero que se hizo fue adelantar la mayoría de edad de
Isabel II a los trece años para evitar más regencias. El político más destacado fue el moderado
Narváez, quien gobernó durante gran parte del periodo enfrentándose a numerosos problemas
y buscando la creación de un Estado centralizado y uniforme. Algunas de las medidas que este
introdujo fueron el suspenso de la desamortización, la modificación de las leyes de administración
local y provincial para gozar de un mayor control, la introducción de una nueva ley de Hacienda,
la firma de la paz con la Iglesia para que aceptase la revolución liberal, etc. Pero especialmente
creó la constitución de 1845 de carácter moderado. Esta establecía la soberanía compartida rey-
cortes, el sufragio censitario, la unidad católica de España, la designación real del Senado y la
supresión de la Milicia Nacional.
El desgaste de los moderados por los casos de corrupción acabó con esta etapa.
El bienio progresista (1854-1856) se inició con el pronunciamiento de los militares Dulce y
O'Donnell, el cual acabó derivando en una revolución (la Vicalvarada) que instauró un gobierno
progresista.
Espartero y O'Donnell se unieron formando un gobierno que pretendía llevar a cabo reformas
liberales, pero surgieron numerosos problemas como: los levantamientos carlistas, el
enfrentamiento del gobierno con la santa sede y los campesinos por la desamortización de Madoz
o los problemas de deuda pública hicieron que Espartero acabase dimitiendo. El nuevo gobierno
de O'Donnell creó la constitución de 1856 que acabó no entrando en vigor por su carácter
progresista. Los continuos motines provocados por el malestar social hicieron que O’Donnell
disolviese el Parlamento.
La quinta y última etapa es la hegemonía de la Unión Liberal de O’Donnell Nada más formar
gobierno volvió a entrar en vigor la Constitución de 1845 con algunas modificaciones de carácter
progresista lo que le llevó a ser sustituido por Narváez y un modelo de gobierno moderado
autoritario. Sin embargo, en 1857 Narváez dimitió y comenzó el “gobierno largo” (1858-1863) de
O’Donnell, caracterizado por un acierta estabilidad y una política moderada sin extremos.
Pretendieron modernizar el sistema económico e iniciar una campaña para recuperar el prestigio
de España en Europa como, por ejemplo, participando en la guerra de África.
En 1863 se volvió a un gobierno moderado y comenzó una época donde se sucedieron los
gobiernos inestables.

La grave crisis económica, el desprestigio de la reina y los constantes pronunciamientos hicieron


que la oposición firmara el Pacto de Ostende para echar definitivamente a Isabel II. Eso junto con
el pronunciamiento de Prim y Topete dio lugar a la revolución de septiembre que acabó con su
reinado.
Este periodo se caracterizó por el moderantismo. La reina se vio obligada a pactar con los liberales
moderados para gobernar por lo que la única manera de que los progresistas accedieran al poder
era mediante los pronunciamientos. Esta alta actividad militar explica la importancia de los
militares durante el periodo quienes se convirtieron en los principales líderes políticos.

BLOQUE III, ESTÁNDAR 7


“Compara las desamortizaciones de Mendizábal y Madoz, y especifica los objetivos
de una y otra.”
Las desamortizaciones, estas expropiaciones forzosas por parte del Estado de bienes particulares
sin compensación económica, ya se habían estado dando durante todo el siglo XIX, sin embargo,
tanto por su volumen como por su forma de llevarse a cabo las más relevantes fueron las de
Mendizábal y Madoz, ambas durante el reinado de Isabel II. Se entiende que, como fueron
políticas progresistas, se pusieron en marcha durante gobiernos de ese tipo.

La primera fue la de Mendizábal y puso su foco de interés en las tierras de la iglesia y las órdenes
religiosas, especialmente las del clero regular lo que originó el exclaustramiento de miles de
monjas y frailes causando la desaparición de muchas órdenes.
La primera reacción de la iglesia fue la excomulgación de todos aquellos que comprasen los
bienes desamortizados; más tarde optaron por apoyar la causa anti-liberal.

La razón para las expropiaciones de tierras de la iglesia es que estas no podían ser vendidas,
hipotecadas o cedidas (lo que se conoce como “manos muertas”) y como consecuencia eran
arrendadas a muy bajo precio a campesinos, cumpliendo más una función social que económica.
Por lo tanto eran tierras de escaso rendimiento y eso los liberales lo entendían como un gran
atraso.

La desamortización de Madoz tuvo lugar años más tarde y fue mucho mayor en volumen (casi el
doble) que la de Mendizábal. Esta también afectaba a las tierras de la iglesia pero introdujo una
novedad: se comenzaron a desamortizar los bienes de los ayuntamientos rurales. Estos
ayuntamientos poseían bienes de dos tipos: propios, que se arrendaban a los vecinos del pueblo;
y comunales, propiedades que eran explotadas por todos los vecinos, como podía ser un bosque.

Al ser esta la desamortización que mejor se hizo se convirtió en el modelo para el resto de
expropiaciones durante el siglo XIX. Se acabaría congelando en 1856 con el cambio de gobierno.

Los objetivos de ambas desamortizaciones fueron similares: amortizar la deuda pública y poner a
la venta los bienes desamortizados ya que era una buena manera de que el Estado consiguiera
ingresos extraordinarios.

Sin embargo, aunque sí ayudaron a sanear la deuda, el éxito fue relativo puesto que consiguieron
menos de lo que esperaban.
Otro de sus objetivos era modernizar el mundo rural. Si los burgueses eran los propietarios de las
tierras podrían invertir dinero en ellas y aumentar su productividad. No obstante, este éxito
también fue relativo puesto que muchos de ellos simplemente dejaron las cosas como estaban.
El objetivo que sí tuvo éxito fue el cambio de la estructura de la propiedad. Como consecuencia
importante se consolidó una poderosa burguesía terrateniente. Aunque en realidad es lógico que
esta campaña triunfase puesto que la burguesía era la que controlaba el Estado por lo que podían
crear leyes para desamortizar propiedades y después comprarlas ellos mismos.

Por otra parte, las desamortizaciones vistas desde el otro lado tuvieron consecuencias distintas.
Aparte de las consecuencias antes nombradas (apoyo a la causa anti-liberal y excomulgaciones)
también se tuvo que llegar a un acuerdo con la iglesia para que aceptasen la situación, el
concordato de 1851, donde se les concedía el privilegio educativo o la paga del Estado a sus
miembros, entre otras cosas.

El campesinado pobre se vio privado de su medio de subsistencia al no poder seguir arrendando


las tierras a tan bajo coste y no poder hacer frente a los alquileres de los nuevos propietarios.
Como consecuencia se produjo un gran éxodo rural que acabaría contribuyendo a la Revolución
Industrial.
BLOQUE III, ESTÁNDAR 8
“Explica las características de la nueva sociedad de clases y compárala con la
sociedad estamental del Antiguo Régimen.”
La transición de la sociedad estamental a la sociedad de clases tuvo lugar a lo largo del s XIX, tras
la guerra de independencia y durante todo ese siglo se produjo una gran revolución que afecto a
todas las partes de la sociedad española empezando por el gobierno y la política, renovándola a
un sistema liberal contrario a su antecesor, también afectó a la economía cambiándola de curso
hacia el capitalismo.
La parte de la sociedad se vio afectada realizándose un cambio en la forma de organizarla y
jerarquizar los poderes dentro de la sociedad instaurándose la sociedad de clases, también hubo
cambios en la cultura incluso en la ideología. A este cambio de etapa se le conoce como edad
contemporánea.
La forma de organización de la sociedad del antiguo régimen se trataba de una sociedad
estamental mientras que en la contemporaneidad estos estamentos cambian por la sociedad de
clases.
Ambas son sociedades piramidales representando las dos características más importantes y
remarcables de una sociedad: la división por niveles en altura, lo que nos expresa la división de
poderes, es decir, cuanto más arriba se situaba una persona dentro de la sociedad más poder
tenía, pero lo que hace diferente a la sociedad de clases con respecto a la sociedad estamental
es que el nivel de poder de una persona no se basaba en el apellido o sobrenombre de una familia
como con los duques condes y marqueses de la sociedad estamental, sino de la cantidad de
riquezas que poseía esa familia sin importar de donde viniese; la otra característica es que la
organización piramidal que permite tener una estimación de la cantidad de personas que se
sitúan en cada capa de la sociedad. Otra gran característica que diferencia a ambas sociedades:
en la sociedad estamental se producía una gran y estricta diferencia entre los dos grupos más
importantes de la sociedad de la época los privilegiados y los no privilegiados que como sus
nombres indican la diferencia es los beneficios que tenía pertenecer a una parte muy selecta de
la sociedad y selecta ya que para pertenecer a ella tenías que nacer en ella y si eras de los no
privilegiados por mucho dinero que se tuviese no se podría cambiarse a ser privilegiado, cosa que
cambió con el cambio de sociedad ya que las clases solo se regían por la cantidad de dinero, por
lo que las nuevas clases altas estaban sobre todo formadas por los burgueses ricos que antes
pertenecía a los no privilegiados. Esta nueva organización también piramidal se dividía tan solo
en tres niveles: clase alta, media y baja.
LAS CLASES ALTAS: el grupo dirigente del Antiguo Régimen.

• La vieja aristocracia: la mayoría mantuvo su patrimonio tras la revolución liberal. La nueva


nobleza titulada se unió a este grupo.
• La burguesía: pertenecían a ella los banqueros, comerciantes importantes, altos cargos
del Estado… Se dedicaban a los negocios y tendían a imitar a la aristocracia.

LAS CLASES MEDIAS: también conocidas como clases productivas, eran un grupo en crecimiento
que abarcaban clases sociales altas y bajas.
• Clase media rural: formada por los propietarios medianos, no terratenientes.
• Clase media urbana: más numerosa integrada por comerciantes, funcionarios, militares,
periodistas…
Construyeron un grupo muy influyente que formaba la administración tanto local como estatal,
también tenían un gran compromiso político.
LAS CLASES POPULARES: constituían el resto de la población y excluía a los marginados.
• El campesinado: durante la segunda mitad del siglo la mayoría (labradores, ganaderos,
pastores…) vivían en el campo, pero al producirse el éxodo rural comenzaron a irse a
ciudades como Barcelona, Madrid. La mayoría de los campesinos eran jornaleros, sobre
todo en el sur que trabajaban en latifundios donde predominaba el secano.

• Las clases bajas urbanas: formada por el sector servicios, artesanos, artesanos y obreros
de la industria con condiciones laborales muy duras.
LOS MARGINADOS: los pobres naturales o mendigos, vivían de la caridad. Por otro lado, estaban
los vagos, vagabundos o maleantes.
LA MUJER: quedaba reducida a tareas de hogar y la crianza de los hijos o trabajaba como criada,
asistenta, lavandera…
BLOQUE III, ESTÁNDAR 9
“Compara el Estatuto Real de 1834 y las constituciones de 1837, 1845 y 1869”

Hasta 833 solo encontrábamos disputas entre absolutistas y liberales, pero a partir de 1833 las
disputas son mayores entre moderados y progresistas y dan lugar a tres textos constitucionales
durante un mismo régimen político.

Las constituciones presentan las escasas diferencias entre si mediante estos cinco criterios: La
soberanía, las Cortes, el rango de derechos y libertades y la confesionalidad del Estado.

Estatuto real de 1834 : Es una carta otorgada incompleta, es decir un texto concedido por el
monarca. Se crea como detalle de la regente a los liberales que la apoyan.

La soberanía se encuentra en el Rey y las Cortes junto con el enorme poder del monarca. En
sufragio censitario muy restringido limitando la condición de elector al 0,2% de la población. Se
crea un Parlamento al estilo liberal, bicameral (un estamento de los próceres y otro de los
procuradores), para un mayor control, simplemente se limitaban a aprobar las leyes del
monarca.

Constitución 1837: Elaborada por los progresistas durante la Guerra Carlista (inspirada en la de
1812). Por la situación que se vive en aquel momento es sancionada en junio.

La soberanía reside en la nación. El sufragio es más amplio porque los progresistas quieren
incluir a más lectores aunque no supera el 5 %. Las cortes son bicamerales (senado y Congreso
de los Diputados) hay una clara división de poderes: Legislativo, Ejecutivo y judicial. Los derechos
y las libertades son amplios como la libertad de imprenta. No se respeta la libertad religiosa y la
corona es moderadora.

Constitución 1845: Hasta el final del reinado de Isabel II en 1868. Es la forma de expresión del
liberalismo doctrinado. Consistió en la reforma de la Constitución anterior a un sentido más
liberado. La soberanía era compartida entre el rey y las Cortes. El sufragio queda establecido por
la riqueza de los votantes. Las cortes son bicamerales pero el Senado y el Congreso recuperan
un equilibrio de poder. Los derechos y libertades son moderados. Se limita la libertad de
expresión dando lugar a la censura y España se retoma como un Estado católico.

Constitución 1869: Corresponde un momento histórico muy distinto en el que los cambios eran
más sustanciales. Se promulga en Junio.

La soberanía era nacional. El sufragio es universal y masculino para mayores de 25 años. Las
cortes son bicamerales y el Senado está formado por grandes contribuyentes. Se amplia la
declaración de derechos individuales como: La libertad de culto, enseñanza, educación...

BLOQUE III, ESTÁNDAR 10


“Identifica los grandes conflictos del Sexenio y explica sus consecuencias
políticas.”
El Sexenio democrático fue el periodo que comenzó tras La gloriosa (1868), una revolución
resultado del pacto de la oposición para echar del trono a la reina Isabel II y estuvo caracterizado
por la profusión de acontecimientos.
Lo primero a tener en cuenta es que fue una revolución burguesa que se movió dentro de los
límites del liberalismo. Su objetivo principal era crear una sociedad gobernada por una burguesía
poderosa apoyada en el capitalismo. Por lo tanto, grupos como los demócratas (luego divididos
en Republicanos y Cimbrios), los carlistas o el incipiente movimiento obrero quedaron excluidos.
Una vez en el poder se estableció un gobierno provisional presidido por Serrano que pronto
comenzó a reprimir la revolución. En 1869 se aprobó una nueva Constitución basada en el
reconocimiento de España como una monarquía democrática y en la soberanía nacional. Por otra
parte también venía recogido en ella el sufragio universal masculino, un sistema bicameral
formado por miembros de la alta burguesía, y una serie de derechos como el de asociación, de
culto o de expresión.
En general, este fue un periodo marcado por los problemas: numerosos alzamientos
republicanos, la oposición de los carlistas (lo que desembocaría en la tercera guerra carlista), la
guerra colonial en Cuba y, por encima de todo ello, la búsqueda de un nuevo rey puesto que la
constitución reconocía a España como una monarquía.

Finalmente, tras un concurso por Europa, Amadeo de Saboya fue proclamado rey. Su reinado,
de apenas dos años, estuvo caracterizado por la inestabilidad y los continuos conflictos.
Nada más ser proclamado rey, Prim, su mayor apoyo, fue asesinado, por lo que se vió sin apoyos
en un gobierno sin afianzar. Los progresistas se encontraban divididos entre conservadores
(Sagasta) y reformistas (Zorrilla), con gobiernos muy desprestigiados, la guerra en Cuba
continuaba y, además, estalló la tercera Guerra Carlista con levantamientos en Barcelona,
Valencia, el Maestrazgo y las Provincias Vascas. El conflicto había continuado activo por la
resistencia de los campesinos a las nuevas formas de producción capitalista, la resistencia de los
antiguos territorios forales al centralismo y la resistencia de la religiosidad tradicional a los nuevos
cambios.
Por todo ello Amadeo renunció a la corona.
Esa abdicación causó un gran problema ya que debían decidir si buscar a otro rey, con todo lo
que ello suponía, u optar por la república. Esa es la razón por la que unas cortes que no eran
mayoritariamente republicanas tomaron esa decisión, proclamando la Primera República en
1873.
De todas formas, y pese a la elección tomada, no hubo consenso sobre qué modelo aplicar y
además debían hacer frente a los problemas de legitimidad.
Prueba de la diversidad de proyectos políticos y la pugna entre republicanos federales y
centralistas es la sucesión de cuatro presidentes en menos de un año.
El primero fue Estanislao Figueras quien, tras planear un golpe de Estado por miedo a que ganaran
los federales, fue sustituido por Francisco Pi i Margall, de ideología federal. Durante su gobierno
surgió el Cantonalismo, un movimiento que pretendía llevar hasta las últimas el Federalismo para
evitar la radicalización de la derecha. Fue fruto del deseo de los federalistas más radicales de
hacer efectivo ese movimiento. Con ello se comienza a ver la amenaza de la revolución obrera, el
socialismo y el marxismo.
Este hecho dividió aún más a los republicanos e hizo que fuese sucedido por Nicolás Salmerón
bajo el gobierno del cual se inició la represión. Al negarse a firmar una sentencia de muerte fue
sustituido por Emilio Castelar, de ideología centralista.
Debido a la gran inestabilidad el general Pavía tomó el congreso poniendo fin a la Primera
República. En cambio, se instauró una dictadura personal de Serrano, la cual reconocía la
Constitución de 1869, daba una mayor importancia al ejército y suspendía las libertades y
derechos.
En 1874, Martínez Campos llevó a cabo otro pronunciamiento militar que fue usado como excusa
por Cánovas del Castillo (a pesar de que no lo aprobó) para la restauración de los Borbones en la
figura de Alfonso XII, hijo de Isabel II.

BLOQUE III, ESTÁNDAR 11


“Explica los elementos fundamentales del sistema político ideado por Cánovas
especifica las características esenciales de la constitución de 1876.”
El Sexenio democrático había sido un periodo de gran inestabilidad, con numerosos cambios de
gobierno y aquejado por grandes problemas. El sector conservador, el cual había sido dejado
fuera, aprovechó el tramo final del gobierno de Serrano, así como el pronunciamiento de
Martínez Campos para preparar la vuelta de la monarquía y los Borbones en la figura de Alfonso
XII, lo que se conoce como Restauración (1875-1923).
Con la República los burgueses se dieron cuenta del peligro de los experimentos políticos por lo
que el liberalismo en bloque (tanto los conservadores, antes llamados moderados, como los
liberales, antes llamados progresistas) apoyó el nombramiento del rey, un hombre de, a
diferencia de su madre, pensamiento burgués que no pondría trabas en el desarrollo del
Liberalismo.
La cabeza pensante de todo este sistema fue el político Cánovas del Castillo, de ahí que también
reciba el nombre de sistema canovista. Su principal objetivo era la estabilidad y esto se reflejaba
en su ideología. Optó por el pragmatismo, alejándose de posturas extremistas, mantuvo al
margen al ejército y defendió la “constitución histórica”, respetando las costumbres políticas
españolas, por lo que estableció la soberanía compartida entre rey y cortes.
La Constitución de 1876 fue el resultado de la aplicación de tal pensamiento. Si duró tanto como
lo hizo (hasta 1923) fue por su carácter moderado y por su pretensión de conciliar ambas
corrientes (conservadores y liberales) Respetando la tradición histórica dejaba reservado un
papel para el rey a la vez que compartía la soberanía con la nación. Por otra parte, su intención
pactista se aprecia en la ambigüedad. En general, esta Constitución era un documento bastante
breve que dejaba en manos de cada gobierno numerosos asuntos como, por ejemplo, el sufragio
o la cuestión religiosa para evitar problemas.
La consolidación del sistema canovista se hizo mediante la introducción en política del turnismo.
Este mecanismo consistía en la alternancia pactada de dos partidos políticos en el poder, de
manera que los gobiernos se sucedían automáticamente y de manera pacífica. Lo que más
aportaba el turnismo era estabilidad ya que garantizaba a ambos partidos el dominio, reduciendo
la oposición y debilitándola. Igualmente permitía la aceptación de la Constitución y tampoco se
dejaba espacio para la intervención del ejército.
El mecanismo que permitía el buen funcionamiento del turnismo era el caciquismo, un tipo de
estructura social de control que se fundamenta en las relaciones de poder y dependencia que se
establece entre individuos.
Cada individuo con un cierto poder establecer una red clientelar entre sus subordinados
mediante favores, concesiones, etc, y a su vez pertenece a la red clientelar de un personaje de
mayor importancia, determinando así diferentes niveles: local, comarcal. provincial, regional,
nacional, etc.
Siguiendo este esquema se aseguraban los resultados necesarios en las urnas para continuar con
el turnismo. Si ni siquiera el tráfico de influencias daba los resultados esperados, se recurría
directamente al fraude electoral.
Sin duda alguna quien desarrolló este sistema fue Cánovas pero no fue la única figura relevante
de la Restauración. Sin el apoyo y la participación de Sagasta el plan nunca habría funcionado. Por
ejemplo, tras la muerte de Alfonso XII sin un heredero nato, ambos partidos aceptaron continuar
con el turnismo para asegurar la regencia de la reina María Cristina hasta el hijo del que estaba
embarazada (puesto que Alfonso XIII fue un hijo póstumo) fuese mayor de edad.
Otro hecho que favoreció la consolidación del sistema fue la exclusión de los militares de la
política. Durante el reinado de Isabel II la única forma que tenían los liberales de acceder al poder
era mediante pronunciamientos. Esta tendencia continuó durante el sexenio democrático para
forzar cambios en el gobierno. No obstante, el turnismo imposibilitaba la irrupción del ejército en
el escenario político al no haber tiempo material para atentar contra el Estado y al dejar una
oposición dividida y debilitada.
La ambigüedad de la Constitución frente al asunto de la ley electoral también permitió estabilizar
el sistema ya que cada partido tenía cierta libertad de acción. En 1878, durante un gobierno
conservador, se eliminó el sufragio universal masculino mientras que en 1890 los liberales lo
volvieron a instaurar. Aunque, lo cierto es que con o sin posibilidad de voto, el fraude seguía
ocurriendo

BLOQUE III, ESTÁNDAR 12


“Resume el origen y evolución del catalanismo, el nacionalismo vasco y el
regionalismo gallego.”
Durante el siglo XIX una serie de causas como la decadencia española dieron lugar a la aparición
de un nuevo movimiento, el Nacionalismo.
Estamos hablando de un nuevo agente político que no existía hasta este momento pues es un
fenómeno ideológico característico de la contemporaneidad.
El Nacionalismo toma como idea base la reivindicación de la nación, entendida esta como un
colectivo humano condicionado por el territorio, la cultura, la lengua, las tradiciones, la religión,
la raza, los antepasados, etc Los nacionalismos dependen del factor al que se de mayor
importancia por lo que puede haber nacionalismos raciales, religiosos o culturales, entre otros.
Estas colectividades existieron desde siempre pero lo propio del siglo XIX fue la creación de una
ideología propia y su posterior aplicación en la creación de un movimiento político cuyo objetivo
principal fuese constituirse como una Nación independiente.
Estos movimientos políticos se convirtieron en uno de los protagonistas políticos de la historia de
España del siglo XIX. El Nacionalismo pronto tomó la forma de una idea-fuerza (como también lo
fueron en otros momentos de la historia la religión o el liberalismo) que acabaría provocando
conflictos armados, revueltas, etc
Este movimiento se había estado dando por toda Europa pero cuando llegó a España solo tuvo
efecto en regiones muy concretas como Galicia, Cataluña y el País vasco. La principal razón para
ello era la posesión de una lengua autóctona que les distinguía del resto de territorios.
El origen del nacionalismo catalán está vinculado con la aparición de un movimiento cultural, la
Renaixensa, que pretendía la recuperación de la cultura y la lengua catalana.
A partir de la Restauración fue cuando este movimiento comenzó a tener más fuerza,
distinguiéndose dos corrientes: el republicanismo federal catalán, el cual buscaba su
independencia, y uno más conservador de carácter regionalista que pretendía destacar la
identidad catalana y su autonomía.
Finalmente esta segunda corriente fue la que se impuso y dio lugara a la creación de la Lliga
Regionalista, liderada por Prat de la Riba.
El nacionalismo vasco surgió tanto como reacción a la pérdida de los fueros tras la tercera guerra
carlista como por la defensa de la sociedad tradicional ante el incremento de población
proveniente de otras regiones (los denominados maquetos).
Los fueristas se encontraban divididos entre aquellos que buscaban una alianza con Navarra para
recuperar los fueros y los que optaron por el autonomismo.
El Nacionalismo arraigó principalmente en las ciudades ya que fue un movimiento burgués. Los
obreros no apoyaron este discurso ya que la mayoría habían emigrado a la zona como
consecuencia del desarrollo de la industria vasca.
El líder del nacionalismo vasco fue Sabino Arana, proveniente de una ideología carlista y fundador
del PNV (partido nacionalista vasco). De carácter xenófobo y racista defendía la pureza de la
lengua y la raza vasca.
En Galicia no se llegó a desarrollar un verdadero nacionalismo sino que se quedó en la etapa
regionalista. Aquí se distinguen dos tendencias. Una tradicionalista vinculada con el carlismo de
planteamientos antiliberales y que mitifica la tradición rural. Estuvo representada por Antonio
Brañas.
La segunda sería un regionalismo liberal representado por M. Martínez Munguía centrado en el
tema racial.
De estas tres regiones sería en Galicia donde menos arraigó el hecho diferencial.

BLOQUE III, ESTÁNDAR 13


“Analiza las diferentes corrientes ideológicas del movimiento obrero y campesino
español, así como su evolución durante el último cuarto del siglo XIX.”
Con la caída del Antiguo Régimen pasamos de una sociedad estamental a una sociedad de clases.
Dicho de otra manera y a grandes rasgos, la sociedad pasó de agruparse según su nacimiento a
según su riqueza, consolidando el triunfo del Liberalismo y la mentalidad burguesa.
De esta manera se formaron dos grandes grupos: las clases altas, conformadas por la aristocracia,
la burguesía y las clases medias-altas; y las clases populares, donde se incluyen a los obreros, los
campesinos, las clases medias-bajas y los marginados. Mientras que los primeros gozaban de
propiedades y un gran poder adquisitivo, los segundos lo único que poseían era su fuerza de
trabajo, la cual debían malvender para poder sobrevivir.
Estas grandes diferencias causaron un gran malestar entre el proletariado por lo que mejorar sus
condiciones laborales fue lo primero que les llevó a movilizarse mediante tácticas luditas, huelgas,
etc. Al principio estos movimientos no eran más que acciones espontáneas y sin organización
pero, con el paso del tiempo, irían surgiendo grupos de obreros más o menos estables que
lucharon por un propósito concreto, lo que se conoce como sindicatos.
La segunda forma en la que se concretó este movimiento obrero fue la lucha política. Llegó un
momento en el que se dieron cuenta de que si existían leyes que permitían el trabajo de los niños,
por ejemplo, lo que se debía hacer era cambiar las leyes y para ello trasladaron su ideología al
ámbito político. Y si hablamos de ideología es porque no solo pretendían conseguir ciertas
reivindicaciones sino cuestionar todo el sistema al completo y alcanzar verdaderos cambios
sociales en el sistema vigente.
Los movimientos que les brindaron un propósito y una cosmovisión acorde a sus intereses fueron,
principalmente, el Marxismo y el Anarquismo. El fundador del primero fue Karl Marx, quien
proponía que se debía destruir el capitalismo y dar poder a los trabajadores. El anarquismo, por
su parte, se oponían a la existencia de un Estado y pretendían sustituirlo por una asociación
voluntaria entre personas. Estas llegaron a España por la influencia de activistas europeos. En un
principio, ambas corrientes iban de la mano y ambicionaban representar a la clase obrera pero
llegó un momento en el que se separaron por no ponerse de acuerdo en cómo conseguir sus
objetivos.
En el caso del Marxismo, en España se concretó mediante el partido político PSOE, fundado en
1879 por Pablo Iglesias, y el sindicato de la UGT (unión general de trabajadores), creado en 1888
gracias a la aprobación de la Ley de Asociaciones que legalizó la reunión sindical. En general, no
fue un movimiento que tuviera mucho impacto en la época, a diferencia del anarquismo que sí
contó con un mayor número de adeptos.
Al anarquismo en España sí que tuvo una mayor difusión (especialmente a finales del siglo XIX y
principios del XX) aunque solo se concretó en el ámbito sindical puesto que los partidos políticos
iban en contra de sus propios principios, de ahí que esta corriente se denomine
anarcosindicalista. Sus principales focos de acción fueron Andalucía y Cataluña por su afinidad
para con el republicanismo federal. Se basaba en la instrucción y la puesta en práctica de tácticas
organizadas de lucha obrera como cajas de resistencia o huelgas.
Paralelamente surgió un sindicalismo católico que, más que pretender verdaderos cambios
sociales, lo que pretendía era paliar las condiciones de vida de los trabajadores tomando como
base la desigualdad natural entre hombres y trabajando desde ahí. El fundador de este
movimiento fue el padre Vicent.

BLOQUE III, ESTÁNDAR 14


“Especifica las consecuencias para España de la crisis del 98 en los ámbitos
económico, político e ideológico.”
Es en el contexto de una Restauración consolidada y estable cuando se da la crisis de 1898.
Paralelamente a la historia de la Península se desarrolla la historia de las colonias españolas, Cuba,
Filipinas y Puerto Rico, últimos vestigios del imperio españo,l y esa es la fuente de los problemas.
Mientras que en la España peninsular se produce una revolución liberal, en las colonias surge el
germen un proceso emancipador, muy influenciado por otros casos victoriosos de independencia
de colonias, como por ejemplo Estados Unidos. La política colonial intentó hacer frente durante
la segunda mitad del siglo XIX a ese deseo independizador y, en cierto modo, lo consiguió hasta
que un nuevo factor apareció en escena.
Estados Unidos, un país relativamente nuevo puesto que se consolidó a finales del siglo XVIII,
sufrió una expansión monumental tanto territorialmente como demográficamente hablando, lo
que aumentó radicalmente su potencialidad. Una vez llegó al límite de lo que podía conseguir en
su continente decidió lanzarse a los mares y, por ello, apoyó a las colonias en la lucha por la
emancipación. Igualmente, no podían permitir colonias europeas en América y, mucho menos,
de un país con un potencial quemado como España.
Pero llegó un momento cuando el apoyo no fue suficiente para conseguir la independencia por
lo que Estados Unidos decidió intervenir directamente en la llamada guerra hispano-
estadounidense. Esta fue rápida y devastadora para España, quien perdió definitivamente las
colonias y entró en una grave crisis en todos los aspectos, social, económico, ideológico y político.
Es lo que se conoce como el Desastre del 98.
Las consecuencias de ese hecho fueron muchas y muy diversas. En el plano político, el estable
sistema de la Restauración comenzó a mostrar debilidades. Las sociales no tuvieron mayor
relevancia a excepción de los soldados que participaron en dicha guerra. Para la economía
española fue un fuerte golpe la pérdida de la potente economía cubana. Sin embargo, las mayores
consecuencias se dieron en el plano ideológico.
El haber perdido la guerra supuso todo un despertar para los españoles puesto que se hizo
patente el declive y la decadencia de la nación frente a la falsa idealización de grandeza que se
tenía hasta el momento. La consciencia de la cruda realidad y el pesimismo que ello acarreaba
dieron origen a un nuevo movimiento ideológico, el Regeneracionismo.
El movimiento regeneracionista pretendía, valga la redundancia, la regeneración tanto intelectual
como política de España, y para ello se comenzó a cuestionar el régimen político del momento.
En este momento aparecieron una gran cantidad de intelectuales como Lucas Mallada o Joaquín
Costa, así como un grupo de escritores conocidos como la Generación del 98 (Baroja, Maeztu,
Valle-Inclán, etc) cuyo propósito principal era superar el atraso de España y progresar a todos los
niveles posibles.
Con esa intención se crearon instituciones como la Liga Nacional de Productores o el Instituto de
Reformas Sociales pero lo cierto es que nada llegó a surtir un verdadero efecto puesto el
Regeneracionismo topó con los límites del propio régimen. Y es que, en el contexto de una
Restauración donde para que funcionen bien las cosas se debe recurrir al fraude y el caciquismo,
no se puede llevar a cabo una verdadera regeneración de la sociedad.

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